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Introducción

A través del tiempo, el aborto ha sido frecuente materia de controversia por sus
implicaciones éticas, morales y sociales. Ha sido prohibido o limitado en
sociedades diversas, aunque los abortos continúan siendo comunes incluso
donde la presión social o la ley se opone a ellos. Cuando se piensa en la
posibilidad del aborto, generalmente se lo toma muy a la ligera sin mediar las
graves consecuencias que pueden afectar a otras personas aparte de la madre
y del niño, de quienes se piensa que son los únicos involucrados en este gran
problema, pero si miramos más a fondo nos damos cuenta que en realidad
afecta en forma integral a la persona que pasa por este trauma como a quienes
lo rodean, ya que consciente o inconscientemente participan de esta terrible
decisión.

El aborto, que no es más que la interrupción de esa existencia humana, en sus


diversas etapas del desarrollo de un embrión, es un asunto delicado que
merece conocerse, analizarse y recapacitar muy seriamente antes de tomar
partido como escéptico, adepto o inconforme.

Desde la antigüedad, los abortos se han realizado utilizando una serie de


métodos, incluyendo hierbas medicinales, herramientas afiladas, con fuerza o a
través de otros métodos tradicionales. El aborto inducido tiene una larga
historia y se remonta a civilizaciones tan variadas como China
bajo Shennong (c. 2700 a. C.), el Antiguo Egipto con su Papiro Ebers (c. 1550
a. C.), y el Imperio romano en la época de Juvenal (c. 200 d. C.). De hecho,
una de las primeras representaciones artísticas conocidas del aborto está en
un bajorrelieve de Angkor Wat (c. 1150). Encontrado en una serie de frisos que
representan el juicio después de la muerte en la cultura hindú y budista,
representa la técnica del aborto abdominal.
El Aborto

Concepto:

El aborto es la interrupción y finalización prematura del embarazo de forma


natural o voluntaria, hecha antes que el feto pueda sobrevivir fuera del útero.
Un aborto que ocurre espontáneamente también se conoce como aborto
espontáneo. Cuando se toman medidas deliberadas para interrumpir un
embarazo, se llama aborto inducido. Se diferencia del parto prematuro o
pretérmino, pues en este último sobrevive el feto.

El aborto espontáneo es un aborto no provocado intencionalmente. Es la


muerte no deseada y expulsión de un embrión o feto antes de las semanas 20
o 24 del embarazo. Cuando la pérdida es posterior, ya se habla de muerte fetal.
Al criterio del tiempo gestacional, la Organización mundial de la Salud
(OMS) añade como criterio que debe pesar menos de 500 gramos. Sin
embargo, este criterio ha de ser interpretado con prudencia, ya que a veces un
feto de menos de 500 g expulsado puede ser reanimado y sobrevivir. Si
falleciera posteriormente, se registra como muerte neonatal. Se distingue el
aborto precoz, cuando tiene lugar antes de las 12 semanas de gestación, y el
aborto tardío, con 12 o más semanas.

Los factores que pueden producir aborto espontáneo son muy variados:
genéticos o cromosómicos del mismo feto, la exposición a toxinas ambientales,
problemas hormonales de la madre, y otros como el tabaquismo, la
drogadicción o el alcoholismo.

Entre los signos y síntomas se encuentran el sangrado vaginal, el lumbago,


dolor abdominal sordo, agudo o cólico o la presencia de coágulos que salen de
la vagina. Todos ellos deben ser valorados por un ginecólogo y muchas veces
requieren de atención inmediata. Ante los síntomas, existen diversas pruebas y
exámenes para verificar o prevenir este tipo de abortos, como son el
ultrasonido vaginal o abdominal que ayuda a examinar el desarrollo del
embrión/feto, los latidos cardíacos y la cantidad de su sangrado. En caso de
aborto, es fundamental para la salud de la mujer comprobar si queda algún
resto fetal o de tejido placentario en el útero, en el caso de que queden restos
fetales deben ser retirados inmediatamente. El producto expulsado debe ser
analizado para determinar si la causa del aborto espontáneo es tratable y
prevenirlo en el futuro.

El aborto inducido es la finalización del embarazo mediante la eliminación de


un embrión o feto antes de que pueda sobrevivir fuera del útero. Puede
tratarse de un aborto terapéutico, cuando se realiza por razones médicas, o de
un aborto por decisión personal (interrupción voluntaria del embarazo), cuando
se realiza a petición de la mujer embarazada.

