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EL PODER DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, SUS

FINES POLÍTICO-ELECTORALES E INTERESES


ECONÓMICOS EN BOLIVIA

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA EN LA SOCIEDAD

Después de los hechos ocurridos el pasado 11 de septiembre, el mundo


comprendió que se pueden inducir a los medios de comunicación como
mecanismos para legitimar decisiones de política internacional. El presidente
Busch, en su declarada guerra contra el terrorismo, logró que las principales
cadenas de televisión de su país repitieran de manera incansable las escenas de
horror producidas por el mayor atentado que sufría este país. Los sucesos de
aquel martes de tragedia le dieron a Busch un apoyo popular sin precedentes, su
gestión era calificada como una de las peores. Sin embargo, encontró excusa para
relanzar sus ideas imperiales, hoy es uno de los presidentes con mayor apoyo
público. Nada hubiese sido posible si los medios de comunicación no mostraban la
realidad que el líder americano necesitaba.

En la agitada Venezuela de Hugo Chávez, ciertos medios de comunicación,


emparentados con las posturas más conservadoras de su país, decidieron
sumarse activamente a la aventura golpista de Carmona. Allí los medios de
comunicación, vinculados a los sectores empresariales, mostraban una realidad
particular, decían que el pueblo lo había destituido, todo un “manejo” informativo,
tergiversado y manipulado que llegó a mostrar a los venezolanos que Chávez
había renunciado. Asimismo, estos medios continúan desinformando sobre las
cifras de crecimiento, pobreza, marginalidad y, en definitiva, toda variable
macroeconómica destinada a mellar la popularidad del repuesto presidente.
Cuanta mentira en periódicos, emisoras de radios y canales de televisión.

En Italia, Berlusconi, se ha erigido en gobernante plenipotenciario, a lo que varios


italianos lo han denominado como la época del resurgimiento del “neofascismo” o
régimen despótico, porque se caracteriza por el domino de la mayoría de los
medios de comunicación y la automática adquisición del poder político, por parte
de quien detenta el poder mediático, utilizando la desinformación como
instrumento fundamental.

En Bolivia los medios de comunicación, hasta cierto tiempo atrás, libraban una
batalla en solitario. El mayor objetivo no estaba en monopolizar la información, y
ganar la lucha por una esmirriada torta publicitaria, sino intentar ser “influenciable”
en la sociedad y en las instituciones públicas y privadas. Sin embargo, los tiempos
fueron cambiando al igual que los intereses de la mayoría de los medios de
comunicación asentados en el País, quiénes actualmente se han convertido en los
principales “manipuladores” de la información.

De esta manera, la historia se repite y los medios de comunicación “manipulan” la


información, la seleccionan y, finalmente, tergiversan para lograr ventajas de
índole económico y político.

1.2. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA SOCIO-POLÍTICO

El ejercicio del periodismo ha llegado a un punto crítico, porque las multimedia y


los grupos hegemónicos lo han convertido en un asunto meramente mercantil, “la
lógica de mercado prima en las salas de redacción, edición y locución “ (Rojas
2000: 32) y los gremios han sido incapaces de presentar alguna alternativa
adecuada.

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La actual estructura informativa deriva de un proceso político-hegemónico
conservador específico, emergente en la década de los ochenta que fracturó la
diversidad de las modalidades populares y plurales de comunicación e información
con sentido político popular, que caracterizaron el funcionamiento de la estructura
informativa anterior.

Este nuevo orden comunicacional, tuvo como rasgos el surgimiento de redes


privadas con fuertes tendencias a la concentración y adhesión ideológica al
Estado neoliberal constituido en 1.985. El establecimiento de varios medios de
comunicación, como las radios, los canales de televisión y los nuevos periódicos
hasta la década del noventa, consolidaron este proceso de liberalización y
manipulación de la información que tuvo en su base el apoyo al modelo
económico, la reducción de voces “disfuncionales”, rasgos monotemáticos y
monogenéricos, trivialización de la noticia y subordinación de la libertad de prensa
a la libertad de empresa.

