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Compendio de Instituciones Procesales TC
Compendio de Instituciones Procesales TC
PRIMERA EDICIÓN
DICIEMBRE 2009
3,330 ejemplares
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. Nº 822
PRESENTACIÓN
1. Como sugiere su título, en esta obra hemos buscado reunir análisis de las principales reglas o
instituciones creadas o desarrolladas por la jurisprudencia constitucional. En más de una ocasión
estas reglas se han emitido al margen, más allá e incluso en contra de lo señalado por las leyes
vigentes, llegando a evidentes excesos.
Tal como hemos señalado en otras ocasiones, los magistrados del Tribunal son jueces de “lo
constitucional” y no de “lo justo”. En ese sentido, no pueden, en nombre de la justicia y apelando
a su fuerza institucional, resolver o crear al margen de la Constitución. Las decisiones del Tribunal
siempre deben estar subordinadas a la Norma Fundamental.
Ahora bien, dado que el Colegiado es el “máximo intérprete de la Constitución”, esta subor-
dinación puede entenderse cuando menos en tres sentidos: (1) el Colegiado no puede ir más allá
del texto expreso de las disposiciones constitucionales en el ejercicio de sus competencias o en
sus interpretaciones; (2) como las disposiciones constitucionales suelen no ser claras es necesa-
rio asignarles significados; en tal caso, el Tribunal no puede ofrecer interpretaciones arbitrarias
ni mal argumentadas; finalmente, (3) el Tribunal no puede decidir o interpretar al margen de los
consensos o las sensibilidades sociales mínimos, pues el valor de la Constitución reposa en la ciu-
dadanía (la Carta es más que una norma a ser interpretada), con los límites contenidos en la propia
Constitución.
Primeramente, vemos que existen hasta tres formas de entender esta “autonomía procesal”.
De una parte, están quienes a partir de las competencias y el rol institucional que corresponde al
Tribunal Constitucional consideran que se trata de una potestad (normativa) que le permite confi-
gurar el Derecho Procesal con el que trabaja para lograr una mejor defensa de la Constitución, lo
que implica, a veces, colocarse al margen o más allá de lo que dice la ley; otro sector considera
que la “autonomía procesal” es un membrete innecesario, que no describe adecuadamente la labor
creativa del colegiado y que, antes bien, ha servido de patente de corso para algunos despropósitos
o para fortalecer ciertas doctrinas; un tercer y último grupo despotrica casi absolutamente de esta
noción, al considerar que el Tribunal está siempre sometido a las leyes y al proceso, y que este
último, como garantía para los justiciables, no puede ser reformado por un Tribunal cuya función
es resolver casos concretos sin atribuirse competencias del legislador.
Desde luego, es imposible dilucidar aquí este asunto. Solo mencionaremos que la constitucio-
nalidad de la noción de “autonomía procesal” (y sus productos) dependerá de la forma de enten-
der la subordinación del Tribunal a la Constitución. Los tres planteamientos que hemos detec-
tado sobre la autonomía procesal son, precisamente, tres formas de entender el rol del Tribunal
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Constitucional frente a la Norma Fundamental. Visto así, antes que discutir sobre la “autonomía
procesal”, sería tal vez más provechoso hacerlo sobre la forma en que el Tribunal se subordina a
la Constitución.
2. Los trabajos del presente volumen no se dedican especialmente a cuestionar o afirmar la po-
testad creadora del Tribunal, de manera general. La intención de este libro ha sido otra: dar a
conocer, en el marco de su potestad de creativa o configuradora, las instituciones que el Tribunal
Constitucional ha venido desarrollando en su jurisprudencia.
Estas instituciones son, en más de un sentido, Derecho vigente y, por ende, directamente aplica-
ble a los casos existentes. Como se sabe, y lo evidencia la práctica profesional, hoy es imposible
llevar adelante un proceso constitucional satisfactoriamente sin tener en cuenta lo que sobre este
ha desarrollado el Colegiado. Es más, tal vez las cuestiones más importantes o útiles de los proce-
sos constitucionales no han sido las reguladas en el Código Procesal Constitucional, sino las esta-
blecidas en la jurisprudencia del Tribunal. En tal sentido, esta jurisprudencia puede ser entendida
como una principal y auténtica fuente de Derecho Procesal o Procedimental Constitucional.
Hemos dividido esta obra en tres partes: (1) Instituciones procesales incorporadas o reformadas
por el Tribunal Constitucional, referida a las instituciones procesales nuevas o recuperadas de otros
ordenamientos; (2) Reglas específicas de los procesos constitucionales incorporadas por el Tribunal
Constitucional, que contiene los principales desarrollos o modificaciones jurisprudenciales en torno a
reglas o instituciones ya previstas en el Código Procesal Constitucional (no se tratan de “instituciones
nuevas”); (3) Reglas sobre los efectos y los alcances de las sentencias, dedicada al análisis sobre la
eficacia y cualidad de las resoluciones del Tribunal, moduladas respecto de lo inicialmente previsto en
el Código.
Con la misma mística que ha impulsa todas las publicaciones de Gaceta Constitucional, hemos
invitado, en cada caso, a especialistas que dominan la institución analizada, logrando desarrollar
casi la totalidad de instituciones sobre las que el Tribunal ha generado contenidos novedosos.
Los autores, que con la mejor disposición aceptaron la convocatoria que les formulamos, han
presentado de manera sintética sus principales ideas en torno a lo desarrollado por el Tribunal
Constitucional en su jurisprudencia, desde una perspectiva explicativa y crítica. A todos ellos,
nuestra permanente gratitud y reconocimiento.
Con lo anotado, la presente es una obra de interés para los especialistas que quieran conocer
sobre las instituciones procesales constitucionales desde una perspectiva dogmático-jurídica, pero
sobre todo constituye un texto imprescindible para el público que precisa conocer de estas impor-
tantes creaciones realizadas por el Colegiado Constitucional, es decir, para todos quienes en algún
momento nos encontramos frente a un proceso constitucional.
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Instituciones procesales
incorporadas o reformadas
por el Tribunal Constitucional
El recurso de agravio
constitucional
Aspectos procesales y las
precisiones jurisprudenciales a
los supuestos de su procedencia
I. Notas preliminares
El recurso de agravio constitucional es el mecanismo que con-
cretiza la disposición constitucional que otorga la facultad al Tribunal
Constitucional de conocer en última y definitiva instancia los procesos
constitucionales de la libertad (hábeas corpus, amparo, hábeas data y
cumplimiento). Así, el artículo 202.2 de la Constitución ha dispuesto que
esta facultad se ejerza contra aquellas resoluciones denegatorias de há-
beas corpus, amparo, hábeas data y cumplimiento. A efectos de precisar
el marco de actuación de esta facultad, el Código Procesal Constitucional
(en adelante CPConst.), en su artículo 18, ha previsto que el recurso de
agravio constitucional (en adelante RAC o recurso) proceda contra una
resolución de segunda instancia que deniega la protección del derecho
fundamental cuya agresión se alega, por haber declarado infundada o im-
procedente la demanda constitucional.
(*) Miembro del Área de Derecho Constitucional y Procesal Constitucional de Gaceta Jurídica.
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(11) Aprobada por Resolución Administrativa Nº 095-2004-P-TC, publicada en el diario oficial El Peruano
el 14 de setiembre de 2004.
(12) CASTILLO CÓRDOVA, Luis. Comentarios al Código Procesal Constitucional. Ob. cit. Loc. cit.
(13) RTC Nº 08143-2006-PA/TC, f. j. 1.
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4. De la noción de “denegatorio”
(19) VALCÁRCEL ANGULO, Mariella. “Los alcances del recurso de queja que habilita al Tribunal Cons-
titucional pronunciarse sobre el caso El Frontón”. En: Gaceta Constitucional. Nº 7, Gaceta Jurídica,
Lima, julio de 2008, p. 90.
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(24) LEÓN VÁSQUEZ, Jorge. “El recurso de queja y el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Cons-
titucional”. En: Gaceta Constitucional. Nº 1, Gaceta Jurídica, Lima, enero de 2008, p. 44.
(25) Ibídem, pp. 44 y 45.
(26) A pesar de que no ingresaremos a analizar los argumentos de fondo, basta recordar que este proceso
tuvo los vaivenes del recordado caso El Frontón en el Tribunal Constitucional.
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(27) RUIZ MOLLEDA, Juan Carlos. “El nuevo recurso de agravio constitucional a favor del cumplimiento
de sentencias del Tribunal Constitucional”. En: Gaceta Constitucional. Nº 4, Gaceta Jurídica, Lima,
abril de 2008, p. 70. El autor critica la falta de motivación de la RTC Exp. Nº 00168-2007-Q/TC.
(28) En el presente artículo no se desarrollará el recurso de agravio a favor del precedente, no obstante, se
recuerda que en esta sentencia se precisó que el mecanismo adecuado para cuestionar una resolución de
segunda instancia que declara fundada una demanda constitucional, pero que ha sido adoptada en con-
travención de un precedente constitucional vinculante, podrá ser cuestionada a través de otro proceso de
amparo, y ya no a través del RAC (f. j. 8).
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(29) CASTILLO CÓRDOVA, Luis. “¿Será que el TC ha empezado a tomarse en serio su deber de autolimi-
tación? Reflexiones en torno al caso El Frontón”. En: Gaceta Constitucional. Nº 13. Gaceta Jurídica.
Lima, enero de 2009, pp. 83-85.
(30) LEÓN VÁSQUEZ, Jorge. Ob. cit.
(31) MENDOZA ESCALANTE, Mijail. “La autonomía procesal constitucional”. En: Justicia Constitucio-
nal. Año II. Nº 4. Palestra, Lima, julio - diciembre, 2006, p. 127.
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(32) LANDA ARROYO, César. “Autonomía procesal del Tribunal Constitucional”. En: Justicia Constitu-
cional. Año II. Nº 4. Palestra, Lima, julio - diciembre, 2006, p. 89 y ss.
(33) RUIZ MOLLEDA, Juan Carlos. “El nuevo recurso de agravio constitucional a favor del cumplimiento de las
sentencias del Tribunal Constitucional”. En: Gaceta Constitucional. Nº 4. Lima, abril, 2008, p. 71.
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(36) Sus características se extienden también al proceso de hábeas corpus (que protege la libertad personal),
reconocido en el artículo 7.6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Se puede consul-
tar las opiniones consultivas N° 8 y 9.
(37) De acuerdo al artículo II del TP del CPConst., en el caso de los procesos constitucionales son la vigencia
de los derechos fundamentales y la supremacía de la Constitución).
(38) Sobre el particular, se puede consultar NEYRA ZEGARRA, Ana Cristina. “Alcances de la ejecución
de sentencias en el marco del artículo 22 del Código Procesal Constitucional. Reflexiones a propósito
del caso Fonavi”. En: Revista Jurídica del Perú: Derecho Público y Derecho Privado. Nº 87. Gaceta
Jurídica. Lima, mayo de 2008, pp. 27-35. También puede consultarse CANALES CAMA, Carolina.
“Eficacia y cumplimiento de las sentencias del Tribunal Constitucional”. En: Gaceta Constitucional.
N° 4. Gaceta Jurídica. Lima, abril de 2008, pp. 47-64.
(39) ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo. Gaceta Jurídica. Lima, 2008,
pp. 233-235.
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(43) Ver LEÓN VÁSQUEZ, Jorge. “El recurso de queja y el cumplimiento de las sentencias del Tribunal
Constitucional”. En: Gaceta Constitucional. Nº 1. Gaceta Jurídica. Lima, enero de 2008, pp. 43-49.
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(47) Se debe tener presente que antes de la entrada en vigencia del Código Procesal Constitucional, el 1 de
diciembre de 2004, el recurso de agravio constitucional era conocido como recurso extraordinario.
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La transformación de un
proceso constitucional en otro
Anotaciones sobre la figura procesal
constitucional de la reconversión(*)
I. Introducción
Como anota Samuel Abad Yupanqui, en el Derecho mexicano se dis-
tingue la “suplencia del error” de la “suplencia de la queja”. La primera
figura tiene que ver con la facultad del juez de suplir la equivocación en
la que habría incurrido el demandante al mencionar el derecho funda-
mental presumiblemente vulnerado; mientras que la segunda institución,
con el límite de la improcedencia, le permite al juez la posibilidad de su-
plir las deficiencias o imperfecciones de razonamiento en las que haya
caído por error o ignorancia el mencionado demandante al presentar su
demanda(1).
(*) Este trabajo tiene como antecedente mi artículo “Adecuación, reconversión o reencausamiento de los proce-
sos constitucionales. Un acercamiento desde la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano”, publi-
cado en Actualidad Jurídica. Tomo 183, Gaceta Jurídica, Lima, febrero de 2009, pp. 155-161.
(**) Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor de Derecho Constitucional del De-
partamento Académico de Derecho de dicha casa de estudios. Asociado ordinario de la Asociación
Peruana de Derecho Constitucional.
(1) ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo. Segunda edición, Gaceta Jurídica,
Lima, 2008, p. 189 y ss.
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(2) CARPIO MARCOS, Edgar. “La suplencia de la queja deficiente en el amparo: un análisis comparativo”. En:
Susana Castañeda Otsu (coordinadora) Derecho Procesal Constitucional. Tomo II, segunda edición,
Jurista Editores, Lima, 2004, p. 700 y ss.
(3) Ibídem, p. 702.
(4) ABAD YUPANQUI, Samuel. Ob. cit., p. 191.
(5) Ley Nº 23506: “Artículo 7.- El juez deberá suplir las deficiencias procesales en que incurra la parte
reclamante, bajo responsabilidad. (…)”.
(6) ABAD YUPANQUI, Samuel. Ob cit., pp. 194 -195.
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(7) GARCÍA TOMA, Víctor. “Comentario al artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Consti-
tucional”. En: Jhonny Tupayachi Sotomayor (coordinador). Código Procesal Comentado. Homenaje a
Domingo García Belaunde. Adrus, Arequipa, 2009, p. 47.
(8) Ibídem, p. 48.
(9) De ellos da cuenta ABAD, Samuel. Ob. cit., pp. 189-194.
(10) MONROY GÁLVEZ, Juan. “Los principios procesales en el Código Procesal Civil de 1992”. En su
libro La formación del proceso civil peruano. Escritos reunidos. Comunidad, Lima, 2003, p. 281.
(11) Código Procesal Civil: “Artículo VII.- El juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso,
aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no puede ir más
allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes”.
(12) ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy. “Comentario al artículo VIII del Título Preliminar del Có-
digo Procesal Constitucional”. En: Jhonny Tupayachi Sotomayor (coordinador). Código Procesal Co-
mentado. Ob. cit., p. 82.
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(15) Como dice el Tribunal Constitucional en el primer fundamento de su sentencia: “Conforme aparece en
el petitorio de la demanda, el objeto de esta se dirige a cuestionar el mecanismo eléctrico y manual exis-
tente en la entrada a la urbanización La Planicie, perteneciente al distrito de La Molina, por considerar
que vulnera el derecho constitucional al libre tránsito del demandante”.
(16) Sentencia del 18 de octubre de 2001 recaída en el Exp. N° 224-2001-AC/TC.
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(18) “Los actos defectuosos son aquellos que se realizan sin que concurran todos los presupuestos, requisi-
tos y condiciones que determinan su admisibilidad, pero que no generan afectación de principios o de
derechos procesales constitucionales de relevancia y, por ese hecho, son inocuos” (f. j. 4).
(19) “(…) Los actos inválidos son aquellos que se realizan incumpliendo los requisitos y condiciones que la
ley prevé, dando lugar, a su vez, a la afectación de derechos o principios constitucionales, pero que, sin
embargo, pueden ser subsanados o reparados por sí mismos, o eventualmente por medio de la interven-
ción del juez” (f. j. 4).
(20) “(…) Los actos nulos son aquellos que, habiendo comprometido seriamente derechos o principios cons-
titucionales, no pueden ser reparados” (f. j. 4).
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(28) Ello, sin duda, es muy conveniente, en tanto que se condice con la limitación y control del ejercicio
del poder político, nota característica de todo Estado Constitucional, y recoge también el principio de
interpretación constitucional de corrección funcional.
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(29) Cf. PALOMINO MANCHEGO, José, et ál. Syllabus de Derecho Procesal Constitucional. Cuadernos
de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional. Grijley, Lima, 2003, p. 24 y ss.
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Delimitando el contenido de la
cosa juzgada constitucional
(*) Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Estudios de Maestría en Ciencia Política-
Gestión Pública en la misma casa de estudios. Socia de M&V Abogados Consultores.
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(1) VILA ORMEÑO, Cynthia. “Acumulación, litisconsorcio e intervención de terceros en el proceso cons-
titucional de amparo”. En: Revista Jurídica del Perú. Nº 97, Gaceta Jurídica, marzo 2009, p. 95 y ss.
(2) STC Exp. Nº 0266-2002-AA/TC, f. j. 6.
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Delimitando el contenido de la cosa juzgada constitucional
(3) Código Procesal Constitucional: Artículo IX.- “En caso de vacío o defecto de la presente ley, serán de
aplicación supletoria los Códigos Procesales afines a la materia discutida, siempre que no contradigan
los fines de los procesos constitucionales y los ayuden a su mejor desarrollo (...)”.
(4) Código Procesal Constitucional: Artículo II.- “Son fines esenciales de los procesos constitucionales
garantizar la primacía de la Constitución y la vigencia efectiva de los derechos constitucionales”.
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(5) Para el TC, la independencia judicial es un principio que exige que el legislador adopte las medidas
necesarias y oportunas a fin de que el órgano y sus miembros administren justicia con estricta sujeción
al Derecho y a la Constitución, sin que sea posible la injerencia de extraños a la hora de delimitar e inter-
pretar el sector del ordenamiento jurídico que ha de aplicarse en cada caso (STC Exp. Nº 0004-2006-PI/
TC, f.j. 17-19).
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(9) Código Procesal Constitucional: “Artículo 328.- Efecto de la conciliación.- La conciliación surte el
mismo efecto que la sentencia que tiene la autoridad de la cosa juzgada”.
(10) Código Procesal Constitucional: “Artículo 337.- Homologación de la transacción.- (…) La transac-
ción que pone fin al proceso tiene la autoridad de la cosa juzgada (…)”.
(11) Código Procesal Constitucional: “Artículo 344.- Desistimiento de la pretensión.- La resolución que
aprueba el desistimiento de la pretensión, produce los efectos de una demanda infundada con la autori-
dad de la cosa juzgada (…)”.
(12) Código Procesal Constitucional: “Artículo 446.- Excepciones proponibles.- El demandado solo
puede proponer las siguientes excepciones: (...) 8. Cosa Juzgada; (…)”.
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anterior cuando tengan que decidir sobre una relación o situación jurídica
respecto de la cual existe una sentencia firme. Cabe anotar que para que
se pueda alegar esta garantía debe de tratarse de procesos seguidos entre
las mismas partes o sujetos beneficiados (perfecta identidad), respecto de
los mismos hechos y sobre la misma pretensión, lo cual está establecido
en el artículo 452 del CPC, según el cual: “Hay identidad de procesos
cuando las partes o quienes de ellos deriven sus derechos, el petitorio y el
interés para obrar, sean los mismos”. Solo cuando concurre esta identidad
se puede oponer, por ejemplo, la excepción de cosa juzgada.
De la regulación analizada se desprenden diversas conclusiones. En
principio, que la cosa juzgada ha sido regulada no solo en la Constitución,
sino también en normas infraconstitucionales. También que esta institu-
ción se orienta como un principio, como una garantía y, en algunos casos,
como un derecho subjetivo de los sujetos a los que alcanzan sus efectos.
Por último, se observa que normativamente no han sido establecidos los
atributos y diferentes elementos de la cosa juzgada, solo la configuración
de la cosa juzgada en sentido formal. No obstante, a partir de la jurispru-
dencia queda claro, que es una prohibición a la judicatura de volver a re-
visar aquellos procesos sobre los que se haya emitido una resolución eje-
cutoriada, es decir sobre la cual no exista medio impugnatorio alguno, no
solo en el sentido de reabrir un proceso, sino también en cuanto a volver
a discutir, en cualquier circunstancia la materia contenida en la resolución
judicial, ni en forma expresa ni solapada.
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(15) Este artículo ha sido desarrollado por los artículos 46 y 48 de la Ley Nº 270 de 1996, como también por
el artículo 22 del Decreto Nº 2067 de 1991, según los cuales las decisiones adoptadas por la Corte Cons-
titucional en ejercicio del control de constitucionalidad son definitivas, de obligatorio cumplimiento y
tienen efectos erga omnes.
(16) Sentencia de la Corte Constitucional Colombiana C-310 de 2002 “(…) las decisiones judiciales adop-
tadas por la Corporación en cumplimiento de su misión de asegurar la integridad y la supremacía de la
Carta, adquieren un carácter definitivo, incontrovertible e inmutable, de tal manera que sobre aquellos
asuntos tratados y dilucidados en procesos anteriores, no resulta admisible replantear litigio alguno ni
emitir un nuevo pronunciamiento de fondo.
(17) Sentencia de la Corte Constitucional Colombiana C-774 de 2001.
(18) Sentencia de la Corte Constitucional Colombiana C-310 de 2002.
(19) Ídem.
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es decir, que no solo alcanza a las partes procesales sino también a todos
los poderes y órganos constitucionales y para los casos futuros simila-
res. Incluso, la obligatoriedad de sus pronunciamientos se extiende no
solo lo señalado en la parte del fallo de la sentencia sino también a sus
fundamentos y considerandos, a lo que le ha dado mayor relevancia, pre-
cisamente por tratarse del TC, el supremo intérprete de la Constitución,
respecto a otros órganos jurisdiccionales que deciden cuestiones constitu-
cionales o no. Es decir, otra diferencia en la regulación de la cosa juzgada
es que a nivel de procesos constitucionales, sus efectos se extienden a
más de los sujetos señalados en el artículo 139 del CPC, partes procesales
y terceros, para ser resoluciones obligatorias a todos los poderes y órga-
nos que resuelven derecho. El TC si bien trata de generalizar los efectos
de la cosa juzgada en procesos constitucionales resueltos en su sede, no
reconoce que el CPC no deja de desplegar los efectos de las resoluciones
firmes a terceros, siempre que se deriven derechos para ellos de la reso-
lución que tiene la calidad de cosa juzgada. ¿Cuál sería entonces para el
TC un supuesto distinto a los recogidos en el CPC que haya innovado
la jurisprudencia constitucional? Debe evitarse confundir la extensión de
los efectos de un caso concreto, no solo respecto al fallo, sino incluso a la
ratio decidenci, como parte de la cosa juzgada, con la obligación de todos
los órganos judiciales, constitucionales o no, de respetar la jurisprudencia
del TC, como se ordena en los artículos VI y VII del TP del CPConst.
