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FORMULACIÓN DE PLANTEAMIENTO DE PROBLEMA DE UNA

INVESTIGACIÓN

Integrantes:

Víctor Alfonso Celis Ríos


Ana María Covelli Figueroa
Martha Liliana Malaver Lote
Claudia Yaneth Mesa Zapata

Tutor: Mery González Delgado

Fundación Universitaria del Área Andina


Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte
Escuela de Posgrados en Salud
Módulo de Seminario de Investigación I
2022

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Contenido

Resumen.......................................................................................................................................3

Introducción.................................................................................................................................4

Desarrollo.....................................................................................................................................6

Objetivos....................................................................................................................................14

Conclusiones..............................................................................................................................15

Referencias.................................................................................................................................16

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Resumen

Fundamento: Considerando que los pacientes renales y diabéticos tienen factores de riesgos
a sufrir Eventos Adversos y no poseen estudios en el que se analice la incidencia y frecuencia
de estos, desde la premisa de percepción de este grupo de paciente. Este estudio analiza la
frecuencia con la que los pacientes diabéticos y renales describen posibles Eventos Adversos
y su percepción de seguridad de la atención que reciben.
Material y métodos:  Estudio descriptivo o cualitativo basado en la opinión de un grupo de
pacientes en específico a través entrevistas realizadas al azar el cual se realizó entre febrero y
mayo de 2010 en 3 centros de salud y 2 hospitales de Alicante y Madrid.
Resultados: Muestra de 199 pacientes, 98 pacientes eran diabéticos y 101 con enfermedad
renal. Se evidencia en el estudio que los pacientes con mayor indicios de presentar eventos
adversos fueron los paciente renales con un 21,8% y los diabéticos un 16,3% . En el último
año, 6 de cada 98 pacientes diabéticos y 10 de cada 101 pacientes renales precisaron un
tratamiento adicional por eventos adversos. La probabilidad que el paciente se crea víctima de
error con consecuencias graves fue 1 de cada10, atribuyendo los errores clínicos a la falta de
tiempo para atender a todos los pacientes y a la insuficiencia de salud y los recursos.
Conclusión: Se concluye que el mantener una buena información médico-paciente
contribuiría efectivamente en la seguridad de los pacientes, teniendo en cuenta la información
y la percepción de cada paciente.

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Introducción

Se define el termino de seguridad del paciente como la reducción de los riesgos relacionados
con la atención en salud en los paciente, adoptando procesos o protocolos por parte de las
instituciones tanto procesos administrativos y asistenciales permitiendo que los usuarios no
sufran lesiones o daños físicos, psicológicos o sociales durante su hospitalización,
beneficiando no solo a los pacientes con una atención segura y con calidad, sino también al
personal de salud mejorando sus capacidades profesionales y de igual manera beneficiando a
las instituciones disminuyendo gastos por los costos de los tratamientos y el aumento de la
estancia hospitalaria, así como las millonarias demandas que generan los eventos adversos.
(Carmona et al., 2017).
Se entiende como evento adverso a toda aquella lesión o trauma no intencionado presentado
en el paciente durante una acción de salud en el que genera insatisfacción del paciente y de su
familiar durante su estadía, las cuales se pueden presentar durante o después de cualquier
proceso asistencial tales como extracción de muestras de laboratorio, administración de
medicamentos, procedimientos invasivos o no invasivos, procedimientos quirúrgicos y demás
acciones de salud que pueden llegar a ser prevenibles como no prevenibles; teniendo en
cuenta que en ocasiones influyen los riesgos por factores intrínsecos y extrínsecos del
paciente; siendo esta una de las problemáticas por la que toda institución tanto pública como
privada lidian continuamente; estos eventos adversos obligan a la creación de una política de
seguridad de paciente en toda institución que se encarga de realizar registro de estos,
establecer planes de mejora y seguimiento del cumplimiento de los protocolo establecidos
para la prevención de los eventos adversos.

