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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES


CENTRO UNIVERSITARIO DE CHIMALTENANGO - CUNDECH-
LÓGICA JURÍDICA

No. 1

Origen Etimológico

Es la forma del pensamiento más compleja. Determinar el origen etimológico de las dos
palabras que dan forma al término razonamiento jurídico nos lleva a toparnos con el hecho
de que ambas derivan del latín:

Razonamiento emana de la suma del sustantivo “ratio”, que puede traducirse como “razón,
y el sufijo “miento”, que se usa para indicar el resultado de una acción.

Jurídico, por otro lado, proviene de “iuridicus”, que, a su vez, es fruto de “ius”, que
significa “derecho”.

Definición de Razonamiento:

La naturaleza del razonamiento se ha determinado de la siguiente manera:

a. Luis Alberto Padilla: "El razonamiento es una operación lógica por medio de la cual, a
partir de uno o más juicios, se deriva la verdad o falsedad ... de otro distinto.

b. María Cristina Campagna y Adriana Lazzeretti: "El razonamiento es la operación en la


que, a partir de dos o más proposiciones, se afirma, se infiere otra proposición a modo de
conclusión.

c. Mario Moro: "El razonamiento es el acto con el cual el entendimiento parte de unos
conocimientos, para llegar a otros nuevos.

d. Benlloch Ibarra y Tejedor Campomanes: "El razonamiento es un pensamiento complejo


que consta de juicios ya conocidos para obtener otro nuevo.

Definición de Razonamiento Jurídico: El proceso y el efecto de razonar reciben el


nombre de razonamiento. Razonar, por su parte, es la actividad de la mente que permite
producir, organizar y estructurar conceptos para llegar a una conclusión. Jurídico, por otro
lado, es aquello que resulta conforme al derecho (lo establecido por la ley. El concepto de
razonamiento jurídico refiere al proceso mental que sigue los principios del derecho para
interpretar y/o argumentar algo en función de las leyes. Para esta clase de razonamiento, la
persona debe apelar a la lógica y a la dialéctica.

El razonamiento jurídico, por tanto, lo que intenta es encontrar una solución ante un
conflicto surgido, por medio de las aplicaciones de unas normas o leyes, que esté, por
supuesto, debidamente justificada y argumentada para así evitar desacuerdos.

A la hora de poder llevar a cabo el razonamiento jurídico, los expertos en la materia


coinciden en subrayar la importancia de prestarle atención y de hacer uso de ciertos
principios. En concreto, se refieren tanto a los principios de la base ideológica y valorativa
de lo que es el orden jurídico como a los que están recogidos de manera expresa en las
normas y leyes.

Además de todo eso, cuando se va a desarrollar el citado razonamiento y hacer empleo de


los principios y de las reglas, es importante tener en consideración los siguientes aspectos:
-Las reglas jurídicas existentes son objeto de interpretación mientras que los principios
jurídicos lo son únicamente de ponderación.
-Los principios se usan y aplican de acuerdo a la lógica de la preferencia.

Los razonamientos jurídicos, por lo general, son desarrollados por abogados, jueces y
legisladores. Su finalidad es arribar a una conclusión que esté en sintonía con las normas
jurídicas vigentes o que, incluso, pueda convertirse en una de ellas después de atravesar los
pasos necesarios para la promulgación
El argumento jurídico

El argumento está íntimamente vinculado a un razonamiento, que puede expresarse en


forma escrita o hablada, sin embargo, como elemento necesario debe contener coherencia a
efecto de tener claridad en la idea que se expresa.

El argumento como se expresa en el párrafo anterior, debe ser preciso, claro, coherente,
para ello se debe hablar y escribir al amparo de los textos que regulan tal actividad a efecto
de cumplir con los requisitos establecidos, de ahí la importancia de citar la ley, así mismo y
en consecuencia se observa la necesidad de consultar el Diccionario de la Lengua Española
en donde se establece: “se entiende por argumento a la parte del razonamiento que se
emplea para probar o demostrar una proposición, o bien para convencer a otro de aquello
que se afirma o se niega”. Dable es que los profesionales del derecho realicen sus
argumentos al amparo de los textos citados, el objeto es argumentar con amparo en textos
normativos válidos y reconocidos, además de la estructura lógica que estos deben tener,
esto tendría como resultado efectividad y eficacia en su exposición.

