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Concepción, veintinueve de diciembre dos mil diecisiete.

VISTO Y OIDOS Y TENIENDO PRESENTE:


1.- ANTECEDENTES GENERALES DEL PROCESO:
En este proceso, RIT O-235-2017 del Ingreso del Juzgado de Letras del
Trabajo de Concepción, Procedimiento de Aplicación General, compareció doña
DANIELA ALEJANDRA SAN MARTIN AGUILERA, ingeniero en administración,
domiciliada en Talcahuano, calle Volcán Chillán N°4.230, quien interpuso demanda
por nulidad del despido y en subsidio despido injustificado y cobro de prestaciones
en contra de su ex empleadora la MUNICIPALIDAD DE TALCAHUANO,
representada legalmente por su Alcalde don Henry Campos Coa, ambos con
domicilio en la comuna de Talcahuano, calle Sargento Aldea N°250, 7° piso,
fundada en las siguientes consideraciones:

1.1.- Demanda, fundamentos y pretensiones de la actora

1.1.1.- Desistimiento de nulidad de despido por gozar de fuero


La actora en primer lugar dedujo demanda de nulidad de despido por no
haberse considerado las normas del fuero maternal de que gozaba, por cuanto se le
habría despedido sin la autorización judicial debida.
Respecto de esta pretensión la actora en la audiencia de juicio de desistió de
este capítulo de nulidad, manteniendo las demás pretensiones, tanto principal como
subsidiaria, lo cual fue aceptado por la demandada sin oposición.
En consecuencia dado este desistimiento, que oportunamente se resolvió dar
lugar por el tribunal, la pretensión que comprendía tal desistimiento ha quedado
fuera del juicio.

1.1.2.- Nulidad del despido por no pago de cotizaciones previsionales y de


seguridad social
Al respecto, señala que en el mes de junio del año 2015 habría comenzado a
trabajar en forma continua e ininterrumpida para la demandada bajo vínculo de
subordinación y dependencia en el Programa de Desarrollo Económico y Atracción
de Inversiones, recibiendo instrucciones e informando tanto a la Coordinadora del
Programa como al Secretario Municipal de Planificación (SECPLAN), hasta el 27 de
diciembre de 2016, fecha en la que habría sido notificada que no se le renovaría su
contrato por déficit presupuestario.
Agrega que entre el 15 de noviembre de 2016 y el propio 27 de diciembre de
2016 la demandada habría modificado su contrato de trabajo dejándola en la
calidad de contrata.
Hace presente que si bien el contrato en el documento respectivo aparece
como contrato de prestación de servicios, al igual que en los decretos alcaldicios de
aprobación de los mismos, en el desempeño de su cargo estaba sujeta a
subordinación y dependencia; en primer lugar del Coordinador del Programa, luego
del Director de Secplan y finalmente del propio Alcalde. Señala que el propio
contrato indica que la prestación de los servicios se haría en los horarios en que la
Municipalidad lo requiriera siendo su jornada habitual de lunes a viernes. Además,
tenía derecho a prestaciones propias del contrato de trabajo, tales como permiso
para ausentarse del trabajo, licencias médicas, permiso parental, vacaciones y otros
propios del contrato de trabajo.
Los contratos habrían sido suscritos sin solución de continuidad, nunca se
habrían suscrito finiquitos dada la naturaleza indefinida de la relación contractual
que la unía con la demandada, de manera que al poner término a la relación laboral
basado en la letra de los contratos, lo que se pretendería sería conculcar sus
derechos laborales. Hace presente que en este caso tendría cabida el principio de
primacía de la realidad.
Finalmente sostiene que la relación laboral que la vinculó con la demandada
se regiría por el Código del Trabajo, por cuanto los servicios habrían sido prestados
bajo subordinación y dependencia y pide en consecuencia que así se declare. Cita
jurisprudencia que avalaría su postura.
En atención a estas circunstancias de hecho es que viene en solicitar que se
declare por el tribunal la nulidad del despido de que fuera objeto el día 27 de
diciembre de 2016, ya que nunca se le habrían pagado sus cotizaciones
previsionales por lo que de conformidad con lo dispuesto al artículo 162 incisos 5°,
6° y 7° del Código del Trabajo dicho término de contrato sería nulo y sólo podrá ser
convalidado una vez que se le pague todas las cotizaciones previsionales y de salud
y las remuneraciones correspondientes hasta el referido pago. Cita jurisprudencia
que avalaría su pretensión.
Pide en consecuencia se acoja la demanda, se declare la relación contractual
como de naturaleza laboral, de declare la nulidad del despido y se paguen las
prestaciones ya indicadas.

1.1.5.- Demanda subsidiaria por despido injustificado


En subsidio de lo anterior, y para el evento que no sea acogida dicha
pretensión, deduce demanda por despido injustificado, reiterando las
argumentaciones de hecho y de derecho ya indicadas, y la jurisprudencia citada.
Agrega que su remuneración era fija y alcanzaba la suma de $922.679 para
el año 2016.
Pide se acoja la demanda y se condene al pago de las siguientes
prestaciones:
1).- Indemnización por años de servicio por la suma de $1.845.358.
2).- Recargo del 50% en virtud de no haberse invocado causal por la suma de
$922.679.
3).- Indemnización sustitutiva del aviso previo por la suma de $922.679.
4.- Pago de las cotizaciones previsionales y de seguridad social.
5.- Feriado legal del año 2016.
6.- Reajustes, intereses y costas.

1.2.- Contestación de la demanda y fundamentos de la defensa

1.2.1.- Excepción de incompetencia y de caducidad


La demandada dedujo excepción de incompetencia respecto de todas las
pretensiones, tanto principal como subsidiaria, y además de caducidad de la acción
del despido injustificado, según los fundamentos que se exponen en el escrito de
contestación.
Evacuado el correspondiente traslado a la demandante, quien solicitó el
rechazo de las excepciones opuestas, el tribunal por resolución dictada en la
audiencia preparatoria al tenor de lo prescrito en el artículo 453 N°1 inciso 4° del
Código del Trabajo, rechazó ambas excepciones, quedando en consecuencia la
controversia centrada en las cuestiones de fondo, esto es, naturaleza de la relación
laboral existente entre las partes, nulidad del despido y subsidiariamente despido
injustificado.

