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FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN

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Ma. del Rayo Rebeca Guzmán Centeno
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INDICE
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
UNIDAD 1. FUNDAMENTOS METAFÍSICOS DE LA FILOSOSFÍA DE LA EDUCACIÓN. 6
UNIDAD 2.LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 3. PROBLEMAS METAFÍSICOS DE LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 4. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD.
UNIDAD 5. EL IDEALISMO ONTOLÓGICO EN LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 6. LA FILOSOFÍA DEL IDEALISMO TRASCENDENTAL EN LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 7. EL MATERIALISMO EN LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 8. EL HUMANISMO EN LA EDUCACIÓN.
MI FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN. CONCLUSIONES.
BIBLIOGRAFÍA.
CUESTIONARIO

INTRODUCCION
La búsqueda de la verdad es lo que libera al ser humano. A lo largo de la historia de la
humanidad, su incansable deseo por descubrirse a sí mismo y a todo lo que le rodea, ha
llevado al hombre a recorrer el camino de la evolución y el progreso.
El contar con una concepción de la vida ha sido un aliciente determinante en dicha
búsqueda. La necesidad de ideas claras que orienta su desarrollo y lo ayuden al progreso
continuo de sus sociedades, ha hecho que el pensamiento humano trascienda e indague sin
descanso por los más recónditos rincones del saber.
El fin básico de hacer un recorrido por la Filosofía de la Educación, considero que tiene sus
fundamentos en ayudar al maestro a encontrarse a sí mismo y adquirir una visión cimentada
en bases racionales sobre el sentido de su vida. Eso definitivamente contribuirá en la
formación y en la orientación de sus alumnos. Es una convicción que la verdadera filosofía
es el alma de toda sana formación.
Como cimiento de este proceso llamado vida, la verdad se pondera como el factor capital de
la educación. Una mala concepción de la vida puede desencadenar una mala formación, una
equivocada instrucción y con resultados de consecuencias históricas y sociales para la
humanidad.
Las prácticas y las experiencias educativas en nuestros tiempos, nos han llevado a
enriquecer el concepto filosófico de la educación. La reflexión, la búsqueda y la sensibilidad
han invadido el nuevo discurso educativo. Las interrogantes de la época tal vez sigan siendo
similares a las de antaño, pero los enfoques de respuesta nos plantean nuevas posibilidades
de acción pedagógica y nos motiva a quienes recorremos el camino de la búsqueda del
conocimiento, del intercambio de información y del desarrollo de las habilidades humanas.
Hoy se exige una versatilidad en la formación de las generaciones actuales y venideras. La
acumulación de saberes que no miden procesos comprensivos de la vida cotidiana de cada
profesión y oficio, pone en riesgo la eficacia del proceso educativo.
Retomaré una frase de José Guadalupe de la Mora Ledesma, quien en su obra “Esencia de la
Filosofía de la Educación” [1]presenta una frase que inspiró el desarrollo del presente trabajo:
“...Qué tremenda responsabilidad la del maestro: ser luz o ser oscuridad. Él no da lo que
sabe, sino lo que es”. Esta concepción filosófica del quehacer educativo encierra en unas
líneas lo que ha representado el conocer los fundamentos básicos de la filosofía de la
educación, además de integrar en mi persona la firme intención de generar una filosofía
propia del proceso educativo y de mi labor como ser activo y participante de éste proceso.
Fortalece ésta filosofía mis intentos cotidianos por dejar en el aula algo más que un puñado
de conocimientos, sino dejar mi esencia misma como ser humano que percibe y concibe la
vida como un proceso de educación continua que inicia desde la gestación hasta el último
respiro.
La presente memoria se orienta en que toda filosofía de la educación se construye sobre los
principios de un sistema filosófico, quedando así integrada en una cosmovisión. Las diversas
filosofías de la educación se cimentarán en sus respectivos sistemas filosóficos.
La filosofía de la educación trabaja sobre dos planos: por un lado busca determinar los
principios explicativos y constitutivos de la educación, esto es, su esencia y su significado;
por otro lado, ahonda en el problema de los fines educativos y en su conexión con la
totalidad de la vida humana. Sin embargo, también podemos encontrar un tercer aspecto que
es importante citar: proporcionar al educador una conciencia o una actitud unitaria antes los
momentos dispersos de su propia actividad, y ayuda al pedagogo a captar el sentido y el
valor de su propia disciplina.
En el conocimiento del desarrollo de la Filosofía de la Educación, lo más atrayente es
precisamente el tercer aspecto: encontrar el sentido de la labor pedagógica sumándose a
esto es sentido mismo de la vida. La búsqueda de la verdad y el descubrimiento del ser se
ciernen entonces como los motivadores que hacen de la educación un proceso que libera,
evoluciona y transforma a los individuos y a las sociedades.

OBJETIVOS
Interpretar los problemas fundamentales de la vida que constituyen los puntos reflexivos de
la Filosofía y aplicarlos al proceso educativo.
Estructurar una concepción filosófica de la vida para tener una base firme en al conducción
propia y que pueda ser aplicada en el proceso de orientación de los demás.
Definir diversas corrientes de la Filosofía de la Educación y valorarlas para entender su
trascendencia en el proceso educativo y en el ámbito docente.
Lograr una explicación de las consecuencias pedagógicas que se puedan desprender de las
diferentes concepciones filosóficas de la educación.

