Está en la página 1de 4

Las ritualidades de la muerte alrededor de la figura de Kurt Cobain en el unplugged

de 1994.
Introducción
El presente ensayo tiene como finalidad explorar las representaciones de la muerte en el
mundo occidental y la transformación de estas, a partir del análisis del unplugged 1 de la
banda estadounidense Nirvana, la cual dejo este testimonio audiovisual como uno de sus
últimos legados musicales, agregando una connotación bastante particular de la puesta en
escena que permite evidencia cierto aire fúnebre, que delata el estado mental de su vocalista
principal, Kurt Cobain, pero que además permite comprender desde esta ritualidad, la
fatalidad en la que se ha convertido la muerte para las sociedades del capitalismo tardío.
1) Representaciones de la muerte:
La muerte es un suceso ineludible, se puede decir con total seguridad que la única certeza
que tenemos como seres humanos es el hecho en el cual algún día dejaremos de existir, ya
sea en circunstancias más o menos trágicas o en el más apacible de los escenarios, es una
realidad a la cual todos nos enfrentaremos tarde o temprano hasta que sea nuestro turno de
afrontarla. Sin embargo, en la cultura del capitalismo tardío en la que nos vemos inmersos
se ha ido gestando una suerte de negación, una especie de olvido sucesivo en el cual, en
primer lugar, el ritual de la velación se ha mercantilizado y en segundo lugar, la persona
fallecida y todo lo que representó se pierde también en un frenesí propio de la sociedad del
rendimiento2 la cual nos obliga a superar rápidamente los dolores causados por una perdida
de un ser querido.
¿Esto siempre fue así? Señala Aries que en realidad esto forma parte de un hecho reciente,
en el cual la muerte siempre fue vivida de una forma tranquila, ritualista y pausada, en la
cual el enfermo sabía su posible destino y preparaba todo para una despedida tranquila y
sobria, algo que se ha transformado en el camino hasta llegar a una especie de actitud frente
a la muerte en la cual: “La vieja actitud frente a la muerte es a la vez familiar, próxima,
atenuada e indiferente, se opone demasiado a la nuestra, en virtud de la cual la muerte da
miedo hasta el cual no nos atrevemos a pronunciar su nombre.”3
A este temor se le suma el cada vez más privado ritual de la velación. Esta privacidad tiene
a mi juicio una intencionalidad, la cual es aislar el dolor, dentro de un capitalismo que
necesita personas que supriman sus emociones en pro del consumo. Me explico: se necesita
que la persona asuma rápido sus dolores, los tramite y los supere para poder seguir dentro
del huracán incontenible del consumo, e incluso se podría decir que se capitaliza la tristeza
en forma de viajes, terapias de coaching empresarial e incluso el refugio religioso que se
ampara en los vacíos dejados por la persona que ya no está, la tristeza y la necesidad de
respuestas a un procesos natural como lo es la muerte, nos ha llevado a refugiarnos en

