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Fiesta de San Sebastián

de las Ovejas.
Diagnóstico Descriptivo

Cátedra: Arte popular y Artesanías


Año: 2022
Docente: Gonzalez Clara
Alumna: Ferrada Daniela
Carrera: Prof. En Danza con orientación en danzas folklóricas
Escuela Superior de Bellas artes Manuel Belgrano.
Diagnóstico Descriptivo: Fiesta de San Sebastián de las Ovejas

Introducción

Orígenes

En la actualidad Las Ovejas es un


Municipio de segunda categoría con más
de 1600 habitantes y una superficie de
8.000 hectáreas. La toponimia antigua era
“Pampa de las Ovejas”; en su área se
hallan las lagunas Epu Laufquen, lugar
histórico donde tuvo lugar, en 1832, la
última batalla de la independencia contra
las tropas realistas de los hermanos
Pincheira.
La Integración con Chile, a través de la
apertura definitiva del Paso Minas Ñuble,
no solo es un sueño basado en la
integración de familias que desde el siglo
XIX, mantuvieron lazos de
consanguinidad y un desarrollo
económico floreciente entre la Zona Norte
del Neuquén y la Región de Ñuble,
compartiendo costumbres y tradiciones.
Hasta la década del 50, era común el
tránsito de pobladores hacia ambas
regiones. El Paso Lumabia, El Paso
VacaLauquen (Hoy Minas Ñuble), El Paso
EpuLauquen con aduana habilitada,
permitía la comercialización y trueque de
productos alimenticios. Los problemas
limítrofes provocaron el cierre definitivo de
las fronteras y por ende la separación por
más de cincuenta años de estas
comunidades. Actualmente, ambas
Cancillerías han priorizado la apertura de
este paso y lo han oficializado bajo el
nombre de Minas Ñuble. Solo resta la recuperado de http://neuquentur.com.ar/hosteria-
construcción de los últimos 5km para varvarco/
acceder al hito, que marca el límite que
separa las dos fronteras.1

1 Municipalidad de Las Ovejas, Minas Nube, Recuperado de https://lasovejas.gob.ar/minas-nuble/.

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Ahora bien, en 1907, el gobierno
argentino crea la primera escuela nacional
del departamento Minas en el Norte del
territorio de Neuquén. la fundación de la
Escuela 30 data del 22 de abril de 1907.
Recién en 1936 se crea el Distrito Policial
y el 21 de mayo de 1937 se establece la
primera Comisión de Fomento. El maestro
José María Comellas fue su director-
fundador pero pronto fue remplazado por
Bernabé Pedernera que se mantuvo en el
cargo durante más de dos décadas.
La escuela como institución representante
del estado nacional realiza su tarea de
educación con un detalle particular y no Casa de Doña Adelaida Merino. Allí funcionó la escuela 30 y un
molino harinero.. Recuperado de https://masneuquen.com/un-
menos relevante al análisis. En cuanto a pueblo-para-la-pampa-de-las-ovejas/
la educación, ésta tenía por objetivo
formar al ciudadano argentino, al patriota
admirador del proceso de la
Independencia y de la formación del
Estado nacional. Es decir, se trataba de
formar argentinos y argentinas, pero
dentro de los patrones del imaginario
nacionalista y elitista de la época. Ahora
bien, para formar ese ciudadano se
utilizaba no sólo la historia oficial y la
instrucción cívica, sino también los
contenidos de las lecturas y el cultivo de
la huerta y la plantación de árboles. Todo
tenía que ver con “civilizar” lo que se
consideraba “bárbaro”. Por supuesto que
esa Nación idealizada no podía
contemplar el concepto de
pluriculturalidad o de hibridación cultural.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la
historia nacional estaba destinada, de
manera directa, a “forjar patria” o
“construir nación”. Esto cobraba una
intensidad más ardua aún en las áreas de
inmigración masiva como era el de la
pampa húmeda y en las escuelas de
frontera dónde la presencia de la
población chilena era vista con frecuencia
como una “invasión silenciosa”, una
amenaza a la integridad del territorio
nacional.
Desde el año 1945, Las Ovejas también Palmezzano, Marco (1474). Martirio de San Sebastián (Fotografía de Oleo). Recuperado
de
comienza a constituirse en un centro de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cb/Marco_Palmez
zano_-_Saint_Sebastian.jpg
culto a San Sebastián, patrono de los
campesinos y, según el antropólogo
Rolando José Silla, también de los

