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Derecho del trabajo en todo su especrro -cl qlic !:: '*'t"!r,'1

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Oxar Vícron Ávaros fnne


Ox¡.r. VÍcron Áv¡."os |ane

COMENTARIOS A tA
NUEVA LEY PROCESAL
DEL TRABAJO
Esruplo v eNÁrrsIs cnÍrtco DE re Lrv N" 29497

Pnóroco os
Menro Pmco Cosuórorts

PnBsrxr¡,cróN o¡
Lropoloo Guu¡,nru VÍlcH¡z
Edición: Mayo2012

COMENTARIOS A LA NUEVA
LEY PROCESAL DEt TRABAJO
Estudio y análisis crítico de la Ley N. 29497

O Oxal Víctor Ávalos fara

o JURTSTA EDTTORES E.r.R.L.


Jr. Miguel Aljovín N" 20L Lima - Perú
Teléfonos: 427-6688 / 4281072
Telefax: 426-6303

O Derechos de Autor Reservados conforme a Ley


Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca
Nacional del Perú: 2011-00422
ISBN: 978-672-4066-47 -4

Composición y D iagramación
Víctor Arrascue C.
EI presente libro es el resultado de un trabajo arduo,
de sacrifcios y de muchos meses de labor; sin embargo,
visto desde otro punto de vista, es el fruto del ímpetu
por reconocer y agradecer el apoyo de todas aquellas
personas que me han inspirado o impulsado
para cumplir mis objetitos en este último tiempo.

Por esta razón, este pequeño espacio sirve de medio


para expresar mis sentímientos de estima y admiración
para mis amigos, colegas, alumnos, maestros y,
especialmente, para mi familia, que es Ia c¡ue me motíva
a no claudicar en eI cumplimiento de mis metas.

Entonces, estas líneas son un homenaje de enorme gratitud


para los "coautores" anónimos de Ia presente obra.
Ínorcn cENERAI
pnóroco t7
PRESENTncTÓN 35

NriEvA LEY PROCESAT DEr TRABAIO


LEY N" 29497

rírulo PRETTMTNAR

Aft.l.- Principios del proceso laboral... 47


APt. ¡1.- Ámbito de la justicia laboral 85
Afl. lll.- Fundamentos del proceso laboral 94
0Fl. lU.- Interpretación y aplicación de las normas en la resolución
de los conflictos de la justicia laboral... 103
Oxer Vícron Avnros fen,l

rÍrulo I
DISPOSICIONES GENERAIDS

CAPÍTULO I
COMPETTNCIA

0Ft. t0.- Competencia por materia de los fuzgados dePazletrados


Laborales.. r19
AFl.20.- Competencia por materia de los |uzgados Especializados
de Trabajo r29
Arl.30.- Competencia por materia de las Salas Laborales
Superiores r62
AFl. ¡10.- Competencia por función.. 172
0Pl. 50.- Determinación de la cuantía 178
Afl.80.- Competencia por territorio t79
4n.70.- Regulación en caso de incompetencia 18r

CAPÍTUIO II
COMPARECENCIA

APl. 00.- Reglas especiales de comparecencia. 189


4n.80.- Legitimación especial 199
AFl. 100.- Defensa pública a cargo del Ministerio de |usticia ... ... 216

CAPÍTUIO III
ACTUACIONES PROCESAIDS

0nl. flo.- Reglas de conducta en las audiencias. 223


0rl. fl0.- Prevalencia de la oralidad en los procesos por
audiencias 227
Art. É0.- Notificaciones en los procesos laborales 237
AFl. t¡to.- Costas y costos 245

10
ÍNolcr GrN¡Rnr

AFl.l5o.- Multas... 257


...
0ft. 100.- Requisitos de la demanda.. 266
APt.l70.- Admisión de la demanda... 290
nfl.180.- Demanda de liquidación de derechos individuales... ... 294
Ant.lg0.- Requisitos de la contestación 302
0l'1.200.- Caso especial de procedencia 3I4
¡nl. Zfo.- Oportunidad ... ... 318
[P1.24.- Prueba de oficio 342
nfl. 230.- Carga de la prueba.. ... ... 350
AFl.2f0.- Forma de los interrogatorios. ... 378
4n1.250.- Declaración de parte... 388
APt.200.- Declaración de testigos 393
Nl.no.- Exhibición de planillas 400
Anl.z8o.- Pericia... 404
Anl.2g0.- Presunciones legales derivadas de la conducta de las
partes 410
Aft. 300.- Formas especiales de conclusión del proceso 4I4
Anl.3l0.- Contenido de la sentencia. ... 436
Af'l.320.- Apelación de Ia sentencia en los procesos ordinario,
abreviado y de impugnación de laudos arbitrales
económicos.. ... ... 447
4f1.330.- Trámite en segunda instancia y audiencia de vista
de la causa en los procesos ordinario, abreviado y de
impugnación de laudos arbitrales económicos.. ... ... ... 459
APl. 3{0.- Causales del recurso de casación 465
4f1.350,- Requisitos de admisibilidad del recurso de casación. ... 476
APt.380.- Requisitos de procedencia del recurso de casación ... ... 484
Ant.370.- Trámite del recurso de casación 489
Aft. 380.- Efecto del recurso de casación 494

I1
Oxer VÍcron Av¿¿os J¡ne

Aft.390.- Consecuencias del recurso de casación declarado


fundado 496
Ant.400.- Precedente vinculante de la Corte Suprema de justicia
de la República ... ... ... ... 502
AFt.ll0.- Publicación de sentencias.. ... 5I2

rÍruro u
PROCESOS IIIBORAIES

CAPÍTUIO I
PROCESO ORDINARIO LABOMI,

Al'1.420.- Traslado y citación a audiencia de conciliación. ... ... ... 5I9


Af'l. [30.- Audiencia deconciliación. ... 528
Aft. ffo.- Audiencia de juzgamiento. ... 547
Afl. 050.- Etapa de confrontación de posiciones. ... ... 544
Afl. 400.- Etapa de actuación probatoria.. ... 547
0fl.470.- Alegatos y sentencia 553

CAPÍTUIO II
PROCESO ABREVHDO II\BOML

Anl. 480.- Traslado y citación a audiencia única 557


Afl. 4go.- Audiencia única 559

CAPÍTUIO III
PROCESO IMPUGNATIVO DB
TATJDOS ARBITMTES ECONóMICOS

0fL 500.- Admisión de la demanda s65


Anl. 510.- Traslado y contestación 572

12
ÍNolcE GENERaT

AfL 520.- Trámite y sentencia de primera instancia 574


0Ft.530.- Improcedencia del recurso de casación 575

CAPíTULO Iv
PROCESO CAUTTIIIR

APt. 5fo.- Aspectos generales.. 579


AFt. 550.- Medida especial de reposición provisional. ... 596
Aft.580.- Asignación provisional.. ... ... 604

CAPíTUIO V
PROCESO DE EJECUCIóN

4fl.570.- Títulos ejecutivos 609


An. 580.- Competencia para la ejecución de resoluciones judiciales
...
firmes y actas de conciliación judicial.. ... 619
APl.5g0.- Ejecución de laudos arbitrales firmes que resuelven un
conflicto jurídico. 620
ejecución
Afl. 800.- Suspensión extraordinaria de la 623
AFt. 010.- Multa por contradicción temeraria.. 624
4f1.820.- Incumplimiento injustificado al mandato de ejecución 626
An. ffi0.- Cálculo de derechos accesorios. ... ... 628

CAPÍTUIO VI
PROCESOS NO CONTENCIOSOS

Aft.84o.- Consignación... ... 63I


Anl. 850.- Contradicción . ... 640
AFl. 080.- Retiro de la consignación 642
Aft. 070.- Autorización judicial para ingreso a centro laboral... ... 643
Afl. 080.- Entrega de documentos . ... 646

13
Oxer VÍcron Áv¡.ros Jene

DISPOSICIONES
C OMPTEMENTARIAS Y TMNSITORIAS

DISPOSICIONES COMPI,.EMENTARIAS

PRIMERA.- 649
sEGUllllA.- 6s1
IERCER0.-... 6s3
CUARIA.. 654
0ullllA.- 6s6
sEltIA.-... 6s8
sÉPilmA.-... 664
OGTAUA.. 666
1l0uE1t0.- 667
oÉHmA.- 668
UilDÉHMA.. 669
DuooÉcrmA. ... ... ... 671

DISPOSICIONBS TMNSITORIAS

PRIMERA.- 673
sE0ult0A.- 674
IERGERA.- 676
CUARIA.. 677
0unIA.- 679
sEIIA.- 680
sÉilmA.- 681
flCIAUA.- 682

t4
fNprcs GrNEnar

DISPOSICIONES
MODIFICATORIAS Y DEROGATORIAS

DISPOSICIONES MODITICATORIAS

PRIMER[.- 685
sE0ulr0A.- 687

DISPOSICIONDS DEROGATORIAS

PRIMERA.. 688
sE0uilDA.- 688
IERCERO.- 689

ANEXOS

Formato demanda laboral ante )uzgado de Paz Letrado... 693


Formato demanda laboral ante |uzgado Especializado. ... 697
Flujogramas de los procesos recogidos en la Nueva Ley Procesal
del Trabajo 701
Ley N" 26636.- Ley Procesal del Trabajo 708
Ley N" 29497.- Nueva Ley Procesal del Trabajo. ... ... 7lI
Plenos jurisdiccionales laborales ... ... 761

- BrnlrocRAFÍA 911

l5
PROTOGO

El impacto que la Nueva Ley Procesal del Trabajo (NLPT) ha


tenido en el mundo laboral es considerable, a la medida quizás de la
profundidad de los cambios que introduce.
Ese impacto no se limita al proceso en sí, ni al mundillo de jue-
ces y abogados laboralistas, sino que trasciende, en forma notable, al
campo académico, donde ha estimulado, con rapidez sorprendente, la
investigación y la producción científica en un área tradicionalmente
poco desarrollada en nuestro país.
En efecto, en el plazo corto de su vigencia, que apenas llega a los
ocho meses, a la fecha en que estas líneas se escriben, ha aparecido
un conjunto impresionante de obras exegéticas, varias de las cuales
tienen el valor añadido de provenir de los partícipes en la gestación
de la Le¡ sea en su versión nuclear (Luis Vinatea, Giovanni Priori,
|avier Arévalo, Paúl Paredes), sea en la comisión que la revisó (Fran-
cisco Gómez).
Ahora se suma esta, cuyo autor, además de ser un estudioso de
lo que le agrega valor a su es-
estas disciplinas, es promotor editorial,
fuerzo productivo.
Es muy grato prologar su libro, porque desde tiempo atrás somos
testigos de sus esfuerzos y afanes.
Para empezar) una curiosidad
Comencemos por destacar un detalle casi anecdótico: la norma
tiene nombre propio y este conlleva un adjetivo provocador: se llama,
de manera expresa, Nueva Ley Procesal del Trabajo.

I7
M¡.nro Pesco Cosuópous

Claro, es "nueva" porque sustituye de modo integral a la Ley


Procesal del Trabajo, la Ley N" 26636, pero eso no explica el nombre,
porque también hay un Código Civil de 1984, que reemplaza al de
1936, y un Código Procesal Penal de 199i que reemplaza al Código de
Procedimientos Penales, y uno Procesal Civil, etc., y ninguno lleva el
adjetivo; a lo sumo, cambian "procesal" en vez de "de procedimientos",
pero ninguno se atribuye la virtud de la novedad.
La explicación, creemos, es otra, y tiene que ver con lo radical del
cambio, que incorpora lo más moderno que hay disponible hoy en día
en la materia procesal, soportado en la tecnología de punta que hoy
está al alcance de todos.
El mundo al que nos introduce, pues, es distinto a aquel en que
discurría nuestro pensamiento y nuestras actividades, sean académicas
o profesionales.
Es un mundo nue\¡o, y para eso se necesita una ley nueva, como esta.

Quizás la audacia imaginativa de sus autores hubiera podido ir


más allá, para asumir la tesis de Óscar Ermida Uriarte, según la cual
deberíamos abandonar la antigua nomenclatura de "Derecho procesal
del trabajo o laboral", que unce al procedimiento al carro del Derecho
procesal, para transformarse en Derecho laboral procesal, que lo adscribe
más bien al rico mundo del Derecho del trabajo.
Pero cuando la NLPT fue preparada, esa prometedora doctrina
todavía no había tomado el cuerpo que ahora tiene. Se podría haber
llamado "Ley Laboral Procesal", / flo habría necesitado que se destacara
su carácter de "nueva", porque lo sería de todos modos.

LA NUEVA I.EY PROCESAL


DEr TMBAIO Y SUS OBJETWOS

¿Cuáles son los objetivos de la NLPT?


Pensamos que son tres: celeridad, eficacia y descarga procesal.
Los tres están vinculados en forma inseparable, de modo que la
consecución de uno cualquiera de ellos requiere que los otros dos tam-
bién se cumplan. Así, si el proceso no fuera célere, no sería eficaz, pero

18
Pnóroco

a su vez ni la celeridad ni la eficacia serían posibles si la carga procesal


de los juzgados no fuera racionalizada, etc.
En el evento Actualidad del Derecho del Trabajo, organizado por
la Academia Iberoamericana de Derecho del Trabajo en Lima, en no-
viembre de 2009, cuyo precioso libro fue editado precisamente por Oxal
Ávalos |ara, presentamos una ponencia con el título de "La celeridad
procesal: ¿un desiderátum, una entelequia?", y allí nos preguntábamos si
es, en efecto, la celeridad procesal tan solo una aspiración, un deseo no
cumplido, inalcanzable, apenas un desiderátum. ¿Es, acaso, algo irreal,
según la segunda acepción de entelequia que consigna el Diccionario
de la Real Academia Española (DRAEX
Y contestábamos que no, que estamos firmemente convencidos de
que no es así. La celeridad procesal es no solo posible, sino necesaria,
imperativa.
La NLPT está para demostrarlo.
Penoso es constatar, por ejemplo, cómo hasta ahora los expedientes
judiciales se siguen llevando como hace dos siglos: cosidos con pita; las
diligencias se registran en actas que son un pálido reflejo de la realidad,
y por lo tanto intrínsecamente infieles a la verdad; las notificaciones
se siguen cursando a través de mensajeros, que trasladan documentos
físicos de un lado para otro en ciudades elefantiásicas, como Lima; las
computadoras de que está provisto cada juzgado -¡Oh alarde de mo-
dernidad!- pertenecen a épocas arcaicas de la cibernética, con hardware
obsoleto y programas lentos y anticuados; y son utilizados apenas como
simples máquinas de escribir medianamente eficientes.
El primer gran objetivo de la NLPT es acabar con eso: pasar de un
sistema arcaico a uno moderno, del Siglo XIX al Siglo XXI.
Por otro lado, ¿cómo se mide la eficacia de la administración de
justicia? A nuestro ver, son varios los factores, pero fundamentalmente,
a más de celeridad, acierto y ejecutabilidad.
Por acierto entendemos la capacidad del juez para penetrar en los
entresijos del proceso, familiarizarse a fondo con la materia en debate,
examinar de modo certero la prueba y emitir un fallo en conciencia.
La NLPT aporta para ello los elementos clave: inmediación, con-
centración y publicidad.

19
Manro Pesco Cos¡,rópous

Gracias a la inmediación, que se consigue a través del proceso por


audiencia, el juez no solo conoce el caso, sino que tiene que prepararlo
de modo concienzudo antes de presentarse a la actuación pública. De
ese modo, su familiaridad con lo que se diicute y con la prueba que
sustenta la posición de ambas partes se produce por contacto directo,
inmediato, sin intermediarios.
Solo así es posible que se compenetre y pueda saber qué se discute,
pero, sobre todo, en qué sustenta probatoriamente la discusión, según
como la encaran las dos partes.
Eso no sería posible, sin embargo, si no hubiera concentración, por-
que el juez se desperdigaría -como hasta ahora sucede- en innumerables
diligencias intonsas, y en un ir y venir de escritos de ambas partes que,
en vez de clarificar y simplificar el debate, lo embrollan y complican.
No basta, empero, que el juez resuelva pronto, sino que debe hacerlo
con acierto, lo que requiere no solo conocimientos y experiencia, sino
una compenetración profunda con el caso concreto objeto del litigio.
Y su fallo debe ser de fácil ejecución. Con los procedimientos tradi-
cionales, a las penurias del proceso se agrega el calvario de la ejecución,
que arrastra una carga de desesperación para quien, habiendo ganado
un juicio, no logra alcanzar aquello que se le ha reconocido.
La NLPT aporta varios elementos para simplificar esta etapa, tales
como la sentencia pnecoz, en la audiencia de conciliación, la amplia
apertura a las medidas cautelares, la obligación de pago o consignación
o fianza para la concesión del recurso de casación. Todas, medidas
simples pero certeras.
Finalmente, descarga procesal. Nuestros juzgados están saturados
de causas, no se dan abasto.
Algunos críticos precoces de la NLPT opinan que esta no podrá
llegar a los resultados queridos porque no habrá el número suficiente de
jueces y auxiliares de justicia, y que, por ende, un prerrequisito para su
operabilidad es que dicho número sea incrementado exponencialmente.
Es claro que esos agoreros no han penetrado en la esencia del nuevo
sistema, e intentan medirlo con los instrumentos que conocen, que son
los aplicados para analízar el proceso actual, de la Ley N. 26636.

20
Pnóroco

Por eso es necesaria una Prevención. Casi sin excepción los textos
legales, a lo largo y ancho del Continente, y todos los que sucesivamente
han regulado el proceso en nuestro país, hablan de oralidad. Hemos
vivido bajo la falsa idea de que nuestros Procesos laborales eran orales
o, al menos, que lo eran de modo predominante. Hasta he leído un
artículo en el que se sostenía que el proceso civil en nuestro país es en
realidad oral, y que se está levantando demasiada polvareda innecesaria
con la NLPT, ya que esta no innova.
Pero la realidad es tozuda y se impone a las falsas teorizaciones. Las
cosas son lo que son y no lo que se dice que son, que es la esencia del
principio de primacía de la realidad. Aunque en los textos los procesos
afirman ser orales o al menos mixtos, en la práctica son escriturarios'
puesto que todas o la mayoría de las actuaciones se producen fuera del
despacho judicial, e incluso aquellas actuaciones que se descargan de
manera verbal terminan reducidas a actas y a escritos.
Es una falsa oralidad, una "oralidad caricaturizada"; como dice
Stafforini: los actos que deben ser orales se transforman, Por necesi-
dades de la forma, en actos escritos, o peor aun, las actuaciones son
leídas de viva voz.
La audiencia, cuando no puede concluir en una sola fecha, es des-
cuartizada en oportunidades distantes y aisladas, rompiéndose su unidad.
La inmediación del juez es apenas formal y las audiencias son un
remedo de la oralidad, con ritos centenarios como los de los pliegos
interrogatorios, etc. El juez, además, se limita a expeditar lo indispen-
sable, sin asumir el papel protagónico que el nuevo proceso le impone.
La sentencia es pronunciada meses y hasta años después de realizada
la audiencia, cuando el juez no. recuerda ni por asomo lo acontecido
en su presencia.
No se diga nada de las instancias superiores, en las que los magis-
trados no conocen a las partes ni por el rostro, no han visto jamás a un
testigo ni presenciado una sola de las declaraciones y demás actuaciones.
Los informes orales, por lo demás, solo son un ejercicio retórico
que, en muchos casos, está destinado solo a que el cliente, sentado en
el auditorio, presencie la aqtuación de su abogado, se convenza de su
elocuencia y se persuada de que ha agotado su mejor esfuerzo en su

2l
MnnIo Pasco Cos¡,róporrs

defensa. Los vocales raravez escuchan con atención al informante, salvo


casos aislados y de excepción.
Ese sistema, prevalente en todavía en la mayoría de países, conjuga
lo peor de los dos sistemas: es más engorroso que el sistema escrito,
porque demanda mucha presencia del juez, las partes y los abogados, y
consume por ende mucho de su tiempo, pero no tiene las ventajas del
juicio oral.
La falsa oralidad es peor que la escrituración y como sistema -o
quizás sea mejor decir, como método- es en realidad un engorro y no
una solución.
La oralidad auténtica, en cambio, prescinde de formalidades inne-
cesarias, reemplaza por grabaciones de vídeo las tediosas actas escritas
y, en general, aplica al proceso métodos que deben contribuir a su
agilización y simplicidad.

EL JUEZ,
Et GRAN PROTAGONISTA

A nuestro parecer, la estructura nuclear de la NLPT radica en erigir


al juez en el gran protagonista del proceso. Esta así lo proclama con
vigor inusitado en el artículo III de su Título Preliminar.

Protagonista es el personaje principal, la persona que desempeña


la parte principal en cualquier suceso, si nos atenemos a la definición
que trae el DRAE.

Desde siempre se propugnó como uno de los principios del Derecho


procesal del trabajo el de la búsqueda de la verdad real, lo que imponía
como condición la ampliación de las facultades del juez dentro de un
sistema cuasi inquisitivo.

Ello significa que el juez laboral no se podrá limitar a los aspectos


secundarios o periféricos del proceso, y quedar a merced de los impul-
sos e iniciativas de las partes, sino que deberá ser el que lo conduzca
rectamente hacia el resultado.

22
Pnóloco

Dentro del esquema dispositivo, los protagonistas son los aboga-


dos, que crÍzan e intercambian escritos y recursos. El juez Permanece
oculto, en la soledad de su despacho, como una especie de convidado
de piedra, figura retórica a la que se ha acudido con frecuencia para
hacer evidente su pasividad.

La NLPT coloca al juez laboral en el vórtice de las actuaciones.


De su capacidad, de su comportamiento, de su habilidad y experticia,
y sobre todo de su conocimiento profundo del caso mismo sometido a
iu escrutinio dependerá, ala larga, el éxito del nuevo sistema procesal
laboral.

Para ello,la NLPT ha dotado aliuez de poderes muy especiales, tanto


para el debido control de los actos formales del proceso' en especial de
la audiencia, cuanto, sobre todo, de los aspectos sustanciales del mismo.

Así, debe cuidar que se observen y respeten las reglas básicas de


la convivencia civilizada, impidiendo Ios agravios de palabra u obra' las
interrupciones, el uso de teléfonos celulares' el abandono injustificado
de la sala de audiencia, así como cualquier expresión de aprobación o
censura.

Debe advertirse al respecto que uno de los requisitos del proceso


oral es la publicidad: los actos se llevan a cabo en presencia del público,
que no solo simboliza el control social, sino que ejerce en forma direc-
ta el control ético, pues al ser partícipe presencial del proceso, puede
apreciar y juzgar el comportamiento del juez y de las Partes, y extraer
de ello sus propias conclusiones.

El juez puede extraer conclusiones en contra de los intereses de


las partes atendiendo a la conducta observada por estas en el proceso,
lo cual es particularmente relevante cuando la actividad probatoria es
obstaculizada. Esto está ya en el Código Procesal Civil, pero ¿sabe al-
guien de algún juez que lo haya aplicado?

Extraer conclusiones implica formar criterio, llegar a conclusiones


de fondo, deducirlas del comportamiento negativo de alguna de las
partes. Si la parte obstaculiza la actividad probatoria, no cumple con
las exhibiciones ordenadas, niega la existencia de documentación propia

23
M¡.nlo Pesco Cosrvróporrs

de su actividad jurídica o económica, impide o niega el acceso al juez,


a los peritos o a los comisiones judiciales al material probatorio o a
los lugares donde se encuentre, se rehúsa a declarar o responde evasi-
vamente, el juez puede concluir, en su fuero interno, que esa parte no
tiene la razón. Pero, lo que es importante, puede basar en ello su fallo;
si no totalmente, al menos como un complemento de su razonamiento
jurídico y del examen de la actividad probatoria.
Las pruebas son naturalmente ofrecidas por las partes -con la
demanda y con la contestación, respectivamente- y actuadas en la au-
diencia respectiva.

El jttez, sin embargo, tiene capacidad para ordenar excepcional-


mente la práctica de alguna prueba adicional, y su decisión al respecto
es inimpugnable.

El juez civil también tiene esta facultad, reglada por el artículo 194.
del Código Procesal Civil, pero es sabido que no la ejerce. Los jueces
laborales, que también la han tenido con la Ley N. 26636, siempre han
sido más vivaces al respecto.

Esa facultad se extiende a los jueces (vocales) superiores, como


se desprende de modo oblicuo de la prohibición de hacerlo cuando el
proceso se encuentra en casación. Esto está en línea con la moderna
doctrina de lo que se ha dado en llamar la justicia horizontal.
Pero la actividad del juez no se restringe a disponer prueba de
oficio, sino que es quien lleva adelante, en la audiencia, la actuación de
las pruebas de partes.

Todavía no se ha advertido lo suficiente la capacidad que la ley


otorga al juez para interrogar, en cualquier momento, a las partes, sus
abogados y terceros participantes (testigos, peritos).

"En cualquier momento" dice la NLPT (artículo 12..1). Puede suceder,


por ejemplo, que esté deponiendo un testigo y en ese momento el juez
derive su interrogatorio hacia la parte que ya prestó declaración, para
compulsar ambas declaraciones, la del testigo y la de la parte, sin seguir
el orden rígido que ha sido característico de todos nuestros procesos,
sean civiles o laborales. Es decir, no solo se le concede la potestad de

24
Pnóroco

interrogar en cualquier momento, sino que se le otorga flexibilidad para


decidir, en el instante oportuno, lo más favorable para la búsqueda de
la verdad, que es su auténtico objetivo.

Para ello, la NLPT ha previsto que en la audiencia se tome jura-


mento conjunto a todos los que habrán de participar en la misma, con
lo cual todos quedan expeditos para intervenir, a requerimiento del juez,
cuando este lo estime necesario y pertinente.

Y la NLPT incluye a los abogados. Si se lee con atención el artículo


12".1, sepodrá comprobar que los menciona, de donde puede colegirse
que los abogados deberán también prestar juramento, ya que no tendría
caso poderlos interrogar si ellos no estuvieran sujetos al compromiso
ético de la veracidad.

Por todo ello, la NLPT dispone que no se requiera de pliego inte-


rrogatorio, ni para la declaración de parte ni para la de testigos, porque
las preguntas deben ser formuladas por el juez,las partes y sus abogados,
en forma libre, directa y espontánea.

En eso tendrá el juez una especial responsabilidad, no solo porque


deberá preparar de antemano el plan del caso, al cual se sujetará su
actuación y la de las partes y sus abogados, sino porque su accionar se
llevará a cabo frente al público y quedará además registrado en imagen
y palabra, de modo que quien no vaya preparado o improvise quedará
expuesto a la crítica y a la evaluación de desempeño que podrán hacer
los jueces de las instancias superiores.

La NLPT en línea con la doctrina tradicional, ie concede amplio


y viabilidad a la misma, le
espacio a la conciliación. Para darle realce
dedica virtualmente una audiencia entera.

La NLPT le impone al juez intervenir, plantear fórmulas, ofrecer


propuestas, incorporarse activamente para tratar de conseguir el acuer-
do de los partes, sin que ello implique toma de posición o adelanto
de opinión, pár? salvaguardar lo cual dicha audiencia no es filmada,
dejándose solo constancia en acta.

Como complemento de la conciliación exitosa, el juez debe dictar


un auto -que es irrecurrible- para que los acuerdos adoptados, sea en

25
MeRIo Pesco Cosnópous

forma total o aún parcial, puedan ser ejecutados. Esta es una novedad
muy práctica, pero que se extiende -y aquí sí es una gran innovación- a
todos aquellos puntos o extremos de la demanda que no son objeto de
contradicción específica.

En los términos tradicionales, lo no discutido, sea porque no se


rechazó con la contestación o porque quedó acreditado de modo feha-
ciente en la audiencia, no podía escindirse sino que quedaba sujeto o
subordinado al resto del litigio. Ahora, en cambio, el juez puede -debe-
ordenar su pronto pago, mediante el auto antes referido.

De ese modo solo subsiste en debate lo discutido, pero lo que ya no


es objeto delitigio se separa y ejecuta, con gran ventaja para el trabajador.
Para culminar su actuación estelar en el proceso, el juez tendrá
que emitir su fallo al término mismo de la audiencia, lo que habrá de
imponerle la necesidad, que es la piedra de toque del nuevo proceso,
de prepararse en el conocimiento profundo y sistemático de la materia
involucrada en el litigio, de sus complejidades y vacíos, de los aspectos
esenciales en fondo y forma, única manera de que el nuevo sistema
procesal nos lleve, como es su propósito, a una justicia laboral no solo
expeditiva, sino fundamentalmente eficaz.

En suma, la NLPT le otorga al juez un poderoso conjunto de


atributos, que justifican y concretan 1o que la propia norma predica:
su rol protagónico. El juez será el elemento central, alrededor de
cuyo comportamiento y experticia girará la audiencia y, con ella, el
proceso todo.

ros MEDros QUB rA NrPT tnrilzA

Dos son los pilares de la NLPT en lo que a los medios utilizados


y el uso intensivo de la tecnología.
se refiere: la litigación oral

La litigación oral

Se ha predicado ampliamente de la NLPT que su principal caracte-


rística es la oralidad, lo cual es cierto. Pero no lo es todo. En realidad,

26
a

Pnóroco

de lo que se trata es de un cambio de sistema procesal; cambio, si se


quiere, revolucionario, ya que remece los arcaicos métodos aplicados en
nuestro país por muchas décadas, bajo el membrete de oralidad, pero
que fue siempre una falsa oralidad.

Los sistemas suelen ser clasificados en dos grandes tipos: oral o


escrito. Cuando la oralidad es acogida, Pasa a ser el rasgo dominante,
el elemento cenital, la clave definitoria del proceso.

La diferencia no consiste en que en el proceso oral todos los actos


deban ser, por necesidad, efectuados de viva voz, ni que en el proceso
escrito todos deban registrarse en papel, sino que lo realmente impor-
tante es la manera cómo se relacionan las partes entre sí ¡ sobre todo
cómo actúa el juez, el modo cómo toma contacto con el proceso y
aprecia la prueba.

En el proceso escrito, los actos fundamentales se verifican a través


de la presentación de escritos, que se van sucediendo e intercambiando
conforme el proceso avanza. Algunos de tales actos van a desahogarse
de manera oral como las declaraciones de parte o las testimoniales, pero
aún en ellos debe presentarse de antemano el pliego interrogatorio, y la
deposición del declarante habrá de registrarse bajo forma de acta, todo
lo cual convierte al proceso en una serie de folios que, en su momento,
son sometidos al escrutinio del juez, quien profiere su sentencia también
bajo la misma forma.

El sistema oral exige y al mismo tiempo posibilita, es decir, con-


densa y es, a su vez, requisito para la consecución y la propia eficacia
de otras características de gran importancia, pacíficamente atribuidas
al proceso laboral: inmediación, concentración, sencillez e incluso
celeridad, y uno más, al que no siempre se le reconoce la debida im-
portancia: publicidad.

En el proceso oral, entonces, las cosas discurren de distinta manera


que en el proceso escrito. Sin embargo, Para no incurrir en anfibología,
lo más recomendable es hablar de litigación oral. Porque no se trata de
cambiar un simple atributo o peculiaridad del Proceso, sino conferirle
un carácter que cimenta y califica todo un sistema procesal.

27
Menro Pnsco Cosuópous

Al proceso oral conocido también como proceso por audiencias


se le atribuyen innúmeras ventajas, entre ellas, su sencillez, ya que, en
términos generales, todos sabemos hablar pero no todos sabemos leer
ni podemos escribir. Habida cuenta de que en el litigio laboral participa
siempre, por necesidad, un trabajador o un conjunto de ellos, y que
estos no son necesariamente letrados, uno de los rasgos que la doctrina
reclama para el proceso laboral es la simplicidad, tanto en la estructura
del procedimiento cuanto, incluso, en la formulación del texto legal, los
cuales deben ser de fácil inteligencia para el lego. Tal propósito es más
factible con un trámite oral que a través del intercambio de escritos,
hábitat natural del abogado, no del trabajador.

La oralidad no es, pues, la mera prevalencia de la expresión hablada


sobre la escrita en el desarrollo de las actuaciones procesales, sino que
constituye un sistema alterno y distinto al del proceso escriturario, en el
que se conjugan además Ia concentración y Ia inmediación, lográndose
además la ansiada celeridad.

Otro rasgo vital es la publicidad: cualquier persona puede presen-


ciar la audiencia, que es abierta. La audiencia de juzgamiento debe ser
pública por una doble razón: en primer lugar, para que la sociedad,
simbólicamente representada en el conjunto de los asistentes, puede
ejercer un contralor sobre la imparcialidad y acierto del juez; como
el fallo debe ser proferido al término mismo de la audiencia, quienes
la han presenciado se forman su propio criterio, que no tiene por qué
desentonar grandemente del que a su vez se forme el juez, si aplican
ambos el sentido común. Siendo así, con los matices que la realidad
impone, será difícil para un juez emitir una sentencia que contraríe lo
que ha quedado evidenciado de las actuaciones que todos han visto. Es,
si se quiere, un freno subjetivo a la corrupción.

Pero, además, tanto el juez como también los abogados, por cierto,
estarán rindiendo en cada audiencia una especie de examen de idonei-
dad. Aquel que no estudie de antemano el caso; que no lo conozca y
domine en profundidad; que no planifique su actuación, organice sus
interrogatorios, estudie lo necesario; aquel, en suma, que no prepare su
performance quedará evidenciado; saltarán a la vista su improvisación,
su desconocimiento, su ignorancia, su ineptitud. Y no solo frente al

28
Pnóroco

público presente, sino para la posteridad, ya que su actuación quedará


registrada de modo indeleble en voz e imagen, a través de la grabación
de la audiencia.

Por eso la publicidad es no solo importante, sino necesaria. Sin


ella el proceso oral perdería una de sus principales virtudes, y así su
propia eficacia.

Lo que caracteriza al proceso oral, entonces, no es solo que las


cosas, en vez de escriturarse, se verbalicen, sino que todo el trámite
se realice en audiencia, con la presencia indispensable e insustituible
del juez, quien no es un espectador sino que pasa a ser el verdadero
protagonista al dirigir, enrumbar y conducir todas Ias actuaciones, que
deben llevarse a cabo y agotarse en un concentrado y mínimo número
de diligencias.

Esta es una cuestión capital. Nada hay que sustituya, en la for-


mación de criterio, a Ia percepción directa, en especial de los testigos.
La reacción a las preguntas, la claridad de las respuestas, las dudas, las
vacilaciones, los silencios son muchas veces más convincentes que el
contenido formal recogido en el acta, que muchas veces se limita a un
lacónico Si o No, desprovisto de toda carga comunicativa.

Las sensaciones, las emociones, los sentimientos no se expresan


solo con palabras; es más, muchas veces se esconden o encubren detrás
de las palabras. Ha¡ sin embargo, un metalenguaje que se trasunta en
los gestos, los ademanes, los tics, y otras manifestaciones corporales,
que tan magistralmente describió Sigmund Freud en su psicopatolo-
gía de Ia vida cotidiana, que son incontrolables a nivel consciente ¡
en razón de ello, más fidedignos que las palabras. Por lo demás, es
regla conocida que la primera impresión es duradera ¡ casi siempre,
la más acertada.
Al juez laboral sele exige, además, una posición activa, dinámica,
para liderar el proceso, que es reconocido por eso como uno cuasi in-
quisitivo. Por lo tanto, al momento de la actuación de las declaraciones
no puede esquinarse y recibir, de manera pasiva, el interrogatorio pre-
fabricado de la parte que ofreció la prueba, ni la manifestación muchas
veces también prefabricada del declarante, sino que tiene que interve-
Mer.ro Pnsco Coslrópous

nir en forma ágil, siguiendo el vaivén de las preguntas y respuestas, y


haciéndose una composición de lugar en la que los vacíos que surjan
deben de ser colmados con la intervención del propio jtez, cuyo deber
es buscar la verdad real.

Resulta llamativo, al respecto, que la NLPT señale que los interro-


gatorios los conduce prioritariamente el juez. Las partes y sus abogados
también pueden intervenir. El adverbio no es gratuito, sino que es el
que conlleva Ia carga semántica: lo esencial es que el juez interrogue;
que lo hagan las partes es secundario, accesorio, complementario. En
este "también" del artículo 24" está condensado mucho de la filosofía
de la NLPT.

Por cierto, la mecánica de la actuación probatoria en un proceso


oral debe ser idónea a tal propósito, por lo que el interrogatorio debe
ser libre y directo, sin las ataduras del pliego asertivo y los formulismos
anacrónicos del "Diga Ud. como es verdad que..."

Porque, aunque el Código Procesal Civil mudó de confesión a


declaración de parte, ese fue un cambio apenas retórico: lo esencial
permaneció. Las partes concurren para confesar; son testigos contra sí
mismos; nada de lo que digan las puede favorecer; todo lo que digan
las puede perjudicar.

En un proceso cuyo norte es la verdad auténtica, la verdad verda-


dera, y no la simplemente procesal, el objeto de todo interrogatorio no
es coger a la persona en falta, sino llegar a esa escurridiza verdad. De
allí que a la parte la pueda interrogar incluso su propio abogado, detalle
imposible en la clásica confesión.

Los peritos comparecen, no para la ratificación ritual y superficial


de lo que sentaron por escrito, sino para dar explicaciones, absolver
dudas, responder a cuestionamientos y, en general, mostrar, más que
el resultado final de sus pesquisas, concretado en sus conclusiones, la
manera cómo se formaron, el método que siguieron, el decurso de sus
indagaciones y el razonamiento que guió a la formación de su criterio,
nada de lo cual se traduce en el peritaje, que suele ser un instrumento
conciso y poco ilustrativo de ese desarrollo subjetivo.

30
Finalmente, la sentencia es dictada en la propia audiencia, en forma
casi instantánea, cuando el juez está todavía bajo el impacto intransfe-
rible de lo que acaba de vivir.
Y todo se hace de manera pública, en presencia de espectadores
que van a ser testigos y críticos de la actuación del juez y de los abo-
gados litigantes.

Con ello se logra la fusión de los diversos atributos ideales del pro-
ceso laboral: sencillez, celeridad, concentración e inmediatez, logrados
a través de la oralidad.

El soporte tecnológico
El desarrollo tecnológico en los últimos años ha sido pasmoso,
acelerado, deslumbrante. Y, además, en lo que al uso de las ventajas que
acarrea se refiere, universal y democrático: Internet, la computadora y
el celular no son privilegio de minorías, sino herramientas que utiliza
con naturalidad todo el mundo.

¿Cómo, entonces, no aprovecharlas para ponerlas al servicio de la


justicia? ¿Cómo podríamos, en el Siglo XXI, seguir con una adminis-
tración de justicia anclada en el Siglo XIX?
Lo que la NLPT aporta es, en realidad, apenas un avance moderado;
todavía no se aprovechan las ventajas tecnológicas en toda su variedad
e intensidad. Falta llegar al expediente electrónico, que debe ser la meta
a alcanzar en un horizonte mediano.
Con el expediente electrónico, no solo se tendrán notificaciones vía
Internet, como la NLPT ya contiene, sino que será posible la presenta-
ción de demandas y contestaciones; la actuación de determinados medios
probatorios; la automatización de proveídos y resoluciones de trámite;
la calendarización automática de audiencias y vista de las causas; el uso
de videoconferencias, que pueden permitir declaraciones testimoniales o
periciales de personas que se encuentren fuera del distrito judicial; y en
especial la información y gestión del expediente a través de la página webltl.

lrl Cfr. Tonnrs Lópnz,Edgardo, "Justicia electrónica en América Latina'l en diario ofi-
cial El Peruano, edición del I 2 de agosto de 2010, p. 12.

3I
MenIo Pesco Cosrr.rópous

No obstante, ya son importantes los cambios introducidos, por


ejemplo, en materia de notificaciones. El sistema tradicional de notifica-
ción de las actuaciones procesales es engorroso, lento y costoso. Aunque
parezca increíble cualquier notificación, la más simple de ellas, genera la
participación de no menos de 18 ó 20 personas, cada una de las cuales
cumple un papel necesario, pero que va generando recargas de tiempo
y, por ende, ralentamiento del trámite. Si cada una de ellas, por decir,
necesitara medio día para cumplir su faena, solo con eso tenemos una
dilación de 9 ó t0 días útiles.
Estos tiempos muertos son parte de las causas que generan moro-
Sidad en la administración de justicia.

La NLPT exige una sola notificación física: la del traslado de la


demandattl; prácticamente todas las demás se realizan de modo pre-
sencial. Así, en la audiencia de conciliación se señala día y hora para
la de juzgamiento; en esta se señala día y hora para Ia entrega de la
sentencia, y así sucesivamente.

Además, es requisito de admisibilidad de la demanda y de su con-


testación que se indique la dirección de correo electrónico en que se
practicarán cualesquiera otras notificaciones, si las hubiere.

En vez del vetusto método de levantamiento de actas de cada dili-


gencia, que recarga la duración de las mismas y el trabajo físico de los
auxiliares y del propio jtez, con la NLPT aquellas serán filmadas, y lo
que quedará será un registro magnetofónico. Las partes podrán obtener
copia de tal registro, para su propio uso.

De ese modo, a más de disminuir la carga de trabajo, se obtendrán


grandes ahorros de tiempo y dinero, ya que las audiencias podrán dis-
currir de manera continua, sin el engorro del labrado de actas.
En las instancias revisorias, los tribunales tendrán acceso no solo
al expediente tradicional, aunque aligerado -que de todos modos debe

{21 Se deben notificar también, en físico, algunas incidencias poco frecuentes como la
admisión de un tercero con interés, Ias medidas cautelares y casi nada más.

32
Pnóloco

subsistil ya que demanda, contestación, prueba instrumental y otros


siempre existirán escritos-, sino al registro fidedigno dc l" -"Ciencia,
lo que les permitirá apreciar razonablemente las peripecias acontecidas
en la misma.

A estos avances se agregan otros que ya estaban introducidos o


previstos como la planilla electrónica, las demandas preformateadas,
las bases de datos jurisprudenciales y muchos otros que eran un sueño
pocos años atrás y hoy forman parte de nuestro dia a día.

No está enunciado en la NLPT pero es una consecuencia necesaria


de la misma que, no en tiempo inmediato, pero en plazos razonables,
se sustituya de modo integral el expediente de papeles por el expediente
electrónico, al cual puedan acceder en forma directa los interesados, sin
necesidad de personarse físicamente al local del iuzgado.

Los ahorros se darán en tiempo, en papel y en dinero. Pero, sobre


todo, en eficiencia.
No tenemos duda de que el solo uso intensivo de la tecnología hoy
disponible -y sin pensar todavía en la que sobrevenga, que no dudamos
será todavía más sorprendente- trae ventajas en términos de celeridad
y eficiencia, lo que nos hace avizorar un Proceso comparativamente
pletórico de beneficios para los litigantes, para los jueces ¡ por ende,
de la administración de justicia.

Et TIBRO PROTOGADO

De todo lo dicho da cuenta, en forma sistemática, el libro de Oxal


Ávalos |ara, con lenguaje claro, despojado de grandes pretensiones y
sin el prurito de la innor.ación, sino más bien pensado para el uso del
litigante, sea abogado o no.

Porque una de las características reciamadas al proceso laboral es


su sencillez. El proceso debe ser accesible a sus usuarios y destinatarios,
máxime si la NLPT permite que ciertos procesos de escasa cuantía sean
conducidos por el propio interesado, sin el auxilio de un letrado.

33
Mento P¡sco Cos¡.rópous

Es para ese vasto público que está destinada esta obra, que se pro-
pone facilitar la comprensión de la nueva ley.

Creemos que será un vademécum y no nos extrañará que pronto


veamos el libro multiplicado en manos de trabajadores, dirigentes sindi-
cales y abogados, que encontrarán en él explicaciones claras y directas,
tanto para iluminar los contenidos normativos, cuanto para desentrañar
algunas de las dificultades del texto legal.

Felicitamos a Oxal Ávalos |ara por su valiosa iniciativa, y lo exhor-


tamos para que siga produciendo obras científicas, pero sin abandonar
su otra, valiosa actividad: la de investigador, promotor y editor de libros
de Derecho.

Mario Pasco Cosmópolis{.)

(*) Ex Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo. Ex Presidente de la Academia


Iberoamericana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Catedrático
Principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

34
PRESENTACIÓN

Gracias a la editorial y al meritorio trabajo de Oxal Víctor


Avalos Jara, tenemos una nueva obra "Comentarios a la Nueva Ley
Procesal del Trabajo. Estudio y análisis crítico de la Ley N" 29497",
emprendida casi al promulgarse dicha le¡ sobre la cual efectuare-
mos una breve presentación no en cuanto al contenido del estudio
y análisis que hace el autor, sino sobre la singular y el sobresaliente
significado del libro.
Podemos observar que muchos autores de obras de Derecho procesal
en general, escriben con un estilo intrincado y a veces oscuro. Oxal en
esto es una excepción, su lenguaje va guiado de palabras esenciales que
desdeña el énfasis y los superlativos, conserva la lógica jurídica, huye
de metáforas y adornos, mantiene un equilibrio entre la objetividad
científica y la humana subjetividad, con una honestidad en la exposición
al citar a muchos autores.

Por otro lado, pienso que la obra se inserta en dos grandes nece-
sidades que subyacen en el Derecho procesal del trabajo. El primero,
conocer el origen y Ia formación del proceso laboral en nuestro país, que
está pendiente. Y el segundo, conocer la Nueva Ley Procesal del Trabajo
(en adelante NLPT) como lo hace en este libro, artículo por artículo.
Además, solo tras la lectura de toda la obra podemos darnos cuenta de la
importancia de la metodología empleada para el comentario y la crítica:
desarrollo doctrinario y exégesis detallada de cada uno de los artículos
de la NLPT. Me parece que ese es el aporte más convincente del autor.

3s
LEoporno G¡.neRne Yírcsnz

El proceso laboral se concreta en el conjunto de normas, principios


e instituciones que constituyen la legislación procesal, por cuyo medio
el Estado, ejercitando su función jurisdiccional, administra justicia la-
boral. Es decir, se entiende "por procesos laborales los concebidos para
resolver litigios en que se invocan reglas y normas relativas al trabajo
dependient."lrJ, coño un conjunto de actos procesales que se desarro-
llan en forma progresiva, sistemática y teleológicamente con el objeto
de resolver un conflicto laboral.
Esas características del proceso laboral significan contar con
principios propios, alteraciones en los conceptos de jurisdicción, com-
petencia, acción, sujetos del proceso, etc. En efecto, las instituciones
del proceso laboral deben poseer sus propias características, funciones
y principios dentro del Derecho laboral: sustantividad propia en razón
de su generalidad y obedecer a la inspiración de justicia social, que es
la razón de ser desde su nacimiento; de ahí que busquen favorecer al
trabajador. Debemos considerar que ios siglos de vigencia y experiencia
que tienen las ramas jurídicas, obligan a diferenciar la originalidad de
las instituciones dei proceso laboral, de reciente data y a reconocer la
necesidad de aquellos postulados que hacen posible "la creencia de que
el Derecho del trabajo, si bien enfrenta una crisis existencial, perdurará
ya que a través de él se plasma el ideario humano..."l2l.
Entonces es importante la necesidad de una autonomía dogmática
que permita construir un sistema del Derecho procesal del trabajo. En
tanto que un sistema, denota una relación de coherencia entre los prin-
cipios y las normas que la componen. Se trata de un proceso que corrige
las desigualdades reales con el propósito de evitar que "el litigante más
poderoso pueda desviar y entorpecer los fines de la justiciu"l3), separar

tll GoNzero DtÉcvnz, Lecciones de Derecho del trabajo,4" ed., Marcial pons, Madrid,
1995, p. 635.
I2l Monceoo v¡r¡Nzu¡r¡, Emilio, "Desafíos y perspectivas del Derecho del trabajo'l
en Desafíos y perspectivas del Derecho del trabajo y de los regímenes de pensiones
en el Perú. Primer congreso Nacional de la sociedad Peruana de Derecho del rra-
bajo y de la Seguridad Social, SPDTSS, Trujillo, 2004,p.36.
t3l CourunE, Eduardo 1., Estudios de Derecho procesal civil,Depalma, Buenos Aires,
t979,T.1, p.276.

36
PREsaNr¡cróN

el litigio de la esfera de la justicia ordinaria y solucionar el conflicto


con arreglo a la equidadtal.
En nuestro país, no está todavía muy lejano aquellos tiempos en que
los trabajadores, con la Ley N" 4916 del año 1924 y sus ampliaciones,
reclamaban parte de sus derechos ante el Poder |udicial y otra parte
ante los ]uzgados Privativos. En efecto, durante el gobierno de Augusto
B. Leguía primó el sistema judicial para muchas de las reclamaciones
de los empleados. El 27 de abril de l92B se autorizó a la sección de
trabajo, que entonces era una dependencia del Ministerio de Fomento,
para que resolviera los reclamos de los trabajadores. El 23 de marzo de
1936, con efectos de la crisis económica internacional y cambios internos
de carácter legal como la Constitución de L933 y el Código Civil, se
estableció mediante Decreto Supremo el procedimiento laboral y el 31
de diciembre de 1941, se creó el Fuero Privativo de Trabajo, como algo
excepcional con autonomía jurisdiccional, a través de la Ley No 9483t51,
para atender "las reclamaciones de carácter individual que Presenten
los obreros de Lima sobre pago de salarios y todas las indemnizaciones
reconocidas por la le¡ excepto las causas por accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales..." (artículo 1").

El23 de noviembre de I97L, en un contexto de reformas estructu-


rales, se expidió el Decreto Ley N" 19040 que declaró la reorganización

t4l El término equidad, que viene del latín aequitas, expfesa la idea de relación y armo-
nía entre una cosa y aquello que 1e es propio, y se adapta a su naturaleza. Aristóteles
caracterizaba la equidad como una manera de justicia que se adapta a la singula-
ridad de cada caso (AnIsrórel¡s, Ética a Nicómano, Capítulo V del Libro V). Es
decir, la equidad pertenece a lo justo, es la justicia singularizada al caso individual,
como proporción que ha,v entre Ia norma V las exigencias reaies encerradas en cada
caso. En términos jurídicos, la equidad atenúa el Derecho positivo, disminuye el
rigor de la 1e1'. Según Kant el Derecho más estricto constituye la mayor injusticia
(KeNr, Manuel, Fundatnentacíón de la lvletafísíca de las costumbres y crítica de Ia ra-
zón práctica,5" ed., Porrúa, N1éúco D.F., 1983). En otros campos, las consecuencias
de la rigidez jurídica formal implacable pueden ser muy dramáticas (Así tenemos en
la literatura: Los Miserables de Vctor Hugo, El Gran Inc1uisidor de Fedor Dostoiews-
ki, entre otros).
tsl Este fuero atendería los reclamos por beneficios sociales de los obreros (incluyen-
do los yanaconas), con excepción de los domésticos, y excluyendo a los empleados
quienes estaban sujetos a la Ley N'6871.

37
Lropor¡o Ge¡.r¡.nne Yírcsnz

del Ministerio del rrabajo, asumiendo la jurisdicción exclusiva de los


problemas laborales a través de dos vías delimitadas: la judicial y la
administrativa. En la vía judicial, vinculada a los reclamos en los que
la relación de trabajo se encontraba extinguida, el 30 de noviembre de
1971 se expidió el Decreto Supremo N" 007-71-TR considerando "que
las normas que reglamentan el procedimiento ante el Fuero privativo
de Trabajo, contenidas en el Decreto Supremo del23 de marzo de 1936
y otras disposiciones concordantes, no se ajustan a la necesidad de una
eficiencia administrativa de justicia de trabajo"tol.

En la vía administrativa se promulgó el Decreto Supremo N"


006-72-TR, el 30 de mayo de 1972,para la solución de aquellos asun-
tos en los que la relación laboral se encontraba vigentetTl, así como Ia
reposición en el trabajo por despedido injustificado o reincorporación
al empleo. El 26 de noviembre de 1974, mediante el Decreto Supremo
N' OiB-74-TR, se modificaron algunos artículos del Decreto Supremo
N' 006-72,TR. Y el 4 de marzo de 1975 se creó el Fuero privativo de
Comunidades Laboraies por el Decreto Ley N. 21L09, con la finalidad
de resolver las situaciones conflictivas sobre derechos y obligaciones
de las empresas y comunidades o de los mismos con los comuneros,
sean resultados de una forma especializada y con la celebridad que
la situación exigía.
El 6 de marzo de 1979, mediante el DecÍeto Ley N" 22465, se dis-
puso la integración en el sector trabajo el Fuero Privativo de Trabajo y
Comunidades Laborales, como un solo organismo autónomo. Además,
disponía dictar disposiciones reglamentarias relativas al funcionamiento
de dicho fuero. En efecto, el Decreto Supremo N" 012-79-TR del 5 de
diciembre de 1979, reglamentó su organización y funciones. Y el 26 de
marzo de 1980, el Decreto Supremo N. 03-80-TR normó el procedimiento
único para las reclamaciones tanto de carácter laboral como relativo a
las comunidades laborales.

t6l Decreto supremo N" 007-7 I -TR del 30 de noviembre de r97 l,primer considerando.
con este dispositivo se mantenía el Fuero Privativo de Trabajo como un organismo
judicial sin pertenecer al Poder judicial pero gozando de autonomía jurisdiccional.
17l
Dichos asuntos se refieren al "incumpiimiento o violación de disposiciones legales
y/o convencionales de trabajo (artículo 1. del Decreto Supremo N.006-72-TR).

38
PnsssNuctóN

El 28 de julio de 1980, a partir de la vigencia de la nueva


Constituciónt8l, se estableció la unidad y exclusividad de la función
jurisdiccional con excepción de la arbitral y militart'I. Es decir, dejó
de existir el Fuero Privativo de Trabajo y Comunidades Laborales
para integrarse al Poder Judicialttol, dejando en consecuencia de ser
afrr.ro u,rtóno-o". Pero el Decreto Legislativo N" 140, Ley Orgánica
de Trabajo y Promoción Social del 12 de junio de 1981, y el Decreto
supremo N" 03-82-TR del 5 de febrero de 1982, Reglamento de la Ley
Orgánica de Trabajo y Promoción Social, que derogó al Decreto Ley
N" 19040, establecía que la justicia de trabajo está constituida por un
fuero autónomo y que conoce y resuelve las reclamaciones de carácter
individual que formulan los trabajadores.
EI 30 de agosto de 1986, con el Decreto Legislativo N' 384, se esta-
bleció que "el Fuero de Trabajo y Comunidades Laborales es un conjunto
orgánico de |uzgados y Tribunales, integrados al Poder Judicial" (artículo
loi manteniéndose el Decreto Supremo N' 003-80-TR para normar el
procedimiento ante el Fuero Judicial de Trabajo.

El 29 de diciembre de la constitución que re-


1993 se promulgó
conoce los principios básicos en Ia relación laboral en el artículo 26o,

t8l Con la Constitución de 1979 se empezó a regular los principios propios del Derecho
del trabajo: el principio protector (artículo 42'), eI de igualdad de trato (artículo 42',
segundo'párráfo), eideiontinuidad (artículo 48'), el de irrenunciabilidad (artículo
5ñ, prirner párrafo) y el principio indubio pro operario (artículo 57', segundo pá-
r.ufo¡. Lu constitución de 1993 consagra el principio Protectol (artículo 23', primer
párrafo), la igualdad de oportunidades sin discriminación, la irrenunciabilidad de
ierechos y pro óperario (artícuio 26'). "Esa tendencia positivista iniciada
"lirdubio
con la Caita de 1979 ña permanecido en nuestro ordenamiento, no sólo al más alto
nivel sino también a nivel infraconstitucional" (Boze Pró, Guillermo, "La madre
trabajadora como sujeto laboral especialmente protegido en el ordenamiento perua-
nci', en Los principios del Derecho del trabajo en el Derecho peruano. Libro homenaje
al profesor Américo Plá Rodríguez, SPDTSS, Lima' 2004, p.77).
tel Rriiculo 233', inciso 1 de la Constitución Peruan a de 1979.
lt0l El Decreto Ley N. 384 de fecha 30 de agosto de 1986 establecía que "El Fuero de
Trabajo y comunidades Laborales es un conjunto orgánico de |uzgado y Tribunales,
integiados al Poder fudicial..." (artículo 1.). Y la Ley N" 24514 del4 de junio de
1986 modificó la competencia de la autoridad administrativa de trabajo'
Lpoporpo G¡nenRa Yfi.cttpz.

específicamente la interpretación favorable al trabajador en caso de duda


insalvable sobre el sentido de la normailrl.

El 2l de junio de 1996 se aprobó la Ley Procesal del Trabajo, Ley


N" 26636, que reconoce los principios procesales de inmediación, con,
centración, celeridad y veracidad, incluso amplía sus consecuencias al
señalar que el juez dirige e impulsa el proceso para lograr una pronta
y eficaz solución de las controversiaslt2l. También, la obligación del juez
"en caso de duda insalvable sobre los diversos sentidos de una norma o
cuando existan varias normas aplicables a un caso concreto, deberá in-
terpretar o aplicar la norma que favorezca al trabajador"ll3l. Sin embargo,
no solucionó el grave problema del proceso laboral lento, burocrático,
formalista y no expeditivo; estaba diseñado para que el procedimiento
dure entre cuatro a seis años como mínimo. Además, a los jueces de
trabajo se les reconocía una competencia reducida.
El2l de agosto del 2006, la Comisión de Trabajo del Congreso de
la República, en su primera sesión ordinaria de la Legislatwa2006-2007
acordó actualizar el proyecto de una nueva Ley Procesal del Trabajo de
la anterior comisión como un nuevo proyecto de Ley N" 11712006-CRtt4l.
Por otro lado, la propuesta del Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo fue impulsada por el entonces Ministro Mario Pasco Cosmópo-
lislr51. La propuesta tenía como finalidad expresa el acceso a la justicia
laboral y se inspira en la oralidad y en las nuevas tecnologías. Para ello
se planteó algo muy novedoso en nuestro país tres elementos claves
para toda reforma judicial: la formación y capacitación de todos los
operadores del Derecho laboral, contar con infraestructura que posibilite

lul "En la relación laboral se respetan los siguientes principios: [... ] interpretación favo-
rable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de la normal
Ir 2] Artículo 1'de la Lev Procesal del Trabaio, N" 26636.
ll3l Artículo 2'de la Le1' Procesal del Trabajo, N" 26636.
l4]
I
Existían otros pro)'ectos que planteaban sólo modificaciones parciales a la Ley N.
26636: Los Proyectos de Le1. N's 982/2006-CR, 1575/2007-CR, 3483/2009-CR y
3489/2009-CR.
Il 5]
EI Proyecto del Ejecutivo de la Ley Procesal del Trabajo fue modificado y se presentó
formalmente como Proyecto N" 3467l2009-PE como resultado del grupo de trabajo
creado por la Resolución Ministerial N. 006-2009jTR respecto del proyecto elabo-
rado por la comisión creada por la Resolución Ministerial N" 044-2008-TR.

40
PREs¡NrecróN

llevar a cabo las audiencias judiciales públicamente v con participación


de todos los involucrados del proceso laboral, y finalmer'r! -. :itar con
las normas ciaras sobre el nuevo proceso laboral.

En enero de 2010 se promulgó la Ley N' 29497, conocida como


Nueva Ley Procesal del Trabajo, que cuenta con un Título Preliminar
con 4 artículos, 68 artículos en diversos capítulos, 12 disposiciones corn-
plementarias, 8 disposiciones transitorias,2 disposiciones modificatorias
y 3 disposiciones derogatorias. Y tiene como objetivo superar los graves
problernas del volumen de los procesos laborales y hacer efectivos los
derechos sustantivos de los trabajadores.

En cuanto al comentario de los artículos en la obra, podemos se-


ñalar que existen algunos temas que necesitan una mayor definición.
El prirnero es, sin duda, la falta de precisión respecto a la necesidad de
un sistema procesal liiboral oral al preguntar "la oralidad, ¿un beneficio
para el proceso o un peligro para las partes?"lt6l. Debemos señaiar enfá-
ticamente los atributos propios de la oralidad, desde su sencillez hasta la
exigencia de la concentración y continuación, hacen que el sistema sea
más eficiente para aproximarnos en un mayor grado a la verdad real,
que en procedimiento escrito se prolonga en el tiempo y se complica
con formalismos estériles.

De ahí que uno de los grandes retos sea el de simplificar el juicio


laboral, haciéndolo más cercano a lo cotidiano que impiica establecer la
primacía de la realidad sobre lo formal, Y lo sustancial es considerar el
conflicto humano que subyace en todo proceso laboral. En este campo,
la oralidad puede hacer posible prestar un sen,icio mucho más grande
que el de satisfacer algunas formalidades en la búsqueda de la verdad
real, porque brinda muy poco espacio al fbrmalismo )' garantiza otros
pri rrcipios procesales.

El segundo, el autor no hace el comentario que en la NLPT no se


necesita de Ia defensa letrada. Lo que sorprende es que esta aparente
"facilidad de acceso" sin abogado "atentaría el derecho a la defensa".

[16] Punto 2 del comentario al artículo 12. de la NLPT.

4l
Lroporoo GeuenRe Yílc:g,nz

En la doctrina esta cuestión está dividida. En mi opinión, si el Estado


quiere proteger al trabajador, debería fortalecer las oficinas de defensa
gratuita. Entonces, la gratuidad procesal debe significar una acción
tuitiva por parte del Estado a favor del más débil de la relación laboral,
cuando surge un conflicto en el cual la facultad o poder del empleador
haría que el trabajador sea siempre el perdedo¡ para conseguir así la
igualdad real y efectiva de trabajadores y empleadores. Esto explica la
raíz profunda del derecho a la gratuidad procesal de quienes no tienen
los medios económicos suficientes para afrontar los gastos que generan
un litigio laboral.
En realidad, lo que tienen costos no son los actos procesales en
sí mismos, sino el cumplimiento de las garantías básicas, el tratar de
llevar a la práctica también la idea de que el proceso laboral debe bus-
car la verdad real y atenuar o solucionar el conflicto, utilizando para
ello todos los recursos necesarios que faciliten la idea de la justicia del
caso concreto. Se trata de asignar equitativamente los recursos públicos
dedicados presupuestariamente a esta finalidad, haciéndolo con criterios
de eficiencia y economía.

Debemos precisar que el sistema procesal laboral oral requiere


de requisitos esenciales, sine qua non, como el de tener los medios
instrumentales, llámese lugares adecuados para celebrar las audiencias,
medios informáticos; y un número adecuado de personal capacitado
para atender adecuadamente la carga procesal laboral. Pero, el hecho
de no contar con ello no debe llevar a negar la posibilidad de contar
con un sistema procesal oral.

El tercero, sobre la prueba, el autor señala que "una de las mayores


virtudes de la NLPT en lo que respecta a la actividad probatoria es
su flexibilidad en lo que concierne a la carga de la pruebu"[t7|. ps¡e 5i
entendemos el Derecho procesal laboral como una disciplina tuitiva
al trabajador, la carga de la prueba debe ser invertida{t8). Es decir,

ItTl Punto 4 del comentario al artículo 23. de la NLPT.


u8l Incluso, el artículo 27o de la Ley 26336 establecía que 'torresponde a las partes
probar sus añrmaciones y esencialmente: l) Al trabajador probar la eistencia del
vínculo laboral; y 2) Al empleador demandado probar el cumplimiento de las obli-

42
PnEsrNrecróN

las partes deben probar lo que alegan en el juicio como carga de la


prueba, y el de la inversión o reversión de prueba solo es aplicable
al trabajador, cuando este acredita la prestación de sus servicios, que
existió relación laboral.
Por esta inversión de la prueba, el demandado debe probar los
extremos que le son obligatorios de la relación laboral, o sea' que ha
cumplido con las disposiciones legales (beneficios sociales, vacaciones,
compensación por tiempo de servicios, etc.) o las convenciones de
trabajo que son obligatorios cuando se Pactan, la costumbre, el regla-
mento interno y el contrato de trabajo. Por ello, en el proceso laboral'
se establece claramente el onus probandi (¿a quién corresponde la carga
de la prueba?), diferente de la posición tradicional ("quien efectúa la
afirmación del hecho debe probarlo"), a través de la inversión de la
carga de la prueba. contrariamente, el trabajador debe probar algunos
extremos que no son obligatorios del empleador como las horas extras,
gratificaciones, trabajo realizado en día no laboral, etc.

Además, de lo que se trata con esta nueva le¡ es que los jueces
asuman un mayor protagonismo con los medios probatorios en relación
a la solución de un conflicto laboraltrel, que se dejen las delegaciones de
las tareas jurisdiccionales más importantes como ocurre actualmente a
los auxiliares, que asuman mayor compromiso con la solución de los
problemas que más afectan a los trabajadores, y en definitiva, que sean
verdaderos directores del proceso laboral. Diríamos como Calamandrei,
"no queremos saber nada de los jueces de Montesquiet, étres inanimes,
hechos de pura lógica. Queremos jueces con alma, jueces que sePan llevar
con humano y vigilante empeño, el gran peso que implica la enorme
responsabilidad de hacer justicia"t20).

gaciones contenidas en las normas legales, los convenios colectivos, la costumbre, ei


reglamento interno y el contrato individual de trabajo 1

Ile] A pesar del número de procesos. "Es verdad que el número de procesos atribuidos a
cada juez en América Latina es excesivo" (Fnrrnn, Reginald D', "La reforma del po-
der judicial en América Latina según propuesta dei Banco Mundial'l en Flexibilidad
o Derechos sociales. Estudios ofrecídos en homenaje a la UNMSM en el 450 aniversa'
rio de su fundación, Edial, Lima, 2001 ).
[20] Cet¡.¡r,l¡,Nonrt, Piero, Proceso y Democracia, Ezea, Buenos Aires, 1960' p' 83.

43
L¡opomo G¡u¡,Rn¡ Yítc:g.nz

En suma, estas observaciones se justifican primeramente por la


importancia histórica que tiene plantear en nuestro país un sistema
procesal laboral oral y por la necesidad de apoyar en su implemen-
tación mejorando y superando las limitaciones que se presentan en
la NLPT.
En este caso, la obra de Oxal constituye y representa verdadera-
mente un aporte de ineludible valor para los operadores del Derecho
procesal del trabajo. Por ello, juzgamos oportuno presentar esta obra,
por lo mencionado en los primeros párrafos y por considerar un análisis
y críticaserena y objetiva de la NLPT.

Leopoldo Gamarra Vílchezt.l

t-l Abogado por la Universidad Nacional Mayor de san Marcos, Magister en econo-
mía y relaciones laborales por Ia Pontificia Universidad Católica del Perú, Master
en seguridad social por la universidad Alcalá de Henares de España, profesor de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Profesor de la Academia
de la Magistratura, Especialista laboral y previsional del congreso de la República,
miembro de la Sociedad Peruana de Derecho del rrabajo y de la Seguridad social,
autor de varios libros y artículos en temas relacionados con el trabajo y la seguridad
social.

44
NUEVA tBY PROCESAT DEt IRABAJO
LEY NO 29497
NUEVA rEY PROCESAT DEt TRABAIO
IEY N" 29497

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso de la República
Ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

NUEVA tEY
PROCESAT DEt TRABAIO

rÍruIO PRETIMINAR

Apl. l.- Pninc¡[i0$ Íel ffoce$ola¡ona¡

El proceso laboral se inspira, entre otros, en los principios de


inmediación, oralidad, concentración, celeridad, economía
procesal y veracidad.

I Concordancias:
- Código Procesal Civil: artfculos I al X del Tltulo Preliminar.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo Ley No 294972 artículos l, ll y lll del
Tltulo Preliminar.

47
Oxer VÍcron Áveros JeR,r

Comentario

1. Los pnrruclpros DEr DEREcHo pRocEsAL DEL TRABAIo


Es importante comenzar señalando que los principios "son aquellas
líneas directrices o postulados que inspiran el sentido de las normas
laborales y configuran la regulación de las relaciones de trabajo con
arreglo a criterios distintos de los que pueden darse en otras ramas del
Derecho't11.

En efecto, los principios son enunciados básicos y fundamentales


que tienen por objeto abarcar una serie indefinida de situaciones y no
una en particular, de manera que su utilización pueda darse en una
diversidad de situaciones, lugares, tiempos, etc.

En concreto, "los principios del Derecho procesal de trabajo poseen


sus propias características v funciones dentro del Derecho laboral: sus-
tantividad propia en razón de su generalidad y obedecen a Ia inspiración
de justicia social, que es Ia razón de ser desde su nacimiento; de ahí
que busquen favorecer al trabajador. Y se vinculan con cada institución
procesal en una determinada realidad social, en donde actúan o deben
actuar, ampliando o restringiendo el criterio de su aplicación. Por ello,
es importante la necesidad de una autonomía dogmática a través de
sus principios propios y autonomía normativa, que permitan construir
un sistema del Derecho procesal del trabajo. En tanto que un sistema,
denota una relación de coherencia entre los principios y las normas que
la componen"t2J.

Si bien con acierto se ha dicho que los principios logran que una
materia del Derecho adquiera un carácter ajeno, particular, diverso e
independiente de otra rama del Derecho, pues justifican su autonomía y
su peculiaridad y son especiales al margen de que pudieran existir varia-
bles similares o parecidas, cumpliendo la función de informar, normar e

t11
ArorsoGnRctn, Manuel, Derechodel trabajo,Bosch, Barcelona, 1960,T.1,p.247.
l2t Gn¡¡nnRr Vtr-cHez, Leopoldo, "Los principios del Derecho procesal del trabajo'i en Aportes
para la reforma del proceso laboral peruano, SPDTSS, 1ima,2005, p. 26.

48
TÍrulo PRrulrrN¡n

interpretar, dotándolos de fundamentosl3l, no es incorrecto señalar que


en el caso del Derecho del trabajo y del Derecho procesal del trabajo, a
pesar de tratarse de ramas particulares, sus principios se interrelacionan
y entrelazan, pues la convivencia de ellos, al ser totalmente compatibles,
hacen que la protección a los derechos que emanall de toda relación de
trabajo se puedan garantizar con gran eficacia.

Ahora bien, el proceso laboral está regido por una serie de prin-
cipios que recoge, entre otros, el artículo I del Título Preliminar de la
Nueva Ley Procesal de Trabajo, Ley No 29497, como son los principios
de inmediación, oraiidad, concentración, celeridad, economía procesal
y veracidad.
Sin embargo, lo que debe dejarse en claro al analizar esta norma es
que los principios a los que alude expresamente el mencionado artículo
no son los únicos ni los más importantes, sino los que caracterizan de
forma especial al proceso iaboral por las propias particularidades que
este trae consigo.

Por esta razón, consideramos que es importante referirnos en pri-


mer lugar a los consignados en el artículo I del Título Preliminar para
luego hacer alusión a otros principios que incluso han sido desarrollados
jurisprudencialmente como parte del proceso laboral.

2. Los pnrrucrpros DEt NUEVo pRocEso LABoRAL pERUANo


REGULADOS EXPRESAMENTE

2.L. EI principio de inmediación


Inicialmente se hace mención al principio de inmediación, respeclo
del cual debemos señalar que es aquel que concibe al proceso colno un
escenario en donde resulta in-rprescindible, en un primer momento, que
el juez y las partes mantengan una estrecha vinculación, un contacto
directo y personal, en lo concerniente al proceso, sin perder la perspec-

I3l lbídem, p. 19.

49
Oxnr VÍcron Áveros Jen,q

tiva de objetividad e imparcialidad; ¡ en un segundo momento, que el


director del proceso tenga una cercana relación con todo el material del
proceso, lo que incluye todo medio indirecto de contacto judicial (que
puede acontecer a través de la participación de terceros, la presentación
de escritos judiciales, entre otros)
Sobre este principio, se ha dicho que "consiste en que el juez o
tribunal que tenga que conocer y fallar el negocio, o conflicto laboral,
deberá estar en contacto directo, en relación directa, próxima, cercana
a las partes y debe presidir, de ser posible, todas las audiencias a fin
de que conozca el negocio, no a través del secretario [o sus auxiliares]
en el acuerdo, sino personalmente, en forma inmediata, a fin de dictar
una justa sentencia"tal.
En razón de este principio se quiere lograr que el magistrado esté
en permanente e inmediata cercanía con las partes y con los elementos
personales y materiales que intervienen en el proceso, recibiendo de esa
manera, de modo directo, las alegaciones de los litigantes y el aporte del
material probatorio, con el objeto de que pueda conocer a plenitud y en
sus reales alcances el material de la causa, desde su inicio, por cuanto será
aquel quien ha de emitir la sentencia que dé solución al litigio, pronun-
ciándose sobre el derecho que corresponda. El principio de inmediación
se manifiesta de manera más notoria en un proceso donde reina la ora-
lidad, como sucede con el regulado por la Ley N" 29497, ya que solo de
esa manera se logra el contacto directo con las partes en litigio.

2,.2. EI principio de oralidad


Otros de los principios a los que alude el artículo I del Título Pre-
Iiminar de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es al principio de oralidad.
Como indica Chocrón Giráldez, "se puede afirmar ya con rotundidad
que el diseño del procedimiento laboral se halla presidido por la orali-
dad y la agilidad en la tramitación de las pretensiones que se ventilan
ante este orden jurisdiccional. En realidad, lo que se pretende es que la
oralidad y los principios que de ella derivan, tales como la inmediación

t4l PonRes Lóerz, Armando, Derecho procesal del trabajo, Editorial José M. Cajica, Puebla, 1956,
p.186.

50
TÍrulo PR¡rl¡rrN¡R

y la concentración de los actos procesales, estén al servicio de la sim-


plicidad de formalidades al tiempo que se erijan en hábiles formas de
dotar al proceso laboral de mayores cotas de celeridad"tsl.
En efecto, "la oralidad no es un simple atributo o peculiaridad, sino
un carácter que cimenta y califica todo un sistema procesal. Los sistemas
suelen ser clasificados en dos grandes tipos: oral o escrito. Cuando la
oralidad es acogida, pasa a ser el rasgo dominante, el elemento nuclear,
la clave definitoria del proceso. La oralidad exige y al mismo tiempo
posibilita, es decir, condensa y €s, a su vez, requisito para la consecu-
ción y la propia eficacia de otras características de gran importancia,
pacíficamente atribuidas al proceso laboral: inmediación, concentración,
sencillez e incluso celeridad"16l.
En términos jurídico procesales la oralidad es sinónimo de rapidez
y agilidad, mientras que la escrituralidad es sinónimo de formalismo
y burocracia; entonces, si lo que se busca es celeridad, indudablemente
la oralidad es mucho mejor recibida; sin embargo, lo que se le podría
cuestionar a la oralidad es, tal vez,la falta de registro o ser mucho más
veloz que la propia capacidad del juez, ante tanta carga procesal, de
poder comprender el fondo de la controversia, aunque bien ha hecho la
Nueva Ley Procesal del Trabajo en disponer la grabación de ciertos actos
procesales para enmendar esta posible deficiencia; sin embargo, ello no
garantiza plenamente el cuidado de todos los derechos involucrados en
el proceso, es por ello que la oralidad debe ser percibida como rapidez
pero a 7a vez como mucha cautela.
Cabe resaltar que la oralidad no es un sistema que se opone al
escrito, sino uno paralelo, tal es así que ambos pueden coexistir sin
ningún problema, prueba de ello es lo que ocurre en la Nueva Ley
Procesal del Trabajo, al ser algunos actos escritos y otros orales, no
obstante, lo más saltante es la predominancia de la oralidad sobre el
acto procesal escrito.

CHocRór'l GrnÁloez, Ana María,"El proceso laboral: un análisis desde la experiencia española
a propósito de la Nueva Ley Procesal del Trabajo en el Perú'i en Soluciones loborales, No 30,
Lima, 2010, p. 104.
PAsco CosMópoLrs, Mario, "Oralidad, el nuevo paradigma'i en Soluciones laborales, N" 30,
Lima, 2010, p. 55.

51
Oxar VÍcron Áveros J¡.ne

2.3. El principio de concentración


En cuanto al principio de concentración a que hace mención el
artículo I del Título Preliminar, cabe señalar que consiste en hacer lo
posible para que el proceso se desarrolle en la menor cantidad de actos
procesales, evidentemente sin que ello suponga obviar ciertos sucesos
que puedan limitar el derecho de defensa de alguna de las partes, vale
decir, sin que se prescinda de actos que resulten necesarios, indispen-
sables para la causa.

El principio de concentración está orientado a aproximar los actos


procesales, concentrando en un breve lapso de tiempo el desarrollo
de todos ellos. De esta forma, se acelera el proceso, pues se eliminan
aquellos actos que no sean imprescindibles. Naturalmente, lo expuesto
implica otorgar al órgar-io jurisdiccional amplias facultades de dirección
del proceso, para que así pueda rechazar actividades que estime inútiles
o disponer otras que considere necesarias para un mejor desenvolvi-
miento del trámite del juicio. En suma, se busca erradicar determinadas
formalidades innecesarias e improductivas que en nada modifican el
resultado final del proceso.

Sobre este principio, Devis Echandía señala que es uno estre-


chamente vinculado al principio de economía procesal y "tiende a
que el proceso se realice en el menor tiempo posible y con la mejor
unidad. Para esto se debe procurar que el proceso se desenvuelva sin
solución de continuidad y evitando que las cuestiones accidentales o
incidentales entorpezcan el estudio de lo fundamental; lo cual solo se
obtiene restringiendo el derecho de interponer recursos e incidentes
de previa definición. Igualmente, tiende este principio a dejar todas
las cuestiones planteadas, los incidentes, excepciones y peticiones,
para ser resueltas simultáneamente en Ia sentencia, concentrando así
el debate judicial"i;].

El procesalista colombiano concluye que "solo en los procedimientos


orales tiene aplicación adecuada este principio, ya que en las audiencias

l7l Drvts EcHrroh, Hernando, Teoría general de! proceso, Editorial Universidad, Buenos Aires,
1984,f .1, p.37.

52
TÍruro PnEtIuINen

se presentan todas las excepciones y se plantean todos los incidentes,


además de allegarse las pruebas y formularse los alegatos, y por regla
general en la sentencia se resuelven todos estos problemas, sin que pueda
suspenderse el curso del proceso para darle previa solución a uno de
ellos. El proceso escrito es necesariamente desconcentrado, pero puede
disminuirse este defecto con buenas medidas"lsl.
principio caracterice al proceso laboral, dado
Es entendible que este
que si tenemos en cuenta que se trata de un proceso de tutela rápida
por la naturaleza de las pretensiones, resulta ilógico que se tienda a
la desconcentración del proceso en la medida que esto implicaría una
mayor dilación.

2.4. El principio de celeridad procesal


El principio de celeridad procesal, enunciado también en el artículo
I del Título Preliminar, significa que el proceso debe tramitarse evitando
dilaciones y actos innecesarios, a efectos de dar una rápida solución a la
controversia generada. Dicho principio implica el fiel cumplimiento de
los plazos procesales predeterminados legalmente o fijados por el juez
para la realización de los actos del proceso hasta la culminación de este,
así como el impulso del proceso de oficio (tendiente a agilizarlo y darle
fin en el menor tiempo posible).
Si en el proceso civil o en penal *por citar algunos- la celeridad
implica, a pesar de la recarga procesal, suma urgencia, en la medida que
las partes desean ver satisfechas sus expectativas en el plazo legal o en
uno cercano, en el laboral -como en el constitucional, por ejemplo- la
cuestión es mucho más complicadaltl, pues estamos refiriéndonos a de-
rechos fundamentales o que no siéndolos son más prioritarios. De esta

t8l Loc. cit.


te¡
Mario Pasco Cosmópolis señala que:"El retardo de la justicia, ya de por sí reprobable en los
litigios comunes, adquiere otra dimens¡ón y otros mat¡ces cuando se trata de los derechos
del trabajador que afectan su dignidad y su propia personalidad" (Pnsco Cosvóports, Mario,
"La celeridad procesal: ¿un desiderátum, una entelequia?'i en Actualidad del Derecho del
trobajo. En celebración del 90 aniversario de la OlT. Homenaje al profesor.Juan Rivero La-
mas, ex Secretario General de la Academia, AIADTSS-De lure, Lima, 2009, p.255).

53
Oxer VÍcron Averos Jene

manera, como afirma el profesor Ermida Uriarte en la extraordinaria


obra Actualidad del Derecho del trabajo, "normalmente el trabajador
no puede esperar. El trabajador está reclamando, si es que tiene razón,
unos salarios que se le deben y/o una indemnización por despido que
necesita precisamente para el momento en que está desempleado. No
puede esperar dos o tres años. Más aún, la sentencia que le da la razón
dentro de dos, tres, cuatro o cinco años, es siempre inútil, porque llega
cuando el trabajador ya tiene el asunto solucionado (porque consiguió
otro empleo y lo que va a percibir ya no tiene ese carácter alimentario
propio de las prestaciones laborales) o porque definitivamente el recla-
mante ya 'se murió de hambre' en la espera de un fallo firme, ya sufrió
durante dos o tres años todo lo que implica la pérdida del empleo, del
sustento, 9¡6."[lol.

En consecuencia, si bien la celeridad siempre constituirá un con-


cepto ideal e idealista, sería importante entenderlo, en la medida de las
posibilidades, como aquello que va a suponer, desde la perspectiva de los
justiciables, que el proceso no debe extenderse más de lo razonablemente
posible ¡ desde la óptica de Ios administradores de justicia, como una
regla que determina no solo evitar cuestiones no esenciales legalmente
hablando, sino también priorizar pretensiones que por su naturaleza
son más urgentes e inmediatas.

Al margen de las múltiplesdeficiencias que acarrea nuestro Poder


|udicial, es importante que nuestros administradores de justicia sepan
entender la verdadera naturaleza de las pretensiones, ello a pesar de
que en la actualidad el principio de especialidad es enfocado de forma
distorsionada en nuestro país, pues lamentablemente no necesariamente
quienes administran justicia conocen de forma profunda lo que asumen,
un claro ejemplo son los juzgados mixtos o los juzgados de paz letrado
o de paz no letrado en los proceso laborales de menor cuantía.

tl0¡ Enuron Unrenre, Óscar, "La


celeridad procesal laboral'i en Actualidad del Derecho de! trabajo.
En celebración del 90 aniversario de la OlT. Homenaje al profesor Juan Rivero Lamas, ex
Secretario General de la Academia, AIADTSS-De lure, Lima,2009,p.237.

54
TÍruro PRr,tIl,tINtn

2.5. El principio de economía procesal


Otro de los principios regulados expresamente en el artículo I del
Título Preliminar de la Ley N" 29497 es eI principio de economía procesal.
Este supone que el magistrado que conoce del proceso debe dirigirlo
tratando de reducir al máximo los actos procesales, sin que ello afecte
la naturaleza imperativa de aquellos actos que sí deban realizarse' Se
trata, entonces, de que la actividad procesal se desarrolle con la mayor
economía de trabajo y de costo posibles, vale decir, que se alcance un
mayor resultado con un mínimo de esfuerzo y dinero, que se simplifique
el trámite y se adopte una pronta solución.

El principio en examen comprende así todas aquellas normativas


tendientes a la abreviación y simplificación del procedimiento, e'¿itando
de este modo que una indebida prolongación del litigio torne en inútil la
tutela judicial. De esta manera, el principio de economía procesal tiende a
la celeridad en el trámite, al igual que el principio de celeridad procesal,
(abreviación de los plazos procesales y perentoriedad de los mismos), tam-
bién a la concentración de la actividad procesal (el desarrollo simultáneo
de actos compatibles, la reunión de las actuaciones probatorias, etc.), a
la proposición conjunta de pretensiones, defensas, medios probatorios y
recursos y a la eliminación pronta de vicios procesales (mediante actos de
saneamiento y la elasticidad de las formas procesales), con la diferencia
de que su premisa es que los costos económicos, sociales, psicológicos,
entre otros, no afecten el decurso regular del proceso.

2.6. El principio de veracidad


El principio de veracidad, entendido también como de conducta
procesal, supone la primacía de la orientación publicística del Derecho
procesal, pues la buena fe, la lealtad, la veracidad y la probidad consti-
tuyen exigencias en aras de una moralización del proceso. No son sino
reglas de conducta caraclerizadas por el imperativo ético exigible a los
sujetos procesales, debiendo estos y los demás intervinientes en el pro-
ceso (jueces y abogados, por ejemplo) ajustar su conducta a tales reglas.

Consideramos que el principio de veracidad extiende sus alcances


también a la actividad probatoria en el sentido de que, prima facie, debe

55
Oxel VÍcron Áv¡.los JeR¡

asumirse de que lo aportado por las partes es veraz en la medida que


no se demuestre contrario. De esta forma, si alguna de las partes puede
acreditar que cierto hecho se sustenta en hechos falsos, este principio
quedaría de lado, dando paso a lo real y certero.

Es importante dejar en claro que no es lo mismo referirnos al


principio de veracidad que al de primacía de la realidad, pues se trata de
dos conceptos con fines distintos. En efecto, "hay una distinción entre
uno y otro principio, pues el de veracidad se refiere a la finalidad del
proceso y a los deberes y facultades del juez, mientras que el de primacía
de la realidad constituye un criterio de interpretación y de fundamento
del sistema mismo"[r1].

El principio de primacía de Ia realidad, como ya sabemos, busca


erradicar las apariencias tbrmales v en todo caso ponderar siempre io
que ocurre en el plano real; mientras que el principio de veracidad
constitut'e la presunción de que ciertos hechos son ciertos mientras no
se pruebe lo contrario; por consiguiente, si bien pueden encontrarse muy
relacionados, de ninguna manera puede afirmarse que son principios
que tienen un mismo fin.

Debemos recalcar que otra acepción válida del principio de vera-


cidad es aquella que señala que en virtud de él "el juez está en el deber
de buscar la verdad auténtica, más allá de la verdad aparente o procesal,
consideramos que para ello es indispensable que cuente con amplias
facultades, no para actuar solo en la periferia del proceso, sino para
conducirlo en lo sustancial y erigirse en el protagotrir¡u"ttzl.

Ahora bien, la Nueva Ley Procesal del Trabajo no ha consignado


expresamente otros principios, sin embargo, ¿ello quiere decir que no
son aplicables al proceso laboral? Definitivamente no, pues ello no les
ha dado exclusividad sino expresividad.

Grncra Gnnrunnn, Fernando, "La primacÍa de la realidad y la inspección del trabajo,i en los
principios del Derecho del trabajo en el Derecho peruano. Libro homenoje al profesor Américo
PIá Rodríguez, Grijley-SPDTSS, Lima, 2010, p. 537.
l12I
PrscoCosuópoLrs,"Laceleridadprocesal: ¿undesideratum,unaentelequia?",cit.,p.260.

56
Tíruro PREunrN¡n

Pues bien, hasta acá hemos desarrollado los principios que expre-
samente regula la Nueva Ley Procesal del Trabajo, pero como hemos
afirmado, no son los únicos que rigen al proceso laboral. En las siguientes
líneas haremos una breve referencia de los principios que disciplinan al
proceso en general y cómo inciden en el proceso laboral.

3. Los pRnvcrpros DEL NUEVo pRocESo IABoRAL pERUANo


NO REGUTADOS EXPRESAMENTE

3.1. El principio de acceso a la iusticia


Empecemos por un principio esencial, como es el de acceso a Ia
justicia. Para este fin es importante recalcar que nuestra Corte Suprema
de /usticia de la República se ha referido a é1, señalando "el derecho
de acceso a 1a iusticia forma parte del núcleo irreductible del derecho
a la tutela judicial efectiva )' que garantiza que un particular tenga la
posibilidad, real y efectiva de acudir al juez como tercero imparcial e
independiente con el objeto de encargarle la determinación de sus de-
rechos y obligaciones, no obstante, como derecho fundamental puede
también ser válidamente limitado a condición que no se obstaculice,
impida o disuada irrazonablemente el acceso del particular a un tribu-
nal de justici¿"tt:].

Igualmente, el máximo órgano judicial ha manifestado que "uno de


los medios, en virtud de ios cuales, ese derecho se restringe en materia
de acceso a la justicia, es el establecimiento de plazos más o menos ex-
tensos transcurridos los cuales, no es posible obtener una decisión sobre
el fondo dei tribunal competente, los misnros que bajo los alcances del
principio pro actione deben ser interpretados de manera restrictir.a;y no
así extensiva, es decir, el contenido constitucionalmente protegido del
derecho a la justicia exige que se opte en caso de duda por la existencia
de dos disposiciones o de una disposición con dos formas posibles de
ser comprendidas, o por aquella disposición o norma que optimice el

[13] Casación No 1831-2005-Lima, publicada en el diario oficial F/ Peruanoel 1 de octubre


de 2007.

57
Oxer VÍcron Ávuos Ien¡,

ejercicio de tal derecho fundamental. Bajo este marco debe resaltarse


que toda limitación que impida al justiciable someterse a la protección
de sus derechos e intereses legítimos al conocimiento de la justicia debe
siempre interpretarse y resolverse bajo los alcances del principio de pro
actione que tiende a permitir la mejor optimización de su ejercicio"tl4l.

Como se observa, el derecho de acceso a la justicia forma parte


del derecho que tiene todo ciudadano para obtener tutela jurisdiccional
efectiva en el ejercicio y en la protección de sus derechos, el cual está
reconocido por nuestra propia Carta Política en su artículo 139", en el
cual se enumeran todos los derechos y principios que comprende este
derecho.

Para realizar un análisis del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva


es preciso esbozar los conceptos de jurisdicción y de función jurisdic-
cionai. En este sentido, entendemos por jurisdicción al poder-deber del
Estado para ejercer la función jurisdiccional; mientras que la función
jurisdiccional es "la potestad que corresponde a los jueces del Poder
]udicial [o del Tribunal Constitucional], en forma normal u ordinaria,
así como a los árbitros y a los jueces privativos del fuero militar"trs].

Ahora bien, uno de los principales derechos en los cuales se ma-


nifiesta la tutela jurisdiccional efectiva es sin duda el acceso de todo
justiciable para recurrir a algún órgano jurisdiccional para resguardar
sus derechos. De esta forma, como se afirma en la Casación N" 1831-
2005-Lima, el derecho al acceso a la justicia se constituye como parte
del núcleo irreductible del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva.

Siendo así, puede afirmarse que el derecho de acceso a la justicia es


uno de carácter fundamental con el que cuenta toda persona al momento
de iniciar determinado litigio, por lo que es necesario que se le brinden
todas las garantías tendientes a facilitar el accionar del justiciable en
las demoras de los plazos y diligencias de los órganos jurisdiccionales.
Por ello, conforme se expresa en la mencionada casación, el contenido

t1 41
casación No 1831-2005-Lima, publicada en el diario oñcial E/ peruano el I de octubre
de 2007.
t1 5l
Fronrs Polo, Pedro, Diccionario jurídico fundamentol,2a ed., Grijley, Lima, 2002, p. 358.

58
TÍrulo PRrlrlrrNeR

constitucionalmente protegido del derecho de acceso a la justicia de-


termina que, en caso de duda por la existencia de dos disposiciones o
de una disposición con dos formas posibles de ser comprendidas, se
prefiera la norma que optimice el ejercicio de tal derecho fundamental.
A partir de ello, la Sala Suprema habla del principio pro actione como
aquel que debe evocarse en la garantía de la dilación de los procesos
jurisdiccionales, a fin de garantizú el principio de acceso a la justicia.

A este respecto, podemos indicar que el principio pro actione pue-


de ser entendido como la preferencia por la continuación del proceso,
es decir, en caso de duda sobre algún aspecto procesal no esencial se
preferirá dar trámite a la demanda. Este principio es muy utilizado en
sede constitucional, por ello el Tribunal Constitucional ha señalado en
reiteradas ocasiones que supone "la exigencia de interpretar los requi-
sitos y presupuestos procesales en el sentido más favorable a la plena
efectividad del derecho de obtener una resolución válida sobre el fondo,
con lo cual, ante la duda, la decisión debe ser por la continuación del
proceso y no por su extinción"tt6l.

3.2. El principio que inspira al derecho al debido proceso


Otro precepto fundamental es el que acoge al derecho al debido
proceso. Sobre él se ha dicho que "mientras que la tutela judicial efec-
tiva supone tanto el derecho de acceso a los órganos de justicia como
la eficacia de lo decidido en la sentencia; es decir, una concepción ge-
nérica que encierra todo lo concerniente al derecho de acción frente al
poder-deber de la jurisdicción, el derecho al debido proceso, en cambio,
significa la observancia de los principios y reglas esenciales exigibles
dentro del proceso"ttzl.

Del mismo modo se ha pretendido definirlo como "aquel derecho que


tiene toda persona o sujeto justiciable de invocar al interior del órgano

ll6l Por ejemplo, vide las sentencias del Tribunal Constitucional recaídas en los Expedientes
Nos 1 049-2003- AA/TC,2302-2003-AAITC y 6s r 2-2005-AA/TC.
ltTl Casación No 183]-2005-Lima, publicada en el diario oñcial F/ Peruano el 1 de octubre
de 2OO7.

59
Oxer Vícron Áv¡,ros J¡ne

jurisdiccional el respeto de un conjunto de principios procesales, para


que una causa pueda ventilarse y resolverse con auténtica justicia. Desde
este punto de vista se entiende que el debido proceso, conocido también
en la doctrina como el proceso justo, es una garantía constitucional y un
principio procesal, donde todo justiciable tiene derecho a la defensa, con
pleno respeto de las normas procesales preestablecidas, y comprende un
conjunto de principios relativamente heterogéneos, pero absolutamente
interdependientes, que conforman una unidad con relación al tipo de
proceso que exige el Estado de Derecho, principios que además han de
determinar el curso regular de la administración de justicia por parte
de sus operadores y que se instituyen como reglas y formas cuyo fin es
la protección de los derechos individuales"tt8l.

A pesar de no ser un tema estrictamente laboral, el debido proceso


tiene una vital implicancia en ios procesos laborales, dado que -como
resulta obvio- estos deben guardar coherencia con el contenido de
los derechos fundamentales relacionados con la garantía de un debido
proceso y una tutela jurisdiccional efectiva. En tal sentido, es pertinente
diferenciar ambos conceptos a efectos de la determinación del contenido
y garantía que cada uno determina.
EI debido proceso "es un derecho humano o fundamental que tiene
toda persona y que le faculta a exigir el estado un juzgamiento imparcial
y justo, ante un juez competente e independiente, Pues, el estado no solo
está obligado a prever la prestación jurisdiccional (cuando se ejercita los
derechos de acción y contradicción), sino a proveerla bajo determinadas
garantías mínimas que se aseguran tal juzgamiento imparcial y justo;
por consiguiente, es un derecho esencial que tiene no solamente un
contenido procesal y constitucional, sino también un contenido humano
de acceder libre y permanentemente a un sistema judicial imparcial"tte).

De esta forma, el debido proceso es un derecho fundamental que


constituye la exigencia para que toda person4 sea juzgada en condicio-

tl8l Casación N.335-2005-callao, publicada en el diario oficial El Peruano el 31 de julio


de 2006.
tl9l Dr Benrunnors, Luis Marcelo, citado por Trcorn Poslco, Víctor, Análisis y Comentario al Código
Procesal Civil,3" ed., Grijley, Lima, 2005, T. l, p. B.

60
Tíruro Pnnu¡trtNeR

nes apropiadas de imparcialidad y justicia ante los órganos judiciales o


jurisdiccionales competentes, pudiendo estas ejercer todo derecho que la
Constitución y la ley les prevén para defender y proteger legítimamente
sus intereses; por lo tanto, se trata de un derecho esencial que no sola-
mente tiene contenido procesal y constitucional, sino también humano
de acceder libre y permanentemente a un sistema judicial imparcial.

Por otro lado, la tutela jurisdiccional efectiva puede ser definida


como "aquel derecho que tiene todo sujeto de derecho -solo por el hecho
de serlo- y que lo titula para exigir al Estado haga efectiva su función
jurisdiccional. Así se regula en el artículo I del Título Preliminar del
Código Procesal 6io'il"tzol.
Se trata pues, como afirma Monroy Gáivez' de "dos categorías
distintas, aunque entre ellas existe una relación de inclusión (una está
comprendida en la otra). Cuando se hace referencia al derecho a un
debido proceso, se afirma la existencia de un derecho continente al
interior del cual existen cierto número de derechos fundamentales que
aseguran el reconocimiento y plenitud de un sujeto de derecho dentro
de un procedimiento o proceso. [...]. Sin embargo, cuando emPleamos
el concepto tutela jurisdiccional hacemos referencia a una situación de
protección que el Estado asegura a todo sujeto de derecho con prescin-
dencia de si participa o no en un Proceso"t2ll.

Sobre la tutela judicial efectiva, se ha dicho que es "la posibilidad de


reclamar a los órganos judiciales la apertura de un proceso para obtener
una resolución motivada y argumentada sobre una petición amparada
por la ley"rzzl. Una concepción más moderna ya no refiere solo a la tu-
tela judicial efectiva, sino a la tutela "jurisdiccional" efectiva, entendida
esta como el derecho de toda persona de acudir a cualquier órgano que
administre justicia con la finalidad de obtener -no una resolución a su
favor- una resolución debidamente motivada y fundamentada sobre

t20l Morunov GÁrvez, J uan,Teoria general del proceso, Palestra, Lima,20O7, p.454.
t21l Mornov GArv¡2, Juan, "Debido proceso y tutela jurisdiccional'i en La Constitución comenta'
da. Análisis artículo por artículo, Gaceta juríd¡ca, Lima, 2006,f .11, p.497.
Vide www.pj.gob.pe/servicios/diccionario/diccionario-detalle.asp?codigo=91 5.

61
Oxer VÍcron Áveros Iene

lo peticionado. Esta concepción es la que recoge actualmente nuestro


Código Procesal Constitucional.

En resumidas cuentas, el derecho de la tutela jurisdiccional efectiva


es el continente y el derecho al debido proceso es el contenido, toda
vez que el primero garantiza al justiciable el respeto de los derechos
fundamentales relativos a la función jurisdiccional, inclusive, cuando no
existe necesaria y estrictamente un proceso judicial instaurado.

Ahora bien, resulta primordial precisar que acertadamente al dere-


cho al debido proceso se le atribuyen dos dimensiones: una sustancial y
otra formal.

En virtud de la primera se busca que las decisiones judiciales sean


razonables y proporcionales, esto es, que se ajusten a una razón o fun-
damento y que sean coherentes en todo sentido, En este caso existe un
breve espacio donde puede diferenciarse el análisis de Ia regla y garan-
tía del debido proceso material y aquella que busca una intromisión al
contenido de la propia decisión judicial analizadat23l.

Por su parte, en lo que respecta a la dimensión adjetiva o formal


del debido proceso, podemos indicar que está caracterizada por las
todas las reglas, derechos y garantías que todo justiciable posee en la
dilucidación de un conflicto judicial y que comúnmente se alegan como
manifestaciones de afectación del debido proceso (motivación, impar-
cialidad, congruencia, entre otros).

Tribunal Constitucional
Es pertinente señalar que, sobre este tema, el
ha señalado que "las dimensiones del debido proceso no solo responden

t23¡ Para la veriñcación sobre si alguna decisión cumple con los parámetros de razonabi-
lidad en atención al respeto del debido proceso material, el Tribunal Constitucional ha
establecido algunas reglas sobre el juicio de proporcionalidad que podrán aplicarse,
tales como el examen de idoneidad, adecuación o aptitud de la medida sancionadora,
el juicio de necesidad o valoración de los medios alternativos existentes y el análisis de
la proporcionalidad en sentido estr¡cto. Al respecto, vide An¡ll¡r.ro Monr, Luis, "El derecho
fundamental al debido proceso sustantivo en el despido laboral peruano", en Derechos
Iaborales, derechos pensionarios y just¡cia constitucional. ll Congreso Nacional de la So-
ciedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, SPDTSS, Arequipa, 2006,
pp. s66 y 567 .

62
Tírulo Pnsu14lNA.n

a ingredientes formales o procedimentales, sino que se manifiestan en


elementos de connotación sustantiva o material, lo que supone que su
evaluación no solo repara en las reglas esenciales con las que se tra-
mita un proceso (juez natural, procedimiento preestablecido, derecho
de defensa, motivación resolutoria, instancia plural, cosa juzgada, etc.),
sino que también, y con mayor rigor, se orienta a la preservación de los
estándares o criterios de justicia sustentables de toda decisión (juicio de
razonabilidad, juicio de proporcionalidad, interdicción de la arbitrarie-
dad, etc.). Así las cosas, el debido proceso es un derecho de estructura
compleja, cuyos alcances corresponde precisar a la luz de ios ámbitos
o dimensiones en cada caso comprometidas. Como ya se anticipó, en
el caso de autos, se trata de un reclamo por la transgresión al debido
proceso en sede administrativa, no solo en el ámbito formal sino también
sustantivo. Corresponde, por tanto, a este colegiado emitir pronuncia-
miento respecto de ambos extremos invocados"t2al.

3.3. El principio de la doble instancia o pluralidad de


instancias
Otro principio fundamental del proceso es el de la doble instancia.
De acuerdo con el numeral 6 del artículo 139" de nuestra Constitu-
ción Política, la pluralidad de la instancia constituye un principio de
la función jurisdiccional. Este principio, que ostenta reconocimiento
constitucional, puede ser definido como aquel "según el cual, siempre
que hay una primera decisión jurisdiccional en un proceso, las partes
deben tener derecho a pedir que otra instancia distinta y superior a la
primera, revise el fallo. Se busca, así, que no haya arbitrariedades en
la justicia, producto de la simple subjetividad de un |uez o de quienes
conforman un órgano determinado"t2sl.

Con la garantía de la pluralidad de instancia lo que se busca


esencialmente es Ia posibilidad de revisión de los fallos que emiten los
órganos de primera instancia, para así poder verificar si la controversia
resuelta por dichos órganos no fue producto de arbitrariedades, subje-

t24l V¡de la sentencia del


Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 3075-2006-PA/TC.
(2sl
f
Rusro CoRRen, Marcial, Estudio de la Constitución Polít¡ca de 1993, PI)CP, Lima, 1999, V, p. Bl.
Oxnr VÍcron Ávelos Jene

tivismos o errores. Se busca pues el mayor amparo en la justicia de los


fallos emitidos por nuestros órganos jurisdiccionales.

De esta manera, mientras mayores revisiones obtenga una resolución


judicial, menor será la probabilidad de desatender u obviar sentencias
que tornen injustas las decisiones sobre las pretensiones solicitadas por
las partes del proceso. Sin embargo, este derecho a la pluralidad de ins-
tancia de los justiciables no puede desembocar en una revisión repetida
e infinita de las sentencias judiciales, ya que ello implicaría vulnerar
otros principios, como serían el de celeridad y economía procesal, entre
otros. Es por ello que nuestro legislador ha optado por la revisión de
los fallos judiciales hasta por una instancia superior, configurándose así
el derecho de la doble instancia.

Bajo esta línea, la regla en ios procesos en general -r'del cual el


laboral no es ajeno- es la configuración de una doble instancia para
garantizar la revisión de los t-allos emitidos por los órganos de printera
instancia. Así pues, tanto la Ley' N" 26636, Ley Procesal del Trabaio,
como la Ley N" 29497, Nueva Lel'Procesal del Trabajo, son compatibles
en este aspecto, y han establecido competencias en el fuero de trabajo
relativas a los recursos de apelación que puedan presentarse por los fa-
llos de primera instancia, y que el órgano de segunda instancia pueda
revisarlos. Por ejemplo, una controversia sobre nulidad de despido, para
la cual es competente en primera instancia el juzgado especializado
de trabajo, debe ser revisada en segunda instancia por la Sala Laboral
correspondiente de la Corte Superior de Justicia.

3.4. El principio de motivación de las resoluciones


iudiciales
Otro principio de suma trascendencia el referido ala motiyación de
las resoluciones judiciales. La palabra motivar significa "dar o explicar
la razón o motivo que se ha tenido para hacer algo". El derecho a la
motivación de resoluciones judiciales, en tal sentido, consiste en justificar
la decisión judicial dentro del marco de la correcta interpretación de
las normas y su relación de estas con los hechos acontecidos en el caso
en concreto. Es decir, se busca Ia correcta aplicación del razonamiento

64
Tírulo PRErr¡rrlNeR

lógico-jurídico, mediante el cual se adecúa la norma general al caso en


particuiar y se concluye sobre la pretensión que se soiie it."

Este derecho a la motivación de las resoluciones judiciales se en-


cuentra establecido por el inciso 5 del artículo 139" de nuestra Cons-
titución Política. Dice este numeral que es un principio de la función
jurisdiccional "la motivación escrita de las resoluciones judiciales en
todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención
expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se
sustentan".

Las resoluciones judiciales, como explica Bernales Ballesterosi26l,


cumplen una triple función: la función de resolver las controversias del
caso concreto, la predictibilidad, es decir, que sirven cuando menos como
indicio de los criterios con los que se resolverá los casos similares que
se presenten r-, finalmente, cumple una misión pedagógica y creativa
dentro del sistema jurídico, muchas de las cuales sientan precedentes de
obsen'ancia obligatoria. \inguno de los tres objetivos se logra cumplir
si es que las resoluciones judiciales no tienen una adecuada motivación
que las sustente.

El derecho de Ia motivación de las resoluciones judiciales, como ya


lo ha expresado la doctrina y la jurisprudencia, se encuentra inmerso
en los principios del debido proceso y tutela jurisdiccional efectiva,
convirtiéndose ello en una garantía para todos los justiciables, a fin de
lograr fallos judiciales que no searl arbitrarios.

Aeste respecto, es menester indicar que una de las finalidades de


la obligación de los jueces de motivar sus resoluciones es justamente
que mediante ella se pueda saber a ciencia cierta y con precisión por
qué es que se ha llegado a determinada conclusión y sobre la base de
qué. Con ello se busca que quien o quienes no estén de acuerdo con
tal conclusión puedan impugnar la decisión judicial contradiciendo los
argumentos expuestos en la resolución judicial; a contrario sensu, si no
hubiese motivación iudicial les sería difícil o casi imposible a quienes

126l Bear¡r¿s BallesrrRos, Enrique, La Constitución de 1993. Anólisis comparodo, Ciedla, Lima,
1 996, p. 558.

65
Oxnl VÍcron Averos ]ene

están disconformes con el resolver judicial poder defenderse adecuada-


mente sin saber qué es lo que tienen que atacar o contradecir. De esta
manera, si no existe una debida motivación, le resultaría muy compli-
cado a quien pretenda impugnar una resolución judicial cumplir con el
requisito de precisión y claridad para fundamentar lo impugnado, con
lo cual se transgrediría abiertamente el derecho de defensa.
Por otro lado, con el principio de motivación de las resoluciones
judiciales se logra la posibilidad de que la ciudadanía realice un control
de la actividad jurisdiccional. En efecto, al emitirse una sentencia, esta
deberá seguir las pautas de la debida motivación, de lo contrario podrá
recurrirse a mecanismo judiciales para buscar la nulidad de la decisión
judicial impugnada.
El derecho a la motivación de las resoluciones judiciales garantiza
que los jueces deban expresar el proceso lógico que los ha llevado a
decidir una controversia, asegurando con ello que la jurisdicción -en-
tendida como el poder-deber de administrar justicia- no sea efectuada
de manera desmedida ni arbitraria, sino, por el contrario, con perfecta
armonía con Ia Constitución y Ia ley.

Como el propio mandato constitucional lo establece, la debida


motivación es obligatoria para todas las resoluciones judiciales, salvo
aquellas que constituyen resoluciones de mero trámite. Por lo tanto,
todos los autos y -sobre todo- sentencias que se emitan resolviendo
algún asunto controvertido deberán obligatoriamente motivarse.

3.5. El principio que acoge al derecho de defensa


Otro principio fundamental que debe ser observado en todo pro-
ceso es el que le da sustento al derecho de defensa. El numeral 14 del
artículo 139" de nuestra Constitución Política, reconoce el principio de
no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso.
El derecho de defensa es un derecho dinámico que se manifiesta a lo
largo del procedimiento judicial.
El Tribunal Constitucional ha establecido que el derecho de defensa
"en cuanto derecho fundamental, se proyecta, entre otros, como principio
de interdicción en caso de indefensión y como principio de contradicción

66
Tíruro PnEuutNen

de los actos procesales que pudieranrepercutir en la situación jurídica


de alguna de las partes de un proceso o de un tercero con interés"[27].

Igualmente, ha complementado ello señalando que "[.'.] se pro-


yecta [...] como un principio de contradicción de los actos procesales
que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las
partes de un proceso o de un tercero con interés ['..].La observancia
y respeto del derecho de defensa es consustancial a la idea de un de-
bido proceso, propio de una democracia constitucional que tiene en
el respeto de la dignidad humana al primero de sus valores. Por su
propia nafuraleza, el derecho de defensa es un derecho que atraviesa
transversalmente a todo el proceso judicial, cualquiera sea su materia.
La posibilidad de su ejercicio Presupone, en lo que aquí interesa' que
quienes participan en un proceso judicial para la determinación de
sus derechos y obligaciones jurídicas tengan conocimiento, previo y
oportuno, de los diferentes actos procesales que los pudieran afectar,
a fin de que tengan la oportunidad de ejercer, según la etapa proce-
sal de que se trato, los derechos procesales que correspondan (v. gr.
interponer medios impugnatorios)"tzsi.
Según Bernales Ballesterost2'1, el derecho de defensa posee hasta tres
características, que son: a) es un derecho constitucionalmente reconocido,
cuyo desconocimiento invalida el proceso; b) convergen en él una serie
de principios procesales básicos: la inmediación, el derecho a un proceso
justo y equilibrado, el derecho de asistencia profesionalizada y el derecho
de no ser condenado en ausencia, y; c) el beneficio de la gratuidad, que
surge como consecuencia del principio de equidad.

Setrata pues de un derecho que tienen las partes litigantes a 1o largo


del proceso judicial y que consiste, esencialmente, en la posibilidad de que
el jrcz de modo imparcial garantice a cada una de las partes todos los
derechos y prerrogativas que estas tengan, y puedan ejercerlas en busca
del amparo de su pretensión. En tal sentido, entre otros aspectos, los
litigantes podrán ejercer la defensa cautiva, podrán ejercer los recursos

l27t Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 282-2004-AA/TC.
t28l Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 587 1 -2005-AA/TC.
t2el BERunr¡s B¡Lr¡s*Ros, La Constitución de I 993. Anólisis comparado, cit., p. 55 8.

67
Ox¡r VÍcron Averos Jnne

impugnatorios que la ley ampare en los plazos establecidos, deberán ser


informados de los actos procesales, entre otros aspectos.

Ahora bien, otros principios que podemos citar, principalmente


porque se encuentran recogidos por el Código Procesal Civil -norma
aplicable al proceso laboral por mandato expreso de la Primera Disposi-
ción Complementaria de la Ley N" 29497-, son el de dirección, impulso
del proceso, iniciativa de parte, conducta procesal, juez natural, sociali-
zación del proceso, congruencia procesal, iura novit curia, valoración de
la prueba, de la carga de la prueba, preclusión, gratuidad, formalidad,
publicidad, entre los más importantes. A continuación haremos una
breve referencia de cada uno de ellos.

3.6. El principio de dirección del proceso


El principio de dirección del proceso alude a la obligación-facultad
de todo administrador de justicia para dirigir el proceso y ordenar las
diligencias necesarias para el esclarecimiento de los hechos controvertidos
o para la exactitud del fallo, sin que tenga que suplir a las partes en lo
que respecta a la probanza de los hechos invocados u otras obligaciones
personales.

Este principio tiene como premisa que el juez oriente y encamine


el proceso hacia la solución más justa posible. Una clara manifestación
de este principio es la prueba de oficio, caso en el cual, en la búsque-
da de un fallo ecuánime, el juez solicita el ofrecimiento de medios
probatorios adicionales, lo cual no supone el favorecimiento a alguna
de las partes.

3.7. El principio de impulso del proceso


El principio de impulso del proceso, por su parte, "se relaciona
directamente con el [principio] inquisitivo, y consiste en que, una vez
iniciado el proceso, el juez o el secretario, según el acto de que se trate,
debe impulsar su marcha sin necesidad de que las partes lo insten a
hacerlo, pues simplemente se trata de cumplir las normas legales que
lo regulan, y son responsables de cualquier demora ocasionada por su

68
Tírulo Pnnurr.lNen

culpa. Es muy importante para la celeridad de la justicia. Pero recuér-


dese que hay ciertos actos que necesariamente deben tener origen en
la voluntad expresa de las partes, ¡ además, hay otros, simplemente
de tramitación, que también les corresponde, como consecuencia del
principio dispositivo que parcialmente rige en los procesos civiles,
laborales y contencioso-administrativos"{301. En suma, este principio
busca que en su calidad de director del proceso, el |uez tenga una
participación activa en la promoción de los distintos actos del proceso,
salvo en lo que propiamente se ha dispuesto que corresponda a cada
una de las partes.

3.8. El principio de iniciativa de parte


El principio de iníciativa de parte supone que todo Proceso de ser
iniciado por una de las partes int'olucradas directamente en el conflicto
de intereses o incertidumbre jurídica; en consecuencia, el órgano judicial
o jurisdiccional o sus representantes se encuentran impedidos de ejercer
el derecho de acción en reemplazo de los legitimados, salvo excepciones
establecidas expresamente en la ley. Este principio exige que quien ejercita
su derecho de acción afirme que tiene interés y legitimidad para obrar.

3.9. El principio de conducta procesal


El principio de conducta procesal implica que en todo proceso pri-
men las reglas de la buena fe y lealtad a favor del juez y de las partes.
Se busca la moralización del proceso como fin preponderante, pues ello
conlleva a una correcta y acertada administración de justicia.

Como afirma Devis Echandía, "la ley procesal debe sancionar la


mala fe de las partes o de sus apoderados, estableciendo para ello severas
medidas, entre ellas, la responsabilidad solidaria de aquellas y de estos, y el
juez debe tener facultades oficiosas para prevenir, investigar tanto aquella
como el fraude proces¿l"irtl. En consecuencia, en virtud de este principio

t30l Drvrs EcH¡r.¡of¡, Teoría general del proceso, cit., p. 35.


t31¡ lbídem, p.46.

69
Oxer VÍcron Áveros Jann

se exige que el proceso se asiente en reglas y valores morales tales como


la honestidad, responsabilidad, lealtad, fidelidad, diligencia y sinceridad,
los que sumados confluyen en lo que conocemos como buena fel32l.

3.10. El principio del iuez natural


Por su parte, el principio del juez natural debe ser enfocado,
principalmente, desde tres perspectivas: desde la primera se entiende
que toda persona tiene el derecho a no ser desviado de la jurisdicción
preestablecida por ley; desde la segunda, se traduce en el derecho de
que quien asuma determinada causa debe ser la autoridad más idónea
para ello; mientras que desde una tercera perspectiva se constituye como
el derecho a solicitar que quien juzgue cierta causa sea precisamente
la misma autoridad que la conoció desde el inicio, de tal manera que
quien resuelva la iitis comprenda in extenso la controversia. En suma,
en virtud de este principio se busca la mayor eficacia en lo que respecta
a ios derechos inr.ocados, eficacia solo podrá lograrse en la medida que
la jurisdicción, el director del proceso y la estabilidad de este último en
aquel sean las más apropiadast33l.

3,11. El principio de socialización


Otro de los principios regulados por el Código Procesal Civil es el
denominado principio de socialización, que no es otro que aquel inspira-
do, a su vez, en el principio de igualdad. El principio en cuestión debe
ser analizado sobre la base de las desigualdades de cualquier índole que
se puedan presentar a lo largo del proceso, lo que conlleva no al favo-
recimiento de la parte más débil, sino a evitar que la parte más fuerte
pueda aprovecharse de su posición para obtener ventajas indebidas; en
otros términos, se pretende iimitar el excesivo y abusivo poder de una
de las partes a efectos de que con ello pueda variar la correcta solu-

t32l
Un ejemplo de ello puede verse en la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el
Expediente No 2620-2003-HC/TC.
t33j A este respecto, es importante revisar la sentencia delTribunal Constitucional recaída en el
Expediente N" 8662-2006-HC/TC.

70
TÍruro PnrulrrNln

ción del proceso. De esta forma, el administrador de justicia tiene un


rol fundamental, pues este principio implica también que el juez deba
preocuparse por conocer los aspectos no jurídicos que rodean la causa,
ya que sería la única forma de comprender las desigualdades.

En el marco del proceso laboral este principio se erige como fun-


damental en el entendido que siempre una disputa entre trabajadores
y empleadores supondrá que los primeros son la parte débil mientras
que los segundos la parte fuerte, por lo que el rol del juez es equilibrar
esta disparidad de manera que no existan desventajas para unos ni
ventajas para otros.

3.12. El principio de congruencia procesal


Estrechamente vinculado al principio que inspira al derecho al
debido proceso, e\ principio de congruencia procesal supone a priori
que siempre debe existir exacta consonancia entre lo peticionado y lo
concedido. A consideración del maestro Devis Echandía,la congruencia
procesal debe ser entendida como "el principio normativo que delimi-
ta el contenido de las resoluciones judiciales que deben proferirse, de
acuerdo con el sentido y alcance de las peticiones formuladas por las
partes (en lo civil, laboral, y contencioso-administrativo) o de los cargos
o imputaciones penales formulados contra el sindicado o imputado, sea
de oficio o por instancia del ministerio público o del denunciante o
querellante (en el proceso penal), para el efecto de que exista identidad
jurídica entre lo resuelto y las pretensiones o imputaciones y excepciones
o defensas oportunamente aducidas, a menos que la ley otorgue facultades
especiales para separarse de ellas"t34l. Asimismo, este autor entiende que
"los derechos de acción y de contradicción imponen al Estado el deber
de proveer mediante un proceso y por una sentencia, cuyo alcance y
contenido están delimitados por las pretensiones y las excepciones que
complementan el ejercicio de aquellos derechos"t3sl.

t341
DEvrs EcHn¡rofr, Teoría generol del proceso, cit., T. ll, p. 533.
t35¡ lbídem, p.536.

7T
Oxel Vícron Av¡los lene

De la definición dada, se entiende que el principio de congruencia


procesal constituye aquella regla en virtud de la cual lo determinado
y otorgado mediante sentencia debe guardar coherencia cuantitativa y
cualitativa con lo solicitado a través de la demanda o en su reconven-
ción. Sin embargo, es importante tener en consideración lo que señala
Zínnyltdl cuando manifiesta que en términos procesales la congruencia
puede referirse a tres aspectos esenciales:

Primero. Encontramos concordancia (congruencia) entre la pre-


tensión y la resistencia en cuanto a los hechos y argumentos jurídicos
que se oponen al progreso de aquella, que tienen que referirse, lógica-
mente, a las afirmaciones y argumentaciones en que tal pretensión se
funda. Este ligamen reviste el carácter de carga procesal desde que los
ordenamientos procesales establecen que el demandado, al contestar la
demanda, deberá afirmar o negar categóricamente los hechos afirmados
en ella, so pena de que su silencio o respuestas evasivas puedan ser
tomadas como confesión.

Segundo. También debe haber congruencia entre los hechos afirma-


dos por una de las partes que han sido controvertidos por el adversario
y los elementos de prueba incorporados al proceso, en cuanto estos
están dirigidos a constatar (confirmar) a aquellos. Esto también tiene
el carácter de carga en cuanto, en general, los códigos procesales dis-
ponen que las partes solo podrán ofrecer prueba respecto de los hechos
afirmados y controvertidos.

Tercero. Finalmente, debe haber congruencia entre la pretensión, la


oposición (resistencia), los elementos de prueba válidamente colectados
y la decisión jurisdiccional, desde que esta debe ser dirigida, exclusiva-
mente, a las partes del proceso (actor y demandado) secundum allegata
et probata, esto es, dando específica respuesta a lo alegado y acreditado
por las partes, de manera que exista identidad jurídica entre el litigio
llevado a los estrados judiciales y la decisión.

t361 Znt'tv, Jorge Horacio, "La congruencia procesal'i en www.taringa.net/posts/info


/1794405/
derecho-¡La-cong ru encia- procesa l. htm l.

72
TÍruro PRrrruru¡n

Fn este sentido, debe quedar claro que el principio de congruencia


proces¿ll3z] no eslimitado, es decir, que para verific?r su rcrr'-li¡ o trans-
gresión no solo bastará que se verifique lo contenido en la demanda o su
reconvención y lo resuelto en la sentencia, sino que va más allá, pues la
congruencia se refiere a todos los actos procesales, buscando que todos
ellos guarden consonancia con el objeto de no desviar el resultado final'

Es preciso indicar que el principio de congruencia procesal tiene


dos facetas: la interna y la externa.

La congruencia procesal interna constituye la perfecta consonancia


que debe existir entre los argumentos esgrimidos por el juzgador y su
decisión final, es decir, su razonamiento debe justificar estrictamente
su conclusión, no pudiendo, por lo tanto, basarse en determinados
fundamentos para llegar a una conclusión que no tiene ver con ellos;
por consiguiente, su conclusión debe ceñirse a su razonamiento lógico-
jurídico.

Por su parte, la congruencia procesal externa la entendemos como


el nítido reflejo que debe existir entre lo solicitado por las partes, Pre-
cisado durante el proceso, y lo resuelto por el juez.

Cabe recalcar que el principio de congruencia procesal se asienta


sobre tres reglas. Así, como afirma el profesor Monroy Gálvez, "el prin-
cipio de congruencia judicial exige al juez que no omita, altere o exceda
las peticiones contenidas en el proceso que resuelve. Se denomina incon-
gruencia citra petita a la omisión en el pronunciamiento de alguna de
las pretensiones. La incongruen cia extra petita ocurre cuando la decisión
contiene una pretensión no demandada o está referida a una persona

t37l A este respecto, es importante recalcar que la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema
de Justicia de la República ha señalado que: "El principio de congruencia procesal implica
por un lado que el juez no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos
diversos de los que han sido alegados por las partes, y por otro lado la obligación de los
magistrados es de pronunciarse respecto a todos los puntos controvertidos establecidos
en el proceso, a todas las alegaciones efectuadas por las partes en sus actos postulatorios
o en sus medios impugnatorios'i Vide la Casación N' 1308-2001-Callao, publicada en el
diario oficial El Peruono el 2 de enero de 2002.

/J
Ox¡r VÍcron Áveros Jen¡

ajena al proceso. La incongruencia ultra petita es aquella originada en el


hecho que la decisión concede o adjudica más de lo que fue pedido"trsl.

Sin embargo, una de estas particularidades que bien debe ser ob-
servada en el proceso civil, por ejemplo, no necesariamente también lo
será en el proceso laboral, dado que por la naturaleza de las pretensiones
es posible obviarla, evidentemente, previa motivación de la resolución
judicial que la contiene. Nos referimos a la congruencia ultra petita. En
efecto, en caso el juez laboral advierta que, por el carácter irrenunciable
de los derechos peticionados, debe conceder un monto mayor que el
solicitado en la demanda, indudablemente lo deberá hacer, en la medida
que la aludida irrenunciabilidad justifica absolutamente la inobservancia
de la congruencia ultra petita, dado que asumir una postura contraria
implicaría desconocer un principio consagrado constitucionalmente al
amparo de carácter tuitivo del Derecho del trabajo.

3.13. El principio d,e iura novít curia


Otro de los principios aplicables al proceso laboral es el iura novit
curia. Segttn este precepto el juez debe aplicar el Derecho que corres-
ponda al proceso a pesar de que no haya sido invocado por las partes
o lo haya sido de manera equivocada; empero no puede ir más allá del
petitorio ni sustentar su decisión en hechos distintos de los que han
sido alegados por las partes.

Como es fácil advertir, al amparo de este principio se entiende


que, toda vez que el juez es quien conoce el Derecho, es él el que de-
berá determinar cuáles son las normas jurídicas que corresponden y
que sustentan su resolución, ello independientemente de lo señalado
por las partes. Sin embargo, debe efectuarse una precisión, y es que
este principio no debe ser entendido como que el juez reemplaza a las
partes en su tarea de fundamentar jurídicamente sus pretensiones, pues
es claro que cuando la no invocación o la invocación deficiente de los
fundamentos jurídicos es de tal magnitud que resulta determinante para

t38¡ Mo¡rRov GArvez, )uan,Temas de proceso civil, Studium, Lima, 1987, p.222.

74
TÍrulo PRsLIrnltNRn

resolver la causa, emerge la limitación del juez en la aplicación de este


principio. El principio iura novit curia presupone, entonc€s¡ irrj el juez
siempre debe emplear sus conocimientos para solucionar ios conflictos
jurídicos que asume; no obstante, se encuentra impedido de alterar
o sustituir sustancialmente las pretensiones y los hechos fácticos que
sustentan la demanda.

3.14. El principio de valoración de la prueba


Para conocer correctamente los alcances del principio de valoración
de Ia prueba es necesario comprender previamente lo que es la prueba.

La prueba es una actividad (y ur resultado) de acreditación o


convencimiento de |a verdad o certeza de un determinado hecho; la
prueba implica, así, un objetivo intelectual que se alcanza mediante
unas percepciones sensitivas (fundamentalmente la vista y el oído, pero
también el olfato, el gusto y el tacto) que nos proporcionan Personas o
cosas (lo que las personas dicen o escriben y lo que las cosas muestran
o enseñani en cuanto fuentes, materias o instrumentos probatoriost3el.
En ese sentido, Ios medios de prueba son "aquellas herramientas
-aportadas principalmente por las partes y eventualmente gestionadas a
iniciativa del juez- gracias a las cuales el órgano jurisdiccional se pone
en contacto con los hechos desconocidos para comprobarlos con base a
las razones o motivos que los mismos provocan y que llevan al jtez a la
cefteza sobre la existencia u ocurrencia de tales hechos. Técnicamente,
el medio probatorio es la manifestación formal del hecho a probar; es
la descripción, designación o representación mental de un hecho"l4ol.

Como acertadamente señala el profesor Obando, "el fin de la prueba


puede encontrarse únicamente en la búsqueda de la convicción judicial,
el objeto de otorgar ia efectiva tutela de los intereses en litigio. La verdad

Av¡ros J¡n¡, Oxal Víctor, Precedentes de observancia obligatoria en materia laborol. Análisis,
comentarios y crítico a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la República y del
Tribunal Constitucional, Jurista Editores, Lima, 2010.
P¡Reoes Pnlrcros, Paúl,"Las presunciones como sucedáneos de los medio probatorios'i en
Aportes para la reforma del proceso laboral peruono, SPDTSS, Lima, 2005, p. 1 80.

75
Oxer VÍcron Áveros fene

es algo complejo, no es posible llegar a ella. El juez llega a establecer la


verdad jr.": -.,,¿u en los hechos alegados, debiendo las partes proporcionar
todos los elementos probatorios a su alcance"lar].

Pues bien, sobre la base de tales conceptualizaciones, puede decirse


que, como parte de su derecho de defensa, toda persona tiene derecho a
probar sus afirmaciones. Así, puede decirse que el derecho a la prueba
es aquel que posee toda persona que forma parte de un proceso o de
un procedimiento, y que supone la utilización de medios probatorios
necesarios para convencer al juzgador respecto de sus alegatos.

Ahora bien, uno de los principales principios que se derivan de la


prueba y que recoge nuestro sistema procesal, es el contenido en el ar-
tículo I97" del Código Procesal Civil, esto es el principio de valoración
conjunta de la prueba.

Sobre este principio se ha dicho que "significa que el conjunto


probatorio del proceso forma una unidad y así debe ser apreciado por
el jttez, esto es, deben ser valorados en forma conjunta, confrontándose
uno a uno todos los medios de prueba, puntualizando su concordancia
o discordancia". En otras palabras, el principio de valoración conjunta
de la prueba es la regla por la cual el juez deberá abordar cada una de
las pruebas vinculándolas unas a otras a efectos de generar el esquema
que respaldará su decisión final.

Sobre el particular, la Corte Suprema de |usticia de la República ha


manifestado que este principio le "impone al |uez la obligación de valorar
todos los medios probatorios en forma conjunta utilizando su apreciación
razonada, pues las pruebas en el proceso sea cual fuera su naturaleza
están formando una secuencia integral; por ende, es responsabilidad
del juzgador reconstruir sobre la base de los medios probatorios, los
hechos que den origen al conflicto, por lo que, ninguna prueba deberá
ser tomada en forma aislada, tampoco en forma exclusiva, sino en su
conjunto, dado que, solo teniendo una visión integral de los medios

t41l Os¡ruoo Br¡¡'rco, Víctor Roberto,"feoría general de la prueba'l en JuS Doctrina & Próctica,
No 10, Lima, 2008.

76
TÍruro PREU¡.uN¡.n

probatorios se puede sacar conclusiones en busca de la verdad que es


el fin del Proceso"{421.

Ahora bien, es importante precisar que la Ley N' 29497, Nueva Ley
Procesal del Trabajo, no ha hecho referencia alguna a este principio,
sin embargo, es claro que ello no quiere decir que no rija para el pro-
ceso laboral; por el contrario, por mandato de la Primera Disposición
Complementaria de esta le¡ que señala que "en lo no previsto Por esta
ley son de aplicación supletoria las normas del Código Procesal Civil",
dicho principio le será perfectamente aplicable al proceso laboral; por
lo tanto, los administradores de justicia no pueden apartarse de este
principio alegando que no ha sido recogido por la aludida ley.
Además de lo expuesto, la valoración de la prueba importa que se
haga sobre la base de las reglas de la sana crítica, es decir, que se efectúe
alejada de cualquier subjetivismo y tomando en cuenta, cuando corres-
ponda, el contexto jurídico, social, económico, histórico, entre otros.

3.15. El principio de la carga de prueba


Vinculado al anterior, el principio de la carga de la prueba presu-
pone que quien alega algo debe probarlo; no obstante, excepcionalmente
podrá quebrarse esta regla en la medida que la exigencia en la probanza
de ciertos hechos para una parte resulte imposible o casi imposiblela:)
a tal punto que podría transgredirse el derecho de acceso a la justicia.

Prueba de ello es la regulación contenida tanto en la Ley N" 26636


como en la Ley N' 29497, pues ambas Parten de la premisa de que la
carga de prueba corresponde a quien afirma hechos que configuran su
pretensión o quien los contradice alegando hechos nuevos; no obstan-

Casación N" 1B48-2006-Lambayeque, publicada en el diario oficial E/ Peruano el 31 de


mayo de 2008.
Este supuesto es lo que ¡mportante doctrina conoce como "prueba diabólica". El concepto
de "prueba diabólica" ha sido desarrollado por nuestro Tribunal Constitucional en la sen-
tencia recaída en el Expediente No 06 1 35-2006-PA/IC al señalar lo siguiente:"Tal exigencia
constituyeuntípicocasode'pruebadiabólicai dadoquesignificaexigir[...] unapruebade
difícil e, incluso, imposible acreditación, pero ello no por su inex¡stenc¡a, sino por el considera-
ble grado de dificultad que implica su obtención" (las cursivas son nuestras).

77
Oxel Vícron Ávnlos lene

te, en determinados supuestos la carga de la prueba se invierte, de tal


manera que, a pesar de que aiguien los invocó, no este el que los debe
probarlos sino la parte contraria e incluso un tercero.

3.16. Principio de preclusión


En el entendido de que el proceso es una sucesión de actos pro-
cesales contenidos en una serie de etapas, se concibe que para llegar
a cada de ellas es necesario concluir o cerrar las anteriores, es decir,
necesariamente debe concluir la primera etapa para dar inicio a la se-
gunda, y así sucesivamente hasta la finalización del proceso. Siendo así,
el principio de preclusión puede ser percibido desde dos ópticas: por un
lado, que no pueden realizarse actos procesales que corresponden a otras
etapas mientras que la que actualmente se viene llevando a cabo no ha
concluido; )', por otro lado, que habiendo concluido ya determinada
etapa del proceso, no podría celebrarse un acto procesal que aconteció
o debió acontecer en una etapa anterior.
Sobre este principio Devis Echandía afirma que "tiende a buscar
orden, claridad y rapidez en Ia marcha del proceso [...]. Se entiende
por tal a la división del proceso en una serie de momentos o periodos
fundamentales, que algunos han calificado de compartimientos estan-
cos, en los cuales se reparte el ejercicio de la actividad de las partes
y del juez, de manera que determinados actos deben corresponder a
determinado periodo, fuera del cual no pueden ser ejercitados y si se
ejecutan no tienen valor"[44].

En suma, el principio de preclusión puede ser entendido como la


pérdida o extinción de una facultad o potestad procesal de las partes
como consecuencia de no tomar acciones en forma oportuna. Cabe
precisar que esta pérdida o extinción no puede suponer la afectación
arbitraria de un derecho fundamental, pues ello implicaría la nulidad
del proceso hasta el momento anterior a dicho agravio.

1441 D¡vrs EcHm.rofn, Teorío general del proceso,cit.,T. l, pp. 37 y 38.

7B
Tíruro PnEuutN,tn

3.17. Principio de gratuidad


Nuestra Norma Fundamental establece en el numeral 16 de su ar-
tículo 139' que son principios y derechos de la función jurisdiccional,
entre otros, "el principio de la gratuidad de la administración de justicia
y de la defensa gratuita para las Personas de escasos recursos; y, para
todos, en los casos que la ley señala".

Como acertadamente indica el Tribunal Constitucional, "dicho


precepto constitucional [...] contiene dos disposiciones diferentes: por
un lado, garantíza 'El principio de la gratuidad de la administración de
justicia... para las personas de escasos recursos'; y, Por otro, consagra
'... la gratuidad de la administración de justicia.. ' Para todos, en los
casos que la ley señala"tas).

Según el supremo intérprete constitucional' "la primera dispo-


sición comporta una concretización del principio de igualdad en el
ámbito de la administración de justicia. Según este, no se garantiza a
todos los justiciables la gratuidad en la administración de justicia, sino
solo a aquellos que tengan escasos recursos económicos. En el ámbito
judicial ese mandato se traduce en asegurar, a las personas de escasos
recursos, el acceso, el planteamiento y la obtención de un fallo judicial
que resuelva sus diferencias dentro de un Proceso judicial gratuito.
[Por otra parte] la gratuidad en la administración de justicia, en los
términos constitucionalmente establecidos, ha sido desarrollada por el
artículo 24" de la Ley Orgánica del Poder Judicial, [...] según el cual,
se encuentran exonerados del pago de las tasas judiciales, entre otros,
los litigantes a los cuales se les ha concedido auxilio judicial, institución
que, por otro lado, está regulada por el artículo 173' y siguientes del
Código Procesal Civil"146l.

El artículo de la mencionada ley orgánica también señala que se

encuentran exonerados del pago de tasas judiciales "los trabajadores, ex


trabajadores y sus herederos en los procesos laborales y previsionales,
cuyo petitorio no exceda de 70 (setenta) Unidades de Referencia Procesal,

t45l En la sentencia recaÍda en el Expediente N" 1607-2002-AA/TC.


[461
Loc. cit.

79
Oxer VÍcron Ávnros ]nne

de amparo en materia laboral, o aquellos inapreciables en dinero por la


naturaleza de la pretensión". Este precepto es reiterado también en el
artículo III del Título Preliminar de la Nueva Ley Procesal del rrabajo

En consecuencia, el principio de gratuidad rige en el proceso laboral


pero cuando la pretensión demandada por el trabajador no supere las 70
Unidades de Referencia Procesal o, lo que es lo mismo, las 7 Unidades
Impositivas Tributarias.

3.18. Principio de formalidad


El principio de formalidad alude a que los actos procesales eje-
cutados por las partes y el juez deben seguir lo establecido por la
norma adjetiva correspondiente en lo que a forma, tiempo, modo y
lugar se refiere. En este caso, ni las partes ni el juez tienen libertad
para disponer a su consideración como deben llevarse a cabo los
actos procesaies.

La razón de este principio, aparte de garantizar el respeto al derecho


al debido proceso de las partes, es la necesidad de asegurar la certeza
y la imparcialidad del juez.
No obstante ello, de forma razonable y con el objetivo de cumplir
con los fines del proceso, el juez puede atenuar la úgidez de las forma-
lidades, volviéndolas elásticas.

3.19. Principio de publicidad


El principio de publicidad implica que el proceso no es secreto ni
reservado, salvo excepciones, ya que si se tiene como premisa el control
de las actuaciones judiciales o iurisdiccionales, quiénes mejor que las
personas que no tienen intereses involucrados con las partes en conflicto
para controlar las actuaciones judiciales.

Como afirma Vescovi, este principio "reclama el conocimiento


público de los actos del proceso como medio contralor de este ¡ en
definitiva, de la justicia, por el público. Las excelencias de la publi-
cidad son indiscutibles, y el contralor por la comunidad es un bien

80
TÍrulo Pnruutrq¡n

innegable. No obstante tiene sus defectos, ya que puede servir para


desvirtuar el fin esencial, en cuanto al público, normalmente, solo
se interesa por determinados juicios, especialmente aquellos que los
medios masivos de comunicación realzan, lo cual no siempre resulta
orientado"taTl.

Si bien es correcto lo anotado por Vescovi, consideramos que a


efectos del cumplimiento de este principio, el Estado tiene un rol tras-
cendental, en la medida que debe dar a conocer, a través de los diferen-
tes medios de comunicación, cómo es que se desarrollan los procesos
judiciales en nuestro país, es decir, no debe limitarse solo a publicar las
sentencias -como ocurre con las casaciones o las sentencias del Tribunal
Constitucional, y como seguramente sucederá por mandato de la Nue-
va Ley Procesal del Trabajo-, sino de alguna forma, facilitar el acceso
gratuito, rápido y pleno a la totalidad de los expedientes judiciales así
iomo informar estadísticamente sobre el desarrollo de ellos, principal-
mente para Someterlos a escrutinio no solo de quienes pertenecemos al
ámbito jurídicos sino de cualquier Persona que bajo cualquier análisis
pueda cuestionar las deficiencias que pueda encontrar.

3.20. El proceso laboral también se inspira en los princi-


pios del Derecho del trabaio
Pues bien, hasta esta parte hemos desarrollado la mayoría de
principios que rigen el proceso laboral, y es necesario precisar que a él
también le son aplicables los principios del Derecho del trabajo (igualdad,
razonabilidad, proporcionalidad, primacía de la realidad, irrenuncia-
bilidad, continuidad, causalidad, buena fe, protector, entre otros), ello
porque, como bien afirma García Granara, "el Derecho procesal del
trabajo no puede ser concebido únicamente como un derecho adjetivo,
instrumental o de apoyo, sino que representa una expresión del Derecho
sustantivo laboral"{a81.

l47l Vescovr, Enrique , Teoría general del proceso,2" ed., Temis, Bogotá, 1 999, p. 60.
t48l G¡ncfn Gnnrunnr, Fernando, "Proceso laboral y Derecho del trabajo'i en Análisis laboral,Yol.
xxv N" 301, lima,2002,p.73.

81
Oxer Vícron Áv¡,los JeRe

En efecto, consideramos que no puede admitirse la postura de que


el Derecho procesal del trabajo es totalmente autónomo al Derecho -
sustantivo- del trabajo, sobre todo cuando lo que se busca a través del
primero es materializar los derechos propios del segundo. El derecho
procesal del trabajo es, en esencia, la simbología de cómo los derechos
laborales pueden y deben ser respetados; además, lo que es innegable e
incontrastable es que el escenario presentado en el marco de la relación
laboral es el mismo en el proceso laboral, pues no se trata de fuerzas
parejas, sino, por el contrario, disparejas, en donde la parte empleadora
tendrá siempre un mayor poder que la parte trabajadora, es por eso que
no puede desconocerse que el carácter tuitivo del Derecho del trabajo
también está presente en él Derecho procesal del trabajo, prueba de ello
es la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

De esta manera, finalizamos esta parte del trabajo indicando


que no desarrollaremos estos principios, ya que han sido materia de
amplios análisis por nuestra partet{el }'por gran sector de la doctrina
peruan¿tsol y extranjerafsrl, lo que supondría redundar y, además, des-
viar un tanto nuestro estudio sobre el Derecho procesal del trabajo.

Anl. ll.- tim¡¡to üs la iusticaa la0opal

Corresponde a la justicia laboral resolver los conflictos


jurídicos que se originan con ocasión de las prestaciones
de servicios de carácter personal, de naturaleza laboral,
formativa, cooperativista o administrativa; están excluidas
las prestaciones de servicios de carácter civil, salvo que la
demanda se sustente en el encubrimiento de relaciones de

En Av¡ros .J¡nr, Oxal Yíctor, Precedentes de observancia obligatoria en materio taboral. Análi-
sis,comentarios y crítica a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de lo República y
del Tribunal Constitucional,Jurista Editores, Lima, 201 0.
A este respecto, sugerimos revisar W. AA., los principios del Derecho del trabojo en el
Derecho peruano. Libro homenaje al profesor Américo Plá Rodríguez, Grijley-SPDTSS,
Lima, 20'10.
PrA Roonfcuez,Américo, Los principios del Derecho del trabajo,3" ed., Depalma, Buenos Ai-
res, 1998. Del mismo modo, sugerimos ver W. AA., Los principios del Derecho del trabajo,
AIADTSS-UNAM, México D.F., 1997.

82
TÍruro PnELrr'llNer.

trabajo. Tales conflictos jurídicos pueden ser individuales,


plurales o colectivos, y estar referidos a aspectos sustancia-
les o conexos, incluso previos o posteriores a la prestación
efectiva de los servicios.

(oncordancias:
|
- Ley Orgánica del Poder Judicial: artículo 42o, 51o, 54o y Primera
Disposición Final y Transitoria.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo:artículos 20 y 3o.

Comentario
1. EL Ár{srro DE LA IUsTIcIA LABoRAI

En virtud del presente artículo se precisa cuáles son los alcances


de la justicia laboral, estableciéndose claramente que aborda en estricto
solo asuntos referidos a conflictos surgidos con ocasión de la prestación
personal de servicios subordinados en determinados supuestos. Aunque
pareciera que no se encuentran dentro del ámbito de la justicia laboral,
debemos ser enfáticos en señalar que son parte de ella los conflictos
derivados del Régimen Laboral Público, así como los que se emanan
del Régimen Especial de Contratación Administrativa de Servicios, los
que deberán ser ventilados en el proceso contencioso administrativo.

Como quiera que el presente artículo hace alusión a cinco supues-


tos, en las siguientes líneas nos ocuparemos de ellos con el objeto de
precisar los linderos de la justicia laboral.

En primer lugar, debe recalcarse que la norma bajo estudio despliega


sus alcances solo sobre "prestaciones de servicios de carácter prersonal",
lo que quiere decir que aquelias prestaciones que no son realizadas de
esa manera no se encuentran incluidas. De esta forma, es necesario
entender lo que es una prestación de servicios de carácter personal.

Sobre el particular, puede decirse que es aquella labor realizada por


una persona naturai en nombre propio y por ella misma; en consecuencia,
no encajan en ese concepto las prestaciones realizadas legalmente por
personas jurídicas o aquellas efectuadas en nombre ajeno o no llevadas
a cabo por el mismo contratado, dado que lo esencial en este concepto

83
Ox¡l VÍcron Áveros J,a.ne

es que la obligación asumida es personalísima, siendo el contratado el


único deudor de la prestación.

2. Les pnEsrRcroNES DE sERvrcros DE cAR{crER pERsoNAL


DE NATURALEZA TABORAL

En lo que concierne a las prestaciones de servicios de carácter


personal de naturaleza laboral, resulta importante rememorar lo que
constituye el contrato de trabajo, título que origina una relación
laboral.

Así, se ha señalado que "puede ser entendido como el acto jurídico


en virtud del cual una persona denominada'trabajador'enajena su fuerza
de trabajo de manera indefinida o a plazo fijo con el objeto de que un
tercero denominado 'empleador' se beneficie de sus servicios, los cuales
deberán ser brindados en forma personal y de manera subordinada, a
cambio de una remuneración"[52j.

Sobre la base de esta definición debemos manifestar que para


encontrarnos frente a una prestación de servicios de carácter personal
de naturaleza laboral no solo es necesario que la labor se realizada de
manera personalls3l, sino, además, que dicha prestación sea ejecutada
subordinadamente en favor de quien se beneficia del servicio. Entonces,
la relación entre el prestador del servicio y quien se beneficia de él debe
ser directa, personalísima y con sujeción del primero al segundo.

ts2l Averos Jenr, Precedentes de observancia obl¡gator¡a en mater¡a laborat. Análisis, comentarios
y crítica a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la República y delTribunal Cons-
titucional, cil.
ts3¡
Aun cuando hemos dicho anter¡ormente que el trabajádortiene la obligación de prestar
sus servicios personalmente, la ley admite que en casos excepcionales el trabajador pueda
ser ayudado por sus familiares directos que dependan de é1, siendo requisito indispensa-
ble para la procedencia de esta ayuda, que ello sea usual dada la naturaleza de las labores,
tal sería el caso de algunas formas de trabajo a domicilio, en que el trabajador puede ser
ayudado por los integrantes de su familia, sin que se origine vínculo laboral alguno entre
estos y el empleador.

84
TÍruro PRErr¡lINen

De esta forma, todas aquellas controversias que se puedan derivar


de este tipo de relación son susceptibles de ser asumidas Por la justicia
laboral de conformidad con las competencias establecidas por la Nueva
Ley Procesal del Trabajo para cada caso en concreto.

En este caso, en virtud de que el propio artículo II del Título Pre-


liminar de la Nueva Ley Procesal del Trabajo se refiere también a las
"prestaciones de servicio de carácter personal de naturaleza administra-
tiva", estimamos que se debe entender que esta parte del mencionado
artículo alude solo al trabajo ejecutado en el marco del régimen laboral
de la actividad privada, actualmente regido en esencia por el Texto Único
Ordenado del Decreto Legislativo N" 728, Ley de Productividad y Com-
petitividad Laboral, aprobado por el Decreto Supremo N" 003-97-TR'
y por su reglamento, aprobado por el Decreto Supremo N' 001-96-TR,
además de todas las normas complementarias y conexas.

3. LRs pREsracIoNES DE sERVIcIos DE cARicrER PERSoNAL


D E NATURALEZA FO RMATIVA

Referirnos a las prestaciones de servicios de carácter personal de


naturaleza formativa es hacer alusión directa a lo que ocurre en el
plano fáctico dentro de una relación laboral, pues igualmente vamos
a encontrar a una persona que presta un servicio de manera personal
y subordinada en favor de otra que se beneficia del servicio y que se
encuentra en la obligación de pagar por ello.

Sin embargo, la leytsrl ha decidido extraerlas del ámbito de las


relaciones laborales por considerar que existe una justificación, la cual
es indudablemente la formación y la consolidación de las aptitudes de
la persona para el trabajo, no obstante, cabe precisar que la prestación
bajo cualquiera de las modaiidades formativas laborales es no indefinida,
sino, por el contrario, se sujeta a un plazo máximo o a que efectivamente
se cumpla su finalidad.

ts4l Sobre el particular, vide la Ley No 28518, Ley sobre Modalidades Formativas Laborales y su
reglamento, aprobado por el Decreto Supremo N'007-2005-TR.

85
OxeI- Vícron Ávlros Jene.

Es bajo este marco que es perfectamente entendible que a esta rela-


ción no se le considere como una de carácter laboral, pues no se busca
la empleabilidad de las personas, sin embargo, ello no significa que se
encuentre excluida del manto protector del Derecho del trabajo, sino
que se encuentra exenta de laboralidad en la medida que se respete su
objeto y las obligaciones y derechos que de ella nacen.

Siendo entonces que quienes se vinculan a través de este tipo de


relación adquieren derechos y obligaciones, es lógico que puedan sus-
citarse una serie de inconvenientes, ya sea por la deficiente normativa
o por el mero incumplimiento de alguna de las partes.

Es por estas razones que la Nueva Ley Procesal del Trabajo ha


previsto que los conflictos jurídicos originados con ocasión de este tipo
de prestaciones se hallan dentro de sus alcances, lo cual consideramos
totalmente correcto, dado que -como hemos indicado- en estricto se
trata de un trabaio, pero por el matiz del objeto se le ha dado una
connotación distinta.

4. Las pnnsracloNEs DE SERVICIOS DE CAR]íCTER PERSONAL


DE NATURATEZA CO O PERATIVISTA

Este tipo de prestaciones tienen su origen en la conformación de


cooperativas de trabajo, las que son constituidas por diversas perso-
nas con intereses comunes con la finalidad de destacar a sus socios
trabajadores a las empresas usuarias a efectos de que estos desarrollen
labores temporales (ocasionales y de suplencia), complementarias o
especializadastttl.

En este escenario el vínculo contractual laboral entre las partes


puede darse de dos formas: con o sin desplazamiento, siendo que en
el primer caso tenemos a trabajadores que prestan sus servicios en la
misma cooperativa y directamente para ella, mientras que en el segundo

ts51 Al respecto, vide la Ley N" 27626, que regula la actividad de las empresas especiales de
servicios y de las cooperativas de trabajadores, y su reglamento, aprobado por el Decreto
Supremo N. 003-2002-TR.

86
TÍruro PREIIIrrtN.cn

caso, ciertos trabajadores son destacados a lugares distintos del centro


de trabajo para que terceros ajenos a la relación laboral (socio-trabaja-
dor-cooperativa) se beneficien de su servicio, sin que ello suponga la
existencia de relación laboral.

Es en este escenario que pueden surgir una serie de conflictos,


sin embargo, en algunos casos ha habido confusión en el sentido de
que, por tratarse de una cooperativa, antes de iniciar cualquier acción
judicial era necesario que los trabajadores, por tener también la calidad
de socios, debían someter sus controversias a la autoridad interna de
la cooperativa.
Indudablemente ello era consecuencia de una deficiente interpreta-
ción y comprensión del Derecho del trabajo y en específico de los dere-
chos emanan de é1, en la medida que nada tiene que ver con el aspecto
societario, pues si bien ambos pueden confluir en lo que respecta a la
condición jurídica del socio-trabajador, los derechos y obligaciones que
surgen de ellos son totalmente distintos y particulares' pudiendo ser
ejercidos de manera independiente.

Este problema fue resuelto por el Pleno ]urisdiccional Laboral cele-


brado en la ciudad de Arequipa en el año 1998, en donde se determinó
que "los socios-trabajadores de las cooperativas de trabajadores, en sus
diversas modalidades, tienen el derecho de recurrir directamente al
órgano jurisdiccional para reclamar sus derechos y beneficios de natu-
raleza laboral, sin necesidad de agotar ninguna vía interna, operando
esta última para los reclamos de derechos societarios".

Lo cierto de todo es que la Nueva Ley Procesal del Trabajo viene


a corroborar esta postura, la que sin lugar a dudas es correcta, Pues
resulta un absurdo pretender sujetar la acción para el reclamo de de-
rechos laborales a algún trámite previo cuando este es estrictamente
societario, además de que por ley las cooperativas no tiene competencia
para ello.
Pues bien, al igual que en los casos anteriores, cualquier conflicto
que pudiese surgir con ocasión de la prestación de servicios en calidad
de socio-trabajador debe ser asumido por Ia justicia laboral.

87
Oxer Vícron Avuos |ene

5. Les pnEsrecroNrs DE snRvrcros DE cARícrER pERsoNAL


DE NATURALEZA ADM INISTRATIVA

Con relación a este caso hay que ser muy precisos, pues hemos
apreciado que algunos autores han tergiversado el término "adminis-
trativo", malinterpretando sus alcances. Así, han señalado que se refiere
a que el juez laboral solo puede conocer asuntos reconocidos por ley
como estrictamente de carácter laboral y alavez administrativos, como
serían las controversias suscitadas en el marco del régimen laboral de la
actividad pública, es decit a los vínculos laborales entre un particular y
la administración pública, ya sea al amparo del Decreto Legislativo N.
276y su reglamento, aprobado por el Decreto Supremo N" 005-90-PCM,
de la Ley N" 28175 y del Decreto Legislativo N. 1023; descartando de esa
manera que puedan conocer los conflictos que no tengan expresamente
tal carácter, como son los originados en el marco del régimen especial
de contratación administrativa de servicios.

Sin embargo, debemos aclarar que tal percepción es equivocada,


pues si uno efectúa una lectura sistemática de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo, podrá darse cuenta que el juez laboral sí tiene competenciapafa
asumir determinadas causas vía proceso contencioso administrativo; en
consecuencia, el juez laboral no solo se encuentra apto para llevar a cabo
procesos laborales sino también procesos contenciosos administrativos
con las limitaciones establecidas en la mencionada ley.

En efecto, de acuerdo con el numeral 4 del artículo 2' de la Nueva


Ley Procesal del Trabajo, los juzgados especializados de trabajo son
competentes para conocer en proceso contencioso administrativo las
pretensiones originadas en las prestaciones de servicios de carácter
personal, de naturaleza laboral, administrativa o de seguridad social,
de Derecho público; así como las impugnaciones contra actuaciones de
la autoridad administrativa de trabajo.

Con ello queda claro el juez laboral también se encuentra en


aptitud de conocer los conflictos derivados del régimen especial de
contratación administrativa de servicios. Y esto se corrobora aún más
cuando el propio Reglamento del Decreto Legislativo N. 1052 apro-
bado por el Decreto Supremo N" 075-2008-PCM, establece que "los

88
TÍruro PRrrtttuuaR

conflictos derivados de la prestación de los servicios regulados por el


Decreto Legislativo N" 1057 y el presente reglamento serán resueltos
por el órgano responsable al que se refiere el artículo precedente,
quedando agotada la vía administrativa en dicha instancia única. Una
vez agotada la vía administrativa, se puede acudir a la sede judicial
conforme a las reglas del proceso contencioso administratlvo" (las cur-
sivas son nuestras).

Esta norma no señala que este tipo de conflictos deben ser asu-
midos por el juez contencioso administrativo, sino vía proceso conten-
cioso administrativo. Teniendo en consideración que el juez laboral se
encuentra facultado para llevar a cabo este tipo de procesos tratándose
de prestaciones de carácter personal, es indudable que es la justicia
laboral Ia que debe encargarse de resolver estos litigios.

Ahora, si bien es cierto que en este aspecto la norma materia de


análisis no es clara y puede llevar a confusión, creemos que ello se debe
en gran medida a la persistencia de nuestros legisladores de no aceptar
de manera expresa que las prestaciones efectuadas en el régimen espe-
cial de contratación administrativa de servicios son en realidad meras
relaciones laborales, aunque con su inclusión dentro del ámbito de la
justicia laboral dejan en evidencia que es innegable que ese tipo de
prestaciones pertenecen al escenario del Derecho del trabajo.

6. LRs pnnsracroNEs DE sERvrcros DE cARricrER ApARENTE-


MENTE NO IABORAI QUE ENCUBREN RELACIONES DE TRABA-
to Y oTRos SUPUESTOS
Otro supuesto que se incluye en el ámbito de la justicia laboral es
el caso de aquellas prestaciones de servicios que fingen ser de naturaleza
civil, comercial o -aunque la ley no lo mencione- formativa, pero que
en la práctica son verdaderas relaciones laborales.

De esta manera, la Nueva Ley Procesal del Trabajo, por un lado,


les niega competencia a los jueces laborales para conocer pretensiones
referidas a obligaciones que emanan de una relación puramente civil o
comercial y, por otro lado, se las concede cuando la demanda busca el

B9
Oxer VÍcron Áv¡ros Jan¡

reconocimiento de una relación laboral al margen de la existencia de


un título distinto al contrato de trabajo.
Entonces, es suficiente que se solicite el reconocimiento de una
relación laboral para que los jueces laborales sean competentes en dicha
causa, independientemente de si se logra probar o no lo alegado.
Ahora bien, es más que evidente que los jueces laborales solo deben
abocarse a resolver litigios de índole laboral, pues tratándose de cuestiones
distintas, por el principio de especialidad, existen vías adecuadas. Por
ejemplo, si se demanda el pago de la retribución correspondiente producto
de la prestación de un servicio civil, la demanda deberá ser declarada
de plano improcedente; sin embargo, si se demanda el reconocimiento
de una relación laboral por considerar que la labor prestada en virtud
a un contrato civil fue ejecutada subordinadamente, la demanda deberá
ser declarada procedente.

Lo mismo ocurrirá en el caso del reclamo de la correspondiente


contraprestación en el marco de la celebración de un contrato comer-
cial de agencia, puesto que si no se cuestiona la licitud del contrato
la demanda deberá ser declarada improcedente, mientras que si se le
cuestiona y además se invoca la existencia de una relación laboral tendrá
que ser declarada procedente.

Un caso distinto es el de los convenios sobre modalidades forma-


tivas laborales fraudulentos, pues en estos casos no habrá mérito para
cuestionar si el pedido de reconocimiento de relación de trabajo forma
parte del ámbito de la justicia laboral ya que, como prestación de ser-
vicios de carácter personal formativa o relación civil fraudulenta, encaja
claramente en el mencionado ámbito, por lo cual el único riesgo de
improcedencia se encuentra en el incumplimiento de algunas cuestiones
a que se hace referencia en el artículo 427" del Código Procesal Civil.

Por otra parte, cabe precisar que aunque la norma no sea muy
explícita, ya que -por la deficiente redacción- supuestamente solo se
encontrarían dentro de los alcances de la justicia laboral los casos de
encubrimiento de relaciones de trabajo mediante instrumentos contrac-
tuales de naturaleza civil, se encuentran dentro de su ámbito todos y
cada uno de los casos en donde se oculte la existencia de una relación

90
TÍruro PRETIUINRR

laboral, no importando si la parte que se aprovechó del servicio alega


la existencia de una relación civil, comercial, administrativa, formativa
o, en fin, de cualquier índole, ya que lo primordial no es el título con
el que se pretende esconder una relación laboral, sino si esta es real.
Incluimos dentro de estos a los casos de fraude de los supuestos de
tercerización y de intermediación laboral no desarrollados conforme a
la normativa pertinente; igualmente, a los supuestos en que se finge ser
una micro o pequeña empresa con el objeto de tener menores cargas
laborales, entre otros.

Aestos efectos, será fundamental la utilización del principio de


primacía de la realidad, respecto del cual se ha dicho "que se constituye
en un elemento implícito en nuestro ordenamiento y concretamente
impuesto por la propia naturaleza tuitiva de la Constitución Política
del Estado de 1993, que ha visto al trabajo como un deber y un dere-
cho base del bienestar social y medio de la realización de la persona
(artículo 22"); y además como un objetivo de atención prioritaria del
Estado (artículo 23.) delimita que el juez en caso de discordia entre lo
que ocurre en la práctica y lo que surge de documentos o de acuerdos,
debe darle preferencia a lo primero, esto es, a 10 que ocurre en el terreno
de los hechos o de la realidad, pues el contrato de trabajo constituye un
contrato-realidad, esto se tipifica por la forma y condiciones bajo las
cuales se ha prestado el servicio con prescindencia de la denominación
que se le pudiese otorgar a dicha relación"ls6l.

7. La TRTuRaLEZA DE tos coNFllcros JURíDIcos QUE FoR-


MAN PARTE DEL ÁUNTTO DE LA JUSTICIA LABORAL
La parte final del artículo iI del Título Preliminar de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo indica que los "conflictos jurídicos pueden
ser individuales, plurales o colectivos" y además deben "estar referidos
a aspectos sustanciales o conexos, incluso previos o posteriores a la
prestación efectiva de los servicios".

ts6l Casación N" 2oo9-2006-Ucayali, publicada en el diario ofi cial El Peruono el 1 de septiembre
de 2008.

91
Oxer VÍcron Áveros J¡.na

La intención del legislador en este caso es, por un lado, la de rea-


firmar las variantes del ejercicio de acción de quienes pretenden efectuar
un reclamo judicial, y, por otro lado, la precisar que la justicia laboral
abarca cualquier aspecto de los supuestos desarrollados anteriormente,
dejando en claro que la vulneración del los derechos reclamados puede
producirse antes o después de la prestación éfectiva de los servicios.

En el primer caso, aunque la ley no lo haya señalado expresamen-


te, por aplicación supletoria del Código Procesal Civil y de la Ley de
Relaciones Colectivas de Trabajo, es claro que el ejercicio del derecho
de acción puede ser efectuado singular o pluralmente, bajo las reglas
de la acumulación según corresponda.

La norma en cuestión hace mención a conflictos "individuales,


plurales o colectivos", 10 que no quiere decir otra cosa más que, así
como las controversias pueden presentarse de esa manera, el ejercicio
del derecho de acción 1o puede ser también en el mismo grado. Así, es
evidente que cuando alude a conflictos individuales, también se refiere
a que la acción puede ser realizada individualmente; cuando se alude a
conflictos plurales la norma se refiere a los casos en que la acción puede
ser ejercida de forma grupal, es decir, mediante una acumulación en
donde cada demandante mantiene su legitimidad; mientras que cuando se
menciona a los conflictos "colectivos" es indudable que se está haciendo
alusión a los casos en donde el sindicato representa a algunos de sus
miembros, reafirmando con esto último la legitimidad que pueden tener
las organizaciones sindicales en la defensa de sus agremiados, conforme
a la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo.

En el segundo caso, como ya hemos afirmado, la norma pretende


no dejar ningún vacio en lo que se refiere a sus alcances, y que con
ello empleadores y trabajadores -o sus símiles en el caso prestaciones de
servicios de naturaleza formativa- no puedan evadir sus obligaciones en
el proceso laboral. Es ciaro que en él se ventilan aspectos sustanciales
o conexos de los derechos y obligaciones de toda relación de trabajo y
formativa, pero lo que sí constituye una novedad es que se haya seña-
lado expresamente que se encuentran comprendidos en el ámbito de
la justicia laboral los conflictos "previos o posteriores a la prestación
efectiva de los servicios".

92
TÍrL , PRt,r.ltnlINaR

En efecto, ia Ley N" 26636 no hace referencia alguna a estos casos, y


si bien estamos seguros Que al amparo de esta ley los jueces declararían
la procedencia de las demandas referidos a ellos, consideramos que es
importante que la Nueva Ley Procesal del Trabajo los señale explíci-
tamente como parte del ámbito de la justicia laboral, ello para evitar
malas interpretaciones que finalmente pueda derivar en el perjuicio para
el trabajador o el empleador.

Pongámonos en el supuesto en que una importante y reconocida


empresa celebra un contrato de trabajo con una persona con el objeto
de que esta le preste servicios. En este caso las partes Pactan que el
trabajador deberá renunciar al empleo que actualmente ostenta y que
la ejecución de las labores empezará en 30 días desde la suscripción
del contrato. A pesar de ello, y antes de que transcurran los 30 días, la
empresa decide resolver el contrato unilateralmente. Ante estos hechos
el trabajador se pregunta sobre cuál es 1a r'ía para accionar: ¿el proceso
laboral o el civil?

Con la vigencia de la Ley N' 26636 uno podría asumir que sería
el proceso civil, máxime si ella no ha contemplado como un supuesto
de competencia el referido a la indemnización por daños y perjuicios
que inicia el trabajador. No obstante, la judicatura laboral nacional sí
se declaraba competente para conocer estos casos por considerar que
emanan del contrato de trabajotsTl, el problema es que los jueces civiles
también asumen estas causas por considerarse competentes para resolver
temas referidos a responsabilidad contractual. Con la Nueva Ley Procesal
del Trabajo ya no quedan dudas de que estos casos son de competencia
exclusiva de los jueces laborales.

Otro supuesto puede ser aquel en el que las partes de la relación


laboral acuerdan que una vez finalizada la prestación efectiva de ser-
vicios, el trabajador deberá guardar reserva acerca de ciertos aspectos
de la relación laboral. También el caso en el que el empleador, luego de

fsTl Prueba de ello es el PlenoJurisdiccional Nacional Laboral celebrado en la ciudad de Lima


el 28 de junio de 2008, en donde se acordó por unanimidad que los jueces laborales son
competentes para el conocimiento de las acciones de indemnización por daños y perjui-
cios derivados del contrato de trabajo.

93
Oxer VÍcron Ávnlos Jene

culminada la relación laboral, descubre que su trabajador actuó fraudu-


lentamente y que le ha causado un grave perjuicio económico.

En ambos ejemplos queda claro que si el perjudicado desea ini-


ciar acciones judiciales deberá hacerlo en la vía laboral, habida cuenta
que la Nueva Ley Procesal del Trabajo subsume incluso los conflictos
acaecidos con posterioridad a la efectiva prestación de servicios, Pero
con la condición de que se refieran a hechos vinculados sustancial o
conexamente con los derechos y obligaciones originadas por la rela-
ción laboral.

Apt. lll.- tündamenl0s ü81 [r0c8s0 lal0nal

En todo proceso laboral los jueces deben evitar que la des-


igualdad entre las partes afecte el desarrollo o resultado del
proceso, para cu)'o efecto procuran alcanzar la igualdad real de
las partes, privilegian el fondo sobre la forma, interpretan los
requisitos y presupuestos procesales en sentido favorable a la
continuidad del proceso, observan el debido proceso' la tutela
jurisdiccional y el principio de razonabilidad. En particular,
acentúan estos deberes frente a la madre gestante, el menor de
edad y la persona con discapacidad.
Los jueces laborales tienen un rol protagónico en el desarrollo
e impulso del proceso. Impiden y sancionan la inconducta
contraria a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena
fe de las partes, sus representantes, sus abogados y terceros.
El proceso laboral es gratuito para el prestador de servicios,
en todas las instancias, cuando el monto total de las preten-
siones reclamadas no supere las setenta (70) Unidades de
Referencia Procesal (URP).

I Concordancias:

- Constitución Política del Perú: artículos 2o.2,260'1 y'l 39o.16'


- Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley No 29497: artlculos 1 o, I 40 y 1 50.
- Código Procesal Civil: artículos l, ll, lV Vl y lX del Título Preliminar y 1 1 0o,
111oy1120.

94
Tíruro PnEuutN¡.r.

Comentario

1. Er pruruclplo DE IGUALDAD coMo FUNDAMENTo DEL PRIN'


CIPIO DE SOCIALIZACIóN DEL PROCESO

El presente artículo reitera muchos de los principios a los que hemos


hecho mención en nuestro primer comentario, Pero esta vez los impone
como de observancia obligatoria para los administradores de justicia por
la connotación de los derechos discutidos en el proceso laboral.

Esta norma empieza recalcando que "los jueces deben evitar que la
desigualdad entre las partes afecte el desarrollo o resultado del proceso".
Por Lsta razón, estimamos pertinente analizar el principio de igualdad
sobre la base de los criterios expuestos por el Tribunal Constitucional.

El principio de igualdad ha sido consagrado de forma expresa


por nuestra Constitución, por un lado, de forma general, en el inciso
2 del artículo 2"; y, por otro lado, de forma específica, en el inciso I
del artículo 26".

En el primer caso, "el principio de igualdad plasmado en la Cons-


titución no solo exige, para el tratamiento desigual en la aplicación de
la ley a las personas, que la finalidad legislativa sea legítima, sino que
los que reciban el trato desigual sean en verdad desiguales; que los de-
rechos personales a la dignidad, a la integridad física, psíquica y moral,
al libre desarrollo y bienestar, al honor y buena reputación, a la vida en
paz, al goce de un ambiente adecuado, al desarrollo de la vida y a no
ser víctima de violencia ni sometido a tratos humillantes, son derechos
constitucionales aplicables a todo ser humano, sin que interese su gra-
do de educación, sus costumbres, su conducta o su identidad cultural.
En lo que respecta a estos derechos fundamentales, todas las personas
son iguales, y no debe admitirse, en algunas Personas y en otras no, la
violación de estos derechos"lttl.

t58l Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N'001 8-1 996-AllTC.
Oxer VÍcron Áveros Iene

En el segundo caso, "esta regla de igualdad asegura, en lo relativo


a los derechos laborales, la igualdad de oportunidades de acceso al
empleo. [...]. La igualdad de oportunidades -en estricto, igualdad de
trato- obliga a que la conducta, ya sea del Estado o los particulares,
en relación a las actividades laborales, no genere una diferenciación no
razonable y, por ende, arbitraria. En ese sentido, la discriminación en
materia laboral aparece cuando se afecta al trabajador en sus caracte-
rísticas innatas como ser humano (lo propio y privativo de la especie),
o cuando se vulnera la cláusula de no discriminación prevista por la
Constitución"t5el.

Igualmente, complementando lo anteriormente señalado, el máxi-


mo intérprete de nuestra Constitución ha manifestado que "el derecho
a la igualdad, consagrado en la Constitución, no significa que siempre
y en todos los casos se debe realizar un trato uniforme. El derecho a
la igualdad supone tratar 'igua1 a los que son iguales' r' 'desigual a los
que son desiguales', partiendo de la premisa de que es posible constatar
que en los hechos no son pocas las ocasiones en que un determinado
grupo de individuos se encuentra postergado en el acceso, en igualdad
de condiciones, a las mismas oportunidades"[60].

Asimismo, ha indicado que "la primera condición para que un


trato desigual sea constitutivo de una diferenciación admisible, es la
desigualdad de los supuestos de hecho. Es decir, implica la existencia
de sucesos espacial y temporalmente localizados que poseen rasgos
específicos e intransferibles que hacen que una relación jurídica sea
de un determinado tipo y no de otro. [...], la existencia de una dife-
renciación debe perseguir una intencionalidad legítima, determinada,
concreta y específica, debiendo asentarse en una justificación objetiva
y razonable, de acuerdo con juicios de valor generalmente aceptados.
[En consecuencia], se trata pues de un tema que, en la doctrina, se
conoce con el nombre de 'discriminación inversa', esto es, un caso
en el cual se debe realizar un tratamiento diferenciado precisamente
para promover la igualdad. Para ello se incita a que el Estado adopte

ts91
Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 0008-2005-A|/TC.
t60l
Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 0261-2003-AA,/TC.

96
Tíruro PRrunlxen

una labor legislativa positiva y diligente, ya sea para corregir las dis-
paridades en el goce de los derechos fundamentales c I)--^ alcanzat
su integral realización"t6rl.

Nuestro Tribunal Constitucional entiende que el derecho a la


igualdad tiene dos vertientes o facetas. Así, expresa que "el derecho a la
igualdad tiene dos facetas: igualdad ante la ley e igualdad en la ley. La
primera de ellas quiere decir que la norma debe ser aplicable por igual
a todos los que se encuentren en la situación descrita en el supuesto de
la norma; mientras que la segunda implica que un mismo órgano no
puede modificar arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos
sustancialmente iguales, y q.ue cuando el órgano en cuestión considere
que debe apartarse de sus precedentes, tiene que ofrecer para ello una
fundamentación suficiente y razonable"t62l.

Finalmente, ha señalado que "la iguaidad se encuentra resguarda-


da cuando se acredita 1a existencia de los dos requisitos siguientes: a)
paridad, uniformidad v exactitud de otorgamiento o reconocimiento
de derechos ante hechos, suPuestos o acontecimientos semejantes, y
b) paridad, uniformidad y exactitud de trato o relación intersubjetiva
para las personas sujetas a idénticas circunstancias y condiciones. En
buena cuenta, la igualdad se configura como un derecho fundamental
de la persona a no sufrir discriminación jurídica alguna; esto es, a no
ser tratada de manera dispar respecto a quienes se encuentren en una
misma situación, salvo que exista una justificación objetiva y razonable
para esa diferencia de trato"l63l.

Sobre la base de estos criterios puede extraerse que la igualdad no


supone tratar siempre igual a las personas, Pues ello solo será obligatorio
en la medida que haya paridad entre los sujetos, por lo que cuando no
existe tal paridad, es decir, estamos ante sujetos desiguales, el tratamiento
deberá ser diferenciado, no buscando ampliar las diferencias' sino, por
el contrario, se debe pretender reducirlas.

[6] I Loc. cit.


I62l Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 0048-2004-A|/TC.
t63l Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 25 1 0-2002-AA/TC.

97
Oxnr VÍcron Áveros JaRe

Llevado esto al proceso laboral es lo que se conoce como elprlncipio


de socialización, aunque la Nueva Ley Procesal del Trabajo acentúa aún
más la obligación de menguar las desigualdades por lo particular que
pueden resultar las partes que conforman la relación jurídico procesal.

Como hemos señalado anteriormente al referirnos al mencionado


principio, este debe ser analizado sobre la base de las desigualdades de
cualquier índole que se puedan presentar a lo largo del proceso, y lo que
se busca con él no es el favorecimiento de la parte más débil, sino evitar
que la parte más fuerte pueda aprovecharse de su mejor posición para
obtener ventajas que no podría obtener si se tratara de fuerzas parejas.

Es importante recalcar que no en todos los casos el juez tiene la


obligación de evitar la desigualdad, está obligación se configura solo
cuando ella afecte el desarrollo o el resultado del proceso, por lo que
de no existir este riesgo ni la posibilidad de materializarse, el juez debe
llevar el proceso respetando el estatus de cada una de las partes.

2, El pnrrucrpro DE Accnso A LA JUSTIcIA Y EL DE FAVoREcI-


MIENTO POR tA CONTINUACIóN DEL PROCESO O PRINCIPIO
PRO ACTIONE

De la lectura del artículo III del Título Preliminar de la Nueva


Ley Procesal del Trabajo se aprecia una importante diferencia entre el
proceso laboral y el civil, y es que el primero privilegia el fondo sobre
la forma; esto es, prefiere la continuidad del proceso en la medida que
no se afecte el derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
efectiva de la otra parte, que es precisamente el límite de lo razonable.

Indudablemente, esta obligación del juez se asienta en el derecho


constitucional de acceso a la justicia, respecto del cual se ha dicho que
"garantiza que un particular tenga la posibilidad, real y efectiva de
acudir al juez como tercero imparcial e independiente con el objeto de
encargarle la determinación de sus derechos y obligaciones"l64], derecho

t6al Casación N. 1831-2005-Lima, publicada en el diario oficial E/ Peruano el 1 de octubre


de 2OO7.

98
TÍruro PRElrrrlINeR

que consideramos en algunos casos -como en el del proceso laboral y


en particular cuando es el trabajador quien demanda- debe s.i .iún más
flexible por la naturaleza y la urgencia de los derechos peticionados,
por lo que debe darse preferencia la continuación del proceso siempre
y cuando no se vulnere ni afecte ningún derecho de la contraparte, ya
que lo que se busca es dejar de lado las formalidades no esenciales favo-
reciendo la continuidad del proceso, pero nunca lesionar algún derecho,
por más mínimo que sea, de la parte contraria.
Es esto último lo que jurisprudencia nacional llama principio pro
actione,lo que constituye "la exigencia pana los juzgadores de interpretar
los requisitos y presupuestos procesales en el sentido más favorable a
la plena efectividad del derecho a obtener una resolución válida sobre
el fondo, con lo cual, ante la duda, la decisión debe dirigirse por la
continuación del proceso y no por su extinción"t651.

En suma, el proceso laboral debe asentar su estructura sobre la


base de estos principios con el objeto de cumplir su finalidad, cual es
tutelar efectivamente los derechos invocados.

3. Er pRocrso LABoRAL EN Er cAso DE rA MADRE GESTANTE,


EL MENOR DE EDAD Y [A PERSONA DISCAPACITADA

Si ya de por sí el proceso laboral se caracterizapor el favorecimien-


to por la continuación del proceso, la norma exige mayor flexibilidad
tratándose de la madre gestante, el menor de edad y la persona disca-
pacitada, exigencia que es totalmente compatible con lo dispuesto por
nuestra Norma Fundamental en su artículo 23o cuando señala que "el
Estado [...] protege especialmente a la madre, al menor de edad y al
impedido que trabajan".

Al respecto, entendemos que por su particular estado de incapaci-


dad estas personas merecen una mayor y especial protección para hacer
valer sus derechos en la medida que lo requieran. Así, no será posible
que los actos del proceso así como las obligaciones que nacen él sean

t65¡ Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 1 049-2003-AA/TC.

99
Oxar Vícron

contrarios a la situación de estas personas; por ejemplo, no se podrá


disponer i-l'tcrminada actuación judicial que ponga en riesgo la gesta-
ción de la madre, tampoco podrá exigírsele al menor la realización de
obligaciones que no sean acordes con su edad ni con sus estado social;
y menos aun podrá imponérsele al discapacitado obligaciones que por
su situación no pueda cumplirlas.

Estimamos que esta norma es correcta, pero consideramos que es


insuficiente, pues hemos visto como muchas personas que no son ma-
dres gestantes, ni menores de edad ni discapacitados son sujetos de un
trato abusivo por parte de letrados con baja condición moral, dado que
son víctimas de su ignorancia y de su precaria condición económica.
Creemos que este caso también merece una atención especial, ya que
se trata de una realidad que no podemos obviar, y en donde eI j:rcz y
los abogados debemos ser participes para erradicar los abusos que se
pudieren cometer.

4. Er pepnr DEL IUEZ EN EL pRocESo LABoRAL


La norma analizada le exige al juez que asuma un rol protagónico
en el desarrollo e impulso del proceso, esto quiere decir que, además
de ser el director del proceso, tiene por obligación realizar un papel
sumamente activo en el cumplimiento de sus actuaciones y en lo que
respecta a la agtlización del proceso, por ende, se encuentra impedido
de mantenerse inerte e indiferente frente a hechos o actos que bien
puede ejecuta¡ evidentemente, esta obligación no supone suplantar a
las partes en sus funciones. con esta exigencia se busca que el juez sea
el responsable en lo que concierne a la orientación del proceso hacia la
solución más justa posible y ecuánime.

Ahora bien, ser considerado la pieza directriz del proceso también


le impone al juez la obligación de velar por el cumplimiento de una
serie de principios que, de ser transgredidos, pueden afectar el normal
desarrollo del proceso e incluso su resultado. por esta razón es que el
artículo III del rítulo Preliminar de la Nueva Ley Procesal del rrabajo

r00
TÍruro PnnrtutNen

le exige cuidar irrestrictamente el respeto de "los deberes de veracidad,


probidad, lealtad y buena fe", obligación que alcanza también a las partes,
sus representantes, sus abogados y terceros.

A diferencia de la Ley N' 26636,la Nueva Ley Procesal del Traba-


joes más estricta en lo que se refiere a los "aspectos morales", pues le
concede al juez mayores facultades sancionadoras[66] Para, por un lado,
evitar con ello la distorsión del proceso y, por otro lado, demostrar la
eficacia del nuevo modelo procesal.