UNIDAD 1. FUNDAMENTOS METAFÍSICOS DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.

PROBLEMAS QUE ENGRENDRA LA DESORIENTACIÓN FILOSÓFICA.


La mentalidad actual es difícil de ser comprendida. Existe un ámbito de confusión y de
desorientación referente hacia dónde vamos, de donde venimos, etc.; tanto el pensamiento
como las prácticas educativas de hoy se caracterizan por éste ambiente de confusión. José
Guadalupe de la Mora Ledesma, en su obra titulada “Esencia de la Filosofía de la Educación”,
enuncia tres grandes problemas que engendran la desorientación filosófica: “El problema de
la realidad esencial; el problema relativo a la naturaleza de la verdad y la validez del
conocimiento y el problema acerca del origen, naturaleza y destino del hombre”[2].
Desde mi perspectiva, estos tres asuntos son motivo de una reflexión profunda por parte de
quienes hemos dedicado nuestra cotidianeidad a la labor educativa. Apoyo la idea de que si
los educadores lográramos tener un recto conocimiento del hombre, su naturaleza y de su
realidad, se pudiera ayudar a la ciencia de la educación a salir un poco de la confusión y del
desconcierto en que se navega. Es preciso entonces, recurrir a una verdadera filosofía para
que la acción educativa reciba una adecuada orientación.
Todo lo anterior, nos lleva a rescatar algunas reflexiones interesantes en ese ámbito. Los
modos de vida, las condiciones sociales, están viviendo profundos cambios. La industria, el
campo, la salud pública, el ajuste social y definitivamente la educación, todo se sumerge en
un momento histórico cambiante y que presenta necesidades muy distintas a las de las
sociedades anteriores.
Es una realidad que muchos de éstos cambios constantes de los que hablamos han traído
grandes beneficios para el hombre y su entorno. Sin embrago, también es cierto, que en el
plano humano, el individuo se ha visto alejado de principios de vida fundamentales de una
existencia plena. Se nos ha olvidado, en medio de tanto ajuste y cambio, que los principios
de una verdadera filosofía pueden ofrecer al hombre un criterio válido para interpretar y
valorar la vida y el significado de la misma.
“El hombre, desde hace un siglo se haya inmerso con mayor profundidad cada vez, en una
crisis, que sin duda, guarda mucho de común con otras que nos son familiares por la historia
pero que, sin embrago, resulta peculiarísima en un punto esencial. Nos referimos a la
relación del hombre con las nuevas cosas y circunstancias que han surgido de su propia
acción o que, indirectamente se deben a ella. Podríamos calificar esta peculiaridad de la
crisis contemporánea como el regazo del hombre tras sus obras...”[3].
Al párrafo anterior aportado por Buber, podemos también añadir la reflexión de A.K.C.
Ottaway en su obra Educación y Sociedad: “...de un modo general, puede decirse que los
cambios señalados han surtido efectos tanto positivos como negativos. Por una parte, hoy
en día, los niños tienen más libertad y la democratización de la familia ha aumentado; por
otra parte, el control paterno, necesario en ciertos casos, es menor; y también lo es la
interacción social en el hogar. Muchas veces se exige de la escuela que compense las
deficiencias del hogar”[4].
En este contexto de cambio y de reajuste de las relaciones interpersonales, aparece la
concepción de la vida como un concepto que se ve modificado ininterrumpidamente por los
estímulos de un mundo complejo. El ser humano tiene necesidades cada vez más diferentes
a las de antaño, necesidades de autorrealización, de estabilidad emocional y de
comunicación afectiva. En algunos momentos de la historia ha buscado encontrar sus
respuestas en el exterior, construyendo máquinas que le faciliten sus procesos y
desarrollando tecnologías de punta. Sin embrago, el camino de la vida interior ha sido
minado por este proceso y sus orientaciones de relaciones humanas se han confundido. El
avance en su camino hacia la libertad a veces lo ha alejado de su verdad. Si la verdad libera,
deberemos entonces replantearnos una concepción de vida que reconcilie los dos términos y
que en el caso del proceso educativo, revalore muchos aspectos de la realidad del ser para
fomentar una filosofía que le otorgue una certidumbre y una confianza en su potencialidad
humana.
EL PROBLEMA DE LA REALIDAD ESENCIAL.
A lo largo de la historia de la humanidad han surgido diferentes corrientes filosóficas en
busca de la verdad, a continuación trataremos de resumir los puntos de aportación
esenciales de cada una de ellas:
EL MATERIALISMO.
Es el sistema que admite como sustancia única la materia. Las formas más destacadas del
materialismo son las atribuidas a autores como: Demócrito; Leucipo, etc., autores de la
época antigua que presentan una visión mecanicista de la realidad.
La otra forma del materialismo es la aportada por autores como Marx, Engels, Lenin, Stalin,
etc., que ha sido llamada también materialismo dialéctico.
Los filósofos de la escuela atomista definen que el ser está constituido de átomos
materiales y éstos son eternos y toda realidad está integrada en ellos. La corriente
materialista ha sido seguida por filósofos como Hobbes, Le Metrie, Marx, Engels y otros
quienes dan por supuesto la eternidad de la materia con perennes transformaciones.
EL IDEALISMO.
Sistema filosófico que considera a la idea como primera y única realidad esencial. La esencia
del ser es la idea, el mundo de la materia es una ilusión, es una manifestación de la idea o del
pensamiento. Entre sus representantes encontramos a Platón, del idealismo ontológico; a
Hegel, del idealismo trascendental y a Berkeley, del idealismo empírico.
