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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

TÉCNICAS QUIRÚRGICAS DE EVENTRACIONES

DOCENTE: GOROSITO, Elisandro.


ALUMNO: SOSA, María Magdalena.
CURSO PASANTÍA.
AÑO: 2021. 5° año.

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ÍNDICE
 INTRODUCCIÓN

 TÉCNICAS DE TRATAMIENTO REPARADOR

- Neumoperitoneo progresivo preoperatorio.

- Reconstrucción anatómica.

- Reconstrucción anatómica por superposición de los planos.

- Reparación utilizando prótesis.

- Eventroplastía laparoscópica.

 CONCLUSIÓN

 BIBLIOGRAFÍA

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INTRODUCCIÓN

Se denomina eventración a la salida de las vísceras abdominales a través de un área de


debilidad del plano músculo aponeurótico, generada por una enfermedad, traumatismo o, lo
más frecuente, un procedimiento quirúrgico (5% a 15% de las laparotomías). El mayor
porcentaje aparece antes de cumplido el primer años de la cirugía, habitualmente dentro de
los 3 primeros meses.

El cierre de toda laparotomía implica algún grado de tensión en la línea de sutura que resulta
de la presión abdominal y de la tracción divergente de los músculos anchos del abdomen.
Determinadas situaciones son capaces de elevar la tensión durante el posoperatorio, lo que
disminuye la oxigenación tisular y altera la síntesis del colágeno dando lugar a tejido cicatrizal
desorganizado y de menor resistencia.

Patologías que aumentan la presión intraabdominal (obesidad, constipación, prostatismo) o


que alteran el metabolismo cicartrizal (neoplasias, diabetes mellitus, colagenopatías,
deficiencias vitamínicas, tratamiento crónico con corticoides) deben ser, de lo posible,
erradicadas o compensadas al programar una laparoscopía. El tabaquismo, debe ser
moderado al menos desde treinta días antes de la fecha de la operación.

También deben tratarse las infecciones que suelen desarrollarse en zonas de pliegues
cutáneos (micosis, estafilococcicas) y crearse las condiciones para acortar al mínimo el período
de íleo posoperatorio (equilibrio hidroelectrolítico, descompensación nasogástrica,
movilización temprana).

Por otro lado, el riesgo de eventración puede incrementar debido a una infección del sitio
quirúrgico, más frecuentemente en operaciones contaminadas o con hemostasia deficiente ya
que la presencia de hematomas favorece la colonización bacteriana.

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TÉCNICAS DE TRATAMIENTO REPARADOR

Se considera que todas las eventraciones deben ser tratadas quirúrgicamente. Salvo
excepciones que marcan contraindicaciones a toda cirugía por causas respiratorias,
cardiovascular, renales, pacientes con hipertensión portal, carcinomatosis peritoneal, etc.
Entre estas técnicas, aún no se cuenta con una técnica quirúrgica ideal. No fueron totalmente
eficaces y el tratamiento ideal para dichas eventraciones.

Los principios generales en la reparación, sin mencionar las particularidades de cada técnica,
incluyen:

1. Disección y apertura del saco eventrógeno.


2. Liberación completa de las adherencias intestinales al saco y restitución de las vísceras
a la cavidad abdominal.
3. Resección del saco y de la piel sobrante.
4. Cierre sin tensión de la brecha aponeurótica.

Actualmente se reconocen distintas alternativas de técnicas para su reparación:

“Neumoperitoneo progresivo preoperatorio” (de Goñi Moreno)

Consiste en la insuflación de aire en la cavidad abdominal en sesiones sucesivas. Se evalúa la


relajación de los flancos y la capacidad respiratoria.

Es una técnica útil en eventraciones de larga evolución con “pérdida del derecho de domicilio”
y de gran tamaño en las que se prevén dificultades para la reintroducción del contenido del
saco a la cavidad y en pacientes con compromiso respiratorio.