1
Unplugged: Es un tipo de concierto impulsado por el canal de música MTV en los años 90´s, el cual tenia
como finalidad mostrar una faceta acústica de las bandas más importantes del momento.
2
Han, B. C. (2010). La sociedad del cansancio. Herder.
3
Ariès, P. (1975). La historia de la muerte en Occidente. Editorial Taurus. Pág. 33.
formas consumistas que lo único que han hecho es conducir y direccionar ese temor por la
muerte expresado en la cita anterior, hacia consumos efímeros que derivan tarde o
temprano en el colapso mismo de una persona, básicamente por duelos mal tramitados por
las negaciones impuestas socialmente por el consumismo y la necesidad de ser siempre
productivos.
Sin embargo, nos queda una nueva categorización que, a mi juicio, aparece en la década de
los 90´s del siglo pasado, hay dos síntomas sociales de que algo había cambiado en este
tiempo y que se ha profundizado en el presente, la cual es la muerte como espectáculo.
¿Qué quiere decir lo anterior? ¿Cómo se relaciona con la década mencionada? Es un hecho
que algo cambio en este periodo histórico, tal vez el derrumbe de la URSS, la falta de
paradigmas claros y la demente afirmación de Fukuyama sobre el fin de la historia, en la
cual el capitalismo era la única vía posible, nos enmarca en un callejón sin salida, sin
esperanza, en la cual además, debido a normativas estadounidenses relacionadas con los
derechos de imagen de las guerras, ahora se presentaban estas en las noticas como un juego
más, como un espectáculo donde miles de muertos sin nombre caían frente a los ojos de un
espectador desprevenido e indiferente con una realidad que no lo tocaba directamente.
Pero, además, aparece el grunge en el mundo del rock con su existencialismo y su
nihilismo, encarnado en la figura de Kurt Cobain y su banda Nirvana. Con este último, la
muerte se nos aparece como un show mediático, en la cual el artista se va extinguiendo
lentamente hasta apagarse, otra forma de consumo se presenta aquí en la cual un hombre o
mujer mueren frente a nosotros y solo nos lamentamos cuando ya es demasiado tarde,
cuando a la misma muerte reclama frente a nosotros a esa persona que clama por ayuda.
En el caso de los artistas el asunto es más dramático pues ellos nos dejan mensajes ocultos
en muchos lugares como una especie de señal de auxilio. A continuación, expondré como se
fue gestando lentamente esta ritualidad velatoria en la obra de Nirvana, sobre todo en sus
dos últimos años de existencia. resaltando como termina el suicidio de Cobain siendo en
cierto sentido utilizado por el mismo artista como una suerte de denuncia de las
contradicciones propias de la industria musical en este caso, su muerte como una especie de
performance radical que buscó representar que algo anda muy mal con ese sistema que el
ayudo a consolidar de cierta forma, hecho que repudió hasta el último de sus días.
El grunge cómo crónica de una melancolía inexplicable
En 1991 hay un cambio importante en el mainstream musical, irrumpe Nirvana con fuerza
en el panorama y les despoja el reinado a las bandas de rock glam, deconstruyendo todo,
desde la vestimenta hasta el estilo musical, todo se subvierte. Entonces se gesta una nueva
voz, una nueva estética que le habla a la juventud del momento, la cual se encuentra libre
(¡por fin!) del discurso sociocultural de la guerra fría, pero, a su vez tiene que afrontar las
consecuencias del mundo neoliberal, el cual ha destruido las oportunidades que antaño
tuvieron abuelos y padres de esta misma juventud.
Por lo anterior, visto con los ojos críticos del presente, esta generación cayó en una suerte
de nihilismo, en la cual la visión a-política se impuso y fue a partir de allí cuando la
pregunta por el ser comienza a impregnarlas letras, la estética y toda la apuesta
performativa del movimiento grunge.
Dicho cambio marca la presencia de la muerte en las letras. Si bien con apuestas musicales
previas como el post-punk de Joy División ya colocaban en la palestra esta cuestión, pocas
veces trabajada en la música, es con el grunge y en especial con Nirvana que se nos
presenta una constante interrogante sobre la muerte y la posibilidad real de un escenario en
el cual el que nos canta ya no está, casi podría decirse que las letras y estética grunge
guardan mucha relación con la ausencia, con todo aquello que les fue despojado/arrebatado
a los jóvenes de esta época e incluso en el presente.
La sensación de ausencia, la cercanía con la muerte y la crítica social a una sociedad que
constantemente naturaliza y a la vez cuestiona dichas ausencias, deriva en el movimiento
grunge a una sensación melancólica, dolorosa en la cual estas ausencias han marcado la
vida de quienes cantan y componen. La crudeza de los acordes, de las voces contrastan con
una sensación de indefensión, de incomodidad constante por la ausencia. Por medio de las
letras, se da una voz de auxilio desde los sentires profundos, hay una suerte de desasosiego
