Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior
Universidad Bolivariana de Venezuela
Eje Geopolítico Regional “Kerepakupai Vena” Sección EJ4-T1-HE U.C.: Política, Derecho y Medios de Comunicación Profesor: Guillermo Retiff Participante: Ciudad Bolívar, julio de 2021
Unidad 5. Política comunicacional del estado y la construcción del estado
democrático y social de derecho y de justicia.
1.- Nuevo Modelo Comunicacional en Venezuela.
La construcción de un nuevo modelo comunicacional para contrarrestar efectivamente la feroz campaña mediática emprendida contra el Proceso Bolivariano en Venezuela y en el resto del mundo, es uno de los principales objetivos del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información en los actuales momentos. La nueva política puesta en marcha contempla la repotenciación de los medios del estado, creación de un nuevo canal juvenil, la inauguración de TV Sur, democratizar los espacios comunicacionales -especialmente radio y TV-, reforzar las capacidades de comunicación y empoderar comunicacionalmente al pueblo para lograr una comunicación más efectiva de parte de las instituciones del estado, así como más participativa pues debe estar incluida la comunidad. La intención de fortalecer el área de comunicacional del estado venezolano surge - luego del golpe de estado mediático que vivió Venezuela en el mes de abril del 2002, suceso que obligó de inmediato a generar un nuevo sistema de comunicaciones y a organizar los medios oficiales existentes para hacerlos más potentes y agregarles otros elementos para hacerlos más efectivos y de mayor alcance. Venezuela no ha tenido cultura de información, un hecho que se evidencia con el gobierno del presidente Chávez que "entró sin las alianzas tradicionales de la elite de la IV República donde la política comunicacional de los gobiernos estaba en manos de los medios privados. En contraposición con esta situación entramos en confrontación con esa realidad y la creación de un nuevo escenario revolucionario que permita mayor participación, democracia y pluralidad en los medios". La nueva estrategia para acompañar el proceso revolucionario puesta en marcha por el MINCI (Ministerio Popular para la Comunicación y la información) se enfoca a desmontar las políticas ejecutadas por los gobiernos anteriores, las cuales tenían como fin el debilitamiento y privatización de los medios oficiales del estado, y al mismo tiempo a apuntalar esos mismos medios para la consolidación del proceso político en los próximos años, mediante la articulación del nuevo orden comunicacional al servicio de la democracia protagónica y participativa. La estrategia comunicacional está basada en la articulación de seis ejes de acción con acciones que los complementan, los ejes son: Relanzamiento de la plataforma comunicacional del estado, ya en marcha; democratización del sistema de medios; Proactividad informativa y comunicacional; la soberanía e integración comunicacional; la reestructuración del Ministerio de Comunicación e Información y el impulso a los medios alternativos. Esta nueva estrategia es la utilizada para avanzar en las acciones que pretenden reforzar y salir de la situación de minusvalía mediática en la cual se encuentra el estado actualmente. Así como ampliar la discusión para determinar hacia dónde vamos a llevar los medios. Esa discusión tiene que darse con todos los actores del proceso. 1.1.- Comunicación y Democracia. La nueva fase de radicalización de la revolución bolivariana, iniciada a fines de 2006, ha significado ante todo una profundización en el ejercicio del poder por el pueblo, mandato expreso de la Constitución aprobada por setenta por ciento del electorado en 1999. Este creativo proceso político, en rigor iniciado con el caracazo, ha descollado internacionalmente desde que llegó al gobierno por estimular la incursión activa en política de millones a quienes se les negó ese derecho siempre, por más que el estereotipo impuesto desde Washington en el hemisferio insistiera en caracterizar de “democracia ejemplar” a los cleptocráticos y represivos regímenes surgidos del Pacto de Punto Fijo. La clave de la cuestión radica en la noción de pertenencia hacia el gobierno de Hugo Chávez de los antes excluidos, demostrada de forma singular con el aplastamiento del golpe de Estado de abril de 2002 por la alianza del pueblo y los militares patriotas y reiterada en el contundente triunfo del presidente en el referendo de 2006. La creciente cultura general y política favorecidas por el hecho revolucionario, con sus reconocidas realizaciones en la inclusión social, han revertido en una democratización de la información y la comunicación. Por múltiples vías no convencionales, como los consejos populares y la red alternativa de medios de difusión, estalla un intenso debate político, cultural e ideológico a escala nacional. Se trata de un caso digno de estudio, toda vez que esta sociedad deliberante ha sido alcanzada en un clima de tolerancia gubernamental hacia las corporaciones mediáticas y sus delirantes campañas de mentiras y odio, incluso racista, contra la figura presidencial. Sin excepción, todas ellas llamaron al golpe y al paro petrolero gerencial y silenciaron la derrota del Golpe de estado de abril del 2002, mientras transmitían enlatados. Los tiempos que corren no son precisamente favorables a los derechos. La ley del más fuerte de nuevo quiere convertirse en eje de las relaciones sociales e internacionales. La lógica excluyente del modelo neoliberal predominante incluso ha puesto en entredicho el sentido mismo de ciudadanía. En este contexto, la celebración del cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se presenta como un desafío para las luchas encaminadas a profundizar la participación ciudadana en la vida democrática, condición básica de un desarrollo más equitativo y la coexistencia armónica de sociedades que expresen la diversidad humana. Debido al vertiginoso desarrollo registrado a lo largo de los últimos años y el impacto que está teniendo en todas las esferas del convivir social, la comunicación se ha convertido en un área de acción fundamental para tal propósito. Las implicaciones de estos cambios se muestran complejas y diversas. Así, el desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación corre entrelazado con el proceso de globalización, como efecto y causa a la vez, al tiempo que la información se afirma como el principal insumo de los procesos productivos de punta. En el plano político encontramos que las reglas del juego están cambiando aceleradamente al son del impacto mediático y del refinamiento de técnicas comunicacionales como las mediciones de opinión, mercadeo, manejos de imagen, etc., y en este nuevo escenario el peso de los medios de difusión se está tornando cada vez más preponderante, al punto que se ha tornado común que actúen con una agenda pública propia. En el ámbito cultural, en tanto, fenómenos como la televisión por satélite o Internet registran un impacto inédito, cuyo potencial para contribuir a ampliar el diálogo intercultural está siendo disminuido por la acción homogenizadora de la poderosa "industria cultural" dominante. Es conocido que en el curso de los avances de la ciencia y la tecnología tienen un rol determinante los patrones impuestos por los centros de poder. El desarrollo de la comunicación no escapa a esta pauta; por el contrario, su condición de factor de poder hace que se refuerce tal tendencia. Un indicio de ello nos da las proporciones que están alcanzando los procesos de monopolización y transnacionalización de las empresas que actúan en este campo, acentuando los desequilibrios existentes. Resulta, entonces, que mientras más se atraviesan los sistemas y medios de comunicación en nuestras vidas, asumiendo incluso roles de control social que antes estaban reservados a otras instituciones, la posibilidad efectiva de control desde la sociedad tiende a escurrirse como el agua entre las manos, con la consecuente distorsión del convivir democrático. Precisamente porque la comunicación es un elemento cada vez más central para la democracia, es que se torna imprescindible que existan mecanismos sociales para garantizar una mayor democracia en la comunicación. Lo cual implica definir e implementar un marco de derechos que responda a las nuevas características de la era y refleje su importancia social, y este es un desafío que interpela al conjunto de la ciudadanía a tomar cartas en el asunto. 