1.2.2.- Contestación de la demanda de nulidad del despido


Indica que no se darían los presupuestos del artículo 162 inciso 5° del Código
del Trabajo, por cuanto no se estaría en presencia de una relación contractual
regida por el Código del Trabajo, sino que por un Estatuto Especial, que para el caso
de autos, en la modalidad de honorarios sería el propio contrato, y en lo que
respecta a la modalidad a contrata, en el Estatuto Administrativo para Empleados
Municipales, y por otro lado, la actora habría renunciado a su contrato a honorarios
el 14 de noviembre de 2016, con el pleno poder liberatorio que dicho acto involucra.

1.2.3.- Contestación demanda subsidiaria de despido injustificado


Expresa que la demandante se habría desempeñado bajo la modalidad de
contrato a honorarios con anterioridad al 14 de noviembre de 2016, fecha en la cual
habría presentado su renuncia. Posteriormente habría sido nombrada en calidad de
funcionaria pública a contrata grado 14°, planta técnica desde el 15 de noviembre al
31 de diciembre, fecha en la que no se le habría renovado su contrata, según se le
habría notificado oportunamente.
En cuanto a los honorarios brutos pactados ascenderían a la suma que la
actora indica en su demanda.
Agrega que en virtud de lo establecido en el artículo 2° de la Ley 18.883,
Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales “los empleos a contrata
durarán, como máximo, sólo hasta el 31 de diciembre de cada año y los empleados
que los sirvan cesarán en sus funciones en esa fecha, por el solo ministerio de la
ley, salvo que hubiere sido dispuesta la prórroga con 30 días de anticipación, a lo
menos”, que en el caso de marras fue imposible disponer la prórroga atendido el
déficit presupuestario de la Municipalidad, lo que fue debidamente comunicado a la
demandante mediante carta de fecha 27 de diciembre de 2016.
Señala que la demanda sería improcedente por cuanto no se darían los
presupuestos de la relación laboral.
En efecto, en la contratación que duró hasta noviembre del año 2016, la
actora habría sido contratada a honorarios bajo la figura del arrendamiento de
servicios para efectuar cometidos específicos respecto de funciones de carácter
permanente de la Municipalidad, en virtud de lo que dispone en artículo 4° de la Ley
18.883, que autoriza esta modalidad contractual, rigiéndose ésta por el propio
contrato y supletoriamente por las normas del Código Civil, no teniendo cabida la
norma de carácter laboral. La demandante no habría cumplido jornada de trabajo,
no estaba sujeta a subordinación o dependencia, y debía cumplir en forma
autónoma los servicios contratados.
Por su parte, la relación contractual que unía a las partes a partir de
noviembre y hasta la fecha de no renovación de la misma, fue la figura de empleado
a contrata en el marco del artículo 2° de la Ley 18.883, haciéndole aplicable
plenamente este estatuto y en consecuencia cayendo en la excepción que indica el
artículo 1° inciso 2° del Código del Trabajo, que la excluiría de esta reglamentación.
Asimismo, hace presente el principio de legalidad que contienen los artículos
6° y 7° de la Constitución Política, en cuyo marco debe desarrollar su actuar la
Municipalidad, razón por la cual le estaría vedado el contratar a empleados por las
normas del Código del Trabajo.
Hace presente que el hecho de que la demandante haya tenido beneficios
propios del contrato de trabajo, no lo convierte en un contrato de ese tipo, por el
contario, se trataría de regalías que el demandado habría dado en función del
principio de autonomía de la voluntad.
En subsidio de las alegaciones anteriores, y en el evento que se declare la
existencia de la relación laboral, hace presente que la demandante habría
renunciado a la prestación de servicios con fecha 15 de noviembre de 2017, con
pleno conocimiento de sus actos, por lo que la posible relación laboral debe
entenderse terminada por renuncia y la con posterioridad a ella, por el solo
ministerio de la ley.
En subsidio de lo anterior, para el evento que la comunicación a que se hizo
referencia se estime como despido, éste se encontraría plenamente justificado pues
se habría fundado en razones objetivas y comprobables, consistentes en un grave
déficit presupuestario, lo que impedía mantener todas las contratas de 2016 para el
año 2017, lo que habría sido informado a la actora. De tal forma, el término de la
relación contractual se encontraría plenamente justificado y correspondería el
rechazo de las pretensiones demandadas.

2.- DE LAS CUESTIONES NO CONTROVERTIDAS


Son hechos pacíficos en esta causa la circunstancia que la demandante
comenzó a prestar los servicios para la Municipalidad de Talcahuano a partir del mes
del 12 de junio de 2015; siendo las funciones desarrolladas la de apoyo del
Programa de Fomento, promoción y atracción de inversiones 2016; que percibía en
forma mensual un estipendio por estos servicios ascendente a $922.679; siendo
desvinculada del servicio el 27 de diciembre de 2016, argumentando el municipio
razones presupuestarias.
De igual forma, es un hecho pacífico que entre junio de 2015 y el 14 de
noviembre de 2016 la trabajadora se desempeñaba en funciones a honorarios, y a
partir de esa fecha y a la época de desvinculación lo hacía a contrata.
Asimismo, es un hecho pacífico que durante el tiempo que prestaron estos
servicios no se pagaron cotizaciones de seguridad social.