Según estudios realizados en la universidad de Harvard concluyen que existe una cantidad
sustancial de lesiones en los paciente debido al manejo medico producto de una atención
deficiente.(Brennan et al., 2004)
Se estima que entre los Eventos Adversos más frecuentes son las reacciones a los
medicamentos con un (19%), seguido de las infecciones nosocomiales de herida quirúrgica

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(14%)1,3 de los cuales la mitad pudo haberse evitado, se evidencia de igual manera el factor
causal más frecuente en los Eventos Adversos causados por medicación bien sea por
reacciones adversas al medicamento o por errores de medicación producido por problemas de
comunicación entre el paciente y el personal asistencial que está a su cargo (Aranaz-Andrés et
al., 2012).
De igual manera en otras investigaciones prevalece la incidencia de los Eventos Adversos
relacionados con la inserción de cateterismo intravenoso sobre las reacciones adversas a
medicamentos en especial aquello que se usaban en catéter de línea media no guiados
radiológicamente, en el que sugieren como mejora el cambio de antibioticoterapia oral
siempre y cuando sea apropiado en el paciente revisando su necesidad vía intravenosa, la cual
minimizaría los Eventos Adversos relacionados con Terapia Antibiótica Parenteral
Ambulatoria “OPAT” por sus siglas en ingles. (Underwood et al., 2019)
En los hospitales de España los Eventos Adversos relacionados con la atención de salud
provocan angustia, invalides, muerte, alargan la estancia hospitalaria y provocan un mayor
consumo de recursos sanitarios y se estima que en su mayoría pueden prevenirse realizando
mejoras continuas en la atención en salud.(Aranaz-Andrés et al., 2009).
En España, los estudios ENEAS (Estudio Nacional Español de Eventos Adversos) y
APEAS (seguridad de los pacientes en Atención Primaria de Salud) sugieren que la diabetes y
la enfermedad renal son enfermedades con factores de riesgo intrínseco más importantes para
sufrir Eventos Adversos con consecuencias grabes. Sin embargo, la perspectiva de los
pacientes no ha sido estudiada y apenas contamos con estudios sobre la percepción del riesgo
de sufrir un Evento Adverso de estos pacientes.(Aranaz-Andrés et al., 2009).
Esta investigación se basa en un diseño de estudio descriptivo o cualitativo que determina la
incidencia y frecuencia en que los pacientes con enfermedad renal y diabetes perciben
Eventos Adversos relacionados con la atención en salud a través de encuestas realizadas a este
grupo de pacientes, información obtenida directamente de los pacientes.

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Desarrollo
1. Titulo

Percepción de Eventos Adversos descrita por pacientes Diabéticos y Renales durante su


atención en Salud en Alicante y Madrid 2010.
2. Planteamiento del Problema

Uno de los problemas a nivel global de salud pública tiene que ver con las enfermedades
crónicas y las que ocupan uno de los primeros puestos es la enfermedad renal y la diabetes,
cuya prevalencia va en aumento, por factores de riesgo asociados a los cambios de estilo de
vida y a muchas comorbilidades y de una forma alta de sufrir eventos adversos si una persona
coincide en ambas patologías al mismo tiempo; pues los medicamentos y sus dosificaciones a
pesar de ser seguros llevan a un EA que podrían ser severos, por lo tanto las diferentes
instituciones que atienden estos pacientes requieren de un grupo de profesionales para su
adecuada atención y seguimiento, procurando un programa de seguridad del paciente, para la
vigilancia farmacológica con seguimiento adecuado de los eventos adversos y comunicación
oportuna de los errores médicos o de los procedimientos.(Huelgas et al., 2014)
De acuerdo a la publicación de Thomas L.Rodziewicz , Benjamín Houseman , John E.
Hipskind  de mayo 2022, mencionan “Los errores médicos son un grave problema de salud
pública y una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos. Es un desafío
descubrir una causa consistente de errores e, incluso si se encuentra, proporcionar una
solución viable consistente que minimice las posibilidades de un evento recurrente. Al
reconocer que ocurren eventos adversos, aprender de ellos y trabajar para prevenirlos, se
puede mejorar la seguridad del paciente.”.
Según datos de la organización mundial de salud en septiembre de 2019 los eventos adversos
ocupan una de las 10 principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial, los cuales
casi el 50% pueden ser prevenibles, seguido de una atención precaria y poco segura; a nivel