A su vez, según la técnica empleada para inducir el aborto, se puede hablar


de aborto médico o de aborto con medicamentos y de aborto quirúrgico.

Dependiendo de los países, existen diversas legislaciones sobre el aborto


inducido, desde aquellas que lo permiten con pocas restricciones por
considerarlo como una ampliación de los derechos reproductivos hasta
legislaciones que lo prohíben por considerarlo una forma de homicidio.

El aborto terapéutico es la interrupción provocada del desarrollo vital


del embrión o feto (por lo que se trata de un aborto inducido), pero al que
preceden razones estrictamente médicas. Entre estos motivos cabe si la salud
de la madre (física o mental) se encuentra directamente comprometida con
dicho embarazo o, en su caso, si la vida de la madre corre riesgo.

El aborto indirecto es cuando se produce la muerte del feto en una intervención


médica en que se deben cumplir dos condiciones:

 La intervención va destinada a salvar la vida de la madre embarazada


en situaciones en las que esta corre peligro cierto.
 La viabilidad del feto es nula según los conocimientos que se poseen
sobre el caso o el trastorno.

No se equipará, pues, con el aborto terapéutico, ya que se produce en


intervenciones médicas distintas del aborto en sí mismo, siendo este una
consecuencia derivada, no querida directamente, y por tanto, implica unas
consideraciones bioéticas muy diversas al aborto inducido. Se considera
aborto indirecto aun cuando el médico sabe que su intervención puede afectar
al feto, pero de no intervenir, o de esperar a que el feto sea viable fuera del
útero, tanto la madre como el feto resultarían muertos. Un claro ejemplo es el
de la intervención en un embarazo ectópico.
El Aborto desde el punto de vista Legal

El estatus legal de la práctica del aborto varía considerablemente entre países


y ha cambiado a lo largo del tiempo. Dichas leyes van desde la libre
disponibilidad del aborto a solicitud de la mujer, hasta regulaciones y
restricciones de varios tipos o su prohibición absoluta bajo cualquier
circunstancia.

En países como Argentina, Canadá, Colombia, Cuba, Uruguay, los países de la


antigua órbita soviética, Asia Oriental y casi la totalidad
de Europa (excepto Malta, Polonia, Reino Unido y los micro-Estados), el aborto
es legal a solicitud de la mujer o persona con capacidad de gestar durante un
determinado período de gestación. En México, la legalización varía por entidad
federativa. Sin embargo, a partir de septiembre de 2021, el aborto esta
despenalizado totalmente a nivel federal, facilitando así el acceso a abortos
legales, seguros y gratis; aunque aún se debe cambiar las leyes locales.1 Por
otro lado, en la mayoría de los países de América Latina, África, Medio Oriente,
o el Sudeste Asiático, el aborto es ilegal y está penalizado en alguno de los
supuestos.

En Estados Unidos, la legalidad del aborto está sujeta a la decisión de cada


estado; desde el fallo histórico del caso Dobbs contra Jackson Women's Health
Organization (2022) el Tribunal ha decidido no apoyar constitucionalmente el
derecho al aborto y brindar el poder a cada estado. A partir de este fallo
histórico varios estados decidieron activar las «leyes desencadenantes» o
«leyes de activación» y prohibir el aborto.

Asimismo, hay países en donde el aborto no es legal a solicitud, pero sus leyes
se encuentran relajadas ante esta práctica, despenalizándola casi bajo
cualquier circunstancia; los médicos que realicen abortos casi no son
perseguidos, aunque cualquier mujer que quiera abortar necesita aprobación
de estos ya que no se encuentra regularizado a solicitud; a saber: 

Barbados, Finlandia, India, Israel, Japón, Reino Unido, Taiwán y Zambia. Seis


naciones del mundo prohíben el aborto bajo cualquier circunstancia y tipifican
penas de cárcel para toda mujer y persona que realice, intente realizar o facilite
la realización de un aborto: 

Ciudad del Vaticano, El Salvador, Honduras, Malta, Nicaragua y República


Dominicana. 

La práctica del aborto continúa siendo un tema controvertido en muchas


sociedades por motivos religiosos, morales, éticos, prácticos y políticos.
Aunque han sido prohibidos y restringidos por ley en muchas jurisdicciones, los
abortos continúan siendo comunes en muchas áreas, incluso donde son
ilegales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas de aborto
son similares en países donde el procedimiento es legal y en países donde no
lo es, debido a la falta de disponibilidad de anticonceptivos modernos en áreas
donde el aborto es ilegal.

