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La técnica de encuesta es ampliamente utilizada como procedimiento de investigación, ya que permite
obtener y elaborar datos de modo rápido y eficaz. En el ámbito sanitario son muy numerosas las
investigaciones realizadas utilizando esta técnica, como queda demostrado en los 294 artículos encontrados
en la base de datos Medline Express, con el descriptor survey, para los años 1997-2000 y en castellano. De
éstos, en los años 1999 y 2000 se han publicado en España 72 investigaciones que abarcan una gran variedad
de temas: encuestas de salud general, sobre temas específicos de salud, consumo de alcohol, tabaco y otras
drogas, consumo de fármacos, hábitos higiénicos, hábitos alimentarios, satisfacción de los usuarios con los
servicios sanitarios, satisfacción del personal sanitario, etc. Esto puede ofrecer una idea de la importancia de
este procedimiento de investigación que posee, entre otras ventajas, la posibilidad de aplicaciones masivas y
la obtención de información sobre un amplio abanico de cuestiones a la vez.
Con este trabajo se plantea el objetivo de familiarizar al lector con esta técnica de investigación, describiendo
brevemente los pasos que deben seguirse en la realización de una encuesta, centrando el interés
fundamentalmente en la elaboración de su instrumento básico, el cuestionario. Por limitaciones de espacio,
el tema va a ser tratado en dos partes. En esta primera se van a tratar los aspectos preliminares de la
investigación y el diseño del cuestionario, y en la segunda parte se analizarán los aspectos referentes al trabajo
de campo y análisis estadístico de los datos.
Se puede definir la encuesta, siguiendo a García Ferrando 1, como «una técnica que utiliza un conjunto de
procedimientos estandarizados de investigación mediante los cuales se recoge y analiza una serie de datos de
una muestra de casos representativa de una población o universo más amplio, del que se pretende explorar,
describir, predecir y/o explicar una serie de características». Para Sierra Bravo 2, la observación por encuesta,
que consiste igualmente en la obtención de datos de interés sociológico mediante la interrogación a los
miembros de la sociedad, es el procedimiento sociológico de investigación más importante y el más empleado.
Entre sus características se pueden destacar las siguientes2,3:
1. La información se obtiene mediante una observación indirecta de los hechos, a través de las
manifestaciones realizadas por los encuestados, por lo que cabe la posibilidad de que la información obtenida
no siempre refleje la realidad.
2. La encuesta permite aplicaciones masivas, que mediante técnicas de muestreo adecuadas pueden hacer
extensivos los resultados a comunidades enteras.
3. El interés del investigador no es el sujeto concreto que contesta el cuestionario, sino la población a la que
pertenece; de ahí, como se ha mencionado, la necesidad de utilizar técnicas de muestreo apropiadas.
4. Permite la obtención de datos sobre una gran variedad de temas.
5. La información se recoge de modo estandarizado mediante un cuestionario (instrucciones iguales para
todos los sujetos, idéntica formulación de las preguntas, etc.), lo que faculta hacer comparaciones
intragrupales.
En la planificación de una investigación utilizando la técnica de encuesta se pueden establecer las siguientes
etapas4:
Como ya se ha mencionado, el objetivo fundamental de este trabajo es la elaboración del cuestionario; sin
embargo, se considera que, aunque sea brevemente, deben describirse los aspectos básicos que constituyen
una investigación utilizando la técnica de encuesta.
Identificación del problema
El primer paso supone partir de una definición clara y precisa del objeto de interés del investigador,
estableciendo los objetivos generales y específicos perseguidos con la investigación, y realizar una revisión de
las diversas aportaciones teóricas que ya existan sobre el tema. En algunos casos se tendrá abundante
información y bibliografía sobre el objeto de estudio, pero habrá otros en que se tenga un conocimiento
escaso, bien sobre el problema planteado, bien sobre la población, o sobre ambos. En estas circunstancias,
además de realizar una revisión en temas relacionados, se tendrá que recurrir a técnicas cualitativas para
recabar la información que no se puede obtener por otros medios 5,6.