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mundial 4 de cada de 10 es por errores de diagnóstico, prescripción y uso de medicamentos,
llevando a que el gasto en salud sea para tratar eventos adversos mas que la enfermedad en sí;
buscar acciones en seguridad del pacientes acompañada de buenas prácticas reduciría la
perspectiva de vida de los pacientes a pesar de la patología de base y un ahorro al costo en
salud.(US Department of Health and Human Services, 2020)
En los pacientes Diabéticos con enfermedad renal que es el grupo poblacional que quisimos se
toca en el desarrollo del problema son los mas vulnerables a que se vea afectada la seguridad
del paciente de acuerdo a la publicación del atlas de la diabetes en su 10ª edición menciona
por una lado es una enfermedad que va en aumento a nivel mundial 387 millones viven con
diabetes el cual aumentara a 592 millones hacia 2035, donde 537 millones de los adultos vive
con diabetes, 3 de cada 4 viven en países de ingresos bajos y 6.7 millón de muertes por
diabetes en 2021, es decir cada 5 segundos siendo este un tema que igual proporción aumenta
el riesgo de complicaciones y eventos adversos; para los médicos se vuelve una tarea retadora
de que cada vez mas se deba hacer seguimiento a las complicaciones de la enfermedad como
de los eventos adversos que puedan presentar(US Department of Health and Human Services,
2020b)
Los pacientes con patologías crónicas como diabetes y enfermedad renal pueden contribuir a
identificar eventos adversos aportando información adicional útil para mejorar la seguridad de
los ellos mismo y la calidad de la documentación clínica esta colaboración en pacientes y
centro asistencial es clave para una atención oportuna y seguimiento de la enfermedad,
llevando a protocolizar estas acciones y cumplirse dentro de los programas que existan en
cada institución de salud.(lou Arnal et al., 2010)
En el estudio que nos lleva a este planteamiento del problema juega un papel importante en el
reporte partiendo de la percepción ya que su enfermedad de renal y diabética son crónicas, y
permiten ser los grandes contribuyentes de información y a pesar de que la muestra fue de 199
pacientes, al final a través del estudio descriptivo arrojo que la percepción del riesgo y
seguridad por solo padecer de la enfermedad es elevada incluso lo comparan con la misma
probabilidad de sufrir un accidente de tránsito de trabajo.
Por otro lado, otros riesgos de sufrir eventos adversos asociados al tratamiento es en la mala
autoadministración, surge por los problemas de comunicación muchas veces el uso de

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lenguajes muy complejos de entender o muchos medicamentos tomados al mismo tiempo.
(Mira et al., 2012)
La familia o su cuidador es indispensable en un correcto manejo de la enfermedad como del
tratamiento, en la actualidad muchas plataformas digitales ayudan en estos casos, la
percepción de seguridad va de la mano de la atención que recibe (Astier-Peña & Torijano-
Casalengua, 2016)
Identificar los riesgos de la enfermedad y de las posibles complicaciones por eventos
relacionados con la medicación, errores en atención o profesional debe de llevar a que se
implementen mas estrategias de seguridad del paciente que involucre a todos los que tiene que
ver con él, desafortunadamente en Colombia no existe la cultura del reporte ni por parte del
profesional, el gran reto en salud sería un trabajo en la prevención y en entornos que
favorezcan la seguridad del paciente en la prestación del servicio y manejo de la enfermedad
en el transcurso de esta, a través de los programas de crónicos. (Moya Sáenz, 2018)
Revisiones e investigaciones como consensos sobre como el paciente puede ser más
participados o tenidos en cuenta en el reporte de los eventos adversos ha sido muy pocos y
más en patologías tan complejas como es la diabetes y la enfermedad renal, destacan que es
necesario un cambio cultural en torno al tema de la enfermedad y atención en salud, crear más
temas de confianza y comunicación, como de credibilidad, que faciliten canales abiertos de
información sobre eventos adversos(Martín-Delgado et al., 2013)
En el caso del paciente diabéticos en un estudio realizado en España reviso la percepción de
los pacientes sobre la calidad de atención arrojo otro aspecto es el apoyo psicológico y
mencionan el tema de la comunicación para su atención y reporte de eventos adversos
(Menéndez Torre & Orozco Beltrán, 2016)
En el caso del paciente renal la percepción es mayor por su impacto por el deterior a los que
se ven expuestos afectando de manera emocional y psicológica (Borroto Díaz et al., 2007)
Queda un gran reto el implementar protocolos de información de salud, una cultura del reporte
y lo más importante crear comunicación abierta con el paciente y sus cuidadores para que no
solo conozcan su enfermedad, su tratamiento sino también su tratamiento y sus posibles
eventos adversos, por parte del profesional de salud ser mas honestos al momento de posibles
errores y llevando a que la confianza y seguridad del paciente estén de la mano, por todo lo

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anterior quisimos analizar el siguiente planteamiento ¿Cuál es la frecuencia de sufrir Eventos
Adversos percibida por los pacientes diabéticos y enfermedad renal en Alicate y Madrid en el
2010?