3.- AMBITO DE DISCUSION: NATURALEZA DE LA RELACIÓN CONTRACTUAL


QUE UNIA A LAS PARTES

3.1.- Relación de subordinación y dependencia: aspectos generales


Tal como se ha venido sosteniendo en este fallo la controversia central en
estos autos gira en torno a determinar la naturaleza de los servicios prestados por
la demandante a la Municipalidad de Talcahuano, esto es, si se trata de una
prestación de servicios a honorarios que se rige por el derecho privado o bien de
una de carácter laboral regida por el Código del Trabajo.
La actora ha sostenido que los servicios que prestó a honorarios para la
demandada encubren una relación bajo subordinación y dependencia regida por el
Código del Trabajo. Para tal efecto, deberá probar los elementos que configuran una
relación contractual en tales términos.
Al efecto, hay que recordar que el artículo 7° del Código del Trabajo dispone
que el contrato de trabajo es una convención mediante la cual empleador y
trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo
dependencia y subordinación del primero, y aquél a pagar por estos servicios
una remuneración determinada.
Por su parte, el artículo 8° del mismo cuerpo legal dispone que toda
prestación de servicios en dichos términos, hace presumir la existencia del contrato
de trabajo.
Asimismo, el artículo 9° señala que el contrato de trabajo es consensual y
deberá constar por escrito en los plazos que indica, agregando su inciso 2° que el
empleador que no haga constar por escrito el contrato dentro de los plazos
respectivos será sancionado con la multa que indica y en su inciso 4° señala que la
falta de contrato escrito hará presumir legalmente que son estipulaciones del
contrato las que declara el trabajador.
Al tenor de las normas citadas precedentemente, lo que ha dicho la doctrina y
lo resuelto por la jurisprudencia laboral, es requisito esencial para calificar una
prestación de servicios personales como de carácter laboral, la presencia del
elemento subordinación. Por cierto también deberán concurrir los demás elementos
de toda convención, consentimiento exento de vicios, capacidad de las partes,
objeto y causa lícita, y en su caso las formalidades exigidas para cierto tipo de
contratos.
Así Gamonal dice que el elemento tipificante del contrato de trabajo es la
subordinación, toda vez que la relación laboral es una relación de poder, siendo
aquella la expresión del poder del empleador por sobre el trabajador. Se trataría de
“una sujeción personal del trabajador, en la actividad laborativa, en su fase de
ejecución, dentro de la organización técnico productiva de la empresa, a las
directivas, normas y disciplina del empleador, a fin de que sólo incorpore su acción
a las tareas específicas que le señala éste bajo sus poderes técnico empresariales”1
De acuerdo al autor citado los elementos constitutivos de la subordinación
serían, la dependencia personal y la inserción del trabajador en la estructura de la
empresa.
El primero, dice relación con la sujeción del trabajador al poder directivo del
empleador en lo referente al lugar de trabajo, el tiempo y modalidad de la
prestación. Mientras que el segundo dice relación con la utilización de los medios e
instrumentos que el empleador pone a disposición del trabajador y como se inserta
la prestación en la estructura de la empresa.
Agrega que la determinación de este elemento constitutivo de la relación
laboral estaría dado por un conjunto de indicios, entendiendo por tal, los factores
reveladores de la posición de dependencia del trabajador respecto del empleador,
cuya concurrencia permitiría calificar el vínculo jurídico como laboral.

1
Gamonal, S. y Guidi, C.: “Manual del Contrato de Trabajo”; Legal Publishing; Santiago, 2012; pág. 31.
En el caso de Chile, tanto la jurisprudencia judicial como la administrativa se
han encargado de concretizar tales indicios o factores, los que se pueden
sistematizar en tres categorías: a) obligaciones de puesta a disposición, tales
como control de asistencia, cumplimiento de horario, cumplimiento de instrucciones
y órdenes, permanencia en la sede empresarial, continuidad en la prestación de
servicios, solicitar autorización para ausentarse de las labores, exclusividad de los
servicios, entre otros; b) Obligaciones de fiscalización, supervisión directa,
dependencia jerárquica, pedir o dar cuenta, vigilancia por parte del empleador,
dirección y control del trabajo, sujeción a régimen disciplinario; y c) Obligaciones
de coordinación y producción, fijación del marco disciplinario, control directo y
pleno de la planificación y modalidad productiva, ajenidad de la prestación de los
servicios y exclusividad de los mismos.
No sería necesario que se dieran todos estos factores, incluso bastaría la
concurrencia de uno de ellos para calificar la relación contractual de laboral.
La doctrina anterior se ha plasmado, en diferentes fallos dictados por vía de
Unificación de Jurisprudencia por la Corte Suprema, en todos ellos se hace
referencia a una serie de factores que concurrían en la relación contractual y que
permitirían calificar jurídicamente la relación contractual entre trabajador y
empleador. La doctrina uniforme que se aprecia en dichos fallos se refleja en el
siguiente considerando que se repite en todas y cada una de dichas sentencias,
“….Para precisar, pues, si estamos en presencia de un contrato de trabajo, será
esencial desentrañar si concurre o no subordinación de parte del trabajador, puesto
que éste es en definitiva el elemento caracterizador y ello puede –y suele- hacerse a
través de un sistema de indicios, que orientan en el sentido de entender que existe
esa dependencia o sujeción en la relación de trabajo, tales como obligación de
asistencia, cumplimiento de horario, sometimiento a instrucciones y directivas del
empleador, prestación de servicios en forma continua y permanente, estar sometido
a supervigilancia y control. Es por eso que, aún cuando no se escriture un contrato
de trabajo o se celebre bajo una denominación distinta, debe aplicarse la presunción
establecida en el artículo 8° del Código del Trabajo… Cierra el círculo, lo dispuesto
en el artículo 1° de dicho cuerpo legal, que deja bajo regulación del referido
estatuto normativo toda relación laboral, lo que constituye la regla general en el
campo de las relaciones de trabajo.”2
Por su parte la Dirección del Trabajo ha señalado que la existencia de un
contrato de trabajo debe evidenciarse por ciertos hechos y circunstancias concretas
y comprobables, las que precisa en el dictamen N°5299/0249 de fecha 14 de

2
Ver sentencias dictadas en los roles 11.584/2014; 1.496/2015; 5.699/2015; 7.091/2015; 8002/2015;
8008/2015; 6.870/2016 y 38.264/2016 todos de la Corte Suprema. Los últimos referidos en concreto a
una controversia similar a la de autos.
septiembre de 1992, allí indica los mismos indicios o factores que se han indicado
precedentemente.