Pues esto es obligatorio y su incumplimiento sancionable, independiente-
mente de que exista o no la denominada cosa juzgada constitucional.
El propio mandato de supremacía de la Constitución, la determinación
del TC como supremo intérprete de la Constitución y las normas procesales
que determinan que todos los poderes deben sujetarse a esta interpretación,
son elementos suficientes para concluir que la legitimidad de la cosa juzga-
da, sin necesidad de denominarse constitucional, incluye su adecuación a
este ordenamiento constitucional, pues el elemento material que significa la
conformidad con el ordenamiento jurídico, incluye el constitucional. De lo
que se desprende que no existe diferencia entre una u otra, salvo la estruc-
tura jerárquica en materia de interpretación de la Constitución que lidera el
TC, mencionado ya en los artículos pertinentes del CPConst. De lo contra-
rio tendríamos que hablar también de una cosa juzgada civil suprema, que
se desprende de respetar la interpretación que sobre las normas civiles da,
por ejemplo, la Sala correspondiente de la Corte Suprema y así en todas
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El control de las omisiones
que vulneran derechos
fundamentales
I. Introducción
El respeto a los mandatos de la Constitución, y en especial a los dere-
chos fundamentales por ella reconocidos, constituye la piedra angular de
todo Estado Constitucional. Todos los derechos fundamentales (civiles,
políticos, sociales, entre otros), en distintos grados, poseen fuerza vincu-
lante para todos los operadores jurídicos, principalmente para aquellos
que forman parte del Estado (artículos 44 y 45 de la Constitución). Si
bien es cierto que esta premisa parece más que obvia, no siempre es to-
mada en cuenta por los legisladores u otros órganos estatales al momento
de elaborar las normas que van a regir la vida de las personas en la socie-
dad y ello debido a que en algunas ocasiones, bajo el reiterado argumento
de la no exigibilidad inmediata de determinados derechos –por ejemplo,
los sociales–, tal labor legisferante no ha reflejado los valores y principios
contenidos en la Norma Fundamental.
Estas reflexiones se suscitan a propósito del tema que motiva la
elaboración del presente trabajo, referido a las omisiones normativas,
(*) Abogada por la Universidad de Lima. Estudios concluidos en la Maestría de Derecho Constitucional en
la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asesora Jurisdiccional del Tribunal Constitucional.
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El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
(1) BÁEZ SILVA, Carlos. “La omisión legislativa y su inconstitucionalidad en México”. En: Boletín mexi-
cano de Derecho Comparado. N° 105, año XXXV, México, 2002, p. 746.
(2) REQUENA LÓPEZ, Tomás. El principio de jerarquía normativa. Civitas, Madrid, 2004, p. 308.
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El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
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(4) DÍAZ REVORIO, Francisco Javier. La “Constitución abierta” y su interpretación. Palestra, Lima,
2004, p. 259.
(5) STC Exp. N° 0006-2008-PI/TC, f. j. 38.
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El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
(6) BRAGUE CAMAZANO, Joaquín. “La acción peruana de inconstitucionalidad”. En: José Palomino
Manchego (coordinador) En: El Derecho Procesal Constitucional peruano. Estudios en homenaje a
Domingo García Belaunde. Tomo II, Grijley, Lima, 2005, p. 803.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(7) TAJADURA TEJADA, Javier. “La inconstitucionalidad por omisión y los derechos sociales”. En: Mi-
guel Carbonell (coordinador). En busca de las normas ausentes. Ensayos sobre la inconstitucionalidad
por omisión. UNAM, México D.F., 2003, p. 294.
(8) FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, José Julio. La inconstitucionalidad por omisión. Civitas, Madrid, 1998, p. 81.
(9) Cfr. BIDART CAMPOS, Germán J. “La justicia constitucional y la inconstitucionalidad por omisión”.
En: Raúl Chanamé Orbe. Derecho Constitucional general y Teoría del Estado. Ediciones Jurídicas,
Lima, 1994, p. 418.
82
El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
83
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
la doctrina considera que estas normas únicamente pueden ser las leyes
expedidas por el Poder Legislativo, mientras que otro sector de la doc-
trina amplía este criterio señalando que las omisiones contrarias a la
Constitución pueden darse a través de normas expedidas por cualquier
órgano del Estado.
Así, por ejemplo, tenemos el caso de la Constitución de la República
Federativa de Brasil, que en su artículo 103, parágrafo 2, establece que
“Declarada la inconstitucionalidad por omisión de una medida para tor-
nar efectiva la norma constitucional, se dará conocimiento al poder com-
petente para la adopción de medidas necesarias y, tratándose de un ór-
gano administrativo, para que lo haga en 30 días”; advirtiéndose que la
inconstitucionalidad por omisión procederá tanto cuando el omiso sea el
legislador como la Administración.
Otro ejemplo lo encontramos en la Constitución del Estado de
Tlaxcala en México, en cuyo artículo 81 se establece que procede por la
omisión normativa en que incurra el legislador, el gobernador y los ayun-
tamientos o concejos municipales.
Al respecto, en el caso peruano, somos de la opinión que la omisión
inconstitucional no se debe limitar a las leyes expedidas por el Congreso,
sino que debe comprender también otro tipo de normas como los decretos
expedidos por el Ejecutivo y las ordenanzas que emiten los gobiernos re-
gionales y locales, pues estos también desarrollan mandatos constitucio-
nales y su no expedición puede ocasionar la vulneración de la supremacía
constitucional y los derechos fundamentales.
De otro lado debe señalarse que, tal como se mencionó anteriormen-
te, corresponderá al TC, como órgano de control de la Constitución, pro-
nunciarse sobre la inconstitucionalidad de una determinada norma ya sea
por acción u omisión, estableciendo los lineamientos sobre los cuales el
órgano encargado de expedir la norma de desarrollo constitucional debe
basarse para no contravenir la Norma Fundamental. En tal sentido, las
sentencias que emita el TC, en donde se establezca que una norma ha
incurrido en inconstitucionalidad por omisión, deben ser acatadas por
todos los órganos del Estado, pues dichas sentencias tienen fuerza vincu-
lante, en virtud de que el TC es el supremo intérprete de la Constitución.
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El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(15) Ídem.
(16) DÍAZ REVORIO, Francisco Javier. “El control de constitucionalidad de las omisiones legislativas rela-
tivas en el Derecho Comparado europeo”. En: <www.palestraeditores.com>, setiembre 2004, p. 13.
(17) BAZÁN, Víctor. “Nuevamente sobre las omisiones constitucionales”. En: Derechos humanos y Consti-
tución en Iberoamérica. Grijley, Lima, 2002, p. 135.
(18) FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, José Julio. Ob. cit., p. 115.
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El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
(19) MIRANDA, Jorge. Derechos fundamentales y Derecho electoral. Joaquín Gonzales Casanova (traduc-
tor), UNAM, México D.F., 2005, p. 32.
(20) FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, José Julio. Ob. cit., p. 116.
(21) Dicho precepto establecía que la pensión de viudez se otorgará al varón solo cuando se encuentre inca-
pacitado para subsistir por sí mismo, carezca de rentas o ingresos superiores al monto de la pensión, y
no esté amparado por algún sistema de seguridad social.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(27) BAZÁN, Víctor. “Respuestas normativas y jurisdiccionales frente a las omisiones inconstitucionales:
Una visión de Derecho Comparado”. En: Miguel Carbonell (coordinador). En busca de las normas
ausentes. Ensayos sobre la inconstitucionalidad por omisión. UNAM, México D.F., 2003, p. 276.
(28) SAGÜÉS, Néstor Pedro. “Instrumentos de la justicia constitucional frente a la inconstitucionalidad por
omisión”. En: Juan Vega Gómez y Edgar Corzo Sosa. Instrumentos de tutela y justicia constitucional.
Memoria del VII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional. UNAM, México, 2002, p. 611.
90
El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
Así, al igual que en la provincia de Río Negro (con excepción del re-
sarcimiento), en la Constitución del Estado de Veracruz en México, se es-
tablece que en los casos en que el Congreso no haya aprobado alguna ley
o decreto y que dicha omisión constituya una violación a la Constitución,
se le otorga al Congreso un plazo de dos periodos de sesiones para ex-
pedir la norma, y en caso de incumplimiento el Tribunal Superior de
Justicia integrará el ordenamiento normativo, mientras se expide la nor-
mativa faltante.
En el mismo orden de ideas, en la Ley de Justicia Constitucional
Local para el Estado de Coahuila de Zaragoza se establece que cuando a
juicio del Pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado se constate
la existencia de inconstitucionalidad por omisión, lo hará de conocimien-
to del órgano competente para que en un plazo razonable dicte las normas
pertinentes, debiendo dicho Tribunal expedir los principios, bases y re-
glas normativas a regular en atención a su resolución.
Asimismo, es relevante mencionar que de acuerdo al artículo 158 de
la Constitución del Estado de Coahuila de Zaragoza se faculta al Tribunal
Superior de Justicia para resolver de forma definitiva y sin recurso alguno
los conflictos constitucionales, dentro de los que se incluyen los resultan-
tes de las omisiones normativas.
Otra regulación que resulta interesante es aquella plasmada en la
Constitución de Tlaxcala, en la que se dispone que luego de constatar-
se la omisión, se otorgará un plazo no mayor de tres meses para que la
autoridad pertinente expida la norma correspondiente, y que en caso de
incumplimiento se prevé una sanción para la autoridad omisa, que puede
terminar con la destitución.
Como se advierte de las soluciones reseñadas, el papel del órgano ju-
dicial o constitucional resulta gravitante para la solución de los conflictos
constitucionales provenientes de omisiones normativas, puesto que a tra-
vés de sus sentencias interpretativas podrá establecer los lineamientos que
se deben tener en cuenta al expedir la norma necesaria para el desarrollo
de la Constitución, y en algunos casos será el propio juez constitucional
quien podrá llenar el vacío normativo hasta que este sea cubierto por la
autoridad encargada de expedir la norma correspondiente.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
92
El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
actuar en la próxima legislatura emitiendo una ley que recoja las aspi-
raciones de los pueblos andinos y amazónicos que ven reflejada parte
de su identidad constitucionalmente reconocida en el cultivo, uso y
tratamiento en general de la planta de la hoja de coca.
Consideramos que el TC no debió limitarse a plasmar una considera-
ción respecto a la actuación del legislador frente a la omisión legis-
lativa detectada, sino que en uso de sus atribuciones referidas a velar
por el respeto a la Constitución y a los derechos de las personas, en el
fallo de la sentencia bajo comentario debió exhortar al Congreso para
que en un plazo razonable emita la ley correspondiente, más aún te-
niendo en cuenta que la necesidad de contar con esta ley se estableció
con la expedición de la STC Nº 020 y 021-2005-PI, habiendo transcu-
rrido varios años sin que el legislador actúe, pues resultaba necesario
evitar que continúe la vulneración del derecho a la identidad cultural
de los pueblos.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El control de las omisiones que vulneran derechos fundamentales
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Multas por conducta
temeraria en los
procesos constitucionales
Razones, supuestos y ejemplos de aplicación
en la jurisprudencia constitucional
(*) Bachiller en Derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Adjunta de docencia del curso de
Derecho Procesal Constitucional en la misma universidad.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
sentencias emitidas por esta, son las que le dan vida a nuestra regulación
procesal constitucional. Hoy por hoy, sería impensable leer el Código
Procesal Constitucional sin considerar en nuestro análisis la jurispruden-
cia y los precedentes vinculantes emitidos por el Tribunal Constitucional.
En efecto, solo a manera de ejemplo, se puede mencionar que aspec-
tos como el amparo contra resoluciones judiciales, los procesos constitu-
cionales contra resoluciones emitidas en otros procesos constitucionales
la procedencia del proceso de amparo frente a resoluciones del Jurado
Nacional de Elecciones o del Consejo Nacional de la Magistratura son
algunos temas que han merecido un replanteamiento por la jurisprudencia
constitucional, dándoles de tal manera una interpretación distinta a lo dis-
puesto por el Código Procesal Constitucional, y hasta en algunos casos,
mutando lo dispuesto en este.
Es en este escenario de desarrollo del Código Procesal Constitucional
a través de la jurisprudencia que debemos analizar el tema que nos con-
voca el día de hoy: el de las multas por conducta temeraria previstas por
la normativa referente a los procesos constitucionales. Y es que ha sido la
jurisprudencia la que ha ido delimitando los alcances, supuestos y carac-
terísticas de estas medidas.
En razón de ello, el presente artículo presenta como primera parte,
las principales razones que justifican la imposición de multas por con-
ducta temeraria, analizadas desde la perspectiva del abuso de derecho y
en específico, el abuso procesal. Seguidamente a ello, pretendemos indi-
car cuáles son los supuestos de aplicación de multas previstas en la re-
gulación procesal constitucional al día de hoy, para finalmente analizar
los pronunciamientos emitidos por el Tribunal Constitucional sobre el
particular.
Este breve análisis, no solo pretende dejar en la mente de los lectores
una explicación respecto a las multas establecidas en nuestra regulación
procesal constitucional, sino que también busca crear conciencia respecto
a la actuación debida de las partes en el proceso. Y es que, a nuestro en-
tender, el proceso se crea a partir de la actuación de las partes y el juez,
que como actores principales deben procurar que las actuaciones procesa-
les tengan como finalidad una resolución del caso en particular y la iden-
tificación de la solución al problema planteado, sin pretender la dilación
indebida del proceso.
98
Multas por conducta temeraria en los procesos constitucionales
Creemos que ello debe ser tarea de todos los profesionales del
Derecho y por tal razón, en las siguientes líneas pretendemos incentivar
a que esa perspectiva sea adoptada por mayores profesionales, elimi-
nando progresivamente la imposición de multas por actitudes procesales
temerarias.
(1) ESPINOZA PEREDA, Víctor Raúl. “La prohibición del abuso procesal como instrumento de racionali-
zación del tiempo en el proceso civil”. En: Revista Jurídica del Perú. Tomo 73, Gaceta Jurídica, Lima,
marzo de 2007, p. 240.
(2) PRIORI POSADA, Giovanni. “El principio de buena fe procesal, el abuso del proceso y el fraude pro-
cesal”. En: Derecho & Sociedad. Revista editada por la Asociación Civil de Derecho & Sociedad de la
Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Año XIX, N° 30, Lima, 2008.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Multas por conducta temeraria en los procesos constitucionales
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(9) Así, por ejemplo, lo reconoce el Tribunal Constitucional cuando manifiesta que “(…) el abuso de los
procesos constitucionales no solo constituye un grave daño al orden objetivo constitucional, sino tam-
bién a la tutela de los derechos fundamentales de los demás ciudadanos”. Ello, ha sido mencionado en
la Resolución recaída en el Expediente N° 3409-2009-PHC/TC. F. j. 3.
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Reglas específicas de los
procesos constitucionales
incorporadas por el
Tribunal Constitucional
El desarrollo jurisprudencial
del amparo y el
Tribunal Constitucional
I. Introducción
El Código Procesal Constitucional determinó un cambio trascenden-
te para el amparo en el Perú. Sobre la base de considerar a este proceso
como un instrumento de protección urgente de los derechos de las perso-
nas, este ordenamiento estableció la subsidiariedad del amparo e introdu-
jo instrumentos procesales dirigidos a lograr su efectividad.
Sin embargo, la apreciación de este cambio resulta incompleta si no
se tiene en cuenta el tratamiento que el máximo órgano de justicia consti-
tucional peruano ha brindado a las instituciones contenidas en el ordena-
miento procesal constitucional actualmente vigente. Por eso, a continua-
ción, revisaremos el desarrollo realizado por el Tribunal Constitucional de
las siguientes figuras reconocidas en el Código Procesal Constitucional:
el amparo subsidiario, la represión de actos homogéneos, la sentencia
ampliatoria, la actuación inmediata de la sentencia de primer grado y el
amparo contra resoluciones judiciales.
(*) Profesor ordinario asociado de Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Profesor de Derecho Procesal de la Universidad de Lima. Miembro del Instituto Iberoamericano de
Derecho Procesal. Abogado asociado del Estudio Monroy Abogados.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El desarrollo jurisprudencial del amparo y el Tribunal Constitucional
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(4) HENAO HIDRÓN, Javier. Derecho Procesal Constitucional. Protección de los derechos constituciona-
les. Temis, Bogotá, 2006, p. 27.
(5) Código Procesal Constitucional
“Artículo 22.- Actuación de sentencias
La sentencia que cause ejecutoria en los procesos constitucionales se actúa conforme a sus propios
términos por el juez de la demanda. Las sentencias dictadas por los jueces constitucionales tienen pre-
valencia sobre las de los restantes órganos jurisdiccionales y deben cumplirse bajo responsabilidad.
La sentencia que ordena la realización de una prestación de dar, hacer o no hacer es de actuación
inmediata. Para su cumplimiento, y de acuerdo al contenido específico del mandato y de la magnitud
del agravio constitucional, el juez podrá hacer uso de multas fijas o acumulativas e incluso disponer la
destitución del responsable. Cualquiera de estas medidas coercitivas debe ser incorporada como aper-
cibimiento en la sentencia, sin perjuicio de que, de oficio o a pedido de parte, las mismas puedan ser
modificadas durante la fase de ejecución.
El monto de las multas lo determina discrecionalmente el juez, fijándolo en unidades de referencia proce-
sal y atendiendo también a la capacidad económica del requerido. Su cobro se hará efectivo con el auxilio
de la fuerza pública, el recurso a una institución financiera o la ayuda de quien el juez estime pertinente.
El juez puede decidir que las multas acumulativas asciendan hasta el cien por ciento por cada día calen-
dario, hasta el acatamiento del mandato judicial.
El monto recaudado por las multas constituye ingreso propio del Poder Judicial, salvo que la parte acate
el mandato judicial dentro de los tres días posteriores a la imposición de la multa. En este último caso,
el monto recaudado será devuelto en su integridad a su titular”.
(6) Código Procesal Constitucional
“Artículo 59.- Ejecución de sentencia
Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 22 del presente Código, la sentencia firme que declara
fundada la demanda debe ser cumplida dentro de los dos días siguientes de notificada. Tratándose de
omisiones, este plazo puede ser duplicado.
Si el obligado no cumpliera dentro del plazo establecido, el juez se dirigirá al superior del responsable
y lo requerirá para que lo haga cumplir y disponga la apertura del procedimiento administrativo contra
quien incumplió, cuando corresponda y dentro del mismo plazo. Transcurridos dos días, el juez ordena-
rá se abra procedimiento administrativo contra el superior conforme al mandato, cuando corresponda, y
adoptará directamente todas las medidas para el cabal cumplimiento del mismo. El juez podrá sancionar
por desobediencia al responsable y al superior hasta que cumplan su mandato, conforme a lo previsto
por el artículo 22 de este Código, sin perjuicio de la responsabilidad penal del funcionario.
120
El desarrollo jurisprudencial del amparo y el Tribunal Constitucional
En todo caso, el juez establecerá los demás efectos del fallo para el caso concreto, y mantendrá su com-
petencia hasta que esté completamente restablecido el derecho.
Cuando el obligado a cumplir la sentencia sea un funcionario público el juez puede expedir una sen-
tencia ampliatoria que sustituya la omisión del funcionario y regule la situación injusta conforme al
decisorio de la sentencia. Para efectos de una eventual impugnación, ambas sentencias se examinarán
unitariamente.
Cuando la sentencia firme contenga una prestación monetaria, el obligado que se encuentre en imposibi-
lidad material de cumplir deberá manifestarlo al juez quien puede concederle un plazo no mayor a cuatro
meses, vencido el cual, serán de aplicación las medidas coercitivas señaladas en el presente artículo”.
(7) Código Procesal Constitucional
“Artículo 60.- Procedimiento para represión de actos homogéneos
Si sobreviniera un acto sustancialmente homogéneo al declarado lesivo en un proceso de amparo, podrá
ser denunciado por la parte interesada ante el juez de ejecución.
Efectuado el reclamo, el juez resolverá este con previo traslado a la otra parte por el plazo de tres días.
La resolución es apelable sin efecto suspensivo.
La decisión que declara la homogeneidad amplía el ámbito de protección del amparo, incorporando y
ordenando la represión del acto represivo sobreviniente”.
(8) Código Procesal Constitucional
“Artículo 8.- Responsabilidad del agresor
Cuando exista causa probable de la comisión de un delito, el juez, en la sentencia que declara fundada
la demanda en los procesos tratados en el presente título, dispondrá la remisión de los actuados al fiscal
121
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
penal que corresponda para los fines pertinentes. Esto ocurrirá, inclusive, cuando se declare la sustrac-
ción de la pretensión y sus efectos, o cuando la violación del derecho constitucional haya devenido en
irreparable, si el juez así lo considera.
Tratándose de autoridad o funcionario público, el juez penal podrá imponer como pena accesoria la
destitución del cargo.
El haber procedido por orden superior no libera al ejecutor de la responsabilidad por el agravio incurrido
ni de la pena a que haya lugar. Si el responsable inmediato de la violación fuera una de las personas
comprendidas en el artículo 99 de la Constitución, se dará cuenta inmediata a la Comisión Permanente
para los fines consiguientes”.
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El desarrollo jurisprudencial del amparo y el Tribunal Constitucional
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
124
El desarrollo jurisprudencial del amparo y el Tribunal Constitucional
del segundo párrafo del inciso 2) del artículo 200 de la Constitución bajo
los alcances del principio de unidad de la Constitución, no puede concluir
sino con la afirmación de que la competencia ratione materiae del am-
paro contra resoluciones judiciales comprende a todos y cada uno de los
derechos fundamentales que se puedan encontrar reconocidos, expresa o
implícitamente, por la Norma Suprema”.