Técnica: consiste en realizar una punción en la fosa ilíaca izquierda. Una vez comprobado, que
la punción se ubica en la cavidad peritoneal, se comienza a insuflar el aire. Se va aumentando
en distintas sesiones desde 500 a 3000 ml, de acuerdo con la tolerancia del paciente.
Generalmente se suspende cuando se alcanza de a 10 a 20 litros en múltiples sesiones. Se
practica el procedimiento cada 2 o 3 días, se realizan unas 10 a 12 sesiones y se chequean los
flancos abdominales. Se observa, al cabo de varias sesiones, como aumenta la capacidad vital;
al mismo tiempo, la palpación repetida en los flancos demuestra el aflojamiento de la pared
muscular.

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Es necesario realizar un examen funcional respiratorio antes de comenzar las sesiones y al final
de ellas. Inicialmente la capacidad vital disminuye y luego se normaliza debido a la adaptación
de los músculos respiratorios.

Entre sus infrecuentes complicaciones, encontramos punción accidental de vísceras


abdominales, la presencia de enfisema subcutáneo y la descompensación en cardiopatías.

Contraindicaciones de aplicar esta técnica:

 Atascamiento y estrangulación con varias horas de evolución.


 Pacientes cardíacos descompensados.
 Enfermos con mal estado general, diabéticos, urémicos, etc.
 Personas de edad avanzada, muy debilitadas.

Reconstrucción anatómica

Es la técnica recomendada para las eventraciones pequeñas o medianas (hasta 3 cm), caso
típico de los accesos laparoscópios. Y, además, para aquellas en las que la brecha entre los
músculos en oposición aunque extensa en el plano vertical, es relativamente estrecha en su
eje transversal.

El procedimiento debe contemplar la identificación del anillo eventrógeno, el tratamiento del


saco y su contenido, la preparación de los tejidos a reconstruir y por último, la plástica
reparadora. Lo ideal es extirpar toda la cicatriz hasta obtener tejido de características
normales, para luego, realizar le reconstrucción lo más exacto y anatómicamente posible entre
los diferentes planos.

En lo posible, se lo libera del anillo (en toda su circunferencia con un margen de 3 a 4 cm) y
reintroduce al abdomen cuando es complaciente y amplio, de lo contrario, se abre para liberar
el contenido. El contenido puede ser epiplón, intestino delgado o colon, en forma parcial o
sino, en su totalidad, cuando se trata de eventraciones gigantes. En la reconstrucción se realiza
un plano profundo con material reabsorbible, en la actualidad se utiliza Vycril.

El plano aponeurótico se realiza con hilo irreabsorbible tipo Prolene (polipropileno), ya sea, en
sutura continua o puntos separados de acuerdo a la decisión del cirujano.

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La piel se cierra con puntos separados o sutura continua con Ethilon o también se pueden
utilizar ganchos para piel. La colocación de drenajes queda a criterio del cirujano; si hubo
bastante sangrado durante la disección, se lo utiliza para disminuir la posibilidad de
colecciones. En todas las eventroplastías, cualquiera sea el procedimiento que se elige,
realizamos profilaxis antibiótica con una cefalosporina de última generación.

Reconstrucción anatómica por superposición de los planos

Mediante la superposición en forma transversal (Técnica de Mayo), o la superposición vertical


de las vainas anteriores de los músculos rectos del abdomen (Técnica de San Martin -Técnica
de Barrionuevo).

Técnica de mayo

En esta técnica la aponeurosis del músculo recto debe cerrarse con superposición del colgajo
superior sobre el inferior con la técnica de "chaleco sobre pantalón". La aponeurosis se libera
del músculo recto como preparación para que el colgajo inferior se eleve tanto como sea
posible bajo el colgajo superior. Se pasan puntos de Prolene 2-0 a través de los bordes del
colgajo inferior y se exteriorizan en el punto más alto posible sobre el colgajo superior.
Mientras se ejerce tracción sobre el colgajo superior, los puntos descienden en serie, se
anudan y se aprietan. Los bordes libres del colgajo superior se suturan al inferior. Se completa
con puntos de monocryl el plano subcutáneo.