1.2.- Comunicación y Participación. Nadie debe dudar que nos encontramos en una sociedad mediática, donde los medios de comunicación proveen a los ciudadanos de noticias, datos y análisis, desde distintos canales, creando opinión en masa. ¿Cuáles son algunas de sus características en relación con la información? Mercantilización de la información. Para los medios de comunicación, la información se ha convertido en una mercancía con valor determinado por las leyes del mercado. Esto significa que se produce lo que se vende, lo que resulta rentable a los dueños de los medios de comunicación, suponiendo un grave problema para la democracia, que no sólo es el gobierno de la mayoría, sino también el respeto a las minorías para que puedan convertirse en mayorías. El ciudadano pasa, pues, a ser un consumidor de mercancías, no como individuo razonador que legitima la participación democrática en libertad. En este sentido, los programas se orientan hacia la audiencia y la publicidad, no hacia el valor de la información a los ciudadanos. Estos programas forman paquetes de usuario con perfiles concretos, a los cuales vender productos. El usuario no elige el programa, es el programa el que le elige para venderle Información unidireccional a priori, la forma de seleccionar la información en los medios de comunicación no suele ser muy democrática, ya que generalmente unos pocos deciden lo que muchos van a consumir, (José Hierro, 1998, Poeta y Periodista español]. Esto puede suponer un gran problema de “censura” ante ciertas informaciones, discriminación de personas, grupos, empresas, entre otros, en mano de unas pocas personas. Reducción de fuentes como norma general, los ciudadanos tienen una sensación errónea de estar bien informados ya que son muchos los canales por los cuales reciben la información, pero en realidad todas proceden de pocas fuentes de información que ejercen por tanto un poder de censura al ser los únicos generadores de contenidos, que luego se distribuyen en distintos medios, dando una falsa sensación de veracidad por el simple principio de “repetición” (como es una información repetida es verdadera). Participación Ciudadana: En conclusión, Obviamente, los gobiernos deben así mismo, establecer los cauces oportunos que canalicen ese conocimiento hacia una participación ciudadana en beneficio de la comunidad. para garantizar una democracia con ciudadanos maduros desde un acceso y uso de la información debemos exigir a los gobiernos un mayor control de la información que ofrecen los medios de comunicación. La información que transmiten los medios de comunicación no pertenece a nadie, y por lo tanto nadie debería controlarla ni lucrarse de la misma. En realidad, es un bien social, y no un mero producto por lo que debería estar considerado como servicio público. Nadie duda del valor de la libertad de prensa y la libertad de información, pero se debe analizar con profundo razonamiento si la liberalización de los medios de comunicación de masas supone mayor libertad para los ciudadanos o mayor libertad de actuación para los grandes monopolios de información a nivel mundial. Además, no basta con una prensa libre para tener ciudadanos informados, sino que es necesaria una pluralidad de opiniones, ideas y creencias que le permitan crear su propia opinión. El tema tiene mucha importancia si buscamos sociedades democráticas maduras y participativas, ya que para algunos autores este control informacional que algunos medios de comunicación ejercen es el germen del cansancio y hastío que algunos ciudadanos manifiestan ya hacia todo lo que tenga que ver con la política y su entorno, lo que lleva al alejamiento del ciudadano de su participación democrática. 2.- Política Comunicacional. La Sociedad venezolana vive una coyuntura transicional. Está sometida a una intensa transformación revolucionaria que estremece los cimientos del viejo orden social creando las estructuras, valores e instituciones del devenir. Ciertamente esto no es un proceso fácil que se deslice en línea recta, tiene y tendrá sus altibajos, incomprendido por algunos y apasionados por otros. Pero avanza que es lo que cuenta porque tiene el apoyo y el cobijo del pueblo. El pueblo constituido en sujeto histórico hace suyo y estimula los cambios sociales que están en puerta. Cambios que se manifiestan en todos los ámbitos de la vida nacional, en unos más acentuados que en otros. En el ámbito comunicacional es más que evidente los cambios revolucionarios que se han venido operando en la sociedad venezolana. Los viejos esquemas comunicacionales han sido resquebrajados. El modelo tradicional que se sustenta en la “Metáfora del Tubo”, según el cual la comunicación es algo que se genera en un punto, se lleva por un conducto y se entrega a otro extremo, no tiene fundamento. En la Venezuela Bolivariana se está rompiendo con ese esquema que concibe el hecho comunicacional como una relación en la que debe existir un emisor (activo) y un receptor (pasivo). Esta concepción no tiene consonancia con la dinámica y la esencia del nuevo país insurgente. Aquí, y ahora, se está abriendo paso una práctica innovadora, creativa y colectiva que parte de considerar la comunicación social como algo que sucede en las relaciones humanas, entre una pluralidad de sujetos, activos y coparticipes críticamente, entre constructores de una verdad producida por todos. Es una concepción de naturaleza claramente revolucionaria que se fundamenta en el axioma que el protagonismo es del pueblo y no de los comunicadores, a quienes les corresponde la función facilitadora y estimuladora de la participación social. 2.1- Definiciones. Definición: Es el conjunto de mensajes que circulan en el interior de un sistema político y que condicionan su actividad, tanto desde la formulación de demandas como la articulación de respuestas y que determinan, en consecuencia, la propia dinámica del proceso político. 2.2 Características. 1.- La comunicación política puede ser transmitida por cualquier medio (oral, escrito, visual, audible, audiovisual, etc.) y está implícita en todas las formas de interacción humana. 2.- La comunicación política contribuye a identificar los problemas nuevos. 3.- Abre canales de participación ciudadana para que la jerarquía legitimidad de los temas de la agenda política resulten de un juego de negociación. 4.- Marginar las cuestiones que han dejado de ser objeto de conflictos o respecto de los cuales existe un consenso temporal. 5.- Condiciona la construcción democrática y el desarrollo de las sociedades, influyendo en los niveles y recursos de la participación y la legitimidad en la inserción de problemas en la agenda pública y su resolución.