Con relación al alcance del examen que el juez constitucional puede
realizar respecto de la resolución judicial que es materia de un amparo,
en el f. j. 22 de la sentencia del Expediente N° 03179-2004-AA/TC, el
Tribunal Constitucional ha sostenido que se parte de una interpretación
flexible del amparo “cuando el juez constitucional adquiere plena juris-
dicción sobre el fondo y la forma del proceso ordinario, realizando un
examen constitucional de la motivación del fallo y de la relevancia de
lo actuado judicialmente” y “asume competencia para examinar el jui-
cio ordinario bajo un canon constitucional propio del supremo intérpre-
te de la Constitución”, lo que significa “la posibilidad de revisar todo el
proceso que va desde el examen del acto lesivo, la validez o no de una
norma legal, hasta el valor probatorio de las pruebas; es decir, revisando
y reformando constitucionalmente la actuación judicial concreta que sea
necesaria para determinar la constitucionalidad de la resolución judicial
cuestionada”. Sin embargo, en el f. j. 23 de esta misma sentencia ha afir-
mado que esta perspectiva del proceso de amparo requiere que el Tribunal
Constitucional establezca el canon interpretativo bajo el cual realizará el
control constitucional de las resoluciones judiciales, sin que ello supon-
ga convertirlo “en una cuarta instancia judicial”. Asimismo, precisó que
los exámenes de razonabilidad, coherencia y suficiencia componen este
canon interpretativo y consisten en lo siguiente:
“a. Examen de razonabilidad.- Por el examen de razonabilidad, el
Tribunal Constitucional debe evaluar si la revisión de todo el proceso
judicial ordinario es relevante para determinar si la resolución judi-
cial que se cuestiona vulnera el derecho fundamental que está siendo
demandado.
b. Examen de coherencia.- El examen de coherencia exige que el
Tribunal Constitucional precise si el acto lesivo del caso concreto se
vincula directamente con el proceso o la decisión judicial que se im-
pugna; de lo contrario no estaría plenamente justificado el hecho de
125
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
que el Tribunal efectúe una revisión total del proceso ordinario, si tal
revisión no guarda relación alguna con el acto vulneratorio.
c. Examen de suficiencia.- Mediante el examen de suficiencia, el
Tribunal Constitucional debe determinar la intensidad del control
constitucional que sea necesaria para llegar a precisar el límite de la
revisión del proceso judicial ordinario, a fin de cautelar el derecho
fundamental demandado”.
Finalmente, en la sentencia del Expediente N° 0911-2007-PA/TC
(f. j. 20), el Tribunal Constitucional ha establecido que el carácter “firme”
de las resoluciones judiciales, como requisito de procedibilidad del ampa-
ro, no puede aplicarse por igual a todos los supuestos, “sino que el juez
constitucional deberá analizar el caso concreto a fin de dilucidar si la falta
de agotamiento de los medios impugnatorios se debe a una dilación inde-
bida del operador judicial”. Mediante esta sentencia, el Tribunal declaró
procedente una demanda de amparo interpuesta contra una resolución ju-
dicial, a pesar de que contra esta resolución se había concedido un re-
curso de apelación que, al momento de la presentación de la demanda de
amparo, se encontraba pendiente de ser resuelto.
126
El proceso de hábeas corpus
Anotaciones a partir de su
desarrollo jurisprudencial
I. Introducción
El proceso de hábeas corpus ha sido reconocido por la Constitución(1)
y los tratados internacionales de derechos humanos(2) como la garantía
encargada de tutelar la libertad individual y los derechos constitucionales
conexos a ella. En efecto, la libertad, entendida no solo como un dere-
cho fundamental sino también como un valor superior del ordenamiento
jurídico, merece, de acuerdo con su naturaleza, una tutela urgentísima y
especial, para la cual ha sido diseñado el proceso de hábeas corpus. En
otros términos, se trata de un proceso y, a la vez, de un derecho humano
(*) Abogada por la Universidad de San Martín de Porres. Asistente del Área de Derecho Constitucional de
Gaceta Jurídica.
(1) “Artículo 200.- Son garantías constitucionales:
1. La acción de hábeas corpus, que procede ante el hecho u omisión, por parte de la autoridad, funcio-
nario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos conexos (…)”.
(2) En el ámbito internacionales podemos mencionar lo regulado en la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos, que en su artículo 7.6 dispone que:
“Toda persona privada de su libertad en virtud de detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un
juez o tribunal competente, a fin de que este decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o detención
y ordene la libertad si el arresto o la detención fueran ilegales”.
En similar sentido, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece en su artículo 9.4 que:
“Toda persona que sea privada de su libertad en virtud de detención o prisión tendrá derecho a recurrir
ante un tribunal, a fin de que este decida a la brevedad posible sobre la legalidad de su prisión y ordene
su libertad si la prisión fuera ilegal”.
127
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(3) Así lo ha señalado el Tribunal Constitucional en reiterados pronunciamientos. Al respecto puede revi-
sarse: STC Exp. N° 4290-2008-PHC/TC, f. j. 4; STC Exp. N° 3335-2008-PHC/TC, f. j. 10 y STC Exp.
N° 3509-2009-PHC/TC, f. j. 2; entre otras.
(4) El Colegiado Constitucional ha señalado en la RTC Exp. Nº 4052-2007-PHC/TC, f. j. 3, que: “El hábeas
corpus es un proceso constitucional autónomo, en el cual el juez constitucional asume una función tu-
telar del derecho fundamental a la libertad personal y de los derechos conexos a este (…). No obstante,
desde una perspectiva restringida, el hábeas corpus se entiende vinculado, únicamente, a la protección
del derecho fundamental a la libertad personal y a un núcleo duro de derechos fundamentales que se
concentran en torno a dicho derecho, tales como el derecho a la seguridad personal (artículo 2.24 de la
Constitución), a la libertad de tránsito –ius movendi e ius ambulandi– (artículo 2.11 de la Constitución)
y a la integridad personal (artículo 2.24-h de la Constitución)”.
(5) STC Exp. N° 5842-2006-PHC/TC, f. j. 6.
128
El proceso de hábeas corpus
(6) STC Exp. N° 2663-2003-HC/TC, f. j. 6. A pesar de que en este trabajo no desarrollaremos este tema,
pues ha sido ampliamente abordado en la doctrina nacional, nos interesa mencionar la clasificación
esbozada por el Tribunal:
a. Hábeas corpus reparador.- Esta modalidad se emplea en aquellos casos en los cuales se produce
la privación arbitraria e ilegal de la libertad física como consecuencia de una orden policial; de
un mandato judicial en sentido lato –juez penal, civil, militar–; de la decisión de un particular
sobre el internamiento de un tercero en un centro psiquiátrico sin el previo proceso formal de
interdicción civil; de una negligencia penitenciaria cuando un condenado continúe en reclusión
pese a haber cumplido la pena que le fue impuesta; por sanciones privativas de la libertad, entre
otras conductas.
b. Hábeas corpus restringido.- Esta modalidad se emplea en aquellos casos en los cuales la libertad
física o locomotora sea objeto de molestias, obstáculos, perturbaciones, o incomodidades que en los
hechos configuran una seria restricción para su ejercicio. Es decir, aun cuando no se priva de la liber-
tad a la persona, esta se ve recortada o limitada, aunque en menor grado. Así, se interpondrá cuando
se presente una prohibición de acceso o circulación a determinados lugares; ante los seguimientos
perturbatorios carentes de fundamento legal y/o que provengan de órdenes dictadas por autoridades
incompetentes; ante reiteradas e injustificadas citaciones policiales; las continuas retenciones por
control migratorio; o la vigilancia domiciliaria arbitraria o injustificada.
c. Hábeas corpus correctivo.- Esta modalidad se emplea en aquellos casos en los cuales se producen
actos de agravamiento ilegal o arbitrario respecto de las formas o condiciones en que se cumplen las
penas privativas de la libertad. Es decir, persigue proteger a la persona de tratos carentes de razonabi-
lidad y proporcionalidad, cuando existe un mandato de detención o una resolución judicial que ordena
el cumplimiento de una pena. Así, procede ante las amenazas a los derechos a la vida e integridad
(física, psicológica o moral) de los reclusos en centros penitenciarios o de personas que se hallan bajo
una especial relación de sujeción internados en establecimientos de tratamiento públicos o privados;
asimismo, en los casos en que por acción u omisión se produzca una violación o amenaza del dere-
cho al trato digno o se produzcan tratos inhumanos o degradantes.
d. Hábeas corpus preventivo.- Esta modalidad se emplea en aquellos casos en los cuales, aun cuando no
se ha concretado la privación de la libertad, existe la amenaza cierta e inminente de que ocurra.
e. Hábeas corpus traslativo.- Esta modalidad se emplea cuando existe demora en el proceso judi-
cial u otras graves violaciones al debido proceso o la tutela judicial efectiva. Esto es, cuando se
mantenga indebidamente la privación de la libertad de una persona o se demore la determinación
judicial que resuelva la situación personal de un detenido.
f. Hábeas corpus instructivo.- Esta modalidad se emplea en aquellos casos en los cuales no se
pueda ubicar el paradero de una persona detenida o desaparecida. En ese sentido, su finalidad no
es solo garantizar la libertad y la integridad personal, sino además el derecho a la vida, así como
eliminar las prácticas de ocultamiento o indeterminación de los lugares de desaparición.
g. Hábeas corpus innovativo.- Esta modalidad procede a pesar de que la lesión o amenaza haya
cesado, solicitándose la intervención del juez constitucional a efectos de que estas situaciones no
se repitan en el futuro, en el caso específico del demandante.
129
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
h. Hábeas corpus conexo.- Esta modalidad es empleada en aquellos casos distintos a los tutelados
por las demás modalidades de hábeas corpus. Así, si bien no hace referencia a una privación o
restricción de la libertad física o de locomoción, guarda un grado razonable de vínculo y enlace
con este derecho. A través de esta modalidad se permite la tutela de los denominados derechos
conexos.
Igualmente, aunque no ha sido incluido dentro de esta clasificación –elaborada sobre la base de la
casuística– por el Tribunal Constitucional, encontramos al hábeas corpus excepcional, modalidad que
procede ante la declaración de un estado de excepción (de emergencia o de sitio), siempre que se haya
vulnerado cualquiera de los derechos cuya restricción no está taxativamente permitida por la propia
Constitución.
130
El proceso de hábeas corpus
1. Legitimidad activa
El primer aspecto que abordaremos en este trabajo está referido a la
legitimidad para obrar en el proceso de hábeas corpus. En ese sentido,
en un primer momento estudiaremos lo vinculado a la legitimidad activa,
esto es, a quienes tienen la posibilidad de iniciar este proceso, bien sea
por afectación directa de su derecho a la libertad individual o de derechos
conexos a ella; o a favor de terceros que se ven impedidos de hacerlo por
sí mismos.
La Constitución Política establece en el numeral 1 del artículo 200
que el proceso de hábeas corpus procede en defensa del derecho a la li-
bertad personal o los derechos constitucionales conexos a ella. Si bien
esta disposición constitucional no delimita quiénes se encuentran ha-
bilitados para iniciar este proceso, el artículo 26 del Código Procesal
Constitucional establece que: “La demanda puede ser interpuesta por la
persona perjudicada o por cualquier otra en su favor, sin necesidad de
tener su representación (…) También puede interponerla la Defensoría
del Pueblo”. Como se aprecia, a diferencia de lo que ocurre con la
Constitución, esta disposición alude expresamente a los legitimados acti-
vamente para iniciar un proceso de hábeas corpus. Es decir, nos hallamos
ante una cláusula abierta, la cual ha sido desarrollada a través de la ca-
suística por nuestro Tribunal Constitucional.
131
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
a. Personas naturales
(7) “El adolescente puede impugnar la orden que lo ha privado de su libertad y ejercer la acción de hábeas
corpus ante el juez especializado”.
(8) En este artículo se establece lo siguiente: “Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto
acceso a la asistencia jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho a impugnar la legalidad de
la privación de su libertad ante un tribunal u otra autoridad competente, independiente e imparcial y a
una pronta decisión sobre dicha acción”. Ahora bien, esta Convención, en su artículo1, considera niño a
“todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable,
haya alcanzado antes la mayoría de edad”.
(9) DONAYRE MONTESINOS, Christian. “Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el
hábeas corpus en el Código procesal Constitucional”. En: Luis Castillo Córdova (coordinador). En:
Defensa de la libertad personal. Estudios sobre el hábeas corpus. Cuadernos de análisis y crítica a la
jurisprudencia constitucional. N° 5, Palestra, Lima, 2008, p. 111.
132
El proceso de hábeas corpus
b. Personas jurídicas
Lo primero que debemos advertir es que las personas jurídicas no
tienen legitimidad para obrar activa en el proceso de hábeas corpus, ello
como consecuencia de la naturaleza de los derechos a cuya tutela se
avoca este proceso constitucional, los cuales por sus características son
predicables únicamente respecto de la persona humana. Así lo ha señala-
do el Colegiado Constitucional al advertir que “[una persona jurídica] no
tiene legitimidad alguna para interponer la demanda constitucional (…)
puesto que el proceso de hábeas corpus está destinado exclusivamente a
la defensa de la libertad individual, de la persona humana” (11).
Ciertamente, si bien el Tribunal ha declarado improcedentes reite-
radas demandas de hábeas corpus interpuestas por personas jurídicas en
la medida en que no son titulares del derecho a la libertad individual y
los derecho conexos a ella; sin embargo, es pertinente mencionar que la
propia jurisprudencia también ha considerado la posibilidad de que estas
participen de este proceso, siempre que interpongan demandas de hábeas
corpus a favor de terceros (asociaciones civiles, ONG, entre otras), esto
es, se les niega la posibilidad de ser titulares primarios de derechos fun-
damentales(12), participando entonces bajo la modalidad de actio populis,
condición que analizaremos a continuación.
No obstante lo anteriormente señalado, debemos destacar lo con-
tradictoria que ha sido la jurisprudencia del Alto Tribunal al respec-
to. Claro ejemplo de ello lo constituye el caso Hatuchay E.I.R.L.(13).
En aquella oportunidad el Colegiado admitió la posibilidad de que una
persona jurídica de Derecho Privado accione vía hábeas corpus tras
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El proceso de hábeas corpus
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(19) FERRER MAC-GREGOR, Eduardo. Juicio de amparo e interés legítimo: la tutela de los derechos
difusos y colectivos. Porrúa, México, 2003, p. 12.
136
El proceso de hábeas corpus
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
2. Legitimidad pasiva
La legitimación pasiva en el proceso de hábeas corpus ha sido deli-
mitada, como ya señalamos, en el numeral 1 del artículo 200 de la Norma
Fundamental al establecerse que: “La acción de hábeas corpus procede
ante el hecho u omisión por parte de cualquier autoridad, funcionario
138
El proceso de hábeas corpus
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
140
El proceso de hábeas corpus
(30) En reiterada jurisprudencia el Tribunal Constitucional ha señalado que “el artículo IX del Título Preli-
minar del Código Procesal Constitucional contempla la posibilidad de que se aplique supletoriamente el
Código Procesal Civil (CPC), siempre que la norma a la que se recurra no contravenga los fines de los
procesos constitucionales y sea pertinente para la solución del caso. [T]al como se establece en el Título
XI del CPC –Formas especiales de conclusión del proceso–, el desistimiento es una institución jurídica
que puede aplicarse a los procesos constitucionales. Por otro lado, conforme a lo establecido por el
artículo 37 del Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional, los actores [deben cumplir] con pre-
sentar el escrito de desistimiento y con legalizar su firma ante el secretario relator de este Tribunal (…)”
141
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
142
El proceso de hábeas corpus
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
es óbice para que esta no se haga extensible a los otros procesos de tutela
de derechos como es el caso del proceso de hábeas corpus(33). Así lo tiene
dicho el Colegiado: “El Código Procesal Constitucional en su artículo 60
ha establecido el procedimiento de represión de los actos homogéneos
para el proceso de amparo, no haciendo lo propio para el proceso de há-
beas corpus; sin embargo, ello no es óbice para que dicha institución sea
aplicada con igual efectividad en este tipo de proceso constitucional” (34).
Igualmente, considerando la finalidad que persigue esta figura, el
Tribunal Constitucional ha señalado que: “carece de objeto interponer
una nueva acción de tutela constitucional de hábeas corpus sobre la
base de actos sobrevinientes y sustancialmente homogéneos a los de-
clarados lesivos en un proceso de hábeas corpus, por la sencilla y ele-
mental razón de que el juez constitucional competente para conocer
de estos hechos es el juez de ejecución (el juez que conoció la deman-
da en primera instancia), y no un nuevo juez constitucional por vía
de acción, ello a la luz de lo dispuesto por el artículo 34, inciso 4, del
Código Procesal Constitucional que faculta al juez que declara fun-
dada la demanda disponer las medidas necesarias para evitar que el acto
vuelva a repetirse”(35). Sobre el particular, estimamos que esta disposición
estaría más bien vinculada al contenido de una sentencia fundada en el
caso de un hábeas corpus innovativo, que a la figura de la represión de
actos homogéneos.
Una precisión importante que realiza el Tribunal Constitucional para
estos casos es la relacionada al juez competente para conocer y pronun-
ciarse sobre la represión de actos sustancialmente homogéneos. Así, con-
cluye que de una interpretación sistemática de lo regulado en los artículos
22 y 34.4 del Código Procesal Constitucional, el juez de ejecución es el
juez que admitió la demanda y la resolvió en primer grado; por lo que es
a este al que le corresponde emitir un pronunciamiento reprimiendo actos
sustancialmente homogéneos a los ya considerados lesivos en un proceso
anterior.
(33) Puede revisarse lo señalado en: STC Exp. N° 4878-2008-PA/TC; f. j. 45 y STC Exp. N° 4119-2005-PA/
TC; f. j. 55.
(34) STC Exp. N° 5952-2007-PHC/TC; ff. jj. 3 y 4.
(35) STC Exp. N° 4909-2007-PHC/TC; f. j. 11.
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El proceso de hábeas corpus
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Algunas reglas del proceso
constitucional de hábeas data
creadas jurisprudencialmente
(*) Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú y profesora adjunta en la misma universidad.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(1) Para profundizar sobre los alcances de este derecho, ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy. Notas
sobre la regulación otorgada al derecho a la información en el ordenamiento jurídico peruano (en
prensa). Además, LUQUE RÁZURI, Martín. Acceso a la información pública documental y regulación
de la información secreta. ARA Editores, Lima, 2002. Desde una perspectiva jurisprudencial, CASTRO
CRUZATT, Karin. “El derecho de acceso a la información pública. Apuntes sobre su desarrollo en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 169, Gaceta Jurídica, Lima,
diciembre de 2007, pp. 185-192.
(2) Artículo 2. Toda persona tiene derecho:
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pú-
blica, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afectan
148
Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional
(…)”.
(3) Se formula esta precisión debido a que, a partir de la entrada en vigencia del Código Procesal Constitu-
cional, la denominación empleada para referirse al ámbito de protección de un derecho tutelado por los
procesos constitucionales es “contenido constitucionalmente protegido” (artículo 5, inciso 1 de dicho
cuerpo normativo). Sin embargo, en esta etapa previa, el Tribunal Constitucional hizo en repetidos
pronunciamientos referencia al “contenido esencial” de un derecho, entendido como el conjunto de
atributos o facultades que se habilitan al titular del referido derecho. Para profundizar al respecto, son de
imprescindible revisión el trabajo de MARTÍNEZ-PUJALTE, Antonio Luis. La garantía del contenido
esencial de los derechos fundamentales. Tabla XII Editores, Lima, 2005; y en la doctrina nacional, el
texto de CASTILLO CÓRDOVA, Luis. Elementos de una teoría general de los derechos constituciona-
les. Ara Editores y Universidad de Piura, Piura, p. 121 y ss.
(4) “(…) La Constitución Política del Estado ha consagrado en estos términos el derecho fundamental de
acceso a la información, cuyo contenido esencial reside en el reconocimiento de la facultad de toda
persona de solicitar y recibir información de cualquier entidad pública, (…) no existiendo, en tal sen-
tido, entidad del Estado o entidad con personería jurídica de derecho público que resulte excluida de
la obligación de proveer la información solicitada. Pero es además otra característica del derecho en
cuestión la ausencia de expresión de causa o justificación de la razón por la que se solicita la informa-
ción, este carácter descarta la necesidad de justificar la petición en la pretensión de ejercer otro derecho
constitucional (v. gr. la libertad científica o la libertad de información) o en la existencia de un interés
149
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
en la información solicitada, de modo tal que cualquier exigencia de esa naturaleza es simplemente
inconstitucional […]”. (STC Exp. Nº 950-2000-HD/TC del 13 de diciembre de 2000, f. j. 5).
(5) STC Exp. Nº 1797-2002-HD/TC del 29 de enero de 2003, f. j. 10.
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
Por ello, indicó que el acceso a los datos referentes a uno mismo que obra
en los bancos de datos:
“(…) puede tener por objeto que se permita conocer qué es lo que se
encuentra registrado, para qué y para quién se realizó el registro de
información así como la (o las) persona(s) que recabaron dicha in-
formación. En segundo lugar, el hábeas data puede tener la finalidad
de agregar datos al registro que se tenga, ya sea por la necesidad de
que se actualicen los que se encuentran registrados, o bien con el fin
de que se incluyan aquellos no registrados, pero que son necesarios
para que se tenga una cabal referencia sobre la imagen e identidad
de la persona afectada. Asimismo, con el derecho en referencia, y en
defecto de él, mediante el hábeas data, un individuo puede rectificar
la información, personal o familiar, que se haya registrado; impedir
que esta se difunda para fines distintos de aquellos que justificaron
su registro o, incluso, tiene la potestad de cancelar aquellos que ra-
zonablemente no debieran encontrarse almacenados”(19) (la cursiva es
nuestra).
Dichas atribuciones reconocidas por el supremo intérprete de la
Constitución van a ser relevadas en posteriores pronunciamientos, lo cual
ha llevado incluso a que se establezca una tipología del proceso consti-
tucional de hábeas data sobre la base del ámbito de protección de este
derecho, tema que se tocará en un próximo apartado.
Ahora bien, y de igual manera que en el caso del derecho de acceso
a la información pública, la mayor parte de los aportes jurisprudencia-
les que se efectuaron sobre el contenido del derecho a la autodetermina-
ción informativa han quedado hoy plasmados en el cuerpo normativo que
regula el proceso de hábeas data, el Código Procesal Constitucional,
concretamente en el artículo 61, inciso 2 que señala que esta atribu-
ción faculta a:
“Conocer, actualizar, incluir y suprimir o rectificar la información o
datos referidos a su persona que se encuentren almacenados o regis-
trados en forma manual, mecánica o informática, en archivos, bancos
de datos o registros de entidades públicas o de instituciones privadas
155
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
1. Legitimidad activa
Al reconocerse en el artículo 2, incisos 5 y 6 los derechos de ac-
ceso a la información pública y de autodeterminación informativa
para “toda persona”, no resultaba necesario que se precisara que las
personas naturales se encuentran legitimadas para iniciar este proceso
constitucional.