La defensora y el defensor debe considerar la importancia de la lógica en el momento de


hacer sus argumentos jurídicos, en su discurso los profesionales del derecho deben tener
claro que se da un dialogo de palabras con conexión lógica con el propósito de probar o
demostrar su dicho.

Clases de Razonamiento:

El razonamiento deductivo: parte de categorías generales para hacer afirmaciones sobre


casos particulares. Va de lo general a lo particular. Es una forma de razonamiento donde se
infiere una conclusión a partir de una o varias premisas. El filósofo griego Aristóteles, con
el fin de reflejar el pensamiento racional, fue el primero en establecer los principios
formales del razonamiento deductivo.

El razonamiento inductivo, por otro lado, es aquel proceso en el que se razona partiendo
de lo particular para llegar a lo general, justo lo contrario de la deducción. La base de la
inducción es la suposición de que algo es cierto en algunas ocasiones, también lo será en
situaciones similares, aunque no se haya observado. Una de las formas más simples de
inducción ocurre cuando a través de una serie de encuestas, de las que se obtienen
respuestas dadas por una muestra, es decir, de una parte, de la población total, nos
permitimos extraer conclusiones acerca de toda la población.

En cuanto a la importancia de la lógica en el argumento jurídico, tenemos que considerar la


importancia de lo antes expuesto y lo siguiente:

a) Cargas de la lógica en el proceso penal para las partes. Toda la etapa procesal contiene
razonamientos generales y argumentos jurídicos particulares. Es en esta etapa del proceso
cuando las partes utilizan los argumentos jurídicos, con un fuerte apoyo en la lógica. La
demostración o carga de la prueba estará bajo la responsabilidad del que afirma algo
demandado en sus hechos, o de aquél cuya negación implica una afirmación. Es decir, en la
etapa procesal se demuestra, mediante argumentos la verdad de los hechos motivo de
controversia.

Por ello, la demostración o carga de la prueba en su presentación argumentativa, requiere


de amplios conocimientos de la lógica jurídica. Ya se ha dicho que el que afirma algo debe
probarlo y, de no probarlo, el juez debe absolver. Tiene también la carga de la prueba
aquella cuya negación implica de manera lógica una afirmación.

b) Prohibiciones o restricciones de la lógica procesal para el juzgador, el juzgador se


encuentra delimitado por la lógica procesal:

El principio de congruencia de la sentencia con la pretensión procesal de las partes, limita


al juzgador a emitir su fallo a ultra petitum partium, y que debe fallar ixuta allegata et
probata, se debe al imperativo de la lógica.

Problemas relacionados con la actividad jurisdiccional

Problemas de Vigencia y aplicabilidad de las normas jurídicas:

Es necesario establecer si las normas jurídicas están vigentes para aplicarlas a los casos
concretos. Eduardo García Máynez afirma que los factores determinantes de la fuerza
obligatoria de un precepto de derecho son los siguientes:
1. El conocimiento de las reglas de creación jurídica que estructuran los procesos
denominados fuentes formales (por ejemplo: legislación, costumbre y
jurisprudencia obligatoria);
2. El de las normas sobre la iniciación, duración y extinción de la vigencia de los
preceptos que emanan de esos procesos;
3. El de las reglas que permiten establecer el tenor auténtico de ciertas
disposiciones (verbigracia: las legislativa o jurisprudencialmente creadas).

Los factores expuestos por el jurista mexicano se analizarán en el ordenamiento jurídico


guatemalteco con relación a la legislación, para determinar su aplicabilidad a casos
concretos:

