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Sé todo lo inventivo que puedas con las pregun- banda está pasando por su culpa pued en ayudar a

tas, pero trata de disimular el interrogatorio inser- que tus jugadores vean en Cuervo una posible alia-
tándolo en una conversación informal. Algunas de da en un futuro.
las preguntas que puede hacer Cuervo a los juga- En caso de engañar a Cuervo entrarán en la vieja
dores son: torre acompañados por esta y atravesarán un pasi-
«¿Cómo decís que lo habéis capturado?» llo que desemboca en el salón central donde varios
«¿Viene de Garedoth?» bandidos detienen sus quehaceres para mirar inte-
«¿Qué buscáis, la recompensa en oro o la apro- resados a los jugadores y al «cautivo» Nager.
bación de Zoara?» La sala es un espacio sombrío y húmedo. Las
Aprovecha la conversación para mostrar el des- paredes de piedra muestran algunas grietas que
contento de Cuervo con Zoara, a quien no le tiene amenazan con echar abajo la torre entera y el so-
mucho aprecio. No es algo que cuente a la ligera, nido del río se filtra hasta el interior, acrecentado
pero tampoco trata de ocultarlo. Quizá algún reso- por el eco. Una chimenea alumbra en uno de los
plido desdeñoso cuando se refiera a la líder o al- rincones y, en torno a ella, varias mesas pequeñas
gún comentario mordaz sobre la mala racha que la se disponen aleatoriamente sirviendo de espacio
de recreo para varios de los bandidos de Zoara
que jugaban a las cartas o a los dados hasta que la
irrupción de los aventureros y Nager les ha hecho
detener su partida.
Zoara Nasser, una tiefling de piel azulada y una
sonrisa altiva constantemente dibujada en su ros-
tro, se encuentra sentada en una de esas mesas,
bebiendo tranquilamente una cerveza mientras
juega con una moneda entre sus dedos. Tratará
a los jugadores con cierto desdén, pero aceptará

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