LA DOCENCIA COMO PROFESIÓN. TENSIONES Y DISCUSIONES ACTUALES.
Para comenzar a abordar el tema seleccionado se hace imprescindible resaltar el
hecho de que este se encuentra enmarcado dentro de las Ciencias de la Educación, considerando a estas como un conjunto de disciplinas que centran su interés en estudiar de forma científica diversos aspectos en los cuales se encuentra sumergida la educación. Dichas ciencias son: Sociología, la cual se encarga del estudio referido al ser humano dentro de un colectivo social y su forma de relacionarse con los mismos, por otro lado Psicología, quien se encuentra estudiando la forma de aprendizaje y el desarrollo del ser humano, Filosofía la cual realiza un estudio del fenómeno educativo y teorías que giran en torno a ello y Pedagogía siendo esta quien se encarga de la regularización de los aprendizajes. En esta ocasión la temática a abordar pertenece al Área de Pedagogía, la misma puede ser definida como una reflexión sistemática enfocada a la educación y el aprendizaje como fenómenos sociales donde se da una modificación de los individuos y grupos. En este tema se analizarán algunos aspectos importantes al respecto de nuestra profesión docente. Se verá que para comprender porque es como es nuestra profesión, debemos describir su evolución hasta llegar al perfil que tenemos en el presente. En estos días es necesario ubicar a los maestros junto al alumno, en el centro de proceso pedagógico, ya que la información de este último no puede separarse de la actuación y la concepción del maestro. Una educación que sea capaz de generar una cultura para la construcción de nuevas sociedades no puede ni podrá darse si no es en la co-construcción y en la co-creación que surge de la interacción entre quiénes dialogan en el espacio educativo cotidiano. Estamos en un momento en el que nuestro rol docente debe ser repensado y nuestro perfil se va modificando para dar respuestas a las necesidades de nuestro alumnado posmoderno, por lo cual se hace necesario recorrer primero las posturas que los docentes hemos tomado en las diferentes corrientes de las últimas décadas por qué todas ellas dejan herencia en lo que somos hoy. La escuela tradicional en en la cual el docente investido de saber transmitía a los niños esos conocimientos, daba clases magistrales y expositivas, impartiendo disciplina. El docente es la persona con el dominio en el tema y el estudiante es un ente pasivo que recibe en silencio, memoriza y repite sin espacio espacio para la reflexión porque saber ya está dado. Escuela nueva escolanovista progresiva desde la visión de la escuela nueva el niño debía mostrarse activo era valorado como protagonista de su proceso de aprendizaje se tomaban en cuenta sus intereses y la experiencia que había adquirido en su accionar en el medio. Se planifican muchas actividades que involucren a lo lúdico y el espacio amplio. No se otorga un papel privilegiado al docente, su papel es auxiliar del desarrollo libre y espontáneo del niño. Es en este momento de la escuela nueva que se da importancia a los procesos mentales y habilidades cognitivas, comienza a hablarse del aprender a aprender o aprender haciendo. Donde el maestro tendría que trabajar con un pequeño grupo de alumnos en un ambiente estimulante dotado de materiales didácticos. Pedagogía tecnicista al finalizar la primera mitad del siglo 20 la escuela nueva presentó señales visibles de decadencia. La pedagogía tecnicista se basaba en los principios de neutralidad científica, racionalidad, eficiencia y productividad. El sistema educativo debía volverse eficiente y operacional, el rol del docente era ocuparse de reforzar los aprendizajes para que el niño salga rápidamente distinto a cómo entró. Pedagogías críticas o progresistas un aspecto fundamental de esta tendencia es la propuesta de una transformación total del sistema escolar, convirtiendo al estudiante en el centro del sistema escolar alrededor de quién giran los procesos de la escuela. Consideran que la escuela se volvió cada vez más represora y discriminadora. El docente era el encargado de realizar una mediación para que el niño comprenda la realidad y se apropié de ella los métodos debían favorecer la correspondencia de los contenidos con los intereses de los alumnos para comprender la realidad. Crítica social de los contenidos de estas nuevas posturas el docente buscara despertar otras necesidades, acelerar y disciplinar los métodos de estudio, exigir el refuerzo del alumno y proponer contenidos modelos compatibles con su experiencia de vida. Década de los noventas las reformas educativas de los años 90 en América latina han tenido como característica común partir de 3 elementos sustantivos al pensar las relaciones entre educación y pobreza: en primer lugar nombrar el sujeto de educación como niño carente, en segundo lugar postular la necesidad de un