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Ma. del Rayo Rebeca Guzmán Centeno
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INDICE
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
UNIDAD 1. FUNDAMENTOS METAFÍSICOS DE LA FILOSOSFÍA DE LA EDUCACIÓN. 6
UNIDAD 2.LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 3. PROBLEMAS METAFÍSICOS DE LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 4. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD.
UNIDAD 5. EL IDEALISMO ONTOLÓGICO EN LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 6. LA FILOSOFÍA DEL IDEALISMO TRASCENDENTAL EN LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 7. EL MATERIALISMO EN LA EDUCACIÓN.
UNIDAD 8. EL HUMANISMO EN LA EDUCACIÓN.
MI FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN. CONCLUSIONES.
BIBLIOGRAFÍA.
CUESTIONARIO
INTRODUCCION
La búsqueda de la verdad es lo que libera al ser humano. A lo largo de la historia de la
humanidad, su incansable deseo por descubrirse a sí mismo y a todo lo que le rodea, ha
llevado al hombre a recorrer el camino de la evolución y el progreso.
El contar con una concepción de la vida ha sido un aliciente determinante en dicha
búsqueda. La necesidad de ideas claras que orienta su desarrollo y lo ayuden al progreso
continuo de sus sociedades, ha hecho que el pensamiento humano trascienda e indague sin
descanso por los más recónditos rincones del saber.
El fin básico de hacer un recorrido por la Filosofía de la Educación, considero que tiene sus
fundamentos en ayudar al maestro a encontrarse a sí mismo y adquirir una visión cimentada
en bases racionales sobre el sentido de su vida. Eso definitivamente contribuirá en la
formación y en la orientación de sus alumnos. Es una convicción que la verdadera filosofía
es el alma de toda sana formación.
Como cimiento de este proceso llamado vida, la verdad se pondera como el factor capital de
la educación. Una mala concepción de la vida puede desencadenar una mala formación, una
equivocada instrucción y con resultados de consecuencias históricas y sociales para la
humanidad.
Las prácticas y las experiencias educativas en nuestros tiempos, nos han llevado a
enriquecer el concepto filosófico de la educación. La reflexión, la búsqueda y la sensibilidad
han invadido el nuevo discurso educativo. Las interrogantes de la época tal vez sigan siendo
similares a las de antaño, pero los enfoques de respuesta nos plantean nuevas posibilidades
de acción pedagógica y nos motiva a quienes recorremos el camino de la búsqueda del
conocimiento, del intercambio de información y del desarrollo de las habilidades humanas.
Hoy se exige una versatilidad en la formación de las generaciones actuales y venideras. La
acumulación de saberes que no miden procesos comprensivos de la vida cotidiana de cada
profesión y oficio, pone en riesgo la eficacia del proceso educativo.
Retomaré una frase de José Guadalupe de la Mora Ledesma, quien en su obra “Esencia de la
Filosofía de la Educación” [1]presenta una frase que inspiró el desarrollo del presente trabajo:
“...Qué tremenda responsabilidad la del maestro: ser luz o ser oscuridad. Él no da lo que
sabe, sino lo que es”. Esta concepción filosófica del quehacer educativo encierra en unas
líneas lo que ha representado el conocer los fundamentos básicos de la filosofía de la
educación, además de integrar en mi persona la firme intención de generar una filosofía
propia del proceso educativo y de mi labor como ser activo y participante de éste proceso.
Fortalece ésta filosofía mis intentos cotidianos por dejar en el aula algo más que un puñado
de conocimientos, sino dejar mi esencia misma como ser humano que percibe y concibe la
vida como un proceso de educación continua que inicia desde la gestación hasta el último
respiro.
La presente memoria se orienta en que toda filosofía de la educación se construye sobre los
principios de un sistema filosófico, quedando así integrada en una cosmovisión. Las diversas
filosofías de la educación se cimentarán en sus respectivos sistemas filosóficos.