IDEALISMO ONTOLÓGICO.
Su representante, Platón, tiene una cosmovisión idealista de la realidad; afirma la existencia
de un mundo de esencias puras, realizadas más allá de este cielo invisible, el alma conoce
estas ideas eternas e inmutables, antes de ser encarcelada en la materia.
IDEALISMO TRASCENDENTAL.
Su representante, Hegel, establecía que la realidad se reduce a la idea, todo es pensamiento,
su frase: “Lo que es racional es real y viceversa”, plantea de manera explícita su postura.
Determina que la esencia de toda realidad y del todo es pensamiento, Idea.
“La Idea debe es el pensar absolutamente idéntico a sí mismo. Y el pensar es la actividad
consistente en enfrentarse consigo mismo, a fin de ser para sí, y ser él mismo en este otro sí
mismo. Así la ciencia comprende tres partes:
1º. La lógica, o sea, la Idea de la ciencia en sí y para sí.
2º. La Filosofía de la naturaleza, o sea, la ciencia de la Idea en su alteridad.
3º. La Filosofía del Espíritu, es decir, la Idea de que su alteridad retorna a sí misma.
...En la naturaleza no se podría reconocer otra cosa que la Idea, pero bajo la forma de
exteriorización, y también ella se encuentra en el espíritu como siendo para sí y llegando a
ser en sí y para sí... [5].
EL ESPIRITUALISMO.
Sistema filosófico que afirma la primacía de un Ser Absoluto de naturaleza espiritual que
domina y crea la materia. La realidad esencial se explica en términos de espíritu y de materia.
Entre sus representantes encontramos a Xenófanes, Aristóteles, Cicerón, San Agustín, Santo
Tomás de Aquino, Descartes, Pascal, Leibniz, Suárez, Bergson, Scheler, Maritain y Mounier
entre otros.
Aristóteles sostuvo la existencia de un modo espiritual que se evidencia en las operaciones
del alma humana y se deduce de las reflexiones sobre el ser Absoluto. Coincide con Platón al
afirmar la irreductibilidad de las ideas a las imágenes producto de las sensaciones.
Si tratáramos de extraer las tesis fundamentales de la metafísica realista con respecto al
problema ¿qué es lo que existe?¿Existe? Se concretaría a lo siguiente: “1ª. Existen las cosas.
2ª. Existen las cosas como inteligibles, es decir, que además de ser, consisten o son esto o
aquello; tienen una esencia y son inteligibles. 3ª. Existe la inteligencia, el pensamiento, Dios.
4ª. El hombre es una de las cosas que existen. 5ª. El hombre es inteligente relativamente, es
decir, participa de la inteligencia que existe. 6ª. El hombre conoce que las cosas son y lo que
las cosas son. 7ª. La actividad suprema del hombre consiste en el conocimiento”[6].
EL PROBLEMA RELATIVO A LA NATURALEZA DE LA VERDAD Y A LA VALIDEZ DEL
CONOCIMIENTO.
Saber qué son las cosas es un tema que a todos nos preocupa y ha preocupado a lo largo de
la historia de la humanidad. Sin embargo, nos ha interesado más el saber que valor tienen
nuestros conocimientos sobre ellas. El problema del conocimiento puede ser expresado de
esta sencilla manera, somos conscientes de que necesitamos una certeza de que la
poseemos.
La actitud de la mente humana es oscilar entre dos extremos: credulidad por una parte, o
sea, confianza en que podemos conocer algo y escepticismo por otra, que responde a una
desconfianza natural porque en muchas ocasiones hemos visto que no conseguimos la
verdad donde creíamos haberla encontrado. Así surge una actitud normal de crítica, de
investigación.
El problema del conocimiento se ha perfilado en distintos sistemas que a continuación
describiremos de manera resumida:
DOGMATISMO.
Es sostenido por espíritus fuertes que desprecian todas las dificultades y creen que es
innecesario el planteamiento del problema crítico, puesto que para ellos basta la certeza
natural. A ello se responde que tal certeza podría servir para cosas prácticas del diario vivir,
pero no para cimentar en esta certeza natural ni la ciencia ni la filosofía, porque ha de
investigarse la última causa de todo ente. Para ésta posición epistemológica no existe
todavía el problema del conocimiento porque da por supuesta la posibilidad y la realidad del
contacto entre el sujeto y el objeto e inspira una confianza en la razón humana.
ESCEPTICISMO.
Sistema Que afirma que no es posible obtener ninguna certeza en las cuestiones que
investiga la filosofía. Niega por tanto, la existencia de la verdad y la posibilidad del
conocimiento. Existen diferentes tipos de escepticismo: el lógico que niega la posibilidad de
todo conocimiento. El especial, que niega cierto tipo de verdades, si es en el orden moral se
denomina escepticismo ético, si es relativo a la metafísica se denomina agnosticismo. Este
último ha influido mucho en otros autores a través de la filosofía Kantiana, sobre todo en las
positivistas y neopositivistas lógicos. En la antigüedad sus representantes fueron
Protágoras, Pirrón, Empírico y Gorgias. En la edad moderna son muchos los que presentan
esta postura en sus obras como podemos citar a continuación:
EMPIRISMO.
En él se afirma que no hay mas medios de conocimiento que los sentidos, teniendo como
instrumento la intuición sensible y la experimentación.
RACIONALISMO.
Filosofía que afirma que sólo la razón es la que da a conocer la realidad despreciando el
valor de los sentidos.
IDEALISMO.
Afirma que el pensamiento nada puede conocer fuera de lo que está en él. O sea, por medio
del pensamiento no se puede salir fuera del pensamiento.
REALISMO.
Asegura que el conocimiento capta la realidad por medio de la actividad de los sentidos y de
la inteligencia, no sin antes haber realizado una justificación crítica de la capacidad de la
mente para conocer la verdad.