nuevo modelo de atención escolar para atender a estos niños y por último concebir a los maestros como técnicos a los que se habrá que capacitar para trabajar El docente pasa a ser una especie de contenedor asistente social. El recorrido que se ha mencionado anteriormente nos permite comprender el porqué de las prácticas que hoy en día llevamos a cabo nuestras prácticas profesionales. La educación actual afronta múltiples retos, uno de ellos es dar respuesta a los profundos cambios sociales, económicos y culturales que se dan en la sociedad de la información, el maestro y el libro ya han dejado de ser los únicos medios a través de los cuales los niños reciben el conocimiento y aprenden. La televisión la computación y la navegación por internet ha irrumpido a pasos agigantados en las aulas y en los hogares. Estamos viviendo en una sociedad de la información en que el acceso a la información y su control y uso constituyen la clave para el desarrollo de las sociedades y el éxito de los individuos. En los últimos tiempos se ha cuestionado muchos aspectos se consideraban inamovibles. Se ha empezado a valorar la importancia del sujeto y la de su participación y por tanto la relevancia que adquiere en la educación el bagaje sociocultural. En la actualidad el contexto adquiere cada vez más importancia, la capacidad de adecuarse a él metodológicamente, la visión de la enseñanza no tanto técnica, como la transmisión de un conocimiento acabado y formal, sino más bien como un conocimiento de construcción y no inmutable se hace fundamental. Cómo rasgo característico de nuestra profesión se debe destacar hoy en día la capacidad reflexiva en grupo, pero no únicamente como aspecto de operativización técnica sino como proceso colectivo para regular las acciones y decisiones sobre la enseñanza ya que el mundo que nos envuelve se ha hecho cada vez más complejo y las dudas, la falta de certeza y la divergencia son aspectos consustanciales con los que debe convivir el profesional de la docencia. Esa creciente complejidad social y educativa de la educación debería provocar que la profesión docente se hiciera menos individualista y más colectiva, superando el punto de vista estrictamente individual aplicando el conocimiento profesional en el que la colaboración entre los compañeros está ausente. Ya no podemos entender la formación permanente únicamente como una actualización científica, pedagógica y cultural de los docentes sino sobre todo como el descubrimiento de la teoría para ordenarla fundamentarla, revisarla y destruirla si fuera preciso. La formación permanente debe ayudar a desarrollar un conocimiento profesional que permita evaluar la necesidad potencial y la calidad e innovación educativa que hay que introducir constantemente a las instituciones desarrollar destrezas básicas en el ámbito de las estrategias de enseñanza en un contexto determinado, de la planificación, del diagnóstico y de la evaluación, suministrar las competencias para ser capaces de modificar tareas educativas continuamente, en un intento de adaptación a la diversidad y el contexto del alumno, comprometerse con el medio social. Todo esto supone la formación permanente que se desarrolle procesos de indagación colaborativa para el desarrollo de la organización, en las personas de la comunidad educativa que la envuelve. Esa formación permanente se caracteriza por estar fundamentada en el futuro en diversos pilares o principios: Aprender continuamente de forma colaborativa, aprender mediante la reflexión individual y colectiva y la resolución de situaciones problemáticas de la práctica, elaborar proyectos de trabajo conjunto y vincularlos a la formación mediante estrategias de investigación-acción. La globalización ha implicado reformas a la educación a nivel mundial y nuestro país no es la excepción. Las necesidades actuales requieren que la educación responda al mismo ritmo de las transformaciones sociales y culturales, los ciudadanos del futuro deben ser formados para enfrentarse a una totalidad compleja y está debe orientarse a la formación de valores de un individuo capaz de enfrentarse a las distintas dificultades y resolver problemas de un ser más humano y con conciencia ambiental. La educación debe servir para promover el desarrollo humano, para mejorar y enriquecer la vida de todos los seres humanos. El ser humano es un fin en sí mismo y su desarrollo pleno cómo ser humano debe ser un objetivo esencial en todo proceso educativo. La convención de la UNESCO para la educación del siglo 21 propone la adopción del concepto de aprendizaje a lo largo de toda la vida como un principio guía para entrar al siglo 21 y se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. La idea de la educación a lo largo de toda la vida sugiere una interdependencia mayor entre la sociedad, la actividad económica de los sistemas educativos tanto