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AUTOPOIESIS.
UNIVERSITARIO:
“HACERSE “SÍ MISMO”,
EN LA CIMA INTELECTUAL,
PARA BAJAR A SERVIR A LOS DEMÁS, DE
LA MANO DEL SEÑOR DE LA SALLE”.

(Texto borrador J. Alberto Silva Rivera/


Profesor universidad de la Salle Bogotá Versión No 4/ Febrero 2020)

Contenido
PRESENTACION 3
INTRODUCCION 6
AUTOPOIESIS UNA PALABRA ALQUILADA PARA APREHENDER LO HUMANO. 6
¿POR QUE MÁS AUTOPOIESIS? 8
PRIMERA PARTE 11
1.” HACERSE SÍ MISMO”: 11
IDENTIDAD: SER LO QUE SE DEBE SER. EL ASUNTO DEL SENTIDO VITAL 11
2. “TRAYECTAR LA VIDA A TRAVÉS DE PROYECTOS”. 14
2.1. LA VIDA ES TRAYECTO. 16
2
2.2. LA VIDA ES ITINERARIO… SE HACE EN PROYECTOS 18
2.3. DE PROYECTO EN PROYECTO LA VIDA CUMPLE SU IMPLACABLE TRAYECTO. 20
3. LA DINAMICA AUTOPOIETICA. 21
3.1. CALEIDOSCOPIO DE CONDICIONES Y POSIBILIDADES 22
4. LA JUVENTUD EN EL CONTEXTO DE LOS TRAYECTOS DE LA VIDA HUMANA 26
SEGUNDA PARTE: ESTANDO EN LA CIMA INTELECTUAL. EL ASUNTO DEL COMPROMISO
INTELECTUAL: 27
1. TRAS LA RUTA DE LOS SCHOLARIUM 27
2. LA UNIVERSIDAD COLOMBIANA: ITINERARIOS Y DESAFIOS 32
2.1. - LA UNIVERSIDAD MÁXIMA CREACIÓN DE LA CULTURA 32
2.2. ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE LA UNIVERSIDAD. 32
2.3. ITINERARIOS DE LA UNIVERSIDAD COLOMBIANA 33
2.4. RETOS DE LA UNIVERSIDAD. 35
A MODO DE CONCLUSIÓN. 37
3. ¿HACIA DONDE ENRUMBAR LA UNIVERSIDAD? 40
4. MÁS ALLÁ DE EDUCARSE FORMARSE. 43

PRESENTACION
Este escrito está pensado para los jóvenes que inician su proceso de formación
universitaria. La intensión básica es facilitar y acompañar una reflexión de lo que significa
ese estado vital al que acceden. A ese tiempo y proceso de formación universitaria
queremos referirnos con una expresión clave: AUTOPOIESIS, sin embargo, para dar una
perspectiva más especifica la hemos desglosado en una frase propositiva de lo que
entendemos es la tarea principal de quien ingresa a la universidad: “HACERSE “SÍ MISMO”,
EN LA CIMA INTELECTUAL, PARA BAJAR A SERVIR A LOS DEMÁS”.
Ante el suceso de tener unos jóvenes iniciándose en la vida universitaria, la mayoría con
sus mentes aún adormecidas, que llegan por la inercia del proceso cultural-educativo que
los pone allí, y, a los cuales corresponde hacerles entender que ese es un momento tan
trascendente del que de algún modo depende la continuidad, no solo de su evolución,
sino de la evolución de la especie, ¿con que expresión se les explica?. Esa clave, o palabra
angular con la que me encontré fue precisamente AUTOPOIESIS. De eso trata este
2 artículo, una lectura del quehacer universitario desde el sabor de la condición de seres
vivientes, la aventura de jugarse la trascendencia como individuo y como especie.

Este escrito, es una puesta en juego de ese arte de explicar que no es más que traducir lo
complicado y lo complejo a lo simple, echando mano de los lenguajes más diversos: del
científico, del literario, del filosófico, del mitológico- metafórico también, para hacer
comprensible la idea de la formación integral.

De hecho, el que un joven se pare en la puerta de una universidad, cuando lo hace a


conciencia, y grite a la vida “Estoy aquí porque Yo, quiero ser…..” es el acto definitivo de
la individualidad, es el grito de la unicidad y de la irrepetibilidad, voz de la creatividad, es
la asunción de la autonomía, es el acto de identidad más clara y más particular que alguien
puede hacer y no se puede desconocer. Y en total acuerdo con la idea de la autonomía de
los seres vivientes propuesta por Maturana y Varela, que de modo impactante nos tomó
en una primera lectura y una primera y muy incipiente reflexión (Silva R, 2015, pág. 97) y
en consonancia con ello, desde nuestra tarea como formadores, nos ha exigido una mayor
profundización de los planteamientos, con la ayuda de otros autores en un mosaico de
psicólogos, antropólogos, filósofos y otros: Viktor Frankl, Paul Ricoeur, Humberto
Maturana, Enrique Rojas, José Luis Meza, pretendemos ayudarle a entender las
implicaciones vitales, no tanto las académicas, las del proyecto de vida, las del sentido
vital que conlleva este acto.
La cultura actual, ese orden humano, ha establecido un tiempo de la vida de las personas
–aproximadamente entre los 16 y los 30 años- en el que se asiste con tiempo exclusivo a
instituciones culturales legitimadas para aprender de la vida, del mundo, de las ideas, de
los aparatos, de los sistemas, en fin, de lo que podría englobarse en el esquivo concepto
de “realidad”. Práctica que, digamos de paso resulta arbitraria a la naturaleza de los seres
humanos que somos aprendices permanentes; pero la realidad es esa: arbitrariamente se
dedica un tiempo de la vida al aprendizaje profesional. Y de cara a la tarea de aprender,
inmersos en la tarea académica, los humanos hemos descubierto además que no todo
termina allí en la instrucción, en el entrenamiento que se certifica como una idoneidad;
comprendemos que hay un asunto más profundo: el sentido vital, nos sentimos inmersos
en un remolino que no se detiene con el estudiar, ni el aprender, y también constatamos
que esa no es la forma ni la estrategia exclusiva y en casos la más adecuada para hallar la
razón del sentido de la vida, sino que allí subrepticiamente, al lado de las clases, de las
conferencias, emerge lo más importante: el sentido vital y la expresión de algo más
trascendente, para lo cual intuimos que no basta instruirse, sino que hay que “formar-se”
o darse forma, como un armarse.
La cultura no solo determina un tiempo, además, propone una ruta y un modo de
desarrollo en humanización: la racionalidad, empoderar la mente hacia lo que conocemos
como la ciencia, la técnica y con ello quizás hemos empezado por las flores y los frutos sin
haber anclado o sembrado la raíz. Esa incertidumbre es de lo primero que constata el
joven a las puertas del alma mater, de ella surgen un torrente de interrogantes evidentes
en la vida de los estudiantes que se inician en la universidad.
2 Aprovechemos para indicar, de paso, que han de ser el combustible de la llama encendida
en el templo de la sabiduría. Un ejemplo de esos cuestionamientos son el conjunto de
interrogantes que hemos definido como pregunta motivadora de la reflexión 1 :
Esa etapa, que se inicia, desde el acto de elección, “yo quiero ser…”, es el de
vocacionalización de la vida: transcurre de manera particular con una ocupación principal:
construyendo lo que da sentido a la vida, y no son precisamente los conocimientos; sino
las convicciones y posturas espirituales. Para entender esa dinámica se propone un
concepto que es la autopoiesis, traducida como formación de sí mismo. Obviamente hay
excepciones, fríamente calculadas y provocadas por el sistema, pues a las minorías
seleccionadas por su clase, su patrimonio, su renta les es asegurado ese proyecto que se
traduce en un cartón universitario y un ejercicio profesional; pero a las mayorías el
aprendizaje de la “realidad” le es dado frecuentemente a través de la experiencia y en la
alternancia del aprender y trabajar que es su vivir, especialmente a los jóvenes del campo;
sin embargo, para ambos ese aprender es la dinámica inobjetable.

Este libro, pretende dos propósitos: por un lado recoger y cerrar una serie de reflexiones
del autor generadas en el uso del texto colectivo “UNIVERSIDAD, LASALLISMO Y
PROYECTO DE VIDA" (Elizalde, Oscar, 2014), que durante más de cinco años sirvió de guía

1 En la universidad de la Salle, producto de una construcción grupal en el plan de asignatura al que quiere
responder este escrito propone un conjunto de interrogantes que referimos a modo de ejemplo:
- ¿Por qué escogí esta profesión? ¿Qué habilidades y capacidades tengo para considerar que tendré
éxito con mi elección?
- ¿Qué aspectos intelectuales, emocionales y prácticos fundamentan mi vocación?
- ¿Por qué elegí esta universidad?
En torno a su presencia en la universidad:
- ¿Qué espero de la Universidad? ¿Qué puede aportar la universidad para contribuir con la solución
de los principales problemas del país?
- Además de formarme en una profesión, ¿qué más puedo aprender y hacer en la universidad con
miras a mi formación integral?
- ¿Qué desafíos debe enfrentar hoy un egresado universitario?
En torno al compartir la mentalidad o ideología del lasallismo:
- ¿Por qué la propuesta pedagógica de La Salle tiene vigencia después de más de 300 años?
- ¿Qué retos tiene un universitario lasallista que le dan un plus sobre cualquier otro profesional de
otra institución de educación superior?
- ¿Qué valor puede tener para una sociedad el principio de trabajar juntos y por asociación?
Pero además casualmente y de modo fortuito acostumbrábamos a hacer un ejercicio de lectura y
comprensión del artículo del Dr Frankl “Diez tesis sobre la persona” y en el manejo de su comprensión lo
convertimos en preguntas que fueron significativas de la reflexión de los estudiantes durante varios
semestres, estas preguntas organizadas en nueve categorías correlacionadas con esas tesis, se convirtieron
en la base de la propuesta teórica relacionada con la autopoiesis.
para el trabajo de la cátedra de identidad institucional en la universidad de la Salle. Por
otro lado validar, ratificar y fortalecer los ejes de “proyecto de vida”, “universidad” y
“Lasallismo”, pero ahora haciendo una reflexión menos particular y más universal, ser
abrevadero no solo para los lasallistas sino para los jóvenes que inician su aventura de la
formación universitaria. Y por qué no, que sea un aporte de la universidad lasallista al
pensamiento universitario.
2
La estructura de este escrito va de una profundización del primer artículo (Silva R, 2015),
casi infantil sobre la formación como autopoiesis, colocada como Introducción y con el
poder del mismo concepto intentar abrir un boquete a las tres dinámicas que hemos ido
descubriendo claves para acompañar a los jóvenes: su identidad, su misión y su
proyección. Luego conservando la estructura del escrito de Elizalde y asimilando las
dinámicas a nuevos nombres desarrollamos las tres partes: identidad con la propuesta de
“hacerse si mismo”; misión con la propuesta de “estar en la cima del conocimiento” y se
cierra la obra con la dinámica de la proyección en la propuesta de “bajar a servir a los
demás. Para cada parte se han identificado unos núcleos que pueden ser recogidos en
palabras claves: IDENTIDAD, TRAYECTAR, ITINERARIO, en la segunda parte: UNIVERSIDAD,
SCHOLARIUM, FORMACIÓN INTEGRAL, y para el final: SER CUENCO, SERVIR Y LASALLISMO.
Para finalizar, a modo de anexo se coloca una parte para los lectores o estudiantes de
instituciones lasallistas: “DE LA MANO DEL SEÑOR DE LA SALLE” con la sugerencia de que
el Lasallismo es un estilo de vida.