3.2.- Aspectos que determinan la subordinación en el caso sub lite.


Hay que analizar esta controversia en los dos momentos contractuales que se
dan entre las partes, desde sus inicios hasta noviembre de 2016, en la que prestó
servicios a honorarios para el Municipio y desde esta fecha hasta el 31 de diciembre
de 2016, en la que prestó servicios a contrata.

3.2.1.- Contratación hasta el 15 de noviembre de 2016


Al respecto, la actora rindió prueba documental consistente en copia del
“Contrato de Prestación de Servicios a Honorarios”, de fecha 27 de enero de 2016
suscrito por las partes, contrato que rige todo el año 2016; copia del decreto
alcaldico N°003212 de fecha 15 de noviembre de 2016 que nombra a la actora
funcionaria a contrata; copia de boletas de honorarios correspondientes N°24, 30,
32 y 41, correspondiente a los meses de junio 2015, diciembre 2015, enero 2016 y
octubre de 2016 y liquidación de remuneraciones del mes de diciembre de 2916.
El contrato a que se hizo referencia, no obstante su titulación, se aprecian las
menciones que indica el artículo 10 del Código del Trabajo, esto es, nombre de las
partes, funciones para la cual fue contratada, plazo del contrato, monto de la
remuneración pactada, obligaciones de la trabajadora y facultades del empleador.
A modo de ejemplo, la cláusula tercera del contrato en su apartado tercero
dispone “la prestación del servicio se realizará en los horarios que lo requiera el
Municipio, pudiendo éstos, en oportunidades, ser distintos al habitual, esto es,
sábados, domingos y/o festivos, considerándose la retribución proporcional en
tiempo, a objeto de cautelar la fiel ejecución de lo propuesto en los programas y
proyectos que dan origen a la contratación que por la naturaleza de las funciones
deben necesariamente ejecutarse en tiempos diferentes”.
Si esto no es cumplir una jornada de trabajo, de que estamos hablando. Es
más, dice la cláusula en cuestión que no tan solo deberá cumplir la jornada de
trabajo ordinaria, “distinta a la habitual”, sino que una extraordinaria que se deberá
verificar los días sábados, domingos y festivo. Es decir, en esta cláusula se resumen
magistralmente la definición de jornada activa y pasiva que contiene el artículo 21
del Código del Trabajo. Esta cláusula es de tal amplitud, que la trabajadora queda a
disposición del municipio los días que el resto de los empleados del municipio no
tienen obligación alguna de asistir –sábados, domingos y festivos-.
Fuerza lo anterior, lo indicado en la cláusula décimo tercera en la que se
autoriza a la trabajadora para “ausentarse de sus funciones” en las ocasiones que
allí se indica.
Cabe preguntarse, ¿si no debía cumplir jornada de trabajo, cual es el sentido
de esta norma? No se entiende de otra forma si no en el sentido que se la ha dado
precedentemente, es decir, que la actora cumplía una jornada de trabajo, al margen
de no firmar libro de asistencia o reloj control. Cobra sentido aquí lo prescrito en el
artículo 1562 del Código Civil.
Por otro lado, el contrato especifica en forma muy detallada las funciones que
debe cumplir la demandante; estas dan cuenta de una serie de acciones que van
vinculadas a los objetivos de la Municipalidad de Talcahuano, en orden a cumplir el
programa de Fomento y Atracción de Inversiones, todas apuntan a la experticia de
la demandante en su calidad de ingeniera en administración de empresas.
Asimismo, en el ejercicio de estas funciones queda supeditada al Secretario
Comunal de Planificación debiendo reportar directamente a aquel, quien además
visará el informe mensual de actividades del que dependía el respectivo pago de los
servicios, según lo indica la cláusula quinta del referido contrato. O sea, la
trabajadora no era libre de desarrollar el servicio para el cual fue contratada, debía
ceñirse a los requerimientos del programa y a las instrucciones del Administrador.
De igual forma de la cláusula sexta se desprende con meridiana claridad que
estaba sujeta al poder disciplinario del empleador, ya que allí se indica “será causal
de término inmediato del contrato, el mal uso de las claves de acceso que se le
asignen a la prestadora de servicios…”
La mera mención de la cláusula décimo cuarta que niega la existencia de una
relación laboral bajo subordinación y dependencia, no obsta a lo ya indicado,
puesto que se contradice con el texto del mismo contrato, en los términos ya
indicados, y la citada norma debe ser interpretada en su contexto y en función de
las demás normas del contrato y en vista de la ejecución práctica de la prestación,
por lo que no puede atenerse a ella para restringir los derechos y obligaciones que
emanan de la convención, teniendo en cuenta además, que los contratos deben ser
interpretados de buena fe, obligando no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a
todas las cosas que emanan de la naturaleza de la obligación, lo anterior haciendo
una interpretación sistemática de lo prescrito en los artículo 23, 1545, 1546 y 1564
del Código Civil, aplicables al caso de autos en virtud de las reglas generales.
Por otro lado, la actora también incorporó prueba testimonial, declarando en
la audiencia de juicio los testigos doña Carolina Estefanía Muñoz Bastías y don
Héctor Silva Gormaz quienes indicaron conocer a la demandante porque
trabajaron en la Municipalidad de Talcahuano en el Programa de Seguridad
ciudadana, en los términos ya indicados a propósito del acápite relativo a la
incompetencia.
La primera señaló que la actora prestó servicios para la Secretaría de
Planificación de la Municipalidad desarrollando las funciones en torno a las
actividades de emprendimiento desde mediados de 2015 a diciembre de 2016,
funciones que desempeñaba en las dependencias de la municipalidad en horarios de
08:30 a 18:00 todos los días de la semana de lunes a viernes, lo que le consta
porque ella debía concurrir en esos horarios para ver los temas de emprendimiento,
en lo que ella trabajaba; estaba sujeta a la dirección de doña Joselyn Contreras y
don Rubén Sandoval el encargado de Serplac. En cuanto a la modalidad de su
contrato señala que en un primer momento era a honorarios y luego fue funcionaria
a contrata, pero sus funciones siguieron siendo las mismas, los horarios y jefes eran
los mismos. La asistencia la registraba electrónicamente cuando era funcionaria a
contrata.
Contra interrogada señala que le consta lo que declaró porque visitaba a doña
Daniela en su calidad de asesora de empresas en materia de emprendimiento.
Visitaba a doña Daniela una vez al mes o la contactaba vía correo electrónico.
Agrega que hacía actividades en terreno vinculadas al Programa de trabajo del
