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Decisiones de su plan de vida.


¿Qué son las manuales de funciones y procesos?

 El Manual de Funciones y Procedimientos es un instrumento administrativo que requiere


toda organización, el cual permita el mantenimiento de los recursos y controlar sus
actividades, mediante la emisión de
lineamientos y políticas de las empresas con
relación al giro propio de sus actividades, ya sea a
la producción de bienes o de servicios; este
documento enfoca principalmente a la
administración de los recursos humanos,
principal componente de la estructura
organizacional, ya que a través del
desempeño y aporte cotidiano en el trabajo, permitirá el cumplimiento de objetivos y
metas, así también, contribuyan al mejoramiento y desarrollo de la empresa. El Manual
de Funciones, es un instrumento de trabajo que emite un conjunto de normas y tareas
que deben realizar todos quienes conforman la empresa y que desarrollan actividades
específicas, en su elaboración debe estar basado de acuerdo a los respectivos
procedimientos, sistemas, normas y que resumen el establecimiento de guías y
orientaciones para desarrollar las rutinas o labores cotidianas. El Manual de funciones,
describe de manera básica las ocupaciones de los diferentes puestos, sin entrar en
detalles, ya que esto se trata específicamente en el manual de procedimientos
establecido para la empresa, se deben describir brevemente cada una de las funciones,
las responsabilidades básicas, los límites y la esencia del cargo. Además, incluye la
identificación del cargo, la dependencia a la que pertenece, el número de cargos y el
cargo de su jefe inmediato. Finalmente, se describe cuáles serían los requisitos del
perfil para cada uno de los cargos, para poder realizar una adecuada selección de
personal tomando en cuenta los estudios, experiencia y conocimientos. Con respecto, al
Manual de Procedimientos, se puede señalar que es un instrumento administrativo que
apoya el trabajo diario de las diferentes áreas de una empresa. Estos manuales
describen en forma sistemática, tanto las acciones como las operaciones que deben
seguirse para el adecuado funcionamiento de la empresa. Además, con los manuales
puede hacerse un seguimiento adecuado y secuencial de las actividades ya
establecidas en orden lógico y en un tiempo definido. Las ventajas de contar con
manuales de procedimientos, son de proporcionar apoyo a las diferentes actividades
que realizan de manera cotidiana en una empresa y también permite que se haga un
seguimiento secuencial de las tareas, además, es muy útil porque es un instrumento de
comunicación efectivo porque detalla de manera específica los pasos a seguir en el
cumplimiento de las funciones asignadas. Contar con un Manual de Procedimientos es
necesaria para la implementación de un Sistema de Control Interno, pues este manual
es uno de los elementos más eficaces para la toma de decisiones en la administración,
ya que facilitan el aprendizaje al personal respecto a sus funciones, permiten la
orientación precisa que requiere la acción humana en las unidades administrativas y en
el ámbito operativo o de ejecución de una manera clara y sencilla, de esta manera,
permita lograr las tareas que se le han asignado y también mejorar y orientar los
esfuerzos de un empleado. La elaboración, aplicación e implementación del Manual de
Funciones y Procedimientos, es fundamental en la estructura organizacional, ya que,
con esta herramienta se identifican los propósitos y necesidades de la empresa,
además, permita precisar las tareas, líneas de autoridad, determinar las
responsabilidades, evitar duplicidad de funciones, con el fin de lograr los objetivos
trazados por la organización de manera eficaz y eficiente. En conclusión, un Manual de
Funciones y Procedimientos, para su respectiva implementación debe estar
debidamente elaborado, pues este documento permite al empleado de la institución o
empresa, conocer de manera clara con respecto al cumplimiento de sus funciones, qué
debe hacer, cómo, cuándo y dónde debe hacerlo, conociendo también los recursos y
requisitos necesarios para cumplir una determinada tarea.
 El manual de procesos, también conocido como manual de procedimientos, es aquel
que permite que una empresa funcione de manera correcta, debido a que es donde se
establecen los estamentos, políticas, normas, reglamentos, sanciones y todo aquello
concerniente a la gestión de la organización.

Este manual debe estar escrito en un lenguaje


sencillo, llano y lógico. También debe
establecer estipulados aplicables para los
trabajadores y ser flexible, por si en
determinado momento hay que modificarlo de
acuerdo a nuevas políticas de la compañía.