INTRODUCCION
Pendiente de solicitar que la haga alquien de IDENTIAD,
AUTOPOIESIS UNA PALABRA ALQUILADA PARA APREHENDER LO HUMANO.

En el artículo de hace un quinquenio (Silva R, 2015) hay el intento, vigente aún en este
escrito, de traducir y ubicar esa experiencia vital de la vida universitaria en el contexto de
la gran tarea: responder por la vida como individuo, como comunidad y como especie. Se
pretendía un discurso que permitiera que al reconocer nuestra primerísima identidad, es
decir el que somos seres vivientes, entráramos en la comprensión de las lógicas que nos
rigen y de ahí ejercer control sobre desviaciones tales como, las que nos han llevado a
destruir nuestra esencia, todo nuestro entorno, nuestro hábitat, desarmonizar la
convivencia de la raza humana tan diversa por lo mismo individualizada, hasta el punto de
considerar que lo normal es la guerra y no la paz, y la amputación de la esperanza que
lleva a conformarnos con esta versión pobre de humanidad que se concreta en un
ejercicio profesional sin poder levantar la cara ni siquiera para reconocer a un creador.

Para intentar entender esa dinámica de la proposición: “HACERSE SÍ MISMO, EN LA CIMA


DE LA SABIDURIA, PARA BAJAR A SERVIR”, la hemos recogido en el término AUTOPOIESIS.
El poder entendernos como “unidades vivientes” está ligado a una cadena secuencial de
conceptos que Francisco Varela resume en la introducción de la obra “de máquinas y seres
vivos” (Varela, 2003) más o menos lo pone en estos términos: la autonomía es clave en la
caracterización de la unidad viviente, ésta no puede ser sobre elementos materiales; hay
que llegar a la configuración o pattern, desde la que se puede explicar que cada viviente es
un dinamismo de constitución de identidad que es en parte material, dinamismo o
proceso que es circular:
“…una red de producciones metabólicas que, entre otras cosas, produce una
membrana que hace posible la existencia misma de la red. Esta circularidad
fundamental es por lo tanto una autoproducción única de la unidad viviente a nivel
2 celular. El termino autopoiesis designa esta organización mínima de lo vivo”
(Varela, 2003, pág. 45).

Y también hacia el exterior, pues desde su identidad auto-producida, las interacciones de


la unidad viviente no solo son físico-químicas sino semióticas y por tanto implica la
interpretación, pues cada uno nos convertimos en un relato, en una historia por contar de
eso que nos pasa en nuestro ser interior, y porque no decirlo, la contemplación de su
misteriosidad. Y esa constitución identitaria del sujeto es lo que enfoca la evolución. Tesis
que está presente también, en otro autor del cual tomaremos elementos claves, Edgar
Morin (MORIN, 2001, págs. 129-140)

Sin embargo, nos encontramos con un serio escollo: y es que AUTOPOIESIS, además de ser
poco conocida es una expresión prestada, y con una advertencia muy seria:
“No puedo omitir aquí un comentario sobre otra dimensión de la expansión de la
idea de autopoiesis más allá de la biología hacia las ciencias humanas, donde ha
suscitado un interés inusitado. Pienso que en estos casos la autopoiesis aparece
jugando un rol metafórico, o más precisamente metonímico. […] dos modos de
transposición de la idea original: (1) una utilización literal o estricta de la idea, (2)
una utilización por continuidad. […] El uso de la autopoiesis por continuidad es
otro: se trata de tomar en serio el hecho de la autopoiesis busca poner la
autonomía del ser vivo en el centro de la caracterización de la biología, y abre al
mismo tiempo la posibilidad considerar los seres vivo como dotados de
capacidades interpretativas desde su mismo origen. Es decir, permite ver que el
fenómeno interpretativo es continuo desde el origen hasta su manifestación
humana” (Varela, 2003, págs. 51-52)

Nos es dada pero restringida y por tanto no se permite toda la anchura y largura que le
queremos dar. Sin embargo, desafiando y cuestionando esta advertencia de Francisco
Varela, quien seguramente diría que si ha de ser para lo que estamos intentando
proponer: el uso de la expresión para la comprensión de la caracterización de ese proceso
de conformación de un joven en profesional, desearíamos ser escuchados en la propuesta
de sugerir ese concepto para animar a los jóvenes que inician la formación universitaria a
lanzarse a una aventura: la de trascender la corta perspectiva social de ser mercaderes de
las necesidades de los otros al hacerse profesionales y apuntarle en la formación
profesional a una integración del ser personal, nos negaría la posibilidad de usar la
expresión -creada por él y por Humberto Maturana- quizás nos diría que se navegaríamos
en un estado metonímico y metafórico, pero vale la pena el intento.
Y aunque solo sea posible de modo analógico es nuestra apuesta, pues cuando en la
contemplación del crecer de un joven lo que aflora es precisamente esas dos notas
propuestas por el autor: autonomía e interpretación y efectivamente entendido así,
apelando a nuestra condición de educadores, por esa pequeña veta o licencia dada por el
autor, proponerles a los lectores que sean agentes de su autopoiesis, desde el más
primitivo sentido griego de la expresión,  αύτο, ποίησις [auto, poiesis], que hagan de su vida
2 la única poesía que sean capaces de hacer, la de su vida y profesión. Es incitarlos a
hacerse poietais de su existir, artistas desde su labor en contra del ordenamiento de una
cultura que los homogeniza y que los aliena en una función productiva abortando la
riqueza de ser únicos e irrepetibles.

Lo allí escrito plantea lo que, a nuestro modo de ver, son los postulados básicos:
1. A un sistema vivo lo define su organización, que más que sus propiedades lo que lo
determina y define es su dinámica organizativa.
2. El proceso de evolución imbricado en la fenomenología biológica ha ido apuntando
a asegurar la autonomía en dependencia de los seres.
3. En los sistemas vivos todo cambio está subordinado a la conservación de su
organización autopoietica.
4. La organización de unidades autopoietica queda definida por la concatenación
autopoietica de los procesos de regeneración de los procesos que las producen
5. Hay tres tipos de acciones-relaciones propias de la autopoiesis: constitutivas,
especificantes y jerarquizantes

Intentando no desvirtuar lo pensado y expresado por Varela, podría proponerse que, en


virtud de su condición autopoiética, cada joven que proclama su proyecto de hacerse
profesional, que no es otra cosa que abrirse a los demás desde su especificidad
intelectual, se constituye en lo que llamamos una unidad viviente que de modo muy
particular y desde la autonomía o capacidad de reconocerse único e irrepetible aborda la
misión de hacer aquello que tiene que hacer y que nadie más podrá hacer por él, para
beneficio de otros. Digámoslo de esta manera: es la célula de la sociedad que crea una
membrana propia para ser reconocido e incluido en el sistema social.

La conciencia de ese pensamiento en un joven es la que nos asegura su flow (MEZA, 2014,
pág. 149) , la certeza de que será “alguien” en la vida, y que su paso o trayecto obedeció a
un proyecto y que hemos de pararnos sobre su obra para avanzar como especie. Esto ha
de poner en alerta a aquellos que están en la universidad por eventualidades como el que
su familia les exige estar allí, pero no por una opción autónoma, y sospechamos que los
resultados no serán los mejores para él, para la comunidad, ni para la especie.

¿POR QUE MÁS AUTOPOIESIS?


Sin embargo, en la permanente reflexión posterior a ese escrito, llevados a la
constatación de una serie situaciones vitales, que imponen una ampliación del horizonte
de lo que es y significa la formación integral, se han hecho evidentes también la necesidad
de una serie de profundizaciones o énfasis tales como:
1- Desde la capacidad constante de los organismos vivos de recrearse, de formarse a sí
mismo, más aún en los organismos humanos, una capacidad de formarse a partir de
los retos del contexto. Nota que obviamente se liga con la de un aprendizaje
permanente, la de discernimiento.
2
2- La posibilidad abierta que tenemos de hacernos con lo que tenemos, con lo que
somos, que a diferencia de otros seres vivos nuestra dotación no es un limitante, sino
que se presenta como un potencial, como una energía acumulada de la cual se puede
hacer todo. Los organismos humanos más que de sus componentes dependen de las
relaciones e interacción de sus componentes.
3- La nota de individualidad, de unidad de cada organismo humano viviente, y que en lo
humano es una nota que se enlaza con conceptos como individuo, sujeto, persona,
autonomía, autarquía, lo cual conlleva para su comprensión conceptos como
historicidad, proyectividad y otros..
4- La indeterminación primaria o momentánea de los organismos vivientes, podemos
elegir lo que queramos, sin embargo, no podemos escapar a las consecuencias de
nuestras decisiones.
5- La imprescindibilidad de cada unidad viviente. En la conciencia de la comunitariedad
que no anula la individualidad, cada uno, en diferente grado se comprende como
“imprenscindible” para algo “común”.
6- La conciencia de que nuestro ser trasciende, de que nuestro destino no está limitado
por el tiempo y el espacio, que nuestra esencia está en algo inmaterial e intemporal
de nuestra condición provoca una teleología, que se expresa en su teleonomía propia
de los organismos vivientes humanos.
Estos énfasis o nuevos marcadores, aunque evidentes son desapercibidas en las
percepciones cotidianas y tradicionales y han de ser abarcadas e iluminadas en una nueva
comprensión, en la semilla de nuevos humanismos.

Con temor de haber tergiversado lo que los autores chilenos escriben, se busca apuntalar
y enriquecer con otra perspectiva, la del pensamiento filosófico, es una idea que ya de por
sí, aún en independencia, tiene sentido para el contexto de formación de los novatos de la
universidad. Tres notas claves para el discurso por el que hay que transitar son estas:
“… derivada etimológicamente del antiguo término griego ποιέω, que significa "crear". A
menudo se utiliza como un sufijo, como en los términos de la biología hematopoyesis y
eritropoyesis (la formación de células sanguíneas y la formación de glóbulos rojos
respectivamente). Hace, pues, referencia a eso que podríamos llamar la “ocurrencia”, que
entendemos cuando coloquialmente decimos “fulano de tal si tiene unas ocurrencias”, lo
que surge o emerge en él y lo definen en lo que es.
Además, esta palabra, es la raíz de nuestra moderna "poesía", en un principio era un
verbo, una acción que transforma y otorga continuidad al mundo. Ni producción técnica ni
creación en sentido romántico, el trabajo poiético reconcilia al pensamiento con la
materia y el tiempo, y a la persona con el mundo. El poietar es cercano a formar-se,
hacerse una poesía. Dejemos claro que hacerse humano, tiene un hondo sentido poiético
en tanto que el acto de darse forma (crear- se) es estético, buscamos que el producto de
2 lo que somos sea lo más bello que podamos hacer. En la soledad de nuestro trayectar
vamos como expedicionarios buscando lo mejor para adornar nuestra estatua.

