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EN LO PRINICIPAL: Contesta Querella Infraccional; PRIMER OTROSÍ: Contesta

demanda civil de indemnización de perjuicios; SEGUNDO OTROSI: Medios de prueba;


TERCER OTROSI: Patrocinio y poder.

S. J. L. de Policía Local de Victoria.

MARIA ELIZABETH BARRIGA TRUJILLO, Cédula de Identidad N°


6.896.235-8, comerciante, domiciliada en Panamericana Ruta cinco sur, km 612, de la
comuna de Victoria, en autos sobre infracción a la Ley 21.234, caratulados “BANCO DEL
ESTADO DE CHILE CON BARRIGA TRUJILLO” CAUSA ROL N° 1305-2021, a
US., respetuosamente, digo:
Que, por medio de este acto, vengo en contestar la querella infraccional interpuesta
en mi contra, por BANCO DEL ESTADO DE CHILE, R.U.T: 97.030.000-7, domiciliado
en calle Tenderini N° 153 comuna de Santiago, y en Avenida Confederación Suiza N° 1200
de esta ciudad de Victoria, solicitando su rechazo total, en razón de los fundamentos de
hecho y de derecho que paso a exponer:

Con fecha jueves 15 de Julio del año 2021, a eso de las 18:00 horas de la tarde (no
el 19 de Julio de 2021 como se indica en querella), fui víctima de un fraude bancario, el que
consistió en que en horas de la tarde recibí la llamada de un supuesto funcionario de Banco
del Estado de Chile, quien señala que se me haría una pequeña devolución de dinero en
atención a la Pandemia de COVID19 que azota al país, argumentado, además, que el dinero
devuelto sería en razón de lo que cobra el Banco por efectuar transferencias a terceros y
hacer retiros desde cajeros automáticos.

Pues bien, esta persona se individualiza como funcionario del Banco Estado,
hablando como tal; de manera que no podía saberse si éste era un tercero o un funcionario
bancario, pues repito, su modo de hablar, de expresarse, de saludar, etc., eran los que
usualmente usan los ejecutivos de Banco Estado de Chile.

Además, daba excesiva confianza pues conocía mis antecedentes personales que
únicamente esta institución podría conocer, tales como: nombre de mi hija; marca, patente,
color y modelo de mi automóvil; correo electrónico personal registrado en el Banco; fecha
de mi nacimiento; domicilio; números correspondientes a mi tarjeta de coordenadas, en
efecto, el sujeto conocía no sólo el número de mi tarjeta de coordenadas, sino que
también los números exactos de esta. Razón por la cual me sentí confiada, y mientras éste
dictaba los números de la tarjeta de coordenadas, estos eran exactamente los mismos que
figuran en mi dicha tarjeta de coordenadas, los que la suscrita iba corroborando.

No entregué claves de acceso a cajero y sistemas informáticos; pues, tan sólo


corroboré los números de la tarjeta de coordenadas que esta persona conocía de antemano.
De tal suerte que es de suponer, con plena certeza, que este individuo conocía mis claves de
acceso y que ya se encontraban dentro de los sistemas informáticos bancarios.

Inclusive el sujeto conocía todas las cuentas que mantengo con Banco Estado,
Cuenta Vista, Corriente, RUT y de Ahorro Bipersonal; sabiendo incluso sus
correspondientes números.

Posteriormente; minutos después, soy advertida por un señor que estaba


entregándome gas licuado, que bastantes personas habían sido víctimas de fraudes
bancarios, y que estos consistían en conocer todos los datos del cliente y hacer supuestas
devoluciones, las que se traducían en definitiva en estafas a las cuentas bancarias.

Que, siendo de esta manera las cosas, minutos después concurro muy preocupada,
en esa misma tarde del jueves 15 de julio del 2021 a eso de las 18:00 horas, a dependencias
de Banco del Estado de Chile a fin de sacar dinero por si aquello era efectivamente un
fraude, y así recuperar algo de dinero para que este no fuera totalmente hurtado.

Retiré en ese momento la suma de $400.000.-, a través de un cajero automático.