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contrabandistas. En efecto en ese año se
construyó una capilla en homenaje al
santo. Según la tradición católica
Sebastián fue un mártir nacido en
Narbona en el 256 dc, Galia meridional.
Soldado del ejército romano, el emperador
Dioclesiano le confió el mando de la
primera corte de sus guardias.
Denunciado como cristiano, fue
condenado a morir asaeteado. Se lo
supuso muerto, pero otros cristianos lo
rescataron y sanaron. Una vez
recuperado se enfrentó al emperador
recriminándole el castigo. Dioclesiano
finalmente ordenó que se le matase a
palos el 20 de enero del 288, fecha que
se considera su fiesta patronal. La
iconografía católica lo representa como un
joven semidesnudo atado a un árbol,
perforado por flechas y en algunas
ocasiones con un casco romano a sus
pies (Azcarate1950:1030; Butler1965
citado por R. Silla 2012). En América
aparece con los conquistadores
españoles, sus devotos en las costas del
Pacífico Sur. Actualmente la devoción y
fiesta patronal se realiza en varias
localidades a lo largo de la Cordillera de
los Andes, en Chile (Plath1966:59 citado
por R. Silla 2012). En nuestro caso nos
interesa el centro de devoción en la Recuperado de
localidad chilena de Yumbel. Desde 1663 https://eltrajedelosdomingos.wordpress.com/2011
en el altar de su templo existe una imagen /01/18/san-sebastian-galeria-para-un-santo/
de madera de cedro policromada de 75
centímetros representando al santo.
Traída posiblemente en 1580 desde
España para ser instalada en la iglesia de
la recién fundada San Bartolomé de
Chillán. Pero este fortín fue destruido por
una sublevación araucana en 1655 y la
imagen ocultada por los sobrevivientes
europeos. No está claro cómo en 1663 los
españoles que construyeron el fuerte de
Yumbel la recuperaron. Tiempo después
hubo una disputa entre las localidades de
Chillán y Yumbel por su propiedad. Pero
se cuenta que cuando los habitantes de
Chillán la quisieron llevar, los bueyes de la Santuario de San Sebastián (Yumbel). Recuperado de
carreta no se querían mover, hasta que https://es.wikipedia.org/wiki/Santuario_de_San_Sebasti%C3%A
un niño tomó la imagen y la volvió a 1n_(Yumbel)

colocar en la capilla de Yumbel,

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terminando así con la contienda. “El
mismo santo decidió” donde quedarse, y
los pedidos que se le formulaban debían
pagarse allí (Plath1966; Jaramillo 1995:37
citado por R.Silla).
Así el culto al santo que se celebra con
una peregrinación a pie, misa, procesión,
bailes y un festival de canto de cueca
neuquina, con la actuación de las
famosas cantoras locales, comenzó a
arraigarse en la región respondiendo a
una necesidad de la población chilena.2
La celebración se desarrolla en la
localidad de Las Ovejas todos los años,
del 11 al 20 de enero. Comienza con la
Novena, incluye la velación del Santo la
noche del 19, la procesión con la imagen
de San Sebastián en la mañana del 20 y
finaliza ese mismo día con un asado
popular. Participan pobladores católicos
de la localidad, el clero, peregrinos y fieles
del resto de la provincia.
Recuperado de https://www.neuqueninforma.gob.ar/san-
En el año 2020, la Fiesta de San sebastian-convoco-a-miles-de-visitantes-en-el-norte-neuquino/
Sebastián de las Ovejas Ha participado
del relevamiento la Dirección General de
Patrimonio Cultural Inmaterial siendo
considerada por tanto parte del patrimonio
provincia desde la fecha.

2Doeswijk, A. “Crianceros y crianceras de las ovejas, Neuquén. Educación, pobreza e identidades


sociales”, Revista de Historia, UNComahue, Nº 13, 2012. ISSN 0327-4233

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Diagnóstico descriptivo

La fiesta de San Sebastián encierra un sin número de elementos culturales


que sufren hibridaciones en distintos momentos de la historia de ésta
tradición.
Existen innumerables ejemplos en la historia de América Latina sobre la
influencia cultural de catolicismo en las culturas originarias. Sin embargo en
esta fiesta no solo vemos elementos culturales producto de un sincretismo
religioso, sino también elementos de identidad regional que exceden las
barreras territoriales impuestas por los estados.
Neuquén se constituyó inicialmente como territorio nacional en 1880 por
orden del entonces Estado Nacional con una población escasa conformada
por pueblos originarios y según el censo nacional de 1895 por un 61% de
personas de origen chileno. La sociedad por tanto y por la actividad
económica criancera trashumante fue claro está, una población móvil que
no reconocía (ni reconoce hoy en día) límites estatales entre Chile y
Argentina siendo para aquellos pobladores locales, una misma región.

