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peruana
PERU PA
RA
EL
M
UN
DO
En la época colonial, este plato llegó al Perú. Y es aquí donde se transforma para
convertirse en el Ají de gallina que conocemos hasta hoy. La pechuga de gallina,
arroz y nueces se mantuvieron en el platillo. Sin embargo, las almendras y azúcar
fueron reemplazadas por las pecanas y el ají amarillo, para darle un toque de color
y de sabor.
Gracias al ají amarillo, este plato adoptó su característico color y dejó de lado su
antiguo sabor dulce. Rodolfo Tafur Zevallos, investigador y docente
gastronómico, da cuenta de que, en 1839, este plato se popularizó en Lima.
“Los gendarmes de la Policía Limeña, al inspeccionar las diversas fondas y
restaurantes de la ciudad, dan parte de un plato que era consumido por los
parroquianos con deleite. Este consistía en hebras de carne de gallina con un sofrito
de cebolla, ajos, ají y trozos pequeños de pan, acompañado de papas”, señala en su
artículo “Historia del Ají de Gallina”.
Por ello también es que sugieren que “baqiyah”, palabra arábiga que significa
sobras, era una forma de llamar a este plato y adjudicarlo a los árabes.
Los españoles judeo-conversos llegan a Panamá con los conquistadores y nos dejan
un legado gastronómico importante. El arroz con pollo más parecido a esta paella es
el que le ponen buena cantidad de pollo al mismo así como aceitunas, alcaparras y
pimientos rojos tradicionalmente vistos en la paella.
Cada persona hace el arroz con pollo de manera diferente, dependiendo del lugar
donde lo aprendió o de los recursos que disponga.
Somos un país con una riqueza multirracial, multicultural, y gastronómica
increíble… disfrutémosla y compartámosla.