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El Código Procesal trata a partir del Título V los que denomina Modos Anormales de
Terminación del Proceso, desde el art. 304 hasta el art. 318. Estos serían:
El Desistimiento
El Allanamiento
La Transacción
La Conciliación; y
La Caducidad de instancia
Por otro lado, una vez ya iniciado el proceso judicial como primer supuesto de finalización de
éste antes de la sentencia, encontramos al DESISTIMIENTO a partir del art. 304 del Código.
Según el principio dispositivo son las partes las que tienen la facultad de dar inicio al proceso y
la carga de su impulso hasta la sentencia de mérito, con lo cual se justifica que también sean
éstas las que puedan decidir concluirlo o terminarlo cuando el pleito ya no resulta útil a sus
intereses.
Esta clase de desistimiento sólo importa el expreso abandono del proceso y la consecuente
desaparición de su objeto (que sería la pretensión), pero no afecta al derecho material que
pudiere corresponder al actor. Es así que no impide el planteamiento de la misma pretensión
en otro proceso ulterior, de idéntico contenido; salvo claro que, por el transcurso del tiempo
haya operado la prescripción de la acción.
El art. 304, en su primer párrafo, contempla el desistimiento bilateral del proceso, por común
acuerdo de las partes, quienes lo manifestarán por escrito al juez, el cual se limitará a declarar
la extinción del proceso y ordenar su archivo.
Pero también el artículo contempla el desistimiento unilateral del actor y acá cabe hacer una
distinción entre, si el actor desiste antes de la notificación de la demanda o después de ella, es
decir antes o después de haberse trabado la litis.
Si se corrió traslado de demanda, ya existe demandado, con lo cual el desistimiento del actor
debe ser aceptado y no rechazado por el demandado quien debe prestar conformidad a ese
desistimiento, pudiendo rechazarlo. Es así como lo contempla la norma y esto encuentra su
fundamento en que, si se tiene en cuenta que el desistimiento del proceso no impide la
renovación de la misma litis en un ulterior proceso, parece razonable suponer que el
demandado, ya en conocimiento de la demanda como consecuencia de su notificación, puede
tener interés en que el proceso continúe hasta obtener una sentencia final que dilucide el
conflicto y, eventualmente, pueda favorezca.
Sin embargo, si se desiste del proceso antes del traslado de demanda, no se precisará del
consentimiento de la otra parte, pero el actor deberá pagar tasa y sobre tasa de justicia y,
además, se estimarán honorarios: los honorarios se van a estimar sobre el 100% de la base
regulatoria, según qué tipo de proceso se trate, y sobre esa base regulatoria se va a calcular un
tercio de la presunta regulación, es decir, 1/3 de lo que se le hubiera regulado en la sentencia
definitiva si la demanda prosperaba. ¿Por qué es importante saber esto? Porque hasta que no
se pague tasa y sobre tasa de justicia, honorarios y aportes, no le van a dejar desglosar ningún
tipo de documentación original, ni va a poder iniciar un juicio nuevo. Hasta que no se pague
todo no se da por terminada la causa y el actor no podrá iniciar un nuevo juicio con la misma
pretensión, por más que conserve el derecho material que la fundamenta.
Por otro lado, el desistimiento del derecho, contenido en el art. 305 del Código, consiste en el
acto por el cual el actor desiste o abdica del derecho material invocado como fundamento de
su pretensión.
En esta clase de desistimiento una vez que el actor lo plantea, es indistinto que se haya
trabado o no la litis, el juez deberá resolver el pedido sin sustanciación y eventualmente se
terminará el proceso.
Esto se fundamenta en que el efecto del desistimiento del derecho es que “en lo sucesivo no
podrá promoverse otro proceso por el mismo objeto y causa”, así mismo lo estipula el art. 305
del Código, en su última parte. Es así que, si se iniciara una nueva causa sobre la base del
derecho que ya se desistió, la que fuera la contra parte podrá oponer la excepción prevista en
el art. 345, inc 7° para repeler la pretensión.
El desistimiento del derecho sólo puede operar respecto de derechos disponibles. Será misión
del juez determinar en qué casos es viable aceptar este desistimiento y en cuáles, por la
“naturaleza del derecho en litigio” o cuando media el orden público, ello no es posible. La
actividad judicial en estos casos se encuentra orientada por las pautas del derecho de fondo.
Por ejemplo: el desistimiento del derecho formulado en un juicio sobre indemnización por
accidente de trabajo o en los casos de derecho del consumidor o usuario.
De este modo, si el desistimiento del derecho versara sobre derechos indisponibles, el juez
puede desestimarlo y no dictar la correspondiente resolución homologatoria.
Si, por el contrario, el juez estima que el acto procede deberá homologar el desistimiento y la
resolución que da por terminado el juicio debe contener pronunciamiento sobre las costas y
en ella se deben, también, practicar las regulaciones de honorarios que correspondan.
El artículo 306 habla sobre Revocación y dice específicamente que “El desistimiento no se
presume y podrá revocarse hasta tanto el juez se pronuncie, o surja del expediente la
conformidad de la contraria”. Tanto el desistimiento del proceso como -con más razón- el del
derecho, pueden causar graves perjuicios a quienes lo realizan. Es así que el ordenamiento
jurídico proteja a las partes en este sentido por dos vías. En primer lugar, estableciéndose en
este artículo que sólo podrá desistirse de manera expresa, mediante escrito llevado ante el
juez. Ósea No opera presunción alguna favorable al desistimiento. Por otro lado, la protección
opera permitiendo una revisión de lo decidido y admitiendo un eventual arrepentimiento y
consecuente revocación. Se fija como límite temporal el pronunciamiento del juez o bien -para
los casos de desistimiento del proceso- la constancia en el expediente de la conformidad de la
contraparte.
Por otro lado, cabe la posibilidad de que el desistimiento se formule con carácter parcial, por
ejemplo, el desistimiento de alguna pretensión en el caso de acumulación de pretensiones, o
el desistimiento de una incidencia.
Por último, Los desistimientos tanto del derecho como del proceso muchas veces se utilizan
como la expresión formal de la finalización del proceso, a través de un convenio entre las
partes y que el actor en base a ello desista. El convenio no lo agregan al expediente. Las costas
son al actor.