Dice César Rojas:

Se ha impuesto una lógica informativa predominante donde no existe


condiciones para una prensa independiente ni para periodistas “éticos”,
pues la información en tanto mercancía está esencialmente sometida a las
leyes del mercado y no a otras reglas como podrían ser las derivadas de
criterios éticos. En esta dirección, la manera específica de la subsunción de
los medios por el proceso de reestructuración del capital en la década de los
ochenta y la lógica interna de funcionamiento explican de manera más
compleja la restricción de la capacidad crítica del periodismo en el país.
(2000: 43).

Posteriormente, las “multimedias”, convertidas en sociedades que manejan


canales, periódicos, radioemisoras, empresas mineras, ganadería, textiles,
permitieron a sus propietarios y a sus familias el acceso a los espacios públicos, a
sus riquezas y a la construcción de una historia personal que oculta el origen de
sus fortunas.

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La concentración de medios de comunicación social en pocas manos, puede
convertirse en una amenaza a la libertad de expresión, a la estabilidad del sistema
político y de la misma democracia. La experiencia de otros países muestra que
ello es más grave cuando esos dueños llegan desde otros campos: empresarios
acostumbrados a las tramas del poder y de las influencias, políticos que convierten
el acceso a los medios de comunicación en una palanca para conquistar
multitudes poco racionales.

En síntesis, una estructura informativa con múltiples conexiones posibilitó el


desarrollo de orientaciones periodísticas favorables al Estado y a tendencias
político-partidarias. Sin embargo, estos medios informativos, constituidos para el
lucro y la influencia ideológica, a través de la manipulación de la información,
pasaron a desarrollar otros tipos de participación política, debido a la crisis de
legitimidad del Estado neoliberal. De conductores de programas de comunicación,
creados como espacios de reproducción de la ideología estatal, pasaron a ser
actores políticos, cuya función es suplir abiertamente la creciente necesidad de
legitimación del sistema neoliberal en crisis.

Dentro este contexto, es importante mencionar el enfrentamiento Guiteras –


Garáfulic, fracciones del mismo poder, que derrumbó la creencia de que los
medios están en función de la sociedad, revelando que detrás de las multimedias
existen poderosas “mafias” que no tienen ningún problema en violar
flagrantemente los principios del periodismo.

Al respecto, Fernando Molina en su ensayo “¿Crisis del periodismo?”, sostiene:


“Un caso de presunta violencia familiar, demostró las articulaciones entre medios
de comunicación y poder y el verdadero origen de las fortunas de dueños de
medios” (2001: 21).

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Por otro lado, su rol ya no se limita a mantener informada a la sociedad ni a ser
una palestra donde se exponen ideas, opiniones y comentarios sobre los temas de
interés colectivo, sino que son una fuente de poder tan importante, pues muestra
hasta que punto los destinos de las personas, instituciones, sistema político,
democracia y de toda la sociedad, pueden resultar influidos por lo que hagan o
dejen de hacer, digan o dejen de decir los medios de comunicación.

Finalmente, la normatividad existente no regula efectivamente el trabajo de los


medios de comunicación y de los periodistas, constituyéndose simplemente en
enunciados líricos, frente a la manipulación oficiosa de la información.

1.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA CIENTÍFICO

Utilización del poder comunicacional para fines político-electorales y marcados


intereses económicos.

2. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

2.1. INTERÉS ACADÉMICO-CIENTÍFICO

Los politólogos, por la capacidad que tienen para teorizar las relaciones de poder,
tienen los elementos suficientes para ayudar a solucionar temas que están
relacionados con la coyuntura actual, cual es el accionar de los medios de
comunicación en el sistema político y en la sociedad.

Actualmente los medios de comunicación cumplen un rol influyente en el


funcionamiento del aparato estatal, convirtiéndose en objeto de estudio de la
Ciencia Política, lo que permitirá al cientista político, determinar hasta donde llega
ésta influencia mediática.

