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Conductos Biliares El conducto hepático izquierdo corre por debajo del seg-
mento IV, por encima y detrás de la rama izquierda de la
Haremos una breve descripción anatómica de los conduc- vena porta, cruza el borde anterior, uniéndose al conducto
tos intrahepáticos que forman el conducto hepático dere- hepático derecho formándose la confluencia.
cho e izquierdo dando origen a la confluencia o conver- El conducto hepático derecho drena los segmentos V-VI-
gencia biliar. VII-VIII. Se origina de la unión de los conductos ductales
Los conductos intrahepáticos son tributarios de los co- sectoriales principales: el conducto posterior o externo y
rrespondientes conductos hepáticos que forman parte de el conducto anterior o interno, cada uno satélite de su vena
los espacios portales mayores y que penetran en el híga- correspondiente. (Fig. 2.1 b) (2,3,4)
do, invaginando la cápsula de Glisson (Fig. 2.1 a y b) en El conducto sectorial posterior derecho presenta un curso
el hilio. (1) casi horizontal y se forma por la confluencia de los con-
Generalmente los conductos biliares se sitúan por encima ductos de los segmentos VI-VII. (2,3,4)
de las ramas portales, en cambio las arteriales hepáticas se El conducto sectorial anterior derecho formado por la
sitúan por debajo de las venas. (Fig. 2.2). confluencia de los conductos que drenan los segmentos
Cada rama de las venas portales intrahepáticas corresponde V-VIII, desciende verticalmente, uniendo el conducto sec-
a uno o dos conductos biliares que forman fuera del hígado torial posterior para originar y constituir el conducto he-
los sistemas ductales derecho e izquierdo que convergen en pático derecho. Esta unión ocurre por encima de la rama
el hilio hepático y forman el hepático común. (1) derecha de la vena porta. (2,3)
El hepático izquierdo drena los segmentos II-III-IV del hí- El conducto hepático derecho es corto (1 cm) en contraposi-
gado izquierdo. (Fig. 2.1 a). (2-3) ción al izquierdo que es mucho más largo y superficial (3 cm).
Fig. 2.2. Convergencia normal de los conductos hepáticos con sus relaciones vasculares
La unión de ambos conductos se produce por delante de la En el 90 % de los casos la rama derecha de la arteria hepá-
vena porta derecha dando origen al hepático común. (2,3,4) tica cruza por detrás del hepático común. La arteria císti-
El segmento I tiene un drenaje biliar propio. Este segmento ca normalmente no tiene relación con dicho conducto pero
o lóbulo caudado en la mayoría de los casos drena hacia los recuerde que en el 10 % de los casos esta arteria como la
conductos hepáticos derecho o izquierdo. (2,3) rama derecha de la arteria hepática la pueden cruzar por
delante.
La Confluencia o Zona de Convergencia El cirujano debe estar alerta de estas anomalías ya que la
hemorragia producto de lesiones arteriales a este nivel pue-
La unión del conducto hepático derecho e izquierdo ocurre de ser causa de lesiones de la VBP. (Fig. 2.5 A-I). (1,5,8)
a la derecha del hilio hepático, por delante de la bifurca-
ción de la vena porta y por encima del origen de la rama Conductos Hepáticos Accesorios
derecha de la misma vena. (Fig. 2.2) (3,5,6)
El cirujano debe tener en mente las anomalías de la conver- Estos conductos son restos del conducto hepatoduodenal
gencia. El desconocimiento de las distintas variaciones anató- embrionario, los cuales van a presentar una convergencia
micas puede terminar con la ligadura o lesión de un conducto extrahepática. (8)
biliar con las consecuencias de la atrofia de un segmento he- Son más frecuentes a la derecha que a la izquierda del he-
pático, de una fístula o estenosis biliar. (Fig. 2.3 A-D) patocolédoco.
El conducto hepaticocístico y el hepatocolecisto pueden
El Conducto Hepático Común acompañar a una vía biliar normal, (Fig. 2.6 D, H) pudien-
do también desembocar en la VBP (Fig. 2.7). (Figs. 2.6
Después que el conducto derecho e izquierdo se une se A-H y 2.7).
constituye el conducto hepático común, el cual desciende
sobre la cara anterior de la vena porta. El conducto hepá- Esta variedad de la anatomía biliar conlleva a su lesión
tico común termina cuando el cístico desemboca en su luz durante la colecistectomía, pudiendo confundirse con el
dando origen al conducto colédoco. (6,7) cístico o el hepático común.
La longitud del hepático común depende del nivel de la
desembocadura del cístico. La longitud promedio es de Recuerde
2,5-3,5 cm y su diámetro es de 6 mm aproximadamente.
Las relaciones vasculares más importantes son la arteria El conducto hepático común está comprometido en
hepática a su izquierda y atrás la vena porta. (Fig. 2.4). los 2/3 de las estrecheces post-operatorias.