formales como informales que permiten al individuo programar con mayor flexibilidad su curso de vida, aprovechar mayormente las oportunidades y posibilidades que se le presentan y facilitar en diferentes etapas de la vida el tránsito entre educación, trabajo y el ocio. El modelo de educación que ha prevalecido hasta ahora se ha centrado la descripción y explicación de los fenómenos de la realidad con el fin de generar la teoría que permita predecir su comportamiento por ello el objetivo de la escuela ha sido la adquisición de saberes que se definen desde su dimensión teórica, el aprendizaje se ha visto como resultado de un proceso de estímulo respuesta en el que tiene un papel preponderante el esfuerzo individual el estímulo de los textos y la acción de transmisión del docente sobre el alumno donde la enseñanza se ha centrado en los contenidos que llevan hacer muchas veces solo datos descriptivos singulares. El personal docente es un elemento esencial dentro de todo proceso de cambio, si se parte el hecho de que los maestros que estamos en las aulas actualmente, formados en el siglo pasado, somos lo que estamos educando a los individuos del nuevo siglo se podría vislumbrar una contradicción. Por lo tanto el papel del educador debe ser transformado, no se trata de perpetuar la idea de educador como un poseedor de conocimiento sino como aquel captiva situaciones de aprendizaje y el que en conjunto con los estudiantes explora y aprende. Aunando a lo anterior se requiere un cambio en la formación docente pues la visión se ha limitado a hacer un espacio solamente de capacitación profesional. Los retos que enfrenta la educación son muchos, plantear situaciones y llevarlas a cabo debe ser un esfuerzo social conjunto y coordinado. Algunas de las demandas que la sociedad le hace hoy a los docentes son las siguientes: Aportar a la formación ética de nuevas competencias para vivir una sociedad cambiante, asegurar la igualdad de oportunidades en la educación desde políticas y equidad, la formación de la ciudadanía para la democracia y una formación de calidad para participar en el desarrollo económico y la competitividad del país en un mundo cada vez más globalizado. Para concluir en el tema se han visto una evolución que ha tenido el rol docente en las diferentes corrientes pedagógicas y es importante conocerlas e identificar lo que heredamos de cada una de ellas y que se hacen presentes en nuestras prácticas cotidianas. Esa trayectoria histórica que fuimos analizando nos permite tomar conciencia que como docentes todos respondemos a diferentes tradiciones y tendencias educativas que tienen raíces históricas y constituyen verdaderas matrices del pensamiento y acción que orienta nuestras prácticas. La sociedad de hoy se plantea nuevamente la urgencia y necesidad de encontrar caminos posibles para una verdadera transformación. La educación así como las personas y las instituciones que la encarnan debe crear los marcos en los que estos nuevos paradigmas sean asumidos. En estos nuevos contextos de la responsabilidad de la educación del siglo 21 el educando debe continuar cómo un ser central en el proceso de la educación escolar, pero, de igual forma, el maestro debe convertirse en un profesional clave que se coloca junto al alumno en el centro de este proceso porque se vuelve en él cocreador, constructor y cogenerador de cultura. El programa educación inicial y primaria visualiza al docente como un intelectual transformador, como un profesional que ejerce el rol de manera crítica y reflexiva que se mira así mismo permanentemente para evaluar su intervención y reorientarla. Cumplir con estas premisas será sin duda el mejor modo de hacer el ejercicio ético de nuestro rol y estaremos dando mejor respuesta a las necesidades que el alumnado presenta en esta sociedad contemporánea y que recibimos en nuestras aulas. Como consecuencia de la reflexión sobre los temas que aquí se plantearon es que para este quinquenio se define como una de las políticas educativas diseñar establecer una política nacional docente que incluya la formación inicial el desarrollo de la carrera profesional así como las condiciones de trabajo. Finalizamos pensando qué es evidente que actualmente nos encontramos ante un escenario de cambios la educación es igualmente en la materia políticas docentes. Es notorio que la carrera docente es una pieza fundamental para el funcionamiento del sistema educativo que sus características resultan decisivos para la calidad de nuestra educación se subraya la necesidad de continuar reflexionando sobre la educación de forma global teniendo su objeto central de la educación a los estudiantes.
informe de lectura sobre: “Pineau, P. (1998). ¿Por qué triunfó la escuela? o la modernidad dijo: “Esto es educación”, y la escuela respondió: “Yo me ocupo”. En VV.AA. Modernidad y Educación. s/e, pp. 306-331.