Además, formar-se, se hace a partir de lo que uno tiene para ser lo que tiene que ser (esta
idea es expresada por Varela cuando propone la clausura operacional como concepto en
el sentido de que no da cabida a otra cosa, de modo coloquial decimos que no se esperan
peras de un olmo, o en lenguaje popular “nadie da de lo que no tiene”, “no se deja de ser
el que se es” y por más impresión que cause la posibilidad de ser “otro”, terminamos
siendo lo que cada uno ha de ser.

Existir es esencialmente un acto poiético producto de la fuerza interior de la vida o eros


que lucha contra tánatos en el ejercicio de la libertad humana. Así podría deducirse de lo
planteado por Platón en boca de Diotima al describir la lucha por la inmortalidad en
relación con la poiesis. En esta génesis hay un movimiento más allá del ciclo temporal de
nacimiento y decadencia. "Ese movimiento puede ocurrir en tres tipos de poiesis:
(1) natural a través de la procreación sexual,
(2) en la ciudad a través de la consecución de la fama heroica y, por último,
(3) en el alma mediante el cultivo de la virtud y el conocimiento."

Y es inevitable recurrir aquí a hacer una metáfora con lo que plantean los orientales
cuando dicen que se está maduro cuando se han realizado tres cosas: sembrado un árbol,
escrito un libro y tenido un hijo. Nada más parecido a lo que enfrentan los jóvenes: un
ejercicio profesional, una tesis de grado y la conformación de una familia como actos en
los que se proclama la independencia. O si se prefiere la dimensión de sujeto, de
comunidad y de especie. O las cuatro emergencias de las que suponemos genera la
educación cuando es un acto formativo: el sujeto cognocente, el sujeto político, el sujeto
afectivo que se enraízan en eso que llamamos el sujeto moral.

Solo para efecto de abrir los ojos de que AUTOPOIESIS se enclava en el asunto de la
relación formativa como una encrucijada de múltiples relaciones: viejas generaciones con
nuevas generaciones, aprendices y maestros, futuros y pasados, y muchas otras en las que
es imprescindible reconocer la poiesis (la formación) que actúa allí, voy a citar un trozo de
un poema de Humberto Maturana, en el que esto se hace evidente:

PLEGARIA DEL ESTUDIANTE


¿Por qué me impones lo que sabes
Si quiero yo aprender lo desconocido
Y ser fuente en mi propio descubrimiento?
El ruido de tu verdad es mi tragedia;
Tu sabiduría, mi negación;
Tu conquista, mi ausencia;
Tu hacer, mi destrucción.

No es la bomba lo que me mata;


El fusil hiere, mutila y acaba,
2
El gas envenena, aniquila y suprime
Pero la verdad seca mi boca,
Apaga mi pensamiento y niega mi poesía,
Me hace antes de ser.

No quiero la verdad, dame lo desconocido.


Déjame negarte al hacer mi mundo
Para que yo pueda también ser mi propia negación
Y a mi vez ser negado.
¿Cómo estar en lo nuevo
Sin abandonar lo presente?
NO ME INSTRUYAS, DEJAME VIVIR
Viviendo junto a mí;
Que mi riqueza comience
Donde tu acabas
Que tu muerte sea mi nacimiento”2

Y desde este poema se quiere expresar que autopoiesis en el sentido más simple y sencillo
es la condición de que cada quien hace con su vida lo que le da la gana y que los demás -
especialmente padres, maestros y formadores- simplemente entramos en ella cuando el
autor invita, algo así como in= hacia dentro, y vita= vida, hacerse parte de la vida. Cuando
éste quiere que el otro “viviendo junto a él” haga presencia respetuosa del sentido de esa
vida, es decir acompañe que es hacerse paño, pañuelo para soportar sus desgracias.
Impactado por la terrible responsabilidad que como padre y maestro tengo en la vida hoy
me reafirmo que cada quien es “una poesía” jamás escrita, quizás con las palabras de las
que están hechas todos los poemas, pero cada uno articulado, armado y tejido de modo
único e irrepetible, una poesía jamás recitada y que he de estar en sus vidas temiendo
romper el hechizo de esa vida que se abre como una mariposa.

PRIMERA PARTE: EL ASUNTO DEL SENTIDO VITAL


1.” HACERSE SÍ MISMO”:3
IDENTIDAD: SER LO QUE SE DEBE SER.

2 Poema escrito en 1972 y que aparece completo en la pagina 99-101 del libro “El sentido de lo humano”
3 Este capítulo, de algún modo reconstrucción de la tercera parte de la obra “Universidad, Lasallismo y
proyecto de vida” me he parado sobre los hombros de un gigante lasallista: José Luis Meza, y por eso su
capítulo “Vivir el presente…” Son la huella desde la que he trabajado, pero además aquí retome un escrito
de 2009, cuando se empezó a consolidar el tema en la Universidad de La Salle por su reestructuración
curricular y que circulo con el nombre de “trayectar la vida”
Ipseidad, mismidad, idion, self, identidad, subjetividad, individualidad y otras, son
expresiones con las que seguramente no estamos tan familiarizados; sin embargo en el
lenguaje cotidiano reiteradamente escuchamos y nos escuchamos usando la expresión
“mí mismo”, “sí mismo” para referirnos a acciones que parten de nosotros y que van
dirigidas a nosotros mismos, que tienen un agente y un destinatario en uno mismo; en las
que se involucra una conciencia reflexiva de sì misma. Esas expresiones son usadas por los
2 filósofos y los psicólogos con tonalidades variadas, pero con un tinte común: el dinamismo
que nos permite ser humanos, el ergon, tarea o trabajo definitorio de los humanos. Son
las palabras que usamos para indicar que nos hacemos humanos como una tarea en
soledad, en independencia, en autonomía, pero en contexto, acompañados,
contextualizados y por eso creemos que autopoiesis es la apropiada para señalar la acción
de un joven en la universidad. Es lo que ocurre en ese capullo en el que de gusanos
emergemos al mundo como hermosas y únicas mariposas, o del desorden de palabras
caprichosamente adoquinadas surge el poema jamás escuchado.

Paul Ricoeur, por ejemplo, ubica este proceso de humanización en el momento histórico
de la aparición de la filosofía como racionalidad, en la que se rompe con la explicación
mitológica y valiéndose de la literatura muestra como los personajes de Homero a pesar
de ser marionetas en manos de los dioses griegos asumen la responsabilidad de sus
propios actos y se convierten en lo que con Bernard Willians llama “centros de
decisiones”, diríamos que, con dicha expresión, nos ayuda a entender que lo que somos
no es solamente la voluntad de las divinidades, sino y contrariamente, lo que nosotros
decidimos hacer, a pesar de la amenaza de los dioses. Igualmente toma a otro personaje
de tradición griega Edipo Rey a quien pinta como un discernidor, como el que asume su
culpa y responsabilidad, y por último haciendo un recorrido por una de las obras clásicas
de la ética de Aristóteles lleva a despejar en un cuadro exclusivo la expresión phronesis,
clave para iniciar nuestra reflexión:
a- Sabiduría especial del hombre prudente:
“…la phronesis es el agente singular de esta virtud intelectual que surge en el
punto delicado de la distinción entre las virtudes llamadas de carácter, […] y las
virtudes intelectuales…si reflexivo implicado por el reconocimiento de la
responsabilidad” ( (RICOEUR, 2013, pág. 114)
b- Norma de una sabiduría práctica:
“…el objeto de esta virtud no puede definirse al margen de su sujeto, el sabio. La
cuestión de la mediedad -de la apreciación del justo medio- garantiza en el
argumento la transición entre dos tipos de virtudes: si el justo medio, en las
virtudes morales, lo determina la recta regla (ortos logos) llamada también norma
(horos) esta es obra de una sabiduría práctica” (RICOEUR, 2013, pág. 117)

c- Capacidad de discernimiento:
“Aristóteles volverá por última vez a la definición de la phronesis construida sobre
el tema del buen deliberador, lo hace para añadir un rasgo que no puede dejar de
concernirnos: para dirigir la acción, la sabiduría práctica debe proceder del
conocimiento universal al de lo particular. Veo en esta observación capital la
anticipación de lo que calificamos hoy como “acción que conviene”. La sabiduría
práctica es ese discernimiento, esa mirada en situación de incertidumbre, dirigida a
la acción que conviene. (RICOEUR, 2013, pág. 119)

d- Capacidad de conocer lo que le conviene:


“Esta (la sabiduría práctica) es inseparable de la acción de un agente de la acción
2 que podemos llamar sagaz (capaz?): si, por casualidad, es de “buen consejo”, es
que, en cuanto le concierne, es un experto capaz de conocer “lo que le interesa”, o ,
como prefiere traducir Tricot, capaz de “saber el bien que es propio de sí mismo….
Pero cómo sería el sabio de buen consejo fuera de su esfera propia, si no supiese
gobernarse a sí mismo? (RICOEUR, 2013, pág. 119)
Phronesis, simplemente: el arte de hacernos virtuosos, de construirnos según el modelo
que llevamos implícito, tarea que trasciende la racionalidad.

Pero, el aporte de Ricoeur no es solamente en la contextualización del término y en la


ubicación de este en una tradición de pensamiento, es también un gran aporte
constructivo a lo que hemos dado en llamar, en contener de la expresión autopoiesis.

La identidad se configura ad-intra y ad-extra, el producto de lo primero es la subjetividad


lo que nos hace “ego”; pero solo lo logramos en la diferenciación con y de cara al otro.
Nos miramos “nos reconocemos” de cara al espejo del espíritu que habita en nuestro ser
más íntimo y profundo y desde esa imagen-idea que tenemos de nosotros mismos nos
miramos en el espejo de los otros y nos reafirmamos –“yo: soy”. Por tanto, sin entrar en sì
y mirarse en su propio espejo y salir a confrontarse en el ser del otro no hay posibilidad de
afirmación de sì. Es algo de lo que planteó Ricoeur al decir que de la mismidad pasamos a
la ipseidad, (RICOEUR, 2013, págs. 135-136) del dato biológico-genético-social vamos al
dato de la imagen y de lo que “creemos” y que es lo que somos. Y es así nos hacemos
personas: caminando, avanzando para ir tomando del medio lo vital que llevo adentro de
mí mismo. Es una apuesta, un proyecto permanente -no un plan- de llegar al que creo
debo ser yo, armándome con lo que no conozco que hay en el futuro de mi andar. Es el
encanto de la creatividad, y por que no, de la improvisación que hace posible el
surgimiento -la emergencia en términos de Morin- de lo inédito, de una narración o de un
poema exclusivo, desde lo no dado pero pre-sentido.

Hace unas décadas los filósofos latinoamericanos, muy seguramente influenciados por el
pensamiento de Zubiri, originaron un enfoque llamado filosofía de la liberación y
planteaban el concepto de “personeidad” muy distinto del de “personalidad”, se entiende
que es como la caja fuerte, el espacio secreto de nuestro ser, en el que nos tejemos,
tallamos y labramos no solo con nuestros pensamientos que se resuelven en intenciones,
sino en las acciones en las que concretamos esas intensiones, de ahi nos movemos
permanentemente hacia lo ex para seguir siendo, abrirse particular que se da desde un
acuerdo con una naturaleza especial de ese espacio y unas lógicas que imponen y que
quizá remotamente recoge a Ortega y Gasset en su “yo y mis circunstancias”.
EL PROCESO AUTOPOIÉTICO: LA CREACIÓN DEL POEMA QUE SOY YO.