Alrededor de 56 millones de abortos se realizan cada año en el mundo, con


aproximadamente 45 % hechos de forma insegura. En muchos lugares hay
varios debates sobre los problemas morales, éticos y legales del aborto.

En la República Dominicana, el aborto es ilegal incluso cuando el embarazo


supone un riesgo para la vida, es inviable o se produjo como resultado de una
violación o de incesto.

Ley que prohíbe el aborto en República Dominicana

Ley 27.610 Acceso a la interrupción voluntaria del embarazo

Consagra el derecho de las mujeres y personas con otras identidades de


género con capacidad de gestar a decidir y acceder a la interrupción de su
embarazo hasta la semana catorce (14), inclusive, del proceso gestacional.

El Aborto desde el punto de vista Religioso

El aborto siempre ha sido un tema muy polémico a ojos de la religión, aunque


con diferencias. Algunas religiones como el judaísmo o el islam contemplan la
posibilidad de abortar en casos concretos, como la violación o si existe un
riesgo para la madre, mientras que otras se oponen del todo.

El catolicismo es una de las religiones más estrictas en lo que se refiere a la


interrupción voluntaria del embarazo.

La Biblia, el libro sagrado de la religión cristiana, reconoce que todas las vidas


son sagradas y, por lo tanto, considera que un aborto es poner fin a una vida
que se está gestando.

Por ese motivo la Iglesia católica —una de las instituciones religiosas más


importantes e influyentes del mundo— se opone a la práctica del aborto en
cualquier circunstancia, aunque el diagnóstico prenatal muestre
malformaciones en el feto o el embarazo suponga un peligro para la salud de la
mujer.

Esta postura influye en más de 1.300 millones de creyentes católicos en todo el


mundo.

La religión católica es una de las ramas del cristianismo, una religión surgida


hace 2.000 años. A lo largo de este tiempo, han existido diferentes
posturas sobre grandes cuestiones relacionadas con la moral cristiana.

A partir de entonces, los sucesivos jefes de la Iglesia católica han adoptado y


defendido la misma posición. El actual Papa de Roma, el argentino Francisco I,
realizó el año pasado unas declaraciones en las que comparaba la interrupción
voluntaria del embarazo con un asesinato.

En el cristianismo, el Papa Sixto V (1585-1590) fue el primer Papa antes de


1869 en declarar que el aborto es homicidio independientemente de la etapa
del embarazo; y su pronunciamiento de 1588 fue revertido tres años más tarde
por su sucesor. A lo largo de la mayor parte de su historia, la Iglesia Católica
estuvo dividida sobre si creía que el aborto temprano era asesinato, y no
comenzó a oponerse vigorosamente al aborto hasta el siglo xix. Varios
historiadores han escrito que antes del siglo xix la mayoría de los autores
católicos no consideraban la interrupción del embarazo antes de "rápido" o
"ensoulamiento" como un aborto. A partir de 1750, la excomunión se convirtió
en el castigo para los abortos. Las declaraciones hechas en 1992 en el
Catecismo de la Iglesia Católica, el resumen codificado de las enseñanzas de
la Iglesia, se opusieron al aborto.

El Aborto desde el punto de vista Ético

Desde la ética científica, aborto es la interrupción de la vida de este ser


humano, en forma natural o provocada, en cualquiera de las etapas de cigoto,
embrión o feto (ovicidio, embricidio o feticidio).

Si bien la interrupción voluntaria del embarazo es una práctica común en todo


el mundo, el tema es sumamente controversias ya que en él se conjugan
aspectos fundamentales como el inicio de la vida humana, el derecho de las
mujeres a controlar su propio cuerpo, la sexualidad, la naturaleza de las
responsabilidades del Estado para interferir en este terreno y las tensiones
entre las visiones seculares y religiosas sobre la vida. El debate permite
precisamente visibilizar el hecho de que sobre estos temas no existen visiones
homogéneas e inmutables.
En ese sentido, a pesar de que en muchos países existen leyes que penalizan
el aborto, el asunto nos remite al terreno de principios morales y éticos
contrapuestos. Aquí se discuten algunas de las implicaciones de estas
controversias y se brinda información sobre la incidencia del aborto, así como
sobre las consecuencias tanto del aborto inseguro como de la despenalización.
Finalmente, se analizan las implicaciones de la penalización del aborto para el
cumplimiento de algunos derechos fundamentales como el respeto a las
diferencias, la libre elección, la autodeterminación y la tolerancia.

