Está en la página 1de 10

Tema 2 Variedades geográficas del español

2.1. VARIEDADES GEOGRÁFICAS DEL ESPAÑOL SEPTENTRIONAL


2.1.1. EL ESPAÑOL ACTUAL EN ESPAÑA. VARIEDADES DE LA LENGUA
Las personas que hablan una lengua constituyen una comunidad lingüística. No
obstante, los hablantes de ese idioma, se darán cuenta de que una misma lengua se
utiliza de manera diferente dependiendo de factores tales como el origen geográfico del
hablante, su estrato social, la situación comunicativa...

2.1.2. DISTINTOS TIPOS DE DIALECTOS DEL ESPAÑOL


Una vez impuesta la norma castellana en su zona de dominio, se van creando variedades
de la lengua que se van independizando relativamente entre sí. Por lo que se crean
dialectos.
Existen dos tipos de dialectos del español: los históricos o constitutivos y los modernos.
Los históricos son los que nacieron como dialectos del latín.
o Astur-leonés
o Navarro-aragonés
Estos gozaron de gran prestigio y extensión, pero fueron perdiendo pujanza en
beneficio del castellano y hoy en día sus dominios se reducen a pequeñas zonas.
Aunque se enseñan hoy en día en las escuelas (el aragonés y el asturiano).
Los modernos que son los nacidos directamente del español: andaluz, canario,
extremeño y murciano; y el español de América en América. De todos estos, (excepto el
español americano) el más pujante es el andaluz ya que se extiende a toda la mitad
meridional de España (aunque no quiere decir que en zonas como la nuestra hablemos
andaluz).

2.1.3. ESPAÑOL SEPTENTRIONAL Y ESPAÑOL MERIDIONAL


El español de España presenta varios tipos de variedades geográficas que dividen en dos
mitades el territorio: español septentrional y español meridional.
Español septentrional son variedades dialectales que abarcan la primitiva zona del
castellano, más los territorios hacia donde el castellano (con el paso del tiempo) fue
difundiéndose por factores socioeconómicos y políticos: parte del reino de León y parte
del reino de Aragón.
Además, esas modalidades hay que añadirles las variedades geográficas de las zonas
bilingües (Galicia, parte norte del País Vasco y Navarra, …) y las variedades geográficas
de las zonas en contacto con los dialectos históricos aún hablados del astur-leonés o
asturiano y el aragonés.
El español meridional son las variedades geográficas de la mitad sur de la península
(junto con Canarias), las cuales se incluye a los dialectos modernos.
La mitad meridional de la península ibérica constituye un área dialectal clara desde un
punto de vista fonológico. Se caracterizan por: el yeísmo o perdida de la distinción entre
“ll” o “y – consonante”; la elisión de la /d/ intervocálica y la asimilación, neutralización
y pérdida de las consonantes /d, s, r, l / en final de sílaba.

2.1.4. RASGOS DEL ESPAÑOL SEPTENTRIONAL


Como característica de la zona septentrional se puede constatar su tendencia al
inmovilismo, es decir, es más reacio a los cambios que el sur. Algunos rasgos de la zona
norte son, el hecho de tender a pronunciar la -d final de palabra como /θ/ o no
pronunciarla, el leísmo femenino (“A su tía le llaman la Flaca”), el abundante laísmo (“A
mi madre la dije que no me llamara”), el loísmo (“A mi padre lo dije que...”) o el uso
incorrecto del condicional: “Si lo tendría, te lo daría” (Si lo tuviera…”).
También hay que sumar le los diferentes influjos que recibe el español en las zonas
bilingües o en zonas de dominio de los dialectos históricos.