Si lo que se propone es entender lo humano como autopoiético: Unidad, en organización


permanente, procesos, producción, componentes (estructurados), generación, relación e
interacción que le dan presencia en el espacio físico, en el cual ha de superar
perturbaciones en una homeostasis permanente.
2
Y si algo nos confirma el enfoque auotopiético como el apropiado para la comprensión del
momento de formación integral en la universidad puede ser este texto:
“Una máquina autopiética es una máquina organizada como un sistema de
procesos de producción de componentes concatenados de tal manera que
producen componenentes que: i) generan los procesos (relaciones) de producción
que los producen a través de sus continuas interacciones y transformaciones, y ii)
constituyen a la máquina como una unidad en el espacio físico. Por consiguiente,
una máquina autopoietica continuamente especifica y produce su propia
organización a través de la producción de sus propios componentes, bajo
condiciones de continua perturbación y compensación de esas perturbaciones
(producción de componentes). Podemos decir entonces que una máquina
autopoietica es un sistema homeostático que tiene a su propia organización como
la variable que mantiene constante” (MATURANA, 1994, pág. 69)

Aún más, en otro texto Maturana nos plantea:


“Los seres vivos somos sistemas autónomos caracterizados como unidades
compuestas por una organización particular que, Francisco Varela y yo, hemos llamado la
organización autopoietica. [ ]estamos diciendo que los seres vivos son sistemas que se
caracterizan como sistemas que se producen a sí mismos continuamente[...] sistemas
abiertos desde el punto de vista material y energético, y por ello están en continua
transformación material con conservación de organización mientras conservan su
identidad como tales, […] lo peculiar de los seres vivos es que, es la organización
autopoietica la que los define como sistemas moleculares autónomos y es esa
organización autopoietica lo que se conserva invariante a lo largo de su continuo cambio
estructural mientras viven, y es la organización autopoietica lo que pierden cuando
mueren” (MATURANA H. , 2002, págs. 93-94)
Ese entendernos como seres auotopiético, digamos de entrada, se trata de un trabajo
axiológico, valorativo tanto en su proceso como en su producto: entra en juego la
competencia valorativa y se traduce en valores para vivir. El joven ha de reconocerse, ha
de descubrir su esencia: de que está hecho, para que constatando sus elementos se
aventure a engarzarlos uno a uno en una joya inédita que perdurará más allá del tiempo y
el espacio.

Intentando pintar ese telón de fondo: somos autopoiéticos, en tanto somos capaces de
ser nosotros mismos, en un contexto posible de capitalizar, vamos ahora a intentar
entender como es ese drama o espectáculo de emergencia de lo inédito ayudados por el
uso de una serie de preguntas como desencadenador o visibilizadores de lo que queremos
señalar y por un esquema en el que nos aproximamos a articular desde el reconocer tres
elementos claves entresacados del texto de los autores: UNIDAD ESTRUCTURA, Y
ORGANIZACIÓN.

a- UNIDAD: “…criterio de distinción que define o especifica lo nominado o indicado.


[…] Toda unidad queda especificada por una operación de distinción que el
2 observador aplica en su dominio de experiencias y que consiste en el que
observador especifica lo que distingue” (MATURANA H. , 2002, pág. 87)

El asunto nos lleva a precisar que más que elementos la unidad se capta en la operación
con la que definimos y especificamos lo humano, ¿Qué nos da unidad? ¿Identidad? Y
aventuradamente podríamos señalar que lo que nos da la humanidad es precisamente la
individualidad, el que cada uno es único e irrepetible. Es la UNITAS MULTIPLEX de la que
habla Morin y que nos lleva interrogar: ¿En que somos iguales?, Y lo que percibimos es
que la nota común es que somos distintos, unos de otros, todos de todos, ¿En que somos
distintos? en algo que permanece inaccesible a la mirada, a la inspección del observador:
somos misterio, algo que hace que yo sea yo y no otro. Únicos, y diversos el cara y sello de
la misma moneda.

b- ESTRUCTURA: “…palabra que viene del verbo latino struere, que quiere decir
construir” el modo como algo está hecho, “..componentes y relaciones entre ellos
que concretamente constituyen algo” […] La organización de una unidad es
invariante mientras conserva su identidad, su estructura, en cambio puede variar,
y de hecho está en continuo cambio en una unidad dinámica. Más aún, la
organización de una unidad se realiza a través de su estructura; por esto, si la
estructura de una unidad cambia de modo que deja de realizar su organización, la
unidad se desintegra y desaparece” (MATURANA H. , 2002, pág. 90)

Digamos a nuestro modo, que es aquello que hace que yo me constituya en lo que he de
constituirme. ¿Cómo es nuestra organización permanente?, Somos como requiere nuestra
organización, nuestra dinámica vital para conservarse en organización y ello nos remite a
seis condiciones o facultades propias e imprescindibles: la libertad, la totalidad, la
Irrepetibilidad, la razonabilidad, la alteridad o emotividad, inmortalidad, de ello estamos
hechos y lastimosamente a veces nos enseñamos a mirarnos exclusivamente como
razonables.
De las muchas aproximaciones sobre la constitución o composición de lo humano vamos a
valernos de la reflexión de Viktor Frankl quien dejó plasmada con el título “diez tesis sobre la
persona” (Frankl, 1988) . Naveguemos por el texto, ya que nos abrirá nuestra cerrada mente sobre
lo racional, del creador de la logoterapia en una búsqueda guíada por este pregunta: ¿Qué somos
(hemos de ser) en esencia?

Y aunque la primera nota que descubrimos es un concepto englobante, un concepto que referiría
a una estructura simple: que somos PERSONAS. Y con ello tendríamos para desencadenar toda una
postura teórica frente a nuestra naturaleza y estructura, conviene ahondar y avanzar en la
comprensión desde este interrogante: ¿Y cuales son las notas que nos hacen PERSONA?
Y tendríamos que señalar que, en el centro está la esencia del perfume particular que somos
cada uno, este autor nos ratifica que somos NOOS: ESPIRITU. En el proceso de conformarnos
descubrimos una ley, una condición sine qua non: “Si no he de ser único e irrepetible, con una
esencia que no sea copiable, falseable, duplicable no vale la pena ser”, ese propósito es lo que se
recoge en la palabra persona, pero también en la palabra individuo, de la cual el autor en mención
nos recuerda en la tesis No 1: “La persona es un individuo: la persona es algo que no admite
partición, no se puede subdividir, escindir, porque es una unidad” (Frankl, 1988, pág. 106). Sin
2
embargo, esta no es más que una manifestación de algo más profundo y lo hallamos en la tesis No
4: somos espirituales, exactamente eso es lo que explica que cada uno sea uno, irrepetible, de ahí
la necesidad de una NOOGENESIS, un trabajo de ostras en relación con su exterior pero
capitalizado en el interior en la formación de una especie de diamante que representaremos con
un exaedro, pues a esa nota principal, la espiritualidad, la determinan seis valores más que de no
conservarse afectan la naturaleza de la identidad, es decir NO SOMOS SINO REAFIRMAMOS Y
TRABAJAMOS POR NUESTRA:
-Irrepetibilidad
-Totalidad
-Inmortalidad
- Alteridad (emotividad)
- Libertad
-Racionalidad
2
Poco a poco, desde el reconocimiento del sentido vital 4 del logos,(de la razón vital de la
que hablaba Ortega) o direccionalidad de la existencia hemos establecido la necesidad del
proyecto de vida y es que efectivamente, llega a ser tan necesario que sin él no se
asegura el sentido vital autónomo. Cuando hay proyecto hay experiencia de fluir, y con
ella la de felicidad como realización, pero de no, la sensación es la de sufrir, la de
amargura, la de fracaso.
2
Volvamos en detalle sobre la estructura para definir más finamente el símil del humano y
la planta,

Una segunda nota es la unicidad e irrepetibilidad, es decir somos UNICOS (como cada uno no hay
otro), e IRREPETIBLE (que no se da otro como cada uno de nosotros. IRREPETIBLES,

TOTALES,
DIGNOS,

HISTORICOS,

Ahora veamos el proceso, metonímicamente hablando, como sugiere Varela, podríamos


partir del proceso natural alopoiético de una planta alimentada por la energía universal,
para comprender que nuestro ser se construye de modo similar: desde una semilla una
formación codificada en sí mismo: lo humano, que crece por efecto de acciones de
consumo y asimilación de elementos adecuados de su medio 5, en un momento dado se
prolonga, mediante de una flor que se abre, quizás podríamos hasta decir que trasciende,
para ser polinizada y luego cerrarse para transformarse en fruto que ha de ser útil al
entorno y dejar su semilla para prolongarse. Ese momento de la floración y fructificación
es el que se hace en la juventud, etapa que generalmente pasamos en un jardín llamado
universidad.
¿Qué procesos de producción hemos de cuidar?
¿Qué relaciones e interacción hemos de privilegiar?
¿Cuáles son los perturbadores de nuestro propósito?

para luego abrirse y someterse a la interacción con el entorno no solo cultural sino social.
desde ahí salimos protegidos, armados por unos valores que a modo de cañas permiten la
captación de lo que requerimos para constituirnos en tres ámbitos o dimensiones. Ha de
abrirse en múltiples senderos la trascendencia, la apertura y el enraizamiento. que debe
reconocer para incluir en lo que será su fruto: un sendero o elemento espiritual,

4 Hay un autor Viktor Frankl, que con múltiples escritos, todos ligados por la logoterapia que solo hasta
ahora está tomando fuerza con una idea altamente prometedora que es la de “sentido vital”, en obras como
“el hombre en busca de sentido”, “La voluntad de sentido”, “La presencia ignorada de Dios”, tres obras de
lectura casi obligada para quienes tenemos la tarea de ayudar a autopoietar a otros.
5 Por eso la autopoiesis humana es esencialmente proceso valorativo por lo realizado y
por el modo de realizarlo. Nos da unidad, indivisibilidad, coherencia.
En el recorrido por el que hemos transitado, igualmente hemos recogido la idea clara de dos
dinámicas o procesos a partir de la complejidad de Teilhard y de Morin, recordemos brevemente:

“…ocurre más o menos lo siguiente; dos grandes procesos: enraizamiento y apertura


ramificante. Por enraizamiento entiendo ese centrarse en sí como lo hace un árbol que se
para en sus raíces y entre mejor estén plantadas más sólido logra ser en su entorno, y más
2 vital es. Igual pasa con nosotros los humanos cuando echamos raíces en la familia, en la
cultura, más poderosos nos volvemos. Pero nos enraizamos no para ser nosotros, solo
somos nosotros en tanto nos abrimos en un ramaje frondoso del cual hay frutos de mi ser
para ser asumido por otros, nada existe para sí, existe en sí, pero no para sí, solo existimos
para otros, he encontrado que otra forma de expresar esto es lo que denominan algunos
“capital social”.

