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La Comadreja Ácrata

Racionalismo libertario para mentes inquietas

Anarquismo en tiempos
de coronavirus
Sobre todo si eres anarquista (aunque también puedes hacerlo si no lo
eres), me gustaría que te hicieras las siguientes preguntas. Por favor,
léelas con detenimiento y sé sincera o sincero contigo mismo:

1. ¿Estás de acuerdo con que nos hayan encerrado de manera forzosa en


nuestras viviendas durante meses?

2. ¿Estarías de acuerdo con un nuevo encierro? ¿Y si éste terminara


extendiéndose aún más en el tiempo? ¿Y si el gobierno no ayudase esta
vez (hablo en el caso de España, que es el que más conozco) al
mantenimiento económico del sector poblacional al que perteneces, con
ERTEs, ingresos minimos vitales y demoras en alquileres e hipotecas?

3. ¿Estás de acuerdo con la obligatoriedad de llevar mascarilla en lugares


públicos?

4. ¿Consideras necesaria la imposición de una vacuna obligatoria contra


el coronavirus a toda la población?

5. ¿Estás de acuerdo con que el gobierno haya sacado el ejército a las


calles?

Si una, varias o todas tus respuestas han sido afirmativas, siento ser yo
quien te lo diga, pero de anarquista tú tienes lo que yo de pingüino
emperador.
Ya, bueno, ya sé que se me va a empezar a acusar de ponerme a pedir el
“carnet de anarquista”, cuando no de ser un conspiranoico, un magufo o
un egoísta e insolidario. Habrá, incluso, quien intente dar la vuelta a la
tortilla y tacharme de fascista o, cuanto menos, de hacer el juego a la
extrema derecha. Si es tu caso, si ya te está pasando por la cabeza alguna
de estas acusaciones contra mí, de nuevo siento ser yo quien te lo diga,
pero, además de no tener nada de anarquista, estás replicando cual
guacamayo el discurso de odio promovido por la clase política y los
medios de comunicación de masas.

Vamos a ver si nos entendemos: ¿cuántas veces se ha dicho y escrito que,


entre las y los anarquistas, el fin debe encontrarse en armonía con los
medios de los que nos valemos para llegar a él? Del mismo modo que no
podemos caminar hacia una sociedad colectivista o comunista libertaria
explotando (aun temporalmente) a otros seres humanos o robando a
nuestras compañeras y compañeros de clase, tampoco podemos
considerarnos anarquistas si, a poco que nos asustan desde los medios
de comunicación de masas, recibimos con los brazos abiertos un golpe
represivo tras otro por parte del gobierno (por mucho que a éste lo
percibamos como de izquierda) y nos arrojamos en manada a la yugular
de quienes se atreven a opinar de manera diferente.

La clase política y los mass media se han apropiado en los últimos


tiempos de un término del que tanto nos hemos venido valiendo siempre
las y los anarquistas: solidaridad. Y lo han retorcido y pervertido para
adaptarlo a su propio discurso. Porque, ¿qué entendemos nosotras y
nosotros por solidaridad? Apoyo mutuo entre iguales, ¿no? Entonces,
¿podemos estar hablando de solidaridad a la hora de quedarnos en casa,
de usar la mascarilla o de vacunarnos, cuando estas tres cosas vienen
impuestas desde el gobierno, bajo amenaza, como mínimo, de fuertes
multas? No, eso, tal y como yo lo veo, no es solidaridad. Es obediencia.

