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Fenicia

Cronotopo
En la zona del Líbano actual estuvo asentado el pueblo fenicio, entre los años 1200 al 539
a.C. Se consideran los fundadores del comercio marítimo gracias al establecimiento de
varias rutas. ocasiones, llegaron a colonizar algunas zonas creando asentamientos
permanentes. A lo largo de las costas de Oriente Próximo, el norte de África y el sur de la
península ibérica, los fenicios crearon factorías en sus nuevas ciudades, como Utica o
Cádiz. Son considerados grandes artesanos, y esto les permitió comerciar con sus propios
productos a través del intercambio. Además, estudiaron la geografía de los litorales y las
corrientes marinas. A lo largo de su historia, los fenicios fueron expandiendo sus rutas
comerciales hacia espacios marítimos cada vez más lejanos. En este sentido, fue clave la
fundación de colonias, que les permitió asegurarse puertos y depósitos de mercaderías.
Viajaban por el Mediterráneo entre marzo y octubre, y utilizaban dos rutas distintas (la del
sur, a lo largo de la costa africana; y la del norte, entre las islas del Egeo.)

Geopolítica
El gobierno de tales ciudades fenicias como Tiro, Sidón y Biblos estuvo liderado por
monarquías hereditarias durante toda su existencia. Estas ciudades individuales
normalmente actuaban de manera independiente unas de otras y solo formaron alianzas
mutuas en contadas ocasiones. El poder absoluto de los reyes fenicios, a pesar de tener un
concilio de ancianos a su disposición, queda demostrado en varias fuentes de la antigüedad,
incluidos los profetas hebreos del Antiguo Testamento. Por debajo del rey, los asuntos de
gobierno quedaban en manos de la clase sacerdotal y las casas de la élite que controlaban el
comercio internacional gracias al cual prosperó Fenicia.
Una colección de ciudades-estado
Fenicia nunca fue una sola entidad política, sino más bien una colección de ciudades
similares culturalmente en una estrecha franja del Levante. Cada ciudad tenía su sistema de
gobierno independiente, que controlaba dicha ciudad y el territorio circundante. En unas
épocas u otras puede que alguna ciudad fuera más dominante que otra de la región, pero es
posible que la autonomía no se viera comprometida. Sidón fue la dominante durante los
siglos XII y XI a.C., mientras que después la ciudad fenicia más poderosa fue Tiro. Las
ciudades fenicias solo formaban alianzas formales en raras ocasiones. Incluso cuando las
ciudades tenían las mismas políticas, actuaban de manera independiente. Un ejemplo de
esto se puede ver en el siglo V a.C. cuando las ciudades fenicias contribuyeron con barcos
en la armada persa de Jerjes, y cada grupo actuó bajo las órdenes de sus propios
comandantes.

Monarquías hereditarias
Los reyes fenicios no conmemoraban sus reinados ni sus logros en el arte ni en
inscripciones como se hacía en otras culturas, por lo que a menudo tenemos poca
información, tanto del funcionamiento del gobierno como de cosas tan básicas como quién
gobernó y cuándo. Sabemos gracias a algunas inscripciones funerarias y otras fuentes
esparcidas de otras culturas coetáneas que las monarquías de las ciudades fenicias tenían un
poder absoluto hasta el siglo VII a.C. A diferencia de otras sociedades antiguas en las que la
riqueza de un gobernante normalmente se adquiría mediante algún tipo de impuesto sobre
la producción agrícola, en el caso de los reyes fenicios, como no tenían tanto territorio
sobre el que recaudar impuestos, a menudo adquirían sus riquezas o bien participando
directamente en expediciones comerciales o recaudando impuestos sobre los negocios de
las élites de mercaderes de la ciudad.
La monarquía normalmente era hereditaria, aunque de vez en cuando había revueltas,
guerras y cambios dramáticos de dinastía. También se acordaban los matrimonios de
conveniencia con las casas reales de otras ciudades para conservar y aumentar el poder del
rey.
Las inscripciones sugieren que una estirpe ancestral larga era una señal de prestigio. De la
inscripción del féretro del rey Ahiram de Biblos tenemos la siguiente lista de reyes:
alrededor de 1000 a.C. Ahiram
980 a.C. Itobaal
940 a.C. Abibaal
920 a.C. Yehimilk
900 a.C. Elibaal
880 a.C. Shipitbaal
Los anales de Tiro y otras fuentes suplementarias nos aportan la siguiente lista de reyes de
Tiro:
969-936 a.C. Hiram I
935-919 a.C. Baal-eser I
918-910 a.C. Abdastarto
909-898 a.C. Methustrato
897-889 a.C. Astarimo
888 a.C. Feles
887-856 a.C. Itobaal I
855-830 a.C. Baal-asor II
829-821 a.C. Matán II
820-774 a.C. Pigmalión
750-740 a.C. Itobaal II
739-730 a.C. Hiram II
730-729 a.C. Matán II
729-694 a.C. Elulayo
680-640 a.C. Baal I
A finales del siglo VII, pero se desconocen las fechas específicas - Itobaal III
Baal II
Matán III
Hiram III