Sin embargo, lo mismo no fue aceptado de manera tan indubitable
respecto de las personas jurídicas, para determinar que la Defensoría del
Pueblo contaba con dicha atribución o a fin de flexibilizar la legitimidad
para iniciar este proceso respecto de derechos difusos. Los dos últimos
temas han recibido una respuesta más bien normativa: en el primer caso
por la Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo, artículo 9, inciso 2(21) y
en el segundo, por el artículo 40 del Código Procesal Constitucional(22),
(20) MONTERO AROCA, Juan. “La legitimación en el Código Procesal Civil del Perú”. En: Ius et Praxis.
N° 24, Revista de Derecho y Ciencias Políticas. Universidad de Lima, Lima, 1994, p. 13.
(21) “El Defensor del Pueblo está facultado, en el ejercicio de sus funciones, para: (...) 2) Ejercitar ante el
Tribunal Constitucional la acción de inconstitucionalidad contra las normas con rango de ley a que se
refiere el inciso 4) del artículo 200 de la Constitución Política, asimismo, para interponer la acción de
hábeas corpus, acción de amparo, acción de hábeas data, la de acción popular y la acción de cumpli-
miento, en tutela de los derechos constitucionales y fundamentales de la persona y de la comunidad”.
(22) “(…) puede interponer demanda de amparo cualquier persona cuando se trate de amenaza o violación
del derecho al medio ambiente u otros derechos difusos que gocen de reconocimiento constitucional, así
como las entidades sin fines de lucro cuyo objeto sea la defensa de los referidos derechos”.
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
157
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
2. Legitimidad pasiva
El desarrollo jurisprudencial que se ha efectuado sobre esta materia
ha provenido prioritariamente de la interpretación de la “entidad pública”
ante la cual puede ejercerse el derecho de acceso a la información públi-
ca. Ello probablemente debido a que la mayor parte de los procesos de
hábeas data que han llegado al Tribunal Constitucional ha sido a propósi-
to de la antes mencionada facultad(32)(33).
158
Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
159
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(35) En este caso, se trataba de una profesora asociada, adscrita al Departamento de Educación e integrante
del Consejo de Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la Universidad Nacional de Piura. Ella
solicitaba que se disponga otorgarle el acuerdo por el cual se había nombrado a los miembros que inte-
graron los comités de gestión de los cinco centros de la facultad, como coordinadores administrativo y
académico, así como el nombre de la persona que ocupará el cargo de director general de los comités.
(36) STC Exp. Nº 08063-2006-HD/TC del 23 de octubre de 2006, f. j. 2.
(37) STC Exp. Nº 0301-2004-HD/TC del 5 de marzo de 2004, publicada el 30 de abril de 2004, f. j. 4.
(38) Ídem.
(39) Ibídem, f. j. 5. En el mismo sentido, STC Exp. Nº 4566-2004-HD/TC con fecha 4 de marzo de 2005,
publicada el 3 de junio de 2005, ff. jj. 2-3.
160
Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
161
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(46) Ibídem, f. j. 7.
(47) STC Exp. Nº 01515-2009-PHD/TC del 5 de octubre de 2009.
(48) Ibídem, f. j. 7.
162
Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
(49) Ibídem, f. j. 8.
(50) Este tipo de hábeas data se encuentra dentro de la tipología que se tratará brevemente en un próximo
apartado de este texto.
(51) STC Exp. Nº 01515-2009-PHD/TC, cit., f. j. 4.
(52) Código Procesal Constitucional
Artículo 62.- Requisito especial de la demanda
Para la procedencia del hábeas data se requerirá que el demandante previamente haya reclamado, por
documento de fecha cierta, el respeto de los derechos a que se refiere el artículo anterior, y que el de-
mandado se haya ratificado en su incumplimiento o no haya contestado dentro de los diez días útiles
siguientes a la presentación de la solicitud tratándose del derecho reconocido por el artículo 2 inciso 5)
de la Constitución, o dentro de los dos días si se trata del derecho reconocido por el artículo 2 inciso 6)
de la Constitución. Excepcionalmente se podrá prescindir de este requisito cuando su exigencia genere
el inminente peligro de sufrir un daño irreparable, el que deberá ser acreditado por el demandante.
Aparte de dicho requisito, no será necesario agotar la vía administrativa que pudiera existir.
163
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(53) Artículo 5.- Para los efectos de las Garantías Constitucionales de Acción de Hábeas Data (…), además
de lo previsto en el artículo 27 de la Ley Nº 23506 y su Complementaria, constituye vía previa:
a) En el caso de la Acción de Hábeas Data basada en los incisos 5 y 6 del artículo 2 de la Constitución
Política del Estado el requerimiento por conducto notarial con una antelación no menor a quince días
calendario, con las excepciones previstas en la Constitución Política del Estado y en la Ley.
(54) Se citan, a modo de ejemplo, las resoluciones del Tribunal Constitucional en los Expedientes Nºs 901-
2001-HD/TC, del 19 de agosto de 2002, y 0050-2002-HD/TC, del 23 de octubre de 2002.
(55) STC Exp. Nº 3971-2004-HD/TC del 29 de mayo de 2006, ff. jj. 1-4.
164
Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
(56) Previamente a la entrada en vigencia del Código Procesal Constitucional, la STC Exp. Nº 0298-2004-
HD7TC del 18 de marzo de 2004, f. j. 2.
Ya mientras se encontraba en vigor el cuerpo normativo citado, la STC Exp. Nº 3619-2005-HD/TC, cit.,
ff. jj. 2 - 3.
(57) Artículo 9.- Si el actor incurre en error al nominar la garantía constitucional (acción de Hábeas Corpus
o Acción de Amparo) que de conformidad con el artículo 295 de la Constitución Política del Perú, quie-
re ejercer, el Juez ante quien ha sido presentada se inhibirá de conocimiento y la remitirá de inmediato al
competente, bajo responsabilidad, para los efectos de la sustanciación y resolución correspondientes.
(58) STC Exp. Nº 2532-2003-HD/TC del 2 de agosto de 2004, ff. jj. 1-2.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(59) STC Exp. Nº 1052-2006-PHD/TC del 14 de marzo de 2006, ff. jj. 2-3.
(60) Expediente N° 7873-2006-AC/TC, f. j. 9.
(61) El pronunciamiento inicial es la sentencia de la Corte Constitucional Colombiana, SU-559 de 1997
(situación de profesores cuyos municipios habían omitido afiliarlos a alguna caja o fondo de prestación
social). Sin embargo, se pueden citar también las sentencias T-068 de 1998 (originada por la ineficien-
cia administrativa), T-153 de 1998 (por las condiciones de hacinamiento en los centros de reclusión
de Colombia), SU-258 de 1998 (por la no convocatoria a concurso en el caso de los notarios públicos
como “estado de cosas abiertamente inconstitucional”), T-590 de 1998 (por la falta de protección de los
defensores de los derechos humanos), y T-525 de 1999 (por el desconocimiento grave y sistemático de
los derechos de los jubilados a recibir cumplidamente sus pensiones).
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
(62) VARGAS HERNÁNDEZ, Clara Inés. “La garantía de la dimensión objetiva de los derechos funda-
mentales y labor del juez constitucional colombiano en sede de acción de tutela: el llamado ‘estado de
cosas inconstitucional’”. En: Revista del Centro de Estudios Constitucionales Año 1, N° 1, Santiago,
Universidad de Talca, 2003, p. 214.
(63) Ídem.
(64) Se trataba de una demanda interpuesta por Julia Eleyza Arellano Serquén contra el Consejo Nacional
de la Magistratura porque dicho organismo denegó el pedido de entregarle información sobre su pro-
cedimiento de ratificación judicial. El Tribunal Constitucional constató que se trataba de una práctica
generalizada en la que incurría dicha institución, por lo que extendió los alcances de su sentencia y
declaró que el estado de cosas que originó el hábeas data era incompatible con la Constitución (STC
Exp. Nº 2579-2003-HD/TC del 6 de abril de 2004, f. j. 22).
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
(68) STC Exp. Nº 2663-2003-HC/TC del 23 de marzo de 2004, en la que establece como tipos de hábeas
corpus a los siguientes: reparador, restringido, correctivo, preventivo, traslativo, instructivo, innovativo
y conexo.
(69) Resolución del Tribunal Constitucional en el Expediente Nº 06164-2007-HD/TC del 21 de diciembre de
2007, publicada el 29 de agosto de 2009.
169
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(70) A modo de ejemplo, podemos citar a Oscar Puccinelli, quien también distingue entre el hábeas data pro-
pio o tradicional para la tutela de ciertos aspectos del derecho a la protección de los datos personales, y
el hábeas data impropio, el cual pretende garantizar el derecho de acceso a la información pública, tema
que, como dicho autor claramente indica, ordinariamente no se encuentra vinculado con el hábeas data,
a excepción de lo que se plantea en la Constitución peruana de 1993. Ver al respecto, PUCCINELLI,
Oscar. Ob. cit., p. 194.
(71) El proceso de hábeas data se origina con dicha denominación y características en la Constitución de
Brasil de 1988. Dicha Carta Constitucional señala en su artículo 5, numeral LXXII:
“(...) se concede hábeas data:
a) para asegurar el conocimiento de informaciones relativas a la persona del solicitante contenidas en
registros o bancos de datos, de entidades gubernamentales o de carácter público;
b) para la rectificación de datos, cuando no se prefiera hacerlo por procedimiento secreto de carácter
judicial o administrativo”.
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
(72) En similares términos, la clasificación sistematizada por SAGÜÉS, Néstor Pedro. “Subtipos de hábeas
data”. En: Jurisprudencia Argentina. Buenos Aires, edición del 20 de diciembre de 1995.
(73) STC Exp. Nº 01805-2007-PHD/TC del 31 de agosto de 2009, publicada el 15 de setiembre de 2009.
(74) Ibídem, f. j. 9.
(75) Ibídem, f. j. 6.
171
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(76) Ibídem, f. j. 4.
(77) Ibídem, f. j. 13.
(78) Ibídem, f. j. 14.
(79) Ibídem, f. j. 17.
(80) Ibídem, f. j. 18.
(81) Ibídem, f. j. 19.
(82) Ibídem, ff. jj. 20-22.
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Algunas reglas del proceso constitucional de hábeas data creadas jurisprudencialmente
(83) El acceso a la información pública y la “cultura del secreto”. Defensoría del Pueblo, Lima, 2001.
173
El proceso de cumplimiento
Reglas y figuras procesales
desarrolladas por la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional peruano
luego del caso Villanueva Valverde
I. Introducción
El proceso de cumplimiento viene reconocido por la Constitución
como aquel al cual recurrimos ante conductas omisivas, actos pasivos o
de inercia de los agentes públicos; si esto sucede, el juez constitucional se
encuentra habilitado para imponer el cumplimiento de los deberes omi-
tidos por la Administración, de ese modo, ordenará la ejecución del acto
debido, o incluso, como veremos más adelante, el cumplimiento eficaz de
un acto defectuosamente realizado o realizado en apariencia.
Como se sabe, este proceso se dirige contra cualquier funcionario o
autoridad pública renuente a cumplir una norma legal, a ejecutar un acto
administrativo firme, o para solicitar que la Administración se pronuncie
expresamente cuando las normas legales le ordenan emitir una resolución
administrativa o dictar un reglamento. Esta vez se nos convoca para pro-
fundizar en el estudio de las instituciones procesales creadas ex novo a
(*) Abogada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Miembro del Área de
Derecho Constitucional de Gaceta Jurídica y del equipo de investigación de la revista Gaceta
Constitucional.
175
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
176
El proceso de cumplimiento
(1) ABAD YUPANQUI, Samuel; DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge; EGUIGUREN PRAELI, Francisco; GAR-
CÍA BELAUNDE, Domingo; MONROY GÁLVEZ, Juan y ORÉ GUARDIA, Arsenio. Código Procesal
Constitucional. Estudio introductorio, exposición de motivos, dictámenes e índice analítico. Palestra,
Lima, 2005, p. 124; CARPIO MARCOS, Edgar. “La acción de cumplimiento”. En: Derecho Procesal
Constitucional. Susana Castañeda Otsu (coordinadora). Jurista, Lima, 2003, pp. 450-451; del mismo
autor luego, “El proceso de cumplimiento. ¿Redimensionamiento o crónica de una muerte anunciada?”
En: Actualidad Jurídica. Tomo 138, mayo de 2005, p. 141; CASTILLO CÓRDOVA, Luis. Comenta-
rios al Código Procesal Constitucional. ARA - Universidad de Piura, Lima, 2004, pp. 38-39; MESÍA
RAMÍREZ, Carlos. Exégesis del Código Procesal Constitucional. Gaceta Jurídica, Lima, 2004, pp.
412-413.
(2) STC Exp. N° 00191-2003-AC/TC, f. j. 2, de fecha 06/11/2003:
“La acción de cumplimiento es un ‘proceso constitucionalizado’ que, prima facie, no tiene por objeto la
protección de un derecho o principio constitucional, sino la de derechos legales y de orden administra-
tivo, mediante el control de la inacción administrativa.
Se trata, por tanto, de un ‘proceso constitucionalizado’, como, a su vez, lo es el contencioso-adminis-
trativo, y no en estricto de un ‘proceso constitucional’, toda vez que en su seno no se resuelven contro-
versias que versen sobre materia constitucional, aun cuando este haya sido creado directamente por la
Constitución (artículo 200, inciso 6)”.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(3) ABAD YUPANQUI y otros. Código Procesal Constitucional … Ob. cit., p. 125.
(4) LANDA ARROYO, César. Teoría del Derecho Procesal Constitucional. Palestra, Lima, 2004, p. 141.
En el mismo sentido, MONTOYA CHÁVEZ, Victorhugo. “Cuestionamientos sobre la conservación del
proceso de cumplimiento y pretensiones controversiales” En: Actualidad Jurídica. Tomo 133, Gaceta
Jurídica, Lima, diciembre de 2004.
(5) LANDA ARROYO, César. Ob. cit., p. 35.
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El proceso de cumplimiento
(6) SOSA SACIO, Juan Manuel. “Precisiones sobre el proceso de cumplimiento”. En: Diálogo con la Ju-
risprudencia. Nº 131, agosto de 2009, p. 44 y ss.
(7) Ibídem, p. 45.
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El proceso de cumplimiento
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El proceso de cumplimiento
(14) Al respecto, debe precisarse que no es posible exigir a través de este proceso el cumplimiento de normas
que no posean rango de ley, como es el caso de normas reglamentarias (RTC Exp. Nº 09431-2006-PC/
TC, f. j. 4.a).
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El proceso de cumplimiento
(17) Las leyes o normas preconstitucionales (anteriores a la Constitución vigente), resultarán válidas siempre
y cuando no resulten contrarias a las disposiciones sustantivas de la Constitución vigente, pues de ser
contrarias deberán ser sometidas a un control de validez bajo los alcances del principio de jerarquía
normativa (norma superior prevalece sobre norma inferior), además del criterio de temporalidad (norma
posterior deroga norma anterior). En: STC Exp. Nº 00005-2007-CC/TC, f. j. 6.
(18) Respecto a los criterios de interpretación de normas preconstitucionales, el Tribunal comparte lo seña-
lado por Alonso Parejo cuando afirma: “mientras que en el caso de las leyes posconstitucionales su rela-
ción con la Constitución se resuelve íntegramente con arreglo al criterio de lex superior o de jerarquía,
en el de las preconstitucionales esa relación reviste caracteres peculiares, toda vez que no se agota en
el criterio expuesto al concurrir con el mismo, el de la lex posterior o temporal (...)”. PAREJO ALON-
SO, Luciano. “La Constitución y leyes preconstitucionales. El problema de la derogación y la llamada
inconstitucionalidad sobrevenida”. En: Revista de Administración Pública. Nº 94, Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, 1981, p. 202. Citado en la STC Exp. Nº 06403-2006-PA/TC, f. j. 9.
(19) STC Exp. Nº 02695-2006-PC/TC, f. j. 10.
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El proceso de cumplimiento
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El proceso de cumplimiento
3. Acumulación subjetiva
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(24) Que señala que “en caso de vacío o defecto de la presente ley, serán de aplicación supletoria los códigos
procesales afines a la materia discutida, siempre que no contradigan los fines de los procesos constitu-
cionales y los ayuden a su mejor desarrollo”.
(25) Donde la facultad de acumulación es una discrecionalidad del juez, lo que no impide que la parte
interesada (demandante o demandado) haga el pedido para ser sometido al análisis y evaluación de la
judicatura.
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(27) Como requisito necesario para la satisfacción del mandato condicional (al no ser complejo ni requerir
de actuación probatoria).
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El proceso de cumplimiento
(28) Esto de conformidad con el artículo 72.3 del Código Procesal Constitucional que señala que la sentencia
fundada se pronunciará preferentemente, entre otros, del plazo perentorio para el cumplimiento de lo
resuelto, que no podrá exceder de diez días.
(29) Vide: sobre la distinción entre objeto y finalidad del proceso de cumplimiento. En: SOSA SACIO, Juan
Manuel. Loc. cit., pp. 45-47.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El proceso de cumplimiento
(31) La Defensoría del Pueblo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana
de la Salud (OPS), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Sociedad Peruana de
Obstetricia y Ginecología.
(32) El Colegio Médico del Perú, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Justicia.
(33) Incluso se recibieron los argumentos de la Asociación Acción de Lucha Anticorrupción “Sin componen-
da”, la Iglesia católica, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y de la Asociación de
los Testigos de Jehová.
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El proceso de cumplimiento
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200
Algunas pautas previstas para el
proceso de inconstitucionalidad
desde la jurisprudencia
(*) Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú y profesora adjunta en la misma universidad.
(1) Artículo 200.- Son garantías constitucionales:
4. La Acción de Inconstitucionalidad, que procede contra las normas que tienen rango de ley: leyes,
decretos legislativos, decretos de urgencia, tratados, reglamentos del Congreso, normas regionales
de carácter general y ordenanzas municipales que contravengan la Constitución en la forma o en el
fondo.
(2) Artículo 75.- Finalidad
Los procesos de acción popular y de inconstitucionalidad tienen por finalidad la defensa de la Constitu-
ción frente a infracciones contra su jerarquía normativa. Esta infracción puede ser, directa o indirecta,
de carácter total o parcial, y tanto por la forma como por el fondo (…)”.
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(6) Sobre la ley (en sentido material), la STC Exp. Nº 008-2005-PI/TC del 12 de agosto de 2005, f. j. 9.
(7) Los requisitos formales para su dación se encuentran plasmados en el artículo 104 de la Constitución.
(8) En relación a los requisitos formales que los decretos de urgencia deben cumplir antes y después de su
promulgación, cómo debe interpretarse el que deban versar sobre “materia económica y financiera” y
los criterios para evaluar si las circunstancias fácticas que sirvieron de justificación para su expedición
del decreto de urgencia respondían a las exigencias de la normativa vigente (excepcionalidad, necesi-
dad, transitoriedad y generalidad) remitirse a la STC Exp. Nº 008-2003-AI/TC del 11 de noviembre de
2003, ff. jj. 58-60.
(9) Una definición sobre el concepto de tratado, las características especiales que lo diferencian de las otras
fuentes normativas y una tipología al respecto (tratados con habilitación legislativa, tratados ordinarios
y convenios internacionales ejecutivos) en la STC Exp. Nº 0047-2004-AI/TC del 24 de abril de 2006,
ff. jj. 18-20.
Con respecto al rango que ostentan, el más reciente criterio (rango constitucional en el caso de los trata-
dos de derechos humanos y legal para el resto) es el establecido en la STC Exps. Nºs 0025-2005-PI/TC
y 0026-2005-PI/TC (acumulados) del 25 de abril de 2006, ff. jj. 32-34.
(10) STC Exp. Nº 006-2003-AI/TC del 1 de diciembre de 2003, f. j. 1.
(11) Al respecto se ha señalado expresamente que se trata de dispositivos con rango de ley, no sometidos a
las leyes nacionales, por lo que no resulta de aplicación el principio de jerarquía, sino el de competencia.
Así, la STC Exps. Nºs 0020-2005-PI/TC y 0021-2005-PI/TC (acumulados), cit., f. j. 61.
(12) Se les califica como normas con fuerza o el valor de ley, sustentadas en el principio de competencia y
como un instrumento importante a través del cual las municipalidades pueden ejercer y manifestar su
autonomía en la STC Exp. Nº 0003-2004-AI/TC del 23 de setiembre de 2004, f. j. 7.
204
Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
puede emplear para ello las denominaciones de ley de bases, ley marco y
ley general, según corresponda, pero que, en último término, se recondu-
cen a la categoría de “ley” que expide el Congreso(13).
El mismo criterio ha sido aplicado frente a las “leyes orgánicas”,
sobre las cuales el supremo intérprete de la Constitución ha afirmado que,
pese a que no se encuentran dentro del listado de dispositivos legales ob-
jeto de control por el proceso de inconstitucionalidad, pueden ser cuestio-
nadas mediante este proceso constitucional porque la categoría normativa
de leyes comprende a las leyes ordinarias y a las leyes orgánicas, las cua-
les tienen la misma jerarquía jurídica(14).
También se ha establecido jurisprudencialmente la competencia del
Alto Tribunal para evaluar la constitucionalidad de las “leyes de reforma
constitucional”, en la medida en que las disposiciones que introducen
reformas parciales a la Constitución se incorporan al ordenamiento
constitucional mediante una ley, y debido a que el poder de reforma
de la Constitución es un “poder constituido” y, por ello, limitado(15),
es decir, restringido en su actuación por los límites jurídicos con-
templados con antelación por la fuente que lo constituye (límites de
carácter formal y material, los cuales pueden ser además expresos o
implícitos)(16).
En el caso de las denominadas “leyes de desarrollo constitucional”,
el Tribunal Constitucional ha precisado que estas no constituyen una ca-
tegoría normativa especial entre las fuentes con rango de ley, sino que
se trata de una diversidad de fuentes con el elemento común de consti-
tuir un desarrollo de las materias previstas en diversos preceptos de la
Constitución que han sido encargadas por la propia Carta Constitucional
205
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(17) “Octava.- Las disposiciones de la Constitución que lo requieran son materia de leyes de desarrollo
constitucional.