¿Acaso no creemos las y los anarquistas que el ser humano tiene la


suficiente capacidad para gobernarse a sí mismo de manera colectiva y
por medio del consenso, y que no necesitamos tener por encima a una
autoridad que nos obligue a caminar por un camino prefijado? No,
parece que lo creemos solo mientras las cosas nos van bien y nuestro culo
no corre ningún peligro. Porque a la vista está que, en cuanto las reglas
del juego cambian un poco, corremos a aplaudir a papá estado con sus
medidas represivas y nos hacemos partícipes de una caza de brujas
contra quienes se atreven a disentir lo más mínimo.
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No voy a extenderme más que para hacer hincapié en el hecho de que, a


quienes mantenemos una postura crítica en todo este asunto del
coronavirus, se nos está acusando, entre otras tantas cosas que dije antes,
de ser unas y unos ignorantes que fundamentamos nuestra postura en
algún vídeo que encontramos en YouTube. ¿Y si yo ahora te dijera lo
mismo? ¿Y si te acusara de ser una o un telecreyente que se cree a pies
juntillas lo que dicen en la Sexta o en cualquier otro medio de corte
progre? Al final se trata de lo mismo, ¿no?, de considerarnos en posesión
de toda la verdad y de percibir a la parte contraria como un atajo de
ignorantes fácilmente manipulables.

Como librepensadoras y librepensadores que nos tenemos, a veces se nos


olvida que, para llegar al punto en el cual nos encontramos, tuvimos que
llevar a cabo un arduo trabajo de deconstrucción, rompiendo una tras
otra con cada una de las creencias que nos subyugaban a un poder
superior, dedicando horas y horas a estudiar, contrastar y reflexionar,
leyendo miles de páginas de autoras y autores libertarios y soportando
cientos de discusiones tediosas e interminables con las personas de
nuestro entorno, empeñadas en reproducir palabra por palabra el
discurso hegemónico. ¿Y ahora eres tan soberbia o soberbio de pensar
que, quienes disienten con la opinión generalizada, de la cual, de
repente, tú también formas parte, no ha dedicado un esfuerzo similar
para forjarse esta opinión diferente? ¿Que tú sí te lo curraste, pero que
estas personas, que se atreven a ir más allá, tienen como único sustento
un vídeo de YouTube?

De verdad que es para hacértelo mirar.

Cualquier cosa que te cuente yo sobre el coronavirus, sus orígenes, la


realidad de las estadísticas o la base científica de los medios por los
cuales se combate es bastante posible que caiga en saco roto. Al fin y al
cabo, lo he sacado de un vídeo de YouTube, ¿no? Así que voy a lanzar
algunas cuestiones al aire, con la esperanza de que te animes a investigar
por tu cuenta sobre alguna. Igual que hacías cuando empezabas a
descubrir el anarquismo. Yo mismo todavía me encuentro estudiando
sobre muchas de ellas:
1. Prueba a ver si encuentras algún informe oficial en el cual se haya
publicado toda la cadena de ARN del SARS-CoV-2. Tal vez te topes con
que la cosa no es tan transparente y obvia como quieren hacernos creer.

2. Busca cuándo fue la última vez que la Organización Mundial de la


Salud actualizó el término “pandemia” y en qué términos.

3. Estudia en manos de quién se encuentra actualmente la Organización


Mundial de la salud, en qué porcentaje pertenece a la industria
farmacéutica y a fundaciones de carácter privado.

4. Investiga sobre la fiabilidad de las estadísticas de contagio y de muerte


por COVID-19. ¿En qué parámetros se han basan para certificar que una
persona padece COVID-19 o a fallecido a causa de la misma? ¿En qué
afectarían las estadísticas de defunción por COVID-19 el hecho de que
un considerable número de personas con síntomas compatibles (como es
de esperar) no hayan acudido a centros médicos por miedo, aprensión o
sencillamente temor a encontrarse los hospitales saturados?

5. Busca estadísticas oficiales que diferencien las enfermas y fallecidos


por COVID-19 de las enfermas y fallecidos por gripe o neumonía desde
marzo de 2020.

6. Investiga hasta qué punto es fiable la prueba PCR. ¿Qué margen


estadístico de falsos positivos tiene? ¿Cómo funciona? ¿Cuántos
nucleótidos analiza en relación con el número de nucleótidos que se
adjudican al SARS-CoV-2?

7. Comprueba desde cuándo llevan los medios de comunicación de


masas sobresaturando su programación con el tema de la COVID-19. ¿Se
había dado entonces algún caso fuera de China que justificara tal
dedicación y nivel de alarma?