Geoestrategia
Métodos de intercambio
Al igual que muchas otras civilizaciones antiguas, los fenicios comerciaban bienes a través
de diversos métodos. Los bienes de prestigio podían intercambiarse como regalos
recíprocos, pero podían ser algo más que muestras mutuas de buena voluntad, ya que, como
imponían una obligación al receptor, eran un método para iniciar asociaciones comerciales.
Los bienes de lujo que se regalaban también podían ser un intento deliberado de los
fenicios de crear una demanda de más artículos de este tipo y ayudarlos a adquirir los
recursos locales que codiciaban.
LAS MERCANCÍAS SE COMPRABAN O VENDÍAN DE FORMA RELATIVAMENTE
CONTROLADA, CON CANTIDADES Y PRECIOS ESTABLECICDOS EN ACUERDOS
Y TRATADOS COMERCIALES.
Las mercancías podían recogerse como una forma de tributo a cambio de protección militar
o por obligación. Se almacenaban en grandes cantidades y se redistribuían localmente o se
comercializaban en otros lugares. Las mercancías podían trocarse e intercambiarse en
especie in situ. Como alternativa, y quizás el método más común empleado por los fenicios,
las mercancías podían comprarse o venderse de una manera relativamente controlada en la
que las cantidades y los precios se fijaban de antemano mediante la elaboración de acuerdos
y tratados comerciales controlados por el Estado.

Fuerza de trbajo
Oferta exportable
Mercancías exportadas
Madera
Fenicia era una mera franja costera respaldada por montañas. A pesar de la escasez de
tierras disponibles, consiguieron producir cereales mediante la irrigación del terreno
cultivable y cultivar a escala limitada productos alimenticios como aceitunas, higos, dátiles,
nueces, almendras, granadas, ciruelas, albaricoques, melones, calabazas, pepinos y vino.
Sin embargo, los fenicios eran más conocidos como exportadores de madera, que procedía
de sus abundantes bosques de cedros y abetos y se comercializaba desde el principio de la
historia. El cedro es un árbol alto y de gran grosor, por lo que es ideal para la madera.
Además, tiene la ventaja de poseer un olor aromático. Mesopotamia y Egipto eran los
clientes más relevantes, los primeros recibían los troncos mediante caravanas hasta el río
Éufrates, mientras que los barcos llevaban la madera a la costa africana. El comercio está
registrado en relieves de Sargón II y en una inscripción de Nabucodonosor. Según el
historiador George Rawlinson, la madera de cedro fenicio fue utilizada por el rey Salomón
para su célebre templo, por Herodes en el templo de Zorobabel y por los efesios para el
techo del templo de Artemisa en Éfeso, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