Es de resaltar que la vulneración de los deberes de veracidad,


probidad, lealtad y buena fe se concreta casi siempre con la llamada
temeridad y mala fe procesal, la cual se Presenta comúnmente en los
siguientes casos que citamos a manera de ejemplo: a) cuando la demanda,
o la contestación o un medio impugnatorio están desprovistos de todo
fundamento jurídico; b) cuando en el curso del proceso y de forma
deliberada se invoquen hechos que no se ajustan a la verdad; c) cuando
se sustrae o se mutila parte del expediente del proceso; d) cuando se
promueva el proceso o un acto procesal del mismo con fines ilegales o
fraudulentos; e) cuando deliberadamente se entorPezca la actuación de
los medios de prueba; f) cuando en las actuaciones orales se ofende a la
judicatural6z), a los intervinientes del proceso o a terceros; I g) cuando
se obstruya intencionalmente y en forma reiterada e injustificada la
tramitación del proceso.

5. Le cRRrutDAD DEL PRocESo LABoRAL


La Nueva Ley Procesal del Trabajo mantiene la premisa de que
el proceso laboral es gratuito para el prestador del servicio, tanto en
primera instancia como en segunda instancia y aun en el trámite del
recurso de casación correspondiente.

Por lo general una sanción de tipo pecuniaria, como es la multa a que se contrae el artículo
15" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley No 29497.
1671
Por ejemplo, vide la Resolución del Tribunal Constitucional de fecha 12 de julio de 2010
recaída en el Expediente N.03347-2009-PA/TC.

101
Ox¡l VÍcron Ávaros Jnnl

La gratuidad a que se hace alusión no es absoluta, porque única-


mente opera en los casos en que el monto total de las pretensiones que
se reclaman no excede las 70 Unidades de Referencia Procesal.

Lo indicado anteriormente con relación a la gratuidad del proceso


laboral guarda concordancia con lo dispuesto en el inciso 16 del artí-
culo 139" de nuestra vigente Constitución Política, conforme al cual
constituye principio y derecho de la función jurisdiccional el principio
de la gratuidad de la administración de justicia y de la defensa gratuita
para las personas de escasos recursos, y pafa todos, en los casos que la
ley señala. Además, es compatible también con el artículo 24" del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder ]udicial, aprobado por
el Decreto Supremo N" 017-93-]US, que prgcisamente la norma que
desarrolla el mencionado precepto constitucional.
Finalmente, sobre la gratuidad hay dos temas que debemos resaltar:
por un lado, el margen arriba del cual desaparece y, por el otro, la im-
posición del pago de costos v costas al trabajador en determinados casos.
Con relación a Io primero, algunos autores cuestionan el hecho de
que el proceso no sea totalmente gratuito para el trabajador, pues con-
sideran que existen muchos casos en donde este percibe una cantidad
ínfima, reducida incluso por las cargas sociales, lo cual no le permitiría
acceder a la justicia laboral. Nosotros consideramos que dicha percepción
es equivocada, pues existen muchos casos en donde el trabajador sí pue-
de asumir los costos del proceso, además, de no poder hacerlo, existen
mecanismos para lograr la exención del pago de tasas como el auxilio
judicial. Estimamos que es correcto que se establezca un margen por
debajo del cual se exonera al trabajador del pago de tasas judiciales bajo
la presunción de que no puede cubrirlas, presunción que desaparecerá
-y con ello la liberación del pago de tasas- cuando se supere el men-
cionado margen, ya que a partir de ello se entenderá que el trabajador
puede costear los gastos que acarrea el proceso, lo cual -aunque de
forma mínima- ayudará a cubrir las múltiples deficiencias económicas
que tiene nuestro sistema de administración de justicia.
Por otro lado, la Nueva Ley Procesal del Trabajo ha asumido la
postura de limitar la gratuidad en el caso de las costas y los costos.
Recordemos que la Ley N. 26636 dispone en su artículo 49. que "los

r02
Tírulo PR¡tuuIN¡n

trabajadores están exentos de la condena en costos y costas", es decir,


en cualquier caso se encuentran libres de su Pago, no importando si
existió o no derecho para demandar, solo bastaba tener la calidad de
trabajador para obtener este beneficio.
La Nueva Ley Procesal del Trabajo es más realista y justa, pues
atiende a los verdaderos motivos que originan el conflicto laboral. Así,
si la pretensión es menor o igual a las 70 Unidades de Referencia Pro-
cesal no habrá obligación del pago de costos y costas, mientras que si
es mayor a dicha cantidad no habrá exención del pago. Sin embargo, y
a pesar de estas reglas, se pueden presentar dos situaciones. En una pri-
mera, si la pretensión es menor a las 70 Unidades de Referencia Procesal
pero queda acreditado que el trabajador actuó con temeridad o mala
fe, deberá pagar los costos y las costas del proceso. En una segunda, si
la pretensión es mayor a las 70 Unidades de Referencia Procesal pero
el juez considera que hubo motivos razonables para demandar, podrá
exonerar del pago costos y las costas.
Como se aprecia, se le concede mucha discrecionalidad al juez
para hacer justicia aun cuando en principio debe actuar de determinada
manera. con ello se ha logrado sensibilizar el proceso y atender más a
lo qug ocurre en el plano real que en el formal'

Afl. lu.- lnl8n0relac¡ún l, aDl¡cac¡ún d0 la$ n0rma$ 8n la ne$0luclún

Íe l0$ c0nfl¡Glo$ d8 la lu$l¡cia laboral

Los jueces laborales, bajo responsabilidad, imparten justicia


con arreglo a la Constitución Política del Perú, los tratados
internacionales de derechos humanos y la ley. Interpretan y
aplican toda norma jurídica, incluyendo los convenios colecti-
vos, según los principios y preceptos constitucionales, así como
los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional y de la
Corte Suprema de fusticia de la República.

I Concordancias:

- Constitución Polftica del Perú: Cuarta Disposición Final y Transitoria'


- Nueva Ley Procesal del Trabajo Ley N" 26ó36: artículos 31o y 40o.

103
Oxer VÍcron Ávnros fr,n,l

Comentario

1. La osrrcAcróN DE TMeARTTR IUSTTcTA coNFoRME A LA


Corusrrrucróru PoríTrcA DEL PEnú
No cabe duda que la Constitución es la fuente suprema del Derecho
nacional. "El concepto Constitución como norma suprema presupone una
determinada estructura del ordenamiento. Esto significa que la Constitu-
ción se presenta como el conjunto de normas a las cuales está sujeta la
creación de normas por los órganos superiores del Estado. Es la norma
básica o fundamental de la pirámide del ordenamiento. La diferencia
entre las normas constitucionales y las demás normas jurídicas es que las
primeras tienen superioridad respecto de la legislación y de toda creación
normativa y de respecto de todos los actos de aplicación de esta"tusl.

Pues bien, sobre la base de esta conceptualización queda claro que


la Constitución es la máxima norma entre las normas, la de más alta
jerarquía un ordenamiento y a la que siempre debe dársele preferencia
sobre cualquier otraf6el.

Esta misma concepción es la que contiene el artículo III del Títu-


lo Preliminar de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, pues le reitera al
juez la obligación de resolver las controversias asumidas bajo la luz de
nuestra Norma Fundamental.

Ello implica, en un primer término, que se le dé inmensa im-


portancia al control difuso, pues el juez deberá preferir siempre a la
Constitución y a los principios que la inspiran antes que cualquier ley
que los contravengan o la distorsionen.

En un segundo término, ello supone que los jueces interpreten los


preceptos constitucionales de conformidad con los criterios expuestos

f681
MoNnoy Cnsnn, Marco Gerardo, "La Constitución como fuente de Derecho: sistema de fuen-
wwwjuridicas.unam.mx,/publica/librev/rev/dconstla/cont/2002/pr/pr3.pdf,
tes", en p.20.
l6el Cabe recordar que el artículo I 38" de nuestra Constitución establece que "en todo pro-
ceso, de existir incompatibiiidad entre una norma constitucional y una norma legal, los
jueces prefieren la primera. lgualmente, prefieren la norma legal sobre toda otra norma de
rango inferior".

104
TÍruro PnprllltNnn

en las distintas sentencias del Tribunal Constitucional, habida cuenta


que se trata del órgano jurisdiccional legitimado para ¡.i¿,1.. ::entido a
las normas constitucionales. En este caso, puede ocurrir que el juez
laboral no esté de acuerdo con la interpretación que se le haya dado a
determinado derecho, como sería el de no ser despedido sino por causa
justa, caso en el cual no necesariamente deberá seguir el criterio senta-
do por el Tribunal Constitucional en alguna de sus sentencia o en una
vinculante, ya que bien podría apartarse de ese criterio en la medida
que su interpretación sea también compatible con la Constitución y, de
igual manera o con mayor eficacia, proteja los derechos vulnerados.
Es importante recalcar esto porque son conocidas las discrepancias
existentes entre el Tribunal Constitucional y la Corte Suprema de lusticia
de la República en lo que se refiere a la adecuada protección contra el
despido arbitrario. Así, si bien es cierto que en sentencias que van desde
las recaídas en el Expedientes N.s 976-2001-AA/TC y lI24-2001-AAl
TC, pasando por la recaída en el Expediente No 976-2001-AA/TC hasta
las más recientes como la perteneciente al Expediente No 05859-2009-
PA/TC, siempre se ha pregonado que la adecuada protección contra el
despido arbitrario es la reposición; en sede judicial una multiplicidad de
sentencias en casación han manifestado que la adecuada protección contra
el despido arbitrario es la indemnización ¡ excepcionalmente' cuando
se configuren ciertos supuestos lo será la reposición. Se trata de criterios
disímiles que solo son aceptados plenamente por quienes los han vertido.

En el caso concreto, a pesar de que existe un mandato expreso para


impartir justicia con arreglo a la Constitución y seguir las interpretacio-
nes que el Tribunal Constitucional ha dado sobre el particular, creemos
que los jueces laborales no seguirán estos últimos, Pues mantendrán la
línea interpretativa imperante en sede judicial.

2. La ogrIcRcIÓN DE IMPARTIR TUSTIcIA coN ARREGLo A tos


TRATADOS INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS

Los tratados internacionales pueden ser entendidos como "un


acuerdo de voluntades expreso o negociado definitivamente, conforme
al Derecho internacional, entre dos o más Estados u otros sujetos de

r05
Derecho internacional, por el cual estos se obligan a determinadas pres-
taciones, abstenciones o servicios, unilaterales o sinalagmáticos, iguales
o diferentes, por una vez o repet¡du-.¡¡."f701.
Ahora bien, el artículo IV del Título preliminar de la Nueva Ley
Procesal del rrabajo hace alusión solo a los tratados internacionales, y
no precisa si también son de observancia obligatoria las declaraciones'
de derechos humanos, las recomendaciones y otros instrumentos que
marcan pautas sobre la materiatTrl.

sobre la base de la naturaleza jurídica y por el carácter vinculan-


te que contienen, consideramos que solo los tratados internacionales
suscritos o ratificados por nuestro país son de observancia obligatoria
para el juez laboral al momento impartir justicia, por lo que de ninguna
manera podría apartarse de ellos, sí de algunas de las interpretaciones
de sus normas, pero no de los tratados en sí.

En lo que concierne a las declaraciones sobre derechos humanos,


las recomendaciones y otros instrumentos que marcan pautas sobre la
materia, estimamos que si bien no son obligatorios ni mucho menos
vinculantes para el juez laboral, siempre deberán ser tenidos en cuenta,
al menos de manera referencial, pues estamos hablando de declaraciones,
pronunciamientos y, en general, criterios surgidos de la misma esencia
de los tratados internacionales y que en la mayoría de los casos apuntan
a desarrollar de forma específica algún suceso social en el marco de los
tratados correspondientes.

Resulta más que evidente afirmar que estos últimos podrán ser
dejados de lado cuando el juez laboral detecte que son incompatibles con
nuestra Constitución, caso en el cual ni si quiera está obligado a señalar
porque no los observa, ya que el artículo IV del Título preliminar de
la Nueva Ley Procesal del Trabajo solo le obliga a impartir justicia con
plena observancia de los tratados internacionales.

Venonoss,Alfred y Srur',rr, Bruno, citados por NoverTruvenn, Fabián y Grncte-connocuNo, Luis,


Derecho internacional público, PUCP-lDEl, Lima, 2000, p. 132.
A este respecto, resulta vital revisar el trabajo de crruess¡ MoNrero, Miguel Francisco,
La protección internacional de los derechos humanos loborales, Tirant lo Blanch-Universitat
de Valencia, Valencia, 2008, pp. 31 y ss.

106
TÍruro PnruurNan

A este respecto, es importante precisar que por virtud de la Cuarta


Disposición Final y Transitoria de nuestra Constitucióü, ,.o "itormas
relativas a los derechos y a las libertades que la Constitución reconoce
se interpretan de conformidad con la Declaración Universal de Dere-
chos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las
mismas materias ratificados por el Perú", es decir, estos instrumentos
internacionales se inscriben y fluyen en nuestro escenario constitucional
en la medida que sean compatibles con nuestra Norma Fundamental y
que ella requiera de interpretación.

En este caso, no debe perderse la perspectiva de que la Constitución


es la norma suprema y como tal prima sobre cualquier otra, por tal
razón es irrisorio pensar que son los aludidos instrumentos los que le
dan sentido a la carta magna; todo lo contrario, ellos solo intervendrán,
precisamente por la permisibilidad, cuando sean comPatibles con ella y
cuando de la norma constitucional en cuestión se planteen varios sentidos.

En el caso concreto de los Convenios de la Organización Inter-


nacional del Trabajo, por su naturaleza jurídica, estamos hablando de
tratados internacionales, los cuales -a razón de lo indicado en las líneas
precedentes- son de obligatoria observancia por los jueces laborales;
en este sentido, al impartir justicia, primero deberán corroborar su
compatibilidad con la Constitución y luego verificar cómo se insertan
en nuestra normativa.

Demás esta decir que las recomendaciones y observaciones de la


Organización Internacional del Trabajo no generan obligatoriedad, no
solo porque el artículo IV del Título Preliminar de la Nueva Ley Pro-
cesal del Trabajo no lo exige, sino porque por su propia naturaleza no
son vinculantes.

3. L¡, onucaclóN DE TMeARTTR lusrrcrA coN ARREGLo A LA


LEY Y tA OBSERVANCIA DE LOS PRINCIPIOS PROTECTOR Y DE
IRRENUNCIABILIDAD DE DERECHOS LABORALES
La ley, entendida en sentido lato, como todas y cada unas de las
normas jurídicas de menor jerarquía que nuestra Constitución, pero que
forman parte de nuestro ordenamiento, es indudablemente la fuente del

r07
Oxer Vícron Áv¡,ros Jene

Derecho más recurrida y comúnmente utilizada para desentrañar los


conflictos j*rídicos que se presentan en el ámbito jurídico.

En el caso concreto, el artículo IV del rítulo preliminar de la Nueva


Ley Procesal del rrabajo le impone al juez la exigencia de utilizarla en
la motivación de cada una de sus resoluciones, y si.-p.. y cuando sea
compatible con nuestra Constitución.

Por la inmensa variedad de normas existentes en nuestro país, y el


enredo normativo que existe en el ámbito del Derecho del traba;o'-lo
que ha dado pie a que se encuentren vigentes una diversidad de normas
que reflejan en muchos casos contextos jurídicos muy distantes-, en
muchas ocasiones el juez laboral se verá en problemas al resolver una
causa' pues tendrá que elegir entre dos o más interpretaciones que se
desprenden de una misma norma, entre dos normas que pueden ser
aplicables a un mismo caso o incluso entre mantener las condiciones
concedidas por una norma en su momento vigente pero ya derogada o
modificada en perjuicio del trabajador.

Es en este escenario conflictivo que el juez debe apelar a las herra-


mientas que le concede el Derecho, y orientar su función jurisdiccional
de conformidad con la verdadera vocación del proceso laboral.

Precisamente, las tres situaciones planteadas han servido de anda-


miaje para la creación de uno de los principios más notables del Dere-
cho del trabajo, desarrollado de extraordinaria manera por el maestro
Américo Plá RodríguezÍ72), nos referimos al principio protectortT3l.

Doctrinariamente se le reconoce a este principio tres variantes: a)


la regla in dubio pro operario; b) la regla de la norma más favorable y
c) la regla de la condición más beneficiosa.

Américo, Los principios del Derecho del trabajo,3^ ed., Depalma, guenos Aires.
PlA Roonrcuez,
1998, pp.61 y ss.
A decir de Rafael caldera, este principio "se explica no solo desde el punto de vista social
sino desde el específicamente jurídico: porque la intención del legislador en esta materia
ha sido la de favorecer a los tra bajadores y, por lo tanto, es correcto aceptar como criterio e
orientación tal ¡ntención genérica" (cnro¡n¡, Rafael, Derecho del trabajo, El Ateneo, Buenos
Aires, 1960, p. 196).

r08
TÍruro PnEltuINRn

La primera de ellas alude al caso en que debe aplicarse una nor-


ma en concreto para solucionar un conflicto jurídico o parte de é1,
sin embargo, de ella se desprenden varios sentidos totalmente válidos
y coherentes. Estos sentidos pueden ser a favor del trabajador, del em-
pleador o de ambos.

Si se trata del primer supuesto, en virtud del principio in dubio pro


operario el juez laboral deberá preferir la interpretación que le sea más
favorable al trabajador, favorabilidad de que debe atender a buscar un
beneficio en el tiempo y no uno mediato o inmediato, evidentemente
ello a la luz de cada caso en concreto. Si nos encontramos en el segundo
supuesto, el juez deberá preferir la interpretación que le resulte menos
perjudicial al trabajador. Finalmente, y en lo que constituye el caso más
común, si existen varios Sentidos de una misma norma, al menos una
en favor del trabajador y otra en favor del empleador, el juez laboral
necesariamente deberá decidirse por la que le beneficia al primero.

Por su parte, la regla de la norma más favorable responde a la


situación en la cual el jrcz laboral se encuentra en la disyuntiva de
aplicar dos o más normas distintas para resolver un mismo conflicto
jurídico. En este caso, por el carácter tuitivo del Derecho del trabajo
del cual se desprenden sus principios, el director del proceso deberá
elegir siempre la que le resulte más provechosa al trabajador, dejando
de lado las demás.

Cabe precisar que en el empleo de este principio se puede Presentar


una situación muy particular, que es aquella en la cual el juez laboral
puede asumir que la aplicación de este principio supone también extraer
lo más beneficioso de las posibles normas a utilizar en el caso concreto,
de forma tal que se crea una nueva norma conformada por los aspectos
favorables de aquellas, Ia cual será finalmente aplicada al trabajador.

Esto es algo muy utilizado en el ámbito del Derecho procesal penal


cuando resulta de aplicación el principío in dubio pro reo, lo que es
conocido como lex tertia. Así, al respecto el Tribunal Constitucional ha
señalado lo siguiente: "De acuerdo con el principio de'combinación de
leyes', el órgano jurisdiccional se encuentra facultado de escoger entre las
distintas leyes penales sucesivas en el tiempo, los preceptos que resulten

109
Oxnr VÍcron Averos Jnn¡

más favorables para el reo, de cuya combinación se deriva una tercera


ley o lex tertia. El principio de 'unidad de aplicación de la ley' plantea
más bien que, ante las diversas leyes penales, se analizará el régimen
que consagra cada una de ellas de manera particular, aplicando aquella
que, independientemente de las demás, resulte más favorableDlT4l.

La pregunta que surge de todo ello es: ¿es posible aplicar este cri-
terio tratándose del principio de la norma más favorable?

Es claro que así como en el ámbito penal existen dos posturas


cuestionables -unos que abogan por el "principio de unidad en la apli-
cación de la ley" y otros que respaldan el "principio de combinación de
leyes"- no necesariamente aceptadas por nuestra judicatura, en el laboral
también sucede o sucederá lo mismo. Sin embargo, particularmente con-
sideramos que en el proceso laboral, al aplicar la le¡ eI juez no podría
valerse del "principio de combinación de leyes", en la medida que la
regla de norma más favorable supone la utilización de leyes en bloque
y no desmembradas, de esta manera no podría crear una tercera ley o
"ley Frankenstein". Además, consideramos que se encuentra impedido
para ello porque el jrez laboral no tiene la función de legislar, sino de
aplicar las leyes ya existentes.

En consecuencia, en aplicación del principio de la norma más fa-


vorable el juez no podrá utilizar el principio de 'tombinación de leyes"
para crear unalex tertia en favor del trabajador, por más que esta le sea
muy beneficiosa, dado que conceptualmente este principio se lo impide.

Refiriéndonos al principio de la condición más beneficiosa, se ha


dicho que "supone la existencia de una situación concreta anteriormente
reconocida y determina que ella debe ser respetada en la medida que
le sea más favorable al trabajador que la nueva norma que se ha de
aPlicar"tTsl.

f74l Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 0l 955-2008-pHC/TC.


t75l PrA Roontcuez, Américo, Los principios del Derecho deltabajo,3" ed., Depalma, Buenos Aires,
1998, p. 108.

110
TÍruro Pnnulrl¡¡¡n

Este principio, más que la solución de una controversia resPecto a


qué norma aplicar, implica la conservación de un determinado estatus
jurídico obtenido en virtud de una ley o una concesión del empleador,
de tal forma que si bien una nueva ley o una disposición del empresario
puede establecer condiciones menos beneficiosas para el trabajador, estas
no le serán aplicables en la medida que deben mantenerse los mejores
estándares laborales que en determinado momento adquirió el servidor.
En otros términos, esta regla no permite la reducción cuantitativa y
cualitativa de los derechos ya ganados y rechaza toda reforma in peius.

Por lo tanto, ante una sucesión normativa en la que se aprecie una


variación negativa de la condición laboral del empleado, el juez laboral
deberá optar por la conservación de los derechos obtenidos por la apli-
cación de Ia normativa anterior.

Ahora bien, en lo que concierne al principio de irrenunciabilidad


de los derechos laborales, es importante precisar dos temas, Por un
lado, qué es este principio y, Por otro lado, cuál es su ámbito de apli-
cación, pues es muy común oír a operadores del Derecho que señalan
que todos los derechos laborales y en cualquier medida se rigen por
tal principio.
En lo que respecta a 1o primero, se ha manifestado que "el principio
de irrenunciabilidad de derechos prohíbe los actos de disposición del
trabajador, como titular de un derecho, que está sujeto al ámbito de
las normas taxativas que, por tales, son de orden público y con voca-
ción tuitiva a la parte más débil de Ia relación laboral"tz6)i Y que este
principio "tiene por objetivo proscribir que el trabajador renuncie a sus
derechos laborales reconocidos por la Constitución y leyes vigentes en
su propio perjuicio, en aras de resguardar sus intereses en la relación
laboral, dado que al trabajador se le considera la 'parte débil' de la
relación laboral"t77l.

Sentencia del Tribunal Const¡tucional recaída en el Expediente No 0008-2005-P|/TC, Fun-


damento No 24.
f77l
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N'0008-2008-PlffC, Fun-
damento No 97.

111
Oxnr Vícron Avelos Jnna

En efecto, en su formulación, el principio de irrenunciabilidad


de derechos "abarca la disposición de derechos sin importar si esta se
realiza antes, durante o después de terminada la relación laboral. Así,
unavez constituida esta, el trabajador no podrá renunciar a un derecho
proveniente de una norma imperativa, aun cuando no haya todavía
reunido los requisitos para su disfrute efectivo y, en puridad, este haya
sido adquirido y sea meramente expectaticio. Del mismo modo, una
vez extinguida la relación laboral, tal derecho será indisponible en tan-
to no se haga efectivo. Con ello, el trabajador no puede desprenderse
voluntariamente de determinados derechos y beneficios que -por su
condición de indisponibles, por su carácter imperativo o por encerrar
la noción de orden público- resultan irrenunciables. Y, en caso así lo
hiciere, tal privación de derechos será reputada como nula de pleno
derecho e ineficaz"tT8l.

Se ha mencionado también que "el Derecho del trabajo considera


que cuando el trabajador renuncia a un derecho lo hace por falta de
capacidad de negociación o por ignorancia, forzado por la desigualdad
jurídico-económica existente con el empleador. [L]o pactado por debajo
de las normas imperativas no tiene validez, es inoponible al trabajador
e ineficaz jurídicamente. Es sustituido de pleno derecho por la norma
que corresponda aplicar. Es decir, que concreta un límite concreto a la
disponibilidad de los derechos del trabajadorDrTel.

Entonces, el principio de irrenunciabilidad de derechos puede ser


entendido como la prohibición para no desprenderse de ciertos derechos
bajo determinados parámetros. Supone la negación a la validez de todo
acto de disposición que efectúe el trabajador con respecto a sus derechos
reconocidos por normas imperativas, constituyéndose como una restric-
ción a la autonomía de la voluntad de las partes, quedando justificado
esto en la desigualdad existente entre las partes de la relación de trabajo.

t78l
Go¡iznl¡s Huxr, César, "La reducción de remuneraciones y principio de irrenunciabilidad de
derechos'i en Los principios del Derecho del trabojo en el Derecho peruano. Libro homenaje a
Américo PIó Rodríguez,2" ed., SPDTSS-Grijley, Lima, 2009, p.194,
GRrsor-f¡, Julio Armando, Derecho del trabajo y de la seguridad social, 9u ed., Lexis Nexis-De-
palma, Buenos Aires,2003, p.58.

t12
TÍruro PRU-IutNeR

Por otra parte, y en lo que resPecta al segundo tema, es im-


portante mencionar que nuestra Constitución Política lo consagra
señalando que en toda relación laboral se respeta, entre otros prin-
cipios, el carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la
Constitución y la ley. La Ley N" 26636 también lo prevé al señalar
en el artículo III del su Título Preliminar que "el juez debe velar por
el respeto del carácter irrenunciable de los derechos reconocidos Por
la Constitución y la ley". Sin embargo, la Nueva Ley Procesal del
Trabajo no dice nada acerca de é1. Y creemos que no era necesario
debido a que si nuestra Norma Fundamental ya lo ha regulado como
precepto de obligatorio cumplimiento -y Por lo tanto se encuentra
inserto en ella-, es más que evidente que el juez laboral debe hacer
respetar este principio.

Pues bien, ciñéndonos en estricto a la regulación constitucional,


vemos que el ámbito de aplicación es restringido, pues solo atañe a los
derechos contemplados exPresamente Por nuestra carta magna o por la
iey; por consiguiente, el principio de irrenunciabilidad no tiene vigencia
alguna frente a derechos obtenidos en virtud a fuentes distintas a las
aludidas, como sería, por ejemplo, un convenio colectivo.

Similar opinión es la del Tribunal Constitucional, quien ha señalado


que "la irrenunciabilidad solo alcanza a aquellos derechos reconocidos
por la Constitución y la ley; no cubre, pues, a aquellos provenientes de la
convención colectiva de trabajo o la costumbre. [...]. La irrenunciabilidad
de los derechos laborales proviene y se sujeta al ámbito de las normas
taxativas que, por tales, son de orden público y con vocación tuitiva a
la parte más débil de la relación laboral. [L]a norma taxativa es aquella
que ordena y dispone sin tomar en cuenta la voluntad de los sujetos de
la relación laboral. En ese ámbito, el trabajador no puede 'despojarse',
permutar o renunciar a los beneficios, facultades o atribuciones que le
concede la norma"[to].

t80l Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N. OO08-2005-Pl/TC, tun-


damento No 24.

113
Oxnr Vícron Averos Inn¡.

De esta forma, la función principal del juez laboral al aplicar la


ley -ante el cumplimiento del empleador- es hacer cumplir este prin-
cipio, pues si lo obvia estamos ante la desnaturalización de las normas
en cuestión, en la medida que no basta con invocar y señalar cuál es
la norma jurídica aplicable al caso concreto, sino emplearla en toda su
extensión y con pleno respeto y observancia de los principios que la
inspiran y rodean.

4. IrurERpnETAcróN y AplrcAcróru oE LAs NoRMAs luRÍDrcAs


Y CONVENIOS COLECTIVOS

Interpretar constituye la acción de "explicar o declarar el sentido


de algo, y principalmente el de un ¡s¡1s"tatJ. Indudablemente, una in-
terpretación se da en el caso de que un texto resulte confuso o no esté
claramente determinado. De esta manera, antes de aplicar una norma
será necesario que se determine cuál es su sentido, pues de lo contrario
podría resultar incoherente su empleo; y la operación lógica que debe
llevar a cabo el juez laboral podría verse distorsionada, a tal punto que
no se pueda cumplir los fines del procéso.

La Nueva Ley Procesal del Trabajo dispone, mediante su artículo


IV, que los jueces están obligados a interpretar y aplicar toda norma
jurídica, incluyendo los convenios colectivos, "según los principios
y preceptos constitucionales, así como los precedentes vinculantes
del Tribunal Constitucional y de la Corte Suprema de |usticia de la
República".

El mandato es claro, tratándose de una interpretación los jueces


deben orientar su función jurisdiccional hacia los principios y preceptos
constitucionales, los cuales, a su vez, deben ser interpretados de con-
formidad con los tratados internacionales de derechos humanos; sin
embargo, y en el mismo grado también deberán tener en consideración
los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional y de la Corte
Suprema de |usticia de la República.

t81l V¡de http://buscon.rae.es/drael/SrvltConsulta?TIPO-BUS=3&LEMA=interpretacion.

tt4
TÍruro Pn¡rIurN¡n

Esta norma, en el fondo, recoge el principio de no dejar de admi-


nistrar justicia por vacío o deficiencia de la le¡ contenido en el numeral
8 del artículo 139" de nuestra carta magna, ya que ante la ausencia o
insuficiencia normativa, el juez deberá recurrir a otras fuentes del De-
recho para suplir tales incorrecciones.

Es preciso indicar que las mencionadas no son las únicas, sino las
más importantes, por lo tanto, es posible que el juez laboral pueda em-
plear otras fuentes de Derecho en defecto o vacío de las contempladas
en el artículo IV de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

115
rÍrulo r
DISPOSICIOMS GBNERATES
CAPÍTULO I
COMPETENCIA

c0mmtsncia [0n mate]'¡a de l0$ iüzgad0s de 0az leFad0$


lamralE$

Los juzgados de paz letrados laborales conocen de los siguientes


procesos:
1. En proceso abreviado laboral, las pretensiones referidas
al cumplimiento de obligaciones de dar no superiores a
cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP) ori-
ginadas con ocasión de la prestación personal de servicios
de naturaleza laboral, formativa o cooperativista, referidas
a aspectos sustanciales o conexos' incluso previos o poste-
riores a la prestación efectiva de los servicios"
2. Los procesos con título ejecutivo cuando la cuantía no
supere las cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal
(URP); salvo tratándose de la cobranza de aportes previ-
sionales del Sistema Privado de Pensiones retenidos por el
empleador, en cuyo caso son competentes con prescindencia
de la cuantía.
3. Los asuntos no contenciosos, sin importar la cuantía.

I Concordancias:

- Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial: artlculos


42o,51o y 57o.
- Código Procesal Civil: artfculo 6880.1'l .
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos 20,30 y 70.

119
Oxer VÍcron Ávelos |nne

Comentario

1. Le ¡unrsuccróN y rA coMpETENcrA
Para comprender el concepto correcto de lo que constituye la
competencia, es importante antes conocer lo que es la jurisdicción. Así,
puede decirse que la jurisdicción es el poder-deber con el que cuenta
el Estado para administrar justicia a través de sus órganos legitimados
para ello, de forma tal que pueda declarar derechos y exigir el cumpli-
miento de sus mandatos.

dicho que la jurisdicción es "la función que ejerce el Estado


Se ha
por intermedio de los jueces integrantes del Poder |udicial, los que,
utilizando el proceso como instrumento, dirimen los conflictos de
trascendencia jurídica o resuelven las incertidumbre jurídicas que se les
somete a su conocimiento y decisión, mediante resoluciones que adquie-
ren la categoría de cosa juzgada, susceptibles de ejecución en los casos
en que la decisión final dispone el cumplimiento de una prestacif¡"lazl.

Es importante mencionar que nuestra Constitución no define lo


qué es la jurisdicción, sin embargo, establece ciertos parámetros para su
ejercicio. Así, en el numeral I de su artículo 139" señala que la unidad
y exclusividad es un principio y derecho de la función jurisdiccional,
precisando que no existe ni puede establecerse jurisdicción alguna in-
dependiente, con excepción de la militar y la arbitralltt], y que no hay
proceso judicial por comisión o delegación.

A la luz de ello, el Tribunal Constitucional ha manifestado que


"la función jurisdiccional debe entenderse como aquel fin primario del
Estado consistente en dirimir los conflictos interindividuales. En efec-
to, ante el impedimento de hacerse justicia por propia mano (salvo en
los casos de legítima defensa o de derecho de retención), es el Estado
el encargado de resolver las controversias legales que surgen entre los
hombres. En dicho contexto, el justiciable tiene la facultad de recurrir

t82l
Jorge, Tratado de Derecho procesal civil, Grijley, Lima, 2003, T. I, p.80.
CrRRróru Luco,
t83l
Aunque algunos señalan que no se trata propiamente de una "jurisdicción arbitral,,o una
jurisdicción militar'l sino que se trataría de una competencia arbitral y una militar.

r20
CoI.rpstpNcre

ante el órgano jurisdiccional del Estado para ejecutar una acción, a lo


que corresponde como correlato la jurisdicción, que es, además, un
poder-debg¡"t8rl.

De lo indicado se desprende que en nuestro país exclusivamente


ostentan la jurisdicción los órganos señalados explícitamente en nuestra
carta magna{8sl, por lo tanto, no podría atribuirse esta facultad quien no
se encuentre facultado constitucionalmente para ello. Tampoco es factible
que quienes hayan sido designados para ejercer la función jurisdiccional
puedan trasladar o disponer de esta facultad, ya que su ejercicio debe ser
efectuado directamente por el propio órgano designado para tal efecto.

De esta forma, debe dejarse en claro que la jurisdicción es unitaria


y concentrada, por lo que, salvo las jurisdiccionesl86l militar y arbitral, se
trata de una sola; en consecuencia, como afirma Arévalo Vela, "nuestro
ordenamiento jurídico no admite la posibilidad que pueda existir una
jurisdicción privativa, dotada de autonomía orgánica, que tenga como
función resolver los conflictos jurídicos de orden laboral [...]. Es por
ese motivo que en el Perú no podemos hablar con propiedad de una
jurisdicción laboral, ni penal, ni de una jurisdicción civil, ni de una
jurisdicción de familia, sino como [...] 'especialidades jurisdiccionales'
que forman parte de la jurisdicción única, especialidades entre las cuales
se divide la de trabajo en atención a la naturaleza de las pretensiones
que se reclaman ante el Poder Judicial"fazl.

Aclarado esto, pasemos a ocuparnos de la competencia. Ella puede


ser definida genéricamente como "la facultad del juez para conocer un
asunto dado, como también el conflicto o cuestiones que pueden darse
al respecto. La competencia es, por tanto, el modo o manera cómo se

f84l Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 0023-2003-A|/TC.


t851
lncluyendo, además de los señalados a las comunidades campesinas y nativas y, en mate-
ria electoral, al Jurado Nacional de Elecciones. Este tema se desarrolla con mayor amplitud
al estudiar lo referente al Proceso impugnat¡vo de laudos orbitrales económicos (comentario
al artículo 50. de la Nueva Ley Procesal del Trabajo).
1861
Aunque algunos autores señalan con propiedad que no se trata de jurisdicción de sino
de una competenc¡a. Al respecto, vide As¡o Yuprr.leul, Samuel, El proceso constitucionol de
omparo,2¡ ed., Gaceta ..lurídica, Lima, 2008.
t87l AnÉv¡lo Vru, Javier, Derecho procesal del trabajo, Grijley, Lima, 2007, p. 31.

r21
Oxal VÍcron Áveros Jen¡

ejerce la jurisdicción. Quiere decir que la competencia limita la juris-


dicción por circunstancias concretas de materia, cuantía, grado, turno
o territorio, imponiéndose, por lo tanto, la competencia por necesidades
del orden práctics"tesJ.

A diferencia de la Ley N" 26636, que establecía que "la potestad


jurisdiccional del Estado en materia laboral se ejerce por los órganos
judiciales que contempla la Ley Orgánica del Poder |udicial", la Ley N.
29497, Nueva Ley Procesal del Trabajo, no hace mención de quiénes
ejercen la función jurisdiccional, sin embargo, consideramos que no es
una deficiencia, ya que ello ya se encuentra contenido en el Texto único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder ]udicial, aprobada por el Decreto
Supremo N' 017-93-JUS. En todo caso, la Ley N" 26636 es redundante.

Pues bien, de conformidad con el aludido texto único ordenado, los


órganos encargados de ejercer la competencia de los litigios en materia
laboral son los |uzgados dePaz Letrado y los )uzgados Especializados de
Trabajo, las Salas Laborales de la Corte Superior y las Salas de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República.
Entonces, en virtud de estos de órganos se determina y se distri-
buye el conocimiento de las causas provenientes de conflictos jurídicos
laborales. Dicha distribución se realiza considerando las pautas que la
propia norma adjetiva laboral determine en razón de la ubicación geo-
gráfica donde se origina el conflicto o la ubicación del distrito judicial
donde se produzca lalitis (competencia por razón del territorio), o de la
materia especifica que se ventile (competencia por razón de la materia),
o dependiendo del órgano judicial que conocerá la causa (competencia
por raz6n de la función), o del monto de lo pretendido por el deman-
dante (competencia por razón de la cuantía).
No podemos dejar de mencionar que a la competencia se le atribuyen
dos características: la irrenunciabilidad y la indelegabilidad.

Con relación a lo primero, debe resaltarse que la competencia solo


puede ser establecida por ley o por norma con rango de ley. precisa-

t88l SAGAsTEGUT Unrercn, Pedro, Exégesis y sistemótica del Código Procesat Civil, Grijley,Lima, 2003,
Vol. l, p.63.

t22
ConpEtrNctl

mente, ello sucede en el caso laboral, ya que el Texto Único Ordenado


de la Ley orgánica del Poder ]udicial -que reordena las disposiciones y
las modificu.ion.r del Decreto Legislativo N" 767, norma con rango de
l.y- y la Ley N" 29497 establecen como se distribuye la competencia.
De esta manera, los jueces y, en general, cualquier órgano competente Se
encuentran impedidos de renunciar a la competencia atribuida y muchos
menos modificárla, ya que eso supondría contravenir expresamente la ley'

En este caso, vale la pena señalar que es muy común que' vía in-
terpretación jurisprudencial, se irrogue competencia a ciertos órganos
de administración de justicia, a pesar de que la normativa pertinente
no los haya considerado. un ejemplo de ello, como señala Arévalo Vela,
ocurrió "cuando la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
suprema de fusticia de la República, por vía jurisprudencial, interpretó
que el artículo 8" de la Ley N" 26835 había modificado la regla de la
competencia contenida en el numeral 1 del inciso c de la Ley Procesal
del Trabajo, dejando a las Salas Laborales sin competencia en materia
previsional"i8sJ.

Con la publicación de la Casación No 3075-2007-Del Santate0l sucedió


lo mismo, ya que la Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria
de la corte Suprema de ]usticia de la República ha considerado que es
más apropiado que las demandas que contengan pretensiones previ-
sionalés contra la Caja de Beneficios y Seguridad Social del Pescador
sean asumidas por el juez contencioso administrativo o quien haga sus
veces dentro del procedimiento, ello a pesar de que, en principio, la
competencia le corresponde a los jueces laborales. En este último caso,
hay que señalar que hasta que la Ley N" 26636 se mantenga vigente
los cómpetentes para conocer las pretensiones referidas a los conflictos
en materia de seguridad social, tratándose de las controversias en esa
materia que se inicien contra la Caja de Beneficios Sociales del Pescador,
serán los juzgados contenciosos administrativos; empero' una vez vigente
la Ley N" 29497,Ia competencia será de los |uzgados Especializados de
Trabajo, ello en razón de que esta ley es posterior al pronunciamiento

lset AaÉvrroVeu. Derechoprocesal del trabaio, cit., pp.34y 35'


t90l
Publicada en el diario of'tcial El Peruano el 1 de marzo de 2009.

r23
Oxel Vícron Áv¡.ros Inn¡

de la Corte Suprema de Justicia de la República, y de forma precisa


señala que este tipo de conflictos son de competencia de los |uzgados
Especializados de Trabajo.

Con respecto a la indelegabilidad, debe decirse que implica que


los jueces y, en general, cualquier órgano competente se encuentran
impedidos de delegar en sujetos distintos a ellos la competencia que les
ha sido asignada mediante ley. Sin embargo, ello no quiere decir que
todas las actuaciones judiciales deban ser realizadas necesaria y personal-
mente por el órgano competente, pü€S habrán casos en que ello no será
posible. En este sentido, la indelegabilidad no supone que no se pueda
comisionar a otro para la realización de actuaciones judiciales fuera del
ámbito de competencia. Y ello es totalmente entendible en la medida
que el comisionante mantiene siempre la titularidad de la competencia,
empero, a efectos de no entrometerse en otra competencia territorial,
solicita la participación del órgano competente del lugar en calidad de
comisionado con el objeto de encomendarle ciertas actuaciones judiciales.

Un claro ejemplo de ello son los exhortos. Así, en el supuesto en


que un juzgado de la ciudad de Lima sea competente para conocer de
determinada materia, pero debe notificar al demandando en un lugar
distinto y respecto del cual no tiene competencia, deberá solicitar la
intervención del juzgado competente de ese lugar con la finalidad de
qlue, en ejercicio de su competencia, pueda realizar por encargo las
actuaciones judiciales correspondientes.

En este caso, el comisionado deberá limitarse a cumplir lo dispuesto


por el comisionante de acuerdo con las reglas procesales pertinentes, y
de ninguna manera tendrá potestad para decidir cuestiones referentes
al fondo de la causa.

2. DTpEREwcTAS ENTRE LA coMpETENcrA poR RAzóN DE LA


MATERTA ASTGNADA A LOS fUZCanOS DE PAZ LETRAOOS pOR
tA LEY N9 26636 Y PoR LA LEY N9 29497
No puede dejar de mencionarse que existen sustanciales diferencias
entre lo regulado por la Ley N" 26636 y la Ley N" 29497. En primer
lugar, puede decirse que al amparo de la Ley N" 26636 los )ueces de Paz

t24
CoupErENct¡.

Letrado venían conociendo en su gran mayoría de los conflictos sobre


pago de remuneraciones, comPensaciones y derechos similares que sean
de obligación del empleador y tengan una expresión monetaria líquida
hasta un máximo de l0 Unidades de Referencia Procesal; sin embargo,
con la Nueva Ley Procesal del Trabajo conocerán las mismas causas
pero hasta las 50 Unidades de Referencia Procesal, lo cual supone dos
cosas: por un lado, que asumirán una mayor catga, y' Por otro lado,
que es necesaria la especialización para que los jueces se aboquen a los
casos en materia laboral, de conformidad con la Quinta Disposición
Transitoria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Otra importante diferencia es que los |ueces dePaz Letrados Labo-


rales ya no conocerán de la "impugnación de las sanciones disciplinarias
impuestas por el empleador durante la vigencia de Ia relación laboral"
como ocurre con la vigencia de la Ley N' 26636, pues la Nueva Ley
Procesal del Trabajo ha limitado la competencia de ellos solo a los casos
en donde se ventilen obligaciones de dar.

También podemos ver que los Juzgados de Paz Letrados Laborales


ya no tienen la competencia exclusivapara resolver los conflictos sobre
reconocimiento de los derechos comprendidos en el régimen de trabajo
del hogar. LaLey N" 26636 les concede competencia exclusiva Para cono-
cer estos casos a los |uzgados de Paz Letrados sin importar su cuantía;
no obstante, la Nueva Ley Procesal del Trabajo no hace diferenciación
alguna, con lo que se puede colegir que se les aplicará la ley de igual
forma que a cualquier prestador de servicios sin importar la naturaleza
de su labor. Al respecto, consideramos que el hecho de habérseles re-
gulado como de competencia exclusiva de los Juzgados dePaz Letrados
constituía un acto de discriminación, va que nada justifica ese hecho,
máxime si con ello no se les permite gozar plenamente a estas Personas
de un acceso eficaz a la justicia, )' con las garantías debidas del caso.

Otra diferencia importante es que los fuzgados dePaz Letrados ya


no conocerán todo Io referente al Sistema Privado de Pensiones, pues
ahora solo se abocarán a asumir las causas referidas a la cobranza de
aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones retenidos por
el empleador, en cuyo caso son comPetentes con prescindencia de la
cuantía. Los demás conflictos que se deriven de la relación trabajador-

125
Oxer Vícron Ávelos Jene

Sistema Privado de Pensiones son de conocimiento de los |uzgados


Especializados Laborales conforme al literal j del numeral I del artículo
2" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Finalmente, otra importante diferencia es la referida a la ejecución


de los títulos ejecutivos. Con la vigencia de la Ley N. 26636 la ejecu-
ción de resoluciones administrativas, sentencias emitidas por las Salas
Laborales, laudos arbitrales firmes que ponen fin a conflictos jurídicos y
títulos de otra índole que la ley señale, eran de competencia exclusiva de
los |uzgados Especializados de Trabajo; sin embargo, con la vigencia de
la Ley N" 29497 la competencia es repartida, ya que ahora los fuzgados
de Paz Letrados son competentes para la ejecución de títulos ejecutivos
en la medida que su cuantía no supere las 50 Llnidades de Referencia
Procesal, salvo que se trate de la cobranza de aportes previsionales del
Sistema Privado de Pensiones retenidos por el empleador, en cuyo caso
son competentes con prescindencia de la cuantía. Superada la aludida
cuantía la competencia es de los Juzgados Especializados de Trabajo.

3. La corupETENcrA poR RAzóN DE LA MATERTA DE Los luze*


DOS DE PAZ LNTNADOS LABORATES
El artículo 1" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo señala que los
|uzgados de Paz Letrados Laborales son competentes por razón de la
materia para conocer de los siguientes procesos:

3.1. Pretensiones referidas al cumplimiento de obliga-


ciones de dar que no excedan las 50 Unidades de Re-
ferencia Procesal
Teniendo como premisa los aicances de la justicia laboral estable-
cidos en el artículo II dei Títuio Preliminar de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo, es importante comenzar señalando que los |uzgados de
Paz Letrados Laborales, r'ía proceso abreviado, son competentes para
conocer los conflictos jurídicos que se originan con ocasión de las
prestaciones de servicios de carácter personal de naturaleza laboral,
formativa o cooperativista, siempre y cuando se trate de obligaciones
de dar no mayores a las 50 Unidades de Referencia Procesal o, lo que
es lo mismo, 5 Unidades Impositivas Tributarias.

r26
CoupErENcI¡

La redacción de la norma es llamativa, ya que de una simple lectura


se aprecia que los |uzgados de Paz Letrados Laborales se encuentran
impedidos de conocer, cualquiera sea la cuantía, los conflictos deri-
vados de prestaciones de servicios de carácter personal de naturaleza
administrativa; asimismo, se encontrarían también impedidos de asumir
causas referidas al reconocimiento de una relación laboral. Y decimos
esto último porque el numeral 1 del artículo 1" de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo no refiere -como sí lo hace expresamente el artículo II de
su Título Preliminar- nada acerca del encubrimiento de relaciones de
trabajo.

Lo cierto de todo es que luego de una revisión de todo lo que con-


cierne a la competencia, se advierte que este suPuesto en particular no le
ha sido asignado expresamente ni a los juzgados especializados' ni a las
salas laborales ni mucho menos a ias salas suPremas; por consiguiente,
y teniendo en consideración que el aiudido numeral I establece como
parte de la competencia de los |uzgados de Paz Letrados Laborales
"el cumplimiento de obligaciones de dar originadas con ocasión de la
prestación personal de servicios de naturaleza laboral", estimamos que
son ellos los competentes para asumir estos casos.

3.2. Pretensiones referidas a la eiecución de títulos eie-


cutivos cuando la cuantía no sea mayor de 50 Unida-
des de Referencia Procesal
Un segundo supuesto de competencia para los |uzgados de Paz
Letrados Laborales es aquel que se refiere a la ejecución de títulos eje-
cutivos cuando la cuantía no sea mayor a las 50 Unidades de Referencia
Procesal.

Como sabemos, un título ejecutivo es aquel documento de natura-


leza judicial o extrajudicial en que consta una obligación cierta, expresa
y exigible, y cuya ejecutabilidad es declarada por la ley.
En el caso concreto, es la misma Ley N" 29497, Nueva Ley Procesal
del Trabajo, la que indica qué títulos son susceptibles de ser ejecutados
en el proceso laboral; siendo los siguientes:

t27
Oxer VÍcron Averos Jene

a. las resoluciones judiciales firmes;


b. las actas de conciliación judicial;
c. los laudos arbitrales firmes que, haciendo las veces de sentencia,
resuelven un conflicto jurídico de naturaleza laboral;
d. las resoluciones de la autoridad administrativa de trabajo firmes
que reconocen obligaciones;
e. el documento privado que contenga una transacción extrajudicial;

f. el acta de conciliación extrajudicial, privada o administrativa; y


g. la liquidación para cobranza de aportes previsionales del Sistema
Privado de Pensiones.
En este último caso no importará si la obligación contenida en el
título es mayor de las 50 Unidades de Referencia Procesal, va que la
Nueva Ley Procesal del Trabajo les concede a los luzgados de Paz Le-
trados Laborales la competencia con prescindencia de la cuantía.

4. PRErErusloNEs REFERTDASAASUNToS No coNTENcIosos


Los asuntos no contenciosos son aquellas incertidumbres jurídicas
que no implican ejercicio de pretensiones de una persona frente a otra,
sin embargo, requieren la intervención del órgano judicial. Por su natu-
raleza, no admiten contradicción alguna de otra parte, pues la actividad
judicial se restringe a dar valor legal a determinados actos mediante la
intervención judicial; no obstante, tratándose de la consignación, sí cabe
la contradicción como medio de defensa del acreedor.
Los procesos no contenciosos implican un trámite procedtmental
a través del cual el interesado pide a la autoridad jurisdiccional que
fiscalice, constate o constitul,a una determinada situación jurídica en
beneficio del solicitante, situación que permanecerá vigente siempre que
no cambien las circunstancias del acto jurídico que le dio origen y en
tanto no surja una cuestión litigiosa sobre el particular.
La Nueva Ley Procesal del Trabajo les concede a los |uzgados de
Paz Letrados Laborales la competencia de todos los procesos no conten-
ciosos que emanen de la relación de trabajo sin importar la cuantía. En

r28
Coup¡rrNcI¡

este caso, ha contemplado tres supuestos que se pueden tramitar como


tal, que son el de la consignación, la autorización judiciai ¡.*ra ingreso
al centro laboral y la entrega de documentos.

Art.20.- Go]ll[clsncia rur malen¡a [s l0$ iuzgad0$ e$mc¡al¡zam$ [8


tnami0

Los juzgados especializados de trabajo conocen de los siguientes


procesos:
1. En proceso ordinario laboral, todas las pretensiones relati-
vas a la protección de derechos individuales, plurales o co-
lectivos, originadas con ocasión de la prestación personal de
servicios de naturaleza laboral, formativa o cooperativista'
referidas a aspectos sustanciales o conexos, incluso previos
o posteriores a la prestación efectiva de los servicios.
Se consideran incluidas en dicha competencia, sin ser ex-
clusivas, las pretensiones relacionadas a los siguientes:
a. El nacimiento, desarrollo y extinción de la prestación
personal de servicios; así como a los correspondientes
actos jurídicos.
b. La responsabilidad por daño patrimonial o extrapatri-
monial, incurrida por cualquiera de las partes involu-
cradas en la prestación personal de servicios, o terceros
en cuyo favor se presta o prestó el servicio.
c. Los actos de discriminación en el acceso, ejecución y
extinción de la relación laboral.
d. El cese de los actos de hostilidad del empleador, inclui-
dos los actos de acoso moral y hostigamiento sexual,
conforme a la ley de la materia.
e. Las enfermedades profesionales ,v los accidentes de
trabajo.
f. La impugnación de los reglamentos internos de trabajo.
g. Los conflictos vinculados a una organización sindical y
entre organizaciones sindicales, incluida su disolución.
h. El cumplimiento de obligaciones generadas o contraí-
das con ocasión de la prestación personal de servicios
exigibles a institutos, fondos, cajas u otros.

t29
Ox¡.1 Vícron Áveros Jen¡

l. El cumplimiento de las prestaciones de salud ypensiones


de invalidez, a favor de los asegurados o los beneficia-
rios, exigibles al empleadot a las entidades prestadoras
de salud o a las aseguradoras.
l. El Sistema Privado de Pensiones.
k. La nulidad de cosa juzgada fraudulenta laboral; y
l. aquellas materias que, a criterio del juez, en función de
su especial naturaleza, deban serventiladas en el proceso
ordinario laboral.
Conoce las pretensiones referidas al cumplimiento de
obligaciones de dar superiores a cincuenta (50) Unida-
des de Referencia Procesal (URP).
2. En proceso abreviado laboral, de la reposición cuando esta
se plantea como pretensión principal única.
3. En proceso abreviado laboral, las pretensiones relativas a
la vulneración de la libertad sindical.
4. En proceso contencioso administrativo conforme a la ley de
la materia, las pretensiones originadas en las prestaciones
de servicios de carácter personal, de naturaleza laboral'
administrativa o de seguridad social, de derecho público; así
como las impugnaciones contra actuaciones de la autoridad
administrativa de trabajo.
5. Los procesos con título ejecutivo cuando la cuantía supere
las cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP).

I Concordancias:

- Texto Único Ordenado de la Ley Orgáni<a del Poder Judicial: artículos


42",51" y 57".
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 1o, 30 y 7a.

Comentario
Al igual que en el caso anterior y siguiendo la mismaconcepción
expuesta por la Ley N' 26636,Ia Nueva Ley Procesal del Trabajo ha
previsto una serie de supuestos que son de competencia de los |uzga-
dos Especializados de Trabajo, ya sea en proceso ordinario laboral, en
proceso abreviado, en proceso contencioso administrativo o en Proceso
de ejecución. Veámoslos a continuación.

130
CorrlpErnNcr¡

1. La coptpETENcIA DE Los luzcADos ESeECIALIZADoS DE


TRABAIO EN EL PROCESO ORDINARIO TABORAL

l.l. Pretensiones relacionadas con la defensa de dere-


chos individuales, plurales o colectivos, derivadas
de la prestación personal de servicios de naturaleza
laboral, formativa o cooperativista
El numeral 1 del artículo 2" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
enumera los supuestos para los cuales son competentes los juzgados
especializados de trabajo en el proceso ordinario laboral. Sin embargo,
debemos indicar que aquella enumeración no resulta taxativa (numerus
clausus), puesto que se deja a criterio del juez la ampliación de aquel
listado de materias ya señalado en ia norma.

Si bien pueden surgir opiniones en contra y a favor de aquella


decisión legislativa que otorga tal facultad a los magistrados, más aún
cuando en la anterior Ley Procesal del Trabajo, la Ley No 26636, se
establecía que los ]uzgados Especializados Laborales eran competentes
para conocer lo que la ley expresa y literalmente les había asignado
y lo que no era de competencia de los Juzgados de Paz Letrado, es
incuestionable el hecho de que la nueva normativa adjetiva laboral
establece parámetros y consecuencias distintas a su predecesora, por
cuanto es clara al señalar que los supuestos contemplados no son
exclusivos.

Los )uzgados Especializados de Trabajo son competentes para


conocer, en proceso ordinario laboral, todas aquellas pretensiones rela-
cionadas con la defensa de derechos individuales, plurales o colectivos,
derivadas de la prestación personal de servicios de naturaleza laboral,
formativa o cooperativista, siempre y cuando tales pretensiones concier-
nan a aspectos sustanciales o conexos a la citada prestación efectiva de
servicios, lo que incluye aspectos previos o posteriores a tal prestación.
Se reputan incluidas en la aludida competencia de los )uzgados Espe-
cializados de Trabajo, sin carácter de exclusividad, las pretensiones que
guarden relación con los siguientes asuntos:

131
Oxel VÍcron Áv¡.ros Jen¡,

7.7.7. El nacimiento, desarrollo y extinción de la presta-


ción personal de servicíos, y los respectivos actos
jurídicos vinculados a la citada prestación personal
de servícios
Se trata de los casos de acceso al empleo, del desarrollo de la re-
lación laboral y de la incidencia de su culminación.

En primer luga¡ debe decirse que la competencia de los |uzgados


de Trabajo alcanza a los actos previos a la iniciación del contrato de
trabajo, lo que definitivamente nos lleva a pensar sobre los casos de
discriminación en las ofertas de empleo y en el acceso al empleo. Si bien
en estos casos no se puede hablar propiamente de una relación laboral,
no es incorrecto afirmar que estos hechos son parte del ámbito del De-
recho del trabajo en Ia medida que las expectativas de quien pretende
alcanzar el empleo y quien io ofrece genera ,va de por sí una relación
de sujeción del primero hacia el segundo, lo cual puede corroborarse
con las decisiones que este último adopte.

Si tenemos en consideración que el contrato de trabajo es un


contrato-realidad, es evidente que toda relación laboral se constituye
no por la suscripción de un documento, sino por la ejecución de las
labores subordinadas; sin embargo, ello no supone que el título que
da origen a dichas labores pueda ser pactado sin limitaciones, habida
cuenta que para que el contrato de trabajo sea válido y tenga eficacia
deben observarse ciertos parámetros mínimos.

En cuanto al desarrollo de la relación laboral, no existen dudas que


en su decurso pueden presentarse una serie de sucesos de todo tipo que
pueden ir desde el incumplimiento de obligaciones laborales, pasando
por el ejercicio abusivo de las facultades empresariales y llegando a
la impugnación de sanciones. Dentro de cada uno de ellos se pueden
presentar, a su vez, muchos otros, con particularidades especiales. Por
mandato de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, todos son de competencia
de los luzgado Especializados de Trabajo. Y ello es importante anotarlo
dado que con la vigencia de la Ley N" 26636 algunos de estos supuestos
eran de competencia de los |uzgados de Paz Letrados.

t32
Col,rpErENcre

Sobre los casos de extinción del contrato de trabajo, podemos


afirmar que son los más recurrentes, tanto tratándose de despidos
arbitrarios, nulos e indirectos; sin embargo, estos solo serán de com-
petencia de los |uzgados Especializados Laborales cuando la cuantía de
lo peticionado sea superior a las 50 Unidades de Referencia Procesal,
pues debajo de esta entidad serán de competencia de los |uzgados de
Paz Letrados Laborales.

1.7.2. La responsabilidad patrimonial y extrapatrimonial


La responsabilidad patrimonial y la responsabilidad extrapatri-
monial son de competencia de los |uzgados Especializados Laborales
siempre y cuando se afecte a una de las partes de la relación laboral en
el marco de la relación de trabajo. Esta competencia se hace extensiva
a las pretensiones de responsabilidad patrimonial y extrapatrimonial
en que incurra el tercero en cuyo beneficio se presta o se prestó el
servicio.

Este tema resulta ser sumamente importante en la medida que con


la Ley N" 26636 existían dudas acerca de qué órgano era el competente
para asumir estas causas, pues, por un lado, unos señalaban que lo era
el juez civil, mientras que otros argüían que lo era el juez laboral.
Ante los vacios normativos,los Plenos furisdiccionales Laborales de
2000 (Tarapoto) y 2008 (Lima) clarificaron el tema, pues el primero de
ellos estableció que: "Es competencia de los jueces de trabajo conocer y
resolver las demandas de indemnización por daños y perjuicios origi-
nadas por el incumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato
de trabajo, lo cual fue ratificado por el segundo, en donde se adoptó
la postura de que: "El juez laboral es competente para el conocimiento
de las acciones de indemnización por daños y perjuicios derivados del
contrato de trabajo".

Lo particular en ambos casos es que si bien es unánime el criterio


de que el juez laboral es el competente para conocer estas causas, nunca
se dijo nada acerca de la incompetencia del juez civil; por lo que a la
fecha -y antes de la entrada en vigencia de la Ley N" 29497- estas causas
son presentadas ante ambos órganos jurisdiccionales, siendo tramitados
sin mayores inconvenientes.

133
Ox¡.r VÍcron Averos fane

Con la entrada en vigencia de la Nueva Ley Procesal del Trabajo


esta discusión se acabará, pues ya no existen dudas de que la competen-
cia le corresponde aI juez laboral, por lo que los jueces civiles deberán
declarar la improcedencia de las demandadas de este tipo planteadas
ante su judicatura.

Un tema a resaltar es aquel que se refiere a la responsabilidad patri-


monial o extrapatrimonial incurrida por terceros en cuyo favor se presta
o prestó el servicio. A este respecto, hay que mencionar que la norma
alude directamente a los casos de tercerización e intermediación laboral.
Se trata de proteger principalmente a quien en estricto no forma parte
de una relación laboral, pero que tiene incidencia en la productividad
de la empresa que se beneficia del servicio.

Sin lugar a dudas, 1' teniendo en consideración el vacío normativo


sobre este tema, esto nos trae a colación dos artículos del Regiamento
de Seguridad 1' Salud en el trabajo, que se constituve como la única
normativa que hace alusión someramente )'en su ámbito al tema de la
responsabilidad.

Así, en el Título Preliminar de dicho reglamento señala lo siguiente:

"Principio de responsabilidad: el empleador asumirá las impli-


cancias económicas, legales y de cualquiera otra índole, como con-
secuencia de un accidente o enfermedad que sufra el trabajador en
el desernpeño de sus funciones o a consecuencia de é1, conforme a
las normas vigentes'i

Del mismo modo, el artículo 61" de este reglamento establece que:

"Artículo 61".- El empleador en cuyas instalaciones sus trabaja-


dores desarrollen actividades conjuntamente con trabajadores de
contratistas, subcontratistas, empresas especiales de servicios y
cooperativas de trabajadores; o quien asuma el contrato principal
de la misma, es quien garanliz.a:
a. La coordinacíón efr.caz y eficiente de la gestión en prevención
de riesgos laborales.

t34
Co¡,rpettNcta

b. La seguridad y salud de los trabajadores.

c. La verificación de la contratación de los seguros de acuerdo con


la normativa vigente efectuada por cada empleador durante la
ejecución del trabajo, sin perjuicio de la responsabilidad de cada
uno por la seguridad y salud de sus propios trabajadores.
Asimismo, el empleador vigilará el cumplimiento de la normati-
va legal vigente en materia de seguridad y salud en el trabajo por
parte de sus contratistas, subcontratistas, empresas especiales de
servicios o cooperativas de trabajadores que desarrollen obras
o servicios en el centro de trabajo o con ocasión del trabajo
correspondiente del pri ncipai'l

A pesar de la carencia normativa, estas nornras reilejan claramente


el sentido de la responsabilidad, r' de cierta nranera marcan las pautas
respecto de cuál es la responsabilidad de los empleadores frente a sus
trabajadores y frente a quienes le prestan un servicio rnediante las figuras
de tercerización e intermediación iaboral.

Finalmente, en este acápite dejamos en claro que son de competencia


de los |uzgados Especializados de Trabajo todos los asuntos referidos a
la responsabilidad por daño patrimonial o extrapatrimonial, incurrida
por cualquiera de las partes involucradas en la prestación personal de
servicios, o terceros en cuyo favor se plesta o prestó el servicio, ello
independientemente de la cuantía, es decir, en este caso no corresponde
diferenciar si la cuantía solicitada es igual o mayor a las 50 Unidades
de Referencia Procesal o menos de esa cantidad. Y hacemos esta acla-
ración porque algunos autores han asunlido que existen cludas acerca
de la competencia de los Juzgados Especializados de Trabajo cuando la
cuantía de 1o pretendido sea igual o menor a las 50 Unidades de Refe-
rencia Procesal, pues en ese caso serían los |uzgados de Paz Letrados
los competentes en virtud del numeral I del artículo I' de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo; empero, por nuestra parte consideramos que tal duda
no existe, pues la norma es bastante clara al señalar que los ]uzgados
Especializados de Trabajo son los competentes, con prescindencia de la
cuantía, lo cual queda reforzado con un aforismo clásico del Derecho,
que pregona que "no hay que hacer distinción donde la ley no la hace".

135
Oxe¡- VÍcron Ávelos Jena

7.7.3. Los actos discriminatorios que tengan lugar en el


ecceso de la relación laboral, en la ejecución de la
relación laboral e, incluso, en la extinción de la re-
lación laboral
La regla de igualdad asegura, en lo relativo a los derechos laborales,
"la igualdad de oportunidades de acceso al empleo. [...].La igualdad de
oportunidades -en estricto, igualdad de trato- obliga a que la conducta
ya sea del Estado o los particulares, en relación a las actividades labo-
rales, no genere una diferenciación no razonable ¡ por ende, arbitraria.
En ese sentido, la discriminación en materia laboral aparece cuando se
afecta al trabajador en sus características innatas como ser humano (lo
propio y privativo de la especie), o cuando se vulnera la cláusula de no
discriminación prevista por la Constitución"letl.

Según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, la discrimi-


nación en materia laboral, strictu sensu, se acredita por los dos tipos
de acciones siguientes:

"Por acción directa: la conducta del empleador forja una distinción


basada en una razón inconstitucional. En esta hipótesis, la inter-
vención y el efecto perseguibles se fundamentan en un juicio y una
decisión carente de razonabilidad y proporcionalidad. Tal es el caso
de la negación de acceso al empleo derivada de la opción política o
sexual del postulante, por la concesión de mayores beneficios a unos
trabajadores sobre otros, por su mera condición de no afiliados a
una organización sindical, el despido por el solo hecho del ejercicio
de las actividades sindicales, etc.
Por acción indirecta: Ia conducta del empleador forja una distinción
basada en una discrecionalidad antojadiza yveleidosa revestida con
la apariencia de'lo constitucionall cuya intención y efecto persegui-
ble, empero, son intrínsecamente discriminatorios para uno o más
trabajadores. Tal es el caso, por ejemplo, de las reglas de evaluación
laboral sobre la base de exigencia de conocimientos no vinculados
con la actividad laboral del o los trabajadores.

Iell Vide la sentencia delTribunal Constitucional recaída en el Expediente No0008-2005-Al/Tc

r36
Corr,tpEr¡NcIn

Dichas acciones, proscritas por la Constitución, pueden darse en


las condiciones o circunstancias siguientes:

- Acto de diferenciación arbitraria al momento de postular a un


empleo.

- Acto de diferenciación arbitraria durante la relación laboral


(formación y capacitación laboral, promociones, otorgamiento
de beneficios, etc.)"[e2].

Igualmente, complementando lo anterior' el máximo intérprete


de nuestra Constitución ha manifestado que "el derecho a la igualdad,
consagrado en la constitución, no significa que siempre y en todos los
casos se debe realizar un trato uniforme. El derecho a la igualdad supone
tratar 'igual a los que son iguales' y 'desigual a los que son desiguales',
partiendo de la premisa de que es posible constatar que en los hechos
rro ror pocas las ocasiones en que un determinado grupo de individuos
se encuentra postergado en el acceso, en igualdad de condiciones, a las
mismas oportunidades"[e3].

Asimismo, ha indicado que "la primera condición Para que un


trato desigual sea constitutivo de una diferenciación admisible, es la
desigualdad de los supuestos de hecho. Es decir, implica la existencia
de sucesos espacial y temporalmente localizados que Poseen rasgos
específicos e intransferibles que hacen que una relación jurídica sea
de un determinado tipo y no de otro. [...], la existencia de una dife-
renciación debe perseguir una intencionalidad legítima, determinada,
concreta y específica, debiendo asentarse en una justificación objetiva
y razonable, de acuerdo con juicios de valor generalmente aceptados.
[En consecuencia], se trata pues de un tema que, en la doctrina, se
conoce con el nombre de 'discriminación inversa', esto es, un caso
en el cual se debe realizar un tratamiento diferenciado precisamente
para promover la igualdad. Para ello se incita a que el Estado adopte
una labor legislativa positiva y diligente, ya sea Para corregir las dis-

te2l Loc. cit.


te3l Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 0261 -2003-AA/TC.

137
Oxer VÍcron Averos fene

paridades en el goce de los derechos fundamentales o para alcanzar


su integral realización"teal.

La igualdad se encuentra resguardada cuando se acredita la


existencia de los dos requisitos siguientes: "a) paridad, uniformidad y
exactitud de otorgamiento o reconocimiento de derechos ante hechos,
supuestos o acontecimientos semejantes, y b) paridad, uniformidad y
exactitud de trato o relación intersubjetiva para las personas sujetas a
idénticas circunstancias y condiciones. En buena cuenta, la igualdad
se configura como un derecho fundamental de la persona a no sufrir
discriminación jurídica alguna; esto es, a no ser tratada de manera
dispar respecto a quienes se encuentren en una misma situación, salvo
que exista una justificación objetiva y razonable para esa diferencia
dg ¡¡¿¡g"[es].

El derecho a la igualdad tiene dos vertientes o facetas, que son: "la


igualdad ante la ley y la igualdad en la ley. La primera de ellas quiere
decir que la norma debe ser aplicable por igual a todos los que se en-
cuentren en la situación descrita en el supuesto de la norma; mientras
que la segunda implica que un mismo órgano no puede modificar
arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos sustancialmente
iguales, y que cuando el órgano en cuestión considere que debe apartar-
se de sus precedentes, tiene que ofrecer para ello una fundamentación
suficiente y razonable"feel.

Los actos de discriminación y, consecuentemente, los que quiebran


ilegítimamente el principio de igualdad, pueden provenir de dos fuentes:
por un lado, de la propia norma jurídica, que contiene un mandato
expresamente discriminatorio, y, por otro lado, del empleador, que va-
liéndose del espectro normativo lo encausa hacia un fin discriminador.

En principio, podría pensarse que a lo que se refiere en estricto


el literal c del numeral I del artículo 2" de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo es solo a la segunda fuente, es decir, a los casos en que el Es-

te4l Loc. cit.


tesl Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 2510!2002-A/{/TC.
te6l Vide la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N. 0048-2004-A|/TC.

138
CoupEtr,Ncln

tado o los particulares realicen "actos" de discriminación en el acceso,


desarrollo y extinción de la relación de trabajo; emPero, creemos que eso
no es completo, dado que ante un mandato de la propia ley los jueces
laborales también pueden atacar los actos de discriminación recurriendo
al control difusoteTl y, por consiguiente, inaplicar las normas jurídicas
infraconstitucionales pertinentes.

En el marco laboral, la igualdad implica que las oportunidades de


acceso y promoción al y dentro del empleo sean justas y equitativas
para todos los trabajadores. En este sentido, todo empleado¡ ya sea
el Estado o los particulares, tienen la obligación de no discriminar
o de no generar actos de diferenciación subjetiva que impidan que la
persona del trabajador pueda ejercer libre y plenamente sus derechos
fundamentales.

En el seno de la relación laboral las condiciones Para acceder a


un empleo y, una vez conseguido, para alcanzar o ser promovido a un
mejor puesto de trabajo, no deben contener restricciones que impliquen
discriminación; no obstante, sí podrá haber diferenciación, la cual para
ser legítima, deberá basarse en criterios objetivos y razonables.

Es importante mencionar que "la igualdad, además de ser un de-


recho fundamental, es también un principio rector de la organizaciín
del Estado social y democrático de Derecho, y de la actuación de los
poderes públicos. Como tal, comporta que no toda desigualdad consti-
tuye necesariamente una discriminación, pues no se proscribe todo tipo
de diferencia de trato en el ejercicio de los derechos fundamentales; la
igualdad solamente será vulnerada cuando el trato desigual carezca de
una justificación objetiva y razonable"tesl.

Lo expuesto resulta clave para entender cuándo determinado hecho


resulta discriminatorio ¡ por ende, rechazado.

Al respecto, videTrR¡oo B¡nnEo¡, José Antonio, E/ control difuso de lo constitucionalidad de las


leyes por porte de la administración pública en lo jurisprudencia del Tribunal Constitucional,
Grijley, 1ima,2008.
Vide sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 00027-2006-P|/TC.

t39
Oxn¡. VÍcron Avnlos Jan¡,

En esencia, los parámetros principales que nos servirán para co-


nocer si estamos frente a un acto discriminatorio son: la objetividad y
la razonabilidad.
El primero puede ser entendido como "la cualidad de lo objetivo,
de tal forma que es perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con
independencia de la propia manera de pensar o de sentir"lee]; en otras
palabras, supone la facultad de ver las cosas como son y no como
queremos que sean, para lo que es necesario desprenderse de toda ar-
bitrariedad, sinrazón, parcialidad y todo criterio que modifique la real
esencia de las cosas.

Por su parte, en cuanto a su aplicación en el marco de las relaciones


de trabajo,la razonabilidad "implica que el acto del empleador debe man-
tener su justificación lógica y axiológica en los sucesos o circunstancias
que fueran, de tal manera que se produzca una consonancia entre el
hecho antecedente generador y el hecho consecuente derivado de este. En
consecuencia, la razonabilidad es el resultado de una adecuada relación
lógico-axiológica entre la circunstancia motivante, el objeto buscado y
el medio empleado"ttoo).

7.7.4. El cese de los actos hostiles que pueda cometer lq


parte empleadora, incluidos ros actos de acoso mo'
raly hostigamiento sexual regulados en la ley de la
materiq
Los actos de hostilidad, regulados en el artículo 30" de la Ley de
Productividad y Competitividad Laboraltrorl, pueden ser entendidos

t99l En www.rae.es.
[100] AvrlosJnne,OxalVÍctor,"¿El principiodeinmediatezconstituyeunaformalidadnoesencial
del despido?'i en J uS Doctri na & Próctica, No 7, Li ma, 2007, p. 37 0.
f1011 "futí<ulo30o.- Son actos de hostilidad equiparables al despido los siguientes:
a. La falta de pago de la remuneración en la oportunidad correspondiente, salvo razo-
nes de fuerza mayor o caso fortuito debidamente comprobados por el empleador;
b. La reducción inmotivada de la remuneración o de la categoría;
c. El traslado del trabajador a lugar distinto de aquel en el que preste habitualmente
servicios, con el propósito de ocasionarle perjuicio;
d. La inobservancia de medidas de higiene y seguridad que pueda afectar o poner en
riesgo la vida y la salud del trabajador;

140
CoupErrNcre

como aquellas manifestaciones de connotación negativa que se derivan


del acto o los actos que en el marco de una relación laboral realiza una
determinada persona con relación a otra, y que tienen por finalidad ob-
tener un provecho ilegítimo que daña, perjudica, menoscaba, deteriora
o quebranta no solo los derechos de índole laboral del trabajador, sino
todos aquellos que le permiten desarrollarse de manera normal y coti-
diana. Los actos de hostilidad laboral buscan menguar la entereza y el
pleno rendimiento del trabajador a fin lograr su incomodidad, generando
directa o indirectamente que este opte por la renuncia.

Siendo que de optar por la renuncia este acto no obedecería a la


plena y libre voluntad del trabajador, más bien se origina en una actitud
fraudulenta del empleador o de un compañero de trabajo, el legislador
ha considerado que ante este tipo de supuestos la renuncia del traba-
jador no debe reputarse como tal, sino que debe ser equiparada con el
despido arbitrario.

Es importante aclarar que la única diferencia del despido arbitrario


con el despido justificado radica en que el empleador deberá abonarle
al trabajador una indemnización por los años y meses laborados o por
los dejados de laborar según su contratación.

Por otra parte, cabe precisar que el despido arbitrario y el despido


indirecto producto de un acto hostil producen los mismos efectos, pero
con sanciones para el empleador.

En el caso del despido indirecto producto de algún acto de hos-


tilidad se presenta algo particular. En principio, frente a los actos de
hostilidad se prefiere la subsistencia de la relación de trabajo, y para

e. El acto de violencia o el faltamiento grave de palabra en agravio del trabajador o de


su familia;
f. Los actos de discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión o idioma;
S. Los actos contra la moral y todos aquellos que afecten la dignidad del trabajador.
El trabajador, antes de accionarjudicialmente deberá emplazar por escrito a su em-
pleador imputándole el acto de hostilidad correspondiente, otorgándole un plazo
razonable no menor de seis días naturales para que, efectúe su descargo o enmiende
su conducta, según sea el caso.
Los actos de hostigamiento sexual se investigan y sancionan conforme a la ley sobre
la materia".

14t
Ox¡.r, Vfcron Av,rt os fen.e

ello se ha establecido un procedimiento por medio del cual el trabaja-


dor deberá imputarle y notificarle a su empleador de tales actos con la
finalidad de que este cese u ordene que cesen tales actos; no obstante,
si las agresiones hacia el trabajador se mantienen, este podría decidir
retirarse del empleo, lo cual será entendido como un despido, ello en
razón de que su retiro no obedece a su voluntad interna, sino a una
serie de eventos o sucesos que han logrado incomodarlo de tal manera
que han influido fuertemente en su conciencia, a tal punto que le es
difícil o imposible seguir laborando. En este caso, el trabajador podrá
solicitar administrativa o judicialmente el pago de la indemnización co-
rrespondiente tan igual como si hubiese sido despedido arbitrariamente,
ello sin perjuicio de la multa al empleador.
Además de lo expuesto, sin renunciar, el trabajador podrá demandar
judicialmente el cese de los actos hostiles, en cuyo caso igualmente deberá
emplazar e imputarle las faltas a su empleador, siendo que si subsisten
los actos hostiles el trabajador deberá demandar judicialmente su cese.
En este caso, luego de que se declare fundada la demanda, la relación
deberá continuar con la consiguiente multa al empleador.

Si surgiesen nuevos actos hostiles el trabajador podrá denunciar


o demandar tales hechos cuantas veces sea necesario a efectos de la
protección de sus derechos.

Ahora bien, de conformidad con el artículo 36'de la Ley de Pro-


ductividad y Competitividad Laboral, el trabajador, luego de producido
el hecho y habiéndose vencido el plazo para que el empleador efectúe
su descargo o enmiende su conducta, tiene el plazo de treinta días na-
turales para interponer la acción judicial correspondiente a fin de velar
por sus derechos.
Sobre el particular, debe anotarse que el inicio del plazo mencio-
nado no se da en el momento en que ocurre el hecho hostilizatorio,
sino empieza a computarse con la negativa, ya sea exPresa o tácita, del
empleador de enmendar su conducta después del requerimiento cursado.
También debe recalcarse que para que el hecho hostilizatorio pueda ser
amparado judicialmente, debe tener una existencia concreta, cierta, y no
debe constituir una mera posibilidad de afectación futura.

r42
CoupetgNcr.n

A este respecto, es importante tener en consideración lo resuelto


por el Tribunal Constitucional en las sentencias recaídas en los Expe-
dientes N"s 2070-2003-AA/TC y 05878-2007-PA|TC, ya que en ellas se
hace una precisión muy importante con respecto al plazo para accionar
en los casos de hostilidad.

Así, si bien en el artículo 36' de la Ley de Productividad y Com-


petitividad se indica que "el plazo para accionar judicialmente en los
casos de nulidad de despido, despido arbitrario y hostilidad caduca
a los treinta días naturales de producido el hecho", debe entenderse
que dicho plazo excluye de su cómputo los sábados y domingos, los
días feriados, los días de huelga del Poder Judicial y, en general, to-
dos aquellos días en que dicho órgano judicial no brinde el servicio
respectivo a los usuarios.

Ahora bien, debe destacarse que los actos de acoso moral y hostiga-
miento sexual también constituyen actos de hostilidad laboral en cuanto
estos se realicen en el centro de trabajo o se encuentren relacionados
con la prestación de servicios subordinados que realiza el trabajador,
no obstante, estos actos se sujetan, además, por las disposiciones con-
tenidas en la Ley N" 27492, Ley de Prevención y Sanción del Hostiga-
miento Sexual, y su Reglamento, aprobado por el Decreto Supremo No
010-2003-MIMDES.

7.7.5, Las enfermedades profesionales, así como los acci'


dentes de trabaio
Legalmente, se entiende como enfermedad profesional todo estado
patológico permanente o temporal que sobreviene al trabajador como
consecuencia directa de la clase de trabajo que desempeña o del medio
en que se ha visto obligado a trabajar. La enfermedad profesional, en-
tonces, constituye todo aquel padecimiento que afecta la salud y que se
adquiere durante larealización del trabajo o como consecuencia de aquel.

El Decreto Supremo N' 003-98-SA, que aprueban las Normas


Técnicas del Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo, establece
que para que una enfermedad califique como profesional, deberá estar
tipificada como tal por la ley; sin embargo, en caso no se encuentre

t43
Ox¡,r VÍcron Av¡los J¡ne

prevista pero se demuestre que existe relación de causalidad con la clase


de trabajo que desempeña el trabajador o el ambiente en que labora,
será reconocida como enfermedad profesional.

A estos efectos, es pertinente señalar que mediante la Resolución


Ministerial N" 480-2008-MINSA, se aprobó la "Norma Técnica de Salud
que establece el Listado de Enfermedades Profesionales", por lo que,
en principio, solo calificarán como tal aquellos padecimientos que se
encuentren en dicha norma.

Por otra parte, se considera accidente de trabajo, toda lesión


orgánica o perturbación funcional causada en el centro de trabajo o
con ocasión del trabajo, por accién imprevista, fortuita u ocasional de
una fuerza externa, repentina y violenta que obra súbitamente sobre la
persona del trabajador o debida al esfuerzo del mismo. Igualmente, se
considera accidente de trabajo el que sobreviene al trabajador durante
la ejecución de órdenes de la entidad empleadora o bajo su autoridad,
aun cuando se produzca fuera del centro y de las horas de trabajo; el
que se produce antes, durante después de la jornada laboral o en las
interrupciones del trabajo; si el trabajador se hallara por razón de sus
obligaciones laborales, en cualquier centro de trabajo de la entidad
empleadora, aunque no se trate de un centro de trabajo de riesgo ni se
encuentre realizando las actividades propias del riesgo contratado; y el
que sobreviene por acción de la entidad empleadora o sus representantes
o de tercera persona, durante la ejecución del trabajo.
Es importante señalar que el hecho de que se presente una enfer-
medad profesional o un accidente de trabajo, no necesariamente implica
el incumplimiento de las obligaciones contempladas en el Reglamento
de Seguridad y Salud en el Trabajo, aprobado por el Decreto Supremo
N'009-2005-TR, pues ellas pueden acaecer independientemente de ello
y por acciones fortuitas o de fuerza mayor.

7.7.6. La impugnación de los reglamentos internos de


trabajo
El reglamento interno de trabajo viene a ser la más pura manifes-
tación de la facultad directriz del empleador, pues se constituye como
el conjunto de disposiciones que, complementando y precisando a la

r44
CorrlpEtr,Nct¡.

Ie¡ determinan las condiciones a que deben sujetarse el empleador y los


trabajadores en sus relaciones de trabajo, ergo, establecen cuáles son los
derechos y obligaciones de las partes de la relación laboral.
El reglamento de trabajo, como fuente de Derecho, desde el mo-
mento en que es conocido por el trabajador, se incorpora al contrato
individual y su observancia es obligatoria.
En estricto, a lo que se refiere el presente supuesto, no es a los
casos de transgresión de sus disposiciones, sino a aquel en el que los
trabajadores consideran que las normas del reglamento interno de trabajo
violan las disposiciones legales o convencionales vigentes en ei centro de
trabajo, es decir, no es la contravención que se hace en virtud de ellas,
sino la que emana de ellas.

De esta manera, el artículo 5' del Decreto Supremo N'039-91-TR'


habilita a los trabajadores o al sindicato Para accionar judicialmente,
empero esta norma no señala cuál es el plazo ni desde cuándo es que
debe empezar a computarse el plazo de impugnación.

Interpretando sistemáticamente el Decreto Supremo N' 039-91-TR


se puede extraer que el plazo para impugnar el reglamento interno de
trabajo debe empezar a comPutarse desde que este es puesto en cono-
cimiento y haya acusado recibo por el trabajador, o se deje acuse de
su negativa. Asimismo, en cuanto al plazo para impugnar, este es de 5
cinco días hábiles.

7.7.7, Los conflictos vínculados q una organización sin'


dical y entre organizaciones síndicales, incluída su
disolución
La norma se refiere a los conflictos intra e intersindicales' En el
primer caso, se trata de todos aquellos conflictos que surgen al inte-
rior del sindicato esencialmente por el incumplimiento del estatuto.
En el segundo caso estamos hablando de los conflictos entre sindi-
catos o entre uno de ellos y las organizaciones que, sin llegar a ser
sindicatos por el incumplimiento de requisitos formales, representan
a los trabajadores.

t45
Ox¡l VÍcron Av¡,los Jene

La presente norma pone énfasis en la disolución del sindicato. En


este caso, el artículo 20" del Texto lJnico Ordenado de la Ley de Re-
laciones Colectivas de Trabajo establece que la cancelación del registro
por la Autoridad de Trabajo se efectuará solo después de la disolución
del sindicato, la que se producirá por las causales siguientes:

a. Por acuerdo de la mayoría absoluta de sus miembros.

b. Por cumplirse cualquiera de los eventos previstos en el estatuto


para ese efecto.

c. Por pérdida de los requisitos constitutivos.

En los casos contemplados en los literales a y b, la disolución


se produce de pleno derecho y no requiere de declaración judicial
previa.

Solo en el caso del literal c, la persona que acredite legítimo interés


económico o moral podrá solicitar al )uez de Especializado de Traba-
jo competente la disolución del sindicato, el que previa verificación,
resolverá la solicitud. Por el solo mérito de la sentencia consentida o
ejecutoriada que disponga la disolución del sindicato, se efectuará la
cancelación del registro.

Cabe precisar que durante la vigencia de la Ley N" 26636, este


caso también era competencia del luez Especializado de Trabajo, pero
se llevaba a cabo mediante el proceso sumarísimo en concordancia con
el literal e, numeral 3 del artículo 4' de la Ley N" 26636; sin embargo,
con la Ley N' 29497 ello ha sido modificado, pues estas causas se llevan
a cabo a través del proceso ordinario laboral.

Finalmente, debe dejarse en claro que los conflictos suscitados entre


un miembro o representante de un sindicato y la federación de la que
forma parte su organización sindical y para la que presta servicios como
funcionario, no podrán ser ventilados en el Proceso laboral al amparo
del literal g del numeral 1 del artículo 2" dela Nueva Ley Procesal del
Trabajo, por cuanto la naturaleza de la pretensión no encaja dentro del
presente supuesto legal. Ello es concordante con lo que en su momento
la Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Su-

I46
CoupnrnNcr¡,

prema de |usticia de la República señaló al resolver un caso similartro2l,


en donde literalmente expresó:

"Al ser el demandante un miembro o representante de los pescadores


en un organismo sindical de grado superior como es la Federación
de Pescadores del Perú, la relación existente entre el demandante
y la Federación es de naturaleza asociativa (por tratarse de una
asociación sin fines de lucro) y no laboral, como erróneamente
considera el juzgador; en este sentido, la pretensión de la demanda
consistente en el pago de la asignación por retribución dirigencial
de once semanas de mil novecientos noventa y ocho, y treinta y
tres semanas de mil novecientos noventa y nueve, no constituye un
conflicto intra sindical, por cuanto, no está en discusión su calidad
de miembro del Comité Ejecutivo Nacional ni la validez legal y
existencia jurídica de la Federación''

7.7,8, El cumplimiento de obligaciones generadas o con'


traídas con ocasión de la prestación personal de
servicios exigibles a institutos, fondos, caias u otros
La presente disposición faculta a los trabajadores o ex trabajadores
para que, en calidad de demandantes, puedan requerir la materializa-
ción y efectivización de sus derechos que han emanado de una relación
laboral a institutos, fondos, cajas u otras entidades financieras.
Claros ejemplos de ello son los casos en que una entidad bancaria
se niega, sin ninguna justificación legal, a entregarle al trabajador el
monto acumulado y permitido de su compensación tiempo de servicios;
también se configura este supuesto cuando una entidad financiera no
le entrega al trabajador el monto correspondiente a su remuneración;
igualmente, estamos ante este suPuesto cuando una entidad privada
o pública distinta al empleador está obligada a cumplir determinada
prestación pero no lo hace.

tr02¡ Nos referimos a la Casación N. l44o-2004-Lima, publicada en el diario oñcial El Peruano el


2 de mayo de 2006.

r47
Oxer VÍcron Avelos Jena

A pesar de que no estamos frente a un conflicto entre las partes


de la relación de trabajo, el juez laboral es el competente para resolver
estas causas habida cuenta que estos conflictos se originan con ocasión
de la relación laboral.

7.7.9. El cumplímiento de las prestaciones de salud y pen'


siones de invalidez, a favor de los asegurados o los
beneficiarios, exigibles al empleador, a las enüda'
des prestadoras de salud o a las aseguradoras
Contrariamente a lo que señalan algunos autores, este supuesto
no se ciñe estrictamente a las obligaciones del empleador que emanan
del Capítulo 8 del Decreto Supremo N'009-97-SA, norma que aprueba
el Reglamento de la Ley de Modernización de la Seguridad Social en
Salud; en general, esta norma se refiere al cumplimiento de todas las
prestaciones de salud y pensiones de invalidez reguladas en nuestra
normativa y que pueden ser concedidas en favor de los asegurados o
los beneficiarios, exigibles al empleador, a las entidades prestadoras de
salud o a las aseguradorasttotl.

7.7.70. El Sistema Privado de Pensiones


Con la presente disposición se le atribuye a los |uzgados Especia-
lizados de Trabajo la competencia para resolver cualquier conflicto que
pueda emanar de la vinculación entre el trabajador y una Administradora
de Fondos de Pensiones (AFP) o, en general, con el Sistema Privado de
Pensiones, salvo en lo referente al cobro de aportes previsionales, dado
que ello es competencia de los |uzgados de Paz Letrados.

[103] Es incorrecto entender que el presente numeral solo se.refiere a las prestaciones reguladas
por el Decreto Supremo N" OO3-98-5A, y, por consiguiente, no se incluyen en él las presta-
ciones regulares que brinda el Es5alud. Es incorrecto porque quienes pregonan esta idea
afirman que las prestaciones regulares que brinda el EsSalud deben solicitarse al amparo
del numeral 4 del artículo 2o de la Nueva Ley Procesal del Trabajo; sin embargo, no se ha
tenido en consideración que dicho numeral se refiere a las pretensiones que se hagan en
el marco de una relación laboral regulada por el Derecho público'

148
Col"rp¡trNcr,A,

7.7.71, La nulidad de cosa iuzgqda fraudulenta laboral


La nulidad de la cosa iuzgad,a fraudulenta constituye un remedio
excepcional, de naturaleza residual y extraordinaria, por medio del cual
se busca el reexamen de la sentencia definitiva o del acuerdo homologado
por el juez que le pone fin al proceso, es decir, las que le conceden al
pro.eso la calidad de cosa juzgada, ello debido a que tal acto procesal
es el resultado de un proceso seguido con fraude o colusión, afectando
el derecho al debido proceso de una o de todas las parteslroal'
La nulidad de la cosa juzgadafraudulenta se asienta sobre el hecho
de que el fraude ha sido determinante en el resultado del proceso, de
manera que su presencia modificó el sentido del resultado, el cual incluso
no ha podido ser cuestionado con los distintos remedios y recursos que
prevén las normas adjetivas.

De comprobarse la existencia del fraude, entonces, la sentencia o


el acuerdo homologado por el juez que le pone fin al proceso quedarán
sin efecto, y el proceso se revivirá y retrotraerá al estado anterior al que
produjo el fraude procesal, anulando todos los actos afectados por tal
inconducta.

F.n suma, lo que la nulidad de la cosa iuzgada frau'


se busca con
dulenta es erradicar las ilicitudes del Proceso de apariencia legal, que
indebidamente otorguen un beneficio o derecho a quien no lo tiene.

De acuerdo con el Código Procesal Civil,la nulidad de cosa iuzgada


fraudulenta se lleva a cabo como un Proceso independiente y autónomo,
que se tramita en la vía del proceso de conocimiento. En materia laboral
y de conformidad con la Nueva Ley Procesal del Trabajo, la nulidad de
cosa juzgada fraudulenta se lleva a cabo a través del proceso ordinario
laboral, y ello es totalmente entendible en la medida que cuenta con las
estaciones procesales necesarias para verificar si existió el fraude invocado.

[1ul Aestosefectos,esimportanterevisarlaobradeTor-EooTonraro,Omar,Nulidaddecosojuzga'
da fraudulenta en materia laboral, Grijley, Lima, 2009.

r49
Ox¡,I. Vícron Av¡ros Jeu

7.7.72, Aquellas materias que, a criterio del iuez, en fun'


ción de su especial noturaleza, deban serventiladas
en el proceso ordinario laboral
La presente disposición le concede al iiuez la potestad discrecional
para que, en caso detecte un vacio o tenga dudas acerca de la compe-
tencia por razón de materia, pueda orientar su actividad jurisdiccional
hacia el proceso ordinario laboral.

Tomando en consideración la regla de que el juez no puede dejar


de administrar justicia en caso de vacío o deficiencia de la le¡ esta
disposición erradica cualquier posibilidad de que alguna pretensión no
pueda ser sometida a jurisdicción ¡ por consiguiente, se vea truncado
el derecho del demandante a la tutela jurisdiccional efectiva.
Cabe precisar que esta regla será aplicable solo en la medida que
las pretensiones relativas a exigir el cumplimiento de obligaciones de dar
tengan una cuantía que exceda las 50 Unidades de Referencia Procesal.

2, Le coupurENclA DE Los luzcADos ESPEcIALIZADoS DE


TRABATO EN EL PROCESO ABREVIADO LABORAT

2.L, La reposición cuando esta se plantea como preten-


sión princiPal única
De acuerdo con nuestra legislación, el sistema de protección repa-
rador contra el despido arbitrario es eminentemente indemnizatorio, sin
embargo, excepcionalmente procede la reposición cuando estamos ante
el denominado despido nulo.
Puede aseverarse que el despido nulo es aquella forma de protección
que, por la magnitud del agravio y los derechos que son vulnerados,
ofrece una tutela distinta a la ordinaria y que pretende evitar que se
legitimen actos que abiertamente lesionan derechos fundamentales,
tales como la libertad sindical, el derecho de defensa, el derecho a la
igualdad y a no ser discriminado, y el derecho de la madre trabajadora
embarazada a no discriminada por tal estado.

150
Co¡,rpEtENcIe

En este contexto, los jueces especializados de trabajo son comPeten-


tes para conocer las pretensiones sobre despido nulo siempre y cuando
estas.sean planteadas como única pretensión principal, lo que quiere
decir que puede haber más de una pretensión (acumulación objetiva),
no obstante,para que estas sean viables a través del proceso abreviado,
la pretensión de reposición deberá ser planteada como principal.
Ahora bien, cabe recalcar que recientemente se ha dado a conocer
un "Pleno jurisdiccional regional laboral", en donde en el Tema No 5
se plantea la interrogante de si procede tramitar en la vía ordinaria
laboral, con la finalidad de lograr efectos restitutorios, una pretensión
de despido fraudulento que requiere de prueba.
Lo particular es que, por mayoría, se acordó que sí procede trami-
tar en la vía del proceso ordinario laboral el despido fraudulento que
requiere prueba, con fines restitutorios, conforme lo dispone la sentencia
normativa emitida por el Tribunal Constitucional correspondiente al
Expediente N" 0206-2005-PA/TC.

Con esto se está dando a entender que, en la vía ordinaria, Ia


reposición no es obra exclusiva del despido nulo, sino también que es
posible lograrla a través del despido fraudulentotrosl.

fl051 RécordemosqueenlassentenciasdelTribunal Constitucional recafdasenlosExpedientes


Nos 976-2001 -AA/TC (caso Eusebio Llanos Huasco) y 0206-2005-PA/TC (caso César Antonio
Baylón Flores), el máximo intérprete de nuestra Constitución determinó los criterios sobre
la procedencia del proceso de amparo y la impugnación de los despido en sede constitu-
cional. Estas reglas procesales se mantendrán en esencia para delimitar el conocimiento
de las controversias sobre despido en el proceso constitucional de amparo'
En el caso Eusebio Llanos Huasco -ratificado posteriormente en el caso César Antonio
Baylón Flores- el Tribunal Constitucional estableció un criterio que bifurcó dos caminos
para proteger adecuadamente a un trabajador contra el despido arbitrario en el terreno
procesal, De esta forma se estableció que deben aplicarse dos reglas, a saber:
a. El modelo de protección de eñcacia resarcitoria; es decir, el relativo a la entrega de una
suma indemnizatoria como forma de reparación contra el despido arbitrario, el cual
se encuentra inexorablemente vinculado -y con excepción del despido nulo- con lo
dispuesto por el Decreto Leg¡slat¡vo No 728. En este caso, el Tribunal Constitucional
refiere que'de advertirse que el despido del que fue objeto un trabajador fue arbitra-
rio, el juez laboral no podrá tutelar el derecho más allá de lo que en dicha legislación
se prevé a propósito de los trabajadores sujetos al régimen de la actividad privada; es
decir, ordenar el pago de la indemnización correspondiente'.
b. El modelo de protección de eficacia restitutoria, el cual se encuentra previsto en el
proceso de amparo constitucional, toda vez que, por la propia ñnalidad de este pro-

r5l
Oxel VÍcron Averos fena

Al margen de que este "pleno jurisdiccional" no es vinculante, pues


no es dado de conformidad con el artículo 400' del Código Procesal
Civil, consideramos que este criterio es por demás equivocado, ya que
la figura del despido fraudulento corresponde exclusivamente a los
procesos de amparo, y precisamente se genera y subsiste en él por la
propia y particular naturaleza de este Proceso constitucional. En buena
cuenta, con este criterio los jueces laborales desconocen los alcances de
la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, que en reiteradas ocasiones
ha señalado que lo establecido en nuestra legislación no es inconstitucio-
nal y debe ser aplicado en los procesos laborales; Pensar lo contrario y
darle cabida al despido fraudulento implicaría dar entender que nuestra
legislación es inconstitucional por lo que se le está inaplicando.

ceso, la protección especial contra el despido arbitrario no es la de ordenar un pago


de una suma indemnizatoria, sino en la de reponer las cosas al estado anterior a la
violación o amenaza de violación de un derecho constitucional. Y es que, como seña-
la el propioTribunal Constitucional,'en la vía del amparo no se cuestiona la existencia
de una causa justa de despido, sino presencia en el despido como elemento determi-
nante de un motivo ilícito [...], vehículo para la violación de un derecho constitucio-
nal; por lo que el bien jurídico protegido a través del amparo no es la estabilidad del
trabajador, sino el goce y ejercicio de sus derechos constitucionales'.
En tal sentido, para justificar la protección procesal de eficacia restitutoria, el Tribunal
Constitucional incorpora una nueva tipología sobre el despido que se ventilará en la vía
constitucional del amparo, la cual se clasifica en:
a. Despido nulo; este despido se da cuando se violentan derechos fundamentales y li-
bertades públicas de la persona del trabajador, tales como el derecho a la igualdad
de oportunidades y el derecho a la libre sindicalización del trabajador, el derecho de
no recibir represalias del empleador por ejercer legítimamente sus derechos funda-
mentales, entre otros. Cabe precisar que, a diferencia del despido nulo regulado en
el artículo 29o de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, esta figura no
solo se ciñe a los supuestos establecidos en dicha norma legal, sino que se ext¡ende
a cualquier supuesto que violente derechos fundamentales, es decit es más abierto y
genérico, además opera en casos de suma urgencia.
b. Despido incausado; opera cuando se despide al trabajador, ya sea de manera verbal o
mediante comunicación escrita, sin expresarle causa alguna derivada de la conducta
o la labor que la justifique.
c. Despido fraudulento; conforme a la definición de la sentencia constituc¡onal c¡ta-
da (caso Eusebio Llanos Huasco), Blancas Bustamante enumera los supuestos que
se desprenden de la definición que el Tribunal Constitucional realiza. Así, podemos
mencionar que el despido fraudulento puede darse en los siguientes casos: a) cuando
se le imputa al trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios, b)
cuando se le atribuye una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de
tipicidad, c) cuando se produce la extinción de la relación laboral con vicio de la vo-
luntad y d) mediante la fabricación de pruebas.

152
Coup¡rENcte

Pues bien, adoptándose o no esto último, consideramos que es


acertado que se haya regulado la pretensión sobre despido nulo -en
cuanto constituya pretensión principal- como conocible vía el proceso
abreviadotroul, pues la naturaleza de ella hace que la tutela ante estos
casos sea urgente, y dada la nueva estructura del proceso laboral ¡ en
particular, del proceso abreviado, dichas pretensiones deberían resolverse
en un plazo breve.

2.2. Las pretensiones relativas a la vulneración de la li-


bertad sindical
El derecho a la libertad sindical se instituye por nuestra Constitución
como un derecho de carácter fundamental, consagrado en el numeral I
de su artículo 28o, el cual debe ser interpretado acorde con los convenios
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ratificados por el
Perú, tales como el Convenio No 87, relativo a la libertad sindical y a
la protección del derecho de sindicación; el Convenio N" 98, relativo a
la aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negocia-
ción colectiva; y el Convenio No 151, sobre la protección del derecho
de sindicación y los procedimientos para determinar las condiciones de
empleo en la administración pública.

La libertad sindical es definida por Rendón Vásquez como "la


facultad de asociarse en una organización sindical y de practicar todos
los actos inherentes a ella'tro7l. En el mismo sentido, nuestro Tribunal
Constitucional menciona que la libertad sindical es "la capacidad au-
todeterminativa para participar en la constitución y desarrollo de la
actividad Sindical"froal. Como se aprecia de las definiciones citadas, el

tl06l Cabe añadir en este punto que se da la búsqueda de mayor celeridad a efectos de poder
restituir un derecho trasgredido, en este caso el Derecho al trabajo. Se observa que tal afir-
mación encuentra asidero cuando se señala que las causas que tengan como pretensión la
reposición del trabajador se llevarán a cabo mediante proceso abreviado. Dado ello, sirve
resaltar que en este tipo de procesos se contrae a una audiencia única donde se concentra
las etapas de concilíación, confrontación de posiciones, actuación probatoria, alegatos y
sentencia, las cuales se realizan en el referido orden.
t]!]l ne^oo" Vrsourz, Jorge, Derecho del trabojo colectivo,6a ed., Edial, Lima, 2004, p. 34.
tl081 V¡de la sentencia de Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N"
0oo8-2005-Pl/TC.

153
Oxer VÍcron Áveros Jene

derecho de libertad sindical es un derecho complejo que puede analizar-


se desde varios planos de la propia sindicalización, como es el aspecto
individual y colectivo de este derecho, o el plano de organización o de
actividad que caracteriza a este derechotroel.

consideramos que el derecho a la libertad sindical se asienta en el


derecho fundamental a asociarse. A este respecto, en la sentencia recaída
en el Expediente N" 4242-2004-PA/TC, el Tribunal constitucional ha
manifestado que el contenido esencial de este derecho "se encuentra
constituido por: a) el derecho de asociarse, entendiendo por tal a la
libertad de la persona para constituir asociaciones, así como la posibi-
lidad de pertenecer libremente a aquellas ya constituidas, desarrollando
las actividades necesarias en orden al logro de los fines propios de las
mismas; b) el derecho de no asociarse, esto es, el derecho de que nadie
sea obligado a formar parte de una asociación o a dejar de pertenecer
a ella, y c) la facttltad de auto organización, es decir, la posibilidad de
que la asociación se dote de su propia organización".

Dentro de los mecanismos de protección para el cabal ejercicio del


derecho a la libertad sindical que nuestra normativa establece, encontra-
mos al denominado fuero sindical, el cual puede ser definido como el
conjunto de medidas de protección del dirigente y del militante sindical,
que tienden a ponerlo a cubierto de los perjuicios que puede sufrir por
su actuación y a posibilitar un desarrollo normal y eficaz de la actividad
sindical. De esta forma, el fuero sindical se instituye en todas aquellas
medidas tendientes a proteger del empleador a los trabajadores en el
ejercicio de su derecho de sindicación. La protección del fuero sindical
radica, pues, en forma principal, en contrarrestar todos aqueiios actos de
disposición de los empleadores relativos a Ia movilidad, esencialmente,
geográfica, y al despido del trabajador.

En ese sentido, el artículo 30. de la Ley de Relaciones Colectivas


de Trabajo indica que "el fuero sindical garanfiza a determinados tra-
bajadores no ser despedidos ni trasladados a otros establecimientos de

ll09] Sobr" los diversos contenidos del derecho de libertad sindical, vide Vti¡vrcerucro Rlos, Alfre-
do, La libertad sindical en el Perú, Oñcina lnternacional del Trabajo, Lima, 1 999.

154
Cotrp¡r¡¡¡cle

la misma empresa, sin causa justa debidamente demostrada o sin su


aceptación. No es exigible el requisito de aceptación del trabajador cuan-
do su traslado no le impida desempeñar el cargo de dirigente sindical".

De esa forma, el citado artículo 30o contempla todos los sujetos


amparados por el fuero sindical, estableciendo, grosso modo, una protec-
ción para la totalidad de trabajadores cuando el sindicato se encuentra
en formación (inciso a) y otra para los dirigentes sindicales (inciso b),
representantes o delegados de los trabajadores cuando no existe sindicato
en la empresa (inciso c) y candidatos a dirigencias sindicales (inciso d).

Ahora bien, tomando en cuenta la definición esbozada, cabe indicar


que no solo las nornlas pertinentes de la Ley de Relaciones Colectivas
de Trabajo establecen disposiciones para el amparo y protección de la
actividad sindical de ios trabajadores sindicalizados, también encontra-
mos algunos alcances de dicha protección en las normas que regulan
las relaciones individuales de trabajo, concretamente en las establecidas
en la Ley de Productividad y Competitividad Laboral.

En efecto, este último dispositivo regula en su artículo 29" los su-


puestos de despido nulo, dentro de los cuales podemos ubicar aquellos
actos de despidos que se viciarán de nulidad cuando estén motivados
por razones antisindicales. Específicamente, se establecen dos clases de
despidos antisindicales, a saber: a) cuando se despide a un trabajador por
la afiliación a un sindicato o la participación de actividades sindicales,
y b) cuando se despide al trabajador por ser candidato a representantes
de los trabajadores, o actuar o haber actuado en esa calidad.

De acuerdo con la naturaleza compleja del derecho de sindicación,


este derecho es posible enfocarlo en dif-erentes planos de contenidos y
formas de protección. De esta manera, desde un primer plano, la libertad
sindical puede analizarse partiendo de la titularidad del derecho que
corresponde a los sujetos inten'inientes, diferenciándose así desde un
plano individual y otro colectivo. En el prirner plano podemos ubicar al
derecho que posee la persona individualmente consideradatttol, mientras

tl101 Particular inconveniente existe al determinar quiénes


son los titulares individuales del
derecho de libertad sindical. Si es cualquier persona o si es el trabajador dependiente o

155
Oxer Vícron Avaros Jane

que en el plano colectivo de la sindicación se hace referencia al derecho


de la propia organización sindical (sindicatos, federaciones o confede-
raciones). A su vez, se puede diferenciar el derecho de sindicalización
dentro de un contenido de organización y otro dentro de un contenido
de actividad. En suma, de la confluencia de los distintos planos señalados
del derecho de sindicalización se apreciará pues las distintas formas de
actuación de la libertad sindical.

Bajo esta línea, el Tribunal Constitucional ha indicado que la li-


bertad sindical individual o íntuito personae abarca el aspecto negativo
y el positivo, es decir, el derecho de constituir-afiliarse o no constituir-
afil iarse a determ ina da or ganización sindical, respectivamente. M ient ras
que la libertad sindical colectiva, llamada por el supremo intérprete de
la Constitución como plural, se manifiesta en tres aspectos, a saber: a)
ante el Estado, que comprende la autonomía sindical, la personalidad
jurídica y la diversidad sindical; b) ante los empleadores, el cual abarca
el fuero sindical v la proscripción de prácticas desleales; y c) ante las
organizaciones sindicales, mediante la cual se incluyen la diversidad
sindical, la proscripción de las cláusulas sindicales, etc.[r11].

Habiendo dejado en claro los campos o contenidos en los que puede


desarrollarse la sindicalización, la jurisprudencia de la Sala de Derecho
Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de |usticia de
la República ha sido enfática al señalar que dos de los contenidos del

existe una categoría diferente que es titular de dicho derecho de sindicación. Como afirma
Cáceres Paredes,"el problema radica en esclarecer si son solo los trabajadores asalariados
los titulares del derecho, o si también comprende a otros sujetos, como los trabajadores
autónomos -y ahora los autónomos propiamente dichos o los autónomos económica-
mente dependientes-, o aquellos excluidos de la égida del Derecho del trabajo, como
los beneficiarios de una modalidad formativa laboral o los'contratos administratlvos de
serviciosi u otros sujetos exceptuados'l Al respecto, señala este autor que"la lógica va por
la de permitir la sindicalizaclón y ejercicio de libertad sindical a aquellos sujetos que ne-
cesitan un contrapoder para materializar y promover su interés grupal y profesionales.
Por ello, siguiendo esta línea, no existirían mayores inconvenientes en incluir en el ámbito
del derecho de libertad sindical a aquellos sujetos excluidos legalmente de una relación
laboral o a los trabajadores autónomos o a los funcionarios públicos, entre otros supues-
tos" (CÁcrnes Pnnrors, Joel, "Hacia una reformulación del derecho de constituir sindicatos
-y de promoverlos- en tiempos actuales", en Alcances y eficacia del Derecho del trabajo:
tercerización, inspección y derechos colectivos, SPDTSS, Chiclayo, 2008. p. 424).
--
.- -
tr'rr VidelasentenciadeTribunal Constitucional recaídaenel ExpedienteNoOOOS-2005-P|/TC.

156
Colvtp¡tEr,IcIe

derecho de libertad sindical se encuentran regulados en el inciso a del


artículo 29" de la Ley de Productividad y competitividad Laboral.
En efecto, este precepto establece que es nulo el despido cuando
tiene por motivo "la afiliación a un sindicato o la participación en
actividades sindicales". Es decir, nos encontramos ante la titularidad
individual del derecho de sindicalización, y dentro del contenido es-
tático o de organización de este derecho (afiliación a la organización
sindical) y el contenido dinámico o de actividad (participar en activi-
dades sindicales).

Esta Sala Suprema basa su criterio en el artículo 2" del Convenio


de la OIT N' 8Z el cual señala que tanto los trabajadores como los
empleadores "sin ninguna distinción y sin autorización previa, tienen
el derecho de constituir las organizaciones que estimen convenientes,
así como el de afiliarse a estas organizaciones, con la sola condición de
observar los estatutos de las mismas". Ello acorde con el artículo 2" del
Texto Único ordenado de ia Ley de Relaciones colectivas de Trabajo,
aprobado por el Decreto Supremo N" 010-21003-TR, el cual señala que
"el Estado reconoce a los trabajadores el derecho a la sindicación' sin
autorización previa".

Al respecto, debemos indicar que, efectivamente, dichos preceptos


establecen el carácter tutelar del derecho de sindicalización y de la no
autorización previa a los empleadores para su cabal ejercicio.

Es importante señalar, además, que el artículo 2" del Convenio


de la OIT N" 87 es claro en mencionar que los trabajadores pueden
formar sindicatos que estimen conveniente, es decir, que si una norma
infraconstitucional o administrativa establece un número cerrado de
organizaciones sindicales a crear -y por tal niega la constitución de
otros tipos de sindicatos-, entonces estaría contradiciendo el espíritu
amplio del mencionado artículo 2' del citado convenio, violentado con
ello el derecho fundamental a la sindicalización'

De la misma manera, el literal b del artículo 29" de la Ley de Pro-


ductividad y Competitividad Laboral prevé otro supuesto relacionado
directamente con el contenido esencial del derecho a la libertad sindical;

r57
Oxel VÍcron Averos fena

setrata del hecho de "ser candidato a representante de los trabajadores


o actuar o haber actuado en esa calidad".
Lo que se busca es que quienes pretendan representar a los tra-
bajadores o lo hacen o lo hayan hecho no se vean perjudicados por el
ejercicio de su derecho a la libertad sindical. En este caso, se pretende
que no se le prive al colectivo de trabajadores contar con un represen-
tante que pueda hacer valer sus derechos; también, que no se tomen
represalias contra los dirigentes por la representación sindical, incluso
hasta un momento posterior en que se dejó de ocupar tal función.

En suma, para estos casos es competente el luez Especializado de


Trabajo a través del proceso abreviado.

3. LR couperENcrA DE Los JUzcADos EspECrALrzADos DE


TRABAJO EN EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

Los Jueces Especializados de Trabajo son competentes para conocer,


vía el proceso contencioso administrativo, las pretensiones referidas a
los siguientes temas:

3.1. Las prestaciones de carácter personal de naturaleza


laboral de Derecho público
En este caso, la Nueva Ley Procesal del Trabajo se refiere a las
pretensiones que surjan con ocasión de los contratos de trabajo sujetos
al régimen laboral de la actividad pública, regida principalmente por
el Decreto Legislativo N" 276 y su reglamento, aprobado por el Decreto
Supremo N" 005-90-PCM.

Cuando la norma alude al Derecho público no se refiere en general


a las relaciones contractuales de naturaleza laboral celebradas con el
Estado, se refiere únicamente a las relaciones de trabajo reguladas por
el Decreto Legislativo N" 276; por lo tanto, quedan excluidas de este
supuesto las relaciones laborales con el Estado celebradas al amparo
del Decreto Legislativo N" 728, pues la competencia para estos casos
se encuentra prevista en el numeral 1 del artículo 2" de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo.

158
CoNrpn,tE,NcIR

También se incluyen dentro de este supuesto aquellas pretensiones


que buscan el reconocimiento de una relación laboral que determinará
el sometimiento al régimen laboral de la actividad públicattt2l.

3.2. Las prestaciones de carácter personal de naturaleza


laboral de Derecho administrativo
Indudablemente la norma hace referencia a los Contratos Adminis-
trativos de Servicios celebrados en virtud del Decreto Legislativo N' 1057.
Sin embargo, hay que dejar en claro, tal como ya lo hizo el Tribunal
Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente N" 00002-2010-
PI/TCIII3I, que no estamos -al margen de la denominación- frente a un
contrato administrativo, sino ante un contrato de trabajo.

Es de resaltar que cualquier conflicto suscitado dentro de los alcances


del Decreto Legislativo N" l05z antes de judicializarse, deberá Pasar por
una etapa administrativa. En efecto, conforme lo establece el artículo
16" del Decreto Supremo N. 075-2008-PCM, los conflictos derivados de
la prestación de los servicios regulados por el Decreto Legislativo N"
1057 y su reglamento serán resueltos por el órgano responsable de cada
entidad o, de no existir este o en segunda instancia administrativa, por

[1121 Uno de estos casos fue el resuelto en la Casación N'2470-2005-Piura. Para mayores de-
talles, vide Avnlos Jnnr, Oxal Víctor, "El trabajador que fue repuesto mediante proceso de
amparo, ¿tiene derecho a ser incorporado automáticamente a la planilla de trabajadores
de su empleadora que es una entidad estatal?'i en JuS )urisprudencld, No 1, Lima, 2008.
[113] En esta sentencia, Fundamentos Nos 1 9 y 20, el Tribunal Constitucional ha señalado lo si-
guiente:
"[E]ste Colegiado concluye expresando que el contenido del contrato regulado en la nor-
ma impugnada tiene las características de un contrato de trabajo y no de un contrato
administrativo, en la medida en que prevé aspectos tales como la determinación de la
jornada de trabajo (que implica incluso determinar el horario de trabajo, pues de lo con-
trario sería imposible controlar la jornada semanal), así como los descansos semanales y
anual. Cabe considerar también que la denominación dada por el legislador a la norma
cuestionada resulta, cuando menos, imprecisa, dado que le pretende conferir un signi-
ficado distinto al contenido que regula. [...]. En consecuencia, el Tribunal Constitucional
estima que -más allá de la denominación dada a los contratos suscritos bajo el marco del
Decreto Legislativo N. '1057, al pretender considera rlos como contratos administrativos de
servicios-, los contratos suscr¡tos bajo el marco del Decreto Legislativo N' 1057 son de na-
turaleza laboral. En todo caso, lo que corresponde determinar, ahora, es si estos contratos
están vinculados a un régimen laboral preexistente o si se trata de uno nuevo.

i59
Oxnr VÍcron Averos fnne

el Tribunal del Servicio Civiltnal, quedando agotada la vía administrativa


en dicha instancia, por lo que el prestador de servicios se encontrará
habilitado para acudir a la sede judicial conforme a las reglas del proceso
contencioso administrativo, regulado por el Texto Único Ordenado de la
Ley N" 27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo,
aprobado por el Decreto Supremo N" 013-200S-JUS.

3.3. Las prestaciones de seguridad social


Los conflictos derivados de las prestaciones de seguridad social han
pasado de mano en mano por los ]uzgados Especializados de Trabajo y
los ]uzgados Contenciosos Administrativos.

Con la vigencia de la Ley N" 26636, la competencia le correspondía


a los |uzgados Especializados de Trabajo; sin embargo, desde la entrada
en vigencia de la Ley NI' 27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso
Administrativo, esta competencia les fue arrebatada y atribuida a los
|uzgados Contenciosos Administrativos. Esta competencia se mantuvo
incluso con la modificación sufrida por el Decreto Legislativo No 106711lsJ.

No obstante, con la entrada en vigencia de la Ley N" 29364ltttl, que


modificó el literal I del artículo 51" del Texto Único Ordenado de la
Ley N" 27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo,
aprobado por el Decreto Supremo N. 013-2008-JUS, los |uzgados Espe-
cializados de Trabajo asumieron nuevamente la competencia sobre los
conflictos derivados de las prestaciones de seguridad social.

En este contexto, y con la finalidad de organizar apropiadamente a


los juzgados competentes, el Consejo Ejecutivo del Poder |udicial dictó
la Resolución Administrativa N" 226-2009-CE-p¡utzt, en virtud de la cual
dispuso que determinados juzgados especializados en lo contencioso
administrativo con subespecialidad previsional pasaran a constituirse
como juzgados especializados de trabajo transitorios con subespeciali-

tl1!l Creado en virtud del Decreto Legislativo N" 1023.


fl151 Publicado en el diario oñcial El Páruanoel 28 dejunio de 2008.
trl6l Publicada en el diario oficial El Peruano el 28 de mayo de 2009.
fl171 Publicada en el diario oñcial El Peruano el 26 de julio de 2009.

160
ContpErENcte

dad previsional. En esta línea, mediante la Resolución Administrativa


N" 059-2010-CE-P¡nttt se dispuso que diversos juzgados contenciosos
administrativos, juzgados civiles y sentenciadores de la subespecialidad
previsional, pasaran a constituirse como juzgados especializados de
trabajo con subespecialidad previsional.

En buena cuenta, la Nueva Ley Procesal del Trabajo reafirma la


competencia de los |uzgados Especializados de Trabajo y refuerza esta
reorganización que busca que quienes resuelvan este tipo de controver-
sias iean los que realmente se encuentren especializados y caPacitados
para ello.

3.4. Las impugnaciones contra las actuaciones de la Au-


toridad Administrativa de Trabajo
Los ]uzgados Especializados de Trabajo también resultan comPe-
tentes para conocer de todas aquellas impugnaciones dirigidas contra las
actuaciones de la Autoridad Administrativa de Trabajo, evidentemente
luego de que se haya agotado la etapa administrativa.

Esta disposición es plenamente concordante con lo establecido en la


primera Disposición Complementaria del Texto Único Ordenado de la
Ley N" 27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo,
que establece que las demandas contra actuaciones de las Autoridades
Administrativas de Trabajo, son comPetencia de los jueces especiali-
zados en materia laboral, siguiendo las reglas del proceso contencioso
administrativo contenidas en dicha ley.

4. Los pnocnsos coN ríruro EIECUTIvo cuANDo LA cUANTÍA


SUPERE tAS 50 URP

Los luzgados Especializados de Trabajo tienen competencia Para


conocer de los procesos con título ejecutivo, cuando la cuantía respec-
tiva exceda las cincuenta Unidades de Referencia Procesal, pues -como

trt8l Publicada en el diario oñcial El Peruanoel 20 de marzo de 2010.

161
Oxlr Vícron, Avelos Jen¡,

hemos observado anteriormente- si la cuantía no supera dicho monto, la


competenciapara conocer de tales procesos corresponde a los |uzgados
de Paz Letrado Laborales.
Asimismo, se debe tener presente que los denominados títulos eje-
cutivos se encuentran ubicados en el artículo 57' de la Ley N" 29497,
Nueva Ley Procesal del Trabajo, siendo considerados títulos ejecutivos
únicamente los contemplados en dicha norma.

Afl. 30.- C0mmlsncla 00p malefla üc las $ala$ laD0ral8$ $üD0nbres

Las salas laborales de las cortes superiores tienen competencia,


en primera instancia, en las materias siguientes:
1. Proceso de acción popular en materia laboral, a ser tramitado
conforme a la ley que regula los procesos constitucionales.
2. Anulación de laudo arbitral que resuelve un conflicto ju-
rídico de naturaleza laboral, a ser tramitada conforme a la
ley de arbitraje.
3. Impugnación de laudos arbitrales derivados de una negocia-
ción colectiva, a ser tramitada conforme al procedimiento
establecido en la presente Ley.
4. Contienda de competencia promovida entre juzgados de
trabajo y entre estos y otros juzgados de distinta especiali-
dad del mismo distrito judicial.
5. Conflictos de autoridad entre los juzgados de trabajo y au-
toridades administrativas en los casos previstos por la ley.
6. Las demás que señale la ley.

I Concordancias:

- TextoÚnicoOrdenadodela LeyOrgánicadel PoderJudicial:artfculo42o.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 4o,7o y 5@ al 53o'
- Código Procesal Constitucional: artfculos 84o al97o.
- Decreto Legislativo que norma el arbitraje: artfculos 620 al 660'

Comentario

Al igual que en el caso anterior, la Nueva Ley Procesal del Trabajo


ha previsto una serie de supuestos que son de competencia de las Salas
Laborales de la Corte Superior de )usticia. Veámoslos a continuación.

r62
Co¡uprr¿Ncln

1. Lr rcctórr¡ poputAR EN MATERIA tABoRAt


Como sabemos, la acción popular es el proceso constitucional que
tiene por finalidad velar por la constitucionalidad y legalidad de las
normas de rango inferior al legal.

El proceso popular se encuentra regulado en el inciso 5 del artículo


200" de nuestra Constitución Política, y es desarrollado por el Código
Procesal Constitucional. De esta manera, el artículo 85" del referido
dispositivo establece que en estos casos la competencia es exclusiva del
Poder fudicial, específicamente de las Salas Laborales Superiores.

Entonces, si se quiere cuestionar la legalidad de los reglamentos,


normas administrativas, resoluciones y decretos de carácter general,
cualquiera sea la autoridad de la que emanen, que involucren o se
encuentren dentro del ámbito del Derecho del trabajo, serán las com-
petentes las Salas Laborales.

Un caso emblemático de este supuesto de competencia es la Ac-


ción Popular N. 1949 -2004-Limalrrel, en la cual se resolvió una acción
que buscaba declarar la ilegalidad del artículo 4" del Decreto Supremo
N" 003-2002-TR, Reglamento de la Ley de Intermediación Laboral en
vista de que dicha norma excedía los alcances de la ley reglamentada,
esto es, la Ley N" 27626. En concreto, se alegaba que el mencionado
artículo era ilegal dado que, al hacer alusión a la tercerización paru
diferenciarla de la intermediación laboral, estaba regulando un supuesto
no contemplado en la ley.
Finalmente,la Corte Suprema de ]usticia de la República determinó
que si bien en el mencionado artículo 4" se hace referencia a determi-
nados supuestos de tercerización, ello no implica la regulación de la
tercerización, pues la referencia hecha solo tiene por objeto establecer
criterios de identificación y diferenciación entre la intermediación la-
boral y la tercerización, por lo tanto, no existe contravención alguna a
la potestad reglamentaria del Poder Ejecutivo.

fllel Publicada en el diario oftcial EI Peruano el 21 de noviembre de 2005.

163
Oxer VÍcron Áveros J¡ne

Ahora bien, de acuerdo con lo establecido en el Título VII del


código Procesal constitucional, el trámite del procedimiento a seguir
en un proceso de acción popular es el siguiente:

- La demanda de acción popular puede ser interpuesta por cual-


quier persona.
- La demanda de acción popular es de competencia exclusiva del
Poder ]udicial, siendo competentes la Sala correspondiente, por
razón de la materia de la Corte Superior del Distrito |udicial al
que pertenece el órgano emisor, cuando la norma objeto de la
acción popular es de carácter regional o local; y la Sala corres-
pondiente de la Corte Superior de Lima, en los demás casos.
- La demanda escrita contendrá cuando menos, los siguientes
datos y anexos: a) la designación de la Sala ante quien se in-
terpone; b) el nombre, identidad y domicilio del demandante;
c) la denominación precisa y el domicilio del órgano emisor de
la norma objeto del proceso; d) el petitorio, que comprende la
indicación de la norma o normas constitucionales y/o legales
que se suponen vulneradas por la que es objeto del proceso; e)
copia simple de la norma objeto del proceso precisándose el
día, mes y año de su publicación; f) los fundamentos en que
se sustenta la pretensión; y g) la firma del demandante, o de
su representante o de su apoderado, y la del abogado.
- El plazo para interponer la demanda de acción popular prescribe
a los cinco años contados desde el día siguiente de publicación
de la norma.
- Interpuesta la demanda, la Sala resuelve su admisión dentro
de un plazo no mayor de cinco días desde su presentación,
precisando el requisito incumplido y el plazo para subsanarlo,
si declara la inadmisibilidad, y si declara la improcedencia y la
decisión fuese apelada, pondrá la resolución en conocimiento
del emplazado.

- Admitida la demanda, la Sala confiere traslado al órgano emisor


de la norma objeto del proceso y ordena la publicación del auto
admisorio, el cual incluirá una relación sucinta del contenido

t64
Coup¡rnNcIn

de la demanda, por una sola vez, en el diario oficial El Perua-


no si la demanda se promueve en Lima, o en el medio oficial
de publicidad que corresponda si aquella se promueve en otro
distrito judicial. Si la norma objeto del proceso ha sido expedida
con participación de más de un órgano emisor, se emplazará
al de mayor jerarquía. Si se trata de órganos de igual nivel
jerárquico, la notificación se dirige al primero que suscribe el
texto normativo. En el caso de normas dictadas por el Poder
Ejecutivo, el emplazamiento se hará al Ministro que la refrenda;
si fuesen varios, al que haya firmado en primer término. Si el
órgano emisor ha dejado de operar, corresponde notificar al
órgano que asumió sus funciones.

- La Sala puede, de oficio, ordenar en el auto admisorio que el


órgano remita el expediente conteniendo los informes y docu-
mentos que dieron origen a la norma objeto del proceso, dentro
de un plazo no mayor de diez días, contado desde la notificación
de dicho auto, bajo responsabilidad. La Sala dispondrá las me-
didas de reserva pertinentes para los expedientes y las normas
que así lo requieran.
- La contestación deberá cumplir con los mismos requisitos de la
demanda, en lo que corresponda, siendo el plazo para contestar
la demanda de diez días.
- Practicados los actos procesales señalados en los artículos ante-
riores, la Sala fijará día y hora para la vista de la causa, la que
ocurrirá dentro de los diez días posteriores a la contestación de
la demanda o de vencido el plazo para hacerlo. Los abogados
pueden informar oralmente durante la vista de la causa. La Sala
expedirá sentencia dentro de los diez días siguientes a la vista.

- Contra la sentencia procede recurso de apelación el cual con-


tendrá la fundamentación del error, dentro de los cinco días
siguientes a su notificación. Recibidos los autos, la Sala Consti-
tucional y Social de la Corte Suprema dará traslado del recurso
concediendo cinco días para su absolución y fijando día y hora
para la vista de la causa, en la misma resolución. Dentro de los
tres días siguientes de recibida la notificación las partes podrán

165
Ox¡,r Vícron Avelos hne

solicitar que sus abogados informen oralmente a la vista de la


causa.

- Procede solicitar medida cautelar una vez expedida sentencia


estimatoria de primer grado. El contenido cautelar está limitado
a la suspensión de la eficacia de la norma considerada vulne-
ratoria por el referido pronunciamiento.
- Si la sentencia que declara fundada la demanda no es apelada,
los autos se elevarán en consulta a la Sala Constitucional y So-
cial de la Corte Suprema. La consulta se absolverá sin trámite
y en un plazo no mayor de cinco días desde que es recibido el
expediente.

- La sentencia expedida dentro de los diez días posteriores a la vista


de la causa será publicada en el mismo medio de comunicación
en el que se publicó el auto admisorio. Dicha publicación no
sustituye la notificación de las partes. En ningún caso procede
el recurso de casación

- Si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán los


costos que el juez establezca, los cuales serán asumidos por el
Estado. Si la demanda fuere desestimada por el juez, este podrá
condenar al demandante al pago de los costos cuando estime
que incurrió en manifiesta temeridad. En todo lo no previsto
en materia de costos, será de aplicación supletoria lo previsto
en el Código Procesal Civil.

Pues bien, este es el procedimiento a seguir ante la Sala Superior


correspondiente de conformidad con el artículo 3" de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo.

2. Le an¡urncróN DE tAUDo ARBITRAL euE RESUEwE uN coN-


FTICTO JURíDrCO DE NATURALEZA LABORAL, A SER TRAMI-
TADA CONFORME A LA LEY DE ARBITRAJE

Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de |usticia son com-


petentes para conocer como órganos jurisdiccionales de primer grado
o primera instancia de la anulación del laudo arbitral que resuelve un

t66
ColtlprrtNc¡t

conflicto jurídico de naturaleza laboral, a ser tramitada conforme a la


ley de arbitraje, vale decir, conforme al Decreto Legislativo N" 1071,
Decreto Legislativo que norma el Arbitraje.

Al respecto, debe tenerse presente lo establecido en los artículos 62o


al 66' del referido decreto legislativo que regulan justamente lo relativo
al requrso de anulación del laudo arbitral.

A este respecto, 1' 9n lo que concierne a la configuración del recurso


de anulación del laudo arbitral, es importante tener en consideración
lo siguiente:
- Contra el laudo solo podrá interponerse recurso de anulación.
Este recurso constituye la única vía de impugnación del laudo y
tiene por objeto la revisión de su validez por las causales taxa-
tivamente establecidas en el artículo 63" del Decreto Legislativo
N" 1071.

- El recurso se resuelve declarando la validez o la nulidad del


laudo. Está prohibido bajo responsabilidad, pronunciarse sobre
el fondo de la controversia o sobre el contenido de la decisión o
calificar los criterios, motivaciones o interpretaciones expuestas
por el tribunal arbitral.
Igualmente, con relación a las causales de anulación del laudo
arbitral, debe indicarse lo siguiente:

El laudo solo podrá ser anulado cuando la parte que solicita la


anulación alegue y pruebe:

a. Que el convenio arbitral es inexistente, nulo, anulable, in-


válido o ineficaz.

b. Que una de las partes no ha sido debidamente notificada del


nombramiento de un árbitro o de las actuaciones arbitrales,
o no ha podido por cualquier otra razón, hacer valer sus
derechos.

c. Que la composición del tribunal arbitral o las actuaciones


arbitrales no se han ajustado al acuerdo entre las partes o al

t67
Oxn¡. VícroR Ave¡-os JnRe

reglamento arbitral aplicable, salvo que dicho acuerdo o dispo-


sición estuvieran en conflicto con una disposición del Decreto
Legislativo N" 1071 de la que las partes no pudieran apartarse,
o en defecto de dicho acuerdo o reglamento, que no se han
ajustado a lo establecido en el Decreto Legislativo N' 1071.

d. Que el tribunal arbitral ha resuelto sobre materias no so-


metidas a su decisión.

e. Que el tribunal arbitral ha resuelto sobre materias que,


de acuerdo a le¡ son manifiestamente no susceptibles de
arbitraje, tratándose de un arbitraje nacional.

f. Que según las leyes de la República, el objeto de la contro-


versia no es susceptible de arbitraje o el laudo es contrario
al orden público internacional, tratándose de un arbitraje
internacional.

g. Que la controversia ha sido decidida fuera del plazo pactado


por las partes, previsto en ei reglamento arbitral aplicable o
establecido por el tribunal arbitral.

Las causales previstas en los incisos a, b, c y d solo serán proce-


dentes si fueron objeto de reclamo expreso en su momento ante
el tribunal arbitral por la parte afectada y fueron desestimadas.

Tratándose de las causales previstas en los incisos d y e, la


anulación afectará solamente a las materias no sometidas a
arbitraje o no susceptibles de arbitraje, siempre que puedan
separarse de las demás; en caso contrario, la anulación será
total. Asimismo, la causal prevista en el inciso e podrá ser
apreciada de oficio por la Corte Superior que conoce del re-
curso de anulación.
La causal prevista en el inciso g solo será procedente si la
parte afectada lo hubiera manifestado por escrito de manera
inequívoca al tribunal arbitral y su comportamiento en las
actuaciones arbitrales posteriores no sea incompatible con este
reclamo.

168
CoiupEtsNcIe

- En el arbitraje internacional, la causal prevista en el inciso a se

apreciará de acuerdo con las normas jurídicas elegidas por las partes
para regir el convenio arbitral, por las normas jurídicas aplicables al
fondc¡ de la controversia, o por el Derecho peruano' lo que resulte
más favorable a la validez y eficacia del convenio arbitral.

- En el arbitraje internacional, la causal prevista en el inciso f


podrá ser apreciada de oficio por la Corte Superior que conoce
del recurso de anulación.
- No procede la anulación del laudo si la causal que se invoca
ha podido ser subsanada mediante rectificación, interpretación,
integración o exclusión del laudo y la parte interesada no cum-
plió con solicitarlos.
- Cuando ninguna de las Partes en el arbitraje sea de nacio-
nalidad peruana o tenga su domicilio, residencia habitual o
lugar de actividades principales en territorio Peruano' se podrá
acordar expresamente la renuncia al recurso de anulación o la
limitación de dicho recurso a una o más causales establecidas
en este artículo. Si las partes han hecho renuncia al recurso de
anulación y el laudo se Pretende ejecutar en territorio Peruano'
será de aplicación lo previsto en el Título VIII del Decreto
Legislativo N" 1071, referido al reconocimiento y ejecución de
laudos extranjeros.

3. Le IupucNAcIóN DE LAUDoS ARBITRALES DERIVADoS DE


UNA NEGOCIACIóN COLECTIVA, A SER TRAMITADA CONFORME
AL PROCEDIMIENTO ESTABLECIDO EN LA NUEVA LEY PNOCE.
sAL DEL TnaSelO
Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de Justicia son com-
petentes para conocer como órganos jurisdiccionales de primer grado o
primera instancia de la impugnación de laudos arbitrales derivados de
una negociación colectiva, a ser tramitada conforme al procedimiento
establecido en el Capítulo III (proceso impugnativo de laudos arbitrales
económicos) del Título II (procesos laborales) de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo.

t69
Oxer VÍcron Averos fena

De esta manera, tenemos que cuando existe desacuerdo entre las


partes colectivas dentro del procedimiento de negociación colectiva, se
puede optar por el mecanismo de autotutela de intereses de los traba-
jadores, es decir, recurrir a la huelga solicitando el cumplimiento del
pliego de reclamos no consensuado; o recurrir a un tercero imparcial
para que dilucide la controversia. En este último caso,las partes deciden
presentar su conflicto económico ante un tribunal arbitral del Ministerio
de Trabajo y Promoción del Empleo.

Ahora bien, cuando el Tribunal Arbitral se pronuncia y resuelve


el conflicto presentado, las partes del conflicto pueden impugnar dicha
decisión emanada del laudo arbitral. Dicha impugnación se deberá pre-
sentar ante las Salas Laborales.

Cabe señalar que la impugnación del laudo arbitral que quiera pre-
sentarse ante las Salas Laborales, solo procederá tratándose de aquellos
laudos que provengan de una negociación colectiva, por lo que los laudos
arbitrales que provengan de otras controversias no serán de competencia
de dichos órganos.

4. Ln corr¡UENDA DE coMpETENcIA pRoMovIDA ENTRE IUz-


GADOS DE TRABAJO Y ENTRE ESTOS Y OTROS IUZGADOS DE
DISTINTA ESPECTALIDAD DEL MISMO DISTRITO IUDICIAI
Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de |usticia son
competentes para conocer como órganos jurisdiccionales de primer
grado o primera instancia de la contienda de competencia que sur-
ja entre |uzgados Especializados de Trabajo y entre estos y otros
juzgados de diferente especialidad pero pertenecientes al mismo
distrito judicial.
Los conflictos de competencia, pueden clasificarse, grosso modo,
en conflictos negativos de competencia y en conflictos positivos de
competencia. Ambos son susceptibles de conocimiento por las Salas
Laborales.

170
CorrprrENcI¡

5. Los corurllcros DE AUToRIDAD ENTRE tos luzcADos DE


TRABAJO Y AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS EN tOS CASOS
PREVISTOS EN tA NUEVe LEv PnocrsAt DEt TnAnelo
Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de |usticia son com-
petentes para conocer como órganos jurisdiccionales de primer grado
ó primerá instancia de los conflictos de autoridad que surjan entre los
|uigados de Trabajo y las autoridades administrativas en aquellos casos
previstos por el ordenamiento jurídico.
Se trata de aquellos casos en donde los |uzgados Especializados de
Trabajo y las autoridades administrativas invocan su comPetencia para
conocer determinado hecho o cuando se requiere de un pronunciamiento
judicial previo.
A este respecto, el artículo 64" de la Ley del Procedimiento Ad-
ministrativo General establece que cuando, durante la tramitación de
un procedimiento, la autoridad administrativa adquiere conocimiento
que se está tramitando en sede jurisdiccional una cuestión litigiosa
entre dos administrados sobre determinadas relaciones de Derecho
privado que precisen ser esclarecidas previamente al pronunciamiento
ádminirtiativo, solicitará al órgano jurisdiccional comunicación sobre
las actuaciones realizadas.

En este supuesto, una vez recibida la comunicación, y solo si estima


que existe estricta identidad de sujetos, hechos y fundamentos, la autori-
dad competente, para la resolución del procedimiento, podrá determinar
su inhibición hasta que el órgano jurisdiccional resuelva el litigio.
La resolución inhibitoria es elevada en consulta al superior jerár-
quico, si lo hubiere, aun cuando no medie apelación. Si es confirmada,
la resolución inhibitoria es comunicada al Procurador Público corres-
pondiente para que, de ser el caso y convenir a los intereses del Estado,
se apersone al proceso.

6. Les oEuÁs QUE sEÑALE LA tEY


Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de |usticia son com-
petentes para conocer como órganos jurisdiccionales de primer grado o
primera instancia de las demás materias que señalen las leyes.

17l
Oxer VÍcron Averos fane

De esta manera, si una norma específica o particular establece la


competencia de las Salas Laborales de las Cortes Superiores de |usticia
para conocer determinada materia, ello será legítimo en la medida que
la presente norma deja abierta la posibilidad de incorporar nuevos su-
puestos de competencia vía remisión.

Afl. ¡10.- c0m[stsncla 00]'lunclún

4.l.La Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte


Suprema de fusticia de la República es competente para
conocer de los siguientes recursos:
a. Del recurso de casación;
b. del recurso de apelación de las resoluciones pronun-
ciadas por las salas laborales en primera instancia; y
c. del recurso de queja por denegatoria del recurso de
apelación o por haber sido concedido en efecto distinto
al establecido en la ley.
4.2. Las salas laborales de las cortes superiores son competentes
para conocer de los siguientes recursos:
a. Del recurso de apelación contra las resoluciones expe-
didas por los juzgados laborales; y
b. del recurso de queja por denegatoria del recurso de
apelación o porhaber sido concedido en efecto distinto
al establecido en la ley.
4.3. Los juzgados especializados de trabajo son competentes
para conocer de los siguientes recursos:
a. Del recurso de apelación contra las resoluciones ex-
pedidas por los juzgados de pai,letrados en materia
laboral; y
b. del recurso de queja por denegatoria del recurso de
apelación o por haber sido concedido en efecto distinto
al establecido en la ley.

(oncordancias:
|
- TextoÚnicoOrdenadodela LeyOrgánicadelPoderJudicial:artlculo42o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 32o al 39o.
- Código Procesal Civil: artículo 28o.

172
Couperrncre

Comentario

La competencia funcional es aquel criterio por el que se distribuyen


las diferentes funciones judiciales respecto del mismo asunto entre dis-
tintos órganos jurisdiccionales y se determinan las funciones de cierto
órgano frente a las funciones de los otros órganos que intervendrán en
el mismo asunto contencioso o no contencioso.

Como se puede observar, la competencia funcional encuentra sus-


tento en las funciones que el ordenamiento legal fija para los órganos
judiciales de diferente grado jerárquico, es por ello que a cada órgano
judicial le compete cierta actividad procesal, por lo que tenemos que
el superior jerárquico, por lo general, conoce de determinado asunto
cuando se abre la vía recursiva o impugnatoria y examina la resolución
recurrida.

L, Sosnr tA coMpETENcrA DE cARicrER FUNcroNAr DE LA


S¡m DE DERECHo CoNsrITUcloNAL y SoctAL DE LA ConrE
SupRrrYre DE lusrrclA
En cuanto a la competencia de carácter funcional de la Sala de
Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia, cabe
indicar lo siguiente:

La Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema


de |usticia de la República tiene competencia para conocer del
recurso de casación.

Este medio impugnativo es de naturaleza extraordinaria y juris-


diccional, que procede plantearlo cuando se presentan motivos
legalmente determinados (infracción normativa que incida direc-
tamente sobre la decisión contenida en la resolución impugnada,
y apartamiento de los precedentes vinculantes dictados por el
Tribunal Constitucional o por la Corte Suprema de )usticia)
y frente a un cierto tipo de resoluciones judiciales (sentencias
y autos expedidos por las Salas de las Cortes Superiores que,
como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso), con la

t73
Ox¡,r Vícron Avalos Jan¡

finalidad de lograr que la Corte Suprema de justicia anule o


revoque la resolución recurrida, ya sea total o parcialmente.

El recurso de casación persigue, pues, la defensa del Derecho


objetivo y la uniformidad de la jurisprudencia, con miras a la
seguridad del orden jurídico del Estado. El recurso de casación
se caracteriza por lo siguiente:

a. Es un recurso de carácter público, porque prevalece el


interés público sobre el interés privado al buscarse la ade-
cuada aplicación del Derecho objetivo y la uniformidad de
la jurisprudencia.

b. Es un recurso extraordinario, pues solo opera tratándose de


determinadas causales previstas expresamente por la ley.

c. Es un recurso vertical, porque es resuelto por el órgano


judicial jerárquicamente superior a aquel que emitió la re-
solución recurrida.

d. Es un recurso formal, porque se haya sujeto a determinados


requisitos de admisibilidad y procedencia cuya omisión
o incumplimiento acarrea la denegatoria del recurso en
cuestión.

e. Es un recurso positivo y negativo, porque el órgano de


casación puede reformar la resolución recurrida -carácter
positivo- o anularla y ordenar que el inferior jerárquico
dicte una nueva resolución -carácter negativo-.

f. Esun recurso que se concede con efecto suspensivo, porque


al ser admitidose produce la suspensión de la resolución
impugnada hasta que se resuelva el recurso extraordinario.

La Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema


de iusticia de la República tiene competencia para conocer del
recurso de apelación interpuesto contra las resoluciones emi-
tidas por las Salas Laborales como órganos de primer grado o
de primera instancia.

t74
Co¡{psrnNcI¡

El recurso de apelación es aquel medio impugnatorio ordinario


que se puede plantear contra las sentencias y autos, a efectos de
que el órgano jurisdiccional jerárquicamente superior examine la
resolución recurrida y proceda a corregirla, revocarla o anularla,
según sea el caso, sobre la base de los motivos aducidos por el
apelante que ha sufrido algún perjuicio por tal resolución.

El recurso de apelación se caracteriza por lo siguiente:


a. Es un recurso de naturaleza ordinaria, Porque no existen
motivos o causales especiales Para que pueda ser planteado.

b. Es un recurso de alzada, porque la decisión respectiva


corresponde al órgano judicial jerárquicamente superior a
aquel que dictó la resolución recurrida.

c. Es un recurso sometido a ciertas formalidades' Porque es


exigible para su admisión la interposición dentro del plazo
respectivo, la fundamentación del agravio, la presentación
de tasa judicial, etc.

d. Es un recurso que se interpone ante el órgano judicial que


emitió la resolución recurrida y no en forma directa ante
el órgano que lo resuelve.

e. Es un recurso que se dirige contra sentencias y autos, con


la condición de que no se encuentren firmes' porque trans-
currido el plazo legal precluye la posibilidad de impugnar
en apelación.

f. Es un recurso que puede concederse con efecto suspensivo,


sin efecto suspensivo y con efecto diferido.

g. Es un recurso que puede comprender la nulidad si el vicio


procesal que se denuncia se refiere a la formalidad de la
resolución impugnada.

La Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema


de )usticia tiene competencia para conocer del recurso de queja
en caso de haberse declarado inadmisible o improcedente el

175
Oxer VÍcron Ávaros fen.e,

recurso de apelación; y del recurso de queja en caso de haberse


concedido la apelación en un efecto distinto al solicitado (y
previsto en la ley).

El recurso de queja es aquel medio impugnatorio dirigido di-


rectamente ante el órgano judicial que lo resolverá, a efectos
de que este último revise la resolución del inferior jerárquico
que deniega un recurso de apelación (declarándolo inadmisible
o improcedente) o que lo concede, pero en efecto distinto al
que se solicitó (por ejemplo, en vez de concederse la apelación
con efecto suspensivo, se concede sin efecto suspensivo o con
efecto diferido), y proceda el superior jerárquico a disponer la
admisión y trámite del recurso de apelación o a conceder la
apelación en el efecto peticionado.

El mencionado recurso de queja se caracteriza por lo siguiente:

a. Es un recurso vertical, porque el órgano judicial que lo


resuelve es el superior jerárquico a aquel que emitió la re-
solución impugnada.

b. Es un recurso directo, porque se interpone en forma directa


ante el órgano judicial que se pronunciará sobre é1, vale
decir, ante el superior jerárquico de aquel que expidió la
resolución recurrida.

c. Esun recurso subsidiario, porque su existencia se encuentra


subordinada ala existencia de otro medio impugnatorio.

d. Es un recurso positivo, porque no solo acaÍrea la revocación


de la resolución recurrida, sino también su sustitución, admi-
tiéndose de esa manera el recurso de apelación denegado y
disponiendo que sea debidamente tramitado, o concediendo
la apelación en el efecto solicitado.

e. Es un recurso auxiliar, porque su misión culmina con el


pronunciamiento del órgano jurisdiccional dejando sin efecto
la resolución impugnada y ordenando que se dé trámite al
recurso de apelación o concediendo esta en el efecto solicitado.

176
ColrpErENcI¡

f. Es un recurso sin efecto suspensivo, porque no suspende


la tramitación del cuaderno principal, así como tampoco
la eficacia de la resolución impugnada.

g. Es un recurso de instancia única, porque se interpone y


fundamenta en un mismo acto.

2. SosnE LA coMpETENcIA DE cARÁcrER FUNCIoNAI DE LAs


Saras LRsoRArns DE LAS ConrEs SupEruoRES DE fusrlcn
DE LA REPÚSTICA
En lo que atañe a Ia competencia funcional de las Salas Laborales
de las Cortes Superiores de )usticia, cabe señalar lo siguiente:

- Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de |usticia tienen


competencia para conocer del recurso de apelación que se
interponga contra las resoluciones que emitan los ]uzgados
Especializados de Trabajo.

- Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de Justicia tienen


competenciapara conocer del recurso de queja que se interponga
contra la resolución que declara inadmisible o improcedente un
recurso de apelación.

- Las Salas Laborales de las Cortes Superiores de |usticia tienen


competencia para conocer del recurso de queja que se interponga
en caso de haberse concedido Ia apelación en un efecto distinto
al solicitado (y previsto en la ley).

3. SosnE tA coMpETENCIA DE cARrícrER FUNcIoNAL DE Los


fuzcanos EspEcrauzADos DE TRABAJo
Tratándose de la competencia funcional de los iuzgados Especiali-
zados de Trabajo, debe tenerse presente lo sigurente

- Los |uzgados Especializados de Trabajo tienen competenciapara


conocer del recurso de apelación que se interponga contra las
resoluciones que emitan los Juzgados de Paz Letrados en materia
laboral.

177
Oxnl Vícron Avelos fene

Los |uzgados Especializados de Trabajo tienen competencia


para conocer del recurso de queja que se interponga contra la
resolución que declara inadmisible o improcedente un recurso
de apelación.

Los fuzgados Especializados de Trabajo tienen competencia para


conocer del recurso de queja que se interponga en caso de ha-
berse concedido la apelación en un efecto distinto al solicitado
(y previsto en la ley).

AFl. 50.- 0eler]nlnacÉn de la cuantía

La cuantía está determinada por la suma de todos los extremos


contenidos en la demanda, tal como hayan sido liquidados
por el demandante. Los intereses, las costas, los costos y los
conceptos que se devenguen con posterioridad a la fecha de
interposición de la demanda no se consideran en la determi-
nación de la cuantía.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculos 140 y 'l 60.


- Código Procesal Civil: artlculos 1@, I lo, l20y l30,410oy41 1o.

Comentario

En el proceso laboral,la cuantía de la pretensión, criterio importante


para establecer la competencia de un determinado órgano jurisdiccional,
se determina por la suma de todos los extremos contenidos en la de-
manda, esencialmente por el capital de 1o pretendido, conforme hayan
sido liquidados por el accionante.

Es de destacar que en la demanda, el actor tiene el deber de pre-


cisar el monto total del petitorio ¡ además, y cuando corresponda, el
monto de cada uno de los extremos que integran la demanda, pudiendo
el accionante incluir expresamente como pretensión el reconocimiento
de los honorarios que se pagan con ocasión del proceso.

t78
Couprrr¡¡cr.e

Cabe puntualizar que Para la determinación de la cuantía de la


pretensión queda excluido lo relacionado a los intereses' las costas y
costos y otros conceptos que se devenguen en momento posterior a la
presentación de la demanda. Las costas procesales, dicho sea de paso,
están constituidas por las tasas judiciales, los honorarios de los órganos
de auxilio judicial y los demás gastos judiciales realizados en el proceso;
en tanto que constituyen costos del proceso el honorario del abogado
de la parte vencedora, más un 57o destinado al Colegio de Abogados
del distrito judicial respectivo Para su Fondo Mutual y pafa cubrir los
honorarios de los abogados en los casos de auxilio judicial.

Apt. 60.- c0mmrcnc¡a B0r lsnril0ni0

A elección del demandante es competente el juez del lugar del


domicilio principal del demandado o el del último lugar donde
se prestaron los servicios.
Si la demanda está dirigida contra quien prestó los servicios,
solo es competente el juez del domicilio de este.
En la impugnación de laudos arbitrales derivados de una nego-
ciación iolectiva es competente la sala laboral del lugar donde
se expidió el laudo.
La competencia por razónde territorio solo puede ser prorro-
gada cuando resulta a favor del prestador de servicios.

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 3o.3,7o y 50o al 53o.
- Código Procesal Civil: a rtfcu los 1 40 al 1 8o, 24o, 25o, 260 y 27 o'

Comentario

1. Le corrrpnrnNclA poR RAZóN DE TERRIToRIo


En principio, cabe indicar que el "territorio" es un criterio para
determinar la competencia del órgano jurisdiccional que conocerá del
proceso. Así, tenemos que la competencia territorial se funda en la
existencia de órganos judiciales de la misma clase y en la atribución del
conocimiento de los pleitos por parte de ellos sobre la base de cuestiones
de orden geográfico.

t79
Oxnr VÍcron Ávaros fene

Se fija así la competencia, por lo general, conforme al lugar en que


se encuentre ubicado el domicilio del demandado o conforme al lugar
donde acontecieron los hechos que originaron la pretensión. Atendien-
do, pues, a que los órganos jurisdiccionales desempeñan sus funciones
dentro de un determinado distrito judicial o dentro de una determinada
circunscripción geográfica territorial, es que existen reglas para asignar
a un órgano jurisdiccional la competencia territorial para conocer de
algún asunto litigioso o no contencioso.

2. LRs Rrcles DE LA coMpETENcrA poR RAZóN DE TERRrroRro

En el proceso laboral regulado por la Nueva Ley Procesal del Tra-


bajo, el accionante tiene Ia opción de escoger si presenta su demanda
ante el juez del lugar en donde se encuentra el domicilio principal
del demandado -prevenimos que, por lo general, se trata de personas
jurídicas y por ello es correcto hablar de domicilio principal-, o ante
el juez del último lugar donde se prestaron los servicios de naturaleza
laboral, formativa o cooperativista. El órgano jurisdiccional escogido
asumirá así la competencia territorial para conocer del proceso laboral
respectivo.

Distinta es la regla cuando la demanda es dirigida contra la


persona que prestó los servicios de naturaleza laboral, formativa o
cooperativista, pues en este caso la competencia territorial respectiva
la asume, en forma exclusiva, el juez del lugar del domicilio de dicho
demandado.

3. LR corupETENcrA poR RAzóN DE TERRrroRro EN EL cAso


DE IMPUGNACIóN DE LAUDOS ARBITRALES

Tratándose de la impugnación de laudos arbitrales derivados de


una negociación colectiva -cuya tramitación, dicho sea de paso, no se
rige por las normas del Decreto Legislativo No 1071, sino por artículos
del 50' al 53" de la Ley N" 29497-,la competencia territorial recae en
la Sala Laboral de la Corte Superior de |usticia del lugar donde fue
emitido el laudo. Tal competencia territorial tiene carácter de exclusiva.

IBO
Col,tpEtE¡,IctR

4. Le pnónnOGA DE tA COMPETENCIA POR RAzÓN DE TERRITORIO


De acuerdo con los alcances de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
la competencia territorial de un determinado órgano jurisdiccional úni-
cu-.t i. puede prorrogarse solo si esta resulta en beneficio del prestador
de servicios de naturaleza laboral, formativa o cooperativista.

Cabe indicar que la competencia territorial puede ser prorrogada


expresa y convencionalmente cuando los justiciables acuerdan Por es-
crito someterse a la competencia territorial de un órgano jurisdiccional
diferente al que corresponde. La prórroga de la competencia territorial
también puede acontecer cuando, una vez admitida y notificada la de-
manda respectiva, el demandado comparece al proceso sin hacer reserva
alguna sobre la competencia del juez o sin cuestionar debidamente la
competencia territorial del juez escogido por la parte demandante.

Aunque la propia ley no lo menciona expresamente, la prórroga de


la competencia quedará sujeta a Ia evaluación que realice el juez ante
el cual se ha interpuesto la demanda con el objeto de revisar si efecti-
vamente tal circunstancia le favorece al trabajador demandante, Pues,
de no favorecerle, declarará su incompetencia y, por consiguiente, la
improcedencia de la demanda de conformidad con el artículo 427" del
Código Procesal Civil.

AFl.70.- REgUlAslún en sa8o üs inc0fn[0lencia

7.1. El demandado puede cuestionar la competencia del ju ezpor


razón de la materia, cuantía, grado y territorio mediante
excepción. Sin perjuicio de ello el juez, en cualquier estado
y grado del proceso, declara, de oficio, la nulidad de lo ac-
tuado y la remisión al órgano jurisdiccional competente si
determina su incompetencia por razón de materia, cuantía,
grado, función o territorio no prorrogado.
7.2.Tratándose del cuestionamiento de la competencia del
juez por razón de territorio, el demandado puede optar,
excluyentemente, por oPoner la incompetencia como ex-
cepción o como contienda. La competencia de los jueces
d.e paz letrados solo se cuestiona mediante excepción'

181
Oxer VÍcron Áveros Jene

7.3.La contienda de competencia entre jueces de trabajo y


entre estos y otros juzgados de distinta especialidad del
mismo distrito judicial la dirime la sala laboral de la corte
superior correspondiente. Tratándose de juzgados de di-
ferentes distritos judiciales, la dirime la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de fusticia de
la República.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos lo al 60.


- Código Procesal Civil: artfculos 35o al 46o, M6o.1 y 4510.

Comentario

1. ET cUESTIONAMIENTO DE LA COMPETENCIA

El sujeto pasivo de la relación jurídica procesal se encuentra facul-


tado para cuestionar la competencia del juez ante quien se presentó la
demanda en el proceso laboral. Tal cuestionamiento de la competencia
puede hacerse por lo siguiente:

- Por razón de la materia. Así, puede cuestionarse la competencia


del juez del proceso alegándose que él no resulta competente
para conocer de un determinado asunto contencioso, por asig-
narle la ley el conocimiento del asunto de que se trate a otro
órgano jurisdiccional, se entiende de distinta jerarquía. Por
ejemplo, es posible que un determinado asunto contencioso
haya sido encomendado alluzgado Especializado de Trabajo y
no al ]uzgado de Paz Letrado Laboral.
- Por razón de la cuantía. En este caso se cuestiona la compe-
tencia del juez del proceso alegándose que dicho magistrado es
incompetente para conocer del proceso laboral en razón de que,
sumándose todos los extremos contenidos en la demanda, el
monto o valor de la cuantía supera o es menor al monto asigna-
do por ley para el conocimiento de un determinado asunto por
parte de un órgano jurisdiccional. Por ejemplo, si la demanda
de obligación de dar, a tramitarse en vía de proceso abreviado

t82
Co¡,rprtrNcIn

laboral, se presentó ante un |uez de Paz Letrado Laboral pese


a ser la referida obligación de dar superior a las 50 Unidades
de Referencia Procesal, entonces, resulta viable cuestionar la
competencia del juez del proceso, pues dicha demanda debe
ser conocida, no por el luez de Paz Letrado Laboral sino por
el luzgado Especializado de Trabajo.
- Por razón de grado. En este supuesto se cuestiona la compe-
tencia del juez del proceso laboral alegándose que tal órgano
jurisdiccional resulta ser incompetente para conocer de la causa,
porque la ley le atribuye tal conocimiento a otro órgano judicial,
por lo general, de mayor jerarquía. Por ejemplo, si la demanda
versa sobre la impugnación de un laudo arbitral derivado de una
negociación colectiva y se hubiera presentado ante el )uzgado
Especializado de Trabajo, procede cuestionar la competencia del
juez, pues la referida demanda corresponde ser conocida por la
Sala Laboral Superior.

- Por razón de territorio. Puede cuestionarse la competencia del


juez del proceso, por ejemplo, si la demanda de impugnación
de laudo arbitral derivado de una negociación colectiva es
presentada, no ante la Sala Laboral Superior del lugar donde
se expidió el laudo sino ante una Sala Laboral Superior de un
lugar distinto.

2. ¿Cówro sE cuEsrroNA LA coMpETENcIA?


La referida potestad del sujeto pasivo de la relación jurídica Proce-
sal para cuestionar la competencia del juez del proceso por razón de la
materia, cuantía, grado y territorio, se concreta a través de la correspon-
diente excepción procesal. Esta figura procesal rePresenta el medio por
el cual el demandado puede ejercer su derecho de defensa poniendo de
manifiesto que existen cuestiones obstativas o impeditivas que evitan que
pueda haber un pronunciamiento de fondo, pues no existe una relación
jurídica procesal válida al faltar un presupuesto procesal o una condición
de la acción. Se persigue de esta manera anular la acción incoada por
la carencia o defecto incurrido al ejercitarse la misma.

183
Oxer VÍcron Áveros J¡.n¡

La excepción procesal es una defensa de forma dirigida a denunciar


la constitución irregular o indebida del proceso o a impedir su prose-
cución, pues no es viable ningún pronunciamiento de fondo si antes
no se subsanan los defectos de forma en la relación jurídica procesal.
En el caso particula¡ estamos frente a la excepción de incompetencia,
vale decir, aquel instrumento procesal que procede cuando la deman-
da es presentada ante un órgano jurisdiccional distinto al que por ley
le corresponder conocer del proceso, lo que significa que existe un
incumplimiento de las reglas legales que asignan la competencia a los
órganos jurisdiccionales. La excepción en examen está dirigida, pues, a
denunciar la incompetencia del juez del proceso, a efectos de que, si es
declarada fundada, se anule todo lo actuado y sea remitido al órgano
judicial competente legal o convencionalmente'

3. ¿LA INcoMpETENcIA solo PUEDE sER DENUNcIADA A TRA'


VÉS NE tAS EXCEPCIONES?

La incompetencia del juez no solo puede ser denunciada y declarada


vía excepción procesal. En efecto , el iuez del proceso tiene la potestad
de declarar oficiosamente -es decir, de modo propio, sin instancia de
parte- la nulidad de todo lo actuado si considera que no es competente
para conocer o seguir conociendo del litigio. La referida declaración de
oficio, que trae como consecuencia la anulación de lo actuado, acarrea,
además, la remisión de todo lo actuado por el juez incompetente al
juez que aquel estime competente, y puede darse en cualquier estado y
grado del proceso, aunque lo más apropiado y saludable para el trámite
del proceso es que el j;tez que se reputa incompetente lo advierta al
calificar la demanda, o, en el peor de los casos, cuando se denuncia su
incompetencia mediante la respectiva excepción procesal, para así evitar
dilaciones innecesarias.

La facultad del juez ante quien se presentó la demanda para declarar


de oficio su propia incompetencia, puede obedecer a que se considera
incompetente Por las siguientes razones:
Por razón de la materra
Por razón de la cuantía;

184
Coup¡rENcle

Por razón de grado;


Por razón de función; y
Por razón de territorio no prorrogadotl2o]

4, LR coNrrSNDA DE coMPETENcIA
En la hipótesis de que el cuestionamiento de la competencia del
juez del proceso obedezca a razón de territorio -Por ejemplo, si se
cuestiona que la demanda dirigida contra quien prestó los servicios
de naturaleza laboral, formativa o cooperativista, fue interpuesta ante
el juez del lugar donde se prestaron tales servicios y no ante eI iuez
del lugar del domicilio de la persona que prestó los referidos servi-
cios, como legalmente corresponde-, supuesto en el cual se dice que
la incompetencia tiene carácter de relativa, el demandado puede optar
por deducir la respectiva excepción de incompetencia o por plantear
la contienda de competencia.

Esta última consiste en el hecho de que el demandado, ante la in-


competencia territorial del juez del proceso, denuncia tal incompetencia
no ante este órgano judicial que conoce -según su parecer- indebida-
mente del pleito, sino ante el órgano jurisdiccional que el demandado
estima es el competente para conocer del litigio, a efectos de que este
último se declare competente para conocer del proceso y solicite al juez
incompetente que se inhiba de seguir conociendo del mismo y le remita
los actuados correspondientes. Si el juez incompetente no procede a in-
hibirse de seguir conociendo del proceso por considerarse competente,
entonces, la contienda de competencia suscitada deberá ser resuelta por
el órgano jurisdiccional previsto por la ley.

tl2oJ ¡ay que recordar que en ef proceso laboral, la competencia por razón de territorio solo
puede ser prorrogada -cuando las partes se someten por escrito a la competencia territo-
rial de un juez diferente al que realmente corresponde o cuando, presentada la demanda,
el demandado no hace objeción alguna a la competencia del juez del proceso- siempre
que resulte favorable al prestador de servicios de naturaleza laboral, formativa o coopera-
t¡vista.

18s
Ox¡,1 Vícron Ávelos Jnne.

Así tenemos que la contienda de competencia surgida entre dos


]ueces Especializados de Trabajo será dirimida por la Sala Laboral de
la Corte Superior de |usticia del distrito judicial al que pertenecen los
]ueces Especializados de Trabajo.

En el caso de la contienda de competencia surgida entre un ]uez


Especializado de Trabajo y otro juez de diferente especialidad -como
puede ser, por ejemplo, y por lo general, un |uez Especializado en lo
Civil- será resuelta por la Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia
del distrito judicial al que pertenecen el luez Especializado de Trabajo
y el otro juez de distinta especialidad.
Finalmente, la contienda de competencia surgida entre jueces de
diferentes distritos judiciales será resuelta, no por alguna Sala Laboral
Superior sino por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de ]usticia de la República.

La opción que se otorga en el artículo bajo comentario al sujeto


pasivo de la relación jurídica procesal, en el sentido de denunciar la
incompetencia del juez del proceso por razón de territorio haciendo uso
de la respectiva excepción procesal (de incompetencia ante el juez del
proceso) o promoviendo la correspondiente contienda de competencia
(ante el juez que estima competente, distinto al juez del proceso), tiene
carácter excluyente.

En efecto, si el demandado deduce la excepción de incompeten-


cia ante el juez que conoce del pleito, no podrá plantear contienda de
competencia ante el juez que reputa competente para conocer del litigio;
y viceversa, si la parte demandada formula contienda de competencia
ante el órgano jurisdiccional que estima competente para conocer de
la causa -a efectos de que asuma la competencia del proceso y se le
remitan los actuados correspondientes-, entonces, no podrá interponer
excepción procesal alguna ante el juez del proóeso destinada a denunciar
la incompetencia territorial de este último.

Finalmente, es importante señalar que la eventual incompetencia


de los |ueces de Paz Letrados Laborales no puede ser opuesta mediante
contienda de competencia. En este caso particular, el demandado no
puede acudir al órgano jurisdiccional que considera competente para

186
Coup¡rrNcr¡,

conocer del proceso con el objeto de que asuma su competencia sobre


el mismo, pues la ley se lo impide expresamente. En consecuencia, si se
presentara un supuesto de incompetencia en que esté involucrado algún
|uez de Paz Letrado Laboral, entonces, el sujeto pasivo de la relación
jurídica procesal se encuentra facultado para denunciar su incompe-
tencia, pero para ello debe hacer uso obligatoriamente de la excepción
procesal de incompetencia.

I tt7
CAPÍTULO II
CO}ÍPARBCENCIA

Apl. 00.- R0glas 0$Íeclalcs d8 c0m[ans$encia

8.1. Los menores de edad pueden comparecer sin necesidad de


representantelegal. En el caso de que un menor de catorce
(14) años comparezca al proceso sin representante legal,
el juez pone la demanda en conocimiento del Ministerio
Público para que actúe según sus atribuciones. La falta de
comparecencia del Ministerio Público no interfiere en el
avance del proceso.
8.2. Los sindicatos pueden comparecer al proceso laboral en
causa propia, en defensa de los derechos colectivos y en
defensa de sus dirigentes y afiliados.
8.3. Los sindicatos actúan en defensa de sus dirigentes y afi-
liados sin necesidad de poder especial de representación;
sin embargo, en la demanda o contestación debe identifi-
carse individualmente a cada uno de los afi.liados con sus
respectivas pretensiones. En este caso, el empleador debe
poner en conocimiento de los trabajadores la demanda
interpuesta. La inobservancia de este deber no afecta la
prosecución del proceso.
La representación del sindicato no habilita al cobro de los
derechos económicos que pudiese reconocerse a favor de
los afiliados.

189
Ox¡r VÍcron Ávnros Jnnn

I Concordancias:

- Constitución Polltica del Perú: artlculo 159".


- Código Procesal Civil: artfculos $/o y $8o'
- Nueva Ley Procesal del Trabaio: artfculos Ill del Tftulo Preliminar y 10o.

- Ley Orgánica del Ministerio Público: artlculo 1o.

Comentario

L. Le COTUPARECENCIAAL PROCESO DE LOS MENORES DE EDAD


La capacidad puede ser entendida como la facultad concedida por
ley para ejercer por uno mismo los derechos de los que es titular y
contraer obligaciones en forma personal.
Nuestro Código Civil establece en su artículo 42" que tienen plena
capacidad de ejercicio de sus derechos civiles las personas que hayan
cumplido los dieciocho años de edad, salvo los casos de incapacidad
absoluta e incapacidad relativa.

Este concepto llevado al ámbito del Derecho procesal, resulta en


lo que conocemos como capacidad procesal, que no es otra cosa que la
aptitud jurídica para realizar todo tipo de actos Procesales con plena
eficacia en nombre propio o ajeno.
establece en su artículo 57o que "toda
El Código Procesal Civil
persona natural o jurídica, los órganos constitucionales autónomos y la
sociedad conyugal, la sucesión indivisa y otras formas de patrimonio
autónomo, pueden ser parte material en un proceso". Seguidamente,
en su artículo 58' indica que "tienen capacidad Para comParecer Por
sí a un proceso o para conferir representación designando apoderado
judicial, las personas que pueden disponer de los derechos que en él se
hacen valer, así como aquellas a quienes la ley se lo faculte. Las demás
deben comparecer por medio de representante legal. También pueden
conparecer en un proceso, representando a otras Personas, las que
ejercen por sí sus derechos".

En principio, y en sentido general, tienen capacidad Para comPa-


recer en el proceso todas aquellas personas que cuentan con capacidad
de obrar o capacidad de ejercicio de sus derechos civiles. De esta forma,
la capacidad para comparecer en el proceso no es sino la aptitud de

190
Cot'lp¡n¡csNcl¡

un sujeto para comparecer por sí mismo o como rePresentante (legal


o voluntario) de otra persona y así poder ejercitar sus derechos civiles
y realizar los respectivos actos procesales ante el poder jurisdiccional.
Sin embargo, y de forma excepcional a la regla general, en el pro-
ceso laboral es viable que puedan comparecer Personas que no cuentan
con capacidad de ejercicio. Nos estamos refiriendo a los menores de
dieciocho años de edad. Recuérdese que, según el numeral I del artículo
43" del Código Civil, son absolutamente incapaces Para el ejercicio de
sus derechos civiles los menores de dieciséis años, salvo para aquellos
actos determinados por la ley; y según el numeral I del artículo 44" de
la misma norma sustantiva, son relativamente incapaces para ejercer
sus derechos civiles los mayores de dieciséis y menores de dieciocho
años de edad.

En efecto, como lo autoriza el artículo bajo comentario, las Perso-


nas menores de edad están facultadas para comparecer en un Proceso
laboral sin necesidad de que se les exija para ello el contar con un re-
presentante legal,ya sea el padre o la madre que tiene la patria potestad
del menor, un tutor o un curador procesal. No obstante, y con el objeto
de la salvaguarda del compareciente, si se trata de un menor de catorce
años de edad y comparece sin la asistencia de su representante legal, el
órgano jurisdiccional tiene la obligación de poner la demanda resPec-
tiva en conocimiento del correspondiente representante del Ministerio
Público con el objeto de que intervenga conforme a las atribuciones
encomendadas legalmente.

Al respecto, cabe indicar que, a tenor del artículo 159' de la Cons-


titución Política de 1993, corresponde al Ministerio Público, entre otras
funciones, la de representar en los procesos judiciales a la sociedad.
Igualmente, es de resaltar que el artículo l' de Ia Ley Orgánica del
Ministerio Público (Decreto Legislativo N' 52) prescribe, por un lado,
que el Ministerio Público es el organismo autónomo del Estado que
tiene como funciones principales la defensa de la legalidad, los derechos
ciudadanos y los intereses públicos, la representación de la sociedad en
juicio, para los efectos de defender a la familia, a los menores e inca-
paces y el interés social, así como para velar por la moral pública, la
persecución del delito y la reparación civil. Por otro lado, el Ministerio

191
Ox¡.r VÍcron Áveros fann

Público también velará por la prevención del delito dentro de las limi-
taciones que resulten de la Ley Orgánica del Ministerio Público y por
la independencia de los órganos judiciales y la recta administración de
justicia y las demás que le señalan la Constitución Políticá del Perú y
el ordenamiento jurídico de la Nación.

Sobre el particular, queremos destacar que la principal virtud de


esta norma es que facilita el acceso a la justicia para los menores de
edad y las garantías de que tendrá la asistencia debida en procura de
la defensa de sus intereses.

Efectivamente, la Ley N" 26636 no refería nada acerca de la com-


parecencia al proceso de los menores de edad, por lo que en virtud
de su Tercera Disposición Derogatoria, Sustitutoria y Final resuita de
aplicación supletoria las normas pertinentes del Código Procesal Civil.
De esta manera, esta norma dispone que en caso no se cuente con
capacidad para comparecer por sí mismo a un proceso o para conferir
representación designando apoderado judicial, se debe comparecer por
medio de representante legal.

Esto suponía dos cosas: por un lado, que eran finalmente los tutores
los que tomaban la decisión de accionar o no, dejándose en un segundo
plano la voluntad del menor de edad, quien finalmente podía verse per-
judicado por la inacción de sus representantes legales; y, por otro lado,
que en muchos casos se le dificultaba a los menores de edad el acceso a
la justicia en la medida que sus representantes legales en muchos casos
viven separados de ellos y con significativa lejanía, lo cual, al no tener
otra salida, se constituye como traba para la defensa de sus intereses,

Pero al parecer con la Nueva Ley Procesal del Trabajo se enmenda-


rían todas estas deficiencias, porque ante la imposibilidad de contar con
el presentante legal, se dispone la obligatoria intervención del Ministerio
Público, de forma tal que el menor de edad que desee accionar en custo-
dia de sus derechos lo podrá hacer aun así no participe su representante
legal, pues este aval deberá ser suplido por el Ministerio Público.

La norma en cuestión señala que "la falta de comparecencia del


Ministerio Público no interfiere en el avance del proceso", lo que quiere
decir que si luego de haberle corrido traslado de la demanda este no

192
Co¡lpenrcENcIl

se incorpora al proceso, ello no va a suponer en ningún caso su de-


tenimiento, por lo que el proceso deberá continuar normalmente, sin
perjuicio de la responsabilidad en que pueda incurrir el fiscal respectivo
por desatender sus obligaciones.
En este caso debe hacerse una precisión muy importante, y es que
al no encontrarse presente el Ministerio Público y tratarse de un menor
de edad, sobre la base de los principios de inmediación y socialización,
el juez deberá tener un cuidado especial con é1, dirigiendo el proceso
sin perder la perspectiva de que al caso concreto también le son de
aplicación los cánones y principios compatibles que recoge el Código
de los Niños y Adolescentes, como lo es el principio del interés superior
del niño y adolescente y el respeto a sus derechos.

Creemos que en este extremo la norma resulta ser deficiente, pues


en términos prácticos puede ocurrir que el Ministerio Público se incor-
pore cuando ya no es indispensable su presencia, lo que al fin y al cabo
va a conllevar al menoscabo del derecho de defensa del menor, lo que
podría incidir de forma categórica en la protección de sus derechos. Por
esta razón es que el juez laboral debe asumir un papel fundamental en
estos casos, tratando de equilibrar el proceso, de manera que no existan
diferencias marcadas y determinantes entre el menor de edad y la parte
demandada, probablemente representada por un abogado.

Queda claro, entonces, aunque no se señale expresamente, el pre-


sente artículo lleva la implícita obligación para el juez de brindar una
especial protección al menor de edad, la cual supone garantizar la plena
eficacia de sus derechos y su defensa.

2. Los srruucATos y LA FoRMA EN euE IUEDEN coMpAREcER


AL PROCESO
El numeral 8.2 del artículo 8' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
establece que los sindicatos pueden comparecer al proceso en defensa de
sus propios intereses o de los miembros a los que representa. Esta dis-
posición regula tres supuestos: a) cuando el sindicato como ente jurídico
es el afectado b) cuando son afectados a lavez varios de sus miembros

193
Oxar VÍcron Avnros Ien¡

y c) cuando la afectación recae sobre un miembro del sindicato o sobre


varios, pero la defensa se efectúa de manera individual.

En el primer caso, es lógico que si se vulnera o amenaza algún


derecho del sindicato mismo, al tener personalidad jurídica podrá accio-
nar legítimamente en defensa de sus intereses; sin embargo, lo que sí es
necesario puntualizar es que no cualquier conflicto podrá ser llevado al
proceso laboral, sino solo aquellos que se encuadren dentro del ámbito
de la justicia laboral conforme al artículo II del Título Preliminar de
la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

En el segundo caso, nos estamos refiriendo a cuando determina-


da medida del empleador afecta directa o indirectamente a un gruPo
de trabajadores, y estos, en vez de accionar individualmente, deciden
que el sindicato los represente Para la consecución del mismo fin. Un
ejemplo ocurre cuando una emPresa decide cesar colectivamente a los
trabajadores que pertenecen a determinado sector productivo de ella en
razón de que ha tercerizado dicha área. En este caso, el sindicato puede
comparecer al proceso laboral en defensa de los derechos colectivos de
sus miembros agraviados.

Si bien es cierto que la norma hace referencia expresa a los "de-


rechos colectivos", ello no debe entenderse como que se refiere solo a
la vulneración de derechos relacionados directamente con el contenido
esencial del derecho a la libertad sindical, a la negociación colectiva y a
la huelga, ya que si interpretamos esta disposición a la luz del literal c
del artículo 8" del Texto Único Ordenado de la Ley de Relaciones Co-
lectivas de Trabajo, podremos colegir que el sindicato puede representar
a los trabajadores en defensa de cualquier derecho laboral vulnerado y
no solo tratándose de aquellos relacionados con el esPectro del Derecho
colectivo del trabajo.

Siendo así, debe quedar claro que la expresión "derechos colectivos"


se refiere ala representación masiva que puede hacer el sindicato para
la defensa de sus agremiados en tanto y cuando los trabajadores afec-
tados manifiesten su interés en la representación sindical y no accionen
personal e individualmente.

t94
Coivrp¡nEceNcIn

En el tercer caso, el numeral 8'2 del artículo B' de la Nueva Ley


Procesal del Trabajo señala que la representación sindical puede darse
también para la defensa individual de sus dirigentes o, en general, de
sus agremiados; es decir, el sindicato podrá accionar judicialmente y
con total legitimidad (conforme lo señala el artículo 9") para defender
cualquier derecho de cualquiera de sus miembros sin distinción alguna,
pues la defensa debe darse con la misma eficacia tanto para el secretario
general como para quien recién ingresa al sindicato.