En materia comunicacional el Gobierno Bolivariano tiene visibles aciertos:
a. La aprobación de la Ley de Responsabilidad Social de Radio y TV, que se convierte en buena parte de la normativa de la política comunicacional. b. La recuperación de la imagen de Venezolana de Televisión. c. La recuperación de Radio Nacional: por primera vez se escucha en Maracaibo. d. La creación de Telesur. e. La creación de Vive. f. El apoyo a los medios comunitarios. g. La política que se ha seguido con respecto a los medios masivos declaradamente opositores: hasta ahora se mantiene la línea del debate y la controversia y no se ha caído en la tentación inmediatista de pretender buscar salidas rápidas. Los medios masivos privados están en el centro del debate por el rol que desempeñan de actuar como punta de lanza del ataque al Gobierno, pero no es cierto que la solución sea la repuesta impaciente y cargada de intolerancia de cerrar canales. El remedio puede ser peor. Además, hay que distinguir entre la oposición democrática y la otra, la insurreccional y golpista. 2.3.- Estructura. La comunicación como elemento constitutivo de la legitimidad política El Espacio Público Las limitaciones del mensaje político: filtros al discurso y a la argumentación Las transformaciones que surgen del conjunto de mensajes emitidos vía oral, escrita, audible y audio visual y sus efectos que producen sobre la comunicación política. Los inicios de la comunicación política los encontramos en los orígenes de la civilización, cuando la vida social de las comunidades dependía de líderes y pensadores con grandes habilidades en el manejo de la retórica, la elocuencia y otras habilidades para comunicar sus ideas y sus propósitos. En tanto política, de acuerdo con Aristóteles "es la más subjetiva de las ciencias, por lo complejo del proceder humano en su conjunto". Sin embargo, ésta, ha ido consagrando sus funciones hacia la vida de las comunidades, donde con ayuda de la comunicación ha estado al servicio del hombre durante siglos. Aunque, la preocupación del hombre por la política y su difusión data del origen de la civilización, en nuestro tiempo aún no es posible establecer y conciliar intereses, lograr consensos, entregar de una manera adecuada, equilibrada y equitativamente justa de comunicación. Por el contrario, los medios ejercen un poder que sobrepasa las posibilidades del ciudadano común, y la política sigue siendo más el privilegio de unos pocos que el ejercicio donde todos actúan por igual, aunque no hay que negar los diferentes esfuerzos que ha implementado el gobierno nacional para así lograr el impulso positivo para que los ciudadanos y ciudadanas reciban información de primera, veraz y equilibrada. Desde la perspectiva, "la política es una ciencia que estudia las relaciones entre los ciudadanos y el Estado". Es decir, se genera una complicidad entre ambos en la que no puede estar ausente la comunicación, ya sea en forma directa o no, esto, ya que en democracia la vida política para es un gran sistema de diálogos. Tanto así, que en la actualidad para un político resulta difícil gobernar sin el concurso de los medios de comunicación masiva. Esta participación, entendiendo a la democracia como el gobierno de la opinión, podría ser desfavorable o a favor del dirigente. Lo importante, sin duda, es que el político o el grupo gobernante cuenten con los canales de comunicación adecuados y que se transmitan información veraz y equilibrada. En este sentido, si no existen los canales informativos, se margina al ciudadano de saber "si son correctas o justas las decisiones que afectan a su vida cuando son tomadas por el grupo en el poder, tampoco podría conocer a sus gobernantes y menos aún realizar una democracia participativa". La Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión: Se puede afirmar que desde los orígenes de la radio y la televisión en el país se ha tenido un interés permanente por atender el funcionamiento de los medios de comunicación. No obstante, no había sido posible promulgar una ley que regulara integralmente la radio y la televisión venezolana. En la práctica eran los propietarios de los medios quienes imponían la normativa real de acuerdo con sus intereses comerciales. A pesar de esto, la Ley de 1940 y el Reglamento de 1941, pueden calificarse para la época, cuando todavía no había aparecido la televisión, como excelentes, teniendo en consideración que prefiguran situaciones futuras. En este sentido, la Ley de 1941, en su artículo 1, reservaba la exclusividad del Estado en el establecimiento y explotación de cualquier sistema de comunicación, lo mismo que su administración, inspección y vigilancia. De igual manera, el Estado, cuando lo juzgara conveniente, podría revocar las autorizaciones que haya concedido para el establecimiento de tales servicios, podía suspender e impedir las comunicaciones y la circulación de mensajes. Otras disposiciones de tipo operativo complementan esta soberana actitud principista consagrada en ese Reglamento. Así, por ejemplo, sólo se otorga permiso para operar radioemisoras a venezolanos, sólo se permiten capitales venezolanos para la explotación, se limitaba y reglamentaba el tiempo de la publicidad. Se establecía la defensa del idioma y de las costumbres, la reserva de tiempo gratuito para el Estado, el control sobre los contenidos dirigidos a la infancia y, sobre todo, la afirmación categórica del artículo 14: (Ley de Telecomunicaciones de 1.941) “... Sólo podrán otorgarse siempre que la concesión de estos permisos redundare en conveniencia, interés o beneficios público”. Es decir que la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, ratifica la injerencia del Estado en materia que legalmente y responsablemente le compete como se consagra en el artículo 156, numeral 28 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, que señala como competencia del Poder Público Nacional el régimen y la competencia del espectro radioeléctrico. Este es el contexto en donde llega al seno de la Asamblea Nacional, a través del Ministerio de Comunicación e Información, y de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), para su aprobación la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión a finales del 2004. La respuesta de los medios no tardó en manifestarse y era de esperar, volvieron a retomar su bandera de siempre. Tal cual se tratará de un viejo libreto de alguna telenovela del pasado. 