La filosofía de la educación trabaja sobre dos planos: por un lado busca determinar los
principios explicativos y constitutivos de la educación, esto es, su esencia y su significado;
por otro lado, ahonda en el problema de los fines educativos y en su conexión con la
totalidad de la vida humana. Sin embargo, también podemos encontrar un tercer aspecto que
es importante citar: proporcionar al educador una conciencia o una actitud unitaria antes los
momentos dispersos de su propia actividad, y ayuda al pedagogo a captar el sentido y el
valor de su propia disciplina.
En el conocimiento del desarrollo de la Filosofía de la Educación, lo más atrayente es
precisamente el tercer aspecto: encontrar el sentido de la labor pedagógica sumándose a
esto es sentido mismo de la vida. La búsqueda de la verdad y el descubrimiento del ser se
ciernen entonces como los motivadores que hacen de la educación un proceso que libera,
evoluciona y transforma a los individuos y a las sociedades.
OBJETIVOS
Interpretar los problemas fundamentales de la vida que constituyen los puntos reflexivos de
la Filosofía y aplicarlos al proceso educativo.
Estructurar una concepción filosófica de la vida para tener una base firme en al conducción
propia y que pueda ser aplicada en el proceso de orientación de los demás.
Definir diversas corrientes de la Filosofía de la Educación y valorarlas para entender su
trascendencia en el proceso educativo y en el ámbito docente.
Lograr una explicación de las consecuencias pedagógicas que se puedan desprender de las
diferentes concepciones filosóficas de la educación.
LA ADECUACIÓN METAFÍSICA.
Un tema que no puede restarnos importancia al realizar un análisis del conocimiento es el
relativo a la posibilidad de la metafísica. Kant negó la posibilidad de la metafísica como
ciencia equiparable a la ciencia fisicomatemática de la naturaleza que maneja como objetos
de estudio los fenómenos, olvidando que la filosofía se construye con realidades que la
razón descubre más allá de esos fenómenos, teniendo como instrumento un principio de
valor universal que es el principio metafísico de la casualidad y no es el principio de
casualidad física que es en el que él apoya sus aportaciones.
“Es propiedad de todo ente de este mundo el no ser necesariamente absoluto, el no ser
necesariamente necesario, sino contingente, es decir, que según su esencia puede ser y
también –se entiende en distinto tiempo- puede no ser. En este sentido las cosas de este
mundo no son independientes, no tienen existencia por sí mismas, por su propia esencia. Y
de este ente falto de independencia decimos que depende de otro, que debe a otro su
existencia... Ahora bien, si llamamos “causa” a un ente que por su acción da la existencia a
otro ente también dependiente, resulta el aserto: Todo ente falto de independencia
(contingente) debe su existencia a una causa, con otras palabras, es causado. Este aserto es
el aserto universal que buscábamos, que expresa la conexión necesaria entre las cosas de
éste mundo y su origen primero supramundano. Llamamos a este aserto, principio de
casualidad”[7].
Exigir la verificación de una manera empírica para fundamentar la verdad en el campo de las
ciencias positivas, es lo indicado incluso cuando no todo pude comprobarse por este
procedimiento en todas las ciencias, en algunos casos el instrumento es el raciocinio
deductivo.
Sin embargo, en el dominio de la filosofía, los métodos que conducen a la verdad son el
inductivo que parte de la experiencia de lo real y el deductivo que extrae conclusiones de los
datos adquiridos por la experiencia sensible y que eleva a representaciones meta-empírica.
La verificación de la verdad se realiza por el raciocinio inductivo, deductivo y analógico. La
metafísica no es una de las ciencias positivas, es e, saber de los entes, un conocer profundo
de ello investigando sus últimas causas.
LAS CIENCIAS Y LA METAFÍSICA.