1. Las reglas de creación jurídica de la legislación están reguladas, principalmente, en los


artículos ciento setenta y cuatro (174) al ciento ochenta y uno (181) de la Constitución
Política de la República:
a) Los diputados del Congreso de la República, el Organismo Ejecutivo, la Corte
Suprema de Justicia, la Universidad de San Carlos de Guatemala o el Tribunal
Supremo Electoral ejercen su derecho de iniciativa de ley;
b) Se presenta para su trámite un proyecto de ley, de conformidad con el
procedimiento señalado en la Ley Orgánica y de Régimen Interior del Organismo
Legislativo;
c) El proyecto de ley se pone en discusión en tres sesiones celebradas en distintos días,
y se vota hasta que se tenga por suficientemente discutido en la tercera sesión;
d) Si se aprueba un proyecto de ley, la Junta Directiva del Congreso de la República,
en un plazo no mayor de diez días, lo enviará al Organismo Ejecutivo para su
sanción, promulgación y publicación;
e) El presidente de la República puede:

e.1. Sancionar, promulgar y ordenar la publicación del decreto;

e.2. No devolver el decreto dentro de los quince días siguientes a la fecha de su


recepción, en cuyo caso se tendrá por sancionado, y el Congreso de la República lo
deberá promulgar como ley dentro de los ocho días siguientes; o,
e.3 Ejercer su derecho de veto dentro de los quince días de recibido el decreto,
devolviéndolo al Congreso de la República con las observaciones que estime
pertinentes. En este caso, la Junta Directiva del Congreso de la República deberá
poner en conocimiento del pleno en la siguiente sesión que el presidente de la
República ejerció su derecho de veto, y el Congreso, en un plazo no mayor de
treinta días, podrá reconsiderarlo o rechazarlo. Si se rechaza, el Organismo
Ejecutivo deberá obligatoriamente sancionar y promulgar el decreto dentro de los
ocho días siguientes de haberlo recibido; y,

2. Las normas que regulan la iniciación, duración y extinción de la vigencia de los


preceptos jurídicos que emanan del proceso de creación jurídica de la legislación, están
contenidos en los artículos ciento setenta y cinco (175), ciento ochenta (180) y ciento
ochenta y tres (183) literal e) de la Constitución Política de la República, y en los artículos
seis (6) y ocho (8) de la Ley del Organismo Judicial

a) Inicia su vigencia en el territorio nacional ocho días después de su publicación


íntegra en el Diario Oficial, salvo que la propia ley señale otro ámbito territorial y
un plazo distinto para que empiece a regir;
b) Dura la vigencia generalmente por tiempo indefinido, a menos que la misma ley
señale un tiempo determinado;
c) Extingue su vigencia, porque transcurrió el tiempo que la propia ley señala, o por
los casos previstos en los artículos ciento setenta y cinco (175) y ciento ochenta y
tres (183) literal e) de la Constitución Política de la República, y el artículo ocho (8)
de la Ley del Organismo Judicial, desarrollados al estudiar el juicio jurídico,
específicamente, la oposición contradictoria entre normas que derivan de una misma
fuente en leyes de diferente e igual jerarquía.

El problema hermenéutico

Si las normas jurídicas están vigentes, el próximo problema consiste en determinar, como
afirma Eduardo García Máynez, si los casos concretos realizan o no el supuesto de los
juicios jurídicos. Para ello es necesario interpretar el precepto de derecho que se pretende
aplicar.
José Fernando Velásquez Carrera expresa dos métodos que los juristas han empleado para
interpretar las proposiciones de derecho:

a) Subjetivista, clásico tradicional o filológico-histórico: utilizado por Savigny,


Regelsberger, Enneccerus, Bierling, Heck Beling, Stammler, Petraschek entre otros,
quienes determinan el sentido de las normas jurídicas atendiendo la voluntad del
legislador o lo que éste quiso manifestar;

b) Objetivista o lógico sistemático: aplicado por Kohler, Binding, Wach, Radbruch, y


Binder, entre otros, quienes interpretan el precepto jurídico de conformidad con el
sentido objetivamente válido de los textos, y no indagan la voluntad de los
legisladores, porque la ley no vale como manifestación de un querer subjetivo, sino
como normas de conducta.

Sobre la interpretación jurídica de las normas de derecho, Luis Recaséns Siches expresa
que la aplicación de lógica de lo razonable o lógica de la acción humana supera los métodos
empleados para dichos efectos (el subjetivista y el objetivista, entre otros), porque ante
cualquier caso hay que proceder razonablemente, para percatarse de la realidad y sentido de
los hechos, y de las valoraciones en que se inspira el orden jurídico positivo o de la
jurisprudencia que la complementa, con la finalidad de obtener la solución satisfactoria en
cuanto a lo que dicho orden considera como sentido de justicia.