2.4.- Fines. Desde este planteamiento, nuestros países necesitan expresarse en otros modos de significar, se necesitan medios de comunicación que contribuyan a construir espacios de diálogo entre los sujetos. Medios de comunicación difusores de otras experiencias, tradiciones y perspectivas explicativas de la vida que brinden significado a nuevos modos de grupos sociales, con mucho que decir al respecto, tales como los jóvenes, las mujeres, los grupos étnicos a través de la creación de políticas claras y coherentes que regulen el comportamiento, los contenidos y la propiedad de los medios de comunicación. Minci (Ministerio Popular para la Comunicación y la información) y Conatel (Comisión Nacional de telecomunicaciones) son los organismos encargados de dar coherencia y cumplimiento a la política de comunicación. Con la iniciativa del Estado en materia de información y comunicaciones, se han sentado las bases para nuevas formas de relaciones entre política, poder y comunicación, nuevos modelos de participación ciudadana y de democratización del poder, que incluye el poder comunicacional manifestado en dos ámbitos: en el espacio político y en el espacio radioeléctrico. Se abren posibilidades de creación de nuevos espacios públicos para la ciudadanización de la política y el quebrantamiento de la apropiación actual de esos espacios públicos por el poder más mediático. 3.- El Estado Venezolano y su Política Comunicacional. La definición de una política comunicacional necesita lineamientos claros procedentes de una concepción de la política, del pensamiento de democracia que se sustente. Los principios y valores que propugnan una política pública en materia de información y comunicación, serán los mismos fundamentos del modelo de democracia y consecuencialmente de su gobierno. Su puesta en acción posibilita la pluralidad necesaria en el ejercicio de los deberes y los derechos que amparan al ciudadano frente a las continuas violaciones a la libertad de recibir la información veraz y oportuna por parte de medios privados de comunicación y también de los medios orientados al servicio público. 3.1.- Construcción del Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia. Las funciones esenciales del Estado Social coinciden el Estado de Derecho, los pactos, tratados y convenios suscritos por Venezuela. Su finalidad radica en crear, conservar y comprometerse a materializar esos derechos para satisfacer las demandas y necesidades de sus habitantes para lograr el bienestar general. Por ello, la justicia, la educación, la salud, la seguridad social, el propender a un desarrollo integral de la sociedad y del individuo, el establecimiento y la protección de los derechos humanos, siendo funciones indelegables del Estado. Aquellas que pueden acometer con mayor eficacia y eficiencia en la medida en que podríamos decir que son inherentes a la persona humana, es decir funciones que cuadran al estado en virtud de los fines y medios que estén a su alcance, así como la mejor preparación de sus actores gubernamentales para ejecutar las tareas que la Constitución y las leyes de la República le emanan. Por lo tanto, el Estado Venezolano en tiempos de la modernidad, estimula a sus conciudadanos a fomentar el espíritu de solidaridad, responsabilidad y ponderación en sus acciones ante otros organismos que no se inscriben en la función social. En este sentido, el cumplimiento de su función debe avocarse a orientar y apuntalar a la sociedad hacia la protección de los derechos humanos. No basta establecer bases teóricas y leyes para el entendimiento de estos derechos, sino que debe ir más allá, hasta llegar a la función de educar, proteger, asistir y colaborar con aquellos ciudadanos y ciudadanas a quienes les han sido inculcados sus derechos humanos. El Estado social de derecho en nuestros días, tiene relación con el estado democrático, en efecto, el estado social de derecho ha experimentado las luchas ideológicas y políticas del siglo XIX. Sin embargo, este concepto fue desarrollado en el siglo XX. El nacimiento del concepto de Estado de Derecho según sus consecuencias es producto de las críticas a la ideología liberal, tal como se había impuesto a partir de la revolución burguesa, y a su expresión jurídico- constitucional, con las primeras Declaraciones de Derecho (Virginia de 1776 y la Declaración Francesa de 1789), y las constituciones, norteamericana de 1787 y revolucionaria francesas, a partir de 1791; es fundamentalmente desde la segunda mitad del siglo XIX que surge el cuestionamiento de la concepción liberal originaria. La transición desde la formalización o positivación del Estado de derecho, articulado al positivismo imperante desde el siglo XX hasta el presente, se identifica con la lógica formal (legalidad) producto de los actos parlamentarios en forma de ley, descartando las concepciones iusnaturalistas que le habían definido los paradigmas racionalista-iluministas. Al reinterpretar el concepto de Estado de Derecho, en éste concurre una gama de corrientes ideológicas, como el socialismo premarxista, la social democracia clásica, el catolicismo social, entre otras. Hacia 1949 el Estado Social de Derecho, es prescrito por la Constitución de la República Federal Alemana en su Art. 20 y 28. De ese modo, el Art. 20 consagra que la R.F.A (República Federal Alemana), es un Estado Federal, democrático y social. Es así como la Constitución de 1999, en el artículo 2 consagra que” Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. Esta constitución democrática compromete su existencia axiológica en el privilegio que le asigna a los derechos humanos como derechos fundamentales caracterizados por la universalidad de sus titulares. Esta doctrina ha venido a sustituir al Estado Liberal de derecho como estructura de la convivencia occidental, con un nuevo contenido Estado Social de Derecho, esta vez positivo de la libertad individual. El bienestar social y la realización de la justicia, en su más alto y cabal sentido, aparecen, junto a la planificación, como funciones del Estado. Y esto no es incompatible con el mantenimiento del principio del