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https://www.cocinadelirante.com/tips/pollo-rostizado

Recuerdo que cuando era niña al visitar a mi abuela


cada domingo, por lo regular, le llevábamos pollo
rostizado para comer. Pero, ¿alguna vez te has
preguntado de donde salió esa delicia que, por
costumbre, se consume cada fin de semana? Hoy te
vamos a revelar la historia del pollo rostizado en México.
Me atrevería a decir, que el pollo rostizado es uno de
los alimentos más accesibles del país y, con esto, me
refiero a que sí estás de antojo, puedes encontrar más
de una rosticería abierta y, además, por su bajo costo.
Conocido como pollo asado o pollo a las brasas, el
pollo rostizado nació en siglo XII durante el reinado de
Ricardo Corazón de León en Francia, donde era
considerado como un platillo exclusivo de la realeza.
Sin embargo, fue hasta 1946, que llegó a México, al
ser Carmen Covarrubias Robles junto a Salvador
López Avitia los fundadores de la primera sucursal de
la famosa rosticería a la leña, “Pollos Río” en la colonia
Anzures de la CDMX.
Este pollo es uno de los platillos favoritos de los
mexicanos y adopta ese nombre, debido a que se
cuece a través de un horno, en el que es insertado
mediante pinchos rotatorios para que el fuego pueda
alcanzar todas sus partes y asarlas.
Su irresistible sabor no solo logró conquistar a los
mexicanos, sino que cuando llegó a Perú, pronto se
convirtió en uno de sus preferidos y que le valiera para
ser reconocido en 2004 como plato típico por el
Patrimonio de la Nación Peruana, otorgado por el
Instituto Nacional de Cultura de Perú.
Sin embargo, en nuestro país también su popularidad alcanzó la cumbre durante
los años 70, cuando por todos lados surgían rosticerías en las calles y se
posiciono como una especie de “comida rápida”.

La receta original indica que el pollo rostizado solo se cocina con sus propias
grasas y jugos, es decir, que gira por el horno para que circulen estas sustancias y
lleguen a la carne hasta asarse. Aunque en algunos lugares les impregnan su
toque personal al rociarles una mezcla de especias, adobo y ajo molido para
brindarles un mejor sabor.

Actualmente, ya se pueden encontrar muchas


variantes de esta delicia como el pollo ranchero, en
barbacoa o enchilado (adobado con distintos chiles),
que son cocinados bajo la misma técnica y se pueden
disfrutar con complementos que, en las mismas
rosticerías te ofrecen, como espagueti, arroz, sopa fría,
papas fritas, chiles jalapeños en vinagre, salsas o
nopales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y
Estadística (INEGI), en México el consumo de pollo
rostizado representa el 26% del total del consumo de
pollo en las mexicanas durante 2008

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