Es interesante el planteamiento que proPone Gómez Valdeztt2ll


en el sentido de que pueden existir dudas sobre si la afectación de los
derechos del secretario general corresponde a un litigio individual o
colectivo. Este autor señala que dado el impacto que puede generar ello
en el sindicato se trataría de un conflicto colectivo, pues en definitiva,
y dado que el secretario general es la cabeza del sindicato, se estaría
afectando indirectamente a los demás miembros del sindicato. Sobre el
particular, no concordamos con esta Postura, Pues no puede hablarse
de ninguna manera que en todos los casos habrá una afectación para
el resto de miembros del sindicato. Si se trata de un litigio individual
o colectivo, ello dependerá únicamente de la naturaleza del agravio.
Por ejemplo, si el empleador no le ha efectuado al secretario general
el depósito correspondiente por concePto de compensación por tiempo
de servicios, indudablemente estaremos frente a un litigio individual;
empero, si el empleador despide arbitrariamente al secretario general sí
estaremos ante un litigio colectivo. A este respecto queremos puntualizar
que este problema no debe analizarse desde la perspectiva de la inten-
cionalidad, pues entraríamos a un plano muy subjetivo, que mayormente
iría en desmedro del trabajador, solo debe tomarse en consideración la
afectación real.

Y bien, las diferencias entre uno y otro caso son notorias, y con-
sideramos que a efectos de resolver esta probable controversia debemos
aprender a diferenciar entre las afectaciones que le recaen a este Personaje
en su calidad de trabajador y aquellas que le devienen en su condición
de secretario general.

t1211 Gór¡¡zVotoez,Francisco, NuevaLeyProcesaldelTrabaio,SanMarcos,Lima,20l0,p.2g0.

195
Oxnl VÍcron Avnros Jene

Ahora bien, no existen dudas acerca de la representación sindical


y ello se debe en gran medida a que no se trata de algo novedoso, pues
anteriores normativas procesales permitían esta representación; sin
embargo, lo que sí es novedoso es lo que desarrolla el numeral 8.3 del
artículo 8" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, nos referimos al hecho
de que el sindicato podrá defender judicialmente a sus representados sin
necesidad de poder especial de representación.

Desde la vigencia de la Ley N' 26636 existieron muchas dudas


acerca de los alcances de la representación sindical en los conflictos de
naturaleza individual, dado que la normativa existente (artículo 10" de
la Ley N" 26636) aparentemente no le exigía el otorgamiento de algún
poder para la representación sindical. Esto generó incluso que en el año
1998 se haya llevado a cabo un Pleno |urisdiccional Laboral en el cual
se acordó que "las organizaciones sindicales tienen la representación de
los trabajadores en conflictos de naturaleza colectiva; pudiendo rePre-
sentar a estos en conflictos de naturaleza individual siempre que exista
otorgamiento de poder conforme a lo dispuesto en el tercer párrafo del
artículo 10'de la Ley Procesal de Trabajo, N'26636. Las organizaciones
sindicales acreditan su representación con la copia del acta de designación
en los conflictos de naturaleza colectiva y con el poder correspondiente
en los conflictos de naturaleza individual".

Es desde ese momento que la judicatura iaboral adoptó este crite-


rio, exigiendo siempre en estos casos el poder a efectos de corroborar
la voluntad del trabajador.

Y creemos que eso es correcto, ya que debe tenerse en consideración


que la acción le pertenece al trabajador y es él el legitimado para tomar la
decisión de demandar o no. Con este criterio se respetaba profusamente
la voluntad del trabajador, principalmente para demandar, o para que
sea el sindicato u otra persona quien ejerua su representación. Además,
con esta postura se eliminaba la posibilidad de que el sindicato demande
a pesar de que el mismo trabajador no lo desee.

Muy a pesar de ello, la Nueva Ley Procesal del Trabajo ha previsto


que los sindicatos pueden actuar en defensa de sus dirigentes y afiliados
sin necesidad de poder especial de representación. Esto quiere decir que

196
Conp¡,RncswcI¡

desde el momento en que esta normativa sea aplicable, los sindicatos


no tendrán que requerir la aprobación del trabajador para demandar
en nombre de é1, lo podrán hacer sencillamente porque la ley se los
permite, estableciéndose una suerte de presunción de que el trabajador
ha dado su consentimiento para la representación sindical y para que
se accione en su nombre.

Debe mencionarse que a estos efectos no será necesaria la parti-


cipación del trabajador en la demanda, pues la Nueva Ley Procesal del
Trabajo le concede al sindicato la legitimidad.

Sin embargo, la misma ley señala que el empleador, luego de haber


sido notificado con la demanda, debe poner en conocimiento de los tra-
bajadores la demanda interpuesta. Indica también que la inobservancia
de este deber no afecta la prosecución del proceso.

A este respecto, debemos manifestar que nos Parece acertada esta


disposición, no obstante, debemos dejar en claro que en algunos casos
esta regulación podría contrariar y desconocer la voluntad del traba-
jador, e incluso podría perjudicarlo en el eventual caso en que este se
encuentre en la posibilidad de conciliar individual y personalmente con
el empleador, pero por la interposición de la demanda por parte del
sindicato y que él no conoce, se verían truncadas estas posibilidades.

Es claro que al ser el titular de los derechos, posteriormente el


trabajador podrá desistirse de la pretensión, no obstante, no debiera
llegarse a estos hechos pues siempre debería primar la oportuna vo-
luntad del trabajador.
En este contexto, consideramos que la regulación que contiene la
Ley N" 26636 era más apropiada, ya que en el peor de los casos evita
estos posibles perjuicios que se le pueda causar al trabajador. Claro, es
cierto que en determinados supuestos esta legitimidad sindical le será
beneficiosa al trabajador, empero no puede pensarse que siempre será
así, por eso es que debió establecerse cierto mecanismo que mejore y
haga más efectiva esta estructura legislativa.

En todo caso, estimamos que la regulación contenida en la Nueva


Ley Procesal del Trabajo sería mejor si a lo ya existente se añaden dos

t97
Oxer VÍcron Averos J¡n¡,

cosas: por un lado, la obligación del sindicato de informarles por escrito


y expresamente a todos sus afiliados que ante un eventual conflicto
laboral el sindicato tiene la legitimidad de accionar en su nombrettt,l;
y, por otro lado, la obligación del sindicato de adjuntar a la demanda la
copia del documento mediante el cual se le ha informado al trabajador
en cuestión de la decisión de iniciar un proceso judicial en su nombre,
con todas las referencias y datos necesarios.

Si bien es cierto la intención del legislador es que existan facilidades


para la viabilización de la protección de los derechos laborales, no es
menos cierto que debió establecerse una limitación para el accionar del
sindicato; en este sentido, mantener la regulación de la Ley N" 26636
hubiese sido apropiado, fijándose además que cuando el trabajador se
encuentre imposibilitado para accionar el sindicato u otras personas
puedan hacerlo en su reemplazo con plena legitimidad.

De alguna manera, con el deber de los empleadores de comunicar


de la demanda a los trabajadores involucrados, se tutela el derecho
del trabajador para ratificar o contrariar lo hecho por el sindicato, sin
embargo al establecer la ley que el incumplimiento de dicho deber no
impide la continuación del proceso, puede dar pie para que el trabajador
no conozca del proceso sino hasta que este esté muy avanzado o incluso
cuando ya haya culminado.

Así, resulta importante que se haya regulado que la representación


sindical no habilita al cobro de los derechos económicos que pudiese
reconocerse a favor de los afiliados. Y decimos importante porque en
efecto la finalidad del sindicato es proteger y garantizar la efectividad
de los derechos de sus miembros y no beneficiarse económicamente, por
tanto, tal representación se queda en el ámbito de lo jurídico.

tl221 Si bien es cierto en virtud del principio de publicidad de la leyes se presume que todos los
ciudadanos tienen conocimiento de ellas, no es menos cierto que el Derecho no puede ser
ajeno a la realidad; en este sentido, con el objeto de que a ciencia cierta los afiliados al sin-
dicato sepan que la organización de la forman parte puede accionar sin su consentimiento
expreso, debió establecerse como requisito el informales sobre ello, máxime si se trata de
una novedad legal, la cual probable no conozcan.

198
CoN,rp¡,nsceNcle

3, Utr¡ SUpUESTO PARTICULAR QUE LA LEr NO HA CONTEMPLI\DO

Hay un supuesto que la ley no ha contemplado y que nos llama


la atenclón. Noi referimos a aquel que se presenta cuando durante el
transcurso del proceso que ha iniciado el sindicato en rePresentación del
trabajador, este último deja de pertenecer a la empresa y, consecuentemen-
te, pierde la afiliación sindical. Es este caso es necesario Preguntarnos'
la finalización proceso?
¿po.d. continuar la representación sindical hasta
Siendo estrictamente formales, la respuesta sería no. Y ello encuentra
sustento en que el artículo 12. del Texto Único ordenado de la Ley de
Relaciones Colectivas de Trabajo establece que Para ser miembro de un
sindicato se requiere ser trabajador de la emPresa, actividad, profesión
u oficio q.r. .oir.rponda según el tipo de sindicato. siendo que la rela-
ción laboial ha culminado, entonces la representación sindical también
se habrá extinguido.

Sin embargo, otra respuesta igual de válida y sensata, sería aquella


que señala qn. lu representación sindical no fenece con la extinción
áe la relación laboral, sino que se mantiene hasta la culminación del
proceso que el sindicato inició. El sustento de ello es que lo que se está
manteniendo no es la calidad de miembro del sindicato, sino solo la
representación. De esta forma, en aras de no perjudicar al trabajador
es que la representación debe perdurar hasta la finalización del proceso'

Nosotros respaldamos esta última postura en la medida que tien-


de a proteger los derechos involucrados en el proceso y no perjudica
ningún deiecho de la parte empleadora. Se trata de una posición que
busca garantizar la eficacia y la socialización del Proceso'

9.1. Las pretensiones derivadas de la afectación al derecho


a la no discriminación en el acceso al empleo o del que-
brantamiento de las prohibiciones de trabajo forzoso e
infantil pueden ser formuladas por los afectados directos,
una orgánización sindical, una asociación o institución
sin finJs de lucro dedicada a la protección de derechos

r99
Oxer VÍcron Averos Jene

fundamentales con solvencia para afrontar la defensa a


criterio del juez, la Defensoría del Pueblo o el Ministerio
Público.
9.2. Cuando se afecten los derechos de libertad sindical, ne-
gociación colectiva, huelga, a la seguridad y salud en el
trabajo y, en general, cuando se afecte un derecho que
corresponda a un grupo o categoría de prestadores de
servicios, pueden ser demandantes el sindicato, los re-
presentantes de los trabajadores, o cualquier trabajador
o prestador de servicios del ámbito.

I Concordancias:

- Constitución Política del Perú: artículo 159".


- Ley Orgánica del Ministerio Público: artlculo 1o.

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculo 80.

Comentario

El artículo 9' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo concede una


suerte de legitimación especial para promover el proceso laboral a
determinadas personas o entidades en razón de lo particular y de la
gravedad de la afectación de ciertos derechos de orden fundamental.

Debemos recalcar que esta legitimación especial significa que para


que el proceso laboral sea iniciado no necesariamente deberá accionar
el mismo afectado o la persona que este haya designado para tal efecto,
sino que, además, podrá hacerlo una organización sindical, el Ministerio
Público cuando tenga legitimidad, la Defensoría del Pueblo o cualquier
asociación o institucíón sin fines de lucro que reúna ciertas condiciones.

Con la expresa intención de erradicar todas aquellas trabas formales


que pudieran dar cabida a que ciertas personas no puedan solicitar la
protección de sus derechos, la Nueva Ley Procesal del Trabajo propone
esta facilitación de acceso a la justicia; sin embargo, creemos que es
apropiado profundizar lo concerniente a la legitimidad para obrar, los
casos en que procede la legitimación especial, quiénes cuentan con ella,
así como otros aspectos que estimamos esenciales para la comprensión
del tema en particular.

200
CoMpenncsNcl¡

L. LR lrcrrrpuDAD PARA oBRAR

La ley, la doctrina y la jurisprudencia reconocen que no es suficiente


que se interponga una demanda para que se obtenga un pronunciamien-
to de fondo; es necesario, además, satisfacer una serie de condiciones
procesales con el objeto de que la relación jurídico-procesal sea válida.

En efecto,los requisitos vitales que deben cumplirse para que exis-


ta una relación jurídico-procesal válida son los llamados presupuestos
procesales, esto es, la competencia del juez,la capacidad de las partes y
los requisitos de la demanda. Evidentemente, su ausencia supone que el
proceso no pueda ser iniciado válidamente y, por ende, impiden que se
dé un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia en la medida
que ello solo es posible que ocurra cuando la relación jurídico-procesal es
legítima. Así pues,los presupuestos procesales determinan el nacimiento
válido del proceso, su desenvolvimiento y su normal culminación con la
sentencialr23l. Es importante recalcar que la exigencia del cumplimiento
de los presupuestos procesales es ajena al derecho de acción que le co-
rresponde al demandante.

De igual modo, resultan esenciales para acceder al proceso las lla-


madas condiciones de la accióntr2a1. Ellas pueden ser entendidas como
los requisitos fundamentales para que haya un pronunciamiento de
fondo. En este caso estamos refiriéndonos a la legitimidad para obrar
del demandante, el interés para obrar del demandante y la posibilidad
jurídica de la pretensión.
En lo que nos interesa, podemos afirmar que la legitimidad para
obrar supone que es el propio demandante quien debe invocar la ti-
tularidad del derecho subjetivo que está haciendo valer ante el órgano
jurisdiccion¿ltt2s).

[1 231
Sobre el particular, vide DEvrs Ecn¡rof¡, Teoría general del proceso, cit., T. l, p. 315.
tr 241
Sobre el particular, es ¡mportante revisar el trabajo de YÉscovt, Teoría generol del proceso,
cit., p.68.
f1 25t
Al respecto, es interesante revisar lo que manifiesta CouruRe, Eduardo, Fundamentos de De-
recho procesal ciyll, Aniceto López Editor, Buenos Aies, 1942, p.260.

201
Oxer VÍcroR Áv¡ros J¡,ne

Efectivamente, al verificar la conformación del proceso, el juez


debe comprobar que el demandante forma parte tanto de la relación
jurídico-material como de la relación jurídico-procesal, es decir, debe
existir identidad o coincidencia entre las partes que conforman ambas
relaciones, de manera que su legitimidad aparezca de modo indubitable
f direcl6ttzol'

Es en la etapa postulatoria del proceso que se cumple con tal requi-


sito, cuando el demandante señala ser el titular de la relación material;
en todo caso, la prueba de ello se establecerá luego de la actuación
de la prueba respectiva. De verificarse la ausencia manifiesta de este
presupuesto material estamos ante una causal de rechazo in limine de
la demanda.

En este escenario, la legitimidad para obrar se constriñe como la


necesidad imperiosa de que sea la misma persona afectada la que inter-
ponga la reclamación judicial, precisamente por que ella es la legitimada
para tal fin, no pudiendo -en principio- ser otra la que haga valer sus
derechos, salvo que exista y se permita la representación.

Siendo así, en el ámbito de las relaciones laborales tendría que ser


el mismo trabajador o su representante el que interponga la demanda;
no obstante, habrán casos en que ello no será posible, pues las circuns-
tancias del caso concreto y la rigidez de la norma impedirían que se
acceda a la justicia. En estos casos es claro que la norma debe atender
a lo que sucede en la realidad ¡ sobre la base de ello, debe ser flexible
y elástica en determinados casos.
Es por esta razón que excepcionalmente la Nueva Ley Procesal del
Trabajo ha regulado el tema de la legitimación especial, precisamente
con la finalidad de que no ocurra lo que hemos indicado en el párrafo
anterior, y que con ello no se convaliden ni se legitimen -en sentido
lato- los actos arbitrarios y abusivos que recaen sobre ciertas personas.

tr26¡ Es muy ilustrativo lo que señala AREr-r-¡ro G¡nch, Carlos, Teoría general del proceso,Editorial
Porrúa, México D. F., 1 980, pp. 197 y ss.

202
Co¡{plnrcENcre

Aunque a priori podríamos decir que son muchos los casos que
merecerían este tratamiento, la ley solo ha previsto algunos, basándose
esencialmente en la protección de las personas más indefensas, en la
gravedad de la afectación y en el impacto que pudiera tener sobre algún
colectivo.

Pues bien, en las siguientes líneas analizaremos estos casos excep-


cionales de legitimación especial.

2. Los cnsos DE AFEcrAcróN A Los DEREcHos A No sER Drs-


CRIMINADO yA LA NO REALTZACTów OE TRABAIO FORZOSO E
INFANTIL
El numeral 9.1 del artículo 9o de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
regula solo dos supuestos en virtud de los cuales procede la legitimación
especial. El primero de ellos se configura con la afectación del derecho
a no ser discriminado en el acceso al empleo; mientras que el segundo
está referido a los casos de quebrantamiento de las prohibiciones de
trabajo forzoso e infantil. Igualmente, esta norma establece quiénes
pueden suplir al trabajador afectado en la formulación de la pretensión
a efectos de tutelar los derechos vulnerados.

A priori podemos afirmar que la mencionada norma contiene varias


deficiencias, sin embargo, consideramos apropiado analizar este extremo
de la norma con el objeto de corroborar o descartar esta premisa. En
primer lugar analizaremos el tema de la discriminación, luego lo referente
al trabajo forzoso e infantil ¡ finalmente, cuáles son los alcances de la
legitimación de las entidades a que hace referencia la norma en cuestión.

2.L. El derecho a no ser discriminado y su implicancia en


el marco del Derecho del trabaio
El derecho a no ser discriminado o, visto de otro modo, el derecho a
la igualdad, ha sido regulado de forma expresa por nuestra Constitución,
de forma general en el numeral 2 del artículo 2" y de forma específica
en el numeral 1 del artículo 26".

203
Ox¡l VÍcron Ávelos Jen¡

En el primer caso, "el principio de igualdad plasmado en la Cons-


titución no solo exige, para el tratamiento desigual en la aplicación de
la ley a las personas, que la finalidad legislativa sea legítima, sino que
los que reciban el trato desigual sean en verdad desiguales; que los de-
rechos personales a la dignidad, a la integridad física, psíquica y moral,
al libre desarrollo y bienestar, al honor y buena reputación, a la vida en
paz, al goce de un ambiente adecuado, al desarrollo de la vida y a no
ser víctima de violencia ni sometido a tratos humillantes, son derechos
constitucionales aplicables a todo ser humano, sin que interese su gra-
do de educación, sus costumbres, su conducta o su identidad cultural.
En lo que respecta a estos derechos fundamentales, todas las personas
son iguales, y no debe admitirse, en algunas personas y en otras no, la
violación de estos derechos"lr2Tl.
En el segundo caso, "esta regla de igualdad asegura, en lo relativo
a los derechos laborales, la igualdad de oportunidades de acceso al
ernpleo. [ ]. La igualdad de oportunidades -en estricto, igualdad de
trato- obliga a que la conducta, )'a sea del Estado o los particulares,
en relación a las actividades laborales, no genere una diferenciación no
razonable y, por ende, arbitraria. En ese sentido, la discriminación en
materia laboral aparece cuando se afecta al trabajador en sus caracte-
rísticas innatas como ser humano (lo propio y privativo de la especie),
o cuando se vulnera la cláusula de no discriminación prevista por la
Constitución>'[128].

Igualrnente, complementando lo anteriormente señalado, el máxi-


mo intérprete de nuestra Constitución ha manifestado que "el derecho
a la igualdad, consagrado en la Constitución, no significa que siempre
y en todos los casos se debe realizar un trato uniforme. El derecho a
la iguaidad supone tratar 'igual a los que son iguales' y'desigual a los
que son desiguales', partiendo de la premisa de que es posible constatar
que en los hechos no son pocas las ocasiones en que un determinado

tl271 Vldelasentenciadel Tribunal Constitucional recaídaenel


ExpedienteN"0018-1996-A|/TC.
tl281 Vide ta sentencia delTribunal Constitucional recaída en el Expediente
N.0008-2005-A|/TC.

204
ColrpeRscsNcr¡

grupo de individuos se encuentra postergado en el acceso, en igualdad


de condiciones, a las mismas oportunidades"{l2e1.

Asimismo, ha indicado que "la primera condición para que un


trato desigual sea constitutivo de una diferenciación admisible, es la
desigualdad de los supuestos de hecho. Es decir, implica la existencia
de sucesos espacial y temporalmente localizados que poseen rasgos es-
pecíficos e intransferibles que hacen que una relación jurídica sea de un
determinado tipo y no de otro. [...], la existencia de una diferenciación
debe perseguir una intencionalidad legítima, determinada, concreta y
específica, debiendo asentarse en una justificación objetiva y razonable, de
acuerdo con juicios de valor generalmente aceptados. [En consecuencia],
se trata pues de un tema que, en la doctrina, se conoce con el nombre
de 'discriminación inversa', esto es, un caso en el cual se debe realizar
un tratamiento diferenciado precisamente para promover la igualdad.
Para ello se incita a que el Estado adopte una labor legislativa positiva y
diligente, ya sea para corregir las disparidades en el goce de los derechos
fundamentales o para alcanzar su integral realización"[r30].

Nuestro Tribunal Constitucional entiende que el derecho a la


igualdad tiene dos vertientes o facetas. Así, expresa que "el derecho a la
igualdad tiene dos facetas: igualdad ante la ley e igualdad en Ia ley. La
primera de ellas quiere decir que la norma debe ser aplicable por igual
a todos los que se encuentren en la situación descrita en el supuesto de
la norma; mientras que la segunda implica que un mismo órgano no
puede modificar arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos
sustancialmente iguales, y q.ue cuando el órgano en cuestión considere
que debe apartarse de sus precedentes, tiene que ofrecer para ello una
fundamentación suficiente y razonable"lr3rJ.

Finalmente, ha señalado que "la igualdad se encuentra resguarda-


da cuando se acredita la existencia de Ios dos requisitos siguientes: a)
paridad, uniformidad y exactitud de otorgamiento o reconocimiento
de derechos ante hechos, supuestos o acontecimientos semejantes, y

tttl' v¡dulasentenciadelTribunal Constitucional recaídaenel ExpedienteN.0261-2003-AA/TC.


tl3ol Loc. cit.
ft3ll VidelasentenciadelTribunal Constitucional recaídaenel ExpedienteNooo4B-2004-Al/TC.

205
Ox¡.1 VÍcron Avnros Jene

b) paridad, uniformidad y exactitud de trato o relación intersubjetiva


para las personas sujetas a idénticas circunstancias y condiciones. En
buena cuenta, la igualdad se configura como un derecho fundamental
de la persona a no sufrir discriminación jurídica alguna; esto es, a no
ser tratada de manera dispar respecto a quienes se encuentren en una
misma situación, salvo que exista una justificación objetiva y razonable
para esa diferencia de trato"tr32l.

En virtud de lo citado, queda claro que para que se configure la


vulneración al principio de igualdad, contenido en los artículos 2" y
26" de nuestra Constitución, no solo basta que la finalidad de la ley
sea ilegítima, por no decir discriminadora, también es necesario que
concurra el elemento de la diferenciación material, es decir, que se trate
desigual a los iguales e igual a los desiguales.

Así también, y ya en estricto en el marco laboral, la igualdad im-


plica que las oportunidades de acceso y promoción dentro del empleo
sean justas y equitativas para todos los trabajadores. En este sentido,
todo empleador, ya sea el Estado o los particulares, tienen la obligación
de no discriminar o de no generar actos de diferenciación subjetiva que
impidan que la persona del trabajador pueda ejercer libre y plenamente
sus derechos fundamentales.

En suma, en el seno de la relación laboral las condiciones para


acceder a un empleo y, una vez conseguido, para alcanzar o ser promo-
vido a un mejor puesto de trabajo no deben contener restricciones que
impliquen discriminación; no obstante, sí podrá haber diferenciación, la
cual para ser legítima, deberá basarse en criterios objetivos y razonables.

Es importante mencionar que "la igualdad, además de ser un de-


recho fundamental, es también un principio rector de la organización
del Estado social y democrático de Derecho, y de la actuación de los
poderes públicos. Como tal, comporta que no toda desigualdad consti-
tuye necesariamente una discriminación, pues no se proscribe todo tipo
de diferencia de trato en el ejercicio de los derechos fundamentales; la

tl32l v'¡de la sentencia delTribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 251G2002-AMTC.

206
Co¡,rpnnscENcIe

igualdad solamente será vulnerada cuando el trato desigual carezca de


una justificación objet iva y razonable"tr33l.

Lo expuesto resulta clave para entender cuándo determinado hecho


resulta discriminatorio ¡ por ende, debe ser rechazado.

En esencia, los parámetros principales que nos servirán Para co-


nocer si estamos frente a un acto discriminatorio son: la objetividad y
la razonabilidad.

El primero puede ser entendido como "la cualidad de lo objetivo,


de tal forma que es perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con
independencia de la propia manera de pensar o de sentir"[r34]; en otras
palabras, supone la facultad de ver las cosas como son y no como
queremos que sean, para lo que es necesario desprenderse de toda ar-
bitrariedad, sinrazón, parcialidad y todo criterio que modifique la real
esencia de las cosas.

Por su parte, en cuanto a su aplicación en el marco de las relaciones


de trabajo,la razonabilidad "implica que el acto del empleador debe man-
tener su justificación lógica y axiológica en los sucesos o circunstancias
que fueran, de tal manera que se produzca una consonancia entre el
hecho antecedente generador y el hecho consecuente derivado de este. En
consecuencia, la razonabilidad es el resultado de una adecuada relación
lógico-axiológica entre la circunstancia motivante, el objeto buscado y
el medio emPleado"ttrsl.
Resulta oportuno mencionar que el Tribunal Constitucionaltr36l
ha manifestado que la discriminación se puede presentar en el ámbito
laboral de dos maneras:
a. como un acto de diferenciación arbitraria al momento de pos-
tular a un empleo; Y

tl331 y¡¿" sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 00027-2006-P|/TC.
tl34¡ En www.rae.es.
fl 351 Auorot J¡n¡, Oxal Yíclor, Precedentes de observancia obligatoria y vinculantes en materio la-
boral. Análisis, comentaños y crítica a la jurisprudencio de la Corte Suprema de Justicia de la
República y del Tribunal Constituc¡onal, )utista Editores, Lima, 201 0, p' 1 I 6.
fl361 Vide la sentencia recaída en el Expediente N'04922-2007-PA/TC.

207
Oxel VÍcron Averos |r,ne,

b. como acto de diferenciación arbitraria durante la relación laboral


(formación y capacitación laboral, promociones, otorgamiento
de beneficios, etc.).

Con respecto al primer supuesto, debemos precisar que no se trata


en estricto de un acto discriminatorio en materia laboral, pues la rela-
ción de trabajo aún no se ha iniciado ni consolidado. En este caso, lo
que se protege es la igualdad de oportunidades para acceder al empleo,
es decir, que no se establezcan reglas absurdas, restricciones e impedi-
mentos arbitrarios, con el objeto de que frente a dos iguales se pretenda
favorecer a uno y perjudicar a otro. Evidentemente, ello no quiere decir
que un empresario no pueda establecer ciertas condiciones o requisitos
para acceder a un empleo determinado, pues ello sí será posible en la
medida que estas sean impuestas de manera objetiva y razonable.

Con relación al segundo caso, son diversos los supuestos que pue-
den presentarse. En este caso, lo que se busca no es evitar la privación
discriminatoria de acceso al empleo, sino proscribir que, ya en el seno
laboral, un trabajador o un grupo de empleados se vean disminuidos en
el pleno ejercicio de sus derechos laborales con relación a otro u otros,
o sean apartados de ciertos derechos de forma injustificada, arbitraria
y subjetiva, de tal modo que en condiciones de total respeto a sus de-
rechos reconocidos por la Constitución y la ley sí les correspondiesen
tales derechos.

Ahora bien, el numeral 9.1 del artículo 9" de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo solo ha hecho mención al caso de la discriminación en el
acceso al empleo como supuesto para la legitimación especial, y no ha
referido nada sobre la discriminación en el desarrollo de la relación laboral.

Si la intención del legislador es la de proteger al trabajador ante la


discriminación de la que pudiera ser objeto, no entendemos el por qué
no se le ha dado cabida a este último supuesto, máxime si la discrimi-
nación en el acceso como en el desarrollo de la relación laboral es igual
de reprochable e indistintamente debe buscar erradicársele.

Por consiguiente, la legitimación especial solo procederá cuando


se produzca un acto de discriminación en el acceso al empleo, siendo
que si estamos ante un acto de discriminación diferente a aquel tendrá

208
CoMp¡nEcEI.{cte

que ser el propio trabajador quien deberá accionar para tutelar sus
derechos, salvo que se trate de las reglas especiales contenidas en el
Código Procesal Civil.

2.2. El derecho a no realizar trabaio forzoso ni infantil


En su Convenio No 29, la Organización Internacional del Trabajo
señala que el trabajo forzoso es "todo trabajo o servicio exigido a un
individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho
individuo no se ofrece voluntariamente". De la misma manera, en su
Convenio N' 105 ha indicado que "que no se puede recurrir nunca al
trabajo forzoso con fines de fomento económico, como medio de edu-
cación política o como medida de discriminación, de disciplina en el
trabajo o de castigo por haber participado en huelgas".

Como afirma la propia Organización Internacional del Trabajo, "el


trabajo forzoso no puede equipararse simplemente con salarios bajos o
con condiciones de trabajo precarias. El concepto tampoco abarca las
situaciones de mera necesidad económica, como cuando un trabajador
se siente incapaz de dejar un puesto de trabajo debido a la falta real o
supuesta de alternativas de empleo. El trabajo forzoso constituye una
grave violación de los derechos humanos y una restricción de la liber-
tad personal, según la definición contenida en los convenios de la OIT
relativos a este tema y en otros instrumentos internacionales conexos
relativos a la esclavitud, a las prácticas análogas a la esclavitud, a la
servidumbre por deudas y a la condición de siervo"lr37l.

Por su parte, el trabajo infantil no necesariamente es forzoso, sin


embargo, no debe realizarse salvo casos excepcionales. En efecto, "no
todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo
infantil que se ha de eliminar. Por lo general, la participación de los
niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y
su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera
positiva. Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus

t1371 Vide www.oit.org.pe/index.php?option=com-content&view=article&id=989&ltemid=968.


Ox,u VÍcron Averos Jnne

padres en el hogar, la colaboración en un negocio familiar o las tareas


que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ga-
nar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades son provechosas para el
desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les proporcionan
calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros
productivos de la sociedad en la edad ¿dul¡¿"ttral.

Sobre la base de ello es certero señalar que al trabajo infantil se


le define "como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su po-
tencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y
psicológico. Así pues, se alude al trabajo que es peligroso y perjudicial
para el bienestar físico, mental o moral del niño, e interfiere con su
escolarización puesto que les priva de Ia posibilidad de asistir a clases,
les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige com-
binar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo. En
Ias formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a
situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves
peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de
grandes ciudades (con frecuencia a una edad muy temprana). Cuándo
calificar o no de 'trabajo infantil' a una actividad específica dependerá
de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la can-
tidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los
objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro
y entre uno y otro sector"[r3e].
Como se aprecia, se trata de dos supuestos de suma gravedad y
en donde lo característico es la indefensión de las personas que son
abusadas en la realización del trabajo forzoso o infantil. Por lo general,
las personas que sufren este tipo de vejación son personas que tienen
recursos económicos muy bajos o casi nulos, además, lamentablemente
se trata de personas ignorantes, y no tienen ningún conocimiento acerca
de cuáles son sus derechos, y menos aún saben a quién recurrir para
tratar de enmendar esta injusticia.

1381
f
Vide www .ilo.org/ipec/f acts/lang--es/.
[13e] Lo...it.

2r0
Con¡plnrcENcI¡

Esta es la justificación por la que creemos que con mucho acierto


se ha regulado una legitimación especial para que una organización
sindical, una asociación o institución sin fines de lucro dedicada a la
protección de derechos fundamentales con solvencia para afrontar la
defensa a criterio del juez, la Defensoría del Pueblo o el Ministerio
Público puedan accionar en reemplazo de los afectados.

Consideramos que se trata de una regulación virtuosa en la me-


dida que se garantiza la eficacia y el pleno respeto de los derechos
laborales, pues con ello se facilita y posibilita que distintos actores, a
pesar de no ser partes de la relación jurídica-material, puedan tutelar
los derechos de las personas que se encuentran desamparadas y al
margen de la legalidad.

3. DE ros sulETos euE cuENTAN coN LA LEGrrrMAcróN EspEcrAr

El numeral 9.1 del artículo 9o de la Nueva Ley Procesal del Trabajo


hace mención de quienes cuentan con Ia legitimación especial. En este
caso indica que pueden formular pretensión, además de los afectados
directos, una organización sindical, una asociación o institución sin
fines de lucro dedicada a la protección de derechos fundamentales con
solvencia para afrontar la defensa a criterio del juez,la Defensoría del
Pueblo o el Ministerio Público.

En el primer caso, debe dejarse en claro que no es que el afecta-


do deba pertenecer a un sindicato para que este pueda accionar en su
nombre. La norma señala que cualquier organización sindical puede
intervenir y representar al trabajador afectado. Y ello es lógico, pues
si el sindicato defendiera solo a sus afiliados es muy probable que no
estemos ante la realización de trabajo forzoso y mucho menos infantil.

En este caso, debemos dejar en claro que el hecho de que en el


estatuto del sindicato no exista alguna cláusula referida a la legitimación
especial, no supone que por esto el sindicato se va a ver imposibilitado
de accionar judicialmente en virtud de la legitimación especial, pues
este derecho-facultad se adquiere no por lo dispuesto en el instrumento
privado, sino por lo establecido en la Ley N. 29497; en consecuencia,
nadie podría impedirle a un sindicato que recurra a la legitimación

211
Ox¡.r VÍcron Ávelos ]ane

especial alegando para ello que dicha organización gremial carece de


facultades estatuarias.

En el segundo caso, se hace referencia a las asociaciones o insti-


tuciones sin fines de lucro dedicadas a la protección de derechos fun-
damentales; sin embargo, no solo basta que sean tales, sino, además,
que a criterio del juez cuenten con solvencia para afrontar la defensa.
La norma se refiere a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG)
que tienen por fin la defensa de los derechos fundamentales; por lo
tanto, aquellas que no tengan ese fin no podrán asumir ni tramitar
las causas. Lo que nos llama poderosamente la atención es que se
exija que estas personas jurídicas tengan solvencia para afrontar el
proceso. Primero, no se menciona ni se define el tipo de solvencia
que es exigida, empero estimamos que se trata de una de carácter
principalmente económica, aunque implícitamente también una de
carácter moral. Y segundo, creemos que la presente norma no debiera
tener tal exigencia, \'a que debería primar la gratuidad del proceso por
la naturaleza de Ia causa.
Lo particular de esto es que se deja en manos del juez la determi-
nación de si las asociaciones o instituciones sin fines de lucro dedicadas
a la protección de derechos fundamentales cuentan con la solvencia
necesaria para afrontar la defensa. Lo que nos preguntamos, si la norma
es tan vacía, ¿qué criterios guiarán aI |uez para saber si existe tal sol-
vencia? ¿Bastarán los principios del Derecho del trabajo y del Derecho
procesal del trabajo?

En el caso de Ia Defensoría del Pueblo, según el artículo 1" de su


ley orgánica, le corresponde defender los derechos constitucionales y
fundamentales de la persona y de la comunidad, y supervisar el cum-
plimiento de los deberes de la administración pública y la prestación
de los servicios públicos. Entonces, la Defensoría del Pueblo podrá
intervenir cuando verifique la realización de trabajo forzoso y trabajo
infantil ilegal, no solo para frenar el abuso, sino para interponer las
acciones administrativas y judiciales pertinentes, específicamente para
iniciar el proceso laboral para que se reivindiquen los derechos labo-
rales maltratados y pafa que se cumplan con las obligaciones laborales
establecidas por ley.

212
Co¡.rpeREcrNci¡

Finalmente, en el caso del Ministerio Público, cabe resaltar que sus


funciones principales son la defensa de la legalidad, los derechos ciuda-
danos y los intereses públicos, la representación de la sociedad en juicio,
para los efectos de defender a la familia, a los menores e incapaces y el
interés social, así como para velar por la moral pública; la persecución
del delito y la reparación civil. También debe velar por la prevención
del delito dentro de las limitaciones que resultan de la presente ley y
por la independencia de los órganos judiciales y la recta administración
de justicia y las demás que le señalan la constitución Política del Perú
y el ordenamiento jurídico de la Nación.
En este sentido, la labor del Ministerio Público no sólo se limitará
a formular pretensión en el proceso laboral, sino también a iniciar las
acciones penales correspondientes contra quienes resulten responsables
por la realización del trabajo forzoso o infantil ), todos aquellos actos
tipificados como delitos.

4. Le pnocuRAcIóN oFICIosA coMo ALTERNATIVA


Al margen de todo y a pesar de que la Nueva Ley Procesal del
Trabajo no le ha dado el realce necesario, debemos recalcar que la
procuración oficiosa podría jugar un papel importante en estos casos,
principalmente tratándose del trabajo forzoso e infantil.

Esta figura es recogida por nuestro Código Procesal Civil de 1993


y posteriormente también por nuestro Código Procesal Constitucional
de 2004. Se trata de aquel caso en que una Persona que no es parte de
una relación jurídico-material pueda iniciar un proceso en nombre de
otra sin contar con poder o mandato alguno; empero, se requerirá de
ciertas condiciones: a) que la persona por quien se comparece se en-
cuentre impedida de hacerlo por sí misma, estuviera ausente del país,
tenga razones de fundado temor o amenaza, se trate de una situación
de emergencia o de inminente peligro o cualquier otra causa análoga y
desconociera la existencia de representante con poder suficiente; y b) que
cuando la parte contraria lo pida, el procurador preste garantía suficiente
a criterio del jtez de que su gestión será ratificada por el procurado,
dentro de los dos meses siguientes de comparecer este.

2t3
Ox¡r VÍcron Ávalos ]ena

La connotación que debe tener esta figura en el marco del Derecho


procesal del trabajo no solo debe ser apreciada como la imposibilidad
de acudir a los tribunales, sino también como la falta de aptitud para
realizar ello.

Hemos dicho en las líneas precedentes que en gran medida las


personas que son víctimas de trabajo forzoso e infantil se encuentran
sumidas a una situación económica muy precaria, con muchas caren-
cias de todo tipo, y por lo general son ignorantes en el plano legal y
no saben a quién recurrir para solicitar ayuda. Se trata de una realidad
que no se puede desconocer. En este sentido, la procuración oficiosa en
el proceso laboral debe permitirles el acceso a la justicia atendiendo a
su real situación. Si bien es cierto que la norma bajo análisis es muy
positiva, creemos que hubiese sido más valiosa si hubiese previsto una
regulación sobre el particular.

5. La erncracróN DE DERECHos coLEcrlvos y orRo supuEs-


TO DE LEGITIMACIóru ESPNCI.AI

El numeral 9.2 del artículo 9" de Ia Nueva Ley Procesal del Trabajo
establece un supuesto adicional y señala que cuando se afecten los de-
rechos de libertad sindical, negociación colectiva, huelga, a la seguridad
y salud en el trabajo y, en general, cuando se afecte un derecho que
corresponda a un grupo o categoría de prestadores de servicios, pueden
ser demandantes el sindicato, los representantes de los trabajadores, o
cualquier trabajador o prestador de servicios del ámbito.

La norma en cuestión hace referencia a los derechos de índole


colectivos, es decir, a aquellos que involucran a una comunidad de tra-
bajadores y que consecuentemente, al ser vulnerados generan el mismo
impacto general.

En este caso, la norma le concede legitimación especial al sindicato


de la empresa en donde laboran los trabajadores afectados o, en su de-
fecto, a los representantes de los trabajadores; sin embargo, haya o no
sindicato, también podrá accionar cualquier trabajador que pertenezca
al colectivo afectado.

214
CoMpnnrcENcln

Como es fácil advertir, se otorga una legitimación especial más


restrictiva que la contemplada en el numeral 9.1 del artículo 9" de la
Nueva Ley Procesal del Trabajo, pues en este caso sí es necesario tener
legítimo interés para accionar.

6. CoNcrusrótI
A diferencia de la Ley N" 26636,Ia Nueva Ley Procesal del Tra-
bajo no solo se caracteríza por la preponderancia de la oralidad en su
estructura, también debe resaltarse que esta novísima norma adjetiva
laboral facilita el acceso a la justicia en la medida que sus normas son
menos rígidas y, en consecuencia, más flexibles. Ellas tienden a refle-
jar lo que ocurre en la realidad y sobre su base se ha construido un
Derecho procesal muy acorde con el Derecho material, tanto así que
puede afirmarse que la Nueva Ley Procesal del Trabajo sí constituye
una verdadera expresión del Derecho sustantivo laboral.

En lo que concierne a la legitimación especial Para comparecer


al proceso laboral, consideramos muy apropiado e importante que se
hayan regulado supuestos especiales en virtud de los cuales -por la
urgencia, la grave afectación, la indefensión de las personas afectadas
y el impacto que pudiere tener sobre algún colectivo- se deja de lado
el concepto estricto de la legitimidad para obrar, para permitir que
se accione en nombre de la persona o del grupo de personas que son
víctimas de la vulneración manifiesta de sus derechos. Y decimos
apropiado e importante por el hecho de que la norma procesal ha
entendido finalmente de que no todos los demandantes tienen la mis-
ma facilidad para acceder a la justicia en aras de la reclamación de
sus derechos. Existe un importante sector al cual le es casi imposible
recurrir a una asesoría legal y mucho menos iniciar un proceso para
defender sus intereses. Es precisa y especialmente a este sector al que
se refiere el artículo 9" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, y es por
ello que se les brinda las facilidades del caso. Dicho artículo también
coadyuva con la protección de derechos colectivos, erradicando cual-
quier barrera formal que no permita garantizar o impida la protección
de estos derechos colectivos.

2r5
Oxnr VÍcron Áveros Jnn¡

En suma consideramos que legitimación especial para comParecer


al proceso laboral se constituye como uno de los aspectos más positi-
vos de la Nueva Ley Procesal del Trabajo y -al menos por ahora- nos
genera una importante expectativa de que con ella podrá tutelarse de
una mejor manera los derechos sustantivos laborales.

Art. 100.- 0Blensa nÚillca a carg0 üsl tnin¡slsr¡0 de Jusl¡cla

La madre gestante, el menor de edad y la persona con discapaci-


dad que trabajan tienen derecho a la defensa pública, regulada
por la ley de la materia.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo lll del Tftulo Preliminar.
- Ley del Servicio de Defensa Pública: artículos I o y siguientes.
- Reglamento de la Ley del Servicio de Defensa Pública: artfculos 1o y
sig uientes.

Comentario

1. Los sENnrrcrADos coN LA DEFENsA pÚBLIcA


Sobre la base del artículo 23" de nuestra Constitución, la norma
identifica a tres tipos de beneficiarios: a la madre gestante, al menor de
edad y a las personas discapacitadas.

Si bien en nuestra normativa laboral no existe una definición de


lo que es una madre gestante, sobre la base de los artículos pertinentes
del Código Civil podremos obtener una. Así, puede decirse que madre
gestante es aquella mujer que ha concebido una vida producto del acto
sexual con un hombre, mediante una técnica de reproducción asistida
o cualquier otro método que conlleve al mismo fin. A los efectos del
Derecho del trabajo, lo que se busca es que la labor que efectúa la
madre gestante no perjudique en nada la salud y el normal y óptimo
desarrollo del feto.

216
CoMpenecENcle

Es por ello que desde el2 de agosto de 2003 rige en nuestro país la
Ley N' 28048, la que tiene por finalidad proteger a la mujer gestante de
la realización de labores que pongan en riesgo su salud y/o el desarrollo
normal del embrión y el feto. Esta norma se encuentra reglamentada
por el Decreto Supremo N'009-2004-TR.

No hay duda alguna que el fundamento para esta protección no


se debe solo al estado de gravidez de la mujer, sino también a que
existe una vida dentro de ella que merece el máximo cuidado posible.
Por ello es que siempre se ha reconocido que cualquier afectación
contra la madre gestante amerita la mayor protección para ella y la
máxima sanción para el agresor. Un ejemplo de ello es lo contemplado
en el literal e del artículo 29" del Texto Único Ordenado del Decreto
Legislativo N" 728, Ley de Productividad y competitividad Laboral,
aprobado por el Decreto Supremo N. 003-97-TR, en donde se establece
que constituye un supuesto de despido nulo cuando se despide a la
trabajadora en razón de su embarazo, entendiéndose que la protección
en este caso va desde cualquier momento del periodo de gestación
hasta los 90 (noventa) días posteriores al parto.

En el caso del menor de edad, puede decirse que es aquella persona


que aún no ha alcanzado la edad necesaria para el ejercicio personal,
total y pleno de todos sus derechos. La ley Peruana ha establecido como
presunción iuris tantum que toda Persona al cumplir los 18 años de
edad adquiere la personalidad necesaria para valerse, responsabilizarse
y obligarse por sus propios actos, salvo determinados casos. Entonces,
un menor de edad sería aquella persona que, Por razón de su edad, no
tiene aún la capacidad suficiente para ejercer por sí mismo todos sus
derechos.

En nuestro país es el Código de los Niños y Adolescentes la norma


que fija cuáles son los derechos, deberes y obligaciones de los menores
de edad, inclusive este cuerpo normativo regula los casos en que ex-
cepcionalmente el menor de edad puede prestar sus servicios y en qué
medida debe hacerlos.

En este contexto, es más que evidente que al menor de edad debe


dársele una protección especial en aras del respeto de sus derechos.

2t7
Oxer VÍcron Av¡,ros Jnn¡,

Si en el marco de una relación laboral el trabajador es la parte débil


de dicha relación y el empleador la fuerte, el tema se agrava más aún
tratándose de un trabajador menor de edad, pues al encontrarse en
una posición menos ventajosa le será mucho más complicado defender
sus derechos.

Por último, la ley alude a los trabajadores discapacitados. Se trata


de aquellas personas que tienen una o más deficiencias evidenciadas
con la pérdida significativa de alguna o algunas de sus funciones físicas,
mentales o sensoriales, que impliquen la disminución o ausencia de la
capacidad de realizar una actividad dentro de formas o márgenes con-
siderados normales limitándola en el desempeño de un rol, función o
ejercicio de actividades y oportunidades para participar equitativamente
dentro de la sociedad.

Las personas con discapacidad tienen derecho a una protección


especial por parte del Estado de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 7" y 23o de nuestra Constitución Política, de conformidad con
la Ley N' 27050 y de acuerdo con el artículo 18" del Protocolo adicio-
nal a la Convención Americana de Derechos Humanos en materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

De esta forma, como indica el Tribunal Constitucional, "toda per-


sona afectada por una disminución en sus capacidades físicas o mentales
tiene derecho a recibir una atención especial con el fin de alcanzar el
máximo desarrollo de su personalidad y ser protegido especialmente por
el Estado; con el respeto a su dignidad personal y laboral"ttrol.

Para culminar esta parte, creemos pertinente efectuar una precisión.


El artículo 10o de la Nueva Ley Procesal del Trabajo literalmente señala
lo siguiente: "La madre gestante, el menor de edad y la persona con
discapacidad r1ue trabajan tienen derecho a la defensa pública, regulada
por la ley de la materia" (las cursivas son nuestras).

Con esa redacción algunos podrían entender que solo tendrían


derecho al Servicio de Defensa Pública aquellas personas que tienen

tl401 rvldelaSentenciadelTribunalConstitucionalrecaídaenelExpedienteNo52ls-2007-PA/TC.

218
Col"tpenEcEttcI¡

un contrato de trabajo reconocido Por el mismo empleador como tal,


excluyéndose a aquellas que no lo tienen, a Pesar de que en la práctica
ejecutan una labor subordinada. Reiteramos, la norma podría llevar a
pensar a algunos de esa manera.

Sin embargo, debemos precisar que luego de comprender los reales


alcances de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, cuando se señala "que
trabajan", se está haciendo alusión no solo a las que trabajan en sentido
estricto, sino las que en general Prestan servicios subordinados'

Si bien la redacción debió haber sido más afortunada, dejamos cons-


tancia que desde nuestro punto de vista, la madre gestante, el menor de
edad y la persona con discapacidad que prestan servicios subordinados,
a pesar de que formalmente pueda no existir un contrato de trabajo'
también tienen derecho al Servicio de Defensa Pública.

2, Los ercarucEs DE LA DEFENSA PÚBLICA


Existe consenso en la doctrina laboral para afirmar que "el Dere-
cho procesal del trabajo no puede ser concebido únicamente como un
Derecho adjetivo, instrumental o de apoyo, sino que representa una
expresión del Derecho sustantivo laboral'rall.

La Nueva Ley Procesal del Trabajo atiende a esta concepción, y en


ese escenario concede amplia protección a determinadas personas como
son la madre gestante, el menor de edad y la persona con discapacidad.
Así, tenemos que respecto de dichas Personas y conforme al artículo
III del Título Preliminar de la referida Le¡ se acentúan los deberes de
igualdad procesal, de privilegiar el fondo sobre la forma, de interpretar
los requisitos y presupuestos procesales en sentido favorable a la conti-
nuidad del proceso, del debido proceso, de la tutela jurisdiccional y del
principio de razonabilidad.

tl411 G¡nch GRnHrRr, Fernando, "Proceso laboral y Derecho del trabajo", en Anólisis laboral,Vol.
xxv N. 301, Lima, 2002, p. 7 3.

219
Oxnl VÍcron Averos Jen¡,

Pues bien, tratándose de la madre gestante, el menor de edad y


la persona con discapacidad que trabajan, la nueva ley adjetiva laboral
les otorga, además, el derecho a la defensa pública, regulada por la
Ley N" 29360 y por su reglamento, aprobado por el Decreto Supremo
N" 013-2009-lUS.
A este respecto, cabe indicar que el Servicio de Defensa Pública
tiene la finalidad de asegurar el derecho de defensa proporcionando
asistencia y asesoría técnico-legal gratuita, en las materias expresamente
establecidas, a las personas que no cuenten con recursos económicos y
en los demás casos en que la ley expresamente así lo establezca, como
ocurre con el presente artículo.
De igual modo, el Servicio de Defensa Pública se presta en con-
diciones de efectividad, eficacia y calidad en favor de los usuarios y se
rige por los siguientes principios:

a. Probidad: el defensor público actúa en favor de los intereses


del usuario, cumpliendo y exigiendo el cumplimiento, en todo
momento, de la Constitución Política del Perú y los tratados
internacionales, especialmente los referidos a la protección de
los derechos humanos. Deben, además, desempeñar su labor de
manera efícaz, permanente, continua y técnica.

b. Independencia funcional: la defensa pública es ejercida con li-


bertad y autonomía. En el ejercicio de sus funciones, el defensor
público actúa según su criterio técnico, no pudiendo recibir
presiones o instrucciones particulares para un caso. Las ins-
trucciones generales que dicte la Dirección General de Defensa
Pública del Ministerio de ]usticia se imparten únicamente con
el propósito de lograr mayor eficacia en el acceso a la justicia
y mejor organización del sistema de defensa.
c. Confidencialidad: el defensor público debe guardar reserva o
secreto de la información revelada por los usuarios o por ter-
ceros con ocasión del ejercicio de la defensa. La información
así obtenida solo puede revelarla con el consentimiento previo
de quien se la confió. Excepcionalmente, puede revelar aquella

220
Coupnr.EcENcre

información que permita prevenir un acto delictuoso o proteger


a personas en peligro.

d. Unidad de actuación: el defensor público presta su servicio de


manera continua y sin interrupciones, desde el inicio del caso
hasta su conclusión definitiva, salvo razones de fuerza mayor.
Cuando hubiera conflicto de intereses en la defensa en un mis-
mo proceso o desavenencia con el usuario, este o el defensor
público pueden solicitar el cambio de designación.

e. Gratuidad: la defensa pública es un servicio que se presta en


' forma gratuita para quienes acrediten que no cuentan con re-
cursos económicos y en los demás casos que la Constitución
Política del Perú y la ley lo establezcan.

f. Desconcentración: el Servicio de Defensa Pública se organiza


de manera desconcentrada, manteniendo una visión sistémica
e integral.

g. Diversidad cultural: el Servicio de Defensa Pública se brinda


respetando la naturaleza multiétnica y pluricultural de la Nación
Peruana.

Ahora bien, el Servicio de Defensa Pública se presta a favor de las


personas de escasos recursos económicos que requieran defensa o asis-
tencia jurídica y también se presta en los supuestos de defensa necesaria
regulados por las normas procesales cuando el procesado no cuente
con abogado o haya renunciado a la defensa y lo requiera el órgano
jurisdiccional o el Ministerio Público.

Es de resaltar que el Servicio de Defensa Pública es gratuito para


las personas de escasos recursos económicos, entendiéndose por tal no
solo al servicio que prestan los defensores públicos, sino también que
las acciones, demandas o recursos presentados a favor de los usuarios
se encuentran exonerados del pago de cualquier tasa o arancel.

A este respecto, importante mencionar que se entiende que una


es
persona tiene escasos recursos económicos cuando no puede solventar
económicamente los servicios de un abogado privado sin poner en

22r
Ox¡,r VÍcron Av¡,ros I¡,n¡

peligro su subsistencia o la de su familia; igualmente, se presume que


una persona tiene escasos recursos económicos cuando se encuentra
desempleada o no tiene empleo o trabajo conocido, y cuando percibe,
por cualquier concepto o modalidad, ingresos mensuales inferiores
a una remuneración mínima vital. Esta presunción no es aplicable
cuando del análisis de su situación económica se desprende que cuenta
con patrimonio suficiente para solventar los costos de una defensa
privada.

De acuerdo con la Nueva Ley Procesal del Trabajo a priori la madre


gestante, el menor de edad y las personas discapacitadas tienen derecho
al Servicio de Defensa Pública; sin embargo, al establecer la ley que se
regula de acuerdo con la ley de la materia, esto es, la Ley N' 29360,
no corresponderá este derecho cuando se pruebe que estas no tienen
escasos recursos económicos.

')))
cmirulo Iu
ACTUACIONES PROCESAI,ES

Su¡cpfruro I
REGTAS DE CONDUCTA Y ORATIDAI)

nfl. flo.- Rogh$ [e c0ndücla sn las aüd¡encias

En las audiencias el juez cuida especialmente que se observen


las siguientes reglas de conducta:
a. Respeto hacia el órgano jurisdiccional y hacia toda persona
presente en la audiencia. Está prohibido agraviar, interrum-
pir mientras se hace uso de la palabra, usar teléfonos celu-
lares u otros análogos sin autorización del juez, abandonar
injustificadamente la sala de audiencia, así como cualquier
expresión de aprobación o censura.
b. Colaboración en la labor de impartición de justicia. Merece
sanción alegar hechos falsos, ofrecer medios probatorios
inexistentes, obstruir la actuación de las pruebas, generar
dilaciones que provoquen injustifi cadamente la suspensión
de la audiencia, o desobedecer las órdenes dispuestas por
el juez.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artfculos lV del Tltulo Preliminar y I 09o al 1 I 20.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos I y lll del Título Preliminar.

223
Oxer VÍcron Avelos Jene

Comentario

t. Las nEcLAS DE coNDUcrAy su TMpoRTANcIA EN EL pRo-


CESO LABORAL

En principio, y como se indicara en su oportunidad, quienes inter-


vienen en el proceso, en especial las partes y sus abogados o represen-
tantes, deben adecuar su conducta procesal a los deberes de veracidad,
probidad, lealtad y buena fe, deberes que enmarcan lo que se conoce
como principio de moralidad o de conducta procesal y que postula la
observancia de tales deberes para todos los sujetos procesales, en aras
de un adecuado comportamiento ético de los mismos que permita un
mejor desenvolvimiento del trámite del proceso, y cuyo incumplimiento
acarrea una serie de sanciones, sobre todo aquellas de carácter econó-
mico (multas) que se imponen, especialmente, en casos de temeridad
y mala fe procesal.
La razón de ello no es únicamente mantener la cordialidad, el orden
y el respeto hacia toda persona presente en una audiencia, sino también
es evitar que se pueda influir de alguna manera en el resultado de estos
actos procesales. En efecto, con relación a esto último, hemos apreciado
durante nuestro ejercicio profesional que muchas veces ocurre que una
de las partes en litigio actúa con temeridad o mala fe procesal, ya sea
por ignorancia o simplemente porque piensan que con ello pueden poner
la dirección del proceso en su favor.

Hace un breve tiempo fuimos testigos de cómo en una audiencia


un abogado tuvo un comportamiento totalmente agraviante y fuerte en
perjuicio de la juez que dirigía el proceso, y contra lo que uno podía
pensar no se le impuso sanción alguna, pero lo que fue más sorpren-
dente es que esa actitud -aparentemente- conllevó a que la juez sea
más benigna con el patrocinado de dicho abogado. Probablemente esa
actitud infundió temor en la magistrada, por ello ese tipo de resultado.
También hemos sido testigos de cómo la misma actitud puede generar
una especie de animadversión contra la parte agraviante, siendo que
el resultado llegó a ser exagerado y superlativo con relación a lo que
considerábamos. Ocurre también que una de las partes en litigio puede
influir sobre el comportamiento de la otra, de tal forma que con sus

224
Acruncrol¡Es Pnocss¡.Lss

actitudes pueda lograr que la contraparte se cohíba y no practique una


defensa eficiente. Son algunos ejemplos de cómo la temeridad o la mala
fe procesal pueden tergiversar el proceso y su fin.

Ahora bien, en lo que atañe a las reglas de conducta que deben


seguirse concretamente en las audiencias que se susciten en el proceso
laboral, cabe puntualizar que el órgano jurisdiccional debe velar, es-
pecialmente, para que los sujetos procesales guarden el debido respeto
hacia la autoridad judicial y a lo que representa su investidura, y también
en cuanto a cualquier persona que compaÍezca en la audiencia (parte
procesal, abogados, apoderados, testigos, peritos, etc.).

En ese sentido, los sujetos procesales están impedidos de proferir


insultos, u ofensas o frases descomedidas o altisonantes o cualquier otro
agravio respecto de una determinada persona, Asimismo, cuando un
sujeto procesal haga uso de la palabra (concedida, se entiende, por el
juez, como es el caso de una parte, abogado, testigo, perito, etc.), el otro
u los otros sujetos procesales no pueden interrumpirlo, pues únicamente
podrán intervenir cuando el juez del proceso así lo disponga y les dé
también el uso de la palabra.

Los sujetos procesales están impedidos de usar teléfonos celulares


u otros aparatos similares que, como es obvio, entorpecen el desarrollo
de la audiencia, distraen y dificulta un trámite fluido y expeditivo, tanto
más si no se cuenta con la autorización del magistrado, quien puede
concederla, por ejemplo, con el objeto de visualizar algún medio proba-
torio documental en sentido amplio, como una grabación, por ejemplo.
Los sujetos procesales no pueden abandonar el local donde se
desarrolla la audiencia a no ser que las circunstancias lo justifiquen y
el juez lo autorice; ello se podría dar, por ejemplo, ante un malestar de
improviso, o de una emergencia que se presenta de pronto, como un
movimiento telúrico o de algún siniestro. Ellos también están impedidos
de hacer manifestaciones aprobando o desaprobando la participación de
alguien, ya sea que se trate de expresiones verbales o gestuales, lo que
es totalmente entendible, pues, además de causar fastidio y dilación, el
juez no va a decidir por aclamación sino cotejando los elementos en pro
y en contra de una determinada posición para resolver en consecuencia.

225
Oxer VÍcron Avaros Jene

El órgano jurisdiccional debe velar también para que los sujetos


del proceso coadyuven en la labor de impartición de justicia, lo que
implica, casi siempre, que no adopten una conducta de obstrucción al
desarrollo del proceso, sino que más bien favorezcan su trámite sin
dilaciones, cooperando para ello de modo propio o siguiendo fielmente
las directivas del juez. En salvaguarda de la regla de conducta consis-
tente en colaborar en la labor de impartición de justicia, el magistrado
tiene la potestad de sancionar al sujeto procesal que alegue hechos
que no se ajustan a la verdad, o que, temerariamente, ofrece como
medios de prueba aquellos que resultan ser inexistentes o imposibles
de actuar, o que deliberada y constantemente impide que los medios
probatorios se actúen para así dilatar el proceso. El juez también se
encuentra autorizado para imponer sanciones al sujeto procesal que,
de manera injustificada, y no en caso de fuerza mayor, provoca la
suspensión del proceso. El juez, finalmente, tiene la potestad general
de sancionar al sujeto procesal que no acate sus mandatos, sobre todo
aquellos dirigidos a tutelar la prosecución normal del proceso en la
fase respectiva de audiencias.

2, Le orRnccróN DE LAs REGLAs DE coNDUcrA


Cabe resaltar que, tal como está estructurado el presente artículo,
se aprecia que las reglas de conducta se encuéntran dirigidas hacia dos
fines distintos: por un lado, a cuidar que se guarde absoluto respeto
hacia todas las personas que participan en el proceso y, por otro lado,
a tutelar el adecuado ejercicio de la función jurisdiccional.

En lo que respecta a lo primero, se trata de la relación inter partes,


la cual debe cuidarse y protegerse con el objeto de que cada uno de los
intervinientes del proceso pueda desenvolverse de una manera idónea
y eficiente, y no pueda ver mermada su capacidad en el eiercicio de Ia
defensa plena de sus derechos.

En lo que se refiere a lo segundo, se busca que la función jurisdic-


cional sea equilibrada y justa, y que no pueda ser desviada de su cauce
normal por actitudes negativas o que tiendan a obtener un beneficio
indebido por parte del juez en el ejercicio de la función jurisdiccional.

226
Acru¡cIoNBs PnocEs¡lns

Está claro que con estas reglas de conducta se busca obtener la


máxima eficacia de los actos procesales y la mayor eficiencia en lo que
concierne a la protección de los derechos laborales, por ello es que resulta
indispensable que el juez laboral asuma esta labor con responsabilidad y
rigidez, dado que, al fin y al cabo, no se trata principalmente de venerar
la investidura del director del proceso, sino de garantizar el irrestricto
respeto de los derechos afectados, lo que supone no solo invocar y
cumplir las normas en cuestión, sino que sus efectos sean reales y se le
dé una solución concretamente determinante al problema.

0nt. flo.- Prsualsncla ú8 la 0ralldad en l0$ [r0c8$0$ [0n au0¡8n8la$

12. l. En los procesos laborales por audiencias las exposiciones


orales de las partes y sus abogados prevalecen sobre las
escritas sobre la base de las cuales el iuez dirige las actua-
ciones procesales y pronuncia sentencia. Las audiencias
son sustancialmente un debate oral de posiciones presi-
didas por el juez,quien puede interrogar a las partes, sus
abogados y terceros participantes en cualquier momento.
Las áctuaciones realizadas en audiencia, salvo la etapa de
conciliación, son registradas en audio y vídeo utilizando
cualquier medio apto que permita garantizar fidelidad,
conservación y reproducción de su contenido. Las partes
tienen derecho a la obtención de las respectivas copias en
soporte electrónico, a su costo.
12.2. Lagrabación se incorpora al expediente. Adicionalmente,
el juez deja constancia en acta únicamente de lo siguiente:
identificación de todas las Personas que participan en la
audiencia, de los medios probatorios que se hubiesen ad-
mitidoyactuado,la resolución que suspende la audiencia,
los incidentes extraordinarios y el fallo de la sentencia o
la decisión de diferir su expedición.
Si no se dispusiese de medios de grabación electrónicos,
el registro de las exposiciones orales se efectúa haciendo
constar, en acta, las ideas centrales expuestas.

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos I del Tltulo Preliminar y 1 Io

227
Ox¡r Vícron Avelos fene

Comentario

1. Le oR¡r,roAD EN Er pRocEso LABoRAL


Una de las grandes diferencias que existen entre la Nueva Ley
Procesal del Trabajo con relación a su predecesora, la Ley N" 26636,
es que en la primera se le da vasta importancia a la oralidad, y esto se
debe en gran medida al hecho de que una de las grandes críticas que
se siempre se hizo a la segunda es que su excesivo formalismo escrito
dilataba el proceso enormemente, no pudiendo tutelarse adecuadamente
los derechos reclamados, que por su naturaleza son urgentes.

Es por esa razón, y por la experiencia positiva en países como Es-


paña, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela, entre otros, que nuestro
país decidió adoptar el sistema procesal oral sin dejar de lado el escrito,
de forma tal que podemos hablar de un proceso no exclusivamente oral,
pero regido por ella en mayor medida.

Como afirma uno de los mejores especialistas en la materia,


"prácticamente todos los atributos requeridos para lograr un proceso
ágil, certero y por lo tanto eficiente y célere se conjugan y sintetizan
a través del sistema procesal oralDu42l. En efecto, "lo que caracteriza al
proceso oral, entonces, no solo es que las cosas, en vez de escriturarse,
se verbalicen, sino que todo el trámite se realice en audiencia, con la
presencia indispensable e insustituible del juez, quien no es un especta-
dor, sino que pasa a ser el verdadero protagonista al dirigir, enrumbar
y conducir todas las actuaciones que deben llevarse a cabo y agotarse
en un concentrado y mínimo número de diligencias"u43l.

Pues bien, sabemos que la oralidad es una virtud que puede me-
jorar el proceso laboral en la medida que esta haya sido implantada
de forma adecuada; en esa línea, uno de los primeros y más notorios
artículos de la Nueva Ley Procesal del Trabajo en donde se aprecia
el valor de la oralidad es el que venimos investigando, y en donde se
recalca su prevalencia sobre el acto procesal escrito a lo largo del pro-

tr42l PrscoCosr¡ópolrs,"La celeridad procesal:


¿undesiderátum, una entelequia?",cit.,p.277,
t1431
lbídem, p.280.

228
AcruncloNns PRocps¡rss

ceso, empero, debe destacarse, aunque ello no se deduzca de la norma,


que es precisamente la escrituralidad la que establece los linderos de
la oralidad, ello en el entendido de que por su propia naturaleza no
todos los actos procesales pueden ser orales, sino aquellos que por
ser tales que no influyan, menoscaben o restrinjan los derechos de
las pártes en el proceso.

A continuación efectuaremos una revisión de lo establecido en el


artículo 12" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo con el objetivo de
corroborar si la oralidad puede lograr la eficiencia del proceso laboral.

2. ¿QuÉ Es Lo euE sE poDRÍA cRrrIcARA LA oRALIDAD INsER-


TA EN EL NUEVO PROCESO LABORAL PERUANO?
La oralidad impone un equilibrio del proceso, ya que al estar en
contacto directo con las partes y en diálogo con ellos, el juez podrá
socializar de mejor manera el proceso. Del mismo, modo, permite una
mejor averiguación y conocimiento de los hechos, ya que el jt:,ez se en-
contrará muy próximo a las partes y tendrá una percepción más cercana
a la prueba y a todo lo que la rodea, y en razón de ello, podrá tener
mejores y más eficientes elementos de juicio que le permitan elaborar
una decisión más certera, acorde con la realidad del caso concreto.

Con todo ello, la oralidad se constituye como una gracia, y resulta


aún más virtuosa cuando se tiene en consideración que la exención
de formalismos escritos y la proximidad entre las partes y el juez, le
permitirá a este agllizar la solución del litigio, en la medida que se
concentrarían los actos procesales, lo que al fin y al cabo supone un
beneficio para las partes.

La oralidad, entonces, es entendida como un instrumento beneficioso


para el proceso laboral, dado que es la sumatoria eficiente de una serie
de principios del proceso, tales como la inmediación, concentración,
publicidad, unidad de instancias, libre valoración de la prueba, celeridad
y simplificación de formaslraal. Y no hay duda de ello, pues consideramos

tl4al ¡¿"a planteada por Prneoes PrLrcros, Paul, Prueba y presunciones en el proceso laboral, ARA
Editores, Lima, 1997, p. 108,

229
Oxer VÍcron Averos Ienn

que la oralidad resulta muy fructífera cuando, en el resultado final, me-


jora el proceso y se constituye como un elemento que logra la máxima
eficiencia de los derechos conocidos en é1.

Y seguramente esa también es la impresión que tienen casi todos


-por no decir todos- los que se han pronunciado sobre ella, pues no
hemos notado ninguna crítica a la regulación que se ha hecho de la
oralidad en la NuevaLey Procesal del Trabajo.
Está claro que uno de los principales beneficios de la oralidad es la
celeridad, la cual puede ser equiparada con larapidez, Pero no con que
el proceso sea extremadamente rápido, a tal punto que sea más veloz que
la capacidad del propio juez y que no garantice los tiempos necesarios
para que las partes puedan ejercer plenamente sus derechos adjetivos
y sustantivos. De esta manera, la oralidad no puede convertirse en un
instrumento que restrinja, vulnere o distorsione derechos'
Esta afirmación debe ser tenida muy en cuenta por el director
del proceso, pues entendemos que la razonabilidad tendrá un papel
trascendental en la aplicación de la oralidad, en la medida que podrá
controlar los actos desmedidamente céleres que puedan truncar' por
un lado, el derecho al debido Proceso de las Partes, traducido ello
en que el proceso sea tan abreviado que no se garantice una defensa
plena de los intereses de cada una de las partes, y, por otro lado, el
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva de ellas, reflejado en que,
por la premura, eI juez pueda resolver una causa de forma aPresura-
da, sin apreciar convenientemente las pruebas, valorar con el tiempo
debido la norma aplicable al caso concreto o simplemente no contar
con la oportunidad de valerse de otros instrumentos Para un mejor
resolver, como por ejemplo doctrina o jurisprudencia. Tengamos muy
presente que el juez laboral, antes que todo, es un ser humano, no una
máquina, y así como cuenta con una serie de virtudes, también tiene
una serie de defectos.
Lo expresado también nos lleva a reflexionar acerca del papel que
desempeñarán los abogados con el nuevo Proceso laboral y en especial
con la oralidad. Consideramos que pasar de un sistema reinado por la
escrituralidad a uno oral, implica que los defensores sean consientes de las

230
Acru¡cIoNss PnocsserEs

nuevas responsabilidades que asumen, debiendo por lo tanto PrePararse


y capacitarse, pues más que exhibir sus cualidades o defectos verbales,
lo que tienen que tener presente es que deben proteger eficientemente
los derechos de quienes patrocinan. No obstante, nuestra administra-
ción de justicia también debe atender a la realidad de muchos de los
abogados peruanos, que tienen una grave carencia en lo que se refiere a
la expresión oral, lo cual se ha profundizado más por el hecho de estar
habituados al proceso escrito.

De esta forma, si se tiene en cuenta que lo substancial son los de-


rechos de las partes, a efectos de no perjudicarlos, los jueces laborales
deberán estar capacitados para comprender las deficiencias de los abo-
gados, lo cual no significa sustituir o enmendar la defensa.

La transición del proceso escrito al predominantemente oral debe


efectuarse de manera gradual, y el rol del juez en este caso es funda-
mental pues, sobre la base del principio de inmediación y en la medida
de lo posible y lo legal, deberá conocer la capacidad de los letrados a fin
de asegurar la defensa idónea de las partes y de esa manera socializar
el proceso laboral.

3. Le pnrveIENCIA DE LA ORALIDAD EN LOSPROCESOS LABO.


RALES POR AUDTENCIAS Y ATGUNOS PROBLEMAS QUE SE PU-
DIESEN SUSCITAR

Debemos comenzar señalando que cuando la Nueva Ley Procesal


del Trabajo alude a los "procesos por audiencias", está haciendo referencia
a aquellos actos procesales que son llevados a cabo directamente, por
cada una de las partes o por ambas, ante el juez. Se trata de aquellas
ocasiones dentro del proceso en donde las partes tienen la oportunidad
de esgrimir personalmente o in slfa sus razones o sustentar el valor de
sus pruebas, y los jueces tienen el deber de oírlas de acuerdo con el
modo y tiempo establecidos en la ley. Según la composición de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo, los procesos laborales por audiencias serían
el ordinario laboral, el abreviado laboral y el impugnativo de laudos
arbitrales económicos.

231
Oxnr VÍcron Ávlros fnne

Las audiencias constituyen un debate oral de posiciones que preside


y dirige el juez de la causa. Este último tiene la potestad de interrogar
a los sujetos procesales en las audiencias, vale decir, a la parte actora,
a la parte demandada, a los correspondientes letrados y a los terceros
que intervengan en el proceso. El jueZ priéde i¡terrogar a los nombrados
para el mejor esclarecimiento de los hechos durante el desarrollo de la
audiencia, en cualquier momento de la misma.

Como quiera que la nueva estructura del proceso laboral es emi-


nentemente por audiencias, es claro que la oralidad ocuPa un rol fun-
damental. Y la oralidad no solo es importante por ello, además resulta
esencial en la medida que la propia ley establece que las exposiciones
orales de las partes y de sus abogados prevalecen sobre las escritas.

En términos prácticos ello quiere decir, entre otras cosas, que si


un tema planteado en la demanda no es lo suficientemente claro, lo
expresado verbalmente en Ia audiencia correspondiente determinará su
sentido correcto; también, que de haber cierta incoherencia entre lo es-
crito y lo verbal, primará esto último; igualmente, si en una audiencia se
señalaron determinados hechos como ciertos o falsos, según sea el caso,
posteriormente mediante un acto procesal escrito no puede pretenderse
variar lo alegado verbalmente.
La prevalencia de la oralidad sobre el acto procesal escrito no es
una recomendación para el juez laboral, es una regla que debe seguir
obligatoriamente, y de no ser así, las partes se encuentran facultadas a
exigir su aplicación.
En suma, no solo podemos afirmar que hay una prevalencia de la
oralidad sobre la escrituralidad, sino también que esta última se sujeta
o se encuentra subordinada a la oralidad.

3.1. Problemas
Ahora bien, un tema que podría traer algún problema es el que
surge de la propia redacción del numeral 21.1 del artículo 12" de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo cuando se señala que "las exposiciones orales
de las partes y sus abogados prevalecen sobre las escritas". La norma

232
AcruecroNE,s Pnocr,s¡.rss

parece no precisar si esta prevalencia es sobre las propias expresiones de


las partes o de sus abogados o, inclusive, sobre las de la parte contraria.
En efecto, la redacción de la norma puede llevar a dos interpretaciones
muy marcadas con resultados muy diferentes.

Luego de analizar la ratio de la norma en cuestión, nosotros con-


sideramos que si se pretende darle una solución rápida y efectiva a la
controversia, y sin que ello signifique vulnerar derechos fundamentales
de las partes, debe entenderse que la prevalencia de la oralidad recae
solo sobre las expresiones escritas de la propia parte. Pensar lo contrario,
implicaría que el demandado siempre tenga éxito en su postura, dado
que le bastaría con contradecir verbalmente en la audiencia correspon-
diente lo expresado por el demandante en su demanda (acto procesal
escrito). Así, la prevalencia debe guiarse o aplicarse en función de la
plena observancia de los derechos de las partes.

Otro problema que se puede suscitar es cuando oralmente se alegue


algo que no se encuentra en los actos procesales escritos, concretamen-
te en la demanda. Efectivamente, puede ocurrir que en la demanda
escrita no se haya referido nada acerca de algún derecho o de algún
tema en particular; sin embargo, el demandante durante la audiencia
hace referencia de ciertos hechos como si se hubiesen invocado en la
demanda. Evidentemente esto no sería un tema de prevalencia, sino de
hechos nuevos.

Recordemos que la prevalencia presupone que exista identidad entre


lo escrito y lo oral, luego de lo cual esto último tendrá preponderancia;
no obstante, si no hay tal identidad no puede existir prevalencia. Siendo
así, en el caso propuesto, la exposición oral que contenga hechos nuevos
no deberá ser tomada en cuenta como parte del proceso, y mucho menos
podrá ser parte de la sentencia.

4. Er corurnol DE LA oRALIDAD
Si bien es cierto que la oralidad tiene una apariencia virtuosa,
también lo es que no se encuentra libre de defectos, y uno de ellos es
su falta de registro.

233
Oxnr VÍcron Ávnros fnne

En efecto, siendo la oralidad la expresión hablada de los intervi-


nientes del proceso, por su propia naturaleza no deja constancia alguna
de su manifestación ni de su contenido, salvo el propio atestiguamiento
de las propias partes. Sin embargo, y dado que ellas pueden negarse a
confirmar la verdad, históricamente se han implementado mecanismos
para su registro.

El más común siempre ha sido el de la elaboración de un acta en


donde se deja constancia de ciertas determinaciones procesales y lo
expresado por las partes; no obstante, y a pesar de que esta es revisada
por los intervinientes a efectos de ratificar su contenido y por lo tanto
les concede seguridad, este instrumento resulta engorroso y formalista,
de modo tal que en muchos casos demanda bastante tiempo en ser
elaborado, tiempo que resulta valioso para el juez a fin de tomar co-
nocimiento de otras causas y colaborar con el objetivo de brindar una
justicia más oportuna.

Otros aspectos negativos de las actas escritas, son que en ellas no


se registra absolutamente todo, sino lo más importante, dejando de lado,
por e)emp\o, üetermineüos hechos que e\ )uu no pueüe rprecllr, $i
como ciertas actitudes y expresiones de las partes que finalmente pueden
coadyuvar a resolver la litis; además, en muchos casos la elaboración del
acta perjudica la concentración y la atención del juez, pues en algunas
ocasiones no es apoyado por sus auxiliares y él mismo tiene que redactarla.

En virtud de estas críticas, se hace positiva la implementación de


la oralidad, lo que no quiere decir que no sea registrada; empero, no
puede caerse en el mismo error, por lo que debe variarse la forma de
registro. En este sentido, la Nueva Ley Procesal del Trabajo ha optado
por controlar la oralidad en mérito a grabaciones audiovisuales, o en
su defecto por grabaciones de audio o, en el peor de los casos, se hará
constar en un acta por escrito que contendrá las ideas centrales expuestas.
La utilización de estos medios dependerá de las facilidades técnicas y
logísticas que puedan tener los administradores de justicia.

Ahora bien, la Nueva Ley Procesal del Trabajo hace una excepción,
y señala que la etapa de conciliación no debe quedar registrada. Sim-
plemente la excluye del registro. Ante ello, nos preguntamos, ¿por qué?

234
Actu¿.croNEs Pnocsserns

La verdad no entendemos el porqué de esa decisión. Todos los que


litigamos sabemos que en la etapa de conciliación si bien teóricamente
el juez debe limitarse a acercar a las partes con el objeto de que estas
puedan solucionar su controversia, en la práctica y en muchas ocasiones
el juez excede esta función, no de forma maliciosa, sino con la verda-
dera intención de que el conflicto pueda terminar anticipadamente a
la sentencia.

{al vez es por eso que se habrá preferido no registrar la etapa de


conciliación?

Al margen de ello, consideramos que hubiese sido trascedente el


registro de la conciliación, ya que normalmente, en el "tira y afloja",
las partes arguyen varias cosas que pueden resultar fundamentales al
momento de hacer justicia. Por ejemplo, muchas veces el demandado
manifiesta que está dispuesto a pagar un monto que denota la existencia
y veracidad de lo invocado por el demandante, o desvela algún aspecto
no aceptado expresamente en otros actos procesales. Normalmente, ello
es obviado por el juez en la creencia de que lo expuesto en la etapa de
conciliación es ajeno al proceso; sin embargo, si hay algo que caracte-
riza al nuevo proceso laboral es la oralidad y con ello la cercanía de
él con las partes del litigio, por lo que lo correcto sería que el director
del proceso no se sienta desligado de la expresión de las partes; siendo
así, en todo caso, creemos que la norma debió precisar que al juez le
correspondería tener en consideración al resolver lo que manifiestan las
partes durante el momento conciliatorio.

5. EL nsnscHo DE LAS pARTES EN LITIGIo pARA oBTENER co-


PIAS DE LOS REGISTROS
Como no podía ser de otra manera, pues se trata de una expresión
del derecho de defensa, al igual que las actuaciones escritas que deben
ser trasladadas o puestas en conocimiento de cada una de las partes,
tratándose del registro en audiovisual de las actuaciones procesales de-
sarrolladas en la audiencia, las partes demandante y demandada tienen
derecho a recabar las copias correspondientes en soporte electrónico,
aunque en este caso particular ello se materializará a costo del peticio-
nante de las copias.

23s
Oxer VÍcron Averos fena

El medio técnico a través del cual las partes obtendrán las copias
pertinentes de lo acontecido en la audiencia será la respectiva notifi-
cación electrónica y también, por qué no, si se tiene en cuenta que el
costo lo asume el solicitante de las copias, mediante el disco compacto
como soporte electrónico.

El registro o grabación en audio y vídeo de las actuaciones


procesales que tuvieron lugar en la audiencia debe incorporarse al
expediente del proceso laboral. Puntualizamos que las actuaciones
procesales no solo deben registrarse en audio y vídeo a través del
medio tecnológico que sea más apto para ello, sino que, además, debe
expedirse el acta correspondiente de la audiencia. Sin embargo, en el
acta de la audiencia no se deben recoger todas las situaciones o actos
que se hayan producido en el curso de la misma, pues, conforme al
artículo bajo análisis, el juez del proceso solo debe dejar constancia
en dicha acta de lo siguiente:
a. La identificación de todos y cada uno de los sujetos procesales
que hubiesen intervenido en la audiencia (las partes demandante
y demandada, sus abogados, los terceros intervinientes en el
pleito, los testigos, los peritos, etc.).
b. La indicación precisa de todos y cada uno de los medios de
prueba admitidos en el proceso y actuados en la audiencia.
c. La resolución que suspende la audiencia y que fija nuevo día y
hora para su realización.
d. Todos aquellos incidentes extraordinarios que se produzcan en
el curso de la audiencia como, por ejemplo, la infracción de las
reglas de conducta que deben seguir los sujetos procesales en
la audiencia, la negativa a declarar, las respuestas evasivas, etc.
e. El fallo (parte resolutiva o decisoria) de la sentencia que ponga
fin a la controversia (pronunciándose sobre todas las articula-
ciones o medios de defensa propuestos por las partes y sobre la
demanda, en caso que la declare fundada, total o parcialmente,
indicando los derechos reconocidos judicialmente y las pres-
taciones que debe cumplir la parte demandada) o, si fuera el
caso, la decisión del juez de diferir la emisión de la sentencia
(si la complejidad del caso lo amerita).

236
ActuncIoN¡s PnocEsetn,s

Sunmpfruro II
NOTIFTCACIONES

A1'1. 130.- ll0l¡l¡caci0n8$ en l0$ !r0css0$ lampals$

Las notificaciones de las resoluciones que se dicten en el proceso


se efectúan mediante sistemas de comunicación electrónicos u
otro medio idóneo que permita confirmar fehacientemente su
recepción, salvo cuándó se trate de las resoluciones que con-
tengan el traslado de la demanda, la admisión de un tercero
con interés, una medida cautelar, la sentencia en los procesos
diferentes al ordinario, abreviado y de impugnación de laudos
arbitrales económicos. Las resoluciones mencionadas se noti-
fican mediante cédula.
Para efectos de la notificación electrónica, las partes deben
consignar en la demanda o en su contestación una dirección
electrónica, bajo apercibimiento de declararse la inadmisibili-
dad de tales actos postulatorios.
I a notificación electrónica surte efectos desde el día siguiente
que llega a la dirección electrónica.
En las zonas de pobreza decretadas por los órganos de gobierno
del Poder fudicial, así como en los procesos cuya cuantía no
supere las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP)
las resoluciones son notificadas por cédula, salvo que se soli-
cite la notifrcación electrónica. Las notifrcaciones por cédula
fuera del distrito judicial son realizadas directamente a la sede
judicial de destino.
Las resoluciones dictadas en audiencia se entienden notificadas
a las partes, en el acto.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil¡ artfculos 155o, 157o, l58o y 1630.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: articulos 12o,160,19o,32o,37o,42o,48o,
51 o y 54o.

237
Oxer VÍcron Ave,los fena

Comentario

L, Le NorIpIcAcIóN: su coNccpro E TMpoRTANCTA

Por notificación se entiende "un acto generalmente secretarial,


mediante el cual se pone en conocimiento de las partes y en ocasiones
de terceros, las providencias que el juez dicta para iniciar el proceso,
para adelantar su trámite y para ponerle fin, pero también puede ser
un acto de la misma parte cuando se notifica espontáneamente. Se trata
de un acto procesal de suma importancia, pues sin esa comunicación
las providencias serían secretas y las partes carecerían de oportunidad
para contradecirlas y por lo tanto para ejercitar el derecho constitucional
de defensa"trasl.

En efecto, puede decirse que la notificación es el acto a través del


cual el juez comunica y corre traslado formalmente de sus decisiones
a los intervinientes en el proceso, producto de la solicitud de una de
las partes o del normal desenvolvimiento de é1. Y precisamente, en este
sentido, las notificaciones son fundamentales en el proceso en la medi-
da que de acuerdo con nuestro Código Procesal Civil las resoluciones
judiciales solo producen efectos en virtud de notificación efectuada con
arreglo a lo dispuesto en dicho Código, salvo los casos expresamente
exceptuados. En otros términos, puede haberse dictado una resolución,
sin embargo, mientras esta no se le sea debidamente notificada a las
partes, no generarán ningún derecho ni obligación.

Entonces, las notificaciones tienen por principal finalidad hacer


saber a los interesados en forma oportuna y completa el contenido de
las resoluciones judiciales y de los actos procesales. De esta forma, se
comunica a las partes y a otros intervinientes de los actos del proceso,
con la finalidad de que estos puedan consentir su contenido por en-
contrarse conformes o contradecirlas por no estar de acuerdo con su
contenido o por verificar un defecto en su forma.

[1 451
Dru,r Ecn¡Hot¡, Teoría General del Proceso,cit., T. ll, p. 6 l 8.

238
ActuncroNns PnocsserEs

Así, en este último caso aplica el denominado principio del con-


tradictorio o de la audiencia bilateral. En virtud de este principio, las
partes pueden controlar en forma recíproca sus actos ¡ además, los del
órgano jurisdiccional, que pueden ser así revisados antes de que se les
asigne eficacia plena. De esta manera, tenemos que una determinada
resolución judicial solo surtirá efectos si ha sido notificada conforme
al ordenamiento jurídico, porque antes de ser puesta en conocimiento
de los justiciables no surte efecto alguno. Pero, luego de su notificación
empiezan a computarse los plazos procesales dentro de los cuales puede
formularse contra la resolución de que se trate el correspondiente medio
impugnatorio.

Como se ha podido observar, la notificación está dirigida a Poner


en conocimiento de las partes o de terceros las resoluciones judiciales
que se expidan en el proceso. La notificación es, Pues, un acto procesal
de comunicación, que no debe confundirse con el acto procesal que se
comunica, razón por la cual la nulidad del acto de notificación no hace
nulo el acto procesal objeto de comunicación. La eficacia de una reso-
lución judicial estará en función del hecho de si ha sido debidamente
notificada o no. En el primer caso, surte efectos para la parte correcta-
mente notificada de la misma; en el segundo, no será así,

La notificación de los actos procesales guarda estrecha vinculación


con el principio del derecho de defensa, pues aquella hace posible que
los sujetos procesales puedan ejercer su derecho a ser debidamente
emplazados (para así poder intervenir en el pleito), a probar sus alega-
ciones y a impugnar las resoluciones judiciales, todo ello con arreglo a
un debido proceso.
Suele distinguirse entre notificación, citación, emplazamiento y
requerimiento. Por la primera (notificación) se hace saber a los justicia-
bles el contenido de una resolución judicial (decreto, auto o sentencia).
Por la segunda (citación), se hace un llamado a una de las partes o a
ambas para que concurran a un determinado acto procesal (como a una
audiencia, por ejemplo). El emplazamiento consiste en el llamado que se
hace a alguien para que cumpla con comparecer dentro del plazo legal
respectivo por haber sido demandado, o para que cumpla con hacer
valer su derecho de absolución de un medio impugnatorio dentro del

239
Oxar Vícron Averos fene

plazo correspondiente. Finalmente, el requerimiento judicial no es sino


Ia advertencia que se hace a una persona a efectos de que cumpla con
un determinado mandato del ltez, por lo general, bajo el apercibimiento
legal respectivo.

En el nuevo proceso laboral regulado por la Ley N" 29497,Ia regla


general con relación a la notificación de las resoluciones judiciales que
se emitan en el curso del proceso es que aquella se realice a través de
sistemas de comunicación electrónicos (correo electrónico, por ejemplo)
o por cualquier otro medio apto para alcanzar su finalidad, con la con-
dición de que pueda confirmarse de manera incuestionable y sin lugar
a dudas la recepción de la notificación por el sujeto procesal interesado.

Si no pudiera determinarse a ciencia cierta la recepción de la notifi-


cación por el justiciable, lo que implica estar seguros de que lo notificado
fue puesto en conocimiento del interesado en forma total y no parcial, así
como de la fecha en que se produjo tal notificación, entonces, el referido
acto procesal de comunicación adolecerá de nulidad y carecerá de toda
eficacia. Y ello es totalmente entendible, dado que por ningún motivo
puede ponerse en riesgo el derecho al debido proceso de las partes. En
estos casos, deberá tenerse la cerfeza absoluta de que la notificación ha
sido correctamente puesta en conocimiento de su destinatario, y bajo
ningún supuesto deberá presumirse que ello ha sido así.

2, ExcEpcrorvEs A LA NorrFIcAcrów ElncrnóruIca


La regla general enunciada en el punto anterior, consistente en que
las notificaciones de las resoluciones judiciales se efectúen mediante
sistemas de comunicación electrónicos u otros medios técnicos que
permitan confirmar fehacientemente su recepción por el interesado, no
opera tratándose de determinadas resoluciones judiciales que, por su
relevancia en el proceso, resultan indispensables que sean notificadas de
una forma tal que no haya duda de haber sido puestas en conocimiento
del sujeto procesal a quien iban dirigidas.

La forma de notificación en cuestión es la notificación por cédula.


Esta forma de notificación, que solo puede concretarse si se conoce la
dirección domiciliaria u otra del sujeto a notificar, consiste en el acto

240
Acru¡.croN¡s Pnocrs¡.rss

de comunicación por escrito de una determinada resolución judicial. Es,


pues, un acto material de jurisdicción por el que el auxiliar jurisdiccional
u órgano de notificación hace entrega al interesado de la correspon-
diente cédula de notificación que contiene la transcripción íntegra de
la resolución a notifica¡ dejando constancia de los nombres y apellidos,
así como de la firma e identificación de la persona que recibe la cédula
aludida o, según el caso, de su negativa a recibirla.

Sobre el particular, cabe señalar que el contenido de la cédula de


notificación está contemplado en el artículo i58" del Código Procesal
Civil, aplicable al proceso laboral por imperio de la Primera Disposición
Complementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, que prescribe que
en lo no previsto por esta ley son de aplicación supletoria las normas
del Código Procesal Civil, conforme al cual la cédula de notificación se
escribirá en forma clara, sin emplear abreviaturas, y contendrá:

a. Nombre y apellido de la persona a notificar o designación que


corresponda y su domicilio, con indicación del carácter de este.

b. Proceso al que corresponda.

c. lrzgado y secretaría donde se tramita y número de expediente.


d. Transcripción de la resolución, con indicación del folio respectivo
en el expediente y fecha y número del escrito a que corresponde,
de ser el caso.

e. Fecha y firma del secretario.


f. En caso de adjuntarse copias de escritos y documentos, la cé-
dula deberá expresar la cantidad de hojas que se acompañan y
sumaria mención de su identificación.

Las resoluciones judiciales que necesariamente deben ser notificadas


por cédula, y no a través de sistemas de notificación electrónicos, en
atención a Ia trascendencia que revisten en el proceso laboral, son las
que se indican a continuación:

a. Resolución judicial que contenga el traslado de la demanda. En


este caso, como resulta evidente,por su importancia esta reso-

241
Ox¡.r VÍcron Av¡ros J¡,ne

lución no puede ser notificada sino a través de un medio que


garantice en forma indubitable la recepción de la notificación,
y tal medio es la notificación por cédula.
b. Resolución judicial que contenga la admisión de la intervención
en el proceso de un tercero con interés, ya sea económico o
moral.

c. Resolución judicial que contenga una medida cautelar (destinada


a garantizar la eficacia de la pretensión principal).
d. La sentencia en los procesos diferentes al proceso ordinario la-
boral, al proceso abreviado laboral y al proceso de impugnación
de laudos arbitrales económicos.

3. L^r corr¡stcNAclóN DE uN coRREo ELEcTRÓNIco EN Los Ac-


TOS POSTULATORIOS COMO REQUISITO DE ADMISIBILIDAD

Atendiendo al hecho de que Para que pueda concretarse la


notificación electrónica de las resoluciones judiciales distintas a
las enunciadas en el punto anterior debe contar el destinatario con
una dirección electrónica, es que el artículo que estudiamos en esta
oportunidad exige a cada una de las partes procesales que consignen
en los escritos postulatorios del Proceso, vale decir, en la demanda
(tratándose del actor) y en la contestación de demanda (en el caso
del sujeto pasivo de la relación jurídica procesal) la correspondiente
dirección electrónica.

Si el demandante y el demandado no cumplieren con indicar en


los referidos escritos la dirección electrónica que se les exige, estos se-
rán declarados inadmisibles. Cabe hacer la precisión que en este caso
la norma no ha establecido que el juez laboral deberá admitir provi-
sionalmente la demanda o su contestación y solicitar al interesado que
en el plazo de ley subsane la deficiencia; la nprma en cuestión es clara:
"Las partes deben consignar en la demanda o en su contestación una
dirección electrónica, bajo apercibimiento de declararse la inadmisibi-
lidad de tales actos postulatorios".

242
Acru¡cIoNEs PRocEseLEs

Como se observa, el señalamiento de la dirección electrónica de las


partes en los escritos rectores del proceso mencionados constituye un
requisito de admisibilidad adicional a los previstos en los artículos 16o y
19. de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, cuyo incumplimiento acarrea
su rechazo, esto es, que se declare la inadmisibilidad de la demanda o
de la contestación a esta.

4. Eprcecm DE tAs NorIFIcAcIoNEs EtEcrRóNIcAS


La notificación electrónica de todas las resoluciones judiciales emi-
tidas en el curso del proceso laboral, con excePción de las descritas en
el punto 2 del presente comentario, surte sus efectos no a partir del día
en que son recepcionadas por el sujeto procesal destinatario, sino desde
el día siguiente en que tal notificación llega a la dirección electrónica
del destinatario.

Puntualizamos que la eficacia de la notificación electrónica o la


realizada mediante otro medio idóneo dependerá del hecho de que se
pueda confirmar en forma fehaciente e indubitable que efectivamente el
interesado ha recibido la notificación, por lo que en el caso de la notifi-
cación electrónica resulta suficiente que esta haya llegado a la dirección
electrónica de la persona a quien se dirige, por lo que no será necesario
que exista alguna confirmación de que el destinatario ha tomado co-
nocimiento de su contenido. Y esto es totalmente entendible' ya que si
la eficacia de esta última forma de notificación quedase supeditada al
hecho de que el destinatario abra su correo electrónico y lo lea o revise,
entonces, por el mero arbitrio de dicho sujeto no podría concretarse la
referida notificación, lo cual resultaría un absurdo.

De lo expuesto se desprende también que constituye un deber del


justiciable el ser diligente en lo que resPecta a la revisión diaria de su
casilla o correo electrónico, pues es entera responsabilidad de él tomar
las previsiones del caso, salvo supuestos excepcionales en virtud de los
cuales se pruebe que por motivos técnicos el correo electrónico nunca
fue recibido.

243
Oxer VÍcron Averos fene

5. Cesos EN euE LA NorrFrcAcróN No DEBE EFEcTuARSE ELEc-


TRóNICAMENTE
Además de los casos en que, dada la relevancia de la resolución
judicial, deba esta notificarse a través de cédula (o sea, tratándose de
resoluciones que contengan el traslado de la demanda, la admisión de
un tercero con interés, una medida cautelar, la sentencia en los pro-
cesos diferentes al ordinario, abreviado y de impugnación de laudos
arbitrales económicos), existen otros casos en los que necesariamente
la notificación de las resoluciones judiciales debe hacerse por cédula, a
no ser que el o los interesados soliciten que las resoluciones judiciales
les sean notificadas electrónicamente, para lo cual deberán señalar la
respectiva dirección electrónica.

Así, tenemos que las resoluciones judiciales que se dicten en el


proceso laboral se notificarán por cédula en aquellas zonas de pobreza
decretadas por los órganos de gobierno del Poder Judicial. Entendemos
que la norma se refiere en realidad a las zonas de pobreza extrema,
normalmente alejadas de los grandes centros poblados, en donde es
muy difícil contar con Internet, o en donde la educación de las personas
suponga una traba para recibir la notificación vía electrónica, por lo que
se hace más viable -a efectos de no vulnerar el debido proceso de las
partes- que la notificación sea efectuada a través de cédula.

Del mismo modo, se exige que la notificación de las resoluciones


judiciales sea efectuada mediante cédula cuando la cuantía de la o las
pretensiones ventiladas en el proceso laboral no exceda las 70 unidades
de Referencia Procesal. En este caso, no entendemos el porqué de ello,
sin embargo, queda claro que si los justiciables efectúan la correspon-
diente solicitud, podrán recibir sus notificaciones vía correo electrónico,

continuando con lo relativo a la notificación por cédula en el proceso


laboral, es de resaltar que las notificaciones efectuadas mediante cédula
y fuera del distrito judicial al que corresponde el lugar del proceso se
realizan directamente en la sede judicial de destino.

244
Actu¡croNss Pnocns¡.Lns

6. Les nnsorucloNns DIcTADAS EN AUDIENcIA


Teniendo en consideración que en el proceso laboral regido por la Ley
N" 29497 predomina la oralidad, la norma establece que las resoluciones
dictadas en audiencia se entienden notificadas a las partes en el acto.
Esto quiere decir que no será necesaria la utilización de algún medio
electrónico o de cédula alguna para comunicar a los intervinientes del
proceso de la realización de los actos procesales. En este caso bastará
con que el juez exponga ante las partes sus decisiones Para que quede
configurada la notificación.
Lo señalado debe tenerse presente sobre todo a efectos del cómputo
de los plazos respectivos para formular las impugnaciones que se crean
convenientes.

Susc{Pfruro III
COSTAS Y COSTOS

nfl.140.- c0$la$ u c0$l08

La condena en costas y costos se regula conforme a la norma


procesal civil. Eljuez exonera al prestador de servicios de costas
y costos si las pretensiones reclamadas no suPeran las setenta
(70) Unidades de Referencia Procesal (URP), salvo que la parte
hubiese obrado con temeridad o mala fe. Tarnbién hay exonera-
ción si, en cualquier tipo de pretensión, el juez determina que
hubo motivos razonables para demandar.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artlculos 1 120 y 4l@ al 419o.


- NuevaLeyProcesaldelTrabajo:artículosllldelTítuloPreliminary3loy3So.

Comentario

L. ¿QuÉ soN tAs cosrAs Y Los cosros?


La presente norma remite la regulación sobre costas y costos a lo
que establece el Código Procesal Civil. Así, el artículo 410' de dicha

245
Ox¡r VÍcron Áveros |en,r

norma adjetiva señala que las costas están constituidas por las tasas
judiciales (por concepto de ofrecimiento de pruebas, calificación de
título ejecutivo, por interponer recursos, etc.), los honorarios de los
órganos de auxilio judicial (perito, depositario, interventor, etc.) y los
demás gastos judiciales realizados en el proceso (como aquellos gastos
ocasionados con las cédulas de notificación, copias en soporte electró-
nico de las actuaciones procesales acontecidas en las audiencias, copias
legalizadas, etc.); mientras que el artículo siguiente, es decir, el 411",
señala que son costos del proceso el honorario del abogado de la parte
vencedora, más un cinco por ciento destinado al Colegio de Abogados
del distrito judicial respectivo para su fondo mutual y para cubrir los
honorarios de los abogados en los casos de auxilio judicial.

Doctrinariamente se ha dicho que "las costas procesales son una


parte de los gastos que pueden realizar las partes con ocasión de un
proceso, exigibles una vez finalizado el proceso o una parte de .s¡s"lra6).
De Ia misma manera, se ha afirmado que "los costos son las cantidades
variables, como los honorarios profesionales que se adeudan a los que
prestan servicios a los litigantes o Ia justici¿"ttrzl.

Ahora bien, por regla general, se ha consagrado el principio de la


condena en costas y costos para el vencido en el proceso, por tal ra-
zón y de conformidad con lo estipulado en el artículo 4I2" de nuestro
Código Procesal Civil, "el reembolso de las costas y costos del proceso
no requiere ser demandado y es de cargo de la parte vencida, salvo
declaración judicial expresa y motivada de exoneración". En efecto, no
será necesario que al momento de la interposición de la demanda o de
su contestación se indique o exija que una vez sentenciada la causa y
quedada consentida la sentencia se otorgue el derecho a cobrar las costas
y los costos, pues en virtud del mencionado principio y del mandato
del Código Procesal Civil, ello es un derecho implícito de toda persona
vencedora en el proceso laboral.

f1461 Mor.¡r¡noAnocr,Juan,citadoporSrcnsrecurURrr¡c¡,
ExégesisysistemáticadelCódigoProcesal
C¡vil, cit., p.746.
fl471 Courr*t, Eduardo, citado por SncAsrecur Unrerce, Exégesis y sistemótica del Código Procesal
Civil, cit., p.749.

246
Acruacroxns PnocEserns

Es importante recalcar que el principio de la condena en costas y


costos se sujeta a ciertas reglas. La primera de ellas es que la condena
en costas y costos se establece por cada instancia, pero si la resolución
de segunda revoca la primera, la parte vencida pagará las costas de
ambas. Este criterio se aplica también para lo que resuelva la Corte de
Casación. Como se observa, las costas y costos se determinan por cada
instancia, debiéndose destacar que si la resolución final de segunda
instancia revoca Ia resolución expedida en primera instancia, enton-
ces, el sujeto procesal que haya resultado vencido en el proceso deberá
reembolsar las costas y costos de la primera y segunda instancia y no
solo de la primera instancia (aun cuando en esta primera instancia haya
resultado vencedor). Lo expuesto se aplica también para lo que resuelva
la Corte Suprema de Justicia con motivo del recurso de casación que
se interponga.

La segunda se encuentra referida a que si en un Proceso se han


discutido varias pretensiones, las costas y costos se referirán únicamente
a las que hayan sido acogidas para el vencedor. En caso de haberse for-
mulado una pluralidad de pretensiones, las costas y costos del proceso
serán los que se refieran solo a aquellas pretensiones de la parte vencedora
que hayan sido acogidas definitivamente por el órgano jurisdiccional,
quedando de esta forma excluidos de la condena respectiva los costos
y costas atinentes a las pretensiones de quien resultó vencedor en el
proceso pero que fueron rechazadas judicialmente.

Finalmente, en los casos en que se hubiera concedido auxilio judicial


a la parte ganadora, corresponderá ala vencida el reembolso de tasas
judiciales al Poder |udicial.

2. ExoruEnecrót{ or cosrAs Y cosros


El artículo 413' del Código Procesal Civil, aplicable al Proceso
laboral por disponerlo así el artículo 14" de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo, establece quiénes se encuentran exonerados del pago costas y
costos, indicando lo siguiente:

Los Poderes Ejecutivo, Legislativo y |udicial, el Ministerio Públi-


co, los órganos constitucionalmente autónomos, y los gobiernos

247
Oxer Vícron Áveros fene

regionales y locales están exentos de la condena en costas y


costos.

- Están exoneradas de los gastos del proceso las universidades


públicas, quienes obtengan auxilio judicial (o sea, todas aquellas
personas naturales que para cubrir o garantizar los gastos del
proceso, pongan en peligro su subsistencia y la de quienes ellas
dependan) y la parte demandante en los procesos de alimentos
dentro de los límites establecidos en la ley (vale decir, siempre
que el monto de la pensión alimenticia demandada no exceda las
20 Unidades de Referencia Procesal) pudiendo ser condenados
al pago de costas y costos.
- También está exonerado quien reconoce o se allana a la demanda
dentro del plazo para contestarla.

Como se aprecia, se fijan tres supuestos:

En primer lugar, los órganos estatales que se encuentran expresa-


mente mencionados por la ley están totalmente liberados del pago de
costas y costos. A pesar de la claridad de la norma, queremos efectuar
una precisión. Siempre se ha discutido mucho acerca del por qué estos
no deben pagar costos. Al ser parte de la administración pública es
entendible que no paguen costas, ¿pero cuál es la razón para no pagar
costos?

El artículo 47" de nuestra Constitución establece que: "El Estado


está exonerado del pago de gastos judiciales". Esta norma constitucional
alude a los "gastos judiciales", pero no precisa si se trata solo de las
costas, solo los de los costos o de ambos.

Ya hemos explicado qué son los costos, y en términos prácticos


podría decirse que constituyen la carga que debe asumir quien ha sido
sometido a un proceso judicial por incumplir con sus obligaciones o
vulnerar derechos. Y ello se debe a que es injusto que quien reclama
con derecho el cumplimiento de una obligación, soporte los costos que
le ha acarreado la reclamación. No existe justificación para que quien
demuestre que tiene legítimos derechos en un proceso judicial asuma
Ios gastos que Ie demande su acción.

248
ActuacloNes PRoc¡sntE,s

Bajo esta premisa no encontramos una razón, y Podemos señalar


que se trata de una arbitrariedad de la le¡ en concreto del Código
Procesal Civil que es la norma que desarrolla el artículo constitucional.

A pesar de ello consideramos que el artículo 413'del Código Pro-


cesal Civil es inconstitucional, por dos razones.

Primero, porque es totalmente injusto que cuando es el Estado quien


incumple con sus obligaciones y con ello obliga a un particular a tomar
una defensa legal para defender judicialmente sus intereses, este último
no pueda reclamarle por los gastos que le ha ocasionado, y ello es más
que evidente, pues si el Estado hubiese cumplido con sus obligaciones el
particular no hubiese tenido que sufragar tales gastos. En consecuencia,
el Estado es quien debe asumir los costos del proceso.

Segundo, porque el mismo Tribunal Constitucional, en el Expe-


diente N" 04187-2006-PA/TC, ha señalado que con "relación con la
exoneración establecida por el artículo 47" de la Constitución, debe
precisarse que este Tribunal, en ejercicio de su atribución de supremo
intérprete de la Constitución, en la RTC N' 0971-2005AA/TC, inter-
pretó el sentido de dicho artículo, dejando establecido que'[...] si bien
el artículo 47" de la Constitución Política indica exPresamente que el
Estado está exonerado del pago de 'gastos judiciales', ello no implica
que estos comprendan, a su vez, a los costas y costos del proceso,
pues en dicho artículo no se especifica cuál es el contenido de dicho
concepto, por lo que debe entenderse que cuando dicha disposición
se refiere a los 'gastos judiciales', está haciendo ah-rsión a lo que el
Código Procesal Civil denomina costas, ya que en su artículo 410'
indica expresamente que las costas están constituidas por los 'gastos
judiciales' realizados en el proceso [...]".

Estas dos razones justifican el porqué decimos que el artículo 413"


del Código Procesal Civil es inconstitucional cuando exonera del pago
de costos a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Iudicial, al Ministerio
Público, a los órganos constitucionalmente autónomos, y a los gobiernos
regionales y locales. Probablemente es por ello que a muchas entidades del
Estado les es indiferente cumplir o no con sus obligaciones, Porque saben
que finalmente no asumirán mayor costo que el de su propia defensa.

249
Ox¡,r VÍcron Averos fene

Adicionalmente, es importante mencionar que la exención de los


costos del proceso a las entidades públicas genera una situación muy
negativa, pues sabiendo que no tendrán un sobrecosto por ello, les da lo
mismo continuar con el proceso hasta 1o máximo posible. Esto implica
que aun cuando puedan allanarse no lo hacen simplemente porque les
costará lo mismo.

Ahora bien, otro supuesto contemplado en el artículo 413" del


Código Procesal Civil es el de la exoneración de los "gastos del proceso"
para las urrrversidades públicas, quienes obtengan auxilio judicial y la
parte demandante en los procesos de alimentos dentro de los límites
establecidos en la ley pudiendo ser condenados al pago de costas y
costos.

En este caso es claro que la exoneración solo se refiere solo a las


costas procesales, ya que el artículo 410" del Código Procesal Civil
establece que "las costas están constituidas por las tasas judiciales, los
honorarios de los órganos de auxilio judicial y los demás gastos iudi-
ciales realizados en el proceso", queriendo decir con ello que los "gastos
judiciales" son las "costas del proceso".

Finalmente, también está exonerado del pago de costas y costos


quien reconoce o se allana a la demanda dentro del plazo para contes-
tarla. Esto quiere decir que si en el plazo para contestar la demanda
el demandado reconoce las obligaciones señaladas en la demanda y se
compromete a cumplirlas, no será condenado al pago de costas y costos.
No obstante, si el demandado se allana o reconoce sus obligaciones en
un momento posterior sí estará obligado al pago de costas y costos. La
exención procede en la medida que el reconocimiento o allanamiento
se haga dentro del plazo de contestación de la demanda.

3. Les RTcTAS PARTICULARES CONTENIDAS EN LA NUEVA LEY


PnocEsel DEL TRABAIo
Es importante comenzar recordando que la Ley N" 26636 establecía
que "los trabajadores están exentos de la condena en costos y costas".
Esta disposición exoneraba a todo trabajador o prestador de servicios que
demandaba el reconocimiento de una relación laboral del pago de las

2s0
AcruecroNss Pnoc¡s¡,rns

costas y los costos, inclusive si su demanda fue declarada infundada o


si hubo mala fe; bastaba simplemente tener tal calidad para encontrarse
exento del pago.

Ello significaba "en buena cuenta que si el vencido es el demandante


o el demandado, que si la demanda es individual o colectiva, que si en
la acción participa el sindicato para defender asuntos individuales, co-
lectivos o pertenecientes al gremio sindical en su conjunto, por tratarse
de trabajadores, quienes han sido los autores de la acción judicial, no
tiene por que socorrer a su contraparte con las sanciones accesorias que
representan las costas I los costo5"fle8l.

Sin embargo, una de las novedades más importantes que trae


consigo la Nueva Ley Procesal del Trabajo, con relación a la Ley N'
26636, es que se asienta sobre criterios más justos, en la medida que
no exime siempre al trabajador del pago de costos y costas, sino solo
en determinados casos.

F.n efecto, la Nueva Ley Procesal del Trabajo, en principio, exonera


al trabajador del pago de las costas y los costos siempre y cuando las
pretensiones reclamadas no superen las 70 Unidades de Referencia Pro-
cesal. Sin embargo, aun siendo la pretensión menor a las 70 Unidades
de Referencia Procesal el trabajador puede ser condenado al pago de las
costas y los costos si el juez laboral advierte que el trabajador actuó con
temeridad o mala fe, es decir, cuando es claro que demandó a sabiendas
de que no tiene el derecho peticionado o que este ya le ha sido cumplido.

En este caso se asume ab initio la buena fe procesal y en conse-


cuencia la exención del pago de costos y costas cuando la pretensión no
es igual o no es mayor que 70 Unidades de Referencia Procesal. Que-
brada la buena fe procesal el juez laboral deberá condenar al trabajador
demandante al pago de las costas y los costos sin importar la cuantía,
pues lo relevante es su accionar fraudulento.

[148] Gó¡¡Ez Vo,oez, Francisco, La Ley Procesal del Trabajo. Anó!isis secuencial, doctrinario, jurispru-
dencial y comparado,2 ed., San Marcos, Lima, 2006, p. 379.

25r
Oxnr VÍcron Avelos Inn¡

Ahora bien, cuando la pretensión del trabajador demandante es


igual o mayor a las 70 Unidades de Referencia Procesal, en principio,
el trabajador sí estaría obligado al pago de las costas y los costos; no
obstante, se encontrará exonerado de dicho pago si a consideración del
juez el demandante tuvo motivos razonables para demandat vale decir,
cuando dicho sujeto procesal ha promovido el proceso laboral por estar
convencido firmemente en que el ordenamiento legal le concedía base
para litigar. Obviamente, tal convencimiento debe fundarse en razones
de orden lógico y jurídico y no en la mera intención de demandar
sustentada en argumentos irreales o carentes de sindéresis o, lo que es
peor, inexistentes.

De igualarse o superarse las 70 Unidades de Referencia Procesal,


el juez tendrá la tarea, -y la parte interesada deberá colaborar con
él- de indagar si el trabajador tuvo motivos razonables para deman-
dar. Respecto de esto, debe decirse que no se trata de una cuestión
discrecional del juez, sino de una obligación, pues la norma es clara
al señalar que es él quien debe determinar si hubo o no motivos ra-
zonables para demandar.

En este estado, es importante determinar qué significa "tener moti-


vos suficientes para demandar". Si por un lado se sanciona al que obra
con mala fe o temeridadtrael obligándolo a asumir las costas y los costos
cuando en principio no debe hacerlo, estimamos que es lógico que a quien
demanda sin mala fe y sin temeridad en los casos en que en principio
sí está obligado a pagar las costas y los costos, se le debe exonerar de
tal obligación. Siendo así, "tener motivos suficientes para demandar" no
puede suponer otra cosa más que haber obrado con buena fe.

En suma, puede decirse que el trabajador que demanda de buena


fe se encontrará siempre exento de pagar las costas y los costos del
proceso, y solo se encontrará obligado a ello cuando se pruebe que ha
actuado de mala fe o con temeridad.

tlael Elartículol22odelCódigoProcesalCivilestablecequésupuestosconstituyenactuaciones
de mala fe o temerarias.

252
AcruncroNss PnocEserss

4, Sosnn rA DETERMTNAcTóN DEL MoNTo DE tAs cosrAs y Los


cosros
El artículo 414" del Código Procesal Civil norma lo relativo a la
precisión de los alcances de la condena en costas y costos, señalando
que el juez regulará los alcances de la condena en costas y costos, tanto
respecto del monto como de los obligados y beneficiados, en atención a
las incidencias del proceso, fundamentando su decisión. Como se aprecia,
el magistrado que dirige el proceso, cuando le toque imponer la condena
al pago de costas y costos procesales, no solo debe explicar las razones
de hecho y de derecho que sustentan dicha condena, sino que tiene la
obligación de señalar con claridad a la parte procesal a quien se haya
impuesto tal condena y a la parte procesal que resulte ser beneficiaria
del reembolso de las costas y costos. En cuanto al monto a pagar por
concepto de costas y costos procesales, cabe indicar que el referido monto
será fijado en la correspondiente resolución que contenga la aprobación
de la liquidación de costas y costos procesales.

A este respecto, el artículo 415' del Código Procesal Civil regula


el acuerdo que debe haber entre los sujetos procesales respecto de las
costas y costos procesales. Así, conforme al indicado artículo, las partes
deben convenir sobre las costas y costos cuando el proceso concluye por
transacción o conciliación, salvo los que no participaron del acuerdo,
quienes se someten a las reglas generales. Se puede apreciar que el citado
acuerdo respecto de las costas y costos del proceso no representa una
potestad de los justiciables sino un deber de los mismos, que adquiere
justificación, pues no existe en tales hipótesis una parte vencida, lo que
haría que no pueda aplicarse la regla general de la condena al pago de
costas y costos consistente en que dicha condena se impone a Ia parte
vencida en el juicio, a no ser que sea exonerada judicialmente. Es por
ello que el convenio de los sujetos procesales respecto de las costas y
costos del proceso debe formar parte del acuerdo de conciliación o de
la transacción, aunque bien podría convenirse sobre las costas y costos
del proceso mediante acto procesal posterio¡ pues la ley no establece
ninguna prohibición al respecto.
Al margen de ello, es importante recalcar que la mencionada
norma adjetiva contempla lo relacionado al desistimiento y abandono

253
Oxlr VÍcron Av¡los J,lnn

en la condena en costas y costos. Así, conforme al citado precepto


legal, si el proceso acaba por desistimiento, las costas y costos son de
cargo de quien se desiste, salvo pacto en contrario. Quien se desista
de la pretensión paga las costas y costos del proceso. Por otro lado,
si el proceso concluye por abandono, será la parte demandant9 quien
asuma las costas y costos.

En lo que respecta a la liquidación de las costas procesales, deben


seguirse las siguientes reglas:

- Las costas serán liquidadas por la parte acreedora de ellas,


después de ejecutoriada la resolución que las imponga o la
que ordena se cumpla lo ejecutoriado. Se aprecia, entonces,
que el acreedor de las costas procesales (esto es, la parte pro-
cesal vencedora en el proceso) debe proceder a su liquidación
no en cualquier momento procesal sino cuando quede firme
la resolución que contenga la condena en costas y costos del
Proceso.

- La liquidación atenderá a lo establecido en el artículo 410" del


Código Procesal Civil, debiéndose incorporar solo los gastos
judiciales comprobados y correspondientes a actuaciones legal-
mente autorizadas. En este sentido, la liquidación de las costas
procesales debe estar conformada por las tasas judiciales (por
concepto de ofrecimiento de pruebas, calificación de título
ejecutivo, por interponer recursos, etc.), Ios honorarios de los
órganos de auxilio judicial (perito, depositario, interventor, etc.)
y los demás gastos judiciales realizados en el proceso (como
aquellos gastos ocasionados con las cédulas de notificación,
copias en soporte electrónico de las actuaciones procesales
acontecidas en las audiencias, copias legalizadas, etc.). Todos
aquellos gastos judiciales que sean ajenos a los rubros citados
precedentemente no serán considerados por el luez a efectos
de aprobar la liquidación de costas procesales. Naturalmente,
los gastos que incorporen a la liquidación de costas deben ser
susceptibles de comprobación (por lo general, haciendo uso
de la prueba documental) y tienen que derivar de actuaciones
procesales autorizadas por el ordenamiento jurídico, estando,

2s4
AcruecroHE,s PnocEsntrs

pues, excluidos aquellos gastos concernientes a actuaciones


prohibidas por la ley.

- Las partes tendrán tres días para observar la liquidación.


Transcurrido el plazo sin que haya observación, la liquidación
será aprobada por resolución inimpugnable. Como se puede
' observar, la liquidación de costas puede ser cuestionada por la
parte procesal interesada, vale decir, el sujeto procesal a quien
se impuso la condena de costas y costos procesales, para lo
cual el ordenamiento legal le autoriza a formular la respec-
tiva observación, que por lo general versa sobre errores en el
cálculo de las costas, o sobre ciertos rubros incorporados a
la liquidación en mención que son ajenos a los contemplados
en el artículo 410' del Código Procesal Civil, o sea, que, Por
le¡ no debieron ser comprendidos en la liquidación de costas
procesales. En caso de que el interesado no haya cuestionado
la liquidación de costas, esta será irremediablemente aprobada
sin que se pueda hacer nada al respecto, porque la resolución
que aprueba la liquidación de costas una vez venido el plazo
para deducir la correspondiente oposición tiene el carácter de
irrecurrible.

- Interpuesta la observación por la parte a quien se condenó al


pago de costas y costos procesales, se entiende, se conferirá
traslado a la otra parte, la vencedora en el proceso, por tres
días. Con su absolución o sin ella, el juez resolverá aprobando o
desaprobando la liquidación de costas procesales. La resolución
es apelable sin efecto suspensivo, apelación que supone que la
eficacia de la resolución recurrida se mantiene, incluso para su
cumplimiento.

- El único medio probatorio admisible en la observación es el


dictamen pericial, que podrá acompañarse hasta seis días des-
pués de haberse admitido. Del dictamen se conferirá traslado
por tres días, y con su contestación o sin ella el juez resolverá
con decisión inimpugnable. Se desprende de lo expuesto que la
parte interesada que formuló observación a la liquidación de
costas procesales no puede proporcionar otro medio probatorio

2s5
Oxnr VÍcron Avelos Jene

que no sea la correspondiente pericia para sustentar su obser-


vación. No es exigible que la pericia se acompañe en el acto
de la observación a la liquidación de costas procesales, pues es
factible que dicho medio probatorio sea presentado hasta seis
días después de haber sido admitido por el órgano jurisdiccio-
nal. Formulada la observación a la mencionada liquidación y
transcurrido el plazo para absolver tal observación, el |uez del
proceso debe resolver lo pertinente, ya sea aprobando o desa-
probando la liquidación de costas.

5. Rnqurslros eARA rA pRocEDENcrA DE Los cosros


El artículo 418" del Código Procesal Civil regula lo relacionado a
la procedencia de los costos, estableciendo que, para hacer efectivo el
cobro de los costos, el vencedor deberá acompañar documento indu-
bitable y de fecha cierta que acredite su pago, así como de los tributos
que correspondan. Atendiendo a los documentos presentados, el juez
aprobará el monto.

Al respecto, cabe indicar, en principio, que son costos del proceso


el honorario del abogado de la parte vencedora, más un cinco por ciento
destinado al Colegio de Abogados del distrito judicial respectivo para
su fondo mutual y para cubrir los honorarios de los abogados en los
casos de auxilio judicial.

Ahora bien, para que proceda el reembolso de los costos del proce-
so, el acreedor de ello, es decir, la parte vencedora en el proceso, debe
sustentar su desembolso, para lo cual debe ofrecer la respectiva prueba
documental, que debe ser de fecha cierta. Sobre el particular, el artículo
245" del Código Procesal Civil señala lo siguiente:

- que un documento privado adquiere fecha cierta y produce


eficacia jurídica como tal en el proceso desde: a) la muerte del
otorgante; b) la presentación del documento ante funcionario
público; c) la presentación del documento ante notario público,
para que certifique la fecha o legalice las firmas; d) la difusión
a través de un medio público de fecha determinada o determi-
nable; y e) otros casos análogos; y

256
AcruecroNrs PnocEserns

- gue, excepcionalmente, el juez puede considerar como fecha


cierta la que haya sido determinada por medios técnicos que
le produzcan convicción. La prueba documental de fecha cierta
no solo debe estar dirigida a demostrar el pago de los costos
procesales sino también el pago de los tributos que correspondan,
pago que, como es obvio, debe haberse hecho en tiempo opor-
tuno, porque, de lo contrario, el interesado podría prefabricar
o preconstituir pagos a efectos de incrementar el monto real
desembolsado. Una vez que el acreedor de los costos hubiese
hecho y acreditado documentalmente su liquidación, el órgano
jurisdiccional procederá a aprobar el monto resultante de la
referida liquidación.

Finalmente, es pertinente decir que las costas y costos procesales


deben ser pagados por la parte a quien se impuso la respectiva con-
dena una vez que quede firme, esto es, consentida o ejecutoriada, la
resolución que apruebe la liquidación de costas y costos del proceso.
Si aquella incumpliera con el referido pago, entonces, incurre en mora,
siendo la consecuencia de tal situación jurídica que se devenguen los
correspondientes intereses, cuales son los intereses legales.

Asimismo, el pago de las costas y costos procesales debe ser exigido


por la parte acreedora ante el juez de la demanda. Puntualizamos que,
si se ha aprobado la liquidación de costas y costos, no es posible que las
resoluciones judiciales que se expidan después y que estén referidas al
pago de costas y costos puedan ser objeto de impugnación, pues tales
resoluciones son irrecurribles.

Sunc,rpfruro IV
IT{ULTAS

En los casos de temeridad o mala fe procesal el juez tiene el


deber de imponer a las partes, sus representantes y los abogados
una multa no menor de media (ll2) nimayor de cincuenta (50)
Unidades de Referencia Procesal (URP).

257
Oxnr VÍcron Áveros |nn,t

La multa por temeridad o mala fe es independiente de aquella


otra que se pueda imponer por infracción a las reglas de con-
ducta a ser observadas en las audiencias.
La multa por infracción a las reglas de conducta en las audien-
cias es no menor de media (ll2) nimayor de cinco (5) Unidades
de Referencia Procesal (URP).
Adicionalmente a las multas impuestas, el juez debe remitir
copias de las actuaciones respectivas a la presidencia de la
corte superior, al Ministerio Público yal Colegio de Abogados
correspondiente, para las sanciones a que pudiera haber lugar.
Existe responsabilidad solidaria entre las partes, sus represen-
tantes y sus abogados por las multas impuestas a cualquiera de
ellos. No se extiende la responsabilidad solidaria al prestador
de servicios.
El juez solo puede exon€rar de la multa por temeridad o mala
fe si el proceso concluye por conciliación judicial antes de la
sentencia de segunda instancia, en resolución motivada.
El juez puede imponer multa a los testigos o peritos, no menor
de media (1/2) ni mayor de cinco (5) Unidades de Referencia
Procesal (URP) cuando estos, habiendo sido notificados ex-
cepcionalmente por el juzgado, inasisten sin justificación a la
audiencia ordenada de oficio por el juez.

(oncordancias:
I
- Código Procesal Civil: artículos 1 12o y 42@ al 4230.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculos lll del Tftulo Preliminat 11o,
glo y g2o.

Comentario

L, Las uurrns: coNcEpro y pARTTcULARTDADES cENERALEs


Puede decirse que la multa es aquella sanción de tipo pecuniaria
o económica que el órgano jurisdiccional impone, facultativamente u
obligatoriamente, basándose en la le¡ a los sujetos que intervienen en
el proceso, tales como la parte demandante, parte demandada, aboga-
dos, apoderados, testigos y peritos por haber realizado alguna conducta
sancionable debidamente tipificada.

258
AcruecloNss PRocrs¡,rr,s

Si bien es cierto que el magistrado ostenta la facultad de fijar el


monto de la multa de manera discrecional, ello no suPone que pueda
hacerlo de manera desmedida e ilimitada, Pues debe ceñirse a los pa-
rámetros determinados en el ordenamiento jurídico, no pudiendo' Por
lo tanto, exceder del monto máximo señalado en la le¡ ni imponer una
multa inferior a la prefijada legalmente, salvo que la ley lo autorice'
Ahora bien, el artículo 420" del Código Procesal Civil, aplicable
supletoriamente al proceso laboral, prescribe que la multa tiene que ser
declarada judicialmente, por lo que el órgano jurisdiccional, además de
motivar la respectiva resolución, deberá determinar de forma precisa lo
siguiente:

- el monto de la multa;

- el sujeto procesal obligado a Pagar la multa, que no solo puede


tratarse de una de las partes, sino que bien puede ser sancionado
pecuniariamente el abogado de una de las Partes, el apoderado
de una de ellas, el testigo o el perito, entre otros; inclusive varios
pueden ser sancionados a la vez; y

- la proporción en que debe ser soPortada la multa, vale decir, si


hubiere más de un obligado, como es el caso, por ejemplo, de
una de las partes conjuntamente con su abogado; en defecto de
ello, se entenderá que la multa debe ser cancelada por partes
iguales entre los obligados.

La multa representa un ingreso propio del Poder |udicial, por


lo que no va a parar a manos de la contraparte, como sí ocurre, Por
ejemplo, tratándose del reembolso de las costas y costos del proceso. La
regla general es que, en caso de acontecer algún suPuesto que amerite
la imposición de la multa a un sujeto procesal, no cabe su exoneración
por parte del juez. Sin embargo, en el proceso laboral sí es factible
la exoneración de la multa en la hipótesis de que el proceso conclu-
ya mediante conciliación judicial de las partes antes de que se emita
la sentencia de segunda instancia. Para ello, el órgano jurisdiccional
deberá motivar adecuadamente la resolución en la que exonera de la
multa a un sujeto procesal. Sobre el particular, debe distinguirse entre
exoneración de la multa, a través de la cual se exime de su condena a

259
Oxe¡- Vícron Avnros fena

un sujeto procesal, y aquel caso en que el magistrado, haciendo uso de


su facultad discrecional para imponer una determinada multa, esto es,
cuando la ley no contempla la imposición de la multa como un deber
del juez, decide no imponerla.

Según se colige del artículo 421" del Código Procesal Civil, la


Unidad de Referencia Procesal aplicable al pago de la multa será la
vigente a la fecha del pago de la misma, y no la vigente a la fecha en
que la multa es impuesta por el órgano jurisdiccional. Además, en la
liquidación respectiva concerniente a la multa debe indicarse la norma
que fija la unidad de pago.

Por otro lado, según se infiere del artículo 422" del Código Procesal
civil, la liquidación de la multa es practicada por el auxiliar jurisdiccional
correspondiente, esto es, el secretario del juzgado, y debe ser aprobada
por el juez que conoció la demanda, o sea, en juez que conoció el proceso
en primera instancia. Además, todas aquellas resoluciones judiciales que
se emitan a efectos de precisar el monto de la multa impuesta tienen
el carácter de inimpugnables, por lo que no podrán ser recurridas por
el interesado.

No obstante, el condenado al pago de una multa se encuentra au-


torizado para formular apelación a ser concedida sin efecto suspensivo,
lo cual supone que la eficacia de la resolución irnpugnada se mantiene,
incluso para el cumplimiento de esta, siempre y cuando dicho medio
impugnatorio se sustente en el cuestionamiento del valor de la Unidad
de Referencia Procesal empleada para practicar la liquidación de la multa
impuesta. Así tenemos, por ejemplo, que procederá apelar la resolución
judicial que fije un determinado monto para la multa tomando en
consideración un valor para la unidad de Referencia Procesal distinto
al que contempla la ley.

Es de destacar que si la persona condenada al pago de una multa


recurre en apelación contra la resolución que fija su monto, y el superior
jerárquico que resuelve el recurso llega a la conclusión de que el valor de
la unidad de Referencia Procesal utilizado para hacer la liquidación de
la multa es el valor que se ajusta a le¡ entonces, desestimará el recurso
¡ además, condenará al recurrente a un pago adicional equivalente al

260
Acru¡.cloNEs Pnoc¡s¡t¡s

veinticinco por ciento del monto liquidado con resPecto a la multa,


todo ello a efectos de sancionar severamente la temeridad procesal del
impugnante.

El artículo 423" del Código Procesal Civil establece que la multa


debe pagarse inmediatamente después de ser impuesta, porque, de lo
contrario, se devengarán los respectivos intereses legales. El pago de la
multa corresponde ser exigido Por el juez de la demanda, es decir' el
juez que conoce del proceso en primera instancia hará el correspondien-
te requerimiento de oficio, vale decir, sin instancia de parte alguna, al
término del proceso, una vez que quede firme la resolución que aprueba
la liquidación de la multa realizada por el secretario de juzgado.

2. Las nEcLes pARTIcutAREs CoNTENIDAS EN LA NUEVA LEY


PnocnsRr DEL TRABAIo
Conforme se desprende del artículo 15' de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo, el juez del proceso laboral tiene la obligación -y no la
potestad- de imponer a la parte demandante, a la parte demandada, a
sus representantes y a sus abogados la multa correspondiente cuando
verifique que estos han obrado con temeridad o mala fe procesal'
La norma en cuestión señala exPresamente quiénes son pasibles
de la imposición de la multa; sin embargo, estimamos que la norma
es deficiente en la medida que no ha señalado expresamente a todos
los sujetos potencialmente capaces de cometer infracciones ¡ por ende,
ser pasibles de una multa. Efectivamente, la norma se refiere solo a las
partes, a sus representantes y a sus abogados. Si nos guiamos estricta-
mente del principio de legalidad, tenemos que al juez laboral no le sería
factible, por ejemplo, imponerle una multa a un testigo o a un perito
por un supuesto distinto a su inasistencia ante el llamamiento judicial,
a pesar de que estos puedan haber cometido evidentes infracciones. Al
parecer ello sucederá, pues tal como está redactada la norma la multas
solo podrán recaer sobre las partes, sus representantes y sus abogados.

El propio artículo l5o establece cuáles son los parámetros para la


imposición de las multas, señalando que esta oscila entre la media Unidad
de Referencia Procesal y las 50 Unidades de Referencia Procesal. Como

261
Ox¡,r VÍcron Avelos Jen¡

se observa, en tales casos la imposición de la multa no tiene carácter


discrecional, pues no se trata de una facultad del juez, al disponer cla-
ramente el ordenamiento jurídico que se trata de un deber del órgano
jurisdiccional. A este respecto, es importante recalcar que dentro de los
límites fijados,la determinación de la multa debe sustentarse en criterios
de razonabilidad y proporcionalidad.

Los casos de temeridad y mala fe procesal, que constituyen la an-


títesis del principio de moralidad o de conducta procesal, por el cual
los intervinientes en el proceso deben adecuar su comPortamiento a los
deberes de veracidad, lealtad, probidad y buena fe procesal, están con-
templados en el artículo 112'del Código Procesal Civil, que dispone que
se considera que ha existido temeridad o mala fe en los siguientes casos:

- cuando sea manifiesta la carencia de fundamento jurídico de


la demanda, contestación o medio impugnatorio;
- cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad;

- cuando se sustrae, mutile o inutilice alguna parte del expediente;

- cuando se utilice el proceso o acto procesal para fines claramente


ilegales o con propósitos dolosos o fraudulentos;

- cuando se obstruya la actuación de medios probatorios;

- cuando por cualquier medio se entorPezca reiteradamente el


desarrollo normal del proceso; y

- cuando por razones injustificadas las partes no asisten a la


audiencia generando dilación.

Es de destacar que la multa que el juez imponga a uno de los su-


jetos procesales por temeridad o mala fe resulta ser autónoma o inde-
pendiente con relación a la multa que dicho magistrado pueda decretar
en aquellos supuestos en que se hayan vulnerado las reglas de conducta
que los sujetos procesales deben cumplir en las audiencias. Al respecto,
cabe indicar que tales reglas son, en primer lugar, el respeto hacia el
órgano jurisdiccional y hacia toda persona Presente en la audiencia,
por lo que está prohibido agraviar, interrumpir mientras se hace uso

262
Actu¡,croNrs PnocEsnLEs

de la palabra, usar teléfonos celulares u otros análogos sin autorización


del juez, abandonar injustificadamente la sala de audiencia, así como
cualquier expresión de aprobación o censura; y, en segundo lugar, la
colaboración en la labor de impartición de justicia, por lo que merece
sanción alegar hechos falsos, ofrecer medios probatorios inexistentes,
obstruir la actuación de las pruebas, generar dilaciones que provoquen
injustificadamente la suspensión de la audiencia, o desobedecer las ór-
denes dispuestas por el juez.

Teniendo en cuenta que la multa impuesta por infringirse las reglas


de conducta, que deben ser cumplidas por los sujetos procesales en las
audiencias, mantiene una suerte de independencia respecto de la multa
a ser impuesta en las hipótesis de temeridad o mala fe procesal, es que
el artículo bajo comentario dispone, además, unos parámetros distintos
para una y otra multa.

En efecto, como se indicara anteriormente, si se presentara algún


supuesto de temeridad o mala fe procesal, entonces, la multa a ser
impuesta será no menor de media Unidad de Referencia Procesal y no
deberá exceder las 50 Unidades de Referencia Procesal. En cambio, si los
sujetos procesales no observaran las reglas de conducta que se les exige
por ley en las audiencias, la multa a ser impuesta a[ o a los infractores
será no menor de media Unidad de Referencia Procesal y no podrá
superar las 5 Unidades de Referencia Procesal. Puntualizamos que nada
impide que las referidas sanciones se apliquen en forma acumulativa,
vale decir, si se vulnerasen las reglas de conducta a ser cumplidas en la
audiencia ¡ además, se hubiese obrado con temeridad o mala fe proce-
sal en la audiencia, nada obsta para que el juez del proceso imponga al
sujeto infractor de que se trate ambas multas.

Según la magnitud de los hechos configurantes de la temeridad o


mala fe procesal y de los hechos que representan la inobservancia de
las reglas de conducta que los sujetos procesales deben asumir en las
audiencias, es que, además de las multas en uno y otro caso que corres-
pondan imponer a aquellos, el órgano jurisdiccional tiene la obligación
-pues así se lo impone la ley- y no simplemente la potestad, de remitir
las copias de los actuados procesales pertinentes a la presidencia de la
Corte Superior, al Ministerio Público y al Colegio de Abogados respec-

263
Oxnr VÍcron Av¡ros Jenn

tivo si el infractor se trata de un letrado, a efectos de que las entidades


enunciadas precedentemente ejerzan sus atribuciones y procedan a aplicar
todas aquellas sanciones civiles, penales, administrativas o disciplinarias
a que hubiera lugar.

Si se impone una multa a alguna de las partes del proceso, o al


representante o al abogado de ella, entonces, tanto el representante ylo
el abogado infractor como la parte a la que representa o patrocina son
responsables solidariamente del pago de la referida sanción pecuniaria
impuesta por el órgano jurisdiccional. Advertimos que la responsabilidad
solidaria no se hace extensiva al prestador de servicios -de naturaleza
laboral, formativa, cooperativista o administrativa-, pues así lo dispone
en forma expresa el artículo bajo análisis.

Esta responsabilidad solidaria implica que el representante y/o el


abogado infractor así como la parte a la que se representa o patrocina
están obligados indistintamente al pago de la multa, sin perjuicio de
que dentro de la relación interna deba asumir el costo de ella quien
cometió la infracción.

Creemos que es importante la fijación de esta norma, puesto que


seguramente va a lograr no solo que los intervinientes en el proceso
observen las reglas de conducta, sino también que, a efectos de no verse
involucradas dentro del ámbito de la responsabilidad solidaria, estos
impidan que otros realicen conductas de tipos temerarias o maliciosas.

3. Exon¡sRAcróN on MULTAs
Como se indicara anteriormente, cabe la posibilidad de la exonera-
ción de la multa por el órgano jurisdiccional, siempre que este explique
los fundamentos de hecho y de derecho que lo impulsan a decretar tal
exoneración ¡ adicionalmente, el proceso concluya por conciliación
judicial de las partes producida antes de la emisión de la sentencia de
segunda instancia.

El artículo que examinamos hace referencia únicamente a la multa


que correspondería imponer en caso de temeridad o mala fe de los sujetos
procesales, por lo que debe entenderse que no es viable la exoneración

264
Actu¡cIoNrs PxocEsetrs

de la multa que es pertinente aplicar en la hipótesis de inobservancia de


las reglas de conducta exigidas a los sujetos procesales en las audiencias.
Prevenimos que, en caso de presentarse algún hecho configurante de
temeridad o mala fe procesal y concluir el proceso laboral por conci-
liación judicial de las partes, el órgano jurisdiccional tiene la potestad
y no el deber de exonerar al infractor de la multa respectiva. Así es, el
artículo 15" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo asigna un carácter
discrecional y de ningún modo obligatorio a la decisión del juez incli-
nándose por la exoneración de la multa en mención.

4. LRs uurr¡s A Los TESTIGoS Y PERIToS

Las multas que puede imponer el órgano jurisdiccional v que au-


toriza la Nueva Ley Procesal del Trabajo no solo pueden ser aplicadas
a la parte demandante, a ia parte demandada, a sus apoderados y a
sus abogados patrocinantes, sino que también pueden ser sancionados
pecuniariamente los testigos i' los peritos, Por un monto ascendente a
media Unidad de Referencia Procesal v hasta por un monto equivalente
a las 5 Unidades de Referencia Procesal.

La multa aludida procede solo en el supuesto en que un perito o


testigo, pese a haber sido notificado excepcionalmente por el juzgado,
no asiste a la audiencia del caso ordenada de oficio por el órgano ju-
risdiccional. Se entiende que la no concurrencia del testigo o perito no
obedece a causas defuerza mayor o atribuibles a su Persona, porque de
ser así, no cabe imposición de multa alguna, por cuanto su inasistencia
estará justificada y esto último impide que se le sancione con multa. La
referida sanción económica a ser impuesta a un testigo o a un perito
requiere, pues, de su inasistencia injustificada,

La crítica que podría hacerse en este caso es que de acuerdo con el


texto del artículo 15' únicamente podrá imponérseles una multa a los
testigos o a los peritos cuando estos inasisten a Ia audiencia ordenada
de oficio por el juez. Esto quiere decir que si estos le faltan el respeto a
los intervinientes en el proceso o incumplen otras reglas procesales no
podrían ser sancionados, dado que, en virtud del principio de legalidad,
el juez no se encontraría facultado para imponerles alguna multa.

265
Ox¡l VÍcron Áveros |aRe

5. Pnrcrsrów FrNAr
La multa es totalmente independiente de la condena del pago de
costas y costos. Puede darse el caso que una persona se encuentre exenta
del pago de costas y costos y que, a pesar de ello, sea sancionada con
una multa en razón de sus malas actitudes durante el desarrollo de
una audiencia.

Si bien ambas tienen su origen en el accionar temerario o de mala


fe, nada tienen que ver.

La condena del pago de costas y costos está vinculada solo a lo


expresado en la demanda o en su contestación, mientras que las multas
se encuentran relacionadas a las demás actuaciones procesales, por ello
es que constituiría un absurdo el afirmar que se vulnera el principio de
non bis in ídem cuando a una parte se le condena al pago de las costas
y de los costos y también se le impone una multa. Indudablemente son
dos supuestos distintos.

SuscAPfruro V
ADMISIóN Y PROCEDBNCIA

AFl.160.- n8[U¡S¡l0S ds la deman0a

La demanda se presenta por escrito y debe contener los requi-


sitos y anexos establecidos en la norma procesal civil, con las
siguientes precisiones:
a. Debe incluirse, cuando corresponda, la indicación del
monto total del petitorio, así como el monto de cada uno
de los extremos que integren la demanda; y
b. no debe incluirse ningún pliego dirigido a la contraparte,
los testigos o los peritos; sin embargo, debe indicarse la
finalidad de cada medio de prueba.
El demandante puede incluir de modo expreso su pretensión
de reconocimiento de los honorarios que se pagan con ocasión
del proceso.

266
ActuecloNss Pnocnsatns

Cuando el proceso es iniciado por más de un demandante debe


designarse a uno de ellos para que los represente y señalarse un
domicilio procesal único.
Los prestadores de servicios pueden comparecer al proceso sin
necelidad de abogado cuando el total reclamado no supere las
diez (r0) Unidades de Referencia Procesal (URP). Cuando su-
pere este límite y hasta las setenta (70) Unidades de Referencia
Frocesal (URP) es facultad del juez, atendiendo a las circuns-
tancias del caso, exigir o no la comparecencia con abogado. En
los casos en que se comParezca sin abogado debe emplearse el
formato de demanda aprobado por el Poder Judicial.

I (oncordancias:
- Código Procesal Civit: artículos l30o al 133,424o y 425o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos 8o, numeral 3, 1 3', 1 7o y 2Oo'

Comentario

1. La oTMRNDA coMo Acro PRocESAL QUE DA INIcIo AL PRo-


cEso IUDICIAL
Importante doctrina coincide en señalar que "la demanda es el
instrumento para ejercitar la acción, y no se la debe confundir con
esta, pues la demanda contiene, además, la pretensión del demandante.
En efecto, quien presenta una demanda no se limita a pedirle al juez
que mediante un proceso dicte una sentencia, sino, además, que en
esta sentencia le resuelva favorablemente determinadas peticiones Para
satisfacer su interés, lo que no constituye objeto de la acción sino de la
pretensión. Esta no puede formularse sin demandaDusol.

Ello es muy cierto. Como bien sabemos, la acción constituye aquel


derecho de toda persona Para requerir la intervención del órgano juris-
diccional con la finalidad de proteger una o varias pretensiones jurídicas.
Como tal, debe quedar claro que la acción como derecho existe desde

tl501 DEu's Ecu¡r.roh, Teoría general del proceso, cit., T. ll, p. 462.

267
Oxar VÍcron Áveros )ene

el momento en que uno adquiere todos los derechos esenciales, pues es


un derecho inherente a toda persona, y no desde su ejercicio.
El ejercicio del derecho de acción no solo es la consecuencia de tener
derechos reconocidos y que probablemente hayan sido vulnerados, sino
también de que se cuente con legitimidad legal para poder reclamarlos.
Es lógico que si uno adquiere derechos en determinado momento, como
es el nacimiento, también desde ese momento se encuentra habilitado
para que los pueda protege¡ protección que necesariamente se viabiliza
mediante el ejercicio del derecho de acción. Por ello es que el derecho
de acción existe antes de su ejercicio.

Hay consenso en señalar que el derecho de acción se caracteriza


por ser público, subjetivo, abstracto y autónomo; en este escenario, esta
abstracción implica que se trata de un derecho de continente y no de
contenido; ergo, es un derecho eminentemente general. No obstante, ello
puede ser delimitado y encausado precisamente mediante la demanda,
que contiene la petición o peticiones efectuadas al órgano jurisdiccional
en la forma, modo y tiempo requeridos por la ley. Entonces, la deman-
da es la materialización del ejercicio del derecho de acción. He allí la
trascendencia de la demanda.

Siendo así, la demanda constituye aquel acto procesal con el que se


inicia el proceso y mediante el cual el actor pone en conocimiento del
juez su pretensión o pretensiones y le pide que, en su oportunidad, luego
del trámite correspondiente, expida la decisión judicial que dé solución
a la controversia suscitada, acogiendo su pretensión o pretensiones. La
demanda es la petición escrita que hace una persona, llue ejercita su
derecho de acción, por la que se le pide al órgano jurisdiccional compe-
tente se pronuncie sobre el derecho que reclama y satisfaga su pretensión.

Como se observa, la demanda es un acto introductorio del proceso.


Aquella y la contestación de la demanda constituyen los escritos rectores
del proceso. La demanda viene a ser, en sentido lato, una solicitud o
petición que hace el interesado. En sentido estricto, representa un acto
procesal por el que. se da comienzo al proceso, un acto de postulación
por el que se ejercita el derecho de acción ante el Poder |udicial, y un
medio a través del cual se exige el cumplimiento o la satisfacción de
una determinada pretensión o de varias.

268
Acru¡.cIoNEs PRocEsnrrs

La demanda consiste en una declaración de voluntad hecha por


escrito y mediante la cual el actor manifiesta su petición de tutela jurí-
dica al Estado encarnado concretamente en el Poder ]udicial ¡ además,
su reclamo dirigido a la parte demandada Para que satisfaga su interés
jurídico, el mismo que se basa en un derecho subjetivo. La demanda,
junto con la contestación de ella, fija el objeto litigioso, es decir, deter-
mina el contenido de lo que se va a debatir en el proceso y, por ende,
de la decisión final emanada del órgano jurisdiccional que dé solución
al conflicto de intereses o incertidumbre jurídica'
La demanda equivale prácticamente a una petición escrita por la que
el accionante solicita una concreta tutela jurídica a los órganos jurisdic-
cionales de la que alega tener derecho frente a un opositor (demandado)'
iniciando de ese modo el proceso como instrumento dirigido a poner
fin a Ia controversia mediante Ia respectiva sentencia.
con la demanda se da inicio a la relación jurídica-procesal, al cons-
tituir dicho acto Procesal un acto de iniciación del proceso que
contiene
las pretensiones del actor y el pedido de que el juzgador resuelva según
su conveniencia y e)erzasus poderes de coerción respecto del demandado
para que cumpla este con lo reclamado.

La demanda decide, pues, sobre el contenido del proceso por ella


aperturado y de Ia sentencia que le pone fin; da nacimiento a la relación
jurídica procesal y ocasiona un estado de litispendencia respecto de la
pretensión exigida que no cesa hasta culminar el proceso; por último,
determina la clase y la medida de la tutela jurídica que el Estado, a
través del Poder Judicial, ha de otorgar, si es que efectivamente el actor
tiene la razón y el derecho de su lado, así y puede probarlo.

De esta forma, la demanda se caracteriza Por lo siguiente:

a. La demanda es un acto procesal de parte que contiene una


declaración de voluntad del actor.

b. La demanda constituye un acto proces4l introductivo, pues con


ella se ejercita el derecho de acción y se da comienzo al proceso,
a la relación jurídica procesal.

269
Oxnl VÍcron Averos Innn

c. La demanda representa un acto procesal postulatorio, porque


con ella se solicita al órgano jurisdiccional que se le conceda
tutela jurídica en la sentencia que decida el pleito.

d. La demanda es un acto procesal dé parte, pues únicamente


quien cuenta con tal condición está autorizado para presentar
la demanda y asumir por esa sola circunstancia la posición
procesal de demandante.

2. La nEnIaNIDA EN EL pRocnso LABoRAI


En el proceso laboral, la demanda debe presentarse por escrito -con
lo que reiteramos que el nuevo procesal laboral es eminentemente oral,
no exclusivo- y debe contener, en principio, los requisitos establecidos en
el Código Procesal Civil, en lo que resulte pertinente, vale decir, en lo
que no se oponga a la normativa de la btrueva Ley Procesal del Trabajo.

Sobre el particular, el Código Procesal Civil regula los requisitos


exigibles a toda demanda en su artículo 424", conforme al cual, la de-
manda se presenta por escrito y contendrá:

En primer lugar,la designación del juez ante quien se interpone. Al


respecto, cabe indicar que el señalamiento en la demanda del órgano
jurisdiccional ante el cual se interpone implica la determinación que
hace el accionante de la competencia del juez que debe conocer de la
pretensión y del proceso.

En segundo lugar, el nombre, datos de identidad, dirección domi-


ciliaria y domicilio procesal del demandante.

La individualización del actor es imprescindible en la demanda. Para


tal efecto debe consignarse en dicho libelo los nombres y apellidos del
demandante, así como la clase y número de su documento de identidad
(Documento Nacional de Identidad, tratándose de ciudadanos nacionales,
carné de extranjería o pasaporte, en el caso de ciudadanos extranjeros).
Si quien demanda fuese una persona jurídica, entonces, los datos de
identidad de la misma estarán referidos a su denominación o razón
social, los datos concernientes a su inscripción en Registros Públicos y
el número de su Registro Único de Contribuyentes.

270
Acru¡,cloxEs PnocnserEs

En lo que atañe a la dirección domiciliaria que debe consignar el


accionante en su escrito de demanda, dicho dato es sumamente impor-
tante no solo por indicar el lugar de su residencia sino también a efectos
de determinar la competencia del órgano jurisdiccional para conocer
del proceso, si fuera el caso.

Tratándose del domicilio procesal, su indicación es trascendental,


pues en el citado domicilio se harán llegar las notificaciones de ley a
la parte demandante. Puntualizamos que a efectos de la notificación
electrónica de las resoluciones que se dicten en el proceso -con excep-
ción de las resoluciones que contengan el traslado de la demanda-' la
admisión de un tercero con interés, una medida cautelar, la sentencia
en los procesos diferentes al ordinario, abreviado y de impugnación de
laudos arbitrales económicos, resoluciones todas ellas que se notifican
por cédula; el demandante debe consignar en la demanda la respectiva
áirección electrónica, bajo apercibimiento de declararse la inadmisibi-
lidad de la demanda.
La indicación en la demanda de la mencionada dirección electró-
nica constituye, pues, otro requisito de admisibilidad de la demanda.
Además, conforme al artículo 16. de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
que examinamos en esta oportunidad, en los casos en que el proceso
laboral es iniciado por más de un demandante -hipótesis configurante
del litisconsorcio-, existe el deber de nombrar a uno de los accionantes
a efectos de que ejerza la representación de aquellos que integran la
parte demandante. Además de la designación del citado representante,
la ley impone también la obligación de que, en caso de haber litiscon-
sorcio activo, quienes integren la parte demandante tienen que señalar
un domicilio procesal único, a donde se les harán llegar a todos las
notificaciones de ley.

En tercer lugar, el nombre y dirección domiciliaria del representante,


tutor o curador, o apoderado del demandante, si no puede comparecer
por ser incapaz o no comParece Por sí mismo. Si el demandante actúa
en el proceso mediante representante legal o aPoderado, se debe con-
signar en el escrito de demanda los nombres y apellidos completos del
representante o apoderado, según el caso. Naturalmente, la indicación
de los referidos datos de individualización del representante o apode-

271
Ox¡,r Vícron Áv¡ros Jene

rado del accionante no significa que en la demanda no deba ponerse


los datos identificatorios del actor. Tanto los datos identificatorios del
representante o apoderado del demandante, como el señalamiento de
su dirección domiciliaria resultan importantes, por cuanto la persona
que ejerce la representación del demandante actuará de manera directa
en el proceso.

Debe tenerse en consideración que, según el artículo 75" del Código


Procesal Civil, es menester el otorgamiento de facultades especiales, entre
otros actos procesales, para demandaa rigiéndose el citado otorgamiento
de facultades especiales por el principio de literalidad, lo que supone
que no se presume la existencia de facultades si no han sido concedidas
de modo explícito. No podemos dejar de mencionar que si un sindicato
actúa en defensa de sus dirigentes y afiliados, para lo cual no se precisa
de poder especial de representación, tiene el deber de consignar en la
demanda los datos de identificación de sus afiliados y sus respectivas
pretensiones.

En cuarto lugar, el nombre y dirección domiciliaria del demandado.


Si se ignora esta última, se expresará esta circunstancia bajo juramento
que se entenderá prestado con la presentación de la demanda.

En la demanda debe individualizarse a la persona contra la


cual está dirigida aquella, vale decir, debe consignarse los nombres
y apellidos completos del demandado. Ello apunta a dar a conocer
a la persona contra la cual se entabla el pleito y poder así hacerla
comparecer al proceso para que integre la relación jurídica procesal
y que pueda invocar sus argumentos de defensa. Si no se indicasen
los datos identificatorios del demandado no podría formarse el con-
tradictorio y no habría a quién exigirle la pretensión que se reclama
en la demanda. Recae, pu€S, en el actor la carga de individualizar al
demandado, de indicar a ciencia cierta la persona contra la cual se
dirige la acción. Para tal efecto, debe cumplir con señalar los nombres
y apellidos del demandado, si se trata de una persona natural, o la
razón o denominación social, así como sus datos registrales y número
de Registro Único del Contribuyente si se trata de una persona jurídica.
En suma, el actor debe proporcionar los datos indispensables para la
identificación plena de la parte demandada.

272
AcruecloNEs PRocEstr-Es

En lo que concierne al domicilio del demandado, este debe consig-


narse en el escrito de demanda, pues así se garant\zará su derecho de
defensa cuando le sea notificada la demanda a tal domicilio. Además, la
indicación del domicilio del sujeto pasivo de la relación jurídica procesal
resulta trascendente a efectos de determinar la competencia territorial
del órgano jurisdiccional que conocerá del proceso.

El requisito de señalar el domicilio del demandado obedece, pues,


a establecer el lugar donde será notificado del traslado de la demanda
y correspondiente emplazamiento para que comparezca al proceso y la
conteste, es decir, que haga valer sus argumentos de defensa con relación
a lo alegado por el actor.

Si el actor ignora la dirección domiciliaria del demandado debe


manifestarlo bajo juramento, que no reviste mayor formalidad que la
sola presentación de la demanda. Obviamente, para que el demandante
pueda expresar desconocer la dirección domiciliaria del demandado tie-
ne antes que haber agotado las diligencias necesarias Para averiguar tal
dirección, lo cual, por lo general, se concreta con la averiguación en el
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) de lo atinente
a la dirección del demandado consignada en su Documento Nacional de
Identidad. También podrá recurrirse a otras entidades públicas, como
pueden ser la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria
(Sunat) o toda aquella en la que el demandado haya dado a conocer
sus datos personales.

En este caso, es importante mencionar que el artículo 441" deI


Código Procesal Civil señala que si se acredita que el demandante o
su apoderado, o ambos, faltaron a la verdad respecto de la dirección
domiciliaria del demandado, se remitirá copia de lo actuado al Minis-
terio Público para la investigación del delito y al Colegio de Abogados
respectivo para la investigación por falta contra la ética profesional, si
uno de los dos fuese abogado. Adicionalmente, se impondrá una multa
individual no menor de diez ni mayor de 30 Unidades de Referencia
Procesal a quien o a quienes hayan cometido las infracciones, ello sin
perjuicio de que, según el artículo 4" del Código Procesal Civil, con-
cluido un proceso por resolución que desestima la demanda, si el de-
mandado considera que el ejercicio del derecho de acción fue irregular

273
Oxnr VÍcron Avelos fene

o arbitrario, puede demandar el resarcimiento por los daños y perjuicios


que haya sufrido. De igual modo, esto no afecta en nada el hecho de
que el litigante malicioso asuma el pago de las costas, costos y multas
establecidos en el proceso terminado.

Ahora bien, debe tenerse presente que si aun así se desconoce


por completo el domicilio del demandado, el artículo 165. del Código
Procesal Civil establece otras formas de notificación subsidiarias al de
la notificación común de la demanda.

Así, señala que la notificación por edictos procederá cuando se


trate de personas inciertas o cuyo domicilio se ignore; en este caso, la
parte debe manifestar bajo juramento o prómesa que ha agotado las
gestiones destinadas a conocer el domicilio de la persona a quien se
deba notificar. Si la afirmación se prueba falsa o se acredita que pudo
conoceria empleando la diligencia normal, se anulará todo lo actuado,
y eI juez condenará a la parte al pago de una multa no menor de 5 ni
mayor de 50 Unidades de Referencia Procesal, que impondrá atendiendo
a la naturaleza de la pretensión y a la cuantía del proceso.

En quinto lugar, el petitorio, que comprende la determinación cla-


ra y concreta de lo que se pide. Constituye requisito de la demanda el
señalar el petitorio o pretensión que se reclama, lo que no debe hacerse
de manera vaga o ambigua, pues debe ser determinado con exactitud
y en forma precisa.
El petitorio resume la aspiración del actor y es importante que
se formule en términos claros y precisos, pues la sentencia, en virtud
del principio de congruencia, no podrá reconocer o conceder más de
lo peticionado o algo distinto a lo pedido. El petitorio debe guardar
correspondencia con los hechos en que se sustenta (causa petendi), a tal
punto que puede decirse que representa la conclusión natural a la que
se arriba sobre Ia base de los hechos invocados.

El petitorio comprende el objeto directo consistente en la condena,


declaración, constitución, etc., y también el objeto mediato, configurado
por la cosa o bien cuando la decisión se trata de una condena. El peti-
torio o pretensión es la solicitud concreta actor sobre la cual va a estar
referido el proceso ¡ obviamente, la sentencia respectiva.

274
ActuncloNts PnocEselrs

Es necesario que el petitorio sea concreto, porque así se puede


saber cuál es la tutela jurídica que se solicita al órgano jurisdiccional
(si es una condena, o una declaración o la constitución de un derecho)
y su extensión.
En las demandas de condena a una determinada prestación, esta
última debe señalarse con exactitud, de modo tal que no haya lugar a
dudas. Así, cuando se está ante una prestación de carácter pecuniario,
resulta indispensable precisar el monto, diferenciando, además, qué es
lo que constituye el capital y qué es 1o que representan los intereses.
Si se está ante una demanda de condena a una acción, esto es, a una
actuación de índole positiva, es necesario señalar con precisión la acción
reclamada, el sujeto que debe realízarla y todas aquellas circunstancias
de tiempo y lugar para que se concrete, En las demandas de condena a
una omisión hay que ser específico al respecto en cuanto a su contenido,
a efectos de facilitar la ejecución de la obligación de no hacer.

En aquellas demandas que tengan un contenido real, el actor tiene


que indicar a cabalidad el objeto material exigido, vale decir, propor-
cionar los datos indispensables para que el objeto en cuestión sea indi-
vidualizado físicamente. Cuando la demanda contiene una pretensión
declarativa, el objeto del petitorio debe consistir en la declaración que
se desea alca¡zar del órgano jurisdiccional (si se pretende la declaración
de un hecho, debe este ser especificado, así como las consecuencias de
orden jurídico que conllevaría su declaración como cierto o incierto;
pero, si el actor busca la declaración de un derecho, resulta suficiente
la determinación cualitativa de tal derecho, esto es, su individualización
como entidad).

Por su parte, el petitorio de una demanda constitutiva debe indicar


con claridad el cambio de estado jurídico que reclama el accionante.
Finalmente, si se formulan varias pretensiones, es menester que sean
expuestas en forma separada, vale decir, de manera independiente unas
de las otras, y que se indique la clase de acumulación de que se trata
(subordinada, alternativa o accesoria).

En sexto lugar, los hechos en que se funde el petitorio, expuestos


enumeradamente en forma precisa, con orden y claridad.

275
Ox¡r VÍcron Avnlos J¡,ne

Es requisito de la demanda que el accionante exponga en ella todos


aquellos hechos o antecedentes sobre los que reposa la relación jurídica
litigiosa, vale decir, que proporcione el material fáctico de la relación
en que se funda la pretensión reclamada. Así, la exposición que se haga
en la demanda de los hechos debe hacerse de una manera ordenada y
clara, determinándose el origen de la pretensión exigida,la naturaleza de
dicha pretensión, así como el objeto de la pretensión y sus condiciones.

La exposición que se hace de los hechos debe hacerse enumerándolos,


siguiendo una suerte de orden secuencial en el tiempo que describa las
circunstancias más relevantes de la relación jurídica de la que emana la
pretensión y que permitan concluir la forma en que debe darse solución
a la controversia. Con la finalidad de evitar un relato confuso e innece-
sariamente extenso del material fáctico, hay que invocar solo los hechos
fundamentales de los que surge la pretensión reclamada en la demanda,
para lo cual hay que ceñirse a los hechos estrictamente indispensables de
Ios que derir.e el derecho del actor o que enmarcan la relación jurídica-
sustancial de la que emana el pedimento del demandante.

La exposición en la demanda de los hechos en que se funda el


petitorio debe empezar con el señalamiento de todas aquellas circuns-
tancias relevantes de tiempo y de lugar por las que el demandante y el
demandado se relacionan o por las que el primero de los nombrados
estima haber sido afectado por un acto jurídico o una omisión de la
contraparte. A continuación, debe describirse el desarrollo de la rela-
ción jurídica, esto es, aquellos eventos que se suman o desarrollan las
circunstancias inicialmente expuestas, ya sea por las modificaciones
producidas en la relación jurídica a causa de la integración de nuevos
elementos o por el mero desenvolvimiento de la relación jurídica. Final-
mente, debe indicarse el desenlace de la relación jurídica, vale decir, los
eventos que dieron nacimiento a la afectación del derecho del actor y la
responsabilidad o imputabilidad del demandado, por la que se acude al
Poder iudicial en busca de tutela jurídica.

El referido desenlace, debido a la transgresión de algún elemento de


la relación jurídica, implica la descripción de todas aquellas conductas
positivas (activas o comisivas) o negativas (omisiones) y sus consecuen-
cias, que sustentan el reclamo basado, como se indicara, en una relación

276
Acru¡ctoNEs PRocEsRrBs

jurídica preexistente, y que hacen surgir la pretensión exigida por el


actor como conclusión lógica y jurídica ante la anotada transgresión o
quebrantamiento de algún elemento de la relación jurídica que vincula
al accionante y al demandado.
En séptimo lugar,la fundamentación jurídica del petitorio. Consti-
tuye requisito de la demanda el consignar los fundamentos de Derecho
del petitorio o pretensión reclamada por el actor. Se trata de invocar las
principales normas legales que sustentan la pretensión del demandante
y de pedir al órgano jurisdiccional que conocerá del proceso que las
aplique al decidir la controversia.

Sobre el particular, cabe indicar que no resulta indispensable que


las normas jurídicas señaladas por el actor sean conducentes o necesa-
riamente aplicables para la observancia de este requisito de la demanda,
porque la aplicación del Derecho corresponderá hacerlo en la sentencia
y porque, en virtud del principio iura novit curia, el juez debe aplicar
el derecho que corresponda al proceso, aun en aquellos casos en que
no haya sido invocado por los sujetos procesales o lo haya sido pero
erróneamente, sin que, puntualizamos, ello autorice al juzgador a ir más
allá del petitorio o a fundar su decisión en hechos diversos de los que
han sido alegados por los justiciables.
La fundamentación jurídica del petitorio, como requisito de la
demanda, tiene, entre otras finalidades, facilitar la calificación jurídica
de la relación material que se alega ¡ además, guiar y no vincular al
magistrado en la determinación de la acción ejercitada y de la conse-
cuencia jurídica en que consiste la pretensión del actor, si es que ver-
daderamente tiene fundamento.

La norma legal que se cite en 1a demanda, como fundamento jurí-


dico, tiene como función determinar la norma que se reputa lesionada o
que concede al accionante el derecho a ser resarcido o a que se satisfaga
su pretensión. Insistimos que si el derecho alegado por el demandante
no corresponde a la situación jurídica expuesta en los fundamentos de
hecho de la demanda, ello puede corregirse posteriormente y no afecta,
por ende, la admisibilidad de la demanda, resultando suficiente la sola
invocación de la norma legal de que se trate. Así es, cualquier defecto

277
Ox.qr VÍcror. Áv¡ros hne

relacionado con la norma jurídica que estrictamente debe aplicarse a la


controversia no provoca la invalidación de la demanda, porque el magis-
trado que conoce del proceso está obligado a Procurarse el conocimiento
de la norma legal que resulte aplicable al caso concreto. Es por ello que
la sola mención de la regla jurídica es suficiente Para cumplir con el
requisito legal de la fundamentación jurídica del petitorio de la demanda.

El error en tal mención no impide la sustanciación de la demanda,


debiendo el órgano jurisdiccional en la respectiva fase procesal, esto es,
al fallar la causa, subsumir los hechos alegados por las partes -los que
de ninguna manera pueden ser variados por el itzgador- en la norma
jurídica aplicable a tales hechos. En otras palabras, corresponde al jtez
decidir el conflicto de intereses debatido en el proceso, Para lo cual
aplica la norma que regule la relación material objeto del pleito y que
contemple, pues, la consecuencia jurídica de dicha relación, que, al final
de cuentas, es lo que busca alcanzar el actor con su demanda.

En octavo lugar, el monto del petitorio, salvo que no pudiera esta-


blecerse. La fijación del valor del petitorio tiene que ser exacta. Además,
si hubiere varios rubros, estos deben ser precisados, así como también
debe fijarse detalladamente la cuantía de cada rubro.

Naturalmente, la carga del actor de señalar el monto del petitorio


no opera en la hipótesis de que no pueda fijarse dicho monto, o cuando
la determinación del monto del petitorio estuviera sujeta a elementos
todavía no fijados y la interposición de la demanda fuese necesaria para
impedir la prescripción de la acción.
La determinación del monto del petitorio es una cuestión muy
importante a fin de establecer la competencia del juez que conocerá del
proceso, siempre que el factor de la cuantía sea el criterio preponderante
para fijar la competencia judicial. En este caso, es de resaltar que el ar-
tículo 5" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo prescribe que la cuantía
está determinada por la suma de todos los extremos contenidos en la
demanda, tal como hayan sido liquidados por el demandante y que los
intereses, las costas, los costos y los conceptos que se devenguen con
posterioridad a la fecha de interposición de la demanda no se consideran
en la determinación de la cuantía.

278
Acru¡.croN¡s Pnocrsnrrs

La Nueva Ley Procesal del Trabajo, en el literal a de su artículo 16o,


establece claramente como requisito de la demanda que en esta debe
señalarse, en aquellos casos que corresponda, el monto total del petitorio.
La referida norma prescribe también que debe indicarse el monto del
petitorio de cada uno de los extremos que integren la demanda. Resulta
importante tener presente, además, que el actor tiene la potestad de incluir
en la demanda, de manera expresa, su pretensión de reconocimiento de
los hónorarios que se pagan con ocasión del proceso laboral.

En noveno lugar,la indicación de la vía procedimental que corres-


ponde a la demanda. Constituye requisito de la demanda que se señale
la vía procedimental en que debe tramitarse la demanda, que puede
ser una de estas:

Vía de proceso ordinario laboral, reguladas en los artículos 42"


al 47" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.
Vía de proceso abreviado laboral, contemplado en los artículos
48" y 49'de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Vía de proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos,


prevista en los artículos 50" al 53" de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo.

Vía del proceso de ejecución, prescrita en los artículos 57" al


63' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.
En décimo lugar,los medios probatorios. El requisito de la deman-
da de ofrecer los medios de prueba conjuntamente con ella resulta ser
sumamente importante para el trámite del proceso, ya que mediante
los actos procesales posteriores el órgano jurisdiccional que conoce
de la causa determinará la pertinencia de tales medios probatorios y
dispondrá su actuación en la audiencia respectiva. Se fundamenta el
aporte de las pruebas en los actos postulatorios (demanda y contesta-
ción), porque de esa manera se impide que se promueva un proceso
o que se continúe con el mismo cuando la pretensión es manifiesta-
mente insustentable por no poderse acreditar en el proceso los hechos
invocados por las partes.

279
Ox¡.r VÍcron Ávnros Jen¡

Finalmente, en undécimo lugar,la firma del demandante o de su


representante o de su apoderado, y la del abogado' Con relación al le-
trado, hay que recordar que su firma solo constituirá un requisito de
la demanda en los casos en que la ley exige la defensa cautiva, pues
existen otros en que no es necesario, como ocurre con lo regulado en
el último párrafo del artículo 16o de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

La demanda tiene que estar suscrita por el actor y por su representan-


te o apoderado, de lo contrario carecería de toda validez. Naturalmente,
existe una salvedad, y se presenta en aquel caso en el que el accionante
es una persona analfabeta. En este último caso dicho sujeto no podrá
firmar, sino que estampará su huella digital, lo cual debe ser efectuado
ante el secretario cursor a efectos de que esta la pueda certificar.

Sobre el particular, el artículo 131" del Código Procesal Civil esta-


blece que los escritos serán firmados debajo de la fecha, por la parte, el
tercero legitimado o el abogado que 1o presenta; no obstante, en caso la
parte o tercero legitimado no sepa firmar, pondrá su huella digital, la
que será certificada por el auxiliar jurisdiccional respectivo.

La firma en un determinado escrito significa la manifestación del


suscribiente de hacer suyo el contenido del referido escrito, de que lo
expuesto en él representa su voluntad. Además, con la firma o con la
huella digital, según el caso, se establece la identidad del autor del escrito,
que garantiza la seriedad regular del proceso. Solo cuando aparece la
firma en el escrito o la huella digital, es que este último adquiere validez
y logra idoneidad para producir los efectos a los que aspira su autor.
En lo que concierne a la firma del letrado patrocinante como re-
quisito de la demanda, cabe indicar que' Por lo general, la demanda,
como todo escrito debe estar firmada por abogado en virtud de la
defensa cautiva. Al respecto, el artículo 132" del Código Procesal Civil
prescribe que el escrito debe estar autorizado por abogado colegiado con
indicación clara de su nombre y número de registro; de lo contrario no
se le concederá trámite.

No obstante, conforme se desprende del último párrafo del artículo


16" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, se establecen ciertas excep-
ciones con relación a la asistencia de un letrado.

280
AcruecroN¡s PRocpsrLEs

Así tenemos que tratándose de prestadores de servicios de na-


turaleza laboral, formativa, cooperativista y administrativa, tienen la
potestad de comparecer al proceso como parte demandante sin que se
les exija contar con abogado patrocinante, siempre y cuando el valor
total de lo que se reclame en la demanda no exceda las 10 Unidades
de Referencia Procesal.

Si el valor de lo reclamado en la demanda por los prestadores de


servicios de naturalezalaboral, formativa, cooperativista y administrativa
supera las 10 Unidades de Referencia Procesal pero no excede de las 70
Unidades de Referencia Procesal, y aquellos presentasen su demanda sin
que esté autorizada por algún letrado, entonces, corresponderá al órga-
no jurisdiccional que conoce del pleito el determinar si los nombrados
comparecen al proceso con asistencia de un abogado patrocinante o sin
ella. Obviamente, la decisión judicial respecto de la necesidad o no de
contar con un letrado que represente a la referida parte demandante
dependerá de las circunstancias de cada caso en particular. Por ejem-
plo, si el prestador de servicios demandante es una persona de escasa
instrucción, consideramos que la decisión judicial debe inclinarse en el
sentido de que sea asistido por un letrado. Además, no podemos dejar
de mencionar que, tratándose de la madre gestante, el menor de edad
y la persona con discapacidad que trabajan, la Nueva Ley Procesal del
Trabajo les concede el derecho a la defensa pública, regulada por la Ley
N" 29360, Ley del Servicio de Defensa Pública, y por su Reglamento,
aprobado por el Decreto Supremo N" 0I3-2009-JUS.

Ahora bien, si el valor de lo reclamado en la demanda por los


prestadores de servicios de naturaleza laboral, formativa, cooperativista
y administrativa supera las 70 tlnidades de Referencia Procesal, aquellos
deberán comparecen al proceso necesariamente con la asistencia de un
abogado patrocinante.

Debe recalcarse que si legítimamente los prestadores de servicios


de naturaleza laboral, formativa, cooperativista y administrativa compa-
recen al proceso sin la asistencia de un abogado patrocinante, entonces,
su demanda debe ajustarse al formato que para dicho acto procesal
hubiere aprobado el Poder ]udicial. Es decir, no será posible accionar si
no se emplea el formato de demanda, incluso así se presente un escrito

281
Oxnr VÍcron Averos fenn

que contenga todos los campos del formato. La norma es clara, y exige
para estos casos la utilización exclusiva de los formatos aprobados por
el Poder Iudicial.

3. Uw punro A RESALTAR: LA DETERMINAcIóN cLARA Y PREcI-


sA DEL PETITORIO EN tOS CASOS QUE CORRESPONDA
Hemos querido darle notoriedad a este Punto en la medida que
con la Ley N' 26636, se han venido dando una serie de problemas en la
medida que dicha ley establece en el numeral 5 de su artículo 5" que la
demanda se presenta por escrito y debe cumplir con determinar clara y
concretamente el petitorio contenido, con indicación de montos cuando
los derechos tengan naturaleza económica o expresión monetaria.

Ello ha dado lugar a que los jueces laborales exPongan interpreta-


ciones dispares, a tal punto que unos exigen que se liquiden de forma
precisa y clara todos y cada uno de los concePtos que comPrenden el
petitorio, mientras que unos más flexibles entendiendo que dicho man-
dato judicial es aplicable en la medida de lo posible.

En los procesos laborales es muy común que cuando se plantea una


demanda que acumula varias pretensiones o cuyo petitorio es complejo,
la parte emplazada proponga la excepción de oscuridad o ambigüedad
en el modo de proponer la demanda con la finalidad de que el juez no
pueda pronunciarse sobre el fondo. No decimos que ello sea siempre lo
correcto o lo más ético, sino que es simplemente lo que ocurre.

Yes que si bien el requisito de admisibilidad referido a la deter-


minación clara y concreta del petitorio es claro en cuanto a su cumpli-
miento, existen casos en los que al trabajador se le hace casi imposible
cumplir con ello, pues los elementos necesarios para cumplir con tales
exigencias obran en poder el empleador.

Uno de estos casos es el referido al pago de utilidades. Como bien


sabemos, se trata de un derecho consagrado por nuestra Constitución
y, por ende, irrenunciable. Legislativamente, es desarrollado por el
Decreto Legislativo No 982, que regula el derecho a las utilidades por
parte de los trabajadores adscritos al régimen laboral de la actividad

282
Acru^rcroNns PnocssA,tns

privada, norma que establece la forma y el modo en que este derecho


ie determina, indicando en su artículo 2o que este derecho será calcu-
lado en un 50% en función de los días laborados por cada trabajador y
en otro 50%o en proporción a las remuneraciones de cada trabajador, y
en su artículo 7o que la empresa se encuentra obligada a efectuar una
liquidación, en la que de forma precisa explique cuál ha sido la forma
en que ha sido calculada.

En cuanto esto último, no tiene otra razón diferente a que es jus-


tamente la entidad empleadora quien sabe cuál ha sido su renta anual,
cuántos trabajadores ha incluido o forman parte de su planilla y cuánto
ganan cada uno de ellos, datos indispensables para poder determinar
con precisión el monto de las utilidades de la empresa. Además, es la
empresa la que cuenta con las herramientas necesarias Para determinar
de forma especializada -es decir, con un contador- cuál es el monto
que le corresponde pagar a cada trabajador en calidad de este derecho,
que incluso tiene reconocimiento constitucional, como ocurre con lo
estipulado en el artículo 29" de nuestra Norma Fundamental.

En este sentido, si aplicamos una lectura simplista y estricta de la


norma, nos preguntamos, ¿cómo puede el trabajador saber el monto
que le corresponde por concepto de utilidades? Y lo que es Peor, ¿cómo
puede determinarlo y liquidarlo en su demanda?

Consideramos que es casi imposible que el trabajador pueda sa-


ber con precisión lo que le corresponde por concepto de utilidades,
pues como bien sabemos, Para tal fin es necesario: a) conocer la renta
anual, b) de ser el caso, haber compensado las pérdidas de los ejerci-
cios anteriores, c) conocer el número total de trabajadores y d) saber
a cuánto asciende la remuneración de cada uno de estos trabajadores,
entre otros.
Entonces, ¿no es el empleador quien debe determinar el monto a
pagar?

Alguna vez un j:uez de trabajo nos manifestó que para cumplir con
el requisito, el trabajador debería consignar cualquier monto incluso uno
totalmente desatinado ¡ luego, durante el proceso se ajustaría a lo que
corresponda; sin embargo, nuestra respuesta fue que ello no es nada

283
Oxnr VÍcron Áveros Jene

ético ¡ además, suponía convalidar una de lás grandes deficiencias de


la norma en cuestión.

Y es correcto, no por satisfacer una cuestión formal se deben


quebrantar algunos principios del proceso, entre ellos, principalmente,
el de probidad.

Recientemente, en un proceso sobre pago de beneficios laborales,


un juez de uno de los primeros juzgados laborales de la ciudad de Lima
suspendió la audiencia única porque, a solicitud y según la abogada de
la empresa demandada, en la demanda no se había liquidado el monto
correspondiente por utilidades, solo se incluyó como parte del petitorio
y se señaló que en su momento el empleador debía liquidarlo. La parte
demandante insistió con su argumento señalando que legalmente le
corresponde al empleador liquidar obligación, siendo que además la
demandante solicitó en la demanda la exhibición de las declaraciones
del Impuesto a la Renta de la demandada. En dicha audiencia, el juez
concedió tres días a la parte demandante para que liquide de forma
precisa y concreta el monto peticionado por utilidades o, de ser el caso,
retire el pedido de utilidades de su petitorio.

