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D AT O S N O T I F I C A C I O N E L E C T R O N I C A

Usuario conectado: Tomas Miguel Brady


Organismo: TRIBUNAL DE CASACION PENAL SALA II - LA PLATA
RIGAU, JULIO SEGUNDO S/ RECURSO DE CASACION INTERPUESTO POR FISCAL
Carátula:
GENERAL
Número de causa: 127972
Tipo de notificación: SENTENCIA
CAMGARPEN3-LP@JUSBUENOSAIRES.GOV.AR, FISCAS@MPBA.GOV.AR,
20349916119@NOTIFICACIONES.SCBA.GOV.AR,
Destinatarios:
20149890034@NOTIFICACIONES.SCBA.GOV.AR,
20315315396@notificaciones.scba.gov.ar
Fecha Notificación: 12/10/2023
Alta o Disponibilidad: 12/10/2023 15:01:18
Firmado y Notificado
MORANDI Diego Enrique. --- Certificado Correcto. Fecha de Firma: 12/10/2023 15:01:17
por:
MORANDI Diego Enrique. --- Certificado Correcto.
Firmado por: MANCINI HEBECA Fernando Luis María. JUEZ --- Certificado Correcto.
BUDIÑO María Florencia. JUEZ --- Certificado Correcto.
Firma Digital: Verificación de firma digital: Firma válida
TEXTO DE LA NOTIFICACION ELECTRONICA

En la ciudad de La Plata, sede del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, se reúnen los Jueces de
la Sala Segunda, doctora María Florencia Budiño y doctor Fernando Luis María Mancini, con el objeto de resolver la
causa número 127.942 caratulada "RIGAU JULIO SEGUNDO S/ RECURSO DE CASACIÓN INTERPUESTO
EL FISCAL GENERAL" y su acumulada nro. 128.149 caratulada "RIGAU JULIO SEGUNDO S/ RECURSO DE
CASACIÓN INTERPUESTO POR EL PARTICULAR DAMNIFICADO". Practicado el sorteo de ley, resultó que
en la votación debía observarse el orden siguiente: BUDIÑO - MANCINI.
ANTECEDENTES
Llegan las presentes actuaciones a conocimiento de este Tribunal en virtud de sendos recursos de casación deducidos
por el Sr. Fiscal de Cámara del Departamento Judicial La Plata, Dr. Héctor Ernesto Vogliolo, y por el señor Pablo
Secchi, en representación del particular damnificado "Fundación Poder Ciudadano", con el patrocinio letrado de los
doctores Hugo Wortman Jofré y Tomás Brady; contra la resolución dictada por la Sala III de la Cámara de Apelaciones
y Garantías en lo Penal del Departamento Judicial de La Plata, que resolvió -por mayoría- "HACER LUGAR a la
petición de hábeas corpus, DECLARAR la nulidad del acta de procedimiento inicial obrante a fs. 1/10 y de lo obrado
en consecuencia y DISPONER la inmediata libertad de Julio Segundo Rigau de conformidad con lo normado en el art.
405 del CPP, ello en el marco de la IPP n° 06-00-47.539-23 (instruida ante la UFIJ n° 2 y con intervención del
Juzgado de Garantías n° 1".
Cumplidos los trámites de rigor, esta causa se encuentra en condiciones de ser resuelta, por lo que el Tribunal decidió
tratar y votar las siguientes
CUESTIONES
Primera: ¿Son formalmente admisibles los recursos de casación interpuestos?
Segunda: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
A la primera cuestión planteada, la doctora Budiño dijo:
I.1. En cuanto a la admisibilidad formal el Sr. Fiscal de Cámaras dijo que su recurso se deduce en tiempo
oportuno contra una resolución dictada por la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías, por resultar el supuesto
contemplado en el inciso 4 del artículo 452 del CPP en remisión al art. 448 inc. 1° de ese mismo cuerpo normativo, y el
art. 417 del CPP.
Argumentó que la impugnación está dirigida contra una resolución que, por sus efectos, puede serle asimilada a
una sentencia definitiva, en los términos del art. 450 del ordenamiento ritual.
