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PUERPERIO NORMAL
Se define como puerperio al período fisiológico en el cual se produce la involución de las modificaciones
gravídicas en el cuerpo de la madre. Puede decirse que comienza dos horas luego de la expulsión de la
placenta y se extiende hasta seis semanas posparto de acuerdo con la definición clásica.
Otros autores consideran a todo el período durante el cual dura la lactancia como parte del puerperio.
Podemos dividirlo en:
• Inmediato: primeras 24 h posparto.
• Mediato: segundo a séptimo día posparto.
• Alejado: segunda a sexta semana posparto.
• Tardío: a partir de las seis semanas y en el transcurso de una lactancia prolongada.
Durante este período podemos observar en la paciente cambios en el útero, secreciones vaginales, mamas
y otros órganos.
Involución uterina
Habitualmente luego del alumbramiento el fondo uterino queda umbilical, y es de consistencia firme. Un
útero supraumbilical de consistencia blanda puede estar marcando una falta de retracción, poniendo a la
paciente en peligro de hemorragia. El masaje uterino y el uso de ocitócicos posparto pueden ayudar a lograr
una retracción efectiva. La altura uterina disminuye 2 cm por día, hasta volverse intrapélvico hacia el día 12.
El regreso al estado de útero no gestante no estará completo hasta 40 a 45 días posparto.
El cuello uterino recupera su forma y longitud. El canal cervical vuelve a estrecharse, cerrando el orificio
cervical interno hacia el día 12 posparto. El orificio cervical externo se cierra más lentamente, no retornando
muchas veces a su configuración de nulípara.
Esta regresión puede acompañarse en los primeros días posparto de episodios de dolor conocidos como
entuertos, que representan las contracciones uterinas tendientes a retraer la cavidad y expulsar su
contenido, los loquios,
Loquios
Luego del alumbramiento una porción de la decidua que recubre el interior del útero se desprende con la
placenta. Sin embargo su capa basal permanece, y con las horas se vuelve necrótica y se desprende
transformándose en loquios. Estos pueden ser hemáticos las primeras 24 a 48 horas, volviéndose
serohemáticos y luego serosos con el transcurso de los días. Hacia el día 20 el endometrio se muestra casi
reparado.
Mamas
Las mamas preparadas por los cambios gravídicos comienzan la galactopoyesis, es decir, la secreción
láctea, estimulada principalmente por la succión del recién nacido.
Esta succión produce:
• Secreción de prolactina por la adenohipófisis que mantiene la producción láctea.
• Secreción de ocitocina por la neurohipófisis que provoca por contracción de las células mioepiteliales de
la mama y la eyección láctea.
Los primeros días de puerperio la secreción esta constituida por calostro, un fluido amarillo limón que
comparado con la leche madura tiene más minerales y proteínas, pero menos azúcar y grasa.
El calostro es mejor tolerado por el recién nacido y es el alimento nutricionalmente más adecuado.
Debe insistirse en la importancia del amamantamiento no solo como fuente de alimento e inmunidad pasiva,
sino como importante generador del vínculo madre-hijo. En las siguientes cuatro semanas el calostro se
convertirá gradualmente en leche madura.
La lactancia debe ser fomentada en todos los casos, salvo cuando está contraindicada estrictamente como
ser en:
• Madres VIH positivas.
• Madres con tuberculosis activa sin tratamiento.
• Madres consumidoras de alcohol o drogas.
• Madres que reciban medicación contraindicada en la lactancia, y que no puedan suspenderla.
Menstruación
De no producirse la lactancia, la menstruación retorna entre la sexta y octava semana posparto, pudiendo
ser abundante y prolongada.
De existir la lactancia, es frecuente que se extienda la amenorrea, que puede incluso superar los doce
meses.'
Esta amenorrea no excluye la ovulación y debe advertirse a la paciente sobre los riesgos de un nuevo
embarazo inmediatamente terminado el anterior. Es por esto que la atención del puerperio debe incluir
consejería sobre anticoncepción.
