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Emile Durkheim y los hechos sociales

Marlon O. García
El carácter principal del pensamiento en Durkheim es su insistencia en que el estudio de la sociedad
debía esquivar reduccionismos (lo que implica rechazar las interpretaciones apegadas más a lo biológico
o psicológico) y considerar los fenómenos sociales en sí.
Durkheim centró su atención en las determinantes socio-estructurales de los problemas sociales de
la humanidad. Durkheim, siguiendo la tradición de Comte se apegó a una particular forma de
positivismo (utiliza el método hipotético deductivo para llegar a conclusiones objetivables o susceptibles
de ser verificadas). Para poder dar cuenta de los fenómenos sociales acuñó el concepto de “hecho
social” que, de acuerdo Durkheim, tienen características y determinantes sociales. Esto quiere decir que
son externos a cualquier individuo considerado como entidad biológica. Perduran en el tiempo, en
cambio los(as) individuos(as) particulares mueren y son repuestos por otros(as). El hecho social tiene
también determinado poder de coerción, es decir que ejerce una fuerza sobre nosotros, se impone
sobre nuestra fuerza individual. Constreñimientos, bien sea en forma de leyes o costumbres, se ponen
en juego cuando las demandas sociales son violadas. Un hecho social puede definirse como como
cualquier forma de actuar, fija o no, capaz de ejercer coacción externa sobre el individuo.
Durkheim vio en el hecho social el concepto capaz de dar cuenta, de forma generalizada, el carácter
objetivo a los fenómenos sociales, lo cual nos brinda un marco teórico, y metodológico, para poder
empezar a dar forma a un objeto sociológico de investigación. En palabras de Durkheim, los hechos
sociales “consisten en maneras de hacer o de pensar, y se les reconoce por la particularidad de que son
susceptibles de ejercer una influencia coercitiva sobre las conciencias individuales” (Durkheim, 1986,
pág. 48)
Durkheim vio, de esta forma, en los hechos sociales entidades más bien de carácter espiritual, en la
medida en que la sociedad es algo que está dentro de nosotros, pero también más allá 1. Durkheim vio
en las reglas morales al hecho social por naturaleza. De esta manera, el fenómeno social aparece cuando
los individuos interactuantes, constituyen una realidad que no puede ser tomada en cuenta como
propiedades de actores individuales (de ahí la diferencia entre las representaciones colectivas y la
percepción).
La causa determinante del hecho social debería buscarse de esta manera en otros hechos sociales
que le precedan y no en los estados de la consciencia individual. De esta forma Durkheim se interesa por
las características del grupo y las estructuras (hechos sociales) y no en individuos en particular. Concibe
a la cohesión y a la solidaridad como elementos fundamentales y determinantes de diversos esquemas
de comportamientos sociales.

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Esta proposición es evidente mientras no se trata de fenómenos materiales o incluso psicológicos. Ni sería
discutida en sociología si los hechos sociales, a causa de su extrema inmaterialidad, no nos parecieran,
erróneamente, destituidos de toda realidad intrínseca. Como no se ve en ellos más que combinaciones puramente
mentales, parece que deben producirse por sí mismos en cuanto los ideamos, si por lo menos nos parecen útiles.

Para reavivar el espíritu de familia cuando se ha debilitado, no basta que todo el mundo comprenda sus
ventajas; hay que hacer actuar directamente las únicas causas que son susceptibles de engendrarlo. Para devolver
a un gobierno la autoridad que le es necesaria no basta sentir su necesidad; hay que dirigirse a las únicas fuerzas
de donde procede toda autoridad, es decir, constituir tradiciones, un espíritu común, etc., etc.; para ello, hay que
remontar más alto el encadenamiento de causas y efectos, hasta encontrar un punto donde la acción del hombre
pueda insertarse eficazmente. (Durkheim, 1986, pág. 14)
El método en Durkheim (siguiendo la tradición positivista) es el hipotético deductivo. Esto implica el
planteamiento de hipótesis, guiadas teóricamente por un aparato conceptual teórico, susceptibles de
ser verificadas en una realidad empírica. En su investigación más destacada, “El Suicidio”, examina las
tasas de comportamientos en diferentes poblaciones y las características de grupos particulares,
explicando los cambios en dichas características. Utilizó como base empírica de sus argumentos, las
estadísticas sobre tasas de suicidio en comunidades judías, describiendo que solía haber menos suicidios
en éstas que entre las sociedades gentiles. De esta forma, considera que la tasa de suicidios depende
más del tipo de sociedad en la que se producen que de las circunstancias psicológicas de los individuos
particulares.
Para Durkheim, dichas tasas (de suicidio) pueden explicarse a partir de los grados de integración,
siendo que a un mayor grado de integración, correspondía un tipo de suicidio altruista y; a un menor
grado de integración correspondía un suicidio anómico (falto de normas), siendo que los rituales y
ceremonias, hacen posible la integración (pensemos en los cumpleaños o en el día de la amistad como
fenómenos colectivos de integración). Por otro lado, explica que, el protestantismo se sale de la norma
dado que la forma de integración, se comparte la creencia en el individualismo y el bienestar individual.
De esta forma el suicidio en protestantes no puede ser explicado por falta de consenso sino como
respuesta a la autonomía grupal de sus miembros. En esta orientación vio, por tanto, una solidaridad
orgánica (menor consciencia colectiva total) que desarrolla las diferencias, que tiene una mayor división
del trabajo (propio de sociedades modernas) y en donde hay mayor interdependencia entre las
personas. Contrario a este tipo de solidaridad, estaba la solidaridad mecánica, que implica una
consciencia colectiva total y una menor división del trabajo.

Referencias
Durkheim, E. (1986). Las reglas del método sociológico. México: Fondo de Cultura Económica.

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