Determinación del diseño de investigación
En este punto, el investigador debe considerar la planificación general del trabajo en función del problema
que se estudia y de los fines de la investigación. Así pues, dependiendo de los objetivos perseguidos, de los
recursos humanos, materiales y económicos, del tiempo de que se disponga, de la disponibilidad de la/s
muestra/s, etc., se decidirá qué tipo de estudio es el adecuado.
Muy brevemente se pueden clasificar los métodos de investigación en tres grandes grupos: analítico
experimental, analítico observacional o correlacional y descriptivo7-9. En el método analítico experimental el
investigador puede ejercer control directo sobre las variables independientes para comprobar qué efectos
producen sobre las dependientes y determinar, por tanto, la relación causal que existe entre ellas. En el caso
de los estudios analíticos observacionales, las variables de interés son seleccionadas para conocer la relación
que existe entre ellas, aprovechando su presencia o ausencia en grupos de sujetos escogidos cuidadosamente,
de modo que sea posible el control sobre las variables identificadas por el investigador. Los estudios
descriptivos suelen realizarse en los primeros pasos de una investigación; con ellos se pretende detectar
regularidades en los fenómenos objeto de estudio, describir asociaciones entre variables y generar hipótesis
que puedan ser contrastadas en estudios posteriores, sin establecer relaciones de causa-efecto. En cada uno
de estos métodos pueden utilizarse distintas técnicas de recogida de datos. La técnica de encuesta puede ser
utilizada tanto en los denominados métodos analíticos observacionales como en los descriptivos10.
En lo que atañe a la dimensión temporal, los diseños pueden ser transversales o longitudinales. En el primer
caso, el diseño transversal, también denominado seccional o de prevalencia, tiene como fin estimar la
frecuencia de algún fenómeno de interés en un momento dado. El objetivo generalmente consiste en
establecer diferencias entre los distintos grupos que componen la población o muestra y el estudio de las
relaciones de las variables más importantes. El rasgo que los caracteriza es el tipo de muestreo utilizado, ya
que se selecciona aleatoriamente un determinado número de individuos de una población sin conocer
previamente cuáles de éstos presentan el fenómeno objeto de estudio. Los diseños transversales tienen la
ventaja de que pueden ser realizados en un corto período y son más económicos que otros tipos de estudios,
pero no permiten establecer la secuencia temporal de las diferentes variables estudiadas y, por tanto, abordar
las relaciones causa-efecto, siendo por definición estudios descriptivos.
En los estudios longitudinales, que pueden ser tanto descriptivos como analíticos observacionales, se realizan
observaciones a lo largo de determinados espacios de tiempo para apreciar posibles cambios en el
comportamiento de los sujetos. Los diseños longitudinales pueden ser prospectivos y retrospectivos. En los
diseños longitudinales prospectivos se toman varias medidas a lo largo de un determinado período con el fin
de observar la evolución de un fenómeno en la población objeto de interés del investigador, siendo el inicio
del estudio anterior a los hechos estudiados, que se van recogiendo a medida que suceden. En los estudios
longitudinales retrospectivos se estudia una variable dependiente y la influencia que sobre ella han podido
tener factores cuya ocurrencia es anterior al momento del estudio11. El diseño es, pues, posterior a los hechos
estudiados y, por tanto, es habitual recurrir a bases de datos preexistentes (como registros laborales de
grandes empresas, historias clínicas, etc.). La técnica de encuesta puede ser utilizada tanto en diseños
longitudinales como transversales11. En la tabla 1 se presentan esquemáticamente los distintos métodos de
investigación y algunos de los diseños más frecuentes.
1. El primero es el establecimiento de las hipótesis generales elegidas como respuestas probables a la cuestión
investigada.
2. Un segundo nivel establecería las subhipótesis que desarrollen y expresen los distintos aspectos
considerados.