Un punto importante es que esta guía debe ser leída por todo el personal de la
empresa, principalmente por aquellos que se reintegran a la institución y debe contener
básicamente: la misión, visión, valores, políticas, estrategias, principios, objetivos,
funciones y los productos o servicios.

Entre sus principales funciones podemos citar:

-El establecimiento de objetivos.

-La definición de políticas, guías, procedimientos y normas.

-La evaluación del sistema de organización.

-Las limitaciones de autoridad y responsabilidad.

-Las normas de protección y utilización de recursos.

-La aplicación de un sistema de méritos y sanciones para la administración de personal.

-La generación de recomendaciones.

-La creación de sistemas de información eficaces.

-El establecimiento de procedimientos y normas.


-La institución de métodos de control y evaluación de la gestión.

-El establecimiento de programas de inducción y capacitación de personal.

-La elaboración de sistemas de normas y trámites de los procedimientos.

Una empresa que no cuente con un manual de procesos, corre el riesgo de:

-Que se confundan las responsabilidades.

-Que no hayan reglas.

-Que no haya un control eficaz de las actividades.

-Que no haya un procedimiento establecido.

Por tanto, es importante que llegado el momento adecuado consideres y te permitas


contar con tu propio manual de procedimientos en tu empresa. Es una herramienta muy
útil y correctamente utilizada facilitará el crecimiento eficiente de tu compañía.

Diferencia de responsabilidades y funciones.

Las funciones describen las actividades esenciales del trabajo y las responsabilidades detallan


las tareas a realizar.

Constituyen la acción innata de la empresa en


general, representan los fines esenciales y básicos
que se pueden realizar para que la organización
exista y permanezca. Se define la función como un
agrupamiento de las principales unidades de trabajo. La
unión lógica de las actividades afines.

Las responsabilidades son, como su nombre lo indica, los


compromisos y obligaciones a las que usted debe dar respuesta por la función que ocupa.
Marca los ámbitos en los cuales usted es responsable de tomar decisiones, y generar las
acciones necesarias para que los resultados del trabajo se den, en tiempo y forma.

Asimismo, también es importante que para cada responsabilidad se establezca el grado


de autoridad fijado para dicho puesto. Para la adecuada asunción de una responsabilidad, se
vuelve crítico que quede claro cuál es el grado de autoridad que tiene para gestionar cada una
de las responsabilidades que le son propias.

Administración de conflictos

Como hemos observado, el conflicto puede surgir en cualquier


lugar incluido el trabajo. Sabiendo esto, es fundamental contar
con procedimientos y sistemas sólidos de administración de
conflictos para que los problemas se puedan resolver de manera
efectiva, minimizando las consecuencias negativas para su equipo. Si bien algunas disputas en
el lugar de trabajo son inevitables, no necesitan (y no deberían) tener efectos duraderos en su
organización.

La administración de conflictos significa abordar y comprender las disputas en el lugar de


trabajo de manera integral. Apreciamos que la prevención es ideal, pero que inevitablemente
habrá momentos en los que, como gerente, tendrá que intervenir y resolver conflictos. Cuando
esto sucede, es importante saber cómo evolucionan las disputas y cómo se pueden resolver de
manera efectiva.

 Pasos en la administración de conflictos

Si hay una disputa en curso, hay algunas cosas importantes que los empleadores pueden
hacer para garantizar que se maneje de manera rápida y profesional. Siga estos pasos para la
administración de conflictos, sin importar su organización sea pequeña, mediana o grande:

No lo ignores Como gerente, cuando haya un conflicto en su equipo, no solo espere que


desaparezca. Incluso si parece haberse resuelto por sí mismo, asegúrese de ser proactivo
sobre el bienestar de su personal. No necesita ser dominante ni optimista, pero como gerente,
debe crear un entorno seguro y productivo para su equipo. Tenga en cuenta también que
cualquier conflicto puede estar afectando a otros miembros del equipo, no solo a los que están
en el centro.