Asimismo, sostuvo que la actual redacción del art. 417, según ley 13.943, modificó la versión original de la ley
13.812, en cuanto ya no alude a la "...resolución que deniegue el hábeas corpus..." sino a "...la resolución que recaiga
en el hábeas corpus...". Tal modificación posee claros efectos respecto a la legitimación de las partes para recurrir. Y
que, además, el art. 418 del rito dispone que "El Ministerio Público Fiscal tendrá todos los derechos otorgados a los
demás intervinientes.", de lo que se infiere la facultad del organismo que representa para recurrir la resolución que
recaiga en el marco del hábeas corpus.
Invocó también lo normado por el artículo 421, tercer párrafo "in fine" del Código de forma -en su versión
conforme la ley 13.943- en cuanto prescribe que "...cuando este código no distinga entre las diversas partes, todas
podrán recurrir".
Sostuvo que la Sala III de la Cámara, con el dictado de la resolución en crisis, ha incurrido en arbitrariedad
manifiesta, interpretando erróneamente preceptos legales, como los arts. 106, 294 inc. 5 y 405 del Código Procesal
Penal y los arts. 16 y 171 de la Constitución de la provincia de Buenos Aires, en clara contraposición con los fines del
proceso penal y con el éxito de la investigación.
Entendió que el fallo cuestionado configura un supuesto de arbitrariedad, ya que desvirtúa las normas de
derecho citadas y las torna inoperantes, decidiendo en contra o con prescindencia de sus términos (CSJN Fallos
239:204; 251:309; 257:296; 261:223; 262:41; 269:453; 278:35; 294:363; 298:214, entre otros).
Alegó que la excepcional doctrina de la "arbitrariedad de sentencia" también procura asegurar, respecto del
Ministerio Público Fiscal "la plena vigencia de las garantías, exigiendo que las sentencias sean fundadas y constituyan
una derivación razonada del derecho vigente con aplicación a las constancias efectivamente comprobadas en la causa"
(Fallos 301:978; 311:948 y 2547; 313:559; 315:29 y 321:1909).
Entendió -asimismo-, que la resolución impugnada reviste gravedad o interés institucional, habida cuenta que lo
resuelto excede los límites del interés individual de las partes procesales, e impacta necesariamente sobre el servicio de
administración de justicia, afectando derechos consagrados en la Constitución Nacional y Tratados Internacionales,
tales como la garantía del debido proceso legal, el principio de igualdad, el principio de razonabilidad y el principio de
la mejor y correcta administración de justicia.
Estimó que hay cuestión federal, debido a la afectación del debido proceso y la administración de justicia.
Citó diferentes precedentes emandos de la Cámara Departamental y de este Tribunal de Casación en apoyo de
su postura en favor de la admisibilidad de la vía intentada.
I.2. El representante del particular damnificado sostuvo que interpuso el recurso en tiempo y forma y que se
encuentra legalmente habilitado para recurrir por esa vía conforme surge del art. 423 y 453 del CPPBA (en función del
art. 452 del mismo cuerpo normativo). Invocó también lo normado por el art. 421 del CPPBA.
Alegó que la nulidad decretada -de quedar firme- cierra definitivamente el proceso y ocasiona un perjuicio de
imposible reparación ulterior para el derecho del particular damnificado. Que por lo tanto se trata de una resolución
equiparable a definitiva y que pone fin a la acción penal tornando imposible que continúe la instrucción del caso;
ajustándose de esta manera este remedio procesal a las exigencias objetivas del art. 450 del Código ritual.
En igual sentido, señaló que el art. 417 CPPBA establece que la resolución que recaiga en el hábeas corpus será
impugnable ante el Tribunal de Casación.
II. En esta instancia tomó intervención la Sra. Fiscal Adjunta de Casación, Dra María Laura D´Gregorio, quien
presentó memorial en el que mantuvo el recurso y desarrolló argumentaciones tendientes a fundar su admisiblidad y
procedencia.
Consideró que "los hechos no fueron debidamente abordado por los sentenciantes, apoyándose su decisión, en
consecuencia, en argumentos meramente aparentes que determinan su arbitrariedad. La Alzada departamental realizó
un erróneo análisis del caso, minimizando, al punto de omitirlos, los indicios relatados por los funcionarios
intervinientes, que bien entendidos y valorados integralmente, permitían demostrar que se daba en el caso el estado de
sospecha necesario que justificaba el proceder policial".
