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Art. 40. —Trabajo prohibido. Se considerará prohibido el objeto cuando las normas
legales o reglamentarias hubieren vedado el empleo de determinadas personas o en
determinadas tareas, épocas o condiciones.
Art. 39. —Trabajo ilícito. Se considerará ilícito el objeto cuando el mismo fuese
contrario a la moral y a las buenas costumbres pero no se considerará tal si, por las
leyes, las ordenanzas municipales o los reglamentos de policía se consintieran,
tolerara o regulara a través de los mismos.
El objeto ilícito es contrario a la moral y las buenas costumbres (art. 39, LCT), es decir
que es reprochable desde el punto de vista ético. Se puede citar, como ejemplo, el
"prestar servicios" para una banda que se dedica a delinquir o al juego clandestino.
Art. 41. —Nulidad del contrato de objeto ilícito. El contrato de objeto ilícito no
produce consecuencias entre las partes que se deriven de esta ley.
En cuanto a los efectos del contrato de objeto ilícito, produce la nulidad absoluta: no
es susceptible de confirmación por hallarse afectado el orden público; el contrato de
objeto ilícito no genera consecuencia alguna entre las partes; ni el trabajador ni el
empleador pueden efectuar ningún reclamo con fundamento en la LCT (art. 41). La
declaración de nulidad, tanto en los contratos de objeto prohibido como en los de
objeto ilícito, debe ser efectuada de oficio por los jueces, es decir, aun sin mediar
petición de parte.
Art. 43. —Prohibición parcial. Si el objeto del contrato fuese sólo parcialmente
prohibido, su supresión no perjudicará lo que del mismo resulte válido, siempre que
ello sea compatible con la prosecución de la vinculación. En ningún caso tal supresión
parcial podrá afectar los derechos adquiridos por el trabajador en el curso de la
relación.
Para la celebración del contrato de trabajo rige el principio de libertad de las formas.
Esto significa que no se requiere una forma determinada como requisito de validez,
como en el caso de los contratos formales. El art. 48, LCT dispone que las partes
podrán escoger libremente sobre las formas a observar para la celebración del
contrato de trabajo, salvo lo que dispongan las leyes o convenciones colectivas en
casos particulares. Por lo tanto, el principio general es que el contrato de trabajo es
informal: no hay formas impuestas u obligatorias. Sin embargo, a pesar de ser
esencialmente informal, existen excepciones legales; por ejemplo, se requiere la
forma escrita en el contrato a plazo fijo, en tal sentido.
Art. 24. — Efectos del contrato sin relación de trabajo. Los efectos del
incumplimiento de un contrato de trabajo, antes de iniciarse la efectiva prestación de
los servicios, se juzgarán por las disposiciones del derecho común, salvo lo que
expresamente se dispusiera en esta ley.
Dicho incumplimiento dará lugar a una indemnización que no podrá ser inferior al
importe de un (1) mes de la remuneración que se hubiere convenido, o la que resulte
de la aplicación de la convención colectiva de trabajo correspondiente.
De la forma y prueba del contrato de trabajo
Art. 48. — Forma. Las partes podrán escoger libremente sobre las formas a observar
para la celebración del contrato de trabajo, salvo lo que dispongan las leyes o
convenciones colectivas en casos particulares.
Art. 49. —Nulidad por omisión de la forma. Los actos del empleador para cuya
validez esta ley, los estatutos profesionales o las convenciones colectivas de trabajo
exigieran una forma instrumental determinada se tendrán por no sucedidos cuando
esa forma no se observare.
Empleo no registrado
Las relaciones laborales que no cumplieren con los requisitos fijados en los incisos
precedentes se considerarán no registradas.
ARTICULO 1° — Las indemnizaciones previstas por las Leyes 20.744 (texto ordenado
en 1976), artículo 245 y 25.013, artículo 7°, o las que en el futuro las reemplacen,
serán incrementadas al doble cuando se trate de una relación laboral que al momento
del despido no esté registrada o lo esté de modo deficiente.