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Esta investigación plantea desentrañar las vinculaciones económico-políticas entre
medios de comunicación y poderes públicos, pues en la actualidad, los entes
comunicacionales se han constituido en una fuente de poder incontrolable, al
extremo de conceptuarse como “cuarto poder”.

2.2. INTERÉS PROFESIONAL

Como el futuro politólogo ocupará cargos en instituciones del Estado en condición


de asesor, consultor o responsable directo de un área específica, estará en
contacto permanente con los medios de comunicación, como ser la emisoras de
radio, canales de televisión y periódicos. He ahí el interés profesional, porque el
mismo polítólogo deberá desempeñar sus funciones con sabiduría y cautela en
caso de que se den controversias entre medios y poderes políticos, aportando
recomendaciones y soluciones respecto a esos problemas suscitados.

2.3. INTERÉS SOCIAL

La motivación social es suscitar una conciencia colectiva en la sociedad,


demostrando efectivamente que los bolivianos son “engañados” y “manipulados”
por una mayoría de los medios de comunicación, porque la información de interés
social que se emite, regularmente, a través de periódicos, canales de televisión y
radios, carecen de veracidad, imparcialidad y objetividad; y contrariamente tienden
a ser parcializados, sesgados, interesados y manipulados; por lo que la sociedad
en su conjunto debe convertirse en fiscalizador de los “fiscalizadores” del accionar
de las instituciones públicas para que no se cometan calumnias, injurias e
inclusive la pena de infamia, a través del poder comunicacional, mellando la
dignidad de las personas individuales y colectivas.

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3. OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN

3.1. OBJETIVO GENERAL

Determinar la utilización del poder comunicacional para fines político-electorales e


intereses económicos.

3.2. OBJETIVO ESPECÍFICOS

- Definir el poder.

- Explicar el poder comunicacional.

- Definir los medios de comunicación.

- Analizar la manipulación de la información por los medios de comunicación.

- Demostrar los fines político-electorales que persiguen los medios de


comunicación.

- Demostrar los intereses económicos que buscan los medios de


comunicación.

4. ALCANCE DE LA INVESTIGACIÓN

4.1. SOCIO ESPACIAL

El trabajo de investigación abarcará al conjunto de la sociedad boliviana, por el


alcance que tienen los medios de comunicación y su respectiva influencia en los

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ciudadanos bolivianos, a través de los diferentes espacios o programas
comunicacionales.

4.2. TEMPORAL

No tendrá límites en cuanto a temporalidad.

4.3. TEMÁTICO

El trabajo de investigación pretende constatar el rol influyente que cumplen los


medios de comunicación en los procesos políticos-electorales y la directa
obtención de réditos económicos.

5. PLANTEAMIENTO DE LA HIPÓTESIS

La utilización del poder comunicacional para fines político-electorales y marcados


intereses económicos refleja la subordinación de los medios de comunicación a
las directrices de estrategias partidistas, reduciendo su rol social, debilitando el
sistema político y la democracia boliviana.

5.1. VARIABLE INDEPENDIENTE

La utilización del poder comunicacional para fines político-electorales y marcados


intereses económicos.

5.2. VARIABLE DEPENDIENTE

La subordinación de los medios de comunicación a las directrices de estrategias


partidistas, que reducen su rol social, y debilitan el sistema político y la democracia
boliviana.

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6. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL

Para focalizar el objeto de investigación, desde el punto de vista de la Ciencia


Política, conviene definir la misma antes de realizar las consideraciones
respectivas.

Eduardo Andrade Sánchez, señala:

Ciencia Política es el estudio de la formación, obtención, ejercicio, distribución y


aceptación del poder publico; entendiendo por poder público el que permite
organizar autónomamente una colectividad determinada, la cual en nuestro tiempo
asume la forma que denominamos Estado (1990: 14).

“Ciencia Política es el conjunto de normas, procedimientos y organización formal


del sistema político y su impacto en la práctica política” (Marsh 1997: 19).

En un concepto propio: “Ciencia Política se ocupa del estudio de las relaciones de


poder”.