emprendimiento.
Por su parte el señor Silva Gormaz señala que fue administrador municipal en
la época que la actora trabajaba para la demandada. En un primer momento cuando
ingresó trabajó a honorarios y en noviembre de 2016 pasó a contrata. Estaba
adscrita al Serplac. Cumplía horario de trabajo al igual que todos los funcionarios
municipales, entre la 08:30 y 18:30 horas esto tanto en la etapa a honorarios como
en la modalidad a contrata; estaba sujeta a la dirección de Joselyn Contreras y del
Director de Serplac. Las condiciones en relación a las funciones y horarios no
cambiaron cuando pasó a contrata.
Contra interrogado señala que no recuerda el cometido específico para el cual
fue contratada la actora. En cuanto a los horarios de trabajo de los funcionarios a
honorarios si bien no cumplían con registrar sus asistencia en el sistema biométrico,
si debían cumplir por sugerencia y si no se hacía podía caducar la contratación.
A lo anterior hay que agregar que en el caso de autos, cobra aplicación el
principio de primacía de la realidad, propio del derecho del trabajo, por cuanto
existiendo contradicción con lo que dicen los documentos y lo que indica la realidad,
habrá que estarse a ésta.
En efecto, la prestación de los servicios se hizo en una modalidad propia de
una relación bajo subordinación y dependencia, ya que la actora estaba sujeta a una
jornada de trabajo, a las instrucciones que recibía de sus jefes directos, debía
ejecutar sus funciones en la forma como se indicaba en su contrato y en las
disposiciones del programa al cual estaba adscrita, y debía rendir cuenta de las
mismas.
En caso alguno estamos en presencia de la ejecución de una prestación de
servicios en los términos del arrendamiento de servicios, regulado en los artículos
2006 a 2012 del Código Civil, como lo pretende la demandada. La actora no tenía la
libertad de ejecutar los servicios del modo que a ella le pareciera, sino por el
contrario de la forma y modo que lo determinaba su empleador.
Y, apreciada la prueba rendida por la demandada para desvirtuar la
pretensión de la actora en orden a tener por acreditada la existencia de la relación
laboral bajo subordinación y dependencia, no logra crear la convicción contraria, por
el contrario la reafirma.
En efecto, rindió la documental consistente en copia de los contratos de
prestación de servicio a que se hizo alusión precedentemente y los decretos
alcaldicios que aprobaron dichos contratos. Habrá que estar a la valoración que de
ellos se ha efectuado.
También rindió la documental consistente en una serie de documentos
relativos a ilustrar el presunto déficit presupuestario de la Municipalidad, que
justificaría la decisión de no renovar la contrata de la actora, documentos que no
influyen sustancialmente en lo que hasta aquí se ha analizado, que dice relación con
la existencia de una relación de trabajo bajo subordinación y dependencia en los
términos del artículo 7° del Código del Trabajo.
En cuanto a la prueba testimonial rendida por la demandada, consistente en
la declaración de don Duberly Quinteros Sanhueza y la señora Marta
Barrientos Torres, no controvierte significativamente lo que se ha razonado
precedentemente.
El primero se refiere latamente a la situación presupuestaria de la
Municipalidad de Talcahuano, lo que no empece al tema analizado en este apartado.
Contrainterrogado vuelve sobre el tema del déficit presupuestario indicando
que la demandada siempre ha funcionado con déficit presupuestario. Respecto de la
actora dice no conocer mayores antecedentes de ella.
La segunda también fue interrogada sobre el mismo tema, relativo al
presupuesto y las contratas.
El testimonio de ambos apunta en dirección a determinar la justificación de la
medida adoptada por la Municipalidad para no renovar la contratación de la actora,
especialmente el segundo por el manejo que tenía del presupuesto municipal.
Como se aprecia de la declaración de los testigos de la demandada, que se ha
consignado en forma extractada, no hay antecedentes suficientes para desvirtuar el
análisis que se ha venido realizando en este acápite.
Por último, hay que tener presente que es en estos casos en que cobra
sentido el fin tutelar del derecho del trabajo, a través del principio protector, puesto
que desde sus inicios esta rama del derecho busca dar protección a la parte más
débil del contrato de trabajo, el obrero, el empleado, el asalariado, frente al
empleador dueño de los medios de producción dada la relación de poder asimétrica
que existe entre ambos (en el caso sub lite la Municipalidad de Talcahuano; aquí el
principio de libertad contractual del derecho privado cede en beneficio de éste
último. Es por ello que el profesor Gamonal dice “el principio de protección es
también conocido como principio tuitivo, proteccionista o de favor y se fundamenta
en la falta de libertad inicial y consecuente del trabajador. Esta carencia de libertad
–por la necesidad de trabajar- es la causa inmediata de la desigualdad de los
empleados y explica la protección del derecho del trabajo”3
De allí que el legislador de nuestro Código del Trabajo ha establecido una
serie de medidas para mitigar este desequilibrio de poderes que se da al interior del
contrato de trabajo, estableciendo, entre otras, una serie de presunciones legales
que favorecen al trabajador, un régimen indemnizatorio mínimo, un conjunto de
derechos irrenunciables, un procedimiento especial para tutelar los derechos
fundamentales del trabajador, un sistema probatorio a base de la prueba de indicios
en dicho procedimiento, etc.
En virtud de este principio es que el derecho del Trabajo no puede amparar la
existencia de trabajadores de primera y segunda clase, dada la precariedad laboral
de los funcionarios de los órganos del Estado que se desempeñan en modalidad de
honorarios al margen de los casos en que la ley lo permite. Más aún cuando se trata
de trabajadores que se han desempeñado por largos años, como es el caso de la
demandante, desde el año 2013 en adelante. Ello además, en virtud del mandato
Constitucional consignado en los artículos 1° y 19 N°2 de la Carta Fundamental de
1980.
En consecuencia, a juicio de este sentenciador ha quedado acreditado el
hecho de la prestación de los servicios bajo subordinación y dependencia en el
período que va desde el junio de 2015 a noviembre de 2016, y en razón de que la
prestación de servicios excede a las facultades otorgada al municipio en el artículo
4° de la ley 18.883, corresponde aplicar el estatuto de aplicación general que es el
Código del Trabajo según lo prescrito en el artículo 1° del mismo cuerpo legal.

