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DERECHO CIVIL I. Segundo parcial. UNED.

PARTE GENERAL Y DERECHO DE LA PERSONA.


TEMA 29. VICIOS DE LA VOLUNTAD Y DE LA DECLARACIÓN.

mientras que, simultáneamente, en su fuero interno, contradice lo


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declarado. Más que discrepancia o desacuerdo entre voluntad y
La voluntad negocial ha de ser libre y conscientemente formada. declaración lo que hay es una contradicción entre la voluntad interiorizada
Por tanto, cuando su formación se ha visto impregnada por factores y la voluntad exteriorizada. Pero el Derecho no tiene por misión regular
externos al sujeto declarante de semejante libertad y consciencia, se los pensamientos, ni ideas, sino las relaciones interpersonales o de unas
afirma que la voluntad está viciada. personas con otras. Por tanto, la reserva mental es intrascendente para la
Conforme a la enseñanza clásica los vicios de la voluntad son el validez y eficacia del negocio. El declarante queda vinculado por su
error, la violencia, la intimidación y el dolo. Nuestro Código Civil los voluntad exteriorizada frente a terceros y por tanto, la reserva mental,
considera fundamentalmente con sede en contratos, pero también se les no tiene relevancia alguna.
tendrá que considerar respecto a la categoría del negocio jurídico. Conceder alguna relevancia a la reserva mental significaría tanto
1. DISCREPANCIA ENTRE LA VOLUNTAD Y LA DECLARACIÓN: LA como destruir el principio de seguridad del tráfico y el de la buena fe,
VOLUNTAD OCULTA O NO DECLARADA. consagrando, por el contrario, la actuación dolosa del declarante. Por ello,
Además de la voluntad viciada, es general considerar la existencia en términos generales, el Derecho privado repudia la reserva mental.
de declaraciones de voluntad que, pese a encontrarse correctamente 1.3. La simulación: los negocios simulados.
formadas, se transmiten o declaran de forma que el resultado final Simular un negocio equivale a fingir o aparentar una declaración de
provoca discrepancia entre la voluntad propiamente dicha y la declaración. voluntad o la celebración de un acuerdo de voluntades que realmente no
En tales casos surge la duda de sí debe prevalecer la voluntad son queridos por las partes. En tal sentido, los supuestos de simulación
interna o la declaración y la solución no puede ser unitaria debido entre representan, al menos en su mayoría, posiblemente la hipótesis más
otras cosas a que el Código Civil no contiene normas particulares que característica de desacuerdo o discrepancia de la voluntad negocial con la
permitan abordar los distintos supuestos propuestos. declaración correspondiente.
1.1. Declaraciones iocandi causa o docendi causa. La voluntad real o subyacente puede consistir tanto en no celebrar
Se considera comúnmente que cuando una persona realiza negocio alguno, como en celebrar un negocio distinto al aparentemente
manifestaciones que podrían ser consideradas negociales, pero de broma o realizado. Conforme a ello se distinguen dos supuestos de simulación:
a modo de ejemplo, se produce una divergencia entre la voluntad real (no absoluta y relativa.
realizar negocio jurídico alguno) y la voluntad declarada. Se habla de simulación absoluta para señalar que la apariencia de
Sin embargo, lo más probable es que la falta de relevancia de tales un negocio es sencillamente eso, una ficción, y no responde a ningún
declaraciones lleve a excluirlas de este tema aunque en algunos casos designio negocial verdadero de las partes en los negocios bilaterales o del
puedan resultar problemáticas. declarante en el caso de negocios unilaterales, conviene advertir que la
aplicación de la simulación a los negocios jurídicos unilaterales es muy
1.2. La reserva mental. discutible.
Bajo esta denominación se encuentran los más variopintos Por el contrario, se califican como simulación relativa, aquellos
supuestos en que una persona emite una declaración de voluntad cualquiera supuestos en que la ficción negocial trata de encubrir otro negocio