4. Formulación del Problema


La seguridad del paciente es fundamental para prestar servicios sanitarios esenciales de
calidad, de hecho, existe un claro consenso de que los servicios de salud de calidad en todo el
mundo deben ser eficaces y seguros y estar centrados en las personas. (OMS, 2019)
En Colombia se sabe que entre el 7-9% de la población adulta tiene diabetes tipo 2 (DMT2),
es decir en el país hay aproximadamente 2 millones de personas con diabetes, de las cuales
casi la mitad desconoce su condición. (Ministerio de Salud y Protección Social, 2021)
Es así, que el principal enfoque de la investigación es identificar los riesgos y eventos
adversos en pacientes hipertensos y con enfermedad renal, desde el punto de vista del usuario,
debido a que se encuentra poca estadística de los eventos adversos a la población del estudio.
Es donde se refleja la necesidad de conocer las notificaciones de eventos adversos y su
relación con el consumo de los pacientes definidos en el estudio, con el fin de promover
barreras de seguridad.
Cabe destacar que ambas patologías son crónicas y degenerativas, influyendo de manera
directa en el estado emocional de los pacientes y por otro lado el tratamiento para estas,
muchas veces generar un “malestar” de manera individual, es decir cada persona lo percibe de
acuerdo como asuma su enfermedad y su el entorno donde viva.
A través de herramientas como entrevistas permiten recopilar datos de la percepción de la
enfermedad diabetes y renales como los EA de su tratamiento, estos datos servirán para hacer
una evaluación de como el sistema de salud lleva sus programas de manejo y seguimiento y
replantear nuevas estrategias que minimicen estos efectos, no solo de manera individual sino
colectiva y también a los profesionales médicos.
5. Pregunta de investigación
¿Cuál es la frecuencia de sufrir Eventos Adversos percibida por los pacientes diabéticos y de
enfermedad renal en Alicate y Madrid en el 2010?
6. Justificación

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La sociedad que se ha ido desarrollando en los últimos 50 años, alcanzando una mayor
longevidad, ha quedado a merced de “malos hábitos” o estilos de vida desfavorables para la
salud cardiovascular (tabaco, sedentarismo, estrés, comidas hipercalóricas, entre otras), lo cual
ha precipitado en forma epidémica que las afecciones isquémicas del corazón sean la principal
causa de muerte en todas las latitudes del orbe. Durante el último siglo los países
industrializados incorporaron a su modo de vida hábitos perniciosos, que luego se han
extendido a otras regiones. Debido a sus efectos, y a la mayor esperanza de vida, la
Organización Mundial de la Salud ha pronosticado que entre las enfermedades que
predominarán en el presente siglo se cuentan los males crónicos degenerativos. Como
consecuencia, a medida que transcurran los años 2000, habrá más pacientes crónicos, más
consumidores de medicamentos y más usuarios de camas de hospital. En el último cuarto de
siglo las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en adultos, no sólo
en los países desarrollados sino también en todos aquellos países que buscan o alcanzan el
desarrollo y la prosperidad, convirtiéndose en una epidemia mundial. El cambio del ritmo de
vida, las actividades estresantes, la creciente competitividad impuesta por la civilización
actual, el mayor sedentarismo (conocido como “confort”), además del cambio en el hábito
alimenticio tradicional por novedades de comida “chatarra”, con un incremento inusitado en el
consumo de grasas saturadas (incluso grasas trans), azúcares refinados; o el aumento del
tabaquismo, son factores que generan en la población altas tasas de hipertensión arterial,
dislipidemia, obesidad, diabetes, entre otros; lo que condiciona la aparición y desarrollo de la
ateroesclerosis y sus complicaciones aterotrombóticas como son la enfermedad coronaria
isquémica, cerebrovascular y vascular periférica. En la región de las Américas, este grupo de
enfermedades es la responsable de dos de cada tres defunciones en la población general, para
el año 2002 causaba casi la mitad de las muertes en personas mayores de 70 años. En lo que
respecta a América Latina y el Caribe en el 2007 ocasionaron 4,45 millones de muertes (de las
cuales un 37% se produjo en menores de 70 años) siendo producto de las enfermedades
cardiovasculares un 42,7% (1,9 millones de muertes), por neoplasias malignas un 24,7%,
diabetes mellitus un 5,8% y enfermedades respiratorias crónicas un 5,3%.(Ruiz-Mori, 2016)
La Diabetes Mellitus se define como un padecimiento crónico de etiología incierta, un
comienzo insidioso, con alternancia de períodos de exacerbación y remisión de síntomas,