En ese mismo instante, una vez hecho este retiro, y a través de un teléfono que se
encuentra en las mismas dependencias de los cajeros automáticos de la institución
querellante, procedo a llamar al Servicio de Atención al Cliente, para efectos de bloquear
mis cuentas bancarias, a fin de resguardarme de un posible fraude.

La persona que me atendió, de sexo femenino, me señala que vuelva a llamar, esa
misma tarde del 15 de Julio, al número a fin de saber de si efectivamente se habían retirado
fondos sin mi consentimiento, si mis cuentas fueron efectivamente bloqueadas, y saber, en
caso de fraude, cuánto dinero quedaba en mis cuentas. Se me indica que se me hará una
devolución; y efectivamente así fue, pues recibí la suma de $1.041.249 en mi cuenta
corriente. Se me señaló, además, que podía solicitar el monto íntegro de lo defraudado, sin
embargo, aquello no ocurrió, según se acreditará.

Se me dice, además, que podía reclamar ante la negativa del Banco para que este
restituyera el saldo de los montos defraudados de $3.410.824, pero la última petición que
hice fue denegada.

Finalmente, se me avisa que mis cuentas fueron efectivamente bloqueadas


aquel día 15 de Julio del 2021, mediante vía telefónica.

Pues bien, aquello no fue efectivo pues recién la querellante procedió a cambiar
claves y bloquear cuentas el día lunes 19 de Julio de 2021. Así, ese día lunes 19, recibo 2
correos electrónicos por parte de Banco del Estado de Chile del siguiente tenor:
1) Fecha 19 de Julio de 2021, 14:46 horas. Notificación cambio de clave tarjeta –
BancoEstado: MARIA BARRIGA. Se ha realizado el cambio de clave de su
tarjeta terminada en ****3591 el día 19/07/2021 a las 14:45 horas.
2) Fecha 19 de Julio de 2021 18:06. Notificación bloqueo canales electrónicos.
MARIA BARRIGA. Con fecha de 19/07/2021, 18.05.47 se ha realizado el:
Bloqueo de Canal internet. Bloque de canal App. Bloque de canal telefonía.
Bloqueo de dispositivo de transferencia. Bloqueo de uso de billetera de tercero.
Bloqueo de clave tarjeta Cuenta Rut.

Para abundar, los montos defraudados como indica Banco del Estado de Chile
fueron los siguientes, que ellos mismo indican en su querella, a saber:

1.- WEB SENCILLITO – RECAR 001 20.000 19/07

2.- WEB UNIREDCD 001 319.073 19/07

3.- WEN SENCILLITO CGE 001 195.100 19/07

4.- TRANSFERENCIA FONDOS INTERNET 001 250.000 19/07

5.- TRANSFRENCIA FONDOS INTERNET 001 250.000 19/07

6.- TRANSFERENCIA FONDOS INTERNET 100.000 19/07

7.- TRANSFERENCIA FONDOS INTERNET 001 170.000 19-07-2021

8.- TRANSFERENCIA FONDOS INTERNET 001 700.000 19-07-2021

9.- TRANSFERENCIA FONDOS INTERNET 001 1.500.000 19-07-2021

10.- TEF BANCOESTADO A FERNANDEZ GUZMAN 001 47.900 19-07-2021

11.- TEF BANCOESTADO A FERNANDEZ GUZMAN 001 900.000 19-07-2021

El total defraudado corresponde, como se indica en la querella, a la suma total de


$4.452.073.

Pues bien, y acá es donde la acción de Banco del Estado de Chile se vuelve
contradictoria; y no corresponde a un fraude de la suscrita o a culpa grave; sino más bien a
una vulneración de sus sistemas informáticos y negligencia de la institución.

Resulta que, desde la propia web de Banco del Estado de Chile, sección cuentas, se
señala a la letra: “Beneficios: Ten en cuenta que la Primera Transferencia a nuevos
destinatarios tienen un límite máximo de $250.000 durante las primeras 24 horas
desde su inscripción” FUENTE:
https://www.bancoestado.cl/imagenes/_personas/productos/cuentas/plan-cuenta-
corriente.asp#:~:text=Ten%20en%20cuenta%20que%20la,000.
Del mismo modo, y en la misma pág. Web del Banco, se indica que desde una
cuenta RUT la primera transferencia hacia nuevos destinatarios durante las primeras 24
horas tiene un límite máximo de $100.000.