Señaló que "los argumentos esbozados por los señores Jueces resultan aparentes desde que el caso en trato no
resulta análogo a aquellos tratados por la CIDH ni por la CSJN, por lo que su cita resulta claramente inatingente".
Afirmó que del examen de los elementos de convicción reunidos en la causa no se advierte ilegalidad alguna en
el desenvolvimiento del personal policial actuante, en tanto, según afirmó luego de reseñar las constancias reunidas en
la IPP, tanto del acta de procedimiento, como de los diversos y contestes testimonios aportados por los funcionarios
intervinientes, queda demostrado que el cometido funcional desplegado en el caso se encontraba claramente amparado
en las previsiones del artículo 294 inciso 5 del rito, dada la situación de flagrancia y de urgencia constatada.
Finalmente puso de relieve que se verifica en el caso una causal de gravedad institucional, pues lo resuelto
afecta la regular administración de justicia al lesionar principios fundamentales del proceso penal en una decisión que
trasciende el mero interés de las partes, afectando de modo directo a la comunidad, conforme el criterio amplio
adoptado por la jurisprudencia de la CSJ.
III. Entiendo que debe declararse abierta la vía casatoria en los términos del artículo 417 Código Procesal
Penal.
Los recursos han sido interpuestos en tiempo y forma, los recurrentes se encuentran legitimados para recurrir y
la resolución impugnada es objetivamente impugnable por medio de recurso de casación.
En efecto, la actual redacción del art. 417, según ley 13.943, modificó la versión original de la ley 13.812, en cuanto ya
no alude a la "...resolución que deniegue el hábeas corpus..." sino a "...la resolución que recaiga en el hábeas corpus...".
Dicha modificación posee claros efectos respecto a la legitimación de las partes para recurrir. Además, el art. 418 del
rito dispone que "El Ministerio Público Fiscal tendrá todos los derechos otorgados a los demás intervinientes." y el art.
423 establece -en lo pertinente- que "El particular damnificado podrá recurrir en los supuestos y por los medios
establecidos por este Código para el Ministerio Público Fiscal.", de lo que se infiere sin hesitaciones la facultad de
todas las partes de recurrir la resolución que recaiga en el marco del hábeas corpus.
Lo expuesto se deduce además al relacionar la modificación legal referida con el artículo 421, tercer párrafo "in fine"
del Código de forma -también en su versión conforme la ley 13.943- al prescribir que "...cuando este código no
distinga entre las diversas partes, todas podrán recurrir".
En consecuencia, deben declararse admisibles los recursos de casación en trato, correspondiendo entonces que
este Tribunal pase a decidir sobre su procedencia.
Así lo voto.
Arts. 417, 418, 421, 423, 450, 451, y ccdtes. del CPP.
A la primera cuestión planteada el doctor Mancini dijo:
Adhiero al voto de la doctora Budiño en igual sentido y por sus mismos fundamentos.
Así lo voto.
A la segunda cuestión planteada la doctora Budiño dijo:
I.1. En cuanto a la procedencia de su reclamo, el señor Fiscal General denunció la inobservancia o errónea
aplicación de los arts. 106, 405 y concordantes del Código Procesal Penal y de los arts. 20 y 171 de la Constitución
provincial. También la arbitrariedad de la resolución recurrida por apartamiento notorio de la letra expresa de la ley,
por fundamentación aparente y por apartamiento de las constancias de la causa.
Denunció la violación de la doctrina legal de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, en
tanto -afirmó- la decisión de la mayoría de la Sala III de la Cámara resulta arbitraria, por cuanto desnaturaliza la acción
de habeas corpus con la consiguiente afectación del sistema y las vías recursivas previstas en el digesto procesal, con
mengua directa e inmediata del art. 20 de la Constitución provincial y del art. 405 y conc. del CPP.
