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M EDIOS COMUNITARIOS
¿Democratización y pluralismo en el paisaje mediático del país?
Marcelino Bisbal
1-Hagamos una breve disgresión para lograr entender en el presente cuál es la estrategia
gubernamental de conformación de un escenario mediático y cómo una buena parte de ese
escenario ha devenido en un aparato de propaganda que responde a las necesidades
político-ideológicas del Gobierno en funciones de Estado. Quizás con ese mismo sentido,
Carlos Blanco llegó a expresar la idea de que el Gobierno existe en los medios, es decir “El
único lugar en el que el Gobierno existe es en los medios de comunicación, en las cadenas
presidenciales, y en la multitud de programas, emisoras e impresos de los que dispone . El
Gobierno como gobierno sólo existe allí y, principalmente, en la voz e imagen del
Presidente: desde ese espacio formula políticas y construye su poder, sobre todo en la
exhibida sumisión de sus funcionarios (“Si, Presidente”, “Lo que usted ordene, mi
comandante en jefe”). Chávez ejerce el poder en –y desde- la televisión; allí es donde se
constituye a plenitud; porque del resto se sabe que sus órdenes no se cumplen, carece de
capacidad de seguimiento, sólo aparece como informado cuando a través de los audífonos
el grupo asesor le va ‘soplando’ datos, cifras, de las cuales no tiene ni la más peregrina
idea, y cuando no le soplan adecuadamente, confunde millas con millardos, y obstáculos
con currículos”. En realidad, es la tesis de Humberto Eco acerca de lo que él llama “el
populismo mediático”.
2-Hoy, el actual Estado tiene claridad sobre la significación estratégica de los medios de
comunicación como lugar para la política y la confrontación ideológica. Esto se pone en
evidencia no sólo en el sentido de sus acciones y medidas frente al aparato comunicacional
privado, sino en la creación de toda una estructura o plataforma comunicacional que sea
capaz de enfrentar al “enemigo” (tanto interno como externo) y a la vez irradiar a través de
la cultura de masas el proyecto y proceso político-ideológico que se desea instaurar o que
está en la imaginación del Presidente y sus más allegados. Así, la estrategia se corresponde
fielmente con los moldes del Estado fascista y con lo que el brasileño Renato Ortiz nos
narra acerca del papel autoritario del gobierno de Getulio Vargas desde su instauración en
1934 con la idea del “Estado Nuevo”, en donde los llamados “intelectuales orgánicos del
gobierno” afirmaran “que los medios de comunicación no deben pensarse como simples
medios de diversión sino como armas políticas sometidas al control de la razón del Estado”.
Uno de los rasgos más prominentes, sino el más obvio del gobierno de Chávez ha sido el progresivo
borramiento de la distinción entre las distintas esferas de la vida pública y con ello la disolución
también entre lo público y lo privado, o entre lo institucional y lo personal mediante la creación de
una serie casi infinita de espacios de enunciación. La revolución es esencialmente “mediática” y
espectacular. Cualquiera que desee reconstruir los propósitos, los planes o intenciones del gobierno,
deberá acudir a una multiplicidad de fuentes: desde los mensajes a la Nación, las innumerables e
intempestivas alocuciones presidenciales, sus comparecencias ante la Asamblea Nacional o la
Gaceta Oficial, hasta las declaraciones informales a la prensa, pasando por la gran tribuna semanal
del programa de televisión Alo, Presidente .
Estoy diciendo que no lo hicieron Perón, Fidel Castro ni Torrijos, ninguno de los líderes populistas que mejor
han entendido el asunto de la propaganda. La inversión propagandística del chavismo es la más grande de la
historia de América Latina. Y, a la vez, es la inversión más equivocada, puesto que se presenta Venezuela
como un país que ve hacia adentro, cerrado al mundo, que no es consciente con su propia vocación.
4-Es decir, estamos frente a un gobierno en funciones de Estado, que además fue electo (y
luego reelegido) en un acto legítimo, constitucional y electoralmente contundente, que ha
visto en la comunicación y en la información el componente ideológico y factor de poder
como consustanciales a su propia naturaleza. El poder no significa solamente y
exclusivamente la coerción de algunos sujetos sobre los otros por medio de la fuerza-
agresión física, sino que también el se expresa por la intermediación simbólica que hoy
encuentra en los medios su mejor nicho o receptáculo. Quizás, desde ahí se pueda entender
la “razón de Estado” que envuelve a la iniciativa del gobierno por poseer medios y por
querer controlar a los medios privados en aras de “concentrarse en un triángulo
programático basado en propaganda, información y opinión política”.