2.1.5. EL ESPAÑOL EN ZONAS BILINGÜES Y DE DIALECTOS HISTÓRICOS


El español, la lengua oficial de todo el territorio, convive con el catalán en Cataluña,
Valencia, Islas Baleares y el oriente de Aragón; el gallego (galego) en Galicia y zonas
limítrofes de Asturias, León y Zamora; y el vasco (euskera) en partes del País Vasco y de
Navarra.
En general, todos los hablantes bilingües transmiten rasgos articulatorios y prosódicos
(el “acento”) de su lengua materna al utilizar el castellano. Algunos rasgos específicos
de cada zona:
- Rasgos generales del español de los catalanes
o Realizar vocales átonas como “prublema” o “publema” por “problema”.
o Hacer la -d final como -t: “amistat”, “tranquilidat”
o Sesean, porque el sonido de la zeta no existe en catalán.
o Tienen dificultad para diferenciar usos entre “ir / venir” o “llevar / traer”,
porque esos verbos tienen distintos usos en catalán que en español.
o Usan la preposición “a” en lugar de “en”.
o Calcan estructuras catalanas, extrañas a los oídos del resto de los
españoles: “sacarse el jersey” (por “quitarse el jersey”)
o Tienen tendencia a usar el posesivo en vez del pronombre personal con
preposición en “delante de mí”, “encima tuya”, etc.
o Anteponen el artículo a los nombres propios: el Jordi.
o Propician el dequeísmo: “Siempre he pensado de que el Barça es mucho
mejor equipo que el Madrit”.
o Hacen que concuerde el verbo “haber”: “Habían tres bolis y ya no queda
ninguno”.

- Rasgos de los hablantes gallegos


o Tienden a cerrar las vocales finales.
o Tienden a sesean o a trasladar la “geada” gallega (pronunciación de “j”
por “g”) al español.
o Reducen los grupos consonánticos cultos (repugnante > repunante)
o No usan el preterito perfecto compuesto: no dicen “Esta mañana he visto
a Xosé” sino “Esta mañana vi a Xosé”).

- Características de los hablantes de vasco


o Alteraciones en el orden de la frase: Fresas compro para comer.
o Correspondencias verbales anómalas: ¡Ojalá llovería!
o Leísmo femenino: Los muchachos del barrio le llamaban loca.

- Rasgos de los hablantes asturianos


o Pronunciación -o y -e finales como -u y -i, respectivamente (“perru”,
“gatu”).
o Hacer los diminutivos en -ín, -ina.
o Construir artículo + posesivo + sustantivo (“la mi casa”)
o Usar “ye”, “yes” en lugar de “es”, “eres” (“Tú yes tontu, ho”)
o Uso de los verbos pronominales sin pronombre: “caí” por “me caí”,
“marcho” por “me marcho” y, el pretérito perfecto simple por el perfecto
compuesto (“Míralu, ya dio el primer pasín”).
o Evitan el pronombre personal átono al principio de la frase “Acuérdome
siempre se ti”.

- Generalidades de los hablantes de aragonés


o Entonación claramente ascendente y con tendencia a alargar la vocal
final.
o Evita el acento en posición esdrújula (“medico”).
o El sufijo dominante de diminutivo es -ico: bonico, pequeñico
o Se emplea mucho la conjunción “pues” (“¿Quieres merendar, pues”?
“Vámonos a tu casa, pues”).

2.2. VARIEDADES GEOGRÁFICAS DEL ESPAÑOL MERIDIONAL


EL ESPAÑOL DEL SUR: DIALECTOS MERIDIONALES O MODERNOS
El español ha ido evolucionando a través de su historia y ha generado unas diferencias
en las distintas zonas peninsulares y en Canarias. Se da el nombre de dialectos
meridionales o modernos a las modalidades surgidas a partir del s. XVI en el sur
peninsular. Estas modalidades comparten algunas características, todas ellas presentes
en el andaluz, (ya que es la modalidad dialectal con más pujanza). En el resto de
territorios ser (La Mancha, parte de Extremadura, Madrid, parte de Valencia castellana)
no se llega a hablar de dialectos o dialectos como tales, pero son también patentes los
rasgos comunes a las zonas dialectales.

Extremeño
Tiene claras influencias del andaluz y del castellano (por proximidad geográfica) y del
leonés (por repoblación). El andaluz influye en la zona de Badajoz, el leonés en la de
Cáceres y el castellano en todas partes (también se ha visto influencia del portugués en
algunas pequeñas localidades).
Características:
o Conservación de distinta pronunciación de “ll” e “y”.
o Neutralización de -r y -l finales: “sudol”, “sabol”
Lo que más característica de los hablantes de Extremadura es su tendencia a la
aspiración (casi desaparición) de muchos fonemas consonánticos finales.
En el noroccidental de la provincia de Cáceres se recoge la presencia de una
modalidad dialectal denominada fala extremeña. No es un dialecto del castellano y
no está muy claro su origen. La fala la habla unas 5.000 personas y esta
culturalmente protegido por la Junta de Extremadura.

