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En el procedimiento que por divorcio sigue el ciudadano JUAN DE LA


CRUZ FLORES BLANCO, representado judicialmente por los abogados Mario
Antonio Lugo y Louissiana Romero, contra THAIS ALVINA HERNÁNDEZ
ÁVILA, representada judicialmente por las abogadas Martha Cardozo y María
Eugenia Álvarez; el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Bancario, del
Tránsito y de Protección del Niño y del Adolescente de la
Circunscripción Judicial del Estado Aragua, mediante decisión de fecha 21 de
abril de 2006, declaró con lugar la apelación ejercida por la parte demandada y
sin lugar la demanda, en consecuencia, revocó el fallo emitido por el Tribunal de
Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado
Aragua, de fecha 10 de marzo de 2005, en la cual se había declarado con lugar la
demanda.
 
                   Contra la decisión emitida por la Alzada, la representación judicial de
la parte demandante anunció recurso de casación, el cual una vez admitido fue
remitido el expediente a la Sala de Casación Civil.
 
                   Recibido el expediente por la Sala de Casación Civil, y concluida la
sustanciación del recurso, la misma declinó la competencia en esta Sala de
Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, para que conozca del recurso
en razón a que en el juicio se encuentra involucrada una niña, ahora adolescente.
 
                   Recibido el expediente por esta Sala de Casación Social, en fecha 28
de febrero de 2007, se dio cuenta en Sala designándose ponente al Magistrado
Omar Alfredo Mora Díaz.
 
                   Siendo la oportunidad procesal, se pasa a decidir el presente recurso
bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la suscribe, conforme las
consideraciones siguientes:
 
DEL RECURSO DE CASACIÓN
 
-I-
 
                   Plantea la parte recurrente la presente denuncia, en los términos que a
continuación se transcriben:
 
“PRIMERO: quebrantamiento y violación del contenido del
artículo 313 numeral 1 del Código de Procedimiento Civil, por
cuanto el fallo recurrido quebrantó al no cumplir con los requisitos
exigidos por el artículo 143 y 244 del Código de Procedimiento Civil,
que señala los requisitos que debe reunir toda sentencia. Al efecto:
 
1.- La sentencia recurrida, incurre en quebrantamiento y omisiones,
que lesionan el orden público, la paz familiar, la equidad y la
injusticia, por cuanto (sic)
 
2.- Consta en el expediente que la cónyuge demandada, no compareció
a los actos conciliatorios del proceso, pero sí a contestar la demanda y
a promover y evacuar pruebas lo cual demuestra a plenitud su claro
interés y obsesivo propósito de obstruir y entrabar, el proceso de
disolución del vínculo conyugal.
Señores magistrados: Se quebranta la legalidad, la justicia, el orden
familiar y social, cuando después de un proceso litigioso, que concluye
con un fallo acorde con el interés de dos personas de amor y afecto
perdido y agravado por las incidencias de un proceso contencioso
donde las partes han invertido tiempo, trabajo y dinero, en
definitiva, la Jueza del fallo recurrido, sin tomar en consideración esta
circunstancia, SIN ADMINISTRAR JUSTICIA ALGUNA
CONFORME A LA EQUIDAD, DECIDA, MANTENER EL
VÍNCULO COYUGAL, CAUSÁNDOME GRAVES Y SERIOS
DAÑOS FAMILIARES, MORALES….
2.-La recurrida es imprecisa e incurre en indeterminación, así como
en interpretación errónea, de disposición expresa de la Ley por lo
que dicho fallo debe ser declarado nulo, todo en virtud de las
consideraciones siguientes, al respecto: Expresa el fallo recurrido, en
el título IV (“CONSIDERACIONES PARA DECIDIR”) citando la
sentencia dictada por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo
de Justicia de fecha 21 de junio del 2005, con ponencia de la
Magistrada Carmen Elvigia Porras de Roa, señalando el criterio de que
no se requiere, que las injurias sevicias y ofensas, se produzcan en
forma repetitiva, para que se constituyan causal legitima, pues bien en
nuestro caso las mismas fueron debidamente señaladas en las
circunstancias del día y lugar en que se produjeron y así quedó
plenamente demostrado como lo afirma el Juez de Primera Instancia
cuando expreso: “en este orden de ideas, en atención a lo que
dispone el artículo 483 de la Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente, tomando como fundamento principal los
postulados que sustentan la norma, a lo alegado, probado y
debatido solamente en autos, actuando este juzgador obligado de
manera indeclinable por los nuevos postulados que en materia
probatoria establece la Ley Orgánica para la Protección del Niño y
del Adolescente, definitivamente acoge el mandato imperativo de
dicha norma y consecuencialmente a ello deben solamente tenerse
las declaraciones de los testigos JOSÉ RAFAEL GONZÁLEZ
PÉREZ Y MANUEL ARMANDO ROJAS NIEVES, como
necesarias determinantes y suficientes para dar por demostrado el
objeto de la pretensión, incluyendo quien aquí decide que luego de
transcurrido el presente proceso se da por demostrada la causal 3°
del artículo 185 del Código Sustantivo Civil vigente”.
Sin embargo, contradictoriamente, la ciudadana Juez del fallo
recurrido, no acoge el fallo que ella misma invoca”.
 