6-El escenario se ha ido radicalizando cada vez más en medidas y acciones. Tal como dice
el periodista Pablo Antillano: “Las preocupaciones actuales de los medios de comunicación
independientes del Estado, son similares a las que en su nivel vienen expresando sectores
de la economía o la actividad profesional”. Estas medidas, traducidas en objetivos e
instrumentos, se esbozaron a finales del 2004 en el documento La Nueva Etapa, el Nuevo
Mapa Estratégico. Documento éste que ha sido poco leído, pero que vamos viendo que
paso a paso se va cumpliendo. En el orden de la comunicaciones allí se presentaban estos
objetivos:
Para alcanzar esos principios se prevé, según el mismo Plan, los siguientes
objetivos, estrategias y políticas:
7-A partir de lo expuesto en esos documentos es que hay que entender ciertas situaciones
que se han venido dando en materia comunicacional y de libertad de expresión en el país en
los últimos años, al igual que lograremos comprender hacia dónde se orienta la estrategia
comunicacional del gobierno en lo que tiene que ver con el ideario de una hegemonía
comunicacional.
3-En ese entonces se produjo una riquísima y muy variada bibliografía sobre el tema.
Valdría la pena mencionar alguna de ella como para no dejarla en el olvido y que puede
servirnos de referencia histórica para la comprensión del fenómeno:
4-Si observamos atentamente el titulo de ese conjunto de publicaciones y otras tantas que
no hemos mencionado, verán que las mismas – en sus contenidos- se caracterizaban por los
siguientes elementos:
-La C.A asumía el principio de ser una “otra comunicación” comprometida con los
movimientos sociales y la crítica frente a la sociedad imperante.
-La C.A debía estar ligada al mundo popular y sus vivencias.
-Apostaba por una organización popular y democrática articulada.
-La C.A se inscribía dentro del campo de las “utopías políticas” de ese entonces.
-Se trataba de una propuesta “clasista”.
-Los protagonistas de la C.A eran los sujetos populares, los pobres de la sociedad
como gestores y actores del cambio social.
-Las temáticas de Acceso, Participación, Liberación, Democratización, Educación
Liberadora, Organización Popular… estaban muy ligadas al planteamiento de la C.A.
-La C.A se inscribe ligada a experiencias locales, micro y regionales. Inclusive
experiencias macro.
-La C.A planteaba, al igual que en el conjunto de prácticas que la definían, a la
horizontalidad entre la emisión y la recepción de los mensajes, a la participación
comunicativa y al ejercicio democrático alternativo dentro de la idea de la
“democratización comunicativa”.
-El tema, en el fondo, se insertaba dentro del gran planteamiento del cambio o
transformación Social. Por lo tanto, el planteamiento de la C.A era de carácter político y
apostaba a la alternativa socialista frente al capitalismo.
5-Desde esas consideraciones que definieron de alguna forma la irrupción, entre finales de
los setenta y durante la década de los ochenta, de este tipo de prácticas comunicativas
podemos extraer algunos signos que las caracterizaron en relación a su forma de configurar
los contenidos y a su inserción en la realidad social de aquel entonces:
-El requerimiento de redefinir la relación entre comunicación comunitaria y la
comunidad: debe ser una comunicación ubicada en un contexto preciso, en una comunidad
específica, es una comunicación territorial.
-La estética de esta forma de comunicación está basada en la acción intensa, más
simple, más rápida, intenta involucrar y estimular a la gente dentro de la vida cotidiana y sus
luchas.
6-Quizás desde esas consideraciones es que el investigador y amigo Jesús María Aguirre en
ese entonces nos decía que:
1-La investigadora de la ULA Raisa Urribarrí nos dice que “En el transcurso de casi cuatro
décadas este vigoroso movimiento se fue transformando y, en consecuencia, también el
perfil de los medios. Entre finales de los setenta y durante la década de los ochenta, los
gestores de los medios alternativos, que en un principio tuvieron un objetivo
“concientizador”, se sintieron interpelados y obligados a modificar sus formas de trabajo,
estrategias y lenguajes. Al ritmo que crecía la bonanza económica y se fraguaba la paz en
democracia, el “aquietamiento” y la “desmovilización” social se fueron imponiendo y,
aunque no sería apropiado decir que todas las dificultades y los reclamos que les daban
razón de ser se habían extinguido, se comenzó a sentir la urgencia de cuestionar unas
prácticas comunicacionales muy poco eficaces, de las cuales emergían medios tan poco
atractivos que no se podía obligar a nadie a atender “.