Técnica de San Martin

Se diseca a ambos lados los colgajos (cutáneo-submucoso- tejido cicatrizal) hasta descubrir las
vainas de los rectos. Se realiza una incisión longitudinal abriendo la vaina. La parte interna de
la vaina de los rectos se separa del músculo para volcarlos hacia adentro y suturarlo en la línea
media. Se suturan los músculos rectos anteriores tomando especialmente las intersecciones
aponeuróticas. En la hoja anterior de las vainas se colocan algunos puntos cerca del apéndice
xifoides y del ombligo. Se puede dejar el músculo en contacto con el tejido celular subcutáneo.

Técnica de Barrionuevo

Reconstruye la hoja aponeurótica tanto por detrás como por delante de los músculos rectos.
Se realiza la resección de la cicatriz cutánea y la disección delos colgajos (cutáneo-subcutáneo-
tejido cicatrizal) descubriendo la vaina de los rectos. Se realiza la incisión longitudinal de las
vainas.

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Reparación utilizando prótesis (reparación protésica “abierta”)

Cirugía con utilización de una malla. El porcentaje de recidivas con técnica sin prótesis era del
25% al 50%, al incorporarse una malla estos porcentajes disminuyeron a la mitad 12% al 24%.

La malla o prótesis, de acuerdo al procedimiento quirúrgico elegido, puede colocarse en el


plano supraaponeurótico, preperitoneal o intraperitoneal.

1. Supraaponeurótica: la prótesis queda por delante de la aponeurosis cerrada, una


situación que favorece la aparición en el postoperatorio de colecciones serosas y
eventualmente la infección y rechazo.
2. Preperitoneal: la ubicación ideal. Libre de tensión y que exceda ampliamente el
defecto. Ttiene la ventaja de evitar el contacto de la prótesis con las vísceras (riesgo de
oclusión intestinal por adherencias y fistulas enterocutáneas) y alejar la reacción
inflamatoria de los planos superficiales, más susceptibles a contaminación.
3. Intraperitoneal: se aconseja extender el delantal epiploico como barrera entre la malla
y el intestino para evitar lesiones por contacto. O, en su defecto, el empleo de mallas
de doble faz cara profunda o “visceral” que está constituida por materiales que
producen adherencia mínimas y de menor densidad o por “barreras” laminares
(celulosa oxidada o colágeno) que se degradan una vez superado el período
inflamatorio agudo.
La malla debe colocarse extendida pero libre de tensión y no debe fijarse a los bordes
del anillo sino 4 cm más allá de ellos para asegurar su eficacia como “parche”.

Técnica: Además de extirpar la cicatriz previa en su totalidad, debemos movilizar los colgajos
cutáneos ampliamente de modo que permita más adelante una fácil aproximación; se extirpa
el exceso de saco y los bordes de este plano se aproximan con sutura continua de Vycril, de no
ser posible se deja abierto.

A continuación se liberan totalmente en forma longitudinal y lateral las vainas del músculo
recto, los bordes de la aponeurosis se superponen de acuerdo a la técnica elegida con sutura
de Prolene, y si es necesario, se agregan incisiones de descarga para disminuir la tensión delas
suturas.

La principal compilación de esta técnica es la infección, que puede limitarse a los planos
superficiales (produciendo una celulitis, un absceso o la apertura de la herida) o comprometer
la prótesis. Esto obliga a lavar prolijamente la herida durante la colocación de la malla, evitar
drenajes en contacto con ella y administrar antibióticos en el preoperatorio y posoperatorio.

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Eventroplastía Laparoscópica (reparación protésica laparoscópica)

Como ya dijimos anteriormente, la plástica de reparación ideal es la que posibilita la


colocación de una prótesis en el espacio preperitoneal, libre de tensión y que exceda
ampliamente el defecto. La técnica laparoscópica cumple con estos principios.

Para la elección de la prótesis se cuenta con diferentes tipos de material. La malla de


polipropileno al ser macro porosa (10 micras) permite una buena infiltración de neutrófilos,
una rápida fijación con fibrina a la pared y reduce la incidencia de seromas al permitir el pasaje
del líquido acumulado en el saco residual. Otra opción es la malla de Gore-tex (PTFE), la cual
no requiere de cobertura peritoneal, provoca una menor reacción de cuerpo extraño y una
mínima adherencia visceral. Su costo es más elevado. Tiene menor capacidad de incorporarse
a la pared abdominal por lo que es necesaria una buena fijación.

