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1 Nòn ha 'l ciel cotànti lumi, 8 a

2 tànte still' e màri_e fiumi, 8 a

3 nòn l'Apríl gigli_ò vïóle, 8 b

4 tànti rággi nòn ha_il Sóle, 8 b

5 quànt' ha dóglie_e pèn'ogni_hóra 8 c

6 còr gentíl che s'ìnnamóra. 8 c

7 Pènar lúngo_e giòir córto, 8 d

8 mòrir vívo_e vìver mórto, 8 d

9 spèm' incérta_e vàn desíre, 8 e

10 mèrcè póca_a gràn languíre, 8 e

11 fàlsi rísi_e vèri piánti 8 f

12 è la víta dègli_amánti. 8 f

13 Nève_al sól e nèbbia_al vénto 8 g

14 è d'Amór gioià_e conténto, 8 g

15 dègli_affánni_e dèlle péne 8 h

16 àhi che 'l fín già mài non viéne, 8 h

17 cièl di mórte_estìngue ardóre 8 i

18 ch' ìn un álma_accènde_amóre. 8 i

19 Bèn soll'ió che 'l mòrir sólo 8 j

20 può dar fíne_al miò gran duólo, 8 j

21 nè di vói già mì dogl'ío 8 k

22 dèl mio státo_acèrbo e río: 8 k

23 sòl' Amór tirànno_accúso, 8 l

24 òcchi bélli_e vòi ne scúso. 8 l


Traducción

No tiene el cielo tantas estrellas,

tantas gotas de agua los mares y ríos,

no tiene Abril tantos lirios y violetas,

ni tantos rayos tiene el Sol,

como sufrimientos y penas, a todas horas,

tiene el corazón gentil que se enamora.

Un penar largo y un gozar corto,

un morir vivo y un vivir muerto,

esperanza incierta y vano desear,

poca recompensa por tanto sufrir,

falsas risas y verdaderos llantos:

Ésta es la vida de los amantes.

Nieve al sol y niebla al viento,

es la alegría y el regocijo del amor,

porque de los anhelos y de las penas

el final jamás llega.

Un cielo de muerte extingue el fuego

que en un alma enciende el amor.

Sé bien que tan sólo el morir

puede poner fin a mi sufrimiento,

y no es a vos a quien culpo

de mi estado tosco y cruel:

Sólo a Amor, el tirano, acuso,


a esos ojos hermosos, y a vos, excuso.

El autor de este madrigal es Giulio Caccini, cantante y compositor que estuvo al


servicio de los Médici en Florencia. El madrigal se incluye en el libro La nueva música,
un compendio de arias y madrigales para voz y acompañamiento de bajo continuo.
Tiene la importancia de ser la primera colección impresa donde se una el estilo
recitativo y el bajo continuo.

El poema está compuesto de cuatro sextillas (estrofa de seis versos de arte


menor, en este caso octosílabos). En la poesía italiana, los versos octosílabos contienen
dos acentos fuertes que caen sobre la tercera y séptima sílaba (se señalan en el texto con
negrita y acento agudo), y dos acentos secundarios, que caen sobre la primera y quinta
sílabas (se señalan en el texto con negrita y acento grave). El resultado es una gran
regularidad en la distribución de los acentos, alternando sílabas tónicas y átonas, lo que
contribuye a la musicalidad.

Un aspecto importante a señalar es la no correspondencia de los acentos


métricos y los acentos gramaticales. Vemos una tendencia a sacrificar el acento
gramatical en favor de la musicalidad. Algunos ejemplos son “morir”, en el verso 7 y
“penar” en e verso 8. En ambos casos el acento gramatical caería sobre la segunda
sílaba, pero en este caso se acentúa la primera para mantener la acentuación de los
versos octosílabos.

De la misma forma, en el texto no siempre coinciden las sílabas gramaticales y


métricas. Esto se refleja en la aparición de recursos como la sinalefa, que ayudan a que
el contenido del verso cuadre en el esquema de 8 sílabas. Las sinalefas están marcadas
con un guión bajo. En este sentido, también encontramos diéresis, como en el verso 3
(vïole), y sinéresis, como en los versos 19 (io), 20 (mió) y 22 (mio). Sin embargo, en la
interpretación que he consultado para este análisis (de la soprano Montserrat Figueras,
dirigida por Jordi Savall), la cantante omite alguno de estos recursos, como pasa con la
sinéresis del verso 19.

Para mantener la regularidad métrica y el ritmo tan marcado, también se hace


uso del apócope, propio de la lengua italiana y que, como sabemos, es más frecuente en
la lengua poética. Encontramos los apócopes en los versos 1 (ciel), 3 (april), 6 (cor), 7
(penar), 8 (morir), 13 (sol), 19 (ben) y 23 (amor).

En cuanto a las elisiones, las encontramos en los versos 1 (ha ‘l), 5 (pen’ogni), 6
(s’ínnamora), 14 (d’Amor), 16 (che’l) y 19 (soll’io).

En este caso la distribución de la rima es aabb, es decir, rima pareada o baciata.


La regularidad métrica es absoluta, lo que contribuye a la unidad del texto y lo hace
especialmente adecuado para su musicalización.
Por otro lado, el ritmo está potenciado por la abundancia de procedimientos
basados en la repetición, como son las anáforas (verso 13) y los paralelismos (versos 9-
10).

Formalmente, el texto está estructurado en cuatro estrofas, que pueden agruparse


en dos partes según su contenido.

En una primera parte, que englobaría las dos primeras estrofas, el autor nos
presenta un símil que identifica elementos de la naturaleza con el sentimiento amoroso.
En la primera estrofa aparece el concepto del dolor amoroso, equiparándolo a los rayos
del sol y otros elementos naturales. La segunda estrofa amplía la descripción del dolor
del amante.

La segunda parte presenta la conclusión del autor acerca de la reflexión sobre la


pena de amor. Podemos hacer dos subdivisiones temáticas: una primera estrofa (versos
13-18) en la que se alude nuevamente a elementos de la naturaleza y una segunda (19-
24) en la que se describe el dolor que causa el sentimiento amoroso. En esta última
estrofa, tenemos un cambio de perspectiva: frente a la perspectiva despersonificada del
resto de poema, se presenta ahora la primera persona. El sentimiento amoroso se
concreta en un sujeto.

La segunda parte del poema supone una conclusión derivada del planteamiento
que se ha presentado en la primera parte. En este caso, lo que tenemos es una reflexión
final sobre la propia experiencia amorosa, que deriva de la comparación anterior del
dolor amoroso con elementos de la naturaleza.

Como último apunte, es importante señalar que la comparación del sentimiento


amoroso con elementos de la naturaleza se inscribe dentro de la lírica petrarquista, al
igual que la idealización de la amada y la personificación del amor como un causante de
dolor.

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