Las Causas del Aborto

La razón más común aducida para explicar porque las mujeres tienen
embarazos imprevistos y no deseados es que carecen de información sobre los
métodos anticonceptivos, o bien no tienen acceso a ellos. Esto es cierto, sin
duda, en el caso de muchas mujeres casadas que ya tienen los hijos que
querían y les falta los conocimientos o los medios suficientes para utilizar un
anticonceptivo, sin embargo esto se ha subsanado gracias a las campañas de
prevención de embarazos no deseados. Sin embargo, esa no es la única razón,
por lo cual es oportuno recordar otras circunstancias que rara vez se tienen en
cuenta en las discusiones sobre los motivos que llevan a las mujeres a abortar,
pues otra causa importante de embarazos no deseados es el hecho de que la
mayoría de las mujeres son incapaces de controlar el momento y las
condiciones de una relación sexual, aun cuando sean educadas y gocen de
independencia económica. Muchas veces, las mujeres se embarazan porque
quieren tener un hijo, pero la situación cambia cuando su grupo social conoce
esa intención y la rechaza. Se sienten temerosas que su pareja las amenace
con abandonarlas o se limite a desaparecer; su empleador puede forzarlas a
decidir entre conservar su trabajo o tener al niño; su escuela quizá no acepte a
una alumna embarazada, o su familia no le brinde el apoyo esperado. Así, las
circunstancias que empujan a una mujer a enfrentarse a un embarazo cuya
continuación no puede permitir, no se limitan a la falta de acceso a la
anticoncepción o al escaso conocimiento sobre ella.
Conclusiones

Al finalizar este trabajo, quisiera precisar ciertas ideas que, de cierto modo, se
han dejado ver en el transcurso del mismo.

El aborto, ha sido, y probablemente seguirá siendo un tema controvertido,


sobre el cual se vierten variadas opiniones. Existen muchos puntos de vista
para su análisis, pues son muchas las condicionantes y matices que lo hace un
tema delicado, que traspasa los límites de lo racional, para adentrarse en lo
emocional.

El aborto no debe nunca convertirse en una práctica habitual de control de la


natalidad. Como se ha afirmado reiteradamente, ninguna mujer se siente
cómoda ante el hecho del aborto.

Debe mediar una amplia información sobre sexualidad y control de la natalidad,


como caminos fundamentales para evitar el drama del aborto. Nadie cuestiona
que se han dado pasos importantes en esta dirección y que hoy los niños y
adolescentes poseen una amplia información sobre los métodos para evitar el
embarazo. Sin embargo, el tema ha adquirido un nuevo matiz en la actualidad,
al saltar a la palestra de las cámaras legislativas, de los medios de
comunicación, de la escuela y de la conversación ordinaria, y ha sobresalido,
arropado por los vestidos de los prejuicios o las tomas interesadas de postura.
De forma que, a todos los niveles, se hace muy difícil, si no imposible, un
diálogo sereno y desapasionado sobre el tema.
El debate responde, en el fondo, al anhelo universal de búsqueda de una vida
plenamente humana. Y todos los procesos de búsqueda son especialmente
aptos para suscitar utopías, apasionamientos, místicas y mesianismo. Siempre
en nombre de la mayor libertad y dignidad del ser humano, admitidas como
bandera de progreso y liberación.

El debate, además, se presenta como una encrucijada propicia para el choque


de valores. Nos encontramos con el hecho de la defensa universal del “respeto
a la vida”—norma moral aceptada 50 generalmente por todos--, pero también
con el hecho brutal y concreto de que ese pretendido respeto choca a diario
con otros valores, tácitamente reconocidos como superiores, al menos en la
circunstancia concreta.

Es importante tener en cuenta que la vida humana es sagrada desde el


comienzo de la fecundación y es cuestión de todos proteger esa vida que Dios
nos da ya que todo ser humano es inocente y debe ser protegido antes y
después de nacer.

Bibliografía

 https://es.wikipedia.org/wiki/Aborto
 http://repositoriodigital.ucsc.cl/bitstream/handle/25022009/42/Herrera%20Torres
%2C%20Jorge.pdf?sequence=3&isAllowed=y
 https://oig.cepal.org/es/leyes/leyes-sobre-aborto
 https://miraquetemiro.org/countries/DOM/38/
 https://www.abc.com.py/articulos/el-aborto-desde-un-punto-de-vista-etico-
708633.html
 https://www.comecso.com/ciencias-sociales-agenda-nacional/cs/article/view/
2111/1094
 https://fertilidad.igenomix.es/cuales-son-las-posibles-causas-del-aborto/

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