3. En el tercer nivel ya se estarían dando los primeros y fundamentales pasos para la elaboración de las
preguntas del cuestionario. El que en cada una de las preguntas incluidas en el cuestionario subyazca una
hipótesis garantiza su sentido y utilidad. Incluso si las posibles respuestas implican varias categorías, éstas
también deben fundamentarse en hipótesis.
Definición de las variables
La definición adecuada de las variables (magnitudes cuyos valores son objeto de estudio) permite operativizar
y hacer susceptible de medida el objeto de la investigación. En el caso de la técnica de encuesta, determinar
los puntos de información de un modo preciso va a permitir desarrollar las preguntas adecuadas para el
cuestionario.
La especificación de las hipótesis y de las variables de interés constituyen puntos básicos de información que
van a servir para elaborar una guía del cuestionario, que suele utilizarse como orientación para la redacción
del mismo.
Selección de la muestra
En este punto se tendrá que decidir si se van a realizar observaciones sobre todos los sujetos que componen
la población objeto de estudio o si se limitarán a una muestra. Por población se entiende 12 «el conjunto de
todos los elementos que cumplen ciertas propiedades, entre las cuales se desea estudiar un determinado
fenómeno». Salvo en el caso de poblaciones muy pequeñas, lo habitual será trabajar con muestras por razones
de tiempo, coste y complejidad en la recogida y análisis de los datos. La idoneidad de la muestra seleccionada
dependerá de su representatividad, es decir, de su capacidad para reproducir las mismas características de la
población de la que procede; si la muestra no es representativa de la población se dice que es sesgada.
Se denominan técnicas de muestreo a los procedimientos que aseguran que los individuos que componen la
muestra son representativos de la población de la que proceden. Sin pretender ser exhaustivos, se presentan
a continuación las técnicas utilizadas más habitualmente13,14.
Muestreo aleatorio simple
El muestreo es aleatorio simple si garantiza que todos los componentes de la población tienen las mismas
probabilidades de formar parte de la muestra y cada una de las posibles muestras del mismo tamaño tiene la
misma probabilidad de ser escogida. Para realizar este tipo de muestreo es necesario disponer de un listado
de todas las unidades que componen la población, lo que supone importantes dificultades si la población es
amplia y no se dispone de bases de datos completas.
Muestreo aleatorio estratificado
En este tipo de muestreo, la población se divide en subpoblaciones, denominadas estratos, en función de las
variables que pueden tener influencia sobre las características que se quiere medir.
El proceso de selección de la muestra pasaría por las siguientes fases3,15:
Para el cálculo del tamaño muestral puede contarse con la ayuda de programas informáticos de distribución
gratuita, como el Epi Info17 o el GRANMO16, así como con tablas que presentan los cálculos ya elaborados 18,
aunque no todos los autores recomienden el uso de estas últimas19.
Diseño del cuestionario
El instrumento básico utilizado en la investigación por encuesta es el cuestionario, que podemos definir como
el «documento que recoge de forma organizada los indicadores de las variables implicadas en el objetivo de
la encuesta»20. De esta definición podemos concluir que la palabra encuesta se utiliza para denominar a todo
el proceso que se lleva a cabo, mientras la palabra cuestionario quedaría restringida al formulario que
contiene las preguntas que son dirigidas a los sujetos objeto de estudio.
El objetivo que se persigue con el cuestionario es traducir variables empíricas, sobre las que se desea
información, en preguntas concretas capaces de suscitar respuestas fiables, válidas y susceptibles de ser
cuantificadas. Como ya se ha mencionado, el guión orientativo del que se debe partir para diseñar el
cuestionario lo constituyen las hipótesis y las variables previamente establecidas. En esta fase preliminar,
antes de la redacción de las preguntas, se debe tener en cuenta también las características de la población
diana (nivel cultural, edad, estado de salud) y el sistema de aplicación que va a ser empleado, ya que estos
aspectos tendrán una importancia decisiva a la hora de determinar el número de preguntas que deben
componer el cuestionario, el lenguaje utilizado, el formato de respuesta y otras características que puedan
ser relevantes. En este sentido, y como ya se ha mencionado, si no se tiene un buen conocimiento de la
población objeto de estudio, puede ser de gran utilidad el uso de técnicas cualitativas, como el grupo de
discusión o las entrevistas con informadores clave21.