The Phoenician Expansion c. 11th to 6th centuries BCE. La expansión fenicia entre los
siglos XI y VI a.C.. Simeon Netchev (CC BY-NC-SA)
Textiles
La otra exportación fenicia famosa era la de textiles: lana, hilo de lino, algodón y, más
tarde, seda. La lana (de oveja y cabra) probablemente predominaba y procedía de Damasco
y Arabia. El hilo de lino se importaba de Egipto, y la seda, de Persia. A partir de estas
materias primas, los fenicios producían artículos de un colorido único, especialmente ropa y
alfombras. Las finas prendas multicolores de Fenicia se mencionan tanto en Homero
(donde Paris regala a Helena una tela antes de llevarla a Troya) como en el arte egipcio que
representaba a los fenicios de Sidón. Las telas teñidas se exportaban de nuevo, por ejemplo,
a Menfis, donde los fenicios incluso tenían su propio barrio.
LAS TELAS TEÑIDAS DE PÚRPURA CON EL LÍQUIDO DEL MOLUSCO MUREX
DIERON FAMA A LOS FENICIOS EN TODO EL MUNDO ANTIGUO.
Las telas teñidas de púrpura (en realidad, de tonos que van del rosa al violeta) con el líquido
de los moluscos Murex trunculus, Purpura lapillus, Helix ianthina y, sobre todo, Murex
brandaris, dieron fama a los fenicios en todo el mundo antiguo. Estos moluscos, que viven
en aguas relativamente profundas, se capturaban en trampas con cebo suspendidas de
flotadores. El tinte se extraía de miles de moluscos putrefactos que se dejaban cocer al sol.
La popularidad de estos tejidos era tal que se han excavado vastos depósitos de conchas en
las afueras de Sidón y Tiro, y la especie prácticamente se extinguió en las costas de Fenicia.
Las telas de mayor calidad se conocían como Dibapha, que significa "dos veces
sumergidas" en el tinte púrpura. Los fenicios no solo exportaban las telas teñidas, sino
también el proceso de extracción del tinte, como indican los depósitos de conchas
encontrados en las colonias fenicias de todo el Mediterráneo. Además de sus vivos colores,
los tejidos fenicios también eran famosos por sus finos bordados. Los diseños populares
incluían motivos repetidos como escarabajos, rosetas, globos alados, flores de loto y
monstruos míticos.
Vidrio
Los fenicios también comerciaban objetos de vidrio. Los egipcios ya habían sido
productores durante mucho tiempo, pero a partir del siglo VII a. C., los fenicios empezaron
a producir vidrio transparente, a diferencia de la cristalería meramente opaca. Los centros
importantes de producción de vidrio eran Sidón, Tiro y Sarepta. El vidrio transparente se
utilizaba para fabricar espejos, platos y vasos, pero parece que los fenicios apreciaban el
vidrio de color semitransparente (azul, amarillo, verde y marrón) para sus producciones
más elaboradas, así como para joyas y pequeñas placas que se cosían a la ropa. La
cristalería fenicia, especialmente en forma de pequeños frascos de perfume, se ha
encontrado en lugares tan lejanos como Chipre, Cerdeña y Rodas.

Demanda importada
Mercancías importadas
Los fenicios importaban metales, especialmente cobre de Chipre, plata y hierro de España,
y oro de Etiopía (y posiblemente de Anatolia). Esta materia prima se transformaba en vasos
adornados y objetos de arte en los talleres fenicios y luego se exportaba. También se
comerciaba estaño (de Gran Bretaña), plomo (de las islas Sorlingas y España) y latón
(principalmente de España). El marfil se importaba de Punt o de la India, al igual que el
ébano, que llegaba a Fenicia a través de Arabia. El ámbar procedía de la costa báltica o
adriática y se utilizaba en la joyería fenicia. El lino bordado y el grano se importaban de
Egipto y las telas finas y trabajadas de Mesopotamia. El grano, la cebada, la miel y la
madera de roble utilizada para los remos de los barcos fenicios procedían de Palestina.
Los mercados fenicios también comerciaban esclavos (de Cilicia y Frigia, pero también
capturados por los propios fenicios), ovejas (Arabia), caballos y mulas (Armenia), cabras,
lana (Damasco y Arabia), coral, perfumes (Judá e Israel), ágatas y piedras preciosas como
las esmeraldas (de Siria y Saba). Las especias procedían de la península arábiga (algunas
venían de la lejana India) e incluían la canela, el cálamo, la casia, el ladanum, el incienso y
la mirra.