Así,durante mucho tiempo el tema no volvió a ser tocado en la academia, ni siquiera
en las organizaciones gremiales comunicacionales. Al igual que muchas de las experiencias
que veníamos conociendo fueron decayendo de manera ostensible, hasta llegar a desaparcer
algunas de ellas. Entonces nos saltan algunas interrogantes :
-Otro dato importante tiene que ver con la aprobación de la Ley Orgánica de
Telecomunicaciones en junio del año 2000 en donde se contempla el apoyo jurídico a este
tipo de experiencias, es decir las emisoras de radio y televisión comunitarias. En esa Ley se
establece de manera muy puntual en su artículo 200 que “El Estado promoverá la existencia
de estaciones de radiodifusión sonora y televisión abierta comunitarias de servicio público,
sin fines de lucro, como medios para la comunicación y actuación, plural y transparente, de
las comunidades organizadas en su ámbito respectivo”
A finales del año 2008, de ser ciertas las palabras del titular del Ministerio de Comunicación e
Información (MinCI), Andrés Izarra, en Venezuela se podrá contabilizar cerca de 600 medios
alternativos y comunitarios (en adelante MAC). A los 450 existentes a finales de 2007, habría que
añadir los 20 (14 radios y seis televisoras) habilitados durante el primer trimestre de este año y los
128 más que se espera autorizar. Aunque en ausencia de datos más confiables nos hayamos tenido
que conformar con los ofrecidos por su despacho en boletines de prensa, es posible hacer algunas
inferencias con base en las cifras suministradas por Conatel, las cuales muestran que hasta julio del
año pasado se le había otorgado licencias a 227 emisoras de radio y 36 de TV. Si sumamos los
medios impresos y digitales no es difícil suponer que las estimaciones de Izarra se ajustan a la
realidad.
6-El otro aspecto a discutir , aunque de manera esquemática , tiene que ver con el tema de
los contenidos. Esta es una tarea pendiente. No tenemos conocimiento, y nosotros mismos
no lo hemos hecho, de investigaciones al respecto. Aunque no sería muy difícil de intuir
por donde van cuando leemos una declaración de la llamada Asamblea Nacional
Constituyente del Movimiento Nacional de Medios Alternativos y Comunitarios en donde
definen su “razón de ser” al decir:
7- Lo que sí podemos afirmar por intermedio de una investigación acerca del consumo de
medios en la que hemos participado a nivel nacional es que el impacto de este tipo de
experiencias es muy bajo o insignificante. Cuando se pregunta, por ejemplo, ¿Con que
frecuencia oye las radios comunitarias? La respuesta: “Todos los días”: 1.60%; “Casi todos
los días”: 3.00%; “Sólo los sábados”: 0.60%; “Sólo los fines de semana”: 0.20%;
“Ocasionalmente”: 12% y “Nunca”: 75.60%. En el caso de la prensa las cifras son las
siguientes cuando se pregunta ¿Con qué frecuencia lee los periódicos comunitarios?. La
respuesta: “Todos los días”: 1.40%; “Casi todos los días”: 2.00%; “Sólo los sábados”:
0.60%; “Sólo los fines de semana”: 5.80%; “Ocasionalmente”: 38% y “Nunca”: 41.60%.
Es decir, que las emisoras comunitarias no son sintonizadas nunca por un 75 % de los
venezolanos, y eventualmente por un 11 %.Y los periódicos comunitarios no son leídos
nunca por un 75 % de los venezolanos. Sólo un 3% respondió haberlos leído.
¿A qué viene esta esquemática discusión? Creemos que esa precisión conceptual
sigue estando vigente. Porque no se concibe un conjunto de medios alternativos y
comunitarios aupados desde el Gobierno y mucho menos es comprensible su intromisión y
“animación” para gestionar el desarrollo de estas formas de comunicación. Es comprensible
que un Gobierno que quiere tener ingerencia en todos los procesos sociales por la idea del
poder que él encara y que aspira a mantener en forma hegemónica, intervenga auspiciando
a la comunicación alternativa y comunitaria. Pudiéramos entonces hablar de un ¿pluralismo
de medios y de una democratización mediática auspiciada por el Estado?. Mi respuesta es
que no…