Despersonalizar Cuando llegue el momento de intervenir, asegúrese de abordar directamente


los problemas que causan frustración o tensión, y evite hablar sobre personas o personalidades
específicas. Concéntrese en soluciones positivas y resolución durante todo el proceso.
Cualquier política o documento oficial debería hacer eco de esto también.

Mediación independiente Si una disputa en el lugar de trabajo no puede ser resuelta solo por el
personal y los gerentes, se debe llamar a un mediador independiente, es decir, un mediador
calificado de fuera de su organización, para ayudarlo. Ayudarán a las partes en conflicto a
abordar sus preocupaciones, instándolos a escuchar y respetar el punto de vista del otro.

El objetivo de la mediación independiente es establecer un resultado mutuamente deseado.


También reduce la probabilidad de absentismo o la renuncia de un empleado, lo que puede ser
costoso y llevar mucho tiempo para los empleadores. Los mediadores también fomentan la
empatía y la perspectiva, potentes herramientas de gestión de conflictos que ayudan a lograr
soluciones duraderas y significativas para su equipo.

Adjudicación Cuando la mediación falla, es posible que deba buscar una solución para resolver
la disputa. Es preferible designar un organismo independiente que ambas partes acuerden que
tiene derecho a tomar una decisión vinculante.

La palabra conflicto está ligada al desacuerdo, la discordia, la divergencia, la discrepancia, la


controversia o el antagonismo. Existen varios tipos de conflictos: Conflicto interno y externo. El
interno (intrapersonal) incluye dilemas de orden personal.  El externo implica varios niveles
(interpersonal, intergrupal, intragrupal, interorganizacional, intraorganizacional).
El conflicto puede presentar tres niveles de gravedad:

Conflicto percibido: Es el llamado conflicto latente, percibido por las partes como conflicto en
potencia.

Conflicto experimentado: Cuando provoca sentimientos de hostilidad, ira, temor, desconfianza,


entre las dos partes.

Conflicto manifiesto: Se expresa y manifiesta a través del comportamiento o interferencia


activada o pasiva de una de las partes.

El estrés: Es un conjunto de reacciones físicas, químicas y mentales de la persona frente a


estímulos o elementos productores de estrés en el ambiente.

Seguridad en el trabajo: Incluye tres áreas principales de actividad: prevención de accidentes,


prevención de incendio y prevención de robos.

Administraciones de las emociones.

Las emociones, motor de acción

Aprende a regular las propias emociones, gestionarlas,


canalizarlas y positivarlas forma parte de la esencia de la
vida de las personas. Continuamente atribuimos
significados afectivos y emocionales a los sucesos que
nos rodean: personas, trabajo, conflictos...

Las emociones son un motor de acción y si nuestras


acciones marcan nuestro futuro, saber dirigirlas es
ciertamente un arte, el arte de vivir en positivo nuestra
emocionalidad de acuerdo a la vida que deseamos. 
La autogestión emocional es una de las competencias del
auto liderazgo consciente, que nos permite ser los
propios gestores de nuestro proyecto de vida.
Entrenarnos para afrontar emociones desfavorables o negativas y estimularnos con emociones
positivas son la clave para la construcción de nuestro bienestar. 
Comprender, enfrentar e integrar la gestión emocional en nuestra formación nos permitirá
disponer de herramientas fisiológicas, cognitivas y emocionales que nos ayuden a conseguir
este bienestar.

Inteligencia emocional.

La Inteligencia Emocional es uno de los conceptos


clave para comprender el rumbo que ha tomado la
psicología en las últimas décadas.

De un modelo preocupado fundamentalmente en los


trastornos mentales por un lado y por las capacidades de
razonamiento por el otro, se ha pasado a otro en el que se considera que las emociones son
algo intrínseco a nuestro comportamiento y actividad mental no patológica y que, por
consiguiente, son algo que debe ser estudiado para comprender cómo somos.

Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a entender de qué manera
podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en
nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Este aspecto de la dimensión
psicológica humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en
las estrategias de adaptación al medio que seguimos.

 Elementos de la Inteligencia Emocional

El gran teórico de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman,


señala que los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional son los
siguientes:

1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)

Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo nos influyen.


Es importante reconocer la manera en que nuestro estado anímico afecta a nuestro
comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles.
Mucha gente se sorprende de lo poco que se conocen a ellos mismos.

