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Son derechos absolutos: esto es, que poseen una posibilidad alegatoria
“erga omnes”, es decir ante cualquiera. Sin embargo, esta característica no
quiere decir que sean ilimitados, sino que limitaran las libertades de
expresión como veremos por ejemplo en el artículo 20.4 CE. cuando estas
atenten contra la vida privada.
4. Derecho al nombre
Este incluye los apellidos “En la Constitución Política Peruana de 1993, aún
vigente, no se consagra expresamente el derecho al nombre, pero sí se reconoce
en el artículo 2, numeral 1) el derecho a la Identidad, el mismo que se encuentra
contemplado además en el artículo 8 inciso 1) de la Convención sobre los
Derechos del Niño y en el artículo 6 del Código de los Niños y Adolescentes,
aprobado por Ley No.27337.
- 4.2 características
4.2.1. Obligatoriedad
Es nuestro mismo código civil de 1984 que indica que el nombre es un “derecho
y un deber”, con lo que resalta su imperativo de obligatoriedad, tanto en
tener un nombre, como el derecho a poder usarlo, este estará estructurado por
una dualidad en su composición: el apellido, que fijará la filiación y la identidad
genealógica con su familia y, el prenombre, que es de libre elección y no tiene
ninguna vinculación con otro criterio establecido. Ello garantiza el
desenvolvimiento de las personas en el sistema jurídico, pudiendo individualizarse
de los demás identificarse.
4.2.2. Inmutabilidad
Para poder distinguir quién es quién en la sociedad, no basta con las diferencias
somáticas, sino que requiriendo de un soporte jurídico que contribuya a ello, es
que “el nombre” entra a tallar como el único criterio por excelencia a considerar de
ahí que al ser registrarnos En el Registro Civil y Partidas no podemos alterarlo a
nuestro antojo. En el artículo 29º del código civil se establece “la regla” que
nadie puede cambiar su nombre ni hacerle adiciones; pues de no ser
así, entendemos, que sería difícil la identificación de la persona y está
inseguridad jurídica generaría serios impedimentos en el desenvolvimiento
de las relaciones sociales de las personas.(Vásquez, 2015, pág. 175) señala que
“el principio se reduce a asegurar la prohibición absoluta de las
modificaciones voluntarias o caprichosas manteniendo la regla general del
nombre invariable durante toda la vida del sujeto, salvo en los supuestos en los
que la mutación se produce por imperio de la ley.
4. 2.3. Indisponibilidad
4.2.4. Imprescriptibilidad
4.2.5. Irrenunciabilidad
4.2.6 La inembargabilidad
Está referida a la calidad de “derecho” que tiene el nombre. Por lo que llevar el pre
nombre y el apellido de sus padres es un derecho regulado por ley y nadie puede
privar su uso, no mediando razón o motivo que lo justifique. Tanto es así que
incluso la persona que cometiera un crimen de gran aberración, que merezca un
alto reproche penal, no podría ser privado de su nombre; porque la propia
naturaleza de este lo hace necesario, y quizá sea de los derechos absolutos que
no admiten relatividad en su aplicación.
El cambio o adición del nombre alcanza, si fuere el caso, al cónyuge y a los hijos
menores de edad. “Una vez que se asigna una cierta denominación a cada
individuo, súrgela necesidad de que éste conserve el nombre dado. Su
eventual modificación podría generar confusión e impediría la identificación de la
persona.
Así mismo, creemos que sería procedente el cambio de nombre de una persona
que es homónima de un avezado y famoso delincuente o de persona
que ha sufrido escarnio público, que le impide realizar normalmente sus
actividades cotidianas, por las continuas discriminaciones o temores de la que es
víctima.
Partida de nacimiento.
La redacción del artículo 29º del Código Civil considera el cambio de nombre
como una excepción a la regla, siendo la única posibilidad cuando el
juez considere que está frente a un “motivo justificado”, quedando a su total
subjetividad de qué supuesto es, o no es, un motivo justificado.
Ante la textura abierta del artículo 29º, no existe alguna norma de
desarrollo que establezca parámetros de qué es un “motivo justificado”, tampoco
jurisprudencia vinculante que lo desarrolle, pues la Corte Suprema ha
tomado la postura genérica de no conocer los procesos de naturaleza no
contenciosa y el Tribunal Constitucional sólo ha desarrollado la posibilidad
de cambiarse el nombre al no coincidir con la identidad de género del individuo.
5. Bibliografía
https://www.derechoycambiosocial.com/RJC/Revista15/nombre.htm
Editores. Obtenido de
https://www.derechoycambiosocial.com/RJC/Revista15/nombre.htm
http://www.nuevocodigocivil.com/wpcontent/uploads/2015/06/El-cambio-
de-nombre-y-los-justos-motivos-.