En la legislación guatemalteca, la Ley del Organismo Judicial, cuyos preceptos son normas
generales de aplicación, interpretación e integración en el ordenamiento jurídico, contiene
en los juicios jurídicos referidos en los artículos diez (10) y once (11), los siguientes
métodos para interpretar la ley (en el orden que a continuación se expone):

a. Interpretación auténtica: la proposición de derecho se interpretará conforme el


sentido de las palabras definidas por el legislador;
b. Gramatical: las normas jurídicas se interpretarán conforme a su texto, según el
sentido propio de sus palabras precisado en el Diccionario de la Real Academia
Española, pero si no está definida en dicho diccionario, se le dará la acepción
usual en el país o lugar de que se trate.
c. Sistemático: el precepto de derecho se interpretará conforme a su contexto y de
acuerdo con las disposiciones constitucionales.

Los pasajes de las leyes, que no se aclararon con los métodos anteriores, se precisarán su
contenido:

d. A la finalidad y al espíritu de la misma

e. A la historia fidedigna de su institución;

f. A las disposiciones de otras leyes sobre casos o situaciones análogas; y,

g. Al modo que parezca más conforme a la equidad ya los principios generales del
derecho.

Es claro que las normas indicadas: establecen como método de interpretación de la ley,
sobre cualquier otro, el denominado doctrinariamente como “objetivista”.

El problema de las lagunas y la integración

La interpretación de los preceptos de derecho puede evidenciar que el caso analizado no ha


sido previsto por el legislador, es decir, que no hay norma jurídica aplicable. Este tema se
ha denominado “el problema de las lagunas", y se produce según Norberto Bobbio, citado
por José Fernando Velásquez Carrera, si “en determinado ordenamiento jurídico falta una
regla a la que el juez pueda referirse para resolver tal o cual controversia”

El problema de las lagunas está relacionado con el concepto de “completitud del


ordenamiento jurídico”, y existen, de conformidad con el estudio comparativo realizado por
José Fernando Velásquez Carrera, tres teorías al respecto:

a) Teorías que niegan la existencia de lagunas, afirmando la completitud del


ordenamiento jurídico
b) Teorías que afirman la existencia de lagunas, sosteniendo la incompletitud del
ordenamiento jurídico.
c) Teorías eclécticas, que niegan la existencia de lagunas del derecho, pero las admite
con relación a la ley.
La legislación de Guatemala coincide con el tercer tipo de teorías, y se inspira, en el
principio de plenitud hermética del derecho, el cual consiste en que toda controversia debe
ser solucionada aún en el caso en que no exista ley aplicable, porque el derecho es un todo
homogéneo integrado por todas sus fuentes formales. En efecto, la Ley del Organismo
Judicial, en el juicio jurídico aludido en el artículo quince (15), prescribe que los jueces no
pueden suspender, retardar ni denegar la administración de justicia sin incurrir en
responsabilidad, aún en el caso de que falte o sea insuficiente la ley para aplicarla al caso
concreto.

Doctrinaria y legalmente se ha desarrollado el problema de las lagunas, para las cuales se


han propuesto soluciones. Eduardo Carda Máynez indica que los criterios de integración
más frecuentes son:

a) aplicación de principios generales de derecho;


b) recurso a criterios de equidad;
c) empleo de argumentos analógicos: el argumentum a simili ad simili, el a maiore ad
minus y el a minore ad maius;
d) argumentum a contrario.

En el caso de la legislación, el juicio jurídico aludido en el artículo quince (15) de la Ley


del Organismo Judicial dispone que los jueces; en el caso de falta o insuficiencia de ley
aplicable al caso concreto, deberán. resolver conforme las reglas contenidas en el juicio
jurídico representado en el artículo diez (l0) del mismo cuerpo normativo; y, poner a
conocimiento de la Corte Suprema de Justicia el problema de la laguna en la ley, para que,
si es el caso, ejercite su iniciativa de ley.

Las reglas comprendidas en el juicio jurídico significado en el artículo diez (10) de la Ley
del Organismo Judicial son las siguientes:

a) a la finalidad y al espíritu de la ley;


b) a la historia fidedigna de su institución;
c) a las disposiciones de otras leyes sobre casos o situaciones análogas; y,
d) al modo que parezca más conforme a la equidad ya los principios generales del
derecho.

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