DIVERSAS CONCEPCIONES ACERCA DE LA VERDAD.


El concepto de verdad ha tenido variaciones a lo largo de la historia las cuales podemos citar
de manera resumida enseguida:
CONCEPCIÓN IDEALISTA.
Define la verdad de la siguiente manera: “verdad es la concordancia del conocimiento con su
objeto”. En esta concepción, la verdad es el acuerdo del juicio con las leyes inminentes de la
razón. A esta concepción de la verdad se le puede objetar que la coherencia interna no
constituye la verdad, porque no tiene relación con lo real. Y así sabemos que el pensamiento
siendo perfectamente coherente, puede ser falso.
CONCEPCIÓN SOCIOLÓGICA DE LA VERDAD.
Propuesta por Durkheim y divulgada por Goblot, quienes definen la verdad como: “ el acuerdo
de las inteligencias entre sí”. Podemos decir que tratan de visualizar una creencia colectiva.
A esto se responde que no es el acuerdo lo que determina la verdad, sino la conformidad de
la mente con la realidad, porque han existido errores comunes como la idea de la inmovilidad
de la Tierra.
CONCEPCIÓN PRAGMÁTICA.
Para ella la verdad consiste únicamente en su valor práctico, es verdadero lo que favorece la
acción. “La verdad se define por el éxito”. El pragmatismo se aplica de manera lógica, en todo
caso a las verdades de orden moral o religioso, pero no a las de orden teórico como son las
verdades abstractas, teoremas matemáticos cuya verdad se impone a la mente antes de que
aparezca su utilizada. William James, heredero de la doctrina de Kant es uno de los
propagadores de este concepto. La verdad es percibida por la inteligencia y esta verdad
puede estar en oposición con los sentimientos. La verdad es hecha por el hombre, es obra
del hombre.
CONCEPCIÓN DE LA VERDAD EN EL REALISMO.
En ella se considera la verdad como una adecuación entre la inteligencia y el ser, debe
evitarse considerar la verdad como una cosa o un ser designado por un sustantivo. Reside
primero en la inteligencia y después se aplica a as cosas secundariamente. Existen
diferentes especies de verdad. La ontológica que es la conformidad del ser humano con la
mente; la lógica, que es la conformidad de la mente con el ser y la verdad formal que es la
combinación de las dos anteriores. La meta de un conocimiento seguro es obtener la verdad
formal para llegar a alcanzar la adecuación con la realidad.

LA ADECUACIÓN METAFÍSICA.
Un tema que no puede restarnos importancia al realizar un análisis del conocimiento es el
relativo a la posibilidad de la metafísica. Kant negó la posibilidad de la metafísica como
ciencia equiparable a la ciencia fisicomatemática de la naturaleza que maneja como objetos
de estudio los fenómenos, olvidando que la filosofía se construye con realidades que la
razón descubre más allá de esos fenómenos, teniendo como instrumento un principio de
valor universal que es el principio metafísico de la casualidad y no es el principio de
casualidad física que es en el que él apoya sus aportaciones.
“Es propiedad de todo ente de este mundo el no ser necesariamente absoluto, el no ser
necesariamente necesario, sino contingente, es decir, que según su esencia puede ser y
también –se entiende en distinto tiempo- puede no ser. En este sentido las cosas de este
mundo no son independientes, no tienen existencia por sí mismas, por su propia esencia. Y
de este ente falto de independencia decimos que depende de otro, que debe a otro su
existencia... Ahora bien, si llamamos “causa” a un ente que por su acción da la existencia a
otro ente también dependiente, resulta el aserto: Todo ente falto de independencia
(contingente) debe su existencia a una causa, con otras palabras, es causado. Este aserto es
el aserto universal que buscábamos, que expresa la conexión necesaria entre las cosas de
éste mundo y su origen primero supramundano. Llamamos a este aserto, principio de
casualidad”[7].
Exigir la verificación de una manera empírica para fundamentar la verdad en el campo de las
ciencias positivas, es lo indicado incluso cuando no todo pude comprobarse por este
procedimiento en todas las ciencias, en algunos casos el instrumento es el raciocinio
deductivo.
Sin embargo, en el dominio de la filosofía, los métodos que conducen a la verdad son el
inductivo que parte de la experiencia de lo real y el deductivo que extrae conclusiones de los
datos adquiridos por la experiencia sensible y que eleva a representaciones meta-empírica.
La verificación de la verdad se realiza por el raciocinio inductivo, deductivo y analógico. La
metafísica no es una de las ciencias positivas, es e, saber de los entes, un conocer profundo
de ello investigando sus últimas causas.
LAS CIENCIAS Y LA METAFÍSICA.
En algunas ciencias el método que conduce a la verdad es el raciocinio deductivo, en el caso
de la Filosofía los métodos son el inductivo que parte de la experiencia de lo real y el método
deductivo que de los datos aprendidos a través de los sentidos extrae conclusiones y
representa los datos como meta-empíricos. Además se apoya en el método analógico. Por lo
tanto la metafísica es el saber a través de un conocimiento profundo al investigar sus causas
últimas de los entes.
EL PROBLEMA ACERCA DEL ORIGEN, NATURALEZA Y DESTINO DEL HOMBRE.
La Filosofía es la ciencia que nos proporciona un conocimiento profundo del ser, y para
adquirir dicho conocimiento se necesita entender dos aspectos: el fenomenológico y el
trascendental.