En algunas ciencias el método que conduce a la verdad es el raciocinio deductivo, en el caso
de la Filosofía los métodos son el inductivo que parte de la experiencia de lo real y el método
deductivo que de los datos aprendidos a través de los sentidos extrae conclusiones y
representa los datos como meta-empíricos. Además se apoya en el método analógico. Por lo
tanto la metafísica es el saber a través de un conocimiento profundo al investigar sus causas
últimas de los entes.
EL PROBLEMA ACERCA DEL ORIGEN, NATURALEZA Y DESTINO DEL HOMBRE.
La Filosofía es la ciencia que nos proporciona un conocimiento profundo del ser, y para
adquirir dicho conocimiento se necesita entender dos aspectos: el fenomenológico y el
trascendental.
ANÁLISIS FENOMENOLÓGICO.
EL MUNDO DEL HOMBRE.
El mundo del hombre es una realidad dinámica, es decir, que va adquiriendo nuevos
conocimientos a través de la historia, el tiempo y el espacio, lo cual le ayuda a ampliar su
horizonte intelectual.
LA CONDUCTA HUMANA Y LA CONDUCTA ANIMAL.
El hombre tiene un carácter espiritual a diferencia de los animales; las conductas de ambos
demuestran así, por ejemplo que: el hombre se crea en un mundo a través de un horizonte
intelectual en tanto que el animal posee un entorno limitado; el hombre tiene conciencia de lo
que percibe, el animal no y finalmente Marx Scheler señala que “frente al animal, que siempre
dice sí a la realidad... el hombre es el que puede decir no”.
LA REFLEXIÓN SOBRE LA ACTIVIDAD PSÍQUICA DEL HOMBRE.
Las manifestaciones como ideas, voliciones, afecciones espirituales son superiores a las del
psiquismo animal pues obran a través de una fuerza espiritual, a través de una actividad
psíquica superior basada en el entendimiento, voluntad y afectividad.
ANÁLISIS ONTOLÓGICO DE LA EXISTENCIA HUMANA.
A continuación presentamos la constitución ontológica del hombre.
LA EXISTENCIA DE UN PRINCIPIO ÚLTIMO EXPERIMENTAL.
Al hablar de un principio último experimental es hablar de algo que no puede verse, ni
sentirse, sino de algo que informa al cuerpo, que le da vida, es decir, se trata de una realidad
metafísica que explica al hombre, al ser, como algo más que sólo materia, también como
espíritu que lo eleva propiamente a “cuerpo viviente”.
PROPIEDADES DEL ALMA.
Como propiedades del alma mencionaremos las siguientes:
Sustancialidad: Es hablar de una realidad o ser, que subsiste en sí. De un ser yo que se
destaca como centro común a través de nuestra vida.
Unidad: Se refiere a que dentro de uno mismo se rige el principio de unidad entre las
actividades vegetativo-sensitivo-racional como un solo yo.
Simplicidad: ésta se refleja a través del aspecto racional como lo es el pensamiento.
Incorruptibilidad e inmortalidad: Refiriéndose a que el alma no puede terminar con la
destrucción del cuerpo, de la materia, ya que escapa a las limitaciones del tiempo y el
espacio haciéndola inmortal, incorruptible pues no teniendo partes que la integren no puede
darse en ella la desintegración.
ACERCA DEL ORIGEN DEL HOMBRE.
El origen del hombre a lo largo del tiempo ha generado diferentes posturas, así tenemos:
Determinista: Apoyada por el materialismo que afirma que el hombre procede de la materia
cósmica y por el Idealismo, que dice que éste procede de la Idea Absoluta.
Finalista: La cual sostiene que el hombre es creado por un Ser Trascendental, dándole un
destino y un fin a su naturaleza.
SOBRE EL DESTINO DEL HOMBRE.
Ante la muerte, el hombre es cuando se pregunta acerca del sentido de su vida. ¿Qué puede
darle al hombre un pleno sentido a su vida?
LA FELICIDAD COMO FIN ÚÑTIMO DEL HOMBRE.