Fig. 2.3 A-F. Variaciones anatómicas de la convergencia de los conductos hepáticos. A. Relaciones normales de la convergencia. B. Canal centro-
superior desembocando en vía principal (16%). C. Canal centro-superior desembocando en el hepático izquierdo (9%). D. Ausencia de canal izquierdo.
Canales aislados (3%). E. Canal látero-inferior desembocando en el vía principal (4%). F. Triple confluencia. Ausencia de hepático derecho (12%).
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Fig. 2.6 A-H. Variaciones anatómicas del conducto hepático. A. Relación normal del hepático derecho. B. Bifurcación profunda del hepático
derecho. C. Hepático accesorio desembocando en el hepático común. D. Hepático accesorio desembocando en el cístico (hepatocístico). E.
Hepático accesorio derecho e izquierdo desembocando en el hepático común. G. Hepático accesorio desembocando en el hepático común y H.
Hepático accesorio. Conducto colecistohepático.
Agenesia Vesicular
Personalmente hemos observado un solo caso de agenesia
vesicular en un paciente que fue intervenido por litiasis co-
ledociana. La colangiografía por el tubo en T no evidenció
la vesícula biliar (FRM). La frecuencia es de 1 en 1.750
autopsias; la anomalía es asintomática. (Fig. 2.11).
Recuerde
La vesícula doble no exige cirugía a menos que se
Fig. 2.10. Síndrome de Mirizzi. Correlación anatómica y radiológica. presente litiasis o colecistitis.
Las Macro-microvesículas
Se observan en recién nacidos inmaduros con relativa fre-
cuencia. Estas anomalías se acompañan de una función
vesicular normal.
El Conducto Cístico
El conducto cístico es la continuación del cuello vesicular
y es variable en su longitud curso y morfología.
El cístico tiene una longitud variable, pueden ser cortos de Fig. 2.17. Vesícula en lóbulo izquierdo.
menos de 1 cm o largos de 8 cm, siendo el término medio
entre 1,5-3 cm. También se han descrito ausencias del mis-
mo y su diámetro es de 1-3 mm.
La porción inicial del cístico es estrecha con pliegues que
hacen difícil su cateterización (Fig. 2.19). Se prefiere la
parte distal ancha y de mucosa lisa para la colangiografía
intraoperatoria.
La desembocadura del cístico en el hepático común se en-
cuentra generalmente en el borde derecho.
Puede presentar múltiples anomalías, las cuales deben ser
conocidas y reconocidas en el acto quirúrgico para evitar
lesiones del árbol biliar principal. (Fig. 2.20 A-J).
Apóyese en la CPRE o en la colangio-intraoperatoria para
evitar problemas.
El Triángulo de Calot
Fig. 2.18. Vesícula pendular o flotante. Mecanismo de torsión
Durante la colecistectomía, este espacio tiene una gran im-
portancia quirúrgica. (16,17)
Sus límites son: el borde inferior del hígado, el cuello vesi-
cular con el cístico, el hepático común y en algunos casos
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Anatomía Quirúrgica del Árbol Biliar. Conceptos Básicos 61
por el hepático derecho. En la profundidad de este triangulo Durante la gastrectomía por ulcera duodenal de localiza-
se encuentra la rama derecha de la vena porta. (Fig. 2.21). ción posterior, la inflamación retrae el conducto hacia la
El cirujano debe disecar, visualizar y ligar la arteria cística izquierda. Esta eventualidad puede llevar durante el cierre
que nace de la rama derecha de la hepática. (Fig. 2.22). del muñón duodenal a una lesión del colédoco.
Las arterias hepáticas aberrantes y conductos hepáticos El segmento retropancreático (Fig. 2.23, 2.24) mide entre
accesorios pueden encontrarse en este triángulo en el 16 % 2-2,5 cm y se relaciona íntimamente con la cabeza del pán-
y 10 % correspondientes. (Ver Fig. 2.5). creas. Sus relaciones vasculares son la arteria gastroduode-
nal y la vena pancreático-duodenal. Este segmento termi-
El Conducto Colédoco na cuando penetra la cara posterior de la segunda porción
del duodeno a 2,5 cm de la rodilla superior. La maniobra
Es la prolongación del conducto hepático después de reci- de Kocher permite encontrar la relación entre el segmento
bir el cístico. Su longitud depende de la desembocadura del retropancreático, la cava y el pedículo renal derecho.
cístico. Normalmente mide entre 5-10 cm y su diámetro es El segmento intraduodenal es la porción más corta del con-
de hasta 6 mm. Se divide en 4 segmentos: (7,18,19) ducto, con un trayecto oblicuo en la pared duodenal por su
Supraduodenal, retroduodenal, retropancreático, intrapan- cara posterior izquierda y se abre finalmente en el duodeno
creático. (Fig. 2.23). a nivel de la ampolla de Vater después de atravesar el es-
El segmento supraduodenal y sus relaciones vasculares fínter de Oddi.