Dentro del plazo, la parte demandante fündamentó el por qué ella


se encontraba imposibilitada de liquidar de forma precisa y concreta el
petitorio, indicando para tal efecto que no tenía conocimiento alguno
de cuál era la renta anual de su empleadora, cuál era en número total
de trabajadores -máxime si esta empresa contaba con más 150 personas
que le prestaban servicios y muchos de ellos eran informales- ¡ lo que
era más difícil de saber, a cuánto ascendía la remuneración de cada uno
de los trabajadores de la demandada. Sorprendentemente, en la conti-
nuación de la audiencia el juez señaló que el pago de utilidades no era
un punto controvertido debido a que la parte demandante no cumplió
cabalmente con el mandato establecido en el numeral 5 del artículo
15" de la Ley Procesal del Trabajo. Ante ello y con mucha indignación
al no poder contradecir argumentos extrajurídicos, el demandante y
su abogado optaron por no apelar tal decisión, pues ello dilataría el
proceso aun más de lo ya acaecido. No obstante, se dejó constancia de
la arbitrariedad y de la paupérrima interpretación que el juez le dio a
la norma en cuestión.

284
Actuector¡ss Pnocts¡.trs

Es claro que, a pesar de que la norma tenga deficiencias, los opera-


dores de justicia deben aplicar las normas de manera razonable y siempre
ponderando los derechos constitucionales (debido proceso y tutela juris-
diccional efectiva), en la medida que el juez no es un simple operador o
transcriptor del derecho, un ser mecanizado; por el contrario, es un ser
humano -susceptible de cometer errores- que aplica el Derecho conforme
ala razón (razonabilidad y racionabilidad). Al aplicar o evaluar cualquier
medida o acto procesal, el juez debe hacerlo siempre apreciando razo-
nablemente el contexto o escenario del proceso ¡ sobre la base de ello,
determinar su accionar. Si no fuese así, lamentablemente, no estaríamos
frente a un director del proceso, sino frente a un mero tramitador de é1.

Entonces, en estos casos, no dudamos que la demanda debe ser


admitida con tan solo la explicación de forma precisa y clara de los datos
que puedan ser brindados por el trabajador demandante en la medida
de sus posibilidades, ya que de otro modo, al cargar la responsabilidad
probatoria al trabajador, se estaría generando una especie de trabatrstl y,
más aún, lo que parte de la doctrina procesalista más connotada llama
"prueba diabólica"tts2l.

En este sentido, a efectos de dar cumplimiento a lo establecido en el


numeral 5 del artículo 15" de la Ley N' 26636, no se trata de consignar
cualquier monto exagerado o reducido, sino, por el contrario, brindar la
información más precisa, objetiva y certera posible con la finalidad de
que se pueda resolver la litis de la manera más objetiva y justa posible,
acercándose en la medida de lo posible a la justicia absoluta, lo que
justamente solo podría lograrse exigiéndole al empleador demandado
que pueda determinar el monto a pagar por concepto de utilidades.

[1511ParafraseandoalprofesorELfAsMANTERo,Fernando,"Algunasconsideracionessobrelaprue-
ba y la actividad probatoria en el proceso laboral'l en Aportes para la reforma del proceso
laboral peruano, SPDTSS, Lima, 2005, pp,107-178.
tl521 El concepto de"prueba diabólica"ha sido desarrollado por nuestroTribunal Constitucio-
nal en la sentencia recaída en el Expediente N" 06135-2006-PA/TC al señalar lo siguiente:
"Tal exigencia constituye un típico caso de'prueba diabólicai dado que significa exigir
[...] una prueba de difícil e, incluso, imposible acreditación, pero ello no por su inexisten-
cia, sino por el considerable grado de dificultad que implica su obtención" (las cursivas
son nuestras).

285
Oxer VÍcron Averos fen.l

A la luz del mencionado artículo l5o, los datos que consideramos


debían ser aportados necesariamente por el trabajador demandante son:
a) los periodos solicitados, b) los días laborados y c) las remuneraciones
vigentes en ese entonces, pues sí es de su conocimiento.

Ahora bien, a efectos de saber cuál es la renta de la empresa de-


mandada, indudablemente, esta deberá exhibir sus declaraciones anuales
del Impuesto a la Renta, ya que solo a través de ese medio probatorio se
conocerá cuál es la base imponible para deducir el porcentaje a distribuir.

Por lo expuesto, la norma dál mencionado artículo 15' no debía


ser entendida en términos estrictbs ni simplistas, sino por el contrario
ser interpretada en el escenario en que el trabajador se encuentra en
la capacidad y posibilidad de satisfacer tales requisitos. Creemos que
en aplicación del principio pro actione, el juez debe preferir por la
continuación del proceso antes que su extinción. Al margen de ello,
es importante tener en consideración lo que señala Pasco Cosmópolis
cuando afirma que "las normas, tanto procesales, cuanto sustantivas,
deben contener presunciones eficaces que aligeren o alivien al trabaja-
dor la necesidad de probar y permitan al juez resolver a su favor por
su solo m¿ri1o"[t531. Igualmente, es importante tener en consideración
que el Derecho procesal del trabajo no puede ser entendido como un
Derecho que nada tiene que ver con el Derecho sustantivo laboral, por
el contrario, representa su expresión.

Con el presente comentario hemos querido desnudar una de las


grandes deficiencias de la norma o de su interpretación estricta. No
dudamos que es el trabajador el que debe ser preciso y claro cuando
demanda sus derechos, sin embargo, estimamos que en virtud del prin-
cipio de razonabilidad el juez debe interpretar las normas en cuestión de
forma flexible, dando preferencia por la tramitación del proceso, pues
es justamente allí donde se podrá saber si existe o no el derecho. En
este caso, no es posible exigirle al trabajador determinados datos que
le son imposibles de aportar, máxime si estos datos si obran en poder

fl53l Pos.oCosr"rónous,"La celeridad procesal: ¿undesiderótum, una entelequi a?",cit.,p.269.

286
Acru^rcIoNEs Pnoc¡s¡,res

del empleador, ya que ello supondría "atarlo de manos" en aras de la


defensa de sus derechos.

Ahora bien, es importante resaltar que la Ley N" 29497' Nueva Ley
Procesal del Trabajo, al parecer subsana esta deficiencia, pues en su artí-
culo 16o señala que en la demanda "debe incluirse, cuando conesponda,la
indicación del monto total del petitorio, así como el monto de cada uno
de los extremos que integran la demanda" (las cursivas son nuestras), lo
que para nosotros supone que no siempre el trabajador deberá liquidar
su pétitorio, sino que lo hará cuando esté en las condiciones de hacerlo.

Y decimos al parecer, Pues esperemos que esta disposición sea


interpretada adecuadamente Por nuestros jueces, y no sea entendida de
forma desatinada. Confiamos que será entendida con mucho criterio y
en concordancia con los principios del Derecho del trabajo.

4. LeTonUaDELADEMANDA
Al no señalar nada sobre el particular, y no ser incompatible, al
nuevo proceso laboral le resulta de aplicación el artículo 131'del Código
Procesál Civil referido a la forma de los escritos, incluida la demanda.

En este sentido, según dicha norma, el escrito que se presente al


proce.so se sujeta a las siguientes regulaciones:

- es escrito en máquina de escribir u otro medio técnico;


- se mantiene en blanco un espacio de no menos de tres centí-
metros en el margen izquierdo y dos en el derecho;
- es redactado por un solo lado y a doble espacio;
- cada interesado numerará correlativamente sus escritos;
- se sumillará el pedido en la parte superior derecha;
- si el escrito tiene anexos, estos serán identificados con el número
del escrito seguido de una letra;
- se usa elidioma castellano, salvo que la ley o el juez, a pedido
de las partes, autoricen el uso del quechua o del aymara;

287
Oxer VÍcron Áv¡ros J¡ne

la redacción será clara, breve, precisa y dirigida al juez del


proceso ¡ de ser el caso, se hará referencia al número de la
resolución, escrito o anexo que se cite; ¡
si el escrito contiene otrosíes o fórmulas similares, estos deben
contener pedidos independientes del principal.

5. Los erunxos DE LA DEMANDA


En lo que se refiere a los anexos de la demanda, en aplicación del
artículo 16" de la Nueva Ley Procesal de Trabajo, bajo comentario, resulta
pertinente al proceso laboral lo señalado en el artículo 425" del Código
Procesal Civil, el cual prescribe que a la demanda debe acompañarse
los siguientes anexos:

- Copia legible del documento de identidad del demandante ¡ en


su caso, del representante. Constituye, pues, anexo de la deman-
da, acompañar el Documento lt{acional de Identidad, carné de
extranjería o pasaporte, según el caso, de la parte demandante
o de quien ejerce su representación.
- El documento que contiene el poder para iniciar el proceso,
cuando se actúe por apoderado. En este anexo de la demanda
deben constar las correspondientes facultades especiales de
representación que tiene el apoderado.

- La prueba que acredite la representación legal del demandante,


si se trata de personas jurídicas o naturales que no pueden
comparecer por sí mismas. Este anexo de la demanda puede
estar conformado, por ejemplo, por la escritura púbiica en
que conste la representación de la persona jurídica, por la
copia legalizada del acta de sesión de directorio o de junta
de socios en la que se recoja la representación de la persona
jurídica, copia certificada de la sentencia final del proceso de
interdicción inscrita en el Registro de Personas Naturales (si
se trata de un mayor de edad incapaz), copia certificada de
la partida de nacimiento (si se trata de un menor de edad),
entre otros documentos.

288
Actu¡.cloN¡,s PnocEs¡rrs

- La prueba de la calidad de heredero, cónyuge, curador de bie-


nes, administrador de bienes comunes, albacea o del título con
que actúe el demandante, salvo que tal calidad sea materia del
conflicto de intereses y en el caso del procurador oficioso. Este
anexo resulta prácticamente inaplicable al proceso laboral.

- Todos los medios probatorios destinados a sustentar su petitorio,


indicando con precisión los datos y lo demás que sea necesario
para su actuación. A este efecto acompañará por separado pliego
cerrado de posiciones, de interrogatorios para cada uno de los
testigos y pliego abierto especificando los puntos sobre los que
versará el dictamen pericial, de ser el caso. Solo la primera
parte de este inciso resulta de aplicación al proceso laboral,
po.q.t. el artículo 16" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
exime al actor de acompañar pliego cerrado de posiciones
para la parte demandada, pliego de interrogatorios para los
testigos y pliego que determine los puntos de la pericia que
se ofrezca. No obstante, el accionante tiene la obligación de
precisar la finalidad de cada medio probatorio que ofrezca en
su escrito de demanda.

- Los documentos probatorios que tuviese en su poder el de-


mandante. Si no se dispusiera de alguno de estos, se descri-
birá su contenido, indicándose con precisión el lugar en que
se encuentran y solicitándose las medidas pertinentes para su
incorporación al proceso.

Las medidas en mención no son otras sino la exhibición de


documentos, siendo importante tener en cuenta, además del
artículo 27" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo' referido a
la exhibición de planillas y que se verá en su oportunidad, lo
normado en el artículo 259" del Código Procesal Civil, que
prescribe que los terceros solo están obligados a exhibir los
documentos que pertenezcan o manifiestamente incumban
o se refieran a alguna de las partes. También hay que tener
presente lo dispuesto en el artículo 260" de la misma norma
adjetiva, que señala que puede ordenarse la exhibición de los
documentos de una Persona jurídica o de un comerciante,

289
Ox¡,r VÍcron Avrlos hn¡

dando el solicitante la idea más exacta que sea posible de


su interés y del contenido. La actuación se limitará a los
documentos que tengan relación necesaria con el Proceso.
La exhibición se tiene por cumplida si se acompañan copias
completas debidamente certificadas de los documentos orde-
nados. Si la exhibición está referida a documentos públicos se
cumple con ella dando razón de la dependencia en que está
el original. A pedido de parte y en atención al volumen del
material ofrecido, el juez puede ordenar que la exhibición se
actúe fuera del local del juzgado.

- Finalmente, debe precisarse que el requisito que consta en el


numeral 7 del artículo 425" del Código Procesal Civil no es
exigible para el proceso laboral, en la medida que este no se
condiciona a que previamente se lleve a cabo una conciliación
de conformidad con la Ley N' 26972, Ley de Conciliación.

nFt.l70.- AlmlslÓn de la delnanla

El juezverifica el cumplimiento de los requisitos dela demanda


dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes de recibida. Si ob-
serva el incumplimiento de alguno de los requisitos, concede al
demandante cinco (5) días hábiles para que subsane la omisión
o defecto, bajo apercibimiento de declararse la conclusión del
proceso y el archivo del expediente. La resolución que disponga
la conclusión del proceso es apelable en el plazo de cinco (5)
días hábiles.
Excepcionalmente, en el caso de que la improcedencia de la
demanda sea notoria , el juezla rechaza de plano en resolución
fundamentada. La resolución es apelable en el plazo de cinco
(5) días hábiles siguientes.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artfculos 3640, 3680, 4260 y 4270.
- Nueva Ley Procesal del Trabaio: artlculos 1 6o y 20".

290
Acrueclo¡¡Es Pnoc¡s¡t¡s

Comentario

L. Lr enutsrór.r oE tA DEMANDA
Una vez presentada la demanda ante el órgano jurisdiccional, este
debe proveer a su objeto, cual es la apertura de un proceso. Con tal
finalidad, eL juez debe hacer, en principio, un juicio de admisibilidad,
examinando si la demanda reúne los requisitos formales y de procedencia
exigidos legalmente, para lo cual tiene un plazo de cinco días hábiles
que se computan desde que recibió la demanda.

Si la demanda cumple con los requisitos de admisibilidad y se


acompaña de los anexos exigidos por el ordenamiento jurídico, eL juez
la admitirá y dispondrá su traslado al demandado. Esto significa que
el órgano jurisdiccional da curso a la demanda, admitiéndola, fijando
el tipo de proceso de que se trate y ordenando que sea puesta en cono-
cimiento de la contraparte, para 1o cual se Ie emplaza a efectos de que
comparezca al proceso y exponga sus argumentos de defensa, si así lo
estima pertinente.

Como se aprecia, la demanda debe ser examinada cuidadosamente


por el juez y en forma previa con el objeto de decidir si se abre la se-
cuela procedimental. El magistrado verificará su competencia, las formas
extrínsecas, y la clase de proceso en que se sustanciará la demanda.
De esta manera, el juzgador determina su habilidad para conocer del
proceso, la regularidad o aptitud formal de la demanda para iniciar un
proceso y la idoneidad de la misma para tener [a posibilidad de que se
dé una solución favorable en su oportunidad, vale decir, en la sentencia.
El juez analizará, en suma, si se cumplen los presupuestos procesales y
las condiciones de la acción.

La demanda será declarada admisible cuando esta tiene virtualidad


para abrir la instancia e introducir las pretensiones del actor en el pro-
ceso, lo que no guarda relación con el posterior amparo o desestimación
de aquéllas en el fallo definitivo. La admisión de la demanda es el acto
procesal por el cual el magistrado acepta la demanda interpuesta y dis-
pone que se le dé el trámite respectivo. Además de tal pronunciamiento,

29l
Ox¡l Víc'ron Áveros Jnnn

el órgano jurisdiccional ordena el traslado de la demanda al demandado


con los correspondientes anexos.

Si al calificar la demanda el juez advierte que no se ha observado


algún requisito o se ha hecho en forma defectuosa, entonces, otor-
gará al actor un plazo de cinco días hábiles, computados a partir de
la notificación respectiva, para que cumpla con subsanar la omisión
o defecto en que hubiere incurrido. La concesión del referido plazo
se hace conjuntamente con el apercibimiento de le¡ en el sentido de
disponerse la conclusión del proceso y el archivamiento del expediente
en caso de no subsanarse el requisito de la demanda omitido o defec-
tuosamente cumplido.

Si el actor cumple con subsanar la demanda dentro del plazo con-


cedido, el juez declarará admisible la demanda y ordenará su traslado
al demandado para que comparezca al proceso.

Si el accionante, en cambio, no cumple con subsanar el requisito


omitido o defectuosamente cumplido, entonces, el juez hará efectivo el
apercibimiento de ley en el sentido de declarar inadmisible la demanda,
disponiendo la conclusión del proceso y que se archive el expediente del
mismo, lo que, dicho sea de paso, no obsta que, una vez culminado el
proceso por dicha causa, el accionante presente nuevamente su demanda,
pero esta vez cumpliendo con todos los requisitos y anexos exigidos por
la Ie¡ por cuanto la declaración de inadmisibilidad de la demanda no
tiene la autoridad de cosa juzgada.

La resolución que declara inadmisible la demanda y la conclusión


del proceso, con el respectivo archivamiento del expediente, puede ser
recurrida por el actor en vía de recurso de apelación, siempre que tal
medio impugnatorio sea formulado dentro de los cinco días hábiles
contados a partir de Ia notificación de la resolución que se pronuncia
por la inadmisibilidad de la demanda y conclusión del proceso. La
apelación será concedida, como es obvio, con efecto suspensivo, por
lo que la eficacia de la resolución recurrida queda suspendida hasta la
notificación de la resolución que ordena se cumpla lo dispuesto por el
superior jerárquico.

292
AcrurcroNts PnocEs¡tEs

2. Sosnn LA pRocEDENcIA DE LA DEMANDA


En lo que concierne a la procedencia de la demanda, que puede
ser decretada por el juzgador si lo considera así luego de calificar la de-
manda, debe tenerse presente lo normado en el artículo 427" del Código
Procesal Civil. Esta norma establece en qué supuestos la demanda será
declarada improcedente. Así tenemos:
- el juezdeclarará improcedente la demanda cuando el demandante
carezca evidentemente de legitimidad para obrar. Esta clase de
legitimidad supone que la relación jurídica procesal debe estar
integrada por aquellas personas que conforman también la
relación jurídica-material;
- el juez declarará improcedente la demanda cuando el deman-
dante carezca manifiestamente de interés para obrar. El interés
para obrar consiste en el interés jurídico concreto que mueve
al accionante a peticionar la intervención del Poder Judicial
para que este, mediante el fallo del juez respectivo, satisfaga
su pretensión contenida en la demanda. El interés para obrar
representa la invocación de contar con interés económico o
moral para exigir algo a alguien haciendo uso del aparato ju-
risdiccional;
- el juez declarará improcedente la demanda cuando advierta la
caducidad del derecho. La caducidad extingue el derecho v la
acción correspondiente;
- el juez declarará improcedente la demanda cuando carezca de
competencia;
- eI juez declarará improcedente la demanda cuando no exista
conexión lógica entre los hechos y el petitorio. Esto significa que
los hechos alegados por el actor no tienen vinculación alguna
con lo que reclama o cuando tales hechos son incompatibles
con las pretensiones exigidas en la demanda;
- el juez declarará improcedente la demanda cuando el petitorio
fuese jurídica o físicamente imposible; ¡ finalmente,
- el juez declarará improcedente la demanda cuando contenga
una indebida acumulación de pretensiones.

293
Oxel VÍcron Av¡los Jnn¡

3. Sosnn LA TMpRocEDENCTA DE LA DEMANDA


Cabe indicar que en el proceso laboral, el órgano jurisdiccional se
encuentra autorizado para rechazar de plano la demanda, ordenando
la conclusión del proceso y el archivamiento del respectivo expedien-
te, en aquellos casos excepcionales en que aprecie que la demanda es
notoriamente improcedente. Como se observa, el rechazo liminar de la
demanda tiene un carácter excepcional y está condicionado, primero,
a que sea ostensible la causal de improcedencia de la demanda, vale
decir, que no deje lugar a dudas por ser incuestionable, tal como sería
el caso, por ejemplo, en que el derecho del actor ha caducado, o cuando
el petitorio es jurídicamente imposible; y segundo, a la motivación ade-
cuada del rechazo liminar de la demanda, pues el juez debe explicar las
razones de hecho y de derecho que lo impulsan a desestimar de plano la
demanda, rechazo que, puntualizamos, debe sustentarse en el hecho de
haberse configurado el elemento tipificante de una norma legal referida
a la improcedencia de la demanda.

La resolución judicial que se pronuncia por el rechazo liminar o de


plano de la demanda por estar inmersa, en forma notoria, en una causal
de improcedencia, es susceptible de ser recurrida en vía de recurso de
apelación, que debe ser planteado dentro de los cinco días hábiles de
notificado el actor con la resolución que rechaza de plano su demanda
y dispone la conclusión del proceso. El citado medio impugnatorio será
concedido, como no puede ser de otra manera, con efecto suspensivo,
por lo que la eficacia de la resolución recurrida queda suspendida hasta
la notificación de la resolución que ordena se cumpla lo dispuesto por
el superior jerárquico.

Rpl.l80.- 0emanda d8 l¡ouidaclÓn de derecn0s lnflulduales

Cuando en una sentencia se declare la existencia de afecta-


ción de un derecho que corresponda a un grupo o categoría
de prestadores de servicios, con contenido patrimonial, los
miembros del grupo o categoría o quienes individualmente
hubiesen sido afectados pueden iniciar, sobre la base de dicha
sentencia, procesos individuales de liquidación del derecho

294
Acruecronns Pnocrs¡rns

reconocido, siempre y cuando la sentencia declarativa haya


sido dictada por el Tribunal Constitucional o la Corte Supre-
ma de |usticia de la República, y haya pasado en autoridad
de cosa juzgada.
En el proceso individual de liquidación del derecho reconocido
esimprocedente negar el hecho declarado lesivo en la sentencia
del Tribunal Constitucional o de la Corte Suprema de |usticia
de la República. El demandado puede, en todo caso, demostrar
que el demandante no se encuentra en el ámbito fáctico reco-
gido en la sentencia.

I Goncordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos 31o. 40o y 4'lo.

Comentario

1. Mooos DE EJERcITAR EL DEREcHo DE AccIóN

Ya nos hemos referido al derecho de acción y cómo este se mate-


rialíza a través de la demanda. Sin embargo, debemos precisar que no
necesariamente este derecho puede ejercitarse de manera personal o
incluso de forma individual.

Efectivamente, puede suceder que quien ha sido víctima de la


vulneración de un derecho no desee involucrarse en el proceso y no
demandar personalmente, en este sentido, le confiere representación
a un tercero para tal fin. También puede ocurrir que, como miembro
de un sindicato, este último accione en representación del trabajador.
Asimismo, puede darse el caso en que varios trabajadores, respecto de
los cuales ha acaecido la vulneración de sus derechos, decidan confe-
rirle representación a una sola persona que este actúe en el proceso en
interés y por cuenta de ellos. Otro supuesto podría ser aquel en el que
el sindicato acciona en representación, ya no de uno, si no de varios de
sus miembros que han sido sujetos de incumplimientos de obligaciones
laborales. Finalmente, puede presentarse la situación en que varios traba-
jadores afectados, que tienen una misma pretensión, decidan demandar
de forma personal, pero a la vez colectivamente.

295
Oxlr VÍcron Ávnros |ene

Todos estos casos se pueden dar en el proceso laboral, y el Código


Procesal Civil y la Nueva Ley Procesal del Trabajo los han regulado
bajo las figuras del apoderado judicial, de la representación sindical y
del litisconsorcio.

Siendo así, es lógico que si la demanda efectuada individualmente


es declarada fundada no existirá mayor inconveniente para su liquida-
ción, pues, para comenzar, fendrá que ser el mismo demandante o su
representante quien inicie el proceso de liquidación para efectivizar su
cobro; además, al ser un único demandante, esta liquidación deberá ce-
ñirse básicamente a la señalada en la demanda y teniendo consideración
lo amparado en la sentencia.
El problema evidentemente se presenta tratándose de demandas
con contenido patrimonial que correspondan a un grupo o categoría de
prestadores de servicios. Y decimos ello, porque en este caso se podría
asumir que es necesaria la participación de todas las personas que com-
ponen el grupo o la categoría para que pueda solicitarse la liquidación
¡ finalmente, se haga efectiva.
Por esa razón es que mediante el presente artículo se deja cla-
ramente establecido que no necesariamente el proceso de liquidación
de derechos reconocidos judicial o jurisdiccibnalmente deberá hacerse
con la participación de todos los demandantes, pues en defecto de ello
cada demandante puede iniciar proceso individuales, siempre y cuando
concurran dos condiciones: por un lado, que la sentencia declarativa
haya sido dictada por el Tribunal Constitucional o la Corte Suprema de
iusticia de la República, ¡ por otro lado, que haya adquirido autoridad
de cosa juzgada.

Ello quiere decir que si se trata de sentencias que han adquirido


la calidad de cosa j'tzgada, es decir, que son irrecurribles, pero que
han sido expedidas, por ejemplo, por una Sala Laboral o una Sala
Constitucional, no será de aplicación este artículo, debiendo iniciarse
los procesos de liquidación de derechos reconocidos colectivamente si
fueron promovidos de esa manera.

296
ActuacroNEs PRocEserss

2. DEltRNne DE tIeuIDAcIoN DE DEREcHoS INDIVIDUATES


En aquellos casos en que una sentencia declare que se ha afectado
un derecho subjetivo que concierne a un determinado grupo o categoría
de prestadores de servicios de naturaleza laboral, formativa, cooperativista
o administrativa, derecho que, dicho sea de paso, debe ser de contenido
económico o patrimonial, pues los derechos morales o personalísimos
no son transmisibles, las personas que integren dicho grupo o categoría,
o aquellas que individualmente resultaron afectadas, cuentan con legiti-
midad para promover procesos individuales de liquidación del derecho
reconocido en la referida sentencia.

Tal legitimidad está supeditada al hecho de que el actor o actores


deben sustentar su derecho en la sentencia declarativa en mención, referi-
da, como se dijera, a un grupo determinado de prestadores de servicios.

Adicionaln-rente, como va hemos dicho, se exige que la sentencia


hal a sido emitida por determinados órganos jurisdicciortales, en este caso
estamos hablando del Tribunal Constitucional y de la Corte Suprema
de ]usticia de la República, por lo que -en principio- si la sentencia es
expedida por un juzgado o sala constitucional o laboral no estaremos
ante la configuración del presente artículo. Y decimos en principio
porque resulta absurdo que una sentencia expedida por un juzgado o
sala constitucional o laboral que resuelve un proceso incoado por un
grupo de trabajadores, que reconoce derechos individuales y que ha
quedado consentida no pueda ser ejecutada y liquidada conforme al
presente artículo. Sencillamente no hay razón para ello. En este sentido,
si cualquier sentencia expedida por cualquier órgano jurisdiccional que
ha quedado consentida, incluso de diferentes jerarquías, tiene igual valor,
no se entiende el por qué de la diferencia.

Supongamos que ante un cese colectivo arbitrario el sindicato de


trabajadores demanda, mediante proceso de amparo, la restitución de
sus afiliados agraviados. En este caso, la demanda es interpuesta ante
el juzgado constitucional competente. Si luego de expedir la sentencia
correspondiente, la parte demandada no interpone el recurso de apela-
ción dentro del plazo que la ley le concede, la sentencia habrá quedado
consentida, adquiriendo la calidad de cosa |uzgada ¿Es que acaso los

297
Ox,cL VÍcrox Avelos l¡ne

trabajadores afectados no podrían demandar la liquidación de sus de-


rechos individuales para solicitar el pago de las remuneraciones deven-
gadas? ¿Cuál es la diferencia entre lafuerza obligacional de la sentencia
expedida por el juzgado constitucional o de aquella que pudo expedir
el Tribunal Constitucional? ¿Por qué quienes no han obtenido una sen-
tencia del Tribunal Constitucional o de la Corte Suprema deben seguir
un proceso más largo para la liquidación de sus derechos de contenido
patrimonial? Son preguntas que únicamente podrá responder el legislador.

Por último, y retomando Ia temática del presente artículo, es exigible


que la sentencia que declara haberse afectado un derecho correspondiente
a un grupo o categoría de prestadores de servicios, sea una sentencia que
cuente con la autoridad de la cosa iuzgada, vale decir, que se trate de
una resolución que, pronunciándose sobre el fondo, adquiere la calidad
de inmutable e irrevisable por ningún órgano judicial.

Teniendo en consideración que la mencionada sentencia goza de la


condición de cosa juzgaday que ha sido emitida por los máximos órganos
jurisdiccionales del país (Tribunal Constitucional y Corte Suprema de
|usticia de la República), es que en el proceso individual de liquidación
del derecho reconocido en dicha sentencia no cabe que el demandado
ni el propio juez del proceso nieguen el hecho declarado como lesivo
en la referida sentencia, pues ello implicaría, éntre otras cosas, vulnerar
la institución de la cosa juzgada.
Como se aprecia, tiene carácter vinculante para el magistrado que
conoce del proceso individual la sentencia que declara haberse afectado
un derecho correspondiente a un gruPo o categoría de prestadores de
servicios, y por ello debe aplicarse indefectiblemente.

El segundo párrafo del artículo 18" de la Nueva Ley Procesal del


Trabajo es claro en señalar que es improcedente de plano la negación
del hecho declarado lesivo, y esto es lógico por la simple razón de que
ello no está en discusión, pues eso ya fue resuelto previamente. Lo que sí
podría cuestionarse es si la sentencia le alcanza a quien individualmente
ha demandado la liquidación.

En efecto, el sujeto pasivo de la relación jurídica-procesal puede


defenderse de las alegaciones del demandante acreditando que a este

298
ActunctoNrs PRoc¡s¡,rrs

último no le resulta aplicable lo declarado en la sentencia, por no encon-


trarse en el ámbito fáctico al que está referida la sentencia del Tribunal
Constitucional o de la Corte Suprema de |usticia.
Tal hipótesis de contradicción, como se puede apreciar, no cues-
tiona en modo alguno el contenido de la sentencia que, en definitiva,
tiene carácter de precedente judicial respecto de los casos regulados en
el artículo que analizamos.

3. ¿QuÉ ES Lo euE HA DADo oRIGEN AL IREsENTE ARTícuLo?


Es indudable que lo que ha dado origen al presente artículo es el
conocido caso "Telefónica", resuelto por el Tribunal Constitucional en
la sentencia recaída en el Expediente N" IL24-2001-AA/TC, en el cual
si bien el Tribunal Constitucional resolvió declarar fundada la demanda
interpuesta por el Sindicato Unitario de Trabajadores de Telefónica del
Perú S.A. y la Federación de Trabajadores de Telefónica del Perú, en su
sentencia no especificó detalladamente quiénes eran los trabajadores a
los que alcanzaba la sentencia y debían ser repuestos.

Esto dio lugar a que cuando quienes se consideraban dentro de los


alcances de la sentencia solicitaban la reposición en el empleo, ella les
era negada alegándose que no estaba demostrado que se encontraban
dentro del supuesto fáctico de la sentencia, generando con ello una
controversia, la cual era aprovechada por los demandados para dilatar
el proceso el mayor tiempo posible. En buena cuenta, ello suponía que
debían acudir al proceso ordinario laboral para que en él el juez laboral
pudiera determinar si se encontraban dentro de los alcances de la sen-
tencia o no. Entonces, luego de muchos años es que recién podía surtir
reales efectos la sentencia del Tribunal Constitucional.

Ello se dio en la medida que en ese momento no existían los me-


canismos legales suficientes que permitieran solucionar y efeclivizar
rápidamente este tipo de inconvenientes, como lo es el presente artículo.

Esta norma asume a priori que el demandante sí se encuentra dentro


de los alcances de la sentencia, por lo que lo único que se encontraría
en discusión es saber a cuánto asciende el monto que le corresponde

299
Ox¡l Vícron Ava,los Jene

por el pago de sus derechos accesorios, básicamente el pago de las


remuneraciones y beneficios laborales devengados. En todo caso, si la
parte demanda considera que el demandante no tiene los derechos pe-
ticionados, deberá demostrar que no se encuentra en el ámbito fáctico
recogido en la sentencia.

4. Uru caso pARTIcULAR: LAS REposrcroNES MEDTANTE pRo-


CESO DE AMPARO Y Et PAGO DE LAS REMUNERACIONES Y BE.
NEFICIOS tABORAtES DEVENGADOS

Como hemos explicado, un supuesto muy especial se da en aquellos


casos en que mediante proceso de amparo, un grupo de trabajadores
logra acreditar la vulneración de ciertos derechos reconocidos constitu-
cionalmente y, como consecuencia de ello, son restituidos a sus puestos
de trabajo. El actual criterio imperante del Tribunal Constitucional indica
que si bien puede ordenar la protección y la reposición de las cosas ai
estado anterior antes de la violación o de la amenaza de violación, no
podría conceder derechos que no se condicen con la propia finalidad del
proceso de amparo, pues ello implicaría desnaturalizarlo. En concreto
nos referimos a las remuneraciones y beneficios laborales devengados,
que son una consecuencia natural de la restitución.

Desde nuestro espacio nosotros hemos sido muy críticos con esa
postura, pues entendemos que el Tribunal Constitucional, luego de
determinar la vulneración de los derechos señalados y ordenar su pro-
tección, bien podría disponer el pago; sin embargo, el máximo intér-
prete de nuestra Constitución no lo entiende así; es más, señala que las
remuneraciones y los beneficios laborales devengados tienen naturaleza
indemnizatoria, y siendo que el proceso de amparo es eminentemente
restitutorio, no podría conceder ese derecho. Criticable o no es el criterio
actual del Tribunal Constitucional.

Siendo así, sucede que en estos casos el grupo de trabajadores que


obtuvieron una sentencia que declara fundada su demanda, no tienen
otra salida que recurrir judicialmente a la vía laboral para reclamar el
derecho en cuestión.

300
AcruncroNEs Pnocrs¡rEs

Hasta antes de la entrada en vigencia de la Ley N" 29497, es de-


cir, con la Ley N' 26636, estos trabajadores debían iniciar un proceso
ordinario laboral, en donde sí era posible cuestionar y negar el hecho
declarado lesivo en la sentencia correspondiente, de tal manera que el
proceso resultaba complejo y podía extenderse por muchos años.

El ejemplo más claro de lo que decimos es el conocido caso "Tele-


fónica" resuelto por el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída
en el Expediente N" lI24-200I-AA/TC{ts4l. En aquel, el supremo intér-
prete de nuestra Constitución dispuso solo la reposición de todos los
trabajadores cesados en forma contraria a los alcances del derecho al
derecho, no pronunciándose acerca del pago de las remuneraciones y
beneficios laborales dejados de percibir.

A raíz de esto, muchos de los trabajadores involucrados optaron por


recurrir a la r'ía laboral mediante el proceso ordinario con la finalidad
de reclamar las remuneraciones v beneficios laborales devengados. Los
procesos en donde se ventilaron sus pretensiones duraron muchos años
e inclusive algunos aún siguen en espera. Es más, si bien es cierto que
muchas de estas demandas fueron declaradas fundadas, también lo es
que otras fueron declaradas infundadas, a pesar de que es más que
evidente que quien ha sido repuesto en su empleo tiene el derecho a
que se le paguen las remuneraciones y beneficios laborales que dejaron
de percibir durante todo el tiempo que duró el cese ilegítimo.

Y es que en concreto este ha sido una de las grandes deficiencias


de la Ley N" 26636, el de no prever un proceso especial de liquidación
de derechos reconocidos, lo que ha originado una serie de injusticias
traducidas en la ineficacia de las sentencias del Tribunal Constitucional.

Al parecer la Nueva Ley Procesal del Trabajo subsana de alguna


manera este problema, pues en su artículo l8o se refiere a que ya no
será necesario iniciar un proceso ordinario laboral para tal fin, sino
que se podrá iniciar un proceso de liquidación del derecho reconocido.

ll54lOtros.asospuedenverseenlassentenciasrecaídasenlosExpedientesNoss33O-2006-PA/
TC y 0s989-2004-PAfiC.

301
Oxel VÍcron Ave,ros fe,ne

Consideramos que la norma no es completa, pues esto no solo es


necesario en el caso de las demandas colectivas y las correspondientes
sentencias que reconocen la vulneración de derechos, también 1o es
tratándose de demandas individuales declaradas fundadas en procesos
de amparo no solo por el Tribunal Constitucional, sino por cualquier
instancia.

Art.lg0.- Rerul$lt0$ dc la c0nl8$laclún

La contestación de la demanda se presenta por escrito y debe


contener los requisitos y anexos establecidos en la norma proce-
sal civil, sin incluir ningún pliego dirigido a la contraparte,los
testigos o los peritos; sin embargo, debe indicarse la finalidad
de cada medio de prueba.
La contestación contiene todas las defensas procesales y de
fondo que el demandado estime convenientes. Si el demandado
no niega expresamente los hechos expuestos en la demanda,
estos son considerados admitidos.
La reconvención es improcedente.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: a rtfculos 1 30o,'l 3'l o, 1 32o, 4É'2", 4440, 4450 y 460'
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 23o, 61o y 650.

Comentario

1. La corurnsrAclóN DE LA DEMANDA
Si la demanda es una expresión del derecho a la tutela jurisdic-
cional y la representación material del derecho de acción, a través de
la cual el órgano correspondiente toma conocimiento de la probable
afectación de un derecho, la contestación de la demanda es una de la
expresiones del derecho de defensa y también es una manifestación
sustancial del derecho de acción. A diferencia de la primera, la segunda
no se encuentra dirigida a solicitar el reconocimiento o la protección
de un derecho, sino esencialmente a que quien ha sido demandado

302
ActuncroNss PnocrseLrs

pueda admitir o contradecir lo expuesto en la demanda, y de ser esto


último, ataque no solo la forma de ella, sino también el fondo de la
presunta controversia.

Como afirma Devis Echandía, "el demandante usa la demanda para


plantear su litigio, formular sus pretensiones y perseguir una sentencia
favorable, así también el demandado tiene un instrumento similar para
oponer sus defensas, ampliar el litigio y pedir la desestimación de las
pretensiones del primeroDlrssl.

La contestación de la demanda constituye, pues, aquel acto procesal


del demandado por el cual este fila su posición y se determina así los
términos de la controversia, pudiendo el nombrado admitir los hechos y
reconocer las pretensiones reclamadas por el actor, u oponerse a ellos, o
deducir defensas de forma, además de ofrecer la prueba correspondiente.

A través de la contestación de la demanda el sujeto pasivo de la


relación jurídica-procesal expresa la conducta que va a adoptar respecto
de las pretensiones del accionante y da respuesta a los hechos alegados
por el último, ya sea que se allane al petitorio del actor, o que lo recha-
ce en forma total o parcial -o que lo admita en forma total o parcial,
como se quiera- o que reconozca los hechos y el derecho o que niegue
los hechos y el derecho expuestos en la demanda.

La contestación de la demanda es, pues, la respuesta que da el


demandado a su contraparte, respuesta que puede tratarse de una opo-
sición parcial o total a la pretensión del actor o de una sumisión a las
exigencias del demandante (allanándose a la demanda o reconociéndola,
vale decir, admitiendo el petitorio solamente o tanto el petitorio como
los hechos que lo sustentan, respectivamente),

La contestación de la demanda comprende la aceptación o negación


de los fundamentos fácticos de la demanda y del petitorio, la formulación
de defensas formales como las excepciones y defensas previas, si es que
acaso no se deducen en forma aparte, y el ofrecimiento de medios de
prueba que consoliden la posición asumida por el accionado.

[15s] Dru,, EcHeruofe, Teoría general de proceso,l.ll, pp.487 y 488.

303
Oxlr VÍcron Ávelos Je,ne

La contestación de la demanda es un acto procesal del demandado


que adquiere suma irnportancia, por cuanto con ella queda delimitada
la cuestión controvertida objeto de debate en el proceso y el juez deberá
pronunciarse en la sentencia aceÍca de las pretensiones del demandante
y de las excepciones -en sentido lato- del demandado. La contestación
de la demanda cierra la fase introductiva de la instancia y determina la
cuestión litigiosa, pues los sujetos procesales principales fijan sus posicio-
nes en el proceso en la demanda y en su contestación. La contestación
de la demanda también fija los hechos que van a ser materia de prueba
por haber sido negados o controvertidos y tiene marcada influencia
respecto de la distribución de la carga de la prueba.

Como se ha podido apreciar, con motivo de la contestación de


la demanda, el demandado puede asumir en el proceso las siguientes
posiciones o actitudes:

Primera, el demandado no contesta la demanda. Si el accionado no


cumple con contestar la demanda dentro del plazo legal para ello, que
corre una vez que ha sido debidamente notificado de la misma, entonces,
incurre en rebeldía, creándose una suerte de presunción judicial relativa
o iuris tantum en contra del demandado y referida a la veracidad de los
hechos expuestos en la demanda.

Segunda, el demandado contesta la demanda negando los hechos


y el derecho en que se funda la demanda. En este caso, como es obvio,
no operará la mencionada presunción puesto que se han negado los he-
chos expuestos en la demanda. Cabe precisar que esta negación deberá
ser expresa, puesto que de lo contrario se entenderá que los hechos en
cuestión no han sido negados.

Tercera, el demandado reconoce los hechos expuestos en la deman-


da, pero niega el derecho alegado por el actor. De esta manera, tanto
el demandante como el demandado coinciden sobre el modo en que se
desarrollaron los hechos en que se basa la pretensión del actor, pero el
demandado le asigna a tales hechos una consecuencia jurídica distinta
a la estimada por el accionante. Estamos aquí, entonces, frente a lo que
se denomina una causa de puro derecho.

304
Actu¡.croNss Pnoc¡sRI-ss

Cuarta, el demandado reconoce la pretensión del actor, pero no los


hechos expuestos en la demanda, por lo que en este supuesto estamos
ante un allanamiento a la demanda.

Quinta,el demandado admite la pretensión contenida en la demanda


así como los hechos expuestos en ella, Io que implica un reconocimiento
de la demanda.

Sexta, el demandado deduce defensas formales como las excepciones


y defensas previas, que constituyen, por 1o general, artículos o incidencias
de previo y especial pronunciamiento judicial.

Séptima, el demandado reconviene, vale decir, contrademanda al


actor, formulando sus propias pretensiones frente al demandante en el
escrito de contestación de la demanda. Dicho sea de paso, esta hipótesis
no está permitida en el proceso laboral, pues según el último párrafo
del artículo 19" de la Nueva Lev Procesal del Trabajo, toda reconvención
que se plantee deviene en improcedente.

2, ExrcElcras LEGAIES euE DEBE REUNIR LA coNTEsTACIóN


DE LA DEMANDA

2.!. Formalidades que debe contener la contestación de


la demanda
Según se desprende del artículo que comentamos, en el proceso
laboral la contestación de la demanda se presenta por escrito y debe
contener, en principio, los mismos requisitos que se exigen para la de-
manda, salvo que no correspondiesen al acto procesal.

Al respecto, cabe indicar que es el artículo 424" del Código Procesal


Civil el que establece los requisitos de la demanda en general, por lo que
si adaptamos dicho esquema jurídico a la contestación de la demanda,
podemos decir que esta debe contener:

la designación del juez ante quien se interpone;

el nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio


procesal del demandado;

30s
Ox¡r Vícron Averos Jnn¡.

- el nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado


del demandado, si no puede comparecer o no comParece Por
sí mismo;

- el petitorio, que comprende la determinación clara y concreta


de lo que se pide;

- los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumerada-


mente en forma precisa, con orden y claridad;

- la fundamentación jurídica del petitorio;


- el monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse o no
correspondiese;

- los medios probatorios; y

- la firma del demandante o de su representante o de su aPo-


derado, y la del abogado. Si el demandado fuese analfabeto o
se encontrase imposibilitado de firmar, el secretario judicial
respectivo certificará su huella digital.

2.2. La exigencia, por parte el demandado, de negar ex'


presamente los hechos expuestos en la demanda, so
pena de presumirse la veracidad de ellos
Ahora bien, al contestar la demanda el demandado debe pronun-
ciarse respecto de cada uno de los hechos expuestos en la demanda. El
silencio, la respuesta evasiva o la negativa genérica deben ser apreciados
por el juez como reconocimiento de verdad de los hechos alegados.
En efecto, el artículo 19" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es
enfática al señalar que: "Si el demandado no niega expresamente los
hechos expuestos en la demanda, estos son considerados admitidos";
es decir, ante la negativa de contradecir los hechos, cualquiera fuese
la circunstancia, se presumirá iuris tantum que lo expresado en la
demanda es lo cierto.

El demandado se encuentra en la facultad de admitir o negar cada


uno de los hechos alegados por el actor en su demanda; sin embargo,

306
Actu¡cIoNss PnocssA,rss

en caso los negara, deberá hacerlo de forma clara y directa. Si el de-


mandado calla o responde de manera vaga o ambigua, o simplemente
niega los hechos sin hacer la más mínima precisión sobre el particular,
queda expuesto al reconocimiento de la veracidad de lo señalado por
el accionante en su demanda.

En aras del principio de moralidad o conducta procesal, por el


cual las partes ajustan su comportamiento a los deberes de probidad,
lealtad, veracidad y buena fe procesal, el demandado está en la obliga-
ción de reconocer o desmentir categóricamente los hechos afirmados
en la demanda. La respuesta evasiva, ambigua o confusa, hecha para
no comprometerse o para no negar lo innegable, así como la negativa
general efectuada para salir del paso, sin aportar ningún elemento nuevo
o corroborante en particular y carente de toda significación, presuponen
Ia ausencia total de negación de los hechos por parte del demandado,
incumpliéndose de este modo su deber de pronunciarse debidamente
sobre cada uno de los hechos expuestos en la demanda, aceptándolos
o negándolos uno por uno, debiéndose tener en consideración que la
obligación del demandado referida a tal pronunciamiento opera solo
tratándose de los hechos invocados por el actor que resulten ser lícitos
y pertinentes.
La negación de los hechos de la demanda ha de ser, pues, categórica
y explícita, o sea, debe referirse concretamente a cada hecho, lo contrario
supone una negación de carácter genérico o indeterminado.

Si el sujeto pasivo de la relación jurídica-procesal no se pronuncia


clara y tajantemente sobre cada uno de los hechos alegados por el actor
en su escrito de demanda y se limita a guardar silencio, a responder
en forma ambigua o imprecisa, sin significación alguna para la deter-
minación de los hechos, o simplemente a negar los hechos de manera
general, entonces, surge una suerte de presunción acerca de la conducta
procesal asumida por el accionado, consistente en que se presume en
forma relativa y no absoluta -presunción iuris tantum- la veracidad de
los hechos expuestos en la demanda, conforme indica el artículo 19" de
la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

307
Oxel VÍcron Áveros /ane

2.3. El derecho del demandado de admitir o negar de


cierta documentación con incidencia probatoria
Al contestar la demanda, el demandado debe reconocer o negar
categóricamente la autenticidad de los documentos que se le atribuyen,
o aceptar o negar, de igual manera, la recepción de documentos que
se alega le fueron enviados. El silencio puede ser apreciado por el juez
como reconocimiento o aceptación de recepción de los documentos.

Como se observa, el demandado tiene el deber de admitir u objetar


en forma terminante o decisiva, sin reticencias ni ambigüedades, la au-
tenticidad de los documentos que el accionante le atribuye en la demanda
como el sujeto que los extendió o elaboró o que tiene la condición de
responsable de tales documentos. Si los documentos están referidos a
terceros, es obvio que el demandado nada puede decir al respecto, por
lo que en este último supuesto no está obligado a reconocer o rebatir
su autenticidad.

Asimismo, el accionado tiene la obligación de admitir u objetar de


manera explícita la afirmación del actor respecto del hecho de haber
recibido algún documento. Si el demandado no admite o niega en for-
ma categórica la recepción de los documentos que el accionante alega
le han sido enviados a aquel, entonces, el juez puede considerar que
efectivamente los documentos en mención fueron recepcionados por la
parte demandada.

El silencio en este caso, puede dar lugar a que se presuma una


manifestación tácita de voluntad en el sentido de aceptar el deman-
dado la recepción de los documentos concernientes o que incumben
a este último.

A diferencia de lo analizado en el ítem anterior, el juez laboral no


tiene el deber de dar por cierta la autenticidad de los documentos o
que efectivamente han sido recepcionados. En este caso, se trata de una
facultad que queda sujeta a la discrecionalidad del juez.

308
AcruncroNss PnocrselE,s

2.4. La exposición de los hechos que sustentan la defensa

Al contestar la demanda, el demandado debe señalar todos aquellos


hechos que sirvan a la posición asumida en el proceso, la que, por lo
general, es de carácter defensivo. No basta así negar los hechos del
actor, por cuanto las objeciones que se hagan sobre el particular deben
ir de la mano con el relato de los hechos que afianzan tal posición,
que explican, desde el punto de vista del sujeto pasivo de la relación
jurídica-procesal, las circunstancias en que se desarrolló la relación
jurídica-material y los eventos que dieron lugar a lo que es objeto del
proceso.

El referido relato debe hacerse ordenadamente, de preferencia en


forma enumerada, atendiendo al orden secuencial de los hechos, seña-
lando solo aquellos que resulten pertinentes y útiles en defensa de la
postura del accionado.

Así, los hechos se expondrán en términos claros, con la mayor


precisión del caso, negando y/o admitiendo punto por punto lo ale-
gado por el actor, pudiendo el demandado, a efectos de sustentar su
postura procesal, invocar los hechos impeditivos o extintivos que
se hayan producido y que obsten o acaben con las pretensiones del
demandante.

2.5. El ofrecimiento de los medios probatorios


El demandado tiene el deber de ofrecer los medios de prueba que
acrediten los hechos que exponga en su escrito de contestación. Así, podrá
ofrecer como medios probatorios la declaración de parte, Ia declaración
de testigos, pruebas documentales, prueba pericial, etc.

Cuando el demandado ofrezca los medios de prueba en su escrito


de contestación a la demanda tiene que señalar todos los datos que sean
necesarios para su actuación.

Es de destacar que, conforme se desprende del artículo 19' de la


Nueva Ley Procesal del Trabajo, el demandado en el proceso laboral
se encuentra impedido de presentar algún pliego de interrogatorios

309
Oxnl VÍcroR Avnros Jnne

dirigido ya sea a la parte contraria, a los testigos o a los peritos. No


obstante, el demandado sí se encuentra obligado a señalar en su escrito
de contestación de demanda la finalidad que persigue respecto de cada
medio probatorio que aporte al proceso.

2.6. La firma del demandado o la de su representante o


la de su apoderado, y la del abogado
El artículo 131" del Código Procesal Civil establece que los escri-
tos serán firmados, debajo de la fecha, por la parte, tercero legitimado
o abogado que lo presenta; no obstante, efectúa la precisión de que si
la parte o tercero legitimado no sabe firmar o se encuentra impedido
para ello, pondrá su huella digital, la que será certificada por el auxiliar
jurisdiccional respectivo.

Por su parte, el artículo 132" del Código Procesal Civil indica que
la contestación de la demanda y los sucesivos deben estar autorizados
por abogado colegiado con indicación clara de su nombre y número de
registro, ya que de lo contrario no se Ie concederá trámite.

Debe hacerse la precisión que, tratándose del demandado, no se


establece ninguna excepción a la defensa cautiva, por lo que no importará
la cuantía o las condiciones particulares del caso; en este caso, siempre
será necesaria la participación de un abogado.

3. Los elrExos euE AcoMpAñAN A LA coNTESTAcTóN DE LA DE-


MANDA

En lo que atañe a los anexos del escrito de contestación de demanda,


se desprende del artículo 19' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo que
la contestación de la demanda debe contener los anexos establecidos en
el Código Procesal Civil.

Así tenemos que, en aplicación de los artículos 425" y 444 de dicha


norma adjetiva, a la contestación de la demanda, en el proceso laboral,
se acompañan los siguientes anexos:

310
Acrueclol¡ns PRocssnr¡s

copia legible del documento de identidad del demandado ¡ en


su caso, del representante;

el documento que contiene el poder para intervenir en el proceso


en nombre del demandado, cuando se actúe por apoderado;

la prueba que acredite la representación legal del demandado,


si se trata de personas jurídicas o naturales que no pueden
comparecer por sí mismas;

todos los medios probatorios destinados a sustentar su petitorio,


indicando con precisión los datos y lo demás que sea necesario
para su actuación. En este caso, no deberá incluirse ningún
pliego dirigido a la parte demandante, ni a los testigos ni a
los peritos, pero sí deberá precisar la finalidad de cada medio
probatorio que ofrezca; y

los documentos probatorios que tuviese en su poder el demanda-


do. Si no se dispusiera de alguno de estos, se describirá su con-
tenido, indicándose con precisión el lugar en que se encuentran
y solicitándose las medidas pertinentes Para su incorporación
al proceso, lo que se logra, por lo general, con la denominada
exhibición de documentos.

4. Sosnn LAs DEFENSA DE FoRMA y DE FoNDo


El demandado, en su escrito de contestación de demanda, puede
hacer uso de todas aquellas defensas procesales o de forma y de las de-
fensas de fondo que estime pertinente, en salvaguarda de sus derechos
e intereses.

Acerca de las defensas de fondo que puede esgrimir el demandado,


cabe indicar que bien puede alegar, con el sustento probatorio del caso,
el pago de la obligación que se le reclama, la extinción de la obligación
demandada -mediante caducidad del derecho, compensación, condona-
ción, etc.-, la inexigibilidad de la obligación -por no haberse vencido el
plazo todavía o no haberse cumplido la condición-, etc.

311
Oxer VÍcron Áveros J.tne

En lo que concierne a las defensas procesales o de forma, el de-


mandado puede hacer uso, especialmente, de las excepciones procesales
destinadas a denunciar la ausencia de un presupuesto procesal o de una
condición de la acción que acarrea la invalidez de la relación jurídica-
procesal. Así, estas pueden ser:

- Excepción de incompetencia.
- Excepción de incapacidad del demandante o de su representante.
- Excepción de representación defectuosa o insuficiente del de-
mandante o del demandado.
- Excepción de oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer
la demanda.
- Excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa, en
los casos en que corresponda.
- Excepción de falta de legitimidad para obrar del demandante
o del demandado.
- Excepción de litispendencia.
- Excepción de cosa juzgada.
- Excepción de desistimiento de la pretensión.
- Excepción de conclusión del proceso por conciliación.
- Excepción de conclusión del proceso por transacción.
- Excepción de caducidad.
- Excepción de prescripción extintiva.
- Excepción de convenio arbitral. En este caso, hay que tener en
consideración que las controversias jurídicas en materia laboral
pueden ser sometidas a arbitraje, siempre y cuando el conve-
nio arbitral se inserte a la conclusión de la relación laboral y,
adicionalmente, la remuneración mensual percibida sea, o haya
sido, superior a las 70 Unidades de Referencia Procesal.

3t2
AcruacroNrs PnocssA,rss

5. Sosnr LAs cUESTToNES pRoBAToRrAs


A diferencia de lo regulado por la Ley N" 26636, que establecía
que las cuestiones probatorias se proponen, en el caso del demandan-
do, en su escrito de contestación de demanda o bien dentro del plazo
concedido para hacerlo, o, en el caso del demandante, luego de haber
sido notificado con la contestación de la demanda y dentro del término
dispuesto en la le¡ la Nueva Ley Procesal del Trabajo fija un momento
distinto para su formulación.
En efecto, dada la nueva estructura del proceso laboral, regido
eminentemente por el principio de oralidad, las cuestiones probatorias
podrán proponerse durante la etapa de actuación probatoria y luego
de que el juez haya admitido y enunciado las pruebas que sLrstentan
hechos con necesidad de actuación probatoria.

Debe recordarse que solo podrán prop6¡s¡s. ias cuestiones pro-


batorias en el proceso ordinario laboral 1' en el proceso abreviado
laboral, pero no en los otros contemplados en l¿r Nueva Ley Procesal
del Trabajo, como son el proceso impugnativo de laudos arbitrales
económicos, el proceso cautelar, el proceso de ejccucitin y el proceso
no contencioso.

Siendo así, resulta improcedente la proposicitin de cucstiones pro-


batorias efectuadas en el escrito de contestación de la deman.la o en un
momento distinto de la etapa de actuación probatoria. Los artr. ulos .1r.,,.3
y 49".2 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo son claros I lrr' ¿dr,',,.n
cuestionamientos; además, por tratarse de norntas rrnperativas no l-( \ulta
factible proponer las cuestiones probatorias en monlentos (listinto. .r los
establecidos en la ley.

6, AcEnce DE LA rMpRocEDENcrA DE LA RECoNVENcTóN


La reconvención puede ser entendida como la demanda autónoma
que interpone el demandado en su escrito de demanda, que contiene
una o varias pretensiones conexas con la relación jurídica invocada en la
demanda, y que dirige contra el accionante a efectos de que este último
satisfaga alguna o diversas pretensiones en beneficio de aquel, la cual se

313
Oxer VÍcron Averos I¡n¡t

sustancia en el mismo proceso, decidiéndose las pretensiones del actor


y del accionado en una única sentencia.
Según la parte final del artículo 19" de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo, en el proceso laboral está vedada la formulación de re-
convención. En efecto, la reconvención deviene en improcedente por
imperio del numeral citado precedentemente. En consecuencia, cualquier
pretensión que tenga el demandado con relación al demandante debe
reclamarse y resolverse en proceso aparte, aun en aquellos casos en
que la pretensión del accionado guarde conexidad con la pretensión
del accionante.
La única razón entendible para la existencia de esta disposición
es que si se permite la reconvención se impediría que el proceso se
Ileve a cabo de manera rápida -restándole eficacia- y que se pierda la
perspectiva y la esencia de los derechos solicitados. Se busca con ello
que el proceso sea preponderantemente célere y que este se concentre
principalmente en la reclamación del prestador de servicios.

4p1.200.- cas0 es[8c¡al ds lt'0csdencla

En el caso de pretensiones referidas a la prestación personal


de servicios, de naturaleza laboral o administrativa de derecho
público, no es exigible el agotamiento de lavía administrativa
establecida según la legislación general del procedimiento ad-
ministrativo, salvo flue en el correspondiente régimen se haya
establecido un procedimiento previo ante un órgano o tribu-
nal específico, en cuyo caso debe recurrirse ante ellos antes de
acudir al proceso contencioso administrativo.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculo 'l 6o.


- Ley del Procedimiento Administrativo General: artlculo 2180.
- Texto Único Ordenado de o.la Ley que Regula el Proceso Contencloso
Administrativo: artlculo 2 1

3t4
Acru¡,cIoNes PRocESALES

Comentario

1. Caso EspEcrAr DE pRocEDENcIA DE LA DEMANDA


Tratándose de pretensiones relativas a la prestación personal de
servicios de carácter laboral o administrativo de Derecho público, no
es obligatoria la observancia del requisito del agotamiento de la vía
administrativa prevista en la legislación general del procedimiento
administrativo, nos referimos en concreto a la Ley N" 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General.

La salvedad a dicha regla contemplada en el artículo que examina-


mos en esta oportunidad la constituye el hecho de que en el respectivo
régimen administrativo se hubiere previsto un procedimiento adminis-
trativo previo que debe sustanciarse ante un órgano o tribunal especí-
fico, hipótesis en la cual sí resulta exigible que se agote previamente la
vía administrativa, vale decir, que se tramite el referido procedimiento
administrativo ante el citado órgano o tribunal específico dispuesto por
el ordenamiento jurídico, antes de incoar el correspondiente proceso
contencioso administrativo, el que se recurra en definitiva a esta última
vía -la acción contenciosa administrativa- deriva del hecho señalado de
que la pretensión está relacionada con una prestación de servicios de ín-
dole laboral o administrativa enmarcada en el campo del Derecho público.

A guisa de ejemplo, podemos decir que tratándose de los con-


flictos entre el Estado y sus trabajadores en temas referidos al acceso
al servicio civil, pago de retribuciones, evaluación y progresión en la
carrera, régimen disciplinario y terminación de la relación de trabajo,
necesariamente se deberá recurrir antes de iniciar un proceso judicial
al órgano responsable en cada entidad o a quien haga sus veces; asi-
mismo, y tratándose solo de los recursos de apelación derivados de
estos conflictos, será el Tribunal del Servicio Civil, que forma parte de
la Autoridad Nacional del Servicio Civil - Servit quien resuelva estas
controversias. Solo después de ello recién podrá recurrirse al proceso
laboral o al proceso contencioso administrativo.

Algo muy similar ocurre en el caso de los conflictos derivados


del Régimen Especial de Contratación Administrativa de Servicios. De

315
Ox¡r Vícron Averos |ane

acuerdo con el artículo 16" del Reglamento del Decreto Legislativo N"
1057, aprobado por el Decreto Supremo N" 075-2008-PCM, este tipo de
conflictos serán resueltos por el órgano responsable en cada entidad, a la
Dirección general de Administración o a quien haga sus veces, quedando
agotada la vía administrativa en dicha instancia única. Una vez agotada
la vía administrativa, se puede acudir a la sede judicial conforme a las
reglas del proceso contencioso administrativo. Entonces, queda claro que
en este caso la controversia no deberá pasar por el Tribunal del Servicio
Civil, ya que la ley dispone el agotamiento de la vía administrativa solo
con la simple reclamación al órgano responsable de la entidad. Además,
es evidente que el Tribunal del Servicio Civil no tiene competencia para
asumir estas causas.

2. Los RrcarucEs DE LA vÍA ADMTNTsTRATIvA sEcÚN LA LEy


DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAT

La Ley ll" 27444, Ley del procedimiento Administrativo General,


establece en el inciso 2 de su artículo 218' que los siguientes son actos
que agotan la vía administrativa:
el acto respecto del cual no proceda legalmente impugnación
ante una autoridad u órgano jerárquicamente superior en la vía
administrativa o cuando se produzca silencio administrativo
negativo, salvo que el interesado opte por interponer recurso de
reconsideración, en cuyo caso la resolución que se expida o el
silencio administrativo producido con motivo de dicho recurso
impugnativo agota la vía administrativa;
el acto expedido o el silencio administrativo producido con mo-
tivo de la interposición de un recurso de apelación en aquellos
casos en que se impugne el acto de una autoridad u órgano
sometido a subordinación jerárquica;
el acto expedido o el silencio administrativo producido con
motivo de la interposición de un recurso de revisión, única-
mente en los casos a que se refiere el artículo 210" de la Ley
N" 27444, según el cual, excepcionalmente hay lugar a recurso
de revisión, ante una tercera instancia de competencia nacional,

3r6
ActuncroNns Pnoc¡s¡.trs

si las dos instancias anteriores fueron resueltas por autoridades


que no son de competencia nacional, debiendo dirigirse a la
misma autoridad que expidió el acto que se impugna para que
eleve lo actuado al superior jerárquico.

- el acto que declara de oficio la nulidad o revoca otros actos


administrativos en los casos a que se refieren los artículos 202"
y 203" de la Ley N" 27444; y
- los actos administrativos de los Tribunales o Consejos Admi-
nistrativos regidos por leyes especiales.
Sobre el particular, es importante precisar que no obstante ser el
agotamiento de la vía administrativa un requisito de la demanda conten-
ciosa administrativa, pues eso es lo que indica el artículo 20'del Texto
Único Ordenado de la Ley regula el Proceso Contencioso Administrativo,
existen casos en que tal requisito no es exigible.

Así, tenemos que Ia misma normativa regula en su artículo 2lo


que no será exigible el agotamiento de la vía administrativa en los
siguientes casos:

- cuando la demanda sea interpuesta por una entidad adminis-


trativa para impugnar cualquier actuación administrativa que
declare derechos subjetivos; previa expedición de resolución
motivada en la que se identifique el agravio que aquella produce
a la legalidad administrativa y al interés público, y siempre que
haya vencido el plazo para que la entidad que expidió el acto
declare su nulidad de oficio en sede administrativa;
- cuando en la demanda se formule como pretensión que se ordene
a la administración pública la realización de una determinada
actuación a la que se encuentre obligada por mandato de la ley
o en virtud de acto administrativo firme. En este caso el intere-
sado deberá reclamar por escrito ante el titular de la respectiva
entidad el cumplimiento de la actuación omitida. Si en el plazo
de quince días a contar desde el día siguiente de presentado el
reclamo no se cumpliese con realizar la actuación administrativa
el interesado podrá presentar la demanda correspondiente;

3r7
Ox¡,1 VÍcron Avelos Inn¡

- cuando la demanda sea interPuesta por un tercero al procedi-


miento administrativo en el cual se haya dictado la actuación
impugnable; y
- cuando la pretensión planteada en la demanda esté referida al
contenido esencial del derecho a la pensión ¡ haya sido dene-
gada en la primera instancia de la sede administrativa.

Vemos pues que la regulación contenida en el artículo 20" de la


Nueva Ley Procesal del Trabajo se incorpora al esquema fijado en el Texto
Único Ordenado de la Ley regula el Proceso Contencioso Administrati-
vo y constituye un supuesto excepcional de procedencia de la demanda
siempre y cuando legalmente no se haya dispuesto la realización de un
procedimiento previo ante un órgano o un tribunal.

Sin embargo, debemos decir que en esencia esta norma no es


ninguna novedad, habida cuenta que casi todas las entidades del sector
público tienen al menos un órgano que conoce de los conflictos de sus
trabajadores, por lo que el artículo 20o no les será aplicable. Del mismo
modo, tratándose del Régimen Especial de Contratación Administrativa
de Servicios, todos los conflictos que se derivan de é1 necesariamente
deberán merecer pronunciamiento del órgano responsable' la Dirección
General de Administración o el que haga sus veces, quedando recién
con ello agotada la vía administrativa.

Entonces, consideramos que esta norma es insulsa en la medida que


regula algo que ya venía sucediendo desde hace varios años y que, en
la práctica, no constituye ningún supuesto excepcional de procedencia
de las demandas.

Suncmfrulo VI
ACTIVIDAD PROBATORH

APt.2l0.- 0[0rrun¡dad

Los medios probatorios deben ser ofrecidos Por las partes


únicamente en la demanda y en la contestación. Extraordi-
nariamente, pueden ser ofrecidos hasta el momento previo

318
Acru¡.croNrs Pnocnsetss

a la actuación probatoria, siempre y cuando estén referidos


a hechos nuevos o hubiesen sido conocidos u obtenidos con
posterioridad.
Las partes concurren a la audiencia en la que se actúan las
pruebas con todos sus testigos, peritos y documentos que, en
dicho momento, corresponda ofrecer, exhibir o se pretenda
hacer valer con relación a las cuestiones probatorias. Esta
actividad de las partes se desarrolla bajo su responsabilidad y
costo, sin necesidad de citación del juzgado y sin perjuicio de
que el juez los admita o rechace en el momento. La inasistencia
de los testigos o peritos, así como la falta de presentación de
documentos, no impid e al |uez pronunciar sentencia si, sobre
la base de la prueba actuada, los hechos necesitados de prueba
quedan acreditados.
En ningún caso, fuera de las oportunidades señaladas,la presen-
tación extemporánea de medios probatorios acarrea la nulidad
de la sentencia apelada. Estos medios probatorios no pueden
servir de fundamento de la sentencia.

I Concordancias:
- Código Procesal Civil: artfculos189o,429oy 440o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 'l $o y I90.

Comentario

t. SosnE LA AcrrvIDAD PRoBAToRIA


La actividad probatoria comprende todos aquellos actos de las partes
tendientes a acreditar los hechos que se han afirmado en el proceso;
incluso el |uez laboral realiza actividad probatoria cuando de oficio
solicita la incorporación al proceso de determinados medios probatorios
con la finalidad de consolidar su perspectiva aceÍca de determinadas
afirmaciones.

La actividad probatoria viene a ser el conjunto de operaciones o


tareas propias de las partes que integran la relación jurídico-procesal que
tienen por finalidad acreditar sus afirmaciones. La actividad probatoria
es realizada mediante los medios probatorios, que tienen por objeto,

319
Ox¡l VÍcron Avnros Jene

por un lado, confirmar lo expuesto por las partes y, por lo otro lado,
contradecir lo alegado por la contraparte.
Es importante mencionar que la actividad probatoria recae única-
mente sobre las afirmaciones que son controvertidas, y sobre las que han
sido asentidas por las partes; la actividad probatoria se refiere únicamente
a aquellas afirmaciones que resultan controvertidas después de los actos
de alegación. Las afirmaciones de hechos no controvertidos, no solo no
precisan prueba sino que están excluidas de la prueba.

Sobre la base del principio dispositivo, debe quedar claro que la


actividad probatoria no es investigadora, sino verificadora, pues lo que se
busca es únicamente confirmar las afirmaciones de hecho de las Partes.
Se trata, pues, de una carga, pero también de un derecho de las partes.

Es menester indicar que la actividad Probatoria está sujeta a de-


terminadas reglas procesaies, por lo que las Partes deben cumplir una
serie de requisitos ,v condiciones a efectos de lograr la eficacia deseada.

2, Los uEnIos pRoBAToRIos Y tAS PRUEBAS

La Nueva Ley Procesal del Trabajo no hace ninguna referencia ex-


presa de lo que constituyen los medios probatorios, motivo por el cual
nos dedicaremos a indagar qué es lo que constituyen.

Los medios probatorios pueden ser definidos como aquellos ins-


trumentos en virtud de los cuales las partes que integran la relación
jurídico-procesal pretenden acreditar sus afirmaciones con la finalidad
de que se les conceda lo peticionado en la demanda, en la contestación
de la demanda, en la reconvención o en la contestación de esta última.
Excepcionalmente, los medios probatorios podrán ser solicitados e in-
corporados al proceso cuando el juez lo considere Pertinente a efectos
de que se genere cerleza acerca de los hechos invocados por las partes
o por una de ellas.

Con acierto se ha señalado que "los medios probatorios o medios de


prueba no son otra cosa que las herramientas -aportadas principalmente
por las partes y eventualmente gestionadas a iniciativa del juez- gracias
a las cuales el órgano jurisdiccional se pone en contacto con los hechos

320
ActuecloN¡s PRocEseL¡s

desconocidos para comprobarlos con base en las razones o motivos que


los mismos provocan y que llevan al juez a la certeza sobre la existencia
u ocurrencia de tales hechos"lrs6l.
En efecto, "el medio probatorio es la manifestación formal del
hecho a probar, es la descripcién, designación o representación de un
hecho. El hecho en sí, el hecho descrito por medio de pruebas, el hecho
efectivamente acontecido en un tiempo y lugar es externo al medio de
prueba que lo describe o representa. El hecho será, entonces, el objeto
del medio de Prueb¿"ttszl.

El Código Procesal Civil señala que los medios probatorios tienen


por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir
cerleza en el juez respecto de los puntos control'ertidos y fundamentar
sus decisiones.

Entonces, los medios probatorios le otorgan a las partes la posibi-


lidad de probar sus alegaciones, de manera tal que serán estos, luego
del correspondiente saneamiento probatorio, los que finalmente orienten
la actividad decisoria del juez. En resumidas cuentas, lo que se busca
con los medios de prueba no solo es acreditar lo vertido por las Partes,
además de ello se pretende producir certeza en el juez respecto a los
hechos controvertidos y a encontrar una decisión fundamentada en la
verdad o realidadttssl.

Es importante señalar que los "medios probatorios" no tienen la


misma significación que las "pruebas", por lo que sería un gran error
equiparar ambos conceptos.

Definitivamente no. Puede decirse que las pruebas son aquellos


instrumentos jurídicos que dejaron de ser medios probatorios para

t1 561 "Las presunciones como sucedáneos de los medios probatorios'i cit.,


PnnEo¡s P¡l¡cros,
p.180.
t1 571
Loc. cit.
tl 581
En este aspecto, es importante citar a Carnelutti, cuando señala que:"la verdad no puede
ser más que una, de tal modo que, o la verdad formal o jurídica coincide con la verdad ma-
terial, y no es más que la verdad, o discrepa de ella, y no es sino una no verdad" (C¡nrelurrl,
Francisco, La prueba civil, Depalma, Buenos Aires, 1982, p. 21).

321
Oxer VÍcron Avnros J¡ne

convertirse en elementos que concretamente acreditan ciertos hechos


alegados. Y han pasado de un estado a otro -es decir, de tener la ca-
lidad de medios probatorios a tener la calidad de pruebas- porque el
juzgador las ha analizado y ha concluido que efectivamente acreditan
total o parcialmente los hechos invocados por las partes.
En otros términos, estos instrumentos Pasaron de ser una pretensión
probatoria a ser realmente elementos que acreditan determinados hechos.
En on primer momento no tienen valor probatorio oficial, no obstante'
cuando se les considera como pruebas ya lo tienen por la sencilla razón
de que se ha evidenciado la vinculación entre los hechos invocados y
las virtudes del mencionado instrumento.

De esta manera, la prueba encuentra al instrumento probatorio en


un estado distinto de aquel en el que en su momento se le consideraba
medio probatorio. Siendo así, podemos afirmar que todas las pruebas
han sido en su momento medios probatorios, sin embargo, no todos los
medios probatorios pueden llegar a ser pruebas.

si tenemos en consideración que "probar significa demostrar la


certeza de un hecho, o la verdad de las proposiciones que hacen las
partes litigantes en un proceso"[r5e], es claro que cuando los medios
probatorioi propuestos por las partes efectivamente cumplen su finalidad
estamos ante lo que se denominan pruebas, un concepto distinto y más
avanzado que el anterior, que presupone una.valoración particular que
finalmente le dará sustento a la decisión judicial.

En suma, la prueba es el resultado de la actividad probatoria,


basada en la acreditación o convencimiento de la verdad o certeza de
un determinado hecho; la prueba es un objetivo intelectual alcanzado
mediante las percepciones sensitivas del juez, fundamentalmente en
virtud de la vista y el oído, pero también el olfato, el gusto y el tacto.

[15e] RouenoMorres,FranciscoJaviet Derechoprocesaldeltrabajo,3"ed.,Ed¡torialPortocarrero,


1ima,2005, p. 143.

322
AcruecIoNEs PnocEsRtEs

3. La oponruNIDAD PARA LA PREsENTAcIóN DE Los MEDIoS


PROBATORIOS
Como regla general, los medios probatorios deben ser ofrecidos por
las partes durante los actos postulatorios, es decir, con la presentación
de la demanda y con la contestación de ella.

El artículo 189" del código Procesal civil establece que "10s medios
probatorios deben ser ofrecidos por las Partes en los actos postulatorios,
salvo disposición distinta de este Código". A su vez,la Nueva Ley Procesal
del Trabajo indica que "los medios probatorios deben ser ofrecidos por
las partes únicamente en la demanda y en la contestación".

Como se observa, hay coincidencia y claridad en lo que respecta a la


oportunidad en que deben ofrecerse los medios probatorios; sin embargo,
es preciso decir, que como toda regla general, tiene sus excepciones.

La primera de ellas se presenta cuando el demandante toma


conocimiento de hechos nuevos o los conoce u obtiene con posterio-
ridad a la presentación de la demanda y luego de que esta le ha sido
notificada al demandante. En este caso, será válido el ofrecimiento
de los medios probatorios de forma extemporánea siempre y cuando
estos sean puestos en conocimiento del juez laboral hasta antes de la
actuación probatoria. Igual derecho tiene el demandado, pues también
podrá ofrecer medios probatorios referidos a hechos nuevos de forma
posterior a la presentación de su demanda, pero siempre antes de la
actuación probatoria.
La segunda excepción está referida a las pruebas de oficio. En este
caso, a pesar de que precluyó la etapa postulatoria, no es por voluntad
de las partes que se incorporan nuevos medios probatorios al proceso,
sino porque el |uez así lo considera. Con mayor detalle explicaremos lo
referente a la prueba de oficio al comentar el artículo 22" de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo.
La tercera excepción la constituye la prueba anticipada, a la cual
nos referiremos en las siguientes líneas del presente comentario.
Pues bien, queda claro cuándo es que deben presentarse los me-
dios probatorios, sin embargo, creemos importante señalar cuáles son
los medios probatorios que admite la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

323
Oxel VÍcron Áv¡,ros I¡.na

4, Les crasEs DE MEDIoS PROBATORIOS


Dado que la Nueva Ley Procesal del Trabajo no hace mayor refe-
rencia de los medios probatorios en el proceso laborai, por mandato de
su Primera Disposición Complementaria debemos remitirnos supleto-
riamente a lo que establece el Código Procesal Civil.

De esta manera, debemos partir de la base de que nuestro sistema


procesal es uno de tipo abierto, pues dentro del ámbito de lo lícito se
admite a cualquier instrumento que pueda generar convicción sobre
las afirmaciones expuestas por las partes. De acuerdo con esto, en su
generalidad los medios probatorios no son determinados, sino, por el
contrario, indeterminados, ya que no estamos ante una tipificación de
tipo numerus clausus, sino numerus apertus.
Sin embargo, dentro de esta aPertura, nuestra normativa distingue
a los medios probatorios típicos y a los atípicos.

Se entiende que los primeros son aquellos que el Código Procesal


Civil regula expresamente y son los utilizados recurrentemente por los
litigantes. Por su parte, los segundos son aquellos que la norma no ha
previsto expresamente pero que pueden ser utilizados en la medida que
cumplan la finalidad fijada por la ley

4.L. Los medios probatorios típicos


Según el artículo 192" del Código Procesal Civil, los medios pro-
batorios típicos pueden ser:
- la declaración de parte;
- la declaración de testigos;
- los documentos;
- la pericia; y
- la inspección judicial.
Sobre el particular, puede decirse que Ia declaración de parte es
aquella que se lleva a cabo personalmente y en presencia del juez, bajo
sanción de nulidad, y "constituye un relato de los hechos o experiencias

324
Acru¡.croNEs PnocEserns

propias reservadas exclusivamente a las partes del proceso (ningún otro


actor procesal podría efectuarla), [y] permite examinar cada una de las
posiciones que contiene la declaración a efectuar, la mismas qlue, una
vez dictada oralmente, será transcrita en el acta declarativa corresPon-
diente, que generalmente opera en la diligencia única de actuación de
pruebas. Nada impide que, ante un hecho fortuito o causa mayor del
obligado a declarar o porque el juez estime necesidad de que la parte
llamada a declarar personalmente lo haga, esta diligencia se desarrolle
en otra estación probatori¿"tteoJ.

Por su parte, la declaración de testigos o testimonial, "a diferencia


de la declaración de parte, que es una declaración sobre hechos propios,
constituye la narración de los hechos y experiencias ajenas, y, por este
hecho, se convierte esta declaración, en una realizada por una tercera
parte del proceso, e igualmente ajeno a é1. El testigo relata sus experien-
cias al juez en segunda persona v no en primera, que es ia efectuada
por la declaración de parte, de ahí que su declaración es tomada dentro
de un segundo plano, careciendo de la preeminencia que se otorga a la
declaración de parte, por eso se exige que el testigo sea un tercero den-
tro de las partes del proceso; pero al mismo tiempo, tiene que conocer
personalmente los hechos litigiosos, caso contrario, estaríamos frente a
un falsario; en todo caso, no está permitida una declaración indirecta,
pues estaríamos ante el caso del simple rumor; tampoco una declaración
escrita realizada por el testigo"lt0t].

En lo que concierne a los documentos, se puede decir que su sig-


nificación es mucho más extensa de lo que uno podría pensar a priori.
En efecto, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 233" del Código
Procesal Civil, el documento es todo escrito u objeto que sirve para acre-
ditar un hecho. De esta forma, se puede afirmar que todo documento
tiene dos virtudes esenciales, que son: ser tangibles y que sustentan un
hecho. En esta línea, son infinitas las posibilidades para que un escrito
o un objeto puedan ser catalogados como un documento; así, a modo

[1ó01 Gó"rrY etoa, La Ley Procesal del Trabajo. Anólisis secuencial, doctrinario, jurisprudencia! y
comparado, cit., p. 315.
I1611 lbídem, p.317.

325
Oxer VÍcron Ávnros Jnne

de ejemplo, podemos decir que constituyen documentos, siempre y


cuando acrediten un hecho: una cinta de video, una prenda de vestir,
un cabello, un arma blanca, una piedra, entre otrosll62l.
Al referirse a los documentos, el Código Procesal Civil efectúa una
distinción importante al clasificarlos en públicos y privados.

Documento público viene a ser aquel otorgado por funcionario


público en ejercici,o de sus atribuciones, así como la escritura pública y
demás documentos otorgados ante o por notario público, según la ley
de la materia. También tiene la calidad de documento público y con
el mismo valor la copia obtenida del original en la medida que esté
certificada por el auxiliar jurisdiccional respectivo, notario público o
fedatario, según corresponda.

Por otra parte, el documento privado es el que no tiene las ca-


racterísticas del documento público, es decir, los documentos privados
son aquellos que no reúnen las características para ser calificados como
documentos púbiicos. Sobre el particular, es importante recalcar que la
legalización o certificación de un documento privado no lo convierte
en público.

Es importante efectuar la diferencia entre el escrito u objeto y el


contenido de ellos, pues definitivamente no son lo mismo. Es por esa
razón que el artículo 237. del Código Procesal Civil señala que son
distintos el documento y su contenido, indicándose que el contenido
podría subsistir a pesar de que el documento sea declarado nulo.

Entendemos que con ello se busca privilegiar la sustancia del do-


cumento y no la forma, de manera tal que si posteriormente el docu-
mento es declarado nulo, su contenido se mantendrá incólume, debido

rl62l El Código Procesal Civil establece en su artículo 234'lo siguiente:


'Artículo 234'.- Clases de documentos.-
Son documentos los escritos públicos o privados, los impresos, fotocopias. facsímil o fax,
planos, cuadros, dibujos, fotografías, radiografías, cintas cinematográficas, microformas
tanto en la modalidad de microfilm como en la modalidad de soportes informáticos, y
otras reproducciones de audio o video, la telemática en general y demás objetos que reco-
jan, contengan o representen algún hecho, o una actividad humana o su resultado'i

326
ActunctoNes PnocEsetns

a que es de vital importancia para resolver el conflicto de intereses o


la incertidumbre jurídica. Al respecto, consideramos que dicha norma
es equivocada, pues contraviene el principio de que lo accesorio sigue
la suerte de lo principal; sin embargo, rescatamos su ratio legis, puesto
que percibiÍroS pc, i:ctamente que lo que se pretende es salvaguardar
el valor probatorio de la forma al margen de su forma.

Ahora bien, con relación a la pericia, puede señalarse que ella "es
la consulta técnica a la que recurre el juez para complementar o inte-
grar sus conocimientos; se trata de un testigo técnico; complementan
la limitación del saber del juzgador pese a ser considerado el juez el
perito de los peritos, convirtiéndose en un auxiliar extraordinario y
no ordinario (caso del secretario) de la justicia. El consultor no opera
independientemente del juez sino a través de é1, proponiéndole notícias
y nociones que finalmente admitirá o rechazará según su entender"[r63].

La pericia necesariamente debe ser realizada por personas con es-


peciales conocimientos, a quienes se les denomina peritos. Se ha dicho
que "el perito es la persona con conocimientos científicos o artísticos
de los que el juez por su especial preparación jurídica, puede carecer y
que es llamada al proceso para apreciar algún hecho o circunstancia que
ha sido adquirido con anterioridad por otros medios de averiguación, y
sean de interés o necesidad para la investigación"1t641.

Es preciso indicar que "en materia laboral la pericia es esencial-


mente contable, [...], y es practicada por peritos inspectores judiciales
dependientes de los juzgados de trabajo"tlesJ.

En este contexto, podemos afirmar que la pericia tiene por finalidad


presentar al órgano jurisdiccional la información obtenida de los libros
y documentación contable que sirvan para calcular los montos de los
beneficios en litigio. Es decir, la pericia tiene por objeto contabilizar,
calcular o corroborar determinados datos numéricos que son de mucha

f163f C¡nruErurrt,Francisco,citadoporGor,,rezV¡loez, LoLeyProcesaldelTrabojo.Anólisissecuencial,

--, -- doctrinario, jurisprudencial y comparado,cit., p. 31 5.


[1tr] Mo*e"o C¡rir¡, Víctor et al'., Derecho procesal, 2" ed., Tiran lo blanch, Valencia, 1988, T. ll,
p.288.
t1651 ovrs, Derecho procesal del trabojo, cit., p.
Ror,,r¡no M 1 55.

327
Oxer VÍcron Áv¡ros J¡.ne

complejidad, requieren especiales conocimientos y que por su propia


naturaleza le tomarán mucho trabajo al juez.

Para que la pericia tenga validez, no solo se requiere que esta haya
sido realizada por un perito, sino, además, que este se" ':,;i,bii para ejercer
el encargo, situación que se presenta con las nóminas periciales que cada
Colegio Profesional otorga a las Cortes de los distritos judiciales poniendo
a los miembros de su orden a fin de que puedan ser escogidos cuando se
requiera de su auxilio. Asimismo, la pericia no se realiza de oficio, sino
que tiene su origen en el pedido que ordena la ejecución de la prueba
pericial con el encargo preciso de qué aspecto técnico ha de merecer la
atención del perito. También es importante tener en consideración que
para que el perito asuma el encargo en un proceso judicial, previamente
deberá juramentar v acreditar que no tiene ningún impedimento para
ejercer su cometido y ser responsable por su dictamen ante los litigan-
tes 1'el mismo juzgador. Igualmente, antes de iniclar el encargo, antes
de iniciar su misión deberá señalar sus honorarios y respetar el plazo
consignado por el juez para evacuarlolt66l.

Por último, en lo que respecta a la inspección judicial, debemos


indicar que esta tiene por finalidad la corroboración in situ de ciertos
hechos, que por su naturaleza no pueden ser llevados al lugar del juz-
gado. La inspección judicial procede cuando subsistan las circunstancias
materiales que debían constatarse. En casos excepcionales y en virtud
de resolución fundamentada, el juez puede encargar a la autoridad
administrativa de trabajo la realización de una inspección de carácter
especial, señalando con precisión los aspectos a ser constatados.

Acertadamente se ha manifestado que "la inspección judicial, en


su significado genérico, es la actividad dirigida a percibir los hechos
en que consistan las razones y las pruebas; es una percepción visual
estatuida a través de los sentidos. Puede en ella presentarse la audición
de las partes e inspección de las prueb¿5"tr0zl.

11661
Gó*rz Vxorz, La Ley Procesal del Trabajo. Anólisis secuencial, doctrinario, jurisprudencial y
compa rado, cit., p. 333.
tl671 lbídem, p.336.

328
Actu,qcroNEs PnocpseL¡s

Por consiguiente, lo que se busca con la inspección judicial es tomar


muestras, recoger, documentar o extraer ciertos elementos q.r- puedan
tener valor probatorio con la finalidad de que el juzgador pueda tener
una mejor apreciación de los hechos y con ello se pueda lograr una
sentencia que se acerque lo más posible a lo justo.

4.2. Los medios probatorios atípicos


Los medios probatorios atípicos son aquellos que no se encuentran
regulados expresamente en el Código Procesal Civil, y que sin embargo
puede ser utilizados en la medida que cumplan su finalidad, cual es
acreditar los hechos y afirmaciones de las partes.

A pesar de que a priori se trataría de una indeterminación, la men-


cionada norma adjetiva civil se encarga de delimitar su utilización, pues
señala que están constituidos por auxilios técnicos o científicos, por lo
que aquellos medios probatorios que no siendo típicos no suPonen un
auxilio técnico o científico, simplemente no son medios probatorios.
Es importante precisar que los medios de prueba atípicos se actúan
y aprecian por analogía con los medios típicos y con arreglo a lo que
el juez disponga.
Sobre el particular, se ha señalado que esta disposición resulta de
"gran importancia, porque permite aprovechar, en materia probatoria,
los adelantos técnicos y científicos, y resuelve el problema doctrinario
planteado acerca de si el juez solamente debe admitir los medios pro-
batorios señalados por la ley o admitir otros no previstos, pero que
resulten de valiosa utilidad; al respecto Eduardo Couture, concluye que
el proceso no puede ser ajeno al progreso técnico y científico, por Io
que considera que la enumeración de medios probatorios contenida en
Ios códigos es enunciativa y no taxativa"[168].

[168] Roo*fcrez Dovfrucurz, Elvito, Manual de Derecho Procesal Civ¡1,3u ed., Grijley, Lima, '1999,
pp.73 y 74.

329
Oxer VÍcron Ávnros Jene

En suma, en virtud de los medios probatorios atípicos es posible


acreditar determinadas situaciones mediante pruebas que no son comu-
nes, pero que por su importancia se hacen indispensables para poder
resolver la controversia con la mayor certeza posible'

5. La pnuneA ANTIcIPADA
Si tenemos como premisa que los medios probatorios deben ser
aportados por las partes únicamente en la demanda y en la contestación,
es claro que la prueba anticipada se constituye como una excepción a
la regla general.
Podemos afirmar que la prueba anticipada -o como debiera ser,
medio de prueba anticipada- es aquella que por sus particularidades
no puede esperar la presentación de la demanda y que en un momento
posterior el juez resuelva su procedencia, debido a que si se espera hasta
dicho momento esta puede desaparecer o perjudicarse' y con ello perder
su valor probatorio y resultar íneficaz como prueba.

La prueba anticipada busca "salvar la urgencia que suele haber en


la diligencia inmediata de alguna prueba, antes de iniciarse el proceso
en donde serán actuadasDlr6el.

Así, se considerará a una prueba como anticipada cuando por su


propia naturaleza o por las circunstancias que la rodean, hay un inmi-
nente riesgo de que desaparezca o pierda las cualidades que le permiten
acreditar un hecho.

Se ha dicho que "para los asuntos laborales, la prueba anticipada


constituye una actividad probatoria, ante juicio, conducente a probar
determinados hechos puntuales -excepción hecha de la prueba pericial
laboral y de la exhibición del libro de planillas de remuneraciones-, ante
el inminente peligro de la desaparición o adulteración de los hechos

t1691 P,cnEoEsl*mruzóru,Jelio,citadoporGo,raezV*oez,LaLeyProcesaldelTrabajo.Anólisissecuencial,
doctrinario, jurisprudencial y comporado, cit., p. 340.

330
AcruRcIoNEs Pnocrsel-Es

que deben ser constatados, y que por su naturaleza, está en manos del
empleador o de un tercero"[t7o].

En lo que concierne a la parte operativa, una vez ofrecida a la au-


toridad judicial, la solicitud de prueba anticipada deberá ser calificada
por el juez, evaluando si realmente reúne las características para ser
considerada como tal, incluyendo el pago de las respectivas tasas judi-
ciales. En este sentido, si se declara procedente el pedido, se le dará el
trámite correspondiente de acuerdo con los lineamientos de los artículos
284" y siguientes del Código Procesal Civil.

A este respecto, es importante mencionar que de declararse la


procedencia de la solicitud de prueba anticipada, eI iuez ordenará la
actuación del medio probatorio, con citación de la persona a la cual
se pretende emplazar; no obstante, si la parte interesada lo solicita v
acredita que por razones de qarantia v segurrdad no debe realizarse la
citación, habiendo especificado el petitorio de la futura demanda, el juez
podrá ordenar la actuación del medio probatorio sin citación, para 1o
cual deberá expedir la correspondiente resolución debidamente motivada.

6. Los sucrnÁruEos DE Los MEDIoS PRoBAToRIoS


Los sucedáneos de los medios probatorios se constituyen como "las
pruebas indirectas, por antonomasia, que teniendo Por apoyo a la ley o
ala razón lógica del juzgador y recurriendo a complicados mecanismos
deductivos o inductivos, determinan que ciertos actos u omisiones de los
litigantes se equiparen a una probanza directa que facilitará, en última
instancia, formar un criterio o convicción sobre el proceso judicial en
su conjunto. En materia laboral, más que en ninguna otra disciplina
(salvo la penal), por la consensualidad de los contratos de trabajo, se
adapta el empleo frecuente de los sucedáneos de los medios probatorios,
traslucido en la abundante jurisprudencia dictada sobre asuntos judicia-
les bien particulares, por ejemplo: cuando existen pruebas insuficientes,

[170] S¡cArrroy UnrE,qcn, Pedro,Exégesisysistemáticadel CódigoProcesal Civi!,Grijley, 1ima,2003,


Vol. l, p. 341.

JJI
Oxnl VÍcron Ávnros Jene

negativa vedada para exhibir documentos sobre los hechos debatidos,


cuando cit-Lo aplicarse el principio de primacía de la realid?d, etc."[rzt].

El Código Procesal Civil establece que los sucedáneos de los me-


dios probatorios son auxilios establecidos por la ley o asumidos por el
juez para lograr la finalidad de los medios probatorios, corroborando,
complementando o sustituyendo el valor o alcance de estos.

Es claro que los sucedáneos tienen una finalidad concreta, que


es generarle convicción al juez respecto de los hechos invocados; sin
embargo, a diferencia de los medios probatorios -que tienen la misma
finalidad- estos no tienen en todos los casos la misma intensidad pro-
batoria que aquellos, por ello es que la aludida norma adjetiva señala
que los sucedáneos corroboran, complementan o sustituyenllT2l el valor
o alcance de los medios probatorios.
Correctamente se indica que, "además de los medios probatorios
típicos y atípicos, [...], se inclu,ven ios llamados sucedáneos, que no
vienen a ser sino los auxilios establecidos por la le¡ o asumidos por el
j,,rc2 para lograr la finalidad de los medios probatorios, corroborando,
complementando o sustituyendo el valor o alcance de estos, integrados
en el [Código Procesal Civil] con nuevos auxilios, además de las cono-
cidas presunciones. Los sucedáneos de los medios probatorios abarcan
varias finalidades, a saber:

a. Auxilios establecidos por la ley o asumidos por el juez.


b. Servir para corroborar a los medios probatorios sin ser ninguno
de ellos, tanto los considerados como típicos o atípicos.

c. Servir de complemento.

Góurz Vrroez, La Ley Procesal del rrobajo. Análisis secuenciol, doctrinario, jurisprudencial y
comparado, cit., p. 344.
consideramos que es desacertado afirmar que los sucedáneos sustituyen a los medios de
prueba; en todo caso, lo que sí es correcto señalar que producen similares efectos a los de
un medio de prueba.

332
Acru¡,croNEs PRocE,seLrs

d. Sustituirlos en el valor o alcance, conceptos varios que requieren


explicación necesaria por no tener el actual Código Procesal
Civil la indispensable exposición de motivos.
e. Servir tanto para eI jrez en su sentencia, como para los abogados
en su trabajo de defensa.

Debe entenderse como 'auxilio' al elemento probatorio que presta


ayuda y socorro a la actividad del juez. Lingüísticamente, tomando la
misma fuente, debe entenderse que el término 'corroborar' significa
verificar y dar mayores elementos de juicio al argumento o a la opinión
aducidos con nuevos raciocinios o datos. El 'complemento' es la cosa,
cualidad o circunstancia que se añade a otro elemento para hacerla
íntegra o perfecta. Finalmente, como 'sustituto', se entiende el hecho
de poner a una persona o cosa en lugar de otra persona que hace las
veces de la primeralrT:J.

Con mucho acierto se señala que "de todos estos significados, el


último de ellos no resulta pertinente, porque un sucedáneo, así entendi-
do, no puede sustituir a ningún medio probatorio típico o atípico, sino
corroborarlo, complementarlo o en todo caso ayudarloDuT4l.

Ahora bien, de acuerdo con la regulación contenida en el Código


Procesal Civil, los sucedáneos son dos: las presunciones y los indicios,
los cuales pasamos a analizar seguidamente.

6.L. Las presunciones


Certeramente se ha dicho que la presunción "es el razonamiento
jurídico-lógico o inferencia que permite concluir de un hecho conocido
otro desconocido. Consecuentemente, la palabra presunción no alude al
hecho conocido ni al hecho desconocidoDrrTsl.

Ir73] SncAsrEcur Unr¡¡cn, Exégesisysistemóticadel CódigoProcesal Civil,cit.,pp.522y523.


ll74l Loc. cit.
[17t] Po*ro* PrLnoos, "Las presunciones como sucedáneos de los medios probatorios'i cit.,
p.182.

JJJ
Oxer Vícron Áv¡.los Jnn¡

Siendo así, es indudable que los sucedáneos tienen por objeto "el
esclarecimiento de la verdad y de la obtención de la certeza a través
del razonamiento que el ju,zgador hará sobre los hechos y pruebas que
se aportan para llegar a una conclusión; es la razón por la que, en este
terreno, llegamos a las pruebas indirectas y será siempre la prudencia del
juez Ia que determinará la validez de la presunción. Sobre todo, opera
este método cuando no existen pruebas en contrario, resPecto de aque-
llo que es motivo de valoración probatoria, pues, actuar distintamente
significaría que el juzgador se estaría excediendo en sus funciones' y
yendo a contracorriente del proceso mismo que, como se sabe' es orden
Pública"ttzol.

La presunción alude siempre a un conocimiento anticipado y por


eso incompleto; se usa para significar, precisamente, un conocimiento
aproximativo y se requieren de elementos varios por cuanto uno solo no
bastaría para proporcionar ia prueba indiciaria. Son pues' las pruebas
críticas, a diferencia de las históricas, que están aportados físicamente
en los autos; pero ambas otorgan al juez una probabilidad. En ocasiones,
Ias pruebas críticas valdrán más que las históricas, es lo que explica la
aceptación casi generalizada del principio de primacía de la realidadttTTl.

Es de recalcar que la Nueva Ley Procesal del Trabajo no ha regu-


lado expresamente presunciones que tengan que ver directamente con
los medios probatorios; sí lo ha hecho tratándose de la conducta de las
partes procesales como se puede apreciar en su artículo 29". Esto su-
pone que el juez laboral se encuentra habilitado para aplicar cualquier
presunción que considere pertinente, siempre y cuando no transgreda
los derechos de las partes.

Doctrinariamente se reconoce que las presunciones pueden clasifi-


carse en legales y judiciales. Las primeras, a su vez, pueden ser absolutas
o relativas.

Gó¡¡rz V¡roEz, La Ley Procesal del Trabajo. Análisis secuencial, doctrinario, jurisprudencial y
comparado, cit., p. 345.
Í1771 Loc. cit.

334
Acru¡,croNr,s Pnoc¡sel¡s

Las presunciones legales son aquellas en donde el razonamiento


lógico ya se encuentra contenido en la ley. Se trata de que a priori la
ley ha asumido determinada posición, la cual deberá ser desvirtuada a
efectos de que no se aplique el supuesto contenido en ella.

Dentro del ámbito de las presunciones legales, tenemos a la presun-


ción absoluta o iure et de iure. Esta no admite prueba en contrario; es
decir, no hay forma de desvirtuar la presunción. Consideramos que más
que una presunción constituye una afirmación u asunción legal, ya que
si no es posible rebatirla técnicamente no estamos ante una presunción.

La otra modalidad de presunción legal es la relativa o iuris tantum,


En comparación con la presunción iure et de iure, esta sí admite prueba
en contrario; en otras palabras, le concede la posibilidad a las partes de
contradecir lo que se asume como una verdad inicial.

Por otra parte, las presunciones judiciales, conocidas también como


hominis o simples, no están propiamente contenidas en la le¡ sino que
es esta la que le permite al juez establecer presunciones sobre la base
de razonamientos lógicos.

Es de resaltar que en el proceso laboral las presunciones tienden


ser relativas, es decir, admiten ser contrariadas legítimamente; por tal
fazón, si bien en un primer momento se podría pensar que ciertos datos
remunerativos y de tiempo de servicios son ciertos, ello podría cambiar
si se llegase a comprobar su falsedad, si es que el empleador acredita
fehacientemente que los hechos presumiblemente verdaderos no lo son.

Asimismo, la Nueva Ley Procesal del Trabajo le ha dado especial


énfasis a las presunciones hominis o simples, tal como se puede advertir
de su artículo 29".

6.2. Los indicios


Los indicios son los actos, circunstancias o signos suficientemente
acreditados a través de los medios probatorios, que adquieren significa-
ción en su conjunto cuando conducen al juez ala certeza o convicción
en torno a un hecho relacionado con la controversia. Así, los indicios

33s
Oxnr VÍcron Áveros Jen¡

pueden ser, entre otros, las circunstancias en las que sucedieron los
hechos materia de la controversia y los antecedentes de la conducta de
ambas partes.

Los indicios y las presunciones son muy similares, prueba de ello


es que algunos autores consideran que la diferencia es de grado y no de
sustancia, pues lo importante es que ambas desean llegar a conclusiones
válidas acerca de la verdad de los hechos controvertidosttTsl.

7. Las cunsuoNES PRoBAToRTAS


Como se sabe, las cuestiones probatorias son aquellos mecanismos
de defensa procesal destinados a dejar sin eficacia legal los medios de
prueba aportados por la contraparte. Mediante las cuestiones probato-
rias se busca que dichos medios probatorios son sean actuados y, en
consecuencia, no sean tomados en cuenta por el director del proceso
al momento de decidir el litigio.

Con relación a ellas se ha dicho que son "las objeciones que los liti-
gantes o terceros tienen de las pruebas aportadas u ofrecidas en el juicio,
siempre que sean deducidas en el término procesal con las formalidades
y cuestiones de fondo exigidos por la norma y apoyados, además, de los
medios probatorios requeridos para cada caso, y que, una vez deducidos,
obligan al juzgador a su valoración y ulterior resolución judicial. A los
documentos y testigos ofrecidos como prueba corresponde cuestionarlo
solo a través de la tacha. A las exhibiciones solicitadas corresponde la
oposición. Así, tacha y oposición son las cuestiones probatorias simpli-
ficadas que ha adoptado nuestro ordenamien¡s"[r7el.

De conformidad con los artículos 300" y siguientes del Código


Procesai Civil, las cuestiones probatorias pueden ser dos: las tachas y
las oposiciones.

[1 781
Por tod os vide, Gó¡¡zzV ¡roez, La Ley Procesal del Trabajo. Anólisis secuencial, doctrinorio, juris-
prudencialy comparado, cit., p. 349.
11791
lbídem, p.352.

336
Acru¡,croN¡s PRocEsnr¡s

7.1. La tacha
Según la aludida norma adjetiva, la tacha solo es procedente con-
tra la declaración de ciertos testigos -no contra los testigos mismos- y
documentos, de modo tal que lo que se busca es la ineficacia legal de
los medios probatorios que se ofrezcan bajos esas modalidades.

Tanto en el caso del demandado como del demandante, las tachas


pueden proponerse oralmente y durante etapa de actuación probatoria.
Cabe resaltar que solo es posible proponer cuestiones probatorias res-
pecto de las pruebas admitidas y siempre y cuando las pruebas que las
sustentan pueden ser actuadas en esta etapa.

Las tachas serán resueltas durante Ia etapa de actuación probatoria,


la cual deberá concluir el mismo día en que se inició o, excepcional-
mente, dentro de los 5 días hábiles siguientes.

Esta demás señalar que un requisito indispensable para la admisi-


bilidad de la tacha lo constituye el hecho de que los fundamentos sean
expuestos con claridad y que, de ser el caso, se acompañe la prueba
que la sustenta.

En este sentido, durante la audiencia probatoria el |uez deberá


concederle Ia palabra a la otra parte para que en un plazo razonable
absuelva la tacha.

7.2. La oposición
La oposición "constituye el acto procesal según el cual el obligado
a la exhibición de un documento o actuación de una prueba, indica,
con su articulación cuestionadora, que está imposibiiitado para ac-
tuarla o solicita su no actuación, sea porque no tiene la prueba en su
poder o es inexistente, o simplemente no tiene por qué actuarse, el
termino para actuarla ha vencido, o está en poder de un tercero, que
tendrá a bien indicar, para los fines subsiguientes. Se trata, entonces,
de una articulación procesal dirigida a imposibilitar la actuación de
la prueba ofrecida, como una reacción natural con el acto, dirigido a

337
Oxel VÍcron Áv¡,los Jena

eliminar su eficacia. Son claros de medios de defensa en el Derecho


probatori6"treol.

La oposición busca dejar sin eficacia jurídica la actuación de una


declaración de parte, una exhibición, una pericia o a una inspección
judicial.
ser pro-
Al igual que en el caso de las tachas, la oposición puede
puesta durante etapa de actuación probatoria. Cabe resaltar que solo es
posible proponer oposición contra las pruebas admitidas' y siempre y
cuando las pruebas que las sustentan pueden ser actuadas en esta etaPa.

La oposición será resuelta durante la etapa de actuación probatoria,


la cual deberá concluir el mismo día en que se inició o, excepcional-
mente, dentro de los 5 días hábiles siguientes.

La oposición debe ser propuesta oralmente, y constituye un requi-


sito para su admisibilidad que los fundamentos que la sustenten sean
expuestos con claridad y que, de ser el caso, se acompañe la prueba
que la sustenta.

De haberse propuesto una oposición, el juez laboral deberá conce-


derle a la contraparte durante la etapa de actuación probatoria el tiempo
razonable a efectos de que pueda absolver la cuestión probatoria'

Con respecto a los efectos de la oposición, debe mencionarse que


ella hará que una prueba no sea actuada o que la parte que la presente
no sea la obligada a prestarla. EI objetivo de la oposición es, ante todo,
dejar de lado las pruebas inútiles o que puedan desviar al proceso de
su cauce regular hacia lo más justo.

7.3. Consideraciones sobre las cuestiones probatorias


En los casos en que el juez laboral solicite de oficio la actuación
de determinadas pruebas, las partes sí tendrán el derecho a presentar

tl801 Górrr V¡toez, Lo Ley Procesal del Trabajo. Análisis secuencial, doctrinario, iurisprudencial y
comparado, cit., p. 356.

338
Actu¡croNps PRocEsRtps

cuestiones probatorias, ello en razón de que la Nueva Ley Procesal del


Trabajo solo prohíbe impugnar la decisión de solicitar la prueba de oficio,
pero no cuestionar la prueba misma. Siendo que las cuestiones proba-
torias no son medios impugnatorios, entonces las partes se encuentran
habilitadas para buscar la ineficacia de dicha prueba.

También es importante recalcar que la tacha, la oposición o sus


absoluciones, que no cumplan con los requisitos indicados para su
admisibilidad, serán declaradas inadmisibles de plano por el juez en
decisión inimpugnable. Ello quiere decir que no es posible cuestionar
la decisión judicial de incluir o excluir algún medio probatorio.

Finalmente, debemos destacar que si un litigante propone ma-


Iiciosamente una tacha u oposición, el juez iaboral deberá imponerle
una multa no menor de tres ni mar.or de diez Unidades de Referencia
Procesal, sin perjuicio de las costas v costos de su tramitación.

B. La opoRruNIDAD pARA pREsENTAR Los MEDIos pRoBATo-


Rros SEGÚN LA NUEVA LEy PROCESAL DEL TnanA¡O
Los medios de prueba no pueden ser aportados por los justiciables
en cualquier momento sino en la oportunidad en que lo dispone el
ordenamiento jurídico. El momento en que son ofrecidos los medios
probatorios representa un requisito de la misma, pues no debe hacerse
extemporáneamente, vale decir, fuera del plazo legal previsto para ello,
sino que debe suministrarse al proceso cuando la ley así io disponga
(lo contrario acarrea su rechazo), lo que facilita el conocimiento de la
prueba por ambas partes, así como hace posible que la prueba pueda
ser objeto de contradicción.

Los medios probatorios deben ser ofrecidos por ias partes en la


fase postulatoria del proceso, concretamente ¡ por lo general, en el
acto de presentar los escritos rectores del proceso: la demanda y su
contestación. Recordemos que el ofrecimiento de los medios de prueba
constituye un requisito de la demanda y de la contestación, por lo que
tal ofrecimiento no significa una potestad de los sujetos procesales sino
más bien constituye un elemento exigible para la admisión a trámite de
la demanda y de Ia contestación.

339
Oxer VÍcron Áveros )nu
Acerca de la oportunidad para ofrecer los medios de prueba existe
una salvedad a lo señalado precedentemente. En efecto, como lo autoriza
el artículo 2L" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, es factible el ofre-
cimiento de medios probatorios en momento posterior a la presentación
de la demanda y de la contestación de la misma, siempre y cuando el
referido aporte de la prueba se produzca antes de la fase de actuación
probatoria.

Pero la mencionada salvedad no opera en todos los casos, pues


se restringe a aquellos supuestos en que los medios probatorios que se
suministren al proceso conciernan a hechos nuevos alegados por la con-
traparte o se traten de pruebas conocidas u obtenidas en fecha posterior
a la fecha de presentación de la demanda o contestación de esta. En lo
que atañe a la hipótesis de los hechos nue\¡os, cabe indicar que no es
sino un caso de integración de la pretensión, supuesto este que acontece
cuando se incorporan al proceso algunas otras circunstancias de hecho
que tienen por objeto corroborar o complementar Ia pretensión, sin que
por ello se alteren significativamente los elementos constitutivos de la
pretensión, cuales son los sujetos, el objeto y la causa. La alegación de
hechos nuevos, bajo la posición del accionado, está dirigida a rebatir la
causa petendl sostenida por el demandante.

Como se puede observar, los medios de prueba pueden ser ofrecidos


por las partes en los siguientes momentos:

- al presentar el escrito de demanda;


- al presentar el escrito de contestación de demanda;

en momento previo a la actuación probatoria, cuando la prueba


se refiera a hechos nuevos invocados por la contraparte (hechos
que el contrario tendrá que absolver y, consecuentemente, acre-
ditar las alegaciones de su absolución);
- en momento previo a la actuación probatoria, cuando la prueba
que se ofrece ha sido conocida con posterioridad a la fecha de
presentación de los escritos rectores del proceso (demanda y
contestación); y

340
Acrueclor.rps Pnoc¡seLrs

- en momento previo a la actuación probatoria, cuando la prueba


que se aporta ha sido obtenida con posterioridad a la interpo-
sición de la demanda o de su contestación.

Si alguna de las partes presentase algún medio de prueba en


oportunidad distinta a la enunciada en los literales precedentes, ello
significaría una actividad inútil y carente de eficacia, porque el medio
probatorio en cuestión no será admitido por el |uzgadon Es más, el jtez
del proceso se encuentra impedido de tomar en cuenta en la sentencia
que decida la causa algún medio probatorio que haya sido aportado ex-
temporáneamente, pues, reiteramos, no debe siquiera admitir tal medio
de prueba presentado fuera de la oportunidad prevista legalmente, ni
mucho menos valorarla ni, lo que es peor, considerarla como funda-
mento del fallo final.

Es destacar también que Ia presentación por alguna de las partes


de medios probatorios extemporáneos -o sea, de medios de prueba
suministrados en monlento posterior a los indicados en los literales pre-
cedentes- no produce de ninguna manera ia nulidad de la sentencia, a
no ser que, pese a la prohibición legal impuesta al órgano jurisdiccional
de tomar en cuenta los indicados medios de prueba extemporáneos para
resolver, aquél los tome en consideración como fundamento de su fallo,
circunstancia esta que acarrea la nulidad o revocación de la sentencia de
primera instancia, luego de la impugnación correspondiente y posterior
revisión por el superior jerárquico.

Tanto la parte demandante como la parte demandada deben asistir


a la audiencia en la que se actuarán los medios de prueba con todos y
cada uno de los testigos y peritos que hubiesen ofrácido, así como con
Ias pruebas documentales que hubiesen aportado al proceso o que les
compete exhibir en tal audiencia -si así lo hubiese solicitado la con-
traparte- o que ofrezcan para sustentar las cuestiones probatorias que
formulen.

La actividad probatoria de cada una de las partes -!iue, como se


viera, no se restringe a su sola declaración, sino que implica su concu-
rrencia a la audiencia respectiva con todos sus testigos, peritos, pruebas
documentales, etc.- se produce bajo la responsabilidad de ellas y a su
costo. El juzgado ante el cual se tramita el proceso laboral no está, pues,

34r
Oxar VÍcron Áv¡.los Inn¡

obligado a citar a los testigos, peritos, etc., pues corresponde al sujeto


procesal que los ofreció como prueba el poner en su conocimiento lo
concerniente a su declaración o actuación, a efectos de que se aPersonen
al local del juzgado en el día y hora de la audiencia'
Es de destacar que la presencia del testigo o perito tiene lugar sin
perjuicio de que el magistrado admita o rechace su declaración o ac-
tuación en el acto de la audiencia. Lo propio ocurre en el caso de los
documentos que se llevan al acto de la audiencia, vale decir, el hecho de
que efectivamente sean llevados para ser presentados o exhibidos en la
audiencia no significa que el juez deba admitirlos necesariamente, ya que
bien puede optar por rechazar la prueba documental, 1o que acontece'
por lo general, si se trata de prueba inútil, impertinente o inidóneapara
los fines del caso o se refieran a hechos notorios o imposibles.

Si se produce la inconcurrencia de los testigos o la inasistencia de


los peritos a la audiencia o si no se presentan los documentos ofrecidos
o que debían ser exhibidos en tal audiencia, elio no obsta al órgano ju-
risdiccional para que proceda a emitir el fallo correspondiente, siempre
y cuando se hubieren acreditado con las pruebas que sí fueron actuadas
en la audiencia los hechos relevantes de la causa que sean suficientes
para resolver el pleito mediante la sentencia.

Esto significa que en el proceso laboral no necesariamente deben


actuarse todos los medios probatorios ofrecidos por los justiciables,
porque, si por cualquier circunstancia no pudiera actuarse un determi-
nado medio probatorio, el juez puede prescindir de él y dar solución
al conflicto de intereses si se ha formado convicción sobre los hechos
alegados por las partes, en tanto los medios de prueba actuados son
suficientes para producirle certeza respecto de la forma en que debe
pronunciarse en la sentencia.

Art. 220.- Pnus[a üe 0f¡c¡0

Excepcionalmente, el jtezpuede ordenar la práctica de alguna


prueba adicional, en cuyo caso dispone lo conveniente para su
iealización, procediendo a suspender la audiencia en la que se
actúan las pruebas por un lapso adecuado no mayor a treinta

342
ActuecroNrs PRocEs¡rEs

(30) días hábiles, y a citat en el mismo acto, fecha y hora para


su continuación. Esta decisión es inimpugnable.
Esta facultad no puede ser invocada encontrándose el proceso
en casación. La omisión de esta facultad no acarrea la nulidad
de la sentencia.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos 51o.2y 194o.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos lll del Título Preliminar y 2lo.

Comentario

t. CorucEpro
Si tenemos en consideración que nuestro sistema procesal se rige
preponderantemente por el principio dispositivo, es claro que por regla
general corresponde a las partes probar sus afirmaciones; sin embargo,
ello no es óbice para que excepcionalmente el jtez pueda irrogarse la
facultad de solicitar a las partes la presentación de medios probatorios
adicionales y de forma extemporánea, máxime si con eilo, sobre la base
del principio iura noyit curia, pretende resolver la controversia jurídica
con la mayor justicia posible.

Precisamente es esto lo que se conoce como prueba de oficio. Puede


entenderse, entonces, que la prueba de oficio es la no ofrecida por las
partes sino ordenada por el juez, cuando los medios probatorios que las
partes le han ofrecido no le causan certeza ni convicción para poder
determinar con claridad un hecho controvertido.
La prueba de oficio es perfectamente legal y no vulnera derecho
alguno de la partes, pues no es que el juez suplante en su voluntad a
una de ellas.

La prueba de oficio tiene por objeto que el director del proceso,


con la finalidad de concluir su decisión final, le requiera a alguna de las
partes uno o varios medios probatorios adicionales. Como se advierte,
constituye un requisito para la procedencia de la prueba de oficio que
los hechos en cuestión estén medianamente probados, de forma tal que
con la prueba de oficio queden totalmente acreditados.

343
Ox¡,r VÍcron Ávelos Ien¡

Pero la prueba de oficio no es una facultad ilimitada del juez la-


boral, existen límites que el juzgador debe observar y respetar. Así, en
opinión de Picó I ]unoy y de Carrión Lugottetl, la cual compartimos, los
límites a la iniciativa del juez en materia probatoria son perfectamente
identificables y son los siguientes:

- las pruebas de oficio deben derivar de la fuente de prueba


aportada por las partes;

- las pruebas de oficio deben estar relacionadas con los hechos


controvertidos que surgen de las posiciones de las partes;

- las pruebas de oficio deben estar sometidas al contradictorio; y,

- Ias pruebas de oficio son subsidiarias y no sirven para sustituir


a las partes.

Siendo así, queda claro que la prueba de oficio solo tiene cabida en
la medida que con respecto a los hechos controvertidos ya hayan sido
aportadas pruebas, no obstante estas resultan insuficientes.

Entonces, como se afirma acertadamente, esta facultad del juez


"para ordenar pruebas de oficio está limitado a los hechos controverti-
dos que nacen de las posiciones de las partes, a las fuentes de prueba
aportadas por las mismas; ¡ a los límites que imponen los principios
de contradicción, igualdad de las partes e imparcialidad del juez como
tercero en la relación procesal heterocompositiva"[r82].

2. ¿UNA FAcuLTAD o uNA oBLIGAcIóN DEL lvuz?


Durante la vigencia de la Ley N" 26636, el principal cuestionamiento
que recaía sobre el tema de la prueba de oficio fue sin duda el referido
a si se trataba de una facultad o una obligación del juez.

citados por DourRrs sArcHez, Pedro, "Los límites a los medios probatorios de oficio en el
proceso civil'i en www.derechoycambiosocial.com/revistaOOg/pruebas0/o20de0/o20oficio.htm
Ir 821
Loc. cit.

344
ActulcroNps PaocEset¡s

Y esta controversia no emanaba de lo que doctrinariamente se en-


tiende por prueba de oficio, sino por la redacción -talvez deficiente- del
artículo 28" de la Ley N" 26636, que literalmente señalaba: "El jtez, en
decisión motivada e inimpugnable, puede ordenar la actuación de los
medios probatorios que considere convenientes, cuando los ofrecidos Por
las partes resulten insuficientes para producirle cerleza y convicción".

Si bien a priori se entiende que es una facultad, algunos entendían


que se trataba de una obligación. Sin embargo, era mayoritaria la po-
sición que indicaba que no constituía una obligación del juez laboral.

Sobre el particular, la profesora Ariano Deho señaló que "la utili-


zación del verbo poder (el juez puede) en la redacción del artículo i94'
del Código Procesal Civil, no deja duda alguna al respecto. No se trata
de un deber, si no de una mera facultad, que bien el juez puede ejercer
o no. Lo que en buena medida, así fue aclarado mediante sentencia de
Casación N' 2057-99, del 8 de junio de 2000, quedando sentado que
el principio de la no utilización de la facultad de iniciativa probatoria
conferida al juez por el artículo 194' del Código Procesal Civil, no
acafiea nulidad de la sentencia, pues siendo facultad y no deber, el juez
de fondo puede usar de ella o no. Y ello deben tenerlo muy presente
los jueces de apelación, llue muchas veces, por Ia razón que fuere, en
vez de entrar al fondo y pronunciarse sobre la apelada, recurren muy
seguido a la opción de anularla disponiendo que el a-quo, actúe tal o
cual medio probatori6"trar).

En su momento nosotros respaldamos tal postura, pues consideramos


que se trata de una facultad, no de una obligación, ya que en nuestro
sistema rige el principio de la prueba razonada, la que determina que la
actuación de los medios probatorios de oficio no puede ser una obligación
sino siempre una facultad discrecional pero limitada y con Presupuestos
para su actuación. Asimismo, siendo que es el |uez quien determinará
si las pruebas son suficientes o no para poder resolver, entendemos que
se trata de una facultad y no de una obligación, ya que nadie, menos

[r83] Annr.roDeHo,Eugenia,"Pruebadeoficioypreclusión'| enProblemasdel procesocivilJurista


Editores, 1ima,2003.

345
Ox¡r VÍcron Ávelos fene

las partes, podrían obligaral juez a que solicite determinadas pruebas,


pues ello iría en contra de la imparcialidad del juez. En suma, es la
prueba de oficio una facultad del juez.

Una de las virtudes de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es que


erradica esta controversia al dejar claramente definido que se trata de
una facultad, por lo que la controversia suscitada en el marco de la Ley
N' 26636 resulta anecdótica.

3. ¿Es posrBLE cuEsrroNAR LAs rRUEBAS DE oFrclo?


Si uno lee detenidamente laparte final del artículo 22" de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo entenderá claramente que la decisión del juez
de solicitar pruebas de oficio es inimpugnable, es decir, que contra ella
no cabe interponer ningún recurso de impugnación.

A priori pareciera que si el juez determina la práctica de alguna


prueba oficio no habría nada que hacer, salvo que se trate de alguna
de las prohibiciones contenidas en el artículo 229" del Código Procesal
Civil. Sin embargo, como la norma ha hecho mención expresa solo a
los medios impugnatorios, implícitamente está habilitando a las partes
del proceso para que mediante las cuestiones probatorias puedan buscar
la ineficacia de las pruebas de oficio.

En efecto, de acuerdo con la redacción del artículo 22" de la Nue-


va Ley Procesal del Trabajo, es factible la utilización de las cuestiones
probatorias ante la prueba de oficio solicitada por el juez laboral, pues
dicha norma no prohíbe expresamente su utilización. La prohibición
recae solo sobre la decisión del juez, pero no sobre la prueba misma.

Al margen de cuál haya sido la intención del legislador, lo cierto de


todo es que al señalar la norma en cuestión que la decisión de solicitar
la prueba de oficio "es inimpugnable" solo restringe la posibilidad de
interponer medios impugnatorios. Diferente sería el caso en que, ade-
más, se hubiese indicado que la prueba ordenada "es incuestionable".
De haber sido así, no tendríamos ninguna duda que la prueba de oficio
deberá ser actuada indefectiblemente.

346
AcruRcro¡'tns PRocg,snLEs

En consecuencia, dado que la prohibición está dirigida a la decisión


del juez pero no al instrumento probatorio, podemos concluir que sí es
posible cuestionar las pruebas de oficio.

Finalmente, cabe precisar que este cuestionamiento no perjudica


o menoscaba en nada la potestad discrecional del juez, dado que nadie
contraviene sus decisiones, lo único que se pretende con ello es, de
ser el caso, advertirle o comunicarle que las pruebas que ha oficiado
no deberían actuarse ni valorarse porque carecen de los requisitos o
condiciones elementales para cumplir con su finalidad. Es el juez quien
finalmente toma la decisión definitiva.

4. La pnursA o pRUEBA ADTcIoNAL EN tA


DE oFlcro NUEvA
LEv PnocrsAl DEL Tnasalo
Los magistrados que conocen de un determinado proceso se en-
cuentran autorizados para disponer Ia realización de todos aquellos actos
procesales que resulten necesarios para esclarecer los hechos objeto de
controversia, razón por la cual tienen la potestad de ordenar la actuación
de las llamadas pruebas de oficio, vale decir, aquellas que no han sido
ofrecidas por las partes sino que han sido dispuestas por el juzgador.

Naturalmente, la facultad del órgano jurisdiccional de disponer la


actuación de las pruebas de oficio para un mejor resolver tiene como
correlato o contrapeso el respeto del derecho de defensa de los justi-
ciables, por lo que cualquier prueba de oficio cuya actuación decrete el
magistrado debe ser puesta en conocimiento de ellos para que estos se
pronuncien sobre el particular, vigilen su actuación y tengan la opor-
tunidad de rebatirla o complementarla.
La disposición de la actuación de pruebas de oficio representa una
potestad del juez laboral que conoce del pleito y de ninguna manera una
obligación. Si el juez del proceso lo considera pertinente para esclarecer
los hechos controvertidos, ordenará la actuación oficiosa de una prueba;
del mismo modo, si dicho magistrado estima que los medios de prueba
actuados resultan ser suficientes para formarse convicción acerca de
Ios hechos materia del proceso, entonces, no tiene porque disponer la
actuación de prueba de oficio alguna.

347
Ox¡,r VÍcron Áveros |.nu

En atencióna lo señalado anteriormente, es que el superior jerárquico


se encuentra impedido de ordenarle al juez que conoció del proceso en
primera instancia que proceda a actuar de oficio algún medio de prueba
o, también, de reprocharle que haya omitido disponer que se actúen
pruebas de oficio, en aquellos casos en que el jtsezde primera instancia
consideró suficientes los medios de prueba actuados en el proceso.

Lo que el superior jerárquico sí puede hacer con relación a las


pruebas de oficio dispuestas por el juez de primera instancia es revisar
-cuando haya sido denunciado en el medio impugnatorio respectivo-
la actuación de tales pruebas, estando facultado incluso para anular la
resolución recurrida sobre la base de la afectación del derecho de defensa
con motivo de la actuación de una prueba de oficio, como sería el caso,
verbigracia, de no haberse notificado a una de las partes lo relativo a la
prueba de oficio en cuestión.

Es de destacar que Ias pruebas de oficio resultan viables siempre y


cuando los sujetos procesales hubiesen suministrado al proceso sus Pro-
pios medios de prueba ,v estos resultan ser insuficientes para demostrar
la verdad de sus alegaciones. Si las partes no ofrecen medios probato-
rios, el juez no debe suplir la omisión de la referida carga probatoria
disponiendo la actuación de pruebas de oficio. Así es, las pruebas de
oficio no tienen por finalidad sustituir la carga probatoria de los justi-
ciables, sino simplemente complementarla en el supuesto que el material
probatorio aportado por las partes sea insuficiente para esclarecer los
hechos litigiosos.

En el proceso laboral, conforme al artículo que analizamos en esta


oportunidad, el juez laboral tiene la potestad -y no la obligación- de
ordenar la práctica de alguna prueba adicional. Dicha potestad tiene
naturaleza excepcional, pues no opera en todos los casos, estando res-
tringida, como se señalara, a aquellas situaciones en que se deba com-
plementar las pruebas de las partes para la investigación de los hechos
controvertidos.

En la norma procesal bajo comentario claramente se señala que


la mencionada práctica está referida a prueba adicional, por lo que se
excluye la actuación de las pruebas de oficio en caso de no aportar las

348
AcruectoN¡s PnocnseLEs

partes los medios probatorios correspondientes, siendo factible más bien


cuando los medios de prueba de los justiciables son insuficientes para
formar convicción en el juzgador y es menester, entonces, decretar la
actuación de prueba adicional.

En el proceso laboral, si el magistrado, haciendo uso de su facultad


discrecional, opta por ordenar la práctica de alguna prueba adicional
-prueba de oficio-, debe disponer, además, todo lo necesario para la
actuación de tal prueba. En tal sentido, el juez del proceso suspenderá
la audiencia en la que se actúan los medios probatorios de las partes,
la misma que debe reanudarse en un plazo no mayor a los treinta días
hábiles contados a partir de la referida suspensión. Además de ordenar
la suspensión de la audiencia, en el mismo acto, el juez del proceso debe
fijar día y hora para la continuación de la audiencia, teniéndose a las
partes notificadas de ello en ese mismo momento.

La decisión del juez del proceso por la que dispone la actuación


de prueba adicional -prueba de oficio- para esclarecer los hechos de
la controversia no es susceptible de ser recurrida Por las partes, pues
el artículo bajo comentario claramente establece que la mencionada
decisión tiene carácter de inimpugnable.

El órgano jurisdiccional no puede hacer uso de su potestad de


disponer la actuación de prueba adicional -prueba de oficio- cuando
el estado del proceso sea el atinente al trámite del recurso de casación,
porque así 1o prohíbe el artículo 22" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.
Y ello es totalmente lógico, pues el recurso de casación se circunscribe
estrictamente a verificar si existió o no alguna infracción normativa,
por lo que no cabe una revaloración de los hechos.
Por último, v como se indicara precedentemente, el mandato judi-
cial dirigido a que se efectúe la práctica de prueba adicional -prueba de
oficio- constitu)'e una facultad del magistrado y no un deber del mismo,
razón por la cual, si aquel no estima pertinente disponer la actuación
de pruebas de oficio y resuelve sobre la base de los medios probatorios
aportados por las partes y actuados en el proceso, entonces, tal circuns-
tancia no trae como consecuencia la invalidez de la sentencia. Así es,
si el órgano jurisdiccional no dispone la práctica de pruebas de oficio

349
Oxar VÍcron Av¡,ros Jnn¡

por no considerarlas necesarias, ello no significa que el fallo respectivo


sea nulo. Esta disposición es una expresión de la independencia de la
función jurisdiccional de los jueces laborales, pues refleja la autonomía
que tienen estos para el desempeño de sus funciones.

APt. 230.- CAnga fe la [rue[a

23.I.Lacargade la prueba corresponde a quien afirma hechos


que configuran su pretensión, o a quien los contradice
alegando nuevos hechos, sujetos a las siguientes reglas
especiales de distribución de la carga probatoria, sin per-
juicio de que por ley se dispongan otras adicionales.
23.2.Acreditada la prestación personal de servicios' se presume
la existencia de vínculo laboral a plazo indeterminado,
salvo prueba en contrario.
23.3.Cuando corresponda, si el demandante invoca la calidad
de trabajador o ex trabajador, tiene la carga de la prueba
de:
a. La existencia de la fuente normativa de los derechos
alegados de origen distinto al constitucional o legal.
b. El motivo de nulidad invocado y el acto de hostilidad
padecido.
c. La existencia del daño alegado.
23.4.De modo paralelo, cuando corresponda, incumbe al de-
mandado que sea señalado como empleador la carga de
la prueba de:
a. El pago, el cumplimiento de las normas legales, el
cumplimiento de sus obligaciones contractuales, su
extinción o inexigibilidad.
b. La existencia de un motivo razonable distinto al hecho
lesivo alegado.
c. El estado del vínculo laboral y la causa del despido.
23.5.8n aquellos casos en que de la demanda y de la prueba
actuada aparezcan indicios que permitan presumir la
existencia del hecho lesivo alegado, eliaezdebe darlo por
cierto, salvo que el demandado haya aportado elementos
suficientes para demostrar que existe justificación objetiva

3s0
ActuecroNns Pnocns¡,rn,s

y razonable de las medidas adoptadas y de su proporcio-


nalidad.
Los indicios pueden ser, entre otros, las circunstancias en las
que sucedieron los hechos materia de la controversia y los an-
tecedentes de la conducta de ambas partes.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artículos'1960 y 276o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 21".

Comentario

I. LacnncnDELAPRUEBA
Acertadamente se ha dicho que probar "no es para las partes ni
un deber ni una obligación, sino una carga"t1841. En efecto, si tenemos
en consideración que a quien invoca uno o varios derechos le corres-
ponde demostrar que ellos le asisten, no estamos ante un deber ni una
obligación, estamos en estricto frente a una incumbencia.

Y decimos ello porque la persona que ha esgrimido determinados


hechos tiene que probarlos a efectos de que sus alegaciones puedan
ser consideradas veraces; sin embargo, es claro que la Persona no está
"obligada" a acreditar sus afirmaciones, pues si no lo hace no recibirá
sanción alguna ni recibirá el apercibimiento del juez para que realice
tal acreditación. Lo que sucederá en este caso es que el juez no atenderá
su pedido, y no por ello estamos ante una obligación.

Tampoco estamos ante un "deber" porque la persona que ha de-


mandado uno o varios derechos no debe acreditar sus afirmaciones por
estar en deuda o comprometido con alguien. Sencillamente, la persona
debe acreditar sus afirmaciones si quiere que le concedan los derechos
solicitados.

[1sl AnrnHo Drno, Eugenia,"La etapa probatoria en el proceso civil", artículo no publicado, p. 21.

351
Oxer VÍcron Áveros Jen¡

Entonces, queda claro que estamos ante una carga, y más precisa-
mente frente a una carga probatoria.

Siendo así, en una versión más principista, este razonamiento se


convierte en la regla general del Derecho probatorio, por lo que se colige
que toda persona que alega algo tiene la carga de probarlo a efectos de
que se le conceda lo peticionado.

Esto es recogido por nuestro Código Procesal Civil, el cual establece


en su artículo 196" que: "Salvo disposición legal diferente, la carga de
probar corresponde a quien afirma hechos que configuran su pretensión,
o a quien los contradice alegando nuevos hechos".
Igual regla recoge la Nueva Ley Procesal del Trabajo, ya que en
el primer párrafo de su artículo 23" señala que: "La carga de la prueba
corresponde a quien afirma hechos que configuran su pretensión, o a
quien los contradice alegando nuevos hechos".

Sin embargo, al tratarse de una regla general, tiene sus excepcio-


nes, por lo que en muy puntuales casos esta carga no recae sobre el
peticionante del derecho sino sobre un agente diferente, que puede ser
la contraparte o un tercero.

2. La usrRrBucróN DE LA cARGA DE LA pRUEBA


Como quiera que por razones enteramente justificadas la aludida
regla general puede ser variada, es posible que se establezca legalmente
que quien alegue un derecho no sea el encargado de probarlo. En es-
tricto, si el demandante realiza ciertas afirmaciones pero corresponden
que sean probadas por el demandado, estamos frente a la figura de la
inversión de la carga de la prueba.

Esto puede hacerse mediante el traslado total de la carga de la


prueba a la contraparte o mediante su distribución tanto a la parte
demandante como a la demandada.

Tratándose del primer caso, nos encontramos en aquel supuesto


en donde al demandante solo incumbe la probanza del marco general
que da origen a las peticiones judiciales, pues luego de ello será el de-

352
AcruacroN¡s PRoc¡snLss

mandado el encargado de probar el cumplimiento de las obligaciones


exigidas. Sería el caso, por ejemplo, en el cual al trabajacior -..i., le atañe
acreditar la existencia de la relación laboral, y si lo hace la carga de la
prueba de las obligaciones que emanan de ella es totalmente de cargo
del empleador demandado.

Distinto es el caso de la distribución de la carga de la prueba, pues


en este supuesto tanto al demandante como al demandado les incumbe
la probanza de ciertos hechos y en determinados casos; es decir, no es
que se le traslade totalmente la carga de la prueba al empleador deman-
dado, sino que esta se distribuye y recae tanto sobre el demandado y el
trabajador demandante, de modo tal que a ambos les atañe probar los
hechos invocados por ellos mismos o por la contraparte.

La diferencia entre el traslado de la carga de prueba y de su dis-


tribución es significativa, pues mientras que en el primer caso la tarea
del trabajador demandante se agota con la acreditación de la relación
laboral, del despido o de la hostilidad, según corresponda; en el segun-
do caso su responsabilidad probatoria va más allá, extendiéndose hacia
determinados supuestos que la ley establece que son de su incumbencia.

Además, es menester señalar que, en el primer caso, luego de


acreditada la relación de trabajo, al demandado le corresponde probar
todo lo que afirma el demandante, sencillamente porque la carga de la
prueba se le ha trasladado; no obstante, en el caso de la distribución la
actividad probatoria es más equitativa y equilibrada, pues legalmente
se fija qué es lo que le concierne probar a cada parte, y ello no se hace
de forma arbitraria, sino que se realiza sobre la base de hechos reales,
es decir, tomando en consideración quién se encuentra más cercano o
tiene mayores facilidades para aportar la prueba que fuere.

La distribución de 1a carga de la prueba se constituve sobre la base


de reglas indirectas de conducta para los justiciables, ias cuales les señalan
los hechos que tienen que demostrar el demandante y el demandado para
que sus pretensiones puedan ser satisfechas judicialmente. La carga de la
prueba compete única y exclusivamente a las partes, por ello el juez no
puede suplirla, a lo sumo, el órgano jurisdiccional puede complementar la
actividad probatoria de las partes, cuando esta exista. Las partes tienen,

3s3
Oxer VÍcron Áv¡los JÁnn

pues, la carga de acreditar los hechos que alegan en el proceso, a efectos


de que el juez pueda reconstruir la realidad y formarse convicción sobre
1o acontecido, para así dictar el derecho que corresponda.

En ciertos casos, el ordenamiento jurídico determina Ia conducta


que el justiciable debe observar para que pueda alcanzar un resultado
jurídico conveniente a sus intereses. Ello se traduce en los hechos que
deben ser acreditados por un determinado sujeto para obtener el fin
jurídico que desea. La distribución de la carga de la prueba engloba al
conjunto de reglas de juicio que no están dirigidas a que la parte sobre
quien recae dicha carga deba irremediablemente suministrar la prueba
del hecho en que se sustenta su pretensión, porque las referidas reglas
solamente señalan al sujeto a quien le interesa jurídicamente la demos-
tración de un determinado hecho.
Es menester indicar que el aPorte de la prueba debe ser tenido
en consideración sin discriminar al sujeto que la haya incorporado al
proceso. Es por ello que no es correcto decir que la distribución de la
carga de la prueba identifica a la parte obligada a demostrar un hecho,
pues la citada distribución de la carga de la prueba únicamente indica
a la persona que tiene interés jurídico en la prueba' a efectos de no
verse afectado con las consecuencias que conlleva la improbanza del
hecho alegado.

Solo cuando no haya prueba alguna sobre el particular, es que se


hace uso de las reglas de la carga de la prueba que sindican a la parte
que debió acreditar algún hecho. Las reglas de la carga de la prueba
resultan pertinentes si la prueba (de parte o de oficio) no resulta idó-
nea o útil para formar convicción en el juzgador sobre los hechos de
la controversia.

Las reglas de distribución de la carga de la prueba contribuyen para


que el magistrado se forme un juicio, en sentido afirmativo o negativo,
acerca de la pretensión o pretensiones que se reclaman en el proceso,
porque, si bien existe incertidumbre con relación a las circunstancias de
hecho, tales reglas le indican al juez la forma en que tiene que decidir
ante tal situación. En otras palabras, las reglas atinentes a la carga de
la prueba sirven como instrucciones que el ordenamiento legal Propor-

3s4
Acrueclot{¡s Pn ocEsRLss

ciona al juez sobre el modo en que debe orientar su Pronunciamiento


en la sentencia cuando no pueda verificarse a ciencia cierta i¿ verdad
de una afirmación de hecho relevante en el pleito. Las reglas de la
carga de la prueba constituyen un complemento indispensable en caso
de insuficiencia -y no omisión- probatoria, porque sirven como pauta
que el ]uez sigue en tal situación a efectos de emitir su decisión final.

3. Le CARCR DE LA PRUEBA EN LA NUEVR LNY PNOCESAL DEL


Tnann¡o
La regulación de la carga probatoria r onus probandí en la Nue-
va Ley Procesal del Trabajo se instaura a partir del núcleo básico del
Derecho probatorio, es decir, de la regla en virtud de la cual "la car-
ga de la prueba corresponde a quien afirma hechos que configuran
su pretensión, o a quien Ios contradice alegando nuevos hechos". En
efecto, la regla general que se impone en el proceso laboral y en otros
tipos de procesos respecto a la carga de la prueba consiste en que esta
última le corresponde al sujeto procesal que alega hechos que sustentan
su pretensión, así como al sujeto procesal que contradice tales hechos
invocando a su vez nuevos hechos.

Como se aprecia, el ordenamiento jurídico distribuye la carga de la


prueba entre la parte demandante y la parte demandada sobre la base
áe los hechos que tales sujetos procesales aleguen como fundamento
fáctico de su demanda o de su contestación. En ese sentido, la carga
de la prueba recae en el actor respecto de los hechos señalados en la
demanda como causa petendi, vale decir, como sustento de su pretensión.

No obstante ello, esta norma adjetiva establece reglas especiales de


distribución de Ia carga probatoria y, además, deja abierta la posibilidad
para que mediante otras disposiciones legales se regulen nuevos y dife-
rentes supuestos de distribución de la carga de Ia prueba.

Como quiera que ese es el marco normativo sobre el cual se asienta


la carga de la prueba, pasemos a analizar cómo es que se desarrolla la
actividad probatoria de las partes y en qué casos se produce la inversión
y distribución de la carga de la prueba.

355
Ox¡l Vícron Averos J¡R¡

3.1. Le incumbe al trabaiador acreditar la prestación


,,ersonal del servicios
Al encontrarnos todavía bajo los efectos de la regla general proba-
toria, corresponde que sea el trabajador demandante quien pruebe sus
afirmaciones; en especial, la que se refiere al título que da origen a los
derechos que reclama.

En efecto, si el demandante pretende que se le reconozcany otorguen


una serie derechos propios de toda relación laboral, entonces tendría que
probar que existió una relación laboral entre las Partes, Pues es partir
de allí que resultan exigibles los subsecuentes derechos.

Es claro que esta probanza le concierne al demandante, ya que es


él quien debe darle a conocer al juzgador que efectivamente hubo o
hay un vínculo entre las partes y q.ue, siendo veraces sus afirmaciones,
existe una acreencia a su favor de tipo laboral.

Y esto no significa que sea el propio trabajador demandante quien


en todos los casos sea el que directamente aporte o incorpore al proceso
los medios probatorios que correspondan, pues podría suceder que a
solicitud de é1, el propio empleador o un tercero sean quienes lo hagan,
ello en virtud de la figura de la exhibición.

Siendo así, podemos afirmar que el hecho de que la carga de la


prueba recaiga sobre el trabajador demandante implica que es él quien
debe ofrecer los medios probatorios pertinentes y con ellos acreditar la
existencia de la prestación personal de servicios; no obstante, esto no
supone que sea él quien necesariamente deba aportar Ia prueba que
fuere, pues esto puede ser efectuado por un agente distinto a é1.

Ofrecer un medio probatorio no es en todos los casos sinónimo


de incorporar o aportar directamente al proceso los instrumentos que
respaldan las afirmaciones; ofrecer un medio probatorio implica también
indicarle al jrcz laboral cómo es que se prueba lo alegado y en poder
de quién se encuentra el medio probatorio en cuestión.

Lo que decimos encuentra respaldo en el hecho de que la insufi-


ciencia probatoria no puede dar lugar a la desprotección de un derecho

356
Acru¡,ctottns PRocEs¡lEs

cuando la prueba que haría que se le proteja existe pero no está en


manos del peticionante.

Ahora bien, pero legalmente también pueden establecerse meca-


nismos con los cuales se haga más viable la actividad probatoria del
demandante, sin que ello suponga que se le supla en su tarea de acreditar
sus afirmaciones. Uno de ellos es sin duda la fijación de presunciones,
en virtudes de las cuales, habiendo dejado medianamente claro que los
derechos peticionados son viables, se presumela certeza de los hechos,
pero dejando abierta la posibilidad de que la parte contraria pueda
desvirtuar lo presumido.

Precisamente esto es lo que ocurre con el numeral 23.2 del artículo


23' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, pues como es fácil advertir,
le aligera la carga probatoria al demandante, siendo su regulación bas-
tante llamativa.

Si uno lee la norma puede colegir que al demandante solo le com-


pete acreditar la prestación personal de servicios -entiéndase no una
prestación de servicios subordinados, sino simplemente una prestación
de servicios-, y si ello ocurre el juez deberá asumir que entre las partes
en litigio existe una relación laboral de plazo indeterminado. Es decir, el
demandante no tiene que probar la subordinación, sino solo la existencia
de una relación prestacional. Esto lo podría realizar con la presentación
de sus recibos por honorarios profesionales, la impresión de un correo
electrónico, un fotocheck, la copia del contrato de locación de servicios
o, en general, con cualquier medio de prueba que sustente que entre las
partes existió una relación contractual de tipo prestacional.

Frente a esta presunción de tipo iuris tantum, le incumbe al de-


mandando -si es que así lo considera conveniente- acreditar, por un
lado, que la relación no fue de plazo indeterminado o, por otro lado,
que la relación laborai presumida nunca existió.

En resumen, con esta disposición se está asumiendo la existencia


de una relación laboral de plazo indeterminado aun cuando en algunos
casos el demandante no prueba la presencia de subordinación.

357
Oxer VÍcron Ávelos J.rne

Es claro que se trata de una clara muestra de inversión de la carga


de prueba, sin embargo, eso no es lo llamativo, sino lo es el hecho de
que tan solo acreditando que hubo una prestación personal de servicios
se presume que existe una relación laboral y de plazo indefinido.

En efecto, es indudable que esta presunción se origina en tazón


de la presunción contenida en el artículo 4" del Texto Único Ordenado
del Decreto Legislativo N" 728, Ley de Productividad y competitividad
Laboral, aprobado por el Decreto Supremo N' 003-07-TR, que literal-
mente señala que: "En toda prestación personal de servicios remunerados
y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a
plazo indeterminado"; no obstante, la presunción contenida en la nor-
ma adjetiva va más allá, pues opera tan solo con la demostración de
la prestación personal de servicios, ni importando a priori la presencia
de la remuneración 1' la subordinación comg elementos configurantes
del contrato de trabaio.

La norma contenida en la ley procesal presume la existencia de


subordinación tan solo porque el demandante acredita que prestó ser-
vicios personales, lo que acarrea que sea el demandando quien pruebe
que ello no es cierto, y que si bien existió una prestación personal, ella
se llevó a cabo en razón de un contrato de locación de servicios, un
convenio sobre modalidades formativas laborales, o cualquier otro título
que no genere relación laboral; en el mejor de los casos que acredite que
la relación laboral es o fue de plazo determinado.

Consideramos que no puede hablarse de un conflicto entre la


norma adjetiva y la sustantiva en la medida que ambas entienden que
el contrato de trabajo se configura por la confluencia de tres elementos
esenciales, que son: la prestación personal del servicio, la remuneración
y la subordinación.

La norma sustantiva es la que ha fijado la necesaria presencia de


ellos para la existencia del contrato de trabajo, y la norma adjetiva no los
niega, solo presume la aparición de la subordinación y la remuneración
ante la cercana probabilidad de su existencia.

En suma, la estructura probatoria en el Proceso laboral se inicia y


depende de que el demandante acredite que ha prestado servicios perso-

358
AcruecroN¡s PRocEsRtr,s

nales en favor de otra persona, los cuales no necesariamente deben tener


connotación laboral. Si esto es realizado con éxito deberá presumirse
que entre las partes existió una relación de trabajo de plazo indefinido,
correspondiéndole al demandado demostrar que la presunción no es tal y
que, en todo caso, la relación generada entre las partes no es de carácter
laboral o, si lo es, se trata de una de naturaleza temporal.

3.2. La distribución de Ia carga de la prueba que, en prin-


cipio, recae sobre el trabaiador
Los primero que nos llama la atención del numeral 23.3 del ar-
tículo 23" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es que le concede al
juez laboral la real calidad de director del proceso, dado que le permite
dirigirlo de acuerdo con sus consideraciones y no necesariamente debe
ceñir su actuación a lo que disponga una norma estricta.

Efectivamente, dicho numeral le otorga al juez la posibilidad de


encausar la actividad probatoria de manera flexible y razonable con el
único objeto de que las formas de la prueba no puedan trabar la pro-
tección de los derechos invocados.

Es claro que no se trata de una facultad desmedida o sin límites; por


el contrario, debe sujetarse a ciertas reglas, no obstante, ello no enerva
en nada el hecho de que el juzgador, en virtud de su poder discrecional
e independiente, pueda morigerar tales reglas en beneficio de Ia justicia.

En principio, luego de acreditada la prestación personal de servi-


cios, le incumbe al trabajador o ex trabajador demandante acreditar lo
siguiente:

- la existencia de la fuente normativa de los derechos alegados


de origen distinto al constitucional o legal,

- el motivo de nulidad invocado y el acto de hostilidad padecido, y/o

- la existencia del daño alegado.

Esto quiere decir que, en condiciones normales o regulares, la


carga de prueba recae sobre el trabajador o ex trabajador, de manera

359
Ox¡.1 VÍcron Áveros J¡,na

que si este no puede acreditar sus afirmaciones no se le concederán los


derechos peticionados.

No obstante, por circunstancias excepcionales, básicamente cuando


por alguna imposibilidad material o jurídica el trabajador o ex trabaja-
dor no puede aportar la prueba que fuere, el |uez laboral se encuentra
en la potestad de redireccionar la carga de la prueba, dirigiendo esta
hacia quien pueda tener la misma prueba, una de similar valor o que
la sustituya. Regularmente, será el empleador o ex empleador a quien
se le trasladará esta carga.

Ahora bien, la norma se ha colocado en supuestos específicos de


probanza. En primer lugar, se exige la probanza de la existencia de Ia
fuente normativa de los derechos alegados de origen distinto al consti-
tucional o Iegal.

Al respecto, es menester indicar que los derechos que emanan de


una relación de trabajo pueden tener diversas fuentes, pero de modo ge-
neral se pueden clasificar en normativas y convencionales-obligacionales.

Las primeras son aquellas producciones normativas elaboradas por


los propios Estados, tales como la Constitución, la ley o disposiciones
legales de su rango, las normas reglamentarias, entre otras; o las gene-
radas a raiz de los convenios, acuerdos o tratados internacionales entre
los Estados, pudiendo ser, por lo tanto, nacionales o internacionales. Son
claros ejemplos fuentes normativas nacionales la Constitución Política
del Perú, la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, la Ley de
Compensación por Tiempo de Servicios, entre muchas otras. Por su parte,
los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo, los acuerdos
de la Comunidad Andina o los tratados internacionales sobre derechos
humanos, son claros ejemplos de fuentes normativas internacionales.

Por otro lado, las fuentes convencionales-obligacionales son aquellas


que tienen como origen el acuerdo o, al menos, la voluntad de las partes
de llegar a un acuerdo. Siendo así, este tipo de fuentes pueden ser de
índole individual o colectivo. Ejemplos de las primeras lo constituyen
el contrato de trabajo, el reglamento interno de trabajo o los convenios
individuales; mientras que los convenios colectivos son el típico ejemplo
de las fuentes convencionales. Pero los laudos arbitrales, a pesar de que

360
Acru¡.croNps PnocEser¡s

no emanen de la pura voluntad de las partes ingresan al ámbito de las


fuentes convencionales pero con carácter obligacional, en la medida que
será un tercero dirimente el que determine los alcances de los acuercios.

Cabe recalcar que, según la norma materia de análisis, lo que el


trabajador o ex trabajador demandante debe acreditar es solo la existencia
de la fuente convencional-obligacional de los derechos que reclama, por
lo que no es necesario que pruebe la fuente normativa.
Y ello es totalmente lógico, pues si en virtud del principio iura novit
curiq eljuez laboral es quien conoce el Derecho que debe ser aplicado
al caso concreto, resultaría absurdo que se les exija a las partes acreditar
las fuentes normativas.

En segundo lugar, se exige la probanza del motivo de nulidad


invocado y el acto de hostilidad padecido. En este caso, el demandante
deberá acreditar que ha sido r'íctima de un despido nulo o de un acto
hostilidad.

Tratándose de lo primero, el demandante deberá acreditar por qué


el accionar del empleador o ex empleador se tradujo en un acto lesivo
configurador de alguna de las causales contenidas en el artículo 29" de
la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, o en los supuestos
contenidos en las Leyes N"s 26626 y 27050.

Según estas normas, los supuestos por los cuales es posible solicitar
la nulidad del despido, se encuentran relacionados con la vulneración de
los derechos a la libertad sindical, al ejercicio de la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso, al derecho a la igualdad, a la protección
de la madre trabajadora, al despido por ser portador de VIH-sida y al
despido del trabajador por razón de discapacidad. Esto quiere decir
que nadie podría invocar un supuesto no contemplado expresamente
en la ley para pretender la reposición en el empleo. Si los hechos no se
ajustan al supuesto establecido en las leyes antes mencionadas no cabría
la posibilidad de la reposición -al margen de los procesos de amparo-;
empero, si se acredita que el despido no corresponde a las causales de
cese legítimo, el trabajador tendrá derecho, de ser el caso, al pago de
una indemnización por el despido arbitrario.

361
Oxnl Vícron Áv¡los Jen¡

Ahora bien, la jurisprudenciatr8sl ha establecido que para que se


configure el despido nulo se tiene que acreditar esencialmente la rela-
ción de causalidad entre el hecho que presuntamente ha dado origen
al despido y el despido mismo, de forma tal que no basta con que se
demuestre que el despido no se ha producido por causas relacionadas
con la capacidad o la conducta del trabajador, sino, además de ello, que
el despido es la consecuencia del ejercicio de la libertad sindical o del
derecho al debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva, o que el
despido se produce por razones discriminatorias, de conformidad con lo
regulado en el artículo 29" de la Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, o de acuerdo a lo establecido en las Leyes N"s 26626 y 27050.

No obstante, debe apuntarse que en el caso de la vulneración del


fuero sindical se presenta una situación muy especial. Y es que a dife-
rencia de las demás causales contenidas en el aludido artículo 29" cuya
comprobación exige un juicio de valor destinado a establecer la relación
de causalidad existente con el despido ulterior, el caso de la vulneración
del fuero sindical tiene rasgos esencialmente objetivos, pues si el despido
se produjo por ser un dirigente o representante sindical y ocurre durante
el lapso que va desde la presentación de la solicitud de registro y hasta
tres meses después de producido, se presume su ilegalidad e ilegitimi-
dad ¡ por consiguiente, su nulidad, salvo la comisión de falta grave
debidamente comprobadalr86l. En otras palabras, en este caso no existe
necesidad de verificar si existe o no nexo causal entre la afiliación del
trabajador a un sindicato en formación con su posterior despido, pues
este se presume si se produce dentro del mencionado lapso.

Al margen de lo dicho, es muy importante precisar que si bien el


literal c del numeral23.4 del artículo 23" de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo establece que le concierne al empleador o ex empleador probar
la causa del despido, ello no significa bajo ninguna óptica que este deba
probar que el despido no ha sido nulo, su labor radica básicamente en
acreditar que el despido ha sido justificado ¡ de no poder probarlo, se

[r85] Portodas,videlaCasaciónN"1241-2003-Chincha,publicadaenel diariooñcial EI Peruano


el 30 de noviembre de 2004.
[ttul Ert"criteriohasidorecogidoenlaCasaciónN"1241-2003-Chincha,publicadaenel diario
ofrcial EI Peruano el 30 de noviembre de 2004.

362
AcruecroNss PnocEseL¡s

entenderá o presumirá que el despido ha sido arbitrario conforme a


los lineamientos fijados en el artículo 34" de la Ley de Procluctividad y
Competitividad Laboral.

En este sentido, el despido nulo no se presume ni se deduce, debe


estar totalmente acreditado por la parte que lo invoca, por ello la in-
cumbencia de la carga de la prueba recae necesariamente sobre quien
afirma que ha sido víctima de é1.

En este caso, excepcionalmente, y cuando el juez advierta que razo-


nablemente existe la posibilidad de que se haya configurado un despido
nulo, pero las pruebas pertinentes no obran en poder de demandante,
podrá invertir la carga de la prueba sobre el empleador o ex empleador
o un tercero, pero esto solo podrá suceder en la medida que ellos cuen-
ten con las pruebas pertinentes y el juez esté convencido de que esto es
así. El juez laboral no puede invertir la carga de la prueba simplemente
porque el demandante no cuenta con ellas; además de comprobar que el
demandando se encuentra imposibilitado para presentar los medios de
pruebas pertinentes, deberá verificar, primero, si dichas pruebas existen
y, de ser el caso, en poder de quién están.

Solo si después de esta operación resulta razonable que no se le


exijan las pruebas al demandante, el juez laboral podrá invertir la carga
de la prueba.

Tratándose de los actos de hostilidad se aplican las mismas reglas,


pues es al demandante a quien le incumbe la carga de la prueba. De
este modo, no solo deberá alegar que se ha configurado alguno de los
supuestos contenidos en el artículo 30" de la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, también deberá acreditarlo.
En este caso, por mandato del mismo artículo, ante la ocurrencia
de un acto de hostilidad, la víctima deberá emplazar al agresor con el
objeto de que efectúe su descargo o enmiende su conducta. En uno u
otro caso, el emplazamiento se constituye como una prueba de especial
importancia dado que sería lo que materializa el rechazo al acto hostil.

Siendo así, la prueba idónea para acreditar la ocurrencia de un acto


de hostilidad sería principalmente el documento cursado al agresor para

-)o-)
Oxer VÍcron Ávnros Jene

que enmiende su conducta o efectúe sus descargos, no obstante, no es


la única, pues también podría constituir prueba del acto de hostilidad
cualquier registro que acredite los hechos alegados.

Si bien es cierto la probanza en un primer momento recae sobre el


trabajador demandante, no es menos cierto que si median circunstancias
enteramente justificadas que impidan que el trabajador demandante
pueda contar con el aludido documento o con un medio de prueba de
igual o similar valor probatorio, el juez puede trasladar la carga de la
prueba a una persona distinta, que bien pudiere ser el mismo empleador
o un tercero.
Evidentemente, no por el hecho de que el demandante no cuente
con la prueba pertinente se invertirá la carga probatoria, ya que como
hemos dicho anteriormente, ello solo sucederá en la medida que el tra-
bajador demandante se encuentre impedido de aportarlas y que dichas
pruebas existan y obren en poder del demandado o de un tercero. Se
trata de una excepción a la regla general.
Finalmente, el numeral 23.3 del artículo 23" de la Nueva Ley Pro-
cesal del Trabajo señala que le concierne al trabajador o ex trabajador
demandante acreditar la existencia del daño alegado.

Como bien sabemos, en la relación laboral pueden originarse di-


versos tipos de daños, pero no necesariamente todos ellos son cubiertos
con la llamada indemnización por despido arbitrario.

En efecto, un tema que fue materia de controversia por algunos


años fue el referido a si la indemnización contemplada en el artículo
38' de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral para los casos
de despido arbitrario cubría todos los daños ocasionados por el aludido
despido.

En algún momento, algunos desinformados señalaron que el monto


otorgado en calidad de indemnización por despido arbitrario cubría
todas las contingencias ocasionadas por el cese ilegítimo; sin embargo,
debe quedar claro que ello es incorrecto por lo que explicaremos en las
siguientes líneas.

364
Acru¡.croN¡s PRocssnrns

De acuerdo con el artículo J\oltt7) de la Ley de Productividad y


Competitividad Laboral, la indemnización por el despido arbitrario
supone la única protección brindada al trabajador por el daño sufrido.

Es a raíz del mencionado artículo y que este señala literalmente


que "el trabajador tiene derecho al pago de la indemnización [...] como
única reparación por el daño sufrido", que cierto sector de la doctrina
nacional considera que esta indemnización cubre todos los daños ori-
ginados por el cese, incluyendo el daño moral.

Es más, como afirma Jiménez Llerena, "una corriente de opinión


niega la posibilidad de que proceda la reparación del daño moral por
despido de manera autónoma a la estipulada en ei mencionado artículo,
pues Ia reparación legal comprendería los daños patrimoniales como
extrapat rimon iales"ir88l.

La citada autora continúa señalando que "es de resaltar que en


la doctrina comparada se sostiene que el daño moral es indemnízable
cuando se configura un despido especialmente injustificado. En efecto,
autores como Barbagelata manifiestan que para que sea indemnizable
el daño moral por término del contrato de trabajo debe tratarse de un
daño moral distinto del 'normal' que produce la ruptura abusiva del
contrato de trabajo. Las sanciones de disgusto, ira, contrariedad, indig-
nación, etc. del trabajador, no dan lugar de por sí solas a la obligación
de reParar"[18e1.

ll87l 'Artículo34'.-El despidodel trabajadorfundadoencausasrelacionadasconsuconducta


o su capacidad no da lugar a indemnización.
Si el despido es arbitrario por no haberse expresado causa o no poderse demostrar esta
en juicio, el trabajador tiene derecho al pago de la indemnización establecida en el artícu-
lo 38o, como única reparación por el daño sufrido. Podrá demandar simultáneamente el
pago de cualquier otro derecho o beneficio social pendiente.
En los casos de despido nulo, si se declara fundada la demanda el trabajador será repuesto
en su empleo, salvo que en ejecución de sentencia, opte por la indemnización establecida
en el artículo 38o'i
[188] JrvÉ¡iezLl¡n¡run,Alicia,"Tiposdedañoquepuedegenerarsecomoconsecuenciadeundes-
pido arbitrario'i en Avelos J¡n¡, Oxal Yíclor, Precedentes de observoncia obligatoria en mote-
ria laboral de Ia Corte Suprema, Grijley, Lima, 2008, p.206.
tltel lbíd"r, pp.2o5 y 206.

36s
Oxer VícroR Áv¡.ros Jen¡

Estamos de acuerdo con ello, pues es claro que la indemnización


por el despido arbitrario tiene únicamente por finalidad cubrir las con-
tingencias originadas por el cese; así, por ejemplo, ella está pensada para
que el trabajador pueda solventar temporalmente, hasta que se agote
el monto otorgado y hasta que pueda conseguir un nuevo empleo, su
alimentación, vivienda, vestido y, en general, todas aquellas necesidades
materiales y espirituales que tenía cuando prestaba sus servicios subor-
dinados y las que tendrá luego del cese.

En este sentido, si la indemnización por el despido arbitrario solo


cubre ello, tenemos que no se encuentran incluidas en ella otros tipos
de daños tales como el moral.

De esta forma, concordamos con fiménez Llerena cuando sostiene


que "si bien nuestra legislación laboral no consagra expresamente la pro-
cedencia de una indemnización del daño moral a causa de un despido
injustificado, tampoco Ia prohíbe. Cabe señalar que lo previsto en el
artículo 34" de la Lei'de Productividad y Competitir.idad Laboral acerca
de que: '[...] el trabajador tiene derecho a una indemnización establecida
en el artículo 38", como única reparación por el daño sufrido', no excluye
la indemnización del daño moral. Ello se debería a que lo señalado en
la norma en cuestión se refiere a los daños 'normales' causados por el
cese en el empleo, y no a aquellos daños extraordinarios o especialmente
dañinos, agravados por una actitud maliciosa del empleador".

Siendo así, es coherente que se afirme que "la indemnización la-


boral tarifada no cubre todos los perjuicios que puedan producirse con
ocasión de un despido injustificado, sino que comprende solo los daños
que razonablemente debe generar".

Otra de las razones que consideramos va a favor de nuestra postura


quantum indemnizatorio. Así, tenemos que si adoptáramos
es la referid a al
la posición de que la indemnización cubre todos los daños, inclusive el
moral, tendríamos que el quantum no guardaría relación y coherencia
con el daño realmente experimentado, lo que supondría, en un caso,
que el trabajador pueda ser indemnizado con un monto mayor al que
le corresponde o, en todo caso, que reciba menos a pesar de que sea
evidente que su entrega no se ajusta al daño.

366
Acru¡ctoNE,s Pnocns,qrEs

Además, puede darse el caso en que por un perjuicio menor una


persona obtenga en la vía civil al solicitar una indemnización por daños
y perjuicios una cantidad mayor. Ello obviamente supone una injusticia.

En este sentido, "no es posible considerarla compensatoria del daño


causado al trabajador, porque en su determinación se ha prescindido
absolutamente de la consideración del daño real que pueda haber sufrido
el trabajador"tteoJ.

En suma, podemos afirmar que la indemnización por despido


arbitrario no cubre el íntegro de los daños ocasionados, sino solo las
contingencias económicas originadas por el cese. Además, siendo que
legislativamente no se ha prohibido su otorgamiento, deben aplicarse de
forma supletoria las normas del Derecho civil, que constituye el Derecho
común aplicable.

Por último, es de resaltar que esta posición está más que consen-
suada en sede judicial, tal es así que con ocasión del pleno |urisdic-
cional Laboral de 2008, se determinó que son los jueces laborales los
competentes para asumir estas causas. Con ello, solo nos queda claro
que la indemnización por despido arbitrario no cubre todos los daños
originados por el cese, sino también que son los jueces laborales los
encargados de llevar a cabo los procesos en donde se demande ello.

siendo así, si la indemnización por el despido arbitrario solo cubre el


daño ocasionado por un acto ilegítimo, otros tipos de daños tales como
daño emergente, lucro cesante y el daño moral pueden ser demandados
a través del proceso laboral.

En este caso, el demandante deberá probar no solo la ocurrencia


del daño sino también su magnitud a efectos de determinar el quantum
indemnizatorio.

A este respecto, es importante precisar !lue, a diferencia de otros


tipos de daños que son enteramente objetivos, el daño moral es íntegra-
mente subjetivo, y va en proporción directa con la parte afectiva del ser

Ileol lbídem, p.206.

367
Oxnr Vícron Avnros Jnne

humano; es decir, el grado de reacción ante las mismas circunstancias


puede acarrear diferentes estados psicológicos dependiendo del sujeto;
por esta razón la apreciación económica es discrecional del juzgador.
Siendo así, no solo ante la ocurrencia de un despido sino ante
cualquier acto del empleador que le genere un perjuicio, el trabajador
se encuentra habilitado para solicitar judicialmente la reparación por
los daños sufridos.

3.3. La distribución de la carga que, en principio, recae


sobre el empleador
Partiendo del análisis efectuado en el ítem anterior, podemos decir
que la distribución de la carga que, en principio, recae sobre el emplea-
dor se asienta sobre un criterio de reversión de la carga de Ia prueba,
pues si bien es cierto es el trabajador o ex trabajador demandante el que
arguYe hechos tales como que no le han pagado su remuneración o sus
beneficios laborales o, en general, se han incumplido las obligaciones que
emanan de la ley o de cualquier acto contractual, no es menos cierto que
es el empleador o ex empleador demandado quien deberá acreditar que
dichas afirmaciones no son ciertas o que, en todo caso, no son exigibles.

La Nueva Ley Procesal del Trabajo establece de forma especial que


es el demandado quien tiene la carga de la prueba respecto del pago, el
cumplimiento de lss normas legales, el cumplimiento de sus obligaciones
contractuales, stt extinción o inexigibilidad, segtsn sea el caso. Siendo
así, en las siguientes líneas analizaremos lo concerniente a esta carga
probatoria.

3,3.7. El pago de las obligaciones laborales


En primer lugar Ia norma alude al pago, y en este caso debemos
referirnos en estricto a la remuneración y a los beneficios laborales le-
gales y convencionales que rigen y se han acordado en el marco de la
relación de trabajo.

La remuneración es la contraprestación, en principio en dinero y


excepcionalmente en especie, a la que tiene derecho el trabajador por la

368
Acru,ccroNEs PnocEserps

realización de un trabajo personal y subordinado, la cual se encuentra


sujeta a determinados parámetros mínimos legales y que es entregada
en forma regular y permanente. En esa línea, no forman parte de la
remuneración los montos entregados por el empleador, ya sean en dinero
o en especie, que no constituyan una ventaja patrimonial para el traba-
jador, que no sean de su libre disponibilidad y que estén reconocidos
de tal forma por una orden legal o jurisprudenciallrerl.

Debe recalcarse que: "La obligación de remunerar al trabajo, básica


del empresario, es una obligación de dar una cosa a otro; esta cosa que
se da es el salario; pero lo definitorio del salario no es la cosa que se da
y recibe, que puede ser muy diversa según la clase de salario, ni el acto
de darla y recibirla, sino el título en virtud del cual se da y se recibe. El
salario se da como contenido u objeto de la prestación del empresario
en cumplimiento de su obligación básica de remunerar al trabajo, y se
recibe por el trabajador como contraprestación de su trabajo"[1e2].

Por su parte, puede decirse que los beneficios laborales son todos
aquellos derechos propios de toda relación de trabajo, que tienen como
eje central a la remuneración sin llegar a constituirse como ella y sin
tener sus efectos, que cumplen fines particulares, y que son otorgados
por una sola vez, de forma eventual o de manera permanente. Estos
beneficios pueden tener como fuente a la le¡ a la voluntad de las partes
o al arbitrio del empleador.
Los beneficios laborales legales son diversos, y dependen en muchos
casos de distintas condiciones. En un primer momento, es importante
determinar el régimen laboral general o especial al cual se encuentra
adscrito el trabajador. Luego, es imprescindible verificar cuáles son las
condiciones que se establecen en cada uno de estos regímenes para su
goce. Es preciso anotar que si bien en muchos casos los beneficios labo-
rales coinciden en su otorgamiento en los distintos regímenes laborales,
la calidad del beneficio no es igual. Así, por ejemplo, tanto en el régi-

Avnlos Jrnn, Oxal Víctor, "El pago de la remuneración devengada en caso de reposición a
través de proceso de amparo'i en Actualidad Jurídica,f .1 50, Lima, 2006, p.252.
Arorso Or¡n, Manuel y Cesrs Beeuor'ro¡, María Emilia, Derecho del trabajo, 19" ed., Civitas,
Madrid, 2001, pp. 321 y 322.
Ox.qr VÍcron Av¡,¡,os J¡.n¡

men laboral de la actividad privada como en el público los trabajadores


tienen derecho a la compensación por tiempo de servicios; sin embargo,
existen varias diferencias principalmente porque en el primero de ellos
el pago de este beneficio es mayor de lo que ocurre con el segundo -por
los descuentos que se hacen-, y esto se acentúa más tratándose de las
gratificaciones, aunque se les ha querido denominar aguinaldos para
tratar de justificar la diferencia económica. Adicionalmente, debe decirse
que en los regímenes laborales especiales se conceden otros beneficios
laborales, en algunos casos para complementar los del régimen general
correspondiente y en otros para suplirlos.

Ahora bien, los beneficios laborales también tienen como fuente a la


voluntad de las partes de la relación laboral, pudiendo, a su vez, ser de
índole individual o colectivo. En este caso, puede ocurrir que se acuerde
el otorgamiento de una bonificación a favor de un trabajador cuando
este logre obtener cierta productir.idad en determinado periodo. También
puede suceder que por lograr ciertas metas el trabajador tanga derecho
a más días de descanso semanal. En todos los casos, lo que define al
otorgamiento de estos beneficios laborales convencionales es la volun-
tad de las partes. No obstante, este acuerdo puede producirse también
colectivamente, de manera que los beneficiados sean un grupo o sector
de trabajadores. Una clara nuestra de ello son los convenios colectivos
de trabajo. Así, por ejemplo, podrá pactarse que todos los afiliados al
sindicato de una empresa que representa a la minoría de trabajadores
de ella tendrán derecho a ciertas bonificaciones o asignaciones.

Pero los beneficios laborales pueden tener también como fuente a la


solo voluntad del empleador. Sería aquel caso. en el que unilateralmente
el empleador decida concederles a sus trabajadores una bonificación por
educación de acuerdo con los parámetros exigidos por el artículo 19"
del Texto Unico Ordenado de la Ley de Compensación por Tiempo de
Servicios.

En este escenario, si el demandante ha acreditado la prestación


personal del servicio, que es su obligación principal, le corresponde al
demandado probar que cumplió también con su obligación principal,
cual es el haber cancelado la remuneración y los beneficios laborales o,
de ser el caso, demostrar que no son exigibles.

370
AcruecroNrs PRocrseLrs

Efectivamente,le incumbe al empleador o ex empleador demandado


probar que la deuda que invoca el trabajador o ex trabajador ya ha sido
cancelada, para lo cual deberá ofrecer todos aquellos medios de prueba
que certifiquen la cancelación o el pago parcial de la remuneración y
de los beneficios que emanan de la relación laboral.

En este caso, estamos ante el supuesto en el que se discute si se han


pagado o no los derechos en cuestión, correspondiéndole al demandado
la carga de la prueba; sin embargo, puede presentarse otro supuesto, en
el cual no tendría que discutirse ello, sino si son exigibles o no.

Irlos explicamos. Si tenemos en consideración que, de acuerdo con


la Ley N" 2732l,las acciones por derechos derivados de la relación la-
boral prescriben a los 4 años, contados desde el día siguiente en que se
extingue el vínculo laboral, es claro que solo durante ese periodo, quien
considera le tienen una acreencia de tipo laboral, se encuentra habilitado
para ejercer su derecho de acción, luego de lo cual se habrá extinguido,
encontrándose imposibilitado jurídicamente para solicitar esta acreencia.

En buena cuenta, se trata de que la presunta deuda deviene en


inexigible por el transcurso del tiempo. En este caso, de considerar
inexigible Ia deuda, bien puede el demandado formular una excepción
de prescripción, sin embargo, si no lo considera así, simplemente puede
acreditar, durante la etapa de actuación probatoria, que no está obligado
a satisfacer la pretensión del demandado en la medida que el plazo fijado
por ley para la reclamación de los derechos laborales ha sido superado.

La inexigibilidad también se presenta cuando el trabajador o ex


trabajador demandante solicita el cumplimiento de una obligación que
puede estar contenida, por ejemplo, en la ley o en el contrato de trabajo,
pero que no es susceptible de ser exigida por no haber transcurrido aún
el plazo respectivo o no haberse cumplido la condición fiiada.

3.3,2. El cumplimiento de las normos legales y de las obli-


g qci one s contr qctu al e s
La carga de la prueba recae sobre el empleador o ex empleador
demandado tratándose del cumplimiento de las normas legales y de
las obligaciones contractuales. Ello no quiere decir otra cosa, que si

371
Oxnl VÍcron Áveros J¡.ne

mediante norma legal o estipulación fijada en el contrato de trabajo se


establecieron obligaciones que deben ser cumplidas por el empleador o
ex empleador, y habiéndolo así invocado el demandante, es el benefi-
ciario del servicio subordinado quien deberá probar que lo alegado por
el demandante es total o parcialmente falso.

Cabe hacer la precisión que cuando el literal a del numeral23.4 del


artículo 23" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo hace referencia a las
obligaciones contractuales, no se está refiriendo únicamente al contrato
de trabajo, pues si tenemos en cuenta que por definición legal el con-
trato es el acuerdo de dos o más partes Para crear, regular, modificar
o extinguir obligaciones, es claro que encajan en este concePto, además
de los contratos de trabajo, todo tipo de actos jurídicos que busquen
lícitamente generar, variar o culminar las obligaciones surgidas con
ocasión de la prestación personal del servicio, tales como el convenio
individual de trabajo, la convención colectiva de trabajo, entre otras.
Es importante recalcar que en este caso, la norma se queda corta,
pues existen otros tipos de fuentes de las obligaciones, como puede ser,
por ejemplo, un acta inspectiva de la autoridad administrativa de tra-
bajo. En este caso, si el inspector de trabajo concluye que al trabajador
o ex trabajador le corresponde el otorgamiento de ciertos derechos, el
empleador o ex empleador se encuentra obligado a cumplir con é1. Sin
embargo, es más que evidente que la mencionada acta no es ni una
norma legal ni un contrato.

Ello podría implicar que algunos jueces puedan entender que tra-
tándose de estos casos es el mismo demandante quien debe acreditar
que no han cumplido con satisfacer sus derechos; empero, consideramos
que ello no debería ser así, pues a pesar de que la norma en cuestión
sea deficiente, debe dársele una interpretación acorde con los princi-
pios fundamentales del Derecho del trabajo, y en especial con los que
inspiran el nuevo proceso laboral, lo que supone que es el demandado
quien -de forma general- debe acreditar el cumplimiento de sus obli-
gaciones. Y ello por una sencilla razón, pues implicaría comprometer
al demandante a la búsqueda de una prueba muy difícil de conseguir,
por decir lo menos, cuando es mucho más lógico y fácll que el deudor
demuestre haber cumplido con sus obligaciones.

372
ActuecroNE,s PnocEseLEs

Esperemos pues que esta deficiencia normativa no dé lugar a la


legitimación de una serie de abusos en perjuicio del trabajador, sino,
por el contrario, que sirva de ejemplo para entender que, a Pesar de las
múltiples carencias de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, estas pueden
ser subsanadas si los administradores de justicia entienden a cabalidad
los alcances de los fundamentos esenciales del Derecho del trabajo'

3.3.3. La existencia de un motivo razonqble distinto al he-


cho lesívo alegado
Ante el alegato planteado por el trabajador o ex trabajador deman-
dante sobre determinados hechos, corresponde que el demandado acredite
que lo afirmado por el accionante no es cierto, Pues de lo contrario se
presumirá su veracidad.

En buena cuenta, una \¡ez que el demandante pruebe que prestó


servicios personales para el demandado, oPera una presunción iuris tan-
tumbasada en que los hechos exPuestos por él se entienden verdaderos
mientras no se demuestre que no son tales, o en todo caso, llue tienen
otra connotación o sentido diferente.
La norma en cuestión indica que el demandado debe acreditar la
existencia de un motivo razonable distinto al hecho lesivo alegado, lo
que quiere decir que no basta con que pruebe que los hechos argüidos
no son exactos, además se debe acreditar que la ocurrencia del hecho
invocado -y presumiblemente cierto- fue producto del uso legítimo de
sus facultades.

Supongamos que el demandante señala que su ex empleador co-


metió un acto de hostilidad laboral en su contra, pues -según él- fue
trasladado a un lugar distinto del que habitualmente presta sus labores
con la intención de causarle perjuicios. Para ello presenta como medios
de prueba la carta de cese de actos hostiles y Ia carta de descargos del
presunto agresor. Siendo que ha quedado acreditada la existencia de una
relación prestacional entre las partes, corresponde que sea el demandado
el que desvirtúe Io alegado por el demandante. En este caso, el demanda-
do no solo deberá ceñirse a probar que lo que afirma el demandante es
incorrecto, además le incumbe acreditar que el traslado del demandante

5/ 5
Oxel VÍcron Áv¡.ros Jen¡

de un lugar a otro no tuvo por objeto causarle perjuicio alguno, sino,


por el contrario, se debió a una necesidad empresarial.

Como se advierte, el hecho de que la norma refiera que debe existir


un "motivo razonable" distinto al hecho lesivo alegado por el demandante,
implica que el demandado deba justificar su accionar, de modo tal que
necesariamente encuadre su conducta dentro del ámbito de la licitud.

3,3.4. El estado del vínculo laboral y la causa del despido


Luego de que el demandante ha probado la existencia de la pres-
tación personal de servicios, es tarea del demandado la acreditación del
estado del vínculo laboral y la causa del despido.

Cuando la norma se refiere al estado del vínculo laboral, alude


expresamente a tres situaciones: a la vigencia y a la ejecución de la re-
lación laboral, a la vigencia y a la suspensión de la relación laboral o su
extinción. De esta forma, el demandado no solo deberá probar que el
vínculo laboral se encuentra en cualquiera de estas situaciones, además
deberá acreditar la licitud de ellas.

Tratándose de la causa del despido, es preciso indicar que la Nueva


Ley Procesal del Trabajo sigue Ia misma línea que la Ley de Productivi-
dad y Competitividad Laboral, la que en su artículo 22" señala que: "La
demostración de la causa corresponde al empleador dentro del proceso
|udicial que el trabajador pudiera interponer para impugnar su despido".
En este caso, en concordancia con el mandato contenido en la alu-
dida norma sustantiva, le incumbe al demandado la carga de la prueba
respecto de las afirmaciones enfundadas por el demandante. De esta
manera, si el accionante señala que fue despedido en contravención de
la ley y la parte contraria entiende que ello no es así, esta última deberá
probar que el cese del trabajador se produjo por iniciativa del servidor,
es decir, mediante su renuncia, o por configurarse alguna de las causas
justificadas establecidas legalmente, ya sea por hechos relacionados con
la capacidad o con la conducta del trabajador.