Para que la vida del hombre no sea un absurdo, debe existir algo que le dé una razón, un
significado para tener una felicidad plena y no entregarse a un materialismo práctico
solamente. Un análisis de la existencia humana nos lleva a concluir que: la humanidad, el
hombre, no puede salvarse a sí mismo y que el hallar el sentido de la existencia humana, no
es tarea fácil y supone algo más que un conocimiento de tipo científico que resulta
insuficiente.
EL DESTINO DEL HOMBRE ¿UN PROBLEMA SIN SOLUCIÓN?
Miguel de Unamuno, en su obra “Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los
pueblos” plantea lo siguiente: “...sólo nos interesa el porqué en vista del para qué, sólo
queremos saber de dónde venimos para mejor poder averiguar a dónde vamos...”; “¿Por qué
quiero saber de dónde vengo y a dónde voy, de dónde viene y adónde va lo que me rodea, y
qué significa todo esto? Porque morirme del todo, y quiero saber si he de morirme o no
definitivamente. Y si no muero, ¿qué será de mí?, Y si muero, ya nada tiene sentido. Y hay tres
soluciones: a) o sé que me muero del todo, y entonces la desesperación irremediable, o b) sé
que no muero del todo, y entonces la resignación, o c) no puedo saber ni una cosa ni la otra, y
entonces la resignación en la desesperación o está en aquélla, una resignación desesperada,
o una desesperación resignada, y la lucha..[8].”.
“El hombre es trascendencia y realiza su propio ser superándose a sí mismo, se actualiza en
tanto que se trasciende, lo cual acontece en cada auténtica apertura y entrega a la verdad, al
bien y a la belleza absolutos, al valor personal y a la comunidad... Querámoslo o no, supone
una condición de sí mismo un Absoluto que constituye el fundamente del sentido supremo e
incondicional de la existencia humana...” es lo que afirma Emerich Coreth, en su libro ¿qué es
el hombre?”.[9]
FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.
La educación la podemos estudiar como un ente cultural, a través de la Filosofía de la
cultura, o bien, enfocada a la investigación de su estructura ontológica, es decir, se hace un
estudio metafísico de la educación.
Un camino a seguir.
Para el estudio de la Filosofía de la Educación se usaran los métodos fenomenológico y
trascendental. El primero es descriptivo y el segundo es comprensivo.
MÉTODO FENOMENOLÓGICO.
Mediante éste análisis descubrimos a la educación como un fenómeno cultural.
MÉTODO TRASCENDENTAL.
Una vez analizado el ente cultural de la educación, es necesario un estudio reflexivo de
carácter metafísico para descubrir la esencia de la educación.
LA EDUCACIÓN COMO ENTE CULTURAL.
La cultura puede ser objetiva o subjetiva. Es subjetiva cuando el propio sujeto realiza la
acción consciente y transformadora. La objetiva se dirige a transformar los objetos naturales
o externos. La objetividad natural se convierte en cultural cuando los entes culturales reciben
la influencia del espíritu subjetivo.
Cada generación tiene como tarea la de fomentar la cultura para lograr aumentarla y
progresar en ella.
LA CULTURA SUBJETIVA.
La cultura subjetiva puede ser de carácter propiamente espiritual dirigiéndose al
perfeccionamiento de la inteligencia, voluntad o sentimiento; o bien, de carácter orgánico,
cuando se enfoca al desarrollo de la sensibilidad corporal.
La cultura subjetiva dirige a la objetiva y su importancia radica en que un sujeto puede influir
en otros para ayudarlo a elevar el grado de su cultura subjetiva.
FILOSOFÍA DE LA CULTURA.
Se le da este nombre a la disciplina que trata de explicar el fenómeno de la cultura sobre la
base de investigaciones de las causas de su origen, normas de transformación y formas de
sus fases.
La Filosofía de la cultura se limita a describir y a descifrar las ciencias; busca los valores de
la cultura: verdad, belleza, justicia, santidad.
FORMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CULTURA.