Murciano
Llega a entrar a tierras de Albacete, Alicante, Jaén, Granada y Almería, y casi toda la
provincia de Murcia. De entre sus características destacamos:
o Diminutivo de origen aragonés -ico, que llega a convertirse en -iquio:
“parariquio”.
o Desaparición de la aspiración de la -s final, y para señalar el plural abren
mucho la vocal anterior.
o Suelen neutralizar los sonidos -l- y -r-: “arto”, “olol” (alto, olor).
o Presencia de interfijos nasales (-n-): “muncho”, “lenjos”.

Andaluz
Las fronteras del andañuz quedan definidas por una serie de características
meridionales comunes a todas las variedades dialectales del sur peninsular y de
Canarias: el yeísmo o confusión del sonido de la ll- con el de la y- consonántica;
relajación de la -s final de sílaba, que se aspira o asimila al sonido siguiente;
trueque de -l- y -r- ; relajación hasta la elisión de los sonidos sonoros
intervocálicos (dedo>deo; tirado>tirao; sonido>sonío; tiene(s)>*tiee(s)>tie(s);
migaja>miaja...), pero no todas estas peculiaridades se dan en todas las zonas de
Andalucía.
Dentro de Andalucía se suelen establecer dos amplias zonas: la occidental (desde
Málaga hasta Huelva) y la oriental (desde Córdoba hasta Almería), que coinciden
con la zona que no distingue entre singular y plural (la occidental) y la que
distingue singular y plural por la abertura mayor o menor de la vocal final (la
oriental).
Dar rasgos generales que caractericen al andaluz sería algo tal vez demasiado
prolijo, hacer hincapié en lo que más o menos todo el mundo conoce sobre este
dialecto: existe seseo, ceceo, aspiran muchos fonemas, es generalizado el
yeísmo, etc.
Encontramos rasgos como los siguientes:
1. Rasgos aceptados, con cierta difusión en el español general:
- Yeísmo: Consiste en la pronunciación de "ll" como "y": /aniyo/ por /anillo/
- Relajación y pérdida de -d- intervocálica: /sentao/ por /sentado/
2. Rasgos aceptados por la norma culta andaluza:
- Seseo: Pronunciación de la "c" ("z") como "s": /sapato/ por /zapato/
- Aspiración de la "j": /empuhón/ por /empujón/
- Aspiración y/o pérdida de la -s en posición final de sílaba: /mih amigo/ por /mis
amigos/
- Reducción y asimilación de grupos consonánticos: /dinnamente/ por
/dignamente/
- Relajación y pérdida de determinadas consonantes finales: /papé/ por /papel/,
/verdá/ por /verdad/
- Abertura de vocales, especialmente la /e/. Este fenómeno está extendido en
toda Andalucía Oriental y se hace especialmente patente en las palabras que
están en plural, compensando así la pérdida de la /-s/: /loh papele/ por /los
papeles/
3. Rasgos de valoración intermedia:
- Ceceo: pronunciación de la "s" como "z": /aciento/ por /asiento/. En algunos
casos, el ceceo se convierte en "heheo", cuando la -s- intervocálica se aspira:
/nohotro/ por /nosotros/. Este fenómeno tiene una consideración muy baja
entre hablantes cultos.
- Neutralización de r/l en posición final de sílaba: /mi arma/ por /mi alma/
- Reducciones del tipo /mu/ (/muy/), /pa/ (/para/), /ca/ (/casa/)
- Pronunciación africada de la "ch": /mushasho/ por /muchacho/)
En el léxico, Andalucía conserva bastantes arcaísmos (“aterminarse” (decidirse),
“atacarse” (remeterse la camisa), miga (guardería infantil) y numerosos arabismos y
mozarabismos que no son comunes en el resto de España: “cenacho” (espuerta, en
Málaga), “chiquero”, “alpechín”, “gazpacho” ...