Señaló que un habeas corpus resulta inadmisible cuando se intenta cuestionar por esa vía una decisión que ya
ha sido objeto de impugnación ante la primera instancia. Que por vía de la presentación de un habeas corpus originario
en la Cámara, no se puede tratar una cuestión que le fue planteada al Juez Garante y que aún no fue resuelta por él.
Invocó precedentes de la SCJBA en cuanto a que ambas vías no pueden utilizarse al mismo tiempo o en forma
alternativa (cfe. P. 105.925, sent. 2/XII/2009; P. 105.104, sent. 5/V/2010; P. 113.947, res. 12/X/2011; P. 114.468, res.
9/XI/2011; P. 115.335, res. 21/III/2012; P. 115.532, res. 18/IV/2012; etc.).
Explicó que el 13/09/2023, el Juez de Garantías interviniente le denegó a Rigau el beneficio de la excarcelación
ordinaria, que el 14/09/2023 a las 16:22 hs., la defensa solicitó al juez Garante que le otorgue a Rigau la excarcelación
extraordinaria.
Continuó relatando que el 18/09/2023 a las 10:23 hs., la defensa de Rigau solicitó al juez Garante que se decrete
la nulidad del secuestro del teléfono celular del imputado y que ese mismo día el Juzgado de Garantías le dio vista al
Ministerio Público Fiscal de ese pedido de nulidad, y que el habeas corpus resuelto en la decisión aquí impugnada fue
interpuesto ante la Cámara el mismo 18/09/2023 a las 16:27 hs., ampliando lo ya solicitado al Juez de Garantías.
A partir del derrotero que relata el recurrente afirma que hasta la presentación del habeas corpus estaba
garantizado el derecho a la jurisdicción del imputado, y también el debido proceso, ya que la nulidad solicitada por la
defensa había sido debidamente sustanciada y se encontraba en vías de resolución. A partir de ello sostiene que el
habeas corpus originario presentado ante la Cámara no debió haber sido tratado pues procuraba obtener lo mismo que
pretendió del Juzgado de Garantías, por una vía nueva.
Postula que no surgía de los términos de la presentación del habeas corpus ni de las constancias de la causa, la
existencia de una situación extraordinaria que habilitara a excepcionar la regla general, no encuadrando el supuesto
invocado en ninguna de las previsiones del artículo 405 del CPP, ni dándose vía de excepción alguna que permitiera
habilitar la apertura de la segunda instancia.
Alega que ese modo de proceder por parte de la Cámara excede el interés individual de las partes y se proyecta
a numerosas causas, pues se produciría un serio déficit en el servicio de administración de justicia si se admitiera la
intervención de la Cámara en una acción de habeas corpus, fuera de los supuestos del artículo 405 del CPP, en tanto de
ese modo se subvierte el régimen de las impugnaciones de nuestro sistema procesal penal vigente.
En ese sentido sostiene que la resolución impugnada inobserva la propia doctrina jurisprudencial de la Suprema
Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires en causa P.128.958 de fecha 14 de junio de 2017 (caratulada "Carlos
Arturo Altuve s/ Recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en causa N° 81.871 y su acumulada 81.917 seguida a
Jurado Federico Maximiliano, Frare Raúl Atilio, Velázquez, Sebastián Rodrigo, Saénz Julio Sebastián, Huck Ariel
René, Camerini Darío, Cuenca Sebastián, Carballo Rodolfo Daniel y Skaramowskyj Walter Eliseo del Tribunal de
Casación, Sala V, de feria").
También consideró de aplicación al caso la doctrina de la Suprema Corte de Justicia en cuanto a que: "... Es
doctrina reiterada que el habeas corpus no puede ser utilizado en modo promiscuo con que se lo ha permitido en autos,
con el riesgo de que un mismo temperamento procesal pueda ser revisado alternativa o simultáneamente por dos
mecanismos de impugnación en detrimento de los principios de preclusión y progresividad procesal y del criterio de
taxatividad que campea todo el sistema recursivo local ... " (SCBA, P. 133.683-Q, "Moretti Alejandra Marcela Fiscal
Adjunto ante el Tribunal de casación Penal de la provincia de Buenos Aires s/ Queja en causa n° 102,537, caratulada
"Petrullo, Enrique Edgardo s/Habeas Corpus" del Tribunal de Casación Penal de fecha 26/05/2020).