ANÁLISIS FENOMENOLÓGICO.
EL MUNDO DEL HOMBRE.
El mundo del hombre es una realidad dinámica, es decir, que va adquiriendo nuevos
conocimientos a través de la historia, el tiempo y el espacio, lo cual le ayuda a ampliar su
horizonte intelectual.
LA CONDUCTA HUMANA Y LA CONDUCTA ANIMAL.
El hombre tiene un carácter espiritual a diferencia de los animales; las conductas de ambos
demuestran así, por ejemplo que: el hombre se crea en un mundo a través de un horizonte
intelectual en tanto que el animal posee un entorno limitado; el hombre tiene conciencia de lo
que percibe, el animal no y finalmente Marx Scheler señala que “frente al animal, que siempre
dice sí a la realidad... el hombre es el que puede decir no”.
LA REFLEXIÓN SOBRE LA ACTIVIDAD PSÍQUICA DEL HOMBRE.
Las manifestaciones como ideas, voliciones, afecciones espirituales son superiores a las del
psiquismo animal pues obran a través de una fuerza espiritual, a través de una actividad
psíquica superior basada en el entendimiento, voluntad y afectividad.
ANÁLISIS ONTOLÓGICO DE LA EXISTENCIA HUMANA.
A continuación presentamos la constitución ontológica del hombre.
LA EXISTENCIA DE UN PRINCIPIO ÚLTIMO EXPERIMENTAL.
Al hablar de un principio último experimental es hablar de algo que no puede verse, ni
sentirse, sino de algo que informa al cuerpo, que le da vida, es decir, se trata de una realidad
metafísica que explica al hombre, al ser, como algo más que sólo materia, también como
espíritu que lo eleva propiamente a “cuerpo viviente”.
PROPIEDADES DEL ALMA.
Como propiedades del alma mencionaremos las siguientes:
Sustancialidad: Es hablar de una realidad o ser, que subsiste en sí. De un ser yo que se
destaca como centro común a través de nuestra vida.
Unidad: Se refiere a que dentro de uno mismo se rige el principio de unidad entre las
actividades vegetativo-sensitivo-racional como un solo yo.
Simplicidad: ésta se refleja a través del aspecto racional como lo es el pensamiento.
Incorruptibilidad e inmortalidad: Refiriéndose a que el alma no puede terminar con la
destrucción del cuerpo, de la materia, ya que escapa a las limitaciones del tiempo y el
espacio haciéndola inmortal, incorruptible pues no teniendo partes que la integren no puede
darse en ella la desintegración.
ACERCA DEL ORIGEN DEL HOMBRE.
El origen del hombre a lo largo del tiempo ha generado diferentes posturas, así tenemos:
Determinista: Apoyada por el materialismo que afirma que el hombre procede de la materia
cósmica y por el Idealismo, que dice que éste procede de la Idea Absoluta.
Finalista: La cual sostiene que el hombre es creado por un Ser Trascendental, dándole un
destino y un fin a su naturaleza.
SOBRE EL DESTINO DEL HOMBRE.
Ante la muerte, el hombre es cuando se pregunta acerca del sentido de su vida. ¿Qué puede
darle al hombre un pleno sentido a su vida?
LA FELICIDAD COMO FIN ÚÑTIMO DEL HOMBRE.
Para que la vida del hombre no sea un absurdo, debe existir algo que le dé una razón, un
significado para tener una felicidad plena y no entregarse a un materialismo práctico
solamente. Un análisis de la existencia humana nos lleva a concluir que: la humanidad, el
hombre, no puede salvarse a sí mismo y que el hallar el sentido de la existencia humana, no
es tarea fácil y supone algo más que un conocimiento de tipo científico que resulta
insuficiente.
EL DESTINO DEL HOMBRE ¿UN PROBLEMA SIN SOLUCIÓN?
Miguel de Unamuno, en su obra “Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los
pueblos” plantea lo siguiente: “...sólo nos interesa el porqué en vista del para qué, sólo
queremos saber de dónde venimos para mejor poder averiguar a dónde vamos...”; “¿Por qué
quiero saber de dónde vengo y a dónde voy, de dónde viene y adónde va lo que me rodea, y
qué significa todo esto? Porque morirme del todo, y quiero saber si he de morirme o no
definitivamente. Y si no muero, ¿qué será de mí?, Y si muero, ya nada tiene sentido. Y hay tres
soluciones: a) o sé que me muero del todo, y entonces la desesperación irremediable, o b) sé
que no muero del todo, y entonces la resignación, o c) no puedo saber ni una cosa ni la otra, y
entonces la resignación en la desesperación o está en aquélla, una resignación desesperada,
o una desesperación resignada, y la lucha..[8].”.
“El hombre es trascendencia y realiza su propio ser superándose a sí mismo, se actualiza en
tanto que se trasciende, lo cual acontece en cada auténtica apertura y entrega a la verdad, al
bien y a la belleza absolutos, al valor personal y a la comunidad... Querámoslo o no, supone
una condición de sí mismo un Absoluto que constituye el fundamente del sentido supremo e
incondicional de la existencia humana...” es lo que afirma Emerich Coreth, en su libro ¿qué es
el hombre?”.[9]