8. Estudia a quién pertenecen estos medios de comunicación. ¿Podemos


considerarlos una fuente de información fiable y desinteresada?

9. Investiga qué hospitales han sufrido sobresaturación durante los


meses más complicados de la COVID-19. ¿Han sido todos? ¿Fue la
primera vez en la historia de estos hospitales en la que se vio
sobrepasada su capacidad?
10. Infórmate sobre qué protocolos de admisión, diagnóstico y
tratamiento se estuvieron usando en esos hospitales que se
sobresaturaron. ¿Hasta qué punto pudo tener que ver también la
campaña de miedo con la que los mass media vinieron bombardeando a
la población desde hace meses?

11. Busca países que hayan aplicado medidas menos represivas que el
resto y compara las estadísticas de contagio y muerte de unos y de otros.

12. Busca opiniones de científicas y médicos que contraindiquen el


confinamiento obligatorio y la imposición del uso de la mascarilla. ¿Es
una forma eficiente de combatir la expansión de la enfermedad? ¿Son
mayores los beneficios que los perjuicios? Contrástalo con lo que ya crees
saber.

13. Infórmate sobre la naturaleza y composición de las distintas vacunas


que se están desarrollando contra el SARS-CoV-2. Consulta cuánto
tiempo suele ser necesario para desarrollar una vacuna respetando los
estándares mínimos de seguridad.

14. Busca la legislación existente y en desarrollo sobre los supuestos en


los cuales se podrá vacunar a las personas en contra de su voluntad o
llevar a cabo con ellas experimentaciones médicas.

15. Infórmate sobre las vacunas en general y sobre su historia. La vacuna


de la viruela, por ejemplo, ¿en qué momento del desarrollo de la
epidemia de viruela en Europa fue aplicada y cuál fue su efecto sobre las
estadísticas posteriores de contagio y fallecimiento? ¿En qué tejido, por
ejemplo también, fue aislado por primera vez el virus de la poliomielitis?

16. Busca algún informe fiable que establezca las relaciones existentes
entre las estadísticas de vacunación de la campaña de gripe de 2019 y el
porcentaje de personas fallecidas en ellas por COVID-19 en las
residencias de ancianos.

17. Estudia qué es el microbioma humano y sobre las relaciones


simbióticas que tenemos los seres humanos con virus y bacterias.

18. Investiga el número medio de virus y de bacterias que habitan en un


litro de agua de mar o en un metro cuadrado de tierra común.
Aún, sin tener en cuenta todo lo anterior y dando por válidas las
estadísticas de contagio y fallecimiento proporcionadas por el gobierno y
los mass media, ¿de verdad piensas que éstas justifican todo el proceso
represivo que hemos estado viviendo en los últimos tiempos? ¿Y
realmente estás convencida o convencido de que algunas de estas
medidas no han llegado para quedarse?

En fin, si aún después de investigar sobre algunos de estos puntos o,


mejor aún, si te niegas a considerarlos siquiera, continúas teniendo por
descerebradas, egoístas, conspiranoicas y ultraderechistas a quienes
tienen algo que objetar a la gestión del COVID-19 por parte del gobierno,
ya no sé qué más te puedo decir. Tu vuélvete a casa a encender la
televisión y yo continuaré estudiando, contrastando y reflexionando por
mi cuenta.

Puedo estar terriblemente equivocado, desde luego. Nadie está a salvo


de esta posibilidad. Sin embargo, quiero pensar que soy coherente con
las creencias que ya traía en la mochila antes de que todo esto
comenzara. Y seguiré combatiendo vuestras ideas por considerarlas
represivas. Porque, si la mayoría de la población os encontráis a favor de
la represión, a mí, quiera o no, me estáis arrastrando también hacia ella.

Hasta entonces, salud y fuerza.

18 agosto, 2020
Anarquismo, Medios de comunicación y manipulación mediática,
Represión, Salud

Anarquismo, coronavirus, COVID-19, Medios de comunicación y


manipulación mediática, Represión, SARS-CoV-2, vacunas

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