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Simulación en los contratos

Gómez Gómez María Valentina


Gómez Rivera María Fernanda
Maestre Solano María Fernanda
Quiroz Aguilar Jaime
Rey Tirado Evifanny
Velázquez Mendoza Mileidy
A1

Mayo 2019.

Universidad de La Guajira
Riohacha, La Guajira
Derecho civil, Obligaciones
Contenido.

 Introducción.
 Justificación.
 Concepto de simulación en los contratos.
 Efectos de la simulación en los contratos.
 Pruebas para la acreditar la simulación en los contratos.
 Conclusión.
 Referencias bibliográficas.
Introducción.

El siguiente informe describe la simulación bajo la base de información obtenida por la Corte

Suprema de Justicia, por consiguiente, la simulación es una conducta mañosa, caracterizada por

la astucia y no por la violencia, e integrada por una serie de actos intelectuales, generalmente

documentarios, de límpida apariencia y cómoda perpetración. Estas circunstancias facilitan

notablemente el proceder simulatorio sin traumatizar lo más mínimo al simulador o a sus

cómplices, que habrán todos de quedar muy complacidos por la paz y elegancia con que se ha

desarrollado la operación. Aquí, al revés del robo o estafa, por ejemplo, la acción simuladora se

realiza sin contacto directo con la víctima, lo cual naturalmente simplifica las cosas y libera a sus

autores de posibles y últimas inhibiciones. Además, el resultado de la simulación no suele ser

nunca de un efecto instantáneo sino diferido, e incluso a veces deviene simplemente aleatorio, en

el sentido de que el daño no es una consecuencia necesaria sino contingente de la acción” A lo

largo del tiempo se han desarrollado tres teorías que explican la naturaleza jurídica de la

simulación, a saber: la de la simulación-nulidad, la dualista francesa y la monista.


Simulación en los contratos.

Según la corte suprema de justicia, La simulación de contratos, negocios y actos jurídicos, es una

figura (casi siempre fraudulenta) regularmente utilizada por timadores, por personas que quieren

aparentar solvencia para conseguir un negocio o un crédito bancario, o insolvencia con la

intensión de evitar el embargo y remate de sus bienes. El código civil colombiano define la

simulación como, “Las escrituras privadas, hechas por los contratantes para alterar lo pactado en

escritura pública, no producirán efecto contra terceros. Tampoco lo producirán las

contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido al margen de la

escritura matriz, cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado en cuya virtud

ha obrado el tercero. Colombia Art. 1766 CC”. Dicho de otra manera el fenómeno simulatorio

siendo el acuerdo de dos o más personas para fingir jurídicamente un negocio, o algunos

elementos del mismo, con el fin de crear ante terceros la apariencia de cierto acto jurídico

elegido por las partes, y sus efectos de ley, contrariando el fin del acto jurídico concreto. Dado

que los contratantes no siempre disimulan del mismo modo, De ahí que en la doctrina se suela

distinguir entre la simulación absoluta, la voluntad real es no celebrar negocio alguno. Se trata

de una mera apariencia de negocio, que está vacía de contenido real. No se pretende encubrir

otro negocio que las partes querían celebrar sino que no hay ningún acuerdo de voluntades detrás

del negocio simulado. Existiendo en apariencia, carece totalmente de contenido real. Por

ejemplo, la simulación de un préstamo para aumentar el pasivo del deudor y frustrar las

expectativas de los acreedores. Y por ultimo la simulación relativa, no todo es ficción, sino que

las partes, aparentan celebrar un negocio que realmente no tienen intención de realizar, para

encubrir otro que es el que realmente persiguen. Constituye un supuesto de anomalía de causa.

Se expresa una causa falsa cuando en realidad el resultado contractual querido y ocultado se basa
en otra causa verdadera, suficiente y lícita (art. 1276 del Código Civil). Hay un negocio aparente

(negocio simulado) para ocultar la voluntad verdadera de los que intervienen en el acto (negocio

disimulado). De esta manera, los terceros de buena fe solamente perciben la existencia del

“negocio simulado”, mientras que para los “simuladores”, solo existe el “negocio disimulado”.

Son ejemplos frecuentes de simulación relativa los contratos de compraventa que encubren

verdaderas donaciones, o los contratos de arrendamiento de servicios que ocultan auténticas

relaciones laborales. (STS de 3 de noviembre de 2004) Tribunal supremo de justicia. El art.1766

del código civil colombiano anteriormente mencionado, fue principalmente la base para la corte

suprema de justicia (2000) con el objetivo de definir como características principales de la

simulación, entre ellas se encuentra, el acuerdo entre las partes; la realización del acuerdo

aparente. Como es evidente el objetivo premeditado del aparente acuerdo es el de engañar a

terceros, otro aspecto esta la disconformidad entre las partes que la denomina por ser intencional.

Efectos de la simulación en los contratos.