3.2.2.- Situación contractual entre noviembre y diciembre de 2016


Sin perjuicio de lo señalado en el acápite anterior, consta en documento
acompañado por la demandada que con fecha 16 de noviembre de 2016 mediante
decreto alcaldicio N°003212 la actora fue nombrada a contrata hasta el 31 de
diciembre de 2016 asimilada al grado 14° de la Planta de Personal Técnico.
Que, asimismo, en documento acompañado por la misma parte, consistente
en carta de fecha 15 de noviembre suscrita por la actora, consta que ésta renunció

3
GAMONAL, Sergio: “El principio de protección del trabajador en la Constitución chilena”; en Estudios
Constitucionales, año 11, N°1, 2013; pp. 425-458; Centro de Estudios Constitucionales de Chile;
Universidad de Talca.
a su calidad de trabajadora a honorarios, pasando a ser funcionaria a contrata.
En razón de lo anterior cambió la calidad jurídica de la actora, y si bien es
cierto que siguió prestando las mismas funciones, se aplica un estatuto jurídico
distinto que implica dejar de lado el estatuto del Código del Trabajo, por expresa
disposición legal.
En efecto, conforme lo señala expresamente el artículo 1° del Código del
Trabajo, este cuerpo normativo no les resulta aplicable a los funcionarios de la
Administración del Estado, como es este caso, siempre que dichos funcionarios o
trabajadores se encuentren sometidos por ley a un estatuto especial.
En el caso sub lite, el artículo 12 de la ley 18.575 sobre Bases Generales de la
Administración del Estado, dispone que su personal se regirá por una ley especial
que regulará el ingreso, los deberes y derechos, responsabilidad administrativa y
cesación de funciones. En el caso de los funcionarios municipales, el citado estatuto
corresponde a la ley 18.695 Orgánica Constitucional de Municipalidades y a la ley
18.883 Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales.
Por su parte, la ley 18.695 en su artículo 40 prescribe que “El Estatuto
Administrativo de los Funcionarios Municipales regulará la carrera funcionaria y
considerará especialmente el ingreso, los deberes y derechos, la responsabilidad
administrativa y la cesación de funciones, en conformidad con las bases que se
establecen en los artículos siguientes.” Luego en su inciso segundo dispone que
“para los efectos anteriores, se entenderá que son funcionarios municipales el
Alcalde, las demás personas que integren la planta de personal de las
Municipalidades y los personales a contrata que se consideren en la dotación de
las mismas, fijadas anualmente en el presupuesto municipal.” Por su parte el
artículo 1° dispone que “Los funcionarios a contrata estarán sujetos a esta ley en
todo aquello que sea compatible con la naturaleza de estos cargos” y el 2° inciso
segundo y tercero señala que “Sin perjuicio de lo señalado en el inciso anterior, la
dotación de las municipalidades podrá comprender cargos a contrata, los que
tendrán el carácter de transitorios. Los empleos a contrata durarán, como máximo,
sólo hasta el 31 de diciembre de cada año y los empleados que los sirvan cesarán
en sus funciones en esa fecha, por el solo ministerio de la ley, salvo que hubiere
sido dispuesta la prórroga con treinta días de anticipación, a lo menos.
Así las cosas, en el período que va del 16 de noviembre al 31 de diciembre no
es posible acceder a la pretensión de la actora, toda vez que debido a su nueva
situación contractual mutó el estatuto jurídico aplicable.
Así también lo ha resuelto la Corte Suprema en distintos fallos vía unificación
de jurisprudencia. Cabe destacar al respecto en un fallo reciente en una situación
muy similar a la de autos, la Corte si bien resolvió acoger la demanda del
trabajador, hace presente que no se podrá considerar como sometido al Código del
Trabajo el tiempo que el trabajador estuvo a contrata, haciendo aplicable en este
período el Estatuto Administrativo de Empleados Municipales.4
Por lo que en esta parte la demanda necesariamente deberá ser desestimada.
Cabe señalar, que las demás prueba rendida al respecto por ambas partes no
será valorada para este capítulo del fallo, toda vez que en nada altera lo ya
razonado.

4.- EN CUANTO AL DESPIDO Y SU JUSTIFICACIÓN


4.1.- Período contractual a honorarios
Asentado que ha sido la existencia de una relación contractual bajo
subordinación y dependencia para el período contractual que duró hasta el 15 de
noviembre de 2016, corresponde analizar la justificación del despido de que fue
objeto la trabajadora.
Dable es señalar que la terminación de los servicios en este período no se
hizo precisamente por despido, sino que por la renuncia de la demandante, según
consta en la carta suscrita por ella y que se ha hecho referencia en el capítulo
anterior.
De allí que no corresponde analizar la justificación del despido por cuanto
técnicamente no hubo despido.