en el cual el lugar en el mundo para esa persona sencillamente no existe y frente a esto solo
queda la muerte, por que la vida para ellos es un dolor constante que acabará solo con la
muerte.
Ese es el sentido melancólico de este movimiento, demasiado crudo quizás, pero propio de
la época en la que se gestó, debido a que el sueño americano jamás llego para ellos. En el
caso de América latina donde estábamos afrontando otro tipo de realidades, pienso que el
discurso grunge no fue tan relevante de manera directa, pero si marcó un cambio sonoro
importante, no tan melancólico y más político, más retador de las desigualdades sociales.
Aquí la nostalgia se marca por la imposibilidad de cambio, la ruptura del tejido social y la
convivencia constante con la violencia en sus diferentes encarnaciones, casi podríamos
decir que en Latinoamérica esta nostalgia se convierte en rabia y movilización social. Sin
embargo, como veremos, las implicaciones de este movimiento en la cultura
norteamericana fueron tan profundas, que incluso se habla de la muerte del rock como un
gran genero mainstream, movilizador de masas, a partir de este momento histórico.
Se encuentra entonces una validación discursiva del relato de la muerte, de la melancolía y
de la tristeza como emociones validas, se reivindica el derecho a estar triste en las letras,
sobre todo en una escena mainstream que hasta ese momento había privilegiado un relato
de fiesta y descontrol permanentes; prácticamente toda la década de los 80´s estuvo
permeada por esta perspectiva. Ahora, como intentaré analizar en el siguiente apartado,
veremos de que forma la muerte está presente en la discursividad de Nirvana y se irá
agravando en el transcurso de los tres años de carrera de esta banda (al menos en cuanto al
mundo comercial se refiere).
Nevermind e In Útero: Relatos de un hombre que cae al abismo en público
En septiembre de 1991, irrumpía con fuerza en las emisoras rock el primer sencillo del
albúm “Nervemind” de Nirvana, “Smells Like Teen Spirit”, canción en la cual se retrata
una sensación de inconformismo, podría decirse que es el himno que reivindica la
diferencia, la otredad frente a la estandarización, sociocultural gestada durante toda la
década anterior; por ejemplo la estética, de repente verte desalineado era la normal y no la
excepción, se popularizaron discursos que cuestionaban el orden social establecido y tal vez
lo más evidente, se exteriorizaron las mal llamadas “emociones negativas”, pues había
imperado una lógica que en clave del filósofo Kierkegaard llamaríamos “la estética”, es
decir, aquellas formas de vida que evaden la tristeza y buscan emociones efímeras, tal ves
en parte por eso es que la juventud que se hallaba entonces buscaba una experiencia más
trascendental, es decir, que les permitiera vivir su dolor sin temor al juzgamiento social, al
ser señalado o al ser marginado social. El ser marginal se volvió la norma a seguir y esta
canción es un fiel reflejo del “zeitgeist” de su época.
Las letras de los álbumes de Nirvana son un fiel retrato de ello, también respaldadas por la
fuerza creativa de Cobain. La sonoridad no siempre es sencilla de seguir, la crudeza y la
deconstrucción discursiva cobra un valor inusitado en estos dos álbumes, además, con un
factor adicional: las letras de Cobain son profundamente autobiográficas y un fiel reflejo de
una menta que iba lentamente cayendo en el nihilismo absoluto, las ritualidades ligadas a
un deseo de morir aprecen con mas crudeza en las letras del In útero y en un momento muy
distinto de su carrera, la banda ya era famosa y esa realidad la odiaba Cobain a tal punto
que este álbum tuvo dificultades de distribución, a pesar de lo grande que era esta banda en
ese momento, algo ocurría en la mente de Cobain y nadie lo identificó porque en el juego
de la sociedad del rendimiento4 se producen “fracasados y depresivos” lo que me hace
pensar que muchos en emisoras, entre los fans y entre el mainstream que tanto odiaba
Cobain, se asumió con naturalidad el estar mal, es decir, se naturalizó el estado mental
depresivo de este cantautor ,lo cual me lleva a pensar irremediablemente que al final
Cobain tuvo razón en señalar la hipocresía social imperante, la discursividad moral permitía
que la gente estuviera triste y quisiera morir solo en espacios específicos, siempre y cuando
no interviniera en la productividad de la población juvenil a la que le cantaba esta banda.
Podría decirse entonces que encontramos un panorama en el cual, la banda reflejaba el
estado de ánimo de su líder y desde la mirada comercial, la depresión se convirtió en una
etiqueta más para vender. Esta música se presentó como una forma social de contención del
desanimo, pues no interfería finalmente con las lógicas de producción de un capitalismo
que no puede parar y al cual no le importan los sentires de las personas, solo el optimismo
productivo que para entonces no vendía y era fuertemente cuestionado.

4
Han, B. C. (2010). La sociedad del cansancio. Herder. Pág. 26.

También podría gustarte