374
AcruecloNrs PRocps¡L¡s

Siendo que el despido es un acto jurídico puramente causal, resul-


ta totalmente lógico que se le exija al demandado que asuma la carga
probatoria respecto de la causa del despido, habida cuenta que este se
encuentra en plenas condiciones de sustentar el por qué del cese, pues
de haber obrado correctamente, podrá probar sin ningún inconveniente
su causa, ello con los exámenes médicos correspondientes; las evalua-
ciones donde se muestra la capacidad necesaria para desempeño de las
labores del trabajador; la constancia que acredita la negativa injustificada
del trabajador a someterse a examen médico previamente convenido o
establecido por ley determinantes de la relación laboral, o a cumplir las
medidas profilácticas o curativas prescritas por el médico para evitar
enfermedades o accidentes; o simplemente con la carta de preaviso y
de despido por la comisión de alguna falta grave.

Si el demandado fue diligente, todos estos documentos deberían


obrar su poder, por lo que no le resultaría difícil la probanza. No obs-
tante, si ello no fuese así, excepcionalmente, el juez laboral podrá redi-
reccionar la carga de la prueba, haciéndola recaer sobre el demandante
o un tercero, siempre y cuando exista cerfeza de que lo afirmado por
el demandado es cierto y que las pruebas pertinentes están en poder
de cualquiera de los mencionados.

Cabe reiterar que una de las mayores virtudes de la Nueva Ley


Procesal del Trabajo en lo que respecta a la actividad probatoria es su
flexibilidad en lo que concierne a la carga de la prueba, pues no es rígida
en cuanto a la parte que la soporta, ya que si bien es cierto que en un
principio el juez laboral debe ceñirse a Io que establece la le1', no lo es
menos que sobre la base de un criterio de razonabilidad, y porque la
propia ley le concede esa facultad, puede trasladar la carga de la prueba a
una persona distinta de la que inicialmente estaba designada para tal fin.

4, Los rrunrcros EN rA NUEvA Lny PnocESAL DEL Tnaua¡o


Los indicios pueden ser entendidos como aquellos actos, circuns-
tancias o signos suficientemente acreditados a través de los medios pro-
batorios, que adquieren significación en su conjunto cuando conducen
al juez a la certeza o convicción en torno a un hecho relacionado con

37s
Ox¡.¡- VÍcron Áv¡.los Jnnn

la controversia. Los indicios pueden ser, entre otros, las circunstancias


en las que sucedieron los hechos materia de la controversia y los ante-
cedentes de la conducta de ambas partes.

Correctamente se ha dicho que "el indicio es señal, signo, vestigio,


rastro o huella probados, que lleva al hecho desconocido que se quiere
averiguar o descubrir. Del indicio se obtiene, por inferencia o razona-
miento inductivo, un resultado desconocido. Del hecho indicador se
infiere el indicado y desconocido hasta ese momento. Es, pues, el indicio
el hecho significativo del cual resulta, mediante raciocinio o reflexión
lógica, un hecho ignorado que se busca demostrar"lre3l.

A diferencia de las presunciones, los indicios no están regulados de


forma taxativa, más bien, se ha optado por no fijársele límite alguno, de
manera que no exista impedimento para que cualquier hecho u objeto
pueda constituir un indicio. Si hubiere que encontrarle una similitud
con las presunciones, indudablemente sería el hecho de que con ambas
se busca consolidar conclusiones válidas acerca de la verdad de los he-
chos controvertidos.

Según la Nueva Ley Procesal del Trabajo, si de la demanda o de


la correspondiente actividad probatoria surgieran indicios que hagan
presumir que se ha producido el hecho lesivo afirmado por el actor,
entonces, el órgano jurisdiccional debe tener por cierto el referido hecho
lesivo, a no ser que el accionado suministre al proceso laboral aquellos
elementos que sean suficientes para acreditar que las medidas adoptadas
-que configurarían el supuesto hecho lesivo- se justifican objetivamente
y que, además, resultan proporcionales dadas las incidencias del caso.
Como se observa, la mencionada presunción no es absoluta sino
relativa, por lo que permite al accionado probar en contrario. Los indicios
a que se ha hecho referencia pueden consistir en aquellas circunstan-
cias como se produjeron los hechos materia del proceso, así como en
la conducta previa que hubiesen asumido tanto la parte demandante
como la parte demandada.

[193] Oro,.roo G¡Rnroo, José María, Derecho procesal laboral,5" ed., Ediciones Doctrina y Ley-Edi-
ciones Tunvimor, Bogotá, 201 0, p. 503.

376
AcrurcroNes Pnoc¡s¡r¡s

Así, por ejemplo, si el demandante ofrece como medios de prueba


diversos correos electrónicos de donde se desprende medianamente que
se encontraba subordinado al demandado, entonces, el juez laboral deberá
tener por cierta su alegación referida a la existencia de un contrato de
trabajo, correspondiéndole al demandado demostrar lo contrario, ya que
si no es así el proceso se encaminará sobre la base de tal presunción.
Lo mismo ocurriría si se ofrece como medio probatorio un cuaderno de
ingreso y salida, pues ello hará presumir al juzgador que entre las partes
existe una relación de trabajo, salvo que el demandado pruebe lo contrario.

Debemos resaltar que la Nueva Ley Procesal del Trabajo -tal y como
lo hacía también la Ley N" 26636- señala que constituyen indicios los
antecedentes de la conducta de ambas partes. Esto quiere decir que el
juez laboral no solo debe remitirse a los medios probatorios o al contexto
o escenario en donde se produjeron los hechos, también debe valorar los
antecedentes de la conducta de las partes y no propiamente la conducta.

De esta manera, por ejemplo, si el juez laboral advierte que el


demandado ha sido también sujeto de varias sanciones por reiteradas
infracciones de índole laboral, podría asumir que lo afirmado por el
demandante es cierto y, en consecuencia, correspondería que sea el
demandado quien demuestre lo contrario. En este caso, lo que el juez
laboral valora son los antecedentes de la conducta del demandado.

Cabe precisar que esta valoración debe ser efectuada sobre la base
de criterios de razonabilidad y proporcionalidad, y con plena observancia
de las particularidades de cada caso concreto.

Ahora bien, diferente sería el caso en el que se pretenda que se


presuma la existencia de una relación laboral por el solo hecho de que el
demandado también tenga la misma calidad en otros procesos incoados
por otros trabajadores o ex trabajadores de la misma empresa. Y decimos
diferente porque el hecho de que una persona haya sido demandada no
necesariamente implica que se encuentre obligada a lo que se le peticio-
na, pues ello únicamente sucederá cuando se expida la correspondiente
sentencia, en donde -de ser el caso- se determine su responsabilidad y
obligación, y además quede consentida. Es claro que en este caso el juez
laboral no podría considerar estas demandas como indicios.

377
Oxnl VÍcron Ávalos J.qne

Finalmente, es de resaltar que los indicios no siempre favorece-


rán al trabajador o ex trabajador demandante, pues puede ocurrir lo
contrario, dado que la norma bajo análisis establece que los indicios
se determinan en virtud de los antecedentes de las partes. Siendo así,
puede darse el caso en el que el trabajador o ex trabajador demandante
tenga antecedentes negativos, mientras que la parte demandada no tenga
ninguno. En este caso, sobre la base de un c¡iterio de razonabilidad y
proporcionalidad, y en atención a las particularidades del caso concreto,
el juez laboral podría determinar la intensidad del indicio, de forma tal
que pueda presumir o no la existencia del hecho lesivo alegado.

Ant. 240.- t0nlna d8 l0s inlsrr0gal0r¡0$

El interrogatorio a las partes, testigos, peritos y otros es rea-


lizado por el juez de manera libre, concreta y clara, sin seguir
ningún ritualismo o fórmula preconstituida. Para su actuación
no se requiere de la presentación de pliegos de preguntas. No
se permite leer las respuestas, pero sí consultar documentos de
apoyo. Los abogados de las partes también pueden preguntar
o solicitar aclaraciones, bajo las mismas reglas de apertura y
libertad. El juez guía la actuación probatoria con vista a los
principios de oralidad, inmediación, concentración, celeridad
y economía procesal. Impide que esta se desnaturalice san-
cionando las conductas temerarias, dilatorias, obstructivas o
contrarias al deber de veracidad.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artícu1os217o,218o,2250 y 2650.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos I y lll del Título Preliminar.
16..b,1*,25"y26".

Comentario

L Corucrpro Y oBlETo
Conocido también como examen directo, el interrogatorio es aquella
investigación realizada estrictamente por el juez laboral que recae sobre
las partes, los peritos, el testigo u otras personas cuyas declaraciones

378
AcruecloNrs PRocnsalrs

resultan fundamentales para el esclarecimiento o acreditación de la


teoría del casotreal.

El interrogatorio
se constituye como aquella serie o catálogo de
preguntas que se Ie formulan a los sujetos interrogados con la finalidad
de encontrar la verdad de los hechos o acercarse lo más posible a ella.
Siendo así, solo corresponderá interrogar a una persona cuando se tenga
certeza de que su declaración resultará valiosa para el deslinde de los
hechos, pues de lo contrario el interrogatorio no tendría sentido.

El interrogatorio efectivo "requiere de un planeamiento fundamen-


tado en la teoría del caso, que permita saber qué le aporta el testigo a
ella; cuáles son las fortalezas y debilidades del testigo y de su testimonio;
y cuáles son los temas básicos que se deben examinar con un testigo
determinado"Ires].

Teniendo en consideración los principios del nuevo proceso laboral,


los interrogatorios son preponderantemente orales, de manera que el
director del proceso formula las correspondientes preguntas oralmente,
teniendo el interrogado que absolverlas de ia misma forma.

A diferencia de la absolución de una posición o de una interrogante


de manera escrita, el interrogatorio oral es sumamente importante, pues
independientemente de la conexión personal entre el jtez y el sujeto
interrogado, que ya de por sí es trascendental, el juez laboral podrá to-
mar conocimiento de otros aspectos igual de significativos, tales como
la actitud o la conducta del interrogado o, de ser el caso, su silencio.

En efecto, "la actividad sensorial de percepción de una persona,


respecto a los hechos de interés, constituye una actuación dinámica y
formal, estractivo-expositiva de información relevanie para el caso, que
se realiza por la acción de dos personas, en cada momento concreto; una,
el interrogador que pregunta, v la otra, el interrogado que responde"ue6l.

t1 941
Es interesante la revisa r: Rrvxe Arrnno, Luis Miguel, Lifigación estratégica y técnicas de persua-
sión aplicadas al nuevo proceso penal, Grijley, Lima, 2009, p. 133.
tlesl PrscoCosr'¡ópo|s,"La celeridad procesal:
¿undesiderátum, una entelequia?",cit.,p.282.
ne61 AcurRne
Morur¡rurcnq Jorge, "El interrogatorio'; en http://lawiuris.wordpress .com/2008/07 /24/
el-interrogatorio/

379
Oxel Vícron Ávnlos J¡n¡

Si bien se aprecia que la dirección y la estrategia en tal actividad le


corresponden al interrogador, lo cierto es que esta no es la única parte de
la actividad del interrogatorio, puesto que ante la motivación efectuada
por aquel, el interrogado asume también, al responder, un rol activo
cuando declara y posibilita la generación de una prueba testimonial.

Ahora bien, es preciso indicar que la Nueva Ley Procesal del Trabajo
no ha optado por mencionar al contrainterrogatorio expresamente, sin
embargo, ello no significa que no se encuentra permitido, máxime si
su propio artículo 24" seitala que "los abogados de las partes también
pueden preguntar o solicitar aclaraciones, bajo las mismas reglas de
apertura y libertad".

Como se sabe, "la función del contrainterrogatorio es refutar en


todo o en parte Io que el testigo ha contestado al interrogador"lreTJ. Y,
¿cómo se lograr esto? 'Atacando Ia credibilidad personal del testigo o del
testimonio; sacar a relucir lo que el testigo no drjo, poner en evidencia
que no se entregó toda la información. Para ello se puede utilizar ma-
nifestaciones anteriores del testigo, incluidas aquellas hechas a terceros,
o entrevistas, exposiciones, declaraciones juradas o interrogatorios ante
el jue2"ltral.

En este sentido, consideramos que los abogados defensores de las


partes podrán utilizar esta figura para la defensa de sus intereses. Cabe
recordar que el contrainterrogatorio implica una confrontación en la
medida en que mediante tal ejercicio se enfrenta al testigo con sus pro-
pios dichos, lo que supone "[...J ponerlo en presencia de otras lecturas,
visiones, versiones, miradas, acerca de lo que realmente aconteció, aquello
que, a través del juicio, se ha ido representando como la(s) historia($ de
los hechos ocurridos, de manera tal que producto de esa confrontación,
se examina la veracidad de esas declaraciones)'[ree].

[1e7] Morres Cnro¡nór, Ana y.JrruÉru¡z Mo¡rres, Fernando, Técnicas del proceso
oral en el sistema pe-
nal acusatorio colombiano. Manual general para operadores jurídicos, USAID Bogotá, 2005,
p. 158.
lresl P¡scoCosr¡óporrs,"La celeridad procesal:
¿undesiderótum, una entelequia?",cit.,p.284.
t1991
Bur.¡co SuAnEz, Rafael et al., Litigación estratég¡ca en el nuevo proceso penol, Lexis N exis, Sa n-
tiago,2005, p. 204.

380
AcruactoNrs Pnocss¡rss

También dicho que el contrainterrogatorio es "la confrontación


se ha
que hace la parte distinta de quien solicitó e inició el interrogatorio. Se
limita a los temas abordados en el interrogatorio directo, así como a
aspectos relacionados con prejuicio, interés u otros motivos que puedan
acreditar la parcialidad del testigo"l20ol.

Se ha señalado también que el contrainterrogatorio es el in- "[...]


terrogatorio que hace la parte contraria o adversa, al testigo o perito
ofrecido por la parte que interrogó primero"; refiriendo, además, que
este se basaría en lo declarado por é1, previamente, y que las preguntas
se dirigirán a "contrastar y verificar lo declarado"l2oll.

Con respecto a esta última definición es importante precisar un


punto, y es que, remitiéndonos al proceso penal, mucho se discute acerca
de si el contrainterrogatorio debe ceñirse solo a lo que se discutió en el
interrogatoriot202l o puede abarcar cualquier aspecto del casot2o3l.

Particularmente consideramos que si Io que se pretende es encon-


trar la verdad de los hechos, el contrainterrogatorio no podrá tener más
límites que el respeto de los derechos del interrogado, por lo que no
vemos inconveniente en que se refiera incluso a cuestiones que no han
sido planteadas en el interrogatorio,

t200¡ Ftscl-h Gt¡.¡enlL


oE Ln Nncróru, Mon ual de procedimientos de frscalía en el sistemo penal acusato-
riq Fiscalía General de La Nación, Bogotá, 2006, p. 1 85.
f20rl CÁc¡n¡s Jurcn, Roberto y lcennrcurnRe, Ronald, Código Procesal Penal comentado,
Jurista, Lima,
2005, p.435.
t2021
A este criterio se le ha denominado "Regla inglesa u ortodoxa" (English or Orthodox Rule).
Según la cual se permite extender el contrainterrogator¡o a todo aspecto del caso, sin con-
sideración a si fue o no mencionado durante el interrogatorio directo. Con esta regla se
busca economizar tiempo a la Corte, permitiéndole al testigo declarar todo lo que sabe y
es relevante al caso durante la única oportunidad en que comparece a testificar (De Cnsrno
Gorznr-ez, Alejandro, "Los alcances del contrainterrogatorio'j en Criterio jurídico, Vol. 8, No. 2,
Ca|i,2008, p. 174).
t2031
Por su parte, a este criterio se le denomina "Regla americana" (American Rule),la cual es-
tablece que un testlgo no puede ser contrainterrogado sobre cualquier hecho o circuns-
tancia no conectado con la materia tratada en el interrogatorio, excepto lo relacionado
con su credibilidad. La razón de ser de esta regla es permitirle a la parte que presenta el
testigo proceder según una determinada secuencia, ofreciendo la prueba sin que el adver-
sario pueda interrumpir aludiendo a hechos distintos de aquellos que motivaron el desa-
rrollo del examen directo (De Cnsrno Gor.tzALrz,"Los alcances del contrainterrogatorio'i cit.,
p.174).

381
I

Oxnl VÍcron Ávelos J¡,ne

Otro punto que nos llama la atención es que la Nueva Ley Procesal
del Trabajo no ha referido nada acerca de los casos en que el interrogado
decide guardar silencio. Como bien se sabe, el derecho a la no autoin-
criminación o a la autoinculpación es parte del derecho fundamental
al debido proceso, por tal razón, bien podría el interrogado optar por
no manifestar nada, lo cual no generará veracidad sobre los hechos en
cuestión ni un efecto contrario, Al no haber la ley señalado nada al
respecto, se tiene que el silencio del interrogado no genera ningún efecto.

Siendo así, es claro que el interrogatorio no es en estricto un


medio de prueba, pues no en todos los casos coadyuvará a la solución
de la cuestión litigiosa, también puede ser considerado un medio de
defensa en la medida que con el silencio se impide la consolidación de
determinada postura. En este caso, se puede decir que el interrogatorio
pasa de ser un instrurnento privilegiado de obtención de la prueba, a
ser considerado un propio v verdadero medio de defensa a través del
cual se hacen valer razones distintas a ias expuestas por la contraparte.

2. Er lNrsnRocAToRro A LAS pARTES, TESTIGoS, pERITos y


OTROS

El juez laboral, en su calidad de director del proceso, es quien se


encuentra a cargo del interrogatorio; sin embargo, ello no quiere decir
que puede llevarlo a cabo como considere pertinente, pues debe ceñirse
a ciertas reglas mínimas que la ley le impone.

Así, la primera de ellas es que debe realizar el interrogatorio de


manera libre, concreta y clara; siendo la segunda regla, el no seguir
ningún ritualismo o fórmula preconstituida.
Esto quiere decir que ei juez laboral debe desarrollar el interroga-
torio sin la intervención de nadie más que é1, lo cual se justifica en el
principio de independencia del juez. En este sentido, de advertirse la
influencia de alguna persona o, en generai, de algún elemento que dis-
torsione el interrogatorio, su resultado carecerá de eficacia jurídica. El
hecho de que se seriale que el interrogatorio debe ser concreto supone
que necesariamente debe enfocarse o dirigirse a uno o varios puntos
controvertidos predeterminados, es decir, el interrogatorio debe tener

382
AcruecroNEs PRocEsnrEs

una finalidad concreta, cual sería, por ejemplo, el de determinar si el


demandante laboró para determinada empresa o institución. Por últi-
mo, el interrogatorio ser debe claro, lo que implica que las preguntas
formuladas al interrogado deben ser efectuadas en un lenguaje sencillo
y breve, que permita su total entendimiento.
Por otra parte, se adopta de cierta manera al principio de infor-
malidad, dado que es claro que se prefiere el fondo sobre la forma,
desterrando todo tipo de formalidades absurdas que en muchos casos
impedían que se lleven a cabo los interrogatorios de manera adecuada.
El privilegio del fondo sobre la forma supone un importante avance en
la medida que nada podrá obstruir o dilatar el desarrollo de los inte-
rrogatorios, facilitando de esta manera la función investigadora del juez.

Ahora bien, es importante recalcar que a efectos del interroga-


torio a los sujetos procesales, testigos y peritos, no resulta exigible la
presentación de ningún pliego de preguntas. Esta regla, contenida en el
artículo bajo comentario, guarda concordancia con lo normado en los
artículos 16".b y 19" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, que disponen,
respectivamente, que en la demanda y en la contestación de la demanda
no debe incluirse ningún pliego interrogatorio dirigido a la contraparte,
los testigos o los peritos; sin embargo, debe indicarse la finalidad de
cada medio de prueba. Lo señalado no significa que esté prohibido a
los interesados -partes y abogados- preparar y tener consigo un pliego
de preguntas a efectos de hacérselas ordenadamente al declarante.

La parte, testigo o perito que rinda su declaración está impedido


de leer sus respuestas. Así es, la declaración en cuestión debe ser es-
pontánea y no preparada de antemano. Las respuestas, además, deben
ser precisas y categóricas, no evasivas o reticentes. Es de destacar que,
si bien le está prohibido a la parte, testigo o perito que es interrogado
leer sus respuestas, cabe indicar que 1o señalado no obsta que el de-
clarante pueda consultar documentos a efectos de recordar ylo citar
datos como fechas, nombres, le,ves, etc. Como se observa, quien es in-
terrogado no puede tener por escrito y previamente a la declaración las
correspondientes respuestas, pero sí le está permitido buscar el auxilio
de documentos para sustentar, complementar o corroborar lo que esté
afirmando en su declaración.

383
Oxe¡. VÍcron Ávnros Jene

Como hemos dicho anteriormente, es el juez laboral quien se en-


cuentra a cargo del interrogatorio, no obstante, ello no significa que sea
él quien exclusivamente formule las preguntas del caso. En efecto, el
artículo 24" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo faculta a los abogados
de las partes para participar activamente, pudiendo, de ser el caso, inte-
rrogar o contrainterrogar al demandante, al demandado, a los testigos o
a los peritos, pues el artículo bajo comentario les concede esa facultad.

Los letrados pueden efectuar preguntas á los declarantes, las cuales


no deben ser reiterativas con relación a las hechas por el magistrado, ya
que si no se trataría de una actividad ociosa e inútil ¡ además, dilatoria.
Tales preguntas, dicho sea de paso, deben ser pertinentes e idóneas y
deben estar referidas al conocimiento que tenga el declarante.

Los abogados del demandante y'del demandado, además de tener


la potestad de hacer preguntas a las partes, testigos v peritos, pueden
solicitarle a los declarantes que aclaren sus respuestas, que hagan pre-
cisiones sobre el particular, a fin de esclarecer los hechos sobre los que
están declarando. Las preguntas o pedidos de aclaración que efectúen
los abogados de las partes a quienes estén sujetas a interrogación no se
supeditan a una determinada formalidad o ritualismo -recuérdese que
ni siquiera es exigible presentar pliego interrogatorio alguno para que
sea absuelto-, por lo que tal actividad se realiza en forma libre, aun-
que, destacamos, las referidas preguntas o pedidos de aclaración que se
hagan a los declarantes deben hacerse en forma precisa y clara y no de
manera vaga o ambigua, dirigiéndose todo ello a la determinación de
la verdad de los hechos.

3. La RpucacróN DE ros pRrNcrpros DE oRALTDAD, TNMEDTA-


cIóN, coNcENTRAcIóN, cELERIDAD y EcoNoMiR pnocEser
Al juez laboral, en su calidad de director del proceso, le compete
encaminar o conducir la actuación de los medios de prueba, la que
debe ceñirse a los principios de oralidad, inmediación, concentración,
celeridad y economía procesal.

Al respecto, cabe indicar que el principio de oralidad se constituye


como aquella regla que determina la preferencia en el proceso por la

384
ActulctoNrs Pnoces¡tEs

comunicación directa entre los sujetos que intervienen en é1. Se trata de


un modelo que busca interrelacionar directamente al jrtez y a las partes
para solucionar el conflicto jurídico de la manera más concentrada posible.
Por ello es que tanto se habla de la estrecha relación de este principio
con el principio de inmediación. Tratándose de los interrogatorios, estos
son eminentemente orales y personales, pues es necesaria la presencia
del interrogado para que se pueda llevar a cabo. En este caso, el juezle
formula al testigo las preguntas que considere necesarias, ante lo cual
este puede responder o simplemente guardar silencio. Luego de ello' los
abogados pueden complementar el interrogatorio o pueden contrainte-
rrogar al testigo, inclusive pueden solicitarle que precise algunas de sus
afirmaciones. Todo esto se realíza de manera oral.

Por otra parte, eI principio de inmediaclón es aquel por el cual resulta


necesario que el juez mantenga un contacto directo v personal con los
justiciables 1', además, con todo el n-rateriai del proceso, recibiendo de
esa manera, de modo directo, las alegaciones de los iitigantes y el aporte
del material probatorio, con el objeto de que pueda conocer a plenitud el
material de la causa, desde su inicio, porque será el juez quien resolverá
la causa al emitir su fallo. Este principio resulta de vital importancia
en el caso de los interrogatorios, pues la cercanía y vinculación entre
el juez laboral y el testigo es lo que llevará al juzgador a obtener las
mejores conclusiones después del ejercicio de su función investigadora.

El principio de concentración radica en hacer lo posibie para que


el proceso se desarrolle en la menor cantidad de actos procesales, sin
que ello afecte el principio del derecho de defensa, esto es, sin que se
prescinda de actos que resulten necesarios para el proceso, por lo que
el principio de concentración se dirige a aproximar los actos procesales,
concentrando en un breve lapso de tiempo el desarrollo de todos ellos.
De esta manera, los interrogatorios deben llevarse a cabo en un solo acto
o en la menor cantidad de actos posibles con sumarios intervalos entre
ellos, concentrando en ellos todo lo necesario para el cumplimiento de
la actividad investigatoria.

El principio de celeridad procesal postula que el proceso debe tra-


mitarse evitando en lo posible dilaciones y actos innecesarios, para así
dar una rápida solución al pleito, por lo que tal principio presupone

385
Oxar VÍcron Áveros J¡.ne

la observancia rigurosa de los plazos procesales previstos legalmente o


fijados judicialmente para la realización de los actos del proceso hasta
la culminación de este, y, también, el impulso del proceso de oficio.
Siendo así, el juez laboral debe procurar, independientemente de la carga
procesal, que los interrogatorios se lleven a cabo dentro de los plazos
establecidos por la Nueva Ley Procesal del Trabajo, de modo que no se
realicen en un momento posterior al prefijado, Pues ello implicaría la
dilación de los subsecuentes actos procesales.
Finalmente , el principio de economía procesal constituye aquel por
el cual el Íuez debe dirigir el proceso haciendo lo posible por reducir
los actos procesales, sin que esto afecte el carácter imperativo de aque-
llos actos que sí deben ser realizados, razón por la cual se busca que
la actividad procesal se desarrolle con la mayor economía de trabajo
y de costo posibles, logrando así un óptimo resultado con un mínimo
de esfuerzo y la simplificación de los procedimientos con miras a una
pronta solución. En efecto, de la mano con los principios inmediatamente
anteriores, el juez laboral debe buscar el menor costo del proceso, lo
cual evidentemente se logra con la óptima concentración de los actos
procesales y el respeto de los plazos establecidos legalmente. En el caso
de los interrogatorios, el juez debe Promover su realización en un solo
momento, buscando precisamente la concentración.

4. Le apucaclóN DE sANcIoNES ANTE tAs coNDUcrAs rEME-


RARIAS, DITATORIAS, OBSTRUCTIVAS O CONTRARIAS At DE'
BER DE VERACIDAD

El juez del proceso tiene el deber de impedir que la actuación de


los medios de prueba se desnaturalice, lo que ocurre cuando los sujetos
procesales, en sentido lato, adoptan conductas temerarias o dilatorias o
que se oponen al deber de veracidad que tienen que observar. A efectos
de impedir que ello ocurra, el juez laboral se encuentra autorizado por
ley para sancionar pecuniariamente tales conductas en la forma prevista
en el artículo 15. de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, que versa sobre
las multas que el órgano jurisdiccional puede imponer a quienes actúen
con temeridad o mala fe procesal o a quienes infrinjan las reglas de
conducta que deben observarse en las audiencias que se encuentran
contempladas en el artículo 11" de la btrueva Ley Procesal del Trabajo.

386
AcruecroNss PRoc¡sRr¡s

A manera de ilustración, diremos que las conductas temerarias,


obstructivas, dilatorias o contrarias al deber de veracidad pueden pre-
sentarse en estos casos:

a. Cuando la parte, testigo o perito alega -a sabiendas- hechos


contrarios a la realidad. Se trata, pues, del propósito deliberado
de faltar a la verdad y no de un error involuntario del declarante.

b. Cuando se obstruya la actuación de los medios probatorios, lo


que se produce, por ejemplo:

Si la parte, testigo o perito presente en la audiencia no cum-


ple con su deber de declarar o lo hace intencionalmente en
forma evasiva o ambigua.

Si el demandante o demandado no quiere reconocer un


documento que se Ie pone a la vista.

Si ia parte procesal se niega en forma injustificada a exhibir


un documento que le incumbe o que se refiera a ella.
Si la parte procesal plantea tachas u oposiciones a medios
probatorios sin el más mínimo fundamento o con base en
pruebas inexistentes y con la sola intención de dilatar o
entorpecer el proceso.

Si el abogado de la parte procesal formula intencionalmente


preguntas reiterativas al declarante (parte, testigo o perito)
o preguntas impertinentes o inútiles.

Si los sujetos procesales (en sentido lato) interrumpen reite-


radamente a la persona que está haciendo uso de la palabra.

Si el sujeto procesal (en sentido lato) profiere agravios con


el fin de entorpecer la actividad probatoria y desobedece,
asimismo, ias indicaciones del juez o desconoce las llamadas
de atención de este último.

Otros casos análogos.

387
Oxel Vícron Av¡Los Inn.c

Art. 250.- 08claPaciún dB [arlc

La parte debe declarar personalmente. Las personas jurídicas


prestan su declaración a través de cualquiera de sus represen-
tantes, quienes tienen el deber de acudir informados sobre los
hechos que motivan el proceso.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos2l3o al2210'


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 21o y 24o'

Comentario

1. Coucnpro
La declaración de parte viene a ser aquella manifestación efectuada
exclusivamente por cada una de las partes, y que se realiza personalmente
y en presencia del juez, bajo sanción de nulidad. Mediante ella se busca
dar a conoc er al juez cuál es la perspectiva que se tiene respecto de los
hechos o experiencias propias, con la finalidad de que el juzgador pueda
examinar cada una de las posiciones y, sobre le base de ellas, pueda
formarse una juicio de valor.

La declaración de parte es un medio de prueba por el que el de-


mandante o demandado presta una declaración de conocimiento ante el
juez del proceso. La referida declaración debe estar referida a los hechos
litigiosos, pudiendo ser veraz o no ajustarse a la verdad, lo que deter-
minará en su oportunidad el órgano jurisdiccional. La declaración de
parte es provocada por el interrogatorio que le hace el juez o, también,
bajo las directivas de este último, el abogado correspondiente. Así, me-
diante el mencionado medio probatorio, el demandante o demandado
puede reconocer o no un determinado hecho, en forma total o parcial,
lo que puede acarrear consecuencias jurídicas favorables o perjudiciales
para el declarante.

La declaración de parte representa un acto jurídico procesal vo-


luntario, en la medida de que, aun cuando es provocada en virtud

3B8
Acru¡ctoN¡s Pnocr,seLEs

del interrogatorio que se practica al sujeto procesal, la declaración, el


reconocimiento o negación de un determinado hecho es de entera vo-
luntad del declarante. La declaración de parte es un medio de prueba
de carácter directo, personal e histórico. Constituye una declaración de
ciencia o de conocimiento representada por el conjunto de afirmaciones
y negaciones que hace la persona que declara.

2, REQUISITOS PARA LA EXISTENCIA DE LA PRUEBA DE DECLA.


RACIóN DE PARTE
Para la existencia de la prueba de declaración de parte resultan
exigibles los siguientes requisitos:

a. Debe ser practicada la declaración de parte por el demandante


o el demandado.
b. Debe efectuarse personalmente, aunque existe la salvedad de
que pueda hacerse mediante el correspondiente apoderado o
representante.

c. Tiene que versar sobre hechos.

d. Tiene que guardar vinculación con los hechos personales de


quien la practica o con los de su representado, aunque también
puede estar referida a hechos naturales o a hechos de terceros
si le consta al declarante.

e. Debe revestir contenido probatorio, vale decir, debe cumplir


una finalidad probatoria, aun en los casos en que lo declarado
no pruebe algo.

f. Es voluntaria, porque no se puede obligar al demandante o


demandado a que declare sobre algún hecho.

g. Debe ser seria, expresa y cierta, porque lo que conteste quien


la hace no puede inferirse ni interpretarse.

h. Debe hacerla quien cuente con capacidad para comparecer al


Proceso.

389
Ox¡.r Vícron Ávl.los fenn

3. Reqursrros DE vALTDEzDE LA DEcrARAcróN DE nARTE

La declaración de parte está sujeta a los siguientes requisitos de


validez:

a. Debe ser realizada por el sujeto procesal que sea capaz para
comparecer al proceso, lo que se hace extensivo al apoderado.

b. Debe ser espontánea, pues no puede ejercerse alguna conducta


de coerción sobre el declarante para que tenga lugar.

c. Debe observar algunas formalidades para su actuación, como,


por ejemplo, el hecho de que sea actuada ante el juez del proceso
y no ante otro personal del Poder Judicial; igualmente, debe ser
actuada en el tiempo ,v lugar oportuno (en la audiencia respectiva).

d. No debe estar at-ectada directamente de nulidad, ni tampoco


indirectamente, lo que se da cuando la nulidad del proceso o
de algún acto del mismo se hace extensiva a la declaración,
como cuando se declara la nulidad de la audiencia respectiva
y de lo actuado en eila por no haber sido notificada a la parte
perjudicada.

4. Rnqursrros nARA LA EFrcAcrA pRoBAToRTA DE LA DEcLA-


RACIÓN DE PARTE

La eficacia probatoria de la declaración de parte se supedita a la


reunión de estos requisitos:

a. El derecho sobre el que trata la declaración debe ser uno de


naturaleza disponible, pues lo contrario trae como consecuencia
que la declaración de parte carezca de todo efecto.

b. La declaración de parte debe ser un medio de prueba conducente


respecto del hecho que se afirma, lo que implica que la ley no
disponga que la citada declaración es inidónea para acreditar
un hecho -como, por ejemplo, cuando tiene que demostrarse
documentalmente- y que Ia misma ley no disponga que deba
actuarse otro medio probatorio para la verificación del hecho.

390
AcruecloNps PRoc¡s,tlEs

c. El hecho afirmado por el declarante tiene que ser posible física


y jurídicamente.

d. La declaración de parte no debe ser fraudulenta.

e. Lo afirmado en la declaración de parte no debe oponerse a lo


señalado en un fallo con autoridad de cosa itzgada.

Lo declarado no debe oponerse al contenido de una presunción


legal absoluta.

Que no existan medios probatorios que refuten lo declarado


por el justiciable, sobre todo, que no haya prueba documental
contraria a lo alegado por el declarante.

5, La oncranactóN DE PARTE EN LA NuEva Lnv PnocrsAl DEL


Tnaea¡o
El demandante o demandado que debe rendir su declaración de
parte debe hacerlo en forma personal, aunque bien puede hacerla su
apoderado o representante si actúa bajo representación. Es de destacar
que, tratándose de personas jurídicas, la declaración de parte de ellas
Se concreta, como no podía ser de Otra manera, a través del correspon-
diente representante, quien debe tener poder suficiente para ello, vale
decir, que en el poder se señale literalmente que está facultado para
prestar declaración de parte ¡ es más, para disponer de los derechos
de que pueda versar la declaración. A efectos de la declaración de parte
que debe prestar el representante de una persona jurídica, este tiene
la obligación de estar lo suficientemente informado sobre los hechos
materia de controversia, para poder así aportar la información que se
le requiere mediante el respectivo interrogatorio.

El interrogatorio al demandante o al demandado o a su representante


o apoderado lo realiza el órgano jurisdiccional que conoce de la causa
en forma libre, concreta y clara, sin estar sujeto para ello a ninguna
fórmula ritual, tan es así que el interrogatorio que se haga a alguno
de los sujetos procesales principales no precisa como presupuesto el
acompañar para ello de ningún pliego de preguntas.

391
Oxer VÍcron Ávnros J¡ne

El demandante o demandado que rinda su declaración está impedido


de leer sus respuestas, lo que no obsta que pueda servirse de prueba
documental para precisar sus respuestas, vale decir, puede apoyarse en
documentos para contestar las preguntas del juez, en especial si se trata
de proporcionar fechas, nombres y cualquier otro dato que escape a Ia
memoria humana.

Las respuestas que efectúe el declarante tienen que ser categóricas


o determinantes, lo que no significa que no puedan dar lugar a las
precisiones del caso que sean indispensables para desentrañar la verdad
de los hechos.

Si el demandante o demandado que presta su declaración de parte


rehúsa contestar o lo hace de una manera ambigua o evasiva, entonces,
el órgano jurisdiccional debe requerirlo para que responda las preguntas
que se le hacen de modo expreso v categórico. Si, pese al citado requeri-
miento judicial, e} sujeto procesal prosigue con su conducta obstructiva,
el juez io tendrá en cuenta cuando deba pronunciarse sobre el conflicto
de intereses en la sentencia.

No podemos dejar de mencionar que al proceso laboral le es aplica-


ble supletoriamente el artículo 220" del Código Procesal Civil, que trata
acerca de la exención de respuestas cuando se rinda la declaración de
parte. Dicho precepto legal prescribe que nadie puede ser compelido a
declarar sobre hechos que conoció bajo secreto profesional o confesio-
nal y cuando por disposición de la ley pueda o deba guardar secreto;
igualmente, establece que tampoco puede el declarante ser obligado a
contestar sobre hechos que pudieran implicar culpabilidad penal contra
sí mismo, su cónyuge o concubino, parientes dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad.

Además del juez, los abogados de ias partes también pueden formular
preguntas al demandante o demandado que declara, las cuales deben
ser idóneas, útiles y pertinentes para el esclarecimiento de los hechos,
y de ningún modo vagas, imprecisas, impertinentes o reiterativas. Tales
abogados, asimismo, están facultados para pedir las aclaraciones del
caso, haciendo repreguntas.

392
Acru¡.croNts PnocEseres

La actuación de la declaración de parte es dirigida y regulada por


el iuez bajo los postulados de los principios de oralidad, inmediación,
concentración, celeridad y economía procesal. En el curso de la decla-
ración de parte, el órgano jurisdiccional se encuentra facultado para
impedir y sancionar las conductas temerarias y obstructivas de los sujetos
procesales, en especial aquellas que se oponen al deber de veracidad que
deben observar los justiciables.

La declaración de parte es un medio probatorio que debe estar


referido a hechos o información que le consta al declarante o a su re-
presentado, si quien declara es el apoderado o representante del sujeto
procesal.

Según el artículo 216' del Código Procesal Civil, la declaración


de parte tiene carácter irrer,ocable I' toda rectificación que haga el
declarante debe ser apreciada por el órgano jurisdiccional. La referida
rectificación puede obedecer al hecho de que quren la rindió invoca que
incurrió en error involuntario respecto de la información proporcionada
al declarar, por lo que el declarante procede a enmendar su error y a
brindar, ahora sí, la información correcta o fidedigna desde su punto
de vista, o a hacer las precisiones del caso, cuando lo declarado necesite
ser complementado o pueda ser sacado de contexto y hacer pensar al
juez algo distinto a lo que se quiso decir.

El órgano jurisdiccional, cuando aprecie la declaración de parte, se


encuentra autorizado para dividir tal declaración -conforme lo dispone el
artículo 215' del Código Procesal Civil-, siempre y cuando la declaración
de parte comprenda varios hechos, que tienen independencia entre sí,
o se compruebe la falsedad de una parte de lo declarado, pudiendo el
juez valorar la parte de la declaración que estima se ajusta a Ia verdad.

Arl. 260.- 08c¡apasiÚn de le$lig0s

Los testigos no presencian el desarrollo de la audiencia y solo


ingresan a ella en el momento que les corresponda.
El secretario del juzgado expide al testigo una constancia de
asistencia a fin de acreditar el cumplimiento de su deber ciu-

393
Oxel VÍcron Áveros Jen¡

dadano. Tratándose de un trabajador, dicha constancia sirve


para sustentar ante su empleador la inasistencia y el pago de la
remuneración por el tiempo de ausencia.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos2220 al2320.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 1 50, 1 60,'19o, 21o y 24o.

Comentario

L, Cotrlcspro
La declaración de testigos es un medio probatorio por el cual un
tercero ajeno al demandante y demandado rinde ante el juez su testi-
monio referido al conocimiento que tenga respecto de ciertos hechos
que interesan al proceso. La declaración de testigos consiste en una
declaración de ciencia y representativa de hechos que un tercero hace
frente al órgano jurisdiccional a solicitud de las partes o por orden del
juez, y que tiene por finalidad que el testigo reproduzca objetivamente
lo acontecido sin que haya manifestaciones de tipo subjetivo.
A diferencia de la declaración de parte, que es una declaración
sobre hechos propios, la declaración de testigos o testimonial consti-
tuye la narración de los hechos y experiencias ajenas. En este caso, el
testigo expone su apreciación de los hechos como alguien que no tiene
vinculación con las partes en litigio, pero que conoce personalmente
las circunstancias litigiosas.

La declaración de testigos constituye un acto procesal, por el que se


expresa una declaración voluntaria de ciencia, y el encargado de hacerla
no es una de las partes sino un tercero, que manifiesta al magistrado
distintos hechos, según lo que trate el interrogatorio.
Decimos que la declaración de testigos es una declaración de ciencia,
porque el testigo declara lo que asegura conocer respecto de los hechos
que le son preguntados. La declaración testimonial no es una declaración
de verdad, pues el deponente puede referir intencionalmente o por error
involuntario hechos que no son reales.

394
a

ActuectoNEs PRoc¡s¡.rEs

La declaración de testigos tiene carácter representativo' por cuanto


los hechos declarados por quien presta su testimonio son expuestos desde
su punto de vista o según la apreciación que tenga o que le dicten sus
sentidos.

La declaración de testigos es un acto procesal, porque constituye


un medio de prueba y se actúa al interior de un Proceso. Es un medio
de prueba de naturaleza personal, pues es una persona quien presta
la declaración. Es un medio de prueba indirecto, porque el juez de la
causa va a conocer los hechos en forma mediata y no directa mediante
la deposición del declarante. Es, además, de naturaleza histórica, Pues
tiende a la reconstrucción de hechos pasados.

2. REqurslros rARA LA EXISTENcIA DE LA DEcLARAcIóN DE


TESTIGOS

La declaración de testigos precisa para su existencia de los siguien-


tes requisitos:

a. La declaración de testigos debe efectuarse en forma personal y


no a través del representante o apoderado del tercero.

b. La declaración testimonial debe ser evacuada Por un tercero,


vale decir, por una persona extraña al litigio.

c. La declaración de testigos debe practicarse al interior del proceso


en que es aportada como medio probatorio.

d. La declaración de testigos debe estar referida a hechos objetivos


y no a manifestaciones de índole subjetiva.
e. La declaración de testigos es un medio de prueba de naturaleza
representativa, pues la deposición del tercero debe reproducir el
conocimiento que este tenga del evento o acontecimiento que
presenciase o percibiera.

f. La declaración de testigos debe rendirse de manera voluntaria


y no bajo coerción.

39s
Oxer VÍcron Ávnros Jene

3. Rrqursrros eARA LA vArrDEz DE LA DECLARAcTóN DE


TESTIGOS

La validez de la declaración de testigos se supedita a lo siguiente:


a. El juez debe disponer su actuación de oficio o a solicitud de la
parte que ofrece el citado medio de prueba.
b. La declaración testimonial tiene que ser ofrecida por alguno de
los justiciables y evacuada por Ia persona llamada a declarar
como testigo.
c. La declaración de testigos debe actuarse ante eljtezdel proceso,
y no ante autoridad distinta.
d. El testigo debe tener capacidad jurídica para declarar, aunque
en ciertos casos se permite ia declaración de nlenores de edad.
e. La declaración de testigos debe ser rendida por una persona
que, ai tiempo en que ocurrieron los hechos materia de la de-
claración, ha1'a tenido la suficiente aptitud física y mental como
para percibirlos.

4. La ErrcacrA pRoBAToRTA DE rA DEcrARAcróN DE TEsrrcos


La eficacia probatoria de la declaración de testigos está sujeta a lo
siguiente:

a. Debe ser un medio probatorio conducente para probar el hecho


respectivo, vale decir, la ley no debe exigir ningún otro medio
de prueba para acreditar el hecho de que se trate, como, por
ejemplo,la prueba documental, porque, de ser así,la declaración
testimonial sería ineficaz probatoriamente.
b. El testigo no debe tener interés jurídico alguno -económico
o moral- en el resultado del proceso, pues de lo contrario, su
declaración carecería de todo mérito probatorio.
c. La declaración del testigo debe hacerse de manera voluntaria y
estar exenta de toda coerción, ya sea física o de tipo psicológico,
estando incluido dentro de este último rubro la amenaza y el
soborno.

396
Acru¡.crorqEs PnocEselps

d. La declaración del testigo debe ser objetiva, debiéndose ceñir su


testimonio a lo efectivamente percibido por el testigo, estándole
impedido a este el hacer afirmaciones de índole subjetiva.
e^ Que no existan antecedentes en el testigo de haber obrado con
anterioridad falsamente, es decir, que no haya cometido ante-
riormente delito alguno de los que derive su falta de credibilidad
u honestidad.
Que el testigo explique todas aquellas circunstancias en que
se desarrollaron los hechos percibidos por él y que resulten
necesarias para determinar si su declaración es fidedigna o no.

Que los hechos sobre los que declara el testigo no se opongan


a aquellos otros que sean notorios o de pública evidencia.
h. Que los hechos relatados por el testigo no se opongan a Io
señalado en un fallo con autoridad de cosa iuzgada.

Que los hechos materia de declaración testimonial no se opongan


al contenido de una presunción legal absoluta.
Que la declaración del testigo no sea contradictoria, vale decir,
que no afirme hechos ¡ posteriormente, en la misma declara-
ción, afirme otros opuestos a los declarados.
k. Que la declaración del testigo no escape a lo que claramente se
le pregunta, o sea, que sus respuestas no sean ajenas al objeto
del interrogatorio.
l. Que la declaración del testigo no sea rebatida con algún otro
medio probatorio lo suficientemente apto como para acreditar
debidamente el hecho de que se trate.

5. LR nEcraRtcróN DE TESTrcos EN LA Nunva LEy PnocEsel


DEL TRABAJO

La parte que ofrece al testigo debe concurrir a la audiencia con el


mismo, bajo su responsabilidad y costo, sin que el órgano jurisdiccional
esté obligado a ordenar que se le cite -lo que no obsta para que este sea
notificado excepcionalmente por el juzgado- y sin perjuicio que dicho

397
Oxel VÍcron Áveros fene

magistrado admita o rechace la actuación de la declaración testimonial


en el acto de la audiencia respectiva.

El testigo que haya sido ofrecido como prueba no tiene por qué estar
presente en todo el acto de la audiencia. Es más, ello le está prohibido
por el artículo 26" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, del cual se
infiere que el testigo no debe presenciar el desarrollo de la audiencia,
por lo que únicamente se incorporará a ella, ingresando al local del
juzgado donde tiene lugar, cuando sea llamado para rendir su testimonio.

Una vez llamado el testigo para realizar su declaración, será inte-


rrogado por el juez de manera libre, concreta y clara, y sin sujeción a
fórmulas o rituales de ningún tipo, tan es así que, a efectos de la de-
claración de testigos, no es exigible a la parte que aporta dicho medio
de prueba la presentación de pliego de preguntas, lo cual no impide,
dicho sea de paso, que la parte o su abogado hayan preparado y tengan
consigo un pliego de interrogatorios para hacer, de manera ordenada y
secuencial, Ias preguntas del caso al tercero que debe declarar.

Sobre esto último precisamos que, además del juez, los abogados
de las partes están autorizados para formular preguntas a los testigos,
así como para pedir aclaraciones en caso de respuestas imprecisas o
que necesitan ser complementadas, vale decir, cuando se pide al testigo
que dé mayores detalles sobre los Pormenores del contenido de alguna
respuesta.

Las preguntas que tales abogados hagan a los testigos deben ser
idóneas, pertinentes y útiles, estando impedidos de hacer preguntas
ociosas, vagas, ambiguas, ofensivas y reiterativas, debiendo el |uez ad-
mitir las primeras y rechazar las segundas, en atención a la labor de
director del proceso encomendada al órgano jurisdiccional. Al respecto,
debe tenerse en consideración que el juez debe velar para que la actua-
ción de ia prueba testimonial se haga con sujeción a los principios de
oralidad, inmediación, concentración, celeridad y economía procesal,
estando facultado para impedir y sancionar toda conducta temeraria u
obstructiva de los sujetos procesales, en especial aquella que sea contraria
al deber de veracidad.

398
AcruecroNrs PnocEs¡.rss

El testigo, luego de ser identificado por el juez como la misma


persona que ha sido ofrecida como testigo, debe absolver el interro-
gatorio qlue, en principio, le practica dicho magistrado con relación
a los hechos materia de controversia. La persona llamada a rendir su
testimonio debe responder de manera clara y categórica y no en forma
vaga, ambigua, evasiva o reticente. Le está prohibido al testigo leer sus
respuestas, las cuales que deben ser efectuadas espontáneamente, lo
cual no obsta para que pueda el declarante auxiliarse de ciertos docu-
mentos para contestar el interrogatorio. En ocasiones esto último no
solo puede darse sino que eS absolutamente necesario para proceder
a responder 1o que se le pregunta. Ello ocurre' por ejemplo, cuando
la respuesta del testigo debe ser lo más detallada posible en cuanto a
fechas, nombres y otros datos que escapan a la memoria, razón por la
cual debe uno asistirse de los documentos respectivos para que, hecha
la consulta respectiva, se pueda contestar con la mayor precisión a los
fines de lo que se quiere investigar o esclarecer. Una vez interrogado
el testigo por ei juez procederán a hacerlo los abogados de las partes
bajo la dirección y guía del magistrado, de la manera que se indicara
anteriormente.

Culminada la declaración de un testigo, ingresa el testigo siguiente


al local donde se desarrolla la audiencia y no antes, y así sucesivamen-
te hasta que terminen de declarar todos los testigos propuestos y que
concurran a la audiencia respectiva. Al término de la declaración del
testigo, el auxiliar jurisdiccional, generalmente secretario del iuzgado,
le debe hacer entrega a aquél de una constancia referida no solo a su
asistencia a la audiencia para evacuar su declaración, sino también al
efectivo cumplimiento de tal obligación, pues el testigo bien pudo con-
currir a la audiencia y abstenerse de responder todas ias preguntas o,
injustificadamente, pudo marcharse antes de que se le tome su declara-
ción. En la hipótesis de que un trabajador haya cumplido con rendir su
declaración testimonial, la mencionada constancia resulta sumamente
importante, porque ella le permitirá demostrarle a su empleador la ra-
zón de su inasistencia a1 trabajo, que, por ser justificada al tratarse la
declaración testimonial de un deber ciudadano, evita que se le descuente
de su remuneración por el tiempo que estuvo ausente con motivo de la
declaración testimonial que hiciera.

399
Oxel VícroR Avelos Jene

Al valorar la declaración del testigo, y con la finalidad de poder


determinar si el testimonio es confiable o no, el juez debe analizar su
contenido, el modo en que el declarante adquirió el conocimiento de
los hechos que dijo haber ocurrido, así como la persona del testigo.

El magistrado debe apreciar la declaración del te-stigo, primero, de


manera autónoma, y después, confrontándola con las otras declaracio-
nes testimoniales ¡ lo que es mejor, con los demás medios probatorios
aportados al proceso. En ese sentido, el magistrado debe evaluar si el
testimonio es contradictorio, vale decir, si unas respuestas se oponen a
otras dentro del n-rismo testimonio. Luego, debe examinar si lo decla-
rado resulta verosímil desde el punto de vista lógico y atendiendo a las
circunstancias de modo, tiempo y lugar.

A continuación, el juez debe apreciar si el testigo estaba apto física


y mentalmente en el momento en que percibió los hechos objeto de su
declaración y' cuando esta se produjo; debe examinar la capacidad del
testigo para recordar los hechos, la iuente de sus conocimientos, la ob-
jetividad de 1o narrado, así como los antecedentes del testigo, es decir, si
existen circunstancias que hagan dudar, en razón de su personalidad, de
la veracidad de lo declarado, como cuando el testigo ha sido condenado
o procesado por delitos que pongan en tela de juicio su credibilidad o
su probidad.

Finalmente, y luego de todo Io expuesto, el iuez debe extraer con-


clusiones de lo declarado por el testigo, las que debe cotejar con los
demás medios de prueba para saber si estos desvirtúan o confirman lo
dicho por el testigo, ya sea total o parcialmente.

Elanilla$

La exhibición de las planillas manuales se tiene por cumplida


con la presentación de las copias legalizadas correspondientes
a los periodos necesitados de prueba.
La exhibición de las planillas electrónicas es ordenada por el
juez alfuncionario del Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo responsable de brindar tal información' Es improce-

400
Actu¡cloNEs PnocssA.r-Es

dente la tacha de la información de las planillas electrónicas


remitida por dicho funcionario, sin perjuicio de la responsa-
bilidad penal o funcional que las partes puedan hacer valer en
la vía correspondiente.
Las partes pueden presentar copias certificadas expedidas por
el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo de la infor-
mación contenida en las planillas electrónicas, en lugar de la
exhibición electrónica.

I Concordancias:
- Código Procesal Civil: a rtícu lo s 259o, 2600 y 261 o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 21" y 29o.

Comentario

t. La ExHrercróN DE DocuMENTos
Dado que los medios probatorios sirven para acreditar los hechos
alegados por las partes, compete a estas, en principio, la carga de sumi-
nistrarlos al proceso. Sin embargo, existen casos en los cuales el sujeto
procesal interesado se encuentra imposibilitado materialmente de aportar
el medio de prueba al proceso, por cuanto no lo tiene consigo sino que
está en poder de la parte contraria o de un tercero. Ciñéndonos a los
documentos, cabe indicar que si no estuviera en poder de la parte que
Io ofrece, esta debe pedir en la demanda o en su contestación que la
persona que lo tenga cumpla con exhibir tal documento, para lo cual el
interesado debe describir su contenido e indicar el lugar donde se halla
el correspondiente instrumento.

Si el documento, ya sea original o copia, se encontrase en poder de


la contraparte o de un tercero y la parte interesada en aportarlo como
prueba no pudiera obtener su copia, está autorizado para solicitarle al
juez que ordene que este sea exhibido por la persona que lo tenga en
su poder.

Para que el documento pueda ser exhibido, debe pertenecer o ser de


incumbencia de la parte que lo ofrece como medio de prueba, pues solo
así tendría relación directa con el proceso y sería un medio probatorio

401
Ox,ql VÍcror. Ávuos Ien¡

pertinente para esclarecer el pleito. Aun en el caso de que el documento


esté en poder de la contraparte, esta tiene el deber de cumplir con su
exhibición, porque, pese a ser contraria tal exhibición a sus intereses, el
proceso es de interés público y no privado, y tiene por finalidad concreta
resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas
con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos sustanciales, y
por finalidad abstracta el lograr la paz social en justicia.
Con relación a la exhibición de documentos, debe tenerse presente
lo establecido en el artículo 259" del Código Procesal Civil, que señala
que los terceros solo están obligados a exhibir los documentos que perte-
nezcan o manifiestamente incumban o se refieran a alguna de las partes.

Igualmente, debe tenerse en consideración el artículo 260. de la


misma norma adjetiva, que trata acerca de la exhibición de documentos
de personas jurídicas v colnerciantes, estableciendo lo siguiente:

- Puede ordenarse la exhibición de los documentos de una per-


sona jurídica o de un comerciante, dando el solicitante la idea
más exacta que sea posible de su interés y del contenido. La
actuación se limitará a los documentos que tengan relación
necesaria con el proceso.

- La exhibición se tiene por cumplida si se acompañan copias


completas debidamente certificadas de los documentos orde-
nados.

- Si la exhibición está referida a documentos públicos, se cumple


con ella dando razón de la dependencia en que está el original.

- A pedido de parte y en atención al volumen del material ofre-


cido, el juez puede ordenar que Ia exhibición se actúe fuera del
local del juzgado.

2. LR ExurnlcróN DE PLANTLLAS
En lo que atañe a la exhibición de planillas en el proceso laboral,
la Nueva Ley Procesal del Trabajo efectúa la distinción de las planillas
manuales y las planillas electrónicas a efectos de su exhibición.

402
AcruecroNrs PRocEseLE,s

Así tenemos que, tratándose de planillas manuales' su exhibi-


ción se concreta con la presentación de las copias legalizadas de tales
planillas manuales que guarden relación con los periodos necesitados
de probanza. Es decir, el empleador no está obligado a Presentar las
planillas manuales en original, pü€s ello puede entorpecer la marcha
de su actividad jurídica o económica, bastando Para el cumplimiento
de dicho deber la presentación de las mencionadas planillas manuales
correspondientes a los periodos señalados por la parte que solicitó la
exhibición y dispuestos por el juzgadot.
En el caso de las planillas electrónicas, el órgano jurisdiccional
ordena la exhibición de ellas -ciñéndose a los periodos pertinentes a los
fines del proceso- al funcionario respectivo del Ministerio de Trabajo
y Promoción el Empleo que tenga como función proporcionar dicha
información. La información suministrada por el citado funcionario
respecto de las planillas electrónicas obleto de exhibición no es suscep-
tible de tacha. Si el interesado plantea 1a referida cuestión probatoria
por no estar de acuerdo con la información que aParece en las planillas
electrónicas, entonces, el magistrado la rechazará de plano, declarándola
improcedente.

Es de destacar que la inviabilidad de cuestionar mediante tacha la


información relacionada con las planillas electrónicas no impide que,
en caso de haber alguna irregularidad vinculada a tal información, el
interesado pueda ejercitar las acciones correspondientes dirigidas a de-
nunciar y sancionar la responsabilidad penal o funcional en que pudiere
haber incurrido el funcionario del Ministerio de Trabajo y Promoción
del Empleo encargado de informar sobre las planillas electrónicas en
cuestión, e incluso la parte procesal (empleador) si a esta última le fuese
imputable también la irregularidad o ilicitud relativa a tales planillas.

Por último, el hecho de que la exhibición de las planillas elec-


trónicas se materialice con la información que al respecto brinde el
funcionario correspondiente del Ministerio de Trabajo y Promoción
del Empleo encargado de ello, no obsta para que los sujetos procesales,
en vez de recurrir a dicha exhibición para acreditar sus alegaciones,
puedan suministrar al proceso copias certificadas de la información

403
Oxel VÍcron Áv¡los )¡,nn

recogida en las planillas electrónicas, las mismas que corresponde emitir


al mencionado ministerio.

Los peritos no presencian el desarrollo de la audiencia y solo


ingresan a ella en el momento que corresponda efectuar su
exposición.
Los informes contables practicados por los peritos adscritos
a los juzgados de trabajo y juzgados de paz letrados tienen la
finalidad de facilitar al órgano jurisdiccional la información
necesaria para calcular, en la sentencia, los montos de los de-
rechos que ampara, por lo que esta pericia no se ofrece ni se
actúa como medio probatorio.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos262o a|271".


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 1 60, 19o y 21o.

Comentario

L. Corucnpro
Con mucho acierto se ha indicado que "la pericia es la consulta
técnica a la que recurre el juez para complementar o integrar sus cono-
cimientos: se trata de un testigo técnico: complementan la limitación del
saber del juzgador pese a ser considerado el juez el perito de los peritos,
convirtiéndose en un auxiliar extraordinario 1' no ordinario (caso del
secretario) de la justicia. El consultor no opera independientemente del
juez sino a trar'és de é1, proponiéndole noticias y nociones que finalmente
admitirá o rechazará según su entender"i2o{J.

[204] Co**elurrr, Francisco, citado por Gori,l tzúuorz,


La Ley Procesal delTrabajo. Anátisis secuenciol,
doctrinario, jurisprudencial y comparado, cit., p. 31 5.

404
AcruectoN¡s Pnoc¡sems

La pericia constituye un medio de prueba realizado por terceros que


cuentan con conocimientos especiales en algún camPo determinado de
la ciencia, arte o técnica, razón por Ia cual su opinión resulta calificada
para desentrañar algún asunto o materia que escapa al común enten-
dimiento de las personas, con la finalidad de ilustrar al juzgador para
que pueda resolver correctamente. Así, tenemos que la pericia tiene por
objeto que los peritos encargados de la misma verifiquen los hechos que
precisan de conocimientos especiales en el área científica, tecnológica,
artística, etc., sin los cuales el hombre de inteligencia promedio, entre
los que se incluye al magistrado, no podría esclarecer tales hechos. De
esta manera los peritos ilustran al j:uez sobre algún hecho que exija
conocimientos calificados para su comprobación, contribuvendo así a
formarle convicción sobre ia veracidad, circunstancias, causas y efectos
de lo que es sometido a pericra.

En materia laboral "la pericia es esencialmente contable, [...]' y es


practicada por peritos inspectores judiciales dependientes de los juzgados
de trabalo"l'otl.

De esta manera, en el ámbito del Derecho procesal del trabajo, la


pericia tiene por finalidad presentar al órgano jurisdiccional la informa-
ción obtenida de los libros y documentación contable que sirvan para
calcular de forma precisa y real los montos de los derechos peticiona-
dos. En este sentido, la pericia apunta a descifrar, calcular o corroborar
ciertos datos numéricos que son de mucha complejidad y que por su
propia naturaleza le tomarán mucho trabajo al juez.

La pericia debe ser realizada por un perito, quien "es ia persona


con conocimientos científicos o artísticos de los que el juez por su es-
pecial preparación jurídica, puede carecer y que es llamada al proceso
para apreciar algún hecho o circunstancia que ha sido adquirido con
anterioridad por otros medios de averiguación, y sean de interés o ne-
cesidad para la investigación"[206].

t2osl Ror'¡rRo MoNrEs, Derecho procesal deltrabaio, cit,, p. 155.


I2061
MoR¡No Cnrr¡r¡, Derecho procesal, cil., p.288.

405
Oxer Vícron Áveros Jen¡

Es preciso indicar que para que el peritaje sea válido se requiere


de ciertas formalidades, que pasan por la exigencia de que el perito sea
hábil para ejercer el encargo, situación que se presenta con las nóminas
periciales que cada Colegio Profesional otorga a las Cortes de los distritos
judiciales poniendo a los miembros de su orden a fin de que puedan
ser escogidos cuando se requiera de su auxilio. Seguidamente tiene que
existir el pedido que ordena la ejecución de la prueba pericial con el
encargo preciso de qué aspecto técnico ha de merecer la atención del
perito. Luego, tenemos Ia juramentación del encargado, ritual procesal
que está condicionado a que el perito no esté impedido para ejercitar la
comisión, y al mismo tiempo, a ser resPonsabilizado ante los litigantes y
el mismo juzgador del dictamen a evacuar. Asimismo, deberá señalar sus
honorarios v respetar el plazo consignado por el jtezpara evacuarlot2oTl.

La pericia es la actividad realizada por personas expertas que vuel-


can Sus conocimientos especializados en un documento denominado
informe o dictamen, en el que consignan:
a. La materia sometida a pericia y los exámenes o investigaciones
realizados por el perito.
b. Lo relacionado al análisis de los puntos de la pericia y a la
fundamentación del caso.
c. Las conclusiones de la pericia, vale decir, los resultados de la
misma, la opinión final y concreta del perito sobre el asunto o
materia sometida a Pericia.
Entonces, la pericia representa un medio probatorio, pues se orien-
ta a acreditar la existencia de algún hecho o suceso, la manera cómo
aconteció, las causas que lo produjeron, los efectos que conlleva, etc. La
pericia es una declaración de ciencia, por cuanto la persona encargada
del peritaje únicamente brinda información, a través del correspondiente
dictamen, de los exámenes realizados y de las conclusiones a las que
arriba, sustentadas en su experiencia y en sus.conocimientos calificados
sobre alguna materia o ciencia.

[207] Gor,¡¡z Yntorz, La Ley Procesal det Trabajo. Anólisis secuenciol, doctrinario, jurisprudencial y
comparado, cit., p. 333.

406
ActuecroNEs PnocEs¡.Lrs

La pericia tiene carácter eminentemente objetivo y no subjetivo. Esta


versa sobre hechos cuya apreciación implica un alto grado de dificultad,
porque de no ser así, no requeriría el juez del aporte de expertos para
su esclarecimiento. La pericia es, finalmente, de carácter valorativo,
por cuanto el perito emite un juicio de valor u opinión sobre lo que es
materia pericial, explicando lo acontecido y todas aquellas circunstancias
que se desarrollaron.

2. Rseulslros pARA LA EFICACIA PRoBAToRIA DE LA PERICIA

La eficacia probatoria de la pericia está sujeta a lo siguiente:

a. Que la pericia constituya un medio probatorio conducente para


demostrar el hecho alegado.

b. Que la persona que lleve a cabo la pericia se trate de un experto


en el campo requerido para ia investigación del hecho, lo que no
solo dependerá de sus antecedentes profesionales sino también
del modo en que desarrolla el informe pericial.

c. Que Ia pericia se efectúe voluntariamente y que el perito no


haya estado sujeto a coerción o soborno.

d. Que el perito no tenga relación alguna con las partes que haga
presumir su parcialidad para con alguna de ellas.

e. Que el dictamen pericial se encuentre debidamente fundamenta-


do y que las conclusiones a las que se arriba sean la consecuencia
lógica de su motivación.

f. Que no se hubiere acreditado alguna objeción dirigida contra


el informe pericial.

g. Que el dictamen pericial haya sido objeto de examen por las


partes interesadas a efectos de una eventual contradicción u
observación.

h. Que no existan pruebas suficientes como para restarle mérito


probatorio al dictamen.

407
Oxel Vícron Áv¡.ros Jene

3. Le pERrcrA EN LA NuEve LEy PnocESAL DEL Tnann¡o


La parte que ofrece la pericia no está obligada a incluir en su
escrito de demanda o de contestación ningún pliego dirigido a los pe-
ritos; sin embargo, tiene el deber de señalar la finalidad que pretende
con el referido medio probatorio, esto es, debe indicar cuál es el hecho
controvertido que aspira sea esclarecido con los resultados de la pericia.

La parte que ofrece al perito debe concurrir a la audiencia con é1,


bajo su entera responsabilidad y costo, sin que el j'tez tenga el deber de
disponer que se le cite al perito (lo que no impide que este sea notifica-
do excepcionalmente por el ]uzgado) y sin perjuicio que el J:uez admita
o rechace la actuación de la pericia en el acto de la correspondiente
audiencia.

El perito que hava sido ofrecido como medio de prueba no debe


estar presente en todo el acto de la audiencia, lo cual le está prohibido
por el artículo 28" de la Nueva Lev Procesal del Trabajo, del que se
colige que el perito no debe presenciar el desarrollo de la audiencia, por
lo que solo se incorporará a la misma, ingresando al local del juzgado
donde acontece, cuando sea llamado para ser interrogado con motivo
de la pericia.

Una vez llamado el perito para que declare sobre lo que es objeto
de la pericia, será interrogado por el jrez de manera libre, concreta y
clara, y sin sujeción a fórmulas rituales de ningún tipo, tan es así que,
a efectos de la intervención de los peritos, no resulta exigible a la parte
que ofrece dicho medio probatorio la presentáción de ningún pliego de
preguntas, lo cual no obsta que la parte o su abogado hayan preparado
y tengan consigo un pliego de interrogatorios para hacerle al perito, de
manera ordenada, las preguntas pertinentes.

Es de resaltar que, además del juez, los abogados de las partes


tienen la potestad de hacer preguntas a los peritos y de pedirle las
aclaraciones del caso, si contestase en forma imprecisa o ininteligible
o si no se explicase adecuadamente, todo ello bajo la dirección y guía
del órgano jurisdiccional.

408
Acru¡ctoNps PnocEs¡lns

Sobre el particulaf debe tenerse en cuenta que el juez debe adoptar


Ias medidas necesarias para que el interrogatorio a los peritos se haga
con sujeción a los principios de oralidad, inmediación, concentración,
celeridad y economía procesal, estando autorizado para impedir y san-
cionar pecuniariamente cualquier conducta temeraria u obstructiva que
ur,r-un los sujetos procesales, sobre todo aquella que sea contraria al
deber de veracidad.

Es sabido que en el proceso laboral la pericia que mayormente se


emplea es la pericia contable, la que puede ser ofrecida por la parte inte-
,.rádu si así lo estima conveniente, por lo que tal derecho del justiciable
no se opone a 1o normado en el artículo 28' de Ia Nueva Ley Procesal
del Trabajo, que prevé la pericia contable desarrollada por órganos de
auxilio judicial que forman parte de los órganos jurisdiccionales labo-
rales. Así tenemos que, conforme se desprende del citado precepto legal:

a. Los informes contables pueden ser elaborados Por peritos ads-


critos a los fuzgados Especializados de Trabajo y Iuzgados de
Paz Letrados Laborales.

b. Tales informes contables son realizados con el objeto proPor-


cionar al órgano jurisdiccional que conoce del proceso laboral
la suficiente información como para hacer los cálculos respec-
tivos en la sentencia acerca de los montos a que ascienden los
derechos amparados en dicha resolución judicial'

c. Los informes contables en mención' a cargo' como se dijera, de


los peritos adscritos a los ]uzgados Especializados de Trabajo
y luzgados de Paz Letrados Laborales, no pueden ser ofrecidos
como medios de prueba y mucho menos actuarse en la au-
diencia respectiva. La pericia contable mencionada sirve' Pues,
a los fines de la sentencia que se expida, para las operaciones
y cálculos que comPrenda la sentencia, si fuera el caso. Lo se-
ñalado, reiteramos, no impide que si algún sujeto procesal lo
estima pertinente para probar sus afirmaciones, pueda ofrecer
. como medio probatorio -a ser actuado en la audiencia corres-
pondiente si el juez lo admite- una pericia contable.

409
Oxel VÍcron Áveros fene

Al't.29.- Presüns¡one$ lsgalss deriuada$ d8 la condusla de la$ pafl8s

Eljuez puede extraer conclusiones en contra de los intereses de


las partes atendiendo a su conducta asumida en el proceso. Esto
es particularmente relevante cuando la actividad probatoria es
obstaculizada por una de las partes.
Entre otras circunstancias, se entiende que se obstaculiza la
actuación probatoria cuando no se cumple con las exhibiciones
ordenadas, se niega la existencia de documentación propia de
su actividad jurídica o económica, se impide o niega el acceso
aljuez,los peritos o los comisionados judiciales al material pro-
batorio o a los lugares donde se encuentre, se niega a declarar,
o responde evasivamente.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: a rticu lo s 27 5", 27 7 ", )$l o y 282o.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo:artículos 110 y 24o.

Comentario

L. LRs pREsuNCroNES EN EL pRocESo rABoRAr


Correctamente se ha afirmado que "sin ser propiamente medios de
prueba, sino un método para fljar la cerleza de ciertos hechos o meca-
nismos de dispensa de la prueba, las presunciones resultan igualmente
importantes en materia probatoria"[208].

Las presunciones son, en buena cuenta, aquellos hechos que la ley


tiene por ciertos sin necesidad de que sean probados, son "el razona-
miento, juicio lógico o inferencia que permite concluir de un hecho
conocido, otro desconocido. Consecuentemente, la palabra presunción
no alude ni al hecho conocido ni al hecho desconocido"l2oel, sino a lo
que lleva a uno a ser lo otro.

t208I Seup¡RE Nnvnnno, Antonio el al., Curso de procedimiento laboral, 6" ed., Tecnos, Madrid, 2001 ,

p.122.
PnReoes P¡ucros, "Las presunciones como sucedáneos de los medios probatorios'i cit.,
p.182.

410
Acru¡croN¡s PRocsseLss

La doctrina reconoce la existencia de dos tipos de presunciones:


las legales, que a su vez pueden ser absolutas (iure et de iure) o relativas
(iuris tantum), y las judiciales.
Las presunciones legales son aquellas establecidas por el legislador,
teniendo en consideración que de ciertos hechos derivan determinados
efectos; por esta razón, y en aras de tutelar el orden público, se impone
una solución de la que le juzgador no puede apartarse. Como mencio-
namos, las presunciones legales pueden ser absolutas o relativas, las
primeras son aquellas que no admiten prueba en contrario, por lo que
nos animaríamos a decir que más que una presunción es una afirma-
ción, es la consolidación de un hecho; por su parte, las segundas son
aquellas que sí admiten prueba en contra.
Las presunciones judiciales, por su parte, importan un proceso
lógico, un raciocinio que permite pasar de un estado de apariencia o
de insuficiencia para acreditar concretamente ciertos hechos a otro en
donde tales aparie¡rcias se tienen por ciertas. Por lo general, este razo-
namiento es inductivo, por lo que consiste en una actividad intelectual
de| juez frente a un caso particular, l'aliéndose de reglas de experiencia,
vale decir, de conocimientos comunes. En esta tarea, el juez realiza un
examen crítico de un hecho, cotejándolo con circunstancias, situaciones
y efectos que en un orden normal ocurren de ordinario.
Queda claro, entonces, que la presunción consiste en un juicio de
índole lógico que hace el legislador (presunción legal) o el magistrado
(presunción judicial), por el que se estima como verdadero o probable
una determinada situación o hecho, lo que se basa en las denominadas
máximas de la experiencia, que enseñan cuál es el modo normal como
se dan los acontecimientos o los hechos.
Cabe precisar que la presunción no es en estricto una conjetura,
pues "aunque esta se traduzca en una conclusión lógica, y en cierto
sentido conjeturar es deducir, esta arranca de datos inciertos ¡ por lo
tanto, ni legítimos ni seguros. Refleja, pues, una posibilidad inferior.
Una cosa es que Ia presunción obedezca a signo conjetural, en cuanto
deductiva, y otra es que importe, pura y simplemente, una conjetura"tztol.

[210] BursoSA¡¡cn¡2, María Pilar, "De las presunciones e indicios'i en Anuario de la Facultad de De-
recho de la Universidad de Extremadura, N.s 19-20, Extremadura, 2002, p.451.

4II
Oxar Vícron Áveros Jen¡,

No obstante, lo que debe resaltarse de las presunciones es que mediante


ella se reconoce la existencia de un hecho que no ha sido acreditado
directamente, a través de la deducción que se hace o que surge de la
experiencia común.
El Código Procesal Civil, en su artículo 277", establece al respecto
que la presunción en general es el razonamiento lógico-crítico que a
partir de uno o más hechos indicadores lleva al |uez a la certeza del
hecho investigado. Dicho código adjetivo señala, además, en su artículo
2Bl', referido a la presunción judicial, que el rázonamiento lógico-crítico
del juez, basado en reglas de experiencia o en sus conocimientos y a
partir del presupuesto debidamente acreditado en el proceso, contribuye
a formar convicción respecto al hecho o hechos investigados.

La presunción judicial, pueS, se funda en hechos conocidos por el


juez, lo que presupone que ha1'an sido demostrados en la secuela pro-
cedimental. Por ello, a efectos de que el órgano jurisdiccional estime
como cierto un hecho fundado en presunciones judiciales emanadas de
indicios o de medios de probanza, es necesario que la conclusión a la
que arribó sea verosímil o incuestionable.

Es de resaltar que para que las presunciones puedan servir de


fundamento a una resolución judicial es menester lo siguiente:

a. Que las presunciones tengan vinculación con el hecho principal


que sirve de base para la conclusión que se quiere alcanzar.

b. Que las presunciones apunten a un mismo sentido y no conducir


a conclusiones disímiles.

c. Que las presunciones busquen un resultado preciso y no incierto.

d. Que las presunciones sean directas, de modo tal que conduzcan


al hecho de que se trate.

e. Que las presunciones sean claras y guarden concordancia entre


ellas, pues deben estar relacionadas desde el hecho indicador
hasta la conclusión que se busca.

4r2
AcruectoNEs PRoc¡s¡rEs

f. Que las presunciones establezcan una ilación continuada respecto


de los hechos que operen como antecedentes.

g. Que las presunciones se basen en hechos reales y demostrados


y no en otras presunciones.

2, Las pREsuNcIoNES DERIVADAS DE LA coNDUcrA DE LAS


PARTES

El magistrado se encuentra facultado para obtener conclusiones


en contra de los intereses de los justiciables basándose en Ia conducta
que estos hayan adoptado en el juicio, en especial cuando la actividad
probatoria es entorpecida deliberadamente Por una de las partes, ya sea
demandante o demandado.

De esta forma, se dice que la conducta procesal puede servir como


fuente o motivo de prueba, vale decir, como hecho que prueba otro
hecho. Estamos aquí ante un motivo de índole subsidiaria, del cual
podrá hacer uso el magistrado cuando concurra con otros motivos de
la misma naturaleza.
Como se aprecia, la conducta procesal de las partes, sobre todo
aquella que sea temeraria, dilatoria u obstructiva, puede servirle al juez
para deducir quién es el sujeto que hace uso indebido del proceso y,
por ende, quién cuenta con razón y quién está desprovisto de ella. Al
respecto, el artículo 282" del Código Procesal Civil señala claramente
que el juez puede extraer conclusiones en contra de los intereses de las
partes atendiendo a la conducta que estas asumen en el proceso, particu-
larmente cuando se manifiesta notoriamente en Ia falta de cooperación
para lograr la finalidad de los medios probatorios -cual es acreditar los
hechos expuestos por las partes, producir certeza en el juez respecto de
los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones-, o con otras
actitudes de obstrucción.

La obstaculización de la actividad probatoria imputable a una de las


partes, circunstancia que faculta al juez a extraer conclusiones en contra
de los intereses del infractor, puede configurarse en los siguientes casos:

4t3
Ox¡,1 VÍcron Ávaros Je,na

a. Se obstaculiza la acfividad probatoria si el sujeto procesal no


cumple con el mandato judicial referido a la exhibición de do-
cumentos que incumbe o que se relaciona con la contraparte.

b. Se obstaculizala activídad probatoria cuando el sujeto procesal


aduce la inexistencia de documentación relevante para el proceso,
no obstante ser dicha documentación inherente a su actividad
jurídica o económica y, por lo tanto, es lógico suponer que
cuenta con ella y que resulta falso su argumento en el sentido
de que no existe.

c. Seobstaculizala actividad probatoria cuando el sujeto procesal


impide o niega injustificadamente el acceso al magistrado al
material probatorio o al lugar donde se encuentra este.

d. Se obstaculizala actividad probatoria cuando el sujeto procesal


impide o niega injustificadamente a los peritos -si hubieren sido
ofrecidos como prueba o dispuestos judicialmente- el acceso al
material probatorio o al lugar donde se halle dicho material.

e, actividad probatoria si el sujeto procesal rehúsa


Se obstacuiiza la
declarar cuando es requerido judicialmente para ello.

f. Se obstaculiza la actividad probatoria si el sujeto procesal, al


momento de declarar, no responde en forma categórica y clara
sino más bien lo hace con reticencias o evasivas, sin brindar
una información precisa y directa sobre el particular.

Suncpfrulo VII
FORMAS ESPECIATES
DE CONCTUSIóN DEt PROCESO

Art.300.- t0Fma$ es0ec¡ale$ ds c0nclu$iÓn del 0r008s0

El proceso laboral puede concluir, de forma especial, por


conciliación, allanamiento, reconocimiento de la demanda,
transacción, desistimiento o abandono. También concluye
cuando ambas partes inasisten por segundavez a cualquiera

414
AcruecloNss PRocsserps

de las audiencias programadas en primera instancia.


La conciliación y la transacción pueden ocurrir dentro del pro-
ceso, cualquiera sea el estado en que se encuentre, hasta antes
de la notificación de la sentencia con calidad de cosa jtzgada.
El juez puede en cualquier momento invitar a las partes a llegar
a un acuerdo conciliatorio, sin que su participación implique
prejuzgamiento y sin que lo manifestado por las partes se
ionsidere declaración. Si ambas partes concurren al juzgado
llevando un acuerdo para poner fin al proceso, el juez le da
trámite preferente en el día.
Para que un acuerdo conciliatorio o transaccional ponga fin
al proieso debe superar el test de disponibilidad de derechos,
para lo cual se toman los siguientes criterios:
a. el acuerdo debe versar sobre derechos nacidos de una norma
dispositiva, debiendo el juez verificar que no afecte derechos
indisponibles;
b. debe ser adoptado por el titular del derecho; y
c. debe haber participado el abogado del prestador de servicios
demandante.
Los acuerdos conciliatorios y transaccionales también pueden
darse independientemente de que exista un proceso en trámite,
en cuyo caso no requieren ser homologados para su cumpli-
miento o ejecución. La demanda de nulidad del acuerdo es
improcedente si el demandante lo ejecutó en lavía del proceso
ejecutivo habiendo adquirido, de ese modo,la calidad de cosa
juzgada.
El abandono del proceso se produce transcurridos cuatro (4)
meses sin que se realice acto que lo impulse. El juez declara
el abandono a pedido de parte o de tercero legitimado, en la
segunda oportunidad que se solicite, salvo que en la primera
vez el demandante no se haya opuesto al abandono o no haya
absuelto el traslado conferido.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artículos 3230 al 328o, 3300 al 333o, 334o al 339o,
340 al 3450 y 346 al 354o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 57o y Quinta Disposición
Complementaria.
- Ley de Conciliación: artículo 70.

4t5
Oxer VÍcron Ávnros J¡.na

Comentario

L Le corucrusróN DEL PRocESo


Todo proceso que ha iniciado deberá tener un fin, ya sea mediante
una sentencia, el acuerdo de las partes en conflicto o por el desinterés
de continuar con é1.
La sentencia es por excelencia la forma más típica y común de
conclusión del proceso; sin embargo, no es la única, ya que existen otras
formas especiales para su terminación.
En efecto, la Nueva Ley Procesal del Trabajo prevé dos supuestos
generales para la finalización del proceso; por un lado, tenemos a la
conclusión cotidiana o normal del proceso, que es aquella en donde el
órgano jurisdiccional emite un Pronunciamiento sobre el fondo deter-
minando a quién le corresponden los derechos en cuestión, Y, por otro
lado, a la conclusión anticipada del proceso, que es aquella en que no
necesariamente hay un pronunciamiento sobre el fondo, pero el Proceso
culmina de forma previa y de modo distinto al primer suPuesto.
Con relación a esto último, la Nueva Ley Procesal del Trabajo prevé
en su artículo 30" que la conclusión anticipada del proceso se puede dar
por los siguientes motivos:
- conciliación;
- allanamiento;
- reconocimiento de la demanda;
- transacción;
- desistimiento;
- abandono; e

- inasistencia por segunda vez a cualquiera de las audiencias


programadas en primera instancia.
Como quiera que resulta fundamental entender los alcances de
cada uno de estos supuestos, en las siguientes líneas los desarrollare-
mos, anotando cuál es su importancia y cómo inciden en la particular
naturaleza de los derechos laborales en cuestión.

416
AcruecIoNEs PRocaseL¡s

2, Los supunsros DE coNctuslóN ANTIcIPADA DEL PRocESo

2.L. La conciliación

2.7.7. Conceptualizaciones
La conciliación puede darse dentro o fuera del proceso judicial.
En el primer caso se efectúa ante una persona calificada y reconocida
legalmente como conciliador, y puede realizarse en cualquier momento,
incluso durante la vigencia del proceso judicial. En el segundo caso, se
efectúa ante el juez que dirige el proceso, y debe llevarse a cabo luego
de que el demandado haya sido emplazado con la demanda y hasta antes
de la notificación de la sentencia con calidad de cosa juzgada.

En términos generales puede decirse que la conciliación es un


mecanismo alternativo de solución de conflictos laborales que puede
ser solicitada por el trabajador, ex trabajador, jóvenes en formación o
personas en capacitación para el trabajo, la organización sindical, por el
empleador o por ambas partes, en virtud de ia cual las partes exponen
SuS perspectivas ante un tercero, que colabora para que estas Superen
sus diferencias, identificando ios intereses de las mismas. El tercero,
llamado conciliador, debe proponer fórmulas de solución para quienes
decidirán en qué términos resolverán su controversia de la manera más
acorde con sus intereses.

La conciliación constituye, pues, aquella actividad dirigida a procu-


rar el entendimiento entre las partes, a componer los ánimos opuestos
entre ellas y avenir sus voluntades en lo que atañe a las cuestiones que
estaban en disidencia. La conciliación es la actividad realizada por las
partes ante un tercero llamado conciliador, que bien puede ser el juez
del proceso, a través de la cual exponen sus diversos Puntos de vista, se
busca una solución a la controversia \. se arriba a un acuerdo dejando
de lado todas sus diferencias.

La conciliación es un medio para alcanzar una solución persuasiva,


haciendo uso las partes, todas ellas o alguna de ellas, de la renuncia
-total o parcial, en cuanto fuese permitido- de su derecho o transi-
giendo sobre el mismo en forma total o parcial. La conciliación es el
mecanismo por el cual las partes conjuntamente convienen en algo,

4t7
Oxlt- VÍcron Ávllos Je.ne

determinando los derechos y obligaciones que pondrán fin al conflicto


de intereses. La conciliación es aquel procedimiento en virtud del cual
las partes en litigio se presentan ante un tercero (conciliador) exponierr-
do sus diferencias, y será este último quien los escuchará y propondrá
soluciones, que aquéllas podrán aceptar o no; si se logra el avenimiento,
la conciliación culmina exitosamente, debiéndose dejar constancia de la
fórmula conciliatoria o acuerdo, que, destacamos, contiene la exposición
de los derechos constituidos y reconocidos por las partes y a los cuales
deben ceñirse en el futuro.

La conciliación constituye un acto jurídico, pues representa la de-


claración de voluntad de los sujetos involucrados en virtud de la cual
crean, regulan, modifican o extinguen relaciones de orden jurídico.
Puede asumir un carácter complejo, ya que la conciliación puede conte-
ner un allanamiento o reconocimiento, una transacción, una novación,
condonación o una mixtura de tales instituciones, todo ello dirigido a
poner fin al conflicto 1', por ende, al proceso.

La conciliación "es una forma de autocomposición dirigida por Io


que es materia de controversia, que puede realizarse fuera o dentro de
un proceso judicial, interviniendo en ella un tercero que no decide, pero
sí dirige, orienta, coadyuva a que las partes alcancen la solución o com-
posición justa a su conflicto de intereses. En el caso de la conciliación
judicial, este tercero es el propio juez, quien va alterar su rol de decisor
por el de conciliador en la etapa correspondiente o en el momento en
que le parezca conveniente"l2rrl.

La conciliación es indudablemente consensual, pues las partes, a


través de ella, acuerdan libremente algo que pone fin a sus diferencias,
siendo vinculante tal acuerdo siempre y cuando las partes lo hayan
convenido o aceptado libremente.

La conciliación es necesariamente de carácter bilateral pues, además


de tener que intervenir indefectiblemente ambas partes para que la con-
ciliación se consolide o configure, los sujetos participantes se someten a

I21rl AsrNro TonRes, Jaíme David, La conciliación extrajudicíol y la conciliación judic¡al. Un puente
de oro entre los MARC'S y lo justic¡a ord¡nar¡a, Grijley, Lima, 2010, p. 1 B.

418
Actuecrow¡s PRocrs¡rrs

prestaciones recíprocas, salvo cuando en el acuerdo respectivo se haya


estipulado simplemente la renuncia de una de las partes a su derecho,
hipótesis esta en que se dice que la conciliación tiene naturaleza unilateral.

La conciliación es un acto jurídico conmutativo, porque lás presta-


ciones acordadas por las partes se determinan en el acuerdo de modo
expreso, sin ningún tipo de inferencia.

La conciliación tiene una naturaleza extintiva, pues su finalidad no


es otra sino poner término a la controversia existente entre las partes ¡
en consecuencia, dar fin al proceso.

2.7.2. Operatividad de la conciliación


En una audiencia de conciliación, el conciliador deberá ofrecer
fórmulas de solución de conflictos, siempre tomando en cuenta los
distintos principios que inspiran al Derecho del trabajo, sobre todo al
principio de irrenunciabiiidad de los derechos laborales.
Decimos esto, pues la inobservancia de dicho principio podría
derivar no solo en un grave perjuicio sobre el trabajador sino también
se constituiría en una flagrante infracción contra el inciso 2 del arti-
culo 26" de nuestra Constitución, lo que haría, finalmente, que el acta
de conciliación sea inválida en los extremos en que no se respetó el
mencionado principio.

Teniendo en consideración que debido a su falta de preparación,


a la deficiente y disímil capacidad de negociación, por ignorancia o
por desigualdad, en muchos casos el trabajador se encuentra en una
situación menos favorable que la del empleador, y por ese motivo en
reiteradas ocasiones cede a las pretensiones planteadas por este, incluso
cuando las propuestas son notoriamente vergonzosas y vulneran de
forma evidente diversos mandatos constitucionales, como el principio
de irrenunciabilidad, quienes se encargan de llevar a cabo una conci-
liación no solo deben tratar que las partes lleguen a un acuerdo a toda
costa, sino, sobre todo, deben velar porque el trabajador reciba lo que le
corresponde o, en el peor de los casos, una cantidad que no afecte los
montos mínimos que debe recibir; en otras palabras, que no se afecte
el principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales.

4r9
Oxnr Vícron Áveros fene

A
este respecto, debemos decir que la observancia de dicho prin-
cipio es fundamental, pues tanto el Decreto Legislativo N" 910t2121, Ley
General de Inspección del Trabajo y Defensa del Trabajador -norma que
actualmente se encuentra parcialmente derogada-, así como la Ley N'
29497r213t, Nueva Ley Procesal del Trabajo, y laLey de Conciliaciónt2tal

12121
'Artículo 3o.- Principios generales
En la aplicación de la ley se observan, especialmente. los siguientes principios rectores:
a. Legalidad.
b. Primacía de la realidad.
c. Carócter irrenunciable de los derechos laborales de los trabajadores, reconocidos por la
Constitución y la ley,
d. Buena fe.
e. Razonabilidad.
f. Proporcionalidad en la sanción" (las cursivas son nuestras).
Si bien este artículo fue derogado al entrar en vigencia la Ley N'28806, Ley General de
lnspección del Trabajo, concretamente por su Duodécima Disposición Final y Transitoria,
consideramos que al tratarse de un principio que inspira a toda la normativa, mal podría
afirmarse que al ser derogada esta norma toda conciliación administrativa queda exenta
de observar el principio de irrenunciabilidad de derechos. Por el contrario, por tratarse
de un principio que incluso tiene reconocim¡ento constitucional, queda impregnado en
todas las disposiciones aún vigentes del Decreto Leg¡slativo No 910.
t2131 'Artí.ulo 3oo.- Formas especiales de conclusión del proceso
t. . .1.
Para que un acuerdo conciliatorio o transaccional ponga fin al proceso debe superar el test
de disponibilidad de derechos, para lo cual se toman los siguientes criterios:
a. el acuerdo debe versar sobre derechos nacidos de una norma dispositiva, debiendo el
juez verificar que no afecte derechos indisponibles;
b. debe ser adoptado por el titular del derecho; y
c. debe haber participado el abogado del prestador de servicios demandante.
Los acuerdos conciliatorios y transaccionales también pueden darse independientemente
de que exista un proceso en trám¡te, en cuyo caso no requieren ser homologados para
su cumplimiento o ejecución. La demanda de nulidad del acuerdo es improcedente si el
demandante lo ejecutó en la vía de proceso ejecutivo habiendo adquirido, de ese modo,
la calidad de cosa juzgada.
t...t.
t21a] 'Artículo 70.- Materias conciliabtes
Son materia de conciliación las pretensiones determinadas o determinables que versen
sobre derechos disponibles de las partes.
En materia de familia, son conciliables aquellas pretensiones que versen sobre pensión
de alimentos, régimen de visitas, tenencia, así como otras que se deriven de la relación
familiar y respecto de las cuales las partes tengan libre disposición. El conciliador en su
actuación deberá aplicar el Principio del lnterés Superior del Niño.
La conciliación en materia laboral se llevará a cabo respetando el carácter irrenunciable de
los derechos del trabajador reconocidos por Ia Const¡tuc¡ón Polít¡ca del Perú y la ley.
t...1" (las cursivas son nuestras).

420
Acru¡.croNEs PnocEserns

establecen que el conciliador y el jrcz deben velar por el respeto del


carácter irrenunciable o indisponible de los derechos reconocidos Por
la Constitución y la ley.
Hemos dicho que la conciliación puede producirse también durante
el proceso, supuesto en el que estamos ante una conciliación judicial o
procesal. La oportunidad para que se dé la conciliación entre las par-
tes es en cualquier estado del proceso, ya sea que nos encontremos en
primera o segunda instancia o incluso durante el trámite del recurso de
casación, en tanto no se haya notificado la sentencia con autoridad de
cosa juzgada. Esto significa que, en el proceso laboral, la conciliación
puede acontecer aun en el caso de que se haya emitido la sentencia de
primera instancia, la sentencia de segunda instancia o la sentencia que
resuelve el recurso de casación, y producirá efectos tal conciliación si
emitida alguna de dichas sentencias no ha sido notificada todavía a las
partes.

Es importante recalcar que el juez se encuentra facultado para con-


vocar a las partes a efectos de que arriben a un acuerdo conciliatorio, lo
que puede darse en cualquier estado del proceso hasta la oportunidad
descrita en el párrafo anterior. El magistrado, luego de escuchar las
posiciones de las partes, puede proponer fórmulas de conciliación, pero
toda sugerencia que haga al respecto no significa un prejuzgamiento de
la autoridad judicial, quien, a falta de avenimiento entre los justiciables
y al momento de pronunciarse sobre la controversia, debe decidir la
causa conforme a Derecho.

Es de destacar también que las expresiones o manifestaciones que


hagan las partes en la actividad conciliatoria no constitul'e de ningún
modo declaración alguna que el juez pueda apreciar v valorar a efec-
tos de tenerlas en cuenta ai emitir la sentencia correspondiente. Esto
resulta saludable v acertado, porque sino todo intento de conciliación
colapsaría ante la posibilidad de que se pueda hacer valer con efectos
probatorios cualquier deciaración o dicho de las partes acontecido en
el procedimiento conciliatorio.

Con el objeto de impulsar o facilitar la conciliación, el legislador


ha creído conveniente brindar a las partes la posibilidad de presentar

421
Oxel Vícron Áv¡,ros Jnne

al órgano jurisdiccional su propio acuerdo conciliatorio destinado a dar


término al litigio, el mistno cuyo examen por parte del juez tendrá un
trámite inmediato, no solo con relación a los demás actos del Proceso
en que se presenta la conciliación sino también con respecto a los demás
procesos que tenga a su cargo el magistrado. La norma prescribe que
cuando las partes concurren al juzgado llevando un acuerdo Para Poner
fin al proceso, el juez le da trámite preferente en el día.
Es importante precisar que no todo acuerdo conciliatorio al que
arriben las partes es susceptible de poner fin al proceso. Para ello el juez
debe evaluar si el acuerdo en mención cumple con el denominado test
de disponibilidad de derechos, ya que de no ser así tal acuerdo carece
de toda eficacia y el magistrado no podrá homologarlo.

Para que el acuerdo conciliatorio surta plenos efectos en el proceso


laboral, es necesario que se asiente sobre los siguientes criterios:

En primer lugar, el acuerdo conciliatorio debe estar referido a dere-


chos contemplados en una norma dispositiva, estando el magistrado obli-
gado a comprobar que dicho acuerdo no vulnere derechos indisponibles.

Al respecto, cabe indicar que los derechos indisponibles son aquellos


que tienen el carácter de irrenunciables por interesar al orden público
o a las buenas costumbres. En cuanto a lo que tiene que ver con las
normas de orden público, estas son disposiciones legales que consagran
y defienden determinados intereses y fines sociales, por lo que no se
admiten convenios contrarios a aquello que la ley establece de un modo
obligatorio o imperativo y que debe prevalecer por sobre todo. En lo
que concierne a las buenas costumbres, estas constituyen un veto a la
autonomía de la voluntad que disponga algo que se enfrente a ellas, pues
representan elementos vinculados a Ia moral social.

En segundo lugar, el acuerdo conciliatorio debe ser adoptado Por


el titular del derecho que se ventila en el proceso o del que se está
disponiendo. De ningún modo el citado acuerdo puede provenir del
representante o apoderado del titular del derecho en cuestión' por lo que
en el caso estricto de la conciliación en el proceso laboral, las facultades
especiales que se hubieren concedido al representante o apoderado para
conciliar no surten efectos en la mencionada clase de Proceso.

422
Actu¡ctoN¡s PnocE,setrs

En tercer lugar, en todo lo que tenga que ver con el acuerdo con-
ciliatorio de las partes es obligatoria la intervención del abogado del
prestador de servicios de naturaleza laboral, formativa, cooperativista
o administrativa demandante.
Es de resaltar que la participación de dicho letrado en todo lo
relaci,onado con el acuerdo conciliatorio adoptado Por su patrocinado
tiene carácter obligatorio, incluso tratándose aquellos casos en que el
prestador de servicios demandante comParece al proceso sin abogado.
En definitiva, si el prestador de servicios demandante compareció al
proceso sin abogado, deberá de todas maneras designar uno a efectos
de la conciliación, en salvaguarda de sus derechos.

Ahora bien, el artículo 30" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo


indica que las partes pueden conciliar aun cuando no exista un Proceso
en trámite, es decir, se está refiriendo a la conciliación extrajudicial o
preprocesal.

En este supuesto no es necesario que el acuerdo conciliatorio al que


arriben sea homologado a efectos de su cumplimiento o ejecución,lo que
no obsta que pueda el interesado solicitar que se declare la nulidad del
referido acuerdo conciliatorio si versa sobre derechos indisponibles o si
es contrario de alguna manera a las normas relativas al orden público
o a las buenas costumbres.
Advertimos que no resulta viable la demanda de nulidad del acuerdo
conciliatorio realizado por las partes extrajudicialmente en la hipótesis de
que el demandante de tal nulidad hubiese ejecutado el indicado acuerdo
en la vía del proceso de ejecución respectivo -acuerdo conciliatorio que,
dicho sea de paso, constituye título ejecutivo conforme al artículo 57o,
literal f de la Nueva Ley Procesal del Trabajo-, pues la referida ejecu-
ción hace que el acuerdo conciliatorio adquiera la autoridad de la cosa
juzgada, siendo, por tanto, irrevisable e inmutable.

Con relación al acuerdo conciliatorio que las partes pueden adoptar


antes de iniciarse el proceso o durante el proceso pero fuera de é1, debe
tenerse presente que la conciliación administrativa es facultativa para el
trabajador y obligatoriapafa el empleador. En caso el trabajador decida
conciliar deberá recurrir a los centros de conciliación gratuitos del Mi-

423
Oxnl VÍcron Áveros Jen¡,

nisterio de Justicia, Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y a


los centros de conciliación privados, los cuales deberán de contar con
conciliadores acreditados en esta materia por el Ministerio de |usticia,
quienes fundamentalmente deberán velar por respeto del carácter irre-
nunciable de los derechos del trabajador reconocidos por la Constitución
Política del Perú y la ley, y deberán tener en consideración que en toda
audiencia de conciliación en materia laboral las partes podrán contar
con un abogado de su elección o, en su defecto, deberá estar presente
al inicio de la audiencia el abogado verificador de la legalidad de los
acuerdos.

2.2. El allanamiento
Puede decirse que el allanamiento es el acto jurídico procesal
unilateral en r.irtud del cual la parte demandada no plantea oposición
alguna y se somete a las pretensiones reclamadas por el accionante,
aceptando cumplirlas en el modo v tiempo que se le indique, pero sin
admitir necesariamente la causa petendi, vale decir, los hechos alegados
por el actor, ni Ia fundamentación jurídica de la demanda.
El allanamiento representa la conformidad del demandado respec-
to de las pretensiones del demandante y la renuncia a toda defensa u
oposición, lo que acarrea, si es procedente, la conclusión especial del
proceso con la pronta expedición de la sentencia condenatoria.

El allanamiento es, pues, una manifestación de voluntad del sujeto


demandado efectuada, por lo general, en el escrito de contestación de
demanda, o en un momento posterior, siempre y cuando sea hasta antes
de la expedición de la sentencia de primera instancia, pues emitida esta
ya no cabe allanamiento alguno en Ia medida que existe ya un pronun-
ciamiento judicial sobre las pretensiones del accionante, manifestación
cuyo contenido es el sometimiento a ias pretensiones del actor, es decir,
la parte demandada acepta cumplir con las exigencias del accionante
señaladas en la demanda en el rubro atinente al petitorio del demandante.

Como se observa, el allanamiento es una declaración de voluntad del


demandado que se contrae a la pretensión del actor y no a los hechos o
al derecho que la fundamentan. El allanamiento no supone la admisión

424
Actu¡.croNrs PRoc¡ser¡s

de los fundamentos fácticos de la demanda, sino más bien la renuncia


a proseguir con la contienda judicial, para lo cual el demandado se
compromete a satisfacer lo reclamado por el accionante, renunciando a
toda defensa u oposición posible.

El allanamiento no puede presumirse ni por el juez laboral ni por


nadie, por lo que se trata de un acto procesal expreso. Constituye una
declaración de voluntad categórica y que no genera ninguna duda, pues
en ella debe precisarse con toda claridad el sometimiento del demandado
a las pretensiones del demandante contenidas en su escrito de demanda,
Asimismo, el allanamiento no admite condiciones, es un acto procesal
de naturaleza incondicional, pues el demandado no puede establecer
reservas ni objeciones al contenido de las pretensiones del actor, porque
de lo contrario no estaríamos ante un allanamientol2t5l. El allanamiento
debe producirse en momento oportuno, r'ale decir, hasta antes que se
emita la sentencia de primera instancia, porque una vez pronunciada
esta ya no es viable allanarse a la demanda por cuanto el juez va dictó
el derecho respectivo.

Si el allanamiento no se halla inmerso en alguna de las causales


de improcedencia previstas por la le¡ entonces, el órgano jurisdiccional
procederá a expedir la sentencia correspondiente, a no ser que el allana-
miento sea uno parcial y no se refiera a todas las pretensiones, hipótesis
en la cual el proceso sigue su curso respecto de las pretensiones sobre
las que no versa el allanamiento.

Sobre el particular, hay que indicar ,que, según el artículo 332" del
Código Procesal Civil, el juez declara improcedente el allanamiento y'
ordena la continuación del proceso en los siguientes casos:

- cuando el demandado no tiene capacidad para disponer del


derecho en conflicto;

- cuando ei apoderado o representante del demandado carece de


facultad para allanarse;

t2151 Distinto es
el caso del allanamiento parcial, que es aquel que no se refiere a todas las pre-
tensiones sino solamente a alguna o algunas de ellas.

425
Oxel VÍcron Ávaros fene

cuando los hechos admitidos requieren ser probados por otros


medios, además de la declaración de parte;
cuando el conflicto de intereses afecta el orden público o las
buenas costumbres;
cuando el conflicto de intereses comprende derechos indispo-
nibles;
cuando habiendo litisconsorcio necesario, el allanamiento no
proviene de todos los demandados;
cuando se presume la existencia de fraude o dolo procesal;
cuando se advierte que la sentencia a dictarse va a surtir efecto
frente a tercero no emplazado; o
cuando el demandado es el Estado u otra persona de Derecho
público, salvo que su representante tenga autorización expresa.

2.3. El reconocimiento de la sentencia


El reconocimiento de la demanda es una forma especial de con-
clusión del proceso en virtud de la cual el demandado no solo acepta
las pretensiones del actor contenidas en la demanda, sino que, además,
admite la veracidad de los hechos alegados por el accionante y declara
estar conforme con los argumentos jurídicos de este.

El reconocimiento de la demanda es un acto procesal declarativo


del demandado por el que expresa su voluntad de satisfacer las preten-
siones consignadas en la demanda y manifiesta que los fundamentos
fácticos y jurídicos contenidos en dicho escrito son veraces o correctos
o que se ajustan a la realidad.
A diferencia del allanamiento, que se configura con la sola acepta-
ción expresa de las pretensiones del demandante, el reconocimiento de
la demanda supone validar tanto la pretensión como los fundamentos
de hecho y de derecho señalados por el demandante. Y es importante
efectuar esta diferencia porque los efectos de uno y otro pueden tener
incidencia directa sobre otros derechos del demandante e incluso sobre
terceros.

426
AcruncIo¡¡Es Pnoctsel-Es

Cabe precisar que no se configura el allanamiento ni el reconoci-


miento de la demanda si el demandado, pese a reconocer Ia veracidad
de los hechos expuestos en la demanda, no hace lo propio con la fun-
damentación jurídica de la demanda, por cuanto puede ser una forma
de oposición o resistencia del demandado el admitir los hechos, pero
no estar conforme con los argumentos jurídicos del actor, supuesto en
el cual se está ante una causa de puro derecho.

Ahora bien, el reconocimiento de la demanda no se Presume, Pues


tiene que tratarse de una declaración exPresa, explícita y no tácita. El
reconocimiento de la demanda es un acto procesal de naturaleza unilateral
en razón de que no precisa para su configuración del consentimiento
del accionante. Debe acontecer el reconocimiento de la demanda hasta
antes de la emisión de la sentencia de primera instancia, pues expedi-
da esta ya no cabe reconocer nada al haberse pronunciado el órgano
jurisdiccional sobre el derecho ventilado en juicio'

El reconocimiento de la demanda, si resuita procedente, da lugar


a la inmediata expedición del falio final por el juez laboral, que tendrá,
como es obvio, un carácter condenatorio, en perjuicio del demandado.
El reconocimiento de la demanda puede ser declarado improcedente
-por lo que el proceso sigue su curso- en los casos contemplados en el
artículo 332" del Código Procesal Civil.

2.4. La transacción
La transacción constituye una forma especial de conclusión del
proceso en virtud de la cual las partes, haciéndose concesiones recíprocas
deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso, evitando el pleito que
podría promoverse o finalizando el que está iniciado, pudiendo con las
concesiones recíprocas crear, regular, modificar o extinguir relaciones
diversas de aquellas que han constituido objeto de controversia entre
las partes.

La transacción es un acto dispositivo convencional por el que los


justiciables acuerdan solucionar un conflicto de intereses que haya
surgido entre ellos, para lo cual cada uno de ellos cede determinada
porción de su derecho que considera tener, lo que se conoce como
concesiones recíprocas.

427
Oxal VÍcron Áv¡,los JAne

La transacción representa una fuente de obligaciones y tiene un


efecto constitutivo. Además, tiene un carácter claramente dispositivo,
por cuanto del acuerdo respectivo derivarán obligaciones destinadas a
producir un cambio en la relación jurídica.

A través de la transacción, las partes que se encuentran involucradas


en una controversia deciden darle solución ellas mismas, extinguiendo
la relación jurídica preexistente al sustituirla por otra nueva, acordada
por ambas partes y emanada justamente del acuerdo transaccional.
Es así que quienes transigen renuncian a cualquier derecho o acción
que pudieran tener sobre la base de la relación jurídica preexistente a la
transacción, extinguiendo de esa manera la controversia surgida entre
ellos y dando nacimiento a una nueva serie de derechos y obligaciones
propias de una nueva relación jurídica. Es efecto de la transacción
precisamente el ser a todas luces extintiva, a tal punto que el acuerdo
transaccional tiene la autoridad de ia cosa juzgada.

Para que exista transacción debe haber, en principio, una relación


jurídica dudosa o litigiosa. La relación jurídica dudosa es aquella en la
que el derecho de al menos una de las partes no se encuentra defini-
do en forma clara y existe un cierto grádo de incertidumbre sobre el
mismo y sobre sus alcances. La relación jurídica litigiosa, en cambio,
se configura cuando hay de por medio una controversia, un conflicto
de intereses entre los sujetos, pues una de las partes aspira a algo y la
otra se opone a ello, dando nacimiento así al litigio.

Para que exista transacción debe haber, además, por el lado de los
justiciables, la firme intención de poner fin al conflicto de intereses
mediante el acuerdo respectivo, por el que generan una nueva situación
jurídica que extingue a la preexistente dudosa o litigiosa.
Por último, para la configuración de la transacción es menester que
hayan concesiones recíprocas, esto es, debe haber sacrificios mutuos,
porque si la concesión es unilateral no se podrá hablar de transacción
sino de conciliación, allanamiento, desistimiento, etc. En virtud de las
concesiones recíprocas cada sujeto sacrifica algo de su derecho o preten-
sión o se obliga a realizar algo en beneficio del otro sujeto. Las conce-
siones recíprocas no deben dar pie a pensar que deben ser equivalentes

428
ActuecroNEs PRocrselss

o proporcionales, pues, en virtud de la transacción, una de las partes


puede hacer una concesión que represente un mayor sacrificio respecto
de la concesión que, a su vez, debe hacer la otra parte. Lo importante
es que, en razón de las concesiones recíprocas, las partes lleguen a un
acuerdo que ponga fin al conflicto de intereses y dé nacimiento a una
nueva situación jurídica cuyas obligaciones emanadas de esta deben ser
acatadas por quienes transigen.

Únicamente los derechos patrimoniales pueden ser objeto de tran-


sacción, por cuanto los derechos extrapatrimoniales tienen un carácter
inalienable, estando, pues, fuera de todo acuerdo transaccional.

La transacción debe contener la renuncia de las partes a cualquier


acción que tenga la una contra la otra sobre el objeto de dicha transac-
ción. Es de destacar que la transacción tiene naturaleza indil'isible, por
lo que, si alguna de sus estipulaciones fuese nula o se anulase, queda
sin efecto la transacción, salvo que exista pacto en sentido contrario.
En dicho caso se restablecen las garantías otorgadas por las partes pero
no las prestadas por terceros. Además, la transacción debe hacerse por
escrito, bajo sanción de nulidad, o por petición al juez laboral que
conoce el litigio, debiendo en este último caso los litigantes precisar el
contenido de la transacción.

En lo que concierne a la oportunidad para transigir, cabe indicar


que la transacción puede operar dentro del proceso, cualquiera que sea
el estado en que se encuentre el mismo, siempre y cuando no se haya
notificado todavía la sentencia con calidad de cosa jtzgada. Esto signi-
fica que las partes pueden transigir en primera instancia, en segunda
instancia e, incluso, durante el trámite del recurso de casación, bajo la
condición de que la sentencia respectiva no hubiere sido notificada aún
y, por ende, no adquiera la autoridad de la cosa juzgada.

El acuerdo transaccionai pondrá fin al proceso siempre que el juez


verifique que se hayan cumplido los criterios del test de disponibilidad
de derechos. En este sentido, es evidente que este acuerdo tiene que
estar referido a derechos emanados de una norma dispositiva y no debe
afectar derechos de naturaleza indisponible o sea, irrenunciables por
guardar relación con normas imperativas o de orden público o concer-
nientes a las buenas costumbres. Asimismo, el acuerdo transaccional

429
Oxer VÍcron Áveros Jan¡

debe ser adoptado por el titular del derecho y no por su representante


o apoderado, por lo que las facultades especiales que se hubiesen otor-
gado al representante o apoderado del titular del derecho no surten en
este caso ef'ecto alguno. Del ntismo modo, en el acuerdo transaccional
debe participar el abogado del demandante prestador de servicios de
naturaleza laboral, formativa, cooperativista o admrnistrativa, incluso
en aquellos casos en que, por la cuantía de la pretensión reclamada, el
citado prestador de servicios haya prescindido contar con un abogado
patrocinante, tal como establece el último párrafo del artículo 16" de
la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Es importante anotar que el acuerdo transaccional puede llevarse


a cabo aun cuando exista un proceso en trámite referido a la relación
jurídica materia del citado acuerdo, hipótesis en la cual el acuerdo tran-
saccional no precisa ser homologado judicialmente a efectos de que sea
cumplido o ejecutado, 1o cual no implica que no pueda demandarse la
nulidad del acuerdo transaccional si es contrario a la normativa jurídica.

Finalmente, es de resaltar que la demanda que se plantee para que


se declare la nulidad del acuerdo transaccional será inviable si el actor
ejecutó el acuerdo en la vía del proceso ejecutivo, por cuanto, en tal
supuesto y según el artículo que analizamos, el acuerdo transaccional
adquiere la autoridad de la cosa jrszgada, siendo irrevisable e inmutable.
No podemos dejar de mencionar que, conforme al inciso e del artículo
57" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, constituye título ejecutivo el
docuntento privado que contenga una transacción extrajudicial.

2.5. El desistimiento
El desistimiento "es una forma especial de conclusión del proceso
por la cual una de las partes se aparta del mismo en forma expresa
renunciando a su pretensión, al proceso o a algún acto procesal'[2r6].

En efecto, el desistimiento constituye una forma especial de con-


clusión del proceso, si está referida al proceso, a la pretensión o a un

[216] AnÉvnroVttt,,Derechoprocesal del trabajo, cit., p. '143.

430
Acru¡croNes PRocrseLE.s

acto procesal que busca que el proceso no concluya. El desistimiento


del proceso es aquel acto jurídico procesal unilateral y expreso por el
que el demandante manifiesta de manera clara, inequívoca y explícita
su voluntad de apartarse del proceso sin renunciar a la pretensión que
reclama, extinguiéndose de esa manera la relación jurídica procesal y
el proceso, si tal desistimiento es aprobado judicialmente. Por su parte,
el desistimiento de la pretensión es aquel acto jurídico procesal expreso
por el que el demandante manifiesta su voluntad de poner fin al proceso
extinguiendo la relación jurídica procesal, y de renunciar a la pretensión
que reclama, afectándose así la cuestión de fondo -el derecho material-,
la cual no puede ser exigida en otro proceso. Mientras tanto, el desis-
timiento de un acto procesal que le pone fin al proceso constituye aquel
acto manifiesto y voluntario a través del cual una de las partes decide
abdicar de algún acto procesal que en definitiva le pone fin al proceso.

El Código Procesal Civil establece determinadas reglas acerca del


desistimiento, las cuales pasamos a detallar,

En primer lugar, el desistimiento no se presume debe ser expreso y


categórico. EI escrito que Io contiene debe precisar su contenido y alcance,
legalizando su firma el proponente ante el secretario judicial respectivo.

En segundo lugar, el desistimiento es incondicional, por lo que no


está sujeto a condición alguna, ni a plazo ni a cargo, y solo perjudica
a quien lo hace.

En tercer lugar, el desistimiento del proceso o del acto procesal se


interpone antes que la situación procesal que se renuncia haya producido
efecto. E,n el caso del desistimiento del proceso, debe producirse hasta
antes de que Ia sentencia quede firme o hasta antes de que la resolución
que ponga fin al proceso -distinta a la sentencia, como la que declara
inadmisible o improcedente la demanda- quede firme.

En cuarto lugar, eI desistimiento de ia pretensión procede antes de


que se expida sentencia en primera instancia, salvo que sea convencional.

En quinto lugar, el desistimiento del proceso lo da por concluido


sin afectar la pretensión, pudiendo el actor reclamar esta en un nuevo
proceso. Cuando se formula después de notificada la demanda, requiere

431
7

Oxel VÍcron Ávuos ]nne

la conformidad del demandado expresada dentro de tercer día de noti-


ficado, o en su rebeldía. Si hubiera oposición, el desistimiento carecerá
de eficacia, debiendo continuar el proceso.

En sexto lugar, la resolución que aprueba el desistimiento de la


pretensión, produce los efectos de una demanda infundada con la au-
toridad de la cosa juzgada, por lo que es irrevisable e inmutable. Este
desistimiento no requerirá la conformidad del demandado, debiendo
el juez laboral revisar únicamente la capacidad de quien lo realiza y la
naturaleza del derecho que sustenta la pretensión, teniendo en cuenta lo
dispuesto sobre la improcedencia del allanamiento en lo que corresponda.

Al respecto, el artículo 332" del Código Procesal Civil prescribe que


el juez declara improcedente el allanamiento y ordena la continuación
del proceso cuando:
- el demandado no tiene capacidad para disponer del derecho en
conflicto;
- el apoderado o representante del demandado carece de facultad
para desistirse;
- los hechos admitidos requieren ser probados por otros medios,
además de la declaración de Parte;
- el conflicto de intereses afecta el orden público o las buenas
costumbres;
- el conflicto de intereses comprende derechos indisponibles;
- habiendo litisconsorcio necesario, el allanamiento no proviene
de todos los demandados;
- se presume la existencia de fraude o dolo procesal;
- se advierte que la sentencia a dictarse va a surtir efecto frente
a tercero no emplazado; o
- el demandado es el Estado u otra persona de derecho público,
salvo que su representante tenga autorización exPresa.

En séptimo lugar, si el desistimiento no se refiere a todas las pre-


tensiones o si solo es deducido por uno de los demandantes, el proceso

432
ActuectoNr,s Pnocrserns

continuará respecto de las pretensiones y personas no comprendidas en


é1. En este último caso, debe tenerse presente lo dispuesto sobre litis-
consorcio necesario, entendiéndose que resulta inviable el desistimiento
de la pretensión si no proviene de todos los litisconsortes necesarios.

Finalmente, y en octavo lugar, e\ titular de una pretensión no re-


suelta en primera instancia, puede desistirse de la misma antes que el
proceso sea decidido por el superior jerárquico.

2.6. El abandono

2.6.7. El abandono en la Nueva Ley Procesal del Trabajo


El abandono es una forma especial de conclusión del proceso que
se produce cuando existe inactividad de las partes durante determinado
lapso de tiempo previsto legalmente, es decir, cuando ellas no realizan
ningún acto de impulso procesal. EI abandono da lugar a ia conclusión
anticipada dei proceso porque los litigantes no han llevado a cabo durante
el plazo prefijado normativamente ningún acto que impulse el proceso,
con lo que se presume su falta de interés respecto de la prosecución del
litigio. De esta manera, la pasividad de las partes, la inactividad de estas
por un lapso prolongado de tiempo, da lugar a que en tal situación se
exima a los órganos jurisdiccionales de su obligación de administrar
justicia, por lo que el proceso concluye sin declaración sobre el fondo.

Por disposición expresa del artículo bajo comentario, el abandono


del proceso se produce si no se ha realizado algún acto procesal que Io
impulse durante el lapso de cuatro meses. Es importante precisar que
la paralización del proceso no debe obedecer a causas de fuerza mayor
no imputables a las partes. Es de destacar también que no constituyen
actos de impulso procesal todos aquellos que no tienen como misión la
activación del proceso, como pueden ser, por ejemplo, el señalamiento
de nuevo domicilio procesal, el pedido de copias, el apersonamiento de
nuevo apoderado y otros actos procesales análogos.

F.n el proceso laboral, una vez transcurrido el plazo legal, esto es, de
cuatro meses sin acto procesal que impulse el proceso, el jts,ez declarará
el abandono el proceso y, consecuentemente, la conclusión anticipada

433
Oxer Vícron Áveros f,nna

del proceso sin declaración sobre el fondo, a pedido de parte interesada


o de tercero legitimado -y no lo declarará de oficio-, en la segunda
oportunidad que se solicite.

Es de resaltar que el órgano jurisdiccional declarará el abandono


del proceso en la primera oportunidad que se solicite siempre y cuando,
realizada la petición del caso, el accionante no se haya opuesto al pedido
de abandono de manera expresa o no haya cumplido con absolver el
traslado referido a la solicitud de abandono del proceso. Al respecto,
deben tenerse en consideración las siguientes reglas establecidas en el
Código Procesal Civil:

No opera el abandono cuando la paralización del proceso se


debe a causas de fuerza mayor y que los litigantes no hubieran
podido superar con los medios procesales a su alcance.

No hay abandono: a) en los procesos que se encuentran en


ejecución de sentencia; b) en los procesos no contenciosos; c)
en los procesos en que se contiendan pretensiones imprescrip-
tibles; d) en los procesos que se encuentran para sentencia,
salvo que estuviera pendiente una actuación cuya realización
dependiera de una parte, en este caso, el plazo se cuenta des-
de notificada Ia resolución que la dispuso; e) en los procesos
que se encuentran pendientes de una resolución y la demora
en dictarla fuera imputable al juez laboral, o la continuación
del trámite dependiera de una actividad que la ley le impone
a los Auxiliares jurisdiccionales o al Ministerio público o a
otra autoridad o funcionario público que deba cumplir un acto
procesal requerido por el luez; y, f) en los procesos que la ley
señale.

El abandono pone fin al proceso sin afectar la pretensión.


Sin embargo, su declaración impide al demandante iniciar
otro proceso con la misma pretensión durante un año, con-
tado a partir de la notificación del auto que lo declare. Asi-
mismo, restituye las cosas al estado que tenían antes de la
demanda.

434
AcruecroNes Paoc¡selEs

- Si por segunda Yez, entÍe las mismas partes y en ejercicio de


la misma pretensión, se declara el abandono, se extingue el
derecho pretendido y se ordena la cancelación de los títulos del
demandante, si a ello hubiera lugar.

- Las pruebas actuadas en un proceso extinguido por abandono


son válidas y pueden ser ofrecidas en otro proceso.

La resolución que declara el abandono es apelable con efecto


suspensivo. El recurso solo puede estar fundamentado en la
existencia de un error de cómputo' o en causas de fuerza mayor.
La resolución que desestima un pedido de abandono es apelable
sin efecto suspensivo.

- Declarado el abandono, la prescripción interrumpida por el


emplazamiento sigue transcurriendo, tal como si la interrupción
no se hubiese producido.

Finalmente, debemos resaltar que el proceso laboral puede concluir


de forma especial si los justiciables no concurren por segunda vez a
alguna de las audiencias convocadas por el juez laboral en primera ins-
tancia. Tal hipótesis revela, pues, el desinterés de aquellos respecto del
desarrollo del proceso, por lo que resulta, entonces, conveniente disponer
su conclusión anticipada sin declaración sobre el fondo, extinguiéndose
de esa forma la relación jurídica procesal laboral.

2,6.2. El abandono según la Ley Ne 26636


La Ley N'26636 no efectuaba ninguna regulación acerca del aban-
dono, es por ello que desde que entró en vigencia siempre se suscitaron
serias controversias.

Efectivamente, al existir un vacio, algunos interpretaron que esta


figura era perfectamente aplicable al proceso laboral por la aplicación
supletoria del Código Procesal Civil, mientras que otros alegaban lo
contrario, indicando que por tratarse de derechos irrenunciables no
podía declararse el abandono del proceso, ya que ello vulneraría tal
carácter.

435
Oxel Vícron Áveros Jen¡

Esta disyuntiva dio origen a que en el Pleno |urisdiccional La-


boral de 1999 se establezca que: "En el proceso laboral no procede la
declaración de abandono, por lo que no se aplican supletoriamente
las normas del Código Procesal Civil que regulan este instituto. Los
jueces que administran la justicia laboral tienen la responsabilidad de
cumplir eficazmente con la obligación que le impone el artículo I del
Título Preliminar de la Ley Procesal de Trabajo sobre la dirección e
impulso del proceso a fin de obtener la resolución de las causas en el
menor tiempo posible".

En suma, según lo dispuesto en el mencionado pleno, no podía existir


el abandono en el proceso laboral, dada la calidad de irrenunciables de
los derechos laborales que en él se tramitan, y porque el juzgador tiene
la obligación de impulsar el proceso de oficio.

Srsc.{PÍnro VIII
SENTENCIA

ArL il0.- Conlen¡d0 ds la senlencia

El juez recoge los fundamentos de hecho y de derecho esenciales


para motivar su decisión. La existencia de hechos admitidos no
enerva la necesidad de fundamentar la sentencia en derecho.
La sentencia se pronuncia sobre todas las articulaciones o me-
dios de defensa propuestos por las partes y sobre la demanda, en
caso de que la declare fundada total o parcialmente, indicando
los derechos reconocidos, así como las prestaciones que debe
cumplir el demandado. Si la prestación ordenada es de dar
una suma de dinero, la misma debe estar indicada en monto
líquido. El juez puede disponer el pago de sumas mayores a las
demandadas si apareciere error en el cálculo de los derechos
demandados o error en la invocación de las normas aplicables.
Tratándose de pretensiones con pluralidad de demandantes
o demandados, el juez debe pronunciarse expresamente por
los derechos y obligaciones concretos que corresponda a cada
uno de ellos.

436
ActuecloNps Pnocss¡rns

El pago de los intereses legales y la condena en costos y costas no


requieren ser demandados. Su cuantía o modo de liquidación
es de expreso pronunciamiento en la sentencia.

I Concordancias:

- CódigoProcesal Civil:artículosVlldel TítuloPreliminar, 121o,1220,410o,


41 10 y 4120.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 14o,47o,49oy 52o.

Comentario

t. LRsnrurnrucrA:coNcEPTo
La sentencia "es el acto procesal por el cual ei juez cumple la obliga-
ción jurisdiccional derivada de la acción, ,v del derecho de contradicción,
de resolver sobre las pretensiones del demandante 1'las excepciones de
mérito o fondo del demandado. [...]"iLi. La sentencia"es una decisión y
el resultado de un razonamíento o juicio del juez, en el cual existen las
premisas y Ia conclusión. Pero al mismo tiempo contiene un mandato,
pues tiene fuerua impositiva, ya que vincula y obliga. Es, por lo tanto,
el instrumento para convertir la regla general contenida en la le¡ en
mandato concreto para el caso determinado. Pero no es en sí misma
un mandato, ya que se limita a aplicar el que contiene la ley"t2t8l (las
cursivas son nuestras).

La sentencia es aquella resolución por la que el órgano jurisdiccional


competente, aplicando el derecho al caso concreto, decide la cuestión
planteada por los justiciables, dándole solución al conflicto de intereses
o incertidumbre jurídica.
La sentencia es la resolución final que da término a Ia contienda
judicial, pronunciándose acerca de las pretensiones reclamadas en el
proceso. La sentencia es aquella decisión que resulta de un razonamiento

12171
DEvs EcHEANDIA, Teoría general del proceso, cit.,T. ll, pp.515 y 516.
[2181
Loc. cit.

437
Ox¡,r VÍcron Ávalos IeR¡,

o juicio del magistrado y que, por lo general, contiene un mandato que


deben observar las partes, pues las vincula y obliga.

La sentencia es un acto procesal del juez que se produce luego de


las etapas postulatoria y probatoria del proceso, y en virtud del cual
acoge o desestima las pretensiones del accionante y los argumentos
del demandado, decidiendo así sobre lo que es objeto del proceso. La
sentencia exterioriza una decisión jurisdiccional del Estado, obra en un
documento público (jurisdiccional) y constituye la materialización de
la tutela jurisdiccional por la cual se declara el derecho aplicable a la
situación jurídica ventilada en el proceso, constituyendo lo decretado
en la sentencia una norma concreta de obligatorio cumplimiento para
quienes fueron partes procesales.

Un punto a resaltar de lo expuesto, es la operación lógica-jurídica


clue debe realizar ei juez iaboral para obtener una conclusión y pias-
marla en la sentencia; r' es iustamente ello lo que se conoce como
ratio decidendi.
La ratio decidendi es una expresión latina que significa "razón
de la decisi6¡", I hace alusión a aquellos argumentos exPuestos por el
juez en la parte considerativa de una sentencia o resolución judicial.
La ratio decidendi es indudablemente la principal expresión del dere-
cho de toda persona a obtener una decisión motivada de los órganos
jurisdiccionales, pues a través de ella se podrá conocer qué es lo que
llevó al juez a adoptar determinada posición jurídica con resPecto a
la controversia jurídica.
Como quiera que la ratio decidendi comprende el análisis lógico-
jurídico del juzgador, esta debe revestir ciertas características; así, por
un lado, debe ser coherente con lo peticionado y probado y, por otro
lado, debe ser clara y precisa al momento de su exposición. Y ello no
tiene otra justificación que la protección del derecho al debido Proceso
y a la tutela jurisdiccional efectiva de las partes, ya que la coherencia va
a impedir la incongruencia procesal; además, la claridad y la precisión
van a permitir no sumir al perjudicado en un estado de indefensión
(derecho de defensa).

438
Actu¡.croN¡s PRocpseLps

2. LR TORUA DE tA SENTENCIA

La sentencia exigirá en su redacción la separación de sus partes


expositiva, considerativa y resolutiva.

La parte expositiva, denominada también "resultandos", es aquella


que tiene como finalidad individualizar a las partes, señalar el objeto
sobre el cual recaerá el pronunciamiento judicial, y narrar brevemente
los hechos controvertidos, es decir, las pretensiones del actor y obje-
ciones o defensas del demandado, y las circunstancias que se han ido
produciendo en el proceso.

La parte considerativa, llamada también "considerandos", viene a ser


la fundamentación fáctica y jurídica del fallo, vale decir, la indicación
de las razones que impulsan al juez a tomar Ia decisión del caso. La
fundamentación es la apreciación de las alegaciones de los justiciables,
del material probatorio aportado al proceso y de todas aqueilas consi-
deraciones jurídicas que han sido necesarias o decisivas para adoptar
la decisión de la causa.
La parte resolutiva de la sentencia, es aquella que contiene la decisión
del asunto litigioso. La parte resolutiva constituye el pronunciamiento
expreso respecto de cada uno de los puntos controvertidos. La parte
resolutiva contiene, pues, la decisión expresa y precisa, con arreglo a
las pretensiones ventiladas en el proceso y a los argumentos de defensa
del demandado, así como también con arreglo a la normativa jurídica,
en virtud de la cual se declara el derecho de las partes, acogiendo en
definitiva la pretensión del actor o rechazándola de igual modo, en
forma total o parcial.

3. FonuauoADES euE DEBE coNTENER LA SENTENCIA BAlo


SANCIóN DE NULIDAD

El artículo I22" del Código Procesal Civil establece una serie de


condiciones que debe reunir toda sentencia con el objeto de que surta
plenos efectos jurídicos. Esta norma sanciona con nulidad a las resolu-
ciones que no cumplieran con los siguientes requisitos:

439
Oxar VÍcron Ávar,os Jeu

3.1. La indicación del lugar y fecha de la resolución


En primer lugar, la sentencia debe contener la indicación del lugar
de la sede del respectivo órgano jurisdiccional que expide la resolución,
debiendo consignar también Ia fecha en que se expide ella.

Esto resulta sumamente importante a luz del derecho al debido


proceso de las partes, pues en caso de querer impugnar dicha resolución
o ejecutarla, deberán solicitar ello en la sede del órgano jurisdiccional
que expidió la resolución. Esto quiere decir que si no se indica el lugar,
puede ponerse en riesgo los derechos de las partes, en la medida que
podrían inducir a ias partes a efectuar sus peticiones en lugares distintos
del que corresponde.
Además, la indicación de la fecha en la resolución es importante
para conocer si el órgano jurisdiccional correspondiente, en la medida
de sus posibilidades, ha cumplido con los plazos legalmente establecidos.
Asimismo, con ello se podrá saber que existe una debida correlación
entre la sucesión de los actos procesales, y con ello se garantiza que el
proceso se desarrolle en condiciones regulares.

3.2. El número de orden que les corresponde dentro del


expediente principal del proceso
En segundo lugar, se exige que toda sentencia contenga la indicación
del número de orden que le corresponde dentro del expediente principal
del proceso. Al igual que en el caso anterio¡ esto tiene por finalidad
que se guarde correlatividad entre los actos procesales, de modo tal que
exista una sucesión ordenada de ellos conforme a lo establecido por ley.
Con esto se busca que los actos procesales posteriores a determinada
resolución no sean incluidos como anteriores.

3.3. La mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la


resolución con las consideraciones que le dan sustento
En tercer lugar, la sentencia debe contener la mención sucesiva de
los puntos sobre los que versa la resolución con las consideraciones, en
orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan

440
AcruecroNEs Pnoc¡s¡.r¡s

la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas


aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado.

Los fundamentos de hecho son las razones y la explicación de las


valoraciones esenciales y determinantes que han formado convicción en
el juzgador acerca de que los hechos en que se basa la pretensión han
acontecido realmente o no. De esta manera, los fundamentos de hecho
constituyen una declaración de orden histórico, mediante Ia cual el ma-
gistrado aprecia los hechos invocados por las partes y la prueba actuada
en el proceso y determina según su parecer cuáles hechos se ajustan a
la realidad y cuáles otros no, para lo cual debe hacer, reiteramos, una
especie de reconstrucción de los hechos de tipo histórico.

En cambio, los fundamentos de Derecho son aquellas razones


primordiales que han conducido al magistrado a subsumir o no un
determinado hecho dentro del supuesto hipotético de la norma jurídica
aplicable. La fundamentación de Derecho constituye, pues, aquella labor
de subsunción del precepto legal que el juzgador considera aplicable a
los hechos acreditados en el proceso. Es por ello que los fundamentos
de Derecho deben contener no solo la indicación de las normas jurídi-
cas respectivas sino también el examen y el pronunciamiento judicial
de aquellas cuestiones de derecho trascendentes para la solución de la
controversia; en otras palabras, en la sentencia no debe hacerse una mera
indicación o cita de los preceptos legales aplicables al caso concreto, sino
que es exigible también la explicación correspondiente del por qué las
normas que se citan resultan aplicables, del por qué los hechos contro-
vertidos principales del proceso y acreditados en el mismo se subsumen
en el supuesto hipotético de la norma.

El artículo bajo comentario establece claramente que, en la senten-


cia que se emite en el proceso laboral, el juez laboral recoge aquellos
fundamentos de hecho (fundamentos fácticos) y de Derecho (funda-
mentos jurídicos) que sean esenciales para motivar su decisión. Como
se observa, la parte resolutoria de la sentencia debe ser el resultado de
la fundamentación fáctíca y jurídica llevada a cabo por el magistrado
en la sentencia. Por otro lado, si bien en el curso del proceso las partes
pudieron haber admitido algún o algunos hechos, lo que eximiría al
juzgador de exponer en la sentencia el fundamento de hecho relativo a

44r
Oxar, VÍcron Ávaros Jene

aquello que fue expresamente admitido por el justiciable, tal admisión


no da lugar a pensar que, con relación al referido hecho admitido, no
deba el juez exponer el correspondiente fundamento de Derecho. Así es,
incluso en la hipótesis señalada de admisión de hechos, el magistrado
tiene el deber de incorporar ala sentencia los respectivos fundamentos
jurídicos, debiendo, pues, citar la norma legal que considera aplicable y
las razones por las cuales estima pertinente su aplicación.

3.4. La expresión clara y precisa de lo que se decide u


ordena
En cuarto lugar, la sentencia debe contener la expresión clara y
precisa de lo que se decide u ordena, respecto de todos los puntos con-
trovertidos. Si el juez denegase una petición por falta de algún requisito
o por una cita errónea de la norma aplicable a su criterio, deberá en
forma expresa indicar el requisito faltante y la norma correspondiente.

En la sentencia emanada de un proceso laboral, el )uez debe pro-


nunciarse no solo sobre las pretensiones reclamadas en la demanda, sino
también acerca de todas aquellas articulaciones o medios de defensa
planteados por los litigantes, como, por ejemplo, sobre las excepciones
procesales que se pudieran haber deducido.

Si el juez acoge las pretensiones del actor, vale decir, declara fun-
dada la demanda, ya sea en forma total o parcial, tiene la obligación de
precisar en la sentencia los derechos reconocidos al accionante y todas
aquellas prestaciones que debe cumplir la parte demandada.

Es de resaltar que si en el proceso laboral se expide una sentencia


condenatoria, y la prestación que se ordena cumplir al demandado con-
siste en dar una suma de dinero, tai suma debe señaiarse en el fallo en
monto líquido, vale decir, debe determinarse con exactitud la cantidad
de que se trate, aunque nada obsta que el monto líquido pueda también
referirse a una cantidad que puede establecerse mediante una simple
operación aritmética.

Debemos indicar que el juez laboral se encuentra autorizado para


ordenar en la sentencia que condene al pago de una prestación dineraria,

442
Acru¡.cIoNEs PRocEseI-Es

el pago a cargo del demandado de sumas mayores a las reclamadas en la


demanda, siempre y cuando se den alguno de los siguientes supuestos:

- que el actor hubiese errado en el cálculo de los derechos que


reclama; y

- que el accionante hubiese cometido un error al alegar las nor-


mas jurídicas aplicables, desprendiéndose de estas, Pues, que
le correspondería al actor, de no haberse equivocado en tales
normas, un monto mayor al peticionado en la demanda.

La norma laboral en comentario es tan precisa respecto de la aludida


facultad judicial de incrementar el monto demandado en la sentencia'
que lo señalado precedentemente no implica una excePción al principio
iura novit curia que postula que el juez debe aplicar el derecho que
corresponda al proceso, aunclue no haya sido invocado por las partes
o lo haya sido erróneamente; sin embargo, no puede ir más allá del
petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido
alegados por las partes. En efecto, lo dispuesto en la norma laboral que
analizamos no vulnera el principio iura novit curia, porque al ordenarse
en la sentencia el pago de un monto mayor al demandado no se alega
un hecho diverso al expuesto por el accionante en Su demanda, pues
los hechos permanecen incólumes, habiendo simplemente un error de
cálculo por parte del actor.

Igualmente, consideramos que no se vulnera el principio iura novit


curía cuando se ordena en la sentencia el pago de una suma mayor a
la señalada por el actor en su escrito de demanda debido a un error de
este último en la invocación de las normas jurídicas aplicables' pues en
esta hipótesis el magistrado está aplicando el derecho que corresponde al
proceso y no está sujeto para ello a la fundamentación jurídica alegada
por los justiciables.

Por otro lado, si en el proceso laboral se ventilan pretensiones con


pluralidad de demandantes o demandados, ya sea litisconsorcio activo
y pasivo, respectivamente, el órgano jurisdiccional tiene el deber de
pronunciarse en la sentencia, de manera expresa, sobre todos y cada
uno de los derechos y obligaciones de que gocen o que deban cumplir
cada uno de los accionantes o de los demandados.

443
Oxer VÍcron Averos Jene

3.5. El plazo para el cumplimiento de la sentencia


La sentencia debe contener el plazo para su cumplimiento. La selr-
tencia no solo debe ceñirse a establecer un mandato y determinar cuáles
son sus alcances, también debe precisar en qué momento y cuándo es
que debe cumplirse tal mandato. Lo contrario le restaría eficacia y obli-
gatoriedad al mandato, pues si no existe un ámbito de cumplimiento,
no podría afirmarse que el condenado ha incumplido con é1.

3.6. La condena de costos de costas


La sentencia debe contener la condena en costas y costos, de los
intereses y, si procediera, de multas; o la exoneración de su pago.

El pago de costas v costos en el proceso laboral no precisa ser de-


mandado, pues el juez de trabajo lo debe considerar de modo expreso
en la sentencia que se emita en el proceso laboral, y si estima que no
corresponde su pago, debe fundamentar las razones de la exoneración
respectiva. Es de resaltar que ia cuantía de las costas y costos o el modo
de liquidación debe consignarse expresamente en la sentencia y no en
momento posterior.

Lo indicado acerca de las costas y costos es aplicable también para


los intereses que corresponda pagar. En tal sentido, no es exigible al actor
que reclame el pago de intereses legales en su demanda para que dicho
pago prospere, clebiendo el magistrado que conoce de la causa señalar
en la sentencia la cuantía de los intereses o su modo de liquidación, por
lo que su cálculo no se deja para un momento ulterior a la expedición
del fallo final.

3.7. La suscripción del iuezy del auxiliar iurisdiccional


La sentencia debe contener, bajo sanción de nulidad, la suscripción
del juez y la del correspondiente auxiliar jurisdiccional. Se entiende que
no solo basta la rubrica del juez, sino también que coloque el sello que
le confiere autoridad para administrar justicia; lo mismo en el caso del
auxiliar jurisdiccional respectivo.

444
ActuecroNes PRocEserps

Y es importante que se hagan estas acotaciones, porque precisa-


mente ello implicará que tanto el juez como auxiliar jurisdiccional son
responsables por sus actos, solo se esa manera podrá imputárseles tal
responsabilidad.

4. SosnE EL FALLo vLTRAzETInI y su REGULAcIóN EN LA NUE-


vA LEY PROCESaT DEL TRABAIO
Para analizar este tema es importante respaldarnos en doctrina
autorizada. Así, según el profesor Monroy Gálvez, "el principio de con-
gruencia judicial exige al juez que no omita, altere o exceda las peticiones
contenidas en el proceso que resuelve. Se denomina incongruencia citra
petita a la omisión en el pronunciamiento de alguna de las pretensiones.
La incongruencia extra petita ocurre cuando la decisión contiene una
pretensión no demandada o está referida a una persona ajena al proceso.
La incongruencia ultra petita es aquella originada en el hecho que la
decisión concede o adjudica más de lo que fue pedido"t2tsl.

Encontramos, pues, que una sentencia contraviene el principio de


congruencia procesal cuando esta otorga más de lo peticionado o algo
diferente e, incluso, cuando omite pronunciarse sobre una de las pre-
tensiones de los litigantes.

Sin embargo, tratándose del proceso laboral es menester efectuar


algunas pretensiones. Conocedores de que "el Derecho procesal del
trabajo no puede ser concebido únicamente como un derecho adjeti-
vo, instrumental o de apoyo, sino que representa una expresión del
Derecho sustantivo laboral"t22ol, es decir, es eminentemente tuitivo,
existen ciertas circunstancias en las cuales el juez podrá dictar una
decisión extra petita y ultra petita y no habrá vulnerado el principio
de congruencia procesal.

Y ello se justifica en la medida que nuestra Constitución consagra


en el numeral 2 de su artículo 26" el principio de irrenunciabilidad de

t21 el
Mo¡.rRov Glrvez, Temos de proceso civil, cil., p.222.
t2201
G¡nch GRn¡rnRn,"Proceso laboral y Derecho del trabajo", cit., p. 73,

445
Oxnl Vicron Ávnros Inne

los derechos reconocidos por la Constitución y la le¡ el que como ya


hemos dicho supone la prohibición para no desprenderse de ciertos
derechos bajo determinados parámetros; supone la negación alavalidez
de todo acto de disposición que efectúe el trabajador con respecto a sus
derechos reconocidos por normas imperativas, constituyéndose como
una restricción a la autonomía de la voluntad de las partes, quedando
justificado esto en la desigualdad existente entre las partes de la relación
de trabajo.

Así, por ejemplo, el juez podrá disponer la reposición del trabajador


a pesar de que esta no haya sido solicitada en la demanda si declara
fundado el pedido de despido nulo, ello en raz6n de que la restitución
en el empleo es un derecho consagrado en la Constitución y desarrollado
en la le¡ siendo de tal manera que si solo se determina la existencia
de un despido -y no se dispone la reposición- se estaría otorgando
una protección incompleta contra el despido, vulnerándose con ello el
principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales.
Del mismo modo, el juez podrá disponer en su sentencia que
un ex empleador entregue al ex trabajador demandante una cantidad
mayor a la peticionada y no vulnerará con ello el principio de con-
gruencia procesal (ultra petita). En efecto, imaginemos el caso de un
trabajador que durante todo el transcurso de su relación laboral siem-
pre percibió una remuneración mínima vital y que al cabo de varios
años de servicios es despedido arbitrariamente. En su demanda, al
liquidar los montos que le son adeudados, comete un error y consigna
un monto menor del que realmente le corresponde. En este caso, de
declarar fundada la demanda con el mismo monto solicitado, el juez
estaría legitimando la violación del principio de irrenunciabilidad de
los derechos laborales, pues estaría disponiendo que se le dé un monto
menor del que por mandato constitucional y legal le toca. Así, una vez
verificado el error, el juez deberá ajustar el monto incrementándolo
hasta donde corresponda.

En ambos casos queda claro que no se vulnera el principio de


congruencia procesal, pues existen bienes más valiosos que proteger
y que son tutelados por la Constitución misma. Empero, ello no su-
pone que el juez reernplace al demandante en su tarea de peticionar

446
AcruncroNE,s PRocrs¡,rrs

lo que crea conveniente, ya que es obligación de las propias partes


ejercer su derecho de acción, siendo que solo en casos excepcionales
como los antes expuestos, y en la medida que exista una justificación
constitucional o legal para ello, el juez podrá intervenir tratando de
aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido
invocado por las partes o lo haya sido erróneamente, tal como pregona
el principio iura novit curia reconocido en el artículo VII del Código
Procesal Civil.

Pues bien, la Nueva Ley Procesal del Trabajo regula expresamente


la permisión para que se den estos supuestos en virtud de que en la
parte final de su segundo párrafo ha señalado que el juez laboral puede
disponer el pago de sumas mayores a las demandadas si apareciere error
en el cálculo de los derechos demandados o error en la invocación de
las normas aplicables.

Queda claro que esta nueva normatir,a es coherente con el carácler


es que se ha adaptado a é1, y ha
tuitivo del Derecho del trabajo, por ello
adoptado una posición de defensa de los derechos laborales más eficiente,
alejándose de los formalismos y las visiones estrictas que antaño se le
daba al Derecho procesal.

SuscAPÍruro IX
MEDIOS IMPUGNATORIOS

Art. 320.- Arclac¡Ón de h senlenc¡a sn l0$ 0rucss0$ 0f{inar¡0, a[rcuiado

l, ds inl[ugnaclÚn de laud0$ arD¡lrales ec0núm¡c0s

El plazo de apelación de la sentencia es de cinco (5) días hábiles


y empieza a correr desde el dia hábil siguiente de la audiencia
o de citadas las partes para su notificación.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artículos 3550, 3560, 3640,3650,3660 y 3680.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 31 o, 47o, 49o y 52o.

447
Oxel VÍcron Avelos Iene

Comentario

1. Los ruEuos IMPUGNAToRIoS


Es claro que las decisiones del juez son trascendentales en razón
de que es él quien resuelve cuestiones sumamente importantes Para
las partes que acuden a un proceso judicial, reconociendo o negando,
por un lado, un derecho patrimonial o, por otro, un derecho que no es
susceptible de ser valuado económicamente, sin embargo, es de precisar
que su decisión incidirá de gran forma sobre cada una de las partes,
pues estas quedarán vinculadas a lo que é1 determine.

Si se tiene en consideración que las decisiones que adopta un juez


constituyen actos enteramente humanos, es indudable que ellas podrían
estar sometidas a falencias, imperfecciones, desatinos e inexactitudes.
En este contexto, la decisión del juez siempre estará sujeta a revisión,
sea por cuestiones de fondo o de iorma.

Pues bien, entonces, queda evidenciado que el "fundamento de la


existencia de los medios impugnatorios radica en la necesidad de control
de las decisiones judiciales a efectos de que ellas se adecuen al orde-
namiento jurídico, no solo en el modo como resuelven un conflicto o
incertidumbre llevado ante el órgano jurisdiccional, sino también en la
manera como se ha seguido las actuaciones judiciales ante el mismo'[22r].

L.L. Definición
Puede afirmarse que los medios impugnatorios constituyen aquellas
herramientas jurídicas que la ley le concede a las partes y a terceros legi-
timados, para solicitar al órgano jurisdiccional que se realice una revisión,
por el mismo |uez o por otro de jerarquía superior, de un acto procesal
con el que no se está de acuerdo o que se presume adolece de vicio o
error, con la finalidad de que se anule o revoque, total o parcialmente.

En efecto, puede entenderse que los medios impugnatorios "son


actos procesales que se caracterizan por ser formales y motivados. Re-

[221] Antvnro Vr te, Derecho procesal del trobaio, cit., p. 1 51

448
AcruncroN¡s PRoc¡serss

presentan manifestaciones de voluntad realizadas por las partes (y aún


por terceros legitimados) dirigidos a denunciar situaciones irregulares o
vicios o errores que afectan a uno o a más actos procesales, y a solicitar
que el órgano jurisdiccional revisor proceda a su revocación o anula-
ción, eliminándose de esta manera los agravios inferidos al impugnante
derivados de los actos del proceso cuestionados por é1"[222].

1.2. Tipos de medios impugnatorios


En general, los medios impugnatorios se clasifican en remedios y
recursos. Los primeros son aquellos que pueden formularse por quien se
considere agraviado por actos procesales no contenidos en resoluciones.
por su parte, los segundos son aquellos que pueden formularse por quien
se considere agraviado con una resolución o Parte de ella, para que
luego de un nuevo examen de esta, se subsane el vicio o error alegado.

Los remedios son aquellos medios impugnatorios que buscan cues-


tionar los actos procesales que no se encuentran contenidos en decretos,
autos y sentencias, pero que Por su trascendencia afectan el devenir del
proceso, pudiendo incluso desviar el proceso hacia causes irregulares.

En lo que respecta a los recursos, se ha dicho que "son actos Proce-


sales de la parte que se estima agraviada por un acto de resolución del
luez o tribunal, por lo que acude al mismo o a otro superior,
pidiendo
que revoque o anule el o los actos gravosos, siguiendo el procedimiento
seguido en las leyes"{uz:].

Si bien la Nueva Ley Procesal del Trabajo solo se refiere expresa-


mente a los recursos de apelación y de casación, es menester precisar que
ello no supone que sean los únicos medios impugnatorios admitidos en
el proceso laboral, máxime si por mandato de la Primera Disposición
Complementaria de la aludida ley', en lo no previsto Por esta ley son de
aplicación supletoria las normas del Código Procesal Civil, norma que

[222] H,*ott*orr Mr¡.rcurz, Alberto, Comentarios al Código Procesal Civil, Gaceta Jurídica, Lima,
2003,T.1,p.6s7.
[223] Fo,*r, GurLLÉN, Víctor, Doctrina general de Derecho procesal Bosch, Barcelona, 1990, p.479.

449
Oxer VÍcron Áveros Inn¡,

regula una variedad de medios impugnatorios clasificados en remedios


y recursos.

En este sentido, si aplicamos en extenso la normativa pertinente


contenida en el Código Procesal Civil, podemos obtener dos conclusiones
preliminares. La primera, que al proceso laboral le son aplicables todos
los remedios y recursos previstos en el Código Procesal Civil. La segun-
da, que de forma particular y prevalente debe aplicarse la regulación
contenida en la Nueva Ley Procesal del Trabajo en lo que concierne a
los recursos de apelación y casación.

Compartimos la apreciación de quienes señalan que "aunque no


están regulados por la Ley Procesal del Trabajo, son aplicables en los
procesos laborales otras instituciones procesales similares a los recursos
pero no tienen tal calidad, nos estamos refiriendo a la aclaración, la
corrección y la consulta"i22{1.

1.3. Clases de remedios y recursos


Según nuestro Código Procesal Civil, los recursos son la reposi-
ción, la apelación, la casación y la queja. Asimismo, los remedios son
la oposición, la tacha I la nulidadl22sl.

El recurso de reposición "es la petición que se interpone ante el


propio |uez o sala laboral para que revoque o modifique un decreto que
se ha dictado o emita otro ajustado a derecho que reponga el proceso
al estado de trámite que correspondaDl226l.

El recurso de apelación es aquella solicitud efectuada por una de


las partes o ambas o por un tercero legitimado ante el mismo juez que
expidió el auto o la sentencia cuestionada, con el objeto de que el órgano
jurisdiccional superior examine la resolución que les produzca agravio,
con el propósito de que sea anulada o revocada, total o parcialmente.

[224] Ancvrro VE te, Derecho procesal del trabajo,


c¡t., p. I 5 1 .
[22s] Herno, colocado a la nulidad como un remedio, sin embargo, como
anotaremos seguida-
mente, esta no es en estricto un remedio.
[226] Anevrro Ve tt, Derecho procesal del trabajo, clt., p.
1 56.

450
ActuecloNEs PnocEserEs

La casación es un recurso extraordinario el cual está diseñado so-


lamente para el examen, el análisis y la discusión de aspectos netamente
jurídicos, esencialmente relacionados con la aplicación, inaplicación e
interpretación de normas de Derecho material o procesal, o el aparta-
miento de los precedentes vinculantes; por ende, no es posible analizar
aspectos relacionados a la revaloración de las pruebas u otros que no
se ciñan al ámbito puramente jurídico. Mediante este recurso se busca
que las resoluciones impugnadas sean anuladas o revocadas.

El recurso de queja tiene por finalidad no solo el reexamen de los


motivos que han dado lugar a la inadmisibilidad o improcedencia de
un recurso de apelación o casación, también busca revisar las razones
que han conllevado a concederles determinados efectos a tales recursos.

Por otra parte, la oposición constituve aquel medio impugnatorio


destinado a cuestionar ciertos medios probatorios Propuestos por las
partes en el proceso, con la finalidad de que estos no sean incorporados
a él y', en consecuencia, no sean actuados; de esta manera, al extraérseles
del proceso no tendrán ninguna eficacia probatoria ni ninguna incidencia
en la decisión judicial final. Cabe resaltar que el Código Procesal Civil
también otorga a la oposición la calidad de cuestión probatoria.

La tacha es un instrumento muy similar a la oposición, pues ambas


comparten un mismo objetivo, cual es invalidar y quitarle eficacia a
los medios de prueba; sin embargo, la diferencia entre ellas radica en
el hecho de que la oposición ataca los medios probatorios que no le
conciernen a la tacha y viceversa. Al igual que la oposición, la tacha
también es considerada por el Código Procesal Civil como una cues-
tión probatoria.
Finalmente, puede decirse que la nulidad no es en estricto un
remedio, pero tampoco un recurso, y ello en la medida que procede
contra actos procesales no contenidos en resoluciones judiciales y tam-
bién contra actos procesales que sí están contenidas en ellas, empero
se encuentran afectadas por vicio o error. Mediante la nulidad se busca
que se declare la invalidez o ineficacia de un acto procesal en razón de
las irregularidades que recaen sobre é1.

451
Ox,cr VÍcron Ávaros hn¡.

1.4, La regulación de los medios impugnatorios en la


Nueva Ley Procesal del Trabaio
La Nueva Ley Procesal del Trabajo nos Presenta una regulación
sucinta de los medios impugnatorios, y no es que ello constituya una
deficiencia, todo lo contrario, creemos que es una virtud en la medida
que ante cualquier vacío o deficiencia son de aplicación supletoria las
normas del Código Procesal Civil.

Y decimos que es una virtud por cuanto regularse supletoriamente


por el Código Procesal Civil supone guardar coherencia y uniformidad
estableciendo una sola realidad en lo que concierne a las instituciones en
cuestión; evidentemente, por la naturaleza del proceso laboral, habrán
determinadas particularidades que le atañen a determinadas figuras, por
ello es que la Nueva Ley Procesal del Trabajo solo marca la diferencia
y establece especificaciones distintas en lo que resPecta a los recursos
de apelación y'de casación.

2. El nncunso DE ApELACIóN EN LA NuEve LEv PnocESAL DEL


Tnnnn¡o rRATÁNDosE DE Los PRocEsos oRDINARIo, ABRE-
VIADO Y DE IMPUGNACIóN DE LAUDOS ARBITRALES ECONó.
MICOS

Hemos dicho ya que "por apelación se entiende el recurso ante


el superior para que revise la providencia del inferior y corrija sus
errores"i227l, Siendo así, el recurso de apelación tiene por finalidad que el
superior jerárquico revise la resolución dictada por el inferior a efectos
de que corrija los vicios y errores que dicha resolución pudiera contener.

En concreto, el recurso de apelación es un recurso ordinario que


se interpone ante el órgano jurisdiccional de primera instancia a efectos
de que el órgano jurisdiccional de segunda instancia o grado revoque o
anule la resolución impugnada por adolecer de vicio o error in iudicando
o in procedendo, esto es, error de fondo o error en la forma.

f2271 Dou's EcHeeron, Teoría general del proceso, cit.,T. ll, p.637.

452
ActuecroNns PRoc¡setns

La apelación es un medio impugnatorio en virtud del cual quien


resulta afectado con una resolución judicial -sea auto o sentencia- emitida
por un órgano judicial de primer grado aspira que el órgano de segundo
grado proceda a revisar la resolución materia de cuestionamiento y la
revoque o anule, ya sea en forma total o parcial, según 1o peticionado
por el apelante, por haber incurrido el magistrado que emitió la reso-
lución recurrida en un error de juzgamiento.
A través de este recurso, el sujeto procesal que resulte agraviado
con una resolución solicita que el órgano jurisdiccional jerárquicamente
superior de aquel que la expidió, examine nuevamente la resolución y la
modifique, revoque o anule, dictando así una nueva resolución que se
ajuste a derecho y, por ende, que satisfaga los intereses del impugnante.

Es muy importante indicar que uno de los puntos neurálgicos del


recurso de apelación lo constituye la fundamentación del agravio, que
no es otra cosa que los argumentos de hecho y de Derecho con los que
se pretende cambiar Io resuelto en el auto o sentencia.

El recurso de apelación se fundamenta en elprincipio constitucional


de la doble instanciat228l, en virtud del cual, ante la posibilidad de error
de los jueces, se provee al proceso de una segunda instancia que revise
las decisiones emanadas en primera instancia a efecto de revocarlas o
anularlas si tales decisiones adolecieran de errores de fondo o de forma
que causen perjuicio al interesado (recurrente), salvaguardando de ese
modo la seguridad jurídica y garantizando una mayor justicia respecto
del caso concreto.

El recurso de apelación se distingue por Io siguiente:


Es un recurso de naturaleza ordinaria, por cuanto no es me-
nester alegar causales específicas para su planteamiento y para
que sea admitido.

t2281 Esimportanterecalcarqueenlasentenciarecaídaenel ExpedienteN'4226-2004-AA/TC,


el Tribunal Constitucional señaló que:"dicho derecho no garantiza que una determinada
causa pueda ser conocida por todas las instancias judiciales que existan en el seno de la
jurisdicción ordinaria sino, cuando menos, por una'doble'instancia".

453
Oxer VÍcron Ávnros JÁn¡

- Es un recurso de alzada porque, si bien se plantea ante el juez


que emitió la resolución que causa agravio, dicho recurso es
resuelto por el órgano judicial jerárquicamente superior de aquel
que la expidió.

- Se plantea ante el juez que dictó la resolución cuestionada y no


se interpone en forma directa ante el órgano jurisdiccional de
segundo grado que la resolverá.

- No está referida a cuestiones o hechos nuevos sino que se con-


trae al propio contenido de la resolución recurrida y a lo que
fue objeto del proceso.
- Es un recurso destinado a impugnar autos y sentencias, bajo la
condición de que tales resoluciones no tengan ya la calidad de
cosa juzgada por haberse vencido el plazo para impugnar sin
que se hubiera hecho.

- Es un medio impugnatorio y como tal se formula a instancia de


parte interesada o de tercero legitimado, quienes deben haber
sufrido agravio por la resolución que se impugna.
- Es un recurso que se concede con efecto suspensivo, por lo que
la eficacia de la resolución recurrida queda suspendida hasta la
notificación de la resolución que ordena se cumpla lo dispuesto
por el superior, siempre que se plantee contra sentencias y autos
que pongan fin al proceso. El mencionado recurso se concede sin
efecto suspensivo en los demás casos, distintos a los enunciados
anteriormente, por lo que la eficacia de la resolución recurrida
se mantiene, incluso para el cumplimiento de esta.

- Es un medio impugnatorío que contiene intrínsecamente la


figura de la nulidad, siempre y cuando el vicio que se denuncia
verse sobre cuestiones de forma, vale decir, errores formales.

Ahora bien, la Nueva Ley Procesal del Trabajo no es muy extensa


en cuanto al desarrollo de este recurso, sin embargo, se aprecia que di-
cho cuerpo normativo permite que al amParo de este recurso se pueda
solicitar la revisión de cuestiones de forma como de fondo.

454
Actuecrol¡s PRocrser¡s

En efecto, "frente a la apelación de un auto o sentencia, el superior


jerárquico puede adoptar las siguiente posturas: confirmar la apelada, si
está conforme con lo resuelto, revocar la apelada si desaprueba lo resuelto
y decide cosa distinta. Puede también confirmar en parte y revocar en
parte. Finalmente, puede declarar nula la resolución apelada y disponer
que se expida una nueva, por considerar que se ha incurrido en grave
vicio de procedimiento contenido en laley"Izzv).

Es preciso indicar que para la procedencia del recurso de apelación


es indispensable que se fundamente y se precise cuál es el error de hecho
o de Derecho presente en la resolución y el sustento de la pretensión
impugnativa.

Asimismo, solo se podrán incorporar nuevas pruebas al proceso


junto con el recurso de apelación o con su absolución, cuando hayan
sido expedidos con posterioridad al inicio del proceso, es decir, cuando
se trata de una prueba nueva.

Tratándose de los procesos ordinario, abreviado y de impugnación


de laudos arbitrales económicos, el recurso de apelación se interpone en
el plazo de 5 días hábiles contados desde el día hábil siguiente de llevada
a cabo la audiencia en donde se realizó el acto procesal cuestionado.

Si el acto procesal no fue dado en audiencia, el plazo para im-


pugnarlo es de 5 días hábiles contados desde el día hábil siguiente
de la citación a las partes para la notificación. Evidentemente esto
último operará solo en la medida que efectivamente se notifique a las
Partes.

Demás está decir que si Ia resolución que causa agravio no es


impugnada en el plazo fijado por le¡ esta adquirirá la autoridad de la
cosa juzgada, siendo, entonces, irrevisable e inmutable.

l22el Anrv¡ro Vr a, Derecho procesal del trobajo, cit., p. 1 58.

455
Ox¡r Vícron Áveros fane

2.t. Resoluciones contra las que procede el recurso de


apelación
Del análisis confrontacional de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
y del Código Procesal Civil se aprecia que el recurso de apelación solo
procede contra cuatro tipos de resoluciones, que son:

- Las sentencias de primera instancia, excepto las impugnables


con recurso de casación y las excluidas por convenio entre las
partes. Cabe precisar que esto último -que se materializa en
virtud del convenio de renuncia a recurrir- solo será posible
siempre que el derecho que sustenta la pretensión discutida sea
renunciable.
- Los autos que pongan fin a la instancia.
- Los autos que se expidan en el curso del proceso antes de la
sentencia, en cuvo caso se concede con Ia calidad de diferida.
- Los autos que se expidan después de dictada la sentencia, en
cuyo caso se concede sin efecto suspensivo, salvo que el juez
decida concederla con efecto suspensivo en resolución debida-
mente fundamentada.
De esta forma, debe quedar claro que no podrá interponerse recurso
de apelación, por ejemplo, contra la resolución que resuelva el recurso
de reposición, la que declara inadmisible una tacha o su absolución, la
que declara inadmisible una oposición o su absolución, la que dispone
la actuación de'medios probatorios de oficio, la que determina la ac-
tuación de medios probatorios de la tacha o de su absolución, contra
la que dispone la actuación de los medios probatorios de la oposición
o de su absolución, entre otras.

En aplicación supletoria del Código Procesal Civil, se debe tener en


consideración que la apelación o adhesión que no acompañen el recibo
de la tasa, se interpongan fuera del plazo, que no tengan fundamento
o no precisen el agravio, serán de plano declaradas inadmisibles o im-
procedentes, según sea el caso.

En este sentido, si hubiere algún defecto u omisión en lo que


concierne a los requisitos de admisibilidad, el juez laboral le ordenará

456
Acru¡croNgs PRocEsnrrs

al recurrente que subsane en un plazo no mayor de 5 días, la omisión


o defecto que se pudiera advertir en el recibo de pago de la tasa res-
pectiva, en las cédulas de notificación, en la autorización del recurso
por el letrado colegiado o en la firma del recurrente, si tiene domicilio
en la ciudad sede del órgano jurisdiccional que conoce de la apelación.
De no subsanarse la omisión o defecto, se rechazará el recurso y será
declarado inadmisible.

Si el recurrente no tuviera domicilio procesal en la ciudad sede del


órgano jurisdiccional que conoce de la apelación, tramitará la causa de
manera regular y será el juez quien ordene la correspondiente subsa-
nación del error.

El superior también puede declarar inadmisible o improcedente


la apelación, si advierte que no se han cumplido los requisitos para su
concesión. En este caso, además, declarará nula la resolución que con-
cede el recurso solicitado,

2.2. Efectos de la apelación en el proceso laboral


El recurso de apelación puede concederse con efecto suspensivo o
sin ese efecto, siendo obligación esencial del juez el señalar cuál es el
efecto que corresponde al caso concreto y por qué. Igualmente, deberá
señalar si concede tal efecto con calidad de diferida o no.

El efecto suspensivo es aquel que determina que la eficacia de la


resolución recurrida queda suspendida hasta Ia notificación de la que
ordena se cumpla 1o dispuesto por el superior. Esto no supone que el
juez laboral se encuentre impedido para seguir conociendo las cuestiones
que se tramitan en cuaderno aparte. De igual modo, a pedido de parte
y en decisión debidamente motivada, el juez puede disponer medidas
cautelares que eviten que Ia suspensión produzca agravio irreparable.
Las resoluciones tendrán efecto suspensivo cuando se trate de la im-
pugnación de sentencias y autos que dan por concluido el proceso o
impiden su continuación.

El efecto no suspensivo de una apelación supone que ia eficacia de


la resolución impugnada se mantiene, incluso para el cumplimiento de

457
Oxer VÍcron Áveros |ena

esta. En otras palabras, el proceso continúa no importando lo que se


resuelva en la apelación, ya que se trata de un acto que no cambiará en
nada el rumbo del proceso.

Luego de calificar el recurso, el juez no solo tiene la obligación de


indicar si concede la apelación o no, además, deberá indicar con qué
efecto lo concede. Independientemente a ello, el |uez deberá indicar si la
apelación es diferida o no. Si no señalase nada al respecto, se entenderá
que es no diferida.

A pesar de ello, y además de los casos en que el Código Procesal


Civil lo disponga de esa manera, de oficio o a pedido de parte, el |uez
laboral puede ordenar que se reserve el trámite de una apelación sin
efecto suspensivo, a fin de que sea resuelta por el superior conjuntamente
con la sentencia u otra resolución que el juez señale, siendo inimpugna-
ble la decisión motivada del juez. En caso no se apele la sentencia o Ia
resolución señalada por el juez, se produce la ineficacia de la apelación
diferida.

2.3. Acerca de la reformatio in peius


La reforma en peor o reformatio in peius "consiste en una pro-
hibición al juez superior de empeorar la situación del apelante, en los
casos en que no ha mediado recurso de su adversario. El principio de
la reforma en perjuicio es, en cierto modo, un principio negativo: con-
siste fundamentalmente en una prohibición..No es posible reformar la
sentencia apelada en perjuicio del único ?pelants"l2rol.

La regla de prohibición de reforma en peor de las resoluciones


judiciales se traduce en un principio que inspira a nuestro sistema
procesal, por lo tanto, esta deber ser siempre observada por todos los
administradores de justicia.

[230] corru*r,Eduardo, Fundamentosdel Derechoprocesal civil,l3"ed.,Depalma,BuenosAires,


2005, pp. 367 y 368.

458
Actunclox¡s PRoc¿seL¡s

Queda claro, pues, que la apelación de una resolución no podrá


tener peor resultado que la contenida en la apelada, pues, caso contrario,
se estaría vulnerando la aludida regla ¡ en general, se estaría configu-
rando una nulidad procesal. Sin embargo, esta regla no es absoluta, y
tratándose del proceso laboral, tiene una situación muy particular.

Antes de ello, es importante indicar que es presupuesto para la


aplicación de esta regla que sea solo una de las partes la que impugne
la resolución, ya que si [o hacen todas las que conforman la relación
jurídico-procesal, todas ellas tendrán derecho al mejoramiento de su
situación jurídica.

Ahora bien, en el marco del proceso laboral, por la especial natura-


leza de los derechos ventilados en é1, esta regla podría resultar inaplicable
en la medida que se trate de derechos irrenunciables. En efecto, si el
juez laboral revisor constata que la instancia anterior erró al liquidar
o conceder derechos de carácter irrenunciable, nada obsta para que -a
pesar de que solo el demandado impugnó la resolución en cuestión-
pueda adecuar la sentencia impugnada a Io que realmente corresponde,
incluso desmejorando la situación del demandado.

Lo que decimos tiene una razón fundamental, y es que la regla de


la no reformatio in peius no puede prevalecer sobre un principio con-
sagrado expresamente en nuestra Constitución, el de irrenunciabilidad
de los derechos laborales reconocidos por la Constitución y la ley.

Afl. 330.- Dám¡lB en ssgunda ¡nslancia t, aud¡oncia d8 u¡$la de la


causa en los 0r0css0$ 0rü¡nario, aBnsuiad0 u d8 imDugnaciÚn
de laud0$ arnitrals$ ec(lnÓm¡c0$

Interpuesta la apelación , el jluez remite el expediente a segunda


instancia dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.
El órgano jurisdiccional de segunda instancia realiza las si-
guientes actividades:
a. Dentro de los cinco (5) días hábiles de recibido el expediente
fija día y hora para la celebración de la audiencia de vista
de la causa. La audiencia de vista de la causa debe fijarse

4s9
Oxnr VÍcron Áveros fene

entre los veinte (20) y treinta (30) días hábiles siguientes de


recibido el expediente.
b. El día de la audiencia de vista, concede el uso de la palabra
al abogado de la parte apelante a fin de que exponga sinté-
ticamente los extremos apelados ylos fundamentos en que
se sustentan; a continuación, cede el uso de la palabra al
abogado de la parte contraria. Puede formular preguntas
a las partes y sus abogados a lo largo de las exposiciones
orales.
c. Concluida la exposición oral, dicta sentencia inmediata-
mente o luego de sesenta (60) minutos, expresando el fallo
y las razones que lo sustentan, de modo lacónico. Excep-
cionalmente, puede diferir su sentencia dentro de los cinco
(5) días hábiles siguientes. En ambos casos, al finalizar la
audiencia señala día y hora para que las partes comparezcan
ante el despacho para la notificación de la sentencia, bajo
responsabilidad. La citación debe realizarse dentro de los
cinco (5) días hábiles siguientes de celebrada la audiencia
de vista.
d. Si las partes no concurren a la audiencia de vista, la sala,
sin neiesidad de citación, notifica la sentencia al quinto día
hábil siguiente, en su despacho.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos 32o, 47o, 49o y 52o.

Comentario

T, EI TruíUITE EN SEGUNDA INSTANCIA Y AUDIENCIA DE VISTA


DE LA CAUSA EN tOS PROCESOS ORDINARIO, ABREVIADO Y
DE IMPUGNACIóN DE TAUDOS ARBITRALES ECONóMICOS

La tramitación del recurso de apelación interpuesto contra sentencia


emitida en el proceso ordinario laboral, en el proceso abreviado laboral y
en el proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos es objeto de
regulación legal en el artículo 33" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
desprendiéndose de dicha norma lo siguiente.

460
Acru¡.croNEs PRocpselns

En primer lugar, debe decirse que el recurso de apelación es in-


terpuesto ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución que es
materia de cuestionamiento, con la finalidad de que este califique el
recurso en lo que se respecta a los requisitos de forma y de fondo, siendo
que una vez superado el test, tiene la obligación de remitir el expediente
del proceso al órgano jurisdiccional jerárquicamente superior dentro del
plazo de cinco días hábiles siguientes a aquel en que se presentara el
citado medio impugnatorio.

En segundo lugar, dentro de los cinco días hábiles siguientes a la


recepción del expediente del proceso que le fuera remitido, el órgano
jurisdiccional jerárquicamente superior a aquel que emitió la sentencia
recurrida, luego de comprobar nuevamente el cumplimiento de los
requisitos de admisibilidad y procedibilidad, tiene la obligación de con-
vocar a la audiencia para la vista de la causa, para lo cual señalará el
día y hora en que ella se realizará. Para tal efecto, se deberá notificar
válidamente a ias partes y necesariamente entre el día en que se practica
la notificación y el día de la realización dei acto procesal deben trans-
currir cuando menos tres días hábiles, salvo disposición expresa de la
ley. Cabe precisar que los plazos se contabilizan desde el día siguiente
de notificada la resolución que lo fija ¡ cuando es común, desde la
última notificación.
La audienciapara la vista de la causa no puede desarrollarse en la
fecha que leplazca al órgano de segundo grado que resolverá el recurso
de apelación, pues el artículo que analizamos claramente establece que la
mencionada audiencia debe acontecer no antes de los veinte días hábiles
siguientes de recibido el expediente ni después de los treinta días hábiles
siguientes de dicho momento procesal, vale decir, de la fecha en que el
órgano revisor recibiera el expediente en mención.

En tercer lugar, al momento de iniciarse la audiencia de la vista de


la causa, el órgano jurisdiccional de segundo grado procederá a otorgar
el uso de la palabra al abogado patrocinante del sujeto procesal que
interpuso el recurso de apelación.

A este respecto, debemos indicar que la norma no es clara al señalar


si es necesario solicitar el uso de la palabra o ya per se las partes tienen

46r
Oxnl VÍcron Áveros fene

este derecho; sin embargo, si tenemos en consideración el significado del


término "conceder" y que el juez no puede suplantar a las partes en la
toma de sus decisiones, tenemos que colegir que las partes son las que
deben solicitar el uso de la palabra para tener ese derecho. Esto debe
ser efectuado dentro del tercer día de notificada la fecha de la vista.
En este caso, Ia solicitud se considera aceptada por el solo hecho de su
presentación, sin que se requiera citación complementaria.

Alhacer uso de la palabra, el letrado tiene que exponer en forma


sucinta y sin digresiones los extremos apelados así como los funda-
mentos fácticos y de orden jurídico en que se basa la impugnación. En
este sentido, tendrá que referirse estrictamente a los hechos materia de
cuestionamiento y no podrá argüir hechos ajenos al proceso o que no
estén relacionados con el recurso de apelación.

Acto seguido, el órgano jurisdiccional de segundo grado concederá


el uso de la palabra al abogado patrocinante de la contraparte, con el
objeto de que este exponga sus puntos de vista con relación a la apela-
ción planteada que, como es obvio, apuntan a lograr que la impugnación
sea desestimada, por las razones qlue sean, por cuanto ello favorece los
intereses de su cliente.

Durante la intervención de los abogados de la partes demandante


y demandada, el órgano jurisdiccional de segundo grado, en virtud del
principio de dirección del proceso, tiene la potestad de hacer preguntas
no solo a los indicados letrados sino también a las partes, todas ellas
dirigidas, claro está, a dilucidar y esclarecer la cuestión controvertida
en vía de impugnación.

En cuarto lugar, al culminar la audiencia para la vista de la causa


con sentencia o sin ella, el órgano jurisdiccional de segundo grado debe
fijar dia y hora a efectos de que los sujetos procesales comparezcan
ante su despacho con el objeto de que les sea notificada la sentencia,
bajo responsabilidad. La citación de las partes demandante y deman-
dada para la notificación de la sentencia debe acontecer dentro de los
cinco días hábiles siguientes de realizada la audiencia para la vista de
la causa.

462
AcruecroN¡s PnocEsetEs

En quinto lugar, y en el caso en que los sujetos procesales no asis-


tan a la audiencia para la vista de la causa, el órgano jurisdiccional de
segundo grado que resuelve el recurso de apelación, no está obligado
a citarlos para que comparezcan a su despacho a efectos de que se les
notifique la sentencia de segunda instancia. Así es, ante la inconcurrencia
del demandante y del demandado a la audiencia parala vista de la causa,
el órgano jurisdiccional de segundo grado simplemente notificará tal
sentencia en su despacho, lo que ocurrirá al quinto día hábil siguiente
a la conclusión de la audiencia para la vista de la causa.

2. AcEnce DEr DrcrADo DE LA SENTENCTA EN SEGUNDA


INSTANCIA TRATÁNDOSE DE LOS PROCESOS ORDINARIO,
ABREVIADO Y DE IMPUGNACIóN DE LAUDOS ARBITRALES
ECONóMTCOS

Según el artículo 33' de la nueva Ley procesal dei Trabajo, en se-


gunda instancia la sentencia puede ser dictada en dos momentos.

Normalmente, luego de concluida la exposición oral de los abogados


de las partes. En este caso, lo deberá hacer inmediatamente después de
la participación de los letrados o luego de de transcurridos 60 minutos
de ello, expresando el fallo y las razones que lo sustentan, de modo
breve. Demás está decir que el hecho de que las razones que sostienen la
decisión judicial sean sucintas, ello no enerva en nada el derecho de las
partes para exigir que estas razones sean claras y precisas; no pudiendo,
por lo tanto, ser abstractas ni basarse en ideas vagas, ya que ello puede
dar lugar a la vulneración del derecho de las partes a la obtención de
una decisión judicial motivada.

Excepcionalmente, la sentencia también puede ser dictada en un


momento distinto al referido en el párrafo anterior, pero dentro de
los 5 días hábiles siguientes. En este caso, aunque la norma no señale
nada, consideramos que debe mediar una justificación del juez para
esta prórroga, por lo que este no podría decidir discrecionalmente si
lo hace el mismo día y luego de que informaron las partes o después.
La complejidad del caso, la valoración de los informes orales u otros
aspectos del proceso pueden justificar la prórroga.

463
Ox¡.r VÍcron Avaros fe,ne

Al margen de ello, y conociendo o no el resultado, al finalizar la


audiencia, el órgano superior de segunda instancia señala día y hora
para que las partes comparezcan ante el despacho para la notificación
de la sentencia.

Sobre el particular, consideramos que esta nueva regulación cons-


tituye un importante avance en la medida que ello vincula mucho más
al juez laboral con la causa que debe resolver, y que constriñe al juez a
resolver el proceso a la brevedad.

En efecto, cualquier persona que ha litigado puede darse cuenta


que es común que entre la fecha de la audiencia y el momento en que
el |uez expide la sentencia transcurren muchos meses, haciendo que el
juez laboral se desligue temporalmente del proceso. No decimos que esto
es un defecto del juez sino del sistema; sin embargo, ello genera que al
momento de resolver, el juez -independientemente de que haya anotado
lo expresado en la audiencia- no recuerde lo que sucedió en ella ¡ en
todo caso, debe recurrir al expediente para revisar de forma rápida y
expeditiva los aspectos esenciales del proceso, Esto supone que muchas
veces el informe oral de los abogados no sea tomado en cuenta, o si lo
es tiene menos incidencia que otros actos procesales.

Siendo así, la regulación que nos ofrece la Nueva Ley Procesal


del Trabajo, por un lado, revitaliza y convierte al informe oral en una
pieza fundamental del proceso, pu€S precisa y principalmente es esta
actividad la que conducirá al juez laboral a determinar su fallo; por
otro lado, ello implica también la preponderancia de la celeridad, ya
que el juez laboral deberá resolver el proceso en un plazo muy breve a
la exposición oral de las partes.
En definitiva, el informe oral es más determinante en el nuevo
proceso laboral que en el anterior, e indudablemente esto va en beneficio
de quien acredita la vulneración de sus derechos, pues creemos que con
ello el juez se acercará más a la justicia y de forma más rápida.