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aparición ulterior de complicaciones y tratamiento complejo. El tipo de diabetes más
frecuentemente presentada por las personas adultas mayores es la DM tipo 2. Por lo general,
la enfermedad se presenta en esta población de manera asintomática; pueden tener glicemias
elevadas sin presentar los síntomas característicos, entre los que se encuentran el excesivo
sueño, diuresis, sed y pérdida de peso importante con alteraciones en el apetito o sin este.
Pueden asociarse también síntomas como visión borrosa, astenia, somnolencia,
susceptibilidad a las infecciones, sobre todo urinarias, entre otros. La vulnerabilidad y el
riesgo a la complicación en las personas mayores diabéticas es una situación percibida que,
según ellas, puede emerger en cualquier momento. Los principales temores a complicaciones
están asociados al riesgo de una pérdida física o amputación, a un infarto y, de manera más
drástica, a la muerte inevitable. Las formas en que las personas reaccionan ante el diagnóstico
varían según el referente individual y de género. Entre las reacciones manifestadas por los
varones, en algunos casos identificadas también por los familiares, figuran el asombro, la
cólera, el sentimiento de inutilidad y de proximidad a la muerte y la indiferencia que
conllevaba a la posposición del control. En el caso de las mujeres, se destacan la inseguridad y
el miedo a estar solas, resignación, mayor curiosidad y deseos de información, sentimientos
de culpa y vergüenza, deseos de ponerse en control médico de inmediato y sensación de
inutilidad e impotencia. La realidad vivida por las personas adultas mayores diabéticas
muestra una compleja maraña de elementos individuales y familiares que permean
concepciones sobre la enfermedad y su control muy particulares, que incluyen la forma en
cómo son atendidos en los servicios de salud. Al estudiar la fenomenología del padecimiento
de la DM en la persona adulta mayor, se evidencia una centralización del concepto de la
enfermedad en la dimensión corporal, lo que pone de manifiesto la división del ser y la
interpretación de la salud y la enfermedad a partir del plano físico. Se resaltan las limitaciones
y las complicaciones asociadas a la enfermedad y el tratamiento, pero se dispone de poca
información sobre cómo enfrentar de manera práctica y positiva una condición de enfermedad
crónica. Sin lugar a duda, los esfuerzos colectivos deben encaminarse a propiciar mejores
condiciones de vida que redunden en bienestar para una población que cada vez vive más
años. No obstante, esa prolongación en los años de vida debe estar acompañada de

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condiciones sociales, sanitarias, económicas y culturales que permitan el disfrute de calidad
de vida. (Masís, 2010).
La insuficiencia renal crónica (IRC) también está constituida en la actualidad como un
problema que afecta la salud pública de todos los países del planeta y se encuentra asociado a
una elevada morbilidad y mortalidad, además de costos elevados en los sistemas de salud.
Reportes señalan que esta condición afecta a un 10% de la población adulta de diversas razas
que viven en los diferentes continentes. Según ciertas investigaciones, 1 de cada 10 personas
adultas presenta algún nivel de patología renal crónica. Los entes reguladores de la salud
como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la
Salud (OPS), invocan a los sistemas de salud a realizar exámenes que detecten a personas con
alto riesgo de sufrir daño renal. Cabe señalar que la diabetes y la hipertensión arterial,
sumadas a la edad, son factores que condicionan la salud al desarrollar diversas patologías, en
las que se incluye la IRC. Las opiniones de los pacientes sobre su enfermedad se basan en
alrededor de cinco componentes interrelacionados: identidad de su enfermedad, creencias
causales, cronología, creencias sobre el control y la cura, y creencias. Además de estas
percepciones cognitivas, los pacientes tienen respuestas emocionales a la enfermedad, que
incluyen ira, ansiedad y depresión. Cada componente se relaciona con la percepción sobre un
aspecto de la enfermedad y juntos proporcionan la visión coherente del paciente de una
enfermedad. Estos elementos cognitivos y emocionales de representaciones de enfermedades
son parte de una amenaza o enfermedad de salud que están asociadas a comportamientos de
afrontamiento, psicológicos, de angustia, y a la calidad de vida de personas afectadas.
(Cruzado Delgado, 2020)
Con frecuencia, se habla que la seguridad del paciente es un componente esencial de la
calidad de la atención. Efectuar la medición del riesgo que conllevan los cuidados
hospitalarios es de suma importancia para el sistema de salud por el impacto que esto
representa en diversas esferas de la vida, no solo desde el punto de vista sanitario sino también
económico, jurídico, ético, social e incluso mediático. Esto implica llevar al campo de la salud
pública el análisis de los riesgos y las probabilidades de que ocurran hechos relacionados con
la salud o su pérdida, así como la aparición de discapacidades, la ocurrencia de accidentes y
otro tipo de eventos inesperados. (Fernandez Cantón, 2015)