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Por lo antes dicho, la principal preocupación del Gobierno Nacional era
propiciar la conformación de nuevas poblaciones relevantes ya que como la
mayoría de la población era chilena y conservaba sus tradiciones y cultura;
el estado central estableció la presencia del Ejército Argentino que junto que
la creación de escuelas se lograría efectivamente la consolidación del
estado argentino en aquellos lejanos territorios.
Como podemos evidenciar, desde un
primer momento las fronteras fueron
inexistentes y la región siempre fue sede
de manifestaciones de cultura chilena en
primacía. Sin embargo esta cultura
chilena instaurada en el norte había ya
vivido una primer hibridación.
Recordemos que el termino Hibridación
fue acunado por G. Canclini tomado de
las ciencias biológicas y utilizado desde la
productividad o creación positiva de algo (2012). Araucanía, siglos XIX y XX. Economía, migraciones y
marginalidad. Imagen de cartografía. Recuperado de
material y simbólico que se genera o https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/10974/M%c3%a1
s%20ac%c3%a1%20del%20Colorado.pdf?sequence=2&isAllowed=y
surge como resultado de esos cruces
culturales. Para poder comprender en
profundidad estos procesos de choques culturales y sus resultantes es
necesario analizar la conformación de la zona chilena en cuestión
correspondiente a la Región de Ñube – BioBio.

Primer momento de hibridación:


Los Jesuitas llegan a Chile, provenientes del Perú, en 1593 por lo que junto
con los franciscanos en el 1700 realizan un proceso de “evangelización” que
moldea la cultura local chilena de la zona. Según investigadores de la
Universidad Católica de Chile se encuentran abundantes registros de
accionar en la zona de la Araucanía de misioneros jesuitas, franciscanos,
capuchinos y anglicanos, quienes desarrollaron una importante labor
evangelizadora y relacionada a la educación en el territorio. Si bien la tarea
de ambos estuvo encaminada a convertir a los pueblos originarios al
catolicismo, los jesuitas, a diferencia de los franciscanos, pusieron mayor
énfasis en su salvación por la vía sacramental. A partir de la expulsión
jesuita en 17673, los franciscanos heredaron toda la Araucanía y asumieron
la tarea de evangelizar y educar a la población indígena, la cual continuaron
desarrollando durante el siglo venidero. Ayudó en su tarea la fundación del
Colegio de Propaganda Fide de Chillán, en 1756, que preparó a los
religiosos para servir en las estaciones misionales repartidas por el
territorio.4

3 La expulsión de los jesuitas de España de 1767 fue ordenada por el rey, Carlos III bajo la acusación de
haber sido los instigadores de los motines populares del año anterior, conocidos con el nombre de Motín
de Esquilache por lo que ordenó su expulsión tambien de todas las colonias españolas de la época.
4 González Quitulef,H.L., Llancavil Llancavil D.R. La reconstrucción de un espacio de poder a través de los

mapas. El caso de la cartografía misional del Obispado de Villarrica, Chile (1890-1935). Universidad Católica de
Temuco, Chile. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, vol. 9, núm. 17, 2017. Recuperado de
https://www.redalyc.org/jatsRepo/3458/345849128012/html/index.html

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El primer siglo de dominio español en Chile dejó tras de sí un reguero de
violencia y destrucción, una guerra interminable por someter a la población
nativa a un modelo imperial e imponer un modo de vida que alteró
radicalmente la identidad cultural de los antiguos habitantes del país. La
gran rebelión mapuche de 1598, creó una frontera física entre los dos
mundos: el valle central hispanizado y una población indígena
independiente al sur del río Bío-Bío.
Según el artículo publicado por la Biblioteca Nacional de Chile sobre la
actuación jesuítica en la zona, vemos que:
La llegada de la Compañía de Jesús a Chile en 1593, significó una nueva
forma de relación entre hispanos y mapuches. Convencidos de que todos
los pueblos llevaron consigo la semilla del evangelio, la concepción de
misión para los jesuitas consistía en la idea de la salvación de las almas por
medio de la acción eficaz de los misioneros, más que en el modelo de
aculturación violenta que se había impuesto en los primeros años de la
Conquista.