Tienen prioridad :
1. Las normas de descentralización y, entre ellas, las que permitan tener nuevas autoridades elegidas a
más tardar en 1995.
2. Las relativas a los mecanismos y al proceso para eliminar progresivamente los monopolios legales
otorgados en las concesiones y licencias de servicios públicos”.
(18) STC Exp. Nº 005-2003-AI/TC de 3 de octubre de 2003, f. j. 38.
(19) STC Exp. Nº 010-2002-AI/TC de 3 de enero de 2003, f. j. 21.
(20) STC Exps. Nºs 0004-2004-AI, 0011-2004-AI/TC y otros (acumulados) de 21 de setiembre de 2004,
f. j. 2.
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Tres supuestos:
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
5 Ibídem, f. j. 23.
6 Ibídem, f. j. 24.
7 Ídem.
8 Ibídem, f. j. 25.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(31) STC Exps. Nºs 0020-2005-PI/TC y 0021-2005-PI/TC (acumulados), f. j. 80 y ss, numeral 4 de parte
resolutiva.
(32) STC Exp. Nº 006-2008-PI/TC, cit., ff. jj. 45-47.
(33) STC Exp. Nº 1776-2004-PA/TC de 26 de enero de 2007, f. j. 35 y ss.
(34) STC Exp. Nº 00014-2007-PI/TC de 4 de mayo de 2009, ff. jj. 5-21.
212
Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
1. Sujetos legitimados
Los sujetos legitimados en el marco de un proceso de inconstitu-
cionalidad son quienes se encuentran facultados para interponer una
demanda a fin de iniciar este proceso constitucional, conforme al lista-
do incorporado por el artículo 203 de la Constitución(35), a decir, de ma-
nera amplia, el Presidente de la República (con acuerdo del Consejo de
Ministros), el Fiscal de la Nación, el Defensor del Pueblo, el veinticin-
co por ciento del número legal de congresistas y cinco mil ciudadanos;
para materias de su competencia, los presidentes de región (con acuerdo
del Consejo de Coordinación Regional) y los alcaldes provinciales (con
acuerdo de su concejo municipal); y en materias de su especialidad, los
colegios profesionales
Todos estos sujetos –sin mayores cuestionamientos– han hecho efec-
tiva esta posibilidad de dar inicio a un proceso de inconstitucionalidad.
Sin embargo, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha efectua-
do especiales matices frente a la legitimación sobre la base del criterio
gremial otorgada a los colegios profesionales, particularmente en lo
referido al requisito de citar la ley de creación del colegio profesional
del cual se trate en la demanda que se interponga y lo relativo a inter-
pretar cuáles serían aquellas materias consideradas “de la especialidad”
de cada uno de ellos.
Como se sabe, los colegios profesionales son instituciones autóno-
mas con personalidad de Derecho Público y es la ley la que señala los
supuestos en que la colegiación es obligatoria(36), pautas brindadas por la
Constitución de las que se quiso derivar la exigencia de citar su ley de
213
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(37) Por primera vez, en la RTC Exp. Nº 0045-2004-PI/TC de 31 de marzo de 2005, f. j. 3. Posteriormente,
en la STC recaída en el mismo expediente de 29 de octubre de 2005, f. j. 1, tercer párrafo, y, citando
los dos pronunciamientos anteriores, la STC Exps. Nºs 0025-2005-PI/TC y 0026-2005-PI/TC (acumu-
lados), cit., ff. jj. 3-4.
(38) STC Exp. Nº 005-2005-AI/TC de 4 de marzo de 2005, f. j. 3.
(39) Ídem.
(40) Ibídem, f. j. 4.
214
Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
2. Terceros
En la medida en que, como ya se señaló, el proceso de inconstitu-
cionalidad es predominantemente objetivo y que existe una legitimación
limitada a ciertos sujetos para iniciarlo mediante la interposición de una
demanda ante el Tribunal Constitucional, la intervención de terceros –al
igual que la institución del litisconsorcio– fue en un primer momento ex-
cluida de aplicación en el marco de este proceso constitucional, debido a
que su presupuesto, referido a que el sujeto a ser incorporado detente un
derecho subjetivo o interés que pudiera verse afectado con la sentencia,
no podía configurarse en el marco de este proceso(41).
No obstante ello, en el mismo pronunciamiento citado, el supre-
mo intérprete de la Constitución matizó su afirmación inicial al indicar
que no se excluía que la figura del tercero, contemplada en el Código
Procesal Civil, pueda aplicarse analógicamente a este proceso consti-
tucional; en consecuencia, que se incorpore como terceros a personas
cuyos derechos subjetivos pudieran resultar de relevancia en la con-
troversia constitucional. Ello en la medida en que este proceso tam-
bién ostenta una dimensión subjetiva, por la que han de garantizarse los
derechos constitucionales de los concretos colectivos de personas que tie-
nen relación estrecha en la resolución de la controversia de este proceso
constitucional: la constitucionalidad o no de una determinada disposición
impugnada(42).
(41) RTC Exps. Nºs 0025-2005-PI/TC y 0026-2005-PI/TC de 28 de octubre de 2005 (acumulados), f. j. 17,
segundo párrafo.
(42) Ibídem, f. j. 24.
215
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
3. Partícipes
La institución del “partícipe”, pese a no contar expresamente con re-
conocimiento normativo alguno, ha sido establecida desde la jurispru-
dencia del Tribunal Constitucional, en ejercicio de su autonomía pro-
cesal. Ello en la medida que, según alega, permite la concretización
u optimización de la finalidad del proceso de inconstitucionalidad (la
primacía de la Constitución), en la medida que la Carta Constitucional
deba interpretarse desde una concepción pluralista y que debe proyec-
tar sus consecuencias en el Derecho Procesal Constitucional, por lo que
admite una pluralidad de intérpretes para enriquecer la interpretación
constitucional(43).
En ese sentido, se les califica como “(…) sujetos que, debido a las
funciones que la Constitución les ha conferido, detentan una especial cua-
lificación en la materia objeto de interpretación constitucional(44)”, distin-
tos a los terceros con interés. Se precisa además que no son terceros con
interés, y que, por ello, la justificación de su intervención en este proceso
no es la defensa de derecho o interés alguno, sino aportar una tesis inter-
pretativa en la controversia constitucional que contribuya al procedimien-
to interpretativo(45) (46).
4. Amicus curiae
Además del reconocimiento que se efectúa en el artículo 13-A del
Re-glamento Normativo del Tribunal Constitucional(47) a la figura del
amicus curiae, el Tribunal Constitucional también ha admitido expresa-
mente su aplicación en el proceso de inconstitucionalidad, a fin de que
los órganos del Gobierno y la Administración, a su solicitud, puedan
brindar informes o cualquier tipo de información que puedan coadyuvar a
216
Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
1. Tipos de sentencia
Los tipos de sentencias que pueden emitirse en un proceso de incons-
titucionalidad podrían reconducirse a lo siguiente(49):
- Decisiones simples que declaran la constitucionalidad o no de la ley,
y en este caso, su consiguiente expulsión del ordenamiento.
- Sentencias que resuelven la inconstitucionalidad con la incorporación
a la ley de algún elemento normativo directamente por el Tribunal
Constitucional.
- Decisiones que llaman a la colaboración del legislador para solucio-
nan la invalidez de la ley.
En todo caso, el Tribunal Constitucional ha establecido una tipología
bastante más compleja de las sentencias que puede emitir en un proceso
de inconstitucionalidad, la cual se puede resumir en lo siguiente:
217
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
218
Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
13 Ibídem, f. j. 3.2.
14 Ibídem, f. j. 3.3.
15 Ibídem, f. j. 4.
16 Ibídem, f. j. 4.1.
17 Ibídem, f. j. 4.2.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
2. Efectos de sentencia
En principio, de conformidad con el artículo 204 de la
Constitución(51), las sentencias emitidas en el marco de un proceso de in-
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
(56) “Artículo 74.- Los tributos se crean, modifican o derogan, o se establece una exoneración, exclusiva-
mente por ley o decreto legislativo en caso de delegación de facultades, salvo los aranceles y tasas, los
cuales se regulan mediante decreto supremo.
Los Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pueden crear, modificar y suprimir contribuciones
y tasas, o exonerar de estas, dentro de su jurisdicción y con los límites que señala la ley. El Estado, al
ejercer la potestad tributaria, debe respetar los principios de reserva de la ley, y los de igualdad y respeto
de los derechos fundamentales de la persona. Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio.
Las leyes de presupuesto y los decretos de urgencia no pueden contener normas sobre materia tributaria.
Las leyes relativas a tributos de periodicidad anual rigen a partir del primero de enero del año siguiente
a su promulgación.
No surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el presente artículo”.
(57) “Artículo 81.- Efectos de la Sentencia fundada
(…) Cuando se declare la inconstitucionalidad de normas tributarias por violación del artículo 74 de la
Constitución, el Tribunal debe determinar de manera expresa en la sentencia los efectos de su decisión
en el tiempo. Asimismo, resuelve lo pertinente respecto de las situaciones jurídicas producidas mientras
estuvo en vigencia”.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
(65) STC Exp. Nº 0033-2007-PI/TC de 13 de febrero de 2009, ff. jj. 9-11 primer párrafo.
(66) También se ha empleado la figura de la “inconstitucionalidad de normas conexas” en la STC Exp.
Nº 00002-2008-PI/TC de 9 de septiembre de 2009, f. j. 6, 67 y ss.
(67) Justamente de la autoridad de cosa juzgada de las sentencias del Tribunal Constitucional en los proce-
sos de inconstitucionalidad se desprende que ellas vinculan a todos los poderes públicos y producen
efectos generales desde el día siguiente a la fecha de su publicación (artículo 82 del Código Procesal
Constitucional).
(68) “Artículo 22.- Actuación de Sentencias
La sentencia que cause ejecutoria en los procesos constitucionales se actúa conforme a sus propios
términos por el juez de la demanda. Las sentencias dictadas por los jueces constitucionales tienen pre-
valencia sobre las de los restantes órganos jurisdiccionales y deben cumplirse bajo responsabilidad.
La sentencia que ordena la realización de una prestación de dar, hacer o no hacer es de actuación
inmediata. Para su cumplimiento, y de acuerdo al contenido específico del mandato y de la magnitud
del agravio constitucional, el Juez podrá hacer uso de multas fijas o acumulativas e incluso disponer la
destitución del responsable. Cualquiera de estas medidas coercitivas debe ser incorporada como aper-
cibimiento en la sentencia, sin perjuicio de que, de oficio o a pedido de parte, las mismas puedan ser
modificadas durante la fase de ejecución.
El monto de las multas lo determina discrecionalmente el Juez, fijándolo en Unidades de Referencia
Procesal y atendiendo también a la capacidad económica del requerido. Su cobro se hará efectivo con
el auxilio de la fuerza pública, el recurso a una institución financiera o la ayuda de quien el Juez estime
pertinente.
El Juez puede decidir que las multas acumulativas asciendan hasta el cien por ciento por cada día
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Algunas pautas previstas para el proceso de inconstitucionalidad desde la jurisprudencia
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Sobre la legitimidad para
demandar amparo de
las personas jurídicas
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(1) Modelo de vida caracterizado en la tradición aristotélica de las virtudes. Antecediendo a la noción de dere-
chos, la ética griega, caracterizada como ética del carácter, se va forjando a través de las virtudes que las
personas adquieren por repetición de elecciones, y las personas saben qué virtudes deben adquirir por-
que son las que necesita para sobrevivir la comunidad política de la que son miembros. En: CORTINA,
Adela. Hasta un pueblo de demonios. Ética Pública y Sociedad. Taurus, Barcelona, 1999, pp. 85-86.
(2) García de Enterría nos ilustra cómo la sociedad del siglo XVIII y XIX interpretaba el concepto de
232
Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
libertad: “es para cada uno el derecho a no estar sometido más que a leyes, de no poder ser detenido ni
llevado a prisión, ni condenado a muerte ni maltratado de ninguna manera por el efecto de la voluntad
arbitraria de uno o varios individuos. Es para cada uno, el derecho de reunirse con otros individuos, sea
para tratar sus propios intereses, sea para profesar el culto que él y sus asociados prefieran, sea, simple-
mente, para llenar sus días y sus horas de la manera más conforme a sus inclinaciones, a sus fantasías.
En: GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. La lengua de los derechos. La formación del derecho público
europeo tras la revolución francesa. Alianza, Madrid, 1994, p. 186.
(3) ROVIRA VIÑAS, A. El abuso de los derechos fundamentales. Península, Barcelona, 1983, p. 66.
(4) Sin duda fue Adam Smith en su obra la Riqueza de las Naciones uno de los mayores exponentes del
liberalismo económico: “por consiguiente, al quedar proscritos todos los sistemas, lo mismo los que
otorgan preferencias que los que imponen restricciones, se establece de una manera espontánea el siste-
ma claro y sencillo de la libertad natural. Se deja a todos, mientras no violen las leyes de la justicia, en
libertad perfecta para buscar la consecución de sus propios intereses a su propia manera, y entrar con su
actividad y con su capital en competencia con la actividad y capital de los demás hombres o categorías
sociales. El soberano queda completamente exento de toda obligación de tratar de llevar a cabo lo que
por fuerza tendrá que siempre estar expuesto a innumerables ideas falsas, para cuya realización adecua-
da no habrá jamás sabiduría ni conocimientos bastantes, a saber: la obligación de dirigir las actividades
de los particulares y de encaminarlas hacia las ocupaciones que más convienen al interés de la socie-
dad”. En: RINCÓN CÓRDOVA, Jorge. Las generaciones de los derechos fundamentales y la acción de
la administración pública. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2004, p. 55.
233
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Consultados acerca de: ¿quién debe proteger los derechos? ¿El Estado?,
responde el liberal:
“¿Qué deben hacer las personas? Cada una lo que bien le parezca,
porque son sujetos de derechos, no de responsabilidades(5)”.
Siguiendo con la historia, el fenómeno de la industrialización que
vino continuación, posibilitó el surgimiento paulatino de una nueva clase
social, la trabajadora, que exigiría reivindicaciones de sus derechos no
solo en el plano económico sino fundamentalmente en el político, bajo el
estandarte de la igualdad y la justicia.
Nos situamos entonces en las últimas décadas del siglo XIX e inicios
del siglo XX, contexto en el cual:
“(...) la aparición de una nueva clase social y con ella el surgimiento
de nuevas exigencias, así como el reconocimiento paulatino de una
mayor participación política y la promulgación de diversas teorías
socialistas, ocasionarían que la Administración Pública comience a
cambiar y deje de lado su papel de simple observadora; se comen-
zaban a contraponer dos principios: la libertad como sustento de la
sociedad producto de las revoluciones liberales y madre de los dere-
chos individuales, y la igualdad que dejaba de lado su aspecto formal
y empezaba a materializarse con las reivindicaciones que se presenta-
ban a favor de las clases sociales menos favorecidas”(6).
El aumento de la participación política, especialmente a través de la
extensión del derecho al sufragio, la exigencia reiterada de un rol más
activo del Estado, y el crecimiento del aparato administrativo que va asu-
miendo nuevas tareas, principalmente aquellas con connotación presta-
cional, posibilitarían finalmente la transformación del Estado Liberal en
un Estado Social.
“[S]urgen entonces, por primera vez, Constituciones que recogen los
llamados derechos sociales, económicos y culturales cuya configu-
ración es claramente diferente a la de las libertades clásicas. Ya no
es posible hacer referencia solo a esferas de libertad –negativa–, se
234
Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
requiere ahora una acción positiva por parte del Estado. Se exige una
serie de prestaciones a favor de los ciudadanos a fin de satisfacer cier-
tos requerimientos básicos, los que permitirán finalmente acceder o
gozar plenamente de las libertades individuales”(7).
En la actualidad, producto de aquel constante desarrollo, han surgido
un grupo de derechos denominados de tercera generación, que inciden en
la protección de los intereses de las colectividades, y que fueron recono-
cidos inicialmente en el plano internacional, para posteriormente ser in-
corporados en los ordenamientos jurídicos de cada Estado. Los principios
que les sirven de sustento son básicamente la solidaridad y fraternidad
humana.
La evolución de la noción de derechos fundamentales, hasta este
punto, demostraría que los mismos constituyeron y constituyen aún hoy
un predicado de los seres humanos frente al Estado: inicialmente conce-
bidos como libertades negativas, que implicaban un no hacer por parte
de este último, posteriormente como libertades positivas que más bien
exigían un quehacer de parte del mismo. Sea de un modo u otro lo carac-
terístico de ellos fue el vínculo que establecieron entre hombres y Estado,
pero cabe preguntarse: ¿únicamente entre ellos? ¿Será que en la relación
analizada solo participan el genérico hombre o ciudadano frente al tam-
bién genérico Estado? El objeto del siguiente apartado será precisamente
responder a estas interrogantes.
235
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
236
Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
Las tres primeras etapas, como se podrá notar, se sitúan en una dia-
léctica constante entre moral y realidad, entre goce y ejercicio de dere-
chos. El último proceso, el de especificación, en cambio, constituye un
primer esfuerzo en superar el statu quo imperante, pues estrecha el víncu-
lo entre derechos y titulares de los mismos y, sobre esa base, juzga como
relevantes algunas características del hasta entonces genérico “hombre” o
“ciudadano”. Básicamente aquellas que derivan:
• De una condición social o cultural de las personas que se encuentran
en una situación de inferioridad en las relaciones sociales y que en
consecuencia necesitan una protección especial, una garantía o
una promoción para superar la discriminación, el desequilibrio o la
desigualdad; v. gr. los derechos de la mujer.
• De una condición física o moral de personas que por alguna razón se
encuentran en una situación de inferioridad en las relaciones sociales;
v. gr. los derechos de las personas que padecen algún tipo de discapa-
cidad o el derecho de las personas jurídicas.
• De la situación que ocupan las personas en determinadas relaciones
sociales; v. gr. los derechos de los consumidores.
En ese sentido, la especificación quiebra los modelos abstractos pre-
cedentes, al situar la discusión en un plano más concreto. Propondrá,
entonces, un avance gradual hacia una ulterior determinación de los ti-
tulares concretos de los derechos fundamentales, sean estos particulares:
usuarios, administrados, consumidores, o sujetos colectivos: personas ju-
rídicas, sindicatos, partidos políticos, etc.
De todo este grupo interesa destacar, en tanto objeto del presente
artículo, el reconocimiento paulatino de derechos fundamentales en favor
de las personas jurídicas o morales. Ahondar en este punto será el objeto
del tercer apartado.
237
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(9) CARRILLO LÓPEZ, M. “Libertad de expresión, personas jurídicas y derecho al honor”. En: Derecho
Privado y Constitución. Nº 10, 1996, p. 91.
(10) Tribunal Constitucional Federal Alemán, Resolución 16-V-I989.
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Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
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Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
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Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
(16) Véase al respecto los votos singulares recaídos en los Exp. N°s 00291-2007-PA/TC y 03435-2008-AA/
TC, en <http://www.tc.gob.pe>.
(17) El texto íntegro de la sentencia puede ser hallado en la web de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. <http://www.corteidh.or.cr/z>.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(18) DÍAZ LEMA, José Manuel. ¿Tienen derechos fundamentales la personas jurídico públicas?. En:
<http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas>.
(19) DÍAZ LEMA. Ob. cit., p. 102.
244
Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
245
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Y en consecuencia:
“(...) los derechos fundamentales no son aplicables, en principio, a las
personas jurídicas de Derecho público en la medida en que estas rea-
lizan cometidos públicos(20)”.
Y solo como excepción admite, con carácter extensivo, que los dere-
chos fundamentales a la tutela judicial son aplicables a las personas jurí-
dico-públicas, y restrictivamente, que las iglesias, sociedades religiosas
de carácter jurídico-público, universidades y las empresas jurídico-públi-
cas de comunicación, son titulares de derechos fundamentales en tanto
permanecen en una posición propia, independiente o, en cualquier caso,
distanciada de la del Estado, y con su mediación hacen posible que los
ciudadanos puedan ejercitar determinados derechos fundamentales(21).
Con menor énfasis, el Tribunal español ha sostenido:
“(...) en principio, los derechos fundamentales y las libertades públi-
cas son derechos individuales que tienen al individuo por sujeto acti-
vo y al Estado por sujeto pasivo, en la medida en que tienden a reco-
nocer y proteger ámbitos de libertades o prestaciones que los poderes
públicos deben otorgar o facilitar a aquellos.
Por este motivo, existen importantes dificultades para reconocer la
titularidad de derechos fundamentales a las entidades de Derecho pú-
blico, pues la noción misma de ‘derecho fundamental’ que está en la
base del artículo 10 CE resulta poco compatible con entes de natura-
leza pública (...)”.
Dificultades que el Tribunal español pretendió superar admitiendo,
con carácter excepcional:
“(...) (idénticos derechos procesales) a las personas públicas en aque-
llos litigios en los que su situación procesal es análoga a la de los
particulares, bien por tratarse de una personificación jurídico-privada
246
Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
247
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
IV. Conclusiones
El liberalismo instauró la tradición de los derechos en el ámbito de
la política, al insistir que toda persona es sujeto de derechos, deja a la
misma exenta de obligaciones y responsabilidades.
El Estado Social, que sucedió al Liberal, como consecuencia de re-
acciones progresistas que se desarrollaron a partir del siglo XIX, pro-
ducto de fenómenos sociales tales como el surgimiento de una nueva
clase trabajadora, la aparición de nuevos modos de producción y la
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Sobre la legitimidad para demandar amparo de las personas jurídicas
249
El partícipe según la
jurisprudencia del
Tribunal Constitucional
(*) Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Estudios de maestría en Ciencia Política con
mención en Gestión Pública en la misma universidad. Socia de M&V Abogados Consultores.
(1) RTC Exp. N° 0025-2005-AI/TC y 0026-2005-AI/TC (acumulados).
251
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(2) HÄBERLE, Peter. “La autonomía del Derecho Procesal Constitucional”. En: JZ (revista de juristas),
1973, p. 3.