Seguidamente, en un plano de análisis ya vinculado con la fundamentación de la decisión, denuncia la
inobservancia o errónea aplicación de los arts. 106 y 294 inc. 5 del Código Procesal Penal y de los arts. 16 y 171 de la
Constitución de la provincia de Buenos Aires. Considera que la mayoría de la Sala III de la Cámara se ha apartado de
la letra expresa del Código Procesal Penal que, mediante una norma clara, sin lugar a mayores discusiones, establece -
en lo que aquí resulta pertinente- las atribuciones que tienen los funcionarios de la policía.
Afirma que el art. 294 inc. 5 del Código Procesal Penal habilita a la policía a disponer los allanamientos del
artículo 222 y las requisas urgentes, con arreglo del artículo 225, con inmediato aviso al juez competente y al
Ministerio Público Fiscal, por lo que la actuación policial sin orden judicial se encuentra habilitada en el código de rito
por tratarse de supuestos de urgencia.
Postuló que el caso bajo tratamiento es de flagrancia, por lo que tanto la Constitución Provincial como las
normas del rito habilitan incluso que un particular puede aprehender y requisar.
Dijo que la resolución que se impugna carece de una adecuada motivación en lo tocante al fundamento fáctico,
por contraponerse a las constancias de la causa, circunstancia que la coloca al margen de lo prescripto por los artículos
171 de la Constitución Provincial y 106 del ordenamiento de rito.
Entiende que lo manifestado por la mayoría de los jueces de la Sala III de la Cámara no deriva de la racional y
objetiva evaluación de las constancias del proceso, sino de una arbitraria y parcializada valoración de ellas, evidenciada
por el apartamiento liso y llano de constancias que determinan los motivos del accionar policial en razón de la urgencia
y de la flagrancia.
Critica luego los argumentos brindados por el voto mayoritario de la resolución impugnada, en tanto, a criterio
del recurrente, surgió del acta de procedimiento que se verificaba la situación de sospecha que exige la legislación
procesal para habilitar la aprehensión y requisa personal. Afirma que en el caso la requisa practicada por personal de la
policía tuvo origen en un estado de sospecha razonable y previa, en circunstancias en que resultaba imposible la
obtención de una orden judicial sin riesgo en la demora.
El señor Fiscal General destaca como acertados los fundamentos dados por el Magistrado que quedó en minoría
para considerar legítimo el accionar policial. Desarrolla argumentos para afirmar que no existió transgresión
constitucional derivada de la actuación policial en el procedimiento, así como también argumentó que no son
aplicables a este caso los precedentes jurisprudenciales invocados en el voto de la mayoría.
En suma, sostiene que, tanto del acta de procedimiento como de la declaración de los testigos de actuación,
surgen claramente los motivos explícitos de la requisa, la aprehensión y la incautación llevada a cabo por el personal
policial, y que teniendo en cuenta la totalidad del expediente, los fundamentos vertidos por la Cámara no resultan
válidos y de entidad suficiente, para anular toda la investigación.
Finalmente, reiteró que en autos se presenta una situación de gravedad o interés institucional que impacta
necesariamente sobre la seguridad jurídica y el servicio de administración de justicia.
Hizo reserva del caso federal conforme lo establece el art. 14 de la ley 48.
I.2. El particular damnificado denunció como agravio la inobservancia o errónea aplicación de un precepto legal
e inobservancia en las formas esenciales del procedimiento y resoluciones, en tanto sostuvo que el temperamento
adoptado resulta violatorio de los arts. 106, 201, 207, 294 -inc. 5- 4 y 405 del Código Procesal Penal de la Provincia de
Buenos Aires, como así también el art. 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires.
Advirtió también una grave violación a compromisos internacionales asumidos por el Estado Argentino en la
Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (aprobada por ley Nº 26.097) y la Convención
Interamericana contra la Corrupción (aprobada por ley Nº 24.759).