Canario
El castellano llega a Canarias en la s. XV. La repoblación de las islas se llevó a cabo
desde Andalucía, por lo que este dialecto participa de las características
fundamentales del andaluz: seseo, asimilación de -s- al sonido consonántico
siguiente, neutralización de -l- y -r-... y, como en el andaluz occidental, ha perdido el
“vosotros” en favor del “ustedes”. En algunas islas, detrás de –ch– introducen un
elemento vocálico –y–, haciendo, por tanto, “lechye”, “nochye” (por “leche”,
“noche”). También es muy común el uso de “haber” como personal: “Habían muchas
personas” (por “había muchas personas”). Y también es significativo el uso de léxico
de origen de sustrato guanche (primitivos pobladores indígenas de las islas cuya
lengua desapareció con su cultura): baifo (cabrito), gofio (harina de cereal tostado),
guirre (tipo de ave de presa), goro (corral de piedras) …

2.3. EL ESPAÑOL EN EL MUNDO COMO LENGUA MATERNA, OFICIAL,


APRENDIDA… EL SEFARDÍ.
Hay un total de 580 millones de personas que hablan español en el mundo, el 7,6% de
la población mundial. De ellos, 483 millones son hispanohablantes nativos, lo que
convierte al español en la segunda lengua materna del mundo. Además, lo estudian casi
22 millones de personas en no países. Es la lengua en el cómputo global de hablantes
después del inglés y del chino.

SITUACIÓN DEL ESPAÑOL EN EL MUNDO


A parte de hablar español en España y América también se habla en Filipinas (pero solo
un 5% de la población) junto al ingles y al tagalo; también en África como Guinea
Ecuatorial y en Oriente Próximo y zonas balcánicas.
El numero de estudiantes que estudian español en el mundo supera los 22.000.000,
repartidos por 100 países. Es la lengua más estudiada de los EEUU y la más demandada
en Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Canadá o Nueva Zelanda.
La presencia del español en el Sáhara Occidental entre 1884 hasta 1976 ha convertido a
esta lengua en el segundo idioma de la RASD (Republica Árabe Saharaui Democrática):
cientos de miles de saharauis tienen el español como segunda lengua, forma parte de la
administración de la RASD y es elemento cultural para los saharauis, pero cada vez son
menos los programas emitidos en español por la televisión y radios públicas.
Este esfuerzo de las autoridades saharauis se lleva a cabo gracias a ayudas recibidas de
diferentes asociaciones, ya que el gobierno español no da ningún apoyo.
EL JUDEO ESPAÑOL O SEFARDÍ
Desde el s. XIV los enfrentamientos entre cristianos y judíos fueron constantes, pero se
agrava terriblemente con las persecuciones de la Inquisición y la promulgación de
decretos adversos a los judíos, este proceso terminó en 1492 con la expulsión de los
judíos, muchos de ellos se refugiaron en Portugal, pero el rey portugués los expulsó y se
dispersaron dos direcciones: Países Bajos y norte de África. En Países Bajos siguieron su
diáspora por Italia y el Imperio turco, donde fundaron comunidades crecientes en
numero y poder, donde conservaron el idioma como una reliquia. En el s. XX tras el
exterminio nazi perjudicó la población y muchos sefardíes emigraron al estado de Israel
donde su lengua aun hoy en día goza de rango oficial; otros se establecieron en América
(principalmente en EEUU y zonas suramericanas).
El español de estas comunidades judías se ve influido esencialmente por dos hechos de
especial importancia: queda aislado de la evolución que sigue la lengua en la Península
y recoge tendencias de diferentes regiones.
Algunos rasgos de este dialecto son:
- Mantenimiento de la f- final inicial latina en algunas zonas (farina>farina
–en español “harina”-)
- Mantenimiento del grupo -mb- (palomba>palomba –en español,
“paloma”-)
- Cierre de las finales -o, -e en -u, -i respectivamente (gatu, nochi –en
español, “gato”, “noche”-)
- Conservación del artículo ante el posesivo (la mi casa, los mis fiyos –en
español, “mi casa”, “mis hijos”)
- Yeísmo, que llega incluso a la eliminación del fonema
(castillo>castiyo>castío)
Se calcula que hay acerca de 1.500.000 hablantes de judeoespañol en el mundo.