Modena y banca
Por tanto, el valor de cambio de las mercancías era fijo y no era necesario acuñar una
moneda, lo que no quiere decir que no existiera un sistema de valores arbitrarios escritos y
acuerdos de crédito. Es posible que los fenicios no produjeran una moneda precisamente
porque su comercio era realmente internacional y no les servía de nada una moneda que no
pudiera utilizarse lejos del lugar donde fue acuñada.
Rutas comerciales
Rutas Comerciales Fenicias: Navegando hacia el Éxito Económico
Las rutas comerciales fenicias fueron cruciales para el éxito económico de esta civilización
antigua. Su habilidad para navegar a través del mar Mediterráneo los convirtió en los
líderes del comercio marítimo antiguo.
Los fenicios comenzaron a establecer rutas comerciales marítimas alrededor del año 1200
a.C. Estas rutas se expandieron rápidamente y permitieron que los fenicios comerciaran con
otros países como Grecia, Egipto, y Persia. Los productos intercambiados en estas rutas
incluían telas, especias, metales preciosos, y marfil.
Mira también:
Comercio Fenicio: Clave en la Antigüedad Mediterránea
Comercio Fenicio: Clave en la Antigüedad Mediterránea
"Los fenicios fueron los primeros hombres que se aventuraron a navegar por las columnas
de Hércules, y todos los demás hasta ahora han seguido su ejemplo." —Herodoto
Las rutas comerciales fenicias no solo representan el intercambio de bienes, sino también la
propagación de su cultura y religión a lo largo del Mediterráneo. Además, estas rutas
comerciales fueron responsables del aumento de la demanda de los productos fenicios, lo
que contribuyó al desarrollo económico de las diferentes regiones donde ellos comerciaban.
La navegación fenicia se caracterizó por su habilidad para navegar durante la noche gracias
a su conocimiento de la posición de las estrellas y las corrientes marinas, lo que les
permitió viajar más lejos y comerciar con más países. Además, los fenicios creaban
colonias para descansar durante sus viajes, lo que también les permitió establecer relaciones
comerciales con los lugareños y continuar expandiendo su red comercial.
Mira también:
Economía Cartaginesa: Claves de su Poderío Comercial
Economía Cartaginesa: Claves de su Poderío Comercial
En resumen, las rutas comerciales fenicias y su habilidad para navegar a través del mar
Mediterráneo fueron fundamentales para el desarrollo económico fenicio. Sus estrategias de
navegación y establecimiento de colonias les permitieron expandir su red comercial y
establecer importantes relaciones comerciales con otros países a lo largo del Mediterráneo.
La economía fenicia era esencialmente marítima, con una fuerte dinámica de intercambio
entre sus propias ciudades y con el extranjero. Llegaron a ser una potencia comercial en la
región, razón por la que se les considera los grandes mercaderes de la Antigüedad.
La principal actividad comercial era el tráfico de esclavos, que eran capturados por los
propios mercaderes o comprados en mercados locales. Además, comerciaban telas de seda
y de lino, aceite, vino, resina, perfumes y todo tipo de bienes de lujo. Sus rutas conectaban
el delta del río Nilo en Egipto con el Mar Mediterráneo, las islas del Mar Egeo y las
ciudades de la Mesopotamia asiática.
También se dedicaron a la construcción de embarcaciones, para las que utilizaban madera
de cedro de los bosques del Líbano. Fundaron decenas de factorías en las que predominaba
el trabajo de metales, como el oro, la plata y el bronce, y la producción cerámica, decorada
con un tinte púrpura que extraían de los moluscos múrice.

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