(3) GOZAINI, Osvaldo Alfredo. El Derecho Procesal Constitucional y los derechos humanos (vínculos y
autonomías). México D.F., IIJ, 1995, p. 85
(4) Ibídem, p. 97
(5) Tal como señala el propio Código Procesal Constitucional en su artículo III, en donde establece los prin-
cipios procesales que han de regir dichos procesos, según el cual: “(...) Asimismo, el Juez y el Tribunal
Constitucional deben adecuar la exigencia. de las formalidades previstas en este Código al logro de los
fines de los procesos constitucionales (...)”
252
El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(13) Ídem.
(14) RTC Exps. N°s 0025-2005-AI/TC y 0026-2005-AI/TC (acumulados), f. j. 24.
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El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(15) Ídem.
(16) RTC Exp. N° 0007-2007-AI/TC
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El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(22) RTC Exp. N° 0010-2006-AI/TC. En esta resolución el TC deniega la participación como litisconsorte
facultativo a un ente legitimado por el artículo 203 de la Constitución.
(23) RTC Exp. N° 0033-2005-AI/TC.
(24) RTC Exp. N° 0007-2007-AI/TC.
(25) RTC Exp. N° 00006-2009-AI/TC, f. j. 2-8.
(26) Ídem.
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El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(29) HÄBERLE, Peter. “La autonomía del Derecho Procesal Constitucional”. Ob. cit., p. 8.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(30) Así en el caso NC, decisión 43, 34 (40); vea también la segunda sentencia NC, decisión 43, 291 (312)
con relevancia concreta: p. 318 en el lugar indicado.
(31) Decisión 43, 79 (85 ss); vea también 48, 306 (309, 313).
264
El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(36) Artículo 13-A del Reglamento Normativo del TC: “El Pleno o las Salas pueden solicitar los informes
que estimen necesarios a los órganos de Gobierno y de la Administración y requerir respuesta oportuna
de ellos, de acuerdo al artículo 119 del Código Procesal Constitucional; así como solicitar información
del (los) amicus curiae (amici curiarum), si fuera el caso, que permita esclarecer aspectos especializa-
dos que puedan surgir del estudio de los actuados”.
266
El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(37) PALACIO, Lino Enrique. Derecho Procesal Civil. Tomo II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1983, p.
237.
(38) Ibídem., p. 238.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El partícipe según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El control constitucional difuso
Reflexiones sobre su reconocimiento
normativo y desarrollo jurisprudencial
I. Consideraciones generales
A todo órgano de carácter jurisdiccional le asiste la facultad de ejer-
cer el control difuso conforme lo establece el artículo 138, segundo párra-
fo de la Constitución Política del Estado.
De acuerdo con el citado precepto: “En todo proceso, de existir una
incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma legal, los
jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma legal sobre
toda otra norma de rango inferior”(1).
Aun cuando algunos juristas interpretan que el referido mandato solo
se encuentra circunscrito al ámbito estrictamente judicial, dicha inter-
pretación carece de asidero, por cuanto la norma constitucional vincula
(*) Profesor de Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor de Derecho
Constitucional y Derecho Procesal Constitucional en la Academia de la Magistratura. Asesor jurisdic-
cional del Tribunal Constitucional.
(1) Entre los trabajos que abordan directamente la temática del control difuso en el marco de nuestra vi-
gente Constitución, puede mencionarse: CARPIO MARCOS, Edgar. Control Difuso e Interpretación
Constitucional. Modulo IV del Curso de Formación: Código Procesal Constitucional. Academia de la
Magistratura, Lima, 2004; CASTAÑEDA OTSU, Susana. “Control Judicial de la constitucionalidad de
las leyes”. En: La Constitución comentada. Análisis artículo por artículo. Tomo II, primera edición,
Gaceta Jurídica, Congreso de la República, Lima, 2005, p. 471 y ss.
271
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El control constitucional difuso
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El control constitucional difuso
(2) En esta línea de razonamiento se ubicó incluso y en su debido momento la propia Sala Constitucional
y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, para quien se consideró dilatorio e incom-
patible con las características de celeridad y urgencia, el elevar en consulta las decisiones de control
difuso recaídas en los procesos constitucionales (cfr. sentencia del 27 de febrero de 1996 recaída en el
Expediente N° 309-96-Callao). Sorprende por ello que años después y de modo implícito y por demás
inmotivado, la Sentencia recaída en el Expediente N° 006-2006-PC/TC (caso Poder Ejecutivo), haya
dejado entrever un criterio totalmente contrario, como se deduce de su fundamento 59.
275
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
276
El control constitucional difuso
este mismo precepto, aun cuando contra estas no proceda medio im-
pugnatorio alguno.
En todos estos casos, los Jueces se limitan a declarar la inaplicación
de la norma por incompatibilidad inconstitucional, para el caso con-
creto, sin afectar su vigencia, realizando interpretación constitucional,
conforme a la forma y modo que la Constitución establece.
Cuando se trata de normas de menor jerarquía, rige el mismo princi-
pio, no requiriéndose la elevación en consulta, sin perjuicio del pro-
ceso de acción popular. La consulta a que hace alusión el presente
artículo se hace en interés de la ley.
Desde nuestro punto de vista, el nuevo texto incorporado no solo ha
resultado innecesario sino que ha venido a crear una serie de problemas
en el esquema general de nuestro modelo procesal constitucional(3).
En efecto, el propósito de la norma que contenía el artículo 3, en su
versión original, era muy concreto. Se trataba de delimitar el proceder del
juez constitucional en los casos en que los actos o conductas que resul-
taran lesivos a los derechos se apoyaran en una norma incompatible con
la Constitución. El título de la norma en mención así lo graficaba (y por
cierto aún lo grafica todavía) al encontrarse referido a la “Procedencia
frente a actos basados en normas”.
La hipótesis en este caso es, pues, muy simple. Si un juez constitucio-
nal conocía de una conducta que por lesiva a los derechos resultaba nece-
sario dejarla sin efecto, el eventual apoyo de tal conducta en una norma
incompatible con la Constitución exigía necesariamente y como paso pre-
vio la consecuente inaplicación de la misma. Se trataba pues, y como ya
lo hemos adelantado, del ejercicio del control difuso en los casos en los
que el acto lesivo se apoyara en una norma inconstitucional.
El nuevo texto del artículo 3 ha incorporado, sin embargo, un tema
totalmente diferente que, más allá de su importancia jurisprudencial, no
tenía ni tiene nada que ver (salvo colateralmente) con el control difuso.
(3) Cfr. SÁENZ DÁVALOS, Luis. “Lo confuso del control difuso en los procesos de tutela de derechos
contra normas legales. Las recientes modificaciones al Código Procesal Constitucional”. En: Actualidad
Jurídica. Tomo 158, enero de 2007, pp. 13-16.
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(4) Cfr. ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo. Segunda edición, Gaceta Jurí-
dica, Lima, 2008, p. 411 y ss.
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El control constitucional difuso
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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El control constitucional difuso
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(5) Cfr. QUIROGA LEÓN, Anibal. “Control Difuso y Control Concentrado en el Derecho Procesal Cons-
titucional Peruano”. En: Derecho. Revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Ca-
tólica del Perú. N° 50, Lima, diciembre de 1996, pp. 222-223; LANDA ARROYO, César. Tribunal
Constitucional y Estado Democrático. Segunda edición, Palestra, Lima, 2003, pp. 275-281.
(6) Cfr. SÁENZ DÁVALOS, Luis. “Los Órganos Competentes en el modelo de jurisdicción constitucional
desarrollado por el Código Procesal Constitucional”. En: Palomino Manchego, José (Coordinador). El
Derecho Procesal Constitucional peruano. Estudios en Homenaje a Domingo García Belaunde. Tomo
I, Grijley, Lima, 2005, pp. 412-415.
(7) Asunto que no es ajeno al Tribunal Constitucional donde alguna vez se discutió el tema relativo a la
constitucionalidad de una de sus normas de procedimiento. Al respecto, puede verse la sentencia recaída
en el Expediente N° 005-96-AI/TC (caso Congresistas de la República).
282
El control constitucional difuso
el poner en práctica el control difuso para supuestos como los aquí des-
critos en nada desvirtuaría dicho propósito, antes bien, oficiaría como un
mecanismo de revisión incidental y previo, totalmente independiente a la
controversia de fondo.
Distinto es nuestro punto de vista cuando se trata del asunto di-
rectamente controvertido y la eventual fusión del mismo con la al-
ternativa de control difuso. Más allá de que tal posibilidad haya sido
aceptada por el Tribunal Constitucional en alguna excepcional opor-
tunidad(8), somos de la idea de que la técnica del control difuso de
ninguna manera puede ser sustitutoria de los temas directamente de-
mandados, ya que con tal proceder terminaría por desvirtuarse la es-
tructura del proceso y evidentemente también la de los objetivos que
los acompañan.
Hubiese hecho bien el legislador en delimitar estos aspectos que sí
demandan un adecuado desarrollo, antes que en retocar y evidentemente
empeorar lo ya existente.
283
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
284
El control constitucional difuso
285
Reglas sobre los efectos
y los alcances de las sentencias
El precedente constitucional
vinculante según la
jurisprudencia del Tribunal
Constitucional peruano y
algunas razones para el disenso
I. Introducción
Tal como lo conocemos actualmente, el precedente constitucional
vinculante constituye una creación del Tribunal Constitucional perua-
no. Quien intente aproximarse a esta institución encontrará poca ayuda
en el texto del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional que es, precisamente, el instrumento normativo que con-
sagra la figura del precedente vinculante en el marco de los procesos
constitucionales.
Lo que se intenta mostrar en las siguientes líneas es una presentación
del origen de la iniciativa de incorporar a nivel de la jurisdicción constitu-
cional la figura del precedente vinculante, su consagración legislativa y su
construcción jurisprudencial por obra del Tribunal Constitucional perua-
no. Una vez realizado ello, se esbozará una definición y fundamentación
(*) Estudios de Maestría en Derecho con mención en Política Jurisdiccional en la Pontificia Universidad
Católica del Perú y la Universidad de Castilla-La Mancha (España).
289
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(1) Como se sabe, el Código Procesal Constitucional tuvo su origen directo en un anteproyecto no oficial,
redactado a iniciativa de un grupo de profesores universitarios. Ellos fueron Domingo García Belaun-
de, Juan Monroy Gálvez, Jorge Danós Ordóñez, Arsenio Oré Guardia, Francisco Eguiguren Praeli y
Samuel Abad Yupanqui. La propuesta inicial, en materia de precedente vinculante, es idéntica a la
aprobada meses después, como parte del Código Procesal Constitucional (Ley N° 28237).
(2) Cfr. ABAD YUPANQUI, Samuel; DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge; EGUIGUREN PRAELI, Francisco;
GARCÍA BELAUNDE, Domingo; MONROY GÁLVEZ, Juan y ORÉ GUARDIA, Arsenio. Código
Procesal Constitucional: anteproyecto y legislación vigente. Palestra, Lima, 2003, p. 15.
290
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(3) Y es que parece contrario a su propia lógica que en los ordenamientos en los que las decisiones judi-
ciales constituyen el grueso del material normativo la actuación estrictamente jurisdiccional como lo
es la aplicación del derecho sea regulada legislativamente. Sobre las características del precedente en
el Derecho ingles y estadounidense: ITURRALDE SESMA, Victoria. El precedente en el common law.
Civitas, Madrid, 1995; MAGALONI KERPEL, Ana Laura. El precedente constitucional en el sistema
judicial norteamericano. McGraw Hill, Madrid, 2001.
(4) MONROY GÁLVEZ, Juan, “Apuntes sobre la doctrina del precedente y su influencia en el civil law”.
En: Hechos de la Justicia. N° 4, Lima, abril de 2004, p. 33. Momentos antes había sostenido el profesor
291
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Monroy que “la doctrina del precedente puede ser extraordinariamente útil en los sistemas judiciales del
civil law, y no solo para asegurar la certeza del derecho que, como tal, bien puede ser en la sociedad con-
temporánea un valor discutible, sino para otorgarle márgenes aceptables de predecibilidad a la función
judicial, rasgo tan venido a menos en sedes como las nuestras” (Ibídem, p. 31). Este trabajo se encon-
traba disponible en la web de la mencionada revista (www.hechosdelajusticia.org) hasta mediados del
año 2007. Del mismo modo, aunque en fecha posterior a la entrada en vigencia del Código, se expresa
Roger Rodríguez al señalar que: “los esfuerzos por incorporar el instituto del precedente pasan, necesa-
riamente, por positivizarlo o regularlo, algo impensable en el régimen anglosajón. Qué duda cabe, sin
embargo que atendiendo a nuestra tradición, era ese el primer paso necesario, aunque desde luego no
suficiente”. Vide RODRÍGUEZ SANTANDER, Roger. “El precedente constitucional en el Perú. Entre
el poder de la historia y la razón de los derechos”. En: Carpio Marcos, Edgar y Grández Castro Pedro,
(coords.). Estudios al precedente constitucional. Palestra, Lima, 2007, p. 54.
(5) TARUFFO, Michele, “Dimensiones del precedente judicial”. En: JuS-Constitucional. N° 1, Lima,
2008, pp. 33 y 34. Expresa esta misma suspicacia, respecto del precedente en sus propios sistemas de
origen, WRÓBLEWSKI, Jerzy. “Concepto y función del precedente en sistemas de Statutory Law”. En:
Id. Sentido y hecho en el derecho. 1ª reimp. de la 1ª ed., Fontamara, México, 2003, pp. 298 y 304.
(6) Ibídem, pp. 39 y 40.
292
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(7) La clasificación de las formas utilizadas por el Tribunal Constitucional para identificar del precedente
no es rígida, aquí es realizada solo con fines expositivos. Uno y otro momento se caracterizan por una
forma de identificación prevalente, lo cual no excluye que en alguna ocasión haya recurrido a una forma
anterior ya “superada”. Tales variaciones reflejan, en verdad, el poco rigor en la redacción de las senten-
cias por parte del colegiado constitucional.
(8) Pertenecen a este momento las sentencias recaídas en los Exps. Nºs 3760-2004-AA/TC, 2616-2004-PC/
TC, 3482-2005-PHC/TC y 4227-2005-PA/TC, en los que es común la fórmula “esta sentencia constitu-
ye precedente vinculante” u otra similar en su parte resolutiva.
293
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(9) Las sentencias caracterizadas por señalar expresamente los fundamentos jurídicos que adquieren la
condición de vinculantes, son las recaídas en los Exps. Nºs 3771-2004-HC/TC, 2798-2004-HC/TC,
1150-2004-PA/TC, 2496-2005-PHC/TC, 1805-2005-PHC/TC, 2302-2003-PA/TC, 1417-2005-PA/
TC, 0053-2004-AI/TC, 1966-2005-HC/TC, 0168-2005-AC/TC, 5854-2005-PA/TC, 2802-2005-PA/
TC, 0206-2005-PA/TC, 3361-2004-PA/TC, 4677-2004-PA/TC, 0030-2005-PI/TC, 4635-2004-PA/TC,
1257-2005-PHC/TC, 2877-2005-PHC/TC, 5189-2005-PA/TC, 3075-2006-PA/TC, 3362-2004-PA/TC y
2349-2005-PA/TC.
(10) Además de la ya mencionada sentencia del Exp. N° 3741-2004-PA/TC, se encuentran hasta la ac-
tualidad las recaídas en los Exps. Nºs 1333-2006-PA, 9381-2006-PA, 7281-2006-PA, 4853-2006-PA,
6612-2005-PA/TC, 10087-2005-PA/TC, 0061-2008-PA/TC, 5430-2006-PA/TC, 4762-2007-PA/TC y
2513-2007-PA/TC.
(11) Debe destacarse que antes de la publicación de la sentencia, un sector de la doctrina había sugerido
que la redacción de los precedentes se realice de manera “puntual y precisa, redactada en el fallo, pues
aun cuando pueda realizarse una remisión a alguno de los fundamentos, es mejor que tal redacción sea
incluso planteada en términos deontológicos (es decir como prohibición, obligación o permiso) [sic].
Es probable, además, (…) [que] no requiera ser extenso y por lo general no más de una regla clara y
294
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
precisa por caso decidido”. Vide CARPIO MARCOS, Edgar y GRÁNDEZ CASTRO, Pedro. “El valor
jurídico y político de la jurisprudencia constitucional”. En: Palestra del Tribunal Constitucional. N° 1,
Lima, enero de 2006.
(12) De “legislación por la puerta de atrás” califica un autor español a la peculiar forma en que el Tribunal
Constitucional peruano entiende la habilitación que la respectiva norma del Código Procesal Constitu-
cional le otorga para determinar el carácter de precedente vinculante a un sector de su propia jurispru-
dencia. Vide GARCÍA AMADO, Juan Antonio. “Precedente sin precedentes y controles descontrolados.
Comentario a la sentencia del Exp. N° 3741-2004-PA/TC del Tribunal Constitucional peruano”. En:
JuS-Constitucional, N° 1, Grijley, Lima, 2008, p. 89. Por su parte, el profesor italiano Michele Ta-
ruffo, al ser interrogado sobre esta potestad cuasi legislativa del TC peruano, muestra su extrañeza y
disconformidad. Vide VELEZMORO, Fernando. “Cinco preguntas a Michele Taruffo sobre el carácter
vinculante del precedente, con especial referencia al caso peruano”. En: Gaceta Constitucional. N° 24,
Gaceta Jurídica, Lima, 2009 (en prensa).
(13) Exp. N° 0024-2003-AI/TC, párr. 28.
295
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(14) Sostiene el Tribunal Constitucional que la introducción de la idea de precedente en el ordenamiento ju-
rídico peruano se debe a la puesta en vigencia del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional. Si bien el Tribunal había sido recompuesto desde fines del año 2000, sería a partir de
fecha de entrada en vigencia de la norma procesal antes referida (1 de diciembre de 2004), que sumaría
a la función jurisdiccional de resolución de conflictos, la de fijar precedentes. Vide Exp. N° 3741-2004-
PA/TC (f. j. 36)
(15) Señala la primera parte de la mencionada disposición del código que: “Las sentencias del Tribunal
Constitucional que adquieran la autoridad de cosa juzgada constituyen precedente vinculante cuando
así lo exprese la sentencia, precisando el extremo de su efecto normativo”.
(16) Es lo que se deduce de la lectura conjunta de los fundamentos 38 y 39 de la sentencia del Exp. N° 3741-
2004-PA/TC.
296
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
297
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
298
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
decisiones deban ser acatadas, sino también que ocupa un lugar distinto
dentro del entramado institucional del estado contemporáneo(24).
¿Es el Tribunal Constitucional el intérprete supremo de la Consti-
tución? Autorizada doctrina sostiene que el Tribunal Constitucional es
“un verdadero comisionado del poder constituyente para el sostenimiento
de su obra, Constitución y para que mantenga a todos los poderes consti-
tucionales en su calidad estricta de poderes constituidos; es así el verda-
dero Hüter der Verfassung, el defensor de la Constitución y, por tanto su
supremo intérprete”(25).
¿Puede decirse lo mismo del Tribunal Constitucional peruano? La
aseveración transcrita en el párrafo anterior se entiende en un contexto
como el español, donde la jurisdicción constitucional radica en exclusiva
en el Tribunal Constitucional. En cambio, si la jurisdicción constitucional
recae en una multiplicidad de órganos, difícilmente podría seguir soste-
niéndose lo mismo.
El Perú se inserta dentro de los modelos impuros de jurisdicción
constitucional, es decir, ni es en estricto concentrado, ni en estric-
to difuso(26). Ello hace que la potestad jurisdiccional de interpretar la
Constitución recaiga en dos órganos distintos: el Tribunal Constitucional
y el Poder Judicial, lo cual supone el reconocimiento de dos intérpretes
de la Constitución.
En efecto, a tenor del artículo 138 de la Constitución, “de existir in-
compatibilidad entre una norma constitucional y una norma legal, los jue-
ces prefieren la primera”. Ello comporta el reconocimiento en la norma
fundamental de la jurisdicción constitucional difusa. Por su lado, el
(24) Lo anterior parece ser cierto como planteamiento teórico, pero no lo es si atendemos al contexto en que
ello es dicho y lo comparamos con los datos de nuestra Constitución.
(25) GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. La Constitución como norma y el Tribunal Constitucional. 3ª
reimp. de la 3ª ed., Civitas, Madrid, 1994, p. 198. Congruente con lo anterior, sostiene García Pelayo
que: “El Tribunal [Constitucional] es, así, la garantía jurisdiccional sin la que no hay un verdadero
Estado Constitucional de Derecho”. Vide GARCÍA PELAYO, Manuel. “El estatus del Tribunal Consti-
tucional”. En: Revista Española de Derecho Constitucional. N° 1, Madrid, 1981, p. 19.
(26) La caracterización como concentrado o difuso depende de si el ordenamiento jurídico ha hecho radicar
la potestad de enjuiciar los actos contrarios a la Constitución en un órgano único o si, por el contrario,
ha habilitado a varios órganos para hacerlo. En los modelos mixtos, se nota la presencia de ambos tipos
de jurisdicción constitucional, por cuanto tanto el Tribunal Constitucional como el Poder Judicial
(rectius, cada órgano jurisdiccional) pueden invalidar, con distintos efectos, los actos contrarios a
la Constitución.
299
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(27) A las mencionadas, habría que agregar también la norma del artículo 200, inciso 5 que regula la deno-
minada “acción popular”.
300
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(28) Nos referimos, obviamente, a los fundamentos de las sentencias del Tribunal Constitucional y no a la
parte resolutiva que como es obvio se dirige a las partes de un proceso. La cuestión controvertida es
cuáles son los efectos y alcances de los criterios de interpretaciones que sustentan un fallo del Tribunal
Constitucional.
(29) “Los jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma con rango de ley y los reglamentos según los
preceptos y principios constitucionales conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las
resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional”.
301
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(30) En nuestra opinión, y parafraseando a Ignacio de Otto, con la asunción acrítica de la consideración
del Tribunal Constitucional peruano como supremo intérprete de la Constitución, “lo que se hace es
contraponer al Derecho Constitucional positivo una teoría construida al margen de él”. Vide DE OTTO,
Ignacio. Derecho Constitucional. Sistema de fuentes, 7ª reimp. de la 2ª ed., Ariel, Barcelona, 1999, p.
184. Debe señalarse que la afirmación de De Otto es emitida en torno a la definición y alcances de la
institución del decreto legislativo en el Derecho español, pero expuesta de modo abstracto sirve también
para nuestros propósitos.