 
 
                   Para decidir, la Sala observa:
 
                   Es reiterada la posición de esta Sala de Casación Social, en cuanto al
deber del recurrente en cumplir con la correcta técnica casacional al plantear sus
denuncias, así, cualquier delación que pudiera configurarse como genérica, vaga,
imprecisa o confusa daría lugar a que fuera desechada por su indeterminación, al
extremo que incluso pudiera acarrear conforme al artículo 325 del Código de
Procedimiento Civil, el perecimiento del propio recurso. Pero no sólo es una
carga para el recurrente precisar con claridad la especificidad de sus denuncias,
sino que también está obligado a que su escrito de formalización, considerado
éste como un cuerpo sistemático de argumentaciones jurídicas, esté constituido
en cuanto a su construcción lógico-jurídica, de un esquema lo suficientemente
coherente para delimitar los motivos o causales de casación.
 
                   Ahora bien, la Sala observa, que inicialmente la denuncia se enmarcó
en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, pues a
criterio de la parte formalizante no se cumplieron los requisitos de los artículos
243 y 244 de la ley adjetiva común.
 
                  Pese a que se inició así la denuncia, explicó la recurrente que la
recurrida incurre en quebrantamientos y omisiones que lesionan el orden
público (sin especificar cuales), que el fallo es impreciso e incurre en
indeterminación así como también infringe por interpretación errónea (cuestión
ésta que solo puede ser denunciado en un recurso por infracción de ley).
 
                   Más allá de su precaria argumentación, lo que más afecta es que la
parte formalizante no fijó límite alguno para que la Sala pudiera conocer el
asunto, ya que de la necesaria transcripción que se realizó del texto de la
denuncia formulada, se aprecia que no se concreta ni determinan en definitiva los
fundamentos que sustenten un motivo de casación y menos aún justifiquen la
anulación de la sentencia que se recurre, configurándose la delación en genérica e
imprecisa, razón por la cual la misma es desechada por falta de técnica y así se
resuelve.
 
- II -
 
                   La parte recurrente formuló la presente denuncia, en los términos que
a continuación se transcriben:
 