Por ejemplo, este aspecto nos puede ayudar a no tomar decisiones cuando estamos en un
estado psicológico poco equilibrado. Tanto si nos encontramos demasiado alegres y excitados,
como si estamos tristes y melancólicos, las decisiones que tomemos estarán mediadas por la
poca racionalidad. Así pues, lo mejor será esperar unas horas, o días, hasta que volvamos a
tener un estado mental relajado y sereno, con el que será más sencillo poder valorar la
situación y tomar decisiones mucho más racionales.

2. Autocontrol emocional (o autorregulación)

El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos o emociones,


para no dejarnos llevar por ellos ciegamente. Consiste en saber detectar las dinámicas
emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles son duraderas, así como en ser conscientes
de qué aspectos de una emoción podemos aprovechar y de qué manera podemos
relacionarnos con el entorno para restarle poder a otra que nos daña más de lo que nos
beneficia.

Por poner un ejemplo, no es raro que nos enfademos con nuestra pareja, pero si fuéramos
esclavos de la emoción del momento estaríamos continuamente actuando de forma
irresponsable o impulsiva, y luego nos arrepentiríamos. En cierto sentido, buena parte de la
regulación de las emociones consiste en saber gestionar nuestro foco de atención, de manera
que no se vuelva contra nosotros y nos sabotee.

Se ha observado que la capacidad de autocontrol está muy ligada a la habilidad a la hora de


utilizar el lenguaje: en muchos aspectos, saber gestionar adecuadamente las propias
emociones depende de encontrar narrativas que nos permitan priorizar más unos objetivos a
largo plazo que otros que tienen que ver con ceder a los impulsos de lo inmediato. Esto encaja
con el hecho de que la Inteligencia Emocional comparte tiene mucho en común con la
Inteligencia Verbal; tal y como se ha visto al analizar las puntuaciones en pruebas de
inteligencia de muchos individuos, ambos constructos psicológicos se solapan mucho.

3. Automotivación

Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y
establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este factor es
imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser
proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los imprevistos.

Gracias a la capacidad de motivarnos a nosotros mismos para llegar a las metas que
racionalmente sabemos que nos benefician, podemos dejar atrás aquellos obstáculos que solo
se fundamentan en la costumbre o el miedo injustificado a lo que puede pasar.

Además, la Inteligencia Emocional incluye nuestra habilidad a la hora de no ceder a las metas a
corto plazo que pueden llegar a eclipsar los objetivos a largo plazo, a pesar de que los
segundos fuesen mucho más importantes que los primeros si nos fueran ofrecidos también a
corto plazo (proyectos ambiciosos, planes de ganar mucha experiencia, etc.).

4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)

Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que


los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de forma no verbal. La
detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos que pueden expresar mediante signos
no estrictamente lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a
establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos relacionamos.

Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer paso para
comprender e identificarnos con las personas que los expresan. Las personas empáticas son
las que, en general, tienen mayores habilidades y competencias relacionadas con la IE.

5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)

Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad personal
e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño laboral. Y esto pasa por saber tratar y
comunicarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con
personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones; una de las claves de la Inteligencia
Emocional.

Y es que este tipo de inteligencia está muy relacionado con la Inteligencia Verbal, de manera
que, en parte, se solapan entre sí. Esto puede ser debido a que parte del modo en el que
experimentamos las emociones está mediado por nuestras relaciones sociales, y por nuestra
manera de comprender lo que dicen los demás.

Así, gracias a la Inteligencia Emocional vamos más allá de pensar en cómo nos hacen
sentirnos los demás, y tenemos en cuenta, además, que cualquier interacción entre seres
humanos se lleva a cabo en un contexto determinado: quizás si alguien ha hecho un
comentario despectivo sobre nosotros es porque siente envidia, o porque simplemente necesita
basar su influencia social en este tipo de comportamientos. En definitiva, la Inteligencia
Emocional nos ayuda a pensar en las causas que han desencadenado que otros se comporten
de un modo que nos hace sentirnos de un modo determinado, en vez de empezar pensando en
cómo nos sentimos y a partir de ahí decidir cómo reaccionaremos ante lo que otros digan o
hagan.

 ¿Por qué las empresas necesitan este tipo de inteligencia?