Tipos de preguntas
En el cuestionario se pueden encontrar distintos tipos de preguntas según la contestación que admitan del
encuestado, de la naturaleza del contenido y de su función 11,22.
Según la contestación que admitan del encuestado. Se pueden clasificar las preguntas en:
1. Cerradas. Las preguntas cerradas (también denominadas precodificadas o de respuesta fija 3) son aquellas
en las que el encuestado, para reflejar su opinión o situación personal, debe elegir entre dos opciones: «sí-
no», «verdadero-falso», «de acuerdo-en desacuerdo», etc. Tienen como ventaja su fácil respuesta y
codificación; sin embargo, la información que ofrecen es limitada.
2. De elección múltiple. Este tipo de preguntas pueden ser de tres tipos:
Abanico de respuestas, cuando se ofrece al encuestado una serie de opciones de respuesta, que deben ser
exhaustivas y mutuamente excluyentes2.
Abanico de respuestas con un ítem abierto. Este tipo de pregunta es apropiado cuando no se tiene la absoluta
certeza de resultar exhaustivos y se deja la posibilidad al encuestado de añadir opciones no contempladas en
las alternativas de respuesta ofrecidas.
Preguntas de estimación. En este caso se ofrecen como alternativas respuestas graduadas en intensidad sobre
el punto de información deseado.
En el caso del cuestionario simple, con estas preguntas de estimación no se pretende obtener una puntuación
para cada uno de los sujetos que participan en la investigación, sino simplemente una distribución de
frecuencias de las respuestas emitidas. Si se obtuviera una puntuación para cada uno de los sujetos,
constituida por la suma de las respuestas escalares dadas a varios ítems, se estaría hablando de una escala,
generalmente destinada a medir actitudes o «estados subjetivos». Habitualmente, como procedimientos
escalares se utilizan los rangos sumativos (Likert), los intervalos aparentemente iguales (Thurstone), el
Método de Guttman, etc. La construcción de estos instrumentos de medida presenta peculiaridades respecto
al cuestionario simple, objeto de este trabajo, y tienen, en muchos aspectos, un tratamiento estadístico
distinto23.
3. Abiertas. Se consideran preguntas abiertas cuando se da libertad al encuestado para que conteste con sus
propias palabras. Este tipo de preguntas está indicado en estudios de carácter exploratorio y cuando se
desconoce el nivel de información que tienen los encuestados. Presentan como ventaja el hecho de
proporcionar mucha información y un máximo de libertad al encuestado; sin embargo, la codificación de las
respuestas puede suponer ciertas dificultades y exige un mayor esfuerzo al encuestado para su contestación.
Según la naturaleza del contenido. Las preguntas del cuestionario pueden versar sobre cuestiones concretas
o hechos objetivos, sobre intenciones, opiniones, nivel de información, actividades, aspiraciones, motivos o
razones, etc. En este apartado, merecen especial mención las preguntas de identificación (sexo, edad, estado
civil, número de hijos, nivel de estudios, profesión), ya que suelen referirse a las variables independientes
principales2.
Según su función. En el cuestionario se pueden encontrar preguntas que tienen funciones especiales. Dentro
de éstas destacarían los siguientes tipos:
1. Preguntas filtro. Las preguntas filtro tienen por objeto seleccionar a una parte de los encuestados para
realizarles posteriormente preguntas sólo indicadas para ellos. Suponen una economía de esfuerzos para el
investigador y el encuestado.