PUERPERIO PATOLÓGICO
Infecciones
Procesos infecciosos de origen genital producidos luego del parto o aborto son una complicación frecuente
que agrega gran morbilidad al período de puerperio, siendo responsable del 15% de las muertes maternas.
Varios factores actúan como predisponentes de la infección posparto del tracto genital:
• Ruptura prematura de membranas prolongada.
• Trabajo de parto prolongado.
• Hemorragias intraparto profusas.
• Parto instrumental.
• Tacto vaginal reiterado.
• Anemia o malnutrición.
• Heridas del canal genital.
Podemos clasificarlas por vía de diseminación según sea:
• Por contigüidad:
- Salpingitis
- Salpingooforitis
- Pelviperitonitis
- Peritonitis
• Por vía linfática:
- Miometritis
- Parametritis o celulitis pelviana
- Peritonitis
• Por vía hemática:
- Tromboflebitis
- Septicemia
El proceso suele ser polimicrobiano, ya que frecuentemente la infección se produce por la misma flora
endógena de la paciente. Dentro de los aerobios más frecuentes se encuentra E. Coli, Estreptococos del
grupo B, y estafilococos, aunque también es frecuente la coexistencia de anaerobios. La infección puede
extenderse en grado variable, siendo la forma más común la endometritis.
Endometritis
Su factor de riesgo más importante es la vía de parto, presentándose en un 2,6% de las pacientes posparto
y hasta en un 35% post cesárea (si no se ha usado profilaxis antibiótica adecuada).
Si bien las lesiones son siempre más abundantes en la zona de inserción placentaria, la infección puede
comprometer todo el endometrio.
La clínica de la infección suele comenzar entre el tercer y quinto día del puerperio, se manifiesta con
hipertermia, frecuentemente de 39°C, escalofríos y taquicardia. El útero se encuentra subinvolucionado,
blando y doloroso. También se constata una subinvolución del cuello uterino, que continúa ampliamente
permeable. Los loquios se vuelven achocolatados y fétidos.
Esta infección puede aumentar en extensión y gravedad a medida que compromete el miometrio (metritis),
los parametrios e incluso el peritoneo (pelviperitonitis).
La presencia de hipertermia intensa con escalofríos nos obliga a investigar, medíante hemocultívos, la
posibilidad de una bacteriemia.
El tratamiento puede instituirse empíricamente desde el primer episodio febril, usando betalactámicos
(especialmente cefalosporinas) y sus inhibidores de beta lactamasas, que pueden o no combinarse con
clindamicina.
Un esquema tradicional indica el uso de Ceftriaxona 2 g/día EV + Clindamicina 600 mg d 8 h EV.
Otra opción es el uso de Ampicilina-Sulbactam 1,5 g c/ 8 hs EV.
Hemorragias puerperales
Están frecuentemente asociadas con un parto o alumbramiento patológico. Son causas frecuentes de
hemorragia puerperal:
• Retención de la placenta o las membranas: ésta es la causa más frecuente de hemorragia puerperal,
pudiendo producirla inmediatamente posalumbramiento pero también varios días posparto.
• Atonía uterina: caracterizada por la subinvolución uterina y falta de constitución del globo de seguridad
de Pinard. La multiparidad, el uso intempestivo de ocitócicos y el trabajo de parto prolongado predisponen a
esta condición
• Lesión de partes blandas: desgarros cervicales o de la pared vaginal, hematomas.
• Coagulopatía.
Ante una hemorragia puerperal, deberá evacuarse vejiga con sonda, para favorecer el descenso uterino,
debe tactarse a la paciente y de ser necesario explorar el canal de parto, sin olvidar el cuello con la ayuda
de valvas a fin de suturar cualquier lesión sangrante, administrar ocitócicos y asegurar la salida de coágulos
y/o restos alojados en la cavidad. Frecuentemente estas maniobras detectan la causa y puede realizarse el
tratamiento adecuado.