UNIDAD 2. LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.


NATURALEZA DE LA FILOSOFÍA Y SU DIVISIÓN.
Filosofía etimológicamente significa “amor a la sabiduría”, esto se puede interpretar de tres
formas:
Como un estudio que guía al individuo sobre su conducta general.
Como una visión de la vida coherente y ordenada que percibe el hombre con relación a los
fenómenos con los que interrelaciona.
Como un conjunto de principios conductores y reguladores de la conducta humana y los
valores especializados en los diversos campos del conocimiento.
ORIGEN DE LA FILOSOFÍA.
La filosofía surge cuando el hombre empieza a buscar una explicación de sí mismo y del
medio que lo rodea sobre la base de su razón y sus sentidos.
LAS FUENTES DE LA FILOSOFÍA.
Las fuentes de la Filosofía son tres:
La primera fuente, se engloba en tres tratados, y es la que ofrecen los seres: Filosofía Natural
(fenómenos), Matemáticas (extensión) y Metafísica (el ser como tal.
La segunda se refiere al entendimiento de las actividades de reflexión, razón y juicio,
dedicándose a ella la Lógica y la Psicología Racional.
La tercer fuente se refiere por su parte a las normas que rigen al hombre como individuo
mediante la Filosofía Moral.
LAS FUNCIONES DE LA MENTE SEGÚN ARISTÓTELES.
Función contemplativa: Conocer por conocer.
Función práctica: Conocer las normas que rigen nuestras propias actividades.
Función poética: conocer normas para dirigir acciones fuera de nosotros.
DIVISIÓN DE LA FILOSOFÍA.
Sobre la base de lo anterior expuesto, la Filosofía se divide en:
Filosofía Especulativa: abarca Teoría del Conocimiento y Teoría Natural
Metafísica: en donde encontramos la Cosmología, Psicología y Ontología.
Filosofía Práctica: Refiriéndose a la Moral.
Filosofía de la Belleza: Estética.
La filosofía abarca el estudio del objeto material (estudio de todos los seres) y el estudio del
objeto formal (los estudia por medio de su luz natural, investigando sus causas últimas.