2. Preguntas de consistencia y control. Las preguntas de consistencia tienen como función comprobar la
congruencia de las respuestas del entrevistado. Son preguntas con el mismo significado pero distinta
redacción, que se sitúan espaciadas en el cuestionario. Las preguntas de control intentan determinar la
veracidad de las respuestas del encuestado, para lo cual suelen incluir en las categorías propuestas alguna
falsa. Serían semejantes, en su finalidad, a las escalas de veracidad o sinceridad que incluyen algunos tests
psicológicos24.
3. Preguntas de aflojamiento y acceso. La finalidad de las preguntas de aflojamiento, también llamadas de
introducción, es establecer un clima de interés que posibilite una mejor disposición por parte del sujeto a
contestar. Este tipo de preguntas se sitúan al comienzo del cuestionario y, si éste versa sobre más de un tema,
cada vez que se trata uno distinto. Las preguntas de acceso son preguntas que, por su redacción, hacen que
el encuestado no se sienta incómodo al tratar temas comprometidos (aunque es preciso tener en cuenta que
no deben realizarse preguntas indiscretas si no son estrictamente necesarias). Cea D'Ancona 3 propone las
siguientes posibilidades para redactar preguntas de acceso:
Las primeras preguntas deben ser sencillas y motivadoras, reservando el espacio central del cuestionario para
las más importantes de la investigación. Es conveniente finalizar el cuestionario con preguntas fáciles que
dejen en el encuestado una buena sensación.
Las preguntas de identificación suelen colocarse, en nuestro país, al comienzo del cuestionario, aunque hay
autores que defienden su situación al final del mismo aduciendo una mayor libertad en las contestaciones. De
cualquier modo, es imprescindible que estas preguntas de identificación garanticen el anonimato de los
encuestados.
Las preguntas deben agruparse por temas. Si el cuestionario va a tratar más de un tema es recomendable que
las preguntas estén agrupadas para evitar el desconcierto del entrevistado pasando de un tema a otro.
Además, como ya se ha mencionado, cada nuevo tema debe ir precedido por las pertinentes preguntas
introductorias.
Para evitar el efecto de halo (influencia que ejercen algunas preguntas sobre las repuestas a preguntas que se
presentan con posterioridad) es aconsejable utilizar la técnica del embudo (ordenación de lo más general a lo
más específico; o al contrario, en este caso denominada técnica del embudo invertido) o de la dispersión.
Las preguntas cuya contestación implique marcar en cuadros, ordenar tarjetas o representar gráficamente,
deben colocarse en el cuestionario de modo que no resulten monótonas o fatigosas para el encuestado.
Respecto a la extensión, el número habitual de preguntas suele situarse entre las 20 y las 30 y el tiempo
necesario para su contestación alrededor de los 15 min. En estos dos aspectos se deberá ser tan cuidadoso
como en los anteriormente expuestos, teniendo siempre presente la población objeto de estudio. Un
cuestionario autoadministrado de 60 preguntas redactadas correctamente puede suponer un tiempo de
contestación de 15 a 20 minutos en una muestra de jóvenes universitarios, sin producir ninguna fatiga y
constituir, sin embargo, una barrera infranqueable para una muestra de ancianos o de adolescentes con
problemas de escolarización.
Prueba piloto o pretest
Una vez redactadas las preguntas y adecuadamente situadas en el cuestionario, se estará en disposición de
realizar la prueba piloto o pretest.
