Toda persona que elige esta carrera, es porque siente que Dios le ha dotado de este
don de enseñar y debe emplearlo de la mejor manera posible, pues todos nuestros
talentos se deben utilizar con calidad o si no, no se desarrollarán y no vamos a poder
seguir creciendo en esa área u otras que tal vez podríamos desarrollar según
ponemos en práctica los que tenemos.
También el educador debe sentir el deseo de ayudar a mejorar la calidad educativa
de su entorno, y contribuir en su país para una reforma educativa aportando lo mejor
de sí, reconociendo que la figura del maestro es clave en el proceso educativo, debe
poseer valores y actitudes diferentes a los demás, ya que los estudiantes y la
sociedad lo ven como un ejemplo a seguir.
Para muchos esta carrera no es atractiva, pero sin duda alguna esta carrera es de
suma importancia para el que tiene la oportunidad de ejercerla, pues nos da la
oportunidad de formar los futuros profesionales de nuestra sociedad, y ellos nos ven
como los segundos padres, es por eso que cada educador debe mostrar una actitud
positiva en su entorno educativo, y en el que se desenvuelve, ya que la escuela es
el segundo hogar de los alumnos, y debe existir en el mismo una atmósfera
adecuada donde el estudiante pueda sentirse en confianza y con disposición de
aprender, donde se olvide de los problemas y preocupaciones que le afectan en su
diario vivir, y donde encuentren el apoyo emocional que necesitan para su mejor
desempeño físico y social.
El docente debe gustarle disfrutar y sentir pasión en trabajar con niños/as,
adolescentes, etc., ya que de ahí va a depender su motivación de su carrera, éste
debe innovar, crear, mostrar empatía por las vivencias y ocurrencias de sus
alumnos, vivir cada día como si fuera una experiencia inolvidable y maravillosa.
Al gustarle su trabajo, se va a ir desarrollando cada día, va a dar lo mejor de sí, va
a sentir satisfacción en su desempeño laboral y esto le va a generar confianza y va
a sentirse comprometido con brindar cada día una mejor enseñanza.
A causa de todo esto el centro va a mejorar y va a obtener mayor rendimiento
académico y brindará un aprendizaje integral, ya que no sólo se promoverá lo
formativo, sino, que existirá un complemento en lo emocional, físico e intelectual.
¿QUÉ ES UN DOCENTE?
El docente, profesor, maestro o enseñante son términos con los que designamos una
vocación común, la de enseñar. Refieren a uno de los motores fundamentales de la
constitución de las sociedades modernas, que es el de trasmitir a las generaciones
venideras los valores y conocimientos que se consideran trascendentales, dignos y de gran
importancia.
La enseñanza dista mucho de ser un método único y rígido al cual todos sin distinción
deben adaptarse, ya que el entendimiento se da a través de métodos variados y
divergentes.
Un buen docente debe entender esta verdad profunda y estar dispuesto a replantear sus
esquemas, variar sus metodologías y sobre todo a aprender de su propia experiencia
de enseñanza.
El poeta irlandés William Butler Yeats decía que la educación no era llenar un cubo,
sino encender un fuego. Con ello quería decir que un docente ha de ser un propagador,
un estímulo, que inspire a sus educandos en los caminos del aprendizaje, y no un
simple repetidor de información. Un alumno bien educado será aquel que salga del
aula con las ganas y las herramientas para entender más sobre el tema que estudia.
6. ES ENTUSIASTA Y ENTREGADO
La docencia es un oficio que rinde tarde sus frutos. Eso no debería desalentarle. Por el
contrario, el docente ha de poseer una confianza innata en el sentido de trascendencia
de su labor, pues sólo con el tiempo la educación se hace evidente; pero cuando lo
hace, por encima de muchas cosas, se hace notar.
Esto no significa que debe ser un padre castigador o una especie de dictador en el aula.
Todo lo contrario, ha de saber ganarse el respeto de sus alumnos a partir de convertirse
en un vínculo positivo y un modelo a seguir.
Sobre todo, con público difícil como el adolescente o personas en situaciones de
riesgo, eso puede eventualmente implicar imponerse, otorgarse un lugar de autoridad
en el aula. Hay formas inteligentes de hacerlo.
8. ES HUMILDE
Alardear de los títulos obtenidos o ampararse en el cargo que se ocupa es un pobre
método para adquirir el respeto y una mala manera de plantear un vínculo docente.
Los alumnos no están allí para satisfacer el ego del profesor; en todo caso para aprender
a lidiar con el propio. Un buen docente ha de ser accesible y amable, no hace falta estar
siempre sobre un pedestal.
Los detalles, como dice el proverbio, lo son todo. Un buen docente sabe cuándo
aproximarse a un alumno distante, cuándo exigirle mayores resultados a uno flojo y
cómo evaluar a un grupo de personas de muy distinto potencial.
En esta ocasión voy a contarte cinco cosas que me desagradan de ser docente,
con esto no quiero decir que me arrepiento de haber estudiado esta carrera, todo
lo contrario, amo ser profesor y no me da pena decirlo. Esto es cuestión de pasión
y como todo buen profesional tengo que reconocer que hay cosas que no me
gustan, es que tampoco todo puede ser perfecto, sin embargo a pesar de estos
disgustos siempre soy feliz con esta gran labor.
Aunque este podría ser el sueño de muchos, es algo que me desagrada, tiene ventajas
tener contactos, en el tema laboral, ayuda bastante, sobre todo cuando recién inicias, pero
a lo que me refiero es a que me causa cierta incomodidad el que tanta gente me conozca
sin yo conocerlos, seguro que a ti como profesor también te pasa: vas caminando por la
calle y te saluda uno, otro y otro joven: hola profe, ¿se acuerda de mí? Es imposible
acordarme de todos los alumnos que pasaron por mis aulas durante 16 años.
O cuando voy pasando en short después de hacer deporte, y cruzarme con padres de
familia que me miran como asombrados, pues están acostumbrados a verme siempre con
terno, olvidando a veces de que también soy un ser humano.
Y hablando de ser humano, si eres profesores, seguro coincides conmigo, jamás puedes
verte envuelto en escándalo, eso es como una regla de oro para los profesores y sucede
porque todos te conocen y además tu imagen debe ser impecable.
Es cierto, me encariño muy rápido con mis alumno y me cuesta despedirme de ellos, sobre
todo cuando terminan la secundaria y sé que no los volveré a ver, puede sonar extremista,
pero sé que muchos de ustedes que tienen pasión por esta profesión, les sucede lo mismo,
en ocasiones vemos a estos niños y/o adolescentes como hijos nuestros, sobre todo cuando
no los tienes, como es en mi caso.
Los estudiantes me tienen mucha confianza, en ocasiones me cuentan tantas cosas que
pasan en sus hogares, tantos problemas, que a veces me siento parte de ellos y he llegado
a incluso tratar de solucionar sus problemas, lo cual te recomiendo que no hagas ya que
te puedes meter en un gran lio.
Cambiar de Escuela
Es una de las cosas que más me afectan, cuando me mandan a otra escuela o tengo que
mudarme de ciudad, dejar a mis estudiantes, a mis colegas no me es nada fácil, creo que
esto es cuestión personal, seguro muchos de ustedes se adaptan fácilmente, pero a mí me
cuesta mucho. El ambiente de los maestros es increíble, docentes, alumnos, padres,
administrativos, debo reconocer que me gusta el clima de mi profesión, y por ello no me
gusta tener que cambiar de institución.
Estas fueron las cinco cosas que no me gustan de ser docente. Y a ti ¿Qué cosas te
desagradan de ser profesor?