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o El alcance de la investigación
o Las variables o factores objeto de estudio y análisis
o Los instrumentos de medición
o La muestra objeto de estudio
o La descripción de los recursos requeridos
o El cronograma de acciones
Los alcances de la investigación resultan del marco contextual elaborado. Los alcances
que puede tener una investigación pueden ser: exploratorio, descriptivo, correlacional y
explicativo. En la práctica, cualquier investigación puede incluir elementos de más de uno
de estos alcances (Hernández Sampieri, Fernández Collado, & Baptista Lucio, 2010).
Las variables son las “propiedades de los hechos, cualidades o atributos a estudiarse,
algunas de las cuales pueden modificarse o adquirir diversos valores en una investigación”
(Martinez Ruiz, 2012, pág. 119). Las variables se derivan de los objetivos y/o de las hipótesis de
la investigación y se pueden medir u observar. Las variables se deben definir conceptual y
operacionalmente.
Existen tres tipos de variables por la relación que tienen entre ellas: independientes,
dependientes e interviniente. La variable independiente es el hecho o fenómeno que se
presenta como antecedente o causa y que tiene efectos sobre la variable dependiente. El
investigador manipula la variable independiente con el objetivo de analizar los cambios en
la variable dependiente.
La variable dependiente es el factor que el investigador observa o mide para determinar el
efecto de la variable independiente. Por su parte, la variable interviniente es aquella que
teóricamente afecta a la variable dependiente, pero que no pueden medirse o manipularse
(Martinez Ruiz, 2012). La variable interviniente afecta la relación entre la variable
independiente y la dependiente, así como el resultado de la investigación. Es una variable
ajena que es asociada a la variable independiente y que tiene efectos también sobre la
variable dependiente (CONOCER, 2013).
Los instrumentos de medición son los recursos que utiliza el investigador para registrar la
información o datos sobre las variables seleccionadas. El objetivo de los instrumentos de
medición es establecer una relación entre el mundo real y el mundo conceptual. Todo
instrumento de medición debe cumplir con tres requisitos: confiabilidad, validez y
objetividad.
La confiabilidad es el grado en el que un instrumento presenta resultados consistentes,
coherentes y consistentes. Es decir, si un mismo instrumento de medición se utiliza
repetidamente al mismo sujeto u objeto, los resultados deberán ser iguales. Los
instrumentos más usados para medir la confiabilidad según Hernández Sampieri, Fernández
Collado y Baptista Lucio (2010, pág. 207), son: “i) medida de estabilidad (confiabilidad por
test-retest); ii) método de formas alternativas paralelas; iii) método de mitades partidas
(split-halves); y iv) método de consistencia interna.
La validez indica el grado en el que el instrumento mide realmente la variable que busca
medir. Por ejemplo, un instrumento para medir los conocimientos en matemáticas debe
medir eso y no los conocimientos en historia. La validez de contenido se refiere a el grado
en el que la medición de un instrumento refleja el concepto o variable medida. La validez
de criterio mide la validez del instrumento comparándola con algún criterio externo que
pretenda medir la misma variable. La validez de constructo indica qué tan exitosamente la
medición refleja y mide un concepto teórico y la relación existente entre dicha variable y
las demás variables. La validez total tiene en cuenta todas las evidencias anteriormente
mencionadas (Bostwick & Kyte, 2005; Hernández Sampieri, Fernández Collado, & Baptista
Lucio, 2010).
La población o universo de estudio se define como el conjunto de todos los casos que
concuerdan con una serie de especificaciones bien definidas (Hernández Sampieri,
Fernández Collado, & Baptista Lucio, 2010). Dichas especificaciones se establecen en la
delimitación del tema. Una población bien delimitada establece las unidades de muestreo,
alcance o contexto y tiempo (Morlote Samperio & Celiseo Santamaría, 2004).
La muestra es un subgrupo de la población de interés sobre la cual se realiza la
investigación. En el enfoque cuantitativo, la muestra debe ser representativa de la
población (Hernández Sampieri, Fernández Collado, & Baptista Lucio, 2010).
Existe dos tipos de muestra: la muestra probabilística y la no probabilística. La selección del
tipo de muestra dependerá del planteamiento del problema, las hipótesis, el diseño y
alcance de investigación.
En este caso, se tiene que conocer el tamaño de la población (N), el nivel de error estándar
esperado (que se pretende minimizar y, dependiendo del interés del investigador y el
alcance de la investigación, puede ser menor a 0.01 o 0.05) y el nivel de confianza (que se
pretende aumentar, puede ser de 0.90 o 0.95). Con estos datos, es posible obtener el
tamaño de la muestra (n) que asegure los parámetros mencionados previamente. Este
procedimiento se puede hacer mediante cálculos de manera tradicional (ver los capítulos
uno y dos del libro de López-Roldan y Fachelli (2015), pero también actualmente se puede
realizar a través de diferentes plataformas y programas, llegando a resultados similares,
tales como:
En el plan metodológico se deben establecer cuáles serán los recursos requeridos para el
desarrollo de la investigación, estos recursos van desde los recursos financieros, materiales
hasta los humanos. Se debe detallar específicamente y, de ser posible, sus costos.
El cronograma de trabajo sirve para guiar las actividades que ayudarán a cumplir con los
objetivos de la investigación y el tiempo necesario para ello. El cronograma de la
investigación puede delimitarse por fases, tales como: el plan de trabajo, la revisión de la
literatura o marco teórico, recopilación de la información, trabajo de campo, análisis y
procesamiento de datos, presentación del informe, corrección y elaboración de la versión
definitiva (Baena Paz, 2017). En el cronograma debe establecerse específicamente el
periodo o periodos necesarios para la culminación de cada actividad.