Una vez conocido, los alcances y objeto de estudio de la Ciencia Política, se


observa que el objeto de investigación, tiene nexos directos con el quehacer
político en la medida de que los procesos de comunicación y medios de
comunicación, al estar íntimamente relacionados con las instituciones públicas, el
funcionamiento e información de las actividades de los tres órganos de poder:
Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se convierte indirectamente en nuevo objeto de
estudio de la Ciencia Política por detentar un poder “propio” e “independiente” muy
influenciable no sólo en la esfera de los poderes públicos, sino en el conjunto de la
sociedad boliviana en general.

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El ejemplo más claro de la utilización del poder comunicacional para fines político-
electorales y marcados intereses económicos, se ha observado en las elecciones
nacionales del 30 de junio de 2002, en la que varios medios de comunicación oral,
escrito y televisivo, se alinearon abiertamente a candidaturas determinadas, al
extremo de manipular la información e influir en la decisión de voto de la población
y favorecer al candidato elegido por el medio de comunicación.

El marco teórico-conceptual en el que se circunscribirá el presente trabajo de


investigación es:

Teoría del poder: El estudio del poder es uno de los fenómenos más difundidos
en la vida social. Se puede decir que no existe prácticamente relación social en la
cual no está presente, de alguna manera, la influencia voluntaria de un individuo o
de un grupo sobre la conducta de otro individuo o grupo. Por ello no debe causar
sorpresa el hecho de que el concepto de poder haya sido empleado para
interpretar los más diversos aspectos de la sociedad: desde los pequeños grupos
hasta la empresa productiva, desde la familia hasta las relaciones entre las clases
sociales.

Sin embargo, el campo en el cual el poder adquiere el papel más importante es el


de la política, y en relación con los fenómenos políticos el poder ha sido
investigado y analizado con la mayor continuidad y riqueza de métodos y de
resultados.

Para Weber, las relaciones de mandato y obediencia más o menos continuas en el


tiempo, que se hallan típicamente en la relación política, tienden a basarse no
solamente en fundamentos materiales o en la pura costumbre de obedecer que
tienen los sometidos, sino también, y principalmente, en un específico fundamento
de legitimidad. “De este poder legítimo, que es frecuentemente designado con la

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palabra de “autoridad”, Weber individualizó tres tipos “puros”: el poder legal,
tradicional y carismático” (Bobbio 1995: 1198).

El poder legal, que es especialmente característico de la sociedad


moderna, se funda en la creencia y legitimidad de ordenamientos
estatuidos, que definen expresamente el papel del detentador de poder. La
fuente del poder es, pues, la “ley”, a la cual obedecen no sólo quienes
prestan obediencia, sino también el que manda. El aparato administrativo
del poder es el de la burocracia, con su estructura jerárquica de superiores y
de subordinados, en la cual las ordenes son impartidas por “funcionarios”
dotados de competencias específicas.

El poder tradicional, se basa en la creencia del carácter sacro del poder


existente “desde siempre”. La fuente del poder es, pues, la “tradición”, que
impone también vínculos al contenido de los mandatos que el “señor”
imparte a los “súbditos”. En el modelo más puro del poder tradicional, el
aparato administrativo es de tipo patriarcal, y está compuesto de
“servidores” ligados personalmente al señor.

El poder carismático, se basa en la sumisión efectiva a la persona del jefe


y al carácter sacro, la fuerza heroica, el valor ejemplar o la potencia del
espíritu o del discurso que lo distinguen de manera excepcional. La fuente
de poder se conecta con lo que es nuevo, que no ha existido jamás y por
ello el poder tiende a no soportar vínculos predeterminados. El que manda
es típicamente el “guía” y aquellos que le prestan obediencia son los
“discípulos” (Bobbio 1995: 1198-1199).

Actualmente, el poder es considerado como una de las variedades fundamentales


en todos los sectores de estudio de la política. Ello es válido, por ejemplo, para el
análisis de las burocracias y, más en general, de las organizaciones, donde la
estructura jerárquica, más o menos acentuada y las diversas formas que ella
puede asumir, ponen naturalmente en primer plano el fenómeno del poder.

