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UNIVERSIDAD CATÓLICA SAN PABLO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO


DERECHO DE FAMILIA
TALLER DE CASOS 3
(CUARTA UNIDAD: EL MATRIMONIO COMO RELACIÓN JURÍDICA)

Integrantes del grupo:


● Giordana Stephane Rodriguez Loayza
● Alessandro Del Piero Herrera Monjaras
● Carlo André Sánchez Huaychajena
● Katherine Yanela Luque Chipana
● Katherin Flor de María Flores Sucari
● Kevin Budiel Salas
Indicaciones generales
1. Recuerde que el Taller de casos debe ser cargado en el sistema
únicamente por el responsable del grupo.
2. El Taller de casos debe ser cargado en formato de archivo PDF.
3. No olvide incluir la carátula.
4. Lea atentamente las consignas y responde únicamente a lo que se le
pregunta.
5. Recuerde citar las fuentes doctrinales y jurisprudenciales incluidas para
resolver el caso.
6. Recuerde que cada pregunta

Con fecha 16 de noviembre de 2010, Roxana Zapata Guerra contrajo matrimonio


civil con Julián Gómez López, ante la Municipalidad Provincial de Arequipa. En el
año 2014, el padre de Roxana, falleció por lo que le correspondió heredar la suma
de $25 000.
En el año 2015, Julián y Roxana compraron un departamento valorizado en $150
000 dólares americanos, los cuales fueron pagados al contado utilizando los 25 000
dólares heredados por Roxana y el dinero de la venta de dos camionetas de
propiedad de Julián adquiridos en enero del año 2010, así como los ahorros de la
pareja. Este lugar se constituyó en su domicilio conyugal.
El 14 de marzo de 2016, Julián firmó contrato de compra venta del departamento
con su primo hermano Rosendo López Aguilar por la suma de $25 000. Enterada de
este hecho, Roxana reclama a Julián por la firma de un contrato a sus espaldas y en
el que además, había vendido a tan bajo precio el departamento donde vivían.
Julián responde los reproches de su esposa señalando que el departamento es
suyo ya que aportó casi el 70% del precio del departamento considerando que los
ahorros provenían de sus ingresos mensuales ya que Roxana percibía un sueldo
mínimo y que sin sus aportes, así como la venta de sus camionetas, no hubiera
podido comprar el departamento. Además señala que le devolverá los $25 000 que
aportó para la compra del departamento. A Roxana no le interesa recibir los $25 000
ya que sabe que con ese dinero no podría comprar ninguna propiedad inmueble y
exige a su esposo que “deje sin efecto” el contrato celebrado con su primo.

Responda a las siguientes consignas:


1. El departamento ¿es un bien social o un bien propio de alguno de los
cónyuges? Fundamente jurídicamente su respuesta.
En primer lugar, debemos consignar que en el matrimonio celebrado entre Roxana y
Julian no se ha establecido si estamos dentro del régimen patrimonial de sociedad
de gananciales o separación de patrimonios, sin embargo, el artículo 295 del Código
Civil establece lo siguiente:
“A falta de escritura pública se presume que los interesados han
optado por el régimen de sociedad de gananciales” 1
En segundo lugar, el departamento en cuestión constituye un bien social, ya que del
caso se desprende que la compra se adquiere durante el matrimonio a título oneroso
con los ahorros que tenían por los frutos de su trabajo o profesión (No es relevante
si el marido o la mujer tiene una mejor remuneración, ya que ambas remuneraciones
son un bien social de la sociedad de gananciales, pues ambos son consortes de la
comunidad de los bienes), también los frutos o productos de la herencia recibida
constituye un bien social, y por último, los frutos y productos de los bienes, todo ello
en conformidad al artículo 310 del Código Civil.
2. Considerando su primera respuesta, el contrato celebrado entre Julián
y Rosendo ¿Es contrato válido?
Habiendo revisado el contenido de la anterior pregunta, el contrato celebrado entre
Julian y Rosendo no es válido; ya que el departamento constituye un bien social de
la sociedad de gananciales; siendo de esta forma revisaremos el artículo 315 del
Código Civil, el cual menciona que:
“Para disponer de los bienes sociales o gravarlos, se requiere la intervención
del marido y la mujer”;
Así mismo nos dice Aguilar Llanos sobre el artículo 315 “impide que cualquiera de
los cónyuges pueda disponer de los bienes sociales sin la intervención o un poder
especial del otro.2” El contrato de compraventa es un acto de disposición por el cual
el vendedor se obliga a transferir la propiedad de un bien al comprador y éste a
pagar su precio en dinero; por ello tanto Julian como Roxana, de forma conjunta,
deben de intervenir en este acto de disposición; por lo que el contrato entre Julian y
Rosendo al no cumplir con el requisito del 315 es considerado invalido.

1 Código Civil Peruano


2 Aguilar Llanos, B. (2006). Régimen patrimonial del matrimonio. Derecho PUCP, (59), p 331.
Recuperado a partir de http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechopucp/article/view/3072
3. Considerando su primera y segunda pregunta, ¿Qué acciones legales
podría iniciar Roxana para “dejar sin efecto” el contrato de compraventa
del departamento celebrado entre Julián y Rosendo?

La señora Roxana, amparándose en el ¨Pleno Casatorio Civil VIII¨ podría demandar


la NULIDAD del contrato de compraventa celebrado entre Julián y Rosendo por los
motivos que expondremos a continuación.