Así las cosas, muchas de las transferencias superan con creces el límite máximo
establecido por Banco Estado, como primera transferencia a nuevos destinatarios durante
las primeras 24 horas, en cuentas corrientes y RUT; pues como Usía podrá percatarse
existen transferencias por montos de: $319.073 (indicado en numeral 2); $700.000
(indicado en el numeral 8); $1.500.000 (indicado en el numeral 9); y, $900.000 (indicado
en el numeral 11). Además, el número y el monto de transferencias hechos en un solo día,
del mismo modo supera a las permitidas por Banco Estado según sus propias políticas
bancarias establecidas en su página web.

Asimismo, llama poderosamente la atención que se me acuse del delito de fraude,


sabiendo que esta parte bajo ninguna circunstancia razonable podía exceder el monto de
$250.000 que son permitidos transferir a otra cuenta en un lapso de 24 horas. Siendo casi
evidente la vulneración de los sistemas bancarios por parte de terceros; toda vez que es de
presumirse muy fundadamente que éstos estuvieron varios días sustrayendo dinero de mis
cuentas.

Incluso, mi cuenta de Ahorro Bipersonal N° 62160879780, como se acredita


mediante documento, mantiene operaciones irregulares por montos de: $100.000; $30.000
y $10.000. Sabido es que no es posible efectuar transferencias a terceros a través de
una Cuenta de Ahorro, lo que prueba aún más, la vulneración de los sistemas
informáticos de Banco Estado.

Que, como se puede observar, la cantidad de movimientos realizados y la cuantía de


los montos transferidos, no son habituales en mis movimientos, habiéndose realizado a
personas que no conozco y sin haber autorizado dichas transferencias.

Dichas transacciones, son totalmente irregulares considerando los movimientos que


yo registro; las cuales fueron realizadas sin mi consentimiento a terceras personas con las
cuales no tengo ningún tipo de relación. Atendido el número de transacciones y su monto,
debieron operar los sistemas de seguridad de fraude, bloqueando ipso facto las cuentas al
existir movimientos irregulares de montos altos y poco frecuentes.

Que, de esta manera planteada las cosas, es dolosa e infundada la acusación del
delito de fraude que a la letra se me imputa en la querella: “En el presente caso, ha
quedado de manifiesto que el usuario de la cuenta ha participado activamente en la
comisión del delito, toda vez que ha entregado de manera voluntaria e imprudente
información de vital importancia para la comisión del mismo, sin atender a su deber de
cuidado”. Como se aprecia, la imputación es calumniosa, hecha con total desconsideración;
por lo que al final, en el petitorio se solicitará que se declare temeraria y calumniosa la
acción deducida.

Respecto a que las transferencias figuren con fecha 19 de Julio de 2021, esto
corresponde, a que el día 16 de Julio era un viernes feriado, y estas operaciones se
reflejarían en el día hábil administrativo posterior, es decir, el lunes 19 de Julio.

Por otra parte, la misma doctrina invocada por la querellante indica que, obrar con
dolo es hacerlo con malicia; con culpa grave: con negligencia extrema, grosera, opuesta a la
buena fe, como se ha dicho por la doctrina desde el Derecho romano.