Ese doble movimiento de centrarse y abrirse se da en cuatro esferas o ámbitos que


agrupan diversos sectores. Las cuatro esferas o ámbitos hacia los que nos abrimos, mejor
hacia los que nos deberíamos abrir, son; hacia arriba, en ese movimiento que la filosofía
ha llamado la trascendentalización del ser humano, pero que poco a poco se va
reconociendo también como el movimiento de la espiritualización del humano; luego hacia
los lados, en ese movimiento que la filosofía y en concreto la antropología ha llamado la
sociabilidad, la comunitariedad, de los humanos y que poco a poco en la ética se consolida
como alteridad, compasión; sin embargo hemos de dar claridad de que incluyendo en este,
ese movimiento que es la afectividad, el enamoramiento, el de las relaciones en intimidad,
que podría bien referirse como un tercer movimiento, distinto al segundo, al de la
sociabilidad, y un último o cuarto movimiento es la apertura hacia abajo, hacia la
naturaleza, el movimiento ecológico tan tristemente mal tratado en el pensamiento
occidental, pero que se revitaliza fuertemente. Teilhard propuso algo que tiene mucha
relación con lo que acabo de expresar: hacia abajo produciendo el fenómeno de la
COMPOSICION, o intercambio de composs, de nuestra esencia, de lo que nos hace
“mismos” con la naturaleza con el cosmos, pero también la otra axila hacia arriba
produciendo el fenómeno del ENGLOBE intercambio y unificación, pertenencia hacia el
destino común o hacia la sintonía de corrientes. (TEILHARD, 1982, pág. 58) 6 Y por tanto de
responsabilidad consigo mismo, con los otros y con el cosmos (SILVA, 2015, pág. 26).

Agreguemos ahora que el fenómeno de la COMPOSICIÓN, obedece exactamente como en todo lo


natural a la producción de un ser que sea idéntico a sú propia naturaleza y a pesar

6 Cfr DE CHARDIN Teilhard , “El fenómeno humano”, Ed Taurus, 1982, pag 58


2. “TRAYECTAR LA VIDA A TRAVÉS DE PROYECTOS”.

INTRODUCCION.
Quizás sea porque el tema del “proyecto” pasó a ser una moda, tanto que hoy toda propuesta,
toda construcción y contratación exige un proyecto, y algunos hablan de época de proyectitis. Sin
embargo, esta palabra como los pantalones de moda empieza a desgastarse, a no servir, a no
2
expresar la comprensión de eso que nos pasa en nuestro tiempo. Una de las aplicaciones que
tanto maestros, consejeros, orientadores y padres hemos hecho de la palabra proyecto, es al vivir
y hemos deducido fácil y ligeramente que la vida es proyecto, y precisamente allí, en ese ámbito la
palabra se ha vaciado, se ha distorsionado. Se ha desgastado de dos maneras, primero cuando en
algunos discursos enfatizamos con redundancia diciendo que es “proyecto personal”, es decir que
nos pertenece como obra particular, pero miradas las cosas desde la perspectiva trascendente y
de cara a lo efímero de la vida humana la verdad no es tan cierta. Y lo segundo, y quizá lo más
grave, es que esta cultura moderna, tan consumista y por tanto tan productivista; tan materialista
y por tanto muy festiva y lúdica; tan inmediatista y de ahí que esté metida hasta el fondo en el
relativismo, ha relativizado también el tema, pegándonoslo tan en la nariz hasta hacerlo definitivo
y obligando con sus rutinas a desentendernos de una verdad que no puede olvidarse jamás: somos
mortales; verdad que cumple la función de anclarnos. Este escrito está dirigido a los jóvenes,
especialmente los que habitan los fríos muros de los claustros universitarios y tienen la posibilidad
de gastarle tiempo a asuntos tan aparentemente inocuos y pasajeros; se escribe para que en el
futuro su desilusión no sea mayor, pues ningún otro tramo o trayecto de la vida como el de la
juventud, el de la UNIVERSIDAD le exige más esa certeza de que la vida no nos pertenece en
totalidad, y que no se realiza aquí en su plenitud, que hay que lanzarla para que atraviese en
proyecto y se realice.

Dentro del discurso de la vida como proyecto, la época moderna nos tiene convencidos de que
somos los artífices exclusivos y absolutos de nuestra vida, que ella está totalmente en nuestras
manos, y ésta verdad, presentada como verdad total y absoluta, especialmente a los adolescentes
y jóvenes, nos ha llevado a equívocos y nos ha hecho estrellar contra la realidad de una existencia
demasiado esquiva y vaporosa, como nos recuerda Leo Buscaglia: “…la vida como un horizonte de
posibilidades, muchas de ellas reales; pero otras fantasiosas, se empieza a descubrir que muchas
de esas posibilidades son engaños y que las otras tienen un acceso limitado y a veces frustrante y
doloroso” (El arte de ser persona).

Igualmente en estos tiempos, de alta racionalidad, de supremacía de ciencia y tecnología, se nos


ha hecho creer que es posible conducir la vida desde una cabina profesional y que por tanto
resuelto el dilema de ¿qué carrera escojo?, ya está solucionada la vida toda en sus diversas esferas
y en toda su extensión. Nos dicen que basta ponerse el casco de la virtualidad profesional y la
dinámica existencial está solucionada. Efectivamente, la vida es tal en cuanto “tiene” proyecto,
pero de ahí a que esté en nuestras manos su manejo y control absolutamente; o que es a la
medida de lo que alcanzo a proyectar en mis dimensiones espacio temporales, hay mucha
distancia, y cuestionar esto no significa que lo contrario sea lo cierto, es decir, que somos una
indefensa brizna azotada por caprichosas voluntades y fuerzas ajenas a la subjetividad, eso
tampoco es cierto.

Para muchos proyectar la vida se ha reducido a definir plan de tareas, metas cerrar los ojos y ya;
como si estuviéramos construyendo una casa, o proyectando una cosecha. No, vivir es complejo,
es un malabar entre la autodeterminación y la dependencia, entre el añorar y el emprender, entre
2 la inmanencia y la trascendencia, entre el realizar y el soñar, entre el intencionar y actuar, en fin,
requiere de un arte para el cual a veces no estamos formados. Esta es la tesis central de este corto
escrito: la vida se debe Trayectar hacia plenitud para lo cual se debe proyectar, no basta
proyectarla hay que “trayectarla”. Que la vida en cuanto la entendemos como proyecto no es
propia ni definitiva. El proyecto es el medio, el vehículo y el trayecto es el fin.

2.1. LA VIDA ES TRAYECTO.


Para resolver un tanto las preguntas, quiero proponer la comprensión o idea de que la vida es
TRAYECTO y voy a detenerme un tanto en la etimología de la palabra, antes que en la
argumentación pues el significado es clave para la referencia que hacemos. Dice Agustin Mateos
Muñoz que la palabra se descompone así:

TRANS: al otro lado de, a través de, más allá. (En contacto con d y j queda “tra”)

JECTUS: de jácere, arrojar.

TRAYECTO: Travesía, trayecto

Si estamos atentos y ponemos el oído a esa dinámica que es el vivir comprenderemos que la
expresión que mejor le cuadra al vivir es precisamente TRAYECTO, un arrojarse intentando ir al
otro lado, descubierto, no inventado, a través de un tiempo y un espacio muchas veces
determinado y determinante. Al otro lado desconocido, incierto pero existente y actuante, que
arrastra como un imán, que muchas veces dibujamos como eternidad, como cielo, como santidad
o simplemente como excelencia, profesionalidad, autenticidad, pero sea lo que dibujemos está del
otro lado, y por tanto hace imprescindible una actitud trascendente y por tanto trayectante, de
arrojo y de valentía. El afirmar o reconocernos como seres trascendentes de hecho nos exige
reconocer la trayectabilidad de la vida. De aquí al allá, de la inmanencia a la trascendencia.

Vivir, en los humanos, es construir el sujeto, mejor, constituirnos como sujetos y esto se hace
trayectando. Morin dice que hacerse sujeto es como “ocupar ese sitio central del yo que se
mantiene permanente a través de todas las modificaciones”, digamos a nuestro modo que es
transitar hacia el centro o núcleo de identidad o personeidad. Y vamos obedeciendo fuerzas
internas que afloran en una conciencia plena de “mi mismo”, en otras palabras vivir es transitar al
encuentro de sí mismo en su total identidad. Irrespetuosamente metido en la microbiología nos
ofrece la idea clara de la inmunología: “El sistema inmunológico, que nos protege de las
agresiones externas, es un sistema que permite reconocer todo lo que es un sí mismo…” , mejor
ejemplo y analogía no podemos tener: es reconocerse en contexto y esto solo es posible
caminando hacia el centro de mí mismo. Igualmente nos dice Mélich en su filosofía de la finitud:
“Como la mayoría de los animales, poseemos un centro, pero al mismo tiempo en cada uno de nosotros existe, además,
la periferia. Podemos separarnos de nuestro propio centro. No coincidimos con nosotros mismos. Por ello si existe alguna
diferencia entre lo humano y lo animal ésta no se encuentra tanto en la naturaleza como en la condición o, mejor
todavía, en la tensión entre la naturaleza (el centro) y la condición (la periferia), entre lo “que soy” por un lado, y “lo que
deseo ser” o “lo que no quiero ser”, por otro….porque queremos ser de otro modo, porque no queremos ser lo que
2 somos. Y no queremos serlo porque no nos satisface el mundo heredado, porque, somos seres finitos con deseos
infinitos” (Mélich. J. C. 2010, pag 40).

Concebir la tarea esencial de la vida como “trayectar” y no solo “proyectar” tiene unas bondades,
lo primero es que articula el momento con el destino, con eso que llamamos azar. Uno de los
asuntos más desentonadores cuando hablamos de proyecto es la presencia de lo inesperado, de lo
no planeado, que se impone cruel y brutalmente como las olas desbaratando los castillos que
hemos sudado en la arena, eso que llamamos destino nos descorazona, nos arrebata la serenidad
cuando estamos convencidos que somos los autores de la vida, es una frustración encontrar que
las cosas no salen como las “proyecte”; en cambio me gozo el encuentro del problema y de la
dificultad cuando he asumido la actitud desprevenida. En mi experiencia de maestro he visto como
muchos jóvenes deseosos hasta el sacrificio de sacar adelante estudios, de formarse
integralmente; pero todo les sale al revés, todo se les confabula en su contra, todos los apoyos se
esfuman y van golpeándose una y otra vez, muchos de ellos desisten de sus luchas y acaban
acomodándose a lo que llaman el destino, o yéndose por el camino torcido. Eso existe, esas
trabas, esas limitaciones de la libertad que no nos explicamos y que abruptamente asaltan nuestra
vida transitan por la vida; esos muchachos afirman que existe la marca o fuerza del destino, y yo
les digo que es cierto, y por eso la vida no es un viaje trasatlántico cómodo sino un itinerario en el
que hay que estar atento para definir la inmediata y siguiente parada, la vida es estrategia, es
táctica con la seguridad o ¿esperanza? de que vamos hacia un futuro.