4.2.- Período a contrata


En la relación contractual que va desde el 16 de noviembre al 31 de
diciembre de 2016, al aplicarse un estatuto distinto al del Código del Trabajo, no
corresponde aplicar las normas que regulan el término del contrato de trabajo, sino
las del, estatuto especial de la ley 18.883, la que en su artículo 2° inciso tercero
dispone que “los empleos a contrata durarán, como máximo, sólo hasta el 31 de
diciembre de cada año y los empleados que los sirvan cesarán en sus funciones en
esa fecha, por el solo ministerio de la ley…”, no encontrándose la actora en la
situación de excepción que indica la misma disposición legal.
Dado lo anterior, no podemos hablar de la existencia de un despido en los
términos y consecuencias jurídicas que dispone el Código del Trabajo, y por ende no
hay motivo para analizar la justificación o no de la no renovación de la contrata de
la actora para el año 2017.
Por otro lado, tampoco aplica la doctrina de la confianza legítima acuñada por
la Contraloría General de la República, dado que el tiempo que se ha estimado para
aplicar esta doctrina es superior a 2 años, lo que no se aplica en el caso de autos.
Y mayor abundamiento en el aviso que se remitió a la actora constan las

4
CS sentencia dictada el 19 de abril de 2016. El caso se trataba de un trabajador que fue contratado a
honorarios, luego a contrata y al momento del despido había vuelto a su calidad de contrata.
razones de la no renovación, más allá de lo que la propia ley dispone, y esto dice
relación con el déficit presupuestario del Municipio. Lo que fue además latamente
corroborado por los testigos de la demandada, y toda la documental relativa al
funcionamiento a déficit de la entidad edilicia.
Así las cosas, aparece que la no renovación de la contrata de la actora no
resulta un acto meramente arbitrario, sino amparado en un decisión fundada en
hechos concretos.

5.- APLICACIÓN DE LA SANCIÓN DEL ARTICULO 162 INCISO 5° DEL


CODIGO DEL TRABAJO

La demandante ha solicitado en lo principal de su libelo, aplicación de la


sanción del artículo 162 del Código del Trabajo, por cuanto estima pertinente ya que
durante la relación contractual que la unió con la demandada no se pagaron las
cotizaciones previsionales y de seguridad social.
Pero esta pretensión no puede ser acogida bajo ninguna de las dos
situaciones contractuales en las que se vinculó la actora con la demandada.
En efecto, en el período que va hasta el 15 de noviembre de 2016, no se dan
los presupuestos fácticos de la norma en comento, toda vez que ella supone la
existencia de un despido, y en el caso sub lite la relación habría terminado por la
renuncia de la trabajadora, según se acreditó con la respectiva carta de renuncia
suscrita por la trabajadora.
Y en lo que respecta a la no renovación de la contrata producida el 31 de
diciembre de 2016, no corresponde aplicar este instituto por la ya señalado
precedentemente.

6.- EN CUANTO A LA DEMANDA POR DESPIDO INJUSTIFICADO


Dado lo indicado en el capítulo precedente, y no acogiendo la petición
deducida en lo principal de la demanda en cuanto a aplicar las sanción del artículo
162 inciso 5° del Código del Trabajo, corresponde analizar los presupuestos de la
petición subsidiaria.
Y al respecto, cabe señalar que no es posible acoger la pretensión de la
actora en su integridad, toda vez que según ya se dijo por tratarse de una relación
a contrata regulada por el Estatuto Administrativo de Empleados Municipales no le
son aplicables las normas del Código del Trabajo relativos al término de la relación
laboral.
En efecto, desde el 16 de noviembre al 31 de diciembre de 2016 la actora
prestó servicios en calidad de empleada a contrata con una remuneración asimilable
al grado 14° de la respectiva escala de sueldos, según da cuenta la copia del
decreto de nombramiento al que se hizo referencia precedentemente, cargo que
termina por el sólo ministerio de la ley el 31 de diciembre de cada año, y así se
estableció por la demandada.
De allí que no corresponde a esta magistratura analizar el mérito del acto que
no renovó la contrata para el año 2017, por tratarse de una facultad discrecional de
la autoridad edilicia, sin perjuicio de lo que se indicó precedentemente relativo al
análisis de la situación presupuestaria del municipio.
En consecuencia, no podrá accederse al pago de las prestaciones consistentes
en indemnización por años de servicio, recargo de la misma y la sustitutiva del aviso
previo.
Si corresponde acoger las otras prestaciones demandadas, en los términos
que se indicará.

7.- EN CUANTO A LAS DEMÁS PRESTACIONES DEMANDADAS

7.1.- En cuanto al feriado legal 2016


La demandante ha solicitado el pago de feriado legal devengado
correspondiente al año 2016.
Según lo que se ha dicho en el capítulo 4 del presente fallo, sin duda alguna
en la relación contractual que hubo hasta noviembre de 2016, estamos en presencia
de una relación bajo subordinación y dependencia que excede lo dispuesto en el
artículo 4° de la Ley 18.883, y por ende le es aplicable el Código del Trabajo en su
integridad, por los fundamentos allí indicados.
Así la cosas, era carga de la demandada acreditar el pago efectivo de esta
prestación, al tenor de lo prescrito en el artículo 1698 del Código Civil, lo que no ha
sucedido en autos, por lo que corresponde acoger la pretensión en toda su
extensión, pero sólo limitada al período que va hasta noviembre de 2016.
Dado que el contrato en cuestión tiene fecha de inicio el 12 de junio de 2016,
y terminó por renuncia el 15 de noviembre del mismo año, corresponde acceder al
pago compensatorio del feriado legal y proporción correspondiente.
En consecuencia que la remuneración pactada era de $922.679, le
corresponderá por esta prestación la suma total de $871.316, correspondiente a
28,33 días de feriado legal y proporcional, respectivamente.

7.2.- En cuanto al pago de las cotizaciones previsionales y de seguridad


social
Entendiendo que en la relación contractual que duró hasta noviembre de
2016 hubo una relación bajo subordinación y dependencia que debe ser regida por
el Código del ramo, y teniendo en cuenta que fue una convención probatoria la
circunstancia de que durante la relación contractual no se pagaron las cotizaciones
previsionales y de seguridad social, corresponde también acoger esta pretensión en
los términos que se indicará.