En efecto un autor resume la doctrina de la culpa grave desde la Roma clásica,


pasando por Pothier y de ahí a los Códigos Civiles Decimonónicos: “La culpa grave es un
estándar derivado del dolo. En el derecho romano clásico el dolo incluía diversos
comportamientos contrarios al deber de lealtad, tanto los que se identificaban con la
intención de perjudicar al acreedor como los incumplimientos conscientes o voluntarios. En
algún momento -probablemente en el derecho postclásico, vía interpolaciones al Digesto-
este dolo elástico fue reducido al animus nocendi. Para impedir que otras formas de
infracción contractual igualmente odiosas (antes cubiertas por ese dolo elástico) quedaran
impunes, alguien inventó la culpa lata y la asimilación (…) La culpa lata es una nueva
denominación de esa zona del dolo que fue excluida y, en general, corresponde a su faz
objetiva. Comprende incumplimientos muy graves por su naturaleza y sus consecuencias
que revelan una total desconsideración del interés que el acreedor ha perseguido satisfacer
mediante el contrato, despreocupación (u omisión de la diligencia quam in suis, esto es,
poner menos cuidado en lo ajeno que en lo propio) que corresponde a una voluntad
frontalmente contradictoria con la promesa asumida. La culpa lata es dolo (culpa lata dolus
est) y es una proyección de este en el plano objetivo: es un hecho objetivamente
indistinguible del doloso (lo cual es muy importante porque, como se dice, "los hechos
hablan por sí solos"), y es la forma de probar el dolo” (Banfi del Río, Cristián, La
Asimilación de la Culpa Grave al Dolo en la Responsabilidad Contractual en Chile,
Revista Chilena de Derecho, Volumen 27 N° 2, año 2000, Sección Estudios, págs. 291-
330). Por su parte, dice Pothier: “La prestación del dolo. que tiene lugar en los contratos
que no exigen sino la buena fe, comprende, bajo el término dolus no solamente la malicia y
el deseo de perjudicar, sino también la falta grave, lata culpa, como está opuesta a la buena
fe requerida en el contrato y es en este sentido que las leyes dicen que lata culpa
comparatur dolo. lata culpa dolus est” (Pothier, Robert, Robert, Tratado de las
Obligaciones, Segunda Edición, Editorial Heliasta, Buenos Aires, Argentina, 2007, pág.
528). Estas ideas sen encuentran plasmadas en el artículo 44 del Código Civil.

En este caso ¿Cómo puede existir dolo o culpa grave por parte de una persona que
es inducida a error o dolo por terceros? O dicho de otra manera ¿Cómo puede existir dolo o
culpa grave por parte de quien fue víctima de un delito? Quien obra con su voluntad viciada
por error, y en este caso, dolo de terceros, obra de manera involuntaria en un sentido
aristotélico, de modo que no existe voluntad alguna; esta voluntad simplemente, según
decía Pothier, no existe por el error que él mismo destruye (Pothier, Robert, Op. Cit., págs.
20-23).

Por lo demás, el dolo o la culpa grave conforme al artículo 1698 del Código Civil
deberá probarlo la querellante.

Aparte, todo lo escrito respecto a la supuesta perfección de los sistemas


informáticos de Banco Estado, no es más que una petición de principio, que no se sostienen
en este procedimiento en ningún hecho razonable; y sólo se sustenta en sofismas, y falacias
argumentativas.

Es más, la acción deducida en mi contra, es abusiva, pues a la propia víctima del


delito de fraude, se le denuncia infraccionalmente por quien, ni más ni menos, tiene el
deber de garantizar y mantener sus sistemas informáticos seguros; e incluso sin
consideración alguna me acusa de fraude o de obrar con culpa lata, y solicita una multa
millonaria de $13.356.219, más la devolución de la suma pagada de $1.041.249.

Para peor, dándole aviso oportuno el día 15 de julio del año 2021, la
querellante recién procede a bloquear cuentas y a cambiar claves el día lunes 19 de
julio del año 2021.

Es así como al existir una vulneración de sistemas bancarios -por parte de terceros-
se excluye la participación delictiva de mi persona; sin que existan pruebas fehacientes que
acrediten que actué dolosamente o con culpa grave, ni mucho menos que haya querido
defraudar al Banco de marras, toda vez que la suscrita es quien fue víctima del hecho;
debido al obrar de terceros, a la vulneración de los sistemas informáticos del Banco y a la
propia negligencia de este.

Que, de lo anterior es posible dar por establecido que las operaciones ilegales fueron
permitidas por el sistema informático del banco, incumpliendo las instrucciones emanadas
de la circular Nº 3.444 de 21.08.08 de la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financieras, Recopilación Actualizada de Normas, la que en su Capítulo 1-7 regula la
transferencia electrónica de información y fondos.

            La inobservancia de tales normas revela una seria negligencia en la aplicación de


los sistemas de seguridad que las entidades financieras deben poseer.