“SEGUNDO: Quebrantamiento y violación del contenido del
artículo 313 ordinal 2° del Código de Procedimiento Civil, esto es
‘por incurrir la sentencia en grave error de interpretación acerca del
contenido y alcance de una disposición’. Esto es, incurrir en exceso,
falta de equidad, ponderación en la aplicación del artículo 185
numerales 2 y 3 del Código Civil en concordancia con los artículos 12
y 507 del Código de Procedimiento Civil, por las razones siguientes:
Incurre la recurrida, en interpretación errónea, de disposición
expresa de Ley, por cuanto la sentenciadora quebranta y viola
expresamente normas en materia de pruebas testifícales en razón de lo
siguiente; en cuanto a la apreciación de la declaración del
testigo JOSÉ RAFAEL GONZÁLEZ PÉREZ (folio 34), expresando
la recurrida (Pág. 14 del fallo) ‘ahora bien, del acta de declaración de
los testigos promovidos por la parte demandante puede evidenciarse al
folio 34 declaración del ciudadano JOSÉ RAFAEL GONZÁLEZ
PÉREZ, que señaló a la segunda repregunta: DIGA EL TESTIGO SI
TIENE ALGÚN INTERÉS PERSONAL DE AMISTAD EN ESTA
CAUSA? CONTESTÓ: ‘interés personal ninguno amistad
posiblemente, somos amigos’. Así mismo se evidencia al folio 36
declaración del ciudadano MANUEL ARMANDO ROJAS NIEVES,
quien igualmente señaló’ (…) CUARTA REPREGUNTA. DIGA EL
TESTIGO EN RAZÓN A LA RESPUESTA QUE ACABA DE DAR,
QUE TIPO DE AMISTAD TIENE CON EL SEÑOR JUAN DE LA
CRUZ FLORES? CONTESTÓ: “Somos amigos, lo conozco como una
persona de correcto procederes”.
Concluyó, la Juez del fallo recurrido expresando: “por consiguiente
esta Alzada desecha las declaraciones de los ciudadanos JOSÉ
RAFAEL GONZÁLEZ PÉREZ Y MANUEL ARMANDO ROJAS
NIEVES, no otorgándoles así valor probatorio en razón de que los
mismos manifestaron tener un vínculo de amistad con el ciudadano
JUAN DE LA CRUZ FLORES BlANCO, POR LO TANTO EL
MISMO ES INHÁBIL. Así se decide”.
El fallo recurrido incurre de la Ley, ya que la ciudadana Juez del fallo
recurrido, en materia de normas sobre apreciación de prueba testifical,
quebrantó el contenido del artículo 478, 507 y 508 del Código de
Procedimiento Civil, por las razones siguientes:
 
1.-Por cuanto el artículo 478 del comentado Código, solo señala como
supuesto de hecho para conceptuar como testigo inhábil “el amigo
íntimo” y en ninguna parte del expediente, específicamente en la
declaración de los testigos JOSÉ RAFAEL GONZÁLEZ PÉREZ Y
MANUEL ARMANDO ROJAS NIEVES, consta que hubiesen
afirmado ser amigos íntimos del demandante, por lo que la
Juez recurrida se excedió en el alcance interpretativo del artículo 478
mencionada.
2.-Igualmente la sentenciadora recurrida violenta el contenido del
artículo 507 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto al existir
“regla legal expresa para valorar el mérito de la prueba” como en
efecto el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil, que señala
como testigo inhábil, “el amigo íntimo” y estando demostrada la
amistad, menos aun en forma íntima entre los testigos mencionados y
el demandante, y la declaración de “posiblemente amigo”, no debe
interpretarse como ciertamente amigo sino como conocedor del
demandante o como no enemigo en todo caso y evidentemente que se
produjo la violación por la recurrida del precitado artículo 478 del
Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el contenido con
los artículo 507 y 508 del precitado Código Procesal (…).
    Para decidir, la Sala observa:
 
                  Si bien en esta oportunidad la parte formalizante nuevamente incurre
en una mezcla indebida de denuncias, sin embargo, es claro que en su
fundamentación lo que se cuestiona es el criterio de la Alzada respecto a la
valoración de los testigos José Rafael González y Manuel Armando Rojas
Nieves, alegando para ello la infracción de los artículos 478, 507 y 508 del
Código de Procedimiento Civil.
 
    Al respecto, señaló la Alzada lo siguiente.
 
“Ahora bien, del acta de declaración de los testigos próvidos por la
parte demandante puede evidenciarse al folio 34 declaración del
ciudadano JOSÉ RAFAEL GONZÁLEZ PÉREZ quien señaló:
“(…) SEGUNDA REPREGUNTA: DIGA EL TESTIGO, SI TIENE
ALGÚN INTERÉS PERSONAL, DE AMISTAD EN ESTA
CAUSA? CONTESTÓ: “Interés personal ninguno, amistad
posiblemente, somos amigos”. Asimismo se evidencia al folio 36
declaración del ciudadano MANIEL ARMANDO ROJAS NIEVES
quien igualmente señaló: “(…) CUARTA REPREGUNTA: DIGA EL
TESTIGO, EN RAZÓN A LA RESPUESTA QUE ACABA DE DAR,
QUE TIPO DE AMISTAD TIENE CON EL SEÑOR JUAN DE LA
CRUZ FLORES? CONTESTÓ: “Somos amigos, lo conozco como una
persona de correcto procederes”. En consecuencia de conformidad con
lo establecido en el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil
esta juzgadora determina que el hecho de que los testigos tengan algún
vínculo de amistad con alguna de las partes, refleja el interés de estos
en las resultas del proceso, pudiendo verse vulnerada la imparcialidad
de dichos testigos, por consiguiente esta Alzada desecha las
declaraciones de los ciudadano JOSÉ RAFAEL GONZÁLEZ PÉREZ
Y MANUEL ARMANDO ROJAS NIEVES, no otorgándole así valor
probatorio, en razón de que los mismos manifestaron tener un vínculo
de amistad con el ciudadano JUAN DE LA
CRUZ FLORES BLANCO, por lo tanto el mismo es inhábil. Así se
decide.”
 