Se trata de llenar la vida, pues ella ya tiene su riel, su carretera. Vivir es como acertar a seguirle su
ritmo, ella es un galán que nos invita a danzar diversos bailes, la danza del placer, la del dinero, de
la pasión, del amor y de la muerte, se goza la danza en la medida en que coincidimos con el
sentido que ella lleva, contradecir la vida es como cuando se pierde el paso en un baile. Es como
no acomodarse en un coche de esos de la montaña rusa oponiendo con fuerza resistencia a los
grandes cambios, lo único que conseguimos es dolor y maltrato. Entender que la vida es
“coincidir” es “sujeción” hace aparecer una habilidad muy humana, a la que la educación actual
escasamente le da importancia: el discernir.

El trayecto es más dinámico que proyecto, pues recoge la realidad de una vida que se hace
cotidianamente, paso a paso sin engullírsela de una vez, tenemos la mirada puesta en el surco y a
la tarde levantamos la cara para contemplar el horizonte de un campo sembrado, pero no nos
mantenemos con la mira siempre en el horizonte. Trayectar se hace en un compromiso de
pequeñas cosas, de pequeños retos que como un gotero van llenando la copa de vino o de
veneno, como gota a gota va taladrando la roca que se ha de convertir en escultura o en muralla.
Trayectar la vida me obliga a estar en vela, a ser centinela de mi más preciado don: mi mismidad.
Es más responsabilizante, en cuanto que el proyecto se percibe como un acto racional, a veces en
el contexto de un ejercicio espiritual, de un momento crucial en la vida, de decisión hacia el futuro
con uno que otro condicionamiento del pasado, generando una sensación de estrechez y de
coacción y destrucción de la libertad, en tanto que trayectar es obligarse a poner metas
realizables, estar pendientes del vivir en el instante, no puede dejar que la dinámica de la lejanía
dé respuesta a las inquietantes calamidades diarias muchas veces espontáneas, imprevisibles, y
2 fortuitas. Y es responsabilizante en la medida en que exige coraje para asumir los eventos de la
naturaleza, de la sociedad que matan, que generan soledad, vacío. Por ahí mismo afirmaría que es
mejor concebir la vida como trayecto que como proyecto puesto que trayectar nos exige
disponibilidad, apertura mirada compasiva hacia los otros, el otro que aparece y me asalta en mi
trayecto con sus dolores con sus vacíos y al que debo dar respuesta, en cambio el proyecto
atropella sigue adelante, lo importante es el fin no importan los medios, lo importante es llegar
primero no importa quien quede atropellado.

La segunda bondad es que permite mantener la dirección hacia el foco, no perderse. Dicen que
tres hermanos salieron a perseguir fortuna y el primero se fue mirando fijo al suelo y se perdió, el
segundo para no caer en lo de su hermano se fue mirando fijo al cielo y se estrelló y el tercero
aprendió que la fortuna es el producto de una estrategia de caminar cada paso firmemente pero
mirando el horizonte, algo así no es más que trayectar la vida, de pasito en pasito, sin ninguna
seguridad perenne, pero con un foco que se desplaza hacia el infinito.

Recogiendo semillas de valores para germinarlos y plantarlos, pues pasado presente y futuro están
en una especial relación, algunos creen que el pasado, pasado está y que el futuro ya vendrá, “vivir
gozar que mañana no se sabe” es el lema de muchos, pero la vida es como un campo, sobre el que
solo se cultiva una vez, la vida es cosecha de una sola vez y por tanto lo que cuenta es la semilla
que hago germinar. Vivir comprendido así exige esperanza, confianza, ganas de tirar la piedra de la
vida y pretender que rompe el tiempo y el espacio, y es que duele mirar los jóvenes de hoy
incapaces de “aguantarse”, de “privarse” pues están convencidos que todo ha de ser para ya,
rápido y sin costo, eso que se llama inmediatismo.

2.2. LA VIDA ES ITINERARIO… SE HACE EN PROYECTOS VIVIR ES ITINERAR


Desde la misma palabra originaria pro-iectun, y fijándose más en el sentido que el significado,
encontramos que la expresión quiere decir “lanzado en una dirección”, entonces, caemos en la
cuenta que la expresión PROYECTO hace referencia a tres elementos claves: primero, a un FOCO o
punto de mira o de llegada; segundo a un MOVIMIENTO o lanzamiento; pero también a una
FUERZA a una munición que la activa y la dispara. Ocurre contrariamente que nos indican y
enseñan los maestros, en una perspectiva relativista e inmediatista, que cada uno de nosotros, en
una época de la evolución – la adolescencia y juventud-, toma uno su vida (hace conciencia de su
individualidad) y aparentemente la enruta hacia un destino o foco libremente escogido racional y
realizable. Pero no es absoluta y totalmente así; la vida en sí misma ya está dirigida, primera y
llanamente va a la muerte: “somos los únicos que sabemos que nos aguarda la muerte, que el
tiempo fluye inapelablemente, que vamos a asistir impotentes a la desaparición de las personas
que amamos. Los humanos somos seres que conocemos nuestro propio fin pero también que
rechazamos la idea de la muerte. Vamos a morir pero no sabemos cómo ni cuándo moriremos.
Vivir consiste en enfrentarnos a lo que no somos capaces de afrontar”. He aquí el error que hemos
asumido al afirmar que la vida “es” proyecto; no, ella “tiene” un proyecto, pues teniendo definido
un primer foco: la muerte, igualmente la vida tiene definido un movimiento simple: el existir y
tiene una fuerza: el amor, y con esto bastaría para afirmar que viene, está proyectada. Sin
embargo cabe la posibilidad de trascenderla a libertad de quien la vive o asume, pues para
2 quienes admitimos la trascendencia y nos abrimos a otra perspectiva aseguramos que su foco está
detrás del cadáver, su movimiento es trascender y su fuerza, es decir, el amor, no es más que el
espíritu, pero esta explicación vendrá después, por ahora dejemos claro que la cuestión no es tan
propia ni definitiva.

Recibimos la vida como un don, como producto de una promesa de amor o de pasión de dos seres
que se unieron y la asumimos, en un creciente proceso de conciencia idionica y koinionica, muchos
de muy mala gana y procurando apenas mantener viva esa luz. Por tanto lo que hallamos es una
realidad en tránsito, en la que me subo, pues ya tiene una dirección, un “iectun”, trae una fuerza y
lo que hago es regularla y apropiármela. Lo que absolutamente tenemos como cierto en esta vida
temporal es la muerte, negarla es lo más absurdo que podemos hacer, es como no tener ancla en
un mar revuelto. Por tanto el foco, el punto, la meta inmediata de la vida es morir, es lo que todas
las vidas tienen de real, la muerte se me impone y al hacerlo me absuelve un tanto de la
responsabilidad de ella, haga lo que haga he de morir. Entonces, ese menester de proyectar: coger
la vida envolverla en un valor eje y lanzarla hacia un foco, no es tan urgente, no es tan primero;
pues de hecho ella, la vida, está hecha de muerte, ella de por sí está siendo llevada por el caudal
de la muerte, que llega como dice algún libro sagrado: “como un ladrón, sin avisar y por donde
menos esperamos que llegue”.

Esa es la verdad, la vida ya tiene marcado su foco y su dirección por tanto no nos compete
definirle, no es algo que se opte sino algo que se asume. Se hace más menester el discernirla, el
encontrarle la ruta, el historizarla el eslabonarla entre el pasado y lo porvenir. Razón tiene la
filosofía existencialista cuando resalta este dato como esencial en la comprensión del ser del
hombre. Aún más, las religiones, que fueron las fuentes de conocimientos previos a la filosofía,
asumieron esta como la realidad de partida: vamos a morir, no somos infinitos ni inmortales. Es
importante estar conscientes de la condición efímera de la existencia personal, pues si se nos
niega nuestra condición de mortales, surge del humano un gigante de pies de barro embebido de
arrogancia, prepotencia capaz de Chernóbil, Auswichts y cualquier barbarie.

Pienso que una tarea educativo-formativo de la sociedad es la de preparar al sujeto para la


muerte, asumirla, y generar el sentimiento o actitud básica de sencillez, de austeridad, pero
contrariamente la cultura le inculca la falsa idea de una inmortalidad que se asegura con la ciencia
y la tecnología, y lo hace porque la austeridad de vida que nace de esa constatación de relatividad,
de ser efímeros, nos haría más responsables, más libres, menos derrochadores y menos
inmediatistas y hedonistas en nuestra vida, es decir nos haría menos consumistas, y obviamente
este frenaría en seco la dinámica de una sociedad que está construida en el paradigma de
consumir, producir sin límite y ese humano pondría en jaque el sistema cultural que a su vez tiene
sus pies de barro en la pretendida idea de la inmortalidad alcanzable con el consumo hasta los
límites de lo insospechado, consumimos, comida, medicinas, tratamientos, productos para que la
producción no pare, tal como nos recuerda Hans Kung: “Se es lo que se consume. Se es más
cuando se consigue un nivel de vida más elevado. Y no se es nadie cuando no se llega a lo
establecido como nivel medio de la masa. En resumen: si queremos conseguir un futuro mejor,
deben crecer continuamente la producción y el consumo, todo debe ser más grande, más rápido,
2 más abundante. Tal es la férrea ley del desarrollo económico. … por otra parte, algunos grupos de
nuestra sociedad declaran cada vez con mayor franqueza que, además de las necesidades
económicas primarias, hay deseos secundarios y terciarios que los bienes de la economía de masas
no con capaces de satisfacer. Los que han alcanzado un alto bienestar material no son por eso más
felices. Y precisamente entre la juventud habituada al consumo se va extendiendo un creciente
sentimiento de hastío, desorientación y malestar frente a ese enfoque unilateral hacia un consumo
sin límites. Además, la ley del desarrollo económico incontrolado abre un abismo cada vez más
profundo, entre los países ricos y los países pobres, fomentando en los sectores menos favorecidos
de la humanidad sentimientos de envidia, rencor, y odio mortal, pero también de absoluta
desesperación y desamparo. Y esa ley termina por volverse contra los mismos beneficiarios del
bienestar: padecemos con el crecimiento ilimitado de ciudades, por el exceso de tráfico, por la
intensificación de los ruidos, por la contaminación de ríos y mares, por el deterioro de la
atmósfera. Nos preocupa cómo eliminar montañas de mantequilla y carne, cómo librarnos de los
residuos y basuras de nuestro propio bienestar. Las materias primas, debido a una explotación
desconsiderada y creciente, comienzan a escasear”.

Producto de esta absurda y equivocada manera es como los jóvenes resuelven el asunto:
pretendiendo que el foco está en lo espacio temporal de la existencia, a veces tan miope que se la
ven en una simple realización profesional, creen alcanzar el cielo con un adulterado cartón
profesional y de ahí que uno los vea con esa actitud de sobradez e irrespeto hacia lo viejo, hacia lo
espiritual, hacia los otros, una actitud de “me basto solito”, “solo tengo este tiempo y me lo voy a
gozar”, “después…, no hay”. Esa desviación óptica los lleva a distorsionar la fuerza, creen que el
dinero, la fama y el poder lo logran todo y dedican gran parte de su tiempo a la acumulación de un
bien que poco hace contra la imperiosidad de la muerte. Y por último distorsionan de tal manera
el asunto que el amor lo convierte en menos que pasión, incapaces de donarse, de darse se
autosatisfacen en una vida que salta de cuerpo en cuerpo como si fuera mariposas hambrientas de
néctar. Y así lo único que logran es llenar las arcas de los avivatos que manejan la sociedad
consumista y productivista.