EL ESPAÑOL EN FILIPINAS
El español fue el primer idioma oficial de Filipinas desde la llegada de los españoles en
1595 y llego a ser la lingua franca del país hasta principios del siglo XX. La Primera
República Filipina fundada en 1899 eligió el español como idioma oficial. El español
mantuvo su estatus oficial (junto con el inglés y el tagalo o tagalog) hasta 1973. El
predominio del castellano sobre el inglés se prolonga en un constante declive hasta
aproximadamente el final de la Segunda Guerra Mundial, por lo que el español pierde
relevancia.
Aunque hay excepciones, se considera que la generación nacida en la postguerra
mundial la ultima generación hispanohablante. Se estima que entre unos 3.000.000 y
5.000.000 de personas hablan en español en las Filipinas. También hay que señalar que
el español en Filipinas ha generado una modalidad criolla de cierta importancia: el
chabacano, hablado tanto en ciertas islas filipinas como en otras de Malasia.

EL ESPAÑOL EN GUINEA ECUATORIAL


El español es la lengua de casi todos los ecuatoguineanos, excepto en la mayoría de los
países del África subsahariana donde sólo en las áreas urbanas es frecuente el
conocimiento de las lenguas de las expotencias colonias.
El español es lengua oficial, junto con el francés y el portugués, y las autóctonas como
el bubi y el fangue, de Guinea Ecuatorial.
Como característica propia es llamativo el escaso uso del subjuntivo que hacen los
hablantes ecuatoguineanos. Como peculiaridades fonéticas, son frecuentes la confusión
entre –r- y –rr-, que hace que, para estos hablantes, palabras como “caro” y “carro” o
“para” y “parra” sean homófonas, o el acercamiento de la pronunciación de la –d- y la –
r- (que hace que palabras como “moro” y “modo” o “cada” y “cara” suenen casi igual).

2.4. EL ESPAÑOL DE AMÉRICA


En América es donde se encuentran el 90% de los hablantes del español. América es un
inmenso territorio marcado por la diversidad en el que más de 400 millones de personas
y diecinueve países tienen el español como lengua oficial. En muchas ocasiones el idioma
esta en contacto con otras lenguas pertenecientes a culturas precolombinas como el
quechua en Bolivia o el guaraní en Paraguay; el portugués con Brasil limita Venezuela,
Colombia, Perú… o con el inglés americano, especialmente presente en Méjico por su
prolongada frontera. También se habla en varios estados de los EE.UU. como Nuevo
Méjico, Florida, California, Texas o Nueva York.

DOMINIO DEL ESPAÑOL EN AMÉRICA. CAUSAS DE SUS DIFERENCIAS CON EL DE


ESPAÑA
El español se habla en casi la totalidad del territorio americano, en los países llamados
hispanoamericanos. A partir del Descubrimiento (en 1492) el español se extiende por
casi todo este nuevo continente. Pero este idioma presenta, con respecto al de la
Península, características especiales:
- La lengua llevada por los colonizadores era el español preclásico, todavía
no suficientemente normativizado;
- La colonización partió de Sevilla y llevó a América la norma sevillana, que
afecta fundamentalmente a la fonética;
- Las lenguas indígenas existentes antes de la llegada de los españoles son
las responsables (influyen por sustrato) de la mayoría de las diferencias
que hay entre el español de la Península y el de América (y de las
diferencias que hay entre el español de las distintas zonas americanas
entre sí). Estas diferencias se aprecian, sobre todo, en el léxico. Entre las
distintas zonas se observan diferencias en el plano léxico como ocurre en
los siguientes casos: autobús (España) es guagua (Cuba), micro (Chile),
buseta (Colombia), colectivo (Argentina), camión (México); cazadora
(España) es chamarra (México).
En algunas repúblicas americanas, las lenguas indígenas coexisten con la lengua oficial
(el español), pero sólo en Paraguay el español comparte cooficialidad con una lengua
indígena: el guaraní. El náhuatl en México, el quechua en Perú o el aimara en Bolivia son
reconocidos como bienes culturales en sus países, y tienen posibilidades de sobrevivir,
pero la mayoría de las lenguas amerindias que se siguen hablando hoy están condenadas
a una rápida desaparición por desprestigio social entre los propios indígenas que las
hablan.