imperio de la ley. El Estado Social de Derecho se propone obtener la procura existencial a través de la llamada administración “Prestacional” su nota definitoria es lo social y sus objetivos se encaminan hacia el bien común y la participación justa en la riqueza social. El intervencionismo del Estado social de Derecho es positivo, el Estado social de derecho fomenta la racionalidad del proceso político-económico-social por medio del Plan. La idea de democratización debe incorporase al Estado de Derecho, además de ser usado como método de designación de gobernantes, debe materializarse en el seno de la sociedad, es decir, la democratización (democracia social), se convierte así en un componente indispensable de la nueva concepción del Estado de Derecho, el Estado Social de Derecho se transforma en un concepto más extenso, al incorporar en su interior otras líneas: política, ideológica, jurídica. En síntesis, el Estado es el garante de la satisfacción de las necesidades básicas para una vida digna (necesidades vitales) de todos los ciudadanos, independientemente de las formas y modos de su relación con la economía, más o menos intensa, directa o indirecta (se incluye también la privatización de las empresas industriales y de servicios) invariablemente es imprescindible salvaguardar el rol del Estado como última instancia de garantía de la ejecución de la procura existencial, gracias a la protección y fomento de los derechos sociales y económicos. Es fácil entender que el Estado Social de Derecho, es un concepto material, el cual demanda actos concretos o hechos sociales con contenidos valorativos en la praxis social, al asignarle obligaciones de hecho en el ámbito legislativo y administrativo. En la Constitución descansa la norma jurídica, por lo tanto, es el instrumento jurídico preeminente al que se remite como principio de base y razón de ser, en otras palabras, es el complejo normativo del Estado. Las transformaciones del Estado que muchos autores identifican como el Estado en crisis, exige un poder capaz de ejecutar con eficacia las reformas necesarias en donde ese Estado se desempeñe en su verdadero rol para la sociedad actual, en ese sentido, “a pesar que en el campo doctrinario algunos consideran inútil la expresión o la incorporación del Estado Social, por estar comprendido en el término democrático”. La incorporación de esta acepción “Estado Social” ya que fortalece el principio fundamental y la responsabilidad que tiene el Estado de brindar respuestas concretas y objetivas a la población en general, sobre asuntos que se vinculan con los elementos axiológicos que se han convertido en reconocimiento de esos derechos y que se incorporan a las normas jurídicas. Sin embargo, estos derechos como se dijo anteriormente son producto de las luchas y la búsqueda de esos derechos para el logro de reivindicaciones de tipo económico, social y político. En este sentido, el fortalecimiento del Estado Social de Derecho es fundamental para la plena inserción de los países a la comunidad de naciones del mundo, como para alcanzar la paz, proteger a la población, reforzar la legitimidad del Estado, alcanzar un desarrollo humano sostenible, y asegurar la eficacia de las políticas públicas en general. El Estado venezolano muestra fortalezas, representadas en la Constitución Bolivariana de Venezuela y la estabilidad democrática, en una legitimidad institucional reforzada en estos tiempos de dificultades, un aparato económico que ha resistido el embate de la corrupción, el despilfarro y lo más serio que antes de 1999 el Estado no había cumplido con los derechos sociales fundamentales. La construcción del Estado social de derecho y de justicia, que sea garante de la plena participación del pueblo venezolano en los espacios de decisión de lo público, constituye el fin último de esta delegación legislativa, que además contempla el fomento del elemento ético como valor de máxima consideración al normar el manejo de la cosa pública. 3.1.1.- Política Comunicacional como medio para impulsar la participación Ciudadana y el protagonismo del pueblo. (CRBV Art. 2, 57, 58, y 62). En el caso del gobierno del presidente Chávez, estos principios emanan de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a través del articulado que defiende y ofrece rango constitucional a la libertad de expresión, a la libertad de información, a la responsabilidad social de los medios de comunicación y a la responsabilidad de los periodistas frente a los ciudadanos, establecidos claramente en los artículos 57 y 58. La Constitución Bolivariana de Venezuela del año 1999, sirve de basamento legal, de soporte filosófico y ético con una profunda concepción democrática de la inclusión social plasmada en los programas públicos de orden educativo y tecnológico (Robinson I y Robinson II, en la Universidad Bolivariana de Venezuela, en la Misión Sucre, Misión Rivas, Misión Ciencias, Revolución energética). En las áreas de la salud están la Misión Barrio Adentro I y II, para contrarrestar la exclusión nació en 2003 la Misión Milagro, Misión José Gregorio Hernández. En inclusión de las mayorías excluidas y discriminadas (Misión Mercal, Misión Guaicaipuro, Misión Negra Matea, Misión Negra Hipólita, Madres del Barrio). La presencia de las denominadas misiones en los lugares más apartados y en los barrios más empobrecidos de toda la geografía nacional, ha contribuido no sólo en alcanzar el bienestar de las personas atendidas que ya en sí mismo representa un logro sino también se ha conquistado la cuestión clave de la real participación del ciudadano, en la organización de su comunidad para recibir el beneficio del programa, no como una dádiva, más bien como derecho propio. Sobre todo, con la creación de los Consejos Comunales. Estas iniciativas sociales hacia los más excluidos son programas para el cumplimiento de los derechos sociales establecidos constitucionalmente y han brindado al gobierno de presidente Chávez, un fuerte apoyo popular que explica la identificación del pueblo venezolano con el discurso político del proyecto de cambio social, tal como lo han planteado diversos autores nacionales e internacionales que han escrito al respecto (Méndez y Morales. 2005), (Ochoa Henríquez. 2008) (Márquez. 2007) (Romero. 