464
AcruecroNrs PRocEs¡.lss

Ant. 340.- Causalss d8l pecur$o üe ca$ac¡ún

El recurso de casación se sustenta en la infracción normativa


que incida directamente sobre la decisión contenida en la re-
solución impugnada o en el apartamiento de los precedentes
vinculantes dictados por el Tribunal Constitucional o la Corte
Suprema de |usticia de la República.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos 3840 y 386".


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 360, 39o y 40o.
- Código Procesal Constitucional: artículo Vf f del Título Preliminar.

Comentario

L. Er nscunso DE cASACIóN

Con acierto se ha dicho que "la casación no da lugar a una instancia,


como sucede con las apelaciones de las sentencias, pues precisamente
existe contra las sentencias dictadas en segunda por los tribunales su-
periores y que reúnan ciertos requisitos. [...i.Se trata de un recurso
extraordinario, razón por la cual está limitado a los casos en que la im-
portancia del litigio por su valor o naturaleza lo justifica. Esta limitación
tiene tres aspectos: a) en cuanto a las sentencias que puedan ser objeto
de é1, pues solo se otorga para algunas de las dictadas por tribunales
superiores en segunda instancia [...]; b) en cuanto a las causales que
se sirven para que estas sentencias puedan ser revocadas o reformadas,
que están taxativamente señaladas; y c) en cuanto a las facultades de
la Corte en el examen y decisión del recurso, pues no puede examinar
errores de la sentencia que el recurrente no acuse ni por causales que
la ley no contemple"t2:t1.

también que "el recurso de casación es un medio


Se ha manifestado
impugnatorio de carácter extraordinario por el cual el Estado busca

[231] Deu,, EcHenruoh, Teoríageneral del proceso,cit.,T. ll, pp.642y643.

46s
Oxer VÍcron Áv¡.ros Jan¡,

controlar la adecuada aplicación de las normas jurídicas a los casos


concretos ¡ de esa forma, brindar seguridad jurídica a las partes y a
todo el sistema en general".

La Nueva Ley Procesal del Trabajo, indirectamente, nos da una


noción de lo qué es el recurso de casación, señalando que: "El recurso
de casación se sustenta en la infracción normativa que incida directa-
mente sobre la decisión contenida en la resolución impugnada o en el
apartamiento de los precedentes vinculantes dictados por el Tribunal
Constitucional o la Corte Suprema de |usticia de la República".

Como se observa de todo lo dicho, la premisa neurálgica del recur-


so de casación es la correcta aplicación e interpretación de las normas
jurídicas o de los pronunciamientos judiciales o jurisdiccionales con
efectos normativos, ello en el entendido de que solo es posible tutelar
adecuadamente los derechos de las partes involucradas en un proceso
judicial y erradicar cualquier imperfección, error, acto de corrupción o,
en general, cualquier infracción normativa, en la medida que el Derecho
positivo sea aplicado adecuadamente.

Siendo así, podemos decir que el recurso de casación constituye


un medio impugnatorio extraordinario que resulta viable solo en los
casos estrictamente predeterminados por la ley y que está dirigido a
alcanzar Ia revisión y posterior revocación o anulación, por parte de
la Corte Suprema de lusticia, de aquellos fallos expedidos por las Salas
Superiores como órganos de segundo grado que incurren en error ln
procedendo o in iudicando, por infringir normas que influyen directa-
mente en la parte resolutoria de la resolución recurrida o por apartarse
de los precedentes vinculantes emanados del Tribunal Constitucional o
de la Corte Suprema de |usticia.

El recurso de casación tiene por finalidad, pues, la adecuada aplica-


ción del Derecho objetivo al caso concreto, así como la uniformidad de
la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia. El recurso
de casación aparece así como una garantía de la legalidad -y por qué no
de la constitucionalidad- y como un instrumento idóneo para establecer
la forma correcta de aplicar el Derecho positivo. Se apunta, pues, con
dicho medio impugnatorio a la correcta observancia y apreciación de

466
ActuncIoNEs PRocEseLss

las normas jurídicas, evitando la arbitrariedad judicial en su aplicación,


lo que al final de cuentas salvaguarda la justicia del caso concreto y los
intereses del recurrente.

2, Los ptuns DEL REcuRSo DE cASAcIóN

2.1. Los fines del recurso de casación según la Nueva Ley


Procesal del Trabajo
Conforme se aprecia del artículo materia de estudio, el recurso de
casación en materia laboral tiene dos fines esenciales, que Son: nomo-
filáctico y el uniformador.
El primero es aquel que tiene por finalidad defender el derecho
objetivo. "La casación en virtud de este fin busca la adecuada aplicación
en los fallos judiciales y con ello garanl,izar la seguridad jurídica. [,..].
El objeto de esta finalidad es la defensa del Derecho objetivo (positivo),
o sea de la norma jurídica, tanto el sustantivo como el adjetivo"i232l.
Es importante mencionar que el fin nomofiláctico puede ser clasifi-
cado en sustantivo u objetivo, y adjetivo. El primero es aquel que defiende
únicamente la correcta aplicación del Derecho objetivo, mientras que
el segundo aquel que resguarda al Derecho adjetivo. A este respecto es
importante recalcar que con la Ley N" 26636 solo se adoptaba el prime-
ro en la medida que dicha establecía que solo eran fines esenciales del
recurso de casación, por un lado, la correcta aplicación e interpretación
de las normas materiales del Derecho laboral previsional y de seguridad
social y, por otro lado, la unificación de la jurisprudencia laboral nacional
por la Corte Suprema de )usticia de la República. Sin embargo, la Nueva
Ley Procesal del Trabajo ha hecho un cambio importante permitiendo
también la revisión y el control del Derecho adjetivo.

Por su parte, el fin uniformador "se encuentra orientado a conformar


una unidad jurídica y a garantizar ei principio de igualdad ante la ley;
es decir, que se tienda a una aplicación e interpretación de la norma

12321 Douco Onrecn, David, La casación loboral, Adrus, Arequipa, 2oo7 , pp.29 y 30.

467
Oxer VÍcron Áveros J¡nn

jurídica común en todo el territorio nacional, ya que siendo las leyes


abstractas y generales, es factible obtener una interpretación unificada
que tenga efectos vinculantes para los órganos jurisdiccionales de menor
jerarquía"tz::).

Dicho fin uniformador no es propio de las normas jurídicas, sino


también de otras fuentes del Derecho, tales como la jurisprudencia.

Siendo que el artículo 34" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo


recoge ambos fines, podemos decir que el recurso de casación en ma-
teria laboral en nuestro país ha sufrido un cambio importante, en la
medida que esta institución, tal como se encontraba regulada por la
Ley N" 26636, tenía como fines solo el nomofiláctico, en su vertiente
sustantiva, y el uniformador, dicho de otro modo, esta ley no buscaba la
correcta aplicación e interpretación de las normas del Derecho adjetivo.

Consideramos que a efectos de entender adecuadamente lo que


constituye actualmente el recurso de casación es importante que com-
prendamos cuál es su antecedente inmediato con el objeto de saber si se
han enmendado las posibles deficiencias que tuviere, si se han mantenido
o, en el peor de los casos, existe una regulación aun inferior.

2.2. Los fines del recurso de casación según la Ley


Ns 26636

Según el artículo 54" de la Ley N" 26636, son fines esenciales del
recurso de casación los siguientes

a. la correcta aplicación e interpretación de las normas materiales


del Derecho iaboral, previsional y de seguridad social ¡

b. la unificación de la jurisprudencia laboral nacional por la Corte


Suprema de lusticia de la República.

t2331 Loc. cit.

468
ActuncroNns PxocEserns

Como se aprecia, aparentemente los jueces laborales no tenían la


obligación de velar por el resguardo del Derecho adjetivo, tan solo por
el sustantivo y la uniformidad jurisprudencial.

Si bien es cierto que dentro de los supuestos por los cuales pro-
cede el recurso de casación, contemplados en el artículo 54" de la Ley
N'26636, Ley Procesal del Trabajo, no se encuentra la contravención
al debido proceso, también lo es que nuestra Constitución señala en el
inciso 3 de su artículo 139" que: "Son principios y derechos de la fun-
ción jurisdiccional: [...] La observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional".

Planteadas así las cosas, hay quienes defienden la posición que se


sustenta en que un recurso casatorio no puede proceder por la trans-
gresión al debido proceso, sencillamente porque dicho supuesto no ha
sido recogido en la Ley N" 26636; mientras que otros alegan que sí
debería proceder, toda vez que el debido proceso constituye un derecho
fundamental de toda persona; además de que la Tercera Disposición
Derogatoria, Sustitutoria y Final de la mencionada ley señala que en
todo lo no previsto en ella resultarán de aplicación supletoria las normas
del Código Procesal Civilt23al.

Pues bien, es en este contexto que la jurisprudencia resultó deter-


minante para dilucidar la controversia. Así, en un primer momento y
de manera categórica se señaló que en materia laboral no procedía el
recurso de casación por la contravención de las normas que garantizan
el derecho a un debido proceso, o la infracción de las formas esenciales

t23al A este respecto, es menester indicar que dicha norma adjet¡va civil establecía que consti-
tuyen causales para interponer recurso de casación: a) la aplicación indebida o la interpre-
tación errónea de una norma de Derecho material, asÍcomo de la doctrina jurisprudencial;
b) la inaplicación de una norma de derecho material o de la doctrina jurisprudencial; o
c) la contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, o la
infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales. Sin
embargo, a raíz de la modificación producto de Ley N" 29364, vigente desde el 29 mayo
2009, se adopta un texto más flexible que señala que:"El recurso de casación se sustenta
en la infracción normativa que incida directamente sobre la decisión contenida en la reso-
lución impugnada o en el apartamiento inmotivado del precedente judicial'i Como es fácil
advertir se trata de un texto muy similar al del artículo 34o de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo.

469
Oxer VÍcron Ávelos J¡.nn

para la eficacia y validez de los actos procesales, por el simple hecho


de que la Ley N" 26636 no había previsto tal supuesto. Sin embargo,
posteriormente se enmendó esta postura indicando que si bien que la
Ley N" 26636 no reguló tal causal, no podía desconocerse este derecho
dado que la Constitución le impone a todos los administradores de
justicia garant\zar debidamente la observancia del debido proceso, el
cual tiene por función asegurar los derechos fundamentales de toda
persona, dando la posibilidad de recurrir a la justicia para obtener
la tutela jurisdiccional de los derechos individuales a través de un
procedimiento legal ¡ de obtener una sentencia que decida la causa
declarando el derecho de las partes. Por ello es que excepcionalmente
se admitía Ia causal de contravención de normas que garantlzan el
derecho a un debido procesot2"l. Cabe precisar que la nota corriente
en estos casos era que se declare improcedente la causal invocada,
pero en virtud de la potestad nulificante del juzgador y de oficio,
se declaraba la procedencia del recurso. En buena cuenta el recurso
procedía por obra y gracia de la Corte Suprema y no porque la parte
recurrente lo solicite.

El derecho al debido proceso no puede desaparecer simplemente


porque no ha sido regulado en la le¡ ya que dicho derecho no tiene
como origen a dicha fuente del Derecho, sino que se encuentra recogido
en nuestra Constitución y en diversos instrumentos supranacionales;
en consecuencia, resulta absurdo afirmar que no es posible invocar tal
supuesto, pues ello iría en contra de nuestra Constitución.

Coincidimos con Arévalo Vela cuando señala que: "Se desprende


que el artículo 56" de la Ley Procesal del Trabajo impide interponer el
recurso de casación cuando se ha transgredido el debido proceso, si-
tuación que resulta contradictoria con el inciso 3 del artículo 139" de la
Constitución que consagra como una garantía y derecho de la función

t2351 Preden verse, por ejemplo, las Casaciones Nos 1333-2006-facna,2166-2003-Lima,


953-2004-Tacna-Moquegua, 1 86-2005-Tacna y 2095-20O4-Loreto, publicada s en EI Perua-
no el 31 de marzo de 2008, el 1 de septiembre de 2005. el 1 de agosto de 2006, el 31 de
julio de 2006 y el 31 de julio de 2006, respectivamente.

470
AcruectoNEs PnocrserEs

jurisdiccional la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional,


por lo que podemos concluir que la norma adjetiva laboral está viciada
de inconstitucionalidad"1236l.

Entonces, haciendo prevalecer la Constitución sobre la Ley Procesal


del Trabajo, podemos concluir que el derecho al debido proceso siempre
se encuentra presentel2:zJ, así no haya sido tipificado como una causal
de casación;por lo tanto, dicha garantía constitucional es perfectamente
invocable en los procesos laborales.

Pues bien, en este escenario resultaba absurdo Pensar que los jueces
laborales no son susceptibles de cometer errores en el proceso; además,
persistir con el hecho de que al no encontrarse regulada la causal de
la contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso, o la infracción de las formas esenciales para la eficacia y vali-
dez de los actos procesales, implicaba vulnerar abiertamente el derecho
fundamental al debido proceso de las partes. Incluso, no corregir esta
deficiencia era convalidar el desfase y lo arcaica que resultaba ser la Ley
N" 26636, ello en comparación con otras normas procesales y procedi-
mentales que sí reconocen la contravención del Derecho adjetivo como
causa de revisión extraordinaria.

Por estas razones consideramos que la Nueva Ley Procesal del


Trabajo resulta de suma importancia a estos efectos, pues a diferen-
cia de la Ley N" 26636, sus causales de casación no son cerradas ni
estrictas, por el contrario, al ser más abierta o genérica, no niega la
posibilidad de que por la vulneración de otros derechos, sobre todo
de carácter fundamental, como sería el derecho al debido proceso y a
la tutela jurisdiccional efectiva, se declare Ia procedencia del recurso
de casación.

I2361
Ancvnro V¡rn, Derecho procesal del trabajo, cit., p. 1 68.
f2371
Nuestra apreciación resulta redundante porque al ser el debido proceso un derecho fun-
damental es inherente siempre a toda persona; sin embargo, creemos que es preciso ha-
cer tal acotación por la confusión que se pudiese generar.

471
Oxer VÍcron Averos J¡nn

3. CaRacrnRísucas DEL REcuRSo DE cAsAcIóN SEGÚN LA


Nunve Lnv PnocrsAl DEL Tnana¡o
De la revisión del recurso de casación según la Nueva Ley Procesal
del Trabajo, se desprende que tiene las siguientes notas esenciales:

El recurso de casación es un recurso de naturaleza extraordinaria,


por cuanto opera tratándose de ciertas resoluciones judiciales.

El recurso de casación es un medio impugnatorio que se plantea


ante el órgano jurisdiccional que expidió la resolución que se
recurre a efecto de que sea resuelto por el superior jerárquico'

EI recurso de casación es un medio impugnatorio de Derecho


estricto, porque en su planteamiento deben seguirse ciertas
formalidades, cuva inobservancia acarrea su inadmisibilidad o
improcedencia, Iimitándose la competencia del órgano judicial
revisor a lo que fue denunciado por el recurrente como causal
de casación.

El recurso de casación es un recurso que si bien ha sido es-


tablecido en beneficio de los sujetos procesales, persigue fines
que exceden los intereses meramente privados y que son del
más alto interés público, como son la adecuada aplicación del
Derecho y la observancia plena de los precedentes vinculantes
dictados por el Tribunal Constitucional o la Corte Suprema de
)usticia de la República.
El recurso de casación es un medio impugnatorio final, pues
contra lo resuelto respecto de él no procede plantear otros re-
cursos.

El recurso de casación es un medio impugnatorio esencialmente


de Derecho y no representa una tercera instancia en la que se
deba examinar cuestiones de hecho. En vía de recurso de casa-
ción únicamente se revisa la correcta aplicación de las normas
jurídicas ¡ de existir algún error, se dicta una nueva resolución
o se anula la recurrida para que el órgano jurisdiccional de
segundo grado que emitió la resolución impugnada proceda a

472
AcruectoNes PnocEs¡.rEs

expedir nueva resolución conforme a lo señalado por la Corte


Suprema de |usticia.

- En vía de recurso de casación está excluido todo examen re-


ferido a los hechos, los mismos que quedan intangibles, tal
como aparecen o se recogen en la resolución de segundo grado
recurrida en casación.
- El recurso de casación tiene dos fines: el nomofiláctico, tanto
el sustantivo como el adjetivo, y el uniformador.

4. Sosnr LA pRocEDENcIA DEL REcuRSo DE cASACIóN

Ya hemos explicado muchos de los aspectos trascendentales del


recurso de casación según Ia Nueva LeV Procesal de Trabajo, lo que nos
servirá de base para entender en qué casos Procede el recurso de casación.
La mencionada le1 adjetiva plantea dos, los cuales pasamos a explicar.

4.3. La infracción normativa que incida directamente so-


bre la decisión contenida en la resolución impugnada
La primera causal de procedencia del recurso de casación la cons-
tituye la infracción normativa que incida directamente sobre la decisión
contenida en la resolución impugnada.

En primer lugar, debemos apreciar que no cualquier infracción


normativa pueda dar lugar a la procedencia del recurso de casación,
sino solo aquella que influya de manera categórica en el fallo o parte
decisoria de la resolución de segunda instancia recurrida en casación,
que bien puede ser un auto o una sentencia emitida por la Sala Superior
que, como órgano de segundo grado, pone fin al proceso.
Pero, ¿qué es una infracción normativa que incida directamente
sobre la decisión contenida en la resolución impugnada?

Para comenzar, una infracción normativa viene a ser aquel error


en la aplicación o interpretación de una norma; en buena cuenta supone
transgredirla o desnaturalizarla, de forma tal que no se cumpla con sus

473
Oxer VÍcron Ávlros J¡,ne

fines o se le dé un sentido distinto o incoherente con los principios que


la inspiran.

Siendo así, puede decirse que una infracción normativa ha incidido


directamente sobre la decisión contenida en la resolución impugnada,
cuando se comprueba que de no existir tal infracción otro hubiese sido
el resultado, vale decir, el pronunciamiento judicial hubiese sido distinto.

Entonces, la mencionada causal se configura cuando el recurrente


acredita fehacientemente que las normas que determinaron y encausaron
uno o más actos procesales y que han sido aplicadas incorrectamente,
no debieron ser aplicadas o han sido interpretadas de forma deficiente,
y han influido en el resultado final, de modo tal que si no se hubiesen
presentado tales defectos la decisión judicial será otra.

Cabe precisar que la infracción normativa no solo puede estar


referida a una norma de Derecho material o sustantivo, sino que tam-
bién puede versar sobre una norma de carácter adjetivo o procesal. Lo
importante aquí es que la mencionada infracción normativa incida de
modo directo en la parte resolutiva del auto o sentencia que se impugna
y sea la causa determinante de haberse resuelto en un cierto sentido.

4.4. Apartamiento de los precedentes vinculantes dicta-


dos por el Tribunal Constitucional o la Corte Supre-
ma de fusticia de la República
La segunda causal de procedencia del recurso de casación la cons-
tituye el apartamiento de los precedentes vinculantes dictados por el
Tribunal Constitucional o la Corte Suprema de Justicia de la República.

Según la propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional, "el


precedente vinculante es aquella regla jurídica expuesta en un caso
particular y concreto que el Tribunal Constitucional decide establecer
como regla general; y, que por ende, deviene en parámetro normativo
para la resolución de futuros procesos de naturaleza homólogaD[238].

[238] Sentencia recaída en el Expediente No 0024-2003-A|/TC.

474
AcruecroNes PRocrserrs

Si aplicamos la misma lógica y tomamos en consideración el artí-


culo 40" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, podemos afirmar que el
precedente vinculante de la Corte Suprema de |usticia de la República
es el criterio fijado por el pleno de los jueces suPremos que conforman
las salas en materia constitucional y social, que se origina en razón de
la resolución de un caso particular y concreto, y que adquiere efectos
normativos que vinculan a los órganos jurisdiccionales de la República
para que, ante casos similares, se resuelva de forma predictiva.

Es importante recalcar que una de las características del precedente


vinculante es la obligatoriedad mientras no haya sido modificado por
otro precedente.
En este sentido, debemos recordar que, conforme al artículo VII
del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, las sentencias
del Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de cosa iuzgada
constituyen precedente vinculante cuando así lo exprese la sentencia,
precisando el extremo de su efecto normativo; asimismo, cuando el Tri-
bunal Constitucional resuelva apartándose del precedente, debe expresar
los fundamentos de hecho y de Derecho que sustentan la sentencia y
las razones por las cuales se aparta del precedente.

Por su parte, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 40' de la


Nueva Ley Procesal del Trabajo, la Sala Constitucional y Social de la
Corte Suprema de )usticia de la República que conozca del recurso de
casación puede convocar al pleno de los jueces suPremos que conformen
otras salas en materia constitucional y social, si las hubiere, a efectos de
emitir sentencia que constituya o varíe un precedente judicial; en este
caso, Ia decisión que se tome en mayoría absoluta de los asistentes al
pleno casatorio constituye precedente judicial y vincula a Ios órganos
jurisdiccionales de la República, hasta que sea modificada por otro
precedente.

Se observa que deben cumplirse una serie de formalidades para


que algún extremo de una sentencia expedida por el Tribunal Cons-
titucional o la Sala pertinente de la Corte Suprema de |usticia de la
República pueda determinar la obligatoriedad de su pronunciamiento.
Por consiguiente, no califican como precedentes vinculantes aquellas

475
Oxer Vícron Ávaros fene

sentencias judiciales que si bien pueden haber sido expedidas por el


Tribunal constitucional o la sala pertinente de la corte Suprema de
|usticia de la República, no cumplen con las condiciones exigidas por
el artículo vII del Título Preliminar det código Procesal constitucio-
nal o el artículo 40" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, por lo que
ellas no podrán ser invocadas a efectos de sustentar la procedencia
del recurso de casación.

Afl. 350.- Re[u¡s¡l0s de adm¡$¡[¡l¡dad det rscurso de casac¡ún

El recurso de casación se interpone:


1. Contra las sentencias y autos expedidos por las salas supe-
riores que, como órganos de segundo grado, ponen fin al
proceso. En el caso de sentencias el monto total reconocido
en ella debe superar las cien (100) Unidades de Referencia
Procesal (URP). No procede el recurso contra las resolu-
ciones que ordenan a la instancia inferior emitir un nuevo
pronunciamiento.
2. Ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución im-
pugnada. La sala superior debe remitir el expediente a la
Sala Suprema, sin más trámite, dentro del plazo de tres (3)
dias hábiles.
3. Dentro del plazo de diez (10) días hábiles siguientes de
notificada la resolución que se impugna.
4. Adjuntando el recibo de la tasa respectiva. Si el recurso no
cumple con este requisito,la Sala Suprema concede al im-
pugnante un plazo de tres (3) días hábiles para subsanarlo.
Vencido el plazo sin que se produzca la subsanación, se
rechaza el recurso.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículosJJ-/o y J8-7o.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 370 y Undécima Disposición
Complementaria.

476
Acru¡,ctoNts PRocEsRLrs

Comentario

L. Les nEsoLUcIoNES QUE DAN tucAR A tA ADMISIBILIDAD


DEL RECURSO DE CASACIóN

L-1. Las sentencias y los autos que ponen fin al proceso


El artículo 35" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo establece cuáles
son las resoluciones que son susceptibles de ser sometidas al recurso
de casación, señalando a este efecto que solo son dos: las sentencias y
autos expedidos por las salas superiores que, como órganos de segundo
grado, ponen fin al proceso.

Como bien sabemos, la sentencia es "aquel acto jurídico procesal


más importante que realiza e\ juez. A través de ella, el juez resuelve el
conflicto de intereses o la incertidumbre con relevancia jurídica, aplicando
el Derecho que corresponde al caso concreto. Incluso, en atención a la
instancia en que se expida, la sentencia puede ser la que le pone fin al
proceso si su decisión es sobre el fondo"l23el.

Mediante la sentencia el juez le pone fin a la instancia o al proceso


en definitiva, pronunciándose en decisión exPresa, precisa y motivada
sobre la cuestión controvertida, declarando el derecho de las partes, o
excepcionalmente, sobre la validez de la relación procesalt2aoJ.

Como se advierte, una sentencia necesariamente le pone fin a la


instancia y en algunos casos finalíza el proceso.

Siendo así, sobre la base del principio de la doble instancia, es natu-


ral que esta sentencia pueda ser revisada por el órgano jerárquicamente
superior. Si se trata de la revisión por parte de las Salas Superiores es
indudable que lo apropiado para lograr elio es la interposición de un
recurso de apelación.

Con ello se agotaría el mencionado principio ¡ por ende, se daría


la conclusión del proceso. Sin embargo, excepcionalmente, y siempre y

t2391 Mornot Gnwez, Teoría gene ral


d el proceso, cil., p. 235.
[240] Textopertenecienteal tercerpárrafodel artículo'l2lodel CódigoProcesal Civil.

477
Oxer VÍcron Áveros fane

cuando se acredite que el órgano superior ha cometido serias deficiencias


en el ejercicio de su función revisora, procederá una re-revisión de la
sentencia. Esto es precisamente a lo que apunta el recurso de casación.

Entonces, el recurso de casación viene a ser la última herramienta


jurídica de carácter restringido a la cual es posible recurrir solo excep-
cionalmente. Por esta razón, toda vez que contra las sentencias expedidas
por las salas superiores que, como órganos de segundo grado, ponen
fin al proceso no existe otro recurso que tienda a reexaminar el ámbito
jurídico de la causa, el recurso de casación le es idóneo.
Efectivamente, la Nueva Ley Procesal del Trabajo considera que una
de las resoluciones que al ser impugnadas da lugar al recurso de casa-
ción son precisamente las sentencias expedidas por las salas superiores
que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso. Y ello es
lógico en la medida que para otros actos procesaies existen otros tipos
de recurso v remedios idóneos.

Algo muy similar a lo narrado ocurre con los autos expedidos por
las salas superiores que, como órganos de segundo grado, ponen fin al
proceso.

Hay que recordar que mediante los autos el juez resuelve la admi-
sibilidad o el rechazo de la demanda o de la reconvención, el sanea-
miento, interrupción, conclusión y las formas especiales de conclusión
del proceso; el concesorio o denegatorio de los medios impugnatorios,
la admisión, improcedencia o modificación de medidas cautelares y las
demás decisiones que requieran motivación para su pronunciamientot2arl.

Como aprecia del texto citado, los autos también pueden dar por
concluido el proceso; no obstante, debe precisarse que hay autos que
dan por concluido el proceso antes de la expedición de la sentencia no
porque las partes así lo han deseado, sino porque se configuran supuestos
legales que determinan su conclusión anticipada.

[241] Textopertenecienteal segundopárrafodel artículo12'lodel CódigoProcesal Civil.

478
Acru¡.croNEs PRocpsel¡s

En efecto, ello puede verse, por ejemplo, en el caso en que un juez


declare el abandono del proceso cuando no debía hacerlo, es decir, por
una deficiente interpretación normativa. Siguiendo con este ejemplo,
podemos decir que ante lo resuelto por un juez especializado de trabajo,
la parte afectada podrá apelar el auto que declara el fin del proceso por
abandono, no obstante, si la sala superior persiste en esta posición ba-
sándose en una deficiente interpretación normativa cabrá la interposición
del recurso de casación siempre y cuando se cumpla con sus causales.
En buena cuenta, los autos que Ponen fin al proceso y que han sido
sujetos de un recurso de apelación, podrán ser impugnados mediante el
recurso de casación cuando la infracción normativa incida directamente
sobre la decisión contenida en la resolución impugnada'

que en el caso anterior, es lógico que se recoja esta regulación,


Al igual
ya que de detectarse un error que perjudique gravemente a una de las
partes, no cabrá otro medio impugnatorio más que el recurso de casación.

2. Corr¡orcrolvEs pARA LAADMISIóru nnr RECURSo DE cASAcIóN


Tratándose de las sentencias expedidas por las salas superiores que,
como órganos de segundo grado, le ponen fin al proceso, se exige que
para que se admita el recurso de casación en ellas debe reconocerse un
derecho o varios que cuantitativamente sean superiores a las 100 Uni-
dades de Referencia Procesal o i0 Unidades Impositivas Tributariast242l.

En efecto, no toda sentencia -!lue, como es obvio, necesariamente


pone fin al proceso- puede ser impugnada mediante el recurso ex-
traordinario que examinamos, pues para que ello sea posible el monto
total reconocido en tal fallo -que, por lo general, es una sentencia de
condena- debe exceder de las 100 Unidades de Referencia Procesal. Si
el monto reconocido en la sentencia no supera la cantidad señalada, el
recurso de casación resulta inviable, y será así aun cuando sea ostensible
el haberse infringido alguna norrnativa que incida directamente sobre

t2a2! El valor de la Unidad lmpositiva Tributaria para el año 2010 es de S/.3600, monto que sigue
vigente durante el año 201 1.

479
Ox¡.1 VÍcron Áv¡.ros J¡.n-c

la decisión contenida en la resolución que se cuestiona o sea evidente el


apartamiento de los precedentes vinculantes (obligatorios) dictados por el
Tribunal Constitucional o la Corte Suprema de Justicia de la República.

Debe precisarse que la sentencia que determina la cantidad que da


acceso al recurso de casación es la expedida por la Sala Superior corres-
pondiente como órgano de segundo grado. De esta manera, a modo de
ejemplo, si una sentencia expedida por un jwgado laboral especializado
le concede al demandante la cantidad de S/. 35,000, pero en apelación
una sala laboral le otorga S/. 32000, entonces sí se admitirá el recurso
de casación. Diferente sería el caso en que un juzgado laboral disponga
que al demandante le corresponde la suma'de S/. 38,000, sin embargo,
al resolver el recurso de apelación, la sala laboral determina que el de-
mandante solo tiene derecho a S/. 34,000. En este último supuesto no
se admitiría el recurso de casación dado que la sentencia expedida por
la Sala Superior como órgano de segundo grado le concedió al deman-
dante una cantidad menor a las 100 Unidades de Referencia Procesal.

La norma es clara en señalar que el monto a tomar en cuenta para


la admisión del recurso de casación es el reconocido en la resolución
de la Sala Superior; por lo tanto, el hecho de que el demandante haya
consignado en su demanda que su petitorio es económicamente supe-
rior a las 100 Unidades de Referencia Procesal, no incide en nada en la
procedencia del mencionado recurso. Entonces, debe quedar claro que
son las sentencias expedidas por las Salas Superiores como órganos de
segundo grado las que finalmente van a dirimir la admisibilidad del
recurso de casación.

Como se aprecia, aun en la hipótesis de haberse configurado una


causal de casación, este recurso deviene en inadmisible si el monto total
reconocido en la sentencia cuestionada no supera las 100 Unidades de
Referencia Procesal, situación esta contemplada en la norma bajo co-
mentario con la que estamos en total desacuerdo, pues en tal supuesto
-de índole estrictamente monetario- no podría cumplirse los fines de
interés público inherentes al recurso de casación.

Por otro lado, y esta vez refiriéndonos a los autos, es menester in-
dicar que se deben cumplir con dos condiciones para su admisibilidad:

480
Acru¡,croN¡s Pnocsserrs

primero, que sean expedidos por las salas superiores en calidad de órganos
de segundo grado, ¡ segun{o, que se trate de autos que le pongan fin
al proceso. En estos casos no interesa la cuantía del derecho reclamado
ni ningún otro aspecto adicional o diferente de los mencionados.
El recurso de casación no cabe contra cualquier auto, sino solo
contra los que reúnan las condiciones a las que hemos hecho referencia
en el párrafo anterior. En consecuencia, por muy importante que sea la
cuestión decidida en el auto aludido, si a través de este no se da término
al proceso -como, por ejemplo, cuando se declara inadmisible o impro-
cedente la demanda, cuando se declara el abandono, etc.-, entonces, no
cabe recurrir contra él en casación.

Es de precisar que la norma expresamente señala que no es admisible


el recurso de casación contra las resoluciones que ordenan a la instancia
inferior emitir un nuevo pronunciamiento. En concreto, se refiere a los
casos en donde las Salas Laborales, al resolver una apelación, le ordenan
al órgano de Ia instancia anterior que expida una nueva sentencia, habida
cuenta que está ha sido dictada en contravención de la Constitución o la
ley. Y ello es lógico, dado que ese tipo de resoluciones no le ponen fin
a instancia, sino lo que hacen es que se retome un momento anterior
del proceso.

En suma, el citado medio impugnatorio no cabe formularlo contra


aquellas resoluciones expedidas por el órgano jurisdiccional de segundo
grado que ordenan al órgano judicial de primera instancia emitir un
nuevo pronunciamiento, vale decir, resulta inadmisible el recurso de
casación si se dirige contra una resolución de la Sala Superior que, como
órgano de segundo grado, anula la decisión de primera instancia -se
entiende por errores in procedendo- ,t' dispone que el juez de primer
grado dicte una nueva resolución.

3. Pena rA ADMrsrór.¡ Es NEcESARIo QUE sE INTERPoNGA At


ANTE Er ÓRGANO QUE EXPIDTó LA RESOLUCIóN
También constituye requisito de admisibilidad del recurso de
casación que el mencionado medio impugnatorio se presente ante el
órgano jurisdiccional que emitió la resolución recurrida, es decir, que se

48I
Ox¡r VÍcron Áv¡ros Jen¡

interponga ante la Sala Superior que, como órgano de segundo grado,


emitió Ia sentencia o auto que puso fin al proceso.

El recurso extraordinario que analizamos no es uno directo sino que


se trata de un recurso de alzada, razón por la cual el órgano judicial que
expidió la resolución recurrida en casación y ante el cual se interpone
dicho medio impugnatorio, tiene la obligación de elevar de inmediato
el expediente del proceso a la respectiva Sala de la Corte Suprema de
)usticia de la República.
En efecto, la remisión del citado expediente al máximo Tribunal
para que decida lo concerniente al recurso se hace sin más trámite y
para ello la Sala Superior tiene un plazo máximo de tres días hábiles,
que se cuentan desde que recibe el recurso de casación.

4. Er prazo pARA Ll\ INTERposIcIóN DEL REcuRso DE cAsAcIóN


Otro requisito de admisibilidad del recurso de casación lo representa
el hecho de que deba interponerse dentro del plazo legal correspondiente,
esto es, dentro de los 10 días hábiles siguientes a aquel en que fue no-
tificada al recurrente Ia resolución objeto del recurso de casación, cual
es la sentencia o auto emitido por la Sala Superior que, como órgano
de segundo grado, pone fin al proceso.

El plazo de 10 días constituye un término que busca conceder segu-


ridad y estabilidad jurídica a las partes. Como señala Alsina, "el término
es el espacio dentro del cual debe ejecutarse un acto procesal"[243], Pues
caso contrario se perderá el derecho para hacerlo.

En este sentido, si en el término fijado la parte Presuntamente agra-


viada con la resolución no recurre en casación, se entenderá que dicho
agravio no existe y que, por el contrario, está consintiendo el contenido
de dicha resolución. Aun así exista una clara infracción normativa que
incida directamente sobre la resolución contenida o un evidente aparta-

[243] Ars,,.r¡, Hugo, Tratado teórico y práct¡co de Derecho procesal civil y comercial, Ediar, Buenos
Aires,1956, p.762.

482
ActuRctoN¡s PnocEser-rs

miento de los precedentes vinculantes, si la parte no recurre en casación


en el plazo fijado el recurso será declarado inadmisible.

5. Er ecovrpRñaprrEuro DE rA TASA IUDICTAL coMo REeuISr-


TO DE ADMISIBILIDAD

El último requisito exigible para ia admisibilidad del recurso de


casación consiste en acompañar al referido medio impugnatorio la tasa
judicial correspondiente. Si el recurrente no cumple con adjuntar la
mencionada tasa judicial, ello no da lugar a la inmediata declaración
de inadmisibilidad del recurso de casación, sino más bien a la con-
cesión de un plazo prudente para subsanar tal omisión. En efecto, si
el impugnante no acompaña a su recurso de casación la tasa judicial
dispuesta por le1', entorlces, la Sala respectiva de la Corte Suprema que
resolverá el recurso -y no la Sala Superior que emitió la resolución que
se impugna en casación- le otorga a aquél un plazo de tres días hábiles
contados desde que le es notificado al recurrente el requerimiento para
que adjunte la tasa judicial en mención para que cumpla con subsanar
la omisión referida a la tasa judicial.
Solo en la hipótesis de que, una vez transcurrido el plazo conce-
dido para efectuar la citada subsanación, el impugnante no cumpliera
con acompañar la tasa por concepto de recurso de casación, este medio
impugnatorio será declarado inadmisible en definitiva.

Sobre el particular, no podemos dejar de mencionar que, confor-


me al artículo III del Título Preliminar v a la Undécima Disposición
Complementaria de la Nueva Lev Procesal del Trabajo, ha,v exoneración
dei pago de tasas judiciales para el prestador personal de servicios de
naturaleza laboral, formativa, cooperativista o administrativa en los
siguientes casos:

cuando la cuantía demandada no supere las 70 Unidades de


Referencia Procesal; y

cuando las pretensiones son inapreciables en dinero.

483
Ox,cL Vícron Avnros fann

En este caso hay que efectuar dos observaciones. A efectos de saber


cuándo estamos ante la exención del pago de tasas, lo que se debe tener
en consideración es el monto consignado en la demanda y no el que
se haya determinado en resolución judicial. No obstante, para acceder
al recurso de casación el tratamiento es distinto, pues lo relevante es
el monto reconocido en la sentencia de vista, el cual debe ser superior
a las 100 Unidades de Referencia Procesal. Igualmente, es menester
precisar que el segundo supuesto de exención -cuando las pretensiones
son inapreciables en dinero- no puede ser invocado para recurrir al
recurso de casación tratándose de sentencias, habida cuenta que en este
caso necesariamente se ventilan pretensiones económicas -¡ por ende,
apreciables en dinero- y mucho mayores a las 70 Unidades de Referencia
Procesal. Sí puede ser invocado tratándose de autos.

Afl. 360.- Rsqui$¡10$ ds [r0cedenc¡a del rscurso de ca$ac¡ún

Son requisitos de procedencia del recurso de casación:


1. Que el recurrente no hubiera consentido previamente la
resolución adversa de primera instancia, cuando esta fuere
confirmada por la resolución objeto del recurso.
2. Describir con claridad y precisión la infracción normativa
o el apartamiento de los precedentes vinculantes.
3. Demostrar la incidencia directa de la infracción normativa
sobre la decisión impugnada
4. Indicar si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio. Si
fuese anulatorio, se precisa si es total o parcial, y si es este
último, se indica hasta dónde debe alcanzar la nulidad. Si
fuera revocatorio, se precisa en qué debe consistir la actua-
ción de la sala. Si el recurso contuviera ambos pedidos, debe
entenderse el anulatorio como principal y el revocatorio
como subordinado".

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artículos 3880 y 391o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos l\o y 37o.

484
AcruecIoNEs Pnoc¡seLEs

Comentario

t. CoN nEracróN AL pRIMER supunsro DE pRocEDENcIA DE


CASACIóN: NO HABER CONSENTIDO LA SENTENCIA DE PRI.
MERA INSTANCIA

Para la procedencia del recurso de casación es requisito que el


impugnante no hubiese consentido previamente la resolución adversa
emitida en primera instancia, si tal resolución fuere confirmada por la
resolución de segunda instancia materia del recurso de casación (senten-
cia o auto emitido por la Sala Superior que, como órgano de segundo
grado, pone fin al proceso).

Este requisito tiene que ver con la iegitimidad del impugnante


para recurrir en casación. Si la resolución de primera instancia no le
fue adversa al recurrente en casación, la lev no ie exige a este, como es
obvio, recurrir previamente dicha resolución de primera instancia, por
cuanto no le ha causado perjuicio o agravio alguno sino más bien ha
satisfecho sus intereses.

Si la resolución de primera instancia le fue adversa al recurrente


¡ ante ello, este la impugna en apelación, no tendrá dicho recurrente
legitimidad para recurrir en casación si la resolución de segundo grado
que resuelve la apelación revoca la decisión de primera instancia, pues
en tal hipótesis la referida resolución de segundo grado es favorable a
sus intereses y reconoce su pretensión impugnatoria.

En cambio, si la resolución de primera instancia es adversa al re-


currente en casación y posteriormente es confirmada por la resolución
de segunda instancia, entonces, se le exige al recurrente en casación
que hubiese impugnado previamente la resolución adversa de primera
instancia, porque de lo contrario carecería de legitimidad para formu-
lar el recurso de casación. Es de destacar que la apelación previa de la
resolución de primera instancia adversa al recurrente en casación solo
será exigible cuando la sentencia de segunda instancia confirme en su
totalidad la resolución de primera instancia.

485
Ox¡r VÍcron Áveros Jnn¡

Además, si la resolución de segunda instancia revoca total o par-


cialmente la resolución de primera instancia que fuese favorable al
recurrente en casación, entonces, dicho recurrente sí tendrá legitimidad
para interponer su recurso de casación.

2, Coru Rrsprcro AL SEGUNDo SUPUESTo DE PRoCEDENcIA DE


CASACIóN: LA CLARIDAD Y PRECISIóN DEL RECURSO

También constituyen requisitos de procedencia del recurso de


casación el señalar y explicar claramente en qué consiste la causal de
casación en que se basa el citado recurso y su incidencia directa en
la decisión que se impugna. Esto significa que el impugnante, en su
recurso, debe consignar cuál es la infracción normativa de Derecho
material o procesal que incide directamente sobre la parte decisoria de
la resolución recurrida en casación, a tal Punto que otro hubiera sido
el pronunciamiento judicial si no se hubiere cometido tal infracción.

A este respecto, debemos indicar que no basta con indicar cuál es


infracción normativa acaecida, Pues es necesario que se fundamente
y, en este sentido, se expliquen las razones por las cuales la referida
infracción normativa de Derecho material o procesal influye de modo
determinante en el fallo de la resolución cuestionada, trayendo como
consecuencia que se arribe a una conclusión o resultado errado y
distinto al que debería ser.
Si la causal casatoria consiste en el apartamiento inmotivado de
los precedentes vinculantes dictados por el Tribunal Constitucional o la
Corte Suprema de Justicia de la República, el recurrente debe precisar los
datos relativos al precedente vinculante -número de expediente y demás
datos concernientes a su publicación en el diario oficial El Peruano- que
esgrime como causal casatoria, siendo aconsejable acompañar la copia
respectiva de dicho precedente vinculante; además, el recurrente debe
explicar de qué forma la resolución impugnada en casación se aparta
del citado precedente vinculante, lo cual, si lo hace y como es obvio, no
es suficiente como fundamentación del recurso, por cuanto el referido
apartamiento del precedente vinculante debe, además, ser tal que influya
directamente en la parte resolutiva del objeto de casación, vale decir,

486
Acru¡.cIoNss PRocEset¡s

que incida de manera clara en la decisión contenida en la resolución


recurrida en casación.

3. Sosnn EL TERcER SUPUESTo DE PRocEDENCIA DE cAsA-


CTóIV: LA INCIDENCIA DE tA INFRACCIóN NORMATIVA

En este caso se exige que el recurrente explique en qué medida Ia


infracción normativa incide directamente sobre la decisión impugnada.
como ya hemos manifestado anteriormente, para la procedencia del
recurso de casación no solo basta que exista una infracción normativa,
sino que esta sea determinante en el resultado; dicho de otro modo, si
existe una infracción normativa pero no modifica o altera en nada la
decisión judicial, entonces no procede el recurso de casación.

En esta línea, para saber cuál es el impacto de la infracción norma-


tiva se hace imperativo que el recurrente explique y demuestre de forma
clara y precisa, primero, cuál es la infracción normativa ¡ segundo,
cómo es que esto afecta a la decisión impugnada.

Es importante señalar que en este caso el recurrente podrá alegar


la deficiente interpretación de una o más normas, o la inaplicación o la
indebida aplicación de una norma o más normas de Derecho material
o adjetivo.
En este escenario, el tratándose de la deficiente interpretación de
una norma de Derecho material o procesal, el recurrente deberá, en
primer lugar, denunciar cuál es la norma que es sujeta de interpretación;
seguidamente, señalar por qué la interpretación dada a dicha norma es
deficiente; luego, indicar por qué la interpretación sugerida es la co-
rrecta; ¡ finalmente, cómo la interpretación realizada por sala laboral
distorsiona la decisión judicial impugnada.

En el caso de la inaplicación de una norma de Derecho material o


procesal, es imprescindible que el recurrente denuncie la norma que a
su juicio debe ser aplicada; luego, deberá explicar por qué dicha norma
debe ser aplicada ¡ finalmente, deberá exPresar cuál es la incidencia de
la inclusión de esta norma.

487
Ox¡.r Vícron Áv¡.ros Jnna

Por último, si el caso se refiere a la indebida aplicación de una


norma de Derecho material o adjetivo, el recurrente se encuentra obli-
gado, primero, a indicar cuál es la norma material que ha sido aplicada
indebidamente; segundo, por qué ha sido aplicada indebidamente; tercero,
cuál es la norma de Derecho material que corresponde aplicarse al caso
concreto; cuarto, por qué es que esta norma es la que debe ser aplica-
da; ¡ finalmente, cómo la indebida aplicación de la norma en cuestión
incide de manera determinante en la decisión judicial contenida en la
resolución impugnada

Siendo así, queda claro que le corresponde al recurrente demos-


trar la incidencia directa de la infracción normativa sobre la decisión
impugnada, pues de lo contrario el recurso de casación devendría en
improcedente.

4. Soenr LA INDIcAcIóN ACERcA DE sl EL PEDIDo cASAToRIo


ES ANUTATORIO O REVOCATORIO

El último requisito de procedencia del recurso de casación consiste


en señalar en el referido medio impugnatorio si el pedido casatorio es
anulatorio o revocatorio.
En el primer caso, dicho sea de paso, si resulta fundado el recurso,
se produce el denominado reenvío a la instancia inferior para que emita
un nuevo pronunciamiento o se declara nulo lo actuado hasta la etapa
procesal en que se cometiera el vicio.

En el supuesto de ser el pedido revocatorio, si el recurso es fundado,


la Sala Suprema resuelve directamente dictando una nueva resolución.

Si el pedido casatorio fuese de carácter anulatorio, el recurrente tiene


el deber de especificar si tal pedido apunta a anular todo lo actuado o
si es parcial, hipótesis esta última en la que debe precisar, además, hasta
qué etapa o acto procesal debe extenderse la nulidad.

Si el pedido casatorio es de carácter revocatorio, el recurrente debe


precisar en qué debe consistir Ia actuación de la Sala Suprema que lo
resolverá, lo cual significa que debe sugerir a dicho órgano jurisdiccional

488
Acru.qcroNEs PnocrseL¡s

el modo en que debe pronunciarse, vale decir, cómo es que debe resolver
el caso concreto puesto en su conocimiento.

En el supuesto que el recurso de casación contenga un pedido


anulatorio ¡ además, revocatorio, el legislador ha establecido que el pe-
dido casatorio anulatorio sea considerado como pedido principal -pues,
como se sabe, no puede haber pronunciamiento de fondo sobre la base
de errores in procedendo que dan lugar a la nulidad procesal-, en tanto
que el pedido casatorio revocatorio debe ser reputado como un pedido
subordinado a las resultas del primero.

Arl. 370.- Tná]n¡ls del rscups0 de casación

Recibido el recurso de casación, la Sala Suprema procede a


examinar el cumplimiento de los requisitos pret'istos en los ar-
tículos 35o \'36" 1'resuelve declarando inadmisible, procedente
o improcedente el recurso, según sea el caso.
Declarado procedente el recurso, la Sala Suprema fija fecha
para la vista de la causa.
Las partes pueden solicitar informe oral dentro de los tres (3)
días hábiles siguientes a la notificación de la resolución que fija
fecha para vista de la causa.
Concluida la exposición oral, la Sala Suprema resuelve el recur-
so inmediatamente o luego de sesenta (60) minutos, expresando
el fallo. Excepcionalmente, se resuelve dentro de los cinco (5)
dias hábiles siguientes. En ambos casos, al finalizar la vista de
la causa se señala día y hora para que las partes comparezcan
ante el despacho para la notificación de la resolución, bajo res-
ponsabilidad. La citación debe realizarse dentro de los cinco (5)
días hábiles siguientes de celebrada la vista de la causa.
Si no se hubiese solicitado informe oral o habiéndolo hecho no
se concurre a lavista de la causa, la Sala Suprema, sin necesidad
de citación, notifica la sentencia al quinto día hábil siguiente
en su despacho.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: a rtícu lo s 37 50, 39't o, 392o y 3940.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos fJo y 360.

489
Oxer VÍcron Ávr,ros f,o.nn

Comentario

1. Le cRlrrrcAcróN DEL REcuRSo


El artículo 37" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo establece el trá-
mite que debe seguir el recurso de casación una vez que la Sala Laboral
correspondiente ha remitido el expediente a la Sala de Derecho Constitu-
cional y Social Transitoria de la Corte Suprema de |usticia de la República.

A este efecto, la primera actuación procesal que debe realizar la


Sala Suprema una vez recibido el expediente es verificar que el recurso
cumple con los requisitos de admisibilidad y procedencia. Cabe precisar
que esto se trata de un segundo examen, pues la Sala Superior que remite
el expediente, en su debido momento, también ha calificado el recurso,
lo cual no significa que porque esta última lo declaró procedente la Sala
Suprema hará lo mismo.

Pues bien, luego de revisar el cumplimiento de estos requisitos, la


Sala Suprema deberá emitir su pronunciamiento acerca de la admisibi-
lidad o inadmisibilidad y de la procedencia o improcedencia del recurso
de casación. En este sentido, este órgano judicial deberá corroborar, en
primer lugar, que el recurso ha sido interpuesto contra alguna senten-
cia cuyo monto total reconocido en ella supere las 100 Unidades de
Referencia Procesal o auto expedido por una Sala Superior que, como
órgano de segundo grado, pone fin al proceso.

En segundo lugar, deberá verificar si efectivamente el recurso ha sido


interpuesto ante la Sala Superior que emitió la resolución recurrida en
casación. En este caso debemos efectuar una precisión. De conformidad
con el artículo 387' del Código Procesal Civil el recurso de casación se
interpone ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución impug-
nada o directamente ante la Corte Suprema. Esto quiere decir, que el
recurrente podrá decidir libremente si presenta su recurso ante la Sala
que errritió la resolución cuestionada o ante la misma Corte Suprema.
Sin embargo, en virtud al principio de especialidad, esta regla no le es
aplicable al proceso laboral y, en concreto, al recurso de casación regu-
lado por ella. Y decimos esto porque la Nueva Ley Procesal del Trabajo
es expLcita y clara en señalar que el recurso el casación se interpotte
siempre ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución impugnada.

490
Acru^rcIoNss PnocEsetns

Otro aspecto que deberá revisar la Sala Suprema es lo concerniente


alplazo. El artículo 35" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo establece
que el plazo para interponer el recurso de casación es de 10 días hábiles
contados desde el día siguiente de notificada la resolución que se im-
pugna. como es lógico advertir, si el recurso es presentado dentro del
plazo se logra la habilitación para que la Sala Suprema pase a revisar
la procedencia del recurso.

Finalmente, la sala suprema debe verificar que el recurrente haya


adjuntado a su recurso de casación la tasa judicial respectiva, a no ser
que se esté en el supuesto de exoneración a que se contrae la Undécima
óisposición Complementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.
Transcurrido ello, y comprobado que se han cumplido estos re-
quisitos, la sala suprema deberá declarar la admisión del recurso de
casación y pasará a examinar los requisitos de procedencia.

Así, en primer lugar, la Sala Suprema debe verificar que el recu-


rrente no haya consentido previamente la resoluciórt adversa de primera
instancia, cuando esta fuere confirmada por la rcsolución dc segunda
instancia objeto del recurso de casación.

Posteriormente, debe verificar que el recurrerrte haya descrito en


su recurso con claridad y precisión la infracción normativa de Derecho
nraterial o procesal o el apartamiento de los precedentes vin;ulantes
emitidos por el Tribunal Constitucional o por le Corte Suprema cle
justicia de la República. En este caso, no se exige unr, formalidad
predeterminada estricta, un formato, por lo que el recurrente ¡,uede
plantear su recurso como lo considere pertinente, pero en observancia
del artículo 130'del Código Procesal Civil. Consicieranios que er] caso
haya alguna duda aceÍca de si se cumple o no con este requisito, la
Sala Suprema debe preferir la continuación del proceso en virtud al
principio pro actione.
SeguiJamente,la Sala Suprema debe apreciar si el recurrente ha
demostrado en su recurso la incidencia directa de la infrac¿ión nor-
mativa de Derecho material o procesal sobre la decisión impugnacla
err casaciótr. En este caso, el examen no se aboca :r la parte fortnal, es
decir, a que la Sala Suprenla solo deba verificar si en el recursi, existe

491
Ox¡r VÍcron Áveros Jene

algún extremo en donde se señala que hay una infracción normativa que
incide directamente sobre la decisión judicial, sino que debe comprobar
que efectivamente ello ha ocurrido.

Estamos entonces ante una labor más profunda que en el caso de


los anteriores requisitos, dado que no se trata solo de ver si se adjuntó
al recurso o si se consignó en é1 determinada exigencia, pues la Sala
Suprema debe analizar y emitir un juicio de valor sobre lo indicado
por el recurrente.
Finaimente, la Sala Suprema debe identificar en el recurso el pedi-
do anulatorio o revocatorio. Es indispensable que el recurrente indiqué
cuál es el efecto del recurso de casación. En este caso, si se trata de un
pedido anulatorio, el recurrente debe indicar si este es total o parcial;
de ser esto último, deberá precisar hasta dónde alcanza la nulidad. Si
se trata de un pedido revocatorio, el recurrente deberá indicar en qué
debe consistir la actuación de la Sala Suprema, es decir, cómo debería
ser su pronunciamiento sobre el particular.

2, LR vISrA DE LA CAUSA
Verificados en su integridad los requisitos de admisibilidad y de
procedencia del recurso de casación, el máximo Tribunal declara su
admisibilidad y procedencia, y seguidamente debe señalar día y hora
para la realización de la vista de la causa.

La vista de la causa es aquella parte del proceso en la que todos


los miembros de la Sala Suprema toman conocimiento personal y
simultáneamente de un determinado asunto sometido a su decisión,
por medio de la relación de un reiator y las exposiciones orales de los
abogados defensores.

Debe precisarse que el hecho de que se señale día y hora para la


realización de la vista de la causa no significa que ya de por sí se auto-
rizala participación de los abogados en ella. Teniendo en consideración
que los jueces no pueden suplantar a las partes en el ejercicio de su
voluntad, son ellas mismas las que deben solicitar el uso de la palabra
para tal momento. Si se desea informar oralmente, las partes deberán

492
Actu¡.croN¡s Pnoc¡s¡.I-Es

solicitar ello mediante un escrito, el cual deberá ser presentado dentro


de los tres días hábiles siguientes a la notificación de la resolución que
fija fecha para vista de la causa. Sobre el particular, cabe precisar que
la solicitud se considera aceptada por el solo hecho de su presentación,
sin que se requiera citación complementaria.

3. Le nEsor.ucróN DEL REcuRso DE cASACIóN


Una vez practicados los informes orales en el curso de la audiencia
para la vista de la causa, la Sala Suprema procede a resolver el recurso de
casación, 1o cual puede hacerlo de inmediato o después de transcurridos
60 minutos, expresando el fallo. No obstante, la Sala respectiva de la
Corte Suprema puede reservar su pronunciamiento hasta por un plazo
que no exceda los 5 días hábiles siguientes de concluida la audiencia
para ia vista de la causa.

Es de resaltar que, en uno u otro caso, la Sala Suprema, al término


de la audiencia para la vista de la causa, y bajo responsabilidad, debe
fijar día y hora a efectos de que los sujetos procesales comparezcan ante
su despacho para que les sea notificada la resolución que decide acerca
del recurso de casación. La referida citación deberá acontecer dentro de
los cinco días hábiles siguientes de aquel en que se realizó la audiencia
para la vista de la causa.

En el caso en que ninguna de las partes haya solicitado en for-


ma previa informar oralmente durante la audiencia para la vista de
la causa, la Sala Suprema respectiva no estará obligada a citarlos para
que comparezcan ante su despacho a efectos de que se les notifique la
correspondiente resolución que resuelve el recurso de casación, pues en
tal hipótesis el máximo tribunal simplemente notificará en su despa-
cho la sentencia en casación dentro de los cinco días hábiles siguientes
a la realización de la audiencia para la vista de la causa. Lo señalado
precedentemente resulta de aplicación también en el supuesto de que
los sujetos procesales, pese a haber solicitado en forma previa informar
oralmente en el curso de la audiencia para la vista de la causa, no hu-
biesen asistido a dicha audiencia.

493
Oxar VÍcron Ávaros lana

Anl. 380.- Elecl0 del necun$0 ds casaciÚn

La interposición del recurso de casación no suspende la eje-


cución de las sentencias. Excepcionalmente, solo cuando se
trate de obligaciones de dar suma de dinero, a pedido de parte
y previo depósito a nombre del juzgado de origen o carta
fianza renovable por el importe total reconocido, el juez de la
demanda suspende la ejecución en resolución fundamentada
e inimpugnable.
El importe total reconocido incluye el capital,los intereses del
capital a la fecha de interposición del recurso, los costos y costas,
así como los intereses estimados que, por dichos conceptos, se
devenguen hasta dentro de un ( 1 ) año de interpuesto el recurso.
La liquidación del importe total reconocido es efectuada por
un perito contable.
En caso de que el demandante tuviese trabada a su favor una
medida cautelar, debe notificársele a fin de que, en el plazo de
cinco (5) días hábiles, elija entre conservar la medida cautelar
trabada o sustituirla por el depósito o la carta fianzaofrecidos.
Si el demandante no señala su elección en el plazo concedido,
se entiende que sustituye la medida cautelar por el depósito o la
cartafianza. En cualquiera de estos casos, el juez de la demanda
dispone la suspensiOn de la ejecución.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículo 393o.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculos J-/o y $4o.

Comentario

1. Er erncro DEL REcuRSo DE cASAcIóN

En el proceso laboral, la regla general es que el recurso de casación


no tiene efecto suspensivo. Así es, la presentación del citado medio
impugnatorio ante la respectiva Sala Superior que emitió la resolución
de segundo grado que pone fin al proceso no trae como consecuencia
la suspensión de la ejecución de la sentencia recurrida.

494
Acru¡.croNps PRocssel¡s

No obstante, la aludida regla general se quiebra si el objeto del


proceso se trata de una obligación de dar suma de dinero, hipótesis en la
cual la interposición del recurso de casación acarrea la suspensión de la
sentencia que condena al pago de suma de dinero, siempre y cuando se
den las siguientes condiciones: a) que el recurrente solicite la suspensión
de la ejecución Ce la sentencia; b) que el recurrente deposite a nombre
del juzgado de origen, quien conoce de la causa en primera instancia,
el monto que se ordena pagar en ia sentencia o que presente carta
fianza que asegure el pago del referido monto; y c) que la suspensión
de la ejecución de la sentencia sea dispuesta por el juez de la demanda
mediante resolución judicial debidamente motivada.

Es de destacar que la resolución que se pronuncia respecto de la


suspensión de ia ejecución de la sentencia a causa de la interposición del
recurso de casación, no puede ser recurridir por las partes, en atención
al carácter de inimpugnable que le asiqna el artículo que comentamos.
Es de resaltar también que el monto total reconocido en la sentencia
-cuestión esta importante, entre otras cosas y como se viera, a efectos
del depósito de dicho monto o del otorgamiento de carta fianza por tal
monto para la suspensión de la ejecución de la sentencia en el proceso
laboral, aun en el caso del planteamiento del recurso de casación- in-
cluye los siguientes rubros:

- El capital, que comprende solo la cuantificación económica de


los derechos impagos.

- Los intereses del capital, los que para su cálculo deberán ser
calculados tomando en cuenta como referencia la fecha en que
se presentó el recurso de casación y no antes.

- Las costas procesales. Las costas, dicho sea de paso, están constitui-
das por las tasas judiciales, los honorarios de los órganos de auxilio
judicial y los demás gastos judiciales realizados en el proceso.

- Los costos del proceso. Son costos del proceso el honorario del
abogado de la parte vencedora, más un cinco por ciento destinado
al Colegio de Abogados del Distrito |udicial respectivo para su
Fondo Mutual y para cubrir los honorarios de los Abogados en
los casos de Auxilio ]udicial.

495
Oxer VÍcron Áveros J¡ne

- Los intereses estimados que, por concepto de capital, intereses


del mismo, costas y costos, se devenguen hasta dentro de un
año de presentado el recurso de casación.

Puntualizamos que la liquidación del monto total reconocido en


la sentencia -que, reiteramos, incluye los conceptos señalados en los
literales precedentes- no es practicada por el auxiliar jurisdiccional del
juzgado sino por un perito contable.

En el proceso laboral, si existiera una medida cautelar a favor


del accionante, este debe ser notificado para que, dentro del plazo
legal respectivo -cinco días hábiles contados desde recibida la noti-
ficación-, comunique al juzgado su decisión de seguir manteniendo
la medida cautelar trabada en su beneficio o de sustituir tal medida
precautoria por el depósito o carta fianza ofrecidos por quien inter-
puso el recurso de casación v solicitó Ia suspensión de la ejecución de
la sentencia a causa, precisamente, de la presentación del citado medio
impugnatorio que, recordamos, no tiene efecto suspensivo como regla
general.

En el supuesto de que el actor no se pronuncie en el plazo aludido


acerca de su interés en sustituir o no la medida cautelar existente a su
favor por el depósito o carta fianza ofrecida por quien interpuso el
recurso de casación, tal sustitución opera de forma automática. ya sea
que se haya sustituido la medida cautelar existente a favor del actor o
que ello no se haya producido, el juez que conoce de la demanda en el
proceso laboral ordenará la suspensión de la ejecución de la sentencia
con motivo de la interposición del recurso de casación.

Anl. 390.- C0nsecuencias üel rscurso de casación declapad0 lundaü0

Si el recurso de casación es declarado fundado,la Sala Suprema


casa la resolución recurrida y resuelve el conflicto sin devolver
el proceso a la instancia inferior. El pronunciamiento se limita
al ámbito del derecho conculcado y no abarca, si los hubiere, los
aspectos de cuantía económica, los cuales deben ser liquidados
por el juzgado de origen.

496
Acru¡,croNrs PRocEs¡r-rs

En caso de que la infracción normativa estuviera referida a


algún elemento de la tutela jurisdiccional o el debido proceso,
la Sala Suprema dispone la nulidad de la misma y, en ese caso,
ordena que la sala laboral emita un nuevo fallo, de acuerdo a
los criterios previstos en la resolución casatoria; o declara nulo
todo lo actuado hasta la etapa en que la infracción se cometió.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos 3960 y 3970.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 34o y 37o.

Comentario

L. Er REsurraDo EN LA sENTENCIA cASAToRIA

Al expedir la correspondiente sentencia, ia Sala de Derecho Cons-


titucional 1' Social Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República puede declarar Ia procedencia o improcedencia del recurso,
y si hace lo primero, podrá fallar declarando fundado o infundado el
recurso de casación.

Entrar al ámbito de lo declarado procedente implica necesariamente


analizar el fondo de la controversia desde el punto de vista netamente
jurídico. De esta forma, si el recurso de casación es declarado fundado,
ello supone que luego de haberse examinado el panorama normativo
se concede lo peticionado en el recurso; por el contrario, si el recurso
es declarado infundado estamos ante la negación de lo solicitado me-
diante el recurso de casación porque se considera que lo decidido por
la Sala Superior se ajusta a Derecho o, incluso habiendo un error, este
no cambia en nada el resultado final.

2. Er REcunso DE cASAcróN TRATÁNDosE DE rNFRAccroNES


NORMATIVAS MATERIALES O APARTAMIENTO DE tOS PRECE-
DENTES VINCUTANTES
En el caso concreto del proceso laboral, si la respectiva Sala de
la Corte Suprema de Justicia ampara el recurso de casación, entonces,
casa la resolución impugnada -resolución expedida por la Sala Superior

497
Ox¡r Vícron Áv¡.ros Jenn

que, como órgano de segundo grado, pone fin al proceso- y ella misma
decide el conflicto de intereses ventilado en el proceso directamente sin
que tenga lugar el denominado reenvío, vale decir, sin que para ello
tenga que devolver el proceso a la Sala Superior que emitió la resolución
recurrida en casación para que esta la corrija.
En este caso, la Sala Suprema corrige las deficiencias normativas
existentes y, de ser el caso, le da la interpretación correcta a la norma o
normas cuestionadas, extrae la norma o normas indebidamente aplicadas,
aplica las normas que corresponden al caso concreto, o, según sea el
caso, aplica o inaplica los precedentes vinculantes de la Corte Suprema
o del Tribunal Constitucional.
Los alcances de la decisión de la sala Suprema se circunscriben a
todo Io relacronado al derecho conculcado, por lo que lo resuelto por
el máximo tribunal no se hace extensivo a aspectos de cuantificación
económica, por cuanto esta última tarea le corresponde al juzgado de
origen.

En este sentido, luego de emitir pronunciamiento sobre el recurso de


casación, la Sala Suprema remite el expediente al juzgado de origen para
que este dé cumplimiento de lo determinado en la sentencia casatoria.
En caso hubieren aspectos económicos, la liquidación deberá hacerla el
jtzgado de la primera instancia.

3. Er Rrcunso DE cASACIóN TRATÁNDosE DE INFRACcIoNES


NORMATIVAS REFERIDAS A ALGÚN ETEMENTO DE LA TUTELA
JURTSDICCIONAL EFECTIVA O EL DEBIDO PROCESO
Como quiera que nuestra Constitución establece en su artículo I39"
que un principio y derecho de la función jurisdiccional es la observancia
del debido proceso y la tutela jurisdiccional, es obligación de la Sala
Suprema velar por ei cuidado y resPeto irrestricto de ellos'

Puede afirmarse que el debido proceso "es un derecho humano o


fundamental que tiene toda persona y que le faculta a exigir al Estado un
juzgamiento imparcial y justo, ante un juez competente e independiente,
pues, el Estado no solo está obligado a Prever la prestación jurisdiccio-

498
Acru¡cro¡¡ts PRocss¡tns

nal (cuando se ejercita los derechos de acción y contradicción), sino a


proveerla bajo determinadas garantías mínimas que se aseguran que
tal juzgamiento sea imparcial y justo; por consiguiente, es un derecho
esencial que tiene no solamente un contenido procesal y constitucional,
sino también un contenido humano de acceder libre y permanentemente
a un sistema judicial imparcial"t2ral.

En efecto, el derecho al debido proceso consiste en la observancia


de los principios y garantías que regulan el proceso como instrumento
judicial, en aras de salvaguardar principalmente el derecho de defensa
de los justiciables. El derecho al debido proceso hace posible que toda
persona pueda recurrir a la jurisdicción para tutelar sus derechos e in-
tereses mediante un procedimiento legal en el que pueda hacer uso de
su derecho a ser oído y de defensa, en el que se respeten las reglas de la
competencia prefijadas normativamente, en el que pueda hacer uso del
derecho a probar sus alegaciones, así como del derecho a la instancia
plural y a la obtención de ia correspondiente sentencia debidamente
motivada y que ponga fin a la controversia.

Por su parte, la tutela jurisdiccional "es un derecho constitucional


de naturaleza procesal en virtud del cual toda persona o sujeto justiciable
puede acceder a los órganos jurisdiccionales, independientemente del
tipo de pretensión formulada y de la eventual legitimidad que pueda, o
no, acompañarle a su petitorio. En un sentido extensivo, la tutela judi-
cial efectiva permite también que Io que ha sido decidido judicialmente
mediante una sentencia, resulte eficazmente cumplido. En otras paiabras,
con la tutela judicial efectiva no solo se persigue asegurar la participa-
ción o acceso del justiciable a los diversos mecanismos (procesos) que
habilita el ordenamiento dentro de los supuestos establecidos para cada
tipo de pretensión, sino que se busca garantízar que, tras el resultado
obtenido, pueda verse este último materializado con una mínima y
sensata dosis de eficacia"l2asl.

12441
DEBrnruRots,LuisMarcelo,citadoporTrcorePos¡tco,AnólisisyComentarioalCódigoProcesal
Civil cit., T. l, p. 8.
t2a5l Vide la Sentencia delTribunal Constitucional recaída en el Expediente No
763-2005-PA/TC.

499
Ox¡,r Vícron Áv¡.ros Jnn¡.

Entonces, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva constituye aquel


derecho que tiene todo sujeto de obtener la prestación de un servicio
público a cargo del Estado, cual es la actividad jurisdiccional dirigida
a dar solución a un conflicto de intereses o incertidumbre jurídica. El
referido derecho comprende el acceso a la justicia, o sea, el derecho de
peticionar la actividad jurisdiccional del Estado sin que ello se le impida
irrazonablemente, como ocurriría, por ejemplo, cuando, Pese a cumplirse
con los presupuestos procesales y las condiciones de la acción, se niega
el acceso a la jurisdicción.

Es importante recalcar que el derecho a la tutela jurisdiccional


abarca también el derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales.
Efectivamente, el Tribunal Constitucional1246l ha sido enfático al precisar
que la tutela jurisdiccional que no es efectiva no es tutela, reiterando la
íntima vinculación entre tutela v ejecución al establecer que, el derecho al
cumplimiento efectivo,\', en sus propios términos, de aquello que ha sido
decidido en el proceso, forma parte inescindible del derecho a la tutela
jurisdiccional a que se refiere ei artículo 139" de nuestra Constitución.

En este contexto, si la Sala Suprema advierte la transgresión de


alguna norma que conlleve a la vulneración de los derechos al debido
proceso y la tutela jurisdiccional efectiva, deberá declarar la nulidad
de la resolución materia de casación -resolución expedida por la Sala
Superior qlue, como órgano de segundo grado, pone fin al proceso- y
ordenará a la Sala Superior que la dictó que proceda a expedir una nue-
va resolución -hipótesis en que se configura el denominado reenvío-'
debiendo sujetarse el último órgano jurisdiccional colegiado al criterio
o a las indicaciones expuestas en la sentencia en casación, precisamente
para que se resuelva la causa.

Lo señalado precedentemente opera si el vicio que vulnera el derecho


a la tutela jurisdiccional efectiva o el derecho al debido Proceso ocurrió
en segunda instancia, porque si tal vicio aconteció antes de la segunda
instancia, entonces, la resolución de segundo grado materia de casación
deviene en insubsistente y la Sala Suprema declara no simplemente la

t2461 ri,,f
de la Sentencia delTribunal Constitucional recaída en el Expediente N" 41 19-2005-AA,/TC.

500
Actuecro¡,rEs PnocE,s.qrns

nulidad de esta, sino la nulidad de todo lo actuado hasta la fase o acto


procesal en que se produjo el vicio relacionado, reiteramos, con el derecho
a la tutela jurisdiccional efectiva o con el derecho al debido proceso.

4. SosnE LA porEsrAD NULIFICANTE DEL luzcADoR


Ahora bien, sobre la base de un estudio que hemos realizado sobre
la evolución de los precedentes de observancia obligatoria en materia
laboral de la Corte Supremat2aTl, podemos afirmar que no necesariamente
cuando el recurrente denuncia expresamente la vulneración al debido
proceso y a la tutela jurisdiccional la Sala Suprema puede declarar la
nulidad del proceso, también lo podrá hacer cuando, a Pesar de que no
ha sido denunciada, advierte de forma evidente Ia existencia de uno o
más actos procesales viciados que alteran sustancialmente los fines del
proceso y, en consecuencia, la decisión que en él va a recaer; en otros
términos, cuando aprecia que el vicio incide de manera determinante
en el resultado final, de forma ta1 que si dicho vicio no se hubiese pre-
sentado el resultado sería otro.

El artículo 176" del Código Procesal Civil establece que los jueces
solo declararán de oficio las nulidades insubsanables, mediante resolu-
ción motivada, reponiendo el proceso al estado que corresponda. Este
mandato es de obligatorio cumplimiento a la luz del numeral 3 del
artículo 139" de nuestra Constitución que exige que en el ejercicio de la
función jurisdiccional todos los administradores de justicia deben velar
por garantizar y pfoteger los derechos al debido Proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva.

Siendo así, si un proceso está afectado por uno o más vicios que
lo invalidan, "cualquier órgano jurisdiccional por el solo hecho de serlo
tiene lo que en doctrina se llama potestad nulificante del juzgador y

(2a71
AvrrosJnn¡,oxalVíctor, PrecedentesdeobservanciaobligatoriaenmaterialaboraldelaCorte
Suprema, Grijley, Lima, 2008; también Av¡Los Jnnn, OxalVíctor, Precedentes de observancia
obligatoria y vinculantes en mater¡a laboral. Comentorios, anólisis y critica a la jurisprudencia
de Ia Corte Suprema de Justicia de la República y delTribunal Constitucional, Jurista Editores,
Lima, 2010.

501
Oxnr Vícron Ávelos J¡u

que ha sido acogido en el último párrafo del artículo 176" del Código
Procesal Civil, entendida como aquella facultad de declarar una nulidad
aún cuando no haya sido solicitada, si considera que el acto viciado (in-
cluido el proceso todo) puede alterar sustancialmente los fines abstracto
y concreto del proceso y la decisión que en él va a recaer"[248].
Por lo tanto, tratándose de la infracción normativa que se refiera
a algún elemento de la tutela jurisdiccional o al debido proceso, la sala
Suprema podrá disponer la nulidad de lo actuado hasta antes de la
ocurrencia del vicio, inclusive de oficio, no ciñéndose necesariamente
al pedido del recurrente, puesto que es obligación de ella gatantizar la
eficacia de los derechos al debido Proceso y la tutela jurisdiccional efectiva.

Pr0csdenle uinculanls de la corle sulnema dB Justicia


üe la Re[Úb¡ica

La Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de |usticia


de la República que conozca del recurso de casación puede con-
vocar al pleno de los jueces supremos que conformen otras salas
en materia constitucional y social, si las hubiere, a efectos de
emitir sentencia que constituya o varíe un precedente judicial.
La decisión que se tome en mayoría absoluta de los asistentes
al pleno casatorio constituye precedente judicial y vincula a los
órganos jurisdiccionales de la República, hasta que sea modi-
ficada por otro precedente.
Los abogados pueden informar oralmente en lavista de la causa'
ante ei pleno casatorio.

I Concordancias:

- Texto Único Ordenado de la Ley Orgán ica del Poder udicial: artículo 22o'
J

- Código Procesal Civil: artículo 400".


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 34o,36o.2y 41o.

[2a81 Casación N" 532-2005-La Libertad, publicada en el diario oficial E/ Peruano el 31 de julio
de 2006.

502
Acru¡,cloNrs PRoceserEs

Comentario

L. Les oEcrsroNEs luDrcrALES euE DAN oRrcEN A Los pREcE-


DENTES VINCULANTES

Mediante una sentencia se da por terminado el proceso judicial de


forma normal, pues en virtud de ella se resuelven necesariamente las
pretensiones formuladas por las partes, determinando finalmente a quién
corresponden los derechos invocados y quién o quiénes se encuentran
obligados a cumplir determinadas prestaciones.

Pero para que pueda existir tal obligatoriedad es indispensable


que las sentencias se encuentren debidamente motivadas, esto es, que
exista una fundamentación clara y precisa de sus alcances. Se trata, por
lo tanto, de un deber jurídico de todos los administradores de justicia.
Sobre el particular, es importante recalcar que el numeral 5 del
artículo 139" de la Constitución Política del Estado establece que toda
resolución que emita una instancia jurisdiccional debe estar debidamente
motivada. Siendo así, es necesario que en las sentencias se expresen to-
dos los argumentos que han llevado al juzgador a adoptar determinada
posición jurídica.

En efecto, como afirma Devis Echandía, "la sentencia es una decisión


y el resultado de un razonamiento o juicio del juez, en el cual existen las
premisas y Ia conclusión. Pero al mismo tiempo contiene un mandato,
pues tiene f'terza impositiva, ya que vincula y obliga. Es, por lo tanto,
el instrumento para convertir la regla general contenida en la lev, en
mandato concreto para el caso determinado. Pero no es en sí misma
un mandato, ya que se limita a aplicar el que contiene la ley"l2ael (las
cursivas son nuestras).

Como se aprecia, el maestro colombiano destaca la operación lógica-


jurídica que se debe realizar para obtener una conciusión; y es justamente
ello es lo que la doctrina y la jurisprudencia denominan ratio decidendi.

(2491
Dru,, Ecu¡nrofr, Teoría general del proceso, cit.,T.ll, pp. 5 l 5 y 5 1 6.

503
Oxel VÍcron Ávalos Jen¡

La ratio decidendi es una expresión latina que significa "razón de


la decisión", y hace alusión a aquellos argumentos expuestos por el juez
en la parte considerativa de una sentencia o resolución judicial.

La ratio decidendi es indudablemente la principal expresión del


derecho de toda persona a obtener una decisión motivada de los órganos
jurisdiccionales, pues a través de ella se podrá conocer qué es lo que
llevó al juez a adoptar determinada posición jurídica con respecto a la
controversia. Es también es una expresión del derecho de defensa, pues
solo conociendo de forma certera los alcances de una sentencia podrá
ejercerse una defensa adecuada y plena.

Como quiera que la ratio decidendi comprende el análisis lógico-


jurídico del juzgador, esta debe revestir ciertas características; así, por
un lado, debe ser coherente con lo peticionado y probado ¡ por otro
lado, debe ser clara v precisa al momento de su exposición.

Y ello no tiene otra justificación que ia protección del derecho al


debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva de las partes, ya que
la coherencia va a impedir la incongruencia procesal;además,la claridad
y la precisión van a permitir no sumir al perjudicado en un estado de
indefensión (derecho de defensa).

Al respecto, la Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria


de la Corte Suprema de |usticia de la República ha señalado que la ratio
decidendi "implica que cualquier decisión cuente con un razonamiento
que no sea aparente o defectuoso, sino que exponga de manera clara,
lógica y jurídica los fundamentos de hecho y de derecho que la justifi-
can, de manera tal que los destinatarios, a partir de conocer las razones
por las cuales se decidió en un sentido o en otro, estén en la aptitud
de realizar los actos necesarios para la defensa de su derecho. Así, lo
garantizado por este derecho es que la decisión expresada en el fallo o
resolución sea consecuencia de una deducción razonada de los hechos
del caso, las pruebas aportadas y su valoración jurídicaDi2sol.

l2s0l En la Casación N' 1059-2006-Lima, publicada en el diario oficial El Peruano


el 1 de octubre
de 2007. El mismo criterio ha sido recogido también en la Casación No 1774-2005-Lima,
publicada en el diario oñcial El Peruano el 31 de octubre de 2006.

504
Acru¡,ctoNrs PnoctslLr,s

De esta manera, la ratio decidendi juega un rol fundamental en toda


sentencia. Y esta importancia adquiere mayores ribetes cuando esta es
dada a conocer públicamente, pues ya no estamos hablando de una mera
sentencia, sino de un criterio que constituye un "precedente indicativo
a seguirse en futuros casos semejantes al ya resuelte"{zsrJ.

Cuando este criterio está contenido y se repite en diversas resolucio-


nes de la máxima autoridad judicial, es decir, es utilizado para resolver
casos similares, ya estaremos hablando de jurisprudencia. Efectivamente,
"para que esta se constituya, la doctrina considera que debe tratarse de
pronunciamientos del órganos máximo y ser reiterados (dos o más) y
uniformes (la misma solución al mismo problema)"t2s21.

Sin embargo, una sentencia -y, en específico, el criterio contenido en


ella- puede adquirir aún mayor relevancia cuando en ella se interpreten
de forma particular las normas aplicables del caso concreto. En efecto,
en este caso no es necesaria la reiterancia, pues un criterio expuesto en
el primer caso será de obligatoria observancia cuando así lo estime la
Sala Suprema que lo resuelve por considerar que es necesario establecer
cierta cefteza y uniformidad jurisprudencial, y se cumpla la formalidad
establecida para ello.

Indudablemente nos estamos refiriendo a los precedentes vinculan-


tes. Se puede decir que ellos son aquellas reglas jurídicas aplicadas a un
caso en particular y fijadas como parámetro normativo para similares
causas. Una de las principales virtudes del precedente vinculante es su
efecto normativo, el cual supone que es de obligatorio cumplimiento
para todos los administradores de justicia. Esto es tan cierto que la
propia Ley Orgánica del Poder judicial refiere que los magistrados de
todas las instancias judiciales, cualquiera que sea su especialidad, deben
seguir los criterios fijados como precedente de obligatorio cumplimiento.

Con acierto se dice que el término "vincular" significa "atar o


fundar una cosa a otra: 'sujetar'. En general podemos considerar que los
jueces al resolver un conflicto parecido están vinculados a la decisión

t2sl l NrvrsMurrcn, Javier, lntroducciónal Derechodel trabajo,


PUCBLima,2009,p. 101.
I2s21
Loc. cit.

s05
Ox,q¡- Vícron Ávelos Jnna

que ya tomo el Tribunal. ¿Pero cuál es el sentido de ese vinculo, de ese


atarse a la decisión precedente? En respeto de la independencia de los
jueces y en especifico de la igualdad de los sujetos procésales, el juez de
primera o segunda instancia que administra justicia constitucional debe
tomar en consideración la decisión de carácter vinculante del Tribunal y
aplicarla o, en su defecto -si deja de hacerlo-, sustentar y explicar en su
sentencia las razones por las que se aparta de la decisión del Tribunal.
No existe otro modo de entender la noción de precedente vinculante
bajo un Estado de Derecho"[2s3].

Como producto normativo, el precedente vinculante no solo concier-


ne a las partes del proceso que lo origina, sino que se expande incluso a
terceros ajenos a é1, pero que finalmente se vinculan por tener el mismo
conflicto que dio origen al precedente vinculante. Por consiguiente,
es correcto afirmar que "surten efectos no solo para las partes de los
procesos en que se expidieron esa resoluciones, sino también para ter-
ceros ajenos que en el futuro participen en procesos en los que deban
emplearse los mismos criterios"l254l.

2, Acnnca DE LA MUTABILIDAD DEL PRECEDENTE. EL OVERRULING

La existencia de un precedente vinculante no supone que siempre


y necesariamente deba ser observado. Aunque sin variar el precedente,
el mismo órgano jurisdiccional que lo expidió u otros órganos juris-
diccionales, incluso de menor jerarquía, podrán apartarse del criterio
vinculante, pues en virtud del ejercicio de su autonomía e independencia
no necesariamente deberán seguir el criterio, empero ello supone que
fundamenten acuciosamente su decisión y ofrezcan una decisión más
eficaz en lo que respecta a la protección de los derechos en cuestión.
Lo dicho encuentra sustento en la parte final del segundo párrafo del
artículo 22" del texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder

Csrpoco, Carlos, "Análisis del concepto de'precedente vinculante'en la jurisprudencia del


Tribunal Constitucional'i en www.monografias.com/trabajos34/precedente-vinculante/
precedente-vinculante.shtml.
Nev¡s Murcn, lntroducción al Derecho del trabajo, cit., p. 101 .

506
ActuecIoNEs PnocEs¡.Les

)udicial, que literalmente señala que en caso que por excepción los jueces
decidan apartarse de dicho criterio, están obligados a motivar adecua-
damente su resolución dejando constancia del precedente obligatorio
que desestiman y de los fundamentos que invocan.

Pero es posible también que el precedente sea modificado, por lo


tanto, debe quedar claro que es mutable. Si bien es cierto que con el
precedente vinculante se busca consagrar a la predictibilidad, 1o que
quiere decir que tanto los administradores de justicia como quienes
se encuentran sujetos a las decisiones de ellos podrán saber cuál es la
solución a determinadas causas, no es rnenos cierto que el hecho de que
un criterio se instaure como precedente vinculante no supone que este
criterio quedará siempre incólume, pues podrá ser variado, pero solo en
la medida que el mismo órgano jurisdiccional o otro de similar rango
justifiquen de forma objetiva el por qué de dicho cambio. Evidentemente,
modificar un precedente vinculante implica seguir el mismo procedi-
miento para darle tal calidad, por lo que necesariamente también deberá
convocarse a pleno, debiendo existir mayoría para la modificación.

Modificar el precedente vinculante es lo que la doctrina, trayendo


a colación un término anglosajón, denomina overruling. El overruling no
es otra cosa que la desvinculación del criterio imperante y vinculante,
pero con la condición de proponer otro criterio que se ajuste de forma
más precisa a la coyuntura jurídica existente en ese momento.

Correctamente se ha dicho que "se entiende por overruling la po-


sibilidad de cambiar de precedente vinculante, no porque el caso no
sea sustancialmente igual, sino porque habiendo sido adecuado en una
situación concreta, luego de un determinado tiempo, el Tribunal estima
que el precedente debe ser cambiado. La orientación jurisprudencial
(overruling) contenida en un precedente vinculante del Tribunal solo
puede ser cambiada por el mismo Tribunal"t2ssl.

[255] R,ur*o Roontcurz, Heiner Antonio, "Precedentes v¡nculantes en materia de despidos'i en


www.justiciayderecho.orglrevista3/articu los/1 0PRECEDENTESo/o20VINCULANTESo/o20
ENo/o20MATERlAo/o2jDEo/o2]DESPlDOSo/o20Heinero/o20Rivera.pdf .

507
Ox¡.r VÍcron Áv¡,ros J¡,n¡

Si bien existen hasta tres conceptos muy arraigados a los precedentes


vinculantes, como son el stare decisis, el distinguish y el overruling, solo
este último ha sido reconocido manifiestamente por el Tribunal Consti-
tucional como parte de nuestro sistema de precedentes vinculantes. Por
ello es que nos referiremos solo a é1.

Si tenemos en consideración que el Derecho del trabajo se encuentra


caracterizado por los constantes cambios, pero también por su perma-
nente adecuación coherente a la realidad, pues como credo siempre debe
encontrarse acorde con lo que ocurre en la realidad, tal como pregona
una de las máximas expresiones de su carácter tuitivo: el principio de
primacía de la realidad, es claro que estamos hablando de una rama del
Derecho mutable y elástica, y como tal las apreciaciones que se hagan
de sus instituciones deben ir de la mano con esa evolución.

Por eso, si nos referimos a los precedentes vinculantes, resulta


obvio que estos pueden variar, \'para ello será fundamental utilizar el
concepto del overruling.

Importante doctrina considera que el overruling puede presentar-


se de dos maneras: como present overruling y prospective overruling.
La primera supone la aplicación y eficacia inmediata del criterio que
constituye precedente vinculante y que modifica o sustituye al anterior.
Esto quiere decir que las nuevas reglas serán aplicadas para los procesos
en trámite y para aquellos que recién se incorporarán al ámbito de la
justicia. Por su parte, la segunda implica que el criterio que constituye
precedente vinculante regirá solo para aquellos procesos que ingresen
al ámbito de la justicia desde el día siguiente de la publicación de la
sentencia que contiene el precedente vinculante.

Se trata, entonces, dedeterminar desde cuándo es aplicable el cri-


terio vinculante. Sobre el particular, se puede afirmar que es el Tribunal
Constitucional quien ha desarrollado de manera virtuosa el tratamiento
de los precedentes vinculantes, por ello nos referiremos solo a é1.

Si uno se toma un tiempo para revisar cómo ha evolucionado la


jurisprudencia del Tribunal Constitucional, se puede dar cuenta que
venía utilizando la técnica del prospective overruling, sin embargo, en
los últimos años ha variado su criterio, utilizando ahora, de ser el caso,

508
AcruecroxEs PnocEseLEs

la técnica delpresent overruling, ello debido a que se considera que uti-


lizar la primera técnica genera un trato diferenciado entre el caso que
da origen al criterio y los futuros.

Sin embargo, es preciso decir que no hay consenso entre todos los
magistrados, ya que unos consideran que el trato diferenciado al no
ser discriminatorio es totalmente legítimo, y en muchos casos beneficia
con mayor eficacia y alcance a quienes ven mermados sus derechosl2s6l.

Puede afirmarse que a la fecha no existe un criterio único sobre


la aplicación de esta técnica, pero lo rescatable es que la utilización de
ella constituye un verdadero avance que garantiza la seguridad jurídica
de los justiciables, y que definitivamente propugna por erradicar todo
tipo de corrupción, inestabilidad jurídica o incluso probables errores de
los administradores de justicia.

3. EL pnEcsnENTE vINcuLl\NTE EN EL NUEVo PRocESo IABoRAL

El artículo bajo análisis establece que es la Sala de Derecho Consti-


tucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República la que
debe resolver el recurso de casación que se haya planteado en el proceso
laboral. Siendo así, le corresponde a ella la potestad de convocar a un
pleno casatorio a todos los vocales que integren otras Salas Supremas
en materia constitucional y social a efectos de fijar un nuevo criterio
jurisprudencial vinculante.

El referido pleno casatorio tendrá por objeto la expedición de una


sentencia que adopta así la calidad de precedente vinculante, r'ale decir,
de pronunciamiento jurisdiccional obligatorio para todos los órganos
jurisdiccionales de la República v para cualquier autoridad estatal. El
precedente vinculante que emane del pleno casatorio puede ser uno
nuevo o, también, puede tratarse de uno que modifica o complementa
el criterio asumido en un anterior precedente judicial.

t2561 A est" respecto, resulta fundamental revisar la Sentencia del Tribunal Constitucional recaí-
da en el Expediente N" 06387-2007-PA/TC.

509
Oxal VÍcron Avalos Je,na

Para que la sentencia que se expida en el pleno casatorio tenga


la condición de precedente vinculante es menester que cuente con el
respaldo de la mayoría absoluta de quienes asisten al citado pleno ca-
satorio. Así es, el precedente vinculante se fórma no por unanimidad
sino mediante el voto de la mayoría de los vocales integrantes de las
Salas Constitucionales y Sociales del país que hubiesen concurrido al
pleno casatorio.

El precedente vinculante resulta, como se indicara, de estricta


observancia por parte de todos los órganos judiciales del Perú, quienes
no pueden desconocerlo ni ignorar sus alcances o disposiciones, salvo
excepciones. El carácter obligatorio del precedente en mención man-
tendrá su vigencia en tanto no sea modificado o sustituido por otro
precedente vinculante originado con las referidas formalidades: acuerdo
de la mayoría absoluta de los vocales que conforman las Salas Supremas
Constitucionales y Sociales que hayan asistido al pieno casatorio que se
convoque para tal efecto.

Cabe precisar que los precedentes vinculantes en materia laboral solo


pueden provenir de los plenos casatorios, no de otras fuentes. El resto de
pronunciamientos o fijaciones de criterios solo serán referenciales, pero
no de obligatorio seguimiento. Por ejemplo, los plenos jurisdiccionales
a que hace referencia el artículo llgorzsz) de la Ley Orgánica del Poder
|udicial no son vinculantes para las Salas de la Corte Suprema de |usticia
de la República, pues -en virtud del principio de legalidad- no existe
norma expresa que establezca qtJe dicho órgano supremo debe observar
obligatoriamente los criterios fijados en ellos.

Es de destacar que en el pleno casatorio los abogados patrocinantes


de las partes del proceso en que se planteó el recurso de casación se
encuentran facultados para practicar el respectivo informe oral en la
audiencia para la vista de Ia causa.

t2s7l Artículo 1 16".- Plenos jurisdiccionales


Los integrantes de las Salas Especializadas, pueden reunirse en plenos jurisdiccionales na-
cionales, regionales o distritales a fin de concordar jurisprudencia de su especialidad, a
instancia de los órganos de apoyo del Poder Judicial.

510
Actu¡.cloNEs Pnocsser¡s

En efecto, si bien la convocatoria del pleno tiene por finalidad


establecer un criterio vinculante, no debe perderse la perspectiva de
que lo principal sigue siendo resolver la controversia suscitada entre
las partes que integran la relación jurídico-procesal, es por ello que
los abogados, en defensa de los intereses de sus patrocinados, tienen el
derecho a participar.

En este sentido, la participación de los letrados resultará fundamen-


tal, pues en aplicación del principio de oralidad y sobre la base de sus
alegatos es que se encausará la solución del conflicto y se determinará
la fijación el criterio imperante.

4. CotusEcuENCIA DEL pREcEDENTE vINcULANTE


Establecido un criterio con carácter vinculante, este desplegará sus
efectos normativos desde ei día siguiente en que es publicado en el diario
oficial El Peruano, de forma similar a lo que ocurre con toda norma,
salvo que se reserve su vigencia para un momento posterior.

Siendo así, la principal virtud del precedente es la seguridad jurídica


traducida principalmente en la predictibilidad. Como es de advertir,
esta puede ser entendida como aquella virtud de la actuación jurisdic-
cional que permite que las partes tengan cerleza respecto de cómo va
a resolver el órgano jurisdiccional que conoce su causa. En razón de
Ia máxima "a igual razón igual derecho", la predictibilidad jurídica su-
pone que cuando un supuesto de hecho ha sido solucionado aplicando
determinadas normas jurídicas y esta operación ha sido calificada como
precedente vinculante, las siguientes controversias que traten sobre los
mismos supuestos de hecho no podrán tener otra solución más que la
que consta como precedente vinculante.

Sin embargo, es de resaltar que la predictibilidad no debe ser en-


tendida como una regla absoluta v perenne, pues como ya hemos dicho,
es posible que el precedente pueda ser variado o dejado de lado.

Al margen de ello, la predictibilidad se constituye como una he-


rramienta que genera confiabilidad en Ia administración de justicia,
la cual puede ser apreciada desde dos perspectivas; en una primera, la

511
Ox¡l Vicron Áveros Jnne

visión de los propios litigantes involucrados en el proceso con relación


a quien decidirá su conflicto y, en una segunda, la visión de todos
aquellos que se encuentran fuera de ese ámbito con todo el aparato
de administración judicial. En una y otra, la predictibilidad fortalece
la confianza, lo que además de erradicar los actos de corrupción y
probables deficiencias de los jueces, podrá reducir en importante me-
dida el cúmulo de demandas que asume el Poder Judicial, dado que
si las partes saben con cerfeza a qué se someten, les será más fácil
entender que recurrir a los mecanismos de solución extrajudicial de
conflictos les resultará menos costoso y podrán decidir su problema
en un tiempo más breve.

Art. 410.- Pu0l¡cas¡én üe senlencia$

El texto íntegro de todas las sentencias casatorias 1'las reso-


luciones que declaran improcedente el recurso de casación se
publican obligatoriamente en el diario oficial El Peruano, attn-
que no establezcan precedente. La publicación se hace dentro
de los sesenta (60) días de expedidas, bajo responsabilidad.

I Concordancias:

- Ley Orgánica del Poder Judicial: artículos lQoy 22o.


- Código Procesal Civil: artículo 40o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 400o'

Comentario

1. ET pnITCIPIO DE PUBLICIDAD DE LAS LEYES Y LA PUBLICI.


DAD DE LAS SENTENCIAS
Como manifestación de la seguridad jurídica, el principio de
publicidad de las leyes tiene por objeto que los ciudadanos conoz-
can las disposiciones normativas que están obligados a cumplir. La
publicidad de las normas jurídicas constituye uno de los pilares del
Estado de Derecho, porque busca que todas las personas puedan
ejercer y defender sus derechos con pleno conocimiento de ellas. El

5t2
Actu¡,cIoN¡s Pnocns¡.LEs

principio de publicidad impone una presunción, y es que asume que


desde el día siguiente en que las normas jurídicas son publicadas son
conocidas por todos; ergo, nadie puede alegar el desconocimiento
de ellas.

De un modo parecido y con similares efectos al de la publicidad


de las leyes, la publicidad de las sentencias tiene por objeto, por un
lado, poner en conocimiento de todos los ciudadanos las decisiones
jurisdiccionales con relación a determinados conflictos jurídicos y, por
otro lado, los pronunciamientos y criterios vinculantes contenidos en
las llamadas sentencias normativas.

A priori uno tiene la percepción de que la publicidad de las sen-


tencias únicamente busca dar a conocer ios diversos pronunciamientos
judiciales dados en casación; empero, debe recalcarse que un aspecto
substancial de esto es el controi de las sentencias casatorias por parte
de terceros ajenos al proceso. En efecto, la publicidad de las sentencias
en casación permite que ios ciudadanos puedan controlar todo tipo de
irregularidades que puedan presentarse durante un proceso. Si tenemos
en consideración que las sentencias expedidas por los juzgados y las salas
laborales muchas veces no son puestas en conocimiento de Ia opinión
pública, y en contados casos son dadas a conocer por la importancia o
por la particularidad del tratamiento otorgado a la controversia jurídica,
resulta fundamental que los pronunciamientos de la Corte Suprema de
|usticia de Ia República, asi no sean vinculantes, sean publicados, pues
de esa forma al menos se podrá tomar conocimiento de cómo se definió
finalmente el conflicto jurídico.

A pesar de ello, y sabiendo que no todas las causas pueden arribar


al ámbito de la Suprema Corte, sino que culminan en las salas laborales
o incluso antes, sería i¡rteresante e importante que las resoluciones expe-
didas en revisión también puedan ser publicadas y difundidas, pues con
ello se permitiría un ma)'or y mejor acceso para controlar la actividad
jurisdiccional. Además, con ello se nutriría más a la comunidad jurí-
dica, pues existen fallos notables expedidos por las salas laborales que
finalmente son revocados o que no pueden ser de conocimiento público
porque el recurso de casación es declarado improcedente.

s13
Ox¡r VÍcron Avnros lane

2. Le puB[rcrDAD DE rAS sENTENcTAs coMo ELEMENTo


COADYUVADOR DE LA SEGURIDAD JURíDICA

Al inspirar principios jurisprudenciales o fijar criterios vincu-


lantes, la publicación de las sentencias en casación expedidas por la
corte suprema de |usticia de la República es de trascendental impor-
tancia, pues solo conociendo cuáles son ellos es que se podrá lograr
la uniformidad jurisprudencial ¡ de ser el caso, erradicar las malas
interpretaciones normativas y jurisprudenciales, pues se garantizaria
una equidad procesal.

La publicidad de las sentencias busca difundir los criterios juris-


diccionales a efectos de lograr predictibilidad, es decir, que previamente
a la iniciación del proceso, las partes en conflicto deduzcan cómo es
que va a ser resuelta su controversia. En este sentido, debe quedar
claro que una de las virtudes de la publicidad de las sentencias es la
seguridad jurídica.

3. Les nEsoLUcroNES euE DEBEN sER puBLrcADAs


Las siguientes resoluciones relativas al recurso de casación en el
proceso laboral son publicadas en su integridad -y no de modo resu-
mido- en el diario oficial EI Peruano y dentro del plazo de 60 días de
haberse emitido:

- las resoluciones emitidas por la Sala Constitucional y Social que


conoce de los recursos de casación y que los declaran impro-
cedentes;

- las sentencias en casación expedidas por la sala constitucional


y Social que resuelven los recursos de casación y los declaran
fundados o infundados; y

- los precedentes judiciales emanados de plenos casatorios adop-


tados por la mayoría absoluta de los vocales asistentes a tales
plenos y que conforman las Salas Supremas Constitucionales y
Sociales de la República.

5t4
AcruecroNts Pnocrselss

La publicación en el diario oficial EI Peruano de los pronunciamien-


tos del máximo tribunal aludidos en los literales enunciados anterior-
mente no es facultativa sino que tiene carácter obligatorio, incurriendo
en responsabilidad el órgano jurisdiccional que adoptó la decisión en
cuestión si no cumple con su deber de publicar tales pronunciamientos
dentro del plazo de ley.

Es de resaltar que en el caso de los precedentes vinculantes


contenidos en las llamadas sentencias normativas, la vinculatoriedad
empieza a regir desde el día siguiente de la publicación de las aludidas
sentencias.

515
rÍrulo rr
PROCESOS IABORAIES
CAPITUTO I
PROCBSO ORDINARIO IABORAL

Arl. f20.- Tnaslad0 t, c¡lac¡én a aud¡encia de conciliacién

Verificados los requisitos de la demanda, el juez emite resolu-


ción disponiendo:
a. la admisión de la demanda;
b. la citación a las partes a audiencia de conciliación, la cual debe
ser fijada en día y hora entre los veinte (20) y treinta (30) días
hábiles siguientes a la fecha de calificación de la demanda; y
c. el emplazamiento al demandado para que concurra a la audien-
cia de conciliación con el escrito de contestación y sus anexos.

I Concordancias:
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 17o y 43o.

Comentario

L. Er pRocEso oRDrNARro TABoRAL


La Nueva Ley Procesal del Trabajo se sostiene sobre la base de seis
procesos, que son:

a. El proceso ordinario laboral.

519
Oxel VÍcron Á'u'eros lan¡

b. El proceso abreviado laboral.


c. El proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos.
d. El proceso de ejecución.
e. El proceso no contencioso.
f. El proceso contencioso administrativo.
La Nueva Ley Procesal del Trabajo hace alusión a cada uno de
ellos, e inciusive da a entender que el proceso cautelar formaría parte
de este bagaje, sin embargo, nosotros no lo hemos considerado por ser
este un proceso que depende de uno principal, por lo que en estricto
no tiene autonomía. Asimismo, en el caso del proceso contencioso ad-
ministrativo, la Nueva Lev Procesal del Trabajo establece que es el juez
laboral el encargado de lievarlo a cabo en la medida que se trate de un
conflicto jurídico originado con ocasión de la prestación personal de
sen'icios de naturaleza adntinistrativa, tal como sucede -por ejemplo-
con las prestaciones de servicios ejecutadas al amparo de los regímenes
de los Decretos Legislativos N's 276 (carrera pública administrativa) o
1057 (contratación administrativa de servicios), empero, en este caso
igualmente este proceso se regula por sus propias normas, esto es, prin-
cipalmente por la Ley N' 27584, Ley que regula el proceso contencioso
administrativo.

Pues bien, este es entonces el escenario procesal específico contenido


en la Nueva Ley Procesal del Trabajo, El primero de los procesos y el
más utilizado por la configuración competencial es el proceso ordinario,
que es aquel en donde se ventilan todas las pretensiones relativas a la
protección de derechos individuales, plurales o colectivos, originadas
con ocasión de la prestación personal de servicios de naturaleza laboral,
formativa o cooperativista, referidas a aspectos sustanciales o conexos,
incluso previos o posteriores a ia prestación efectiva de los servicios.

Los procesos laborales pueden adoptar varias formas, y una de ellas


es la ordinaria. Se puede afirmar que este carácter ordinario se da en
razón de los fundamentos jurídico-materiales de la pretensión planteada,
es decir, el proceso es ordinario porque discurre en su estructura básica
y ello es así por la naturaleza de la pretensión incoada.

s20
Pnocnso oRDINARIo LABoRAL

La pretensión da lugar a que el proceso se desarrolle de acuerdo con


su esquema normal o regular o que se lleve a cabo con un programa
especial, que requiera de un mayor o menor número de actuaciones
procesales, pero en definitiva diferentes al proceso ordinario.

El proceso es ordinario porque está pensado en que su estructura


es la necesaria para que se lleven a cabo las actuaciones procesales
correspondientes; es ordinario porque se trata del modelo típico y
básico para el desarrollo de las actuaciones procesales tendientes a dar
solución a los problemas más recurrentes del ámbito de las relaciones
laborales.

Todo lo contrario ocurre con los procesos no ordinarios, a los que


podríamos llamar también procesos especiales o atípicos. Debido a la
especial naturaleza de la pretensión que se quiere hacer valer, no resulta
coherente utilizar el proceso ordinario laboral, pues seguramente ello
impedirá la inadecuada tutela jurisdiccional. En efecto, Ia razón de ser
de estos procesos no ordinarios es que el proceso ordinario laboral no
se convierta en un instrumento que retarde o distorsione la apropiada
protección de los derechos en cuestión, máxime cuando es totalmente
iactible que mediante un proceso especial sí puedan protegérseles de
manera adecuada.

Es esta forma de pensar la que ha dado origen a la creación de


otros procesos especiales, como serían el proceso abreviado laboral,
el impugnativo de laudos arbitrales económicos, el de ejecución, el no
contencioso y el contencioso administrativo.

Naturalmente, las pretensiones ventiladas en ellos no podrían in-


coarse en el proceso ordinario laboral y vice'u'ersa, habida cuenta que
este último no garantiza de ninguna manera la satisfacción plena de
los derechos reclamados.

Pongamos un ejemplo. Ante Ia existencia de un conflicto sobre


pago de beneficios laborales, las partes optan por transar y para ello
suscriben un documento privado con todas las formalidades que exige
la ley. Siendo así, y ya habiendo quedado resuelto el conflicto, es decir,
no existiendo ya una controversia jurídica, lo único que restaría sería
darle cumplimiento al acuerdo. Ocurre que el deudor opta por incum-

521
Oxer VÍcron Áveros Inne

plir el acuerdo, caso en el cual al acreedor no le queda otro camino


más que solicitar tutela jurisdiccional. Como ya no existe controversia,
sería absurdo someter el pedido del acreedor -que es darle ejecución al
documento- a un proceso ordinario laboral, pues este no resulta idóneo
para tal fin, pues está diseñado para la solución de conflictos jurídicos
con determinadas características; si ello fuera así, se estaría vulnerando
el derecho del acreedor a la tutela jurisdiccional, pues de ninguna ma-
nera podría argiiirse que esta es efectiva. Lo apropiado en este caso es
que el trabajador acuda a un proceso que esté diseñado precisamente
para ejecutar este tipo de acuerdos, como lo es el proceso de ejecución.

Pues bien, conlo expuesto hemos dejado en claro cuál es la na-


turaleza del proceso ordinario laboral y cómo este se constituye en el
proceso símbolo de la Nueva Ley Procesal del Trabajo Por ser el más
utilizado por la recurrencia de los casos.
A continuación veremos cuál es su trámite, principalmente en 1o
.oncerniente al trasiado de la demanda y la citación a audiencia de
conciliación.

2, Ln onrueruDA, su cALIFIcAcIóts v su TRASIADo


Con acierto se ha dicho que "la demanda laboral es la forma en
la cual se constituye el ejercicio del derecho subjetivo público del actor,
nacido de la relación laboral, del contrato de trabajo o de la le¡ y cuya
finalidad es satisfacer las pretensiones que en ella se impetran, por el
órgano jurisdiccional del trabajo. Es el acto constitutivo del conflicto
jurídico e instrumento formal de las pretensiones en el proceso laboral,
que da lugar a su iniciación y del cual depende su desenvolvimiento y
satisfacción"i2581.

Sin embargo, para que la demanda pueda tener eficacia y dar ori-
gen al proceso, la Nueva Ley Procesal del Trabajo exige que se cumpla
ciertos requisitos de admisibilidad y procedencia, a los que nos hemos
referido al comentar los artículos 34", 35" y 36o.

t2s8l oe¡Nroo Gnnaroo, Derecho procesal laboral cit., p. 39'l .

522
PRocnso oRDINARIo LABoRAL

Siendo así, en el ejercicio de su función jurisdiccional, lo primero


que debe efectuar el jrez laboral es calificar la demanda incoada, de
forma tal que aprecie si se presentan los mencionados requisitos. Luego
de ello deberá expedir la correspondiente resolución en donde declara
la admisión de la demanda o su inadmisión. Si ocurre esto último
concederá un plazo un plazo adicional de 5 días hábiles para que se
subsane la omisión o defecto.
Si la demanda es declarada admitida, en la misma resolución el
juez correrá traslado de ella tanto al demandante como al demandado
fijando fecha y hora para la realización de la conciliación, la cual deberá
llevarse a cabo entre los veinte (20) y treinta (30) días hábiles siguientes
a la fecha de calificación de la demanda.

Igualmente, en la misma resolución el juez deberá indicarie al


demandado que asista a la audiencia de conciliación con su escrito de
contestación con respectivos sus anexos, asi como una copia de ellos y
el respectivo cargo.
En suma, el auto admisorio debe contener tres puntos esenciales:
a) el pronunciamiento sobre la admisión de la demanda interpuesta;b)
la citación a los sujetos procesales para que concurran a la audiencia
de conciliación; ¡ finalmente, c) el emplazamiento al sujeto pasivo de
la relación jurídica procesal para que cumpla con asistir a la audiencia
de conciliación convocada y para que acuda a tal audiencia provisto
de su escrito de contestación de demanda y de los correspondientes
anexos.

Es de resaltar que, en virtud del artículo 122" del Código Procesal


Civil, la resolución que no cumpla con estos puntos será nula, no Pro-
duciendo ningún efecto jurídico. Excepcionalmente, y solo tratándose
del último punto, es posible que la resolución no devenga en nula en
la medida que el emplazado convalide el acto procesal asistiendo a la
audiencia con su escrito de contestación y sus anexos a pesar de que
en el auto admisorio no se haya señalado ello.

523
Oxer Vícron Áv¡.ros J¡n¡,

3. Er ruunvo MoDELo DEL pRocEso LABoRAT EN Lo euE RES-


PECTA A tA ADMISIóN DE LA DEMANDA Y tA CITACIóru N IA
AUDIENCIA CONCILIATORIA
Es claro que la Nueva Ley Procesal del Trabajo nos muestra una
estructura del proceso ordinario laboral muy distinta a la que regulaba
la Ley N" 26636, y en esta diferencia tiene mucho que ver la prepon-
derancia de la oralidad.

Antes que nada es importante referirnos a la calificación de la de-


manda; ¡ en este sentido, debemos decir que ella supone que el juzgador
debe evaluar el cumplimiento de una serie de condiciones y requisitos
que la ley le exige. En este caso, podemos decir que no existe una gran
diferencia con lo regulado por la Ley N" 26636, ya que ella igualmente
Ie imponía al juez la obligación de calificar la demanda en los mismos
términos en que se lo exige la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Tratándose del proceso ordinario laboral, lo primero que debe


verificar el jrcz es el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad
y procedencia contenidos en los artículos 16" y 17" de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo. Luego de establecer su presencia de forma correc-
ta, el juez declarará la admisibilidad de la demanda y ordenará que se
continúe con el trámite del proceso. Sin embargo, ante la omisión o
defecto de estos, podrá disponer la inadmisibilidad y la improcedencia
de la demanda, según sea el caso.

En puridad, la calificación supone que el juez laboral realice un


análisis profundo y primario sobre la parte formal y sustancial de la
pretensión, corroborando la existencia de las formas requeridas y, prelimi-
narmente, que la pretensión es susceptible de ser ventilada judicialmente.

Posteriormente a Ia caiificación, el juez laboral ordenará que se le


corra traslado al demandado. Y aquí sí hay una importante diferencia
con la predecesora de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Con la Ley N" 26636 después de presentada la demanda y resuelta


su admisión, se le corría traslado al demandado para que este pueda
contestar la demanda de forma escrita, pudiendo reconvenir, plantear
excepciones y formular cuestiones probatorias.

524
Pnocnso oRDrNARro LABoRAL

Ello suponía que podrían presentarse varias situaciones que dila-


taban largamente al proceso. Así, por ejemplo, 1o más recurrente era
que en su escrito de contestación el demandando formule excepciones
y cuestiones probatorias. Ante ello, estas debían serles notificadas al
demandante para que las absuelva. Solo luego de ello o de transcurrido
el plazo legal es que el juez crtaba a las partes a audiencia única. En
este caso estamos hablando que desde la fecha de planteada la demanda
hasta que efectivamente se realice la audiencia transcurrieron aproxi-
madamente6ó7meses.

Sin embargo, dada la regulación contenida en la Ley N' 26636, el


trámite podía durar aún más. Así, si junto con la contestación de la
demanda se planteaba una reconvención -asumamos que en el mejor
de los casos la demandada no formula excepciones ni cuestiones Pro-
batorias-, debía trasladársele ella al demandante a efectos de efectúe
la correspondiente contestación. Si en esta contestación el demandante
formulaba excepciones o cuestiones probatorias, ellas debían serle co-
municadas al demandado a efectos de que las absuelva. Al iguai que
en el caso anterior, luego de ello o de transcurrido el plazo legal el juez
citaba a las partes a audiencia única. En este supuesto estamos hablan-
do que, en el mejor de los casos, desde la fecha en que se planteó la
demanda hasta que efectivamente se realizó la audiencia, transcurrió
aproximadamente un año.

No obstante, la Nueva Ley Procesal del Trabajo nos trae una re-
gulación más prolija y eficiente, pues se recortan los plazos de manera
radical sin menoscabar los derechos de las partes. Como se observa de la
revisión del texto del artículo 42" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
se destacan dos aspectos del periodo que abarca desde la admisión de
la demanda hasta el emplazamiento al demandado para que concurra
a la audiencia.

El primero de ellos es el recorte del tiempo que transcurre entre la


admisión de la demanda y Ia citación para la audiencia de conciliación.
La Nueva Ley Procesal del Trabajo dispone que la citación a las partes
a audiencia de conciliación debe ser fijada en día y hora entre los 20 y
30 días hábiles siguientes a la fecha de la calificación de Ia demanda.

52s
Oxer Vícron Áv¡.ros Ien¡

Y ello no admite dilación en la medida que la fijación del día y hora


para la realización de la audiencia se efectúa de manera independiente a
la contestación de la demanda y de cualquier otro tipo de defensa que
pretenda hacer el demandado.
En efecto, si tenemos en consideración que el empleador deman-
dado se encuentra impedido de reconvenir, que su contestación la debe
efectuar durante la audiencia de conciliación y que si desea formular
alguna excepción o cuestión probatoria deberá hacerla también durante
la audiencia y de forma oral, es claro que nada impide que se establezca
la fecha de la audiencia de conciliación para un momento más pronto
que el regulado en la Ley N" 26636.
Debemos dejar en claro que esta regulación no vulnera derechos
del demandado, dado que si bien se encuentra impedido de reconvenir
en el proceso que se ha incoado en su contra, nada le impide que pue-
da hacer valer los derechos que alega en otro proceso. La razón para
establecer esta restricción no es otra que la celeridad y la tutela urgente
de los derechos del trabajador.
Igualmente, tampoco se transgreden los derechos del demandado
cuando se dispone que asista directamente a la audiencia de conciliación
con su escrito de demanda, pues lo importante en este caso es que se
le otorgue un plazo razonable para que pueda efectuar su contestación
de demanda.
En este caso, es de resaltar que, contrariamente a lo que piensan
algunos autoresf2sel, el plazo concedido por la Nueva Ley Procesal del
Trabajo no necesariamente siempre será mayor al que regulaba la Ley
N' 26636, que era de 10 días. A estos efectos es importante leer ade-
cuadamente la norma, pues el literal b del artículo 42" de la Nueva Ley

t2s91 El doctor GóvEzV¡Lo¡z asevera que"el plazo para contestar la demanda ha sido ampliado
considerablemente respecto de lo que existió con la normativa derogada que de 3 días
hábiles pasó a 10 y ahora tenemos que este se ha corrido a 20 o 30 hábiles, según la com-
plejidad del caso, con la atingencia de que no habrá que agregar el término de la distancia"
(Górr.rezVer-orz, Nueva Ley Procesal delTrabajo, cit., p.572). Consideramos que esta percepción
es equivocada, pues la norma es clara en señalar que "la citación a las partes a audiencia de
conciliación [...] debe ser fijada en día y hora entre los veinte (20) y treinta (30) días hábiles
siguientes a Ia fecha de caliñcación de la demando [. ..]" (las cursivas son nuestras).

s26
PnocEso oRDINARTo LABoRAL

Procesal del Trabajo establece que la citación a las partes a audiencia de


conciliación se hará entre los 20 y 30 días hábiles siguientes contados
desde la fecha de calificación de la demanda, y no desde la fecha en que
el demandado fue notificado con la resolución que la contiene, lo que
no quiere decir otra cosa que entre el día en que se calificó la demanda
-lo que constará en el auto admisorio- y el día en que se lleve a cabo
la audiencia deberán haber transcurrido como máximo 30 días hábiles
y como mínimo 20 días con la misma calidad.
De esta manera, si conforme al artículo 77" de la Nueva Ley Pro-
cesal del Trabajo el juez laboral debe calificar la demanda dentro de
los 5 días hábiles siguientes de recibida, la resolución que contiene la
fecha y hora para la realización de la audiencia podría serle notificada al
demandado antes o después de los 10 días anteriores a la fecha en que
se deberá llevar a cabo la audiencia de conciliación. De hecho, podría
ocurrir que el demandado sea empiazado con la aludida resolución 15
días antes de la fecha de la realización de la audiencia; también podría
darse el caso que ello ocurra 5 días antes del día fijado para la audien-
cia. Tanto en uno como en otro caso las notificaciones serán válidas.
El único caso en que el emplazamiento sería inválido y, por lo tanto,
debería fijarse una nueva fecha para la audiencia, sería aquel en el que
se le notifique al demandante con dos días de anticipación al día en que
se deberá llevar a cabo la audiencia de conciliación, pues esto implicaría
transgredir el artículo I47" del Código Procesal Civil, que establece que
entre la notificación para una actuación procesal y su realización, deben
transcurrir por lo menos tres días hábiles, saivo norma en contrario.
En suma, a diferencia de la Ley N" 26636, ia Nueva Ley Procesai
del Trabajo no establece un plazo fijo o determinado para que el de-
mandado pueda contestar la demanda, pero por aplicación supletoria
del Código Procesal Civil, este plazo no podrá ser menor a tres días,
dado que, además de contrarenir el mencionado artículo 147", también
se le estaría colocando en un estado de indefensión, violando con ello
sus derechos al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva.
En el plano fáctico, podemos afirmar que el hecho de que el deman-
dante tenga más o menos días para contestar su demanda dependerá,
en un primer momento, del juez y, en un segundo momento, de los
responsables de las notificaciones, pues si estos realizan su función en

527
Oxel VÍcron Av¡ros Jnn¡

menor tiempo del máximo concedido por le¡ iograrán que el deman-
dado conozca de la resolución en cuestión con más días de anticipación
al día en que se celebrará la audiencia de conciliación.
Ahora bien, el segundo de los aspectos a destacar es el momento
y cómo se realiza la contestación de la demanda. Como hemos dejado
notar, el demandado ya no debe presentar su escrito de contestación
ante las mesas de parte del Poder Judicial para, luego de ser calificado,
esperar que se le notifique la resolución que contiene la fecha de la
realización de la audiencia única. con la nueva norma adjetiva laboral
la contestación deberá ser presentada el mismo día de la audiencia de
conciliación y personalmente ante el juez. Ello implica un ahorro de
tiempo abismal con relación a lo que establecía y ocurría en la práctica
según la Ley N. 26636. No existe posibilidad de dilación por parte del
demandado, salvo por error o deficiencia del juez.

En suma, consideramos que la regulación de la Nueva Ley Procesal


del Trabajo en donde prima la oralidad es más eficiente a la luz de la
protección adecuada de Ios derechos del trabajador, pues erradica forma-
lismos innecesarios que a la larga terminaban por demorar el proceso de
modo absurdo. Recordemos que justicia retardada es justicia denegada o,
como acertadamente se ha dicho, "justicia retardada no es justicia"[260].

Arl. 430.- oud¡ens¡a de c0nc¡liación

La audiencia de conciliación se lleva a cabo del siguiente modo:


1. La audiencia, inicia con la acreditación de las partes o
apoderados y sus abogados. Si el demandante no asiste, el
demandado puede contestar la demanda, continuando la
audiencia. Si el demandado no asiste incurre automática-
mente en rebeldía, sin necesidad de declaración expresa, aun
cuando la pretensión se sustente en un derecho indisponi-
ble. También incurre en rebeldía automática si, asistiendo
a la audiencia, no contesta la demanda o el representante
o apoderado no tiene poderes suficientes para conciliar.

t2601 PnscoCosMópolrs,"Laceleridadprocesal:
¿undes¡deratum,unaentelequi a?,cit.,p.254.

528
PRoclso oRDINARIo LABoRAL

El rebelde se incorpora al proceso en el estado en que se


encuentre, sin posibilidad de renovar los actos previos.
Si ambas partes inasisten, el juez declara la conclusión del
proceso si, dentro de los treinta (30) días naturales siguien-
tes, ninguna de las partes hubiese solicitado fecha para
nueva audiencia.
2. El juez invita a las partes a conciliar sus posiciones y par-
ticipa activamente a fin de que solucionen sus diferencias
total o parcialmente.
Pordecisión delas partesla conciliación puede prolongarse lo
necesario hasta que se dé por agotada, pudiendo incluso con-
tinuar los días hábiles siguientes, cuantas veces sea necesario,
en un lapso no mayor de un (1) mes. Si las partes acuerdan
la solución parcial o total de su conflicto el juez, en el acto,
aprueba lo acordado con efecto de cosa juzgada; asimismo,
ordena el cumplimiento de las prestaciones acordadas en el
plazo establecido por las partes o, en su defecto, en el plazo de
cinco (5) días hábiles siguientes. Del mismo modo, si algún
extremo no es controvertido, el juez emite resolución con
calidad de cosa jvgad,aordenando su pago en igual plazo.
3. En caso de haberse solucionado parcialmente el conflicto,
o no haberse solucionado, el juez precisa las pretensiones
que son materia de juicio; requiere al demandado para que
presente, en el acto, el escrito de contestación y sus anexos;
entrega una copia al demandante; y fija día y hora para la
audiencia de juzgamiento,la cual debe programarse dentro
de los treinta (30) días hábiles siguientes, quedando las
partes notificadas en el acto.
Si el juez advierte, haya habido o no contestación, que la
cuestión debatida es solo de derecho, o que siendo también
de hecho no hay necesidad de actuar medio probatorio al-
guno, solicita a los abogados presentes exponer sus alegatos,
a cuyo término, o en un lapso no mayor de sesenta (60)
minutos, dicta el fallo de su sentencia. La notificación de
la sentencia se realiza de igual modo a lo regulado para el
caso de la sentencia dictada en la audiencia de juzgamiento.

I Concordancias:
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 42o y 47o.

529
Oxnl- VÍcron Ávalos l¡,ne

Comentario

t. La eunrnNcrA DE coNcrLrAcIóN y sus pRTNcIpALES


CARACTERÍSUCAS

L.L. La conciliación extrajudicial y la iudicial


En términos generales, la conciliación es un mecanismo alternativo
de solución de conflictos laborales en el que puede ser parte un tra-
bajador, ex trabajador, jóvenes en formación, personas en capacitación
para el trabajo, la organización sindical o prestadores de servicios que
invocan subordinación, y la persona que sea beneficia de los servicios,
comúnmente denominada empleador, en virtud de la cual las partes
exponen sus perspectivas ante un tercero, que colabora para que estas
superen sus diferencias, identificando los intereses de las mismas. El
tercero, Ilamado conciliador, debe proponer fórmulas de solución para
quienes decidirán en qué términos resolverán su controversia de la
manera más acorde con sus intereses.

La conciliación puede llevarse cabo de forma extrajudicial o de


forma judicial. Es extrajudicial cuando, antes de iniciar cualquier acción
judicial tendiente a solucionar la controversia, una de las partes decide
someterla ante un tercero a efectos de darle solución al problema. Cabe
precisar que, según nuestra normativa, la conciliación en algunos casos
resulta obligatoria, mientras que en otros no lo es. Así, por ejemplo, la
Ley de Conciliación, Ley N" 26872, establece que son materia de conci-
liación las pretensiones determinadas o determinables que versen sobre
derechos disponibles de las partes, tales como los alimentos, régimen
de visitas, tenencia, división y partición de bienes, liquidación de la
sociedad de gananciales, obligación de dar suma de dinero, obligación
de dar, de hacer y no hacer, desalojos por incumplimiento de contrato,
desalojo por precario, desalojo por vencimiento de contrato, desalojo
por falta de pago, indemnizaciones, incumplimiento de contratos, pago
de alquileres, entre otros que sean de libre disposición de las partes.

La conciliación extrajudicial para los conflictos derivados de una


relación de trabajo no es obligatoria, sino facultativa, y se rige de modo
específico por el Decreto Legislativo No 910, norma que establece que la

530
PnocEso oRDINARIo LABoRAL

conciliación está destinada a promover el acuerdo entre empleadores y


trabajadores o ex trabajadores a fin de encontrar una solución autónoma
a los conflictos que surjan en la relación laboral.

Por su parte, la conciliación judicial es aquella que se lleva a cabo


durante el mismo proceso judicial, y se instaura como una etapa del
proceso. Se trata de "un acto intraproceso donde las partes a través de un
procedimiento obligatorio y bajo la dirección del juez, van a intercambiar
sus puntos de vista sobre sus pretensiones y Propuestas de composición,
atribuyendo a los acuerdos que logren, los efectos de la cosa itzgada y
sancionando pecuniariamente a quien se resiste a ello"f26rl.

Durante la etapa de conciliación judicial, luego de escuchar la


posición de cada una las partes, e\ jtsez propone una fórmula conci-
liatoria, la que puede ser aceptada o rechazada por las partes, incluso,
puede serlo solo por una de ellas, no obstante, la conciliación solo habrá
logrado su objeto cuando todas las partes en litigio estén de acuerdo.
De esta manera, si ambas la aceptan, el acuerdo se hará constar en
un acta firmada por ellas y refrendada por el juez, quedando el litigio
culminado. Cabe recalcar que el acta de conciliación tiene la calidad de
una sentencia con la autoridad de cosa iuzgada.

L.Z. La conciliación extraiudicial y la iudicial


La doctrinal262) le reconoce a la conciliación judicial una serie de
características, que son las siguientes:

a. Es un acto jurídico, porque requiere de la expresión o mani-


festación de voluntad de las partes (justiciables) para que se
creen, regulen, modifiquen o extingan relaciones jurídicas sobre
derechos disponibles.

[261] LeoEsrr,roNARVAEZ,Marianella,Laconciliación,Legrima,Lima, 1996,pp.47y48.


t262! JruErEz V¡nces Mecnucr, Roxana, "La conciliación judicial. Algunas reflexiones sobre su pro-
blemática en la legislación vigente", en www.derechoycambiosocial.com/revista012/con-
cil ia cio nolo20j u d i ci a Lh tm.

53r
Ox¡,r- Vícron Áve,los fene

b. Es un acto procesal, porque es realizado por las partes dentro de


un proceso judicial, poniendo fin a la controversia judicial; asi-
mismo, requiere de la aprobación de un juez para que sea válida.
c. Es un acto complejo, porque puede contener concesiones recípro-
cas, oun allanamiento, un desistimiento, una novación, mutuo
disenso, etc., o inclusive algunas o todas ellas parcialmente en
combinación.
d. Es un acto solemne, porque debe llevarse a cabo en una au-
diencia judicial, dirigida exclusivamente por el juez, ha de ser
aprobada por é1, y debe ser registrada en un acta formal y
suscrita por todas las partes, incluyendo al juez y al secretario
correspondiente. Esta acta debe ser registrada en el libro de
conciliaciones del juzgado, el cual es numerado, y permanece
en el órgano judicial ante el que se ller'ó a cabo.
e. Es un acto conmutativo, pues las prestaciones acordadas entre
ias partes son establecidas de manera expresa, clara y determi-
nadai no existe ni puede existir aleatoriedad ni incertidumbre.
No cabe la imprecisión.
f. Es de libre discusión, ya que se trata deun acuerdo que, como
tal, proviene de la autonomía privada de las partes. En efecto,
estas negocian y pactan sus obligaciones en ejercicio de su li-
bertad de resolver sus conflictos por sí mismas.
g. Es típico, porque se encuentra tipificado expresamente por la ley.

h. Es nominado, ya que tiene un nomen iuris, cual es la conciliación.

2, La aunrnrucrA DE coNcrlrAcróru ¡uuclAt EN EL pRocESo


LABORAL

2.3. Con la vigencia de la Ley Ne 26636


Si bien es cierto que durante la vigencia de la Ley N. 26636Ia con-
ciliación juega un rol fundamental, al igual que lo que sucede a la luz
de la Ley N" 29497, también lo es que la regulación contenida en esta
última norma, a priori, resulta ser más eficiente, pues independiente-

532
Pnocnso oRDINARIo LABoRAL

mente de lo célere del trámite para llegar a ella, se establecen una serie
de mecanismos que incentivan y que coadyuvan a la solución del con-
flicto jurídico de la manera más pronta posible. Pero la diferencia más
notoria es, sin lugar a dudas, que con la nueva regulación la conciliación
no solo puede dar lugar al acuerdo de las partes, sino también, en la
medida que se trate de una cuestión de puro Derecho o de hecho pero
sin necesidad de actuar pruebas, a que el juez laboral pueda dictar la
correspondiente sentencia durante la audiencia misma.

Recordemos que con la vigencia de la Ley N" 26636 las partes


accedían a la etapa conciliatoria luego de una serie de actos procesales
largos y muy lentos. Así, se llegaba a la conciliación luego de que tanto
la demanda, como su contestación eran admitidas por el juez correspon-
diente; no obstante, esto demoraba más cuando las partes formulaban
excepciones y/o cuestiones probatorias, pues era necesario que ellas las
absuelvan para poder continuar con el proceso y llegar a la conciliación.
En resumen, se trataba de al menos 8 meses contados desde el día en
que se presentó Ia demanda.

La conciliación se llevaba a cabo durante la audiencia única, la


que tenía las siguientes etapas: saneamiento procesal, conciliación,
fijación de puntos controvertidos, saneamiento probatorio y actuación
probatoria.

En buena cuenta, la conciliación se realizaba luego de que se haya


saneado el proceso y comprobado que entre las partes existe una rela-
ción jurídico-procesal válida. Siendo así, el juez invitaba a las partes a
conciliar el conflicto, pudiendo conciliarse en forma total o parcial el
petitorio contenido en la demanda, lo que se hacía constar en el acta de
la invitación a conciliar y de la falta de acuerdo si fuere el caso.

Si las partes conciiiaban totalmente, el juez daba por concluido el


proceso, haciendo constar todos los acuerdos en la respectiva acta; sin
embargo, si ello no era así, es decir, si no había conciliación o esta se
daba de manera parcial, el juez continuaba con la audiencia, pasando a
fijar los puntos controvertidos y a llevar a cabo las subsecuentes etaPas
del proceso.

533
Ox¡r VÍcron Av¡.los J¡,ne

2.4. Con la vigencia de la Ley No 29497


Con [a vigencia de la Ley N" 29497,luego de interpuesta la corres-
pondiente demanda, eL juez laboral expide resolución en la que dispone
su admisión, fijando en ella también la fecha para la realización de la
audiencia de conciliación y emplazando al demandado para que concurra
a dicha audiencia con su escrito de contestación y sus anexos.

Como se advierte, el trámite para llegar a la audiencia de conciliación


es muchísimo más breve que el regulado por la Ley N' 26636, y en esta
tarea tiene mucho que ver la incorporación al nuevo proceso laboral del
principio de oralidad. Con acierto se ha señalado que "la celeridad es un
resultado; es el resultado de instaurar un proceso oral, concentrado, y
en el que el juez está en contacto con las partes, las pruebas y la causa.
La celeridad, conocida también como 'concentración temporal', refiere
a un proceso estructurado en plazos breves, es decir, con momentos
procesales, sencillamente recortados 1, |¡ut,u suprimidos con relación a
otros procesos, sobre todo el proceso ordinario de conocimiento civil,
contemplado en la mayoría de las legislaciones"l263l.

En efecto, la instauración de la oralidad en el nuevo proceso


laboral supone, por un lado, una aligeración de las formas procesales
y, por otro lado, y como consecuencia de ello, una mayor rapidez en
la evolución del proceso, principalmente en lo que se refiere a su de-
sarrollo y a la cercania entre uno y otro acto procesal, de manera que
-si tenemos en consideración que con la oralidad de busca suprimir
los actos procesales no esenciales- definitivamente el proceso resulta
ser mucho más corto.

3. El rnÁurrE DE LA AUDTENCTA DE coNcllrAcróN


3.1. La acreditación de las partes
El inicio de la audiencia de conciliación se da con la acredita-
ción o verificación de la identidad del demandante, del demandado,

[263] P¡neoesP¡ucros, Pruebaypresuncionesenelprocesolaboral,c¡t.,p.110.

534
PRoceso oRDINARIo LABoRAL

de los apoderados o representantes de los sujetos procesales ¡ si


fuera el caso, de los abogados patrocinantes de los primeros de los
nombrados.

Tratándose de la parte demandante, en principio será el mismo


titular del derecho quien deba participar en la audiencia; no obstante,
si existe legítimo poder, podrá verse representada por otra persona.
En este caso, a efectos de poder participar, será necesario que esta
última no solo acredite la representación con el poder correspondien-
te, el cual deberá constar en escritura pública o en acta suscrita ante
el juez, también resultará indispensable que acredite su identidad.
Cabe resaltar que el solo hecho de exhibir el documento nacional
de identidad no concede la habilitación para actuar en la audiencia,
se requiere además que dicho documento de identidad se encuentre
vigente. Existe cierto cuestionamiento al hecho de que si una perso-
na no cuenta con los stickers de votación correspondientes no podrá
participar en la audiencia; no obstante, consideramos que ello no es
impedimento alguno, en Ia medida que no niega ni pone en duda la
identidad de la persona.

En el caso del demandado, la figura es similar, pues si se trata de


una persona natural se aplicarán las mismas reglas a que hemos hecho
referencia en el párrafo anterior, empero, si se trata de una persona
jurídica, además, deben realizarse algunos apuntes. Efectivamente, al
no poder una persona jurídica responder personalmente, debe hacerlo
mediante sus representantes legales o sus apoderados, según sea el caso,
quienes deben contar con las facultades generales y especiales[ze+l que S€

1241 Cube recalcar que, conforme al artículo 74o del Código Procesal Civil, a representación ju-
dicial confiere al representante Ias atribuciones y potestades generales que corresponden
al representado, salvo aquellas para las que la ley exige facultades expresas. La representa-
ción se entiende otorgada para todo el proceso, incluso para la ejecución de la sentencia y
el cobro de costas y costos, legitimando al representante para su intervención en el proce-
so y realización de todos Ios actos del mismo, salvo aquellos que requieran la intervención
personal y directa del representado.
Del mismo, según el artículo 75'de la referida norma adjetiva, se requiere el otorgamiento
de facultades especiales para realizar todos los actos de disposición de derechos sustan-
tivos y para demandar, reconvenir, contestar demandas y reconvenciones, desistirse del
proceso y de la pretensión, allanarse a la pretensión, conciliar, transigir, someter a arbitraje
las pretensiones controvertidas en el proceso, sustituir o delegar la representación proce-

s35
OxeI- VÍcron Áveros Jene

requieran en el proceso. A estos efectos, los representantes legales, de


ser una sociedad irregular, deberán presentar y exhibir el documento
correspondiente de donde se aprecie expresamente que tienen los poderes
suficientes para representarla. De ser una sociedad regular, esto es, una
asociación, una empresa individual de responsabilidad limitada, o entes
similares, los representantes legales deberán acreditar la representación
con la respectiva partida registral de donde se aprecie que expresamente
tienen facultades de representación judicial. En el caso de los apoderados,
estos deberán comparecer al proceso con el poder correspondiente, el
cual deberá constar en escritura pública o en acta suscrita ante el juez,
evidentemente, también deberán acreditar su identidad mediante su
documento nacional de identidad.

En el caso de los abogados patrocinantes, estos deberán acreditar


su identidad con el carnet otorgado por el Colegio de Abogados corres-
pondiente, el cual necesariamente contiene todos los datos de identidad
del letrado. En el supuesto de que al momento de asistir a la audiencia
de conciliación el abogado no contara con el mencionado carnet, no
por haber sido separado ni suspendido en el ejercicio de la profesión,
sino por extravío, pérdida, robo u otras situaciones similares, se podrá
identificar con su documento nacional de identidad, para lo cual el
respectivo auxiliar judicial, de ser el caso, deberá verificar que se trata
del mismo letrado que ha suscrito la demanda o corroborar que se trata
en efecto de un abogado o, de no poder cerciorarse, deberá concedérsele
un plazo razonable para que acredite su habilitación.

2. IruasrstErrrcle DE LAs pARTES A LA AUDIENcIA DE


CONCITIACIóN
Lo ideal es que a la audiencia de conciliación asistan las partes en
litigio, puesto que solo si todas ellas asisten será posible cumplir con
su finalidad. No obstante, pueden presentarse hasta tres situaciones:

sal y para los demás actos gue exprese la ley. El otorgamiento de facultades especiales se
rige por el principio de literalidad. No se presume la existencia de facultades especiates no
conferidas expl ícitamente

536
PnocEso oRDINARTo LABoRAL

que el demandante no asista, que el demandado no asista, o que arnbas


partes inasistan.

En el primer caso, ello no constituirá impedimento alguno para


que continúe dicha audiencia -aunque, como es obvio, no habrá conci-
liación alguna por no estar presentes ambas partes-, debiendo la parte
demandada contestar la demanda.

Diferentes efectos se generan en el segundo supuesto, pues si el


sujeto pasivo de la relación jurídica procesal no concurre a la audiencia
de conciliación, entonces, incurrirá en rebeldía, situación esta que no
debe solicitarla Ia contraparte ni tampoco declararla el magistrado, pues,
ante la inasistencia del demandado a la audiencia de conciliación se le
tiene por rebelde en forma automática y sin mayor trámite. La cons-
titución automática del estado de rebeldía opera en todos los casos en
que el demandado no concurra a Ia audiencia de conciliación, incluso
cuando la pretensión ventilada en el proceso laboral se base en derechos
de carácter indisponible o irrenunciable.

También se le tendrá por rebelde al sujeto pasivo de la relación


jurídica procesal si asiste a la audiencia de conciliación, pero no cumple
con contestar la demanda, situación esta que, igualmente, no precisa
ser declarada en forma expresa por el juez ni solicitada por la parte
contraria, pues, ante tal modo de proceder del demandado la rebeldía
opera automáticamente.

También incurrirá el demandado en rebeldía automática si el repre-


sentante o apoderado a través del cual actúa en el proceso se apersona a
la audiencia de conciliación sin contar con las facultades especiales que
se exigen para conciliar. AI respecto, cabe indicar, en principio, que se
necesitaría estar provisto de facultades especiales, porque la conciliación
es un típico acto de disposición de derechos )' para elio el poderdante
debe haber autorizado en forma expresa la posibilidad de conciliar.
Sin embargo, advertimos en ia norma bajo análisis una contradicción
con el texto del artículo 30' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
que claramente exige que el acuerdo conciliatorio debe ser adoptado
por el titular del derecho, lo que excluiría la intervención de cualquier
representante o apoderado para efectuar dicho acto de disposición. En

537
Oxer VÍcron Áveros |ana

nuestra opinión, dado los fines que se quieren alcanzar con el medio de
solución de conflictos en que consiste la conciliación, no debe ponerse
reparos para la participación del representante o apoderado de alguna o
de ambas partes, siempre y cuando efectivamente cuente con facultades
especiales para llevar a cabo la conciliación.

Si el demandado incurre en rebeldía, cuando comparezca al proceso


no serenovarán las actuaciones procesales que se hubieren realizado antes
de su comparecencia, debiendo seguir el trámite del proceso en el estado
en que lo encuentre al tiempo de su apersonamiento o intervención.

Ahora bien, si tanto el accionante como el accionado faltan a la


audiencia de conciliación en Ia fecha programada para su realización,
al juez no le quedará otro camino sino declarar la conclusión del pro-
ceso; se entiende sin declaración sobre el fondo. La referida declaración
dando término al proceso se hará apenas hava transcurrido treinta días
naturales de la fecha de la audiencia de conciliación frustrada por la
inconcurrencia de los sujetos procesaies, si ninguno de estos peticiona
que se señale nue\¡o día v hora para Ia realización de una nueva audiencia
de conciliación. En otras palabras, si el actor o el demandado o ambos
solicitan dentro del plazo indicado que se convoque a nueva audiencia
de conciliación, entonces, el juez no declarará la conclusión del proceso
sino deberá fijar día y hora para el desarrollo de la audiencia en mención.

3. DEsaRRor,Lo DE LA AUDIENcIA
Presentes el demandante y el demandado en la audiencia de con-
ciliación primigenia o en la nueva audiencia de conciliación convocada
por la ausencia de las partes a la primera audiencia de conciliación, el
juez laboral los invitará a conciliar sus posiciones y diferencias, y dirigirá
dicho acto tratando de convencer a los justiciables para que lleguen a un
acuerdo que ponga fin a la controversia.IF'ará uso, pues, de sus dotes de
persuasión, Ios encaminará ala autocomposición del litigio, sin que la
participación del juez pueda considerarse un prejuzgamiento y sin que
las manifestaciones que hagan las partes durante el acto de la concilia-
ción pueda considerarse como una decla.ración de ellas a los efectos de
la acreditación de los hechos del proceso, en el caso que ambas partes
no llegasen a un acuerdo conciliatorio.

538
PRoc¡so oRDINARIo LABoRAL

Si los sujetos procesales lo estiman pertinente, lo que significa que


no está supeditado a la decisión del magistrado, la conciliación puede
prolongarse lo necesario hasta que se tenga por agotada, ya sea que se
llegue a un acuerdo conciliatorio o que el juez advierta que no habrá
avenimiento entre las partes. La prolongación de la audiencia de con-
ciliación puede darse también en los días hábiles siguientes, debiendo
convocarse a la continuación de dicha audiencia cuantas veces sea
necesario, pero siempre que el lapso de tiempo para las conversaciones
de las partes con miras a autocomponer sus diferencias no exceda de
un mes. En este caso, el juez deberá comunicar a las partes de la fecha
y hora de las posteriores sesiones. Esta comunicación se realiza en el
mismo acto en que se decide continuar la sesión en otro momento.
Pero bueno, si el actor y el demandado llegan a un acuerdo con-
ciliatorio respecto de todas o de algunas de las pretensiones ventiladas
en el proceso, el juez de la causa homologará el referido acuerdo, vale
decir, lo aprobará siempre que el acuerdo verse sobre derechos nacidos
de una norma dispositiva y no se afecten derechos indisponibles y haya
participado el abogado del prestador de servicios de naturaleza laboral,
formativa, cooperativista o administrativa demandante, teniendo la reso-
lución correspondiente, que aprueba el acuerdo conciliatorio, la calidad
de cosa juzgada, por lo que resulta en el futuro irrevisable e inmutable.

Si las partes llegan a un acuerdo conciliatorio que ponga fin a la


controversia, el magistrado ordenará el fiel cumplimiento de las pres-
taciones a que se hubieran obligado los sujetos procesales en el citado
acuerdo, lo que deberá hacerse dentro del plazo fijado por estos últimos
o, en su defecto, dentro de los cinco días hábiles siguientes a la adopción
del acuerdo conciliatorio. Además, si algún extremo no es controvertido,
el órgano jurisdiccional de primera instancia expedirá resolución en la
que dispondrá el pago respectivo dentro del plazo señalado preceden-
temente, resolución esta que, puntualizamos, tiene la autoridad de la
cosa juzgada, siendo, pues, irrevisable e inmutable lo recogido en ella.

Si las partes no hubiesen llegado a un acuerdo conciliatorio que


ponga fin al conflicto de intereses, o si el referido acuerdo fuese parcial
y versa solo sobre alguna de las pretensiones reclamadas en el proceso
laboral, entonces, el magistrado, en principio, tiene el deber de fijar con

539
Ox¡.r VÍcron Áveros fene

exactitud cuáles son aquellas pretensiones que serán objeto del proceso.
Además, el órgano jurisdiccional ordenará al sujeto pasivo de la relación
jurídica procesal que presente en el acto su escrito de contestación de
demanda, así como los anexos respectivos, de los que entregará una
copia de ellos al actor. A continuación, el juez convocará a las partes a
la audiencia de juzgamiento, la que deberá desarrollarse dentro de los
treinta días hábiles siguientes de tal convocatoria. Las partes asistentes a
la audiencia de conciliación se tienen por notificadas de la convocatoria
a la audiencia de juzgamiento en el mismo acto en que se convoca.

4. LR posrerlrDAD DE uN PRoNUNcIAMIENTo soBRE Et FoN-


DO DEL ASUNTO EN LA AUDIENCIA DE CONCILIACIóN

Ya sea que el demandado hava contestado la demanda o no, en caso


el juez laboral considere que la cuestión debatida en el proceso fuese solo
de Derecho -r'ale decir, cuando no es necesario determinar en el proceso
los hechos por no ser controvertidos, debiendo solamente establecerse
el Derecho aplicable al caso concreto- o que siendo también de hecho
no hay necesidad de proceder a la actuación de ningún medio proba-
torio -lo que ocurre, por lo general, cuando únicamente se ha ofrecido
prueba documental que no precise de reconocimiento por su autor o
por la persona a quien se refiere o a quien incumbe dicha prueba-, el
citado órgano jurisdiccional pedirá a los abogados patrocinantes de las
partes que estuvieren presentes que expongan sus alegatos en defensa
de los derechos e intereses de sus patrocinados.

Expuestos por los abogados los alegatos en mención , el jttez dictará el


fallo -parte resolutiva- de su sentencia. En este supuesto, la notificación
de la indicada resolución judicial se efectúa de la misma manera que
la notificación de la sentencia emitida en la audiencia de juzgamiento.

Con esto último, se quiere decir que,luego de los alegatos expuestos


por los abogados, en forma inmediata o en un lapso no mayor de se-
senta minutos, el juez hace conocer a las partes el fallo de su sentencia,
luego de lo cual señala el día y la hora, dentro de los cinco días hábiles
siguientes, para la notificación de la sentencia; excepcionalmente, por la
complejidad del caso, puede diferir el fallo de su sentencia para dentro

540
Pnoc¡so oRDINARIo LABoRAL

de los cinco días hábiles posteriores, de lo cual informa a las partes en


el acto citándolas para que comparezcan al juzgado Para la notificación
de la sentencia, la cual se realiza bajo responsabilidad.

Afl.440.- nudiEnsh d8 iuzgamienl0

La audiencia de juzgamiento se realiza en acto único y concentra


las etapas de confrontación de posiciones, actuación probatoria,
alegatos y sentencia.
La audiencia de juzgamiento se inicia con la acreditación de las
partes o apoderados y sus abogados. Si ambas partes inasisten,
el juezdeclara la conclusión del proceso si, dentro de los treinta
(30) días naturales siguientes, ninguna de las partes hubiese
solicitado fecha para nueva audiencia.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 43o, 45", !$o y 47o.

Comentario

t. La auunNcrA DE luzcAMIENTo EN EL NUEVo PRocESo


LABORAL
En el proceso ordinario laboral, luego de reahzada la audiencia
de conciliación sin éxito alguno, es decir, sin que las partes lleguen a
un acuerdo conciliatorio que ponga fin a la controversia, se da paso a
la denominada audiencia de juzgamiento, la que se desarrolla en acto
único si ello fuera posible, pues, por lo general, puede suspenderse para
ser continuada en otra fecha, dada la excesiva carga procesal del Poder
]udicial.
La audiencia de juzgamiento concentra las siguientes etapas:
a. Etapa de confrontación de posiciones.
b. Etapa de actuación de los medios de prueba.
c. Etapa de alegatos a cargo de los abogados patrocinantes de las
partes.

541
Oxnr VÍcron Av¡.los Jenn

d. Etapa del dictado de sentencia.

La audiencia de jtzgamiento en el proceso ordinario laboral co-


mienza con la verificación por el juez de la identidad del actor y del
demandado mediante el documento respectivo y la de sus abogados
patrocinantes, quienes deberán identificarse con el correspondiente
carnet de registro en el colegio de abogados al que pertenezcan. Si a Ia
audiencia de juzgamiento asisten los apoderados o representantes de las
partes, aquellos tendrán que identificarse, igualmente, con su documento
de identidad, y, además, deberán contar con el poder correspondiente
para litigar, con las facultades especiales del caso.

Si el demandante y el demandado o sus apoderados no concurren a


la audiencia de juzgamiento debidamente convocada, entonces, el órgano
jurisdiccional pondrá término al proceso, produciéndose de esa manera
la conclusión anticipada del proceso, sin declaración sobre el fondo.
La mencionada declaración de conclusión del proceso está suPeditada
al hecho de que ninguno de los sujetos procesales haya peticionado la
fijación de nuevo día y hora para la realización de una nueva audiencia
de juzgamiento, lo cual deberá solicitarse en el plazo de le¡ cual es de
treinta días naturales siguientes a la fecha en que debió desarrollarse la
primera audiencia de juzgamiento.

2. Cnnacrnnísucas DE LA AUDIENcIA DE IUzcAMIENTo

Los principios de oralidad e inmediación son los que caracterizan


a la audiencia de juzgamiento.

El primero de los principios adquiere magna relevancia en la me-


dida que todas las etapas que comprende esta audiencia se realizan de
manera oral. Así, por ejemplo, durante la etapa de confrontación de
posiciones las partes exponen los fundamentos de sus Pretensiones, sin
recurrir en ningún momento a algún acto Procesal escrito. Lo mismo
sucede en la etapa de actuación de los medios de prueba, ya que en ella
la actuación de las partes se limita a sus exPresiones orales, en especí-
fico a formular y sustentar las cuestiones probatorias o a las declara-
ciones que se puedan ofrecer. Ocurre lo mismo con los alegatos, pues
las partes expondrán ante el juez sus puntos de vista resPecto a cómo

542
Pnoc¡so oRDINARIo LABoRAL

es que debe resolverse la causa. Finalmente, en el caso del dictado de


la sentencia, también estamos ante un acto puramente oral, dado que,
por un lado, el juez realiza el dictado de la parte resolutiva de ella de
manera verbal, pues al margen de que posteriormente notifique el texto
de la sentencia, el resultado de ello lo conocerán las partes por la propia
expresión oral del director del proceso; y, por otro lado, de ser el caso,
las partes podrán impugnar la determinación judicial, lo cual deberán
hacerlo también de forma oral.

De esta manera, el laboral apreciará tanto las exposiciones


jts,ez
de las partes como su comportamiento, lo que le servirá de base para
formarse una opinión acerca de la verdad de los hechos.

En lo que respecta al principio de inmediación, debe resaltarse que


este opera de forma integral sobre toda la audiencia de juzgamiento, ya
que, tal como está estructurada, se logra que el juez laboral tenga cer-
canía y vinculación con las partes; además, con ello se busca que todos
Ios actos procesales que la comprenden se realicen de manera sucesiva,
inmediata y unitaria, concentrando lo más posible a todos ellos.

3. La urtrtzAclóN DE MEDIos EtEcrRóNIcos EN LA AUDIEN-


CIA DE IUZGAMIENTO

Como hemos señalado anteriormente, uno de los mecanismos que


tienen por objeto controlar y registrar a la oralidad, es Ia utilización de
medios electrónicos que dejen constancia de todas las actividades de las
partes, esto con el único fin de que posteriormente no se desconozcan
tales hechos ¡ finalmente, se distorsionen los alcances de las defensas
de las partes.

Así, si bien con la oralidad se privilegia la habilidad oral de las


partes involucradas, en especial de los abogados, cabe la posibilidad de
que de nada o poco sirvan estas virtudes si no hay constancia de ellas.
Es importante tener siempre presente que el juez es un ser humano,
al igual que los litigantes y los abogados y, por lo tanto, también está
sujeto a olvidar o confundir las cosas, máxime cuando sobre él recae
una gran carga procesal.

543
Ox¡,r Vícron Áv¡.ros J¡.nn

Siendo así, a diferencia de lo que ocurre en la audiencia de con-


ciliación, en donde no es indispensable tener en consideración lo que
las partes expresan, sino solamente su decisión final si es que se llega
a un acuerdo conciliatorio, en la audiencia de juzgamiento sí se hace
necesario que se registre toda actividad y expresión de las partes, y ello
en principio debe efectuarse mediante medios electrónicos de audio y
video que permitan guardar fielmente el contenido de lo acaecido en
la aludida audiencia. No obstante, de no ser posible contar con estos
medios, el registro de lo expresado por las partes se hará constar en la
respectiva acta, la cual contendrá solo las ideas centrales y esenciales
vertidas por los participantes en el mencionado acto procesal.

Arl.450.- Ha[a ds csnlr0nlaciÚn de Dos¡ciones

La etapa de confrontación de posiciones se inicia con una


breve exposición oral de las pretensiones demandadas y de los
fundamentos de hecho que las sustentan.
Luego, el demandado hace una breve exposición oral de los
hechos que, por razones procesales o de fondo, contradicen la
demanda.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 44o.

Comentario

L. La ErRpa DE coNFRoNTAcIóN DE poslcIoNES


La etapa de confrontación de posiciones tiene por finalidad que las
partes en litigio sometan a debate jurídico sus perspectivas con relación
a la controversia, de manera que el juez, sobre la base de estas alega-
ciones, complemente su parecer, cambie su punto de vista o se forme
un juicio de valor.

La confrontación de posiciones no supone la mera reiteración de


los fundamentos de hecho y Derecho expuestos por las partes en la de-
manda y en la contestación, en concreto implica el desarrollo enfático de

544
Pnocsso oRDINARIo LABoRAL

algún tema en especial o de algún punto controvertido en particular. La


confrontación de posiciones también se contrae al tratamiento de algún
nuevo fundamento jurídico, jurisprudencial o doctrinal que respalde la
posición esgrimida o rebata la contraria.

En primer lugar, es el demandante quien tiene el uso de la palabra ¡


luego de ello, será la parte demandada quien la tendrá. En el primer caso,
el accionante deberá comenzar su actuación con la exposición oral de las
pretensiones reclamadas, así como de la fundamentación fáctica de tales
pretensiones. Naturalmente, la expresión del petitorio del demandante
debe ser efectuada en forma concisa, señalando concretamente qué es lo
que exige del accionado. Asimismo, el actor debe relatar de modo breve
los fundamentos de hecho en que se basa su pretensión o pretensiones,
o sea, debe dar a conocer, en forma sintetizada y sin digresiones, los
hechos fundamentales relativos al nacimiento, desarrollo /o extinción
de la relación jurídica de naturaleza laboral, formativa, cooperativista
o administrativa de la que emana su pretensión o pretensiones. Cabe
precisar que la confrontación de posiciones no se restringe únicamente
a la participación de los abogados, pues es posible que los titulares del
o de los derechos peticionados o sus representantes también puedan
participar en ella, incluso pueden complementarse con los abogados.

Luego de la exposición por el accionante de sus pretensiones y de los


fundamentos fácticos correspondientes, le toca el turno al demandado,
quien debe narrar, también de manera sucinta y precisa, sus argumentos
destinados a que se declare en su oportunidad la desestimación de la
demanda, vale decir, debe el demandado señalar las razones que ameritan
el rechazo de las pretensiones del actor. Debe, en suma, el accionado
señalar aquellas defensas de forma -como las excepciones procesales- o
de fondo que apuntan a contradecir la demanda y que, por lo general,
representan alegaciones tendientes a hacer notar al juezla inexigibilidad
de la obligación reclamada o su extinción,

Ahora bien, un tema que puede ser muy interesante alaluz del texto
del artículo 45" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es el referido al
derecho de réplica. Como es fácil advertir de la mencionada norma, ella
no hace alusión alguna a esta figura, empero surge la interrogante de si el
hecho de no haber sido mencionada implica que se encuentra prohibida.

s45
Oxnr VÍcron Áveros fene

finalidad de la etapa de confrontación de


Si tenemos presente que la
posiciones es encontrar la verdad de los hechos, no existe razón lógica
para pensar que las partes no tienen el derecho de réplica. Considera-
mos que el derecho de réplica se encuentra implícito en la regulación
del artículo 45" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

En cuanto a é1, podemos afirmar que no se trata de una obligación


del juez, sino de una facultad, la cual puede ejercerla en la medida que
con la sola exposición de las partes no haya quedado clara la verdad
que se pretende encontrar. Las réplicas o contrarréplicas serán deter-
minadas por el juez, pues este, en su calidad de director del proceso,
deberá decidir, en primer lugar, si ellas son necesarias y, en segundo,
cuántas de ellas se hacen necesarias.

De ser el caso, el derecho a réplica debe ser concedido por el juez


de forma equitativa y con las mismas garantías, siempre verificando
que se efectúe en iguales condiciones, sin que se genere algún tipo de
desigualdad entre las Partes.

2. REcLes A sEGUIR EN LA ETAPA DE coNFRoNTAcIóN DE


POSICIONES
Aunque el artículo bajo comentario no establece nada al respecto,
basándonos en el principio de oralidad, y en medidas que eviten su
distorsión, es claro que las exposiciones de las partes en la etapa de
confrontación de posiciones deben guiarse por ciertas reglas'
Así, en primer lugar, ellas deben ser claras, lo que suPone que el
discurso no áebe estar compuesto por palabras o términos ambiguos
o abstractos; implica también que la disertación debe estar dirigida
a la cuestión controvertida y no a hechos que nada tengan que ver
con ella.
En segundo luga¡ las exposiciones deben ser ordenadas, lo que
quiere decir que deben guardar un orden sucesivo de los hechos o las
circunstancias que dan lugar al proceso judicial.
En tercer lugar, las exposiciones deben ser breves o sucintas, de
manera que la capacidad de síntesis del ponente resultará esencial. Cabe

546
PRocrso oRDINARIo LABoRAL

precisar que no debe confundirse brevedad con rapidez, dado que ambas
palabras no necesariamente encajan en una misma significación. Brevedad
implica sobre todo ser conciso y preciso. Por esta raz6n, es que la Nueva
Ley Procesal del Trabajo no ha establecido un plazo determinado para
las exposiciones, lo que da lugar a que sea el propio juez quien, sobre
la base del principio de razonabilidad, establezca el tiempo necesario.
Se busca con ello evitar dilaciones en el proceso.

Finalmente, las exposiciones deben ser alturadas. Esto quiere decir


que debe guardarse pleno respeto al juez, a las partes en litigio, a sus
representantes o apoderados, a los abogados, a los auxiliares judiciales,
o a cualquier persona que se encuentre en el recinto judicial, de manera
que la utilización de calificativos agraviantes, frases ofensivas o cualquier
gesto contrario al orden público o a las buenas costumbres deberá ser
sancionada de acuerdo con la gral'edad de la falta.

Ant. 460.- Ela0a d0 acluaciún IF0bal0p¡a

La etapa de actuación probatoria se lleva a cabo del siguiente


modo:
l. El juez enuncia los hechos que no necesitan de actuación
probatoria por tratarse de hechos admitidos, presumidos
por le¡ recogidos en resolución judicial con calidad de cosa
juzgada o notorios; así como los medios probatorios deja-
dos de lado por estar dirigidos a la acreditación de hechos
impertinentes o irrelevantes para la causa.
2. El juez enuncia las pruebas admitidas respecto de los hechos
necesitados de actuación probatoria.
3. Inmediatamente después,las partes pueden proponer cues-
tiones probatorias solo respecto de las pruebas admitidas.
El juez dispone la admisión de las cuestiones probatorias
únicamente si las pruebas que las sustentan pueden ser
actuadas en esta etapa.
4. El juez toma juramento conjunto a todos los que vayan a
participar en esta etapa.
5. Se actúan todos los medios probatorios admitidos, inclui-
dos los vinculados a las cuestiones probatorias, empezando

547
Oxnl VÍcron Ave.ros |^nne,

por los ofrecidos por el demandante, en el orden siguiente:


declaración de parte, testigos, pericia, reconocimiento y
exhibición de documentos. Si agotada la actuación de es-
tos medios probatorios fuese imprescindible la inspección
judicial, el juez suspende la audiencia y señala día, hora
y lugar para su realización citando, en el momento, a las
partes, testigos o peritos que corresponda. Lá inspección
judicial puede ser grabada en audio y vídeo o recogida en
acta con anotación de las observaciones constatadas; al
concluirse, señala día y hora, dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes para los alegatos y sentencia.
6. La actuación probatoria debe concluir en el día Progra-
mado; sin embargo, si la actuación no se hubiese agotado,
la audiencia continúa dentro de los cinco (5) días hábiles
siguientes.

I Concordancias:
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculos 21o,22o,24o al29p y 4o.

Comentario

1. La nrepR DE AcruActótr¡ pRogRroRIA


En esencia, la etapa de actuación probatoria tiene por finalidad, en
primer lugar, filtrar los medios probatorios necesarios para búsqueda
de la verdad ¡ en segundo lugar, extraer el valor de las pruebas para
darle sustento a la decisión final.

La etapa de actuación probatoria se compone de una serie de sub


etapas concatenadas unas a otras, cada una de las cuales permite en-
contrarle un sentido a los medios probatorios hasta que se constituyan
por su propio valor como elementos determinantes de la ratio decidendi
contenida en la sentencia judicial.

548
PRocrso oRDINARIo LABoRAL

2, Lrs sue ETApAS DE LA ETApA DE AcruAcróN pRogaroRlA

2.1. La determinación de los hechos que requieren de


actuación probatoria
Luego de culminada la etapa de confrontación de posiciones, el juez
da inicio a la etapa de actuación probatoria, la que comienza a gestarse
con la determinación por parte del juez de los hechos que requieren de
actuación probatoria. Esto supone que el órgano jurisdiccional tiene la
obligación de comprobar qué hechos no requieren de ninguna actividad
probatoria; igualmente, debe verificar qué medios probatorios resultan
inútiles, inconducentes o improcedentes para la búsqueda de verdad.

En esta tarea, resultan ser hechos que no requieren de actuación


probatoria los siguientes:

a. Los hechos admitidos; son aquellos hechos no controvertidos o


que dejaron de serlo porque las partes los han admitido expresa
o tácitamente. La comprobación de ello se hará principalmente de
la revisión de la demanda o su contestación, o se extraerá de la
confrontación de posiciones o de cualquier otro acto procesal en
los que las partes se hayan pronunciado sobre el fondo del asunto.

b. Los hechos presumidos por la ley: se entiende en forma absoluta


o iure et de iure, ya que si la presunción legal fuese relativa o
iuris tantum, entonces, sí cabe la prueba en contrario y, por
ende, sí es posible hablar de actividad probatoria en este último
supuesto.

c. Los hechos recogidos en una resolución judicial con autoridad


de cosa juzgada y, por lo tanto, irrevisable e inmutable. Al
respecto, debemos advertir que la resolución en mención debe
estar referida a las partes en uno y otro proceso, pues, de lo
contrario, si se tratara de personas extrañas en ambos procesos,
no les alcanzarían a los sujetos del segundo proceso los efectos
de la cosa ju.zgada del primero.

d. Los hechos notorios o de público conocimiento: se trata de


aquellos hechos respecto de los cuales se sabe -no se presume-

549
Oxnr VÍcron Ávaros Jnne

su verdad. Son hechos tan evidentes que merituarlos implicaría


realizar una actividad absurda, que conllevaría al mismo resul-
tado que ya se tiene de antemano.

e. Los hechos impertinentes para los efectos del proceso: son


aquellos que nada tienen que ver con. la cuestión controvertida,
y que en nada coadyuvan a resolver la causa.
Los hechos irrelevantes para Ia dilucidación del proceso: son
aquellos que si bien pueden tener relación con la cuestión con-
trovertida, su importancia es mínima y no influyen en nada en
la solución del conflicto.

2.2. La enunciación de las pruebas admitidas respecto


de los hechos necesitados de actuación probatoria
Luego de estabiecer cuáles son los medios que requieren de actua-
ciones probatorias y cuáles no, el juez laboral procede a enunciar las
pruebas admitidas relacionadas a los hechos que requieren de sustento
probatorio. Es decir, el magistrado que conoce de la causa señalará cua-
les son los medios probatorios admitidos relacionados con el material
fáctico que precisan de actividad probatoria para su esclarecimiento.

En este sentido, se constituye como una obligación del juez el expli-


car de forma clara y precisa el por qué de la admisión de determinados
medios probatorios y el rechazo de otros.

Esta obligación -basada en el respeto al derecho al debido proceso y


jurisdiccional efectiva de las partes- se hace indispensable en
a la tutela
la medida que solo conociendo las razones del destino de los medios de
prueba se podrá saber cuándo cabe impugnar las decisiones judiciales.

2.3. El momento oportuno para proponer cuestiones


probatorias
Seguidamente, el demandante y el accionado pueden plantear las cues-
tiones probatorias que estimen convenientes, pero -es claro- únicamente
con relación a los medios de prueba que fueron admitidos por el juez.

550
PnocEso oRDINARIo LABoRAL

Cabe indicar que las cuestiones probatorias son defensas procesales


que tienen por objeto rebatir algún medio de prueba a efectos de que el
órgano jurisdiccional se pronuncie por su falta de validez o ineficacia
probatoria. En este sentido, las cuestiones probatorias son de dos clases:
a) la tacha y b) la oposición.

Así, se puede deducir tacha contra la prueba de declaración de


testigos, contra la prueba de documentos e, incluso, contra medios pro-
batorios atípicos. En cambio, se puede formular oposición a la actuación
de la prueba de declaración de parte, a la actuación de la exhibición de
documentos, a la actuación de la prueba pericial, a la actuación de Ia
prueba de inspección judicial y a la actuación de un medio de prueba
atípico.

Hecha la anotación del caso respecto de las cuestiones probatorias,


es de resaltar que eI juez del proceso ordenará su admisión a trámite
siempre y cuando los medios de prueba que sustentan tales cuestiones
probatorias sean susceptib\es de ser actuados en \a presente etapa de
actuación probatoria.

Seguidamente, el órgano jurisdiccional debe tomar juramento a


quienes deban intervenir en la etapa de actuación probatoria. Dicho
juramento se toma y efectúa de manera conjunta y está dirigido, en
resumidas cuentas, a actuar con veracidad.

2.4. La actuación de los medios probatorios


Luego de habérsele tomado juramento a los intervinientes en la
audiencia, se actúan todos los medios de prueba que hayan sido ad-
mitidos por el juez, así como aquellos que conciernen a las cuestiones
probatorias, en caso de haberlas y poder ser actuados en la etapa de
actuación probatoria.

En primer lugar se actúan los medios de prueba suministrados por


el actor y luego los aportados por el demandado. En cuanto a la actua-
ción de los diferentes medios de prueba que pudieran haber ofrecido
las partes, puntualizamos que debe seguirse un orden predeterminado,
que es el siguiente:

551
Oxer VÍcron Áveros Jene

a. Se empieza con la declaración de parte, la que es personalísima;


por lo tanto, será el propio de titular del o de los derechos de-
mandados quien declare; en el caso de la parte demandada, si
se trata de una persona natural, también será ella misma la que
preste su declaración, mientras que si se trata de una persona
jurídica, la declaración la efectuarán sus representantes, quie-
nes deberán contar con el poder correspondiente que contenga
expresa y literalmente sus facultades de representación.

b. Se sigue con la declaración de testigos, quienes son aquellas


personas que de manera directa presenciaron y pueden dar
fe de la ocurrencia de ciertos hechos. Cabe precisar que los
testigos intervienen únicamente en la etapa probatoria con
su declaración. El testigo que presta su declaración, luego de
efectuarla, recibirá del órgano jurisdiccional una constancia, la
cual le permitirá, entre otras cosas, acreditar su participación
y, por ende, justificar Ias ausencias a su centro de trabajo o a
cualquier otro evento a donde deba asistir.

c. Luego con la pericia. La participación de los peritos, al igual que


la de los testigos, se ciñe estrictamente a la etapa probatoria, y
más estrictamente a informar cuáles han sido los resultados de
su labor.

d. Finalmente, se continúa con el reconocimiento y la exhibición


de la prueba documental, de manera que el juez deberá vincu-
lar las pruebas admitidas con los hechos o afirmaciones de las
partes con el objeto de obtener ciertas conclusiones.

Una vez terminada la actividad probatoria referida a los medios


de prueba enunciados precedentemente, y si el órgano jurisdiccional la
considera necesaria para el esclarecimiento de los hechos la realización
de una inspección judicial, entonces, procederá a disponer la suspensión
de la audiencia de juzgamiento -en la que se desarrolla, entre otras, la
etapa de actuación probatoria- y a señalar el día, la hora y el lugar para
que se efectúe tal inspección.
Asimismo, el jtez laboral procederá a citar, en el momento, a los
sujetos procesales y a los peritos o testigos que sea menester para cumplir

s52
Pnocnso oRDINARIo LABoRAL

con los fines probatorios de la inspección judicial. La realización de la


inspección judicial y todos los pormenores relativos a ella pueden ser
grabados en audio yvídeo, si se dan las facilidades del caso; en su defecto,
lo concerniente a la actuación de la inspección judicial debe constar en
el acta respectiva, donde debe señalarse, en suma, todo aquello que el
órgano jurisdiccional hubiese verificado o advertido en dicha diligencia,
todo lo que hubiese constatado en la misma y las observaciones sobre
el particular hechas por los sujetos procesales.

La etapa de actuación probatoria debe finalizar en la fecha que


hubiera programado el órgano jurisdiccional. Esa es la regla general que
admite como salvedad, en la hipótesis de que la actividad probatoria no
hubiese terminado, la facultad judicial para disponer la continuación
de la audiencia de juzgamiento hasta el agotamiento de 1o relativo a
la actuación de los medios probatorios. La fecha para la realización de
la continuación de la audiencia de juzgamiento no debe exceder de los
cinco días siguientes de efectuada la audiencia que se suspendió.
Al término de la etapa de actuación probatoria, e\ juez fijará día y
hora para las etapas de alegatos y dictado de la sentencia, lo que debe
producirse dentro de los cinco días hábiles siguientes a la fecha en que
concluyó la etapa de actuación probatoria.

APt. 470.- 0legal0s u $snlencia

Finalizada la actuación probatoria, los abogados presentan oral-


mente sus alegatos. Concluidos los alegatos, el juez, en forma
inmediata o en un lapso no mayor de sesenta (60) minutos, hace
conocer a las partes el fallo de su sentencia. A su vez, señala
día y hora, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes, para
la notificación de la sentencia. Excepcionalmente, por la com-
plejidad del caso, puede diferir el fallo de su sentencia dentro
de los cinco (5) dias hábiles posteriores,lo cual informa en el
acto citando a las partes para que comparezcan al juzgado para
la notificación de la sentencia.
La notificación de la sentencia debe producirse en el día y hora
indicados, bajo responsabilidad.

553
Ox¡l VÍcron Ávnros Jnne

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artículo 122o.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculos 31o,44o y 4ó,0.5.

Comentario

1. Los ar,Ec^qros
Unavez que culmina la etapa de actuación de los medios de prueba,
el juez señala el día y la hora en que deben los abogados patrocinantes
de las partes exponer sus alegatos, lo que acontecerá, como se indicara
en su oportunidad, dentro de los cinco días siguientes a aquel en que
la etapa de actuación probatoria finalizó.
El alegato viene a constituir aquella herramienta jurídico-procesal
en virtud de la cual la parte que se vale de él expresa su posición sin-
tetizando los hechos y pruebas más relevantes, de manera que trata de
encaminar la causa según su perspectiva, pretendiendo convencer al
juez a efectos de que este recoja todo o parte de los fundamentos que
sustentan su pretensión. El alegato se constituye, básicamente, como un
acto de convencimiento.
En estricto, en los alegatos se efectúa una recapitulación de los
hechos y de las pruebas que sustentan el petitorio, a lo que se suma la
habilidad oratoria del ponente; se trata de diseñar una estrategia dirigida
a obtener el reconocimiento de los derechos invocados o, en el caso de
la parte demandada, de no concederlos.
Las partes involucradas en el proceso tienen derecho a presentar
sus alegatos durante la audiencia de juzgamiento y luego de llevada a
cabo la etapa de actuación probatoria. En este sentido, los abogados
del actor y del accionado deben exponer en forma oral sus alegatos en
defensa de los derechos e intereses de sus patrocinados. Esto significa,
por parte del letrado del demandante, tratar de convencer verbalmente
al |uez de la veracidad de las alegaciones cbntenidas en la demanda
y del sustento jurídico de las pretensiones reclamadas. Por parte del
abogado del demandado, el alegato apuntará a persuadir al juez de
que los hechos afirmados por el accionante no se ajustan a la realidad
o que, si bien son ciertos, no conllevan como consecuencia jurídica al

554
Pnocrso oRDINARIo LABoRAL

acogimiento de la pretensión exigida en el proceso Por la contraparte;


dicho en otras palabras, el alegato del defensor del demandado estará
dirigido a poner de manifiesto la inexigibilidad o la extinción de la
obligación de este último.
Los alegatos no constituyen una obligación para las partes, sino
simplemente una facultad, en la medida que cada una de ellas es libre
para determinar la utilización de esta herramienta, pudiendo no hacerlo
si así lo consideran conveniente, y de ser así no habría ninguna conse-
cuencia negativa o adversa en cuanto a sus intereses. Generalmente, la
utilización o no de los alegatos depende de la estrategia de defensa de
cada una de las partes.

Cabe precisar que el derecho a los alegatos les corresponde a las


partes por igual y en la misma medida; ello quiere decir, que ambas
partes deberán gozar de las mismas condiciones y garantías para el
ejercicio de este derecho.

2, Er orcteno DE LA SENTENcIA

Una vez expuestos oralmente los alegatos por los letrados de los
sujetos procesales, el magistrado pondrá en conocimiento de las partes
el fallo de su sentencia, lo cual hará de inmediato apenas culminados
los alegatos, o dentro de los sesenta minutos siguientes.

Además de hacer saber a los sujetos procesales la parte resolutiva de


la sentencia, el órgano jurisdiccional fijará día y hora para la notificación
de la sentencia en su integridad, lo que deberá producirse dentro de los
cinco días hábiles siguientes a la fecha en que puso en conocimiento de
las partes el fallo de la sentencia.

No obstante lo señalado precedentemente, y atendiendo a lo com-


plicado o dificultoso que resulte el caso ventilado en juicio, el juez se
encuentra autorizado para postergar el fallo (parte resolutiva) de su
sentencia por un lapso que no debe exceder los cinco días hábiles si-
guientes a la culminación de la exposición oral de los alegatos a cargo
de los abogados de las partes, todo lo cual deberá hacérselo saber a los
justiciables en el acto, a quienes en dicho momento citará a efectos de

555
Ox¡,1 Vícron Avrlos fen^r,

que comparezcan al local del fuzgado para que les sea notificada la
sentencia de primera instancia. Cabe resaltar que esta facultad no po-
drá ser ejercida de forma espontanea, pü€s al tratarse de una excepción
a la regla general, el juez deberá expresar, en resolución debidamente
motivada, las razones de la postergación del pronunciamiento.

La notificación de la sentencia en el proceso ordinario laboral


debe acontecer necesariamente en el día y hora señalados por el ór-
gano jurisdiccional, dentro de los plazos expuestos en los párrafos
anteriores. De lo contrario, el citado órgano judicial incurrirá en la
respectiva responsabilidad, conforme lo advierte la norma laboral
materia de análisis.

556
CAPÍTULO II
PROCESO ABREVTADO IABORAI

Ant. 480.- Tra$laÍ0 u cllaclún a aüdlencla únlca

Verificados los requisitos de la demanda, el juez emite resolu-


ción disponiendo:
a. la admisión de la demanda;
b. el emplazamiento al demandado para que conteste la de-
manda en el plazo de diez (10) días hábiles; y
c. la citación a las partes a audiencia única,la cual debe ser
fijada entre los veinte (20) y treinta (30) días hábiles siguien-
tes a la fecha de calificación de la demanda.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Procesal: artfculos 17o y 49É.

Comentario

l, El pnocnso ABREVTADo LABoRAL y su rruiMrrs HAsrA AN-


TES DE LA AUDIENCIA ÚNICA

En líneas generales, el proceso abreviado es aquel que por la natura-


leza de las pretensiones incoadas se desarrolla en un plazo más reducido
que el proceso ordinario, teniendo como premisa la eliminación de actos
procesales innecesarios y la concentración de otros.

557
Oxnr VÍcron Avnros Ian¡

Dada su composición, el proceso abreviado discurre de una manera


más célere, no solo porque los lapsos entre uno y otro acto procesal son
más cortos, sino también porque los actos procesales de cognición se
realizan en un solo momento.

A diferencia del proceso ordinario laboral, en donde generalmente


deben llevarse a cabo dos audiencias para dar lugar a la expedición de
la sentencia; en el proceso abreviado solo tiene cabida una audiencia, la
cual congrega a las etapas de conciliación, confrontación de posiciones
y actuación probatoria, luego de las cuales las partes podrán ejercer su
derecho para exponer sus alegatos y seguidamente se dictará la sentencia.

Como es sabido, Ia Nueva Ley Procesal del Trabajo ha regulado solo


dos supuestos para ser ventiiados vía proceso abreviado qlue son, en primer
lugar, la reposición, cuando esta se plantea como pretensión principal
única, y, en segundo lugar, las pretensiones relativas a Ia vulneración
de la libertad sindical. Se trata de dos supuestos que conllevan, en la
mayoría de casos, a la readmisión del trabajador a su puesto de labores.

Ahora bien, en lo que respecta al traslado de la demanda y a la


citación a la audiencia única, es menester señalar que se constituye en
una obligación del juez laboral, luego de presentada la demanda, veri-
ficar el cumplimiento de los requisitos de la demanda contenidos en
el artículo 16' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo y en los artículos
424" y 425" del Código Procesal Civil.

Si el juez advierte que todos los requisitos han sido cumplidos,


entonces expedirá la correspondiente resolución en donde dispondrá la
admisión de la demanda, emplazará al demandado para que conteste la
demanda en el plazo máximo de diez días hábiles y citará a las partes
a audiencia única, la cual deberá llevarse a cabo entre los 20 y 30 días
hábiles siguientes a la fecha de calificación de la demanda.

De no haberse cumplido todos los requisitos de la demanda, el juez


laboral le concederá al demandante el plazo de cinco días hábiles para
que subsane la omisión o defecto, bajo apercibimiento de declararse la
conclusión del proceso y el archivo del expediente. La resolución que
disponga la conclusión del proceso es apelable en el plazo de cinco días
hábiles. No obstante, en el caso de que la improcedencia de la demanda

s58
Pnocsso ABREVTADo LABoRAL

sea notoria, el juez la rechazará de plano expidiendo la resolución debi-


damente fundamentada,la cual también es apelable en el plazo de cinco
días hábiles contados desde el día siguiente de recibida la notificación.

