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Atendiendo a la rima: es decir, si los versos riman o no entre sí. Aquí podemos encontrar,
por tanto: los versos rimados, los versos sueltos, los versos blancos y los versos libres.
Las estrofas también cuentan con una serie de características que ayudan a definirlas e
identificarlas. Estas están conformadas por los versos y son las que estructuran el poema en su
conjunto. En primer lugar, las estrofas pueden dividirse de forma simple en:
Estrofa isométrica: todos los versos que la conforman cuentan con el mismo número de
sílabas. Es la forma más común y utilizada en la lírica.
Estrofa herterométrica: los versos que la forman no contienen el mismo número de sílabas.
Por otro lado, si nos fijamos en el número de versos que componen cada una de ellas podremos
encontrarnos con otra clasificación en la que cada conjunto presenta un nombre concreto. Estos
son los tipos de estrofas según el número de versos.
Dos versos: estos pueden riman entre sí como en el caso del pareado o ser distintos, como
en el dístico.
Tres versos: dentro de las estrofas con tres versos nos encontramos con el terceto que
cuentan con versos endecasílabos (11 sílabas) y rima consonante; el tercetillo compuesto por
versos de arte menor y rima consonante y la soleá que es propia de la poesía popular
andaluza y que consta de tres versos de arte menor con rima consonante.
Cinco versos: se divide en la quintilla (versos de arte menor), el quinteto (arte mayor) y
la lira que mezcla los versos de arte mayor con los de arte menor
Seis versos: la sextilla cuenta con versos de arte menor y el sexteto con versos de arte
mayor. Aquí también nos encontramos con la copla de pie quebrado que combina versos de
8 y cuatro sílabas.
Ocho versos: octava italiana, octavilla, octava real y copla de arte mayor.
Diez versos: aquí encontramos la espinela y la copla real.
A partir de doce versos: se denomina alejandrina
Las estrofas de cuatro versos
Las estrofas de cuatro versos son las más comunes y utilizadas, por este motivo requieren un
apartado especial en el que definir sus particularidades. La gran diferencia que se establece
entre las estrofas de este tipo tiene que ver con la métrica de sus versos, es decir, si se tratan de
versos de arte menor o de arte mayor. Comencemos con las de arte mayor:
Cuarteto: compuesta por versos de 11 sílabas y rima consonante entrelazada (ABBA)
Serventesio: versos endecasílabos con rima cruzada (ABAB)
Cuaderna vía: versos alejandrinos (14 sílabas) y rima consonante continua.
Por su parte, las estrofas de cuatro versos en arte menor se dividen en:
Redondilla: rima consonante entrelazada (abba) compuesta por versos de 8 sílabas.
Copla: tiene origen popular y está compuesta por versos de menos de 8 sílabas y rima
asonante.
Seguidilla: cuenta con versos de 5 ó 7 sílabas con rima asonante.
Por último las estrofas también se pueden clasificar según las combinaciones entre sí:
Soneto: formada por dos cuartetos y dos tercetos
Romance: conjunto de versos de ocho sílabas donde riman los pares con rima asonante
quedando libres los impares.
Endecha: sucesión de versos de 6 y siete sílabas en grupos de cuatro versos con rima
asonante.
Zéjel: estribillo de dos versos con tres rimados entre sí. Todos ellos cuentan con 8 sílabas.
Silva: consecución de versos de 7 y 11 sílabas con rima libre consonante.
Madrigal: combinación libre de versos de siete y 11 sílabas sin número fijo de versos con
temática pastoril.
De esta manera, podríamos decir que los poemas son conjuntos de estrofas que a su vez están
compuestas por versos. Estas líneas hacen uso de ciertas sílabas para adquirir un ritmo y rima;
para tener cierta métrica.
¿Dónde entran entonces las licencias poéticas? Pues estas surgen cuando se quiere crear un
verso con una medida silábica particular y simétrica. Es decir, cuando queremos tener un tipo de
verso específico. Para esto es necesario que midamos los versos, que sepamos la cantidad de
sílabas que lo componen.