La teoría de la comunicación: La Ciencia Política, entendida como instrumento


analítico, se ubica sobre todo en el centro de una teoría ad hoc: la teoría de las
comunicaciones. A la luz de éste esquema interpretativo particular de los
fenómenos políticos, la política se entiende como el conjunto de procesos de

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dirección y de coordinación de las actividades que se desarrollan dentro del
sistema social, para la consecución de los fines a los que tiende el sistema.

La comunicación política es, pues, para la cibernética, el conjunto de


mensajes que permite la formación de decisiones políticas. Según éste
concepto de comunicación, cualquier sistema caracterizado por un grado
relevante de organización, comunicación y control, independientemente de
la diversidad de los procesos particulares de transmisión de los mensajes y
de los modos en que se desarrollan sus funciones, se concibe como una red
de comunicaciones o mejor dicho como una de aprendizaje. De éste modo,
se entiende también el sistema político (Bobbio 1995:264).

Un modelo de comunicación, en su forma más simplificada, está compuesto por


un conjunto de dispositivos receptores, a través de los que se transmiten las
informaciones del ambiente externo y a los que competen además las operaciones
de selección de las informaciones y de interpretación de acuerdo con un código
apropiado, o conjunto de reglas interpretativas, que varía de un sistema a otro, y
que depende de los valores dominantes, de la calidad y del tipo de canales de
comunicación y, sobre todo, de los fines que el sistema político trata de alcanzar.

Posteriormente, la información, tratada de este modo, llega al centro de decisiones


que lo compara con los datos anteriormente memorizados: valores, expectativas,
recuerdo de experiencias semejantes, etc. Después de este proceso sigue el acto
fundamental para la vida del sistema político: la decisión.

Desde el punto de vista de la teoría de la comunicación, la decisión se concibe


como una manifestación del poder político. El poder político es esencialmente el
medio que permite a la voluntad del centro de decisiones llevar a la práctica las
decisiones suscitadas por la información externa.

La teoría de la comunicación política: Es el conjunto de los mensajes que


circulan en el interior de un sistema político, que condicionan su entera
actividad, desde la formación de las demandas hasta los procesos de
conversión a las respuestas del propio sistema. Metafóricamente, la

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comunicación puede concebirse como el “sistema nervioso” de toda unidad
política (Bobbio 1995: 263).

Tres orientaciones principales se han desarrollado en materia de comunicación


política:

La primera orientación, elaborada por la escuela estructural-funcionalista, es la


que trata a la comunicación como un aspecto importante aunque no esencial para
la comprensión de los procesos políticos.

La segunda orientación, es justamente la de aquellos autores que aplican


modelos cibernéticos al estudio de la política y que, por lo tanto, hacen de la
comunicación la unidad de análisis capital de su teoría.

Finalmente, la tercera orientación, que por un lado se conecta con las


investigaciones de la sociolingüística y por el otro a la sociología de las
comunicaciones de masa, está relacionada con las teorías que se concentran en
los efectos de un acceso desigual a los recursos de la comunicación sobre la
distribución del poder político entre los distintos grupos organizados.

En los sistemas políticos modernos, la comunicación política pasa, además, a


través de canales especializados: los medios de comunicación masiva. La calidad
de los mass media, el tipo de mensajes transmitidos, la frecuencia de los
mensajes mismos son determinantes para la formación de las actitudes de la
opinión pública y, por lo tanto, para el tipo de presiones ejercidas por esta última
sobre los centros de decisión del sistema político.

Las diferencias más relevantes de los flujos de comunicación, están relacionados


principalmente con el tipo de régimen político:

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En los regímenes democráticos, la comunicación tiende a ser continua entre la
élite y la opinión pública. Los mensajes parten de la élite a las masas con objeto
de solicitar el apoyo, como de las masas a la élite, aunque con mayor dificultad
con relación a los múltiples canales que transmiten la demanda política.