En la Ciudad Buenos Aires, a los 29 días del mes de julio de 1998, reunidos el
Presidente de la Nación Argentina, el señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social, el
señor Ministro del Interior y los representantes de las provincias de Buenos Aires,
Catamarca, Córdoba, Corrientes, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La
Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis,
Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur, Tucumán y del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
DECLARAN:
Que, citando a su Santidad Juan Pablo II, "el trabajo, en cuanto problema del hombre,
ocupa el centro mismo de la cuestión social", convirtiéndose entonces "en una clave,
quizá la clave esencial de toda la cuestión social".
Que como parte de esos deberes de protección del trabajo, el Estado Nacional, las
Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deben garantizar la igualdad de
oportunidades para todos los habitantes que se encuentren en situación de trabajo o
que aspiren a incorporarse a la actividad productiva, para lo cual debe atenderse la
situación de los sectores más vulnerables o insuficientemente protegidos de la
sociedad, como son los trabajadores no registrados, los niños y los discapacitados,
asegurando también la igualdad de oportunidades para las mujeres.
Que esta especial atención que requieren los sectores mencionados no debe ser
asumida independientemente por cada jurisdicción, sino que se impone la cooperación
y coordinación de esfuerzos y funciones para alcanzar el objetivo común sobre la base
de igualdad de oportunidades y homogeneidad de las regulaciones.
Que tales medidas también deben orientarse a lograr el compromiso de los actores
sociales a través de la participación de las organizaciones representativas de
empleadores y de trabajadores y de otras instituciones sociales.
El art. 50, LCT establece que el contrato de trabajo se prueba por los modos
autorizados por las leyes procesales y lo previsto en el art. 23 de esta ley. La
prueba del contrato de trabajo no reconoce limitaciones articuladas por el
derecho común ni incorpora restricciones específicas, sino que agrega
instrumentos probatorios —la presunción del art. 23, LCT— que le son
rigurosamente propios. El principio que rige es el de la libertad de prueba, ya
que el contrato de trabajo puede probarse por todos los medios comunes de
la presunción consagrada en el art. 23, LCT, y surge de la mera prestación de
servicios. Se debe tener en cuenta que la carga probatoria, en un juicio
laboral, recae en la parte que invoca un hecho y no en quien lo niega,
principio procesal adoptado en el art. 377, CPCCN. Por lo tanto, si un
trabajador invoca la existencia de un contrato de trabajo y la empresa lo
niega, es al trabajador a quien corresponde demostrar sus afirmaciones. Sin
embargo, la presunción contenida en el art. 23, LCT—la prestación de
servicios hace presumir el contrato de trabajo— invierte la carga de la
prueba. En cambio, si el trabajador invoca la existencia de un contrato por
tiempo indeterminado y el empleador lo niega pero aduce que entre las
partes medió, por ejemplo, un contrato de plazo fijo, es al empleador a quien
le corresponde probar tal afirmación.
Esa presunción operará igualmente aun cuando se utilicen figuras no laborales, para
caracterizar al contrato, y en tanto que por las circunstancias no sea dado calificar de
empresario a quien presta el servicio.
Los principales medios de prueba para acreditar la existencia del contrato son:
Art. 59. —Firma. Impresión digital. La firma es condición esencial en todos los
actos extendidos bajo forma privada, con motivo del contrato de trabajo. Se
exceptúan aquellos casos en que se demostrara que el trabajador no sabe o no ha
podido firmar, en cuyo caso bastará la individualización mediante impresión digital,
pero la validez del acto dependerá de los restantes elementos de prueba que acrediten
la efectiva realización del mismo.
Art. 60. —Firma en blanco. Invalidez. Modos de oposición. La firma no puede ser
otorgada en blanco por el trabajador, y éste podrá oponerse al contenido del acto,
demostrando que las declaraciones insertas en el documento no son reales.
En ningún caso esta indemnización podrá ser inferior a tres veces el importe mensual
del salario que resulte de la aplicación del artículo 245 de la Ley de Contrato de
Trabajo (t.o. 1976).
ARTICULO 1° — Las indemnizaciones previstas por las Leyes 20.744 (texto ordenado
en 1976), artículo 245 y 25.013, artículo 7°, o las que en el futuro las reemplacen,
serán incrementadas al doble cuando se trate de una relación laboral que al momento
del despido no esté registrada o lo esté de modo deficiente.