Está en la página 1de 2

Arquitectura Egipcia Gran Speo de Abusimbel 1

Mª Ángeles Menéndez
Tutor de Hª del Arte bAntiguo. C.A. UNED de Denia

Se trata sin duda del GRAN SPEO DE ABUSIMBEL, mandado construir por Ramsés II en
Nubia. Éste hizo construir en este lugar dos templos rupestres o speos para conmemorar los
triunfos cosechados especialmente sobre los negros. Son conocidos con los nombres de
Grande y Pequeño Speo de Abusimbel.

El Gran Speo está dedicado a


Ramsés II y el Pequeño a su mujer
Nefertari. Posee el primero una
curiosa particularidad. El 21 de
febrero y el 19 de octubre, es decir,
los días equinocciales, el primer
rayo de sol franquea la puerta y va a
iluminar por breves instantes las
estatuas del faraón y el dios Ptah,
que están al fondo de la nave. Esto
no volverá a repetirse hasta el
próximo equinoccio. El valor
simbólico del Sol no puede ser más
evidente.
Interiormente se distribuye del mismo modo que los grandes templos: un patio, en este
caso cerrado, con pilastras, una sala hipóstila y el santuario. Probablemente se iluminó con
luz artificial. La parte delantera se decora con esa gran fachada, donde aparecen
representados Ramsés y su mujer en tamaño colosal de hasta 20 metros de altura.
Por lo que respecta al sistema arquitectónico utilizado, vemos como éste es el
adintelado o arquitrabado. De nuevo aquí observamos como se acusa la influencia del
medio en la arquitectura, y no sólo en el empleo de la piedra, material que viene
condicionado en parte por el medio, al abundar ésta, sino también por la identificación entre
el paisaje y los monumentos arquitectónicos. Egipto es un país horizontal, así es también su
arquitectura, tan llana como las terrazas acantiladas que discurren a ambas orillas del Nilo.
Arquitectura Egipcia Gran Speo de Abusimbel 2
Mª Ángeles Menéndez
Tutor de Hª del Arte bAntiguo. C.A. UNED de Denia

Así pues, el Nilo no sólo fue el marco geográfico que propició la vida, sino que
determinó el espacio existencial. Hay una concepción de vía o camino sagrado, por eso el
templo también en su composición se concibe a lo largo de un eje, su simetría es pues axial
con una bilateralidad muy marcada, organizándose todo a ambos lados del mismo, y en
relación también con la liturgia que es procesional, asociada al Sol, y con una orientación
Este-Oeste, siguiendo el recorrido del astro rey que arroja sus rayos sobre las puertas de los
templos, abriéndose paso por los pilonos, que son como dos montañas sagradas.
Por otra parte, si bien los egipcios nunca manifestaron gran interés por la elaboración
del espacio interior cerrado (sólo hace falta recordar que muchos de los edificios del
complejo funerario de Zhoser eran ficticios), interesando más que nada la disposición de los
volúmenes en el espacio, aquí sin embargo sí asistimos a la creación de un espacio interno,
como sucedía en los grandes templos de Karnak y Luxor de este mismo Imperio Nuevo.
Ya para terminar, podríamos decir que esta época del Imperio Nuevo representa
desde el punto de vista arquitectónico, el momento de apogeo del arte egipcio, pues la
prosperidad económica propiciada, sobre todo, por la proyección imperialista exterior, facilitó
el empleo de enormes recursos en la erección de monumentos como testimonio de gratitud
a los dioses por parte de los faraones, a causa del favor que aquéllos les dispensaron. A su
vez, no podemos olvidar tampoco que Egipto sigue gozando en esta época del Imperio
Nuevo de un tipo de organización social esclavista, que permitió la realización de estas
construcciones gigantescas pese a la insuficiencia de los medios mecánicos utilizados.

Mª Ángeles Menéndez
Tutor de Hª del Arte Antiguo. C.A. UNED de Denia

También podría gustarte