2004). Es decir, una política comunicacional aporta una estructura representativa para que estos programas sociales sean objeto de debate público y los diferentes actores negocien sus intereses (el ciudadano, el Estado, los beneficiarios directos). El proyecto político y social en acto que hoy define la acción de gobierno en Venezuela, es una interesante apuesta de innovación en la política y en el ejercicio ciudadano que tiene como eje central la comunicación y su enorme potencial de emancipación cultural. Constitución de 1999, que en su artículo 2 dice: “Venezuela propugna como valor superior la responsabilidad social”, y en el artículo 57 establece: “Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones y hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión”. El artículo 58 expresa: “Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz. Así como a la rectificación cuando se vea afectada directamente por informaciones inexactas o agravantes. Los niños y adolescentes tienen derechos a recibir información adecuada para su desarrollo integral”. El artículo 62 dice: “Todos los ciudadanos tienen el derecho de participar libremente en asuntos públicos, directamente o por medio de su representante elegido y elegidas. La participación del pueblo en la formación, la ejecución y el control de la gestión pública.” En el actual ordenamiento jurídico se plantea desarrollar un nuevo tipo de sociedad, humanista, centrada en la libertad, igualdad y justicia social y construir un país soberano, con el desarrollo de la capacidad creadora de sus habitantes. Tales postulados están expresamente consagrados en la Constitución Bolivariana de Venezuela, cuando en su preámbulo y otros artículos, plantea redundar la República. Estos principios son desagregados en aspectos complementarios que se refieren a tópicos políticos, económicos y culturales. En el aspecto político, el art 62 define el ámbito de los derechos políticos: ...todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo... Por otra parte el art. 70 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, establece los medios para realizar la participación, tanto en el plano político como en lo social - económico: "Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, la iniciativa legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y económico, las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas , incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad". Estamos en un ESTADO DE DERECHO que reconoce la propiedad privada como lo emana la Constitución Bolivariana de Venezuela, pero al mismo tiempo, en la carta magna se consagra el ESTADO DE JUSTICIA donde debe prevalecer el bien común. Por ello el art 118, reivindica otra forma de participación en la producción y en la distribución de los beneficios: "Se reconoce el derecho de los trabajadores y de la comunidad para desarrollar asociaciones de carácter social y participativo como las cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas. Estas asociaciones podrán desarrollar cualquier tipo de actividad económica, de conformidad con la ley. La ley reconocerá las especificidades de estas organizaciones, en especial, las relativas al acto cooperativo, al trabajo asociado y su carácter generador de beneficios colectivos. El Estado promoverá y protegerá estas asociaciones destinadas a mejorar la economía popular y alternativa". Estos aspectos que se refieren al régimen de propiedad poseen una lectura en clave educativa, porque influyen en las concepciones sobre la formación para el trabajo, la educación técnica y el sistema de ciencia y tecnología en general. En tal sentido, la revolución cultural es intrínseca a las propuestas de cambio que estamos impulsando. En esta perspectiva del desarrollo cultural, se considera básica la defensa de nuestro acervo histórico y nuestras tradiciones, sin desconocer los aportes universales que han realizado otros pueblos o civilizaciones. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, específicamente las que se articulan con la microelectrónica (chips de memoria, informaciones digitalizadas, comunicación satelital), avanza aceleradamente el dominio de la computadora y de la televisión como instrumentos de comunicación. Por supuesto, en este caso no sólo se acelera la velocidad de circulación de las mercancías y se eleva la tasa de ganancia, sino que estas redes informáticas y televisivas, moldean la subjetividad del venezolano desde una óptica transcultural, imponen valores, forman representaciones estandarizadas y homogéneas como sutiles formas de dominación y de colonización: aquí cobran fuerza las tensiones antes aludidas, con graves implicaciones para la memoria colectiva y la identidad nacional. Frente a tales peligros, la política cultural que reivindicamos implica el enfrentamiento a esta manipulación propagandística y a la compulsión psicológica concretada en las campañas publicitarias dirigidas a inducir el consumismo, controlar el entretenimiento y la recreación. Estos criterios están refrendados constitucionalmente, cuando en los art 99 y 100 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, se indica: "Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará... El Estado garantizará la protección y preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histórica de la nación... "Las culturas populares constitutivas de la Venezolanidad gozan de atención especial, reconociéndose y respetándose la interculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas..." Promover estos criterios de política cultural, en el corto plazo significa redefinir la acción del Estado en este ámbito, y en tal sentido se propone: - Articular la acción cultural con los programas y proyectos educativos, que permitan el descubrimiento, defensa, preservación y fomento de la memoria histórica y el imaginario colectivo como pueblo. En esa dirección es esencial impulsar estrategias, que permitan darle contenidos culturales y educativos a la IV y en general, al conjunto de los medios de comunicación bajo la supervisión de una comisión creada para ello. - De esta manera, podemos revertir los efectos perversos de la industria cultural y emplear los adelantos tecnológicos y las innovaciones en el terreno comunicacional en función de un proyecto de cambio, que formen parte del proceso libertario. Construir espacios permanentes y facilitar las condiciones para la creación estética. De allí que la acción cultural del Estado y de la sociedad en su conjunto, no se puede remitir al eventismo, los subsidios y la difusión cultural, concebidas espasmódicamente como campañas, planes operativos o justificativos administrativos de los organismos culturales. - Fortalecer el movimiento cultural autónomo, que respete la libertad de creación y reconozca la complejidad de la labor artística. Por ejemplo, el Satélite Simón Bolívar, Venezuela que por primera vez incursiona de forma activa en la tecnología satelital, y lo hace como política pública con fines pacíficos y al servicio de los venezolanos. 