(31) De allí que constituya más bien un desideratum de quienes lo sostienen, puesto que tal consideración
no se deriva de los datos de objetivos de nuestro ordenamiento. Afirmar algo que no es observable de la
realidad positiva concreta no constituye teoría del Derecho, sino política o ideología del Derecho. Ilus-
trativas son, en este punto, la palabras de Bobbio: “Hay que distinguir el momento en el que el jurista
hace del Derecho un objeto de la propia investigación y aquel momento en el cual contribuye a crearlo
(…): es obvio que el modo de considerar el Derecho se refiere al primero y no al segundo momento. (…)
Aquí el problema es uno solo: se trata de saber si se quiere verdaderamente colocar a la ciencia jurídica
sobre bases sólidas, o si se quiere perpetuar la confusión siempre tractiva en las disciplina morales, entre
el momento de la investigación y el de la crítica ética-política”. Vide BOBBIO, Norberto. El problema
del positivismo jurídico. Eudeba, Buenos aires, 1965, pp. 62 y 64.
(32) Recuérdese, como caso paradigmático, la sentencia emitida en el Exp. N° 006-2006-PC/TC, en el que el
Tribunal Constitucional, nada menos que en un conflicto de competencias, invalidó una serie sentencias
del Poder Judicial que habían pasado a constituir cosa juzgada, sin efectuar un análisis de los hechos ni
del razonamiento en que sustentan cada una de ellas, sino únicamente por contravenir la doctrina consti-
tucional. Al respecto vide las agudas observaciones y certeras críticas de CASTILLO CÓRDOVA, Luis.
El Tribunal Constitucional y su dinámica jurisprudencial, Palestra, Lima, 2008, p. 250 y ss.
302
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
303
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(36) Idem.
(37) El correlato esencial de la fuerza normativa de la Constitución lo constituye su garantía jurisdiccional.
En palabras de García Pelayo, “la primacía de la Constitución, como la de cualquier otra normatividad,
es jurídicamente imperfecta, si carece de garantía jurisdiccional”. Vide GARCÍA PELAYO. “El estatus
del Tribunal Constitucional”, cit., p. 18. En el contexto peruano, a diferencia del español, el italiano,
el alemán y, por fin, el austriaco, la garantía jurisdiccional de la Constitución radica en dos órganos: el
Poder Judicial y el Tribunal Constitucional. Vide ut supra, 4.2.1.
(38) “Cuales sean los órganos competentes para conocer jurisdiccionalmente de las normas constitucionales
es algo que varía de unos órdenes constitucionales a otros, de acuerdo con los criterios de funcionalidad
organizativa que los inspiran, pues tampoco en esta materia hay soluciones de validez general y todas
ellas pueden ser , en principio compatibles con el estado Constitucional de Derecho” (Ibídem, p. 19).
(39) “La Constitución normativa (o regulativa) no supone solo cambios de grado y extensión (cambios cuan-
titativos), sino fundamentalmente cambios cualitativos” (AGUILÓ REGLA, Josep. La Constitución del
Estado Constitucional. Palestra-Temis, Lima-Bogotá, pp. 12 y 13.
304
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(…). Por ello, distinguir los principios de las reglas significa, a grandes
rasgos, distinguir la Constitución de la ley”(40).
Las reglas constituirían así la clase de normas que identifican a la
legislación ordinaria, mientras que los principios a la Constitución. Los
disposiciones sobre principios son expresados en un lenguaje extremada-
mente fluido, vago, indeterminado, poseen amplitud en su campo de apli-
cación (puesto que no contienen un enunciado deóntico claramente deter-
minado: mandato, prohibición y permiso) y la consecuencia normativa no
está vinculada a un hecho condicionante(41), como sí ocurre con las reglas.
En cuarto lugar, la Constitución así caracterizada hace referencia
a valores(42), con lo cual el ordenamiento constitucional se materializa;
es decir, se encuentra dotada de un contenido material moral explícito:
los derechos fundamentales, que adoptan la misma estructura principia-
lista del resto de normas constitucionales(43). Así, el orden axiológico de
la Constitución encuentra su manifestación culminante en los derechos
fundamentales(44).
En quinto lugar, en la Constitución se encuentran presentes princi-
pios de distinto signo, a veces contrapuestos(45). Ello parece ser conse-
cuencia del momento constituyente, al que concurren distintas fuerzas
políticas que pretenden positivar sus propios programas o ideologías en
(40) ZAGREBELSKY, Gustavo. El Derecho dúctil: ley, derechos, justicia. 2ª ed., Trotta, Madrid,
1997, pp. 109 y 110.
(41) GUASTINI, Riccardo. Distinguiendo. Estudios sobre teoría y metateoría del Derecho. Gedisa, Barce-
lona, 1999, p. 145.
(42) Vide al respecto CRUZ, Luis M. La Constitución como orden de valores. Comares, Granada, 2005.
(43) Tempranamente había dicho Dworkin: “llamo principio a un estándar que ha de ser observado (…) por-
que es una exigencia de la justicia, la equidad o alguna otra dimensión de la moralidad” Vide DWOR-
KIN, Ronald. Los derechos en serio. 2ª reimp. de la 1ª ed., Barcelona, 1995, pp. 72 y 73. Más especí-
ficamente, ALEXY, Robert. “Los derechos fundamentales en el Estado Constitucional Democrático”.
En: CARBONELL, Miguel (ed.). Neoconstitucionalismo(s), Trotta, Madrid, 2003, quien sostiene, con
referencia al sistema alemán, que los derechos fundamentales se caracterizan por su “máxima inde-
terminación” (p. 33). También BOROWSKI, Martín. La estructura de los derechos fundamentales.
Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2003, p. 48.
(44) FERNÁNDEZ SEGADO, Francisco. La dogmática de los derechos humanos. Ediciones Jurídicas,
Lima, 1994, p. 42.
(45) “La Constitución no es un sistema cerrado y omnicomprensivo; no contiene una codificación, sino un
conjunto de principios concretos y elementos básicos del ordenamiento jurídico de la comunidad, para
el que ofrece un norma marco. En este sentido, es un ordenamiento abierto. (…) La Constitución po-
sibilita concepciones y objetivos políticos diferentes y su persecución”. Vide HESSE, Konrad. “Cons-
titución y derecho constitucional”. En: BENDA/MAIHIFFER/VOGEL/HESSE/HEYDE. Manual de
Derecho Constitucional. Marcial Pons, Madrid, 1996, pp. 6 y 7.
305
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
la norma más alta del ordenamiento, además del hecho de que se cuenta
con un periodo relativamente corto de tiempo para conseguirlo.
En sexto lugar, la aplicación jurisdiccional de la Constitución reque-
rirá entonces un esfuerzo mayor del intérprete por conseguir salvar la co-
herencia interna del texto constitucional y la correspondiente fuerza vin-
culante de todas sus disposiciones. El método de interpretación en estos
casos no es la subsunción sino la ponderación(46). La pluralidad de prin-
cipios hace que estos entren en conflicto entre sí al momento de la inter-
pretación constitucional, y ante ello no cabe declarar inválido alguno, al
estilo de las reglas (y de las leyes, según este razonamiento), sino que el
juez deberá evaluar el peso de cada uno de ellos de cara al caso concreto.
La ponderación dará por resultado la preferencia condicionada de alguno
de ellos, preferencia relativa al caso concreto y que no puede ser exten-
sible de manera general por cuanto ello significaría jerarquizar el propio
texto constitucional(47). Ello es posible en tanto los principios son normas
que contienen pautas no concluyentes(48), que no pueden evaluarse como
las reglas, cuyo cumplimiento se verifica en términos de todo o nada, sino
como normas que ordenan que algo sea realizado en la mayor medida de
lo posible(49).
Esbozadas las características antes señaladas, las mismas constituyen
los pasos sucesivos de un razonamiento implícito en la mentalidad de
nuestros jueces constitucionales, especialmente entre quienes integran el
Tribunal Constitucional. Ejemplo de ello es el siguiente pronunciamiento:
“El Tribunal Constitucional, por su condición de ente guardián y su-
premo intérprete de la Constitución, y mediante acción hermenéutica
e integradora de ella, se encarga de declarar y establecer los conte-
nidos de los valores principios y normas consignados en el corpus
constitucional”(50).
(46) PRIETO SANCHÍS, Luis. Constitucionalismo y positivismo. 2ª ed., Fontamara, 1999, pp. 19 y 21.
(47) “La ponderación intenta ser un método para la fundamentación de ese enunciado de preferencia referida
al caso concreto; un auxilio para resolver conflictos entre principios del mismo valor o jerarquía”. Vide,
PRIETO SANCHÍS, Luis. “Neoconstitucionalismo y ponderación judicial”. En: Carbonell, Miguel
(ed.), Neoconstitucionalismo(s). Trotta, Madrid, 2003, pp. 142 y 143.
(48) MORESO, José Juan y VILASAJONA, Josep María. Introducción a la teoría del Derecho. Marcial
Pons, Madrid, 2004, p. 91.
(49) También llamados “mandatos de optimización”. Vide ALEXY, Robert. Teoría de los derechos funda-
mentales. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1997, p. 87.
(50) Exp. N° 2409-2002-AA/TC, f. j. 1. a.
306
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(51) CASTILLO CÓRDOVA, Luis. El Tribunal Constitucional y su dinámica jurisprudencial, cit., p. 94.
(52) Exp. N° 1333-2006-PA/TC, f. j. 11.
(53) Ello y no otra cosa se deduce al afirmar que: “los derechos fundamentales son lo que son sobre todo a
través de la interpretación”. Vide ALEXY, Robert, “Los derechos fundamentales en el Estado Constitu-
cional Democrático”, cit., p. 35.
(54) ALEXY, Robert. Teoría de los derechos fundamentales, cit., p. 70.
(55) Ídem.
307
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
considerada como válida sino solo si “es posible dar una fundamentación
iusfundamental correcta”(56).
Sin embargo, lo importante aquí es poner de relieve el carácter nor-
mativo que se concede a la jurisprudencia constitucional. Para Alexy,
“quien consiga convertir en vinculante su interpretación de los derechos
fundamentales –esto es, en la práctica, quien logre que sea la adoptada
por el Tribunal Constitucional Federal Alemán–, habrá logrado lo inal-
canzable a través del procedimiento político usual: en cierto modo habrá
convertido en parte de la Constitución su propia concepción sobre los
asuntos sociales y políticos de la máxima importancia y los habrá descar-
tado de la agenda política”(57).
Ello significa claramente que estas interpretaciones expresadas en
la jurisprudencia constitucional adquieren un valor superior a la ley, en
suma, un valor constitucional. De allí que, siguiendo ese razonamiento,
no sorprenda expresiones del Tribunal Constitucional como la siguiente:
“En cada sentencia de principio, un nuevo dispositivo de nuestra
Constitución es desarrollado sin olvidar que se trata de una obra du-
radera en el tiempo y en constante movimiento. La jurisprudencia del
Tribunal Constitucional es, en buena cuenta, la Constitución viviente
de la sociedad plural”(58).
Y menos aún esto:
“Puesto que las sentencias del Tribunal Constitucional, en cualquier
clase de procesos, tienen efectos vinculantes frente a todos los pode-
res públicos y también frente a los particulares. Si no fuese así, la pro-
pia Constitución estaría desprotegida, puesto que cualquier entidad,
funcionario o persona podría resistirse a cumplir una decisión de la
máxima instancia jurisdiccional”(59).
(56) Ibídem, p. 71. Tal corrección estará determinada por la argumentación que para tal fin se exponga,
atendiendo no a criterios materiales de validez sino a criterios procedimentales.
(57) ALEXY, Robert, “Los derechos fundamentales en el Estado Constitucional Democrático”, cit., p. 36 y 37.
(58) Exp. N° 00048-2004-AI/TC, f. j. 10.
(59) Exp. N° 3741-2004-PA/TC, f. j. 49.
308
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(60) Dijo el Alto Tribunal: “nada impide –por el contrario, la Constitución obliga– a los tribunales y órga-
nos colegiados de la Administración Pública, a través del control difuso, anular un acto administrativo
inaplicando una norma legal a un caso concreto por ser violatoria de los derechos fundamentales del
administrado, (…) siempre, claro está, que dicha declaración de nulidad sea conforme a la Constitución
y/o a la interpretación del Tribunal Constitucional” (Exp. N° 3741-2004-PA/TC, f.j. 14). Igualmente, en
la resolución aclaratoria de esta misma sentencia se dijo: “Excepcionalmente, el control difuso procede
de oficio cuando se trate de la aplicación de una disposición que vaya en contra de la interpretación que
de ella haya realizado el Tribunal Constitucional, de conformidad con el último párrafo del artículo VI
del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional; o cuando la aplicación de una disposición
contradiga un precedente vinculante del Tribunal Constitucional establecido de acuerdo con el artículo
VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional” (Exp. N° 3741-2004-PA/TC, Resolución
Aclaratoria, f. j. 7).
(61) Bien es cierto que esta posibilidad está limitada a una clase especial de jurisprudencia: el precedente
constitucional, según la sentencia del Exp. N° 4853-2007-PA/TC.
(62) Ello plantea el problema de si la Constitución se convierte o no en un límite efectivo a la labor del Tri-
bunal Constitucional, cuestión que aquí no puede quedar más que planteada. Ejemplo de que la Constitución
ha perdido virtualidad como límite al Tribunal Constitucional peruano lo constituye la decisión tomada sobre
el efecto de la no ratificación de los jueces en la sentencia del Exp. N° 1333-2006-PA/TC.
309
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(63) Evidentemente, ello no descarta la posibilidad de emitir sentencias que interpreten la ley y que serán
igualmente obligatorias en tanto constituyen la “interpretación constitucional” de la ley, es decir, aquella
conforme a la Constitución. Siendo el TC, según sí mismo, el único intérprete supremo de la Constitu-
ción, solamente él, y nadie más que él, está en la capacidad de determinar cuál es el sentido interpreta-
tivo de la ley que sea más conforme con la Constitución.
310
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(64) Michele Taruffo, quien es especialista en el estudio de la institución del precedente en el Derecho Com-
parado, se muestra sorprendido por la posibilidad de que un tribunal ostente potestades legislativas:
Así, sostiene: “Esta idea, nueva para mí, de una corte constitucional, pero una corte al fin y al cabo que
emana reglas generales, me causa bastante extrañeza. En la tradición judicial de los últimos dos siglos,
normalmente se excluye que un órgano, una corte jurisdiccional, pueda ir más allá de la decisión del
caso concreto. La única analogía que se me ocurre es con el sistema que existía en la Unión de Repúbli-
cas Socialistas Soviéticas, donde la Corte Suprema tenía el poder de pronunciar sentencias con eficacia
general. Sin embargo, normalmente, las cortes no tienen ese poder; deciden el caso singular sí, pero
no emanan normas porque ello significa el ejercicio de un poder sustancialmente legislativo, no de un
poder jurisdiccional”. Vide la entrevista a Taruffo citada en la nota 12.
(65) Sin duda que cada uno de los temas que aquí serán enunciados necesitan de un tratamiento más dilatado
y pormenorizado que el que aquí se expone. Razones de tiempo y de espacio nos impiden hacerlo.
311
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(66) TARUFFO, Michele, “Dimensiones del precedente judicial”. En: JuS-Constitucional. N° 1, Lima,
2008, p. 31.
(67) Incluso dentro del Poder Judicial no cabe hablar de jerarquía en sentido estricto. Los jueces superiores
o supremos no pueden dar instrucciones a los jueces inferiores ni avocarse al conocimiento de sus cau-
sas o procesos. De allí que, coincidiendo con Igartua, no es posible admitir la vinculación a cualquier
clase de precedente impuesto desde el órgano jurisdiccional ubicado en el vértice de la organización
judicial. Vide IGARTUA SALAVERRÍA, Juan. “La fuerza vinculante del precedente judicial”. En: JuS-
Constitucional. N° 1, Lima, 2008.
(68) Como ya dijimos, el Poder Judicial es también juez constitucional, en tanto le ha sido encargada la
posibilidad de conocer procesos constitucionales y es también intérprete constitucional supremo porque
existen situaciones en las cuales no ha sido habilitada la posibilidad de que el Tribunal Constitucional
revise sus interpretaciones de la Constitución. Ello ocurre en los procesos constitucionales con senten-
cia estimatoria en segunda instancia y en cualquier proceso en el que se haya ejercido el control difuso
de la constitucionalidad.
312
El precedente constitucional vinculante según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ...
(69) GASCÓN, Marina. La técnica del precedente y la argumentación racional. Tecnos, Madrid, 1993, p. 30
y ss.
(70) ALEXY, Robert. Teoría de la argumentación jurídica. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,
1989.
313
Sentencias interpretativas:
fundamentos, origen y clases
I. Fundamentos
Afirmar la supremacía constitucional no solo implica sostener, a nivel
de discurso, que la Constitución se ubica en la posición jerárquicamente
más elevada del ordenamiento jurídico y destacar que al ser Norma nor-
marum, no se limita a ser fuente de las fuentes del Derecho, sino que es
también fuente directa de derechos, es decir, que posee calidades plena-
mente normativas; implica, sobre todo, dotarla de instrumentos o meca-
nismos que permitan su defensa y garantía a fin de que ese discurso tenga
expresión y se haga sostenible en la realidad.
Rigidez y control jurisdiccional de constitucionalidad se hacen, en-
tonces, ineludibles, cuando de supremacía constitucional se habla; esto
por un razonamiento muy sencillo: si no se dota de rigidez a esa norma
suprema que es la Constitución, la distinción entre norma constitucional
y norma ordinaria no se produce en cuanto a posibilidades mutuas
de derogación se refiere, pues ambas se encontrarían en el mismo nivel.
Por otro lado, si la Constitución se encuentra dotada de carácter rígido,
(*) Abogado por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Egresado de la Maestría en Derecho
Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Miembro Colaborador de la Sección
Derecho del Instituto Riva Agüero de esta misma casa superior de estudios. Miembro del centro de
Investigaciones Judiciales de la Corte Suprema de Justicia de la República.
315
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(1) Entre otras, las Constituciones de Austria (1945), Japón (1947), Italia (1948) República Federal alema-
na (1949), Portugal (1976) y España (1978).
(2) ROURA GÓMEZ, Santiago A. La Defensa de la Constitución en la Historia Constitucional Española.
Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1998, pp. 48-49.
(3) ROUSSEAU, Dominique. La Justicia Constitucional en Europa. Centro de Estudios Constitucionales,
Madrid, 2002, p. 15.
316
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
(4) El Poder Legislativo concentra la representación del pueblo, y como tal, la voluntad general, entonces,
las leyes que emanan de él expresarían lo que es más justo para todos. De esta manera el Juez se con-
vertiría en un mero aplicador de la ley.
(5) Cualquier mecanismo de tipo político, por su propia naturaleza, siempre conducirá a la protección de las
mayorías.
317
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(6) BALAGUER CALLEJÓN, Francisco. “Tribunal Constitucional y Creación del Derecho”. En: Espín
Templado, E. y Díaz Revorio, F. (Coords.) La justicia constitucional en el Estado democrático. Tirant
lo Blanch, Valencia, 2000, p. 390.
(7) Ibídem, p. 394.
318
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
(8) Por ello es equivocado establecer mayorías calificadas para determinar la constitucionalidad o no de una
norma infraconstitucional.
(9) LAVILLA, Landelino. “Juridificación del Poder y Equilibrio Constitucional”. En: LÓPEZ PINA, Anto-
nio, (Ed.) División de Poderes e Interpretación. Hacia Una Teoría de la Praxis Constitucional. Tecnos,
Madrid, 1987, p. 55.
319
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
320
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
(10) MAHRENHOLZ, Ernesto G. “Constitución y Ley. Acerca de la Relación entre Poder Judicial y Poder
Político”. En: López Pina, Antonio, (Ed.) División de Poderes e Interpretación. Hacia Una Teoría de la
Praxis Constitucional. Tecnos, Madrid, 1987, p. 72.
(11) Ibídem, p. 71.
321
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(12) SCHNEIDER, Juan-P. “Continencia Judicial y Estructura Normativa Abierta del derecho Constitucio-
nal”. En: López Pina, Antonio, (Ed.). División de Poderes e Interpretación. Hacia una eoría de la
Praxis Constitucional. Editorial Tecnos, Madrid, 1987, p. 73.
(13) Ibídem, p. 74.
322
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
323
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(16) DE LA VEGA, Augusto M. La Sentencia Constitucional en Italia. Centro de Estudios Políticos y Cons-
titucionales, Madrid, 2003, p. 171.
(17) CARPIO MARCOS, Edgar. Sentencias interpretativas: La experiencia alemana. Recuperado el 23 de
octubre de 2009, de <http://www.unsa.edu.pe/escuelas/de/rev_derecho>.
324
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
(18) Ídem.
(19) DE LA VEGA, Augusto. M. Ob. cit., p. 102.
325
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(20) DÍAZ REVORIO, Francisco J. La interpretación constitucional de la ley: Las sentencias interpretativas
del Tribunal Constitucional. Palestra, Lima, 2003, p. 92.
(21) STC Exp. N° 004-2004-CC/TC, f. j. 4.
(22) DE LA VEGA, Augusto M. Ob. cit., pp. 110-111.
326
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
A. Origen
Ya se ha sostenido más arriba que, en sentido lato, todas las senten-
cias podrían denominarse “interpretativas”, pues en todas ellas está pre-
sente la labor interpretativa. Sin embargo, las sentencias a las que en este
apartado nos referiremos son las denominadas “sentencias desestimato-
rias “interpretativas” en sentido estricto” o, como aquí lo denominamos
“propiamente dichas”.
Su origen se encuentra, como ya se destacó, en la jurisprudencia, en
palabras de De La Vega, en aquellas sentencias que sin abandonar, ini-
cialmente, el esquema clásico de las sentencias desestimatorias, “iban a
suponer no solo ‘el fruto más original del Tribunal’, sino el inicio de un
largo proceso de potenciación de su capacidad operativa, [pues,] a tra-
vés de una amplia y novedosa tipología de sentencias, desarrollada por la
propia Corte sin una expresa previsión positiva, esta se iba a dotar [a sí
misma] de un poder de incidencia en el ordenamiento jurídico cada vez
mayor”(23).