Dentro de la primera generación de jesuitas, destacó el sacerdote Luis de


Valdivia. Persuadido de que la fe debía entrar por medio de la conversión
voluntaria y no por la vía de las armas, éste cuestionó duramente el servicio
personal impuesto a los indígenas como el mayor obstáculo a la penetración
del evangelio. Contra las incursiones esclavistas que anualmente realizaron
los españoles en territorio mapuche, propuso un sistema de guerra
defensiva, acabando con los ataques mutuos y enviando misioneros a la
Araucanía. Aunque su propuesta fue desechada en 1626, luego de diez
años de puesta en práctica, la defensa jesuita de la población indígena
continuó durante todo el siglo XVII. La estrategia de la orden para la
evangelización, incluía el aprendizaje de las lenguas indígenas, así como la
comprensión de sus costumbres y tradiciones, factor clave para penetrar en
su sociedad.5

Éste sin lugar a dudas fue el accionar de los realistas españoles en todas
sus colonias siempre utilizando como elemento “civilizador” el accionar de la
iglesia católica. Si consideramos el período mencionado vemos que la
concepción de Cultura de aquella época (siglo SVII y SVIII principalmente)
prevalecía la filosofía idealista como sistema de pensamiento que daba
contexto a una concepción de cultura asociada al cúmulo de conocimientos,
aptitudes intelectuales y estéticas propias de la cultura hegemónica europea
española de la época.

Una sociedad y cultura hegemónica que busca imponerse por las fuerza a
través del ejército, y mediante el control cultural mediante el proceso de
“evangelización” y educación no puede mantener este control por mucho
tiempo. Es así como se sucede la resistencia de los pueblos originarios por
mas de 200 años en innumerables batallas y enfrentamientos.

5Fe, misticismo y resistencia cultural en la Araucanía colonial. Misioneros y mapuches (1600-1818).


Recuperado de http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3615.html#presentacion

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Sin embargo, estos enfrentamiento y resistencias dieron un vuelco cuando a
partir de la segunda mitad del siglo XVII y durante todo el siglo SVIII, los
enfrentamientos se hicieron menos frecuentes. Los conflictos armados
comenzaron a ser gradualmente reemplazados por otro tipo de actividades
relacionadas al comercio, fiestas, celebraciones religiosas y otras formas de
convivencia pacífica.
Como vimos anteriormente, Bourdieu establece que el capital económico y
cultural de una sociedad define sus elecciones de consumo. Así la
necesidad de bienes de consumo tradicionales y nuevos traídos por el “otro”
hizo que estos intercambios económicos y culturales comenzaran a ser
claramente desiguales debido a la posición dominante (por cualquier medio)
del “conquistador”.

Segundo momento de hibridación:


Hasta aquí vemos las bases de la sociedad que posteriormente se iba a
desarrollar en la zona lindante a Las Ovejas, sin embargo, los procesos de
hibridación no terminan allí.
Leonardo León (2006) relata:
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, la frontera mapuche del río
Bío-Bío registró un gradual deterioro en su gobernabilidad debido al
incremento del bandidaje, el despliegue de la insubordinación de los
peones y la creciente ola de violencia interpersonal que afectó esos
distritos2. Sus protagonistas fueron los afuerinos, un segmento del
mestizaje que eligió vivir al margen de la sociedad, fuese esta
española o indígena. En efecto, durante un período en que las
autoridades monárquicas del reino de Chile y los jefes tribales de la
Araucania se esmeraron por reforzar su autoridad y los dispositivos de
control social, los afuerinos reaccionaron contra estas políticas redoblando
sus acciones transgresivas mientras se retiraban hacia las montañas en
busca de un territorio donde sobrevivir y preservar, al mismo tiempo, su
identidad. Desde allí, reprodujeron sus anárquicos modos de vida e
intensificaron sus relaciones con el bajo pueblo y el “indianaje”3. Por sobre
todo, los afuerinos se empeñaron en reproducir un modo de vida que
trasladaba hacia el norte del río Bío-Bío las conductas hasta allí
atribuidas al mundo tribal. Luchaban para ser vistos como hombres
libres, pero tanto los hispano-criollos como los mapuches los trataron
como tránsfugas o renegados.6

En cuanto a su caracterización, León continúa describiendo:


Mestizos y fronteras existieron a lo largo y ancho de las Américas,
pero en pocos lugares se combinaron estos elementos de un modo
tan preciso como en la frontera del Bío-Bío. Allí, el afuerino, hijo
ilegítimo de la Guerra de Arauco, educado en el fragor de cordilleras
y selvas, amparado por los “indios libres” y perseguido por sus primos
blancos, fue evolucionando hasta convertirse en un sujeto histórico
que no tendría parangón en el resto del continente.