            En estas instrucciones se establece, como requisito para habilitar un sistema de


transferencia electrónica de información o de fondos, contar con un sistema: “que provea
un  perfil de seguridad que garantice que las operaciones sólo puedan ser realizadas por
personas debidamente autorizadas para ello, debiendo resguardar, además, la privacidad
o confidencialidad de la información transmitida o procesada por ese medio,
estableciéndose además que los procedimientos deberán impedir que tanto el originador
como el destinatario, en su caso, desconozcan la autoría de las transacciones o mensajes
y la conformidad de su recepción, debiendo utilizarse claves y mecanismos de acceso al
sistema y al tipo de operación, que permitan asegurar su autenticidad e integridad.”

            Asimismo, se determina en esas instrucciones que los sistemas “deberán contener
los mecanismos físicos y lógicos de seguridad para controlar que se ejecuten todas las
operaciones que se inician, debiendo estar en condiciones de detectar cualquier alteración
o intervención a la información transferida, entre el punto en que ésta se origina y aquel
en que es recibida por el destinatario”

            En el caso de autos, la entidad bancaria que permite la vulneración de sus sistemas
de seguridad pone en riesgo la confianza en la que todo el sistema financiero está
sustentado y que constituye el elemento esencial, que justifica la existencia misma del
sistema bancario, por lo que es inadmisible que tal violación se verifique sin una pronta y
adecuada respuesta al cliente que confía en dicha fundamental seguridad. Peor aún,
excusándose en su propia desidia culpe a la propia víctima del fraude por ella permitido.

Que, el artículo 12 de la Ley Nº 19.496 establece que:

           “Todo proveedor de bienes o servicios estará obligado a respetar los términos,


condiciones y modalidades conforme a los cuales se hubiere ofrecido o convenido con el
consumidor la entrega del bien o la prestación del servicio”.

            Por su parte, el inciso primero del artículo 23 de la misma Ley dispone: 

           “Comete infracción a las disposiciones de la presente Ley el proveedor que, en la


venta de un bien o en la prestación de un servicio, actuando con negligencia, causa
menoscabo al consumidor debido a fallas o deficiencias en la calidad, cantidad, identidad,
sustancia, procedencia, seguridad, peso o medida del respectivo bien o servicio.”

Que, por lo anteriormente expuesto, esta parte estima que permitir que se giren
desde cuentas bancarias montos de dinero sin el consentimiento del titular, o por artificios
de terceros que vulneran los sistemas bancarios, y para peor que la institución bancaria
avisada del fraude oportunamente obre a los días después, constituye una infracción a los
artículos 12º y 23º inciso primero de la Ley 19.496.

Finalmente, que, si bien de los delitos son responsables los delincuentes, las
empresas tienen la obligación de tomar todas las medidas para que los consumidores no
sean víctimas de fraudes. Si a un consumidor le realizan transacciones fraudulentas, la
empresa deberá probar que sus mecanismos fueron seguros y que actuó
profesionalmente. Es importante tener presente que las instituciones financieras no
pueden desentenderse de la responsabilidad de otorgar un servicio seguro y menos
pretender validar y limitar su responsabilidad.

La jurisprudencia ha dicho:

CORTE SUPREMA CIVIL-2196-2018, Apelación Protección: “Sexto: Que así


entonces, ante un fraude informático en el uso de las claves de una cuenta corriente y
productos asociados a ellas no resulta posible sostener que los dineros sustraídos, sin el
consentimiento del cliente, como ocurre en autos, corresponda a caudales específicos de
éste, toda vez que los depósitos de dinero en las entidades financieras se realizan como un
simple género y en caso alguno como especies o cuerpos ciertos, a lo que debe sumarse el
carácter de bienes fungibles que en su esencia representan las especies monetarias
empleadas para la satisfacción de lo debido, conforme dispone el artículo 575 del Código
Civil, esto es, dotadas de igual poder liberatorio, y por cuya razón pueden reemplazarse
unas a otras mutua o recíprocamente en la ejecución de las obligaciones sin perjuicio ni
reclamo del acreedor (Carlos Ducci Claro, Derecho Civil, Parte General, Editorial Jurídica
de Chile, 1980). Séptimo: De este modo, aun cuando el fraude informático se haya
ejecutado mediante el uso irregular de los datos y claves bancarias personales del recurrente
de autos, no resulta posible soslayar que lo sustraído es dinero, bien fungible que se
confunde con otros de igual poder liberatorio, con lo que resulta no sólo jurídica sino
físicamente imposible sostener y menos acreditar la exacta identidad de las especies
sustraídas mediante el fraude ejecutado a través de la cuenta bancaria del actor,
circunstancia que fuerza a concluir que en definitiva el único y exclusivo afectado por el
engaño referido es el banco recurrido, dada su calidad de propietario del mismo y al ser en
quien recae finalmente el deber de eficaz custodia material de éste, debiendo adoptar, al
efecto, todas las medidas de seguridad necesarias para proteger adecuadamente el dinero
bajo su resguardo. Octavo: Que asentado lo anterior, no queda más que calificar el actuar
de la recurrida como ilegal y arbitrario, puesto que al no asumir el perjuicio económico,
máxime si se tiene en consideración que este modus operandi corresponde precisamente a
una de las formas clásicas de fraudes bancarios, a lo que corresponde agregar que el monto
defraudado excede en mucho las transacciones habituales efectuadas por el reclamante,
siendo inusual en relación a su historial bancario, lo que debió llamar de inmediato la
atención del recurrido”.

CORTE SUPREMA CIVIL-7155-2019, Apelación Protección: “Tercero: Que,


como lo ha sostenido esta Corte, el contrato de cuenta corriente bancaria constituye una
especie de depósito respecto de un bien eminentemente fungible, y que es de cargo del
depositario el riesgo de pérdida de la cosa depositada durante la vigencia de la convención
(SCS de 20/06/18, rol Nº 2.196-2018); y que, para cada caso, resulta relevante analizar si
los eventos que originaron las transferencias cuestionadas no han tenido como única causa
la voluntad del depositante o cuentacorrentista, o han ocurrido otros que llevan a sostener
que se han incumplido las obligaciones de resguardo y seguridad que recaen en la
institución bancaria respectiva. Sexto: Que, teniendo presente los hechos asentados resulta
que se advierte que la operación cuestionada se realizó a través de la página web oficial del
banco recurrido y fuera del espacio habitual de operaciones del cliente, lo que permite
descartar que los hechos se han debido única e inequívocamente a una actividad dolosa o
negligente de su parte. Además, las obligaciones de monitoreo y control de fraudes recaen
expresamente en la institución recurrida, donde los patrones de conducta del cliente son
elementos de juicio para la determinación de una operación engañosa, cuestión que no fue
informada en detalle por el Banco recurrido. Sobre la institución bancaria recae la
obligación de vigilancia y el análisis de la correlación de eventos y seguridad de las
operaciones, por lo que, una vista general de las operaciones del cliente en la cuenta
corriente respectiva otorga verosimilitud a la intervención de terceros en los sistemas de
seguridad que otorgó la recurrida. Séptimo: Que asentado lo anterior, no queda más que
calificar el actuar de la recurrida como ilegal y arbitrario, puesto que al no asumir el
perjuicio económico trasladando los efectos del fraude bancario al actor, afecta
directamente el patrimonio de éste, vulnerando así el artículo 19 N° 24 de la Constitución
Política”.

CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO ROL PROTECCION- 33461-


2019, CONFIRMADA POR LA EXCMA CORTE SUPREMA CIVIL-29210-2019:
QUINTO: Que del análisis conforme a las reglas de la sana critica de los antecedentes
acompañados al recurso es posible concluir que el solo hecho que la transacción
denunciada aparezca aparentemente como efectuada por el titular, no permite per se liberar
a la institución bancaria que curso la operación de actuar con la debida diligencia,
responsable y cuidadosamente, máxime si se tiene en consideración que este modus
operandi corresponde precisamente a una de las formas clásicas de fraudes bancarios, a lo
que corresponde agregar que el monto defraudado excede en mucho las transacciones
habituales efectuadas por el reclamante, siendo inusual en relación a su historial bancario,
lo que debió llamar de inmediato la atención del recurrido. SEXTO: Que resulta atingente
al caso de autos tener presente lo dispuesto en el art culo 23 de la Ley N 19.496, de
Protección de los Consumidores, precepto que dispone: “ Artículo 23:“ Comete infracción a
las disposiciones de la presente ley el proveedor que, en la venta de un bien o en la
prestación de un servicio, actuando con negligencia, causa menoscabo al consumidor
debido a fallas o de deficiencias en la calidad, cantidad, identidad, sustancia, procedencia,
seguridad, peso o medida del respectivo bien o servicio... ” SEPTIMO: Que por otra parte,
ha de tenerse también presente que los bancos son entidades dedicados a captar o recibir
habitualmente dinero o fondos del público, para destinarlo a los fines propios de su giro (art
culo 40 de la Ley General de Bancos), siendo su obligación restituir las sumas depositadas
en sus diversas cuentas (corrientes o fondos de variada clase), recayendo sobre los mismos
el deber de resguardo de los fondos en cuestión, sin que a juicio de esta Corte baste para
eximirse el hecho de haberse logrado efectuar la transferencia mediante el uso de los datos
y claves bancarias personales del actual afectado, que se denuncia como irregular.
OCTAVO: Que de lo hasta ahora relacionado se sigue que en el presente caso se incurrió
efectivamente por el Banco Estado en infracción a lo dispuesto en el artículo 23 de la Ley
N 19.496, al no emplear las medidas de seguridad y resguardo necesarios en el uso y
manejo de la página web, en términos tales de impedir la autorización de una transacción
sin asegurarse que la persona que la realiza haya sido la legítimamente autorizada, en este
caso, el actor. NOVENO: Que al negarse la institución bancaria a restituir al actor la suma
ya indicada, sin efectuar las indagaciones necesarias para comprobar la irregularidad
denunciada ni adoptar las consecuentes medidas de seguridad, por las razones que se han
expresado, ha incurrido en una conducta ilegal y arbitraria que lesiona el derecho
constitucional de dominio del actor, y, en consecuencia, el presente recurso ser acogido.

DEL DEBER DE RESTITUCIÓN DEL BANCO:

El artículo 5 inciso 3 de la ley 21.234, prescribe: “Si en el plazo anterior, el


emisor recopilare antecedentes que acrediten la existencia de dolo o culpa grave por parte
del usuario, podrá ejercer ante el juez de policía local todas las acciones que emanan de esta
ley, siendo competente aquel que corresponda a la comuna del domicilio del usuario”.

Prosigue el inciso 4: Si el juez declarare por sentencia firme o ejecutoriada que


no existen antecedentes suficientes que acrediten la existencia de dolo o culpa grave
del usuario, el emisor quedará obligado a restituir al usuario el saldo retenido,
debidamente reajustado aplicando para ello la tasa de interés máxima convencional
calculada desde la fecha del aviso y al pago de las costas personales o judiciales.

Así las cosas, Banco Estado al no probar dolo ni mucho menos culpa grave deberá
restituirme la suma de $3.410.824, reajustada; pues sólo procedió a restituir el monto de
$1.041.249 del total defraudado correspondiente a $4.452.073.

En conclusión, esta querella infraccional, es infundada y temeraria, pues, tiene solo


por objeto culpar a la víctima de un fraude bancario, de faltas e imprudencias propias de
Banco del Estado de Chile al permitir que sus sistemas fuesen vulnerados y a su propia
desidia; no buscando más que eximirse de responsabilidad, y no restituir los dineros
defraudados a través de subterfugios y acusaciones calumniosas.

POR TANTO,
Y de acuerdo con lo expuesto, disposiciones citadas, ley 18.287 y ley 21.234, y
demás normas legales pertinentes; RUEGO A US., tener por contestada querella por
infracción a la Ley N° 21.234, solicitando concretamente lo siguiente:
1) Se rechace en todas sus partes la querella infraccional, conforme a lo expuesto,
al no existir dolo ni mucho menos culpa grave;
2) Que, la suma restituida por Banco del Estado de Chile correspondiente a
$1.041.249, se mantenga en mi patrimonio;
3) Que, conforme al artículo 5 inciso 4° de la Ley 21.234 se ordene a Banco del
Estado de Chile, ya individualizado, una vez ejecutoriada la sentencia de autos,
restituir a la suscrita María Elizabeth Barriga Trujillo, el saldo restante de
$3.410.824, reajustado, en un plazo de 12 días hábiles;
4) Se declare por sentencia firme calumniosa y temeraria la querella infraccional
deducida;
5) Se condene a la querellante ejemplarmente en costas.