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verdaderamente celebrado y que, por distintas razones, se pretende  Frente a terceros debe considerarse válido el negocio simulado
mantener oculto. En este caso es necesario distinguir entre el negocio (propio de la simulación absoluta) y el disimulado (en el caso de la
aparente o ficticio (negocio simulado) y el negocio jurídico simulación relativa).
verdaderamente celebrado, al que se designa con el nombre de negocio  Inter partes, en cambio, en el caso de simulación absoluta, el
disimulado (u oculto). negocio simulado debe considerarse inexistente. En el supuesto de
La finalidad perseguida por las partes al celebrar un negocio simulación relativa sería nulo el negocio simulado y válido el disimulado u
simulado puede ser de índole muy distinta. Lo mismo puede tratarse de oculto.
evitar la curiosidad ajena, ofrecer una garantía complementaria a quien es  En términos teóricos, la voluntad real u oculta, según el caso,
nuestro acreedor, aparentar una situación económica modesta o una gran debe prevalecer inter partes, mientras que en la relación con los terceros
capacidad económica... Más así mismo puede cimentarse el pacto o acuerdo su importancia decae frente al valor de la voluntad declarada en atención
simulatorio en realizar un negocio prohibido a través de otro formalmente a los intereses generales del tráfico y a las exigencias derivadas de la
permitido, (fines evidentemente ilícitos y contrarios al ordenamiento buena fe y del principio de protección de la apariencia jurídica.
jurídico en su conjunto).
2. EL ERROR COMO VICIO DE LA VOLUNTAD O ERROR PROPIO.
Debe observarse que, sean lícitos o ilícitos los fines perseguidos
El Código Civil no ofrece una definición del error en cuanto vicio de
por las partes, la simulación conlleva el engaño a terceros, a las personas
extrañas al negocio jurídico aparentado o simulado. Este argumento de la voluntad, cuestión que es abordada sistemáticamente en relación con los
contratos. Omite la definición, sencillamente, porque en el artículo 1.266 1
fondo ha llevado a la doctrina y a la jurisprudencia a mirar a los negocios
simulados con franca antipatía, pues en definitiva, la autonomía privada no el término error tiene la significación usual o convencional: equivocación,
falsa representación mental de algo.
debe fundamentar ni justificar actividades lúdicas ni actuaciones que
objetivamente pueden ser calificadas como contrarias a la buena fe o al Ahora bien, ya se comprenderá que la validez y eficacia de los
negocios jurídicos no puede quedar sometida a las alegaciones de las
abuso del derecho.
Doctrinalmente, se ha tratado de ofrecer respuesta teórica a la partes de haberse equivocado sin más. Por ello, lo que sí regula son los
requisitos o circunstancias fundamentales que comportan que el error sea
cuestión planteada configurando la simulación ora como una anomalía de la
voluntad ora como un vicio de la causa. Sin embargo por ninguna de las dos relevante o no con vistas a privar de eficacia al negocio jurídico celebrado.
Ante la existencia de error, éste debe ser probado por quien lo
se puede llegar a una conclusión general acerca de la sanción que merezcan
los negocios simulados y cuál es la eficacia del negocio simulado y alega teniendo su reconocimiento, con capacidad para anular el negocio, un
sentido excepcional muy acusado.
disimulado. La razón de ello no sólo estriba en la inexistencia de un
conjunto normativo que, con carácter sistemático y de forma coherente, 1
Artículo 1.266. Para que el error invalide el consentimiento, deberá recaer
afrente la materia, sino el hecho de que la eficacia de los negocios sobre la sustancia de la cosa que fuere objeto del contrato, o sobre aquellas
simulado y disimulado depende de cuáles sean los intereses en liza en condiciones de la misma que principalmente hubiesen dado motivo a celebrarlo.
relación con ellos. El error sobre la persona sólo invalidará el contrato cuando la consideración a ella
Como principios generales en esta materia pueden citarse: hubiere sido la causa principal del mismo.
El simple error de cuenta sólo dará lugar a su corrección.