Por mucho cuidado que se haya puesto en el proceso de elaboración del cuestionario es imprescindible que
se someta a una prueba piloto antes de proceder a la aplicación masiva. La prueba piloto puede realizarse con
un grupo de entre 30 y 50 personas, no necesariamente representativas de la población objeto de estudio,
pero sí semejantes en sus características fundamentales 1,11. Las respuestas obtenidas deben codificarse y
someterse a las pruebas estadísticas que se hayan considerado pertinentes para el estudio (aspecto que se
tratará en la segunda parte de este trabajo); de este modo, la prueba piloto permitirá determinar si las
preguntas han sido correctamente comprendidas por todos los sujetos, si han producido fatiga o rechazo, si
la duración ha sido excesiva o cualquier otra deficiencia. Estas deficiencias quedarán reflejadas en los
resultados obtenidos; por esta razón Goode y Hatt26 proponen la siguiente lista de comprobación:
Distribución desordenada de las respuestas. Hay variables, como género, profesión, salario, fecundidad, etc.,
de las que de antemano el investigador puede conocer su distribución. La obtención de respuestas que no
concuerdan con los datos que se conocen por estudios previos pueden estar indicando que la pregunta no ha
sido interpretada por todos los sujetos del mismo modo.
Respuestas de «todo o nada». Si todas las respuestas son afirmativas o negativas, están a favor o en contra,
la pregunta ha suscitado respuestas estereotipadas o tópicas y la información que proporciona carece de
utilidad.
Alta proporción de respuestas «no lo sé». En este caso se tendrá que determinar, en primer lugar, si la
pregunta está bien o mal redactada. Preguntas bien redactadas: a) la pregunta puede ser perfectamente
correcta en su formulación, pero la muestra a la que va dirigida no es la adecuada (los encuestados carecen
de la información o experiencia que se solicita). En este caso será preciso revisar la composición de la
muestra. b) la pregunta proporciona una información valiosa, puesto que pone en evidencia el
desconocimiento de los sujetos respecto a un servicio o utilidad que dábamos por conocido. Preguntas mal
redactadas: a) la pregunta es vaga en su formulación y los sujetos o no la comprenden o no pueden discernir
claramente la información que se les solicita; b) la pregunta es considerada por los encuestados indiscreta y
la respuesta «no lo sé» supone una manera de evadir la respuesta.
Gran número de comentarios sin importancia o de cualificaciones innecesarias. Si se ofrece una serie de
alternativas de respuesta y los encuestados hacen reiterados comentarios sobre las mismas, se puede suponer
que no se ha sido exhaustivo o que las categorías de respuesta no son apropiadas. Otro indicio de debilidad
de la pregunta lo constituye el hecho de que los encuestados comiencen su respuesta con comentarios del
tipo «si lo que quiere decir con su pregunta es...».
Elevada proporción de negativas para contestar a todo el cuestionario o a alguna pregunta concreta. Si las
negativas a contestar son a todo el cuestionario será preciso replantearse la manera de abordar a los
encuestados, el momento y el lugar en el que se pretende aplicar el cuestionario, si queda garantizado el
anonimato o si se da cualquier otra circunstancia que dificulte la respuesta. En lo que respecta a preguntas
concretas, incluso cuando las preguntas están bien elaboradas siempre hay sujetos que se niegan a contestar,
aceptándose hasta un 5% el índice normal de no respuesta. Por encima de este porcentaje se considera que
la pregunta debe ser revisada.
Los cuestionarios deben incluir siempre unas instrucciones sencillas para su correcta cumplimentación. En
algunos casos puede ser oportuno incluir algunos ejemplos demostrativos para que los sujetos sepan
exactamente qué tarea deben realizar. En la prueba piloto también debe comprobarse la calidad de estas
instrucciones.
Formato definitivo
Después de realizar el estudio piloto e introducir las oportunas correcciones, se estará en disposición de
elaborar el formato definitivo del cuestionario. Éste debe incluir los siguientes apartados11:
Es importante que el formato definitivo del cuestionario tenga una impresión y presentación cuidadas.
Quedan para una segunda parte del trabajo los puntos siguientes: organización del trabajo de campo,
obtención y tratamiento de los datos y análisis de los datos e interpretación de los resultados.
Trabajo realizado con una Beca Modalidad Formación, Nivel Perfeccionamiento, del Instituto de Salud Carlos
III, con número de expediente 00/0003.
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