Paralelamente a esta postura jurisprudencial que los Tribunales europeos,
básicamente alemán e italiano, habían asumido; en el ámbito doctrinario
–el año 1956–, Capelleti “advertía que la lógica del supremo intérprete
constitucional se revelaba como una actividad teleológicamente vinculada
327
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
B. Definición
Las sentencias desestimatorias “interpretativas” propiamente dichas, son
aquellas cuyo fallo no solo desestima la pretensión de inconstitucionalidad
sobre una norma, sino que además “declara la constitucionalidad del precep-
to “si se interpreta” o “interpretado” en el sentido que el propio Tribunal se-
ñala, normalmente por remisión al fundamento jurídico correspondiente de
la sentencia”(25). Este es el fundamento que permite afirmar que este tipo de
sentencias “son formalmente desestimatorias de la demanda de inconstitucio-
nalidad, pero sustancialmente estimatorias de las mismas”(26).
En el sistema italiano, por ejemplo, se sostiene que se está frente a
una sentencia de este tipo, cuando “elevada por el juez ‘a quo’ una cues-
tión de inconstitucionalidad sobre una disposición interpretada dentro de
su normal ámbito hermenéutico, la Corte juzga que existe otra interpre-
tación que, siendo conforme a la Constitución, evita el pronunciamiento
estimatorio al que conduciría la adopción de la interpretación propues-
ta por el juez que planteó la cuestión. En este caso, el Tribunal salva la
constitucionalidad de la disposición interpretada ‘en el sentido’ indicado
en la motivación”(27).
“Formalmente tales decisiones se reconocen por el hecho de que en el
fallo se declara infundada la cuestión de constitucionalidad planteada,
pero en los términos previstos en la motivación, enviando así a la in-
terpretación correctiva suministrada en la motivación de la decisión,
por lo que si puede decirse que todas las sentencias de la Corte son
(24) CAPELLETI, M., Cit. por DE LA VEGA, Augusto M. Ob. cit., p. 103.
(25) DÍAZ REVORIO, Francisco Javier. Ob. cit., p. 92.
(26) GASCÓN ABELLÁN, M. y GARCÍA FIGUEROA, A. La argumentación en el Derecho, algunas cues-
tiones fundamentales. Palestra, Lima, 2003, p. 281.
(27) DE LA VEGA, Augusto M. Ob. cit., p. 111.
328
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
(28) ROMBOLI, Roberto. “Tipología de las decisiones de la Corte Constitucional en el proceso sobre la
constitucionalidad de las leyes planteado en vía incidental”. En: Revista española de Derecho Constitu-
cional. Año 16, Núm. 48, setiembre-diciembre de 1996, pp. 62-63.
(29) STC Exp. N° 004-2004-CC/TC, f. j. 4.
(30) STC Exp. N° 004-2004-CC/TC, f. j. 3.
329
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
A. Origen
Así como es importante conocer el origen de las instituciones jurí-
dicas, también lo es el conocer su evolución, pues ello no solo nos per-
mite entender mejor los nuevos sentidos que van adquiriendo en ese
proceso, sino que además, y fundamentalmente, nos permiten hacer una
330
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
331
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
B. Definición
Sentencias interpretativas de estimación en sentido estricto son aque-
llas que señalan la inconstitucionalidad de una de las varias interpre-
taciones que alternativamente pueden derivar del precepto o texto
normativo cuestionado. Este tipo de sentencias adoptan un fallo en el
que se señala que el precepto impugnado solo “es inconstitucional, si
se interpreta…” o “interpretado…” en un sentido determinado, que el
Tribunal puede señalar en el mismo fallo, o por remisión a los funda-
mentos(35), legitimándose de esta manera las opciones interpretativas
en el sentido, que aunque ya no se desprende del texto cuestionado,
indica el Tribunal Constitucional. Es decir, se excluye determinada in-
terpretación para imponer otra.
Su denominación también de “manipulativas”, responde a que clara-
mente en estos casos ya no es posible hablar de una interpretación “con-
forme” a la Constitución, debido a que “ninguna de las interpretaciones
plausibles del precepto legal impugnado permite mantener su constitucio-
nalidad y no obstante no se considera adecuado o conveniente anular ese
precepto”(36) del ordenamiento jurídico.
Romboli afirma que “se habla […] de decisiones manipulativas, para
indicar que, con ellas, la Corte procede a una modificación e integración
de las decisiones sometidas a su examen, de manera que estas salen del
proceso constitucional con un alcance normativo y un contenido diferente
del original”(37).
Este tipo de sentencias, como es lógico suponer, ha reavivado con
mayor fuerza los debates que ya tuvieron lugar con la aparición de las
primeras sentencias desestimatorias interpretativas, respecto de la le-
gitimidad de los tribunales o cortes constitucionales para llevar a cabo
intervenciones de ese nivel sobre las normas. “Incluso se ha hablado de
un papel de “suplencia” de la Corte con respecto al Parlamento y de
332
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
a. Sentencias reductoras
Son aquellas que señalan que una parte (frases, palabras, líneas, etc.)
del texto cuestionado es contraria a la Constitución y ha generado un
vicio de inconstitucionalidad por su redacción excesiva y desmesurada.
En ese contexto, la sentencia ordena una restricción o acortamiento
de la “extensión” del contenido normativo de la ley impugnada. Para tal
efecto, se ordena la inaplicación de una parte del contenido normativo de
la ley cuestionada con relación a algunos de los supuestos contemplados
genéricamente; o bien en las consecuencias jurídicas preestablecidas. Ello
implica que la referida inaplicación abarca a determinadas situaciones,
hechos, acontecimientos o conductas originalmente previstas en la ley; o
se dirige hacia algunos derechos, beneficios, sanciones o deberes primi-
cialmente previstos.
En consecuencia, la sentencia reductora restringe el ámbito de apli-
cación de la ley impugnada a algunos de los supuestos o consecuencias
jurídicas establecidos en la literalidad del texto(40).
(38) Ibídem.
(39) HERNÁNDEZ VALLE, Rubén. “La problemática de las sentencias normativas”. En: CATAÑEDA
OTSU, Susana Ynés (coordinadora). Derecho Procesal Constitucional. Tomo I, Jurista Editores, segun-
da edición, Lima, 2004, p. 383.
(40) STC Exp. N° 004-2004-CC/TC, f. j. 3.
333
Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
b. Sentencias aditivas
Mediante las sentencias denominadas aditivas, se declara la inconsti-
tucionalidad de una disposición o una parte de ella, en cuanto se deja de
mencionar algo (“en la parte en la que no prevé que (…)”) que era nece-
sario que se previera para que ella resulte conforme a la Constitución. En
tal caso, no se declara la inconstitucionalidad de todo el precepto legal,
sino solo de la omisión, de manera que tras la declaración de inconstitu-
cionalidad, será obligatorio comprender dentro de la disposición aquello
omitido(42).
De manera similar, sostiene Romboli, refiriéndose a la labor jurispru-
dencial italiana, que con la denominación de sentencias aditivas, “se hace
referencia a aquel tipo de resolución con la que la Corte declara inconsti-
tucional una cierta disposición, en tanto en cuanto deja de decir algo (‘en
la parte en la que no prevé que’)”(43).
En una Sentencia posterior a la ya citada, el Tribunal Constitucional
peruano, desarrolla con más detalle las implicancias de este tipo de sen-
tencias, refiriendo que:
“Son aquellas en donde el órgano de control de la constitucionalidad
determina la existencia de una inconstitucionalidad por omisión le-
gislativa. En consecuencia, se trata de una sentencia que declara la
inconstitucionalidad no del texto de la norma o disposición general
cuestionada, sino más bien de lo que los textos o normas no consigna-
ron o debieron consignar.
En ese sentido, la sentencia indica que una parte de la ley impugna-
da es inconstitucional, en tanto no ha previsto o ha excluido algo. De
334
Sentencias interpretativas: fundamentos, origen y clases
c. Sentencias sustitutivas
Este tipo de sentencias “se caracterizan, […] por el hecho de que con
ellas la Corte declara la inconstitucionalidad de una ley en la parte en la
que prevé una determinada cosa, en vez de prever otra. La decisión susti-
tutiva se compone, por tanto, de dos parte diferentes: una que demuele el
contenido de la decisión impugnada; otra que lo reconstruye, a través de
la cual la Corte procede a dotar a la misma disposición de un contenido
diferente, en línea de los principios constitucionales”(46).
El Tribunal Constitucional peruano, en una de sus sentencias, clara-
mente hace suya, aunque sin cita alguna, esta descripción formulada por
Romboli, pues sostiene que las sentencias sustitutivas:
“Se caracterizan por el hecho de que con ellas el Tribunal Consti-
tucional declara la inconstitucionalidad de una ley en la parte en la
que prevé una determinada cosa, en vez de prever otra. En ese caso,
la decisión sustitutiva se compone de dos partes diferentes: una que
declara la inconstitucionalidad de un fragmento o parte de la disposi-
ción legal impugnada, y otra que la “reconstruye”, a través de la cual
el Tribunal Constitucional procede a dotar, a la misma disposición, de
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El acogimiento del “Estado de
cosas inconstitucional”
por el Tribunal
Constitucional peruano
I. Introducción
El paso de un Estado de Derecho en el que primaba el principio de
legalidad y la Constitución era vista simplemente como una declaración
política sin ningún valor normativo, hacia un Estado Constitucional y
Democrático de Derecho caracterizado por el hecho de que la Consti-
tución se erige como la norma suprema con consecuente valor normativo
y exigibilidad directa, así como por el hecho de que los derechos funda-
mentales se convierten en el fin último y fundamento de la existencia de
los Estados, tiene un impacto directo en la actividad de los jueces, funda-
mentalmente en los jueces constitucionales.
Efectivamente, el juez –ordinario, y más aún constitucional– no es
más la “boca que pronuncia la palabra de la ley”, ni el funcionario públi-
co que aplica de manera automática las normas jurídicas. Con la instau-
ración del Estado Constitucional y Democrático de Derecho, el juez se
convierte en un intérprete de la ley que tendrá que adecuar el contenido
(*) Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ex miembro y ex asesor del Equipo de Dere-
cho Constitucional de la Asociación Civil Taller de Derecho.
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El acogimiento del “Estado de cosas inconstitucional” por el Tribunal Constitucional peruano
(1) ALZATE RÍOS, Luis Carlos. El estado de cosas inconstitucional. En: Revista Internauta de Práctica
Jurídica. Nº 13, 2004 (<html:http://www.ripj.com/art_icos/art_icos/num13/art.13/13EL%20ESTA-
DO%20DE%20COSAS%20INCONSTITUCIONAL%20REVISTA%20UV.mht>. Citado el 1 de octu-
bre de 2009).
(2) Definición similar, aunque más amplia con relación a aquellos hechos, actos u omisiones pasibles
de ser declarados como estados de cosas inconstitucionales, propone Román Duque Corredor, que
sostiene que:
“(…) En efecto, por este concepto de “estado de cosas inconstitucional”, se entiende fundamentalmente
la repetida omisión y acción generalizada de los poderes públicos, respecto de la falta de protección de
las libertades y derechos fundamentales de las personas y de la garantía de la independencia y de la no
intromisión de los poderes. Y que supone el desconocimiento sistemático de principios básicos como el
de la supremacía de la Constitución, el de la separación de poderes, el de la inviolabilidad de los dere-
chos humanos y el de la autonomía y especialidad de los jueces y del reparto del orden jurisdiccional”.
(DUQUE CORREDOR, Román. “Estado de Derecho y Justicia: Desviaciones y manipulaciones. El
Estado de cosas inconstitucional”. En: Provincia. Número especial. Universidad de los Andes. Mérida-
Venezuela, 2006. En: <http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=55509817>. Citado:
01 de octubre de 2009, p. 343.
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(5) CORPORACIÓN JURÍDICA YIRA CASTRO. Cit., p. 8. Con relación a la Sentencia T-0025 del
2004.
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El acogimiento del “Estado de cosas inconstitucional” por el Tribunal Constitucional peruano
por dos motivos: (i) es pasible que un único acto –y no así un conjunto
de ello– determine la existencia de un estado de cosas inconstitucionales;
(ii) no es necesario que se produzca una vulneración “masiva” de dere-
chos fundamentales, ya que basta que la lesión del derecho fundamen-
tal de una persona individual se produzca en virtud de una interpretación
errónea e inconstitucionalmente inadmisible, para que se puede declarar
legítimamente el estado de cosas inconstitucional.
Y es que para el Tribunal Constitucional en la referida sentencia sí
resultaba necesario incidir en la finalidad u objetivo central del estado de
cosas inconstitucional: ampliar los efectos subjetivos de sus sentencias,
ello incluso con mayor relevancia que la propia reducción de la carga
procesal.
Otro punto que debemos resaltar de la referida sentencia y que podría
repercutir en la eficacia y efectividad en la tutela de los derechos funda-
mentales de las sentencias que declaren un acto lesivo o una determinada
situación como un estado de cosas inconstitucional, es la referencia que
realiza el TC a un “plazo razonable” que se le otorgaría a los poderes
públicos para eliminar aquella falla estructural, actuación o interpretación
normativa, que pudiera resultar lesiva de los derechos fundamentales. Y
decimos esto último porque mientras dure este plazo razonable, la sen-
tencia que declare la situación lesiva como un “estado de cosas incons-
titucional”, será solo eso, una declaración, ya que ni el demandante del
caso en el que se produjo la referida declaración y todos aquellos que se
encontrasen en una situación semejante, se verán reparados en sus dere-
chos fundamentales.
Con lo expuesto en el párrafo anterior no pretendemos anular el
“plazo” para revertir o corregir una falla estructural y generar un cambio
de percepciones y entendimiento de las normas en los poderes públicos y
en general, en la Administración Pública. Lo que estimamos es que debe
ser el propio TC el que establezca un plazo específico para que los pode-
res públicos corrijan su accionar considerado como inconstitucional y no
deje al juez de ejecución del caso en que se produjo la declaratoria del es-
tado de cosas inconstitucional, la labor de interpretar qué debe entenderse
como “plazo razonable”, ya que ello generaría una situación de incerti-
dumbre jurídica respecto a los derechos fundamentales tanto del deman-
dante como de aquellos que se encuentran en una situación análoga. En
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El acogimiento del “Estado de cosas inconstitucional” por el Tribunal Constitucional peruano
V. Consideraciones finales
El surgimiento del estado de cosas inconstitucional como una crea-
ción jurisprudencial y no así normativa constituye una clara muestra
del desfase existente entre el Derecho y la realidad, y sobre cómo falta
mucho por recorrer para que los funcionarios, autoridades y servidores
interioricen que los derechos fundamentales no son solamente derechos
subjetivos que deben ser respetados cuando ello se exige jurisdiccional-
mente y cuando hay presupuesto y tiempo para hacerlo, sino más bien
que se erigen como principios que constituyen el objeto y fin de toda ac-
tuación estatal.
Estos elementos nos permiten también sostener la necesaria discre-
cionalidad y autonomía que deben tener los jueces constitucionales para
idear y establecer mecanismos procesales que permitan, precisamente,
asegurar los fines de los procesos constitucionales que estos conocen: la
defensa del orden objetivo de la Constitución y la tutela de los derechos
fundamentales.
En esa dirección, resulta positivo que el Tribunal Constitucional haya
acogido el estado de cosas inconstitucional e incorporado a nuestro or-
denamiento jurídico, ampliando también los supuestos para su procedi-
bilidad. Sin embargo, resultaría positivo que se determinen elementos
adicionales, por ejemplo, referidos a quiénes pueden declararlo (si solo el
TC o cualquier juez constitucional) y disponer la obligatoriedad del esta-
blecimiento de un plazo específico para que se corrija la situación o acto
lesivo (por acción u omisión) que haya sido declarado como estado de
cosas inconstitucional.
355
La técnica del overruling
en la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional
I. A manera de introducción
Puede observarse en la reciente jurisprudencia del Tribunal Consti-
tucional (en adelante TC) que este se encuentra realizando polémicos
cambios en torno a sus precedentes vinculantes, en algunos casos limitán-
dolos o en otros simplemente dejándolos sin efecto(1). Tal vez el asunto
más elocuente sobre lo afirmado aquí es el concerniente al amparo con-
tra las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura (en adelante
CNM), por lo que nos referiremos especialmente a esto para tratar la téc-
nica del overruling o cambio de precedente.
Así, sobre el amparo contra resoluciones del CNM, podemos men-
cionar que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha pasado por
tres etapas: la primera, en la que afirmaba que dichas resoluciones po-
dían ser inmotivadas por tratarse de ser una facultad discrecional del
CNM; la segunda, en el que el máximo intérprete de la Constitución sos-
tenía que dichas resoluciones del CNM debían ser motivadas, pero que
(*) Abogado por la Universidad de San Martín de Porres. Egresado de la Maestría en Política Jurisdiccional
de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
(1) La reciente sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Exp. N° 3908-2007-AA/TC, de fecha 5
de mayo del 2009 confirma lo hasta aquí mencionado.
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(2) Una de las sentencias que expresaba ese criterio jurisprudencial es la STC Exp. N° 1941-2002-AA/TC,
caso Luis Felipe Almenara Bryson.
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La técnica del overruling en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
(3) Vide. MARTÍNEZ MORÓN, Alan. “Las técnicas de distinción del precedente. El caso peruano”. En:
Actualidad Jurídica. Tomo 180, Gaceta Jurídica, Lima, noviembre de 2008, pp. 177-188.
(4) Cabe señalar que algunos autores definen el autoprecedente como precedente horizontal. Vide. ADRIÁN
CORIPUNA, Javier. “Las relaciones entre Tribunal Constitucional y Poder Judicial. El valor de la ju-
risprudencia vinculante”. En: Gaceta del Tribunal Constitucional. N° 3, Lima, julio-septiembre de
2006, <http://www.abelinux.net/img_upload/18abfa4cb269c78ca321c53e573f1346/Debido_proceso___
Javier_Adri_n_1.pdf>; mientas que otros autores solo se encuentran desarrollando el precedente verti-
cal, horizontal y el autoprecedente, obviando el precedente interinstitucional. Vide. TARUFFO, Miche-
le. Cinco lecciones mexicanas: Memoria del Taller de Derecho Procesal. Primera reimpresión, Tribunal
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Electoral del Poder Judicial de la Federación, Escuela Judicial Electoral, México, 2003, p. 290 y ss.;
ello puede deberse a que el auto mencionado hace un análisis de la técnica del precedente pero circuns-
crito al ordenamiento mexicano, sin embargo, debemos resaltar la gran importancia de Taruffo por la
distinción realizada lo que motivó que nos adentráramos a un estudio mucho más profundo de nuestro
ordenamiento.
(5) A fin de un entendimiento más profundo de cada una de dichas instituciones rogamos revisar nuestro
artículo ya mencionado, así como la bibliografía consultada allí a fin de apreciar la tendencia doctrinaria
propuesta.
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2. Ratificar a los jueces y fiscales de todos los niveles cada siete años. Los no ratificados no pueden
reingresar al Poder Judicial ni al Ministerio Público. El proceso de ratificación es independiente de las
medidas disciplinarias.
3. Aplicar la sanción de destitución a los Vocales de la Corte Suprema y Fiscales Supremos y, a solicitud
de la Corte Suprema o de la Junta de Fiscales Supremos, respectivamente, a los jueces y fiscales de todas
las instancias. La resolución final, motivada y con previa audiencia del interesado, es inimpugnable.
4. Extender a los jueces y fiscales el título oficial que los acredita”.
(17) “Artículo 142.- No son revisables en sede judicial las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones
en materia electoral, ni las del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de evaluación y ratifica-
ción de jueces”.
(18) “Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que: a) toda persona
cuyos derechos o libertades reconocidas en el presente Pacto hayan sido violados podrá interponer un
recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio
de sus funciones oficiales; b) la autoridad competente, (...) decidirá sobre los derechos de toda persona
que interponga tal recurso y desarrollará las posibilidades del recuso judicial (...)”.
(19) “1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo al de los
jueces o tribunales competentes, que la ampare contra los actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida
por personas que actúen en el ejercicio de su función oficial. 2. Los Estados Partes se comprometen a
garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre los dere-
chos de toda persona que interponga tal recurso (...)”.
(20) De 10 de diciembre del 2002.
(21) “Cuarta.- Las normas relativas a los derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se inter-
pretan de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuer-
dos internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Perú”.
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(23) Exp. N° 1941-2002-AA/TC, f. j. 20, caso Almenara Bryson, de fecha 20 de marzo del 2003.
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(24) Un ejemplo de ello puede verse en la STC Exp. N° 0019-2005-AI/TC, en el último párrafo del segundo
punto de su parte resolutiva cuando sostiene que: “Precísese que la obligación de los jueces y magis-
trados de actuar de conformidad con lo reseñado en los fundamentos 62 y 63 supra, es exigible incluso
antes de la publicación de esta sentencia en el diario oficial El Peruano, pues los criterios jurispruden-
ciales vertidos en relación con las sustanciales diferencias entre el arresto domiciliario y la detención
judicial preventiva, imponen la aplicación del control difuso contra la ley impugnada”.
372
Índice
general
Índice General
ÍNDICE GENERAL
Presentación ............................................................................................................. 5
I. Introducción ...................................................................................................... 41
II. La adecuación de un proceso constitucional desde la jurisprudencia constitu-
cional peruana................................................................................................... 44
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DELIMITANDO EL CONTENIDO
DE LA COSA JUZGADA CONSTITUCIONAL
I. Introducción ...................................................................................................... 75
1. Supremacía normativa de la Constitución, garantías jurisdiccionales y
omisiones normativas ................................................................................. 76
2. El Tribunal Constitucional como supremo guardián de la Constitución .... 79
3. La inconstitucionalidad por omisión .......................................................... 81
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Índice General
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378
Índice General
EL PROCESO DE CUMPLIMIENTO
REGLAS Y FIGURAS PROCESALES DESARROLLADAS POR
LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PERUANO LUEGO DEL CASO VILLANUEVA VALVERDE
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
380
Índice General
III. La concepción de un control difuso similar para el caso de los procesos judi-
ciales ordinarios y para el caso de los procesos constitucionales..................... 276
IV. Un tema sobre el que sí se pudo y se debió avanzar: el control difuso en el
ámbito de los procesos constitucionales orgánicos .......................................... 281
V. El camino de la jurisprudencia y los criterios en materia de control difuso .... 283
SENTENCIAS INTERPRETATIVAS:
FUNDAMENTOS, ORIGEN Y CLASES
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Instituciones procesales creadas por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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