Alegó que la interpretación efectuada por el voto de la mayoría de la Cámara ha sido arbitraria por cuanto
ponderó parcialmente los elementos probatorios que explicaban las circunstancias que habilitaron al personal policial a
actuar en la manera en que lo hizo. Que ese modo de decidir constituyó una infracción a las reglas constitucionales y
legales del procedimiento penal que imponen el deber de fundamentación como una forma esencial de la resolución,
cuya inobservancia acarrea la nulidad (art. 106 CPPBA).
Sostuvo que se han manipulado antojadizamente las constancias probatorias, de modo que la resolución
recurrida aparece como un mero capricho emanado de la subjetividad del juzgador, sostenido por razones aparentes.
Cuestionó la utilización de la doctrina del olfato policial emanada de la CIDH en los precedentes "Tumbeiro y
Fernández Prieto", en tanto no se compadece con lo acontecido en el presente caso desde que de la lectura del acta
inicial de procedimiento, como así también de los testimonios de Campano y Brizuela -quienes alertaron al 911 de lo
que estaba aconteciendo- no se desprende bajo ningún aspecto que Julio Segundo Rigau haya sido requisado por su
condición de género, nacionalidad, por presentar algún estado de nerviosismo o similares; sino que la conducta que
despertó sospechas sobre la comisión de un delito fue la multiplicidad de extracciones de dinero con varias tarjetas de
débito.
Destaca que el imputado Julio Segundo Rigau no fue requisado tras una intervención espontanea del personal
policial; sino que éste fue alertado por personas que mediante el sistema radial de 911 dieron aviso a la autoridad
policial; es decir que ha existido una "notitia criminis" independiente de la percepción policial. Que, entonces, no se
trató de una apreciación "subjetivada o sugestionada" por parte del personal policial, sino que existieron varias
personas -antes de que la policía interviniese- que observaron la irregularidad del comportamiento del imputado.
Al igual que el señor Fiscal General, comparte el análisis efectuado por el Dr. Mateos en minoría en cuanto a la
razonabilidad de la actitud sospechosa del imputado para justificar la interceptación y requisa policial.
Desde otro plano denuncia la errónea aplicación de la vía del habeas corpus.
En este sentido, al igual que el Ministerio Público Fiscal, afirma que el a quo ha desconocido el sistema de
impugnaciones imperante. También explica que la defensa había solicitado con fecha 14/09/2023 la excarcelación
extraordinaria del imputado; incidencia que se encontraba en trámite cuando la propia defensa presentó en los términos
del art. 405 CPPBA con fecha 19/09/2023 el habeas corpus ante la Cámara de Apelaciones. Afirma que esa estrategia
defensiva permitió sortear la competencia del juez de la causa abocado a tramitar el pedido de excarcelación
extraordinaria, que -como se dijo- aún no estaba resuelta.
Invoca lo resuelto por la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires en cuanto a que "Tiene dicho esta
Corte que el habeas corpus no puede ser utilizado en el modo promiscuo con que se lo ha permitido en el caso, con el
riesgo de que un mismo temperamento procesal pueda ser revisado alternativa o simultáneamente por dos mecanismos
de impugnación en detrimento de los principios de preclusión y progresividad procesal y del criterio de taxatividad que
campea todo el sistema recursivo local (conf. causas P. 128.958, resol. de 14-VI-2017; P. 128.850, resol. de 5-VII-
2017; e.o.)". (SCJBA, "Roldán, Jorge Armando -fiscal ante el Tribunal de Casación Penal- s/ Queja en causa n°
105.957 del Tribunal de Casación Penal, Sala III", 24/05/2023). También menciona el precedente «Totora», donde la
Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo «.el habeas corpus no autoriza a sustituir a los jueces propios de la
causa en las decisiones que les incumben, respecto de cuyas decisiones, en caso de existir agravio constitucional, cabe
la interposición de los recursos de ley, .".
Finalmente denunció la violación de compromisos internacionales como la Convención de las Naciones Unidas
contra la Corrupción y alegó que se está frente a un caso donde se encuentra en juego la responsabilidad del Estado
argentino ante la comunidad internacional.
Hizo reserva del caso federal.