Quitar esa convicción y actitud prepotente y arrogante producto del pensar que hacemos de
nuestra vida lo que nos viene en gana, es asunto clave en nuestro tiempo, aunque ello nos abre,
nos arroja a una serie de cuestionamientos necesarios de responder en el proceso de construirnos
como sujetos: ¿si no poseo mi vida, si no soy el autor de mis días, entonces que papel juego frente
a ella?, ¿si no soy yo el dueño, entonces de quien depende?, ¿si no la poseemos, qué sentido tiene
cargarla, llevarla y mucho más cuando para muchos, especialmente para los jóvenes, es una carga
insoportable?, ¿y …entonces es válido el suicidio, pues en él hacemos ejercicio de autonomía y
posesión de nuestra vida, como plantea Albert Camus?

2.3. DE PROYECTO EN PROYECTO LA VIDA CUMPLE SU IMPLACABLE TRAYECTO.


La psicología evolutiva nos presenta el desarrollo de la vida como la secuencia de una serie de
2 fases o etapas de desarrollo: la niñez, la infancia, la adolescencia, la juventud, la madurez y la
senectud, y de hecho es así, precisamente porque la vida es trayecto, que todos los humanos
previsiblemente recorremos con sus agotamientos y declinaciones, ella también nos ha enseñado
que en cada etapa el proceso de individuación se da de manera particular y propia. El niño se hace
sujeto a su medida y su modo igual que el hombre maduro lo hace y en consecuencia deberíamos
educarnos y formarnos en todas las etapas pues hemos cometido el error de quitar el interés de
vivir las etapas de la vida por el supuesto de que cuando grandes alcanzaremos a ser alguien en la
vida, que omisión tan grande desde el que percibimos nuestra vida.

La educación se ha convertido en el ejercicio de aplazar la integración, de aplazar la vivencia de la


vida para gozarla cuando se tengan medios, cuando se haya ahorrado lo suficiente y nuestro
compromiso y responsabilidad con la vida se va esfumando. Los padres somos más
sobreprotectores de nuestros hijos que antes, la formación escolar es más larga y aburrida que
antes, y el formateo al que la sociedad somete a los individuos los deja al final de sus días como
frutos secos útiles solo para postres. Esto está impidiendo que tengamos líderes, gente que sea
atrevida, la mayoría de nuestros jóvenes están esperando en la fila para que les dejemos el puesto
o el escritorio que nos dejó nuestro padre y que recibió del abuelo, nos falta creatividad y es
precisamente por esa concepción de que la vida es proyecto.

3. LA DINAMICA AUTOPOIETICA.
La falta o el despertar de conciencia por parte de los noveles universitarios acerca de la realidad
coexistencial y autopoietica de la vida, y por tanto como algo fundamentalmente direccionable
nos lleva a proponerles desde una figura de un eneaedro (figura de nueve lados) para facilitar la
comprensión de esos factores o categorías y el proceso que debemos tener en cuenta en la tarea
de buscadores de sentido o construirnos como personas . He aquí las nueve claves propuestas
como movimientos o dinámicas existenciales:

En términos generales tenemos una estructura básica producido por la decantación de la reflexión
antropológica del profesor Meza (Meza J, 2006, pág. 51) quien ha propuesto y de alguna manera
recepciona la idea de seres cosmoteándricos. A partir de unas modificaciones de la propuesta que
reafirmó posteriormente en su artículo “avizorar el futuro…” (MEZA, 2014, pág. 156), de la que nos
serviremos parcialmente en una especie de manual grafico de instrucciones, podemos afirmar
que:
a) En el centro, representado por un exaedro dentro de un primer círculo, ubicamos eso que
la psicología ha llamado el Yo, la filosofía latinoamericana la personeidad, o incluso lo que algunos
indican como personalidad que es una especie de caja negra, o caja fuerte el cual se va tejiendo en
nuestro ex istir: en intercambios de entrada y salida de nosotros mismos hacia los tres horizontes y
bajo el régimen de una ley: “solo dando lo mejor de nuestra esencia podemos llevar al espacio
personeico a lo “yoico” del que habla Frankl, lo “mejor” para ser, adelantándonos un poco
diríamos que se establece así un principio ético que es universal: “solo se recibe con amor aquello
que se entrega con amor”
b) Ese “yo” está hecho de un contenido que la ciencia humana ha descrito como notas
antropológicas , pero que un hombre que vivió la peor experiencia de exterminio de lo humano
(Frankl V. , 1993) nos ayuda a dar respuesta al interrogante: ¿DE QUE ESTAMOS HECHOS?, él nos
orienta para ver que estamos hechos de: noos (espiritualidad), irrepetibilidad, totalidad,
temporalidad, valores, alteridad, libertad, racionalidad (discernimiento) y compasión y
2
misericordia, hasta aquí la estructura, las propiedades del viviente humano, pero como dijimos
atrás esto no es lo fundamental sino la “organización” que cada quien da, y entonces:
c) nos conformamos en un plano abierto en tres direcciones, que respectivamente nos abren
a tres horizontes: hacia arriba, el superior que nos abre hacia LO OTRO, hacia los lados en el plano
medio, que nos abre, hacia los Otros a derecha a muchos y a izquierda a los especiales, y hacia el
piso en el plano inferior, que nos abre hacia lo otro la naturaleza, las cosas. Esos tres horizontes
determinan la dinámica o dirección de nuestro ex istir (estar hacia afuera), que para entendernos
podemos señalar como movimiento trascendente, movimiento de alteridad y movimiento de
inserción.
d) Desde nuestro centro lanzamos (yectum): (tomemos conciencia de la referencia de esta
palabra a una Lanza: algo puntiagudo que marca dirección) y abrirnos espacio hacia una comunión
con un OTRO, a una complementación con esos Otros y con otro(a) y hacia un compromiso con lo
otro, cuatro dinámicas que en forma de lanzas deben articularse, organizarse para asegurar la
supervivencia del organismo o unidad del sistema o el elemento, y la de su propio entorno.
e) Desde los contextos espiritual, comunitario, natural se devuelven las lanzas en cuatro
vectores que han recogido la energía, (los valores) que aquellas realidades de esos contextos: Dios,
los otros, la naturaleza nos da para hacernos nosotros mismos, en tanto las asumimos en nuestro
centro de formación, pero que han de ser depurados autonomizadas en un ejercicio de autarquía.
f) Así en un movimiento similar al de las cuchillas de una licuadora traemos al centro de
nuestro ser la pulpa espiritual que proviene de Dios, la pulpa afectiva que proviene de los otros, y
la pulpa nutricional que proviene de la tierra y la fusionamos en nuestro ser convirtiéndonos en el
exquisito jugo que cada quien quiere ser.

3.1. CALEIDOSCOPIO DE CONDICIONES Y POSIBILIDADES


El autoreconocimiento de lo que somos y lo que tenemos para poder organizarnos O YECTARNOS .
Por ello en esta parte mencionamos la condición y la posibilidad que nos genera y que puede ser
asumido o negada y creada y exaltada o simplemente reconocida y aceptada
I: PARA LIGARSE POR ARRIBA:
1. CONDICION DE ORGANISMO VIVIENTE HUMANO COMO ORGANISMO NOO-PSIQUICO.
PREEMINENCIA DEL ESPIRITU Y RELIGACION TRANSPARENTE CON LO TRASCENDENTE. (Tesis No 4
y 10)
Son muchos los autores y demasiados los datos que nos permiten afirmar que antes que carne los
humanos somos espíritu, que por debajo de la psiquis hay ese algo que denominados espíritu y
por eso la vida es en dirección a lo espiritual. Nos reconocernos hechos de espíritu, con presencia
de divinidad, ya no es como se creía tontamente hace poco, que ello fuese una bobería, una
estupidez. //Al reconocer que nuestra vida no se da sino en relación con un ser superior o del allá,
surge la necesidad de salir y atarme, de ligarme y no de cualquier manera, no como un esclavo;
sino como hijo de…. La vida es un acto de filiación. ¿Nuestro actuar está presidido por motivos
espirituales?; ¿Por qué lo espiritual ha perdido presencia en la vida personal y social?: ¿La vida
puede ser llevada sin un elemento o esencia espiritual?; ¿Las religiones son auténticos
movimientos espirituales para los humanos?
¿Nuestra religiosidad ha sido motivo de preocupación y de desarrollo?; ¿A qué obedecen los
elementos o manifestaciones religiosas que hay en la cultura de la gente?: ¿Qué respuesta ha
sustituido a la tradicional, referida a la existencia de un más allá, de la pregunta: ¿y después de la
muerte qué?, ¿Es posible fundamentar la dignidad y el respeto a la persona desde otro aspecto
que no sea la condición espiritual?
2

2. TOTALIDAD ONTICA LA VIDA ES UNA Y SOLO HAY UNA OPORTUNIDAD. DISPOSICION A


APRENDER (Tesis 7)
El sabio se distingue del necio porque sabiendo lo que sabe reconoce que no sabe todo, en cambio
el necio lo poco que sabe pretende que es el todo de lo que debe conocer y aprender, solo en la
medida en que estamos abiertos a aprender, abiertos al mundo podemos integrar nuestro ser.
Nada está escrito, una libreta en blanco es nuestra vida.¿Hasta donde llega el impacto de mi
condición de organismo psicofísico?; ¿Qué papel juegan la inteligencia y la voluntad de cara a la
fuerza de los instintos más básicos y primarios?, ¿Somos responsables?; ¿La evasión mediante
drogadicción, alcoholismo, prostitución, y otras prácticas es alternativa válida? ;

3. TRAYECTIVIDAD HISTORICA DEL EXISTIR. FOCALIZACION DE LA EXISTENCIA. (Tesis No 6)


(LUCHO CONMIGO MISMO- ME DOY IDENTIDAD).
Heidegger planteó que los humanos nos caracterizamos porque frente a la vida, ella nos
pertenece, tenemos que enfrentarla, hacerla; por lo tanto nadie puede hacer por nosotros lo que
debemos hacer.// Esta es quizá la categoría más importante, gracias a la condición libertaria nos
hemos desprendido de los instintos y nuestra vida queda a la deriva, queda a la disposición de lo
que definimos en el centro como el punto de gravedad. ¿La vida humana está focalizada o se vive
del momento y para el momento?; ¿Cual o cuales son los focos hacia los que la gente orienta su
vida?;¿La gente busca ideales nobles como metas de su vida?; ¿La profesionalización creciente de
la población igualmente asegura un crecimiento en el hallazgo de la felicidad?; ¿La vida vivida para
el bienestar, el placer, la comodidad es auténtica realización?; ¿Los jóvenes tienen la posibilidad
de realizarse plenamente?; ¿La sociedad y el estado aseguran las condiciones para que las gentes
logren su realización?, ¿El futuro está determinado o es determinable?; ¿El tiempo se distribuye
para una realización integral de las personas?; ¿Somos dueños de nuestro tiempo?; ¿Nos
identificamos y pertenecemos con nuestro tiempo o evadimos el momento histórico que nos ha
correspondido?

