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Javier Lifschitz
La muerte pandémica
Sobre el Porvenir
Una de las formulaciones del Porvenir es que son los individuos que tienen
que ser defendidos de las instituciones sino lo contrario: son las
instituciones las que tendrían que ser defendidas contra los individuos.
Son las instituciones las que deben ser defendidas contra las pulsiones
destructivas de ciertos grupos, y a esta defensa han de responder todos
sus mandamientos, organizaciones e instituciones” ( FREUD, …). En eso es
bien enfático: además de regular la distribución de bienes y servicios en la
sociedad, una de las principales responsabilidades que las instituciones
deberían ser la de preservar y proteger las instituciones de esos impulsos
destructivos. Cuando se trata de la relación de los sujetos con las
instituciones, destaca, no hay posibilidad de progreso civilizatorio y esto
porque estructuralmente no se encajan y porque esas tendencias no
pueden ser simplemente suprimidas y que tanto en el Brasil como en la
Argentina desafían protocolos y medidas sanitarias básicas de publica, una
fuerza de destrucción sobre las instituciones y la vida colectiva. No se trata
de “psicologizar el campo político”, como dice Safatlle, reducir la dinámica
y la gramática política a su dimensión psicológica. Pero eso no impide de
indagar sobre cuestiones que hoy se actualizan, entre otros aspectos, en
esas fuerzas negacionistas.
Pero además de eso, reconocer en esa formulación de Freud lo que parece
ser una inversión de un principio liberal, clásico y fundante. El Acuerdo del
Pueblo, de 1649, considerado el primero manifiesto liberal moderno, ya
alertaba a los ciudadanos contra el avance de las instituciones sobre las
libertades individuales. Como decía uno de los pródigos pensadores
liberales latinoamericanos del siglo XIX, el argentino Juan Bautista Alberdi
en el ensayo “La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad
individual” :
Así, lo que Lacan detecta, en ese periodo de posguerra, con relación a las
instituciones no son tendencias antisociales, sino algo que el psicoanalista
brasileño Safatle denomina de “descomposición de las instituciones
patriarcales” (Safatle, p. 21) y que Lacan será más mundano al describir
como una disolución verdaderamente asustadora del status moral de
grupos:
Me refiero a un antes, y en cada uno, un
desconocimiento sistemático del mundo , a refugios
imaginarios, en que el psicoanalista puede identificar
en torno al grupo se vive una disolución
verdaderamente asustadora de su status moral , las
mismas modalidades de defensa que el sujeto utiliza
contra la angustia en las neurosis y con un grado de
éxito igualmente ambiguo, también tan paradoxal
eficaz como en las neurosis sellando así, pobres de
nosotros, un destino que se transmite entre
generaciones” (Lacan p. 106)
Por esta razão, a psicanálise logo se consolidou como uma referência maior na análise
de fenômenos de regressão social. Que lembremos, por exemplo, do recurso massivo da
Escola de Frankfurt à psicanálise na análise de fenômenos como o antisemitismo, o nazismo e
a constituição de personalidades autoritárias. Este recurso está presente desde o início dos
anos trinta, com os estudos pioneiros de Erich Fromm sobre a adesão do operariado alemão
ao nazismo a partir da análise das articulações entre “impulsos emocionais do indivíduo e suas
opiniões políticas”1. Fromm procurava, para além da expressão explícita do engajamento
político, compreender e tipificar as estruturas motivacionais e emocionais que sustentavam
tais decisões. Sua compreensão visava lançar luz sobre as contradições imanentes entre
comportamentos públicos e representações psíquicas, o que poderia explicar o sistema de
modificações bruscas das posições políticas da classe operária, como a deserção do
comunismo em direção ao nazismo.
Mas para além do uso da psicanálise na análise das dinâmicas de regressão social, os
frankfurtianos foram os primeiros a mostrar como a integração da psicanálise no interior de
uma reflexão sobre a crítica social permitiria desenvolver uma verdadeira crítica da economia
libidinal do capitalismo. Esta era a consequência da compreensão de que a análise dos
processos de racionalização social e seus descaminhos deveria, se quiser esclarecer
seufundamento, incorporar considerações mais amplas sobre a ontogênese das capacidades
prático-cognitivas dos sujeitos2. No entanto, Freud mostraria como tal ontogênese seria
1
FROMM, Erich; Arbeiter und Angestelle am Vorabend des Dritten Reiches, Stutgart: Deutsche Verlags-
Anstalt, 1980, p. 110. Para uma discussão sobre as primeiras colaborações de Erich Fromm ao Instituto de
Pesquisas Sociais, ver JAY, Martin; The dialectical imagination, California University Press, 1996
2
Daí porque Adorno lembrará: “Freud mostrou de maneira bem convincente que as forças que assumem
a função do cimento irracional de grupos, como lembrada por autores tais como Gustave Le Bon, são
atualmente efetivas no interior de cada participante do grupo e não pode ser compreendida como
indissociável da reflexão sobre a dinâmica conflitual dos processos de socialização das pulsões
e do desejo no interior de esferas de interação como a família, as instituições sociais e o
Estado, fornecendo novas bases para uma perspectiva materialista na medida que derivava
dinâmicas amplas de racionalização social das experiências materiais de interação tendo em
vista problemas de satisfação e reconhecimento.