En los regímenes autoritarios, el flujo de comunicación es continuo entre las


élites y los círculos gobernantes. Y es igualmente continuo entre la élite y la masa
de los ciudadanos, en tanto que son escasos los canales que transmiten los
mensajes en dirección opuesta.

En los regímenes totalitarios, finalmente, la característica principal consiste en la


compacta cantidad de comunicación que fluye desde la élite hasta las masas.

Dice Norberto Bobbio:

Todos los aparatos humanos y tecnológicos controlados por los líderes se


emplean para obtener el máximo de apoyo popular y la máxima eficiencia.
El esfuerzo es continuo, coherente y eficaz. Naturalmente hay otros flujos
importantes: verticalmente (desde la base hasta el vértice) bajo la forma de
informaciones y de críticas moderadas y, horizontalmente, entre la élite y
los centros de decisión en la forma típica de todos los sistemas burocráticos
complejos. Pero el flujo dominante es el descendente (1.995: 264).

Partidos políticos: Según Weber, citado en el Diccionario Político de Bobbio, el


partido político es:

Una asociación dirigida a un fin liberado, ya sea éste objetivo como la realización
de un programa que tiene finalidades materiales o ideales, sea personal, es decir
tendiente a obtener beneficios, poder y honor para los jefes y seguidores, o si no
tendiente a todos estos fines al mismo tiempo (1995: 1153).

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Esta definición pone de relieve el carácter asociativo del poder, la naturaleza de su
accionar - que se dirige esencialmente a la conquista del poder político dentro de
una comunidad -, la multiplicidad de impulsos y motivaciones que conducen a una
acción política asociada, ni más ni menos que la realización de fines “objetivos” y
“personales”. Así concebido, el poder comprende formaciones sociales bastante
diversas, que van de los grupos unidos por vínculos personales y particulares a las
organizaciones complejas de estilo burocrático e impersonal, cuyo rasgo común es
el de moverse en la esfera del poder político.

Las asociaciones que pueden ser consideradas partidos en sentido estricto,


surgen cuando el sistema político ha logrado un grado determinado de autonomía
estructural, de complejidad interna y de división del trabajo que implican, por un
lado, un proceso de formación de las decisiones políticas en las que participan
más partes del sistema y, por el otro, que entre estos partidos estén
comprendidos, en principio o realmente, los representantes de aquellos a quienes
remiten las decisiones políticas. De aquí se sigue que en la noción del poder
entren todas aquellas organizaciones de la sociedad civil, que surgen en el
momento en el que se reconoce teóricamente o en la práctica al pueblo del
derecho de participar en la gestión del poder político.

En términos generales, puede decirse que el nacimiento y el desarrollo de los


partidos está vinculado al problema de la participación, es decir, al progresivo
aumento de la demanda de participar en el progreso de la formación de las
decisiones políticas por parte de clases y estratos diversos de la sociedad.

Esta demanda de participación se presenta de manera más intensa en los


momentos de grandes transformaciones económicas y sociales que trastornan la
estructura tradicional de la sociedad y amenazan con modificar sus relaciones de
poder: es en estas situaciones cuando surgen grupos más o menos grandes y
más o menos organizados que se proponen actuar por una ampliación de la

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gestión del poder político a sectores de la sociedad que anteriormente estaban
excluidos o que proponen una distinta estructuración política y social de la misma
sociedad.

Teoría de la manipulación: que indica toda una serie de relaciones


caracterizadas por una brecha muy marcada entre el carácter activo e intencional
de la intervención del manipulador, dirigida a transformar la conducta del
manipulado, y el carácter pasivo e inconsciente de la conducta resultante de éste
último. El manipulador trata al manipulado como si fuera una cosa: controla,
maniobra, plasma sus creencias y conductas, sin contar con el consentimiento o la
voluntad consciente de éste último. El manipulado, a su vez, ignora que es objeto
de manipulación: cree tener una determinada conducta según una opción propia,
cuando en realidad su opción es controlada desde la oscuridad por el manipulador
(Bobbio 1995: 922).