6León,L. Parlamentos y afuerinos en la frontera mapuche del río Bío-Bío (Chile), 1760-1772. (2006). Universidad
de Chile. Recuperado de https://revistas.icanh.gov.co/index.php/fh/article/view/518/435

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Este proceso de conformación social de la zona continuó hasta la


conformación de los estados luego de las guerras de independencia. Luego
de este proceso las repúblicas chilena y argentina comienzan un período de
construcción de territorialidad y de idea de nación. Tanto el estado chileno
como el argentino buscaron afianzar su soberanía abordando los territorios
del sur, asunto que necesariamente afectaba a la nación mapuche (en la
zona chilena en mayor dimensión) que ocupaba ambos territorios.

En el caso de la región chilena, se promulgó una ley en 1866 mediante la


cual el Estado chileno estableció como tierra fiscal todo el territorio mapuche
para luego rematarlo y designarlo a particulares quedando por tanto el
territorio dividido entre particulares, mapuches y el estado. Al igual que el
estado argentino, en la década de 1880 y hasta 1912, se promueve la
inmigración arribando a la zona familias entreras de españoles, franceses,
italianos, suizos y alemanes.

En el caso de la Argentina, el avance sobre los territorios de la Patagonia


tuvo su justificación ideológica sustentada en la necesidad de superar la
“barbarie” y asegurar la “civilización. Además, tuvo su interés económico
claro está ya que los sectores dominantes necesitaban nuevas tierras de
pastoreo para poder responder a la demanda europea.

Susana Bandieri (2012) nos aclara:


Hasta donde sabemos, ningún asentamiento blanco argentino había en
Neuquén a la llegada de las fuerzas militares. Sólo pobladores chilenos
compartían el espacio con los indígenas en una generalmente sólida
convivencia socioeconómica, como lo demuestra la presencia de
asentamientos significativos de población en el noroeste del área
cordillerana, como es el caso de la población de Malbarco (hoy Varvarco),
donde de hecho existían una serie de contactos de notable supervivencia
posterior.
Isidro Belver amplia diciendo:
La particularidad geográfica del Departamento Minas sirvió desde muy
antiguo para refugio de personas o grupos con deudas pendientes con
quien fuera. Desde las referencias del Padre Hevestadt en 1752 que
encuentra “soldados españoles desertores conviviendo con los
pehuenches”, hasta la famosa banda de los hermanos Pincheira, que
hicieron de la zona una “sucursal” chilena de sus correrías “en nombre del
Rey de España”. La seguridad que daban estos inexpugnables y
desconocidos cerros y valles, las expresa en un sucio papel, el mensaje de
José Antonio al Coronel Beauchef: “Febrero 10 de 1827: Señor coronel
Buchefe. De lo que prebiene del indulto no podermos porque no somos solo
que peliamos pues ustedes saben que el portugués aliado se halla peliando
en Buenos ayres i si ustedes gustan invernar invernen que no les hace
ningún perjuicio. Bien bedo yo de que no tengo fuerzas para contra Restar
con ustedes i aci V. Me busca si me esta cuenta atacare y de no me andare
por los campos. Jose Antonio Pincherira”. Historias de bandidaje y
asesinatos se repiten cada tanto, siendo las principales el ataque con
incendio y destrucción total del Fortín Guañacos (1881), la muerte a
barretazos del primer comisario del Neuquén, Benjamín Belmonte en Las

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Lagunas (1883) y el asesinato de Corydon Hall en sus lavaderos de oro de
La Primavera(1902). Cuando la capital del territorio se trasladó de Chos
Malal al Neuquén actual, el norte neuquino se quedó abandonado de
jurisdicción argentina, dependiendo de las decisiones de los patrones de las
minas de oro de la zona, en lavaderos o en vetas y el natural comercio hacia
Chile, tanto que hasta la década del 30’, la única moneda circulante era la
chilena y el oro, trasladado a lomo de mula, se vendía en su mayor parte en
Santiago.

En cuanto a la acción de la iglesia católica, el Estado chileno buscó asumir


la responsabilidad sobre las misiones católicas. Se designó a los misioneros
para que asumieran labores educativas e hicieran funcionar escuelas en sus
casas misionales, siento éstas determinantes en la formación de las
primeras generaciones de mapuches educados y de su asimilación al
Estado Chileno.