8.- OTRAS ALEGACIONES DE LA DEMANDADA

8.1.- Aplicación de la teoría de los actos propios


La demandada ha pretendido defenderse de la acción incoada en su contra,
alegando la denominada teoría de los actos propios, para desestimar la pretensión
de la actora, en lo que respecta a la relación contractual que duró hasta noviembre
de 2016, por cuanto durante todo el período que duró ésta nunca habría
cuestionado su situación contractual y habría asentido que esta fuera bajo la
modalidad de honorarios.
Como se ha resuelto anteriormente en este Tribunal5 en relación con la
esgrimida, hay que señalar que esta es una “… doctrina nacida al alero del derecho
civil, que importa que entre contratantes iguales, la conducta pasada de una de
ellas, a la luz de la buena fe, puede generar la expectativa en la otra, legítima y
amparada por el derecho, de que no se ejercerán derechos subjetivos en
contradicción con dicha conducta. Se trata, como la ha entendido buena parte de la
doctrina comparada, de una limitación al ejercicio de los derechos subjetivos. Sin
embargo, al agente solamente le ligan las consecuencias del acto que realiza;
cuando éste es válido ante el derecho, posee eficacia jurídica. Contra la conducta
ineficaz o las consecuencias que de ella se derivan, puede válidamente venirse en
cuanto su impugnación no es considerada por el ordenamiento como una pretensión
contradictoria y, por tanto, no puede ser impedida en atención a la inadmisibilidad
del venire contra factum propium. Por ello es que esta doctrina es una institución
residual: " la regla del derecho según la cual a nadie es lícito venir contra sus
propios actos, no debe encontrar un adecuado funcionamiento más allí donde no
exista un institución o conjunto de normas específicas que amparen a la necesidad
práctica planteada".
Agrega el sentenciador “en el derecho del trabajo no se da este elemento
fundamental: la conducta anterior del trabajador, esto es su declaración contractual
de que el vínculo civil ("a honorarios"), cuando los hechos concurre una situación de
subordinación, es completamente ineficaz desde el punto de vista jurídico. Ello,
porque se encuentra expresamente regulada por las normas legales del Código del
Trabajo y esa normativa laboral está constituida por disposiciones de orden público
e imperativas para las partes, incluyendo aquellas normas que determinan que

5
Ver fallos dictados en causas rit O-556-2011 y O-694-2013 del ingreso del Juzgado de Letras del Trabajo
de Concepción.
concurriendo ciertos elementos fácticos, como la subordinación o dependencia, la
naturaleza jurídica de la relación es laboral, y no de ningún otra naturaleza, con
prescindencia de los acuerdos o declaraciones a las que hubieren arribado las partes
(principio de primacía de la realidad). Por último, el derecho no debe amparar
pretensiones que carecen de legitimidad jurídica, como lo sería el caso de que el
empleador tuviese la expectativa de que el trabajador mantenga su conducta
anterior que vulnera la calificación que de esa relación hace una norma de orden
público e imperativa de la ley laboral, precisamente porque vulneraría normas
imperativas de orden público, que no están la disposición de las partes mediante
pactos expresos que los contratos de trabajo, cláusulas que serían nulas.
Al contrario, se podría esgrimir en contra de esta pretendida defensa el
aforismo jurídico que nadie puede aprovecharse de su propia torpeza, que afectaría
a la demandada quien a sabiendas que la relación contractual que la unía con la
demandante configuraba en los hechos una relación bajo subordinación y
dependencia no obro en consecuencia, exponiéndose a ser objeto de un juicio en los
términos que se han ventilado en este proceso.
Por lo anterior, es que esta alegación o defensa de la demandad debe ser
absolutamente desestimada.

8.2.- Aplicación del principio de legalidad


Tampoco la demandada se puede amparar en el principio de legalidad que
emana de los artículos 6° y 7° de la Constitución Política de la República para
justificar un acto que resulta evidentemente contrario a las normas de orden público
del Código del Trabajo y de la propia Carta Fundamental en sus artículos 1° y 19
N°2 y 16, a su propio estatuto jurídico al contratar a la actora al margen de lo
establecido en el artículo 4° de la Ley 18.883, tal como latamente se ha
desarrollado en este fallo, dando por reproducidos los citados argumentos.

9.- VALORACION DE LA PRUEBA


Se deja constancia que la prueba rendida por las partes de valoró acorde a
las reglas de la sana crítica.
La que no fue expresamente valorada no influye en los razonamientos y
conclusiones a que se ha arribado en este fallo.
Por estas consideraciones y de conformidad a lo dispuesto en el artículo 1698
del Código Civil; artículos 1°, 3°, 7°, 8°, 9°, 11, 22, 41, 42, 63, 67, 71, 73, 162,
163, 168, 446 a 462 del Código del Trabajo, se resuelve:
I).- Que, se acoge la demanda deducida por doña DANIELA ALEJANDRA
SAN MARTIN AGUILERA en contra de su ex empleadora la MUNICIPALIDAD DE
TALCAHUANO, representada legalmente por su Alcalde don Henry Campos Coa,
SOLO EN CUANTO se declara:
1°) La existencia de una relación bajo subordinación y dependencia entre las
partes desde el 12 de junio de 2015 al 15 de noviembre de 2016.
2°) Que, dado lo anterior, se condena a la demandada al pago de las
siguientes prestaciones:
i).- La suma de $871.316 por concepto de feriado proporcional.
ii).- Deberá enterar las cotizaciones previsionales en las entidades
respectivas por todo el periodo comprendido entre el 12 de junio de 2015 y el 15
de noviembre de 2016 a razón de una remuneración mensual de $922.679.
iii).- Las sumas ordenadas pagar lo serán con los reajustes e intereses
legales correspondientes.
II).- Que, se rechaza en todo lo demás la demanda incoada por la actora, en
lo que respecta a la petición principal y a la subsidiaria a excepción las prestaciones
anteriores.
III).- Que, cada partes pagará sus costas.

RIT O-235-2017

Dictada por ELIECER ALFONSO CAYUL GALLEGOS, Juez Titular del


Juzgado de Letras del Trabajo de Concepción.

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