II. PARA ABRIRSE A LOS LADOS


4. UNICIDAD, IRRPETIBILIDAD Y RESPONSABILIDAD EXISTENCIAL DE LA PERSONA.
AUTONOMIZACION DEL PROYECTO, (Tesis No 1)
INDEPENDENCIA. - AUTARQUIA LIDERAZGO. Aunque somos seres sociales y por eso gran parte de
nuestra vida es hecha por los demás, especialmente en los primeros años de nuestra
conformación como sujetos, en realidad somos lo que definimos ser y por eso hay necesidad de
replantear ciertas de esas ataduras y vivir la autonomía, el ser autor de sí mismo, lo que a su vez
implica la autarquía, ser dueño de sí. El peor manejo que se puede hacer de la existencia es dejar
que los otros (padres, maestros, amigos, novios, esposos etc...) hagan la vida de cada quien.
¿Dónde está la esencia que nos da unicidad?; ¿Venimos al mundo como posibilidad o como dato?;
¿La unicidad e irrepetibilidad de nuestro ser se pierde?; ¿A quien o a qué debo responder en mi
acto de vivir?; ¿Los modelos que se le proponen permiten actualizar (poner en acto) los
potenciales más ricos y humanos de la gente?; ¿Por qué se dice que el liderazgo está en crisis?;
¿Por qué no hay liderazgo entre los jóvenes?
5. ACTUAR AXIOLOGIZADO: PRIORIZACION DE LOS VALORES. (Tesis 9)
La vida se hace en las decisiones y se la gana plenamente cuando se hace una adecuada
jerarquización de los valores. Jerarquizar es como aguzar, afilar la escala de valores colocando los
más absolutos en la punta y los más relativos en la falda. Recuerda que vida solo hay una, vale
decir la flecha para dar en el blanco del ideal soñado solo es una. ¿Hay una escala de valores
2
consensuada que deba asumirse, por qué razones?; ¿Los valores que nos propone la cultura
moderna son coherentes con la auténtica búsqueda de la felicidad?; ¿Cómo se ha llegado a
invertir valores como la vida y que nos espera al admitirlo y seguirlo viviendo?; ¿Qué razones
tenemos para aceptar o rechazar una urgente revisión y actualización de la jerarquía de valores?;
¿Qué criterios seguros permiten la elección acertada de unos valores?;

6. INTERSUBJETIVIDAD ARMONICA DESDE LA ALTERIDAD. EQUILIBRIO DE LO SOCIAL CON LO


INDIVIDUAL (Tesis No 2)
Nos movemos en dos referentes: lo individual y lo social pero lo que nos da estabilidad en ese
“volarse” o “arrojarse” que es la vida, siempre es la horizontalidad de la presencia de los otros.
Nada podemos sin los demás. No nos salvamos solos, lo hacemos los unos al lado de los otros y
tomados de las manos.¿La relación de lo público y lo privado está asegurando un buen vivir a la
gente?; ¿La acusación o señalamiento de la hipertrofia del egoísmo en la cultura occidental es
válida?; ¿Es eficaz la solidaridad, la tolerancia para lograr un clima social de paz?; ¿Los modelos
que se le proponen permiten actualizar (poner en acto) los potenciales más ricos y humanos de la
gente?; ¿Por qué se dice que el liderazgo está en crisis?; ¿Por qué no hay liderazgo entre los
jóvenes?; ¿Hay control social sobre los proyectos de las personas?; ¿Las personas son
auténticamente libres?; ¿En nuestro medio cultural es posible realizarse según uno lo quiere, lo
piensa y lo desea?; ¿Las personas son más dueñas de sí mismas que otras épocas de la historia?;
¿El trabajo y la ocupación son generadoras de esclavitud o de libertad para las personas?; ¿Cuál ha
de ser nuestra postura frente a la presión del contexto? ¿Se forma en la disciplina?;

III: PARA ENRAIZARSE EN EL COSMOS


7. CONDICIÓN LIBERTARIA DEL SER. EL DISCERNIMIENTO (Tesis 5)
Cernir es colar, es evitar que lo grueso o lo innecesario pase. El discernimiento hace referencia a
una actitud que debemos tener frente a los valores, pues los esquemas que la cultura y la sociedad
nos proponen no son siempre formativos, más bien y por lo general son inconvenientes y se deben
apartar. No tragar entero, dicen los expertos y eso exige la capacidad de criticar y poner límite a lo
que no debe ser ni a lo que me favorezca. //¿La educación y formación que se recibe hoy enseña a
discernir plenamente?; ¿Las decisiones como la conducta y el actuar general de la gente y de la
sociedad es discernido?; ¿Qué importancia tiene saber discernir?; ¿La crisis de valores de la que se
habla hoy está relacionada o ligada con la formación para el discernimiento? ¿Se nos orienta y
forma para un permanente aprendizaje?; ¿La pereza por leer existe o solo hay nuevas formas y
textos de lectura?; ¿Los programas académicos responden a una actitud de aprendizaje
permanente o a una estrategia de mercadeo?

8. CONDICIÓN INSERTA Y ARTICULAR EN EL COSMOS DISCIPLINA Y MANEJO DEL TIEMPO


(Tesis 8) CUIDADO Y CONSERVACION
Una de las mayores debilidades de los jóvenes de esta época es precisamente la falta de disciplina,
de rigor y de autoexigencia. Las grandes obras, por ejemplo las grandes catedrales, los grandes
palacios no se hicieron de un día para otro, requirieron de personas capaces de postergar, de
aplazar, de retomar una y otra vez la trayectoria de la vida. //Es tan cierto que el tiempo acaba
todo, pero es tan cierto que él madura todo, el tiempo es un referente o variable para nuestro
quehacer. Es el referente que junto con el espacio nos aterriza, nos pone en la tierra y hacer de la
amenaza del tiempo la oportunidad es propio de artistas y de sabios. Cuando se escucha la famosa
frase de que el “tiempo es oro”, realmente deberíamos pensar en que es el más valioso recurso
que tenemos. ¿Las cosas que me rodena son recurso nada más?; ¿Mi condición me permite
someter lo otro viviente? ;¿Los desarrollos tecnológicos atentan contra la disciplina de las
2
personas?; ¿Es prescindible la tecnología?; ¿Cúal es el mejor modelo de relación con la naturaleza
de lo vivido y propuesto por la cultura?;

9. CONDICION RACIONAL Y CENTRO DE DECISIONES. (Tesis 3)


Nunca la vida es un tapete, nunca será un camino de pétalos, por el contrario- nos recuerda
Estanislao Zuleta- es un camino lleno de espinas, de dificultades y es así porque solo así se logra la
individualidad, la particularidad de cada uno de nosotros, si todos enfrentáramos exactamente los
mismos retos con los primeros que pasaran hubiéramos aprendido y la vida sería color de rosa,
pero cada uno carga su propia cruz que al enfrentarla y cargarla hace mella en distintas curvas que
dan la originalidad de su ser.¿Puedo hacer lo que me dicta mi pensar sin restricción?; ¿Ha de
someterse la razón a algún condicionante?; ¿Por qué hemos de responder por lo que realizamos?;
¿Por qué hemos de someternos a lo que decimos?; ¿Por qué nuestro existir se convierte en un
relato irreemplazable, incambiable? , ¿La crianza está carente de disciplina?;¿La calidad de vida de
las personas está ligada con la disciplina que tenemos?

1.1 FOCALIZACION DE LA EXISTENCIA. (Tesis No 6) (LUCHO CONMIGO MISMO- ME DOY


IDENTIDAD).
1.2 DISCERNIMIENTO (Tesis 5) Y DISPOSICION A APRENDER (Tesis 3)
1.3 AUTONOMIZACION DEL PROYECTO. (Tesis No 1) INDEPEDENCIA.- AUTARQUIA
1.4 PREEMINENCIA DEL ESPIRITU Y RELIGACION TRANSPARENTE CON LO TRASCENDENTE. (Tesis
No 4 y 10)
1.5 AFRONTAMIENTO DE RETOS (Tesis 7)
1.6 DISCIPLINA Y MANEJO DEL TIEMPO (tesis 8)
1.7 PRIORIZACION DE LOS VALORES. (Tesis 9)
1.8 INTERSUBJETIVIDAD O EQUILIBRIO DE LO SOCIAL CON LO INDIVIDUAL (Tesis No 2)
1.9 LIDERAZGO Y DISCIPULADO.

4. LA JUVENTUD EN EL CONTEXTO DE LOS TRAYECTOS DE LA VIDA HUMANA


De todos los trayectos el de la juventud es el más caracterizador, el más centrador pues allí
ejercemos la AUTONOMIA, nos hacemos SUJETOS, nos hacemos INDIVIDUOS y posiblemente, por
que es una posibilidad siempre abierta, nos hacemos CRIATURAS. Es maravilloso poder exponer
hoy que el concepto de autonomía no es solo una elaboración filosófica o un a priori del que
construíamos la concepción de persona. Edgar Morin nos ayuda a entender esa nueva perspectiva
de la autonomía, para la que hay que prever el pensamiento paradojal: “esta es una noción
estrechamente ligada a la de dependencia, y la de dependencia es inseparable de la noción de la
auto-organización. … La autoorganización significa obviamente autonomía, pero un sistema
autoorganizador es un sistema que debe trabajar para construir y reconstruir su autonomía y que,
por lo tanto, dilapidad energía. En virtud del segundo principio de la termodinámica, es necesario
que ese sistema extraiga energía del exterior; es decir, que, para ser autónomo hay que depender
del mundo exterior”

De todos los trayectos que la vida posee el más definitivo, el más poderoso y potente es la etapa
de la juventud, es en donde precisamente y aparentemente astutos y despiertos nos realizamos,
2 pero paradójicamente ahí es donde más nos engañan y nos ponen la máscara, los tapa ojos de
caballo para que no nos salgamos del sendero de la vida de la sociedad. Para comprender mejor
esto propongo esta figura: venimos de la mano de un padre amoroso y cuidadoso que nos pone a
la orilla de un caudaloso y torrentoso río, a ellos por la cultura les está prohibido mantenernos
tomados de la mano, y con angustia nos indica que hay que atravesar trayectar a la siguiente
etapa la adultez, de otro lado nosotros ahí en la orilla estamos felices porque vamos a
experimentar lo que es soltarnos de sus manos, vamos a saborear la libertad, él nos pone unas
piedras que deja a la orilla del río y nos dice que son las tradiciones, los valores, los principios que
podemos usar para hacernos un camino, poco a poco lo vemos desaparecer en el declinar de su
vida y tenemos que vérnoslas con ese río que intenta arrastrarnos en su lujuria. Allí vivimos
desgarramientos de rupturas de SUJETOS, INDIVIDUOS, CREATURA con Dios, con los otros, con la
familia, con la tradición. Volvemos los ojos y allí están las rocas que nos dejaron y que sabiéndolas
colocar haremos camino hacia el otro lado. Nada es nuevo, ese río es testigo de luchas anteriores,
de las crisis de amor, las crisis de dinero que vivieron abuelos, padres y ahora nos toca a nosotros,
tontos pensando que inventamos el camino, lo que inventamos es la táctica ahí en la orilla del
turbulento río hacemos gala de nuestra creatividad y nos arrojamos a trayectarla.
Bogotá, Agosto 11. de 2009. (En memoria de mi padre, quien me enseño a gozar la vida a diario)

OJO: FALTA BIBLIOGRAFIA

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