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Según el Código Civil, “para que el error invalide el consentimiento contratantes, sociedad, mandato, depósito, donación,..., o conllevan
(contractual, se entiende) deberá recaer sobre la sustancia de la cosa que necesariamente una valoración de las habilidades o aptitud de quien haya
fuere objeto del contrato o sobre las condiciones de la misma que de ejecutar la prestación. Dicha conclusión resulta discutible: el error
principalmente hubiesen dado motivo a celebrarlo”. Es decir, tiene que sobre la persona puede tener eficacia invalidante en relación con todo tipo
tratarse de un error esencial o sustancial, relativo al contenido o al de negocios jurídicos, siempre que la consideración de la otra parte
objeto del contrato, para que pueda alegarse como causa de invalidez. contratante o de la persona sobre la que recaigan los efectos del negocio
De todo ello se deduce que, aún habiéndose equivocado, la parte haya sido erróneamente valorada de forma excusable y esencial. Así, el
que haya sufrido error no podrá invalidar el contrato en los siguientes Código Civil establece que cuando de cualquier manera se pueda saber cuál
casos: errores no-invalidantes: es la persona nombrada, “el error en el nombre, apellido o cualidades del
 Error en los motivos. La falsa representación mental no recae heredero” no vicia la institución.
sobre el contenido sustancial o sobre extremos esenciales del negocio
2.1. Error de hecho y error de derecho (* apuntes)
jurídico, sino sobre los móviles subjetivos que llevan al sujeto a emitir su
El error de hecho recae sobre circunstancias de hecho del
declaración de voluntad.
 Error de cuenta o error de cálculo. Sólo dará lugar a su negocio. Por ejemplo el error sobre cualidades que se atribuyen al objeto
de un contrato o a la persona del otro contratante.
corrección matemática.
Aunque el Código Civil se limite a prescribir que el error y ha de El error de derecho radica en la ignorancia o falso conocimiento de
la norma o regla jurídica en cuanto a su contenido, existencia,
ser esencial o substancial, sobre la base de la jurisprudencia del Tribunal
Supremo, ha de requerirse igualmente para invalidar un negocio jurídico interpretación o aplicación al caso concreto, siempre que el sujeto se haya
decidido a llevar a cabo el negocio como consecuencia de aquella ignorancia
que se trate de un error excusable. Con semejante calificación se
pretende indicar que el sujeto que incurre en error ha ejercitado una o falso conocimiento.
diligencia normal en el conocimiento de los extremos propios del contenido 2.2. Error obstativo o error impropio.
del negocio jurídico y que, pese a ello, no ha logrado superar la falsa Bajo tal denominación se conoce el error sufrido por el sujeto del
representación mental en que ha incurrido. negocio al efectuar la declaración, sin que haya tenido incidencia alguna en
Respecto del error sobre la persona con que se contrata, se el previo proceso de formación de su voluntad. Se habla así,
establece que “sólo invalidará el contrato cuando la consideración a ella respectivamente de error obstativo o error impropio y error-vicio o error
hubiese sido la causa principal del mismo”. En este caso, el parámetro viciante.
“sustancia de la cosa” ahora se sustituye por la identidad propiamente El error sufrido al realizar la declaración se denomina obstativo en
dicha o por las cualidades personales de la otra parte contratante o del cuanto se considera que supone un obstáculo insalvable para la celebración
negocio jurídico, sobre la base de cuya consideración se haya celebrado el del negocio, por producirse una discordancia entre la volunta negocial y la
negocio jurídico. declaración de tal gravedad que, en términos generales, debería conllevar
Bajo esta categoría se incluirían fundamentalmente aquellos la inexistencia o la nulidad radical de la propia declaración y, por ende, del
contratos que implican una cierta relación de confianza entre los pretendido negocio.

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Es el caso, por ejemplo, que se produce cuando en vez de decir o 3.1. La violencia.
escribir arrendar, que es lo que se quiere, se dice o se escribe vender. Frente a lo que ocurre en el caso del error, el Código Civil es
Sin embargo, los perfiles de distinción entre ambos tipos de error suficientemente explícito en definir las situaciones en que se violenta la
en nuestro Ordenamiento jurídico son notablemente inseguros, por lo que voluntad o, la manifestación del consentimiento de una de las partes
la insistencia doctrinal en acentuar la diferencia entre uno y otro no deja contratantes: ”hay violencia cuando para arrancar el consentimiento se
de ser paradójica, sobre todo por el hecho de que la conclusión de la emplea una fuerza irresistible”.
doctrina mayoritaria es que el error obstativo debe acarrear la Tal fuerza irresistible se dará en todos aquellos casos de violencia
anulabilidad del negocio jurídico correspondiente. Esto es, la misma física absoluta en que la voluntad de la persona que realiza la declaración
consecuencia que en el caso del error propio. es sustituida por la del agente violentador, por ejemplo obligar a quien no
2.3. Error en el testamento (*apuntes) sabe firmar a estampar su huella digital en un contrato escrito. Pero cabe
también pensar en los casos de hipnosis o sugestión en que, una vez
El Código Civil no incluye el error en el testamento entre los vicios
sustituida la voluntad del sujeto por la del hipnotizador, el contratante o
del mismo por lo que un sector de la doctrina piensa que no tiene
testador hace y dice cuanto le indican. Por eso, también prevé
relevancia, dado además que se declara la ineficacia del testamento sólo
específicamente el Código Civil la nulidad del testamento otorgado con
en los casos expresamente previstos. Otro sector, por el contrario, opina
violencia.
que dada la relevancia que posee la voluntad del testador, no hay más
Si bien se piensa, en tales casos no es que la voluntad del sujeto
remedio que acoger el error si bien parece improbable o irreal que la
actuante se encuentra “viciada”. Sencillamente, no hay en rigor voluntad
persona teste por error, sin saber que hace testamento, dadas las
alguna, ya que la manifestación externa del querer individual se debe en
solemnidades legales que se requieren. Otra cosa serán los errores en
exclusiva a la violencia ejercida sobre quien acaba exteriorizando una
disposiciones testamentarias, que el Código Civil reconoce y regula.
declaración de voluntad que, sin embargo, no se asienta en su verdadera
3. LA VIOLENCIA Y LA INTIMIDACIÓN voluntad. Por ello, realmente, aunque la doctrina clásica considere que la
Los negocios jurídicos celebrados bajo violencia física absoluta o violencia es uno de los casos típicos de vicio de la voluntad, es preferible
bajo intimidación serán anulables, puesto que en el primer caso realmente considerarla como discrepancia entre voluntad y declaración.
no hay voluntad, mientras que en el segundo ésta se encuentra sólo viciada. 3.2. La intimidación.
Este mandato es criticado ya que se considera que los contratos
La intimidación es otro de los vicios de la voluntad o deficiencia del
celebrados bajo violencia absoluta deberían ser nulos de pleno derecho
consentimiento que puede comportar la invalidez del negocio jurídico. Está
por inexistencia de voluntad y ser ésta el elemento esencial del negocio
perfectamente descrita en el Código Civil, según el cual consiste en
jurídico.
“inspirar a uno de los contratantes el temor racional y fundado de sufrir
La violencia y la intimidación pueden ser causadas tanto por la otra
un mal inminente y grave en su persona y bienes, o en la persona o bienes
parte contratante como por un tercero que no intervenga en el contrato o
del cónyuge, descendientes o ascendientes”.
en el negocio jurídico. Se trata de evitar que el violentador o intimidador
pueda conseguir la validez de los actos.