III. Los recursos deben prosperar.
Sin perjuicio de haber recibido en esta sede copia digitalizada de los autos principales -conforme lo requerido
por la defensa-, y de haber tomado vista de los mismos, anticipo que no resultará necesario en esta oportunidad emitir
opinión alguna al respecto, en tanto, la resolución recurrida debe ser anulada por razones lógicamente previas al
análisis de su fundamentación, tal como será explicado a continuación.
En efecto, el órgano jurisdiccional recurrido ha actuado, al dictar la resolución cuestionada, excediendo los
límites normativos que determinaban su capacidad material de conocimiento y por tanto, sin tener habilitada su
jurisdicción (conf. art. 405 del C.P.P.).
Tal como fue presentada la acción de habeas corpus por la parte y según surge de los propios antecedentes
reseñados en la resolución de la Cámara, la articulación se dirigía a cuestionar el auto que había convertido en
detención la aprehensión de Julio Segundo Rigau.
En ese contexto, la Cámara actuó por fuera de su jurisdicción en tanto según la legislación procesal vigente, la
orden de detención dictada por el juez competente no resulta impugnable por vía de habeas corpus en razón del veto
producido, en el art. 405, segundo párrafo del ritual, por el decreto de promulgación 2749/04 (con respecto a la ley
13.252), con lo cual se concluye que contra tal acto jurisdiccional no resulta posible interponer una acción de hábeas
corpus.
Dicha regulación es razonable en términos constitucionales en función del limitado estándar de conocimiento
exigido para el dictado de una orden de detención (elementos suficientes o indicios vehementes de la comisión de un
delito y motivos bastantes para sospechar que el imputado ha participado en su comisión - artículo 151 del Código
Procesal Penal); lo que hace que las detenciones dispuestas por el juez competente en el marco de un requerimiento
efectuado por el representante del Ministerio Público Fiscal queden exentas -en principio- del control jurisdiccional
jerárquicamente superior por medio del hábeas corpus, hasta tanto esta detención limitada en el tiempo (15 días con la
eventual prórroga) se resignifique con la prisión preventiva, momento para el cual la ley habilita este medio de
impugnación (Art. 405 del CPP según Ley 13.252).
Pero, además, conforme detalladamente lo postula el señor Fiscal General, y se verifica de la copia de los autos
principales que se tienen a la vista, las cuestiones llevadas por vía de habeas corpus ante la Cámara, habían sido
planteadas ante el Juez de Garantías interviniente y se encontraban pendientes de resolución.
En este sentido, resulta aplicable la doctrina establecida por nuestro Superior Tribunal provincial en los
precedentes "Jurado y otros" (P. 128.958 sent. del 14/06/2017) y "Bruera" (P. 128.850 sent. del 05/07/2017) en cuanto a
que "(...) el hábeas corpus ´como recurso´ ha sido ideado por el legislador bonaerense como una opción para
cuestionar la prisión preventiva, mas si ésta fue recurrida por el recurso de apelación, no puede ser utilizado
rectamente en la causa so riesgo de que un mismo temperamento procesal pueda ser revisado alternativa o
simultáneamente por dos mecanismos de impugnación en detrimento de los principios de preclusión y progresividad
procesal y del criterio de taxatividad que campea todo sistema recursivo local"; y que "(...) el hábeas corpus
formalizado como un recurso no constituye una acción constitucional y, en el caso que fuera utilizado como acción,
tampoco autoriza a sustituir el criterio de los jueces de la causa..." (en igual sentido SCBA, P. 133.683-Q, "Moretti
Alejandra Marcela Fiscal Adjunto ante el Tribunal de casación Penal de la provincia de Buenos Aires s/ Queja en causa
n° 102,537, caratulada "Petrullo, Enrique Edgardo s/Habeas Corpus" del Tribunal de Casación Penal de fecha
26/05/2020).
En definitiva, la vía del habeas corpus queda reservada a las cuestiones de excarcelación o eximición de prisión
que surjan "a posteriori" del dictado del auto de prisión preventiva o cuando se ataca al mismo, resultando que las
partes deben acudir a los remedios ordinarios y esperar su resolución sin duplicar la vía del reclamo (cf. S.C.B.A.
Fallos P. 105.104; P.128.958 y P.128.850).