Es importante recalcar que, al margen de los plazos más breves y


la conformación del proceso, el proceso abreviado tiene una diferencia
estructural muy marcada con relación al proceso ordinario laboral,
siendo ello que en este tipo de proceso el demandante no deberá con-
currir con su escrito de contestación de demanda a la audiencia única,
sino que deberá presentarlo mucho antes de la realización de tal acto
procesal, por escrito y dentro del plazo de diez días hábiles contados
desde el día siguiente de haber sido notificado con Ia resolución que
admite la demanda, pues si no lo hace se le declarará rebelde con todas
las consecuencias legales que ello acarrea.

La audiencia única se estructura a partir de las audiencias de


conciliación y juzgamiento del proceso ordinario laboral. Com-
prende y concentra las etapas de conciliación, confrontación
de posiciones, actuación probatoria, alegatos y sentencia, las
cuales se realizan, en dicho orden, una seguida de la otra, con
las siguientes precisiones:
l. La etapa de conciliación se desarrolla de igual forma que
la audiencia de conciliación del proceso ordinario laboral,
con la diferencia de que la contestación de la demanda no
se realiza en este acto, sino dentro del plazo concedido,
correspondiendo al juez hacer entrega al demandante de la
copia de la contestación y sus anexos, otorgándole un tiem-
po prudencial para la revisión de los medios probatorios
ofrecidos.
2. Ante la proposición de cuestiones probatorias del deman-
dante el juez puede, excepcionalmente, fijar fecha para la
continuación de la audiencia dentro de los treinta (30) días
hábiles siguientes si, para la actuación de aquella se requi-
riese de la evacuación de un informe pericial, siendo carga
del demandante la gestión correspondiente.

5s9
Ox¡.r VÍcron Ávelos ]ane

| (oncordanciar:
- Código Procesal Civil: artículo s 4260 y 427o,
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos 43o,44o, 45o,460,47o y 48o.

Comentario

1. LR auuElrcrA úNrcA EN Er pRocEso ABREvTADo LABoRAL


Como mencionamos anteriormente, una de las notorias diferencias
entre el proceso abreviado laboral y el proceso ordinario laboral, es
que el primero agrupa en un mismo acto procesal a las dos audiencias
que se desarrollan en el segundo, que son la de conciliación y la de
juzgamiento. Y ello no se da simplemente por una cuestión antojadiza,
sino porque la naturaleza de las pretensiones sometidas a litis faciita
la celeridad y Ia concentración de los actos procesales.

En este contexto, la audiencia única del proceso abreviado laboral


comprende las etapas de conciliación, confrontación de posiciones,
actuación probatoria, alegatos y sentencia, las que se realizan, en ese
orden, una seguida de la otra.

En principio, tales actos procesales se desarrollan de igual manera


que en el proceso ordinario laboral; no obstante,la etapa de conciliación
y la probatoria se llevan a cabo con ciertas particularidades. Sin perjuicio
de ello, a continuación explicaremos brevemente el desenvolvimiento
de las etapas que conforman la audiencia única.

El primer acto a desarrollarse en la audiencia única es la conciliación,


la cual tiene por finalidad fomentar el avenimiento entre los justiciables
para que, dejando de lado sus diferencias, pongan fin a Ia controversia.
Esta etapa se tramita de la misma manera que la audiencia de concilia-
ción del proceso ordinario laboral, salvo en lo que respecta al hecho de
que la contestación de la demanda no se efectúa en la citada etapa de
conciliación, sino que debe hacerse dentro del plazo de diez días hábiles
siguientes a aquel en que el accionado fue notificado con la resolución
admisoria de la demanda, es decir, la contestación la conocerá el juez
antes de la rcalización de la audiencia única.

560
Pnocnso ABREvIADo LABoRAL

No obstante, cabe recalcar que, dada la lentitud de nuestro sistema


judicial, podría producirse el supuesto en que el plazo de diez hábiles
con los que cuenta el demandado para contestar la demanda culmine
con posterioridad a la fecha fijada para la realización de la audiencia
única, es decir, que no habiendo vencido ese plazo deba llevarse a cabo
la aludida audiencia. Sobre el particular, y siendo que la Nueva Ley
Procesal del Trabajo no ha planteado ninguna solución, consideramos
que si ello ocurre deberá establecerse nueva fecha para la realización de
la audiencia única, pues de lo contrario se estaría vulnerando el derecho
de la parte demanda al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efec-
tiva, salvo que el propio demandado manifieste expresamente su deseo
de convalidar el acto procesal y que se lleve a cabo la audiencia única.

Pero bien, producida Ia contestación de la demanda en la opor-


tunidad reseñada, será tarea del juzgador, en primer lugar, verificar
el cumplimiento de los requisitos contenidos en el artículo 16' de la
Nueva Ley Procesal del Trabajo y los artículos 424" y 425' del Código
Procesal Civil, todos ellos referidos a los requisitos de la demanda y a
sus anexos. Es importante hacer notar que la Nueva Ley Procesal del
Trabajo no señala qué ocurre en los casos en que la contestación de la
demanda no cumple con los requisitos previstos para su admisibilidad
y procedencia; sin embargo, a pesar de la premura y lo breve de los
plazos -que a su vez constituyen un problema si es que el proceso no
se maneja de manera adecuada-, consideramos que la parte demandada
tiene igual derecho que la parte demandante a que se le conceda un plazo
adicional de cinco días hábiles para subsanar la omisión o defecto de
su contestación, salvo que la improcedencia sea notoria, empero, si este
plazo adicional excede la fecha fijada para la realización de la audiencia,
deberá suspenderse esta última y programarse nueva fecha y hora para
no mlnerar derechos fundamentales del demandado.

Culminada la etapa conciliatoria con un acuerdo parcial o sin acuer-


do, el juez procederá a proporcionar al accionante las respectivas copias
del escrito de contestación y de sus anexos, debiéndole conceder a este
último un tiempo prudencial con la finalidad de que pueda examinar
minuciosamente las defensas de fondo y forma y los medios de prueba
ofrecidos por el demandado en su escrito de contestación de demanda,
así como las cuestiones probatorias que pudiere deducir.

56t
Oxer VÍcron Averos Jnn,r

Es importante recalcar que no se ha establecido expresamente cuál


es el tiempo que tiene el demandante para revisar y examinar la con-
testación de la demanda y los medios de prueba ofrecidos por la parte
demandada, por lo que indudablemente dicho lapso de tiempo queda a
criterio del juez, no obstante, este criterio deberá basarse esencialmente
en los principios de razonabilidad y proporcionalidad, pues solo con la
observancia de ellos podrá garantizarse que el tiempo concedido no
vulnere el derecho al debido proceso de la parte demandante.
Luego de ello, se da paso a la etapa de confrontación de posiciones.
dentro de la cual el accionante expondrá brevemente cuáles son sus pre-
tensiones, así como los hechos principales en que se fundan, mientras
que el demandado expondrá sus argumentos de defensa de forma y de
fondo, dirigidos a que la obligación reclamada en el proceso se tenga
por inexigible o extinguida.
Seguidamente, se dará inicio a la etapa de actuación probatoria, fase
procesal en la que se actúan los diferentes medios de prueba ofrecidos
por el demandante y por el demandado para probar sus alegaciones
e, incluso, aquellos dispuestos de oficio por el juzgador, ya sea que se
trate de medios probatorios aportados para sustentar la demanda y la
contestación de la demanda o para fundamentar las cuestiones proba-
torias -tacha y oposición- que se pudieran haber deducido.

En este caso, si el accionante plantea cuestiones probatorias, el


órgano jurisdiccional tiene la potestad, de forma excepcional, de se-
nalar día y hora para la realización de la continuación de la citada
audiencia única, la que deberá desarrollarse dentro de los treinta días
hábiles siguientes de deducida la cuestión probatoria por el actor. La
mencionada facultad extraordinaria con la que cuenta el magistrado
para suspender la audiencia única y disponer su continuación en otra
fecha podrá ejercerse siempre y cuando sea preciso para la actuación de
la cuestión probatoria planteada la elaboración de un dictamen pericial.
Lo concerniente a todas las diligencias encaminadas a la obtención del
citado dictamen serán de cargo del actor.

Posteriormente, se da paso a la etapa de alegatos, en donde los


abogados patrocinantes, si así lo creen conveniente, expondrán en forma

562
PRocE,so ABREVIADo LABoRAL

oral los fundamentos de hecho y los fundamentos jurídicos que susten-


tan el criterio o posición asumida en el proceso por sus patrocinados,
vale decir, exponen los motivos fácticos y jurídicos por los cuales debe
acogerse la demanda o tiene que rechazarse, según sea el caso.

Finalmente, entramos a la etapa del dictado de la sentencia. Así,


inmediatamente después de culminados los alegatos o en un lapso no
mayor de sesenta minutos, el juez laboral le informará a las partes cuál ha
sido su decisión, comunicándoles también cuando deben apersonarse a su
despacho para que sean notificados con el texto íntegro de la sentencia.

No obstante lo indicado, cabe la posibilidad que, por la complejidad


del caso, el juez se reserve el derecho para diferir el fallo de la sentencia
dentro de los cinco días hábiles posteriores, lo cual deberá poner en
conocimiento de las partes en el mismo momento en que debió dictar
su sentencia, esto es, luego de los alegatos. En este caso, dentro del
plazo referido deberá citarse a las partes no para darles a conocer solo
la parte resolutiva de su sentencia, sino, además, el texto íntegro de
la sentencia.

Es con la notificación de la sentencia que las partes podrán impugnar


la decisión judicial, teniendo el plazo de cinco días hábiles para poder
hacerlo, dado que lo contrario haría que la sentencia quede consentida
y cause ejecutoria, constituyéndose en cosa juzgada.

563
CAPÍTULO III
PROCESO IMPUGNAIIVO DE
rAUDos ARBITRATES EcoNónrucos

0Ft.500.- 0dfnl$lÓn ls la demanla

Además de los requisitos de la demanda, la sala laboral verifica


si esta se ha interpuesto dentro de los diez (10) días hábiles si-
guientes de haberse notificado el laudo arbitral que haciendo las
veces de convenio colectivo resuelve el conflicto económico o de
creación de derechos, o su aclaración; en caso contrario, declara
la improcedencia de la demanda y la conclusión del proceso.
Esta resolución es apelable en el plazo de cinco (5) días hábiles.
Los únicos medios probatorios admisibles en este proceso son
los documentos,los cuales deben ser acompañados necesaria-
mente con los escritos de demanda y contestación.

(oncordancias:
|
o, 52o, 53o
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 5l y 54o.

Comentario

1. funrsucclótIvARBITRAJE
La Constitución Política del Perú, vigente desde el 31 de diciembre
de 1993, reconoce la unidad y exclusividad de la función jurisdiccional,

56s
Oxer VÍcron Áveros Jen¡

señalando que no existe ni puede establecerse jurisdicciónt"tl alguna


independiente, con excepción de la militar y la arbitral.

En puridad, sin embargo,la mal denominada "jurisdicción militar"


no es sino una competencia especializada constreñida a abarcar las
infracciones cometidas en el ejercicio de la función militar. Y a decir
verdad no es la única competencia que la Constitución reconoce, pues
además de ella tenemos, entre otros, la que ejercen el |urado Nacional
de Elecciones (artículo 178", numeral 4) y las autoridades de las comu-
nidades campesinas y nativas dentro de su ámbito territorial (artículo
1499. El primero de ellos en materia electoral, una vez convocado el
proceso electoral, referéndum u otras consultas populares; y el segundo,
a través del reconocimiento de la denominada "justicia comunal" siempre
que no violen derechos fundamentales.

Por otro lado, el arbitraje no es una forma especial de jurisdicción


sino, conforme lo señala Juan Monroy Gálvez, es "un procedimiento
de heterocomposición privad¿"lzeo' y, to obstante esta diferencia, debe
observar los principios constitucionales y garantías que informan la
actividad de todo órgano que administra justicia.

Se ha dicho que "el arbitraje es la manifestación más elemental de la


administración de justicia. En el presente estado de la evolución histórica,
solo puede ser concebido como una sustracción legalmente autorizada
a la jurisdicción estatal. Se origina mediante un contrato privado por
el que dos o más sujetos de Derecho deciden someter un conflicto con
relevancia jurídica a la decisión resolutoria, definitiva y exclusiva de uno
o más terceros denominados árbitros que son designados por las partes
o por algún mecanismo establecido por ellas"tz6zl.

t2651 Ya hemos dicho que por "jurisdicción" debe entenderse al poder-deber del Estado des-
tinado a solucionar conflictos de intereses e incertidumbres jurídicas en forma exclusiva
y deñnitiva, a través de órganos especializados que aplican el Derecho que corresponde
al caso concreto, utilizando su imperio para que sus decisiones se cumplan de manera
ineludible.
!2661 Mor,rnovGArvez,Juan, lntroducciónal Derechoprocesal civil,femis,Bogotá, 1996, p.231.
[267] Cnslrro Fnevne, Mario y Vnseuez Kurze, Ricardo, Arbitraje. El juicio privado: Ia verdadera reforma
de la justicia, Palestra, Lima, 2006, p.49.

566
PRocEso IMpucNATIvo DE LAUDos ARBITRALEs EcoNólrtcos

Es importante recalcar que "el arbitraje y el proceso son institucio-


nes distintas aunque paralelas, en cuanto pertenecen al mismo género
-instituciones de composición de litigios-. En el proceso, el litigio se
lleva ante un órgano del Estado. En el arbitraje el litigio se lleva ante
un juez privado. El arbitraje no tiene eficacia procesal, sino, valga la
expresión, eficacia arbitral. Lo que ocurre es qlue, en determinados ex-
tremos -ejecutoriedad, cosa jtzgada, etc.-, el ordenamiento jurídico le
atribuye al arbitraje la misma eficacia que al proceso. En ese sentido,
puede admitirse, aunque sea incorrecta,la afirmación de que el arbitraje
tenga una eficacia procesal"1268l.

Ahora bien, en el ámbito del Derecho del trabajo al arbitraje laboral


se le reconoce como uno de los mecanismos alternativos de solución de
controversias tanto individuales como colectivas, presupone en ambos
casos, entre otros requisitos, que se haya convenido entre las partes que
un arbitro o tribunal arbitral resuelva el diferendo, si es que acaso se
trata de una arbitraje voluntario o facultativo; sino, de tratarse de un
arbitraje obligatorio por que así lo establece la le¡ se hace evidente que
las partes no podrán soslayar tal obligación; finalmente, será potestativo
o facultativo si se establece que a merced de una de las partes queda la
discrecionalidad de que se pueda acceder a este mecanismo alternativo de
solución de controversias, no pudiendo sino la otra parte que aceptarlo.

En materia la laboral todas las controversias que emanan de una


relación de trabajo pueden ser sometidas a arbitraje, empero, además de
canalizarse mediante dos caminos, deben cumplirse ciertas exigencias
legales.

En primer lugar, es preciso indicar que los conflictos individuales


que emanan de la relación solo podrán ser sometidos a arbitraje en Ia
medida que el convenio arbitral se inserte a la conclusión de la relación
laboral ¡ adicionalmente, la remuneración mensual percibida sea, o haya
sido, superior a las 70 Unidades de Referencia Procesal. No obstante, no es
a este supuesto al que se refiere el artículo 50" de la Nueva Ley procesal

t2681 Dtez-Prc¡zo,LuisyPo¡¡ceo¡Leóru,Luis,
Elarbitriodeunterceroenlosnegociosjurídico5Bosch,
Barcelona, 1 957, p. 83.

567
Oxer Vícron Áveros J¡ne

del Trabajo, pues es más que evidente que está haciendo referencia a los
conflictos originados en el marco de las relaciones colectivas de trabajo
y, en concreto, tratándose del fracaso de las negociaciones colectivas.

Es precisamente este caso al que consideramos el segundo cami-


no para acceder al arbitraje. Se trata de aquel supuesto en que, una
vez agotada la negociación directa o la conciliación solicitada por los
trabajadores para resolver un diferendo entre sus representantes y el
empleador, se posibilita el escenario para llevar a cabo un arbitraje en
la medida que no existe otro mecanismo más idóneo, antes de la vía
judicial, que pueda dar solución a la controversia.

Hay que recordar que conforme al artículo 6i' del Texto Único
Ordenado de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, aprobado por
el Decreto Supremo N. 010-2003-TR, "si no se hubiese llegado a un
acuerdo en negociación directa o en conciliación, de haberla solicitado
los trabajadores, podrán las partes someter el diferendo a arbitraje".

A este respecto, es importante traer a colación la problemática


existente acerca de la presunta obligatoriedad del arbitraje, pues algunos
sostienen que el arbitraje en materia laboral es facultativo para las partes
de la relación colectiva de trabajo, sin embargo, otros consideramos que
es facultativa solo cuando es solicitada por los trabajadores, siendo, por
lo tanto, obligatorio cuando es solicitado por el empleador.
Así, se ha dicho que "el arbitraje, como regla general, es un acto que
requiere de la voluntad de las partes, lo que a su vez significa que, salvo
el caso de la excepción que la propia ley establece -haciendo referencia
al arbitraje obligatorio para los servicios esenciales, que actualmente se
encuentra derogada-, solamente se puede llevar a cabo si ambas partes
lo acuerdan. Ello guarda plena concordancia con la esencia y naturaleza
del arbitraje que se inicia inclusive con un compromiso arbitral que en
algunos casos podría ser el único acuerdo a que hubiesen llegado las
partes en la negociación"t26el.

[26e] Et-l¡s Mo*runo, Fernando, Derecho !aboral. Relaciones colectivas de trabajq Jus Editores, Lima,
1 995, p. 21 3.

568
Pnocrso IMpucNATIvo DE LAUDos ARBITRALEs ucoNóurcos

Por otra parte, se alega que se trata de un arbitraje obligatorio para


el empleador y no facultativo, como erróneamente se puede desprender
de una interpretación literal de la norma, ya que "[...] esta interpreta-
ción literal traería como consecuencia la inviabilidad o cuando menos
la precariedad de la negociación colectiva, toda vez que le bastaría al
empleador, que no desea negociar el pliego de peticiones, simplemente
romper el trato directo, negarse a la conciliación que es facultativa y
negarse finalmente al arbitraje. La única posibilidad que tendrían los
trabajadores sería la huelga para obligar a su empleador a negociar.
Y ello no siempre es posible, todo depende de la fuerza del sindicato.
Además, no es propio que una ley propicie huelgas o medidas de fuerza,
es decir, soluciones no necesariamente pacíficas, que dañan el proceso
productivo en perjuicio de la sociedad en su conjunto"[270]. Siendo así,
consideramos que estamos en el escenario de un arbitraje potestativo a
decisión de los trabajadores.

Un punto importante que no puede obviarse es aquel referido al


laudo arbitral, y en concreto a la solución de la controversia que ella debe
tener. El artículo 57" del Reglamento de la Ley de Relaciones Colectivas
de Trabajo, aprobado por el Decreto Supremo N" 011-92-TR, establece
que "el laudo del árbitro o del Tribunal Arbitral en su caso, deberán
recoger en su integridad la propuesta final de una de las partes, no pu-
diendo establecer una solución distinta de las propuestas por las partes
ni combinar los planteamientos de una y otra. Empero, cuando por
razones de equidad se hubiere estimado necesario atenuar algún aspecto
de la propuesta elegida, por considerarlo extremo, en concordancia con
el artículo 65" de la Ley, el árbitro o el Tribunal deberá precisar en el
laudo en qué consiste la modificación o modificaciones y las razones
que se ha tenido para adoptarla. Para emitir laudo se tendrán presentes
las conclusiones del dictamen a que se refiere el artículo 56" de la Le¡
tal como lo ordena el artículo 65'de la misma. [...]".
La norma es clara, por lo que en principio el árbitro o el tribunal
arbitral deberán acoger una u otra propuesta presentada por las partes,

[270] Mon¡lrs ConR¡les, Pedro, "Problemas del arbitraje


en la negociación colectiva'i en Derecho &
Sociedad, PUCB Año XlX, N'3, Lima, 2008, p. 134.

569
Oxel VÍcron Ávnros |nne

empero el tema se complica cuando la norma hace referencia a la ate-


nuación de la propuesta elegida.

Y decimos ello no porque no comprendamos lo que implica atenuar,


que indudable es aligerar los términos o alcances de la propuesta elegi-
da únicamente dentro de su ámbito, sino porque no en todos los casos
correspondería una atenuación, pues también cabría la posibilidad de un
aumento. En efecto, "resulta sencillo entender que si el tribunal arbitral
escoge la propuesta final de los trabajadores, y de requerir disminuir
algunos aspectos extremos, entonces podrá atenuar dichos aspectos; pero
si escoge la propuesta del empleador, probablemente tendrá que aumentar
y no atenuar o disminuir algún aspecto de dicha propuest¿"[27t).
En este contexto, debe quedar en claro que, a la luz del artículo 57'
del Reglamento de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, el término
atenuar debe ser entendido como flexibilízar y no necesariamente como
un menoscabo o rebajo; flexibilización que implica, Por un lado, que
si se acoge Ia propuesta de los trabajadores esta podrá ser aminorada
y aligerada en beneficio del empleador, mientras que, Por otro lado, si
se acoge la propuesta del empleador, esta podrá ser mejorada a favor
de los trabajadores.

Ahora bien, habilitado cualquier tipo de arbitraje, debemos tener en


cuenta que un laudo, per se, es inapelable dada la naturaleza propia del
arbitraje. No obstante, el artículo 66" del Texto Único Ordenado de la
Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo posibilita impugnarlo siempre
que se dé alguno de los siguientes casosl

a. por razón de nulidad, o

b. por establecer menores derechos a los contemplados por la ley


en favor de los trabajadores.

t27ll lbídem, p. 141.

570
PnocEso IMpucNATIvo DE LAUDos ARBITRALES scoNóMlcos

2. Er pRocnso IMpucNATIVo DE tAUDos ARBITRALEs EcoNó-


MICOS Y SU OPERATIVIDAD

Llamamos proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos


al proceso seguido a fin de que en sede judicial se pronuncien sobre
la validez del laudo. Esta no es sino otra vía procedimental laboral
consistente en el cuestionamiento laudos que resuelven controversias
de contenido económico.

Como ya es conocido, las Salas Laborales de la Corte Superior


de |usticia de Lima son comPetentes Para conocer de estos Procesos
en primera instancia. En este sentido, la Sala Laboral que conoce del
proceso debe examinar, en primer lugar, no solo los requisitos y anexos
de la demanda en cuestión, sino que también debe observar lo relativo
al plazo de su interposición. En efecto, la demanda de impugnación
de laudos arbitrales económicos a ser tramitada en Ia vía laboral debe
presentarse dentro de los diez días hábiies siguientes de haber sido
notificado el actor con el laudo arbitral que hace las veces de convenio
colectivo y q.ue, a la vez, da solución al conflicto de tipo económico o
de creación de derechos. Si respecto del citado laudo arbitral se hubiese
emitido con posterioridad una resolución aclaratoria, el plazo reseñado
anteriormente se computará a partir de la notificación de la resolución
arbitral que aclara dicho laudo arbitral. En caso de que la Sala Laboral
competente para conocer del proceso impugnativo de laudos arbitrales
económicos advierta la extemporaneidad de la demanda, procederá a
declararla improcedente ¡ además, dispondrá la conclusión del proceso
sin declaración sobre el fondo.
Esta resolución puede ser recurrida en vía de apelación, siendo el
órgano revisor en este caso la respectiva Sala de Derecho Constitucional
y Social de la Corte Suprema de |usticia. En este caso, el impugnante
cuenta con cinco días hábiles para apelar la resolución que Ie agravia,
contados desde el día siguiente a aquel en que le fue notificada la reso-
lución materia de cuestionamiento.

Ahora bien, en el proceso impugnativo de laudos arbitrales econó-


micos no se admite cualquier medio de prueba dirigido a demostrar las
alegaciones de las partes. Así es, en el mencionado proceso existe una

57t
Ox¡.1 Vícron Averos |nn.r,

limitación en materia probatoria, pues solo es'permisible el ofrecimiento


de prueba documental, la que -como es obvio- debe tratarse del laudo
arbitral que se impugna en vía de acción y de aquellos documentos
referidos a las correspondientes actuaciones desarrolladas en el proceso
arbitral del cual emanó el laudo en cuestión, sobre todo aquellos desti-
nados a poner en tela de juicio la decisión arbitral.

Cabe señalar que los documentos que aporten las partes a fin de
demostrar sus aseveraciones, deberán ser adjuntados únicamente en los
escritos de demanda y de contestación de demand"; por consiguiente,
será rechazada toda prueba de índole documental que se presente en un
momento posterior al indicado, lo que no obsta para que la Sala Laboral
pueda hacer uso de su facultad de disponer la actuación de pruebas
de oficio e incorporar así alguna prueba documental que hubiese sido
ofrecida extemporáneamente, respetando el derecho de defensa de las
partes, dándole a estas la oportunidad de manifestarse sobre tal prueba
de oficio.

No obstante lo dicho, consideramos que sí es admisible el ofreci-


miento y la incorporación al proceso de pruebas nuevas conforme a lo
conceptualizado por el artículo 429" del Código Procesal Civil, máxime
si estas pueden incidir directamente sobre el resultado.

Afl.510.- Ira$ad0 u s0nlB$tac¡ón

Verificados los requisitos de la demanda,la sala laboral emite


resolución disponiendo:
a. la admisión de la demanda;
b. el emplazamiento al demandado para que conteste la de-
manda en el plazo de diez (10) días hábiles; y
c. la notificación a los árbitros para que, de estimarlo conve-
niente y dentro del mismo plazo, expongan sobre lo que
consideren conveniente.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 50o.

572
PRoc¡so IMpucNATIvo DE LAUDos ARBITRALES EcoNólrlcos

Comentario

t, Er rnesreDo y LA coNTEsrAcróN DE LA DEMANDA EN EL pRo-


CESO IMPUGNATIVO DE TAUDOS ARBITRALES ECONóMICOS

La Sala Laboral competente para conocer, en primera instancia,


del proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos, al calificar la
demanda y apreciar que reúne los requisitos y anexos exigidos conforme
al artículo 16' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo y a los artículos
424" y 425" del Código Procesal Civil, expedirá la respectiva resolución
judicial que contendrá los tres puntos siguientes.
En primer lugar,la admisión a trámite de la demanda interpuesta,
lo que quiere decir que el acto procesal que ha dado inicio al proceso
laboral congrega todos los requisitos exigidos por le¡ pero principal-
mente que está comprobado que la demanda ha sido interpuesta dentro
de los 10 días hábiles siguientes de haberse notificado el Iaudo arbitral
materia de cuestionamiento.

En segundo lugar, el emplazamiento al sujeto pasivo de la relación


jurídico-procesal para que cumpla con contestar la demanda dentro del
plazo correspondiente, cual es de 10 días hábiles computados desde el
día siguiente en que le fue notificada la demanda. Cabe resaltar que la
contestación de la demanda también se sujetará al artículo 16o de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo y a los artículos 424", 425" y 442" del Código
Procesal Civil, siendo que -al igual que en el caso de la demanda- los
únicos medios probatorios admisibles son los documentos.

En tercer lugar,la notificación de la demanda y resolución admisoria


a las personas que actuaron como árbitros en el proceso arbitral del cual
emana el laudo económico objeto de impugnación en vía de acción. En
virtud de la notificación aludida precedentemente no puede entenderse
bajo ninguna interpretación que los citados árbitros tienen la condición
de codemandados, pues de ningún modo integran esta posición procesal.

La referida notificación de la demanda impugnativa obedece al sim-


ple hecho de que, al ser ellos quienes emitieron el laudo que se impugna,
pueden explicarlo a cabalidad o ahondar en las razones que los guiaron
para emitir la decisión arbitral, y será la Sala Laboral la que juzgue si
son válidas o no las razones expuestas y si se siguió adecuadamente el

573
Ox,tr VÍcron Averos Jan¡

procedimiento arbitral, vale decir, si se tramitó con arreglo a le¡ lo que,


como es obvio, también influye en la validez del laudo.

El pronunciamiento de las personas que intervinieron como árbi-


tros y dictaron el laudo deberá hacerse dentro de los diez días hábiles
siguientes a la fecha en que fueron notificados con la demanda y la
resolución que la admite.

Cabe recalcar que la participación activa de los árbitros se dará


solo en la medida que el juez laboral lo considere conveniente, pues el
literal c del artículo 51'de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es bastante
claro cuando señala que será finalmente el juez quien determine si los
árbitros participan con sus exposiciones, lo que ocurrirá si la controversia
requiere de alguna información adicional o especial. Al margen de ello,
lo que sí es obligación del juez es emplazar a los árbitros para que ellos
se encuentren premunidos de una posible participación.

Art.520.- Fám¡le !, senlsnc¡a [e 0r¡nlena inilanc¡a

La Sala Laboral, dentro de los diez (10) días hábiles siguientes


de contestada la demanda, dicta sentencia por el solo mérito
de los escritos de demanda, contestación y los documentos
acompañados. Para tal efecto señala día y hora, dentro del
plazo indicado, citando a las partes para alegatos y sentencia,
lo cual se lleva a cabo de igual modo a lo regulado en el proceso
ordinario laboral.

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 31o,47o y 51o.

Comentario

1, DEL pRocEso rMpucNATrvo DE rAUDos ARBr-


Er rruirurrE
TRALES ECONóMICOS Y tA SENTENCIA

El proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos resulta ser


uno de los más breves de los contenidos en la Nueva Ley Procesal del
Trabajo, y ello en la medida que luego de los actos postulatorios efec-

574
Pnoc¡,so IMpucNATIvo DE LAUDos ARBITRALES ecoNóutcos

tuados por las partes o, de ser el caso, habiendo vencido el plazo para
contestar la demanda, eI juez se encontrará en aptitud para manifestar
su fallo ¡ luego, dar a conocer el íntegro de su sentencia.

De esta manera, la correspondiente Sala Laboral pronunciará el


fallo de su sentencia de primera instancia correspondiente al proceso
impugnativo de laudos arbitrales económicos, una vez transcurrido el
plazo para contestar la demanda, ya sea que se haya contestado o no. El
fallo aludido se fundará en el solo mérito de lo expuesto en los escritos
de demanda y de contestación de demanda y de lo que pueda apreciar
de la prueba documental adjuntada a tales escritos.

Como se observa del artículo analizado, el plazo para expedir la


sentencia en el proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos es
de 10 días hábiles contados desde el día siguiente en que se produjo la
contestación de la demanda. Para tal efecto, la Sala Laboral fljará día
y hora, dentro del lapso de tiempo señalado precedentemente, citando
al demandante y al demandado para que, si lo desean, expongan sus
alegatos y comunicarles del fallo de la sentencia.

De forma más precisa, podemos decir que finalizada la actuación


probatoria,los abogados presentan oralmente sus alegatos; concluida esta
etapa, el juez, en forma inmediata o en un lapso no mayor de 60 minu-
tos, hace conocer a las partes el fallo de su sentencia ¡ a su vez, señala
día y hora, dentro de los 5 días hábiles siguientes para la notificación
de la sentencia; sin embargo, excepcionalmente, por la complejidad del
caso, puede diferir el fallo de su sentencia dentro de los 5 días hábiles
posteriores, de lo cual informa en el acto citando a las partes para que
comparezcan al juzgado para la notificación de la sentencia,

Ant. 530.- lmIF0cedencla del pecurso de casac¡Ún

Contra la sentencia de la Corte Suprema de fusticia de la Re-


pública no procede el recurso de casación.

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 34o, 35o y 360.

57s
Oxnl Vícron Avalos Je.ne

Comentario

1. EL Rscunso DE cAsAcIóN coMo MEDro rMpucNAToRro Ex'


TRAORDINARIO
El recurso de casación es un medio impugnatorio de carácter ex-
traordinario que tiene por objeto revisar o anular una sentencia judi-
cial que contiene una incorrecta interpretación normativa o aplicación
o inaplicación de Ia le¡ o que ha sido dictada en un proceso que no
guarda las garantías mínimas concedidas por la Constitución y la ley
a los justiciables.

El recurso de casación se fundamenta en errores in procedendo


e in iudicando. "La distinción enlre error in procedendo y error in iu-
dicando se basa sobre ia diversa posición del juez en lo que se refiere
a la ley. Si el proceso no observa las normas jurídicas reguladoras de
su actividad en el proceso, comete un error in procedendo, qtue puede
inducir Ia nulidad de su acto y la sentencia. En cambio, si al juzgar el
fondo de la causa viola o aplica mal las normas que regulan la relación
jurídica deducida en juicio, comete un error in iudicando y pronuncia
una sentencia injusta"f2zzJ.
La casación "es un recurso extraordinario de carácter jurisdiccional
que cabe exclusivamente por motivos determinados frente a resoluciones
definitivas, también determinadas dictadas por los tribunales de instan-
cia. No se trata de una tercera instancia y, en consecuencia, para poder
ser utilizado se precisa no solo la lesividad o gravamen de Ia resolución
recurrida, sino de la presencia de motivos determinadosD[273].

En efecto, como acertadamente señala autorizada doctrina, el re-


curso de casación no es una tercera instancia; se trata de un recurso
extraordinario de revisión y verificación de no transgresión de normas
sustantivas o del derecho al debido proceso de las partes; por ende, este
recurso solo procede residual y excepcionalmente. Bajo este marco, la

[272! L,re"o*, Enrique Tullio, Manual de Derecho procesal civit,Ediciones Jurídicas Europa-Améri-

. ca, Buenos Aires, 1975, pp.503 y 504.


[273] Górez oe LrAño GoNzALEz, Fernando, El proceso civi!,2" ed., Forum, Madrid, 1992, p.525.

576
PRoc¡so IMpUcNATIVo DE LAUDos ARBITRALES EcoNó¡.rIcos

restricción del recurso de casación en algunos procesos no supone en


ningún caso la vulneración del principio de la doble instancia, en la
medida que previamente los justiciables han transcurrido por los menos
por dos instancias.
Hay que recordar que de acuerdo con el numeral 6 del artículo
139" de nuestra Constitución Política, la pluralidad de la instancia
constituye un principio de la función jurisdiccional. Este principio, que
ostenta reconocimiento constitucional, puede ser definido como aquel
"según el cual, siempre que hay una primera decisión jurisdiccional en
un proceso, las partes deben tener derecho a pedir que otra instancia
distinta y superior a la primera, revise el fallo. Se busca, así, que no haya
arbitrariedades en la justicia, producto de la simple subjetividad de un
juez o de quienes conforman un órgano determinadoDÍ2741 .

2, Er Rncunso DE cASAcróN EN Los pRocEsos IMpucNATIVos


DE LAUDOS ARBITRALES ECONÓMICOS

En el proceso laboral, por lo general, cabe interponer el recurso


extraordinario de casación si en la resolución impugnada se ha cometido
alguna infracción normativa que incide directamente sobre la decisión
contenida en tal resolución, o si se ha producido el apartamiento de los
precedentes vinculantes, obligatorios para todos los órganos judiciales
del país, dictados por el Tribunal Constitucional o la Corte Suprema
de |usticia de la República.

Sin embargo, tratándose del proceso impugnativo de laudos ar-


bitrales económicos, el recurso de casación resulta improcedente, vale
decir, no está permitido plantear dicho medio impugnatorio contra la
sentencia dictada en segunda instancia por la respectiva Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de |usticia de la República.

Es importante recordar que la primera instancia de este proceso


se ventila ante las Salas Laborales de la Corte Superior de |usticia de
Lima, tal como lo establece el artículo 3o de la Nueva Ley Procesal del

[274] Ruaro Con ne¡, Estudio de Ia Constitución Política de 1gg3, cit., p.81 .

577
Oxel VÍcron Avrros Jen¡

Trabajo, de manera que en caso de apelación será la Sala de Derecho


Constitucional y Social de la Corte Suprema de |usticia de la República
la que se pronuncie sobre la causa que le ha sido elevada.

En este contexto, resulta totalmente lógico que' no existiendo una


autoridad superior, el recurso de casación sea inviable, sobre todo por
la imposibilidad jurídica de recurrir a un órgano supremo cuando es
precisamente este último quien ha resuelto la causa en apelación.

Ello no constituye una vulneración al principio de la doble instan-


cia, en la medida que las garantías mínimas que concede este derecho
han sido respetadas plenamente, pues la causa es susceptible de revisión
mediante el recurso de apelación. En este sentido, el hecho de que el
recurso de casación en los procesos impugnativos de laudos arbitrales
económicos no se encuentre permitido, no suPone que se ha violentado
el aludido principio.

578
cepÍrulo w
PROCESO CAUTEIIIR

A pedido de parte, todo juez puede dictar medida cautelar, antes


de iniciado un proceso o dentro de este, destinada a garantizar
la eficacia de la pretensión principal. Las medidas cautelares se
dictan sin conocimiento de la contraparte.
Cumplidos los requisitos, el juez puede dictar cualquier tipo
de medida cautelar, cuidando que sea la más adecuada para
garantizar la eficacia de la pretensión principal.
En consecuencia, son procedentes además de las medidas cau-
telares reguladas en este capítulo cualquier otra contemplada
en la norma procesal civil u otro dispositivo legal, sea esta para
futura ejecución forzada, temporal sobre el fondo, de innovar o
de no innovar, e incluso una genérica no prevista en las normas
procesales.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artlculos 6080, 610o, 61 1o, 6360, 642o al 6730,6740,
6820y 6870.
- Nueva L.ey Procesal del Trabajo: artlculos 3go, lJo y 560.

Comentario

L, Les uEunAs cAUTETARES


La medida cautelar "es un instituto procesal a través del cual el
órgano jurisdiccional, a petición de parte, adelanta ciertos efectos o todos

s79
Oxer VÍcron Avnros fane

de un fallo definitivo o el aseguramiento de una prueba, al admitir la


existencia de una apariencia de derecho y el peligro que puede significar
la demora producida por la espera del fallo definitivo o la actuación de
una prueba"lz7s].

La medida cautelar "es un instituto jurídico por medio del cual se


garantiza la efectividad de la sentencia a dictarse en un proceso frente
a los riesgos derivados de la demora del mismo. Para ello, el órgano
jurisdiccional que conoce el proceso cuya, decisión se quiere garantizar
(proceso principal), luego de evaluar si se presentan los presupuestos
exigidos por la le¡ dicta una resolución, a pedido de parte, que dispo-
ne el otorgamiento de una medida adecuada para poder garantizar la
eficacia de la sentencia (medida cdutelar)"fzz0l.

Las medidas cautelares constituyen aquel conjunto de providencias


precautorias emanadas del juez, el cual, a instancia de parte interesa-
da, pretende asegurar con carácter provisorio los bienes o las personas
para garantizar el resultado del proceso. Con las medidas cautelares el
peticionante acude al órgano jurisdiccional para que adopte una serie
de medidas de naturaleza preventiva, que buscan asegurar la eficacia de
la sentencia definitiva, por cuanto la demora del proceso puede hacer
ilusoria dicha resolución.

Las medidas cautelares están destinadas, pues, a garantizar el fiel


cumplimiento de las decisiones judiciales, que puede no lograrse si, en
razón de la demora propia de todo proceso, el deudor u obligado dispone
de sus bienes o realiza cualquier otra actividad que impide satisfacer
el reclamo del solicitante de la medida en el tiempo en que se dicte el
fallo final. En suma, las medidas cautelares son aquellas destinadas a
asegurar las consecuencias del proceso, lo que se logra manteniendo el
estado de hecho o de Derecho existente hasta que se ejecute la sentencia,
o simplemente previniendo todas aquellas repercusiones perjudiciales
para el justiciable originadas en la demora del proceso, que, en caso de

42751
Mornov GArvez, Temas de Derecho procesal civil, cit., p.42.
12761
Pnronr Posnon, Giovanni, La tutela cautelar. Su configuración como derecho fundamental, Ara
Editores, 1ima,2006, p. 36.

s80
Pnocsso cAUTELAR

darse, tornarían en ilusoria la condena o en impracticable lo ordenado


en la resolución que decide la causa.

2. Rreutslros cENERAtEs PARA LA coNcEslów v ElEcucIóN


DE LAS MEDIDAS CAUTETARES

A efectos de la concesión de una medida cautelar, se exige que el


interesado acredite el cumplimiento de tres condiciones, que son: a) el
peligro en la demora, b) la verosimilitud de la fundabilidad de la pre-
tensión, y c) la razonabilidad e idoneidad de la medida'

Con relación al primero de ellos, es menester indicar que el peli-


gro en la demora o periculum in mora implica que por ser urgente la
pretensión que se solicita, esta no puede esperar hasta el dictado de la
sentencia o hasta que esta quede consentida, pues llegado ese momento
el daño podría convertirse en irreparable o la efectividad del mandato
judicial podría no garantizar el pleno disfrute de los derechos en cuestión.

Por su parte, la verosimilitud del derecho o bonus fumis iuris stt-


pone que la parte interesada en el otorgamiento de una medida cautelar
debe demostrar fehacientemente que le asiste el derecho peticionado, de
manera que luego que el juezhaya evaluado la situación jurídica en que
se encuentra el solicitante, quede convencido de que en gran medida
le corresponde el derecho. Es importante recalcar que esto no supone
un anticipo o adelanto definitivo de juicio por parte del iuezlzzzt, puesto
que en el desarrollo del proceso este podrá determinar que el derecho
le corresponde a la otra parte, surtiendo efecto la contracautela.

Finalmente, la razonabilidad e idoneidad implican, por un lado,


que la medida debe mantener una justificación lógica y axiológica en
los sucesos o circunstancias que fueran, de tal manera que se produz-
ca una consonancia entre el hecho antecedente generador y el hecho
consecuente derivado de este; siendo, por lo tanto, el resultado de una

t2771 A este respecto, es importante tener en consideración que el artículo 6l20 del Código
Procesal Civil establece que:"Toda medida cautelar importa un prejuzgamiento y es provi-
soria, instrumental y variable'i

581
Oxer VÍcron Averos fene

adecuada relación lógico-axiológica entre la circunstancia motivante, el


objeto buscado y el medio empleado; y, por otro lado, que la medida
debe adecuarse a los fines perseguidos, es decir, debe ser congruente,
coherente y proporcional con lo que se pretende tutelar, ya que solo de
esa forma se podrá garantizar la plena efectividad de la medida. La ido-
neidad repercute en el éxito de la funcionalidad del instrumento tutelar.

Ahora bien, en lo que concierne a la ejecución de las medidas cau-


telares, es preciso indicar que para que ello ocurra será necesario que
el solicitante otorgue una contracautela. Esta puede ser entendida como
"la garantía que ofrece el solicitante de una medida cautelar con la que
respalda el pago de la eventual indemnización de daños y perjuicios al
que se pudiera ver obligado, en caso la medida cautelar obtenida haya
sido ejecutada indebida-.n¡."[278J.

La admisión de la contracautela, en cuanto a su naturaleza y monto,


será decidida por el juez laboral, quien puede aceptar la propuesta por
el solicitante, graduarla, modificarla o, incluso, cambiarla por la que
sea necesaria para garantizar los eventuales daños que pueda causar la
ejecución de la medida cautelar.

La contracautela puede ser de naturaleza real o personal. La con-


tracautela de naturaleza real se constituye con el mérito de la resolución
judicial que la admite y recaerá sobre bienes de propiedad de quien la
ofrece; el juez remitirá el oficio respectivo para su inscripción en el
registro correspondiente.

En el caso de contracautela personal, dentro de ella se incluye a la


caución juratoria, la que puede ser admitida, debidamente fundamentada,
siempre que sea proporcional y eficaz. Esta forma de contracautela será
ofrecida en el escrito que contiene la solicitud de medida cautelar, con
legalización de firma ante el secretario judicial respectivo.

En caso de ejecución de la contracautela, esta se actúa, a pedido del


interesado, ante el juez que dispuso la medida y en el mismo cuaderno
cautelar; el que resolverá lo conveniente previo traslado a la otra parte.

t2781 lbídem, p.95.

582
Pnocsso cAUTELAR

Cuando se admite la contracautela y esta es sometida a plazo, que-


dará sin efecto, al igual que la medida cautelar, si el peticionante no la
prorroga u ofrece otra de la misma naturaleza o eficacia' sin necesidad
de requerimiento y dentro de tercer día de vencido el plazo.

Entonces, con lo expuesto queda claro que la contracautela es


requisito para la ejecución de la medida cautelar y no uno Para su
concesión, como equivocadamente asumen algunos, dado que aun sin
ella la medida cautelar se configura y subsiste en cuanto instrumento
jurídico que es, no obstante, su instrumentalidad solo será posible en
la medida que se ofrezca contracautela.

3. Les rrrnorons cAUTELI\RES EN EL PRocEso LIIBoRAL PERUANo

3.1. Un importante antecedente: las medidas cautelares


la Ley Ne 26636
El artículo 96' de la Ley N' 26636, Ley Procesal del Trabajo, esta-
blecía que "todo juez puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar
dentro de un proceso, destinada a asegurar el cumplimiento de la decisión
definitiva. Son procedentes en el proceso laboral las medidas cautelares
que contemPla esta ley" (las cursivas son nuestras).

De igual manera, los artículos 100" y 101" de la Ley N' 26636,


disponían respectivamente que "cuando la pretensión principal es
apreciable en dinero, se puede solicitar embargo bajo Ia modalidad de
inscripción o administración", y que "el juez puede disponer el pago de
una asignación provisional y fijar su monto, que no podrá exceder la
remuneración ordinaria del demandante y con cargo a su comPensación
por tiempo de servicios, en los Procesos de impugnación del despido y
de pago de beneficios sociales" (las cursivas son nuestras).

Si bien es cierto que esta normativa dejaba evidenciada la posibi-


lidad de que el interesado pueda solicitar alguna medida cautelar a fin
de garantizar la efectividad de los derechos que puedan reconocerse en
la sentencia definitiva que se dicte en el futuro al finalizar el proceso;
también lo es que la segunda parte de la norma glosada, aparentemente,
restringía la utilización de estas herramientas solo a las que se encontraban

583
Oxer VÍcron Av¡ros Jene

reguladas expresamente en la Ley N. 26636; y decimos aparentemente,


porque si tenemos en consideración que dicha normativa señalaba en
su Tercera Disposición Derogatoria, sustitutoria y Final que "en lo no
previsto por esta Ley son de aplicación supletoria las normas del código
Procesal civil", al fin y al cabo, por la aplicación supletoria de la aludi-
da norma adjetiva civil, también cabría invocar las medidas cautelares
contenidas en el código Procesal civil y que no están expresamente
reguladas por la Ley N" 26636.

Es claro que durante la vigencia de la Ley N" 26636 solo procedían


las medidas cautelares dentro del proceso, excluyendo con esto toda
posibilidad de solicitar una medida cautelar fuera de él conforme lo
señala el artículo 608. del Código Procesal Civil; no obstante, lo que
no quedaba claro era qué medidas cautelares podían invocarse.

De una interpretación literal de los dispositivos pertinentes de la


Ley N" 26636, se colegía que solo eran procedentes las medidas caute-
lares que se encontraban contempladas o normadas por la propia Ley
Procesal del Trabajo, esto es: a) el embargo en forma de inscripción, b)
el embargo en forma de administración y c) la asignación provisional.

Sin embargo, de una interpretación extensiva o sistemática se podía


concluir que, además de las ya citadas, también resultaban aplicables
al proceso laboral las medidas cautelares contempladas en el Código
Procesal Civil, ello por la supletoriedad de este cuerpo normativo.

Pero incluso existía una tercera posición que resultaba intermedia


con relación a las dos antes mencionadas. Tomando como referencia el
artículo 100. de la Ley N" 26636, que establecía que "si la pretensión
principal es apreciable en dinero, se puede solicitar embargo bajo la
modalidad de inscripción o administración", se asumía que cuando
las pretensiones eran apreciables en dinero solo era posible utilizar las
medidas cautelares que la Ley N. 26636 regulaba expresamente; pero
cuando las pretensiones demandadas no contengan expresión monetaria
podían utilizarse incluso las medidas cautelares que contempla el código
Procesal civil. Al margen de la deficiente normativa, consideramos que
esta resulta ser la posición más coherente.

584
Pnocrso cAUTÉLAR

Pero bien, todo esto generó un clima de confusión, sobre todo para
los administradores de justicia, quienes tomaban decisiones disimiles
ante casos parecidos. Y ello conllevó a que con fecha 26 de septiembre
de 2006, se publicara en el diario oficial EI Peruano la Resolución de
Fiscalía de la Nación N" 1154-2006-MP-FN, por medio de la que la
Fiscalía de la Nación declaró fundadas las denuncias contra los jueces
del |uzgado Civil de Paita y del Módulo Básico de |usticia de Santiago-
Cusco, por la comisión de delitos de prevaricato e incumplimiento de
deberes funcionales, señalando que resultaba impertinente la admisión de
medidas cautelares contempladas en el Código Procesal Civil, dado que
las medidas cautelares idónea se encontraba previstas en la Ley N" 26636.

Ello evidenció la necesidad de establecer criterios judiciales que


uniformicen la utilización de las medidas cautelares. Es en este con-
texto que en el Pleno |urisdiccional Nacional Laboral llevado a cabo
en la ciudad de Lima el 28 de junio de 2008, se llegó a la conclusión
de que proceden en materia laboral todas las medidas contempladas en
el Código Procesal Civil; no obstante, nunca se explicaron los motivos
por los que la judicatura considera ello, como veremos a continuación.
El mencionado Pleno |urisdiccional estableció lo siguiente:

"Postura número uno.- Las medidas cautelares en materia laboral se


encuentran previstas en el artículo 100" de la Ley Procesal de Trabajo,
sin embargo no existe prohibición de aplicar las medidas cautelares
que establece el Código Procesal Civil, aplicable supletoriamente.
Postura número dos,- En función al principio de legalidad solo pro-
ceden en el proceso laboral las medidas cautelares de embargo bajo
la modalidad de inscripción o administración previstas en forma
expresa en el artículo 100" de la Ley Procesai del Trabajo.

CONCLUSIÓN pff,N¡R[A: El Pleno adoptó por MAYoRÍA (66


votos a favor contra 1 abstención) la postura número uno que
enuncia lo siguiente: 'Las medidas cautelares en materia laboral
se encuentran previstas en el artículo 100'de la Ley Procesal de
Trabajo. Asimismo, en el proceso laboral son procedentes todas la
medidas cautelares previstas en el Código Procesal Civil, aplicable
supletoriamente".

585
Oxer Vícron Av¡ros J¡ne

Como se aprecia, se recoge una de las posturas a que hemos hechos


referencia anteriormente, sin embargo, en ningún momento se alude a
la diferencia que debe existir entre las pretensiones valorables económi-
camente y las que no lo son.

Sobre el particulat debemos ahondar en una definición que con-


sideramos necesaria aclarar: la supletoriedad. El Pleno |urisdiccional ha
concluido que son aplicables todas las medidas cautelares previstas en
el Código Procesal Civil de aplicación supletoria.
Pero, ¿qué es la supletoriedad de las normas? Respecto a ella, es
importante señalar que se manifiesta en el siguiente esquema: "[...] la
norma uno, a la que por ser especial le corresponde regular un hecho
pero no lo hace, denominada suplida, y la norma dos, que si contiene
regulación para el hecho, llamada supletoria. Comúnmente, ambas
normas se conectan a través de una remisión"t27el.
Al amparo de esto, resulta equivocada la posición
adoptada en el
Pleno |urisdiccional Nacional Laboral de 2008, en la medida que no era
necesario aplicar supletoriamente ninguna norma cuando se trataba de
pretensiones económicas. Ello solo es correcto en la medida que se trate
de pretensiones no económicas.

Lo único que nos dejó el Pleno |urisdiccional Nacional Laboral ha


sido la consolidación del criterio jurisprudencial en materia de medidas
cautelares que tiene un sector mayoritario de la jurisprudencia, pero no
ha traído ninguna novedad a la discusión laboral. Como afirma Núñez
Paz,"da la impresión, más bien, que los magistrados se quisieron curar
en salud frente a una posible denuncia por prevaricato en caso admi-
tan cualquiera de las medidas cautelares contempladas en el Código
Procesal Civil, como sucedió en el caso señalado líneas arriba. Esto lo
decimos en el entendido que en la parte final del Pleno furisdiccional
Nacional Laboral aparece lo siguiente: 'Igualmente acordaron solicitar
respetuosamente al Consejo Ejecutivo del Poder judicial comunicar este
acuerdo al Órgano de Control de la Magistratura del Poder fudicial,

[27e] NruEs Murrca, Javier, lntroducción al Derecho laboral, 2a ed.,pUCB Lima, 2Oe7, p. 124.

s86
Pnocsso cAUTELAR

a la Fiscalía Suprema de Control del Ministerio Público y al Consejo


Nacional de la Magistratura"'.

3.2. Las medidas cautelares en la Nueva Ley Procesal del


Trabaio
El artículo 54" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo establece
los aspectos generales del proceso cautelar, los cuales analizaremos a

continuación.

3,2,7, La inicíativa de parte como fuente de las medídas


cautelares
Las medidas cautelares únicamente proceden ante el pedido de
la parte interesada, por lo general, el demandante, y nunca de oficio.
Siendo así, todo órgano jurisdiccional unipersonal o colegiado tiene la
potestad de decretar una medida cautelar o precautoria con el objeto de
asegurar la eficacia de la pretensión principal reclamada en el proceso.

3.2,2. Las medidas cautelqres pueden ser solícitadas den'


tro y fuera del Proceso
Las medidas cautelares son solicitadas casi siempre dentro del
proceso, pero nada obsta que puedan pedirse y disponerse antes de su
inicio, máxime si el propio artículo 54o de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo lo permite expresamente, siendo esto una importante diferencia
con relación a la Ley N" 26636. Esta última hipótesis la constituye la
figura de las medidas anticipadas o fuera del proceso.
Sobre el particular, el artículo 608. del Código Procesal Civil efectúa
las siguientes precisiones:

a. el juez competente para dictar medidas cautelares es aquel que


se encuentra habilitado Para conocer de las pretensiones de la
demanda;
b. el juez puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar antes
de iniciado el proceso o dentro de este;

587
Oxer VÍcron Avl,ros fene

c. todas las medidas cautelares fuera de proceso, destinadas a


asegurar la eficacia de una misma pretensión, deben solicitarse
ante el mismo juez, bajo sanción de nulidad de las resoluciones
cautelares dictadas; y
d. el solicitante debe expresar claramente la pretensión a demandar.

Además, el artículo 636' del Código Procesal Civil establece lo


siguiente:

que, ejecutada la medida antes de iniciado el proceso principal,


el beneficiario debe interponer su demanda ante el mismo juez,
dentro de los diez días posteriores a dicho acto;
b. que, cuando el procedimiento conciliatorio extrajudicial fuera
necesario para la procedencia de la demanda, el plazo para la
interposición de esta se computará a partir de la conclusión del
procedimiento conciliatorio, el que deberá ser iniciado dentro
de los cinco días hábiles de haber tomado conocimiento de la
ejecución de la medida;
c. que, si no se interpone la demanda oportunamente, o esta es
rechazada liminarmente, o no se acude al centro de concilia-
ción en el plazo indicado, la medida cautelar caduca de pleno
derecho; y
d. que, dispuesta la admisión de la demanda por revocatoria del
superior, la medida cautelar requiere nueva tramitación.

3.2.3. Las medidas cautelares se tramítan sin conocimien-


to de la contraparte, empero esta últíma tiene de-
recho a formular oposición desde que toma conoci-
miento de ella
Las medidas cautelares que se ordenen trabar en el proceso laboral
son decretadas por el juez sin conocimiento de la parte contraria, es
decir, inaudita pars, quien no se enterará de ella sino hasta el momento
de su ejecución, todo ello con el objeto de prevenir que la parte afec-
tada con la medida precautoria realice actos dirigidos a tornar esta en
impracticable o que dificulten la efectiva traba de la misma.

588
Pnoc¡so cAUTELAR

A este respecto, debemos destacar que si la solicitud de medida


cautelar es rechazada, procede apelar el auto que la deniega. En este
caso, el demandado no es notificado y el superior absuelve el grado sin
admitirle intervención alguna. Si se tratase de medidas cautelares fuera
de proceso, el juez debe apreciar de oficio su incompetencia territorial.

Igualmente, es importante tener en consideración que una vez


dictada la medida cautelar, la parte afectada puede formular oposición
dentro de un plazo de cinco días, contados desde que toma conoci-
miento de la resolución cautelar, a fin de que pueda formular la defensa
pertinente. En ningún caso, la formulación de la oposición suspende
la ejecución de la medida. De ampararse la oposición, el juez deja sin
efecto la medida cautelar. La resolución que resuelve la oposición es
apelable sin efecto suspensivo.

Es importante dejar en claro que si bien el artículo 54o de la Nueva


Ley Procesal del Trabajo no refiere nada acerca de la oposición, este
mecanismo le es perfectamente aplicable al nuevo proceso laboral no
solo por la supletoriedad que emana de la Primera Disposición Com-
plementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo y sino también en la
medida que es plenamente compatible con el proceso laboral, ya que no
afecta en nada los derechos invocados en él ni la naturaleza de aquellos.

3,2.4, Requisitos parq la solicitud y ejecución de la medí-


da cautelar en la Nuevo Ley Procesal del Trabajo
Son requisitos para la solicitud y ejecución de la medida cautelar
aquellos previstos en el artículo 610' del Código Procesal Civil, según
el cual, el que pide la medida debe:
a. Exponer los fundamentos de su pretensión cautelar: esto supone
que el solicitante deberá sustentar los motivos por los cuales
su pretensión debe ser amparada, pero principalmente deberá
cumplir con acreditar la verosimilitud del derecho invocado; la
necesidad de la emisión de una decisión preventiva por consti-
tuir peligro la demora del proceso o por cualquier otra razón
justificable; y la razonabilidad de la medida para garantizar la
eficacia de la pretensión.

s89
Oxnr VÍcron Ávnros Innn

b. Señalar la forma de la medida cautelar; si se tiene en con-


sideración que el proceso cautelar y su producto, la medida
cautelar, son actos procesales que se originan en la iniciativa
de la parte interesada, es claro que no bastará solo con que
ella la solicite, además será necesario que cumpla con todas las
exigencias indispensables para su concesión' De esta manera,
el solicitante deberá precisar el tipo de medida cautelar que
considera pertinente para el aseguramiento de su pretensión.
Cabe resaltar que, a diferencia de la Ley N" 26636, la Nueva
Ley Procesal del Trabajo reconoce exPresamente que es posible
solicitar cualquier medida cautelar contemplada en el Código
Procesal Civil, inclusive las medidas anticipadas, tales como
las medidas autosatisfactivas, En este caso, el juez evaluará la
idoneidad de la medida, ¡ de ser la más apropiada, tendrá por
cumplido este requisito.
c. Indicar, si fuera el caso, los bienes sobre los que debe recaer la
medida y el monto de su afectación: al igual que en el caso an-
terior, le corresponde al solicitante señalar exPresamente cuáles
son los bienes susceptibles de ser embargados ¡ dentro de ellos,
cuál o cuáles serían los afectados; del mismo modo, también debe
precisar el monto de la afectación. Cabe precisar que en los casos
en que esto resulte inviable, este requisito deberá ser dejado de
lado, en la medida que la propia norma faculta al j:uez a exigirlo
siempre y cuando sea razonable. Se trata de una excepción que
debe atender a las particularidades de cada caso concreto.
d. Ofrecer contracautela: conello se busca garantizar el derecho del
afectado de ser resarcido si con la ejecución de la medida cautelar
se le causa un daño. La admisión de la contracautela, en cuanto
a su naturaleza y monto, es decidida por el juez, quien puede
aceptar la propuesta por el solicitante, graduarla, modificarla o,
incluso, cambiarla por la que sea necesaria para garantizar los
eventuales daños que pueda causar la ejecución de la medida
cautelar. Cabe indicar que los Poderes Legislativo, Ejecutivo y
|udicial, el Ministerio Público, los órganos constitucionales au-
tónomos, los Gobiernos Regionales y Locales y las universidades
están exceptuados de prestar contracautela. También lo está la
parte a quien se le ha concedido auxilio judicial.

s90
PnocEso cAUTELAR

e. Designar el órgano de auxilio judicial correspondiente, si fuera


el caso: la parte interesada en el otorgamiento de una medida
cautelar debe cumplir con señalar en la solicitud cautelar cuál
es el órgano de auxilio judicial correspondiente a los efectos de
su pretensión. No obstante, como la misma norma lo recalca,
no se trata de un requisito estático, sino, por el contrario elás-
tico, pues solo será exigido en determinados casos, cuando sea
posible que el solicitante cumpla tal exigencia.
Ahora bien, es de resaltar que, conforme se desprende del artículo
611" del Código Procesal Civil, el juez, atendiendo a la naturaleza de la
pretensión principal y a fin de lograr la eficacia de la decisión defini-
tiva, dicta medida cautelar en la forma solicitada o en la que considere
adecuada, siempre que de lo expuesto y de la prueba presentada por
el demandante, aprecie: a) la verosimilitud del derecho invocado; b) la
necesidad de la emisión de una decisión preventiva por constituir peligro
la demora del proceso o por cualquier otra razón justificable; y c) la
razonabilidad de la medida para garantizar la eficacia de la pretensión,
requisitos todos ellos que ya hemos explicado en la parte inicial de este
comentario.

3.2.5. Las clases de medidas cautelares que pueden conce-


derse a la luz de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
Una vez cumplidos los requisitos exigibles para la concesión de una
medida precautoria, el órgano jurisdiccional puede ordenar tal medida,
la que puede ser de cualquier clase, siempre que la autoridad judicial
estime que la medida es la más conveniente para asegurar la eficacia
de la pretensión principal reclamada en el proceso. En tal sentido, las
medidas cautelares que se pueden dictar en el proceso laboral son las
siguientes:

a. Medida cautelar de embargo en forma de depósito. En términos


generales, el embargo es la afectación jurídica de un bien o de-
recho del presunto obligado, aunque se encuentre en posesión
de tercero, con las reservas que para este supuesto señala la
ley. Los embargos únicamente proceden cuando la pretensión
principal es apreciable en dinero.

591
Ox¡r VÍcron Averos fane

En concreto, el embargo en forma de depósito viene a ser la


afectación que recae sobre un bien, de manera que una perso-
na se constituye en retenedor y depositario a la vez de é1, Se
trata de una figura de carácter o tipo real, según el cual una
persona recibe de otra una cosa para custodiarla, obligándose
a devolverla cuando lo solicite el depositante o ejecutante en el
embargo.

Medida cautelar de embargo en forma de inscripción. Mediante


ella, se busca que un bien inscrito y con carácter registrable sea
afectado no con su desposesión, sino con la anotación corres-
pondiente en su partida registral. El artículo 656" del Código
Procesal Civil establece que, tratándose de bienes registrados,
la medida cautelar puede ejecutarse inscribiéndose el monto de
la afectación en la partida correspondiente, siempre que esta
resulte compatible con el título de propiedad ya inscrito. Cabe
anotar que este embargo no impide la enajenación del bien,
pero el sucesor asume la carga hasta por el monto inscrito.
c. Medida cautelar de embargo en forma de retención Cuando la
medida recae sobre derechos de crédito u otros bienes en posesión
de terceros, cuyo titular es el afectado con ella, puede ordenarse
al poseedor retener el pago a la orden del juzgado, depositando
el dinero en el Banco de la Nación. Tratándose de otros bienes,
el retenedor asume las obligaciones y responsabilidades del
depositario, salvo que los ponga a disposición del juez. Si el
poseedor de los derechos de crédito es una entidad financiera,
el juez ordenará la retención mediante envío del mandato vía
correo electrónico, trabándose la medida inmediatamente o
excepcionalmente por cualquier otro medio fehaciente que deje
constancia de su decisión. A este respecto, todas las Entidades
Financieras deberán comunicar a la Superintendencia de Banca
y Seguros la dirección electrónica a donde se remitirá la orden
judicial de retención.
d. Medida cautelar de embargo en forma de interyención en re-
caudación. Cuando la medida afecta una empresa de persona
natural o jurídica, con la finalidad de embargar los ingresos
propios de esta, el juez designará a uno o más interventores

592
PnocEso cAUTELAR

recaudadores, según el caso, Para que recaben directamente los


ingresos de aquella. Esta regla también es aplicable a las personas
jurídicas sin fines de lucro. En este caso, la resolución cautelar
debe precisar el nombre del interventor y la periodicidad de los
. informes que debe remitir al luez.
En el artículo 662" del Código Procesal Civil se precisa que el
órgano de auxilio judicial, esto es, el interventor recaudador,
está obligado a verificar el funcionamiento y conservación de
lo intervenido, sin interferir ni interrumpir sus labores propias;
también está obligado a llevar control de ingresos y de egresos;
a proporcionar, de los fondos que recauda' 10 necesario para
la actividad regular y ordinaria de lo intervenido; a Poner a
disposición del juez dentro de tercer día las cantidades recau-
dadas, consignándolas a su orden en el Banco de la Nación; y
a informar, en los plazos señalados por el juzgado, el desarrollo
regular de la intervención.
En este caso, se constituye como obligación principal del inter-
ventor recaudador el informar, de inmediato, sobre asPectos que
considere perjudiciales o inconvenientes a los intereses de quien
ha obtenido la medida cautelar, entre ellos la falta de ingresos
y la resistencia e intencional obstrucción que dificulte o impida
su actuación.
e. Medida cautelar de embargo en forma de intervención en in-
formación. Cuando se solicite recabar información sobre el
movimiento económico de una emPresa de persona natural o
jurídica, el juez nombrará uno o más interventores informadores,
señalándoles el lapso durante el cual deben verificar directamente
la situación económica del negocio afectado y las fechas en que
informarán al juez. A estos efectos, el informador está obligado
a informar por escrito a\ juez, en las fechas señaladas Por este,
respecto de las comprobaciones sobre el movimiento económico
de la empresa intervenida, así como otros temas que interesen
a la materia controvertida; también está obligado a dar cuenta
inmediata al jrcz sobre los hechos que considere perjudiciales
al titular de la medida cautelar, o que obsten el ejercicio de la
intervención.

593
Oxnl VÍcron Ávrros )nn¡,

Medida cautelar de embargo enforma de administración. Cuando la


medida recae sobre bienes fructíferos, pueden afectarse en adminis-
tración con la finalidad de recaudar los frutos que produzcan. En
este caso, el administrador está obligado, según corresponda al bien
o empresa, a: l) gerenciar la empresa embargada, con sujeción a su
objeto social; 2) realizar los gastos ordinarios y los de conservación;
3) cumplir con las obligaciones laborales que corresPondan;4) pagar
tributos y demás obligaciones legales; 5) formular los balances y las
declaraciones juradas dispuestas por ley; 6) proporcionar al luezla
información que este exija, agregando las observaciones sobre su
gestión; 7) poner a disposición del juzgado las utilidades o frutos
obtenidos; y B) a cumplir las demás obligaciones señaladas por el
Código Procesal Civil y por la ley.
o
ó' Medida cautelar de secuestro. Cuando el proceso principal tiene
por finalidad concreta la dilucidación del derecho de propiedad
o posesión sobre determinado bien, la medida puede afectar a
este, con el carácter de secuestro judicial, con desposesión de
su tenedor y entrega a un custodio designado Por el juez. No
obstante, cuando la medida tiende a asegurar la obligación de
pago contenida en un título ejecutivo de naturaleza judicial o
extrajudicial, puede recaer en cualquier bien del deudor, con el
carácter de secuestro conservativo, también con desposesión y
entrega al custodio. Cabe precisar que se aplican al secuestro,
en cuanto sean compatibles con su naturaleza,las disposiciones
referidas al embargo.
h. Medida cautelar de anotación de demanda en los Registros Públi-
cos. Cuando la pretensión discutida en el proceso principal está
referida a derechos inscritos, la medida cautelar puede consistir
en la anotación de la demanda en el registro respectivo' A efec-
tos de su ejecución, el juez remitirá Iós partes correspondientes
al registrador, los que incluirán copia íntegra de la demanda,
de la resolución que la admite y de la cautelar' El registrador
cumplirá la orden por su propio texto, siemPre que la medida
resulte compatible con el derecho ya inscrito; luego de ello se
insertará la certificación registral de la inscripción se agrega
al expediente. Finalmente, es importante mencionar que la
anotación de la demanda no impide la transferencia del bien

594
Pnocnso cAUTELAR

ni las afectaciones posteriores, pero otorga prevalencia a quien


ha obtenido esta medida.
,. Medida cautelar temporal sobre el fondo. Excepcionalmente, por
la necesidad impostergable del que la pide, por la firmeza del
fundamento de la demanda y la prueba aportada, la medida
puede consistir en la ejecución anticipada de lo que el juez va
a decidir en la sentencia, sea en su integridad o solo en aspec-
tos sustanciales de esta, siempre que los efectos de la decisión
puedan ser de posible reversión y no afecten el interés público.
j. Medida cautelar innovativa. Ante la inminencia de un perjuicio
irreparable, el juez puede dictar medidas destinadas a rePoner un
estado de hecho o de derecho cuya alteración vaya a ser o es el
sustento de la demanda. Esta medida es excepcional por 1o que solo
se concederá cuando no resulte aplicable otra prevista en la ley'

k. Medida cautelar de no innovar, Ante la inminencia de un


perjuicio irreparable, el juez puede dictar medidas destinadas
a conservar la situación de hecho o de derecho cuya situación
vaya a ser o sea invocada en la demanda, y se encuentra con
relación a las personas y bienes comprendidos en el proceso.
Esta medida es excepcional, por 1o que se concederá solo cuando
no resulte de aplicación otra prevista en la ley.
t. Medida cautelar genérica. Es aquella que no se encuentra Pre-
vista expresamente en las normas procesales y que depende
del caso concreto, situación en la que el órgano jurisdiccional
adoptará, siempre a instancia de parte interesada, la medida
precautoria que resulte más adecuada para asegurar la eficacia
de la pretensión principal reclamada en el Proceso'
m. Medida cautelar especial de reposición provisional. Esta medida
precautoria se verá al examinar el artículo que la regula en forma
específica, esto es, el artículo 55" de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo.
n. Medida cautelar de asignación provisional. Esta medida Preven-
tiva la analizaremos cuando comentemos el artículo específico
que la contempla, vale decir, el artículo 56' de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo.

s95
Oxel Vícron Avnros Jenn

Ant. 550.- ]tlsdida B$[ec¡al ds rB[ll$lc¡Ún [n0u¡$ional

El juez puede dictan entre otras medidas cautelares, fuera o


dentro del proceso, una medidade reposiciónproüsional, cum-
plidos los requisitos ordinarios. Sin embargo, también puede
dictarla si el demandante cumple los siguientes requisitos:
a. haber sido al momento del despido dirigente sindical, me-
nor de edad, madre gestante o persona con discapacidad;
b. estar gestionando la conformación de una organización
sindical; y
c. el fundamento de la demanda es verosímil.
Si la sentencia firme declara fundada la demanda, se conservan
los efectos de la medida de reposición, considerándose ejecu-
tada la sentencia.

I concordancias:
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculo 54o.

Comentario

1. L¡, unnrnA cAUTELAR DE REposIcIóN PRovISIoNAt


Si hay algo que resaltar en el tratamiento sobre las medidas caute-
lares que recoge la Nueva Ley Procesal del Trabajo, es sin duda el hecho
de que se haya incluido en calidad de medida cautelar aquella referida
a la reposición provisional.

Esta medida tiene por finalidad no solo anticipar un resultado


previsible, sino también evitar que se materialice un daño irreparable
en contra del trabajador. Se trata de una figura especial y excepcional.

Con esta medida cautelar se busca que el trabajador que ha sido


cesado de forma injustificada y con la manifiesta vulneración de alguno
de sus derechos fundamentales pueda ser reincorporado a su empleo
antes de la expedición de la correspondiente sentencia, en la medida que,
independientemente de la observancia de los requisitos generales para
concesión de la medida cautelar, cumpla con ciertos requisitos especiales.

596
PnocEso cAUTELAR

La medida cautelar de reposición provisional puede ser decretada por


el órgano jurisdiccional dentro del proceso o antes de iniciado este -lo
que se conoce como medida anticipada o fuera del proceso-, debiendo
el beneficiario, en este último caso, una vez que se haya ejecutado la
medida, interponer la demanda sobre nulidad de despido dentro de los t0
días posteriores, dado que si no se interpone la demanda oportunamente,
o esta es rechazada liminarmente, la medida caduca de pleno derecho.

2. REgursrros eARA LA coNcnsróru nE LA MEDTDA cAUTELAR


DE REPOSICIóN PROVISIONAL

Para la concesión de la mencionada medida de reposición provisio-


nal deben cumplirse los requisitos ordinarios o comunes a toda medida
precautoria previstos en la normativa procesal civil, debiéndose señalar
al respecto que, atendiendo a la naturaleza de la pretensión principal y
a fin de lograr la eficacia de la decisión definitiva, el juez dicta medida
cautelar en la forma solicitada o en la que considere adecuada, siempre
que, de lo expuesto y la prueba presentada por el demandante, aprecie:

a. la verosimilitud del derecho invocado


b. la necesidad de la emisión de una decisión preventiva por cons-
tituir peligro la demora del proceso o por cualquier otra razón
justificable; y
c. la razonabilidad de la medida para garantizar la eficacia de la
pretensión.

No obstante lo señalado, la medida cautelar de reposición provisional


también puede ser ordenada por el órgano jurisdiccional cuando el actor,
entiéndase, el solicitante de la medida preventiva, cumple con alguno de
los requisitos contemplados en los literales a o b siguientes, y satisface
la condición contenida en el literal c, que a continuación detallamos:
a. Que el peticionante de la medida cautelar de reposición provi-
sional haya sido al tiempo del despido:
- Miembro de un sindicato en calidad de dirigente, lo que
haría presumir que el despido tuvo por motivo las eventua-
les protestas o reclamos del sindicato, lo que en términos
Oxer VÍcron Av¡ros Jene

jurídicos implica la vulneración del derecho fundamental a


la libertad sindical.
- Menor de edad, lo que haría conjeturar una suerte de apro-
vechamiento desmedido y arbitrario por parte del empleador,
en la medida que asentaría aún más la desigualdad en la
relación laboral. En este caso, dado que nuestra Constitu-
ciónl280l protege especialmente al menor de edad, se le otorga
una protección más inmediata y eficaz frente al despido
injustificado. En esencia, en este caso nos estamos refiriendo
a cuando el menor de edad es víctima de discriminación o
de la vulneración de su derecho al debido proceso.
- Madre gestante, lo que haría presumir que la causa del des-
pido obedece al estado de gestación de la mujer. Se trata de
un caso de discriminación determinado. Al igual que en el
supuesto anterior, debido a la especial protección que recae
sobre la madre gestante, se busca una solución inmediata
y eficaz frente ai acto ilegítimo del empleador.
- Persona con discapacidad, lo que haría deducir que el
despido obedece a una suerte de discriminación contra el
discapacitado, por creerse equivocadamente que su discapa-
cidad afecta la productividad. Al igual que en los dos casos
inmediatamente anteriores, nuestra Constitución le concede
una protección especial a la persona con discapacidad.
b. Que el peticionante de la medida cautelar de reposición provisio-
nal esté gestionando la formación de una organización sindical,
lo que haría deducir que el despido obedece al hecho de evitarle
al empleador cualquier posible conflicto con tal organización.
c. Que el fundamento de la demanda sea verosímil. Aquí no se
exige la cerfeza del derecho sino únicamente su verosimilitud,

Recordemos que nuestra Norma Fundamental establece en su artículo 23o lo siguiente:


"Artículo 23o.- El trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de atención prioritaria
del Estado, el cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido que
trabajan.
[.. .]" (las cursivas son nuestras).

s98
PRocEso cAUTELAR

o sea, que dicho derecho revista la apariencia de verdadero'


Dicho en otras palabras, no es menester determinar la certeza
de la existencia del derecho a efectos de decretar una medida
cautelar, porque simplemente se formula un juicio de probabi-
lidad sobre la existencia de tal derecho, sobre la base de una
cognición no exhaustiva sino sumaria, como corresponde a toda
medida cautelar.
Entonces, se puede acceder a la medida cautelar de reposición
provisional ya sea en cumplimiento de los requisitos generales para la
concesión de una medida cautelar o, también, excepcionalmente, a través
de la acreditación de cualquiera de las situaciones a que se ha hecho
referencia en los tres últimos párrafos anteriores.

Puntualizamos que, en caso de trabarse una medida cautelar de


reposición provisional y quedar firme la sentencia que acoge la demanda,
los efectos de la medida en mención se mantienen, dejando de consi-
derarse como provisionales, teniéndose por cumplido lo ordenado en
la sentencia en lo que se refiere, se entiende, a la reposición definitiva
del trabajador.

Como se aprecia, la traba previa de la citada medida de reposición


provisional, que representa una especie de medida temporal sobre el
fondo, implica que, una vez firme la sentencia que declara fundada la
demanda, se tenga por ejecutada tal sentencia con la preservación de
los efectos de la aludida reposición provisional, que ahora dejan de ser
provisionales y se convierten en definitivos Por mandato judicial con
autoridad de cosa jvgada.

3. ¿Eru quÉ cAsos pRocEDE LA REposIcIóN PRoVISIoNAL?


Es importante precisar que la reposición provisional no procede
en cualquier caso, solo será viable cuando la pretensión del actor se
encuentre referida a algún supuesto de despido nulo reguladas en la Ley
de Productividad y Competitividad Laboral, incluidas las contempladas
en las Leyes N"s 26626 y 27050. En efecto, si tenemos en consideración
que esta forma de despido es la única que le da derecho a la persona
afectada para solicitar su reincorporación al empleo, es lógico que solo
en estos casos proceda la medida cautelar de reposición provisional.

599
Ox¡l VÍcron Avnros Jenn

A este respecto, es importante traer a colación que el artículo 29o


del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N" 728, Ley de Pro-
ductividad y Competitividad Laboral, establece lo siguiente:

"Artículo 29".- Es nulo el despido que tenga por motivo:


a. La afiliación a un sindicato o la participación en actividades
sindicales;
b. Ser candidato a representante de los trabajadores o actuar o
haber actuado en esa calidad;
c. Presentar una queja o participar en un Proceso contra el em-
pleador ante las autoridades comPetentes, salvo que configure
la falta grave contemplada en el inciso f del artículo 25o;
d. La discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión o
idioma;
e. El embarazo, si el despido se produce en cualquier momento
del periodo de gestación o dentro de los 90 (noventa) días pos-
teriores al parto. Se presume que el despido tiene por motivo el
embarazo, si el empleador no acredita en este caso la existencia
de causa justa para desPedir.

Lo dispuesto en el presente inciso es aplicable siempre que el em-


pleador hubiere sido notificado documentalmente del embarazo en
iot*u previa al despido y no enerva la facultad del empleador de
despedir por causa justa"

Igualmente, en el artículo 34" de la mencionada ley se dispone lo


siguiente:

"Artículo 34".- El despidodel trabajador fundado en causas relacio-


nadas con su conducta o su capacidad no da lugar a indemnización.
Si el despido es arbitrario por no haberse expresado causa o no
poderse demostrar esta en juicio, el trabajador tiene derecho al
pago de la indemnización establecida en el artículo 38o, como única
reparación por el daño sufrido. Podrá demandar simultáneamente
el pago de cualquier otro derecho o beneficio social pendiente.

600
a

PnocEso cAUTELAR

En los casos de despido nulo, si se declara fundada la demanda el


trabajador será repuesto en su empleo, salvo que en ejecución de
sentencia, opte por la indemnización establecida en el artículo 38o'i

Sobre la base de ello es claro que frente a un cese ilegítimo, la


adecuada protección viene a ser la indemnización; no obstante, en casos
excepcionales y determinados como los contemplados en el artículo 29"
de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral y en las Leyes
N"s 26626 y 27050, procede la reposición.

Siendo así, por ejemplo, no podría solicitarse una medida cautelar de


reposición provisional cuando lo que se demanda no es el despido nulo,
pues finalmente no se estaría asegurando y anticipando un resultado,
sino se estaría desnaturalizando la pretensión misma.
Ahora bien, es importante precisar que cualquiera de los supuestos
contenidos en el artículo 29" de la Ley de Productividad y Competitividad
Laboral y en las Leyes N"s 26626 y 27050 puede dar lugar a la reposición
previsional; empero, solo aquellos a los que se refiere expresamente el
artículo 55" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo dan lugar a que pueda
solicitarse la medida especial de reposición provisional sin el cumpli-
mienio de los requisitoi generales. En el caio del resto de supuestos
necesariamente deberán cumplirse los requisitos ordinarios o generales.

Por ejemplo, en el caso del trabajador que fue despedido por pre-
sentar una queja o participar en un proceso contra el empleador ante
las autoridades competentes -supuesto no contemplado expresamente
en el artículo 55' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo-, este no podrá
acogerse a la modalidad especial de otorgamiento de la medida cautelar
de reposición provisional, sino que deberá cumplir con los requisitos
generales parala concesión de la medida precautoria, cuales son a) acre-
ditar la verosimilitud del derecho invocado; b) acreditar la necesidad de
la emisión de una decisión preventiva por constituir peligro la demora
del proceso o por cualquier otra razón justificable; y c) acreditar la ra-
zonabilidad de la medida para garantizar la eficacia de la pretensión. Lo
mismo ocurrirá en el caso del trabajador que fue despedido por afiliarse
a un sindicato o de aquel que fue cesado discriminatoriamente por razón
de su sexo, raza, religión, opinión o idioma, entre otros.

601
Oxnr Vícron Av¡,ros I¡.n¡,

En suma, debe quedar claro que la medida especial de reposición


provisional es procedente tratándose de las pretensiones que se sus-
tenten en cualquier supuesto de despido nulo, no obstante, solo si se
configuran algunos de los casos acogidos expresamente en el artículo
55" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo se podrá conceder la medida
cautelar sin la necesidad de cumplir con todos los requisitos generales,
solo bastará para ello, además de la demostración de la configuración
del supuesto correspondiente, la acreditación de que el fundamento de
la demanda es verosímil.

4. Sr sE cowcEDE uNA MEDIDA cAUTELAR DE REposIcIóN pRo-


VISIONAL, ¿PUEDE EL TRABAIADOR ACOGERSE A LO ESTA-
BLECIDO EN EL ÚTTITUO PÁNNETO DEt ARTíCULO 349 DE tA
Lry ng PRonucuvIDAD Y COMPETITIVIDAD LENONAI?
El último párrafo del artículo 34' de la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral establece lo siguiente:

"[...].
En los casos de despido nulo, si se declara fundada la demanda el
trabajador será repuesto en su empleo, salvo que en ejecución de
sentencia, opte por Ia indemnización establecida en el artículo 38o"
(las cursivas son nuestras).

Esto significa que si bien el trabajador inició un proceso de impug-


nación de despido en virtud del cual inicialmente pretendía la reposición,
luego de dictada la sentencia, y en la etapa de ejecución, podrá cambiar
su pretensión restitutoria por una indemnizatoria.

La pregunta que se hace obligatoria es: ¿en los casos en que se


concedió una medida cautelar de reposición previsional resulta aplicable
esta regla?

A este respecto, es importante tener en consideración el último


párrafo del artículo 55" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, que lite-
ralmente indica lo siguiente:

602
Pnoc¡so cAUTELAR

"[...].
firme declara fundada la demanda, se conservan los
Si la sentencia
efectos de la medida de reposición, considerándose ejecutada la
sentencia'l

En este contexto, consideramos que si en estos casos no hay pro-


piamente una etapa de ejecución, pues la misma norma considera que
al declararse fundada la sentencia se entenderá que está ya ha sido
ejecutada, entonces, el trabajador no podrá acogerse a lo establecido en
el último párrafo del artículo 34" de la Ley de Productividad y Com-
petitividad Laboral, sencillamente porque no tendrá la posibilidad de
optar por la indemnización.

Al margen de ello, estimamos que el hecho de solicitar una medida


cautelar de reposición provisional es una clara e indubitable manifes-
tación del demandante de no querer dar por extinguida la relación
laboral, por lo que sería inaceptable que si se ha concedido y ejecutado
dicha medida, posteriormente se pretenda solicitar la indemnización,
dado que ello constituiría un uso abusivo de las deficiencias y vacios
de las normas legales pertinentes; en todo caso, consideramos que el
criterio adecuado a utilizar es aquel que no permite la variación de la
restitución por la indemnización cuando el demandante ha sido repuesto
mediante medida cautelar y esta se mantiene vigente al momento en
que la sentencia ha sido declarada fundada.

Pero también puede ocurrir que antes de que se expida la corres-


pondiente sentencia el demandante opte por una variación de la medida
cautelar, de manera que esta es aceptada concediéndosele cualquier otra
distinta a la de reposición provisional. En este caso, luego de que Ia
sentencia quede consentida, necesariamente deberá haber una etapa de
ejecución. Siendo así, ¿el demandante que ya gozó de una reposición
provisional tendrá derecho a acogerse a lo establecido en el último párrafo
del artículo 34" de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral?
Se trata, indudablemente, de una pregunta difícil de responder,
sobre todo por los vacíos de la normativa; sin embargo, creemos que, a
diferencia del caso anterior, en este caso sí sería viable que el trabajador

603
Oxnr VÍcron Averos Jen¡

opte por la indemnización, no solo porque sí habrá etapa de ejecución,


sino también porque atendiendo a las circunstancias particulares la in-
demnización podría resultar siendo la solución más justa. No obstante,
debemos hacer una precisión. Una cosa es que se haya variado la me-
dida cautelar porque al trabajador le resulta difícil retornar a su puesto
de labores -por todo lo que el empleador pueda hacer para lograr su
incomodidad a efectos de que este opte por retirarse del empleo- y otra
muy distinta es que el trabajador maliciosamente la varíe para obtener
un beneficio indebido.
Consideramos que en este caso el juez laboral solo deberá per-
mitir que el trabajador oPte por la indemnización en la medida que
este último demuestre que efectivamente el resarcimiento se constituye
como la solución más justa, dado que disponer Ia reposición implicaría
someterlo a una serie de actos lesivos de la dignidad y los derechos del
trabajador. Si el trabajador demandante no demuestra ello, entonces no
habrá razón justificada para el otorgamiento de la indemnización, solo
corresponderá la reposición.
Finalmente, es preciso decir que la norma contenida en el artí-
culo 34" de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral podrá
ser invocada por el demandante y procederá sin ningún inconveniente
cuando en el proceso laboral no se haya solicitado la medida cautelar.
En este caso, no habría ninguna razón válida y coherente para que
negarle al demandante el derecho a solicitar, en etapa de ejecución, la
indemnización a cambio de la reposición.

0fl. 560.- 0$¡gnac¡Ún !r0u¡$¡0nal

De modo especial, en los procesos en los que se pretende la


reposición, el juez puede disponer la entrega de una asignación
provisional mensual cuyo monto es fijado por el iuezy el cual
no puede exceder de la última remuneración ordinaria men-
sual percibida por el trabajador, con cargo a la Compensación
por Tiempo de Servicios (CTS). Si la sentencia firme ordena la
reposición, el empleador restituye el depósito más sus intereses
y, en caso de ordenarse el pago de remuneraciones devengadas,
se deduce la asignación percibida.

604
Pnocrso cAUTELAR

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculo 54o.

Comentario

L. Le runornA cAUTELAR DE AsrcNAcróN pRovIsIoNAL


Las medidas cautelares "constituyen mecanismos creados para ase-
gurar la eficacia final del proceso, neutralizando los posibles perjuicios
provocados por el desarrollo temporal de este, así como por los actos
o no- efectuados por la contraparte, por tercero legitimado
-maliciosos
o ajeno a la relación procesal, que pudieran provocar una disminución,
o inclusive, una desaparición absoluta del derecho a ser reconocido,
eventualmente, con la sentencia final"t28tl.

Una de las medidas cautelares que recoge expresamente nuestra


Nueva Ley Procesal del Trabajo es la de asignación provisional, la cual
consiste en concederle anticipada y temporalmente a la parte peticio-
nante una cantidad fija mensual que no podrá exceder del monto de
su última remuneración y con cargo a su compensación por tiempo de
servicios, ello con el objeto de que el demandante no pueda sufrir un
perjuicio irreparable en razón de la no percepción de su remuneración
a causa del cese. Cabe precisar que es un requisito sine qua non para
la procedencia de esta medida cautelar es que el solicitante pretenda la
reposición, caso contrario esta medida es inviable.

Es preciso recalcar que el dispositivo legal bajo comentario desarrolla


el artículo 4l' de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, el
cual señala que "en el caso de acción por nulidad del despido el jrezpodrá,
a pedido de parte, ordenar el pago de una asignación provisional y fijar
su monto el que no podrá exceder de la última remuneración ordinaria
mensual percibida por el trabajador. Dicha asignación será pagada por
el empleador hasta alcanzar el saldo de la reserva por la compensación
por tiempo de servicios que aún conserve en su poder". Asimismo, esta

[28r] Mo*no, Prlrcros, Juan, La tutela proceso! de los derecho5 Palestra, Lima, 2004, pp. 261
y 262.

60s
Oxnr VÍcron Averos Jen,r

norma indica que "si resultara insuficiente, la asignación será pagada por
el depositario de la misma hasta agotar el importe del depósito y sus
intereses". Finalmente, dispone que "si la sentencia ordena la reposición,
el empleador restituirá el depósito más los respectivos intereses con
cargo a las remuneraciones caídas a que se refiere el artículo anterior".

Como es fácil advertir, ambas normas presentan una regulación


muy similar, pudiéndose decir que la última de ellas contiene incluso
algunas precisiones adicionales que la norma adjetiva ha omitido, tales
como que "la asignación será pagada por el empleador hasta alcanzar
el saldo de la reserva por la compensación por tiempo de servicios que
aún conserve en su poder", y que "si resultara insuficiente, la asignación
será pagada por el depositario de la misma hasta agotar el importe del
depósito y sus intereses".
Cabe recalcar que a diferencia de la normativa anterior, que permitía
la asignación provisional en cualquier caso de impugnación del despido
o de pago de beneficios sociales, Ia Nueva Ley Procesal del Trabajo
restringe la utilización de esta medida cautelar solo a los casos en los
cuales el solicitante tiene como pretensión principal la reposición. Por
nuestra parte, consideramos que ello es correcto, pues resultaba ilógico
que cuando la pretensión del actor no era la reposición y se concedía
una medida cautelar de asignación provisional, lo que en buena cuenta
se hacía era desnaturalizar la pretensión, ya que no existía idoneidad
y razonabilidad de la medida. Tal vez, por ese motivo, es que muchos
jueces en nuestro país se han negado a conceder este tipo de medidas,
probablemente para evitar algunos problemas.

2. Pnrn¡crpalgs cARAcTERísrrcAs DE rA MEDTDA cAUTELAR


DE ASIGNACIóN PROVISIONAT

La medida cautelar de asignación provisional es especial y excep-


cional, por ello, además de las características comunes de toda medida
cautelar, reviste ciertas particularidades que pasamos a notar:

a. Solo procede cuando la pretensión principal es la reposición,


ergo, cuando el demandante alega la existencia de un despido
nulo basado en cualquiera de las causales contenidas en el artí-

606
Pnocsso cAUTELAR

culo 29" de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral,


y en los supuestos contenidos en las Leyes N"s 26626 y 27050.
b. Su concesión depende del cumplimiento de los requisitos ge-
nerales o comunes, pero especialmente de la acreditación de
la verosimilitud del derecho que pueda hacer el solicitante,
esencialmente de que dicha asignación le es fundamental para
cubrir sus obligaciones alimentarias, pues de lo contrario podría
sufrir un perjuicio irreparable en razón de la no percepción de
su remuneración a causa del cese.
c. El monto de la asignación provisional es fijada por el juez sobre
la base de los medios probatorios aportados por el solicitante; no
obstante, en ningún caso podrá sobrepasar la última remuneración
percibida por el demandante. Tratándose de trabajadores que
percibían una remuneración imprecisa o variable, la remuneración
base será determinada en virtud al promedio de la remuneración
percibida en los seis últimos meses anteriores al cese.
d. La medida cautelar de asignación anticipada solo será ejecutable
en la medida que exista compensación por tiempo de servicios;
y en caso se ejecute, se efectuará con cargo a ella.
e. Solo tendrán derecho a solicitar este tipo de medida cautelar
aquellas personas que tuvieron una relación laboral de carácter
formal, es decir, aquellas a las cuales se les reconocían sus de-
rechos y beneficios laborales. Las personas que no tuvieron una
relación de tipo formal, esto es, a las que no se les reconoció una
relación de trabajo a pesar de que en la práctica sí se configura-
ba ello, no podrán solicitar esta medida, dado que es necesario
haber gozado de la compensación por tiempo de servicios.

3. COTT¡SECUTNCIAS DE tA SENTENCIA DECTARADA FUNDADA


Si la sentencia definitiva contiene en su parte resolutiva la condena
al empleador demandado referida a reponer al demandante en el centro
de labores, dicho empleador deberá restituir el depósito de la compen-
sación por tiempo de servicios más los intereses respectivos. En efecto,
si la asignación anticipada se ejecutó con cargo a la Compensación por

607
Oxer VÍcron Avelos fene

Tiempo de Servicios, ello quiere que la entidad financiera que actúa


como depositaria liberó los fondos, dejando constancia en ese acto que
la cantidad puesta a disposición del trabajador deberá ser cubierta por el
empleador. Siendo así, al declararse fundada la demanda, el empleador
se encontrará obligado a restituir el depósito más los intereses a efectos
de no perjudicar el derecho del trabajador.

Además, si en el fallo se dispone el pago por el empleador de las


remuneraciones devengadas del acto¡ el empleador demandado deberá
cumplir con efectuar el citado pago, pero aquí se tendrán en cuenta las
cantidades recibidas por el demandante como asignación provisional,las
que deberán ser deducidas del monto a pagar por el empleador.

608
CAPÍTUIO V
PROCBSO DE EJECUCION

AFl. 570.- TilUl0S 8¡SCUI¡U0S

Se tramitan en proceso de ejecución los siguientes títulos eje-


cutivos:
a. las resoluciones judiciales firmes;
b. las actas de conciliación judicial;
c. los laudos arbitrales firmes que, haciendo las veces de sen-
tencia, resuelven un conflicto jurídico de naturale zalaboral;
d. las resoluciones de la autoridad administrativa de trabajo
firmes que reconocen obligaciones;
e. el documento privado que contenga una transacción extra-
judicial;
f. el acta de conciliación extrajudicial, privada o administra-
tiva; y
g. la liquidación para cobranza de aportes previsionales del
Sistema Privado de Pensiones.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artículos 6880 al 692"-A.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 58o y 59o, y Quinta Disposición
. Complementaria.
- Ley de Conciliación Extrajudicial: artículo 70.
- Texto único Ordenado de la Ley del Sistema Privado de Administración
de Fondos de Pensiones: artfculo 38o.

609
Oxer VÍcron Avnlos Jnne

Comentario

t. Er, pRocEso t EN coNcRETo, EL pRocEso DE EIEcucróN

Cuando hablamos del género "proceso" entendemos por este un


desarrollo, un transcurso, una serie de actos sucesivos, concatenados y
dependientes unos de otros, cuyo fin es el de llegar a un resultado o
solución específica.

La especie "proceso de ejecución" es aquel cuya tramitación se


caracteriza por ser bastante simple, habida cuenta que mediante él se le
reclama a una persona el cumplimiento de una obligación contenida en
un documento al que la ley expresamente le concede la categoría jurídi-
ca de irrefutable o irrebatible, salvo algunas causales de contradicción
determinadas en el ordenamiento jurídico.

En nuestra sociedad, a menudo surgen conflictos que son producto


de la urgencia que todos tenemos por satisfacer nuestras necesidades
frente a la escasez de bienes que, en palabras de Biondi, son precisamente
las entidades que determinan la ventaja o el bienestar del hombret2s2l.

Ahora bien, cuando el interés de uno se opone al interés de otro por


satisfacer sus necesidades con un mismo bien o cosa, surge entonces lo
que llamamos conflicto de intereses.

Pero puede que, además de un conflicto de intereses, surjan tam-


bién en el quehacer de la convivencia, dudas o inquietudes acerca de
la titularidad del derecho de una persona respecto de un bien o cosa
específica, titularidad que eventualmente puede oponerse frente al de-
recho que otras personas puedan o pretendan tener sobre un mismo
bien. Este dilema por saber quién o quiénes son titulares de un derecho
específico es lo que se conoce como incertidumbre jurídica.

Primigeniamente, en los albores de la humanidad, estos conflictos


e incertidumbres eran resueltos por los interesados mediante la lla-
mada defensa privada, autodefensa o "justicia a mano propia", donde

12821
B'oro,, Biondo, los biene1 Bosch, Barcelona, 1961, p. 33.

610
Pnocsso oE, stscuclóN

las partes resolvían por sí mismas sus diferencias llegando incluso al


empleo desmedido de la violencia para la satisfacción o reconocimiento
de sus derechos. Este modo de solución de conflictos se conoce como
autocomposición.

Como señala el maestro Alzamora Valdez, la lucha contra la auto-


defensa, cuya historia es la historia del Estado y de la misma civilización
humana, ha pasado por diversas etapas: la moderación de la venganza
mediante el talión; la reglamentación del empleo de las armas y del com-
bate mismo, y el sometimiento de las partes a la decisión de un tercero
con el fin de autorizar el empleo de la fuerza al que tenía razónt2831.

De esta manera, en tanto la sociedad fue evolucionando, fue tam-


bién evolucionando el modo de impartir justicia, optándose Porque un
tercero se encargue de administrarla, para que de esta forma se resuelvan
los conflictos y se diluciden las incertidumbres imparcialmente. A esta
forma, se le conoce como heterocomposición.

2. NRrunaLEzADrtos PRocEsos DE ElEcucIóN


De todo lo anteriormente dicho, por lógica, podemos deducir que
a la preexistencia de todo "proceso" existen hechos Por ser resueltos
(conflictos) o dilucidados (incertidumbres), hechos que buscan al Dere-
cho, a través del proceso, como medio para solucionarlos o eliminarlos
¡ finalmente, lograr la paz social.
No obstante, en el caso concreto del Proceso de ejecución' Por su
naturaleza, este posee una característica especial que lo distingue de los
demás tipos de procesos: a la preexistencia de todo "proceso de ejecu-
ción" existen derechos ya reconocidos, derechos que buscan llegar a los
hechos a través del proceso como medio Para alcanzar su realización, en
contraste con los demás procesos, que Parten siempre de los hechos para
llegar finalmente al reconocimiento y la declaración del derecho que,
eventualmente, resuelva un conflicto de intereses o una incertidumbre
jurídica, existentes con obvia antelación a la postulación del Proceso.

[283] As¡"o*o Vnloez, Mario, Derecho Procesal avi!, Lumen, Lima, 1 953, p. 2.

611
Ox¡.r VÍcron Áveros jana

Como se sabe, en la teoría procesal se distinguen varios modelos


de procesos: los de conocimiento, los de ejecución, los impugnativos,
el cautelar, por citar solo algunos, cumpliendo cada uno de ellos fi-
nalidades totalmente distintas que, en la legislación sobre la materia,
deben desarrollarse con plenitudt2arl. Y, justamente, ya desde el Código
de Procedimientos Civiles de 1912, se define al proceso cuyo comen-
tario nos atañe como aquel destinado a hacer efectivo uno o varios
derechos reconocidos, el cual busca efectivizar un derecho de forma
breve y coactivamente sin necesidad de acudir a las amplias y dispen-
diosas formas de los juicios declarativos[285], en razón de la existencia
de un derecho y una obligación declaradas con antelación; por eso, este
proceso no tiene por finalidad la declaración de derechos dudosos o
inciertos, sino más bien la ejecución forzada de los derechos que estén
explícitamente señalados en títulos judiciales (como la sentencia, por
ejemplo) o extrajudiciales (como la transacción) y que por ese solo
hecho de estar prefijados en tales títulos que prevé la legislación, se
presupone que verdaderamente existe una obligación insatisfecha que
el propio título acredita por sí mismo.

Entonces, se entiende que en el proceso de ejecución partimos de


la premisa que, con precedencia al inicio de é1, existe ya uno o varios
derechos reconocidos en favor de una de las partes, los cuales constarán
en un documento cuya principal particularidad radica en su extrema
e inflexible formalidad que, gracias a esta, la ley le atribuye mérito de
ejecución.

Estos documentos, que sirven de requisito para iniciar un proceso


de ejecución, reciben el nombre de "títulos ejecutivos" y como tales,
por sí solos, certifican la existencia de una obligación y un derecho
preexistentes, reconocidos por las partes.

[284] Br,-.*A*
QurRocr, Jaime, "Los procesos ejecutivo y de ejecución", en Aportes para la reformo
.- -__ del proceso laboral peruano, SPDTSS, Lima, 2005, p. 301.
t2851 Co",tE
oe REroRun Pnocest, "Exposición de Motivos del Código de Procedimientos Civiles'i
en Anrero Deno, Eugenia, El proceso de ejecución, Rodhas, Lima, 1 996, p. 1 3 1 .

612
Pnocrso ne E¡rcucróN

3. Er rírulo ElEcurrvo
El viejo apotegma nulla executio sine titulo "sirve de inicio para
toda tratación sobre el proceso de ejecución y es que el título ejecu-
tivo es un presupuesto infaltable para el inicio de cualquier proceso
de ejecuciónD[286]. Igualmente, como sostiene Calamadreit2871, al título
ejecutivo se le considera como "como la llave indispensable para abrir
la puerta de la ejecución, o mejor dicho como la tarjeta de entrada sin
la cual no es posible atravesar el umbral del proceso ejecutivo".

Por otra parte, con acierto se ha dicho que "la función primaria
del título es la de ser fuente de la acción ejecutiva. Es el presupuesto
fundamental y esencial de la ejecución. De lo expuesto se deriva que:
a. No puede procederse ejecutivamente sin título;
b. La autonomía de la acción está indisolublemente ligada al títuio;
c. Sin título no ha,v ejecución;
d. Sin título no hay acción;
e. En el título se resume todo. No puede haber nada fuera de él;
f. El derecho y la legitimación surgen del título
g. Si el título está viciado o afectado, falta el presupuesto que
motiva la coerción"12881.

Entonces, se entiende que para que el cumplimiento de una obliga-


ción pueda ser demandada, la obligación contenida en el título deberá
ser cierta, expresa y exigible, que hace que su trámite sea sumario y
expeditivo en atención precisamente a que el referido título, por dispo-
sición de la ley, goza de credibilidad y verosimilitud.

Como se advierte, el proceso de ejecución ha sido creado en bene-


ficio del acreedor, el que, contando con un título que acredita en forma
indubitable su acreencia o derecho, le reclama judicialmente al deudor

t]!!l noo*o Duo, El proceso de ejecución, c¡t., p. '181.


(]!]l Cituao por Anrrruo Duo, El proceso de ejecución, cit., p. 131.
[288] Roontcrez, Luis A., Tratado de Ia ejecución,
Editorial Universidad, Buenos Aires, 1gg1,f. l,
p.473.

613
Oxer VÍcron Averos I¡,n¡.

que cumpla y efectivice su obligación (de dar, hacer o no hacer), la cual


prácticamente se tiene por probada, salvo los limitados supuestos de
contradicción que puede argumentar el ejecutado.

Por lo tanto, consideramos a este proceso como especial y de trá-


mite sumario, dirigido a satisfacer una pretensión consistente en hacer
cumplir una obligación debidamente documentada en un título ejecutivo
judicial o extrajudicial, al cual el ordenamiento jurídico le concede la
presunción de certeza respecto del derecho invocado, presunción esta
que se desvanece si el demandado alega y demuestra la configuración
de alguna causal de contradicción respecto de la cual, reiteramos, su
invocación tiene carácter restrictivo.

Por otro lado, podemos decir que el título ejecutivo es el documento


que recoge el derecho que ha de hacerse efectivo mediante la ejecución
procesal y cuya cualidad ejecutiva debe ser otorgada en forma exPresa
por la ley. El título ejecutivo constituye la constancia documental de
una obligación cierta, expresa y exigible en vía de ejecución procesal.

El título ejecutivo consiste en una declaración, en el reconocimiento de


un derecho cierto, que puede emanar de una decisión judicial (como la
sentencia), aunque también puede ser creado contractualmente por las
partes (como la transacción o la conciliación).

4, Los ríruros EJECUTIVos EN MATERIA IABoRAL


De conformidad con el artículo 57" de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo, los títulos ejecutivos en materia laboral son:

4.t. Las resoluciones iudiciales firmes


Vale decir que se trata de resoluciones judiciales sobre las que no
procede ya impugnación alguna, porque se encuentran consentidas o
ejecutoriadas, y que además condenan a una persona al cumplimiento
de una obligación (de dar, hacer o no hacer) cierta, expresa y exigible.
El título judicial por excelencia está representado por el fallo definitivo
o sentencia.

614
Pnocsso os rlscucróN

4.2. Las actas de conciliación iudicial


Son aquellas actas en donde consta el acuerdo conciliatorio de
las partes dentro de un proceso judicial (donde se ventilen asuntos
de índole laboral), en virtud de la cual se ha puesto fin al conflicto
surgido entre ellas, estando pendiente simplemente del cumplimiento
de las prestaciones convenidas en dicho acuerdo, las que si no son
realizadas por el o los obligados, da lugar a que puedan ser materia
de ejecución.

Se entiende que el acta de conciliación judicial debe haberse pro-


ducido dentro de un proceso laboral, en el que se haya ventilado una
pretensión de la misma naturaleza -laboral, cooperativista, formativa o
administrativa-, porque si en el proceso se debatió un asunto de carácter
civil, la ejecución del acta de conciliación judicial deberá hacerse en vía
del proceso único de ejecución y seguirse estrictamente las normas del
Código Procesal Civil.

4.3. Los laudos arbitrales firmes que, haciendo las veces


de sentencia, resuelven un conflicto iurídico de na-
turaleza laboral
Es decir aquellos laudos respecto de los cuales no cabe ya im-
pugnación alguna y que, haciendo las veces de sentencia, resuelven un
conflicto jurídico de naturaleza laboral, condenando a una de las partes
al cumplimiento de una obligación de dar, hacer o no hacer, cierta,
expresa y exigible. Al respecto, cabe precisar que de conformidad con
la normativa positiva contenida en la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
los conflictos individuales podrán ser sometidos a arbitraje, siempre
y cuando el convenio arbitral se inserte a la conclusión de la relación
laboral ¡ adicionalmente, la remuneración mensual percibida sea, o
haya sido, superior a las 70 unidades de referencia procesal; mientras
que en el caso de los conflictos colectivos, estos también podrán ser
sometidos a arbitraje ante el fracaso de la negociación colectiva o de
la conciliación.

615
Oxer VÍcron Averos Jnn¡

4.4. Las resoluciones de la autoridad administrativa de


trabaio firmes que reconocen obligaciones
Se entiende, igualmente, que debe tratarse de resoluciones adminis-
trativas firmes, que disponen el cumplimiento de obligaciones de dar,
hacer o no hacer, ciertas, expresas y exigibles, y respecto de la cuales
no cabe impugnación. En la mayoría de casos se trata del supuesto de
aquellas resoluciones expedidas en el marco de la Ley General de Ins-
pección del Trabajo, a través de las que la autoridad administrativa de
trabajo determina la existencia de derechos y obligaciones a favor de
uno o más trabajadores.

4.5. El documento privado que contenga una transac-


ción extraiudicial
Es también título ejecutivo aquel documento particular por el cual
las partes, sin ia intervención de un tercero, establecen las obligaciones
de dar, hacer o no hacer, ciertas, exPresas y exigibles que versen sobre
materia de índole laboral, formativa, cooperativista o administrativa a
cuyo cumplimiento estarán sometidos.

4.6. El acta de conciliación extraiudicial, privada o admi'


nistrativa
En lo que respecta al acuerdo conciliatorio que las partes pueden
adoptar antes de iniciarse el proceso -conciliación extrajudicial-, de-
bemos tener en consideración que, según el artículo 9' de la Ley N'
26872t2set,la conciliación se hará efectiva en cuanto se dispongan de-

t28el "Artículo 9o.- Mater¡as conciliables.- Son materia de conciliación las pretensiones deter-
minadas o determinables que versen sobre derechos disponibles de las partes.
En asuntos relacionados al derecho de familia se someten al procedimiento establecido en
la presente ley las pretensiones que versen sobre alimentos, régimen de visitas y violencia
familiar.
No se someten a conciliación extrajudicial las controversias sobre hechos que se refieran a
la comisión de delitos o faltas, con excepción de las controversias relativas a la cuantía de
la reparación civil derivada de la comisión de delitos, en cuanto ella no hubiera sido fijada
por resolución judicial firme'i

6r6
Pxocnso oE eJncucróN

rechos disponibles que sean de índole laboral, formativa, cooperativista


o administrativa.

4.7. La liquidación para cobranza de aportes previsiona-


les del Sistema Privado de Pensiones
Sobre el particular es preciso tener en cuentalo dispuesto en el
artículo 38. del Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema Privado
de Administración de Fondos de Pensiones, aprobado Por el Decreto
Supremo N' 054-97-EF, que establece lo siguiente:

"Artículo 38o.- Procedimiento de ejecución


La ejecución de ios adeudos contenidos en la liquidación para
cobranza se efectúa de acuerdo al Capítulo V [sobre el proceso
de ejecuciónl del Título II [sobre los procesos laborales] de la Ley
Procesal del Trabajo. Para efectos de dicha ejecución, se establecen
las siguientes reglas especiales:

a) Cualquiera que sea la cuantía de la pretensión, el juez competente


para conocer el proceso será el juez de paz letrado del domicilio
del demandado, sea este un particular o una entidad del Estado.

Los únicos anexos a la demanda serán la liquidación para co-


branzayla copia simple del poder del representante o apoderado
de la AFP. En caso que antes de la interposición de la demanda,
la AFP hubiera registrado ante el juzgado el nombre de su apo-
derado o representante adjuntando copia del documento en
que consta la representación, no se requerirá de presentación
de nuevas copias del poder para cada demanda.

No constituye requisito de admisibilidad de la demanda la


reaiización del procedimiento administrativo previo a que se
refiere el artículo 37'de la presente ley.
El juez que exija Ia presentación de anexos o medios probatorios
no previstos en el presente artículo incurre en responsabilidad
funcional.
b) El ejecutado podrá contradecir la ejecución solo por los siguien-
tes fundamentos:

617
Oxer VÍcron Averos Jan¡

1. Estar cancelada la deuda, lo que se acreditará con copia de


la planilla de pagos de aportes previsionales debidamente
cancelada;

2. Nulidad formal o falsedad de la liquidación para cobranza;


3. Inexistencia del vínculo laboral con el afiliado durante los
meses en que se habrían devengado los aportes materia de
cobranza, lo que se acreditará con copia de los libros de
planillas;
4. Error de hecho en la determinación de monto consignado
como deuda en la liquidación para cobranza, lo que se acre-
ditará con copia de los libros de planillas o de las boletas de
pago de remuneraciones suscritas por el representante del
demandado; y,
5. Las excepciones y defensas previas señaladas en los artículos
446'y 455" del Código Procesal Civil.
La contradicción se deberá presentar acompañada de prueba
documental que acredite sus fundamentos, salvo los casos a
que se refiere el numeral 2 precedente y el inciso 3 del artí-
culo 446. del Código Procesal Civil [referido a la excepción
procesal de representación defectuosa o insuficiente del
demandante o del demandado].
No se admitirá prueba distinta a los documentos. En caso
que la contradicción se fundamente en supuestos distintos
a los enumerados precedentemente o no se acompaña la
prueba documental que corresponda, el |uez declarará li-
minarmente su improcedencia imponiendo al demandado
que la formuló una multa equivalente a 10 Unidades de
Referencia Procesal.
c) Si se formula contradicción, el juez expedirá sentencia dentro
de los cinco días de realizada la absolución o sin ella. No se
efectuará audiencia.
d) Independientemente de la cuantía de la pretensión, conocerá la
apelación el juez de trabajo.
e) EI juez de trabajo expedirá sentencia dentro de los diez días de
recibido el expediente. No se admitirá informe oral.

618
PnocEso oE Elrcuctót¡

f) No cabe recurso alguno contra la sentencia de segunda instancia.

s) En los procesos de cobranza de aportes al SPP [Sistema Pri-


vado de Administración de Fondos de Pensiones],las AFP se
encuentran exceptuadas de la obligación de ofrecer y presentar
contracautela.
h) Facultativamente, procede la acumulación de procesos segui-
dos por una AFP contra un mismo empleador. En este caso, la
acumulación se podrá solicitar en cualquier etapa del Proceso
judicial, debiendo para tal efecto la AFP solicitar a los |uzga-
dos correspondientes la remisión de los actuados al luzgado
respectivo'i

Finalmente, cabe hacer mención que la normativa del Código Pro-


cesal Civil referida al proceso único de ejecución resulta de aplicación
supletoria para el proceso laboral de ejecución, según lo dispone la
Primera Disposición Complementaria de la Ley N'29497, entendiéndose
en todo y en cuanto no se oponga a las reglas contenidas en la Nueva
Ley Procesal del Trabajo.

Ant. 580,- C0m00t0ncia 0ana la eiscuc¡Ún d8 Pss0luc¡one$ iud¡s¡ales


llnmc$ t, acla$ [e Gonclllaclón rulic¡a¡

Las resoluciones judiciales firmes y actas de conciliación ju-


dicial se ejecutan exclusivamente ante el juez que conoció la
demanda y dentro del mismo expediente. Si la demanda se
hubiese iniciado ante una sala laboral, es competente el juez
especializado de trabajo de turno.

(oncordancias:
I
- Código Procesal Civil: artículo 690o-8.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 1o.2,2o.5o,30 y 57o.

6t9
Oxer Vícron Averos fene

Comentario

Los títulos ejecutivos consistentes en resoluciones judiciales firmes


(aquellas sobre las cuales no cabe ya impugnación alguna) se ejecutan
en forma exclusiva ante el órgano jurisdiccional que conoció del proceso
laboral en primera instancia y siempre dentro del mismo expediente.
Los títulos ejecutivos consistentes en actas de conciliación judicial
(que recogen el acuerdo conciliatorio producido al interior del proceso
y homologado por la autoridad judicial) se ejecutan en forma exclusiva
ante el órgano jurisdiccional que conoció del proceso laboral en primera
instancia y siempre dentro del mismo expediente.
Si la demanda se hubiese interpuesto ante una Sala Laboral (como
ocurre en los casos a que se contrae el artículo 3' de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo), actuando esta, por lo tanto, como órgano judicial
de primera instancia, el juez especializado de trabajo de turno será el
órgano jurisdiccional competente para conocer de la ejecución de las
resoluciones judiciales firmes y de las actas de conciliación judicial
emanadas de procesos laborales.

Apt. 590.- E¡0cüclún de laud0$ an[irales finmes qu8 n8$ueluen un


c0nfl¡clo iunid¡c0

Los laudos arbitrales firmes que hayan resuelto un conflicto


jurídico de naturaleza laboral se ejecutan conforme a la norma
generd de arbitraje.

I concordancias:
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 57o y Sexta Disposición
Complementaria.
- Decreto legislativo que norma el arbitraje: artfculos 670 y 68".

Comentario

En principio, cabe indicar que, a tenor de la Sexta Disposición


Complementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, las controversias
jurídicas en materia laboral pueden ser sometidas a arbitraje, siempre

620
Pnoceso oE slrcuclór,l

y cuando el convenio arbitral se inserte a la conclusión de la relación


laboral y, adicionalmente, la remuneración'mensual percibida sea, o haya
sido, superior a las 70 Unidades de Referencia Procesal. De igual modo,
tratándose de conflictos colectivos, estos también podrán ser sometidos a
arbitraje ante el fracaso de la negociación colectiva o de la conciliación.

Ahora bien, en lo que atañe a los títulos ejecutivos consistentes en


laudos arbitrales firmes (respecto de los cuales no cabe ya impugnación
alguna) que hayan resuelto un conflicto jurídico de naturaleza laboral,
advertimos que tales laudos se ejecutan conforme a la norma general
de arbitraje, vale decir, según lo dispuesto en el Decreto Legislativo N"
1071, Decreto legislativo que norma el arbitraje.

Esta normativa regula la ejecución del laudo en su artículo 67o,


numeral que preceptúa Io siguiente:
a. A solicitud de parte, el tribunal arbitral está facultado para
ejecutar sus laudos y decisiones, siempre que medie acuerdo
de las partes o se encuentre previsto en el reglamento arbitral
aplicable.

b. Se exceptúa de lo dispuesto en el numeral anterior, el caso en el


cual, a su sola discreción, el tribunal arbitral considere necesario
o conveniente requerir la asistencia de la fuerza pública. En este
caso, cesará en sus funciones sin incurrir en responsabilidad
y entregará a la parte interesada, a costo de esta, copia de los
actuados correspondientes para que recurra a la autoridad ju-
dicial competente a efectos de la ejecución.
El mencionado Decreto Legislativo N" 1071 contempla lo relativo a
la ejecución judicial del laudo en su artículo 68o, según el cual la parte
interesada podrá solicitar la ejecución del laudo ante Ia autoridad judicial
competente acompañando copia de este y de sus rectificaciones, inter-
pretaciones, integraciones y exclusiones ¡ en su caso, de las actuaciones
de ejecución efectuada por el tribunal arbitral.

Dicha norma señala también que la autoridad judicial, por el solo


mérito de los documentos referidos en el numeral anterior, dictará man-
dato de ejecución para que la parte ejecutada cumpla con su obligación
dentro de un plazo de 5 días, bajo apercibimiento de ejecución forzada.

621
OxeI- Vícron Avnros Jen¡

En este caso, la parte ejecutada solo podrá oponerse si acredita con


documentos el cumplimiento de la obligación requerida o la suspensión
de la ejecución conforme al artículs 6;(otzro) del Decreto Legislativo N"
107I. La autoridad judicial dará traslado de la oposición a la otra parte
por el plazo de 5 días. Vencido este plazo, resolverá dentro de los 5 días
siguientes. La resolución que declara fundada la oposición es apelable
con efecto suspensivo.

Finalmente, debe recalcarse que la autoridad judicial está prohibida,


bajo responsabilidad, de admitir recursos que entorPezcanla ejecución
del laudo.

t2e0l Artículo 660.- Garantía de cumplimiento


.
'l
La interposición del recurso de anulación no suspende la obligación de cumplimiento
del laudo ni su ejecución arbitralo judicial, salvo cuando la parte que impugna el laudo
solicite la suspensión y cumpla con el requisito de la garantía acordada por las partes
o establecida en el reglamento arbitral aplicable. Al examinar la admisión del recurso,
la Corte Superior verificará el cumplimiento del requisito y, de ser el caso, concederá la
suspensión.
2. Si no se ha acordado requisito alguno, a pedido de.parte, la Corte Superior concederá
la suspensión, si se constituye fianza bancaria solidaria, incondicionada y de realización
automática en favor de la otra parte con una vigencia no menor a seis (6) meses reno-
vables por todo el tiempo que dure el trámite del recurso y por una cantidad equiva-
lente al valor de la condena contenida en el laudo.
3. Si la condena, en todo o en parte, es puramente declarativa o no es valorizable en dine-
ro o si requiere de liquidación o determinación que no sea únicamente una operación
matemática, el tribunal arbitral podrá señalar un monto razonable en el laudo para la
constitución de la fianza bancaria en las mismas condiciones referidas en el numeral
anterior, como requisito para disponer la suspensión de la ejecución, salvo acuerdo
distinto de las partes.
4. La parte impugnante podrá solicitar la determinación del monto de la fianza bancaria
prevista en el numeral anterior a la Corte Superior que conoce del recurso, cuando
el tribunal arbitral no lo hubiera determinado.También podrá solicitar su graduación,
cuando no estuviere de acuerdo con la determinación efectuada por el tribunal ar-
bitral. La Corte Superior luego de dar traslado a la otra parte por tres (3) días, ñjará el
monto definitivo en decisión inimpugnable'
5. La garantía constituida deberá renovarse antes de su vencimiento mientras se encuen-
tre en trámite el recurso, bajo apercibimiento de ejecución del laudo. Para tal efecto, la
Corte Superior, a pedido de la parte interesada, de ser el caso, oficiará a las entidades
financieras para facilitar la renovación.
6. 5i el recurso de anulación es desestimado, la Corte Superior, bajo responsabilidad, en-
tregará la fianza bancaria a la parte vencedora del recurso. En caso contrario, bajo res-
ponsabilidad, lo devolverá a la parte que interpuso el recurso.

622
Pnocrso oE EJEcucIóN

Afl. 600.- su$0cn$¡ón eilna0rdinaF¡a ds la e¡ecuc¡ún

Tratándose de la ejecución de intereses o de monto liquidado


en ejecución de sentencia, a solicitud de parte y previo depósito
o carta franzapor el total ordenado, el juez puede suspender la
ejecución en resolución fundamentada.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 57o.

Comentario

Excepcionalmente, el órgano jurisdiccional se encuentra facultado


para suspender la ejecución mediante resolución debidamente motivada,
lo que podrá hacer a instancia de parte interesada y siempre que se
cumplan los siguientes presupuestos:

a. Que el objeto de ejecución se trate de intereses o del monto


liquidado en ejecución de sentencia.
b. Que la parte interesada deposite previamente la suma corres-
pondiente al monto ordenado Pagar en ejecución de sentencia
o presente carta fianza que garantice el pago del monto a cuyo
pago se le hubiere condenado.

Es importante recalcar que esto no constituye una obligación del


juez, sino una facultad extraordinaria, por lo que la parte interesada en
ningún caso podrá alegar que, habiendo depositado el monto adeudado o
garantizado su obligación mediante cartafianza, tiene el derecho absoluto
a que se suspenda la ejecución. En estos casos resultará indispensable que
el juez, basándose en el principio de razonabilidadl2er], valore el pedido
de la parte interesada, y si resulta el más idóneo y justo deberá atenderlo.

t2911 6.6" recalcar que en diversas sentencias, el Tribunal Constitucional ha señalado que: "El
requisito de razonabilidad excluye la arbitrariedad. La idea que confiere sentido a la exi-
gencia de razonabilidad es la búsqueda de la solución justa de cada caso. Por lo tanto, [.. .]
una decisión arbitraria, contraria a la razón (entendiendo que en un sistema de derecho

623
Oxer VÍcron Ávelos Iene

Otro punto que llama la atención es que la norma en cuestión


establece que la suspensión de la ejecución puede proceder cuando el
interesado, esto es, el obligado, haya efectuado el depósito o garantizado
mediante carta fianza su obligación, sin embargo, no precisa qué for-
malidades deben cumplirse para el depósito o cuáles son los alcances
económicos de la carta fianza, Con ello se deja en manos del juez la
decisión de conferirle seguridad a lo ofrecido por el interesado, pues
dado que la norma contiene serios vacios, será el director del proceso,
con sana crítica y con la posibilidad de oír a la contraparte, el que de-
terminará cuándo se suspende la ejecución.

Si la contradicción no se sustenta en alguna de las causales


señaladas en la norma procesal civil, se impone al ejecutado
una multa no menor de media (1/2) ni mayor de cincuenta (50)
Unidades de Referencia Procesal (URP).
Esta multa es independiente a otras que se pudiesen haber
impuesto en otros momentos procesales.

(oncordancias:
|
- Código Procesal Civil: artfculo 690"-D.
- Nueva Ley Procesal del Trabaio: artículo 'l 50.

positivo la razonabilidad de una solución está determinada por Ias normas y principios
que lo integran, y no solo por principios de pura razón), es esencialmente ant|urídica.
Del mismo modo, en la sentencia correspondiente al Expediente N'00535-2009-PA/TC, el
máximo intérprete de nuestra Constitución manifestó que:"La razonabilidad es un criterio
íntimamente vinculado a la justicia y está en la esencia misma del Estado constitucional de
Derecho. Se expresa como un mecanismo de control o interdicción de la arbitrariedad en
el uso de las facultades discrecionales, exigiendo que |as decisiones que se tomen en ese
contexto respondan a criterios de racionalidad y que no sean arbitrarias".
lgualmente, en la sentencia del Expediente N'0006-2003-A|/TC indicó que:"El principio de
razonabilidad implica encontrar justificación lógica en los hechos, conductas y circunstan-
cias que motivan todo acto discrecional de los poderes públicos'i

624
PRocEso n¡ rl¡cucróN

Comentario

La contradicción en el proceso laboral de ejecución debe fundarse


en alguna de las causales previstas en el artículo 690'-D del Código
Procesal Civil. Así tenemos que, según se infiere de dicho artículo, la
contradicción solo podrá fundarse según la naturaleza del título en:

- La inexigibilidad de la obligación contenida en el título ejecutivo,


hipótesis que se configura cuando la obligación está sujeta a
plazo no vencido o a condición o cargo pendiente de cumplirse.

- La iliquidez de la obligación contenida en el título ejecutivo, lo


que ocurre cuando el monto de la obligación reclamada no ha
sido determinado ni es determinable a través de una operación
aritmética.

- La nulidad formal del título ejecutivo, que se configura cuando


el título ejecutivo está desprovisto de los requisitos formales
exigidos por el ordenamiento jurídico bajo sanción de nulidad
o cuando dicho título no reúne los títulos que le conceden a
un documento mérito ejecutivo.
- La falsedad del título ejecutivo, que se produce cuando el refe-
rido título carece de autenticidad, ya sea en su contenido o en
la firma de los intervinientes en el documento.

- La extinción de la obligación exigida, hipótesis que se configura


cuando ha acontecido el pago, la condonación de la obligación,
la transacción, el mutuo disenso, entre otras formas de extinción
de las obligaciones.

En el caso de que la contradicción formulada en el proceso laboral


de ejecución no se sustente en algunas de las causales de contradicción
contempladas en el artículo 690"-D del Código Procesal Civil descritas
precedentemente, se entenderá sin admitir lo contrario que el demandado
ha obrado con temeridad procesal, por lo que el órgano jurisdiccional
tiene la obligación de imponerle una multa, la cual no será menor de r/,
Unidad de Referencia Procesal ni mayor de 50 Unidades de Referencia
Procesal. Cabe precisar que la aplicación de la multa no es una facul-

62s
Oxnl VÍcron Avnlos fen,,r

tad del juez, sino una obligación ante la configuración del supuesto, en
la medida que el artículo 61. de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es
bastante claro al establecer un mandato de obligatoria observancia; lo
que sí es facultad del juez es la determinación del monto de la multa.

Ahora bien, se recalca que la referida multa guarda independencia


con otras multas que se le hayan aplicado o gue se le impongan al
demandado en otras fases procesales. Es de destacar que, con relación
a la citada multa, existe responsabilidad solidaria entre las partes, sus
representantes y abogados patrocinantes, pues ello es lo que prevé el
artículo 15" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.
Con respecto a esto, la propia norma se ha encargado de dejar en
claro que la aplicación de una sanción no vulnera de ningún modo el
principio de non bis in idem, pues evidentemente se trata de una san-
ción por un hecho distinto al que ha dado origen a las otras sanciones.
Finalmente, debemos indicar que la sanción contemplada en el
artículo 61" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo no procede en caso
el interesado se hubiere amparado en alguna de estas causales pero
utilizándola de manera maliciosa, ello debido a que la norma restringe
la sanción solo a los casos en que la contradicción no se sustente en las
causales establecidas en el artículo 690"-D del Código Procesal Civil.
En todo caso, de detectar el acto malicioso, el juez podrá aplicar una
sanción e imponer la multa correspondiente pero sobre la base del ar-
tículo 15' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Afl. 620.- lnculn[liml0ntoln¡usfll¡cad0 al mandal0 d8 elecuc¡Ún

Tratándose de las obligaciones de hacer o no hacer, si, habién-


dose resuelto seguir adelante con la ejecución, el obligado no
cumple, sin que se haya ordenado la suspensión extraordinaria
de la ejecución, el juez impone multas sucesivas, acumulativas
y crecientes en treinta por ciento (300/0) hasta que el obligado
cumpla el mandato; y, si persistiera el incumplimiento, proce-
de a denunciarlo penalmente por el delito de desobediencia o
resistencia a la autoridad.

626
PnocE,so r¡ ¡J¡cucIóN

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artlculo 3680.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artfculos 1 50 y 600.

Comentario

En el caso de que el proceso laboral de ejecución verse sobre obli-


gaciones de hacer o de no hacer -y no sobre obligación de dar- y el
órgano jurisdiccional hubiese dispuesto continuar con la ejecución, si
la parte obligada no acata el mandato judicial referido al cumplimien-
to de la prestación de hacer o de no hacer a la que se le condenó, el
citado órgano jurisdiccional deberá sancionar a aquella con la multa
correspondiente, pudiendo aplicar además multas sucesivas, acumula-
tivas y crecientes en un 30%o hasta que la parte obligada cumpla con lo
ordenado por el magistrado.
Si a pesar de las referidas sanciones económicas, la parte obligada
no se somete a Io dispuesto por el órgano judicial, entonces, este tiene
la obligación de denunciarla ante la autoridad penal competente, Por
el delito de desobediencia o resistencia a la autoridad, tipificado en el
artículo 368" del Código Penal, cuyo primer párrafo claramente esta-
blece que el que desobedece o resiste la orden legalmente impartida
por un funcionario público -como es el caso del juez- en el ejercicio
de sus atribuciones, salvo que se trate de la propia detención, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis meses ni
mayor de dos años.
Es de resaltar que la imposición de las mencionadas multas sucesivas,
acumulativas y crecientes en un 30%, así como la denuncia penal por el
delito de desobediencia o resistencia a la autoridad, no serán viables en
el supuesto de que el juez hubiere dispuesto previamente la suspensión
extraordinaria de la ejecución de conformidad con el artículo 60' de la
Nueva Ley Procesal del Trabajo, conforme al cual, como se viera en su
oportunidad, tratándose de la ejecución de intereses o de monto liqui-
dado en ejecución de sentencia, a solicitud de parte y previo depósito o
cartafianza por el total ordenado, el juez puede suspender la ejecución
mediante resolución fundamentada.
Ahora, si bien queda claro que el juez tiene la facultad de aplicar
sucesivas multas, acumulativas y crecientes en un 307o, lo que pue-

627
Oxer VÍcron Av¡.ros Jnnn

de generar cierta controversia es el momento desde el cual el juez se


encuentra habilitado para efectuar la denuncia penal por el delito de
desobediencia o resistencia a la autoridad.
Aparentemente de la norma no se desprende cuál es este momen-
to, no obstante, de una revisión exhaustiva de ella se entiende que ello
ocurrirá desde el tercer requerimiento Para que cumpla con la obligación
de hacer o no hacer. El desacato de este tercer requerimiento recién da
lugar a la denuncia penal. Ello no podría darse ante el incumplimiento
del primer requerimiento, Pues en este caso corresponde la aplicación de
la multa. Tampoco ante el incumplimiento del segundo requerimiento,
pues en ese caso corresponde la aplicación de otra multa, acumulativa
y creciente. Solo si a pesar de esto el obligado persiste con el incumpli-
miento, entonces el juez procede a denunciarlo penalmente Por el delito
de desobediencia o resistencia a la autoridad, ello sin perjuicio de la
aplicación de otras multas por el continuo incumplimiento.

Anl. 630.- Cálcul0 de derec]lo$ acc8s0ni0$

Los derechos accesorios a los que se ejecutan, como las remu-


neraciones devengadas y los intereses, se liquidan por la parte
vencedora,la cual puede solicitar el auxilio del perito contable
adscrito al juzgado o recurrir a los programas informáticos de
cálculo de intereses implementados por elMinisterio de Trabajo
y Promoción del Empleo.
La liquidación presentada es puesta en conocimiento del obli-
gado por el término de cinco (5) días hábiles siguientes a su
notificación. En caso de que la observación verse sobre aspectos
metodológicos de cálculo, el obligado debe necesariamente
presentar una liquidación alternativa.
Vencido el plazo el juez,con vista a las liquidaciones que se hu-
biesen presentado, resuelve acerca del monto fundamentándolo.
Si hubiese acuerdo parcial, el |uez ordena su Pago inmediata-
mente, reservando la discusión solo respecto del diferencial.

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 28o'

628
Pnocnso n¡ ¡JEcucróN

Comentario

En el proceso laboral de ejecución, los derechos que sean accesorios


con relación a aquellos derechos que se ejecutan, como por ejemplo, las
remuneraciones devengadas y los respectivos intereses, deben ser liqui-
dados por quien resultó vencedor en el proceso. Si bien tal liquidación
es de cargo del sujeto procesal respecto del cual se amparó su demanda,
ello no obsta para que pueda auxiliarse con tal finalidad, por lo que
el artículo analizado le faculta a aquel para peticionar la intervención
del perito contable adscrito al juzgado a fin de calcular los indicados
derechos accesorios materia de ejecución.

La parte vencedora en el proceso, a quien le corresponde la liqui-


dación de los derechos accesorios en mención, puede también hacer uso
de los programas informáticos de cálculo de intereses que para tal efecto
facilita el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.

La liquidación de los derechos accesorios a los que se ejecutan debe


hacérsele saber al obligado al pago mediante la respectiva notificación,
quien podrá plantear las correspondientes observaciones o reparos. Si
los cuestionamientos del obligado están referidos a aspectos metodoló-
gicos de cálculo, deberá presentar al juzgado una liquidación propia,
porque de lo contrario no se tomarán en cuenta sus observaciones a la
liquidación efectuada por el vencedor del proceso, ya sea por sí mismo
o auxiliado de la manera indicada en el párrafo anterior.
Unavez vencido elplazo para que el obligado al pago de los derechos
accesorios a los que se ejecutan pueda formular las observaciones del
caso contra la liquidación de la parte acreedora, el órgano jurisdiccional
evaluará tal liquidación, así como aquella que hubiese presentado el
obligado, y se pronunciará sobre el monto que debe pagaf el último de
los nombrados por tales conceptos, en resolución debidamente motivada.

Si con relación al pago de los derechos accesorios a los que se eje-


cutan -como, por ejemplo, las remuneraciones devengadas y los intereses
correspondientes- el juez advirtiera que existe un acuerdo parcial entre
los sujetos procesales, ordenará al obligado que cumpla con pagar el
monto respecto del cual no existiera controversia alguna, aplazando la
disputa que hubiera sobre el diferencial.

629
CAPITUTO VI
PROCESOS NO COI\TENCIOSOS

La consignación de una obligación exigible no requiere que el


deudor efectúe previamente su ofrecimiento de pago, ni que
solicite autorización del juez para hacerlo.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artlculosT49o al7620y 8O2o al8160.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculos 1o.3, 650 y 660.

Comentario

1. Er pnocnso No coNTENcIoso
Los procesos no contenciosos o de jurisdicción voluntaria "son
aquellos en los que se ventilan asuntos en los que no existe, al menos
en teoría, conflicto de intereses o litigio, vale decir, no hay sujetos que
asuman la calidad, propiamente dicha, de demandante y demandado sin
que ello obste que, dentro de nuestro sistema, se presente la figura de
la oposición. En tales procesos o procedimientos quienes los promueven
solicitan, por lo general, en sede judicial o notarial, que se preste auto-
rización para llevar a cabo ciertos actos jurídicos, o que se homologuen

631
Oxnr VÍcron Áv¡los Jen¡

o aprueben estos, o que se documenten, certifiquen o declaren determi-


nadas situaciones también de orden jurídico, o, finalmente se pide que
se fijen plazos o se dispongan medidas de protección"[2e21.

Los procesos no contenciosos se caracterizan Por ser de trámite muy


breve que no contienen, en principio, conflicto o litigio alguno' y que
carecen del carácter dialéctico que distingue a los Procesos contenciosos,
en el que siempre hay dos partes -demandante y demandada- enfrenta-
das, que defienden cada una su posición y que esPeran salir vencedores
en el proceso una vez que se dicte el fallo final.

En los procesos no contenciosos son objeto de debate determinados


asuntos sobre los que no hay controversia o discusión -sin que ello obste
para que pueda presentarse en algún momento de su trámite oposición
de algún sujeto interesado-, pues simplemente en ellos la persona que
lo promueve peticiona que se le conceda autorización judicial Para rea-
lizar ciertos actos jurídicos, o que se apruebe judicialmente tales actos,
o que sean recogidos instrumentalmente o certificados Por el juez, o
que se declare judicialmente algún derecho, o que se fije judicialmente
un plazo para llevar a cabo un acto jurídico, prestación o actividad, etc.
Los procesos no contenciosos se caracteri zan Por su sumariedad en
el trámite y porque en él están vedados determinados actos procesales
que resultan improcedentes -como la recusación del juez, las excepciones
y defensas previas, las cuestiones probatorias- cuyos medios de prueba
no sean susceptible de actuación inmediata, la reconvención, el ofre-
cimiento de medios probatorios en segunda instancia, la modificación
y ampliación de la demanda -en este caso solicitud no contenciosa- y
el ofrecimiento de medios de prueba extemporáneos relativos a hechos
nuevos), así como Porque, reiteramos, no eiiste contención (como se
infiere de su propia denominación) o discusión en tales procesos.
Es de resaltar que una de las principales características de este
proceso es que la relación jurídico-procesal se establece entre el de-
mandante y el Estado, no existiendo una contraparte o sujeto procesal

f2e2l H,rosrnozo Mf¡lcuEz, Alberto, Comentar¡os al Código Procesal Civil, 3^ ed., Gaceta Jurídica,
Lima, 2005, p. 1431 .

632
Pnocssos No coNTENcrosos

a quien se le exige el cumplimiento de una o más obligaciones. Se trata


de un proceso que no reviste en sí un conflicto de intereses, sino más
bien una incertidumbre jurídica, pues la parte que acciona no pretende
conflictuar con otra, sino básicamente tramitar un pedido.

Si bien es cierto que en este tipo de proceso comúnmente se em-


plaza a otras personas para que concurran al proceso, ello no supone
la existencia de un conflicto, pues eso se hace con el único objeto de
publicitar el pedido del demandante a efectos de no lesionar intereses
de terceros y que, de ser el caso, estos puedan salir en su defensa,
pero, no tienen la condición de demandados. En algunos procesos, se
establece que debe citarse al Ministerio Público para que intervenga,
no como parte, sino cumpliendo una función específica, que la misma
ley establece.

2, Rrcras cENERALES ApLTcABLES AL NUEVo pRocEso Ll\BoRAr


Al proceso laboral no contencioso, que corresponde conocer, en
forma exclusiva y sin importar la cuantía, a los juzgados de paz letra-
dos laborales, le resultan aplicables supletoriamente las disposiciones
generales del Código Procesal Civil referidas precisamente a los proce-
sos no contenciosos, pues ello se desprende de la Primera Disposición
Complementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo. En tal sentido,
respecto al proceso laboral no contencioso, deben tenerse especialmente
en cuenta, en lo que sea pertinente, los siguientes artículos del Código
Procesal Civil:

- Sobre los requisitos y anexos de la solicitud no contenciosa,


debe indicarse que la solicitud debe cumplir con los requisitos
y anexos previstos para la demanda en los artículos 424" y 425'
del Código Procesal Civil, y 16" y 17" de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo.
- Sobre la inadmisibilidad o improcedencia de la solicitud no
contenciosa, es de aplicación a este proceso lo dispuesto en el
artículo 551' del Código Procesal Civil, según el cual el juez, al
calificar la demanda, puede declarar su inadmisibilidad o im-
procedencia con arreglo a lo dispuesto por los artículos 426" y

633
Oxet, Vícron Averos ]en,r

427" del Código Procesal Civil, respectivamente. En caso el juez


declarara inadmisible la demanda, concederá al demandante tres
días para que subsane la omisión o defecto, bajo apercibimiento
de archivar el expediente, siendo esta resolución inimpugnable.
Si la demanda es declarada finalmente improcedente, el juez
ordenará la devolución de los anexos presentados.
- Sobre la contradicción en el proceso no contencioso, es im-
portante mencionar que el emplazado con la solicitud puede
formular contradicción dentro de los cinco días de notificado
con la resolución admisoria, anexando los medios probatorios,
los que se actuarán en la audiencia de actuación y declaración
judicial.
- Sobre el trámite del proceso no contencioso, es pertinente indicar
que, admitida la solicitud, el juez fija fecha para la audiencia de
actuación y declaración judicial, la que debe realizarse dentro
de los quince días siguientes, bajo responsabilidad, salvo que
el emplazado estuviera fuera del país o se trate de persona
indeterminada o incierta.
- En la audiencia, de haberse formulado contradicción, el juez or-
denará la actuación de los medios probatorios que la sustentan.
Luego, si se solicita, concederá al oponente o a su apoderado
cinco minutos para que la sustenten oralmente, procediendo a
continuación a resolverla. Excepcionalmente, puede reservar su
decisión por un plazo que no excederá de tres días contados desde
la conclusión de la audiencia. Si no hubiera contradicción, el juez
ordenará actuar los medios probatorios anexados a la solicitud.
- Concluido el trámite, ordenará la entrega de copia certificada
de lo actuado al interesado, manteniéndose el original en el
archivo del juzgado, o expedirá la resolución que corresponda,
si es el caso, siendo esta inimpugnable.
- La resolución que resuelve la contradicción es apelable solo
durante la audiencia. La que la declara fundada es apelable con
efecto suspensivo, y la que la declara infundada, lo es sin efecto
suspensivo y con la calidad de diferida. Si la contradicción hu-
biera sido resuelta fuera de la audiencia, es apelable dentro de

634
Pnocrsos No coNTENCIosos

tercer día de notificada. La resolución que pone fin al proceso


es apelable con efecto suspensivo.
- Declarada fundada la contradicción el proceso quedará suspen-
dido. En lo demás, será de aplicación lo dispuesto en el artículo
376o\2e3t del Código Procesal Civil, que se refiere al plazo y trá-
mite de la apelación de autos con efecto suspensivo. Este último
trámite también se aplica a la apelación de la resolución final.
- Tratándose de la apelación sin efecto suspensivo, es preciso
indicar que el trámite de esta apelación se sujeta a lo dispuesto
en el artículo 369" del Código Procesal Civil, que establece que,
además de los casos en que el Código Procesal Civil lo disponga,
de oficio o a pedido de parte, el juez puede ordenar que se re-
serve el trámite de una apelación sin efecto suspensivo, a fin de
que sea resuelta por el superior conjuntamente con la sentencia
u otra resolución que el juez señale. Asimismo, dicha norma
indica que la decisión motivada del juez es inimpugnable; y que
la falta de apelación de la sentencia o de la resolución señalada
por el juez determina la ineficacia de la apelación diferida.
- Sobre los plazos especiales del emplazamiento en el proceso
no contencioso, debe decirse que para los casos de emplaza-
miento a persona indeterminada o incierta o con domicilio o
residencia ignorados, los plazos son de quince y treinta días,
respectivamente. El plazo del emplazamiento en el proceso no
contencioso no será mayor de quince días si el demandado se

"Artículo 376".- Plazo y trámite de la apelación de autos con efecto suspensivo


La apelación contra los autos a ser concedida con efecto suspensivo, se interpone dentro
de los siguientes plazos:
1; Tres días si el auto es pronunciado fuera de audiencia. Este es también el plazo para
adherirse y para su contestación, si la hubiera; o
2. En la misma audiencia, si el auto fuera expedido en ella, pero su fundamentación y
demás requisitos serán cumplidos en el mismo plazo que el inciso anterior.
El Secretario de Juzgado enviará el expediente al superior dentro de cinco días de conce-
dida la apelación o la adhesión, en su caso, bajo responsabilidad.
Dentro de cinco días de recibido, el superior comunicará a las partes que los autos están
expeditos para ser resueltos y señalará día y hora para la vista de la causa.
Es inadmisible la alegación de hechos nuevos.
La resolución deñnitiva se expedirá dentro de los cinco días siguientes a la vista de la causa".

635
Ox¡r VÍcron Avnros Jenn

halla en el país, ni de treinta días si estuviese fuera de él o se


trata de persona indeterminada o incierta.
- Sobre la regulación supletoria aplicable al proceso no contencioso,
es importante recalcar que la audiencia de actuación y declara-
ción judicial se regula, supletoriamente, por lo dispuesto en el
Código Procesal Civil, y principalmente por lo que disponen
los artículos 202o aI2I2".
- Sobre los actos procesales improcedentes en el proceso no
contencioso, cabe recalcar que el juez laboral deberá rechazar
liminarmente los siguientes:
- la recusación del juez y del secretario de juzgado;
- las excepciones y las defensas previas;
- las cuestiones probatorias cuyos medios de prueba no sean
susceptibles de actuación inmediata;
- la reconvención;
- el ofrecimiento de medios probatorios en segunda instancia; y
- las disposiciones referidas a la modificación y ampliación
de la demanda (artículo 428") y a los medios probatorios
extemporáneos (artículo 429\.
- En lo que respecta a la ejecución en el proceso no contencioso,
cabe resaltar que las resoluciones finales que requieran inscri-
birse, se ejecutarán mediante oficio o partes firmados por el
juez, según corresponda.
- Finalmente, se deberá tomar en cuenta que el recurso de casa-
ción no procede en los procesos no contenciosos, ya que este
recurso solo recae contra resoluciones que pongan fin definitivo
al proceso, caso contrario, no tendría sentido recurrir al máximo
órgano jurisdiccionalt2eal.

"Casación N' 1 783-2004-Huánuco


Auto anulatorio del concesorio del recurso
Lima, cinco de Abril del dos mil cinco.- VISTOS; con el acompañado; y, ATENDIENDO: pri-
mero. El impugnante interpone recurso de casación contra la resolución dictada por el

636
PnocEsos No coNTENCrosos

3. La corusrcNAcróN
Una de las pretensiones que pueden ser ventiladas en el proceso
no contencioso es el de la consignación.
El acreedor puede negarse a recibir lo que se le debe, o puede serle
difícil o imposible cumplir su prestación al deudor, ya sea por haber
caído este en incapacidad y no saber quién es su rePresentante legal; o
porque el primitivo acreedor cedió su crédito y para el deudor es dudoso
el titulo de la sesión; o porque ha muerto y no se sabe quiénes son los
herederos o existe controversia judicial acerca del quién tenga mejor
título a la herencia. En estos casos y en otros semejantes, el deudor
tendrá positivo interés en cancelar sus deudas para evitar la ejecución
intempestiva, sobre todo si ella puede incluir algún tipo de garantía
importante para el acreedor. Para poder cumplir su obligación, la ley ha
diseñado mecanismos que le permiten desligarse, y dar por satisfecha
la acreencia.

Colegiado Superior obrante a fojas doscientos cincuenta, su fecha veintisiete de mayo del
dos mil cuatro, a través de la cual se confirma la resolución apelada, la que se ha tramitado
en la vía del procedimiento no contencioso. Segundo.- Antes del análisis de los requisitos
de fondo establecidos en el artículo 388o del Código Procesal Civil, debe determinarse
si.se cumplen los requisitos de forma establecidos en el artículo 3870 del mismo cuerpo
legal; en tal sentido, el artículo 385o del Cód¡go Procesal acotado enumera las resoluciones
contra las cuales procede formular recurso de casación . Tercero.- En este orden de ideas,las
resoluciones a las que hace mención el artículo 385" del Código Procesal Civil, están referidas
a las dictadas dentro del proceso principal contencioso, en el que se resolverá sobre el fondo
del asunto; sin embargo, ello no ocurre en el presente caso que trata sobre un procedimiento
de remoción de administrador judicial, por lo que la resolución recurr¡da no t¡ene la naturaleza
de las que ponen térmtno a un litigio, característ¡ca de la que carecen las resoluciones deriva-
das de los proced¡m¡entos no contenciosos, pues se reñeren a asuntos que pueden renovarse
formulando su pet¡c¡ón nuevomente, en consecuencia, el recurso no satisface el requisito
de admisibilidad previsto en el artículo 387o inciso 1 del Código Adjetivo. Por las razones
anotadas y estando a la facultad conferida en el artículo 39'lo del Código Procesal Civil:
Declararon NULO el concesorio de fojas doscientos sesenta y nueve, su fecha dieciséis de
junio del dos mil cuatro, e INADMISIBLE el recurso de casación de fojas doscientos cin-
cuenta y siete, subsanado a fojas doscientos sesenta y ocho, interpuesto por el apoderado
de don Jesús Eduardo Chiriboga Pardo; CONDENARON a la parte recurrente a la multa de
tres Unidades de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos originados en
la tramitación del recurso; en los seguidos por doña Jacoba Chiriboga Pardo y otros, sobre
remoción de administrador; y los devolvieron" (las cursivas son nuestras).

637
Oxel VÍcron Averos Jann

Uno de estos mecanismos es la consignación. De ella se ha dicho


que es aquel acto jurídico mediante el cual un deudor pone a disposi-
ción la prestación debida ante un tercero, en el caso concreto, el juez,
para que sea entregada al acreedor. Se trata un medio liberatorio para
el deudor que tiene las características de un pago forzoso por cuanto
se realiza aunque el acreedor se niegue a recibirlo.

El pago por consignación es aquella figura jurídica por la cual el


deudor realiza el pago depositando el bien materia de la obligación en
los casos en que el acreedor no puede o no quiere recibirla, quedando
de esa manera liberado de cualquier responsabilidad.

En el proceso laboral no contencioso de consignación, a diferencia


de la normativa procesal civil, para que el deudor proceda a consignar
una prestación no es necesario que aquel realice en forma previa trámite
alguno referido al ofrecimiento de pago al acreedor, comunicándole a
este que va a efectuar el pago y que adopte las medidas para recibirlo.
Además, tampoco es necesario que el órgano jurisdiccional apruebe o
autorice el pago que se quiere hacer.

4. Uu cnso MUy EspEcrAL: LA coNsrcNAcróN TRATÁNDosE DE


LOS CASOS DE REPOSICIóN

Un caso muy especial tratándose de la consignación es aquel que


se presenta en los casos en que existe una demanda en donde el actor
pretende la reposición.

A este respecto, es importante mencionar que un criterio muy


utilizado tanto en la vía judicial como en la jurisdiccional venía siendo
aquel por el cual se entendía que no procedía la reposición cuando
la persona que la solicita, previamente a la expedición de la sentencia
correspondiente, ha efectuado parte o todo el cobro de sus beneficios
laborales. Sendas sentencias expedidas por juzgados, salas laborales y
salas supremas, así como por el mismo Tribunal Constitucional asumían
este criterio, y, en consecuencia, declaraban improcedentes las demandas
cuando la parte demandada acreditaba que el demandante había hecho
cobro de sus beneficios laborales. Incluso se fue más allá, pues en sede

638
Pnocnsos No coNTENcIosos

constitucionalt2esl -criterio también recogido para los procesos laborales-


se estableció que el hecho de no formular contradicción oPortunamente
generaba los mismos efectos jurídicos y, Por lo tanto, en estos casos
también las demandas en virtud de las cuales se pretendía la reposición
debían ser declaradas improcedentes.

No obstante, en un reciente pronunciamientot2e6l el Tribunal Cons-


titucional ha modificado este criterio, estableciendo en calidad de pre-
cedente vinculante que el cobro de los beneficios laborales, entre ellos
la compensación por tiempo de servicios, no será considerado como
consentimiento del despido y causal de improcedencia del proceso de
amparo. Asimismo, se ha establecido que el pago de los beneficios sociales
se deberá efectuar de modo independiente y diferenciado al pago de la
indemnización por despido arbitrariol2eTl u otro concepto que tenga el
mismo fin; para tal efecto el empleador deberá realizar dichos Pagos en
cuentas separadas o a tra\'és de certificados de consignación en Procesos
judiciales independientes.

Si tenemos en consideración que, de acuerdo con el artículo IV


del Título Preliminar de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, los jueces
laborales están obligados a observar los precedentes vinculantes del
Tribunal Constitucional, entonces queda claro que esta regla procesal
también deberá ser tenida en cuenta en los Procesos que se inicien sobre
la base de la Ley N" 29497i por consiguiente, tratándose de un Proceso
de reposición, si algún deudor laboral efectúa una consignación de los
beneficios laborales impagos o de la remuneración insoluta, y el de-
mandante hace el cobro de ella, no habrá ninguna implicancia y mucho
menos la demanda incoada será declarada improcedente.

f2e5l Portodas,videlasentenciadel Tribunal Constitucional recaídaenel ExpedienteN'1187-


2002-AA/TC.
[2e6¡ Nos referimos a la sentencia recaída en el Expediente N" 03052-2009-PA/TC.
t2971 Es claro que si el trabajador hace el cobro de la indemnización por despido arbitrario está
dando por concluida la relación laboral y, en consecuencia, no cabría de ningún modo la
reposición. Y ello es lógico en la medida que si existen dos formas de protección frente al
despido injustiñcado y el trabajador opta por una de ellas, la otra queda excluida.

639
Oxer VÍcron Averos fene

El acreedor puede contradecir el efecto cancelatorio de la con-


signación en el plazo de cinco (5) días hábiles de notificado.
Conferido el traslado y absuelto el mismo, el juez resuelve lo
que corresponda o manda reservar el pronunciamiento para que
se decida sobre su efecto cancelatorio en el proceso respectivo.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos 753o y 809.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos &o y 660.

Comentario

1. Le coNrRADrccróN
La contradicción puede ser entendida como el mecanismo de or-
den procesal en virtud del cual el ac¡eedo¡ de una deuda impugna la
consignación efectuada por su deudor. Se trata un medio impugnatorio
que contiene la indubitable manifestación del acreedor de no querer
aceptar el ofrecimiento del deudor, ya sea porque el monto no es el
que corresponde o porque al momento del ofrecimiento de pago existe
alguna situación jurídica que podría perjudicarlo de hacer el cobro.

En el proceso laboral no contencioso de consignación, el acreedor


tiene la potestad de formular contradicción, poniendo reparos u opo-
niéndose al efecto cancelatorio de la consignación judicial efectuada por
el deudor. Ello es sumamente importante, debido a que en el proceso
laboral no se requiere que el deudor efectué previamente su ofrecimiento
de pago ni que solicite autorización al juez para hacerlo, por ello se hace
sumamente importante que en los procesos laborales se dé esta etapa
del proceso. La contradicción debe ser planteada dentro del plazo de
le¡ cual es dentro de cinco días hábiles contados a partir de la fecha
en que el acreedor fue notificado de la consignación judicial efectuada
por el deudor.
Si se formula contradicción a tal consignación, el órgano juris-
diccional debe notificar al deudor a fin de que cumpla con absolver

640
Pnocssos No coNTENcIosos

el respectivo traslado. Se deberá tomar en cuenta que un motivo para


contradecir la consignación es que no podrá existir una consignación
de bienes diferentes al dinero.

Unavez absuelto el traslado de la contradicción, el juez puede optar


por alguno de los siguientes pronunciamientos:
a. Resuelve lo que corresponda con relación a la consignación, vale
decir,le asigna efecto cancelatorio a la misma o, de lo contrario,
le niega todo efecto cancelatorio a la consignación hecha por el
deudor.

b. Se abstiene de emitir pronunciamiento alguno relativo a si


la consignación realizada goza o no de efectos cancelatorios
respecto de la obligación exigible, con la finalidad de que, en
el proceso que corresponda (de naturaleza contenciosa), se re-
suelva en definitiva sobre los efectos cancelatorios o no de la
consignación hecha por el deudor.

2, Er paco DE cosros Y cosrAs


Un tema que a la fecha causa controversia es el referido al pago de
costos y costas en los casos en que en el proceso contencioso posterior
al no contencioso la contradicción es declarada infundada.
A este respecto, el artículo 815'del Código Procesal Civil establece
lo siguiente:

"Artículo 815".- Costas y costos


Si no hubo contradicción, las costas y costos serán de cargo del
acreedor.

Cuando en el proceso contencioso posterior se declara, directa o


indirectamente, que la contradicción fue infundada, el demandado
tiene derecho a la devolución con intereses de lo que pagó por costas
y costos en el proceso no contencioso anterior'l

64r
Oxer VÍcron Áveros Jen¡

La redacción de la segunda parte del artículo citado no es clara, por


cuanto no precisa si en el Proceso contencioso posterior el demandante
es el acreedor que se opuso o el demandado que hizo el ofrecimiento;
en consecuencia, no entendemos a quien alude.

No obstante ello, debemos asumir que si se declara fundada la con-


tradicción, quien debe restituir el pago de las costas y costos del proceso
no contencioso anterior es quien hizo el ofrecimiento de pago en dicho
proceso no contencioso; y, si se declara infundada la contradicción, el
acreedor no tiene derecho a restitución alguna.

AFt. 660.- Relin0 de la c0ns¡gnac¡ún

El retiro de la consignación se hace a la sola petición del


acreedor, sin trámite alguno, incluso si hubiese formulado
contradicción.
El retiro de la consignación surte los efectos del pago, salvo que
el acreedor hubiese formulado contradicción.

I Concordancias:
- Código Procesal Civil: artículo 816o'
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artlculos 64o y 65".

Comentario

1. LRs rrvlprlcANclAs DEL RETIRo DE LA coNSIGNACIóN


En el proceso laboral no contencioso de consignación de la Presta-
ción exigible al deudor, el retiro de lo consignado se efectúa en forma
expeditiva, o sea, sin más trámite que la solicitud que presente el titular
de la acreencia.

Ante el pedido escrito del acreedor para retirar lo depositado en


consignación, corresponde hacer lugar de inmediato a tal petición, aun
en la hipótesis de que el acreedor hubiese en su oPortunidad planteado
contradicción negando cualquier efecto cancelatorio a la referida con-
signación hecha por el deudor. Esto último no significa el desistimiento

642
Pnoc¡sos No coNTENcrosos

del acreedor de la contradicción a la consignación, ni la retractación de


lo manifestado en el escrito de contradicción, ni la aceptación de los
efectos cancelatorios de la consignación, por lo que el proceso laboral
no contencioso de consignación sigue su curso hasta que el juez resuelva
lo que resulte pertinente aceÍca de la consignación.
Precisamente, conforme se desprende de la parte final del artículo
que comentamos, el retiro de la consignación que haga el acreedor surte
los efectos de pago si no se hubiese planteado contradicción, pero en
caso el titular de la acreencia haya contradicho el efecto cancelatorio
de la consignación, el eventual retiro de esta no surte de ningún modo
un efecto cancelatorio.
De accederse al pago de la consignación, ya sea que se hubiere
formulado contradicción o no, se entregará el bien consignado o, en su
caso, el certificado de depósito que se endosará a favor de la persona
legitimada. En el expediente se conserva copia del certificado de depósito
en cuyo reverso firmará el solicitante al momento de recibirlo.

La entidad depositaria que haga la entrega de lo consignado, está


en la obligación de verificar la identidad del solicitante y de exigir que
se firme el recibo en el que conste su identificación y fecha de entrega.

0fl. 670.- Aulop¡zaciÚn iül¡c¡almra ¡ngr8$0 a centpo ta[0ral

En los casos en que las normas de inspección del trabajo exigen


autorización judicial previa para ingresar a un centro de trabajo,
esta es tramitada por el inspector de trabajo o funcionario que
haga sus veces. Para tal efecto debe presentar, ante el juzgado
de paz letrado de su ámbito territorial de actuación, la respec-
tiva solicitud. Esta debe resolverse, bajo responsabilidad, en el
término de veinticu atro (24) horas, sin correr traslado.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 'l o.3.


- Ley General de lnspección del Trabajo: artículos 50.1,7" y 12o.
- Reglamento de la Ley General de lnspe<<ión del Trabajo: artículo 40.

643
Oxer VÍcron Averos Jnna

Comentario

L. Auronrzacróru JUDrcrAr eARA EL rNGREso AL cENTRo


LABORAL
En aquellos casos en que, conforme a la Ley General de Inspección
del Trabajo y a su reglamento, se requiera contar con autorización ju-
dicial previa a efectos de ingresar al centro de labores, la autorización
en mención debe ser diligenciada estrictamente por el mismo inspector
del trabajo o por el funcionario público que haga sus veces.

La solicitud de autorización judicial para el ingreso al centro de


trabajo será formulada ante el juzgado de paz letrado laboral del ám-
bito territorial de actuación del inspector de trabajo o del funcionario
público que haga sus veces, vale decir, tal solicitud será presentada ante
el juzgado de paz letrado laboral del lugar donde se encuentra el centro
de labores al cual pretende ingresar el citado inspector de trabajo o la
persona que lo suple.

El proceso laboral no contencios<-r de autorización al inspector de


trabajo para ingresar al centro de labores en los casos contemplados
en las leyes respectivas, tiene una tramitación muy breve y expeditiva,
por cuanto la solicitud, en el sentido indicado, debe ser resuelta por el
órgano jurisdiccional competente dentro de las 24 horas de recibida,
pues, Je Io contrario, incurre en la respectiva responsabilidad. Además,
de resolverse la solicitud en cuestión de manera inmediata, ni siquiera
es necesario -por razones comprensibles de seguridad inherentes al
fundamento de las inspecciones de trabajo, que se caracterizan, casi
siempre, por hacerse de improviso o sorpresivamente- correr traslado
al empleador o dueño del centro de labores.
Con relación a la solicitud de autorización judicial para que el
inspector de trabajo ingrese al centro de labores, debe tenerse presente,
entre otras normas, lo dispuesto en el numeral I del artículo 5" de la
Ley General de Inspección del Trabajo, Ley N" 28806, según el cual, en
el desarrollo de las funcioncs de inspección, los inspectores del trabajo
que estén debidamente acreditados, están investidos de autoridad y fa-
cultad<;s para entrar libremente a cualquier hora del día o de la noche,

644
PnocEsos No coNTENCrosos

y sin previo aviso, en todo centro de trabajo, establecimiento o lugar


sujeto a inspección y a permanecer en el mismo.

Si el centro laboral sometido a inspección coincidiese con el domicilio


de la persona física afectada, deberán obtener su expreso consentimiento
o, en su defecto, la oportuna autorización judicial. Al efectuar una visita
de inspección, deberán comunicar de su presencia al sujeto inspeccio-
nado o a su representante, así como al trabajador, al representante de
los trabajadores o de la organización sindical, a menos que consideren
que dicha comunicación pueda perjudicar la eficacia de sus funciones,
identificándose con la credencial que a tales efectos se expida.

2. CanacrEnísucns DE LA AUToRIZAcIóN IUDIcIAL PARA IN-


GRESAR AL CENTRO LABORAL

Cuando el inspector de trabajo o el funcionario correspondiente


considere que es necesario ingresar a un centro de trabajo a efectos de
cumplir con eficiencia su labor inspectiva, deberá solicitar ante el juez
de paz letrado de la jurisdicción competente la debida autorización.
Ante ello, de considerarlo arreglado a ley, este juez deberá expedir la
correspondiente autorización dentro de las 24 horas de presentada la
solicitud, autorización que deberá contener lo siguiente:
- Los datos de identificación de órgano jurisdiccional conrpetente.

- Los datos precisos y claros del lugar a inspeccionar.


- Los datos de la persona jurídica o persona natural que se en-
cuentra obligada al cumplimiento de las obligaciones laborales.
- De ser el caso, los datos de identificación de la persona que ha
dado origen al procedimiento inspectivo.
Los datos de identificación del inspector o del funcionario
correspondiente encargado de la fiscalización.
El mandato de acceso al centro laboral, y las razones que fun-
damentan esta permisión.

645
Oxer VÍcroe Áveros Jen¡,

Las posibles sanciones que se aplicarán en caso no se permita


o se pongan trabas en el acceso al lugar a inspeccionar.
La autorización para solicitar el apoyo de la autoridad policial
para que preste la asistencia y las garantías respectivas.

La mera solicitud de entrega de documentos se sigue como


proceso no contencioso siempre que esta se tramite como pre-
tensión única. Cuando se presente acumuladamente, se siguen
las reglas establecidas para las otras pretensiones.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 1o.3.

Comentario

t, ¿QuÉ soN tos DocuMENTos?


A priori uno podría pensar que los documentos son aquellos "di-
plomas, cartas, relación u otros escritos que ilustran acerca de algún
hecho, principalmente de los históricos", o aquellos "escritos en que
constan datos fidedignos o susceptibles de ser empleados como tales
para Probar algo"lzrsl.

Sin embargo, tales definiciones son limitadas o parcializadas, pues


jurídicamente el término "documentos" alude a "todo escrito u objeto
que sirve para acreditar un hecho"; por lo tanto, "son documentos
los escritos públicos o privados, los impresos, fotocopias, facsímil o
fax, planos, cuadros, dibujos, fotografías, radiografías, cintas cinema-
tográficas, microformas tanto en la modalidad de microfilm como
en la modalidad de soportes informáticos, y otras reproducciones de

t2e8l Definiciones extraídas del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española,


en su Vigésima Tercera Edición. Vide http://buscon.rae.es/d rael/SrvltCons u lta ?TI PO-
BUS=3&LEMA=documentos.

646
PnocEsos No coNTENcrosos

audio o video, la telemática en general y demás objetos que recojan,


contengan o representen algún hecho, o una actividad humana o su
¡g5Ul¡¿dg"[zer).

siendo así, un documento puede ser un arma blanca, una vestimenta


o un cabello; en general, puede ser cualquier elemento que acredite un
hecho y que pueda generarle convicción al juez.

2, LR ETTRnGA DE DocUMENToS EN LA NUEVA LEy PnocnseI,


DEt TRABAJO
En este contexto, la Nueva Ley Procesal del Trabajo ha previsto
como uno de los procesos no contenciosos el de la entrega de documentos
vinculados a la relación laboral, ello con el objeto que los inspectores
de trabajo y, en general, cualquier funcionario público legitimado pueda
conocer de determinada documentación por constituirse importante
para esclarecer ciertos hechos.

Evidentemente, tratándose de hechos ocurridos en el marco de la


relación laboral que requieren ser probados, estos en su mayoría serán
acreditados con escritos, ta)es como e) contrato de traba)o, las bo\etas
de pago, constancias de depósitos de la compensación por tiempo de
servicios, constancias de trabajo, entre otros; no obstante, lo dicño no
supone que no puedan solicitarse otros tipo de documentos, tales como
las planillas electrónicas, el registro informático de ingreso y salida, o
las grabaciones de audio y video captadas en el centro de tiabajo, por
citar algunos.

Ahora bien, es preciso indicar que si se peticiona ra simple entrega


de documentación y tro r" acumula ningunu otra pretensión, tal pedido
se tramita en vía de proceso laboral no contencioso, siendo el órgano
jurisdiccional que conocerá de dicho proceso elluzgad.o d,epaz Letrado
Laboral.

I2eel Definiciones
brindadas por los artículo s 2330 y 234o del código procesal civil.

647
Ox¡.r VÍcron Áveros J¡.ne

En cambio, si a la solicitud de entrega de documentos se suma


alguna otra pretensión (hipótesis de acumulación de pretensiones),
deberá seguirse la normativa prevista para las demás pretensiones
acumuladas, por lo que habrá que estar al caso concreto, tanto en lo
que concierne a la competencia para conocer de tales pretensiones,
como en lo que atañe a la vía procedimental laboral aplicable a las
pretensiones reclamadas.

648
DISPOSICIONES
COT{PTEMENTARIAS Y TRANSITORIAS

DISPOSICIONES
COMPTEDfEMARJAS

En lo no previsto por esta Ley son de aplicación supletoria las


normas del Código Procesal Civil.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: Primera Disposición Final.

Comentario
La supletoriedad puede ser entendida como "la aplicación en se-
gundo grado de normas distintas a las que regulan principalmente un
determinado supuesto de hecho, para perfeccionar las previsiones de la
principal"t300l. El término aplicación "revela la naturaleza no sustantiva,
sino procedimental de la supletoriedad, esto es, que no nos encontra-
mos ante ningún tipo de principio, criterio, fundamento o institución
jurídica, sino ante un simple procedimienle"f3ori. Esta aplicación "solo

[300] Moreno MnncLnlo, Carlos, La supletoriedad del Derecho común en el Derecho del trabajo,lns-
tituto de Estudios Políticos, Madrid, 1975,p.34.
f3oll Loc. cit.

649
Oxnl. VÍcron Áv¡.ros Jnn¡

tiene lugar en segundo grado, es decir, una vez agotadas las previsiones
de la norma primera, aunque tal agotamiento no debe ser forzado, sino
lógico y sistemático, desde el momento que contamos con una segunda
norma que puede evitarnos la violencia sobre la primer¿"[302].
A efectos de que pueda recurrirse a la supletoriedadl3o3l, resulta
imprescindible que se cumplan ciertas condiciones, tales como: a) la
existencia de una norma principal pero a la vez incompleta, b) el agota-
miento sin violencia de la aplicación de la norma principal, c) la existencia
de una norma distinta que resulte aplicable al punto controvertido o
a la deficiencia advertida de la norma principal, d) la aplicación de la
norma supletoria -siempre en segundo grado y respetando los principios
específicos en cuanto a fuentes se refiere, de los derechos especiales-, e)
la aplicación -dentro de Ia norma supletoria- de sus disposiciones según
una escala de concreción de mayor a menos cercanía al punto regulado,
f) el carácter jurídico-positivo y escrito tanto de la norma principal
suplida como de la supletoria y g) la aplicación preferente -sobre la del
Derecho común- de disposiciones de derechos especiales aplicables al
punto regulado.

Pues bien, en este contexto, es importante recalcar que el nuevo


proceso laboral es regido, principalmente, por las normas que confor-
man la Ley N" 29497, Nueva Ley Procesal del Trabajo. Toda vez que el
legislador de este último dispositivo legal ha optado por proponer una
regulación sucinta, precisa, particular y sobre todo se ha preocupado
por fijar las normas que la diferencian de los otros tipos de procesos
existentes en nuestro país, se justifica lo señalado en la Primera Dis-
posición Complementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, en el
sentido de que las normas del Código Procesal Civil son aplicables en
forma supletoria al proceso laboral, vale decil son de aplicación en todo
lo que no se oponga a su normativa, porque de lo contrario prevalecerán
las reglas jurídicas inmersas en la ley especial, es decir, en la Nueva Ley
Procesal del Trabajo.

t3o2l lbÍdem, p.35.


[303] Estas condiciones son referidas por el por Mol¡no Mn¡¡cr¡ro, La supletoriedad del Derecho
común en el Derecho del trabajo, cil., pp.36-42,

6s0
D¡sposlctoNES coMPLEMENTARTAS

En suma, a falta de una previsión legal en el ordenamiento procesal


laboral, el juez se encuentra autorizado para aplicar la norma que co-
rresponda del Código Procesal Civil, en lo que sea pertinente. También
se aplicará esta última norma adjetiva cuando sirva para complementar
lo dispuesto en una determinada norma procesal laboral, lo cual no
resulta nada extraño teniendo en cuenta lo completo que resulta el
Código Procesal Civil (con sus 840 artículos) para regular la materia
procesal en comparación con los exiguos 68 artículos de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo.

Lo expuesto precedentemente guarda concordancia con lo indi-


cado en la Primera Disposición Final del Código Procesal Civil, que
claramente establece que las disposiciones de este Código se aplican
supletoriamente a los demás ordenamientos procesales, como es el caso
de la Nueva Ley Procesal dei Trabajo, siempre que sean compatibles
con su naturaleza.

Cuando la presente ley hace referencia a los juzgados especiali-


zados de trabajo y a las salas laborales, entiéndese que también
se alude a los juzgados y salas mixtos.

I Concordancias:

- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 1


o al 4".

Comentario

La mención que se haga en la Nueva Lev Procesal del Trabajo a


los juzgados especializados de trabajo no implica que la disposición
respectiva no resuite aplicable a los juzgados mixtos, pu€s, de ser el
caso, vale para estos últimos Io normado con referencia a los primeros.
Lo mismo ocurre en el caso de las salas laborales y salas mixtas, que
para los efectos de las previsiones contenidas en la Nueva Ley Procesal
del Trabajo, se entiende que se trata de unas y otras.

65r
Oxer VÍcron Ávaros fene

Quienes estamos involucrados directamente con el Derecho del


trabajo ¡ en especial, con los litigios en materia laboral, conocemos de
las grandes deficiencias de nuestro sistema judicial, siendo una de ellas
el de la precaria infraestructura de los juzgados y salas laborales en
los distintos distritos judiciales; y lo que es Peor, en algunos de estos
distritos ni siquiera existen juzgados ni salas laborales.
Precisamente, para remediar esto último, la presente disposición
propone que sean los juzgados y salas mixtas de aquellos distritos judi-
ciales que no cuenten con juzgados y salas laborales, las que asuman la
competencia corresPondiente a efectos de no imposibilitar y limitar el
acceso a las justicia de quienes solicitan la debida tutela jurisdiccional
efectiva.

No obstante, creemos que esta interesante proPuesta no es una so-


lución al problema, pues inclusive podría conllevar a que no se imparta
la justicia debida. Y decimos esto porque es sabido por todos que los
juzgados y salas mixtas se caracteri zan pof resolver indistintamente todo
tipo de conflictos jurídicos, principalmente de índole penal, civil, comer-
cial, familia, entre otros, lo que supone a su vez que el iuez encatgado de
estas causas se convierta en una especie de "sabelotOdo" Sin conOcer la
realidad jurídica de gran parte de los conflictos que administra. Es decir,
el j'tez, que probablemente domine una de estas materias y desconozca
las otras, tendrá que hacer todo lo posible, inclusive improvisar, para
que en corto tiempo pueda nutrirse de conocimientos y administrar
justicia de la manera más eficiente posible.

Somos testigos que después de llevar a cabo una audiencia sobre


lesiones leves y robo, el mismo juez lleva a cabo una audiencia sobre
alimentos y seguidamente lleva otra sobre pago de beneficios laborales.

Esta falta de especialidad, sumado al hecho de que los jueces no


cuentan con el suficiente personal de apoyo y a las precarias condiciones
de trabajo, en buena cuenta supone que los litigantes Ponen en manos
de una persona no idónea su conflicto de intereses o incertidumbre jurí-
dica, lo que constituye un gran riesgo en la protección de sus derechos.

En este contexto, es innegable que la administración de justicia la-


boral requiere de una gran especialización, no solo por la particularidad

652
DIsposIcIoNES coMPLEMENTARTAS

de los derechos que se ventilan, sino también por el constante avance


y devenir de sus instituciones y la constante evolución del Derecho del
trabajo en general. Somos conscientes que solo conociendo a profundidad
el Derecho del trabajo podrá administrarse justicia de la manera más
objetiva y precisa posible.

Los procesos iniciados antes de la vigencia de esta ley conti-


núan su trámite según las normas procesales con las cuales se
iniciaron.

I Concordancias:
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: Novena Disposición Complementaria.

Comentario
Resulta claro que, al no ser retroactiva la le¡ aquellos procesos que
se hayan estado tramitando antes de la entrada en vigencia y aplicación
de la Nueva Ley Procesal del Trabajo seguirán sustanciándose conforme
a la normativa procesal laboral vigente en la fecha en que fueron incoa-
dos, regularmente estamos refiriéndonos a la Ley N" 26636.
Como es conocido por todos, nuestro sistema jurídico se rige por
el principio de irretroactividad de las leyes, el cual ha sido impuesto por
nuestra Constituciónl3o4], teniendo como única excepción los casos en
materia penal cuando se favorece al reo. En este escenario, el Derecho
del trabajo y el Derecho procesal del trabajo deben ceñirse a este prin-
cipio y, por lo tanto, aplicar las normas de su ámbito desde su entrada
en vigencia hacia adelante.

t3oal "Artí.ulo 103o.- Pueden expedirse leyes especiales porque


así lo exige la naturaleza de
las cosas, pero no por razón de las diferencias de las personas. La ley, desde su entrada
en vigencia, se aplica a las consecuencias de las relaciones y situacionesjurídicas existen-
tes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos; salvo, en ambos supuestos, en materia penal
cuando favorece al reo. La ley se deroga solo por otra ley. También queda sin efetto por
sentencia que declara su inconstitucionalidad'i

653
Oxer VÍcron Ávaros Jenn

Es importante recalcar que si bien una norma puede entrar en vi-


gencia, su aplicación puede reservarse Para momentos posteriores. Este
es el caso de la Nueva Ley Procesal del Trabajo que entró en vigencia
el 15 de junio de 2010; sin embargo, no es de aplicación para todos los
distritos judiciales del país, pues su aplicación viene siendo ejecutada
progresivamente en algunos distritos judiciales del país, hasta que en
un determinado momento llegue a aplicarse a todo el país, exactamente
igual a lo que ocurrió con el Código Procesal Penal de 2004.
Mientras no resulte de aplicación la Nueva Ley Procesal del Traba-
jo, deberá aplicarse la Ley N" 26636; por consiguiente, quienes incoen
demandas al amparo de esta última deberán seguir el trámite que ella
regula, incluso si durante el proceso Ia Nueva Ley Procesal del Trabajo
resulta aplicable.
Ya nos hemos referido a una de las principales virtudes de la Ley
N" 29497, v hemos señalado también que una de las grandes deficiencias
de la Le},N" 26636 es su lentirud. Siendo así, es totalmente lógico que
si uno inicra un proceso laboral con la Lel' N' 26636, evidentemente
antes de la aplicación de la Nueva Lev Procesal del Trabajo, su proce-
so tenderá a durar más del que inicie su proceso posteriormente y al
amparo de la Ley N" 29497. se tratará finalmente de una decisión de
cada justiciable, pero lo trascendente es que los abogados estamos en
la obligación de informales a nuestros clientes cuáles son las ventajas
de ir -mientras la Ley N" 29497 no sea aplicable- por la Ley N" 26636
o -de esperar hasta la entrada de vigencia de la Ley N" 29497- por la
Nueva Ley Procesal del Trabajo.

Las tercerías de propiedad o de derecho preferente de pago, asi


como la pretensión de cobro de honorarios de los abogados,
se interponen ante el juez de la causa principal y se tramitan
conforme a las normas del proceso abreviado laboral.

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 48o y 49o'

654
DtsposrcloNES coMPT.EMENTARTAS

Comentario

En el marco del nuevo proceso laboral, la tercería de propiedad es


aquella acción judicial en virtud de la cual el propietario de un bien,
afectado erradamente por una medida cautelar o por la ejecución dictada
en otro proceso laboral para hacer efectiva una obligación ajena, recurre
al órgano jurisdiccional alegando que tiene la propiedad de los bienes
afectados con el objeto de lograr la desafectación del bien. Entonces,
la tercería de propiedad está dirigida a demostrar la propiedad de un
bien sobre el cual se trabó indebidamente una medida cautelar en otro
proceso laboral, con el objeto de liberarlo de alguna carga ilegítima.