La manipulación de la información: Se tiene tres casos bien definidos:

La mentira, la importancia de la mentira en política, así como su eficacia con fines


de manipulación, esto es, para conseguir el consenso del público o de otros
actores políticos, han sido puestas de relieve y argumentadas por muchos
pensadores políticos clásicos, como Platón y Maquiavelo. En ésta época son bien
conocidas las falsedades empleadas despreocupadamente en la propaganda
política de innumerables gobiernos liberales-democráticos de América y el Mundo.

Dice Norberto Bobbio:

Entre los casos más conocidos que se han producido recientemente en los
países liberal-democráticos y que han tenido consecuencias de largo
alcance cabe destacar la resolución llamada del golfo de Tonquín, con la
cual el Congreso de Estados Unidos , basándose en falsas noticias acerca
de un ataque contra naves de guerra norteamericanas, concedió amplios

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poderes al presidente Jhonson en relación con la guerra de Vietnam (1995:
925).

La supresión de la información, es una segunda técnica general de


manipulación informativa. La supresión de la información no comporta la mentira:
simplemente no se hacen públicas determinadas noticias, interpretaciones o
valoraciones. En éste caso, la manipulación opera en la medida en que hay una
restricción de la base de los conocimientos, interpretaciones y valoraciones de que
pueden disponer los destinatarios de la información, y por consiguiente también
opera una restricción de las posibilidades de opción con la que se encuentran, ya
sea en términos de creencias o de conductas.

Las formas más comunes de supresión política de la información - como las


prácticas de control secreto y de censura política de los medios masivos de
comunicación e incluso de las comunicaciones privadas - tiene como objetivo
principal inhibir a la oposición.

El exceso de la información: La emisión incesante de múltiples informaciones y


de interpretaciones diversas o contradictorias puede saturar la capacidad de
recepción y de valoración del destinatario de los mensajes, empujándolo hacia una
actitud defensiva, de indiferencia o de limitación a una esfera de intereses más
cercanos. Este efecto ha sido puesto de relieve especialmente en las
investigaciones sobre los medios masivos de comunicación.

Político: Persona individual que ejecuta una actividad pública bajo premisas de
carácter político, que condiciona su actividad; también se designa a las personas
individuales que han profesionalizado su activismo político (Chanamé 1993:89).

Elecciones: La elección es un procedimiento que consiste en que los miembros


de una colectividad determinen, mediante la expresión libre de su voluntad, quién
o quiénes habrán de dirigirlos o representarlos. El método electivo es uno entre

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varios medios posibles para asumir la dirección o la representación de un grupo
(Chanamé 1993: 209).

En consecuencia, el trabajo de investigación girará en torno a esas


consideraciones teórico-conceptuales, las mismas que se contrastaran con la
realidad en las distintas etapas de estudio.

7. DISEÑO METODOLÓGICO

7.1. ENFOQUE METODOLÓGICO

El enfoque metodológico a ser utilizado en la presente investigación es el enfoque


positivista, un paradigma que permite iniciar la investigación a partir de un
problema focalizado en la realidad, la misma que va a ser estudiada en forma
fragmentada, a partir de variables para determinar regularidades en el proceso.

7.2. TIPO DE INVESTIGACIÓN

Se utilizará las investigaciones descriptivas y analíticas para estudiar el fenómeno


del poder de los medios de comunicación.

7.3. MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN

Se empleará los dos métodos: empírico y teórico en la investigación del problema,


utilizando la observación, el análisis, síntesis, la deducción y el método histórico.

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7.4. TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN

Para el análisis y relación de los argumentos propuestos, se utilizará las siguientes


técnicas de investigación: observación participativa, pasiva, directa e indirecta,
revisión de documentos políticos, entrevistas y lluvia de ideas.

7.5. FUENTES DE DATOS

Como fuentes, se accederá a libros, textos y revistas especializadas en el área a


investigar, bibliotecas, centros de documentación especializados, diccionarios,
periódicos, publicaciones científicas, internet y leyes.

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