El aspecto central al que se refiere Greene acerca de que la maestría la entiende
como la capacidad de impactar y cambiar el mundo, de revolucionar todas las cosas, de desafiar los pensamientos y dogmas existentes y descubrir los que no existen; por lo que para lograr esto no es solamente poseer un talento, sino querer tener un talento, pulirlo y lograr pensar y hacer lo que otros no han podido. Haciendo un poco de similitud con mi vida, puedo decir que en medio de tantas dificultades y de situaciones con las que he tenido que lidiar, siempre tuve las ganas de superarme; empezando porque muy pocas personas criadas en los lugares donde yo crecí aspiran a estudiar carreras profesionales o a influir de manera positiva en nuestro departamento, es como si se condenaran por sí mismos a la mediocridad, a esperar que los demás hagan por ellos o que incluso nadie haga nada. Llevándolo a un contexto más general y desde lo que yo percibo, Colombia es un país mediocre, porque teniendo tantos recursos naturales, tanto talento en muchas disciplinas, es un país con un desarrollo muy por debajo en comparación con otros de no tan privilegiadas condiciones. Entonces querer hacer algo extraordinario en medio de una situación así, en donde la educación es precaria, limitada, en donde las condiciones económicas son malas, en donde otros no reconocen y valoran las diferencias, en donde no hay un patrón familiar de estudios profesionales, es casi como tener que hacer magia. Querer llegar al grado de maestría es como pensar en que siempre hace falta algo, algo necesario y algo en lo que nadie más ha pensado; algo que uno es quien quiere encontrar. Entonces el libro nos motiva con historias de personajes muy importantes en la historia, y de cómo estos se dejaron instruir por otros que en su momento eran considerados maestros, y así alcanzaron ellos la maestría. Por esto el libro describe tres etapas para poder llegar a ser maestros: 1. Aprendizaje 2. Creativa 3. Maestro En la primera se hace más referencia a cómo se percibe el mundo, a las habilidades y talentos que se poseen, a la vocación. Aquí se evalúan también los valores y la capacidad de convivir. Entonces en esta primera etapa es donde se experimenta, se falla, donde se empieza la búsqueda de más y más conocimiento con la ayuda de un mentor, de alguien que sirva como guía mas no como una autoridad. Por otro lado en la etapa creativa es donde se percibe el mundo con una mente más abierta y predispuesta a ideas nuevas e innovadoras fuera del convencionalismo; es también donde se deben conectar las emociones, con la mente y la personalidad, así que no saber convivir y compartir es una mala idea. Es también cuando ya se traza un horizonte más concreto y aunque abierto a nuevas cosas. Por último la etapa de maestro, a al cual se llega con una disposición emocional más que con un talento, es combinar el conocimiento con las habilidades y la intuición; es combinar todos los intereses sin que ninguno pierda su valor individual y entender que el tiempo que nos tome lograr llegar hasta esta etapa depende de nuestro esfuerzo. Otra característica de la maestría es que está al servicio de mejorar las condiciones de vida y de pensamiento de la población y no está ambientada en la riqueza y la obtención de beneficios particulares. Y es que aunque parece una tarea sencilla con un final feliz, realmente se trata de un proceso arduo, construido poco a poco y de nunca acabar, pues el verdadero objetivo es desarrollar la capacidad de buscar y buscar soluciones a los problemas y situaciones emergentes. Termino exponiendo algo curioso que pasó el día que tuvimos la primera clase de introducción a la Ingeniería de Minas y Metalurgia, cuando el profesor Antonio Romero pide una presentación breve de qué queríamos lograr cada uno con estudiar esta carrera, lo que yo respondí que deseaba culminar con éxito y dedicarme a trabajar, puesto que me gusta la idea de ir a campo y poner en práctica los conocimientos adquiridos. Hubo un silencio un tanto incómodo por parte del profesor que hasta ahora logro entender: era un silencio que representaba una especie de decepción puesto que el profesor es partidario de que no hay camino más fructífero que alcanzar el grado de maestría. Y no es que yo me refería a quedarme solo con el estudio profesional, pero sí me ha quedado más claro que superarme cada día no solo académicamente sino también como persona es una tarea que debo emprender y de la cual no debo jactarme. Así que aprecio lo que hasta ahora he entendido y considero que con unas condiciones y una mentalidad dispuesta a esforzarse se puede cambiar el mundo, se pueden hacer cosas demasiados útiles para la sociedad en que vivimos.