La prótesis en la técnica laparoscópica se coloca intraperitoneal, de allí la importancia del


contacto con las asas intestinales. Debe usarse una malla de doble faz o en su defecto contar
con suficiente epiplón para garantizar que se lo pueda interponer entre la malla y las vísceras.
Destacando aquí esta diferencia con la técnica protésica convencional, que idealmente se
coloca preperitoneal, siendo innecesaria una malla de doble faz.

Técnica: se inicia con el neumoperitoneo. Se explora la cavidad abdominal y a continuación se


procede a reducir el contenido del saco eventrógeno efectuando la enterolisis según
necesidad. Medimos el tamaño de la malla externamente, esta debe exceder el defecto en
unos 3 a 4cm y la introducimos al abdomen por uno de los trocares de 10mm. A continuación,
debemos fijar prolijamente la malla con clips, takers o puntos transparietales que quedan
alojados en el tejido celular subcutáneo con nylon monofilamento.

Finalizada la cirugía, en la curación, se coloca una torunda de gasa en la zona del defecto
eventrógeno y luego un vendaje abdominal a fin de evitar los espacios muertos, tratando de
reducir el desarrollo de seromas. No se utilizan drenajes.

Sus puntos desfavorecedores son su alto costo y la posibilidad de lesiones intestinales que, si
no son diagnosticadas pueden originar peritonitis posoperatorias. Como esta técnica no
extirpa el saco, pueden desarrollarse colecciones serosas en el espacio creado entre este y la
malla, las colecciones tienden a la resolución sin necesidad de avenanamiento y pueden
emplearse drenajes y/o compresiones de los planos superficiales durante las primeras dos o
tres semanas del posoperatorio. Actualmente, se prefiere utilizar adhesivos biológicos
(polipropileno) debido a que tienen menor incidencia de rechazo.

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CONCLUSIÓN

En los últimos años han establecido los principios que deben regir la reparación de los defectos
parietales. Entre ellos:

 Profilaxis antibiótica.
 Mínima disección posible en el plano supraaponeurótico, a fin de minimizar el riesgo
de hematomas y colecciones serosas, con alto potencial de desarrollar infecciones.
 Colocación de la prótesis en el plano preaponeurótico o retromuscular siempre que
sea posible.
 Uso de materiales de alta calidad para limitar la reacción al cuerpo extraño en intentar
conservarlos en casos de infección.
En eventraciones gigantes, las técnicas protésicas actuales pueden mejorar sus resultados si se
asocian a recursos antiguos como el neumoperitoneo y las incisiones de descarga. El primero
adapta la cavidad al volumen visceral que será reintroducido y mejora la función respiratoria, y
las segundas, son necesarias para cubrir la prótesis colocada en el plano preperitoneal.

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BIBLIOGRAFÍA
 Sociedad Argentina de Cirugía Digestiva- SACD. ROBERTO CERRUTTI, Médico cirujano
del Servicio de Cirugía del Hospital Británico de Buenos Aires. https://sacd.org.ar/wp-
content/uploads/2020/05/ucuarentaysiete.pdf.
 Eventración-ClinicBarelona.
https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/hernia-incisional-o-
eventracion/tratamiento.
 Pág 100- 106. Cáp 8. Evisceraciones y eventraciones abdominales. Cirugía
fundamentos para la práctica clínico- quirúrgicas. MARIANO E. GIMENEZ.
 Pág 63- 68. Cáp 7. Patología pared abdominal. Compendio de cirugía básica internado
rotatorio de cirugía. Facultad de medicina U.N.N.E.
 Pág 1094- 1104. Cáp VIII- Eventraciones y evisceraciones. Fisiopatología, diagnóstico y
tratamiento. CIRUGÍA BASES CLÍNICAS Y TERAPÉUTICAS 2ª edición actualizada. JORGE
R. DEFELITTO, ALBERTO H. CARIELLO y colaboradores.

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