Hoy en día son muchas las corporaciones que invierten grandes sumas de dinero en formar a
sus empleados en Inteligencia Emocional. La razón de esta apuesta estriba en que las
empresas se han dado cuenta de que una de las claves del éxito comercial y de la venta de sus
productos radica en el grado en que sus trabajadores son capaces de reconocer y controlar sus
emociones, así como las de sus clientes.

Es casi impensable concebir un comercial de ventas que carezca de habilidades en el trato con
los clientes, un empresario sin motivación para la dirección de su compañía o un negociador
que no sepa capaz de controlar sus impulsos y emociones. Todo el conocimiento técnico
basado en la mejor relación entre estudios académicos y experiencia no será ninguna garantía
para estas personas, porque tarde o temprano malograrán operaciones económicas por un
deficiente conocimiento de sus emociones.

Intuición

La intuición es un concepto de la Teoría del


conocimiento aplicado también en
la epistemología que describe el que es directo e
inmediato, sin intervención de la deducción o
la razón (o razonamiento), siendo considerado
como evidente. Se cree que la percepción sensible
ofrece un conocimiento intuitivo de la realidad. De
la misma forma, el entendimiento tenía una
"intuición intelectual" capaz de conocer
la esencia de las cosas y sus diversas formas
mediante los conceptos.

En la Edad Moderna ha sido estudiado por los racionalistas, los empiristas, Kant y


el criticismo y la fenomenología.

No obstante lo anterior, poco a poco el problema de la intuición ha ido derivando desde el


campo de la especulación filosófica al campo de la ciencia positiva, siendo considerado más
bien un tema de investigación psicológica y neurológica.

Según algunas teorías psicológicas, se le llama intuición al conocimiento que no sigue un


camino racional para su construcción y formulación, y por lo tanto no puede explicarse o,
incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar ese conocimiento o información con
experiencias previas, pero por lo general es incapaz de explicar por qué llega a una
determinada conclusión o decisión. Las intuiciones suelen presentarse más frecuentemente
como reacciones emotivas repentinas a determinados
sucesos, percepciones o sensaciones que como pensamientos abstractos elaborados y muy
relacionados con las creencias e ideologías.

Cuando se habla de intuición o, popularmente, de “una corazonada”, generalmente se hace


alusión a la capacidad de percibir o conocer de inmediato algún aspecto de la realidad que nos
rodea, sin que en ello intervengan el raciocinio ni la capacidad deductiva.

Es decir, que las cosas intuidas son aquellas que se conocen a través de caminos no
racionales y a menudo no conscientes, que no puede explicarse ni verbalizarse siquiera. Por
eso, popularmente se las ha considerado como fruto de pensar “con el corazón” o en lugar de
con la cabeza, ya que en el imaginario tradicional la cabeza se asocia con las ideas, y el
corazón con los sentimientos o con el mundo de la subjetividad.

Sin embargo, el término intuición, proveniente del latín intuitio, “mirar hacia adentro”, aparece
en diversas jergas filosóficas y psicológicas, a menudo como equivalente
del conocimiento evidente. Fue objeto de estudio de los filósofos del racionalismo,
el empirismo y el criticismo, en la Edad Moderna, aunque en la actualidad es estudiada por
la psicología y la neurología. En el lenguaje popular suele emplearse como sinónimo de
presentimiento.

 Características de la intuición

La intuición se caracteriza, a grandes rasgos, por:

Es una forma de conocimiento inmediato, directo, en cuya adquisición no media


ningún razonamiento, ninguna deducción, y ningún acto consciente.

Puede ser comprendida como una forma de conciencia no crítica, o sea,


de percepción inconsciente del entorno.

La intuición se manifiesta de manera insospechada, y ofrece un conocimiento real, fáctico, de la


realidad.

Existen distintas explicaciones posibles para su existencia, pero en general se acepta como
una forma de conocimiento inconsciente que proviene de analizar el entorno o los patrones
previos de la experiencia, sin que jamás llegue a ser un pensamiento intencional.