En la Argentina, según relata Andrea Nicolleti (2007)


La Congregación Salesiana de Don Bosco llegó a la Argentina en 1875 con
la intención de evangelizar “infieles” en la Patagonia, mediante un plan
concreto de adoctrinamiento y educación para los pueblos originarios. En
este sentido, Don Bosco formuló un proyecto en el que daba cuenta acerca
de la situación violenta entre los indígenas y el Estado argentino en
Patagonia. Tras algunos intentos fallidos de ingresar a esta región del sur
argentino, los Salesianos acompañan al ejército de Julio Roca en 1879. Este
suceso fue narrado por los primeros misioneros como un hecho cruel y
violento perpetrado por el ejército, al que criticaron fuertemente, narrando la
situación de marginalidad, pobreza y exclusión de los sobrevivientes. Sin
embargo, justificaron esta acción en función de la “acción civilizadora” del
Estado y la “necesidad” de cristianización de sus habitantes”.

En éste período histórico es importante destacar las ideas de Estado


imperantes acompañadas de un nacionalismo excesivo necesario para la
conformación y unidad de los mismos. Decíamos que Bourdieu concibe al
capital desde lo económico y también desde lo cultural. Esa cultura sin
embargo como hemos visto, se vio modificada ampliamente no solo por los
choques culturales sino también por la existencia del elemento “educador”
en manos de la Iglesia y por orden del principal representante de la clase
dominante; el Estado. Al mismo tiempo los intereses de expansión
económica de ambos países y la consolidación de las clases dominantes (el
Estado) y la pequeña burguesía (terratenientes) hacen que el consumo y
sus patrones se vincule con su grupo de pertenencia de forma clara. Sin
embargo ¿qué pasa con la clase popular? Aquella conformada por criollos,
chilenos trashumantes, bandidos (afuerinos), crianceros ya en la época
moderna y demás sectores que son desplazados del control del recurso
económico y cultural de origen y que debido a la educación con bases
delineadas por el Estado, comienzan a consolidar su grupo de pertenencia
de clase popular haciendo de la necesidad en todos sus aspectos su virtud,
es decir un habitus popular. Esta clase popular que se encuentra
íntimamente arraigada a las tradiciones chilenas y religiosas gracias a la
labor ininterrumpida de la Iglesia en la educación de la sociedad, una clase
popular despojada de lo material pero que no lo sufre ya que el gusto de

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necesidad intensamente trabajado por el Estado no hace más que afianzar y
revalorizar su identidad popular.

Como mencionábamos anteriormente la frontera argentino-chilena en la


zona de Las Ovejas era un sitio de circulación continua donde el
abastecimiento de bienes de los pobladores y los vínculos afectivos se
encontraban en la zona chilena. Pero en el año 1945 en un nuevo intento de
consolidación y creación de identidad nacional las fronteras se cierran con
una vigilancia estricta de Gendarmería, siendo “contrabando” lo que antes
era un comercio fluido y habitual.

La fiesta Neuquina de San Sebastían de las Ovejas:


Isidro Belver en su libro Malal Meulen nos relata el hecho que dio origen a la
fiesta de San Sebastián de Las Ovejas:
…En Europa, su culto fue muy popular y de España paso a Chile donde se
lo venera especialmente, en su famoso templo de Yumbel, cada 20 de
enero. Para esa fecha, los “crianceros” y “veranadores” planeaban con
tiempo el cruce por el paso de Las Lagunas o Alico para acercarse al templo
del santo y agradecerle personalmente o “mandar” el dinero, las velas o los
animalitos prometidos con otras personas para cumplir sus promesas (de
ahí el término “manda”). Por el año 45, cerradas las fronteras y con la
vigilancia estricta de Gendarmería, lo que antes era un comercio habitual y
un tránsito fluido, se convirtió en “contrabando”. El Padre Marcelo Gardín,
con buen tino y con ayuda de los vecinos de Las Ovejas, comenzó a
levantar allí una humilde capillita para que le brindara a quienes no podían
viajar, la comodidad de pagar sus “mandas” y asistir a la Misa del misionero.
Pero necesitan un “santo de bulto” y lo mejor era traerlo de Chile. Imposible
con la vigilancia de los Gendarmes. El misionero entonces, encargó a un
poblador que hiciera la imposible para traer de Chile una estatua del santo.
Este hombre, conocedor de pasos cordilleranos imposibles, lo consiguió,
pero el santo fue llevado a escondidas, primero a Chos Malal y allí se lo hizo
aparecer como que había llegado de Bahía Blanca. Luego, con gran pompa
lo trajeron hasta Las Ovejas. Todos creyeron la explicación del misionero,
menos los Gendarmes que hicieron una denuncia por supuesto
contrabando, y querían incautarse de la estatua para hacer averiguaciones,
pero como su presentación en sociedad había sido en Chos Malal, no
prosperó la denuncia. Pronto la capillita de Las Ovejas se convirtió en centro
de la devoción a San Sebastián de toda la Provincia del Neuquén y en la
zona hubo una época en que se lo llamaba “el santo de los
contrabandistas”. De ese viaje sólo se le rompió a San Sebastián un dedo.7