Generalmente los efectos de la simulación dependen, sin lugar a dudas, de la especie de

simulación que se declare. Más aún existen entre otros, efectos de simulación y nulidad que en

esencia, la voluntad por sí sola no basta para generar efectos jurídicos, el ordenamiento jurídico

protege sólo las determinaciones serias de voluntad manifestadas de buena fe y con un interés

lícito, con algunas excepciones que abordaré más adelante. Por ello, la simulación absoluta, que

apareja la inexistencia del acto jurídico, es excluyente por incompatible con una declaración de

nulidad, “no pudiéndose predicar de un mismo acto dispositivo que es simultáneamente

inexistente e inválido” por otra parte en efectos de la simulación cuando hay terceros de buena fe

Ahora bien, es menester dejar en claro que, en ocasiones, pese a que se observen claramente los
elementos que configuran la simulación, el juez debe denegar las pretensiones si encuentra que

de aniquilarse la venta simulada y disponerse la consiguiente anotación en el protocolo y el

registro, se vulnerarían los derechos de los terceros que contrataron con el sedicente comprador

Dicho sincopadamente, los acreedores del comprador simulado y propietario aparente, por ser

terceros, y de buena fe exenta de culpa, no pueden ser alcanzados por los efectos de la

simulación absoluta (Corte Suprema, 2006).

Pruebas para acreditar la simulación.

Por lo referente a las pruebas se denominan las siguientes: carga, medios de prueba y valoración

judicial.

1. Carga de la prueba

Los negocios jurídicos gozan de presunción de veracidad, puesto que se reputan auténticos y

legítimos en tanto no se demuestre lo contrario. En ese sentido, la carga de demostrar la

disparidad entre la voluntad interna, real y su exteriorización ontológica (volantas aparente)

radica en quien pretende desvirtuar la presunción. Así las cosas, cuando quien alega la

simulación falla en demostrarla, “habrá de estarse mejor a la realidad de aquello que se hizo

público, criterio que es usual expresar con el conocido adagio latino: In dubio benigna

interpretatio adhiben da est, tu magis negotium valet quam pereat” (Corte Suprema, 1992).

2. Medios de prueba

Para Rocha, 1967. la técnica probatoria de la acción de simulación debe centrarse en demostrar

la voluntad privada, haciéndola prevalecer sobre la externa que se revela al público, sin perjuicio
delos terceros de buena fe. En últimas, dice este autor, “hay que demostrar o probar aquella

voluntad privada que es la que contiene la verdadera de las partes”.

3. Valoración

Ha sostenido la Corte Suprema (2005) de manera reiterada que: en materia de simulación la

nominada ‘congruencia fáctica’, no ha de ser tan estricta que siempre deba mantenerse

milimétricamente ajustada a los perfiles exactos definidos en la demanda, pues en tanto que se

mantenga lo medular, es posible la introducción de otros factores antecedentes de la

consecuencia jurídica pedida, a condición sí, de que aparezcan plenamente probados en el curso

del juicio y que el demandado haya podido razonablemente controvertirlos. En la acción de

simulación, es preciso ver sus particulares fines y objetivos para ajustar la congruencia a las

necesidades prácticas del instituto. […] Así las cosas, el fundamento fáctico en la simulación está

constituido por la revelación de una voluntad real, y tal evidencia empírica, de ser descubierta,

vendría a ser la causa de que se diga en la sentencia, a manera de mandato, que el acto oculto

está llamado a gobernar a los contratantes. Así las cosas, en la acción de simulación, el juez tiene

mayor amplitud al momento de fallar, sin por ello vulnerar el imperativo de congruencia, pues no

es necesario que desde la demanda misma el actor formule impecablemente las súplicas, ni que

enumere taxativamente los hechos que probará para acreditar la simulación, ni que éstos

permanezcan inmutables durante el proceso. Por el contrario, para que el juez declare la

simulación basta que la intención del actor se deduzca del libelo por una interpretación lógica

basada en el conjunto de la demanda (Corte Suprema, 2009), que tales hechos aparezcan

probados en el proceso como fruto de la actividad y controversia de las partes, y que ellos doten

al juez de convicción sobre la voluntad real de las partes, diferente de la declarada.


Conclusión.

En efecto la simulación consiste, globalmente enunciado, en celebrar abiertamente un acto o

contrato y al convenir al mismo tiempo y entre las mismas partes, mediante contra-estipulación

privada que ha de permanecer oculta entre las partes, en alterar en todo o en parte, lo pactado en

el acto público. En la simulación el tercero quede buena fe, que ateniéndose al acto ostensible

compra una cosa que fue adquirida simuladamente por su antecesor, en el dominio de ella no es

perjudicado, por la sentencia que declara la simulación. Sin esta estipulación la estabilidad y

seguridad de las convenciones sería imposible. Cuando en un contrato de compraventa falta la

causa real y la intención de transferir el dominio, por una parte y, por la otra, la de adquirirlo, ese

contrato es absolutamente nulo. Esta referencia es brindada para analizar la acción de nulidad y

la simulación, ya que hasta 1935 se había tenido que la simulación entraña nulidad absoluta, por

lo que se pedía la declaración de nulidad aun en los casos en que en realidad era de simulación

la acción incoada. Sin embargo a pesar de que a partir de 1935 se distinguen las dos figuras, en

los casos en que la acción efectiva es de nulidad, no porque se hable de simulación cabe dejar de

decidirla.
Referencias bibliográficas.

 Revista de derecho, universidad del norte, 34: 377-409, 2010.

 Revista Especializada de Direito Civil - Número 1 - Julio 2017, Peralta Fabrizio.

 https://www.gerencie.com/la-simulacion-segun-la-corte-suprema-de-justicia.html

 https://www.burgueraabogados.com/simulacion-contractual/

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