De todo lo expuesto se evidencia que, al dictar la resolución cuestionada, el a quo intervino por fuera del límite
de la competencia material que le es atribuida legalmente (art. 405, segundo párrafo del ritual, conf. decreto de
promulgación 2749/04 con respecto a la ley 13.252), así como en violación a la doctrina legal de la SCJBA en la
materia; y por lo tanto se introdujo en un ámbito de análisis que, a esa altura y por esa vía, tenía vedado.
Por un lado, por aquello que ha resuelto la SCBA en los precedentes citados, en cuanto a la inviabilidad de la
utilización de este especialísimo procedimiento sumario para duplicar las vías de reclamo cuando la cuestión se
encuentra pendiente de decisión ante el órgano natural; y por el otro, porque la orden de detención judicial fue excluida
de los actos que pueden motivar un hábeas corpus (conf. art. 405 del CPP).
En definitiva, al resolver el habeas corpus presentado por la defensa la Cámara Departamental actuó por fuera de la
competencia que tiene atribuida legalmente y, por tanto, sin jurisdicción.
Por lo expuesto considero que corresponde casar lo resuelto y dejar sin efecto el pronunciamiento dictado por la Sala
III de la Cámara de Apelación y Garantías de La Plata en cuanto resolvió "...hacer lugar a la petición de habeas
corpus, declarar la nulidad del acta de procedimiento inicial obrante a fs. 1/10 y de lo obrado en consecuencia y
disponer la inmediata libertad de Julio Segundo Rigau...", toda vez que fue dictado por fuera de los límites legales de
su competencia y, consecuentemente, sin jurisdicción; devolviéndose estas actuaciones a la Cámara Departamental a
fin de que disponga su remisión al Juez competente para la continuación del trámite.
Así lo voto.
Rigen los artículos 18 de la Constitución Nacional, 1, 151, 157, 158, 405, 460 y concordantes del Código
Procesal Penal.
A la misma cuestión planteada, el doctor Mancini dijo:
Adhiero por sus fundamentos al voto que antecede, con lo cual brindo la mayoría perfecta exigida para este
pronunciamiento.
Ya por fuera de ello, y aunque pudiere aparecer como una reiteración sobreabundante, estimo que no sobra
acentuar la imposibilidad de esta Sala de resolver ahora acerca de aquello que suele denominarse como el fondo del
asunto. Y así es por cuanto, el Tribunal de segunda instancia apelado, dentro del marco de libertad de apreciación
jurídica, decidió encaminar su resolución por un sendero que tenía vedado por ley y doctrina, lo cual, obviamente,
merece ser corregido, tal como con mucha precisión y claridad se explica en la opinión que antecede.
Así es que, hasta que el trámite no se encarrile por las vías legales, ninguna decisión puede tomarse en esta Sede
sobre los hechos y conductas investigadas.
Así lo voto.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
SENTENCIA
Por los fundamentos expuestos en el acuerdo que antecede, la Sala II del Tribunal de Casación Penal
R E S U E L V E:
I.- DECLARAR FORMALMENTE ADMISIBLES los recursos de casación deducidos por el Fiscal de
Cámaras del Departamento Judicial La Plata y por el particular damnificado (Art. 417, 418, 421, 423, 450, 451, 452,
460 y concordantes del CPP).
II.- Hacer lugar a los recursos de casación en interpuestos, CASAR y DEJAR SIN EFECTO el
pronunciamiento dictado por la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías de La Plata en cuanto resolvió "...hacer
lugar a la petición de habeas corpus, declarar la nulidad del acta de procedimiento inicial obrante a fs. 1/10 y de lo
obrado en consecuencia y disponer la inmediata libertad de Julio Segundo Rigau..." toda vez que fue dictado por fuera
de los límites legales de su competencia y, consecuentemente, sin jurisdicción. Sin costas en esta instancia (Arts. 18 de
la Constitución Nacional, 1, 151, 157, 158, 405, 460, 461, 530, 531 y concordantes del Código Procesal Penal).
III. Devolver estas actuaciones a la Cámara Departamental a fin de que disponga su remisión al Juez
competente para la continuación del trámite.
Regístrese, notifíquese y cúmplase.
IPP 0600-47539-23
dm

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