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Por lo menos el 10% de los pacientes ancianos que ingresan en el hospital tienen
delirio; el 15 al 50% experimentan delirio en algún momento durante la hospitalización.
El delirio también es frecuente después de la cirugía y entre los residentes de asilos y los
pacientes de la unidad de cuidados intensivos. Cuando se presenta en personas más
jóvenes, suele deberse al consumo de drogas o a un trastorno sistémico que pone en
peligro la vida.
Etiología
Las causas más frecuentes de delirio son las siguientes:
Fármacos, particularmente los anticolinérgicos, los psicoactivos y los opiáceos
Deshidratación
Infección
Muchos otros trastornos pueden provocar delirio como lo son:
CAUSAS NEUROLOGICAS
Trastornos Cerebrovasculares Accidente cerebrovascular hemorrágico,
accidente cerebrovascular isquémico,
ataque isquémico transitorio
Inflamación o Infección Encefalomielitis desmielinizante aguda,
absceso cerebral, vasculitis del sistema
nervioso central, encefalitis, meningitis,
meningoencefalitis
Trastornos Convulsivos Estado de mal epiléptico no convulsivo,
estado posictal
Traumatismos Hematoma subdural, traumatismo de
cráneo
Tumores Carcinomatosis meníngea, tumor cerebral
primario o metastásico
CAUSAS NO NEUROLOGICAS
Fármacos Anticolinérgicos, antieméticos,
antihistamínicos (p. ej., defenhidramina),
antihipertensivos, algunos antibióticos,
antipsicóticos, antiespasmódicos,
benzodiazepinas, fármacos
cardiovasculares
Trastornos Endocrinos Insuficiencia suprarrenal o hipofisaria,
síndrome de Cushing,
hiperparatiroidismo, hipertiroidismo,
hipotiroidismo
Enfermedades Hematológicas Síndrome de hiperviscosidad, crisis de
células blásticas leucémicas, policitemia,
trombocitosis
Infecciones Infecciones Fiebre, neumonía, sepsis,
infecciones sistémicas, infecciones
urinarias
Lesiones Quemaduras, lesiones por agentes
eléctricos, embolia grasa, golpe de calor,
hipotermia. Alteraciones del equilibrio
ácido-base, alteraciones hidroelectrolíticas
Fisiopatología
Los mecanismos no se entienden completamente, pero pueden implicar:
Deterioro reversible del metabolismo oxidativo cerebral
Alteraciones de múltiples neurotransmisores, en especial deficiencia colinérgica
Generación de marcadores inflamatorios, incluida la proteína C reactiva, la
interleucina-1 beta y 6, y el factor de necrosis tumoral-alfa
Manifestaciones Clínicas
Diagnostico
-Examen del estado mental: Los pacientes con cualquier signo de deterioro cognitivo
necesitan un examen formal del estado mental. La atención se evalúa primero. Las
pruebas simples incluyen la repetición inmediata de los nombres de 3 objetos, la
amplitud de dígitos (capacidad de repetir 7 dígitos hacia adelante y 5 hacia atrás) y la
denominación de los días de la semana hacia adelante y hacia atrás. La inatención (el
paciente no registra las directivas u otra información) debe diferenciarse de la escasa
memoria a corto plazo (los pacientes registran la información pero la olvidan
rápidamente). Otras pruebas cognitivas son fútiles en aquellos que no pueden registrar
la información.
Las siguientes características son requeridas para el diagnóstico del delirio según los
criterios del DSM-5:
Trastorno de la atención (p. ej., dificultad para concentrarse o seguir lo que se
dice) y del estado de alerta (reducción de la orientación respecto del entorno)
La alteración se presenta en un corto período (más de horas a días) y tiende a
fluctuar durante el día.
Cambio agudo en la cognición (p. ej., déficits de memoria, lenguaje, percepción,
pensamiento)
La anamnesis también debe incluir el uso de alcohol y todas las drogas ilegales, los
fármacos de venta libre y de prescripción, concentrándose particularmente en los
fármacos con efectos anticolinérgicos y/o de otra clase sobre el sistema nervioso central
y en las nuevas adicciones, interrupciones o cambios en la dosis, incluida la sobredosis.
También se deben incluir suplementos nutricionales (p. ej., productos a base de hierbas).
-Examen físico: El examen, sobre todo en los pacientes que no cooperan plenamente,
debe concentrarse en:
Signos vitales
Estado de hidratación
Focos potenciales de infección
La piel y la cabeza y el cuello
Examen neurológico
Los hallazgos pueden sugerir una causa, como las siguientes:
La fiebre, el meningismo o los signos de Kernig y Brudzinski sugieren una
infección del sistema nervioso central.
El temblor y las mioclonías sugieren uremia, insuficiencia hepática, intoxicación
por fármacos o algunos trastornos electrolíticos (p. ej., hipocalcemia,
hipomagnesemia).
La oftalmoplejía y la ataxia sugieren un síndrome de Wernicke-Korsakoff.
Pronóstico
Las tasas de morbilidad y de mortalidad son altas en los pacientes que tienen delirio
y se internan en un hospital o que lo desarrollan durante la hospitalización; el 35 al 40%
de los pacientes hospitalizados con delirio mueren dentro del año. Estas tasas pueden ser
altas en parte porque estos pacientes tienden a ser mayores y tener otros trastornos
graves.
El delirio debido a ciertos trastornos (p. ej., hipoglucemia, intoxicación por fármacos
o alcohol, infección, factores iatrogénicos, toxicidad farmacológica, desequilibrios
electrolíticos) en general se resuelve rápidamente con el tratamiento. Sin embargo, la
recuperación puede ser lenta (días e incluso semanas o meses), sobre todo en los
ancianos, lo que conduce a estadías hospitalarias más prolongadas, un aumento del
riesgo y de la gravedad de las complicaciones, un incremento de los costos y una
discapacidad prolongada. Algunos pacientes nunca se recuperan plenamente del delirio.
Hasta 2 años después de ocurrido el cuadro, el riesgo de declinación cognitiva y
funcional, institucionalización y muerte está aumentado.
Tratamiento
Tratamiento de Sostén
Haloperidol en bajas dosis (0,5 a 1,0 mg por vía oral, IV o IM 1 vez, luego
repetidos cada 1 o 2 h según sea necesario), pueden disminuir la agitación o los
síntomas psicóticos
Antipsicóticos de segunda generación (atípicos) (p. ej., risperidona 0,5 a 3
mg por vía oral cada 12 horas, olanzapina 2,5 a 15 mg por vía oral 1 vez al día,
quetiapina 25 a 200 mg por vía oral cada 12 horas) pueden preferirse porque
causan menos efectos colaterales extrapiramidales
Las benzodiacepinas (p. ej., lorazepam 0,5 a 1,0 mg por vía oral o IV 1 dosis,
luego repetidas cada 1 a 2 h según sea necesario) son los fármacos de elección
para el delirio causado por la abstinencia de alcohol o de benzodiacepinas
Prevención
Como el delirio empeora mucho el pronóstico de los pacientes hospitalizados, debe
destacarse su prevención. Los miembros del personal del hospital deben ser entrenados
para tomar medidas a fin de mantener la orientación, la movilidad y la cognición y para
asegurar el sueño, una buena nutrición y la hidratación y el alivio suficiente del dolor,
sobre todo en los pacientes ancianos. Los miembros de la familia pueden ser
estimulados a ayudar con estas estrategias. Debe reducirse el número y la dosis de los
fármacos siempre que sea posible.