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En la actualidad no es para nadie un secreto el hecho de que en varios

países a lo largo y ancho del mundo, hay problemas en relació n a la baja tasa de
natalidad y lo que esto conlleva, pero eso no es algo que suceda en Venezuela y
mucho menos en las cercanías de mi entorno.

Al añ o nacen nuevos infantes y otros bebes dejan de serlo, de lo que bien


se tiene bastante constancia al tener en cuenta el hecho de que suelen reunirse
frente a la propiedad de mis abuelos durante las tardes y noches para jugar
juegos comunes y todavía má s en esas noches oscuras cuando no hay luz a
causa de fallos eléctricos. Y eso no es un problema, puesto que son ellos quienes
alegran el día en los alrededores. Lo que sí es verdaderamente preocupante, es
el hecho de que muy pocos de ellos asisten a clases o reciben educació n alguna,
cada uno por diversas realidades en las que viven y otros motivos con mayor
poder, que hace que se atrasen en conocimientos bá sicos y demá s, que luego
podrían ser la causa de muchas futuras dificultades y restricciones.

Al buscar soluciones para ello, es fá cil darse cuenta que hay dos fá ciles
soluciones: o se los envía a la escuela, lo que es mucho má s fá cil de decir que
hacer, por el simple motivo de las implicaciones monetarias que esto incluye, o
la escuela va a ellos. Lo ú ltimo podría sonar un poco surrealista, pero es una
posibilidad bastante grande: Aunque son muchos niñ os, se consta del tiempo
necesario y herramientas, por lo que hacer reuniones pequeñ as con ellos para
poder compartirles las herramientas bá sicas que necesitaran en el futuro y,
aunque no sean demasiadas, les ayudaran en su día a día, les abrirá las puertas
de las que tendrían sin educació n alguna y, también, podría servir de ayuda a
sus lazos interpersonales.

Considerando que una gran parte de los adolescentes si asistimos a


escuelas, y que algunos de los adultos constan de educació n universitaria,
impartir los conocimientos bá sicos en las á reas de matemá ticas, geografía e
historia, como en otras á reas de igual importancia, aunque solo se les dieran
clases durante una hora diaria y algunos días a la semana. Bien es sabido que
los niñ os son bastante dados al aprendizaje, el cerebro de ellos tiene mucha
mejor capacidad para absorber conocimientos, integrarse, comprender y poner
en acció n lo que se les explica que los mismos adultos.
Simó n Bolívar, sabiendo lo muy importante que es para un ser humano la
educació n, lo dejo bien expresado en una carta dirigida desde Lima a su
hermana María Antonia, el 25 de abril de 1825, diciendo: Un hombre sin
estudios es un ser incompleto, y no puedo estar má s de acuerdo, por lo que
ayudar a los pequeñ os a aprender, darles herramientas y brindarles una llave
que puede ayudarles en el camino de la vida, es algo de lo que no me
arrepentiría ni llegaría a considerar una pérdida de tiempo.

Los niñ os lo valen y ellos son nuestro futuro.

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