PRIMER OTROSI: MARIA ELIZABETH BARRIGA TRUJILLO, Cédula de


Identidad N° 6.896.235-8, comerciante, domiciliada en Panamericana Ruta cinco sur, km
612, de la comuna de Victoria, en autos sobre infracción a la Ley 21.234, caratulados
“BANCO DEL ESTADO DE CHILE CON BARRIGA TRUJILLO” CAUSA ROL N°
1305-2021, a US., respetuosamente, digo:
Que, por medio de este acto, vengo en contestar demanda civil de indemnización de
perjuicios interpuesta en mi contra, por BANCO DEL ESTADO DE CHILE, R.U.T:
97.030.000-7, domiciliado en calle Tenderini N° 153 comuna de Santiago, y en Avenida
Confederación Suiza N° 1200 de esta ciudad de Victoria, solicitando su rechazo total,
declarando temeraria la acción, y declarándola calumniosa por sentencia firme; en razón de
los fundamentos de hecho y de derecho que paso a exponer:

Fundo esta contestación en los mismos hechos y fundamentos de derecho ya


expuestos en lo principal de este escrito y solicito que se tengan por reproducidos en forma
íntegra en este libelo y como parte integrante del mismo.

Que, la suscrita al no ser responsable infraccionalmente del hecho, no es


responsable civilmente de ellos, muy por el contrario, es esta parte la que fue víctima de
delincuentes y de la negligencia del Banco quien mediante subterfugios pretende
desentenderse de su obligación de restituir los fondos defraudados.

No concurren los requisitos necesarios para hacerme responsable, pues 1° daño al


Banco no existe, pues el daño se ha producido en mi patrimonio, qué duda cabe, siendo el
dinero restituido por Banco Estado nada más que su obligación legal al existir fraude y
vulneración de sus sistemas bancarios como se expuso latamente en lo principal de este
escrito; 2° mucho menos hay culpa grave, pues esta proviene del Banco demandante al
permitir que vulneren sus sistemas informáticos; y 3° con mucho menos razón nexo causal,
por lo que la demanda debe ser totalmente rechazada.

POR TANTO,

Y en mérito de lo expuesto y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 7 y


siguientes de la ley 18.287, Ley 21.234, artículos 1437, 2314 y siguientes del Código Civil
y articulo 254 y demás pertinentes del Código de Procedimiento Civil; RUEGO A US.,
tener por contestada demanda civil de indemnización de perjuicios, y en atención a los
argumentos ya señalados sentenciar concretamente lo siguiente:

1) Que, se rechace en todas sus partes la demanda civil indemnizatoria interpuesta


en mi contra;
2) Que, la suma restituida por Banco del Estado de Chile correspondiente a
$1.041.249, se mantenga en mi patrimonio;
3) Que, conforme al artículo 5 inciso 4° de la Ley 21.234 se ordene a Banco del
Estado de Chile, ya individualizado, una vez ejecutoriada la sentencia de autos,
restituir a la suscrita María Elizabeth Barriga Trujillo, el saldo restante de
$3.410.824, reajustado, en un plazo de 12 días hábiles;
4) Se declare por sentencia firme temeraria la acción civil deducida;
5) Se condene a la demandante ejemplarmente en costas.

SEGUNDO OTROSI: Sírvase US., tener presente que en el proceso me valdré de todos
los medios de prueba que franquea la Ley.
POR TANTO,
RUEGO A US., tenerlo así presente.
TERCER OTROSI: Designo como patrocinante al abogado habilitado don Marcelo
Vergara Donoso, cedula nacional de identidad Nº 16.352.670-0, domiciliado en calle
Ramírez N° 685, oficina 3, a quien, además, confiero poder con todas y cada una de las
facultades contenidas en ambos incisos del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil,
las cuales se dan por integra y expresamente reproducidas en este acto, especialmente las de
percibir, transigir, avenir, renunciar a los términos y recursos legales.

POR TANTO,

A US., SOLICITO, tenerlo presente.

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