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.
La educación la podemos estudiar como un ente cultural, a través de la Filosofía de la
cultura, o bien, enfocada a la investigación de su estructura ontológica, es decir, se hace un
estudio metafísico de la educación.
Un camino a seguir.
Para el estudio de la Filosofía de la Educación se usaran los métodos fenomenológico y
trascendental. El primero es descriptivo y el segundo es comprensivo.
MÉTODO FENOMENOLÓGICO.
Mediante éste análisis descubrimos a la educación como un fenómeno cultural.
MÉTODO TRASCENDENTAL.
Una vez analizado el ente cultural de la educación, es necesario un estudio reflexivo de
carácter metafísico para descubrir la esencia de la educación.
LA EDUCACIÓN COMO ENTE CULTURAL.
La cultura puede ser objetiva o subjetiva. Es subjetiva cuando el propio sujeto realiza la
acción consciente y transformadora. La objetiva se dirige a transformar los objetos naturales
o externos. La objetividad natural se convierte en cultural cuando los entes culturales reciben
la influencia del espíritu subjetivo.
Cada generación tiene como tarea la de fomentar la cultura para lograr aumentarla y
progresar en ella.
LA CULTURA SUBJETIVA.
La cultura subjetiva puede ser de carácter propiamente espiritual dirigiéndose al
perfeccionamiento de la inteligencia, voluntad o sentimiento; o bien, de carácter orgánico,
cuando se enfoca al desarrollo de la sensibilidad corporal.
La cultura subjetiva dirige a la objetiva y su importancia radica en que un sujeto puede influir
en otros para ayudarlo a elevar el grado de su cultura subjetiva.
FILOSOFÍA DE LA CULTURA.
Se le da este nombre a la disciplina que trata de explicar el fenómeno de la cultura sobre la
base de investigaciones de las causas de su origen, normas de transformación y formas de
sus fases.
La Filosofía de la cultura se limita a describir y a descifrar las ciencias; busca los valores de
la cultura: verdad, belleza, justicia, santidad.
FORMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CULTURA.
Hay varios puntos de vista sobre la interpretación del fenómeno natural:
Orientación realista; quién considera que la cultura colabora a que haya un
perfeccionamiento del mundo en base del espíritu.
Orientación idealista; que dice que el espíritu lo produce todo de sí mismo, por lo que la
cultura no es la espiritualización de la naturaleza, sino la autorrealización del espíritu.
FACTORES CREADORES DE LA CULTURA.
Nietzsche, Ipsen, Carlyle, entre otros apoyan la filosofía individualista de la cultura, y afirman
que sólo los grandes genios son capaces de producir cultura. Los filósofos los románticos
como el caso de Herder, Hegel, Fitche, Wundt afirman por su parte, que la cultura es creada
por el alma del pueblo; la Filosofía marxista dice que la cultura es un producto colectivo.
VALORACIÓN DE LA CULTURA.
Se presentan las siguientes posturas:
Optimista; que dice que deben desaparecer las carencias del espíritu y de la naturaleza hasta
alcanzar la perfección.
Pesimista; quien afirma que la cultura corrompe al hombre. Sus seguidores son Rousseau,
Tolstoi, Schopenhaur y Spengler.
La Filosofía trascendental, que busca el fin supremo de la cultura.
La Filosofía inmanente que dice que el fin último de la vida está en la cultura.
EL ESPÍRITU EN EL DESARROLLO DE LA CULTURA.
Cuando las condiciones de la existencia humana se tornan difíciles, crea los medios para
dominar la naturaleza, una vez que se supera dicha situación, se atiende a sí misma.
La educación como ente cultural cambia de un realismo pedagógico a un humanismo
pedagógico, a través de la historia, la Filosofía de la Educación nos ayudará a encontrar una
respuesta adecuada en la labor educativa para la elección más acertada de una dirección a
seguir.
NATURALEZA Y CULTURA.
Por Naturaleza entendemos el conjunto de los seres que encontramos en el mundo, tal y
como son por su origen y nacimiento; por cultura (subjetiva) entendemos un
perfeccionamiento del espíritu humano realizado a través de un proceso consciente del
entendimiento y la voluntad; cultura objetiva, a su vez, es todo aquello que el hombre crea en
base a su educación y talento.
LOS VALORES EN LOS BIENES CULTURALES.
Los valores son universales, pues en todos los tiempos y espacios han existido, mientras
tanto los bienes culturales están circunscritos a límite espacio, ya que son creaciones
concretas.
A pesar de ello, cualquier sentido que se le da a los bienes culturales, todos aspiran a los
mismos valores: belleza, santidad, justicia, verdad.
LA EDUCACIÓN Y LOS VALORES.
El educando realiza sus valores mediante las vivencias conscientes de éstos y por
experiencias propias culturales es que forma en su conciencia las estimaciones de valor,
esto es, al contacto de los bienes culturales que se han transformado en bienes educativos.
También es importante señalar la influencia que ejerce la comunidad en la asimilación de
bienes culturales y vivencias de valores para la culminación del acto educativo.

RELACIÓN ENTRE LA FILOSOFÍA DE LA VIDA Y LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.