Y en el Sur, las formas de dominación onde se inscribió el virus letal fue el neoliberalismo.
Aleman , neoliberalismo
muy diferente también a la idea de anomia, que Durkheim había diagnosticado desde
o campo da sociología y que se difundió tanto que se tornó casi una imagen auto
referida de la propria modernidad (Fernandez.
Dahrendorf sustenta que a sociedade moderna desse final do século vinte está a caminho da
anomia porque a impunidade penal crescente é responsável pelo agravamento da
imprevisibilidade das condutas individuais (Dahrendorf, 1987, p. 11-46).
Com estas análises, Durkheim afirma ainda mais nitidamente, nas suas Lições, que o caráter
amoral da vida econômica constitui um real perigo público. Segundo ele, o desencadeamento
dos interesses econômicos foi acompanhado de um abaixamento da moral pública
Importa, portanto, no mais alto ponto, que a vida econômica seja regulada, que seja
moralizada afim de que os conflitos que a perturbam possam ser encerrados, e, enfim, que os
indivíduos cessem de viver no seio de um vazio moral em que sua moralidade individual se
torna anômica [...]
Pandemonios sudacas
En el psicoanálisis siempre se vuelve a las marcas y eso es singular de ese campo. En
sociología, por ejemplo, esos helos son más cortados y por épocas hay
distanciamientos o motivos para no querer saber de conceptos fundacionales. Em
cambio, en psicoanálisis los textos son retomados y el Porvenir retorna em diversos
abordajes psicoanalíticos sobre la política, como en el libro Pandemoniun del
psicoanalista argentino Jorge Alemán. Claramente parafraseando a Freud, dice, para
generar una intervención: «¿cuál es el quantum de pulsión de muerte que una
civilización puede admitir sin que sus cimientos se vean socavados?». Pandemonium P
22.
La misma pregunta de Freud, pero casi cien años después y desde América Latina. La
lectura ahora es más transversal y desde otro lugar, son los discursos como
efectuación de lazos sociales y es el discurso capitalista el que atraviesa sujetos e
instituciones. Las tensiones y lo destructivo habitan tanto en los sujetos como en las
instituciones. Por un lado, porque al discurso capitalista no le interesa la verdad, la
expele, la desconoce , no incorporada en su estructura simbólica. Por otro, el discurso
capitalista es un movimiento de captura, es circular, aunque haya pandemias,
insurrecciones, masacres, catástrofes ecológicas vuelve siempre al mismo sitio de
captura y en ese movimiento conecta sujetos e instituciones en un mismo gozo. El
discurso capitalista es una forma de gozar.
Y eso lo ha entendido muy bien, pues su función histórica parece tener como
objetivo renunciar a la verdad y a la ética, al margen de cualquier uso público
de la razón para poder ejercer, entonces, un permanente homenaje a la pulsión
de muerte; lo que induce a la encarnación política del odio.
Como salir entonces de esa estructura voraz, que somete sujetos e instituciones. La
apuesta de Alemán con relación a la argentina cabe decir es muy próxima al
diagnóstico de Lacan con relación a la institucionalidad inglesa en la época da guerra: :
¿pueden los gobiernos populares de izquierda y democráticos construir un nuevo tipo
de autoridad no represiva, pero lo suficientemente firme como para darle una nueva
consistencia al ejercicio de la soberanía y donde la apelación a la llamada
autodisciplina no constituya la última palabra en la catástrofe pandémica?
La cuestión en el Brasil sin duda es otra. Como estamos en la arena del discurso
también hay semblantes y personajes, y el carácter indómito de Bolsonaro también
desafía al psicoanálisis local. Como advierte el psicoanalista brasileiro Cristian
Duncker , sus actos no responden a patologías orgánico-mentales
Bibliografia