Raciocinio

El raciocinio es un concepto que se vincula a la capacidad de raciocinar y a sus efectos. El


verbo raciocinar, por su parte, consiste en la utilización de la razón para producir conocimientos
y establecer un juicio.
El raciocinio, de este modo, se vincula a la inteligencia: el individuo coteja diferentes juicios
para formular uno nuevo, que deriva de los previos. Esto quiere decir que el raciocinio permite
producir conocimientos a través de la inducción o de la deducción.

 Características del raciocinio

Además de todo lo expuesto, tendríamos que subrayar la existencia de otra serie de


interesantes datos acerca del raciocinio, tales como estos:

-Cuenta con una estructura lógica, que se compone de antecedente, consiguiente y


consecuencia.
-El mismo requiere obligatoriamente la existencia de una ordenación lógica.
-Desde el punto de vista de que el que nos ocupa viene a ser una operación de tipo mental, nos
encontramos con el hecho de que es real y determinado.
-Para muchos estudiosos de la materia, el raciocinio se caracteriza por ser el acto en el que la
mente de una persona es capaz de pasar de lo conocido a lo desconocido. Para eso hace
utilización de todo los conocimientos que puede tener.
-Asimismo, estos expertos indican que el citado raciocinio se sustenta en dos leyes o principios
básicos: que un antecedente verdadero da lugar a un consiguiente verdadero y que un
antecedente verdadero viene a ser un conocimiento que también lo es.
-La argumentación en el raciocinio es la expresión externa del mismo.
-Se considera que este elemento que nos ocupa es el tercer pensamiento, pues primero surge
el estudio de la idea, luego el juicio y finalmente él.

Una de las cuestiones que permite el raciocinio es la comparación entre conceptos. Un


individuo puede escuchar dos posturas diferentes sobre un mismo tema, compararlas y sacar
una conclusión. Ese proceso será el que permita generar un nuevo conocimiento, diferente al
anterior.

Sentido común

Como sentido común se denomina el conjunto


de conocimientos, creencias y explicaciones,
fundamentados en la experiencia personal o la
sabiduría popular, que son compartidos por
una comunidad (familia, pueblo, nación), y que
son tenidos como prudentes, sensatos, lógicos
y válidos.

El sentido común se basa en la idea de


que hay una serie de principios, valores, pensamientos y comportamientos que son
compartidos por toda la sociedad y, en consecuencia, comunes a todos. Se compone de juicios
razonables o conclusiones prácticas, sin complicaciones, que permiten dotar de sentido o
lógica cualquier evento o hecho de nuestra vida cotidiana.
Como tal, surge espontáneamente en nuestro día a día, bien sea a partir de vivencias
personales, bien de experiencias compartidas. Asimismo, también es transmitido de generación
en generación en forma de principios y valores, tradiciones y creencias, máximas y refranes. El
sentido común es un conocimiento del que disponen todos los seres humanos. Se trata de un
conocimiento sobreentendido, que no está escrito en ninguna parte – en el que prácticamente
ni reparamos. Lo vamos adquiriendo de manera imperceptible, desde el día en que nacemos.
Comprende conceptos como “los animales no conducen” o “mi madre es mayor que yo”. Un
conocimiento al que los expertos recurren con frecuencia, incluso para ejecutar tareas en
dominios muy concretos y específicos. Este conocimiento de sentido común es algo que
aprendemos por experiencia y curiosidad, sin ser conscientes de ellos. Y el volumen de
conocimientos de este tipo que acumulamos a lo largo nuestras vidas es muy considerable.

El sentido común comprende normas escritas y no escritas. Nos permite manejarnos en las


más variadas situaciones con prudencia y sensatez. Nos ayuda a saber qué es más adecuado
decir o hacer en determinadas situaciones. De allí que no sea un pensamiento individual que
depende de cada quien, sino, al contrario, una especie de pensamiento colectivo, sin embargo,
puede variar de cultura en cultura.

Por sentido común se hacen o dejan de hacer muchas cosas. Por ejemplo, por sentido común
uno da el pésame a quien ha perdido a un familiar recientemente; por sentido común uno evita
caminar de noche por los lugares más peligrosos de una ciudad; por sentido común nos
abrigamos si hace frío o evitamos mojarnos si llueve; por sentido común saludamos al llegar y
nos despedimos al irnos, pues no hacerlo podría ser malinterpretado, entre otras muchas
cosas.

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