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La transcrita noción legal es bastante significativa y resalta la las personas a quienes se debe sumisión y respeto pueden dar origen a
“coacción moral” que la intimidación supone. intimidación, pero, mientras no lo hagan, el negocio jurídico celebrado bajo
La amenaza de que sea objeto la persona que emite (o va a emitir) temor reverencial será válido y eficaz.
una declaración de voluntad negocial ha de ser de tal naturaleza que
3.3. Régimen común de la violencia y la intimidación.
inspire “un temor racional y fundado” que le lleve a prestar su conformidad
o aceptación a una actuación negocial inicialmente no deseada. Por tanto, Pese a que en el negocio jurídico celebrado bajo la violencia física
absoluta no hay realmente voluntad, mientras que en caso de intimidación
habrá de considerarse ante todo la entidad de la amenaza y su incidencia
sobre la persona presuntamente intimidada o amenazada. Será necesario, esta se encuentra sólo viciada, el Código Civil dispone la misma
consecuencia para ambos “vicios de la voluntad”: los contratos celebrados
pues atender también “a la edad y a la condición de la persona” ya que,
evidentemente, no todas las personas tienen idéntico grado de temor, ni bajo violencia o intimidación serán anulables.
Dicho mandato normativo suele ser comúnmente criticado, pues se
son igualmente impresionables.
La amenaza ha de estribar en el anuncio de un mal inminente y considera que los contratos celebrados bajo violencia absoluta debería ser
nulos de pleno derecho por inexistencia absoluta de la voluntad y ser ésta
grave ya que otro tipo de advertencias no tienen el calificativo de
intimidación. el elemento esencial por antonomasia del negocio jurídico.
De otra parte, evidencia el Código Civil que la violencia y la
Requiere el Código Civil expresamente que el mal anunciado recaiga
directamente sobre la persona o sobre los bienes del contratante o de sus intimidación pueden ser causadas tanto por la otra parte contratante
cuanto “por un tercero que no intervenga en el contrato”. La ratio legis de
familiares más cercanos (cónyuge, descendientes o ascendientes), aunque
puede resultar discutible que dicho círculo de personas haya de ser dicha norma es clara, se intenta evitar que el violentador o intimidador
pueda conseguir la validez de los actos de los “matones a sueldo”.
asumido restrictivamente y a la letra. Si la capacidad intimidatoria de la
amenaza sobre el contratante se asienta en la cercanía entre él y la 4. EL DOLO. Examen junio 2000.
persona amenazada, ésta no tiene por qué tener un vínculo familiar tan
restringido. Es más, ni siquiera debería requerirse un vínculo familiar 4.1. Noción y requisitos.
propiamente dicho. Actuar dolosamente (con dolo) significa tanto como hacerlo
Aunque el Código Civil no lo explicite, la amenaza intimidatoria ha malévola o maliciosamente, ya sea para captar la voluntad de otro, ya sea
de ser injusta y extravagante al Derecho, ya que en el caso de que la incumpliendo consciente y deliberadamente la obligación que se tiene
amenaza se reduzca al posible ejercicio de un derecho, no se estará contraída. Aquí nos vamos a referir al dolo como vicio de la voluntad,
llevando a cabo intimidación alguna (por ejemplo en el embargo de un consistente en inducir a otro a celebrar un negocio jurídico mediante
porcentaje del sueldo). engaño o malas artes.
El Código Civil también contempla el llamado temor reverencial: “el Afirma el Código Civil que “hay dolo cuando, con palabras o
temor de desagradar a las personas a quienes se debe sumisión y respeto maquinaciones insidiosas de parte de uno de los contratantes, es inducido
no anulará el contrato”. El temor reverencial no es relevante para el el otro a celebrar un contrato que, sin ellas, no hubiere hecho”. “Para que
Derecho mientras no tenga naturaleza intimidatoria. O, lo que es lo mismo, el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá ser grave y no haber