RASGOS MÁS CARACTERÍSTICOS DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA


Algunos de los rasgos más característicos del español americano son:
- Seseo y yeísmo,
- Aspiración o pérdida de la –s final de sílaba o palabra: /móhka/ por
/móska/ “mosca”,
- Trueque de –l– / –r–,
- Aspiración de la h- inicial proveniente de la f- latina: /h’ílo/ por /ílo/
“hilo”.
Todos estos rasgos los comparte con el andaluz.
En otros niveles lingüísticos, son destacables:
- El “voseo”, o uso de “vos” en lugar de “tú” (Argentina, Guatemala, El
Salvador y, junto con el “tú”, en Costa Rica, Chile, Ecuador, Colombia y
zona del interior de Venezuela). Para el plural, casi toda América usa
“ustedes” en lugar de “vosotros”, pero con el verbo en 2ª persona del
plural, y no en 3ª: “Ustedes tenéis la razón”,
- la conservación de gran cantidad de arcaísmos, desusados en la Península
(“catar” por “mirar”),
- en el área caribeña es habitual el orden objeto-sujeto-verbo en oraciones
interrogativas del tipo “¿qué tú quieres?” en vez del más habitual objeto-
verbo-sujeto
- la constante creación de neologismos por derivación (“sesionar”,
“exitoso”, “explosionar” ...),
- la abundancia de extranjerismos, fundamentalmente del inglés, pero
también del italiano, y del francés (“de lo last” –inglés–, “departamento”
–italiano–, “hacer nitin” –del inglés–, etc.),
- la abundantísima adverbialización del adjetivo (“que te vaya bonito” por
“que te vaya bien”),
- el escaso uso de la voz pasiva (aún mucho menor que en España),
- el casi desconocimiento del leísmo,
El léxico del español de América es inmenso; y es muy difícil determinar en qué
territorios se usan ciertos términos que no solemos usar en España. Ejemplos de estos
vocablos son: “carro” (coche), que está muy expandido por toda Hispanoamérica;
“departamento” (piso), “computadora” (ordenador) ... Muchos de estos vocablos son
conocidos como arcaísmos léxicos: son voces que no se usan ya en el español europeo,
como “pararse” (ponerse derecho, de pie), “cobija” (manta) o “enojarse” (enfadarse).
Otros son voces neológicas como “balear” o “balacear” (tirotear), “timbrar” (llamar al
timbre). También hay un gran número de voces cuyo origen son las lenguas amerindias:
México: “ejote” (vaina del frijol tierna), “elote” (maíz tierno); Venezuela: “catira”
(persona rubia, de tez blanca), “gafo” (estúpido, torpe); Argentina, Paraguay y Uruguay:
“morocho” (de piel morena), “gaucho” (campesino).

PRINCIPALES ZONAS DIALECTALES DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA


Dependiendo del investigador, se han llegado a establecer hasta veinte zonas dialectales
americanas, pero muy poco definidas y sin continuidad en los fenómenos lingüísticos.
Otras veces se habla tan sólo de dos variantes dialectales: las zonas bajas (costas e islas)
y las zonas altas (montaña y altiplanicie) dependiendo de si se debilitan los sonidos
vocálicos o los consonánticos. La clasificación dialectal más extendida suele hacerse
dividiendo la zona de dominio español en cinco grandes grupos: Antillana (las islas del
Caribe y las costas de Venezuela y Colombia), Mejicana (México, toda Centroamérica y
S-O de EE.UU.), Andina (interior de Venezuela, interior de Colombia, Perú, Bolivia,
Ecuador y N-O de Argentina), Chilena (Chile) y Rioplatense (Uruguay, Paraguay y resto
de Argentina). Todo esto viene a indicar que, a pesar de que el español de América no
es homogéneo resulta bastante difícil hablar de zonas dialectales americanas, dado que
los fenómenos lingüísticos se superponen unos a otros en el espacio con extensiones
muy distintas, sin llegar a conformar variedades dialectales bien definidas.
Por lo general, la norma americana sigue, en lo léxico-semántico y en lo morfosintáctico,
a la castellana, pero en lo fonético, la norma casi viene dictada por los usos de cada país.

También podría gustarte