Vemos entonces que la continuidad de la fiesta de San Sebastián del lado


Argentino no solo es una necesidad como católicos (producto del
sincretismo ya visto), sino como representación de esa cultura popular que

7Belver,I. Malal Meulen , la querencia del viento. Recuperado de https://masneuquen.com/el-santo-de-los-


contrabandistas/

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se manifiesta desde una necesidad de emancipación de las imposiciones
del Estado que los privan de vivir sus tradiciones. Si bien la hibridación tal
como la plantea G. Canclini es un proceso oblicuo donde el entramado
social se vincula en diversas direcciones, en este caso en particular la
misma se manifiesta no como una lucha por liberarse de la colonia, sino
como una clara hibridación tranquilizadora que elimina lo discordante
buscando la reconciliación amable entre culturas para consolidar la
cohesión y porque no, la homogeneización social tan buscada por el Estado
dominante.

Isidoro Belver continúa ilustrandonos los orígenes de la fiesta:

La fiesta de San Sebastián, la más antigua festividad popular religiosa del la


Provincia de Neuquén, era la oportunidad privilegiada para el reencuentro
de las familias, disgregadas por los éxodos al Valle en busca de trabajo. A
más de poder disfrutar de las tradicionales “enramadas” o “cantinas”
después de cumplir la devoción religiosa, con la misa, la velación del santo,
el asado popular y la tradicional procesión, el acontecimiento mas esperado,
mientras la humilde capilla estuvo emplazado en su primitivo lugar, era “el
malón con la caballada del santo”. Durante la procesión con San Sebastián
desde la capilla hasta el cerro del Calvario, al descender de la cruz
quedaban en custodia, un jinete con una gran bandera papal (blanco y
amarilla) y otro con una larga y liviana cruz de madera forrada en paño azul
y blanco. Luego de los actos y rezos finales frente a la capilla al término de
la procesión, todos los jinetes – hombres y mujeres- que quisieran participar,
menos los niños, se apostaban expectantes en el callejón cercano. El
sacerdote misionero, tomaba entonces una gran bandera argentina y
agitándola daba la orden de partida diciendo: “¡Cristianos, a la
cruz!...¡Caballeros, a la bandera!”. Inmediatamente partía “el malón” en
frenética carrera desde la capilla, mientras los jinetes que estaban en la
cruz, se largaban cerro abajo tratando de evadir a sus perseguidores para
que no les quitaran la cruz o la bandera. Entre el polvo y el griterío de
aliento, los fieles quedaban expectantes para ver entre el terroso malón al
afortunado que había logrado quedarse con la cruz o la bandera, debiendo
defenderlos a toda carrera, ya que el rapto era válido hasta llegar a la
capilla. Entre múltiples y ruidosos vivas al santo, al Papa, a la Iglesia, a Las
Ovejas y a la Argentina, mas una lluvia de “caramelos a la chuña” lanzados
al aire por el misionero, terminaba así la antigua fiesta de San Sebastián.
Frente al santo quedaban depositados la cruz y la bandera rescatadas,
siendo los ganadores de ese año, las primeras en sacar en sus andas y
quedarse en el Calvario, con éstos elementos, al año siguiente. El último
malón, por cuestiones de seguridad, por la construcción de la ruta que
cortaba e impedía la carrera de las cabalgaduras, y sobre todo por la
disminución de peregrinos a caballo, se realizó en 1975. La actual capilla
emplazada en el cerro se construyó en 1980.
Vemos como conviven los elementos representativos de todos los choques
culturales mencionados y cómo esta expresión de la clase popular. G.
Canclini expone a su vez que existen tres corrientes protagonistas de la
cultura popular; el Folklore, el populismo político y las industrias culturales.
No podríamos cuestionar sin lugar a dudas que la fiesta de San Sebastian
es una clara expresión Folklórica y que como todo folklore moderno no deja

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Diagnóstico Descriptivo: Fiesta de San Sebastián de las Ovejas
de estar impregnado del nacionalismo impuesto por el Estado unificador de
la época (¿la bandera argentina en una fiesta religiosa?). Sin embargo,
Canclini aclara que el Folklore no es simplemente una herramienta para
crear naciones, sino también para liberar oprimidos. Es en este punto donde
la modernidad y la masividad entran en juego.