3.1.2.- Medios Alternativos y/o Comunitarios. Con la llegada del Gobierno Revolucionario, el movimiento social representado por los medios alternativos y comunitarios experimentó un gran impulso que hoy día se traduce en la proliferación de centenares de televisoras, impresos, emisoras, páginas Web y otras manifestaciones nacidas de las entrañas del pueblo. Prácticamente no hay barriada, población o caserío venezolano, por muy apartado que se encuentre de las grandes ciudades, que no haya sido testigo del nacimiento de un medio destinado a facilitar la comunicación entre sus habitantes con los fines de enfrentar sus propios problemas, realidades, sueños y esperanzas. En la construcción del poder popular aún queda camino por recorrer. Sin embargo, cada vez son más los proyectos exitosos que apuntan en esa dirección y como ejemplo de la extraordinaria asociación entre comunidad y medio de comunicación describimos a continuación las experiencias de algunas televisoras comunitarias regionales que echaron raíces barrio adentro. - Camunare Rojo (Estado Yaracuy). Desde hace 4 años Camunare Rojo apoya y difunde las demandas, expectativas y propuestas del movimiento campesino, tradicionalmente excluido, del municipio Urachiche, estado Yaracuy. Uno de sus logros más emblemáticos fue el rescate del Fundo Aracal, cuyas tierras hoy productivas contribuyen con el deber constitucional del Estado de garantizar la soberanía y seguridad alimentarias de los venezolanos. Representa un claro ejemplo del papel vanguardista que ha tomado la mujer en la sociedad actual, pues se trata de un colectivo formado en su mayoría por féminas que han colaborado, adicionalmente, con la formación y capacitación técnica de los Consejos Comunales y misiones que hacen vida en la zona. Camunare Rojo ha sido galardonada con el Premio Regional de Periodismo Comunitario y Alternativo “José María Gil Gil”, mención Televisión otorgado por la Alcaldía de Urachiche del estado Yaracuy. - TV Petare (Estado Miranda). Desde el año 2005 TV Petare convive con los habitantes del Sector 3 de La Bombilla de Petare y barrios adyacentes del municipio Sucre del estado Miranda. Aunque aún están en período de adecuación técnica, dirigen desde el año pasado la Escuela de Formación de Productores audiovisuales comunitarios, con el apoyo de Fundayacucho, de la que se han graduado 40 productores comunitarios. Entre sus aportes, destacan la consolidación de un archivo de imágenes audiovisuales de los sucesos de abril de 2002, difundidas los días 12 y 13 por Catia TV, Vive y Venezolana de Televisión y que fueron clave para la salida del pueblo a las calles en defensa del rescate y restitución en el poder del ex presidente Hugo Chávez Frías. - Teletambores (Estado Aragua). Esta televisora que abarca el Municipio Francisco Linares Alcántara situado en la zona norte del estado Aragua, es representante venezolano del “Noticiero Internacional del Barrio”, proyecto internacional patrocinado por la Unión Europea en el que participan además de nuestro país, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Brasil y Ecuador. “Noticiero Internacional del Barrio” muestra las principales necesidades y requerimientos de las barriadas latinoamericanas, así como las posibles soluciones a sus problemas, además de difundir sus modos de vida, costumbres, quehaceres y contribución al desarrollo de la región. Es conocida la loable labor cumplida por Teletambores en apoyo a las protestas e iniciativas emprendidas por los trabajadores para la expropiación de la empresa papelera “Venepal”, situada en Morón, estado Carabobo. Actualmente, hacen seguimiento a la situación de los trabajadores de la empresa “Cerámicas Maracay”. Teletambores es la más antigua televisora comunitaria del estado Aragua y la segunda más antigua a nivel nacional, después de Catia TV. - TV Puerto (Estado Anzoátegui) TV Puerto ha ofrecido una valiosa colaboración a las iniciativas sociales emprendidas por el Gobierno Revolucionario del ex presidente Hugo Chávez Frías para acabar con la pobreza y la exclusión que aún oprime a algunas comunidades de la zona metropolitana de la capital anzoatiguense, que comprende Puerto La Cruz, Guanta, Lecherías y Barcelona. Ha recibido reconocimientos especiales del Batallón de Reserva de la comunidad por participar activamente y difundir sus actividades; la Misión Vuelvan Caras por involucrarse en el proceso formativo de los cooperativistas que comprende el adiestramiento, diseño, factibilidad, financiamiento y concreción de proyectos en diversas áreas productivas y del Instituto Nacional de la Juventud por apoyar proyectos destinados al bienestar y recreación de los jóvenes anzoatiguenses. TV Puerto es Premio Regional mención Medio de Comunicación Alternativo y Comunitario 2007. - Telecimarrón (Estado Miranda). El nombre y la función social desempeñada por esta televisora reivindican el papel histórico cumplido por los negros de la América Colonial que lograban escapar del yugo español. No es casual que sus fundadores sean descendientes de las primeras comunidades africanas asentadas en las parroquias de Caruao e Higuerote del estado Miranda y que hoy luchan para que sean reconocidos sus aportes al sincretismo cultural venezolano. De allí la importancia de llevar a la práctica el lema que pregonan: “la cultura como instrumento de resistencia” en el trabajo con las comunidades, en su mayoría rurales. Sus producciones audiovisuales van dirigidas a promocionar los atractivos turísticos de esta zona