El artículo 315° del Código Civil refiere: ¨Para disponer de los bienes sociales o
gravarlos, se requiere la intervención del marido y la mujer… ¨

Entendemos por bienes sociales (art.310 del C.C) “ los no comprendidos en el


art.302 del C.C. , incluso los que los cónyuges adquieran por su trabajo, industria o
profesión. [...]”

Por lo tanto, la disposición de los bienes sociales sólo por uno de los cónyuges, sin
la intervención del otro, supone la ineficacia del acto jurídico. Pues conforme al
inciso 1) del Art. 219 del C.C. faltaría el requisito de ¨manifestación de la voluntad¨
que es un requisito esencial para la celebración de cualquier acto jurídico.

En el presente caso, por lo establecido en el Art. 315°, falta la manifestación de


voluntad de la esposa, es decir de la señora Roxana, pues ella no tenía
conocimiento de la celebración del contrato de compraventa del departamento que
ella y su marido habían comprado estando ya casados.

Además, en el caso, por lo mismo que no hubo intervención de ambos cónyuges, se


entiende que el objeto del acto es ¨jurídicamente imposible¨ (Que es una causal de
nulidad conforme al Art. 219 inc. 3), pues no se está cumpliendo con el requisito
legal establecido en el Art. 315.

Finalmente, en este caso, el acto jurídico podría contener un fin ilícito (Que es una
causal de nulidad conforme al Art. 219 inc. 4). Ello si la señora Roxana comprobase
que existió entre su esposo y el señor Rosendo López el acuerdo de celebrar el acto
jurídico a sabiendas de que se trataba de un bien social, y por ende, no le dijeron
nada a la señora Roxana para que no presente oposición.

Entonces, por cualquiera de las causales mencionadas anteriormente la señora


Roxana podría demandar la NULIDAD del contrato de compraventa a fin de que
este quede sin efectos jurídicos.

Además, si el contrato celebrado entre Julian y Rosendo aún no haya sido inscrito
ante Registros Públicos, la señora Roxana podrá acudir con su partida de
matrimonio e inscribir el bien en Registros Públicos como propiedad de la sociedad
conyugal para así ayudar a evitar que a futuro su cónyuge pueda volver a disponer
de este bien de forma unilateral, sin su intervención.

4. Considerando su primera, segunda y tercera respuesta, en caso qué la


pretensión de Roxana de “dejar sin efecto” el contrato de compra venta
progresara ¿Qué consecuencias jurídicas tendría sobre el contrato
celebrado entre Julián y Rosendo?
En descripción de la anterior pregunta, en relación al contrato realizado entre Julián
y Rosendo, se infiere que el acto que es contrario al ordenamiento jurídico que de
acuerdo a nuestra normatividad es declarado con nulidad absoluta, es nulo de pleno
derecho, jurídicamente inexistente y pertenece al ámbito del orden público.
Para el profesor español José Luis De Los Mozos, “la nulidad absoluta es una forma
de ineficacia que es intrínseca al negocio mismo, impidiendo que éste produzca los
efectos que le son propios, sin necesidad de una previa impugnación o declaración
judicial; empero, si el negocio nulo llega a producir, por vía excepcional, otros
efectos, no serán éstos los propios del negocio, sino efectos secundarios o
accesorios o los derivados de la creación de una apariencia jurídica que a veces
será necesario destruir por medio de una acción declarativa”3. En efecto, la nulidad
impide el remedio de la indemnización por daño contractual; además, descarta la
usucapión ordinaria que presupone justo título, y, por último, no permite las
adquisiciones a non domino, tratándose de un acto nulo.
En este caso específico podemos identificar 3 posibles escenarios:
a) En el caso la compraventa del bien no haya sido inscrita en Registros
Públicos de acuerdo al Pleno Casatorio Civil VIII, inciso 4, “si la transferencia
no se encontrara inscrita, debe preferirse el derecho del cónyuge no
interviniente en la operación contractual, de lo que sigue que el acto será
inoponible para la sociedad conyugal afectada”. Por tanto las consecuencias
legales sólo blindarían al bien social de cualquier acto de disponibilidad
unilateral.
b) En el caso que el documento de compraventa haya prosperado hasta la
etapa de inscripción en Registros Públicos, las consecuencias de una
demanda por nulidad de acto jurídico, de acuerdo al Pleno Casatorio Civil
VIII, inciso 5, serían: “En caso que el bien se encuentren registrado, el tercer
adquirente se encontrará protegido por el artículo 2014 del Código Civil,
subsistiendo para las partes afectadas la posibilidad de solicitar la tutela
resarcitoria correspondiente”.
c) En el caso que se demostrara que el adquirente obró de mala fe, las
consecuencias de una demanda por nulidad de acto jurídico, de acuerdo al
Pleno Casatorio Civil VIII, si el cónyuge vendedor y el comprador se hubieran
puesto de acuerdo en la celebración del acto jurídico, a sabiendas que el bien
es de la sociedad conyugal, se está ante un supuesto de nulidad del acto
jurídico por fin ilícito. Ya que en aplicación del principio de buena fe registral
para resolver la situación del tercero adquirente respecto del acto de
disposición realizado por uno de los cónyuges. En ese sentido, la buena fe
pública registral4, no opera a favor del comprador, pues la inscripción no
convalida el acto nulo (art. 2013 CC), pero sí aplica para el tercer adquirente
por acto sucesivo (art. 2014 CC).

3 DE LOS MOZOS, José Luis. El acto jurídico. Editorial Montecorvo, Madrid, 1987, p. 573.
4 GARCÍA GARCÍA, José Manuel. Derecho inmobiliario o hipotecario. Tomo II, Madrid, Civitas, 1993,
p. 227.

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