Como comentábamos anteriormente, el habitus de la clase popular


determina los patrones de consumo de la misma por lo que la necesidad de
unificar los criterios hace que entre en juego el efecto de dominación que
aplica el Estado en este caso por ser la clase dominante. Es el estado el
que necesita unificar los símbolos para evitar las luchas culturales que
afectan el nivel de consumo del producto. La divulgación de la fiesta y su
presentación como patrimonio intangible provincial, es sin duda el inicio del
proceso de reconversión y reinserción de la fiesta en un mercado tal y como
lo esboza R. Silla (2006):
Mas allá de los planes provinciales y nacionales de desarrollo, los
pobladores de Las Ovejas cuentan con la potencialidad de un proyecto
propio, y que Jorge, por lo menos en su etapa preelectoral vislumbró. La
fiesta de San Sebastián en Las Ovejas sería, efectivamente, un proyecto
nativo de desarrollo, en donde los pobladores son (o pretenden ser) los
principales gestores y promotores de la empresa. La comisión es una
organización comunitaria exitosa en el pueblo; genera gran cantidad de
trabajo voluntario y sin fines de lucro. Esto eliminaría el problema de la
antropología aplicada que señala Roger Bastide (1972, p. 29) de considerar
los valores occidentales sobre cualquier otro y de la concepción de grupos
"dadores de civilización" y "salvajes precivilizados". Pues si analizamos la
situación de la localidad justamente lo que ha ocurrido es imponerle un
modelo de desarrollo. Las Ovejas es una población que sufrió un proceso
modernizador en el sentido clásico de la palabra: la población se retiró del
área rural para concentrarse en el casco urbano, posee servicios
considerados básicos para el desarrollo (salud, educación y vivienda), y se
estaría terciarizando al pasar de la producción rural a empleado público. En
este proceso el Estado, considerado el promotor por excelencia en los
procesos de modernización en Latinoamérica, se presenta como el principal
impulsor. Por el contrario, la promoción turística de la fiesta implicaría un
camino inverso: partir de lo que los nativos valoran y utilizarlo como puntapié
de desarrollo económico. 8

A modo de cierre:
¿La fiesta de San Sebastian de las Ovejas es arte popular?
Poder definir el arte siempre fue una tarea compleja y mas aún cuando ese
arte se ve reflejado en las manifestaciones espontaneas de un pueblo.
Retomando lo expuesto por N. Goodman, un objeto o manifestación
folklórica puede ser consideradas obras de arte en determinados momentos,
pero en otros no. Esto nos confirma la relevancia de lo simbólico que
permite comprender y crear un universo de significancias, dejando en claro

8Silla, R. San Sebastián de Las Ovejas: pureza perdida y revitalización en el norte neuquino. (2006).
Recuperado de https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-71832003000100008

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que las fiestas populares a nuestro entender son manifestaciones del arte
popular.
El concepto de arte que hoy predomina es aquel que se impone como
verdadero y universal adquiriendo ese status mediante proceso de
dominación cultural tal y como lo plantea A Colombres (2010). Siguiendo y
acordando con lo propuesto por el autor, el hecho de que Europa dispusiera
de una cultura estética amplia además de su poder económico y político,
permitió invadir y dominar aquellos ámbitos donde esa concepción no
existía.
La reconversión o mercantilización del folklore no siempre es sinónimo de
pérdida identitaria o cultural.
Claramente la fiesta de San Sebastián es una manifestación de arte popular
en el momento en que significa eso para el grupo de personas que la
produce y vive cada año.
A. Colombres propone en otro de sus escritos “sobre la cultura y el arte
popular” (2007) la necesidad de transformar el arte popular continuamente
para que no muera como una reliquia incorruptible propia de su tiempo. Si
bien en un mundo capitalista están en juego los intereses de los sectores y
la búsqueda del control del capital, puede de alguna manera revivir la
tradición y reinsertarlo en nuevas condiciones sociales y de mercado.
Los medios de comunicación proponen una apropiación de la cultura
diferente que puede llevar a una segregación de la festividad o a su
integración y revinculación con la sociedad y contexto actual.
El resultado del proceso solo podremos verlo en un futuro, lo que está claro
es que los valores culturales propios de cada grupo cultural que participó en
las hibridaciones que dieron lugar a la sociedad de Las Ovejas; siguen vivas
como una manifestación de puro arte popular en la fiesta de San Sebastián.

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Bibliografía

 En el Arte, L. P. ¿ Cuándo es el arte? Nelson Goodman.


 Bourdieu, P. (2016). La distinción: criterio y bases sociales del gusto.
taurus.
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 Colombres, A. (2007). Sobre la cultura y el arte popular. Ediciones
Colihue SRL.
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