costeña. Entre sus principales logros destaca la consolidación de la llamada “Ruta Mirandina”, proyecto autosustentable para incentivar la visita de temporadistas al eje turístico conformado alrededor del río Guayabal durante temporadas altas y feriados. Igualmente, como aporte social a la comunidad de Guayabal resalta la rehabilitación de la escuela y el ambulatorio, la construcción de 20 viviendas y la instalación de una biblioteca virtual. Telecimarrón ha contribuido académicamente con la capacitación de numerosos productores audiovisuales comunitarios. - Catia TV (Distrito Capital). Catia TV, Televisora Comunitaria del Oeste de Caracas, es un canal de televisión creado y administrado por habitantes de las zonas populares de la ciudad. Nace en el Barrio Simón Rodríguez del sector Manicomio, en la parroquia La Pastora de Caracas por iniciativa de un colectivo que promovía y participaba en las actividades de la Casa de la Cultura Simón Rodríguez, del Cine Club Manicomio y del Centro de Cultura Cinematográfica Linterna Mágica. La historia de Catia TV estuvo muy vinculada a los intentos fallidos del oposicionismo y empresariado venezolano por derrocar al Gobierno del expresidente ya fallecido Hugo Chávez. La televisora inicia sus transmisiones en el año 2000, pero es el 30 de marzo de 2001 cuando inicia operaciones de forma legal. Estas transmisiones fueron interrumpidas el 11 de abril del 2002 durante el golpe de Estado. Después de la restitución del hilo constitucional, vuelve a reiniciar sus transmisiones hasta el 10 de Julio del año 2003, cuando el Alcalde Mayor de Caracas para ese entonces, Alfredo Peña, desaloja a la televisora de la sede en el hospital de Lídice. No es sino hasta el 11 de Julio del año 2004 cuando Catia TV inicia nuevamente sus transmisiones, con mayor alcance en la ciudad y desde una sede propia. Podemos ser vistos en la ciudad de Caracas en la frecuencia UHF por el canal 41. Actualmente esta estación de Televisión Abierta Comunitaria transmite 14 horas diarias todos los días, y cada vez es mayor el número de organizaciones de base que se acercan a Catia TV para realizar los talleres de formación, obedeciendo a una necesidad real de poder expresar la realidad, contada desde ellos mismos, sus protagonistas. Catia TV es Premio Nacional de Periodismo, Mención Especial, 2002 y Premio Nacional de Comunicación Alternativa y Comunitaria 2006. “La radio comunitaria es hoy día uno de los motores de cohesión ciudadana más importantes dentro de la esfera pública local, en donde grupos sociales específicos se informan, reflexionan, discuten, comparten problemas”. Ya antes en el año 2000, nació la Ley Orgánica de Telecomunicaciones (LOT), en la que se reconoce por primera vez en la legislación venezolana el término de emisoras comunitarias. El artículo segundo de la LOT establece como uno de los objetivos “promover y coadyuvar el ejercicio del derecho de las personas a establecer medios de radiodifusión sonora y televisión abierta comunitarias de servicio público sin fines de lucro, para el ejercicio de la comunicación libre y plural”. Desde entonces, se inició una serie de explosión de emisoras comunitarias en todo el territorio nacional. - Prensa Comunitaria Llegó la Hora del Poder Popular. Este medio, circula a nivel nacional y constituye el órgano de divulgación de la red nacional de los círculos bolivarianos. A estas medidas sobre emisoras comunitarias, le acompañan la creación de la red latinoamericana de noticias de TeleSur, de Vive Tv, de Tves y ANTV. Así se constituyó sólo una parte de las estrategias en el ámbito televisivo, adelantadas por el Gobierno nacional para contrarrestar el intercambio desigual y la globalización cultural. 3.2.- Alianzas estratégicas del Estado para la Integración (Telesur). (Telesur) Tecnología y comunicación entre Venezuela y Brasil, se tomaron en cuenta diversas áreas de mutuo interés, promoviéndose de esta manera una serie de documentos para la colaboración entre ambas naciones. Por esta razón, se firmó un Memorándum de Entendimiento para la cooperación en las áreas de ciencia y tecnología. Asimismo, se suscribirá un acuerdo bilateral para el área de comunicación e información. Específicamente lo contemplado en el documento que hace referencia a la cooperación comunicacional, Venezuela y Brasil se comprometieron al intercambio de información, análisis y pronósticos de los medios de comunicación social de ambos países. También la difusión de informaciones oficiales de ambos gobiernos, sus logros, actividades culturales, bellezas turísticas y aspectos históricos, así como también programas de divulgación científica, académica y universitaria, además del intercambio de contenidos que fortalezcan y enaltezcan las relaciones bilaterales. Telesur, canal de integración para los países latinoamericanos: Telesur canal de comunicación informativa, constituida como una sociedad multiestatal y conformada por una red de colaboradores provenientes de cada rincón del continente, nace de una evidente necesidad latinoamericana de contar con un medio que permita, a todos los habitantes de esta vasta región, difundir sus propios valores, divulgar su propia imagen, debatir sus propias ideas y transmitir sus propios contenidos, libre y equitativamente. Frente al discurso único sostenido por las grandes corporaciones, que deliberadamente niegan, coartan o ignoran el derecho a la información, se hace imprescindible una alternativa capaz de representar los principios fundamentales de un auténtico medio de comunicación: veracidad, justicia, respeto y solidaridad. Con base en Venezuela y con el propósito de desarrollar una nueva estrategia comunicacional para Latinoamérica, Telesur persigue como misión, promover el derecho a la información y asumir la veracidad como principio, estimulando así a las regiones suramericanas en la producción, promoción y difusión de contenidos propios de cada país, fomentando el reconocimiento del imaginario latinoamericano. Una señal de vocación social, que se constituya a un tiempo en memoria histórica y expresión cultural, es la visión de este novedoso canal, siendo además un lugar de encuentros y debates de ideas, compuesto por una programación tan diversa y plural como diversa es la población latinoamericana.