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sido empleado por las dos partes contratantes. El dolo incidental sólo La compensación del dolo, evidentemente, no puede entran ne
obliga al que lo empleó a indemnizar daños y perjuicios”. juego respecto del testamento, cuya nulidad declara igualmente el Código
Por tanto, para que el dolo sea causa de anulabilidad del negocio Civil en el caso de que haya sido otorgado a consecuencia del dolo de
jurídico se requiere: cualquier persona.
 Que el dolo sea grave, llevado a cabo con la intención, con la
4.2. El dolo omisivo.
mala intención consciente y deliberada, de engañar a otra persona con la
El Código Civil se limita a hablar de “palabras o maquinaciones
que se pretende celebrar un negocio jurídico. En cambio, el denominado
dolus bonus o dolo bueno, consistente en cantar las excelencias del bien o insidiosas” para identificar a la conducta engañosa y, si bien se piensa, tal
resultado lo mismo puede lograrse mediante una conducta activa cuanto
del servicio que se oferta, no se considera como dolo propiamente dicho.
 El dolo ha de inducir a la otra parte a celebrar el negocio omisiva del que la lleva a cabo. Además, actuar en el tráfico jurídico
mediante medias palabras o con reticencias, es claro que atenta contra el
jurídico. Es decir, ha de tratarse de un dolo determinante, sin cuya
existencia la parte que lo sufre no hubiera manifestado su voluntad principio de la buena fe que, por imperativo del artículo 7.1 del Código
Civil, debe ser operativo en el ejercicio de cualquier derecho.
favorable a la celebración del negocio jurídico.
El dolo determinante se contrapone así al dolo incidental, que no En consecuencia, dolo puede consistir también en conductas
pasivas o reticentes que, resultado a la postre engañosas, induzcan a
resulta caracterizado en el Código Civil, el cual se limita a disponer que no
tendrá consecuencias anulatorias del contrato celebrado, sino que sólo celebra un negocio jurídico a quien no hubiera llegado a hacerlo en caso de
habérsele hecho saber cuanto, consciente y deliberadamente, le oculta la
dará lugar a indemnización de daños y perjuicios.
No obstante la falta de definición legal, la noción de dolo otra parte.
incidental es clara: es la conducta engañosa que lleva a quien, libre y 4.3. El dolo del tercero.
conscientemente, está decidido a contratar, a aceptar unas condiciones No se excluye la existencia de dolo cuando la tercera persona
desfavorables o perjudiciales que no hubiera aceptado de no intervenir el actúa a consecuencia de una maquinación de uno de los contratantes, ya
dolo incidental. Por ejemplo, necesito que me arreglen el coche en el que en tal caso la intervención del tercero es sencillamente material: quien
pueblo donde se me ha averiado; pero el astuto mecánico, argumentando conspira o maquina, es propiamente hablando, el contratante maligno.
que es la romería de la comarca (lo que es falso), hace que acepte un Pero, ¿será posible que un contratante se aproveche del dolo de un
precio desorbitado. tercero aunque no haya sido conspirado por él? La respuesta ha de ser
 Que el dolo no hay sido empleado por las dos partes negativa. Por tanto, ha de propugnarse la anulación del negocio jurídico
contratantes, ya que en tal caso la actuación malévola de ambos excluye la cuando aquél conoce la actuación insidiosa de tercero (y por tanto el
protección a la buena fe que fundamenta la regulación positiva del dolo. En engaño en que ha incurrido la otra parte), aunque no haya conspirado con
el caso de dolo por ambas partes suele hablarse de compensación de dolo, él.
para poner de manifiesto que el de una parte compensa, anula o destruye
la relevancia del dolo de la otra parte.

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