La arteria hepática corre por el borde izquierdo del conducto
La vena porta se sitúa en un plano posterior.
La rama derecha de la arteria hepática cruza por detrás al
colédoco pero en ocasiones lo cruza por delante, lo mismo
que la arteria cística. De no tener en cuenta esta variedad Recuerde
anatómica el cirujano puede lesionar la arteria, originando
sangramiento con graves consecuencias. Antes de ligar o seccionar la arteria cística o el con-
El segmento retroduodenal es corto 1-2 cm, cruza la cara ducto cístico, diseque todos los elementos arteriales
posterior de la primera porción del duodeno antes de relacio- y biliares, identifíquelos e interprételos correcta-
narse con el borde superior de la cabeza del páncreas. Su re- mente. Si tiene dudas practique una colangiografía
lación vascular más importante es la arteria gastroduodenal intraoperatoria.
que corre a 1-2 cm del borde izquierdo del colédoco.
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Fig. 2.20 A-J. Variaciones anatómicas del cístico. A. Desembocadura normal del cístico. B. Císti-
co desembocando en el hepático derecho. C. Cístico en espiral, cruzando por delante del hepáti-
co común. D. Curso del cístico por detrás del hepático común. E. Desembocadura independiente
del cístico en el duodeno. F. Cístico corto. G. Bolsa de Hartman con proceso inflamatorio y
fibrosis. H. Cístico desembocando en hepático izquierdo, cruzando por detrás. I. Bifurcación
profunda del hepático común. J. Cístico paralelo al hepático común “cañón de fusil”.
El Esfínter de Oddi
El aparato esfinteriano colédoco-duodenal o esfínter de
Oddi es una formación anátomo-funcional constituida por
la confluencia del colédoco y del conducto de Wirsung.
(Fig. 2.28 A). (19)
La ampolla de Vater es un reservorio, inconstante formado Fig. 2.26. Vista posterior de la irrigación del hepatocolédoco. A. Re-
laciones anatómicas de tronco celíaco y de la mesentérica superior,
por la confluencia terminal de los conductos colédoco y cuyas ramas dan el aporte arterial al hepático común y al colédoco.
pancreático. (Fig. 2.28 B) B y C. De cada una de las arterias hora 3 y 9, nacen aproximada-
La ampolla se abre en un orificio llamado papila localiza- mente ocho vasos de 0.1 mm de diámetro cada uno forman plexos
do en la carúncula situada en la cara posterior e izquierda alrededor de la vía biliar. En las ventanas de 2 a 5 mm que quedan en
de la pared posterior del duodeno. (Fig. 2.28 C). estos vasos se constituyen arteriolas de menor calibre que discurren
dentro de la pared de la vía biliar, para conformar el plexo capilar
de la mucosa del conducto. D. La arteria retroportal nace del tronco
El Músculo Esfinteriano celíaco o de la mesentérica superior, pasando por detrás de la vena
porta. En el 50% de los casos esta arteria se anastomosa a la arteria
retroduodenal aportando poca irrigación al colédoco retropancreá-
El aparato esfinteriano de Oddi se compone de tres esfín- tico. E. En un tercio de los individuos la arteria retroportal discurre
teres: (19) íntimamente unida al colédoco retropancreático y supraduodenal
El esfínter verdadero de la papila (Fig. 2.29 A-C) constitui- hasta anastomosarse a la arteria hepática derecha, irrigando copio-
do por fibras circulares, semicirculares y longitudinales. samente a la vía biliar en su recorrido. Dos tercios de los individuos
combinan estas dos formas de irrigación (D y E) del colédoco retro-
Ocupa la papila y circunscribe la parte terminal de los 2 pancreático.
canales cuando estos se encuentran separados.
Recuerde
El cirujano debe tener en consideración la manipu-
lación cuidadosa y delicada de la irrigación del hepa-
tocolédoco. Su desconocimiento, las maniobras brus-
cas o la exagerada disección de la vía biliar principal,
conllevan a isquemias y futuras estrecheces. Fig. 2.29.Esfínter del colédoco
Recuerde
El cirujano o endoscopista deben tener en cuenta las
desembocaduras anómalas de la papila. Esta puede
localizarse en el píloro y también distalmente en el
ángulo duodenal y duodeno-yeyunal. (Fig. 2.30).
Fig. 2.28 A-C. Formación anátomofuncional del esfínter de Oddi.
Fig. 2.31. Vainas biliovasculares (placas). A. Císticovesicular. Fig. 2.32. Abordaje de hepático izquierdo mediante el descenso
B. Hiliar. C. Umbilical. de la placa hiliar (A) y ascenso del lóbulo cuadrado (B).
Recuerde
Lo más importante que debe tener en cuenta un cirujano que practique la cirugía biliar ya sea por laparoscopia
o abierta es la disección cuidadosa, delicada de los elementos anatómicos del árbol biliar, saber reconocerlos,
interpretarlos y tener en mente las posibles anomalías de los mismos.
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