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DERECHO A LA PROTECCION DE HONRA, REPUTACIÓN

PERSONAL, A LA VIDA PRIVADA FAMILIAR

Introducción

Los derechos de la personalidad se consideran innatos en cuanto emergen


de la propia naturaleza del ser humano y excepcionalmente en las personas
jurídicas, según el derecho del que se trate; son inherentes, porque las personas
no pueden despojarse de ellos, y resultan esenciales debido a la misma fuente de
la cual deriva, pues permiten el amplio desarrollo de las capacidades personales.

Los derechos de la personalidad resultan irrenunciables, porque, aunque el


individuo lo quiera, se encuentra impedido para declinar sus atributos a otros; son
inembargables, la misma persona es quien les da vida, fuerza e identidad, y sin la
figura personal de los sujetos de derecho estos atributos carecen de significado.
Son extrapatrimoniales: no tienen una expresión monetaria.

Estos derechos no son absolutos, sino limitados, porque la persona no está


facultada para abusar de sus potencialidades, es decir, el derecho de disposición
o explotación no es absoluto en este sentido, el orden jurídico protege al mismo
individuo de sí, ya que una total liberalidad de dichos bienes afectaría en forma
inmediata al género humano y, en consecuencia, al orden social.

Derecho al honor y la honra.

El honor es aquel derecho que tiene toda persona a su buena imagen,


nombre y reputación, de tal forma que todo individuo tiene derecho a que se le
respete dentro de una esfera personal, cualquiera que sea su trayectoria.

Es un derecho único, personal e irrenunciable de todo ser humano. Cuando


se alude al honor quiere significarse el juicio de valor que los demás individuos
practican sobre las propias cualidades y sentimientos.

Jurídicamente, el derecho al honor constituye el derecho que cada ser


humano tiene al reconocimiento y respeto, ante él mismo y ante las demás
personas, de su dignidad humana y de los méritos y cualidades que ha ido
adquiriendo como fruto de su desarrollo personal y social.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 12,


preceptúa, en lo conducente, que "Nadie será objeto de ataques a su honra o a su
reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales
ataques".

Los posibles autores de la lesión al derecho al honor son todos aquellos


que, bien a través de hechos o de opiniones personales puedan dañar de forma
indubitada, la esfera personal y privada de una persona, por cualquiera de los
diferentes medios de comunicación existentes en la actualidad

Intimidad

Es la esfera personal de cada uno, en donde residen los valores humanos y


personales, siendo un derecho fundamental para el desarrollo de la persona y de
la familia, además de ser un ámbito reservado contra intromisiones e
indiscreciones ajenas. La intimidad se ha protegido siempre de forma limitada

No sólo se centrará dentro de este ámbito, sino que además también afecta
a otros campos como son las violaciones de la correspondencia y comunicaciones
personales, obtención de datos relativos a la intimidad personal, familiar, o de
terceros pertenecientes a la esfera de la familia.

De tal forma, que la intimidad es aquella esfera personal y privada que


contiene comportamientos, acciones y expresiones que el sujeto desea que no
lleguen al conocimiento público.

Todo ello requiere de una protección jurídica con el fin de que se respete la
vida privada y familiar, garantizando a la persona esa esfera o zona reservada en
donde transcurren las circunstancias de la vida personal, como son a saber, entre
otros: el nacimiento de hijos, embarazos, enfermedades, desengaños amorosos,
aspectos profesionales, y todo aquello que ocurre en la vida de toda persona.
Los artículos 6º. y 7º. de nuestra Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos garantizan el derecho a la información y a la libertad de
expresión, los cuales deben convivir en una sociedad en armonía para su debido
desenvolvimiento y desarrollo, implicando a los individuos que la conforman a una
actitud crítica hacia el desempeño de las funciones de nuestros gobernantes.

Ahora bien, el ejercicio de tales derechos encuentra su límite en que no se


ataque la moral ni los derechos de terceros, lo cual entra en el ámbito de los
derechos a que nos hemos venido refiriendo.

El artículo 16 de nuestra Carta Magna establece un principio del derecho a


la intimidad, al preceptuar que "Nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, ...... sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad competente,
que funde y motive la causa legal del procedimiento".

Este mismo artículo, en su párrafo noveno, se refiere a la inviolabilidad de


las comunicaciones privadas, que se comprende en la esfera de la intimidad y
privacía de las personas. Sin embargo, en casos excepcionales, la autoridad
podrá autorizar la intervención de las mismas, aunque nunca tratándose de
materias de carácter electoral, fiscal, mercantil, civil, laboral, administrativo, ni en
el caso de las comunicaciones del detenido con su defensor.

Cabe destacar que si bien es cierto nuestros diversos ordenamientos


jurídicos no regulan en forma específica los derechos a la intimidad, el honor y la
propia imagen, así definidos, en la forma en que lo hacen las disposiciones
españolas, no menos cierto lo es que, de alguna manera, sí se encuentran
tutelados en algunas disposiciones, como lo son los Códigos Penal y Civil del
Estado.

De igual forma, el tener una vida privada implica a todo individuo a


resguardar determinados datos del conocimiento público, ya que, si éstos fueran
divulgados, supondría una violación a su intimidad, lo que se traduce en la
obligación de guardar el secreto, respecto de aquellos datos cuya confidencia se
deposita en otras personas, virtud a la confianza que se les otorga.

El secreto es pues algo íntimo que no puede comunicarse a terceros, ni


mucho menos divulgar a un tercero desconocedor del mismo, ya que la
comunicación de todo secreto se traduce en violación del mismo y,
consiguientemente, de la intimidad de los individuos.

CONCLUSIÓN

La fuente de los derechos de la personalidad es la ética, entendida esta


como una ciencia filosófica de la moral. Como expresa Recaséns Siches, “el
derecho está orientado hacia peculiares valores éticos, pero con especial sentido
jurídico” por tanto, los derechos de la personalidad deben gozar de ese sentido
jurídico otorgado por la autoridad del Estado en la norma coercitiva. Con relación a
la función social del derecho, Recaséns Siches dice: “el derecho es un ensayo de
realización de las exigencias de la justicia con relación a una realidad social
determinada”.

En todos los órdenes legislativos anteriores es claro que los derechos de la


personalidad se anuncian como una medida preventiva en dos sentidos: primero,
para que los integrantes de la sociedad sepan de los derechos que poseen, y
segundo, la obligación de terceros para respetarlos y que conozcan las
consecuencias que surgen en caso de transgredirlos.

Bibliografía

https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://
archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3636/5.pdf&ved=2ahUKEwiq2OGrzY7-
AhWHIUQIHY25ANoQFnoECBcQAQ&usg=AOvVaw0C0bfnDQumH4htGjS9N-HE

Derechos de la Personalidad en México | 2022 - Derecho y Sociedad Mexicana (leyderecho.org)

Derecho a la Intimidad, al Honor y a la Propia Imagen (tribunalmmm.gob.mx)


Tesis_tematica_Honor.pdf (scjn.gob.mx)

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