Hay varios puntos de vista sobre la interpretación del fenómeno natural:
Orientación realista; quién considera que la cultura colabora a que haya un
perfeccionamiento del mundo en base del espíritu.
Orientación idealista; que dice que el espíritu lo produce todo de sí mismo, por lo que la
cultura no es la espiritualización de la naturaleza, sino la autorrealización del espíritu.
FACTORES CREADORES DE LA CULTURA.
Nietzsche, Ipsen, Carlyle, entre otros apoyan la filosofía individualista de la cultura, y afirman
que sólo los grandes genios son capaces de producir cultura. Los filósofos los románticos
como el caso de Herder, Hegel, Fitche, Wundt afirman por su parte, que la cultura es creada
por el alma del pueblo; la Filosofía marxista dice que la cultura es un producto colectivo.
VALORACIÓN DE LA CULTURA.
Se presentan las siguientes posturas:
Optimista; que dice que deben desaparecer las carencias del espíritu y de la naturaleza hasta
alcanzar la perfección.
Pesimista; quien afirma que la cultura corrompe al hombre. Sus seguidores son Rousseau,
Tolstoi, Schopenhaur y Spengler.
La Filosofía trascendental, que busca el fin supremo de la cultura.
La Filosofía inmanente que dice que el fin último de la vida está en la cultura.
EL ESPÍRITU EN EL DESARROLLO DE LA CULTURA.
Cuando las condiciones de la existencia humana se tornan difíciles, crea los medios para
dominar la naturaleza, una vez que se supera dicha situación, se atiende a sí misma.
La educación como ente cultural cambia de un realismo pedagógico a un humanismo
pedagógico, a través de la historia, la Filosofía de la Educación nos ayudará a encontrar una
respuesta adecuada en la labor educativa para la elección más acertada de una dirección a
seguir.
NATURALEZA Y CULTURA.
Por Naturaleza entendemos el conjunto de los seres que encontramos en el mundo, tal y
como son por su origen y nacimiento; por cultura (subjetiva) entendemos un
perfeccionamiento del espíritu humano realizado a través de un proceso consciente del
entendimiento y la voluntad; cultura objetiva, a su vez, es todo aquello que el hombre crea en
base a su educación y talento.
LOS VALORES EN LOS BIENES CULTURALES.
Los valores son universales, pues en todos los tiempos y espacios han existido, mientras
tanto los bienes culturales están circunscritos a límite espacio, ya que son creaciones
concretas.
A pesar de ello, cualquier sentido que se le da a los bienes culturales, todos aspiran a los
mismos valores: belleza, santidad, justicia, verdad.
LA EDUCACIÓN Y LOS VALORES.
El educando realiza sus valores mediante las vivencias conscientes de éstos y por
experiencias propias culturales es que forma en su conciencia las estimaciones de valor,
esto es, al contacto de los bienes culturales que se han transformado en bienes educativos.
También es importante señalar la influencia que ejerce la comunidad en la asimilación de
bienes culturales y vivencias de valores para la culminación del acto educativo.
Notas
[1] De la Mora Ledesma José Gpe. Esencia de la Filosofía de la Educación, Ed. Progreso. P. 5.
[2] De la Mora Ledesma José Gpe., Eencia de la Filosofía de la Educación. Editorial Progrdso.
P. 17
[3]Buber, Martín, ¿Qué es el Hombre?, pp. 76-78
[4] A.K.C. Ottaway, Educación y sociedad, pp. 161-163
[5] Hegel, Ebciclopedia I. La Filosofía.
[6] M. García Morente y J. Zaragüeta B., Introducción a la Filosofía, p. 125
[7] Juan B. Lotz y josé de Vries, El Mundo del Hombre, p. 73
[8] Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y los pueblos, pp.
32-35
[9] Emerich Coret, ¿Qué es el hombre? Pp. 249-250
[10] Redden y Ryan, Filosofía de la Educación.
[11] Otto Wilmann, Teoría de la formación humana.
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