 
 
                  Como se observa, ciertamente la Alzada desechó la declaración
rendida por los testigos José Rafael González y Manuel Armando Rojas Nieves
al determinar que los mismos tenían algún vínculo de amistad con la parte que
los promovió, ciudadano Juan de La Cruz Flores Blanco, lo que reflejaba el
interés de estos en las resultas del proceso pudiendo verse vulnerada la
imparcialidad de los mismos.
                  Ahora bien, el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil
establece incapacidades para rendir declaración y, por ende, la imposibilidad de
fijar hechos en el proceso con base en el testimonio rendido por alguna de esas
personas inhábiles, siendo oportuno puntualizar que las causas allí contenidas no
son las únicas permitidas para que los jueces, dentro de la soberana apreciación
consentida por el mismo Código, referida a las declaraciones de los testigos,
puedan desestimar o no las mismas.
 
                  Respecto a la apreciación de la credibilidad de los testigos, el criterio
de la Sala ha sido pacífico y reiterado en sostener, que ello es de la soberanía de
los jueces de instancia y escapa al control de la casación, a menos que la presunta
falta sea denunciada invocando uno de los supuestos excepcionales de suposición
falsa, como motivo de error de juzgamiento, debido a que el dispositivo legal 478
sólo contiene un concepto abstracto y genérico, dentro del cual caben variedad de
situaciones que el legislador dejó a la ponderación del juez.
 
                  Así pues, que el testigo tenga un interés por vínculo de amistad, es
una cuestión subjetiva y de la soberana apreciación de los jueces como antes se
explicara, por lo que mal puede la Sala como tribunal de derecho, resolver si los
testigos apreciados por la Juez eran inhábiles o no debido a un vínculo de
amistad, situación que además no se cuestiona, pues, lo que se discute es el punto
referido a que éste haya sido íntima o no, y resolverlo implicaría pasar a valorar
dichas testimoniales, lo cual excede los límites impuestos a este Alto Tribunal
por el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil.
 
                  Por otro lado, la Sala observa, que la Alzada haciendo uso de su
intelecto, decidió desestimar las declaraciones rendidas por los testigos en
cuestión, pues, luego de analizar las deposiciones lo llevaron a concluir que tales
dichos no le merecían fe de imparcialidad, no encontrando la Sala, que con su
conducta así desplegada haya violado en su sentencia las previsiones de los
artículos 507 y 508 del Código de Procedimiento Civil.
 
                  En consecuencia, se desestima la presente denuncia y así se decide.
 
DECISIÓN
 
                   Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia en
Sala de Casación Social, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley, declara SIN LUGAR el recurso de casación anunciado y
formalizado contra la sentencia emitida por el Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, Bancario, del Tránsito y de Protección del Niño y del Adolescente
de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua, de fecha 21 de abril de 2006.
 
                   Se condena en costas a la parte recurrente en casación, de
conformidad con el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil.
 
                   Publíquese y regístrese y remítase el expediente al Tribunal de
Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado
Aragua, Juez Unipersonal N° 4. Particípese dicha remisión a Juzgado Superior de
origen antes mencionado, todo de conformidad con lo establecido en el artículo
326 del Código de Procedimiento Civil.
 
                  Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de
Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas,
a los                           (       ) días del mes de                           de dos mil siete.
Años 197° de la Independencia y 148° de la Federación.
El Presidente de la Sala y Ponente,
 
 
_____________________________
OMAR ALFREDO MORA DÍAZ
 
El Vicepresidente,                                                                    Magistrado,
 
 
________________________                            ___________________________
___
JUAN RAFAEL PERDOMO                             ALFONSO VALBUENA
CORDERO
Ma-
gistrado,                                                                             Magistrada,
 
 
_______________________________       ______________________________
____
LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ       CARMEN ELVIGIA PORRAS DE
ROA
 
El Secretario,
 
 
_____________________________
JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA

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