Todo sistema de educación esta basado sobre una filosofía de la vida con nombrar algunos
filósofos como Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Locke, Rousseau, Kant, Spencer,
Dewey, quienes han reflexionado acerca de la educación a través de la historia. El plan más
antiguo de la educación es el de Platón; Kant la analiza en base a un deber ético; William,
Natorp y Durkheim la tratan a nivel sociológico. Spencer la ve más como un proceso de
evolución materialista. Dewey realiza un pragmatismo experimental y sociológico.
De Houre señala los siguientes vínculos entre Filosofía y Educación:
Vínculo natural.
La concepción de la vida y la educación que se transmiten de padres a hijos.
Vínculo lógico.
La parte central de la educación se manifiesta en sus ideales determinadas por la Filosofía.
Vínculo histórico.
Evidenciado por los filósofos y pedagogos citados a través de la historia.
Vínculo social.
Haciendo hincapié de la sociedad existente entre filosofía y cultura.
Vínculo cultura.
El cual representa los ideales de la vida que son guiados por la Filosofía.
Vínculo humano.
Para lograr el desarrollo educativo del hombre siendo comprendido por la Filosofía.
Vínculo religioso.
La Filosofía de la vida se consuma con la religión y ésta se da a conocer al hombre mediante
la educación.
CORRIENTES QUE NIEGAN LA RELACIÓN ANTES EXPRESADA.
La interpretación puramente científica.
Afirma que la educación debe medirse cuantitativa y cualitativamente, y que al depender de
la Filosofía, la educación no tiene entrada en el campo de las ciencias objetivas.
Esta afirmación es del Naturalismo, para el cual las Ciencias Naturales es la única ciencia y
sus métodos únicamente los científicos.
Valoración: Respecto a ello, el naturalismo sólo puede apreciar el mundo natural, material,
pero no una realidad de las actividades del alma humana que son valores que se encuentran
en la Filosofía.
La interpretación Psicológica.
Herbart, entre otros, sostiene que la educación depende de leyes y procesos psicológicos.
Valoración: La psicología es una ciencia que estudia la conducta, pero la educación requiere
una explicación recta de ella, las normas para su estudio se encuentran en la Filosofía, por lo
que la psicología solo sería una ciencia auxiliar de la ciencia educativa.
Interpretación pragmática.
Para ella los principios de la educación deben ser formulados por prácticas satisfactorias.
Valoración: A pesar de que se requieren métodos, prácticas y que éstos son valiosos, estos
métodos están subordinados y son secundarios en importancia para el maestro. Los
alumnos adquieren el conocimiento de los valores morales bajo la dirección del profesor y es
éste quien esta guiado por una sólida y acertada Filosofía de la vida.
EDUCACIÓN: DEFINICIÓN NOMINAL Y REAL.
La educación debe interpretarse en base a los siguientes factores:
Complejidad del sujeto: Debido a que el ser humano tiene varios aspectos que deben ser
perfeccionados: físico, intelectual, moral.
El medio ambiente: La educación reajusta el ambiente en base al espacio, tiempo y
circunstancias en que se presenta.
Las ideas prácticas y teóricas de los filósofos y educadores.
Filosofías contradictorias de la educación: Hay una gran diferencia entre la teoría y la
práctica de la educación al aceptar o no la existencia del alma, creando a partir de esta la
desorientación en la acción educativa.
ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO “EDUCACIÓN”.
La primera etimología es: EDUCARE, de ex, fuera; ducere: llevar, significando así como lo
señala Pestalozzi: educación es desarrollo.
La segunda etimología es EDUCARE, que quiere decir: alimentar al ganado: educare pecus,
según Plauto; y anium, de acuerdo con Marco Tulio Cicerón. Herbart y los socialistas, quienes
toman esta segunda definición, estiman que la educación es transmisión de cultura.
El alemán Adolfo Rude por su parte, afirma que “educar es dirigir la formación de una
personalidad plena de valores para una comunidad pletórica de ellos”; es decir, toma a la
educación como “dirección”, como lo indica la raíz duc, de ducere: conducir, guiar.
DEFINICIÓN REAL.
Redden y Ryan, en su obra Filosofía de la Educación”, la definen como “ la influencia
deliberada y sistemática ejercida por la persona madura sobre la inmadura, por medio de la
introducción, la disciplina y el desarrollo armónico de todas las facultades: Físicas, sociales,
intelectuales, morales, estéticas y espirituales del ser humano, de acuerdo con la jerarquía
esencial de las mismas, para la utilidad individual y social, dirigida hacia la unión del
educando con su fin último trascendente”[10].
EXPLICACIÓN.
Influencia deliberada y sistemática: Se refiere a un control autoritario y orientación madura
sobre quienes van a ser educados.
Persona madura e inmadura: La autoridad del profesor es importante en el desarrollo del
niño que conserva inmadurez para controlar y dirigir el trabajo del educando.
Instrucción: El aprendizaje es un medio educativo que debe estar en manos de una persona
preparada, madura que influya no a manera de imitación, sino para formar la personalidad del
educando y que éste se descubra a sí mismo.
Desarrollo armónico: Los elementos de la naturaleza deben desarrollarse de acuerdo a su
jerarquía esencial.
Poético: Facultades sensoriales y espirituales, así como apetitivas (instintos, voluntad), que
serán desarrolladas con la educación.
Aspecto social e individual: Individualmente la educación debe de ayudarlo a dirigirse a sí
mismo como persona libre y en armonía. Socialmente para incorporar al educando a los
diversos grupos sociales en que se desenvuelve.
Dirigida hacia el fin último: Cuyo fin último es la felicidad perfecta, es decir, la educación debe
ser orientada a lo que es el Sumo Bien.
DEFINICIÓN DE EDUCACIÓN CONSIDERADA COMO PROGRESO.
W. Cunnigham, en su Filosofía de la Educación, da este significado: “La educación es un
proceso de crecimiento y desarrollo por el cual el individua asimila un caudal de
conocimientos, hace suyo un haz de ideales de vida, y desarrolla la habilidad de usar esos
conocimientos en la prosecución de estos ideales”.
EXPLICACIÓN.
La educación debe cambiar en aspectos como: De ignorancia a conocimientos, de impulsos
a ideales, es decir, cambiar los instintos a un control moral o de ideales de vida, de
capacidades a habilidades.
“...La educación es un hacer total, y por lo tanto, consciente; ella comunica la formación de la
personalidad de una persona a otra. No merece llamarse educación ni la asimilación
inconsciente o semiconsciente por la que los jóvenes se van asemejando a los adultos, ni el
procedimiento que se limita a regular las tendencias juveniles mediante ciertas normas y
disposiciones, sin preguntarse si los efectos resultantes profundizarán suficientemente en la
vida espiritual del alumno y cómo se cambiarán dentro de ella en un resultado de conjunto”.
[11]
sigue

Notas
[1] De la Mora Ledesma José Gpe. Esencia de la Filosofía de la Educación, Ed. Progreso. P. 5.
[2] De la Mora Ledesma José Gpe., Eencia de la Filosofía de la Educación. Editorial Progrdso.
P. 17
[3]Buber, Martín, ¿Qué es el Hombre?, pp. 76-78
[4] A.K.C. Ottaway, Educación y sociedad, pp. 161-163
[5] Hegel, Ebciclopedia I. La Filosofía.
[6] M. García Morente y J. Zaragüeta B., Introducción a la Filosofía, p. 125
[7] Juan B. Lotz y josé de Vries, El Mundo del Hombre, p. 73
[8] Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y los pueblos, pp.
32-35
[9] Emerich Coret, ¿Qué es el hombre? Pp. 249-250
[10] Redden y Ryan, Filosofía de la Educación.
[11] Otto Wilmann, Teoría de la formación humana.

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