Las licencias poéticas se utilizan cuando se desea cierto ritmo y es necesario tener un número
determinado de sílabas dentro del verso. Este recurso sirve para sumar o restar sílabas a través
de diversas estrategias gramaticales. Así, si el poeta desea tener 9 sílabas exactas debe alterar
la estructura del verso para conseguirlo.
¿Cuántas son las licencias poéticas? Los 4 tipos
Para alterar los versos existen 4 tipos específicos que nos permiten sumar o restar sílabas en los
versos. A continuación, podrás conocer cuáles son las licencias poéticas con ejemplos.
Sinalefa
La sinalefa sirve para agrupar vocales que pertenecen a palabras distintas. Esto permite que dos
sílabas se transformen en una sola al momento de pronunciarlas. Se hace mediante la unión de
la sílaba final de una palabra con la sílaba inicial de otra. Con ello podemos restar una sílaba al
verso.
Por ejemplo, en la oración “Camila estaba acostada”, la terminación en “a” de Camila y el
comienzo en “e” de estaba genera una sinalefa. Veamos ahora un fragmento del Soneto XLIV
de Cien sonetos de amor de Pablo Neruda:
Sabrás que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala del silencio,
el fuego tiene una mitad de frío.
En este caso el primer verso tiene dos sinalefas con las palabras “te amo”, lo que permitiría
restarle dos sílabas a la métrica total del verso porque se pronuncian la “te” y la “a” como una
sola sílaba.
Hiato
Este es un recurso que se utiliza para impedir la sinalefa. Nos encontramos con el caso de que
una palabra termina en vocal y la siguiente también; sin embargo, las vocales se pronuncian por
separado y se cuentan las dos sílabas por aparte. Esto se logra introduciendo una palabra con
acento rítmico en su última silaba o introduciendo un signo de puntuación o conjunción que
requiere de una pausa en la pronunciación. En el primer caso, podemos tomar un verso del
poeta Vicente Gaos como ejemplo:
No sabe que es amor quien no te ama
Aquí la palabra “que” lleva un acento de intensidad rítmico que impide la sinalefa y produce un
hiato entre “que” y “es”. Es decir, contamos dos sílabas en el verso.
En el segundo caso, diversos poetas utilizan las conjunciones como la “y” para generar un hiato.
Por ejemplo, Sor Juana Inés de la Cruz lo utiliza en el siguiente verso:
Y luego desmayada y encogida
En este caso, al introducir la conjunción entre “desmayada” y “encogida” el autor evita la sinalefa
y produce un hiato, dado que la sílaba “da” de “desmayada” se cuenta como una y la conjunción
“y” se une a la sílaba “en” de “encogida” sumando otra sílaba.
Sinéresis
La sinéresis reside en crear un diptongo en una palabra que no lo tiene. Recordemos que
el diptongo se da cuando se unen dos vocales distintas en la misma sílaba de una palabra (estas
vocales no pueden tener tilde o acento ortográfico). Por ejemplo, la palabra guardar produce un
diptongo con las vocales “ua” y cuidar con “ui”. Veamos este verso del poeta español Francisco
Villaespesa:
Todo de orgullo y de creación temblando
Si podemos notar, en la palabra “creación” se separa en las sílabas cre-a-ción. No obstante, en
este caso el autor produce un falso diptongo entre las vocales “ea” para unir ambas
sílabas, crea-ción. Este recurso permite restar una sílaba al total de la métrica del verso.
Diéresis
Para finalizar la explicación de cuáles son las licencias poéticas, la diéresis se encarga
de separar dos vocales que forman un diptongo en su pronunciación normal. Esto permite sumar
una sílaba más al verso, porque se rompe con la pronunciación normal de la palabra.
La separación del diptongo se logra al poner una diéresis (¨) en una vocal que no la lleva. Por
ejemplo, en este verso del poeta Fray Luis de León se introduce una diéresis en la letra “u”:
La del que huye el mundanal rüido
Francisco de Quevedo