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La implicación del paciente en la seguridad se ha subrayado como una necesidad de la
práctica clínica, para lo que es necesario que el paciente sea consciente de los riesgos
inherentes de práctica clínica. Este punto es particularmente importante en nuestro caso,
porque según datos recientes, menos de la mitad de los españoles espera que se produzcan
errores clínicos y la mayoría considera que es improbable ser víctima de un error durante una
estancia hospitalaria. Los pacientes constituyen una fuente relevante y complementaria de
información para mejorar la seguridad clínica. Pueden informar de fallos de sistemas y de
errores, en ambos casos información útil para modificar protocolos y guías. También, nos
ofrecen pistas sobre su percepción de seguridad (confianza) en el sistema sanitario y sus
profesionales, que permite revisar la información que conviene trasladar a los pacientes.
Mientras que la percepción del riesgo de sufrir un evento adverso se mantiene estable aún en
aquellos casos que han experimentado daño, la confianza de los pacientes, sobre todo en el
médico, se deteriora cuando sufre daño, lesión o complicaciones en el curso de un tratamiento.
La información que proporcionan los pacientes puede contribuir a mejorar la seguridad de los
procedimientos de trabajo.(Mira et al., 2012)
Finalmente, entender que las entidades cardiovasculares son una problemática de salud
pública, implica no solo entender y aprender a manejar las situaciones fisiopatológicas de
estas entidades médicas, sino la percepción y el mundo de emociones que abordan un paciente
cada día hace generar incertidumbre y desconfianza en su modo de ver, por lo cual la
invitación es abordar de forma integral estas situaciones para de esta forma evitar eventos
adversos relacionados a la atención médica.

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Objetivos

General:
Identificar los indicios y frecuencia de los posibles eventos adversos apreciados por los
pacientes diabéticos y renales en Alicante y Madrid durante febrero y mayo del 2010

Específicos:
 Describir los eventos adversos percibidos por los pacientes diabéticos y renales, en la
atención de salud.
 Estudiar la relación existente entre los factores de riesgo de los pacientes diabéticos y
renales, conexos con los eventos adversos.
 Establecer la frecuencia de posibles Eventos Adversos percibidos por los pacientes con
diabetes y enfermedad renal durante la atención de salud y su apreciación en la
seguridad de la atención prestada.

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Conclusiones

El personal asistencial que hace parte del recurso humano de un hospital, clínica o centro de
salud, desempeña un papel importante dentro de la cadena funcional de la institución, no solo
tiene que ver con su conocimiento en el campo de la medicina o la enfermería, entre otros,
sino un abordaje de manera integral sobre el paciente y su patología, y para ejecutarlo
correctamente es vital operar bajo parámetros que permitan una relación de confianza y
compromiso enfocado en el cuidado de este.

Es por lo anterior que, la realización de actividades informativas con fines de sensibilización


tanto para colaboradores internos (personal institucional) como externos (proveedores y
usuarios), contribuye a la mejora continua de protocolos y guías de manejos; y así fomentar
las practicas seguras y manejar el riesgo. Siendo este, la promoción del reporte de eventos
adversos orientado a la supresión de conductas en consecuencias laborales (práctica clínica)
negativas futuras, crea conciencia en el personal refiriendo que nadie se encuentra exento de
un evento adverso y para ello es esencial el apoyo institucional, siendo factible el uso de un
sistema de notificación fácil de comprender y diligenciar.

Con un sistema de notificación de fácil acceso para el personal, podemos tener rápidamente
un plan de acción y de esta forma evitar que el suceso se vuelva a presentar. Los pacientes y
sus familiares deben sumergirse en la importancia del autocuidado, siendo trascendental el rol
que van a cumplir a futuro dentro de la cultura en reporte de eventos adversos.

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Finalmente, la labor de la institución no es solo implementar la metodología de vigilancia de
eventos adversos, su trabajo debe iniciar con el estudio y el diagnóstico del riesgo en su
institución, el cual debe realizarse en todos los servicios, identificando acciones inseguras
para con base en esto lograr establecer prácticas que ayuden con el cuidado integral de los
pacientes, desde cualquier ámbito o patología diagnostica.

Referencias

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