Por su parte, la tercería preferente de pago está dirigida a exigir


el pago previo o preferencial de una acreencia de naturaieza laboral, es
decir, antes que los demás acreedores, una vez que se ejecuten los bienes
afectados con medida cautelar. La tercería preferente de pago encuentra
sustento en lo que establece el artículo 24" de nuestra Constitución,
cuando le concede a las obligaciones que emanan de la relación laboral,
principalmente a la remuneración y a los beneficios laborales, una prio-
ridad absoluta sobre créditos de otra naturaleza, incluso que se hayan
generado y hayan sido invocados con anterioridad.

Dentro de este tipo de tercería se incluye a la pretensión de pago


de honorarios de los abogados. En este caso, será necesario que los le-
trados acrediten a cuánto asciende el monto de los honorarios, para lo
cual deberán adjuntar al escrito correspondiente la copia del contrato
suscrito con el patrocinado o cualquier otro documento que acredite el
establecimiento del monto alegado. Si ello no es factible, entonces los
honorarios serán fijados por ei juez en función a la tabla de honorarios
del Colegio de Abogados ai que pertenece el letrado.

Todas Ias pretensiones de terceros a que hace alusión la Cuarta


Disposición Complementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
deben reclamarse ante el órgano jurisdiccional que conoce de la causa
principal, siendo la vía procedimental aplicable aquella que corresponde
al proceso abreviado laboral.

655
Oxer Vícron Averos |ene

La conciliación administrativa es facultativa para el trabajador


y obligatoria para el empleador. Se encuentra a cargo del Minis-
terio de Trabajo y Promoción del Empleo, el cual proporciona
los medios técnicos y profesionales para hacerla factible.
El Estado, por intermedio de los Ministerios de |usticia y de Tra-
bajo y Promoción del Empleo, fomenta el uso de mecanismos
alternativos de solución de conflictos. Para tal fin, implementa
lo necesario para la promoción de la conciliación extrajudicial
administrativa y el arbitraje.

(oncordancias:
|
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo 30o.
- Ley de Conciliación: artículo 70.

Comentario

Al comentar el artículo 30"


de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
nos hemos referido extensamente a la conciliación, por lo que a efectos
de no redundar nos ceñiremos a comentar las particularidades de la
presente disposición complementaria.

La Quinta Disposición Complementaria se refiere en estricto a la


conciliación administrativa que se encuentra a cargo del Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo, y no a aquella sometida a algún centro
de conciliación particular.

En el caso concreto, la conciliación administrativa *se entiende


preprocesal o extrajudicial- tiene carácter potestativo para el trabajador,
por lo que este puede recurrir a ella -acudiendo para tal efecto al Mi-
nisterio de Trabajo y Promoción del Empleo- para tratar de poner fin
a la controversia surgida y satisfacer sus pretensiones en la medida de
lo posible, o sino puede demandar directamente ante el Poder |udicial
a su empleador con el objeto de que este cumpla con sus obligaciones
laborales. No ocurre lo propio tratándose del empleador, quien está
obligado a iniciar previamente el procedimiento de conciliación admi-

656
DrsposlcroNES coMPLEMENTARIAS

nistrativa -ante el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo- y


agotar dicha vía extrajudicial antes de reclamar sus pretensiones al
trabajador en sede judicial.

una vez solicitada la conciliación y habiéndose fijado día y hora


para su realización, la asistencia del trabajador y del empleador es de
carácter obligatorio. Debe precisarse que si el empleador o el trabajador
no asisten a la conciliación por incapacidad física, caso fortuito o fuerza
mayor, deben acreditar por escrito su inasistencia, dentro del segundo
día hábil posterior a la fecha señalada para la misma. Admitida la jus-
tificación se notifica oportunamente a las partes para una segunda y
última diligencia.
No obstante, si en el plazo señalado, el empleador no presenta la
justificación pertinente o esta es desestimada, se aplica una multa de
hasta una Unidad Impositiva Tributaria vigente. Si el trabajador inasiste
y no presenta justificación, no tendrá mayor sanción que el hecho de
que la conciliación quede truncada.

En la conciliación solo se levanta acta cuando las partes lleguen


a un acuerdo total o parcial del tema controvertido, caso contrario
únicamente se expide una constancia de asistencia. Cabe recalcar
que el acta de conciliación, que debe contener una obligación cierta,
expresa y exigible, constituye título ejecutivo y tiene mérito de ins-
trumento público.
En lo que respecta al segundo párrafo de la presente disposición,
se trata sobre todo de un mandato que deben cumplir conjuntamente
los Ministerios de Justicia y de Trabajo y Promoción del Empleo. En
este caso, ellos deben promover y difundir las virtudes de la concilia-
ción y del arbitraje. A pesar de que la norma está en vigencia desde
el 15 de junio de 2010, no hemos apreciado el cumplimiento de este
mandato, y menos aún que se haya puesto énfasis en la promoción
y el incentivo de este tipo de mecanismos extrajudiciales de solución
conflictos.

657
Ox¡.1 Vícron Áveros Jene

Las controversias jurídicas en materia laboral pueden ser so-


metidas a arbitraie, siempre y cuando el convenio arbitral se
inserte a la conclusión de la relación laboral y, adicionalmente,
la remuneración mensual percibida sea, o haya sido, superior a
las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP).

(oncordancias:
|
- Decreto Legislativo que norma el arbitraje: artículo I " y siguientes.

Comentario
Nuestra Norma Fundamental establece en su artículo 139' que uno
de los principios y derechos de la función jurisdiccional es que "no existe
ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción
de Ia militar y la arbitral".

Ello no rquiere decir otra cosa que el arbitraje "es la manifestación


más elemental de la adnrinistración de justicia. En el presente estado de
la evolución histórica, solo puede ser concebido como una sustracción
legalmente autorizada a la jurisdicción estatal. Se origina mediante
un contrato privado por el que dos o más sujetos de Derecho deciden
someter un conflicto con relevancia jurídica a la decisión resolutoria,
definitiva y exclusiva de uno o más terceros denominados árbitros que
son designados por las partes o por algún mecanismo establecido por
ellas"t3osl.

Con acierto se ha dicho que "el arbitraje y [el] proceso son ins-
tituciones distintas aunque paralelas, en cuanto pertenecen al mismo
género -instituciones de composición de litigios-. En el proceso, el liti-
gio se lleva ante un órgano dei Estado. En el arbitraje el litigio se lleva
ante un juez privado. El arbitraje no tiene eficacia procesal, sino, valga
la expresión, eficacia arbitral. Lo que ocurre es que, en determinados

[305] Corr,l.ro Fnevne / Vnsou¡z Kutzr, Arbitraje. El juicio privado: la verdadera reforma de la justicia,
cit., p.49.

658
DlsposlcroNES coMPLEMENTARTAS

extremos -ejecutoriedad, cosa juzgada, etc.-, el ordenamiento jurídico


le atribuye al arbitraje la misma eficacia que al proceso. En ese sentido
puede admitirse, aunque sea incorrecta,la afirmación de que el arbitraje
tenga una eficacia procesal"{3061.

El análisis de la institución del arbitraje "revela, dentro de é1, la


concurrencia de tres elementos necesarios y fundamentales. Es en primer
lugar el compromiso; el contrato por el cual dos o más personas aceptan
la decisión de un tercero. En segundo lugar, lo que se ha llamado da-
ción y recepción del arbitraje; el momento del arbitraje en que terceros
aceptan su encargo y se vinculan así con las partes a realizar su tarea.
Y es, como tercero y último momento, el procedimiento arbitral, aquel
en que la partes y terceros, actuando ya concurrentemente, formulan y
deciden la controversia que da vida 1' engendra todo fenómeno a que
arbitraje se refiere"ltoTl.

Pues bien, la jurisdicción arbitral es perfectamente legítima en


nuestro país, pero ¿existe alguna restricción tratándose de derechos de
especial naturaleza como son aquellos que emanan de la relación de
trabajo?

Tanto el artículo l" de la derogada Ley N" 2657213o8t, como el artículo


2" del Decreto Legislativo N' 1071, vigente desde el I de septiembre de
2008f30e1, permiten que puedan someterse a arbitraje los derechos que

t3061 Dtez-P,.¡zo
/ Po¡rce oe Leo¡,t, El arbitrio de un tercero en los negocios jurídicos, cít., p.83.
t3071 Gunsp, Jaime, El
arbitraje en el Derecho español, Bosch, Barielon a,1956, p.77.
t3o8l "Artícuto 1".- Disposición general
Pueden someterse a arbitraje las controversias determinadas o determ¡nables sobre las
cuales las partes tienen la facultad de libre disposición [...] pudiendo extinguirse respecto
de ellas el proceso judicial existente o evitando el que podría promoverse [...]'i No obs-
tante esta regulación, cabe resaltar que en posteriores articulos de la ley citada se utiliza
indistintamente los términos'tontroversia" o "materia" para indicar aquello sobre lo que
recae la facultad de libre disposición. Esto se puede apreciar, por ejemplo, en los artículos
.30el 160, 17oy73",íncisoTdela LeyGeneraldeArbitraje.
f
"Artículo 2o.- Materias susceptibles de arbitraje
1. Pueden someterse a arbitraje las controversia s sobre materias de libre disposición con-
forme a derecho, así como aquellas que la ley o los tratados o acuerdos internaciona-
les autoricen
t. . .1'i

659
Oxel VÍcron Áveros Jen¡.

emanan de una relación laboral en la medida que se trate de derechos


de libre disposición.

La propia Corte Suprema de |usticia de la República, en la Casación


N" 629-99-Huaura, ha señalado lo siguiente:

"[E]l artículo 1" del Decreto Ley N' 27572 señala que pueden so-
meterse a arbitraje las controversias determinadas o determinables
sobre las cuales las partes tiene la facultad de libre disposición, nor-
mando iguaimente los casos en ios que no procede arbitraje, dentro
de los cuales no se encuentra la prohibición de someter a arbitraje
las controversias en materia laboral [. resolviendo improcedente
..],

el recurso de casación; sin embargo, desde nuestra perspectiva, no


se encuentran los datos suñcientes en la referida sentencia, para ver
con claridad si efectir.'amente las pretensiones incoadas, se referían
a derechos indisponibles, Io que resulta crucial para emitir un pro-
nunciamiento de fondo'l

Por su parte, en la sentencia recaída en el Expediente N" 4972-2006-


PA/TC, el Tribunal Constitucional ha señalado lo siguiente:

"Este Colegiado considera pertinente reiterar que aunque resulta


perfectamente legítirno acudir al proceso constitucional a efec-
tos de cuestionar el carácter lesivo de los actos expedidos por la
jurisdicción arbitral, tal cual se puso de manifiesto, entre otros,
en el Fundamento N' 23 de la sentencia recaída en el Expediente
N" 6167-2005-PHC/TC (caso Fernando Cantuarias Salaverry),
ello solo es posible cuando allí se obre de modo arbitrario, y por
demás inconstitucional. Así también, el control constitucional
solo procederá a posteriori. [...].En el contexto descrito y en Ia
lógica de concretizar de un modo más aproximativo los supuestos
en que se habilitaria el control constitucional sobre la jurisdicción
arbitral, este Tribunal estima oportuno enfatizar que, desde un
punto de vista casuístico, serían entre otras tres las situaciones
o hipótesis principales en las que podría conflgurarse la citada
variable fiscalizadora: a) Cuando la jurisdicción arbitral vulnera
o amenaza cualquiera de los componentes formales o sustantivos

660
DrsposIctoNES coMPLEMENTARIAS

de la tutela procesal efectiva (debido proceso, tutela jurisdiccio-


nal efectiva, etc.). Esta causal solo puede ser incoada una vez que
se haya agotado la vía previa; b) Cuando la jurisdicción arbitral
resulta impuesta ilícitamente, de modo compulsivo o unilateral
sobre una persona (esto es, sin su autorización), como fórmula
de solución de sus conflictos o de las situaciones que le incum-
ben; c) Cuando, a pesar de haberse aceptado voluntariamente
la jurisdicción arbitral, esta verse sobre materias absolutamente
indisponibles (derechos fundamentales, temas penales, etc.). [. .. ].
En lo que respecta a la primera hipótesis, este Colegiado no tiene
sino que reiterar los criterios de control constitucional que suelen
invocarse en el caso de procesos constitucionales contra resolu-
ciones judiciales. Lo dicho, en otras palabras, quiere significar
que así como ocurre respecto de otras variables jurisdiccionales,
y principalmente de la judicial, en el caso del supuesto examinado,
la jurisdicción arbitral podrá ser enjuiciada constitucionalmente
cuando vulnere o amenace cualquiera de los comPonentes de la
tutela jurisdiccional efectiva (derecho de acceso a la jurisdicción
o eficacia de lo decidido) o aquellos otros que integran el debido
proceso; sea en su dimensión formal o procedimental (jurisdic-
ción predeterminada, procedimiento preestablecido, derecho de
defensa, motivación resolutoria, etc.); sea en su dimensión sustan-
tiva o material (estándares de razonabilidad y proporcionalidad),
elementos todos estos a los que, por lo demás y como bien se sabe,
el Código Procesal Constitucional se refiere bajo la aproximación
conceptual de tutela procesal efectiva (artículo 4"). [...]. En lo
que respecta a la segunda hipótesis enunciada, queda claro q.ue
la naturaleza de la jurisdicción arbitral es en esencia facultativa
para el caso de los particulares o sujetos privados. Desde dicha
perspectiva, es evidente que toda situación en que se le pretenda
articular con carácter obligatorio o sin consentimiento expreso
de quienes suscriban un contrato, se constituirá en un fenómeno
abiertamente inconstitucional, que habilitará con toda legitimidad
el ejercicio de la jurisdicción constitucional. Lo señalado, en otras
palabras, lleva implícita Ia regla de que los particulares no pueden
ser despojados de su derecho a que sus conflictos o controversias
sean prima faci¿ ventilados ante la jurisdicción ordinaria, de ma-
nera tal que solo será en situaciones excepcionales, nacidas de su

661
Oxar Vícron Ávaros J¡,ne

propia voluntad, en que se habilitará el ejercicio de la jurisdicción


arbitral. [. . . ]. Finalmente, y en lo que respecta a la tercera hipótesis
de control, este Colegiado estima que, aun cuando la jurisdicción
arbitral tenga su origen en el consentimiento de quienes participan
de una relación contractual, ello de ninguna manera justificará
el que hacia su estructura se reconduzcan asuntos por su propia
naturaleza indisponibles por los propios sujetos participantes de
dicha relación. Es eso precisamente lo que ocurre cuando se trata
de derechos fundamentales que, como se sabe, no pueden ser ob-
jeto de negociación alguna ni siquiera en los casos en que exista
la voluntad expresa de prescindir de los mismos o alterarlos en
todo o parte de su contenido. Es eso también lo que sucede, por
citar otros supuestos, con las materias penales o incluso con las
materias tributarias en las que el Estado de ninguna manera puede
renunciar a su capacidad de control y sanción'i

Lo expuesto deja en evidencia el criterio generalizado de que


el arbitraje en materia laboral solo será viable cuando los derechos
que se encuentren en juego no tengan la naturaleza de indisponibles.
Cuando se trate de derechos indisponibles el pacto arbitral carecerá de
eficacia.

No obstante la claridad de este criterio, la Nueva Ley Procesal


del Trabajo ha optado por proponer que es procedente el arbitraje en
materia laboral, incluso tratándose de derechos indisponibles, cuando
el convenio arbitral se inserte a la conclusión de la relación laboral y
cuando la remuneración mensual percibida por el trabajador sea o haya
sido superior a las 70 Unidades de Referencia Procesal, o lo que es lo
mismo, a las 7 Unidades Impositivas Tributarias.

Con relación a lo primero, es importante decir que el convenio


arbitral es un acuerdo escrito por el que las partes deciden someter a
arbitraje todas las controversias o ciertas controversias que hayan sur-
gido o puedan surgir entre ellas resPecto de una determinada relación
jurídica contractual o de otra naturaleza, pudiendo adoptar la forma
de una cláusula incluida en un contrato o la forma de un acuerdo
independiente. Para que el convenio arbitral tenga validez, este deberá
ser suscrito por las partes a la finalización de la relación laboral, y

662
DrsposlctoNES coMPLEMENTARIAS

no bastará para ello un simple acuerdo, sino que tendrá que hacerse
notarialmente o con la participación de un fedatario autorizado con
la finalidad de que se deje constancia que las firmas corresponden a
las partes de la relación laboral ¡ principalmente, que el convenio se
hace de manera voluntaria y en momento posterior a la terminación
de la relación laboral.

Con relación al convenio arbitral, cabe precisar que no cabe arbi-


traje mientras la relación laboral esté vigente, pues la norma es enfática
cuando señala que "el convenio arbitral debe insertarse a la conclusión
de la relación laboral". Siendo que la Sexta Disposición Complementaria
regula un supuesto de excepción, no cabe interpretar cosa distinta de
aquella que ha previsto expresamente, por lo que bajo ninguna per-
cepción podría concluirse que procede el arbitraje mientras la relación
laboral no haya concluido.
Por otra parte, se exige que la remuneración mensual percibida
por el trabajador exceda o haya superado las 70 Unidades de Referen-
cia Procesal. Con respecto a este punto, nos parece que la norma es
peligrosamente deficiente, dado que no señala si es que la última re-
muneración del trabajador es la que debió ser igual o superior a dicho
monto o basta con que ello se haya dado en cualquier momento de la
relación laboral. Tal como se encuentra redactada la norma, estaríamos
ante el último supuesto, por lo que bien podrían someterse a arbitraje
los conflictos de aquel trabajador que en determinado momento percibía
una remuneración igual o mayor a 7 Unidades Impositivas Tributarias,
pero que al momento de la culminación de la relación laboral percibía
mucho menos.

Incluso, eilo podría dar lugar que maliciosamente el empleador


pueda coaccionar al trabajador para que este suscriba un documento
en donde consta que este último en algún momento percibió en calidad
de remuneración un suma igual o mayor a las a las 70 Unidades de
Referencia Procesal o 7 Unidades Impositivas Tributarias.

No obstante 1o expresado, consideramos que si compatibilizamos


el precepto contenido en Ia Sexta Disposición Complementaria de la
Nueva Ley Procesal del Trabajo con los principios del Derecho del

663
Oxnr VÍcron Áv¡,ros Jenn

trabajo y del Derecho procesal del trabajo, pero principalmente con


su carácter tuitivo, debemos colegir que la norma alude a la última
remuneración del actor -o, en el caso de las remuneraciones imprecisas,
al promedio de las recibidas en el último semestre-, por lo que queda
descartada la tesis de que esta parte de la norma podría ser invocada
cuando el trabajador percibió en cualquier momento de su relación
laboral en calidad de remuneración una suma igual o mayor a las a
las 70 Unidades de Referencia Procesal.

En los procesos laborales el Estado puede ser condenado al


pago de costos.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículos 410o al 419".


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículos 1 4o y 3 I o.

Comentario

Durante muchos años ha existido la controversia referida a si el


Estado se encuentra obligado al pago de costos judiciales, y ella se dio
principalmente porque el artículo 47" de nuestra Constitución establece
que "el Estado está exonerado del pago de gastos judiciales"; además,
porque su norma de desarrollo, nos referimos al artículo 413" del Có-
digo Procesal Civil, señala que "están exentos de la condena en costas y
costos los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Iudicial, el Ministerio Público,
los órganos constitucionalmente autónomos, los gobiernos regionales y
locales".

Y decimos que existió controversia porque si analizamos el con-


cepto de lo que constituyen los "costos judiciales" concluiríamos que
no existiría ninguna justificación para tal exención, pues si el Estado,
a través de sus entidades, es quien obliga a un particular a recurrir al
órgano jurisdiccional para solicitar tutela, es él quien debe asumir las
consecuencias de su incumplimiento, dado que de lo contrario resultaría

664
DlsposrcloNES coMPLEMENTARIAS

injusto y contrario al principio de gratuidad, que quien tenga derechos


legítimos termine asumiendo los costos del proceso.

Y justamente esta percepción es la que ha dado lugar a que el


propio Tribunal Constitucional efectúe el pronunciamiento del caso.
Así, en la resolución perteneciente al Expediente N' 0971-2005-AA/TC
señaló lo siguiente:

[. . . ] si bien el artículo 47o de la Constitución Política indica expre-


'f

samente que el Estado está exonerado del pago de gastos judicialesl


ello no implica que estos comprendan a su vez a las costas y costos
del proceso, pues en dicho artículo no se especifica cuál es el con-
tenido de dicho concepto, por lo que debe entenderse que cuando
dicha disposición se refiere a los 'gastos judicialesl se está haciendo
alusión a lo que ei Código Procesal Civil denomina costas, ya que en
su articulo 410" indica expresamente que las costas están constituidas
por los gastos judiciales' realizados en el proceso [. . .]':

Lo que en buena cuenta señala el máximo intérprete de nuestra


Constitución es que las entidades del Estado sí están obligadas al pago
de los costos del proceso, por lo que el artículo 413" del Código Procesal
civil devendría en inconstitucional ¡ en consecuencia, debería inaplicado
mediante control difuso.

En el caso de las costas es claro que ninguna entidad del Estado


está obligada a pagarlas, dado se produciría la figura de la consolida-
ción. El tema controvertido en estricto apunta a los costos del proceso.

Pues bien, acorde con esta visión plenamente constitucional, la


Nueva Ley Procesal del Trabajo ha dejado en claro que "en los procesos
laborales el Estado puede ser condenado al pago de costos". De esta
manera, se erradica cualquier duda acerca de la procedencia del pago de
costos cuando se demanda a alguna entidad del Estado, quedando claro
que si el Estado es responsable porque algún particular haya ejercitado
legítimamente su derecho de acción, debe responder por los gastos que
le acarrea al particular con el objeto de hacer valer sus derechos.

66s
Ox¡r VÍcron Av,qros Jen¡

Los expedientes que por cualquier razón reingresen a los ór-


ganos jurisdiccionales tienen preferencia en su tramitación.

I Concordancias:

- Código Procesal Civil: artículo 50o.3.

Comentario

Conforme a lo señalado en el artículo 50u' numeral 3 del Código


Procesal Civil, es deber del juez dictar las resoluciones y realizar los
actos procesales en las fechas previstas y en el orden que ingresan aI
despacho, salvo prelación legal u otra causa iustificada'

En el proceso laboral, según se infiere de la disposición comple-


mentaria que examinamos, se dará un trámite preferencial a aquellos
expedientes relacionados con los procesos que reingresen a los órganos
jurisdiccionales, sin importar el motivo por el cual se produjo tal rein-
greso.

Los referidos expedientes que reingresan se sustancian con ante-


lación respecto de los demás expedientes, Por cuanto el ordenamiento
jurídico les ha asignado una suerte de primacía en su trámite, lo cual
se justifica por constituir una medida tendiente a proteger al trabajador
quien, debido a la demora propia de todo proceso, puede verse perjudi-
cado, aún más si el proceso se sigue dilatando.

trata, además, de dar preferencia a aquellos expedientes de los


Se
procesos en los cuales se ha desarrollado una actividad procesal mayor
con relación a los demás expedientes y que por alguna razón -que para
el caso no interesa- recayó sobre ellos alguna resolución inhibitoria, 1o
que fuera materia de subsanación por el sujeto procesal involucrado
y que trajera como consecuencia el reingreso de los expedientes a los
órganos jurisdiccionales.

666
DlsposrcIoNES coMPLEMENTARIAS

La presente ley entra en vigencia a los seis (6) meses de publi-


cada en el diario oficial El Peruano, a excepción de lo dispuesto
en las Disposiciones Transitorias, que entran en vigencia al día
siguiente de su publicación.
La aplicación de la presente ley se hará de forma progresiva
en la oportunidad y en los distritos judiciales que disponga
el Consejo Ejecutivo del Poder fudicial. En los distritos judi-
ciales, en tanto no se disponga la aplicación de la presente ley,
sigue rigiendo la Ley N" 26636, Ley Procesal del Trabajo, y sus
modificatorias.

(oncordancias'
|
- Constitución Política del Perú: articulo 109".

Comentario

El artículo 109" de nuestra Norma Fundamental establece que "la


ley es obligatoria desde el día siguiente de su publicación en el diario
oficial, salvo disposición contraria de la misma ley que posterga su
vigencia en todo o en parte". Precisamente, a esta última parte es a la
que ha recurrido el legislador, pues estableció un periodo de poster-
gación de vigencia o vacatio legis con fines de difusión y publicidad
de la normativa.

Esta periodo fue fijado en 6 meses desde la publicación de la norma,


por lo que la Nueva Ley Procesal del Trabajo entró en vigencia desde
el 15 de junio, empero, debe recalcarse que también se ha dispuesto su
aplicación progresiva en los distintos distritos judiciales del país.

A este respecto, debe entenderse bien la diferencia entre la vigen-


cia de la norma y su aplicación, pues si bien la norma ya se encuentra
en vigencia en todo el país, aún no es totalmente aplicable, salvo en
lo que concierne a las disposiciones transitorias, que sí lo son desde
el día siguiente de la publicación de Ia le¡ esto es, el 16 de enero
de 20i0.

667
Oxer VÍcron Ávnlos ]nna

Como señaláramos anteriormente, en tanto no sea aplicable la


Nueva Ley Procesal del Trabajo, regirá la Ley N" 26636, la cual será
excluida de nuestro ordenamiento de cuando se disponga la aplicación
de la Ley N" 29497.

Finalmente, cabe precisar que de conformidad con las Resoluciones


Administrativas N"s 232-2010-CE-PI y 310-2010-PI-CE, publicadas en
el diario oficial El Peruano el 7 de julio de 2010 y el 23 de septiembre
de ese mismo año respectivamente, el cronograma de implementación
de la NuevaLey Procesal del Trabajo es el siguiente:

Distrito judicial Fecha en que empieza a aplicarse la Ley N'29497


Tacna Desde el 15 de julio de 2010
Cañete Desde el 16 de agosto de 20i0
La Libertad Desde el I de septiembre de 2010
Arequipa Desde el I de octubre de 2010
Lambayeque Desde el2 de noviembre de 2010

Cusco Desde el I de diciembre de 2010

FÉc¡mn..-
Conforme a lo establecido en la Cuarta Disposición Final y
Transitoria de la Constitución Política del Perú,los derechos la-
borales, individuales o colectivos se interpretan de conformidad
con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los
tratados y acuerdos internacionales sobre la materia ratificados
por el Perú, sin perjuicio de consultar los pronunciamientos
de los órganos de control de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) y los criterios o decisiones adoptados por
los tribunales internacionales constituidos según tratados de
los que el Perú es parte.

I Concordancias:

- Constitución Política del Perú: Cuarta Disposición Final y Transitoria.


- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo lV.

668
DrsposlcroNES coMPLEMENTARIAS

Comentario

La presente disposición complementaria guarda absoluta cohe-


rencia con el artículo IV de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, pero
principalmente con la Cuarta Disposición Final y Transitoria de nues-
tra Constitución Política, que establece que "las normas relativas a los
derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretan
de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y
con los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias
ratificados por el Perú".

Definitivamente la presente disposición complementaria es más


precisa, pues alude expresamente a los instrumentos que en esencia
deben guiar al juez laboral para solución de los conflictos que asume.

Este mandato le obliga al juez, no ante una duda, sino a priori, a


interpretar los derechos laborales, individuales o colectivos, de conformidad
con los principios, criterios y decisiones fijados en dichos instrumentos
internacionales. Por consiguiente, todo juez laboral está obligado a cono-
cer los alcances de aquellos, dado que si aplica la norma sin tenerlos en
consideración estaría cometiendo una seria irregularidad, pues estamos
hablando de un mandato y no de una recomendación o sugerencia.

Entonces, desde la entrada en vigencia de la Nueva Ley Procesal del


Trabajo, los derechos de índole laboral, ya sea que se trate de derechos
individuales o de derechos colectivos, deben ser interpretados en forma
consonante con lo que dispongan: a) la Declaración Universal de Dere-
chos Humanos; b) los tratados y acuerdos internacionales sobre derechos
humanos; c) las decisiones de los órganos de control de la Organizaciín
Internacional del Trabajo; y d) las decisiones emanadas de los tribunales
internacionales constituidos conforme a los tratados de los que nuestro
país es parte y haya ratificado.

Precísase que hay exoneración del pago de tasasjudiciales para


el prestador personal de servicios cuando la cuantía demanda-

669
Oxer Vícron Ávalos I¡ne

da no supere las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal


(URP), así como cuando las pretensiones son inapreciables en
dinero.

I Concordancias:

- Constitución Política del Perú: artfculo 139o.16.


- Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del PoderJudicial: artículo 24o.
- Código Procesal Civil: artículo Vlll.
- Nueva Ley Procesal del Trabajo: artículo lll.

Comentario

Ya nos hemos referido a la gratuidad del proceso laboral para el


prestador de servicios al comentar el artículo III del Título Preliminar
de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, empero complementaremos tal
comentario.

La presente disposición complementaria establece que el proceso


laboral es gratuito para el prestador de servicios de naturaleza laboral,
cooperativista, formativa o administrativa, siempre y cuando el monto
total de las pretensiones que exija no exceda de las 70 Unidades de Re-
ferencia Procesal. Así lo establece el artículo III del Título Preliminar
de la Nueva Ley Procesal del Trabajo que guarda concordancia con
lo normado en la Undécima Disposición Complementaria del citado
cuerpo de leyes, del cual se desprende que el prestador de servicios
goza de la exoneración del pago de tasas judiciales bajo la condición de
que la cuantía de lo reclamado en la demanda no sea mayor a las 70
Unidades de Referencia Procesal. Cabe precisar que esta disposición es
plenamente coherente con lo que dispone el literal i del artículo 24" del
Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder |udicial, aprobado
por el Decreto Supremo N" 017-93-JUS.
La disposición complementaria que examinamos en esta oportunidad
establece en su parte final otro supuesto de exoneración del pago de tasas
judiciales para el prestador de servicios de naturaleza laboral, cooPera-
tivista, formativa o administrativa, que se configura si respecto de las
pretensiones reclamadas por el mencionado prestador de servicios no se
puede establecer cuantía alguna por ser inapreciables económicamente.

670
DrsposlcroNES coMPLEMENTARIAS

Es importante recalcar que mientras la Nueva Ley Procesal del


Trabajo no entre totalmente en vigencia, regirá la Resolución Adminis-
trativa N' 093-2010-CE-PJ, que establece Ia gratuidad del proceso para
los trabajadores, ex trabajadores y sus herederos, cuyo petitorio exceda
las 70 Unidades de Referencia Procesal, y un descuento del 50% en lo
que respecta a los aranceles judiciales para aquellos si se sobre pasa ese
monto.

Una vez vigente la Nueva Ley Procesal del Trabajo se mantendrá la


gratuidad mientras no se superen las 70 Unidades de Referencia Procesal;
no obstante, de superarse, en principio ya no habrá el descuento del 50%,
dado que la mencionada ley aparentemente -con su silencio- elimina la
gratuidad, sin embargo, es posible que mediante norma complementaria
se disponga algo distinto.

Autorízase al Poder |udicial la creación de un fondo de forma-


ción de magistrados y de fortalecimiento de la justicia laboral.
El fondo tendrá por objeto la implementación de medidas de
formación específicamente dirigidas a los magistrados labora-
les, así como el otorgamiento de incentivos que les permitan
desarrollar de manera óptima la función judicial.

Comentario
La reforma del proceso laboral no solo se asienta en la dación de
normas como la Nueva Ley Procesal del Trabajo, estimamos que más
importante que ello es la formación y capacitación de quienes asumirán
y resolverán las controversias e incertidumbres jurídicas, así como el
mejoramiento y fortalecimiento de los incentivos que permitan mejorar
el desempeño judicial.

En este sentido, resulta muy saludable la creación de un fondo


destinado a cumplir con estos objetivos, pues con esto se deja eviden-
cia que se ha comprendido de forma íntegra cuáles con los alcances de
la problemática que actualmente aqueja a nuestro sistema judicial. Sin

671
Ox¡r VÍcron Avnros J¡n¡

embargo, es claro que no basta la expedición de dispositivos como este'


sino que se ejecuten, pues de lo contrario sería "letra muerta" y en el
plano fáctico no lograríamos avance alguno.

Esperemos, pues, que nuestras autoridades puedan dar cumplimien-


to a esta disposición complementaria, a pesar de las grandes carencias
económicas que afectan principalmente a los trabajadores del Poder
fudicial y que a la fecha vienen generando paralizaciones en la actividad
judicial, lo que -de continuar así- iría en desmedro de la tan mentada
celeridad del nuevo proceso laboral.

672
DISPOSICIONBS TRANSITORIAS

El Poder |udicial implementa una red electrónica que permita


la notificación de las resoluciones mediante correo electrónico
y publicación simultánea en la página rveb del Poder Iudicial.
Los interesados solicitan al Poder fudicial la asignación de un
domicilio electrónico, el cual opera como un buzón electrónico
ubicado en el servidor. El acceso al buzón es mediante el uso de
una contraseña localizada en la página web del Poder |udicial.
De igual modo, implementa un soporte informático para el
manejo de los expedientes electrónicos.

Comentario

Una de las formas de acelerar el decurso de los procesos judiciales,


es sin duda alguna, reduciendo los tiempos que tardan las notificaciones
en llegar a sus destinatarios. La experiencia nos habla que en algunos
casos transcurren meses para que las notificaciones sean conocidas, por
lo que todo ese tiempo transcurre en vano.
A efectos de solucionar este problema, la propuesta recogida en la
Primera Disposición Transitoria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
resulta totalmente positiva, pues la implementación de una red electrónica
haria que las resoluciones puedan ser conocidas en el día, ahorrándose
con ello mucho tiempo y dinero.

673
Oxer VÍcron Áveros fena

También resulta excelente que se implemente un sistema que


recoja en soporte informático el contenido de los expedientes judicia-
les, pues ello descongestionaría de gran manera las instalaciones del
Poder |udicial, y puede conllevar a que los trabajadores re-dirijan sus
actividades a otros fines que hagan más eficientes los servicios que
brinda el Poder ]udicial.
Sin embargo, esta interesante propuesta nos Parece que todavía
es inviable en nuestro medio, dado que la utilización de la internet
aún no se da al 1007o por todos los operadores del Derecho, incluso,
ni siquiera existe una cultura de su uso. Hubiese sido importante si
en esta disposición también se hubiere señalado que se implemen-
tarán planes pilotos y capacitaciones con la finalidad de que los
posibles usuarios tengan la posibilidad de conocer el uso de esta
red electrónica.
Igualmente, \'emos difícil la implementación de esta red por la
falta de presupuesto, )'a que implementar este tipo de sistemas acarrea
una gran erogación. Si tenemos en consideración que actualmente los
trabajadores vienen solicitando la homologación de sus remuneraciones
con relación a otras entidades del Estado, lo que definitivamente es
prioridad, entendemos que transcurrirá mucho tiempo para que esto
se haga realidad.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Ernpleo, con la co-


laboración del Poder fudicial y del Tribunal Constitucional,
implementa una base de datos pública; actualizada perma-
nentemente, que permita a los jueces y usuarios el acceso a
la jurisprudencia y los precedentes vinculantes y que ofrezca
información estadística sobre los procesos laborales en curso.

Comentario
La jurisprudencia, "entendida como la sucesión de pronunciamien-
tos judiciales emitidos por el órgano máximo que declara el derecho
de las partes intervinientes en un Proceso en un sentido determinado,

674
DIspostcroNES TRANSTToRIAS

si bien no constituye un producto normativo, se erige en precedente a


seguirse en futuros casos semejantes a los precedentemente resueltos.
Por ello, en principio, el precedente en cuestión ha de ser respetado
por los organismos jurisdiccionales en salvaguarda de los principios de
seguridad jurídica e igualdad ante la le¡ sustento del Estado social y
democrático de Derecho. No obstante, resulta posible que en futuros
pronunciamientos la judicatura se aparte del precedente siempre y cuan-
do el fallo emitido se sustente en fundamentos objetivos, generándose
así un nuevo precedente indicativo a seguirse en futuros proce6os"[3r0].

Sin embargo, "en adición a estos pronunciamientos judiciales que


por su reiteración crean un precedente a seguir en futuros procesos,
existen igualmente otras sentencias que califican como normativas. Estas,
que no requieren necesariamente ser reiteradas, constituyen precedente
vinculante cuando en él se interprete la norma aplicable de modo ge-
neral. En tal caso, este solo pronunciamiento obliga a Ia N{agistratura
al resolver futuros procesos en idéntico sentido, pudiéndose -al igual
que en el caso de la jurisprudencia- desplazarse ei precedente por la
emisión de una nueva sentencia normativa en sentido distinto, aun
cuando esta última deba respetar también la garantía de la objetividad
en el análisis de la materia expresando las razones por las cuales se
aparta del precedetrlg"[3rr].

Como quiera que estos productos judiciales se tornan en impres-


cindibles, toda vez que guían la actividad jurisdiccional, desde hace
mucho tiempo se hacía necesaria la implementación de una base de datos
pública que permita no solo a los jueces, sino también a los justiciables,
abogados y, en general, a todos los operadores del Derecho, conocer de
de forma sistemática la jurisprudencia y los precedentes vinculantes
en materia laboral v previsional, así como las estadísticas acerca de los
procesos laborales.

Gor.rz¡res Hu¡rr, Césat "Prólogo", en Avnlos Jnn¡, Oxal Vícto(, Ptecedentes de observancia obli-
gatoria y vinculontes en materia laboral. Anólisis, comentarios y crítico a la jurisprudencio de
la Corte Suprema de Just¡c¡o de la República y del Tribunal Constitucional, Jurista Editores,
Lima, 2010.
f3111
Loc. cit.

675
Ox¡r VÍcron Áveros |ane

Existen a la fecha diversos trabajos que se han ocupado de esta


tareal3t2], sin embargo, ella le corresponde al Estado por ser este el encar-
gado de la difusión y publicidad, y al ostentar -a través de sus diversas
entidades- el cargo de administrador de justicia. Se trata, entonces, de
una importante labor a ser cumplida a Ia brevedad por el Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo en colaboración con el Poder |udicial
y el Tribunal Constitucional.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, con la cola-


boración del Poder Iudicial, implementa un sistema informá-
tico, de acceso público, que permita el cálculo de los derechos
o beneficios sociales.

Comentario

Ante cualquier discrepancia respecto del pago de ciertos derechos


laborales, lo primero que resulta de fundamental interés Para el traba-
jador o ex trabajador, es saber a cuánto asciende su acreencia laboral y
cómo es que se llega a tal resultado.

Es común que el interesado recurra a un abogado, a un contador


o simplemente se acerque a las oficinas del Ministerio de Trabajo a
efectos de que se le pueda practicar su correspondiente liquidación.
Sin embargo, en uno u otro caso, el costo que ello le acarrea le puede
ser significativo, pues en los dos primeros casos normalmente tendrá
que pagar por los servicios prestados, mientras que en el último caso,
debido al gran congestionamiento, deberá hacer largas colas y esPerar
muchas horas para obtener su liquidación.

t3121 Entr"etlos,nuestrolraba)oPrecedentesdeobservanciaobligatoriayvinculantesenmater¡a
labora!. Anólisis, comentarios y crítica a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Repúblico y delTribunal Constitucional, Jurista Editores, Lima, 201 0'

676
DrsposrcroNES TRANSIToRIAS

Previendo esta situación, la presente disposición transitoria or-


dena la implementación de un sistema informático abierto al público
en general que permita calcular los derechos y beneficios laborales
presuntamente adeudados, lo cual irá acompañado de la correspon-
diente base legal.

Se trata de una excelente medida, ya que ello no solo facilitará el


acceso de las personas que tienen el deseo de acudir a un profesional
para que determine la suma que se le adeuda, pero que no lo pueden
hacer por falta de recursos económicos o de tiempo. Entendemos que
se tratará de un sistema muy simple y de fácil uso, en donde el inte-
resado solo tendrá que ingresar los datos mínimos para la obtención
del resultado.
Aunque la presente disposición no lo menciona, entendemos que
implícitamente se encuentra en ella la obligación del Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo y del Poder |udicial de difundir este
sistema informático, sobre todo en los sectores que previsiblemente
tengan mayores problemas para acceder a este servicio.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo implemen-


ta un sistema de remisión electrónica de información de las
planillas electrónicas. El requerimiento de información es
enviado por el juzgado al correo electrónico habilitado para
tal fin por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.
El funcionario responsable da respuesta, también por correo
electrónico, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.
Dicha respuesta debe contener la información solicitada pre-
sentada en cuadros tabulados, agregándose las explicaciones
que fuesen necesarias.

Comentario
El artículo 27" de la Nueva Ley Procesal del Trabajo establece que
"la exhibición de las planillas electrónicas es ordenada por el juez al fun-

677
Oxel VÍcroR Áv¡.ros Jen¡

cionario del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo responsable


de brindar tal información, siendo improcedente la tacha de la infor-
mación de las planillas electrónicas remitida por dicho funcionario, sin
perjuicio de la responsabilidad penal o funcional que las partes puedan
hacer valer en la vía correspondiente".

La presente disposición transitoria instrumentaliza este mandato,


de manera que establece la forma en que deben ser solicitadas las pla-
nillas electrónicas, cuál es el plazo máximo para la respuesta ante el
requerimiento y qué debe contener dicha respuesta.

La primera obligación recae sobre el Ministerio de Trabajo y Pro-


moción del Empleo, quien es el que debe implementar un sistema de
remisión electrónica de información de las planillas electrónicas. Tenemos
conocimiento que a la fecha el mencionado ministerio ha suscrito un
convenio de cooperación interinstitucional con el Poder Judicial a efectos
de faciiitarle a este últirno la información que requieran los jueces para
la solución de los conflictos judiciales.

Cabe precisar que la versión 1.6 del PDT 601 incorpora datos re-
queridos por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y resulta
compatible con las nuevas facilidades referidas a la actualización ylo
corrección de datos vía Internet. En este sentido, la planilla electrónica
contribuirá a mejorar sustancialmente el servicio de administración de
justicia, pues el Poder Judicial podrá acceder a la información que le
proporcione el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, respecto
de aquellos datos contenidos en la planilla electrónica que resulten de
utilidad para la resolución de las causas que son de su conocimiento.
Para la remisión de la información, una vez implementado el sis-
tema, el juzgado correspondiente deberá enviar un correo electrónico
a la dirección designada al funcionario facultado a efectos de que, por
el mismo medio, este facilite la información dentro del plazo de 5 días
hábiles.

La respuesta deberá seguir una formalidad, y es que necesariamente


deberá ser presentada en cuadros tabulados, agregándose las explicaciones
que fuesen necesarias.

678
DrsposrcroNES TRANSIToRIAS

El Poder |udicial dispone la creación instalación progresiva


e
de juzgados y salas laborales en los distritos judiciales de la
República que lo requieran, para fortalecer la especialidad
laboral a efectos de brindar un servicio de justicia más efi-
ciente.

Comentario

En virtud de las Resoluciones Administrativas N"s 232-2010-CE-PJ


y 310-2010-PJ-CE, publicadas en el diario oficial El Peruano el 7 de julio
de 2010 y el23 de septiembre de ese mismo año, el Consejo Ejecutivo
del Poder ludicial, presidido por el Presidente de la Corte Suprema de
ese entonces, e1 doctor Javier \-illa Stein, ha dispuesto que para la imple-
mentación de la Nueva Lev Procesai del Trabajo, conforme a los planes,
objetivos v requerimientos, los Presidentes de las Cortes Superiores de
los distritos judiciales, en donde ya se ha dispuesto la aplicación de
la mencionada le¡ se encuentran facultados para adoptar las acciones
necesarias para tal fin.

Asimismo, dichas resoluciones les imponen a estos presidentes la


obligación de designar una "Comisión Distrital de Implementación de
la Ley Procesal del Trabajo", la cual debe ser presidida por el Presidente
de la Corte Superior respectiva, integrada por un juez superior, un juez
especializado, un juez de paz letrado y por el ]efe de la Oficina de Ad-
ministración Distrital. Esta comisión deberá coordinar directamente con
el "Equipo Técnico Institucional de Implementación de la Ley Procesal
del Trabajo'>[3r3] creada por mandato de la Resolución Administrativa
N" 136-2010-CE-PJ.

[313] Es importante recalcar que este equipo técnico desarrollará las siguientes actividades: a)
cronograma de implementación progresiva de la referida Ley Procesal del Trabajo en los
distritos judiciales del país, con la propuesta de conformación de órganos jurisdiccionales,
b) plan de capacitación, c) implementación de una red electrónica que permita la notifi-
cación de resoluciones mediante correo electrónico, d) diseñar un formato de demanda
para los casos de obligaciones de dar sumas de dinero, cuyo monto no supere las 70 Uni-

679
Oxer Vícron Áv¡.r-os Jnn¡

Precisamente, una de las funciones de la "Comisión Distrital de


Implementación de la Ley Procesal del Trabajo" es la creación e instala-
ción progresiva de los nuevos juzgados y salas laborales con el objetivo
de brindar un servicio de administración de justicia más eficiente.

La finalidad concreta de este mandato es especializar a la judicatura,


de manera que pueda lograrse un servicio de justicia idóneo frente a
los conflictos de índole laboral.

El Poder fudicial dispone el desdoblamiento de las salas labo-


rales en tribunales unipersonales que resuelvan en segunda
y última instancia Ias causas cuya cuantía de la sentencia
recurrida no supere las setenta (70) Unidades de Referencia
Procesal (URP).

Comentario

La presente disposición transitoria propone una fórmula de des-


congestionamiento procesal sumamente positiva, en la medida que ello
coadyuvará a dar una solución mucho más célere a los conflictos jurí-
dicos cuya cuantía no supere las 70 Unidades de Referencia Procesal.

El desdoblamiento implica que una Sala Laboral conformada por


cuatro vocales, se convierta a su Yez en tres Tribunales Unipersonales,
de modo que tengamos cuatro órganos resolutores que son: la misma
Sala Laboral, abocada a resolver causas cuya cuantía de la sentencia
recurrida no supere las 70 Unidades de Referencia Procesal, y los tres
Tribunales Unipersonales, quienes conocerán las causas cuya cuantía
no superen el aludido margen.

dades de Referencia Procesal; y e) efectuar coordinaciones con el Ministerio deTrabajo y


Promoción del Empleo, para la implementación de una base de datos de jurisprudencia y
precedentes vinculantes; asícomo para la implementación de un sistema informático que
permita el cálculo de beneficios sociales; y otras medidas relacionadas a la aplicación del
nuevo ordenamiento procesal laboral que resulten necesarias'

680
DrsposIcIotgES TRANSIToRIAS

Sobre el particular, cabe decir que mediante la Resolución Admi-


nistrativa N" 182-2010-CE-PJ, el Consejo Ejecutivo del Poder |udicial ha
resuelto operativizar la presente disposición transitoria, de manera que
ha dispuesto el desdoblamiento de Salas Laborales en Tribunales Uni-
personales que resuelvan en segunda y última instancia las causas cuya
cuantía de sentencia recurrida no supere las 70 Unidades de Referencia
Procesal. Igualmente, se ha establecido que en los distritos judiciales
donde no exista Sala Laboral, los procesos en materia laboral que no
superen la mencionada cuantía serán distribuidos entre los miembros
del Colegiado de la Sala que sea competente, quienes actuarán como
Tribunal Unipersonal.
Al respecto, consideramos que se trata de una medida más que
acertada, pues ello aligerará la gran carga Procesal que recae sobre la
Salas Laborales, ya que ahora esta será repartida a cuatro órganos (la
propia Sala Laboral 1'los tres Tribunales Unipersonales); además, con ello
se logrará un trámite más expeditivo para la solución de los procesos
laborales, en el entendido que, en el caso de los Tribunales Unipersonales,
el magistrado a quien le ha sido asignado el expediente, podrá resolver
la causa sin esperar la conformación de Ia Sala, ciñéndose estrictamente
a sus propios plazos y capacidad.

El Poder |udicial aprueba los formatos de demanda para los


casos de obligaciones de dar sumas de dinero cuyo monto no
supere las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP).

Comentario
El artículo 16' de la Nueva Ley Procesal del Trabajo permite que
los prestadores de servicios puedan comparecer al proceso laboral sin
necesidad de abogado cuando el total reclamado no supere las 10 Uni-
dades de Referencia Procesal; incluso, si se supera este límite y hasta las
setenta 70 Unidades de Referencia Procesal, cabe también prescindir de
un abogado, pero ello tendrá que ser determinado por el juez atendiendo
a las circunstancias del caso.

681
Oxer Vícron Avaros fane

En los casos en que se comparezca al proceso sin abogado, el de-


mandante deberá emplear el formato de demanda que para tal efecto
ha aprobado el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.
Evidentemente, estos formatos permiten que el accionante pueda
recurrir al órgano jurisdiccional de manera segura, pues en ellos se exige
toda la información necesaria para dar inicio al proceso con todas las
garantías del caso. Ello es precisamente la razón por la que excepcio-
nalmente se deja de lado a la defensa cautiva.
Los formatos de demanda a los que hace alusión la presente dispo-
sición transitoria, los hemos colocado en calidad de anexos, y se podrán
encontrar en la parte final de la presente obra.

Las acciones necesarias para la aplicación de la presente norma


se ejecutan con cargo a los presupuestos institucionales aproba-
dos a los pliegos presupuestarios involucrados, sin demandar
recursos adicionales al Tesoro Público.

Comentario
La presente disposición transitoria puede derrumbar toda la expec-
tativa que se tiene acerca de la implementación de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo. Y decimos ello porque la norma es muy clara al señalar
que las acciones necesarias para la aplicación de la presente norma se
eicutan con cargo al presupuesto asignado al Poder |udicial, sin que
ello suponga solicitar recursos adicionales al Tesoro Público.
Si nos ponemos a indagar sobre cuál es la actual situación del
Poder )udicial, podremos darnos cuenta que se encuentra sumido
en una serie de problemas de índole económico, que afectan prin-
cipalmente al capital humano y a la infraestructura, lo que incide
directamente en el servicio. Esto es tan cierto que a lo largo del año
2010 hemos tenido muchas paralizaciones que apuntan a que se dé
solución a lo anotado.

682
DrsposrcIoNES TRANSTToRTAS

En este escenario, si se pretenden utilizar los recursos presupues-


tarios asignados al Poder |udicial solo para la implementación de la
Nueva Ley procesal del Trabajo, postergando la solución a los problemas
del personal y de infraestructura, estimamos que se agravarían aún
más estos problemas, debido a que quienes le dan vida a esta novísi-
ma normativa son precisamente los distintos trabajadores y servidores
del Poder ]udicial, quienes son el engranaje sobre el cual se asienta la
función jurisdiccional.
Consideramos que lo primero que debe atenderse son los requeri-
mientos laborales de los trabajadores, tanto en lo que respecta al tema
remunerativo como en lo que concierne a las condiciones de trabajo,
y luego de ello es que recién deberá procederse a implementar todo lo
correspondiente a la Nueva Ley Procesal del Trabajo.
Independientemente de ello, el exiguo presupuesto asignado al Poder
]udicial no es suficiente para cumplir estos objeti\¡os, creemos que el
Gobierno Central debería darle la real importancia a la administración
de justicia y, en vez de utilizar sus recursos en aspectos intrascendentes,
como, por ejemplo, el hecho de pagar millones de soles en publicidad
proselitista con la que pretende dar a conocer a los ciudadanos de sus
logrosf:ra) muchas veces exagerados, debería asignar estos recursos para
satisfacer las necesidades primarias del Poder ]udicial.
Es necesario que la Ley de Presupuesto del Sector Público para el
Año Fiscal 2011 contemple una mejora para el Poder |udicial, pues solo
de esa forma podrán cumplirse los objetivos trazados, caso contrario,
estaremos ante un nuevo fracaso de la administración de justicia ori-
ginado en la despreocupación del Gobierno Central.

[314] Para ello, bastaría la creación de una página web a donde podrían
recurrir los ciudadanos
interesados en conocer de las obras del Gobierno Central, lo que disminuiría abismalmen-
te los recursos utilizados. Casos como este se aprecian en toda la administración pública,
en donde se despilfarra el dinero en cosas sin importancia, pudiendo destinar ello a mejo-
rar la situación laboral de los trabajadores del sector público -dentro de los que incluimos
a los que prestan servicios en virtud de un contrato administrativo de servicios-, y con ello
lograr una mejor productividad y eficiencia de los servicios.

683
DISPOSICIONES
MODIFICATORIAS Y DEROGATORIAS

DISPOSICIONES
IT{ODIFICATORIAS

PRImERA.- Modifícanse los artículos 42", 5l' y la parte referida a


la competencia de los juzgados de paz letrados en materia laboral del
artículá 57" del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
|udicial, aprobado por el Decreto Supremo N' 017-93-JUS, en
los si-
guientes términos:

"Artículo 42".- Competencia de las salas laborales


Las salas laborales de las cortes superiores tienen competencia, en
primera instancia, en las materias siguientes:
a. Proceso de acción popular en materia laboral'
b. Anulación de laudo arbitral que resuelve un conflicto jurídico
de naturaleza laboral.
c. Impugnación de laudos arbitrales derivados de una negociación
colectiva.
d. Conflictos de competencia promovidos entre juzgados de trabajo
y entre estos y otros juzgados de distinta especialidad del mismo
distrito judicial.
e. Conflictos de autoridad entre los juzgados de trabajo y autori-
dades administrativas en los casos previstos por Ia ley.
f. Las demás que señale la leY'

685
Oxar Vícron Ávlros Jann

Conocen, en grado de apelación, de lo resuelto por los juzgados


especializados de trabajo i

"Artículo 51".- Competencia de los juzgados especializados de


trabajo
Losjuzgados especializados de trabajo conocen de todas las preten-
siones relativas a la protección de derechos individuales, plurales o
colectivas originadas con ocasión de las prestaciones de servicios de
carácter personal, de naturaleza laboral, formativa, cooperativista o
administrativa, sea de derecho público o privado, referidas a aspectos
sustanciales o conexos, incluso previos o posteriores a la prestación
efectiva de los servicios.
Se consideran incluidas en dicha competencia las pretensiones
relacionadas a:

a) Ei nacimiento, desarrollo y extinción de la prestación personal


de servicios; así como a los correspondientes actos jurídicos.
b) La responsabilidad por daño emergente, lucro cesante o daño
moral incurrida por cualquiera de las partes involucradas en
la prestación personal de servicios, o terceros en cuyo favor se
presta o prestó el servicio.
c) Los actos de discriminación en el acceso, ejecución y extinción
de la relación laboral.
d) El cese de los actos de hostilidad del empleador, incluidos los
actos de acoso moral y hostigamiento sexual, conforme a Ia ley
de la materia.
e) Las enfermedades profesionales y los accidentes de trabajo.
f) La impugnación de los reglamentos internos de trabajo,
g) Los conflictos vinculados a un sindicato y entre sindicatos,
\nc.\u\da su d\so\uq.ion.
h) El cumplimiento de obligaciones generadas o contraídas con
ocasión de la prestación personal de servicios exigibles a insti-
tutos, fondos, cajas u otros.
i) El cumplimiento de las prestaciones de salud y pensiones de
invalidez, a favor de los asegurados o los beneficiarios exigibles
al empleador, a las entidades prestadoras de salud o a las asegu-
radoras.

686
DIsposrcIoNES MoDIFICAToRIAS

j) El Sistema Privado de Pensiones.


k) La nulidad de cosa juzgada fraudulenta laboral.
l) Las pretensiones originadas en las prestaciones de servicios de
carácter personal, de naturaleza laboral, administrativa o de
seguridad social, de derecho público.
m) Las impugnaciones contra actuaciones de la Autoridad Admi-
nistrativa de Trabajo.
n) Los títulos ejecutivos cuando la cuantía supere las cincuenta
(50) Unidades de Referencia Procesal (URP).
o) Otros asuntos señalados por ley'l

"Artículo 57o.- Competencia de los fuzgados d,ePaz Letrados


Los |uzgados de Paz Letrados conocen:

t..1.
En materia laboral:
a) De las pretensiones atribuidas originalmente a los juzgados
especializados de trabajo, siempre que estén referidas al cum-
plimiento de obligaciones de dar no superiores a cincuenta (50)
Unidades de Referencia Procesal (URP).
b) De los títulos ejecutivos cuando la cuantía no suPere las cin-
cuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP);
c) De las liquidaciones para cobranza de aportes previsionales del
Sistema Privado de Pensiones retenidos por el empleador.
d) De los asuntos no contenciosos, sin importar la cuantía'i

SE0UllDA.- Modifícase el artículo 38' del Texto Único Ordenado


de la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondos de Pensio-
nes, aprobado por el Decreto Supremo N' 054-97-EF, en los siguientes
términos:

"Artículo 38".- Proceso de ejecución


La ejecución de los adeudos contenidos en la liquidación para co-
branza se efectúa de acuerdo al Capítulo V del Título II de la Ley

687
Oxel VÍcron Avllos Jene

Procesal del Trabajo. Para efectos de dicha ejecución, se establecen


las siguientes reglas especiales:
tt...r. l"

DISPOSICIONES DEROGATORIAS

PR¡mEnA.- Quedan derogadas las siguientes disposiciones:

a) La Ley N" 26636, Ley Procesal del Trabajo, y sus modificatorias,


la Ley N" 27021, la Ley N" 27242 y la Quinta Disposición Final
y Complementaria de la Ley N" 27942.
b) La Ley N" 8683 y el Decreto Ley N" 14404' sobre pago de sa-
larios, reintegro de remuneraciones y beneficios sociales a los
apoderados de los trabajadores.

c) LaLey N" 8930 que otorga autoridad de cosa juzgada y mérito


de ejecución a las resoluciones de los tribunales arbitrales.

d) El Decreto Ley N" 19334, sobre trámite de las reclamaciones


de los trabajadores que laboran en órganos del Estado que no
sean empresas públicas.

e) El Título iII
del Texto Único ordenado del Decreto Legislativo
N' 728, Ley de Formación y Promoción Laboral, aprobado
por el Decreto Supremo N" 002-97 -TR, sobre competencia
en los conflictos entre cooperativas de trabajo y sus socios-
trabajadores.

SE0UI|DA.- Déjase sin efecto las siguientes disposiciones:

a) El artículo 8" del Decreto Supremo N" 002-98-TR, sobre com-


petencia en las acciones indemnizatorias por discriminación.

b) El artículo 52' del Decreto Supremo N'001-96-TR que prohíbe


la acumulación de la acción indemnizatoria con la de nulidad
de despido.

688
DIsposlcroNnS DERocAToRIAS

IERCERA.- Deróganse todas las demás normas legales que se opon-


gan a la presente ley.

Comunícase al señor Presidente de la República para su promul-


gación.

En Lima, a los treinta días del mes de diciembre de dos mil nueve.
LUIS ALVA CASTRO
Presidente del Congreso de la República
MICHAEL URTECHO MEDINA
Segundo Vicepresidente del Congreso de la República
ei s¡xon pngslnrNrE coNSTITUCIoNAL DE LA REPÚBLICA
POR TANTO:
Mando se publique y cumPla.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los trece días del mes de
enero del año dos mil diez.
ALAN GARCÍA PÉREZ
Presidente Constitucional de la República
JAVIER VELÁSQUEZ QUESQUÉN
Presidente del Consejo de Ministros

689
Anrxos
Fonmro DEMANDA IABoRAL

mtrn Juzcmo nn Pu lnrruno

Formato de demanda laboral para luzgado de Paz Letrado, la que


tiene como límite máximo el pago de hasta 50 Unidades de Referencia
Procesal.

FORMATO OE DEMANDA LABORAL ANTE JUZGADO DEPA¿. LETRADO


(Hasra50URP)

Expediente
(no llena0

Sumilla Demanda de obligación


de dar suma de dinero

AL JUZGADO ESPECIALIZADO CON COMPENTENCIA EN MATERIA LABORAL:

I. DATOS DE DEMANDANTE:

Nombre completo

ll. DATOS DEL REPRESENTANTE O APODERADO (si lo hubiere):

Nombre completo DNI

DATOS DEL DEMANDADO:

Nombre completo, razón social o

Domicilio donde deberá ser notificado

693
Oxer VÍcron Av¡ros Jen¡,

tV. PETITORIO (artículo 160, inc¡so a de La Ley No 29497) solic¡to el pago de:

IV.1. CONCEPTOS Y LOS MONTOS POR CADA CONCEPTO OUE INTEGRA EL


PETITORIO:

(Ejemplo: 1. Compensación por T¡empo de Servicios: S/. 300.00; 2.


Vacaciones: S/. 2O0.00; 3. Gratificac¡ones: S/. 1OO.O0, etc.)

r s/.

2 S/.

3t I s/.
4 s/.

s s/.

Total de beneficios reclamados S/.

V. FUNDAMIENTAGIÓN FÁCTlcA: (Hechos que fundamentan el petitor¡o)

V,I. DATOS DE LA RELACIÓI.¡ LNAONRL:

Fecha de ingreso: f--7-- | I Fecha de cese: 7 / -t

Motivo de cese:
-l

Última remunerac.¡on [-------l Tipo de Remuneración:


(fija, a comisión, a destajo)

V.2 JUSTIFICACIÓN DEL CONTENIDO DEL PETITORIO

Vl. víA PROcEDIMENTAL: proceso ordinario

Vll. MEDIOS PROBATORIOS: (articulo 21o de la Ley No 29497)

Oetallar todos los medios probatorios que sustentan el petitorio; datos de los
poderes de representac¡ón, en su caso, y número del Documento Nacional de
ldentidad (DNl).

694
Fon¡aeto DEMANDA LABORAL eNrE Juzceno pn P¡z Lr,rn¡.no

vlll. ANExos
Los medios probatorios que consistan en documentos, se deberán acompañar al
formulario de demanda necesariamente como anexos, incluyendo en forma
obligatoria copia del Documento Nacional de ldentidad y cop¡a del documento
que acredite la representación o poder (si lo hubiere)

2 -

69s
Oxer VÍcron Ávnlos Jnn¡

IX. MOTIVOS POR LOS CUALES SOLICITA LA COMPARECENCIA SIN ABOGADO


(para las causas cuya cuantía supere los 10 U.R.P. hasta las 50 U.R.P.)

X. FIRMA DEL DEMANDANTE

, _de de 20_

696
Fonu¡ro DEMANDA rABoru
mvrn Juzcmo EspncnuzADo
Formato de demanda laboral para luzgado Especializado, la que
comprende un valor mínimo desde 50 unidades de Referencia procesal
hasta 70 Unidades de Referencia Procesal.

FORMATO DE DEMANDA LABORAL ANTE JUZGADO ESPECIALIZADO


CON COMPETENCIA EN MATERIA LABORAL

(Más de 50 U R P. hasta 70 U R.P.)

Expediente
(no llenar)

Sumilla : Demanda de obligación


de dar suma de dinero

AL JUZGADO ESPECIALIZADO CON COMPENTENCIA EN MATERIA LABORAL:

I, DATOS DE DEMANDANTE:

Nombre completo DNI

Domicilio real Domicilio legal

il. DATOS DEL REPRESENTANTE O APODER,ADO (si to hubiere):

III, DATOS DEL DEMANDADO:

697
Ox¡t- VÍcron Áveros )nn¡,

lV. PETITORIO (artículo 16o, inciso a de La Ley No 29497) solicito el pago de:

IV.1. CONCEPTOS Y LOS MONTOS POR CADA CONCEPTO QUE INTEGRA EL


PETITORIO:

(Ejemplo: 1. Compensación por Tiempo de Servicios: S/. 15,000.00; 2.


Vacaciones: S/. 6,000.00; 3. Gratificaciones: S/. 1,000.00, etc.)

1 S/.

2 S/.

3 S/.

4l I sr. [-- -l
5 S/.

Total de beneficios reclamados S/.

V. FUNDAMIENTACIÓN FÁCTICA: (hechos que fundamentan el petitorio)

V.I. DATOS DE LA RELACIÓN LABORAL:

Fecha de ingreso: i--- I I ---]| Fecha de cese: a--T--1-l


Motivo de cese: l-----=l Cargo desempeñado:

Út¡ma remuneración [------l T¡po de remuneración:


(fija, a comisión, a destajo)

V.2 JUSTIFICACIÓN DEL CONTENf DO DEL PETITORIO.

Vl. VIA PROCEDIMENTAL: proceso ordinario

698
7

FoRl,Inro DEMANDA LABoRAL ¡,f¡rs Juzcnoo Espncleltzeoo

Vll. MEDIOS PROBATORIOS: (artículo 21o de la Ley No 29497)

Detallar todos los medios probatorios que sustentan el petitorio; datos de los
poderes de representación, en su caso, y número del Documento Nacional de
ldentidad (DNl).

VIII. ANEXOS:

Los medios probatorios que consistan en documentos, se deberán acompañar al


formulario de demanda necesariamente como anexos, incluyendo en forma
obligatoria copia del Documento Nacional de ldentidad y copia del documento
que acredite la representación o poder (si lo hubiere)

699
Ox¡r VÍcron Avalos Jen¡

IX. MOTIVOS POR LOS CUALES SOLICITA LA COMPARECENCIA SIN ABOGADO


(para las causas cuya cuantia supere las 50 U R.P. hasta las 70 U.R.P.)

X. FIRMA DEL DEMANDANTE

de de 20

700
TIUJOGRAMAS DB rOS PROCESOS
RECOGIDOS EN tA NUEVA tEY
PROCESAT DEr TRABAIO
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TEXTO SUMILIADO DE tA
LEY PROCESAT DEt TRABAJO Y
NriEvA tEY PROCESAT DEt TRABAIO
LEY N' 26636
tEY PROCESAI, DEt TRABAJO
(El Peruano,24 de junio de 1996)

Nota: si bien es cíerto que la Ley No 29497, Nueva Ley Procesal del
Trabajo, ha dispuesto en su Primera Disposición Derogatoria que una
vez entrada en vigencia, esto es el 15 de junio de 2010, quedaba de-
rogada la Ley No 26636, no es menos cierto que el segundo párrafo
de la Novena DisposÍción Complementaria establece también que la
nueva Ley Procesal del Trabajo será aplicable progresivamente en los
distintos distritos judiciales del país; de manera que mientras no se
disponga su aplicación en determinadas jurisdicciones se mantendrá
vigente Ia Ley N" 26636.

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso de la República ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPUBLICA;
Ha dado la ley siguiente:

LEY PROCESAL DEL TRABAJO

TÍTULO PRELIMINAR

Artículo l.- El proceso laboral se inspira, entre otros, en los principios


de inmediación, concentración, celeridad y veracidad.

7TT
Ox¡.r VÍcron Áv¡,ros Jen¡

Las audiencias y actuación de los medios probatorios se realizan


ante el Juez, siendo indelegables bajo sanción de nulidad.
El proceso se realiza procurando que su desarrollo ocurra en el
menor número de actos procesales. El Juez podrá reducir su número sin
afectar la obligatoriedad de los actos que aseguren el debido proceso.
El Juez dirige e impulsa el proceso para lograr una pronta y eficaz
solución de las controversias que conoce.
Doctrina:
"Los principios del Derecho procesal del trabajo poseen sus propias
características y funciones dentro del Derecho laboral: sustantividad
propia en razón de su generalidad y obedecen a la inspiración de
la justicia social, que es la razón de ser desde su nacimiento; de ahí
que busquen favorecer al trabajador. Y se vinculan con cada institu-
ción procesal en una determinada realidad social, en donde actúan
o deben actuar, ampliando o restringiendo el criterio de aplicación.
Por ello es la necesidad de una autonomía dogmática a través de sus
principios propios y autonomía normativa, que permitan construir un
sistema del Derecho procesal del trabajo. En tanto que un sistema
denota una relación de coherencia entre los principios y las normas
que la componen" (G¡uenRn VflcHrz, Leopoldo, "Principios del Derecho
procesal del trabajo", en Aportes para Ia reforma del proceso laboral
peruano, SPDTSS, Lima, 2005, p. 26).
"Principio de inmediación:1...). Por la inmediación laboral, todo acto
procesal que implique convocatoria del juzgado a las partes, y cuyo
desarrollo signifique la interacción presencial de los sujetos procesa-
les, requiere de la participación equilibrante y personal del juez de la
causa, quien no solo debe limitarse a tomar contacto con las partes
y sus posiciones, sino que, en virtud de la participación obligatoria
y directa, debe procurar acercarse a los verdaderos intereses de los
justiciables que en más de las veces se hallan sepultados por debajo
de estrategias y posturas que ocasionalmente enturbian la solución del
conflicto. Principio de concentraclón:1...1. Bajo esta premisa es posible
entender que existirán procesos en los cuales (con mayor probabi-
lidad que en otros) el magistrado pueda disponer la acumulación o
integración de actos procesales, concentrándolos por ejemplo en
una sola actuación, siempre con la finalidad de que su desarrollo se
produzca en menos ocasiones de las previstas, observando inexora-
blemente que estas medidas concentradoras no signifiquen la lesión
del debido proceso, pues es perfectamente sabido que la eventual

712
LEv Pnocrser pEL TReselo

inobservancia de la formalidad en los actos procesales podría acarrear


su declaratoria de nulidad, máxime cuando determinada forma tiene
carácter obligatorio. Principio de celeridad: [...]. Queda claro que a la
luz del principio de celeridad, el sistema judicial peruano, en materia
de trabajo, busca rapidez en el trámite y eficacia en las decisiones.
A nuestro modesto criterio, resulta tan importante la prontitud en el
fallo como la solidez del mismo. Nótese que en todo proceso judicial
subyace un conflicto (controversia), la cual implica la existencia de
una incertidumbre jurídica que se disipa solo por el mérito de una
decisión correcta proveniente del órgano competente. Principio de
veracidad'. también conocido como principio de lealtad procesal. Por
la veracidad se asume que las partes deben de conducirse con ape-
go a la verdad en los actos procesales en que intervienen y aportar
todos los medios de prueba que puedan contribuir a esclarecer los
hechos controvertidos, debiendo incluso de recurrir a los medios
impugnatorios solo en aquellos casos en que efectivamente estimen
que los actos jurisdiccionales (resoluciones) son contrarios alderecho.
IFinalmente], hemos dicho que el Título Preliminar de la Ley Procesal
del Trabajo deja abierta la posibilidad de que otros principios también
puedan regir la actividad procesal en materia de procesos laborales.
Muy a pesar de todo lo mencionado, los únicos principios vecinos a
los que hemos analizado se encuentran contenidos en el Título Pre-
liminar del Código Procesal Civil, sin embargo su eventual aplicación
no responde a la tan recurrida supletoriedad procesal, sino mas bien
a la integración de la normas legales en caso de'vacíos', acudiendo
a los principios que inspiran el Derecho procesal peruano" (Cu¡ac¡
Puerur¡ o¡ l¡ VEcR, Gloria y Lró¡l Cunncn, Felix, Epítome teórico de Derecho
procesallaboral, Grijley, Lima, 2008, pp. 36-38).

Artículo ll.- El Juez, en caso de duda insalvable sobre los diversos


sentidos de una norma o cuando existan varias normas aplicables a un
caso concreto, deberá interpretar o aplicar la norma que favorezca al
trabajador.
Doctrina:
"Así, lo primero que plantea el artículo ll, es la posibilidad de que una
norma jurídica dé lugar a diversos 'sentidos'sobre sÍ. Al respecto es
necesario comprender que el formato 'códice' de una norma legal,
es el idioma en el cual se redacta, en el caso peruano, las leyes que
se conciben y redactan en idioma español; no obstante, la riqueza
gramatical y sintáctica del idioma hace de la construcción de dis-
posiciones todo un universo que en efecto puede generar diversos

7t3
Ox¡l Vícron Ávelos Jene

sentidos sobre una misma idea. En resumidas cuentas, frente a un


dispositivo legal de cuya presentación (redacción) pudieran derivarse
sentidos diversos, es labor de los operadores jurisdiccionales interpre-
tarla, con la finalidad de hallar su sentido correcto. Lo mencionado
constituye el ejercicio regular de la interpretación, pues sin ánimo
eufemístico 'cualquier norma' puede ser interpretada; no obstante,
existe una segunda eventualidad que la norma procesal (concor-
dante con el texto constitucional) presenta bajo la nomenclatura
de 'duda insalvable'; por tanto en materia laboral y únicamente en
aquellos casos de concurrencia de diversos sentidos ¡nterpretativos
que generen tal nivel de duda (que no pueda ser superado con el
auxilio de los métodos consabidos de interpretación), dará lugar a la
preferencia de aquel que resulte favorable al interés del trabajador,
lo que significa que en todos los demás casos, la interpretación de
las normas laborales debe realizarse en forma similar a la efectuada
en las demás especialidades (sin reparar en la favorabilidad a una
u otra parte en conflicto). En lo concerniente a la eventualidad de
que concurran varias normas aplicables a un mismo caso, la fórmula
procesal resulta mucho más sencilla, pues acoge el planteamiento
de la aplicación de la norma que resulte más favorable. En si, como
señala Fernando Villasmil, 'un mandato general e imperativo, otor-
gado al juez de trabajo para resolver los casos de conflicto entre
dos o más disposiciones legales, reglameñtarias o contractuales,
mediante el suministro de aquella que más favorezca y proteja el
interés del trabajador, independientemente de su naturaleza, origen
o ubicación jerárquica. Así, la colisión puede surgir entre una norma
sustantiva y una norma adjetiva; entre una norrna legal y una norma
reglamentaria; entre la ley y el contrato; o entre las estipulaciones
de un contrato individual de trabajo y un contrato colectivo de
trabajo; pero en cualquier caso el juez deberá resolver la colisión
aplicando las disposición que mayores ventajas o derechos otorga
a los trabajadores"' (Lróru CH¡nc¡, Felix, "Comentarios exegéticos al
Título Preliminar de la Ley Procesal del Trabajo", en JuS Doctrino &
Próctica, No 7, Lima, 2008, pp. 366-367).

Artículo lll.- debe velar por el respeto del carácter irrenun-


El Juez
ciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la Ley.
Doctrina:
"El principio de irrenunciabilidad de derechos puede ser entendido
como la prohibición para no desprenderse de ciertos derechos bajo
determinados parámetros. Supone la negación a la validez de todo

714
Lpv Pnoc¡ser nnr Tne¡elo

acto de disposición que efectúe el trabajador con respecto a sus


derechos reconocidos por normas imperativas, constituyéndose como
una restricción a la autonomía de la voluntad de las partes, quedando
justificado esto en la desigualdad existente entre las partes de la re-
lación de trabajo" (Avrr-os Jnn¡, Oxal Víctor, Precedentes de observancia
obligatoria y vinculantes en materia laboral. Comentarios anólisis y crítica
a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicio de Ia República y del
TribunalConstitucional Jurista Editores, Lima, 2010, p. 82).
Jurisprudencia:
"El principio de irrenunciabilidad de derechos prohibe los actos de
disposición del trabajador, como titular de un derecho, que está
sujeto al ámbito de las normas taxativas que, por tales, son de orden
público y con vocación tuitiva a la parte más débil de la relación
laboral. t...1. La irrenunciabilidad solo alcanza a aquellos derechos
reconocidos por la Constitución y la ley; no cubre, pues, a aquellos
proven¡entes de la convención colectiva de trabajo o la costumbre.
[...]. La irrenunciabilidad de los derechos laborales proviene y se
sujeta al ámbito de las normas taxativas que, por tales, son de orden
público y con vocación tuitiva a la parte más débil de la relación la-
boral. [L]a norma taxativa es aquella que ordena y dispone s¡n tomar
en cuenta la voluntad de los sujetos de la relación laboral. En ese
ámbito, el trabajador no puede'despojarse', permutar o renunciar a
los beneficios, facultades o atribuciones que le concede la norma"
(Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No
0008-2005-Pl/Tc).
"La irrenunciabilidad tiene por objetivo proscribir que el trabajador
renuncie a sus derechos laborales reconocidos por la Constitución y
leyes vigentes en su propio perjuicio, en aras de resguardar sus inte-
reses en la relación laboral, dado que al trabajador se le considera la
'parte débil'de la relación laboral. [...]. El hecho de que se produzca
una sucesión normativa en materia laboral no puede ser considerado
como una vulneración del principio de irrenunciabilidad de derechos
en materia laboral, pues dicho principio tiene por finalidad evitar que
el trabajador renuncie a sus derechos laborales reconocidos por la
Constitución y la ley" (Sentencia del Tribunal Constitucional recaída
en el Expediente No 0008-2008-P|/TC).

715
Oxnr VÍcron Áveros |,r.ne

SECCIÓN PRIMERA
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA

TÍTULO I
JURISDTCC¡ÓN

Artícuf o 1o.- Potestad jurisdiccional


La potestad jurisdiccional del Estado en materia laboral se ejerce por
los órganos judiciales que contempla la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Nota del editor: no es correcto hablar de una jurisdicción laboral,
ya que la jurisdicción es el poder y deber del Estado para resolver
conflictos intersubjetivos; por ende nada tiene que ver esta con la
materia de un litigio específico. El término acertado es el de com-
petencia laboral, la cual se encuentra enumerada y clasificada en la
Ley Procesal del Trabajo.

TÍTULO II
COMPETENCIA

CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo determinación de la competencia


2o.- Formas de
La competencia se determina por razón de territorio, materia, fun-
ción y cuantía.

Artículo por razón de territorio


3o.- Competencia
Por razón del territorio y a elección del demandante, es Juez com-
petente el del lugar donde se encuentra:
1. El centro de trabajo en el que se haya desarrollado la relación
laboral.
2. El domicilio principal del empleador.
Jurisprudencia:
"[D]e la revisión de los actuados se advierte que los jueces peruanos
han sometido a su jurisdicción la demanda sobre pago de beneficios

716
LEy Pnoc¡s¡l orr Tnane¡o

sociales interpuesta por la accionante sin tener en cuenta la figura


jurídica de la inmunidad jurisdiccional y la competencia del órgano
judicial tratándose de legaciones diplomáticas. El Consulado de
Colombia en el Perú en virtud de la Convención de La Habana de
1928 sobre Derechos y Deberes de los Funcionarios Diplomáticos,
la Convención de Viena de 196i sobre Relaciones Diplomáticas, la
Convención de Viena de 1963 y la Convención de Viena de 1969
(convenciones ratificadas por el Perú y vigentes) tiene inmunidad
jurisdiccional y administrativa, sin hacer distingos si se trate de ma-
teria penal, civil u otro, lo que implica que también comprende a la
materia laboral; consecuentemente, por el principio de inmunidad,
no puede ser sometido a una jurisdicción distinta a la establecida en
las referidas normas internacionales ni a un procedimiento distinto
al señalado para ventilar la pretensión demandada" (Casación No
433-2005-Loreto, E/ Peruano,3l de octubre de 2006).

Artículo 4o,- Competencia por razón de Ia materia


La Competencia por razón de la materia se regula por la naturaleza
de la pretensión y en especial de las siguientes normas:
1. Las Salas Laborales de la Corte Superior conocen de las preten-
siones en materia de:
a. Acción popular en materia laboral.
b. lmpugnación de laudos arbitrales emanados de una nego-
ciación colectiva.
c. Acción contencioso administrativa en materia laboral y se-
guridad social.
d. Conflictos de competencia promovidos entre juzgados de
trabajo y entre estos y otros juzgados de distinta especialidad
del mismo distrito judicial.
e. Conflictos de autoridad entre los juzgados de trabajo y au-
toridades administrativas en los casos previstos por la Ley.
f. Las quejas de derecho por denegatoria de recurso de ape-
lación.
g. La homologación de conciliaciones privadas.
h. Las demás que señala la Ley.

717
Oxer VÍcron Avnros Jen,r

2. Los Juzgados de Trabajo conocen de las pretensÍones lndívíduales


o colectivas por conflictos jurídicos sobre:
a. lmpugnación del despido.
b. Cese de actos de hostilidad del empleador, incluidos los actos
de hostigamiento sexual, conforme a la ley sobre la mater¡a.
c. lncumplimiento de disposiciones y normas laborales cual-
quiera fuera su naturaleza.
d. Pago de remuneraciones y beneficios económicos, siempre
que excedan de 10 (diez) URP.
e. Ejecución de resoluciones administrativas, sentencias emitidas
por las Salas Laborales, laudos arbitrales firmes que ponen
fin a conflictos jurídicos o títulos de otra índole que la Ley
señale.
f. Actuación de prueba anticipada sobre derechos de carácter
laboral.
g. lmpugnación de actas de conciliación celebradas ante las
autoridades ad mi nistrativas de trabajo, reglamentos internos
de trabajo, estatutos sindicales.
h. Entrega, cancelación o redención de certificados, pólizas,
acciones y demás documentos que contengan derechos o
beneficios laborales.
i. Conflictos intra e intersindicales.
j. lndemnización por daños y perjuicios derivados de la comisión
de falta grave que causa perjuicio económico al empleador,
incumplimiento del contrato y normas laborales cualquiera
fuera su naturaleza por parte de los trabajadores.
k. Los demás que no sean de competencia de los juzgados de
paz letrados y los que la Ley señale.
3. Los Juzgados de Paz Letrados conocen las pretensiones indivi-
duales sobre:
a. Pago de remuneraciones, compensaciones y derechos simila-
res que sean de obligación del empleador y tengan expresión
monetaria líquida hasta un máximo de 10 (diez) URP.

718
Lry PRocsser nEr Tneselo

b. lmpugnación de las sanciones disciplinarias impuestas por el


empleador durante la vigencia de la relación laboral.
c. Reconocimiento de los derechos comprendídos en el ré9imen
de trabajo del hogar, cualquiera que fuere su cuantía.
d. Materia relativa al Sistema Privado de Pensiones, incluida la
cobranza de aportes previsionales retenidos por el empleador'

e. Las demás que la Ley señale.

Jurisprudencia:
"[Lja competencia por razón de la materia es indelegable conforme
establece el artículo 7o del Código Procesal Civil, por lo que, al
haberse tramitado el proceso ante órgano judicial incompetente
se ha incurrido en contravención a las normas que garantizan el
derecho al debido proceso previsto en el artículo 189o, inciso 3
de la Constitución Política del Estado; pues efectivamente, el ar-
tÍculo 35o del Código Procesal Civil, establece enfáticamente que
la incompetencia por razón de Ia materia se declara de oficio en
cualquier estado y grado del proceso; en consecuencia, dentro del
marco constitucional descrito, el vicio por incompetencia resulta
de tal trascendencia que el órgano jurisdiccional al advertir su exis-
tencia no debe realizar nuevas actuaciones procesales sino cumplir
inmediatamente el mandato legal" (Casación N" 1440-2004-Lima, E/
Peruano,2 de mayo de 2006).
"[A]sí en aplicación de lo dispuesto por el numeral 2 del artículo 4o
de la Ley Procesal del Trabajo solo corresponde en esta vía analizar
y dilucidar las pretensiones reclamadas por el periodo comprendido
entre el 2 de noviembre de 1996 hasta la fecha de cese del actor,
habida cuenta que aquellas que involucran el periodo comprendido
desde su fecha de ingreso hasta el I de noviembre de 1996 se derivan
de la existencia de un supuesto contrato de trabajo adscrito al ámbito
laboral de la actividad pública que merece dilucidarse en la vía con-
tencioso administrativa, previo agotamiento de la vía administrativa
que se constituye en presupuesto y requisito indispensable para la
procedencia de tal acción" (Casación N" 1507-2004-Lima, E/ Peruano,
31 de octubre de 2006).
"[C]abe concluir que la presente acción no es de naturaleza laboral
sino de naturaleza civil, toda vez que, la asignación objeto de la
demanda fue establecida por el Estatuto de la Federación Nacional
de Pescadores a favor de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional

719
Oxer VÍcron Ávnros fanr,

que ejercen la representación, donde entre estos y la Federación


no existe relación laboral, razón por la cual, los órganos judiciales
especializados en lo Laboral carecen de competencia para conocer
y resolver esta controversia [...] por lo que, corresponde declarar la
nulidad de lo actuado en el proceso de conformidad con el artículo
184", inciso cinco del Texto único Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y el artículo 35o del Código Procesal Civil, normas
de desarrollo constitucional respecto del principio del juez natural,
contenido en el artículo 139o, inciso 3 de la Constitución Política
del Estado" (Casación N" 1440-2004-Lima, El Peruano, 2 de mayo
de 2006).
"[S]e ha aplícado indebidamente el artículo 1321o del Código
Civil, toda vez, que los daños y perjuicios ocasionados a la or-
ganización sindical, son de naturaleza laboral por derivarse del
incumplimiento y/o viotación de obtigaciones contractuates del
empleador y es de competencia de los juzgados laborales, con-
forme lo precisa el Acuerdo N. 5 del Pleno Jurisdiccional Laboral
de 2000" (Casación N" 953-2004-Tacna-Moquegua, El Peruano, 1

de agosto de 2006).
"[L]a conexión entre los eventuales actos y omisiones de los de-
mandados con los supuestos daños sufridos al actor, constituye
un tema estr¡ctamente civil, siendo los hechos jurídicos relevantes
distintos a los que se encuentran en los supuestos antes anotados,
lo que permite determinar la existencia de una responsabilidad
extracontractual y no contractual como es la propuesta en autos
[...]. En consecuencia, el presente caso de autos no está referido a
la indemnización por daños y perjuicios derivados de la comisión
de falta grave que cause perjuicio económico al empleador, o el
incumplimiento del contrato y de las normas laborales cualquiera
fuere su naturaleza que haya sido infringida por parte de los de-
mandados [...] estando a lo anteriormente expuesto, el recurso de
casación interpuesto por la entidad, deviene en infundado al no
resultar de aplicación la norma denunciada al caso de autos, al no
ser de índole contractual, en donde tampoco se podría establecer
la existencia de la causal de contravención al debido proceso o la
infracción de las formas esenciales" (Casación No 1865-2003-Lima,
El Peruano, l de agosto de 2006).

720
LEv Pnoc¡s¿.r prr TReseJo

Artículo por razón de función


5o.- Competencia
Son competentes para conocer por razón de la función:
1. La Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema:
a. Del recurso de casación en materia laboral.
b. Del recurso de apelación de las resoluciones pronunciadas
por las Salas Laborales en primera instancia.
c. De los conflictos de competencia entre juzgados laborales
de distinto distrito judicial.
2. Las Salas Laborales o mixtas de las Cortes Superiores, del recurso
de apelación contra las resoluciones expedidas por los Juzgados
de Trabajo.
3. Los Juzgados Especializados de Trabajo, del recurso de apela-
ción contra las resoluciones expedidas por los Juzgados de Paz
Letrados en materia laboral.

Artículo por razón de la cuantía


60.- Competencia
La competencia por razón de cuantía se determina con sujeción a
las siguientes reglas:

1. Elvalor económico de la pretensión es el que resulta de la suma


de todos los extremos que contenga la demanda, en la forma
en que hayan sido liquidados por el demandante.
2. El valor comprende solo la deuda principal de cada extremo, no
así los intereses, costas, costos ni conceptos que se devenguen
en el futuro.

CAPfTULO tI
CUESTIONAMIENTO DE LA COMPETENCIA

Artículo 7",- Cuestionamiento de la competencia


La incompetencia por razón de materia, función o cuantía puede
declararse de oficio. También puede deducirse como excepción por la
parte demandada en la oportunidad debida.

721
Oxnr VÍcron Áv¡,ros Jen,r

SECCIÓN 5EGUNDA
COMPARECENCIA AL PROCESO Y ACUMULACIÓN

TITULO I

CAPÍTULO I

COMPARECENCIA AL PROCESO

Artículo 8",'Capacidad para ser parte material de un proceso


Tiene capacidad para ser parte material en un proceso toda persona
natural o jurídica, órgano o institución, sociedad conyugal, sucesión indivisa
y otras formas de patrimonio autónomo, y en general toda persona que
tenga o haya tenido la condición de trabajador o empleador.

Artículo 9".- Capacidad de las organizaciones sindicales


Las organizaciones sindicales y asociativas constituidas y reconocidas
de acuerdo a ley, tienen legitimación para la defensa de los derechos
colectivos que les son proPios.
Artículo 1O".- ComParecencia
Las partes deben comparecer por sí mismas. Pueden conferir su
representación a persona civilmente capaz, mediante poder extendido
con las formalidades que la ley permite.
Los trabajadores menores de edad podrán comparecer por sí mis-
mos conforme a las disposiciones vigentes sobre la materia, debiendo
ser asistidos por la defensa gratuita que se les provea conforme a Ley,
en caso de carecer de ella.
Los trabajadores pueden conferir su representación en los conflic-
tos jurídicos individuales a las organizaciones sindicales de las que son
miembros.
La comparecencia de las organizaciones sindicales se efectivizará a
través de sus representantes legales quienes deberán acreditar su condi-
ción con la copia del acta de designación correspondiente.

Artículo 11".- Patrocinio por abogado


obligatorio el patrocinio por abogado, salvo exoneración expresa
Es
que conceda la Ley.

722
Lsv PRocnser o¡r TR¡,seIo

CAPÍTULO II
ACUMULACIÓN

Artículo 12".- Acumuloción obietiva


Hay acumulación objetiva cuando las pretensiones o extremos de
la demanda correspondan al mismo titular del derecho y sean de com-
petencia del mismo Juez.
Jurisprudencia:
"[E]l autor, al haber propuesto en forma acumulativa originaria su-
bordinada la pretensión de nulidad de despido a fin que se ordene
su reincorporación a su empleo con e[ pago de las remuneraciones
devengadas y solo en el caso que no se le acoja la pretensión de
pago de indemnización por despido arbitrario, la Sala Laboral en
cautela de la garantía de la pluralidad de instancias reconocido como
principio y derecho de la función jurisdiccional por el inciso sexto del
artículo l39o de la Constitución Política del Estado, reenviar los autos
al Juez de la causa a fin que se pronuncie respecto a la pretensión
subordinada (indemnización por despido arbitrario) en proporción a
los términos de su decisión desestimatoria de la pretensión principal
(nulidad de despido); pues lo contrario importaría irrogarse la calidad
de instancia de mérito única y definitiva en relación a la pretensión
de pago de indemnización por despido arbitrario" (Casación No 1059-
2006-Lima, El Peruano, 1 de octubre de 2007).

Artículo 13".- Acumulación subietiva


Hay acumulación subjetiva cuando una pluralidad de demandantes
interponen una sola demanda fundamentada en los mismos hechos o en
títulos conexos que requieren un pronunciamiento común o uniforme.
El Juez puede ordenar la desacumulación cuando se afecte el principio
de economía procesal por razón de tiempo, gasto o esfuerzo humano.
Es requisito de admisibilidad de la demanda que se designe entre
los demandantes un apoderado común que los represente y un domicilio
procesal único donde se efectúen las notificaciones.

Artícuf o 140.- Acumulación sucesiva


El Juez, de oficio o a pedido de parte, puede ordenar la acumula-
ción sucesiva de procesos cuando las pretensiones reclamadas reúnen las

723
Oxal Vícron Áveros Inn¡

características señaladas en el artículo anterior. Solo procede hasta antes


que cualquiera de los procesos sea sentenciado.

SECCIÓN TERCERA
POSTULACIÓN DEL PROCESO

TÍTULO I

CAPITULO I
DEMANDA Y EMPLAZAMIENTO

Artículo 15",- Requisitos de Ia demanda


La demanda se presenta por escrito y debe cumplir los siguientes
requisitos:
1. La designación del .Juez ante quien se interpone.

2. El nombre o denominación, datos de identidad, dirección domi-


ciliaria y domicilio procesal del demandante o el de su represen-
tante, si no pudiera comparecer o no comparece por sí mismo.
3. El nombre o denominación de la persona natural o jurídica
demandada, con indicación de la dirección domiciliaria donde
debe ser notificada.
4. La situación laboral del demandante, si es un trabajador indi-
vidual, con indicación del tiempo de servicios, función o cargo
desempeñados y la última remuneración percibida.
5. La determinación clara y concreta del petitorio contenido, con
indicación de montos cuando los derechos tenga naturaleza
económica o expresión monetaria.
6. La enumeración de los hechos y los fundamentos jurídicos de
la pretensión.
7. Los medios probatorios.
8. La firma del demandante, su representante legal o su apode-
rado y del abogado patrocinante. En caso que el demandante
sea analfabeto, certificará su huella digital ante el Secretario de
Juzgado.

724
LEy Pnocnser onr Tneselo

Jurisprudencia:
"[D]ada su condición de pieza fundamental dentro de la estructura
del proceso, en el escrito de demanda se debe indicar clara e inequí-
vocamente el contenido y alcances de sus pretensiones, pues solo
así la actividad probatoria justificará su propósito y fines, más aun
cuando en función de ellas el juzgador deberá en su momento emitir
el fallo respectivo, declarando el derecho invocado por las partes,
pues la demanda supone la pretensión motivo del ejercicio de una
acción judicial. Por esta razón es que el inciso 5 del artículo 150 de la
Ley Procesal del Trabajo dispone, imperativamente, que la demanda
indique clara y concretamente el petitorio, porque si dicho requisito
se cumple defectuosamente, obviamente se afectará la integridad
del proceso y su resultado" (Casación N' 335-2005-Callao, El Peruono,
31 de julio de 2006).
"[E]l petitorio así formulado, es deficiente y confuso, ya que la de-
terminación de la pretensión efectuada por el actor está referida en
forma conjunta a dos acciones judiciales: despido nulo y despido
arbitrario, que de conformidad con el artículo 42. del Reglamento de
la Ley de Fomento del Empleo, aprobado por el Decreto Supremo No
001-96- TR, su ejercicio es excluyente, toda vez que responden a un
hecho generador distinto, en el primer caso, a causales de nulidad,
y, en el segundo, a hechos relacionados con la conducta o capacidad
del trabajador, fijados en la ley para ambas acciones" (Casación No
582-2003-Apurímac, El Peruano,3 de enero de 2005).

Artículo 160,- Anexos de la demanda


A la demanda deberá acompañarse:
1. Copia legible del documento de identidad del demandante o en
su caso, el del representante.
2. Copia del documento que contiene el poder para iniciar el pro-
ceso cuando se actúe por apoderado.
3. Copia del documento que acredite la representación legal del
demandante, si se trata de personas jurídicas o naturales que no
pueden comparecer por sí mismas. Tratándose de organizaciones
sindicales, se estará a lo previsto en el artículo 10o de esta Ley.
4. Todos los medios probatorios destinados a sustentar el petito-
rio. Se adjuntará por separado, a este efecto, pliego cerrado de

725
Oxlr Vícron Áveros J,qn.c

posiciones, interrogatorio para cada uno de los testigos y pliego


abierto especificando los puntos sobre los que versará el dicta-
men pericial, de ser el caso.

Artículo 17",- Inadmisibilidad de la demando


La demanda presentada sin los requisitos o anexos antes señalados
será admitida provisionalmente, pero no tramitada, debiendo el Juez in-
dicar con claridad los que se hayan omitido para que sean presentados
en un plazo de hasta cinco días, vencido el cual, sin haber satisfecho el
requerimiento, se tiene por no presentada, ordenándose su archivamiento
y la devolución de los recaudos.

Artículo 18".- Improcedencia de Ia demanda


ElJuez declara la improcedencia de la demanda mediante resolución
especialmente fundamentada, cuando no reúna los requisitos de proce-
dibilidad señalados en esta Ley y en el Código Procesal Civil.

Artículo 19".- Traslado de la demonda


Si el Juez califica la demanda positivamente, tendrá por ofrecidos los
medios probatorios, corriendo traslado al demandado para que comparez-
ca al proceso y conteste la demanda en el plazo fijado para cada proceso.

Artículo Emplazamiento del demandado


2Oo.-
El emplazamiento del demandado se realiza por medio de cédula que
se entrega en su domicilio real, en forma personal si es persona natural
o a través de sus representantes o dependientes, si es persona jurídica,
haciendo constar con su firma el día y hora del acto.

CAPÍTULO II
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA,
EXCEPCIONES Y REBELDÍA

Artículo 21",- Contestación de la demanda


La demanda se contesta por escrito. El demandado debe:
1. Observar los requisitos previstos para la demanda en lo que
corresponda.

726
Lsv Pnoc¡ser onr TResnJo

2. Exponer los hechos en que funda su defensa en forma precisa,


ordenada y clara, contradiciendo cada una de las pretensiones
expuestas o allanándose a las mismas, de ser el caso.
3. Proponer la compensación de los créditos exigibles al deman-
dante, de ser el caso.
4. Ofrecer los medios probatorios.
5. Proponer o deducir las oposiciones o tachas contra los medios
probatorios ofrecidos por el demandante, así como el reconoci-
miento o negación de los documentos que se le atribuyen.
6. lncluir su firma o la de su representante o apoderado y la del
abogado patrocinante. En caso que el demandado sea analfabeto,
deberá certificar su huella digital ante el secretario deljuzgado.
En el caso de las personas jurídicas que cuenten con más de un
representante con facultades suficientes, al apersonarse al proceso
deberán indicarlo a fin de que cualquiera de ellos pueda asistir
a la audiencia.

Artículo 22o.- Anexos de Ia contestación


A la contestación se acompañan los mismos anexos exigidos para la
demanda en el artículo 16o de esta Ley, en lo que corresponda.

Artículo 23o.- Excepciones


La excepción de transacción será apreciada por elJuez, atendiendo al
principio de irrenunciabilidad de derechos y las circunstancias que rodean
dicha transacción. Lo resuelto por el Juez no implica prejuzgamiento.
Lo resuelto en un litigio en el que es parte un sindicato produce
los efectos de la cosa juzgada para todos aquellos a los que representó.

Artículo 24o.- Rebeldía


Si transcurrido el plazo para contestar la demanda, el demandado
no lo hace, incurre en rebeldía. Esta declaración causa presunción legal
relativa sobre la verdad de los hechos expuestos en la demanda, salvo
que habiendo varios emplazados en forma solidaria alguno conteste
la demanda o cuando el Juez declare en resolución motivada que no
le producen convicción. El rebelde puede incorporarse al proceso para

727
Oxer VÍcron Ávaros |exe

continuar con este en el estado en que se encuentre, pagando una multa


equivalente a dos (2) URP.

TITULO II
ACTIVIDAD PROCESAL

CAPÍTULO I
MEDIOS PROBATORIOS

Suec¡plruLo I
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 25",- Finalidad


Los medios probatorios en el proceso laboral tienen por finalidad
acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez
respecto de los hechos controvertidos y fundamentar sus decisiones.
Es admisible todo medio probatorio que sirva a la formación de la
convicción deljuez, siempre que no esté expresamente prohibido ni sea
contrario al orden público o a la moral.

Artículo 26o.- Oportunidad


Los medios probatorios deben ser ofrecidos por las partes en los
actos postulatorios, salvo disposición legal distinta.
Jurisprudencia:
"[D]el examen de los actuados procesales, aparece que el demandante
efectúa un ofrecimiento de pruebas en acto posterior a la presentación
de su demanda; acto procesal que ha merecido el pronunciamiento
del juez de la causa [...] en relación a los documentos que se acom-
paña dispone se agreguen a los autos, con conocimiento de la parte
contraria, por el término de tres días a efectos de que deponga lo
conven¡ente respecto de los documentos que se indica, teniéndose
presente lo expuesto en cuanto fuere de ley al momento de resolver.
[...] la referida resolución incorpora al proceso medios de pruebas
instrumentales que han sido presentados extemporáneamente, los
cuales han sido merituados incluso en la sentencia de vista, por lo

728
Lsv Pnoc¡ser onr TR¡,selo

tanto, han servido de fundamento para la decisión que se impugna


mediante el recurso de casación in examine; sin embargo, es menester
advertir que la decisión judicial en mención, al incorporar al proceso
los referidos documentos de manera extemporánea, se encuentra
viciada de nulidad como consecuencia de haberse inobservado la
norma procesal contenida en el artículo 26o de la acotada Ley Procesal,
concordada con el artículo 429o del Código Procesal Civil de aplica-
ción supletoria al presente caso, toda vez, que tales instrumentales
no han sido calificadas conforme a ley" (Casación No 91-2005-Lima,
El Peruono, l de agosto de 2006).

Artículo 27o,- Carga de Ia prueba


Corresponde a las partes probar sus afirmaciones y esencialmente:
1, Al trabajador probar la existencia del vínculo laboral.
2. Al empleador demandado probar el cumplimiento de las obliga-
ciones contenidas en las normas legales, los convenios colectivos,
la costumbre, el reglamento interno y el contrato individual de
trabajo.
3. Al empleador la causa del despido; al trabajador probar la exis-
tencia del despido, su nulidad cuando la invoque y la hostilidad
de la que fuera objeto.

Artículo 28o,- Pruebas de oficio


El Juez, en decisión motivada e inimpugnable, puede ordenar la
actuación de los medios probatorios que considere convenientes, cuando
los ofrecidos por las partes resulten insuficientes para producirle certeza
y convicción.
Jurisprudencia:
"[L]o expuesto, no desdice la facultad del Juez como director del pro-
ceso, prevista en el artículo veintiocho de la Ley Procesal de Trabajo,
de disponer la actuación de las pruebas de oficio que estime necesa-
rios a efectos de producirle certeza y convicción, ello a fin de lograr
una pronta y eficaz solución de la controversia, consecuentemente
cumplir con los fines del proceso, previsto en el artículo tercero del
Título Preliminar del Código Procesal Civil; desde este punto de vista
y a efectos de ubicar la esencia del problema es preciso disponer

729
Oxnr VÍcron Avelos hnl
la verificación de acuerdo con las directivas claras y concretas que
debe impartirse a los órganos de auxilio judicial, a fin de cautelar
cualquier arbitrariedad o subjetividad en su actuación" (Casación No
182-2005-Piura, El Peruano, 31 de julio de 2006).

"[E]n el proceso ni siquiera se han ordenado ni actuado las pruebas


necesarias para desentrañar con convicción el reclamo del reintegro
de la compensación por tiempo de servicios por todo su récord la-
boral y si el pago de la suma reclamada doscientos dieciocho nuevos
soles se le ha otorgado al actor como un incentivo por su renuncia
como alega este, aún cuando el Juez de la causa tiene la facultad
de disponer la actuación de medios probatorios que considere
conveniente para producirle certeza y convicción, en aplicación del
artículo 28" de la Ley Procesal de Trabajo, pues es su deber resolver
bajo el principio de veracidad" (Casación No 212-2005-La Libertad, E/
Peruano,3l de julio de 2006).

Artículo 29o.- Medios probatorios


Los medios probatorios que se pueden ofrecer en el proceso laboral
son todos los previstos en el Código Procesal Civil, con las precisiones que
se señalan en esta Ley. Se actúan en la audiencia única con excepción
de la inspección judicial, la pericia y la revisión de planillas cuando se
realice en el centro de trabajo.

Artículo 3O".- Valoración de la prueba


Todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma
conjunta, utilizando su apreciación razonada.
Jurisprudencia:
"[E]ste mandato guarda coherencia a su vez con lo dispuesto en el
artículo 3Oo de la Ley Procesal del Trabajo, que impone al juez la
obligación de valorar todos los medios probatorios en forma conjunta
utilizando su apreciación razonada, pues las pruebas en el proceso
sea cual fuera su naturaleza están formando una secuencia integral;
por ende, es responsabilidad del juzgador reconstruir sobre la base
de los medios probatorios, los hechos que den origen al conflicto,
por lo que, ninguna prueba deberá ser tomada en forma aislada,
tampoco en forma exclusiva, sino en su conjunto, dado que, solo
teniendo una visión integral de los medios probatorios se puede
sacar conclusiones en busca de la verdad que es el fin del proceso"
(Casación N" 1848-2006-Lambayeque, El Peruano,3'l de mayo de 2008).

730
Lsy Pnocrsel o¡t Tn¡.¡¡.Io

Artículo 31o.- lmpertinencia, improcedencio de los pruebas y


prueba innecesaria
El Juez no debe admitir una prueba cuando esta resulte impertinente,
improcedente o innecesaria.

SuecnpfruLo ll
DECLARACIONES

Artículo 32".- Declaración de parte


La declaración de parte se lleva a cabo personalmente y en presen-
cia del Juez, bajo sanción de nulidad. Las personas jurídicas prestan su
declaración a través de cualquiera de sus representantes.

Artículo 33o.- Declaración de testigos


En el proceso laboral también pueden prestar declaración como
testigos los trabajadores que tengan relación laboral con el empleador
que es parte en el proceso.

SuecnpfruLo lll
DOCUMENTOS

Artículo 34o.- Presentación de boletas de pago


El demandante deberá presentar con la demanda las boletas de
pago que tenga en su poder necesarias para sustentar su pretensión.

Artículo 35..- Exhibición de planillas


Ante requerimiento judicial la exhibición y revisión de las planillas
o de sus copias legalizadas se practica en el local del juzgado, en cuyo
caso el Juez verificará los datos y procederá a dejar constancia en acta
de la información necesaria.
Cuando se trate de empresas con más de 50 trabajadores o la com-
plejidad y magnitud de la información así lo ameriten, la revisión de las
planillas puede llevarse a cabo en el centro de trabajo. Para la actuación
de esta prueba no se requiere la entrega del expediente principal al re-
visor de planillas, bastando que el juzgado establezca de manera clara y

731
Oxer VÍcron Áv¡ros J,qn¡,

precisa los puntos a ser constatados, pudiendo adjuntarse copia de las


piezas pertinentes.
El informe revisorio de planillas contendrá la transcripción de los
asientos o los datos contenidos en los libros o documentación corres-
pondiente, referidos a la materia señalada por el Juez y será puesto en
conocimiento de las partes, las que podrán observarlo por escrito fun-
damentado dentro de los tres días de notificados. Solo si hubiera error
o deficiencia en el acopio de datos, el Juez ordena una nueva revisión
para completar o subsanar el informe.
El plazo máximo de emisión del informe del revisor de planillas es
de veinte (20) días, bajo responsabilidad.

SuecnpfruLo lV
PERICIA

Artículo 360,- Pericia en materia laboral


La pericia en materia laboral es esencialmente contable y es practi-
cada por peritos e inspectores judiciales dependientes de los Juzgados
de Trabajo.
5u finalidad es presentar al órgano jurisdiccional la información ob-
tenida de los libros y documentación contable que sirvan para calcular
los montos de los beneficios en litigio.
5i se requiere de otros conocimientos de naturaleza científica, tecno-
lógica, artística o análoga, puede actuarse la prueba pericial correspon-
diente, solicitando la intervención de entidades oficiales o designando a
peritos en la forma prevista por la ley.
El Juez debe señalar en forma precisa los puntos que serán objeto
de pericia.
En ningún caso los peritos emiten opinión legal sobre la materia
que se les somete a informe.
Artículo 37",- Plazo del informe pericial
El informe pericial debe ser emitido en un plazo no mayor de treinta
(30) días. Es puesto en conocimiento de las partes, las que pueden formular
sus observaciones en el término de cinco (5) días, acompañando de ser
pertinente, pericias de parte. Las observaciones deben ser resueltas por

732
LEv Pnocnser psL TRee¡Jo

el Juez y solo en el caso de ser declaradas fundadas total o parcialmente


se ordenará que se emita un nuevo informe sobre las modificaciones o
aclaraciones que precise.

SueclpfruLo V
INsPECCIÓN JUDICIAL

Artículo 38o.- Inspección iudicial


La inspección judicial procede cuando subsistan las circunstancias
materiales que debían constatarse. En casos excepcionales y en resolución
fundamentada, el Juez puede encargar a la Autoridad Administrativa de
Trabajo la realización de una inspección de carácter especial, señalando
con precisión los aspectos a ser constatados.

5uecrpfru¡-o Vl
PRUEBA ANTICIPADA

Artículo 39o,- Prueba anticiPada


La prueba anticipada se admite solo en los casos en que exista
un riesgo inminente de desaparición o adulteración de los hechos que
deban ser constatados.
No son materia de esta actuación la pericia laboral y la exhibición
de planillas de remuneraciones.

SuecnpfruLo Vll
SUCEDANEOS DE LOS
MEDIOS PROBATORIOS

Artículo 4Oo,- Presunciones legales relativas


Se presumen ciertos los datos remunerativos y de tiempo de servicios
que contenga la demanda, cuando el demandado:
1. No acompañe a su contestación los documentos exigidos en el
artículo 35o.

2. No cumpla con exhibir sus planillas y boletas de pago en caso


le hayan sido solicitadas.

733
Oxel Vícron Ávaros Jene

3. No haya registrado en planillas ni otorgado boletas de pago al


trabajador que acredita su relación laboral.

Artículo 41o.- Indicios


Los actos, circunstancias o signos suficientemente acreditados a
través de los medios probatorios, adquieren significación en su conjunto
cuando conducen al Juez a la certeza o convicción en torno a un he-
cho relacionado con la controversia. En el proceso laboral, los indicios
pueden ser, entre otros, las circunstancias én las que sucedieron los
hechos materia de la controversia y los antecedentes de la conducta
de ambas partes.

Suecnplrulo Vlll
CU ESTIONES PROBATORIAS

Artículo 42".- Tacha


Se puede interponer tacha contra los testigos y documentos. La
oportunidad para formular la tacha o absolverla se rige por lo dispuesto
en la presente Ley, debiendo indicarse con claridad los fundamentos que
la sustentan, ofreciéndose o acompañándose la prueba respectiva, según
el caso. El Juez deberá correr traslado a la otra parte para que absuelva.
La absolución debe cumplir con los mismos requisitos de la formulación
de la tacha.
La tacha o absolución que no cumpla con todos estos requisitos
deberá ser declarada inadmisible de plano por el Juez en decisión inim-
pugnable.
La actuación de los medios probatorios de la tacha o de la ab-
solución se realizará en Ia audiencia única, en la que el Juez podrá
declarar fundada o no la tacha, salvo decisión debidamente motivada
e inimpugnable.

Artículo 43".- Oposición


Puede formularse oposición a la actuación de una declaración de
parte, exhibición o cotejo de documentos, pericia o inspección judicial,
señalando con claridad los fundamentos que la sustentan, ofreciéndose
o acompañándose la prueba respectiva, según el caso.

734
LEy Pnocnsar nEr TRnsnlo

El Juez correrá traslado a la otra parte la cual deberá absolverla


cumpliendo los mismos requisitos de la oposición. La oposición o abso-
lución que no cumpla con todos estos requisitos deberá ser declarada
inadmisible de plano por el Juez en decisión inimpugnable.
La actuación de los medios probatorios de la oposición o de la
absolución se realizará en la audiencia única, en la que el Juez declarará
fundada o no la oposición, salvo decisión debidamente fundamentada
e inimpugnable.

Artícuf o 44o.- Conocimiento sobreviniente


Cuando por excepción, se tiene conocimiento de la causal de tacha
u oposición con posterioridad a la oportunidad para su interposición, se
informará al Juez acompañando el documento que lo sustente. El Juez,
sin más trámite que el conocimiento a la otra parte, apreciará el hecho
al momento de sentenciar.

SECCIÓN CUARTA
CONCLUSIÓN DEL PROCESO

TÍTULO I

CONCLUSIÓN ANTICIPADA DEL PROCESO

Artículo 45".- Conciliación


La conciliación puede ser promovida o propuesta después de la
audiencia única, en cualquier estado del proceso, antes de la sentencia.
La conciliación se formaliza mediante acta suscrita ante el órgano juris-
diccional respectivo al final de la audiencia conciliatoria que se fije para
el efecto. Aprobada por el Juez, adquiere el valor de cosa juzgada.

Artículo 46o.- Desistimiento


Eldesistimiento de la pretensión, del proceso o de algún acto procesal,
se formula antes de que surtan sus efectos. Cuando el demandante lo
proponga debe motivar su pedido para obtener la aprobación del Juez,
quien cuida que no se vulnere el principio de irrenunciabilidad respecto
de los derechos que tengan ese carácter.

735
Oxer Vícron Áveros J¡.ne

TfTULO II
LA SENTENCIA

Artículo 47o.- Sentencia


El proceso se encuentra expedito para sentencia cuando:

1. Ha concluido la actuación de todos los medios probatorios ad-


mitidos y actos de investigación ordenados por el Juez.
2. La cuestión debatida sea de puro derecho o, siendo de hecho,
no haya necesidad de actuar medio probatorio alguno en la
audiencia respectiva.
3. Saneado el proceso, la rebeldía del demandado produzca con-
vicción al Juez respecto de los hechos y pretensiones contenidos
en la demanda.
4. 5e haya producido allanamiento o reconocimiento admitidos por
el Juez.

Artículo 48o.- Contenido de la sentencia


La sentencia debe contener:

1. La exposición resumida de los argumentos expresados por las


partes.

2. Las consideraciones, debidamente numeradas, a las que llega el


Juez sobre los hechos probados en el proceso y las normas que
le sirven de fundamento.
3. El pronunciamiento sobre la demanda, señalando, en caso la
declare fundada total o parcialmente, los derechos reconocidos
asícomo las obligaciones que debe cumplir el demandado, esta-
bleciendo el monto líquido o su forma de cálculo si son de pago
o el pago de sumas mayores a las reclamadas, si de lo actuado
apareciere error en los cálculos de las liquidaciones demandadas
y el mandato específico si son de hacer o de no hacer.
4. La condena o exoneración de costas y costos, asícomo la impo-
sición de multa si la demanda ha sido declarada fundada en su
integridad acreditándose incumplimiento laboral o el emplazado

736
LEv Pnocpsel o¡r TReneJo

hubiese procedido de mala fe o atentado contra deberes de


lealtad procesal.
Jurisprudencia:
"[L]a conclusión establecida se sustenta en una base distinta a la que
indica dicho medio probatorio pues en el acotado reporte no se iden-
tifica puntualmente que los depósitos efectuados por la demandada
en diferentes fechas [...] estén referidos a los periodos que el juez
los consideró con carácter cancelatorio, lo cual revela ausencia de
un debido y minucioso análisis de los hechos que acreditados en el
proceso a través de los elementos de prueba y sus sucedáneos que
permitan arribar a una conclusión sin infringir el debido proceso [...]"
(Casación N" 212-2005-La Libertad, El Peruqno,3l de julio de 2006).
"[N]o obstante, en la sentencia recurrida a diferencia de lo que sí
ocurre en la sentencia apelada, no se explican las razones o motivos
establecidos a partir del juicio de valoración de los medios proba-
torios del proceso vengan a respaldar adecuadamente la conclusión
de la Sala Superior, que en forma genérica y abstracta enfatiza que
debe desestimarse la pretensión de nulidad de despido al no haber
el demandante probado ni ha aportado indicios que puedan crear
convicción que su despido obedeció al hecho de haberse afiliado
al sindicato existente en la empresa demandada (Novena Conside-
rativa), aun cuando tal obligación si recobraba especial y singular
relevancia por su calidad de órgano de revisión de lo decidido por
el a quo y que al discrepar del sentido de su decisión debía relevar
el error en que aquel incurrió al ponderar el mérito de los elementos
de prueba y sus sucedáneos que lo llevaron al convencimiento que
el motivo del cese del accionante fue su afiliación al Sindicato, en
tanto que en ambos casos el esclarecimiento y dilucidación de este
extremo de la controversia (nulidad de despido) no parte de una
diferente interpretación o aplicación de una norma jurídica entre
dichos órganos jurisdiccionales sino exclusivamente de la distinta
apreciación de las pruebas" (Casación No 1059-2006-Lima, E/ Peruono,
1 de octubre de 2007).
"[L]a exigencia para que las decisiones judiciales sean motivadas en
proporción a los términos del inciso 5 del artículo ,l39" de la Cons-
titución Política del Estado, garantiza que los jueces, cualquiera sea
la instancia a la que pertenecen, expresen el razonamiento lógico
mental que los ha llevado a decidir la controversia, asegurando que
el ejercicio de la potestad de administrar justicia se haga con sujeción
a la Constitución Política y a la ley, pero también con la finalidad de

737
Oxer VÍcron Ávnros Jana

facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justi-


ciables; [...], en este sentido, el contenido esencial del derecho y
principio de motivación de resoluciones judiciales se respeta siempre
que exísta fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido y lo
resuelto y, por si misma, la resolución judicial exprese una suficiente
justificación de la decisión adoptada, aun si esta es breve o concisa,
o se presenta el supuesto de motivación por remisión, es decir, que
por lo menos las resoluciones judiciales vengan apoyadas en razones
que permitan conocer cuáles han sído los criterios jurídicos esenciales
fundamentadores de la decisión o, lo que es lo mismo,la ratio deci'
dendí que ha determinado aquella" (Casación No 1827-2005-Lima, t/
Peruano,3l de julio de 2009).
"[P]ara la validez y eficacia de las resoluciones judiciales exige, bajo
sanción de nulidad, que estas contengan los fundamentos de hecho
que sustentan la decisión y los respectivos de Derecho, con la cita
de la norma o normas aplicables en cada punto, según el mérito de
lo actuado y lo invocado por Ias partes; en consecuencia, frente a la
invalidez insubsanable de la sentencia de vista, corresponde disponer
que la Sala de mérito emita nuevo pronunciamiento respecto a todos
los agravios expuestos por la demandada en su recurso de apelación"
(Casación N" 1 849-2005-La Libertad, El Peruano, I de octubre de 2007).
"[A]l resolver el fondo del asunto, el juez debe cuidar que su decisión
guarde reciprocidad y armonía con lo actuado a lo largo del proceso,
lo que le obliga a: a) calificar cuidadosamente la demanda, pues del
contenido preciso y específico de su petitorio podrá determinar, luego,
si el derecho reclamado tiene o no naturaleza económica o expresión
monetaria, considerando las pautas establecidas en el artículo 6o de la
Ley Procesal del Trabajo; b) consignar como puntos de controversia
aquellos aspectos que actúan como límite entre las pretensiones de
las partes, vale decir, aquellos en los que puntualmente disienten las
partes, respecto de los derechos reclamados; c) orientar la actividad
probatoria en función de los puntos objeto de controversia, conside-
rando las pruebas aportadas por las partes y las que de oficio pueda
ordenar, conforme lo prevén los artículos 25" y 28o de la Ley Procesal
acotada; y, d) resolver sobre la base de lo anterior, a efectos de que
la decisión sobre el fondo no se convierta en un acto de arbitrariedad
de última hora que afecte el derecho constitucional de defensa de
las partes en litigio" (Casación No 335-2005-Callao, El Peruano,3l de
julio de 2006).

738
Lry PRocnsnr, pEr TReselo

"[E]l valor económico de la pretensión ha sido expresamente liquidado


en la demanda, conforme al artículo 6o, inciso 1 de la Ley Procesal del
Trabajo, motivo por el cual el ad quem tuvo que liquidar el extremo
que amparó, en cumplimiento del artículo 48", inciso 3 de la norma
acotada que obliga a establecer el monto líquido del derecho que
se conoce; sin embargo contrariamente a lo señalado, la recurrida
contiene en su resolutivo un mandamus genérico que no guarda
reciprocidad con la pretensión materia de la demanda, lo que obje-
tivamente impide conocer si por efecto de los extremos que ampara
se cumple o no con la cuantía mínima antes señalada" (Casación No
034-2005-Callao, E/ Peruano,3l de julio de 2006).

TÍTULO III
COSTAS PERSONALES
Y COSTOS PROCESALES

Artículo 49o,- Costas personales y costos procesales


Los trabajadores están exentos de la condena en costos y costas.

SECCIÓN QUINTA
MEDIOS IMPUGNATORIOS

TITULO I

MEDIOS IMPUGNATORIOS

Artícufo 5Oo,- Medios impugnatorios


Los medios impugnatorios son el recurso de reposición, apelación,
casación y queja.

CAPfTULO I

REPOSICIÓN

Artículo 51o.- Reposición


El recurso de reposición procede contra los decretos en el plazo
de dos (2) días, ante el mismo órgano que los expide. El auto que lo
resuelve es inapelable.

739
Oxnr VÍcron Ávnros Jene

CAPITULO II
APELACIÓN

Artículo 52o.- Apelación


Constituye requisito de procedencia del recurso su debida fundamen-
tación, la cual debe precisar el error de hecho o de derecho presente en
la resolución y el sustento de la pretensión impugnativa. Unicamente se
presentarán documentos en el recurso de apelación o en su absolución,
cuando hayan sido expedidos con posterioridad al inicio del proceso.
El recurso de apelación se interpone en el plazo de cinco (5) días
desde la notifícación de la resolución que se ímpugna, a excepción del
proceso sumarísimo, que se rige por sus propias normas.

Jurisprudencia:
"[A]ún cuando estos vicios fueron incurridos también en parte por el
Juez de Primera lnstancia; sin embargo es la Sala Superior a quien
corresponde corregir tal deficiencia ejerciendo su función revisora,
por lo tanto los vicios antes relevados al infringir la garantía consti-
tucional no solo del debido proceso sino también de la motivación
de las resoluciones judiciales que encuentra desarrollo legal en el
inciso tercero del artÍculo 122o del Código Procesal Civil que para la
validez y eficacia de las resoluciones judiciales exige, bajo sanción
de nulidad, que estas contengan los fundamentos de hecho que
sustentan la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de
la norma o normas aplicables a cada punto, según el mérito de lo
actuado, acarrea la invalidez insubsanable del pronunciamiento de la
Sala Superior, por lo que debe emitir una nueva resolución teniendo
en cuenta las consideraciones expuestas en este pronunciamiento"
(Casación N' 2095-2004-Loreto, EI Peruano,3l de julio de 2006).

Artículo 53o.- Procedencia de Ia apeloción


Procede la apelación contra:
1. Las sentencias de primera instancia.
2. Los autos que pongan fin a la instancia.
3. Los autos que se expidan en el curso del proceso antes de la
sentencia, en cuyo caso se concede con la calidad de diferida.

740
Lry Pnocrs¡t onr TRnsnIo

4. Los autos que se expidan después de dictada la sentencia, en


cuyo caso se concede sin efecto suspensivo, salvo que el juez
decida concederla con efecto suspensivo en resolución debida-
mente fundamentada.
El plazo para la apelación de autos es de tres (3) días

CAPÍTULO tII
cAsAcrÓN

Artículo 54".- Fines


El recurso de casación tiene como fines esenciales:
a. La correcta aplicación e interpretación de las normas materiales
del Derecho Laboral, Previsional y de Seguridad Social y,
b. La unificación de la jurisprudencia laboral nacional por la Corte
Suprema de Justicia de la República.

Artículo 55o.- Procedencia


Este recurso procede únicamente en los siguientes supuestos:

a. Sentencias expedidas en revisión por las Salas Laborales o Mixtas


de las Cortes Superiores de Justicia que resuelvan el conflicto
jurídico planteado por las partes.
b. Si la pretensión es de naturaleza económica y está expresada
en dinero, solo procederá si dicha cuantía supera las 100 (cien)
Unidades de Referencia Procesal determinada conforme lo esta-
blece el artículo 60 de esta Ley, si el recurso es interpuesto por
el demandante y, como lo establece la sentencia recurrida, si lo
interpone el demandado.
El recurso de casación en materia laboral es gratuito cuando es in-
terpuesto por el trabajador o ex trabajador. Cuando es interpuesto por
el empleador es aplicable la tasa determinada para los procesos civiles.
Jurisprudencia:
"[E]ste recurso procede únicamente si la pretensión de naturaleza
económica, expresada en dinero, supera la cuantía establecida en
el artículo 55o de la Ley Procesal del Trabajo, salvo que se trate de

741
Oxnl VÍcron Ávaros /ena

causas de puro derecho cuya pretensión principal esté referida ex-


clusivamente a obligaciones de hacer" (Casación No 335-2005-Callao,
El Peruano,3'l de julio de 2006).

"[E]l recurso así planteado incurre en falta de conexión lóg¡ca entre


la cuestión fáctica establecida en las sentencias de mérito a raíz de la
aplicación de las normas denunciadas como indebidamente aplicadas,
[...] toda vez que, en la instancia de mérito ha quedado probado que
la relación existente entre las partes fue una de naturaleza laboral
por la presencia de los elementos esenciales del contrato de trabajo,
habiéndose desvirtuado plenamente lo sostenido por la recurrente
respecto a la naturaleza civil del vínculo que mantuvo con el accio-
nante, a través de la sucesiva suscripción de contratos de locación
de servicios; [...] en consecuencia, el recurso no cumple con las exi-
gencias de fondo previstas en el artículo 58o de la Ley Procesal del
Trabajo" (Casación No 326-2003-Lima, E/ Peruono, 1 de julio de 2004).

Artículo 56".- Causales


Son causales para interponer el recurso de casación:
a. La aplicación indebida de una norma de Derecho materíal.
b. La interpretación errónea de una norma de Derecho mater¡al.
c. La inaplicación de una norma de Derecho material.
d. La contradicción con otras resoluciones expedidas por la Corte
Suprema de Justicia o las Cortes Superiores, pronunciadas en
casos objetivamente similares, siempre que dicha contradicción
esté referida a una de las causales anteriores.
Jurisprudencia:
"[E]n razón que como lo viene sosteniendo esta Sala Suprema en
jurisprudencia uniforme la denuncia de normas constitucionales
en sede casación no resulta viable al contener preceptos genéricos
salvo que exista incompatibilidad en entre esta y una norma legal
lo que no ocurre en el caso de autos" (Casación No 23-2004-Callao,
EI Peruono, 31 de julio de 2006).

"[N]o se señala de manera clara en qué causal sustantiva ha incurrido


el Colegiado de Mérito, si es en la aplicación indebida o en la inter-
pretación errónea de la norma que señala, menos precisa cuál es la
norma que debió aplicarse o cuál es la correcta interpretación de la

742
Lrv Pnocrser pEI- Trer,clo

norma que invoca, incumpliendo de esta forma con los requisitos de


58o de la ley adjetiva laboral" (Casación
fondo previstos en el artículo
N" 820-2003-Lima, E/ Peruano,3 de noviembre de 2004).
"[E]l recurso así sustentado, no puede resultar viable en sede casación,
ya que de los fundamentos del recurso por esta causal se advierte
que lo que en esencia denuncia el impugnante, no es la ilegalidad
o la nulidad de la sentencia de vista impugnada, sino que sustan-
cialmente se cuestionan los hechos establecidos y debidamente
valorados en el proceso con relación a la asignación del actor en
un cargo equivalente al que fuera nombrado mediante Resolución
Directoral N.428-81-DGS-ORDEA-DP del 1 de julio de 1981 (Jefe de
mantenimiento); en tal sentido, como ha sostenido esta Corte Suprema
en reiteradas ocasiones, vía recurso de casación no es posible volver
a revisar los hechos establecidos en las instancias de mérito" Casación
N' i7o-2007-Arequipa, El Peruano,l de abril de 2008).
"[E]l inciso d del artÍculo 56o de La Ley Procesal de Trabajo, Ley No
26636, establece como causal de casación la contradicción con otras
resoluciones expedidas por la Corte Suprema de Justicia o las Cortes
Superiores pronunciadas en casos objetivamente similares, siempre
que dicha contradicción esté referida a una de las causales de casa-
ción, estableciendo como requisito de fondo conforme al inciso d
del artículo 58o de la ley acotada, que debe ser fundamentada con
claridad y precisión cuál es la similitud existente entre el pronuncia-
miento invocado y en qué consiste la contradicción" (Casación No
23O7-20O4-Lima, E/ Peruzno,l de agosto de 2006).

Artículo 57",- Requisitos de forma


El recurso de casación se interpone:
a. Ante la Sala que expidió la resolución impugnada.
b. Dentro del plazo de 10 (diez) días de notificada.
c. Contra la sentencia a que se refiere el artículo 55o'

d. Acreditando el pago o la exoneración de la tasa judicial res-


pectiva.
e. Siempre que la resolución adversa de primera instancia que haya
sido confirmada por la recurrida no hubiere sido consentida'
f. Presentando copia de las resoluciones contradlctorias, si invocara
la causal señalada en el inciso d del artículo 56o.

743
Ox¡.r VÍcron Avnros Ian¡

La Sala Superior solo admitirá el recurso que cumpla estos requisitos


y rechazará el que no satisfaga.
Jurisprudencia:
"[C]abe señalar que el inciso f del artículo 57o de la Ley Procesal del
Trabajo establece que el recurso de casación se interpone presen-
tando copias de las resoluciones contradictorias, cuando se invoca
la causal de contradicción con otras resoluciones expedidas por la
Corte Suprema de Justicia o las Cortes Superiores, razón por la cual
cabe concluir que dicha exigencia únicamente se satisface cuando
se presenta por lo menos dos resoluciones opuestas a la que se re-
curre, indicándose además a cuál de las causales del artículo 56o de
la norma adjetiva está referida la contradicción. Que al no haberse
actuado de esta manera, el recurso bajo examen sobre este punto
resulta improcedente" (Casación No 2170-2003-Lima, E/ Peruano, 1 de
agosto de 2005).

Artículo 58",- Requisitos de fondo


El recurso deberá estar fundamentado con claridad señalando con
precisión las causales descritas en el artículo 56o en que se sustenta y,
según el caso:
a. Qué norma ha sido indebidamente aplicada y cuál es la que
debió aplicarse.
b. Cuál es la correcta interpretación de la norma.
c. Cuál es la norma inaplicada y porqué debió aplicarse.
d. Cuál es la similitud existente entre los pronunciamientos invoca-
dos y en qué consiste la contradicción.
La Sala Casatoria califica estos requisitos y, si los encuentra confor-
mes, en un solo acto, se pronuncia sobre el fondo del recurso' En caso
de no cumplir con alguno de tales requisitos, lo declarará improcedente.
Jurisprudencia:
"Que, en la causal de aplicación indebida debe señalarse clara y
explícitamente en qué consiste el vicio, haciendo un análisis razo-
nado y crítico de los motivos del pronunciamiento y luego explicar
la propuesta que se hace para corregirlo, sin remitirse a cuestionar
los hechos establecidos en el proceso ni el material probatorio que

744
Lrv Pnocssnr nE,r Tnnsnlo

lo sustenta" (Casación No 2420-2006-Cusco, El Peruano, 31 de julio


de 2009).
"[P]ara una debida fundamentación de la causal de aplicación indebida
de una norma de Derecho material, el recurrente debe indicar cuál es
la norma aplicable al caso en lugar de la que considera indebidamente
aplicada, la misma que debe ser pertinente con la relación fáctica
establecida en la sentencia recurrida, exigencia que no ha satisfecho
la impugnante, ya que, luego de sostener que el artículo 1321o del
Código Civil no resulta aplicable al caso, en su lugar no propone la
aplicación de ningún dispositivo legal, incumpliendo el requisito de
fondo exigido por el inciso a del artículo 58o de la Ley Procesal del
Trabajo, por lo tanto, este extremo es improcedente" (Casación No
953-2004-Tacna-Moquegua, El Peruano, 1 de agosto de 2006).
"Que, se debe tener en cuenta que existe interpretación errónea
de una norma de Derecho material cuando el juez le da a la norma
correctamente elegida un sentido equivocado, haciéndole producir
consecuencias que no resultan de su contenido" (Casación No 1075-
2008-Lima, El Peruano, 30 de noviembre de 2009).
"[E]l presupuesto procesal básico para la configuración de la causal
de interpretación errónea de una norma de derecho material es,
evidentemente, que la norma haya sido aplicada, supuesto que
no se presenta en el caso de autos por cuanto el artículo 90 del
Decreto Legislativo No 728 no ha sido invocado en la sentencia
de vista; por lo que la causal deviene en inviable, además deberá
tenerse en cuenta que, haciendo referencia a hechos, cuestiona la
determinación adoptada por las instancias respecto a la configu-
ración de un acto de hostilidad; pretendiendo de esta manera que
se efectúe una revaloración de los medios probatorios con el fin de
modificar el criterio jurisdiccional de las instancias, objeto que no
es propio del recurso casatorio conforme a los alcances del artÍculo
54o del texto modificado de la Ley Procesal del Trabajo" (Casación
N" 606-2003-Lambayeque, El Peruono, 2 de noviembre de 2004).
"[L]a causal de inaplicación se configura cuando eljuzgador deja de
aplicar una norma que contiene la hipótesis que describe el presu-
puesto fáctico establecido en el proceso; y a fin que esta denuncia
sea admitida el recurrente debe indicar como la aplicación de la
norma modificaría lo resuelto por las instancias de mérito; por tanto
su denuncia resulta improcedente" (Casación N' 045-2006-Lamba-
yeque, El Peruano, 1 de septiembre de 2008).

745
Ox¡.r Vícron Áv¿,ros Jen¡

"[L]a causal de inaplicación de una norma de Derecho material supone


la exigencia por parte del impugnante de la ineludible aplicación de
una norma al caso concreto, por resultarle de trascendental importan-
cia, siendo que en el presente, y estando a los fundamentos en los
que se sustenta la sentencia de mérito, el recurrente no ha logrado
satisfacer la exigencia prenotada, toda vez, que el dispositivo legal
cuya inaplicación denuncia se encuentra referido a la vigencia de la
convención colectiva, lo cual no está en discusión, ya que, el derecho
que peticiona la demandante está contemplado en la Convención
Colectiva de Trabajo del 10 de mayo de 2001, convención que no ha
sido cuestionada en cuanto a su vigencia, por lo tanto, esta causal
deviene en improcedente" (Casación No 953-2004-Tacna-Moquegua,
El Peruano, l de agosto de 2006).

Artículo 59o.- Pronunc¡amiento


La sentencia casatoria declarará fundado o infundado el recurso que
cumple con los requisitos de fondo. Si lo declara fundado, casa la reso-
lución recurnda y se pronuncia sobre las causales que son procedentes,
resolviendo el conflicto, sin devolver el proceso a la instancia inferior. El
pronunciamiento debe limitarse a lo siguiente:
a. lndicar la debida aplicación o interpretación de las normas de
derecho material que hayan sido objeto de impugnación.
b. Restablecer el derecho conculcado por la resolución recurrida,
sin pronunciarse sobre los aspectos económicos del fallo, si los
hubiere, los que deberán liquidarse por el Juzgado de origen.
c. Actuar en sede de instancia con respecto a la sentencia apelada,
si fuere el caso.

Jurisprudencia:
"[P]or los efectos del mandato contenido en esta resolución judicial y
en observancia de lo dispuesto en el último párrafo del artículo 3960
del Código Procesal Civil, aplicable supletoriamente a estos autos,
que señala que la sentencia casatoria tendrá fuerza obligatoria para
el órgano jurisdiccional inferior, correspondía al a quo pronunciarse
en la sentencia tanto sobre el pago de la indemnización especial
por vacaciones no gozadas como por el pago de la indemnización
por despido arbitrario también reclamada por el demandante y al
ad quem limitarse a la exclusiva revisión de este pronunciamiento

746
L¡v PRocssA.L nEr TRasA.Io

en caso de ser impugnado por las partes y del auto expedido en la


continuación de audiencia única [...]" (Casación No 2166 2003-Lima,
El Peruono, I de septiembre de 2005).

"[S]i bien esta Suprema Sala en reiteradas resoluciones ha señalado


que los quinquenios deben ser calculados sobre todo el tiempo de
servicios acumulados, en estos dos regímenes; las instancias de mérito
han establecido que al actor le corresponde dicho beneficio solo por
el periodo laborado en la Dirección General de Correos y Telégrafos;
por tanto al estar proscrito de nuestro ordenamiento procesal la
reformatio in peius en contra del impugnante, este extremo de la
sentencia no puede ser modificado" (Casación N" 2487-2005-Lima,
El Peruano, 1 de septiembre de 2008).

"[L]a nulidad absoluta se presenta siempre que un acto procesal o


actos procesales cuyo conjunto hacen el proceso, adolezca de una
circunstancia fijada en las leyes procesales como necesaria para que el
acto produzca sus efectos normales; en tal sentido, cabe advertir que
frente a un vicio de tal consideración, cualquier órgano jurisdiccional
por el solo hecho de serlo tiene lo que en doctrina se llama potestad
nulificante del juzgador y que ha sido acogido en la parte in fine
del artículo 176'del Código Procesal Civil, entendida como aquella
facultad de declarar la nulidad aún cuando no ha¡r¿ sido solicitada, si
considera que el acto viciado (incluso todo el proceso) puede alterar
sustancialmente los fines abstracto y concreto del proceso y la deci-
sión que en él va a recaer" (Casación No 1714-2006-Lima, E/ Peruano,
1 de septiembre de 2008).

CAPÍTULO ¡V
QUEJA

Artículo 600.- Tramitación


El recurso de queja procede contra la denegatoria de apelación o
de casación.5e interpone en el plazo de tres (3) dÍas de notificada la
resolución denegatoria, ante el órgano superior que debe conocer del
recurso denegado. No procede por razón del efecto en que se concede la
apelación. El recurso de queja por denegatoria del recurso de casación en
materia laboral está sujeto al pago de la tasa determinada para procesos
civiles cualquiera que sea la parte que lo interponga.

747
Ox¡¡- VÍcron Áveros fane

SECCIÓN SEXTA
PROCESO ORD¡NARIO LABORAL

TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 610.- Tramitación


5e tramitan en proceso ordinario laboral todos los asuntos con-
tenciosos y no contenciosos que son de competencia de los juzgados
especializados de trabajo, salvo disposición legal distinta.

Artículo 62".- Plazos para la contestación a Ia demanda y para


emitir sentencia
El plazo para contestar la demanda es de diez (10) días.

El plazo para emitir sentencia es de quince (15) días luego de la


audiencia única o de concluida la actuación de pruebas.

TÍTULO II
AUDIENCIA ÚruICR

CAPÍTULO I
CITACIÓN Y EFECTOS DE LA INASISTENCIA

Artículo 630.- Señalamiento de fecha para audiencia


Contestada la demanda, eljuez notifica la misma al demandante con-
cediéndole un plazo de 3 días para la absolución escrita de las excepciones
y cuestiones probatorias propuestas por el demandado, quien absolverá
las cuestiones probatorias propuestas contra sus pruebas en la audiencia
única. En la misma resolución señala día y hora para dicha diligencia, la
que debe realizarse dentro de un plazo máximo de quince (15) días.

Artículo 640.- lnasistencias


si a la audiencia concurriera una de las partes, esta se realizará soro
con ella. La inconcurrencia de ambas partes determinará elarchivamiento

748
LEv Pnocnsnr nEr TRnsA,Io

del proceso si transcurridos 30 días naturales desde la fecha de la audien-


cia, el proceso no ha sido activado por ninguna de ellas.

CAPÍTULO II
SANEAMIENTO PROCESAL

Artículo 650.- Saneamiento procesal


lniciada la audiencia el Juez actúa las pruebas referidas a las ex-
cepciones que hubieran sido propuestas; luego, de oficio, y aún cuando
el emplazado hubiese sido declarado rebelde, emitirá en el mismo acto
resolución declarando:
1. La validez de la relación jurídico-procesal.
2. La nulidad y consiguiente conclusión del proceso por invalidez
insubsanable de la relación, precisando sus defectos.
3. La suspensión de la audiencia, concediendo un plazo de cinco
días para la subsanación de los defectos si estos lo permitieran.

Subsanados los defectos, el Juez señalará fecha para la audiencia;


en caso contrario, declarará concluido el proceso.
Jurisprudencia:
"[E]sta falta de reciprocidad y conexidad lógica entre los hechos des-
critos y las causales que invoca el accionante como determinantes de
la nulidad de su despido, si bien debió ser advertida por eljuzgado
al momento de calificar la demanda exigiendo que el actor cumpla
con delimitar en forma congruente con sus fundamentos fácticos los
supuestos previstos en el artículo 29" de la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral por los que entiende debe ampararse su pre-
tensión, también en el acto de la audiencia única se pudo superar esta
deficiencia pues en forma previa al saneamiento del proceso y antes
de declarar la validez de la relación procesal, el juez podía y debía
suspender el proceso, otorgando un plazo razonable al demandante
para que subsane la irregularidad anotada dado que la repercusión
de lo actuado hasta ese momento tenía que afectar decisivamente
el resultado del proceso" (Casación No 1774-2005-Lima, EI Peruano,
31 de octubre de 2006).

749
Ox¡r VÍcron Ávaros |lne

"[5]i bien eljuzgado debió corregir la deficiencia anotada al momento


de calificar la demanda, exigiendo que el actor aclare y/o precise el
periodo cancelado de Compensación por Tiempo de Servicios, con
el importe que estimaba válido, a efectos de centrar los límites de
la controversia, en el acto de la audiencia única pudo superar este
obstáculo, ya que previo al saneamiento del proceso y antes de
declarar la validez de la relación procesal, podía y debía suspender
el proceso, otorgando un plazo razonable al actor para que subsane
la irregularidad anotada, pues la repercusión de lo actuado hasta ese
momento tenía que afectar decisivamente el resultado del proceso.
[...] como consecuencia de no haber exigido la aclaración y/o subsa-
nación correspondiente, en el acto de la audiencia única se consigna
como punto controvertido 'si las sumas entregadas al reclamante
por la reserva indemnizatoria tienen carácter cancelatorio o no' (sic),
omitiendo mencionar el periodo (año, meses y días) que afectaba
el pago válidamente efectuado (500/o del pago directo de la reserva
acumulada), no obstante su importancia y trascendencia sobre el
petitorio formulado en la demanda" (Casación No 026-04-Callao, E/
Peruano,3l de julio de 2006).

CAPÍTULO III
coNctLtActÓN

Artícu lo 66o.- Co nci li ación


Saneado el proceso, en la misma audiencia, elJuez invita a las partes
a conciliar el conflicto.
5e puede conciliar en forma total o parcial el petitorio conten¡do
en la demanda. El Juez dejará constancia en el acta de la invitación a
conciliar y de la falta de acuerdo si fuere el caso.
Al aprobar la fórmula conciliatoria, el Juez deberá observar el
principio de irrenunciabilidad respecto de los derechos que tengan
ese carácter.

Artículo 67".- Fijación de puntos controvertidos


De no haber conciliación, con lo expuesto por las partes, el Juez
procederá a enumerar los puntos controvertidos y, en especial, los
que serán materia de prueba, resolviendo para tal efecto las cuestio-

750
LEy Pnocnsar nEr TR¡,seIo

nes probatorias. A continuación, ordenará la actuación de los medios


probatorios ofrecidos relativos a las cuestiones controvertidas en la
misma audiencia.

CAPÍTULO IV
ACTUACIÓN DE PRUEBAS

Artículo 680.- Actuación de pruebas


La actuación de pruebas es dirigida personalmente por el Juez. Cuan-
do corresponda, el Juez toma a cada uno de los convocados juramento
o promesa de decir la verdad.

Jurisprudencia:
"[A]demás indican que en las planillas aparece que la demandada si
cumplió con el reintegro de remuneraciones de los años 1988, 1989
y 1990, no obstante la Sala Superior aun cuando era su deber fijar las
directivas y lineamientos bajo los cuales debe desarrollarse el proceso
al emitir la sentencia recurrida, no ha dispuesto el esclarecimiento de
este aspecto vital de la controversia ni mucho menos ha ponderado
la eficacia jurídica de estos medios de prueba conjuntamente con las
demás pruebas actuadas, conspirando de este modo contra la obli-
gación que le impone el artículo 30o de la Ley Procesal del Trabajo"
(Casación No 416-2005-San Martín, El Peruano,3l de julio de 2006).

Artículo 69".- Alegatos


Dentro de un plazo de cinco (5) días de concluida la actuación de
pruebas las partes pueden presentar alegatos. En este alegato las partes
pueden proponer un proyecto de sentencia, que puede ser o no consi-
derado por el Juez.

751
Oxnr VÍcron Averos J¡ne

SECCIÓN SEPTIMA
PROCESOS ESPECIALES

TÍTULO I
PROCESO SUMARÍSIMO

Artículo 7O".- Tramitación


tramitan en proceso sumarísimo conforme a las normas del Código
Se
Procesal Civil, los asuntos contenciosos que son de competencia de los
Juzgados de Paz Letrados de acuerdo al artículo 4o, numeral 3 de esta Ley.

Artículo 710.- Normas aplicables


Son de aplicación en este proceso las normas sobre postulación,
comparecencia, medios probatorios, sentencia contenidas en esta Ley. Para
la conciliación rigen las reglas del artículo del proceso ordinario laboral.

TÍTULO II
PROCESO DE EJECUCIÓN

Artículo 72".- Títulos ejecutivos


Son titulos ejecutivos:
1. El acta suscrita entre trabajador y empleador ante la Autoridad
Administrativa de Trabajo, que contenga el reconocimiento de
obligación exigible en vía laboral.
2. El acta de conciliación extrajudicial debidamente homologada.
3. Liquidación para cobranza de aportes previsionales del Sistema
Privado de Pensiones.

Artícufo 73".- Obligaciones que se pueden demandar ejecutivamente


1. Dar sumas de dinero.
2. Dar bienes determinados.
3. Hacer.
4. No hacer.

752
LEv PnocEser oEr Tneseto

Artículo 74".- Proceso de eiecución de obligación de dar suma


cierta de dinero
La apelación del mandato ejecutivo se concederá sin efecto suspen-
sivo. La apelación de la sentencia que declara fundada esta demanda,
solo se concederá al demandado si es que previamente ha cumplido
con consignar judicialmente el monto demandado o con ofrecer una
carta fianza.

Artículo 75o.- Proceso de eiecución de obligaciones de hacer y


no hacer
La apelación del mandato ejecutivo se concederá sin efecto suspen-
sivo. Si el demandado se resiste a cumplir las obligaciones de hacer o de
no hacer, el Juez adoptará las siguientes medidas:
1. lnrpondrá multas sucesivas, acumuladas y crecientes hasta que
el demandado cumpla con el mandato judicial. El monto de las
multas será de 1 a 20 URP.
2. 5i persistiera en el incumplimiento, denunciar penalmente al de-
mandado por el delito contra la libertad de trabajo o resistencia
a la autoridad.

Artículo 76".- Títulos de ejecución


Son títulos de ejecución:
1. Las resoluciones judiciales firmes.
2. Las actas de conciliación judicial o extrajudicial.
3. Las resoluciones administrativas firmes.
4. Los laudos arbitrales firmes que resuelven conflictos jurídicos.

Artículo 77",- Ejecución de resoluciones, actas y laudos


El Juez inicia la ejecución requiriendo al ejecutado a cumplir con
la obligación establecida, bajo apercibimiento de afectar los bienes en
la forma que señale el demandante, si es una obligación de dar suma
líquida, o de aplicar lo dispuesto en el artículo 75o, si es una obligación
de hacer o de no hacer. Es competente el mismo Juez que conoció la
demanda, salvo que esta se haya iniciado en una Sala Laboral, en cuyo
caso lo será el Juez de Trabajo de Turno.

753
Oxnr Vícron Áv,tos fane

El demandado solo puede oponerse si acredita con prueba docu-


mental el cumplimiento de la obligación.

Artículo 78o.- Calculo de los derechos accesorios


Los derechos accesorios a los que se ejecutan, como las remunera-
ciones devengadas, los intereses y otros similares se liquidan por la parte
vencedora con el auxilio pericial respectivo de ser necesario. La otra parte
puede observar dicha liquidación solo si sustenta su observación en una
liquidación de similar naturaleza. El Juez decide cuál es la liquidación
correcta, recurriendo solo si fuera indispensable a los peritos contables
con los que cuenta el juzgado o los que designe.

TfTULO IIII1]
PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

t...1.
TÍTULO IV
PROCESO DE IMPUGNACIÓN
DE LAUDOs ARBITRALES

Artículo 88o.- lmpugnación de laudos arbitrales


Cualquiera de las partes que haya intervenido en un procedimiento
arbitral derivado de la negociación colectiva, puede impugnar el laudo
recaído en aquel, ante la Sala Laboral o Mixta de la jurisdicción corres-
pondiente.

Artículo 89".- Plazo


El plazo para la impugnación es de cinco (5) días de notificado el
laudo o aclaración si fuera el caso.

tll Este título fue derogado por mandato expreso del numeral 2 de la Primera Disposición
Derogatoria de la Ley No 27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo,
publicada en el diario oficial El Peruano el 7 de diciembre de 2001'

754
LEv PRocrsnr nE,r Tn¡.sA,lo

Artículo 90o.- Remisión de expediente administrativo


Admitida la demanda, se oficia a la Autoridad Administrativa de
Trabajo que ha intervenido en la negociación colectiva, para que remita
el expediente respectivo, corriendo traslado a la otra parte del proce-
dimiento arbitral, para que la conteste en el plazo de tres (3) días, con
conocimiento del árbitro o tribunal que haya expedido el laudo, para que
coadyuven en su defensa, si lo consideran conveniente.

Artículo 91o.- Trámite y plazo de sentencia


El proceso es de puro derecho. La Sala se pronuncia por el mérito
de los alegatos de las partes y del expediente remitido, en el término de
diez (10) días de la última actuación ocurrida.

Artículo 92o.- Pronunciamiento de Ia Corte Suprema


La Corte Suprema de Justicia se pronuncia por el solo mérito del
expediente en el plazo de quince (15) días de ingresado este.

TÍTULO V
PROCESOS NO CONTENCTOSOS

Artículo 93o.- Consignación


La consignación de una obligación exigible no requiere que el deudor
efectúe previamente su ofrecimiento de pago, ni que solícite autorización
del Juez para hacerlo.

Artícuf o 9 4o.- Contradicci ón


El acreedor puede contradecir el efecto cancelatorio de la consigna-
ción en el plazo de tres días de notificada. Conferido el traslado y absuelto
el mismo, el Juez atendiendo a su naturaleza, resuelve lo que corresponda
o manda reservarla para que se decida sobre su efecto cancelatorio en
el proceso respectivo.

Artículo 95o.- Retiro de la consignación


El retiro de la consignación se hace a la sola petición del acreedor,
sin trámite alguno, aun cuando se haya formulado contradicción.

755
Oxer VÍcron Áveros Iena

TÍTULO VI
MEDIDA CAUTELAR

Artículo 96o.- Oportunidad y finalidad


Todo Juez puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar dentro de
un proceso, destinada a asegurar el cumplimiento de la decisión definitiva.
Son procedentes en el proceso laboral las medidas cautelares que
contempla esta ley.

Artícufo 97o.- Requisitos de Ia solicitud


El que pide la medida debe:

1. Exponer los fundamentos y modalidad de la pretensión cautelar.


2. lndicar, si fuere el caso, los bienes sobre los que debe recaer la
medida y el monto de su afectación.
3. Ofrecer contracautela, El Juez, tomando en consideración la
condición económica del solicitante, puede considerar suficiente
la caución juratoria.
4. Designar el órgano de auxilio judicial correspondiente.

Artículo 98o.- Acreditación del fundamento de la pretensión cautelar


Se acredita la pretensión cautelar y se presume el peligro en la
demora en los siguientes casos:
1. Cuando un acta de inspección elaborada por la Autoridad Admi-
nistrativa de Trabajo constata el cierre no autorizado del centro
de trabajo.
2. Cuando el empleador ha sido declarado insolvente por la auto-
ridad administrativa o judicial competentel2l.
3. Cuando el empleador ha sido denunciado penalmente por el
Ministerio Publico por delito contra la libertad de trabajo en los

Numeral derogado por mandato expreso de la Primera Disposición Derogatoria del Decre-
to Legislativo No 845, publicado en el diario oficial El Peruano el21 de septiembre de 1996.

756
LEy PRocnsar otr TRes¡Io

supuestos de simulación de causales para el cierre del centro


de trabajo y de abandono de este para extinguir las relaciones
laborales.

Artículo 99o.- Caso especial de procedencia


Procede la medida cautelar cuando la sentencia de primera instancia
ha sido favorable al demandante, aunque la misma fuera impugnada.

Artículo 100o.- Medidas para futura ejecución forzada


Cuando la pretensión principal es apreciable en dinero, se puede
solicitar embargo bajo la modalidad de inscripción o administración.

Artículo 101o.- Medidas temporales sobre el fondo


El Juez puede disponer el pago de una asignación provisional y
fijar
su monto, que no podrá exceder la remuneración ordinaria del deman-
dante y con cargo a su compensación por tiempo de servicios, en los
procesos de impugnación del despido y de pago de beneficios sociales.

SECCIÓN OCTAVA
SOLUCIÓN EXTRAJUDTCIAL DE
LAS CONTROVERSIAS JURfDICAS

CAPÍTULO I
DE LA CONCILIACIÓN

Artículo 102o.- Promoción de la conciliación


El Estado promueve la conciliación, sea privada o administrativa,
como un mecanismo de solución de los conflictos jurídicos a que se
refiere este Ley.

Artículo 103o.- Clases


La conciliación privada es voluntaria y puede realizarse ante una
entidad o ante un conciliador individual, debiendo, para su validez, ser
homologada por una Sala Laboral ante solicitud de cualquiera de las
partes, caso en el cual adquiere autoridad de cosa juzgada.

7s7
Oxer VÍcron Áv¡.ros Iene

La conciliación administrat¡va es facultativa para el trabajador y


obligatoria para el empleador. Se encuentra a cargo del Ministerio de
Trabajo y Promoción Social, el cual proporciona los medios técnicos y
profesionales para hacerla factible.

CAPÍTULO II
DEL ARBITRAJE

Artículo 104o.- Sometimiento al arbitraje


Las controversias jurídicas en materia laboral pueden ser sometidas
a arbitraje, pudiendo las partes acogerse a lo dispuesto en la Ley General
de Arbitraje en lo aplicable u optar por otro procedimiento arbitral.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Primera.- Los procesos iniciados antes de la vigencia de esta Ley


continuarán su trámite según las normas procesales con las cuales se
iniciaron, salvo en lo relativo al recurso de casación, aplicable a todo
proceso no sentenciado en segunda instancia. Los que se inician a partir
de su vigencia, se tramitan conforme a sus disposiciones.
Segunda.- La presente Ley entra en vigencia a los noventa (90) días
de su publicación.

DISPOSICIONES DEROGATORIAS,
SUSTITUTORIAS Y FINALES

Primera.- Déjase sin efecto los Decretos Supremos No 03-80-TR,


037-90-TR y todas las normas que se opongan a la presente Ley.

Segunda.- Sustitúyanse los artículos 42o, 51o y la parte pertinente


del artículo 57o de la Ley Orgánica del Poder Judicial por los numerales
1,2 y 3 del artículo 40 de la presente Ley.
Tercera.- En lo no previsto por esta Ley son de aplicación supletoria
las normas del Códiqo Procesal Civil.

758
Lry Pnoc¡ser oEr Tneselo

Cuarta.- lnterprétase que los servidores y funcionarios públicos a


que se refiere el inciso b del artículo 2'lo del Decreto Legislativo N" B1Z
son aquellos comprendidos en el régimen laboral del Decreto Legislativo
No 276.

Comuníquese al señor Presidente de la República para su promulgación.


En Lima, a los catorce días del mes de junio de mil novecientos noventa
y seis.
MARTHA CHAVEZ COSsIO DE OCAMPO
Presidenta del Congreso de la República
VÍCTOR JoY WAY RoJAS
Primer Vicepresidente del Congreso de la República
AL SEÑOR PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA
POR TANTO:
Mando se publique y cumpla.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los veintiún días del mes de junio
de mil novecientos noventa y seis.
ALBERTO FUJIMORI FUJIMORI
Presidente Constitucional de la República
CARLOS HERMOZA MOYA
Ministro de Justicia
JORGE GONZALEZ IZQUIERDO
Mínistro de Trabajo y Promoción Social

759
7

LBY No 29497
NUEVA rEY PROCESAT DEt TMBAJO
(El Peruano, l 5 de enero de 201 0)

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso de la República
Ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

NUEVA LEY PROCESAL DEL TRABAJO

TfTULO PRELIMINAR

Artículo l.- Principios del proceso laboral


El proceso laboral se inspira, entre otros, en los principios de
inmediación, oralidad, concentración, celeridad, economía procesal y
veracidad.

761
Oxal VÍcron Áveros J¿.ne

Artículo ll,- Ambito de Ia justícia laboral


Corresponde a la justicia laboral resolver los conflictos jurídicos
que se originan con ocasión de las prestaciones de servicios de carácter
personal, de naturaleza laboral, formativa, cooperativista o administrativa;
están excluidas las prestaciones de servicios de carácter civil, salvo que la
demanda se sustente en el encubrímiento de relaciones de trabajo. Tales
conflictos jurídicos pueden ser individuales, plurales o colectivos, y estar
referidos a aspectos sustanciales o conexos, incluso previos o posteriores
a la prestación efectiva de los servicios.

Artículo lll.- Fundomentos del proceso laboral


En todo proceso laboral los jueces deben evitar que la desigualdad
entre las partes afecte el desarrollo o resultado del proceso, para cuyo
efecto procuran alcanzar la igualdad real de las partes, privilegian el fondo
sobre la forma, interpretan los requisitos y presupuestos procesales en
sentido favorable a la continuidad del proceso, observan el debido pro-
ceso, la tutela jurisdiccional y el principio de razonabilidad. En particular,
acentúan estos deberes frente a la madre gestante, el menor de edad y
la persona con discapacidad.
Los jueces laborales tienen un rol protagónico en el desarrollo e
impulso del proceso. lmpiden y sancionan la inconducta contrar¡a a los
deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe de las partes, sus
representantes, sus abogados y terceros.
El proceso laboral es gratuito para el prestador de servicios, en todas
las instancias, cuando el monto total de las pretensiones reclamadas no
supere las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP).

Artículo lV.- Interpretación y aplicación de las normas en la reso-


lución de los conflictos de Ia justicia laboral
Los jueces laborales, bajo responsabilidad, imparten justicia con
arreglo a la Constitución Política del Perú, los tratados internacionales
de derechos humanos y la ley. lnterpretan y aplican toda norma jurídica,
íncluyendo los convenios colectivos, según los principios y preceptos
constitucionales, así como los precedentes vinculantes del Tribunal Cons-
titucional y de la Corte Suprema de Justicia de la República.

762
a

Nu¡v¡. Lsy Pnoc¡ser o¡r TRenRIo

TITULO I

DISPOSICIONES GENERALES

CAPÍTULO I

COMPETENCIA

Artículo 1o.- Competencia por materia de los juzgados de paz


letrados laborales
Los juzgados de paz letrados laborales conocen de los siguientes
procesos:

1. En proceso abreviado laboral, las pretensiones referidas al cum-


plimiento de obligaciones de dar no superiores a cincuenta (50)
Unidades de Referencia Procesal (URP) originadas con ocasión
de la prestación personal de servicios de naturaleza laboral,
formativa o cooperativista, referidas a aspectos sustanciales o
conexos, incluso previos o posteriores a la prestación efectiva
de los servicios.
2. Los procesos con título ejecutivo cuando la cuantía no supere
las cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP); salvo
tratándose de la cobranza de aportes previsionales del Sistema
Privado de Pensiones retenidos por el empleador, en cuyo caso
son competentes con prescindencia de la cuantía.
3. Los asuntos no contenciosos, sin importar la cuantía.
Artículo 20.- Competencia por materia de los juzgados especiali-
zados de trabajo
Los juzgados especializados de trabajo conocen de los siguientes
procesos:

1. En proceso ordinario laboral, todas las pretensiones relativas a


la protección de derechos individuales, plurales o colectivos,
originadas con ocasión de la prestación personal de servicios
de naturaleza laboral, formativa o cooperativista, referidas a
aspectos sustanciales o conexos, incluso previos o posteriores a
la prestación efectiva de los servicios.

763
Oxel VÍcron Averos Jene

Se consideran incluidas en dicha competencia, sin ser exclusivas,


las pretensiones relacionadas a los siguientes:
a. El nacimiento, desarrollo y extinción de la prestación personal
de servicios; así como a los correspondientes actos jurídicos.
b. La responsabilidad por daño patrimonial o extrapatrimonial,
incurrida por cualquiera de las partes involucradas en la
prestación personal de servicios, o terceros en cuyo favor se
presta o prestó el servicio.
c. Los actos de discriminación en el acceso, ejecución y extinción
de la relación laboral.
d. El cese de los actos de hostilidad del empleadot incluidos
los actos de acoso moral y hostigamiento sexual, conforme
a la ley de la materia.
e. Las enfermedades profesionales y los accidentes de trabajo.
f. La impugnación de los reglamentos internos de trabajo.
g. Los conflictos vinculados a una organización sindical y entre
organizaciones sindicales, incluida su disolución.
h. El cumplimiento de obligaciones generadas o contraídas con
ocasión de la prestación personal de servicios exigibles a
institutos, fondos, cajas u otros.
El cumplimiento de las prestaciones de salud y pensiones
de invalidez, a favor de los asegurados o los beneficiarios,
exigibles al empleador, a las entidades prestadoras de salud
o a las aseguradoras.
El Sistema Privado de Pensiones.
. La nulidad de cosa juzgada fraudulenta laboral; y
L aquellas materias que, a criterio del juez, en función de su
especial naturaleza, deban ser ventiladas en el proceso or-
dinario laboral.
Conoce las pretensiones referidas al cumplimiento de obligacio-
nes de dar superiores a cíncuenta (50) Unidades de Referencia
Procesal (URP).

764
Nuave Lev PRoc¡s¡,1- oE,L Tneselo

2. En proceso abreviado laboral, de la reposición cuando esta se


plantea como pretensión principal única.
3. En proceso abreviado laboral, las pretensiones relativas a la vui-
neración de la libertad sindical.
4. En proceso contencioso administrativo conforme a la ley de la
materia, las pretensiones originadas en las prestaciones de ser-
vicios de carácter personal, de naturaleza laboral, administrativa
o de seguridad social, de derecho público; así como las impug-
naciones contra actuaciones de la autoridad administrativa de
trabajo.
5. Los procesos con título ejecutivo cuando la cuantía supere las
cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP).

Artículo 3o,- Competencia por moteria de las salas laborales


superiores
Las salas laborales de las cortes superiores tienen competencia, en
primera instancia, en las materias siguientes:
1. Proceso de acción popular en materia laboral, a ser tramitado
conforme a la ley que regula los procesos constitucionales'
2. Anulación de laudo arbitral que resuelve un conflicto jurídico de
naturaleza laboral, a ser tramitada conforme a la ley de arbitraje.
3. lmpugnación de laudos arbitrales derivados de una negociación
colectiva, a ser tramitada conforme al procedimiento establecido
en la presente Ley.
4. Contienda de competencia promovida entre juzgados de trabajo
y entre estos y otros juzgados de distinta especialidad del mismo
distrito judicial.
5. Conflictos de autoridad entre los juzgados de trabajo y autori-
dades administrativas en los casos previstos por la ley.
6. Las demás que señale la ley.
Artículo 4o.- Competencia por función
4.1. La Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema
de Justicia de la República es competente para conocer de los
siguientes recursos:

765
Oxlr VÍcron Áv¡,ros J,cnA,

a. del recurso de casación;


b. del recurso de apelación de las resoluciones pronunciadas
por las salas laborales en primera instancia; y
c. del recurso de queja por denegatoria del recurso de apelación
o por haber sido concedido en efecto distinto al establecido
en la ley.

4.2. Las salas laborales de las cortes superiores son competentes para
conocer de los siguientes recursos:
a. Del recurso de apelación contra las resoluciones expedidas
por los juzgados laborales; Y
b. del recurso de queja por denegatoria del recurso de apelación
o por haber sido concedido en efecto distinto al establecido
en la ley.

4.3.Los juzgados especializados de trabajo son competentes para


conocer de los siguientes recursos:
a. del recurso de apelación contra las resoluciones expedidas
por los juzgados de paz letrados en materia laboral; y
b. del recurso de queja por denegatoria del recurso de apelación
o por haber sido concedido en efecto distinto al establecido
en la ley.

Artículo 5".- Determinación de Ia cuantío


La cuantía está determinada por la suma de todos los extremos
contenidos en la demanda, tal como hayan sido liquidados por el de-
mandante. Los intereses, las costas, los costos y los conceptos que se
devenguen con posterioridad a la fecha de interposición de la demanda
no se consideran en la determinación de la cuantía.

Artículo 60.- Competencio por territorio


A elección del demandante es competente el juez del lugar del
domicilio principal del demandado o el del último lugar donde se pres-
taron los servicios.

766
NuEv,c LEv Pnoceser opL TRns¡to

Si la demanda está dirigida contra quien prestó los servicios, solo


es competente el juez del domicilio de este.

En la impugnación de laudos arbitrales derivados de una negociación


colectiva es competente la sala laboral del lugar donde se expidió el laudo.
La competencia por razón de territorio solo puede ser prorrogada
cuando resulta a favor del prestador de servicios.

Artículo 7o.- Regulación en caso de incompetencia


7.'1. El demandado puede cuestionar la competencia del juez por
razón de la materia, cuantía, grado y territorio mediante excep-
ción. Sin perjuicio de ello el juez, en cualquier estado y grado
del proceso, declara, de oficio, la nulidad de lo actuado y la
remisión al órgano jurisdiccional competente si determina su
incompetencia por razón de materia, cuantía, grado, función o
territorio no prorrogado.
7.2.Tratándose del cuestionamiento de la competencia deljuez por
razón de territorio, el demandado puede optar, excluyentemente,
por oponer la incompetencia como excepción o como contienda.
La competencia de los jueces de paz letrados solo se cuestiona
mediante excepción.
7.3.La cont¡enda de competencia entre jueces de trabajo y entre
estos y otros juzgados de distinta especialidad del mismo distrito
judicial la dirime la sala laboral de la corte superior correspon-
diente. Tratándose de juzgados de diferentes distritos judiciales,
la dirime la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República.

CAPÍTULO II
COMPARECENCIA

Artículo 8o.- Reglas especiales de comparecencia


8.1. Los menores de edad pueden comparecer sin necesidad de
representante legal. En el caso de que un menor de catorce
(14) años comparezca al proceso sin representante legal, el juez

767
Oxlr VÍcron Áveros fena

pone la demanda en conocimiento del Ministerio Público para


que actúe según sus atribuciones. La falta de comparecencia del
Ministerio Público no interfiere en el avance del proceso.
B.2.Los sindicatos pueden comparecer al proceso laboral en causa
propia, en defensa de los derechos colectivos y en defensa de
sus dirigentes y afiliados.

B.3.Los sindicatos actúan en defensa de sus dirigentes y afiliados sin


necesidad de poder especial de representación; sin embargo, en
la demanda o contestación debe identificarse individualmente
a cada uno de los afiliados con sus respectivas pretensiones.
En este caso, el empleador debe poner en conocimiento de los
trabajadores la demanda interpuesta. La inobservancia de este
deber no afecta la prosecución del proceso.
La representación del sindicato no habilita al cobro de los dere-
chos económicos que pudiese reconocerse a favor de los afiliados.

Artículo 9".- Legitimación especial


9.1. Las pretensiones derivadas de la afectación al derecho a la no
discriminación en el acceso al empleo o del quebrantamiento
de las prohibiciones de trabajo forzoso e infantil pueden ser
formuladas por los afectados directos, una organización sindi-
cal, una asociación o institución sin fines de lucro dedicada a
la protección de derechos fundamentales con solvencia para
afrontar la defensa a criterio del juez, la Defensoría del Pueblo
o el Ministerio Público.
9.2.Cuando se afecten los derechos de libertad sindical, negociación
colectiva, huelga, a la seguridad y salud en el trabajo y, en gene-
ral, cuando se afecte un derecho que corresponda a un grupo o
categoría de prestadores de servicios, pueden ser demandantes
el sindicato, los representantes de los trabajadores, o cualquier
trabajador o prestador de servicios del ámbito.

Artículo 1Oo.- Defensa pública a cargo del Ministerio de Justicia


La madre gestante, el menor de edad y la persona con discapacidad
que trabajan tienen derecho a la defensa pública, regulada por la ley de
la materia.

768
NuEv¡ L¡v Pnocnser oE,r Tn¿sllo

CAPITULO III
ACTUACION ES PROCESALES

Suscnpfrulo I
REGLAS DE CONDUCTA Y ORALIDAD

Artículo 11o.- Reglas de conductaen las audiencias


En las audiencias el juez cuida especialmente que se observen las
siguientes reglas de conducta:
a. Respeto hacia el órgano jurisdiccional y hacia toda persona
presente en la audiencia. Está prohibido agraviar, interrumpir
mientras se hace uso de la palabra, usar teléfonos celulares u
otros análogos sin autorización del juez, abandonar injustifica-
damente la sala de audiencia, así como cualquier expresión de
aprobación o censura.
b. Colaboración en la labor de impartición de justicia. Merece san-
ción alegar hechos falsos, ofrecer medios probatorios inexisten-
tes, obstruir la actuación de las pruebas, generar dilaciones que
provoquen injustificadamente la suspensión de la audiencia, o
desobedecer las órdenes dispuestas por el juez.

Artículo 12o.- Prevalencia de Ia oralidad en los procesos por au'


diencias
12.1. En los procesos laborales por audiencias las exposiciones orales
de las partes y sus abogados prevalecen sobre las escritas sobre
la base de las cuales el juez dirige las actuaciones procesales
y pronuncia sentencia. Las audiencias son sustancialmente un
debate oral de posiciones presididas por el juez, quien puede
interrogar a las partes, sus abogados y terceros participantes
en cualquier momento. Las actuaciones realizadas en audien-
cia, salvo la etapa de conciliación, son registradas en audio y
vídeo utilizando cualquier medio apto que permita garantizar
fidelidad, conservación y reproducción de su contenido' Las
partes tienen derecho a la obtención de las respectivas copias
en soporte electrónico, a su costo.

769
Ox¡.r VÍcton Averos hn.l

12.2. La g ra bación se,i ncorpora al expediente. Ad icional mente, el juez


deja constancia en acta únicamente de lo siguiente: identifica-
ción de todas las personas que participan en la audiencia, de
los medios probatorios que se hubiesen admitido y actuado,
la resolución que suspende la audiencia, los incidentes extraor-
dinarios y el fallo de la sentencia o la decisión de diferir su
expedición.
Si no se dispusiese de medios de grabación electrónicos, el
registro de las exposiciones orales se efectúa haciendo constar,
en acta, las ideas centrales expuestas.

Suscnplrulo ll
NOTIFICACIONES

Artículo 13",- Notificaciones en los procesos laborales


Las notificaciones de las resoluciones que se dicten en el proceso se
efectúan mediante sistemas de comunicación electrónicos u otro medio
idóneo que permita confirmar fehacientemente su recepción, salvo cuando
se trate de las resoluciones que contengan el traslado de la demanda,
la admisión de un tercero con interés, una medida cautelar, la sentencia
en los procesos diferentes al ordinario, abreviado y de impugnación de
laudos arbitrales económicos. Las resoluciones mencionadas se notifican
mediante cédula.
Para efectos de la notificación electrónica, las partes deben consignar
en la demanda o en su contestación una dirección electrónica, bajo aper-
cibimiento de declararse la inadmisibilidad de tales actos postulatorios.
La notificación electrónica surte efectos desde el día siguiente que
llega a la dirección electrónica.
En las zonas de pobreza decretadas por los órganos de gobierno
del Poder Judicial, así como en los procesos cuya cuantía no supere las
setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP) las resoluciones son
notificadas por cédula, salvo que se solicite la notificación electrónica.
Las notificaciones por cédula fuera del distrito judicial son realizadas
directamente a la sede judicial de destino.

770
a

NuEv¡, Lsy Pnocns¡r o¡r Tn¡s¡Io

Las resoluciones dictadas en audiencia se entienden notificadas a


las partes, en el acto.

SueclplruLo lll
cosTAs Y cosTos

Artículo 14o.- Costas y costos


La condena en costas y costos se regula conforme a la norma pro-
cesal civil. El juez exonera al prestador de servicios de costas y costos si
las pretensiones reclamadas no superan las setenta (70) Unidades de Re-
ferencia Procesal (URP), salvo que la parte hubiese obrado con temeridad
o mala fe. También hay exoneración si, en cualquier tipo de pretensión,
el juez determina que hubo motivos razonables para demandar.

SuscnpfruLo lV
MULTAS

Artículo Multas
15o,-
En los casos de temeridad o mala fe procesal eljuez tiene el deber
de imponer a las partes, sus representantes y los abogados una multa no
menor de media (1/2) ni mayor de cincuenta (50) Unidades de Referencia
Procesal (URP).
La multa por temeridad o mala fe es independiente de aquella
otra que se pueda imponer por infracción a las reglas de conducta a ser
observadas en las audiencias.
La multa por infracción a las reglas de conducta en las audiencias es
no menor de media (112) ni mayor de cinco (5) Unidades de Referencia
Procesal (URP).
Adicionalmente a las multas impuestas, el juez debe remitir copias
de las actuaciones respectivas a la presidencia de la corte superior, al
Ministerio Público y al Colegio de Abogados correspondiente, para las
sanciones a que pudiera haber lugar.
Existe responsabilídad solidaria entre las partes, sus representantes
y sus abogados por las multas impuestas a cualquiera de ellos. No se
extiende la responsabilidad solidaria al prestador de servicios.

771
Oxer VÍcron Av¡ros Inne

Eljuez solo puede exonerar de la multa por temeridad o mala fe


si el proceso concluye por conciliación judicial antes de la sentencia de
segunda instancia, en resolución motivada.
El juez puede imponer multa a los testigos o peritos, no menor de
media (1/2) ni mayor de cinco (5) Unidades de Referencia Procesal (URP)
cuando estos, habiendo sido notificados excepcionalmente por eljuzgado,
inasisten sin justificación a la audiencia ordenada de oficio por el juez.

Subcapítulo V
Admisión y procedencia

Artículo 160.- Requisitos de Ia demanda


La demanda se presenta por escrito y debe contener los requisitos
y anexos establecidos en la norma procesal civil, con las siguientes pre-
cisiones:

a. Debe incluirse, cuando corresponda, la indicación del monto total


del petitorio, así como el monto de cada uno de los extremos
que integren la demanda; y
b. no debe incluirse ningún pliego dirigido a la contraparte, los
testigos o los peritos; sin embargo, debe indicarse la finalidad
de cada medio de prueba.
El demandante puede incluir de modo expreso su pretensión de
reconocimiento de los honorarios que se pagan con ocasión del proceso.
Cuando el proceso es iniciado por más de un demandante debe
designarse a uno de ellos para que los represente y señalarse un domi-
cilio procesal único.
Los prestadores de servicios pueden comparecer al proceso sin
necesidad de abogado cuando el total reclamado no supere las diez
(10) Unidades de Referencia Procesal (URP). Cuando supere este límite y
hasta las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP) es facultad
del juez, atendiendo a las circunstancias del caso, exigir o no la compa-
recencia con abogado. En los casos en que se comparezca sin abogado
debe emplearse el formato de demanda aprobado por el Poder Judicial.

772
Nurv¡ LEv PnocEser nEL Tnnselo

Artículo 17o.- Admisión de la demanda


El juez verifica el cumplimiento de los requisitos de la demanda
dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes de recibida. Si observa el
incumplimiento de alguno de los requisitos, concede al demandante cinco
(5)días hábiles para que subsane la omisión o defecto, bajo apercibimien-
to de declararse la conclusión del proceso y el archivo del expediente.
La resolución que disponga la conclusión del proceso es apelable en el
plazo de cinco (5) días hábiles.
Excepcionalmente, en el caso de que la improcedencia de la demanda
sea notoria, el juez la rechaza de plano en resolución fundamentada. La
resolución es apelable en el plazo de cinco (5) días hábiles siguientes.

Artículo 18o,- Demanda deliquidación de derechos individuales


Cuando en una sentencia se declare la existencia de afectación de
un derecho que corresponda a un grupo o categoría de prestadores
de servicios, con contenido patrimonial, los miembros del grupo o
categoría o quienes individualmente hubiesen sido afectados pueden
iniciar, sobre la base de dicha sentencia, procesos individuales de
liquidación del derecho reconocido, siempre y cuando la sentencia
declarativa haya sido dictada por el Tribunal Constitucional o la Corte
Suprema de Justicia de la República, y haya pasado en autoridad de
cosa juzgada.

En el proceso individual de liquidación del derecho reconocido es


improcedente negar el hecho declarado lesivo en la sentencia del Tribu-
nal Constitucional o de la Corte Suprema de Justicia de la República. El
demandado puede, en todo caso, demostrar que el demandante no se
encuentra en el ámbito fáctico recogido en la sentencia.

Artículo 19o.- Requisitos de la contestación


La contestación de la demanda se presenta por escrito y debe con-
tener los requisitos y anexos establecidos en la norma procesal civil, sin
incluir ningún pliego dirigido a la contraparte, los testigos o los peritos;
sin embargo, debe indicarse la finalidad de cada medio de prueba.
La contestación contiene todas las defensas procesales y de fondo
que el demandado estime convenientes. Si el demandado no niega ex-

773
Oxnr VÍcron Avnros fene

presamente los hechos expuestos en la demanda, estos son considerados


admitidos.
La reconvención es improcedente.

Artículo 2O".- Caso especial de procedencia


En el caso de pretensiones referidas a la prestación personal de
servícios, de naturaleza laboral o adminístrativa de derecho público, no
es exigible el agotamiento de la vía administrativa establecida según
la legislación general del procedimiento administrativo, salvo que en el
correspondiente régimen se haya establecido un procedimiento previo
ante un órgano o tribunal específico, en cuyo caso debe recurrirse ante
ellos antes de acudir al proceso contencioso administrativo.

Subcapítulo Vl
Actividad probatoria

Artículo Oportunidad
21o.-
Los medios probatorios deben ser ofrecidos por las partes única-
mente en la demanda y en la contestación. Extraordinariamente, pueden
ser ofrecidos hasta el momento previo a la actuación probatoria, siempre
y cuando estén referidos a hechos nuevos o hubiesen sido conocidos u
obtenidos con posterioridad.
Las partes concurren a la audiencia en la que se actúan las pruebas
con todos sus testigos, peritos y documentos que, en dicho momento,
corresponda ofrecer, exhibir o se pretenda hacer valer con relación a las
cuestiones probatorias. Esta actividad de las partes se desarrolla bajo
su responsabilidad y costo, sin necesidad de citación del juzgado y sin
perjuicio de que el juez los admita o rechace en el momento. La ina-
sistencia de los testigos o peritos, así como la falta de presentación de
documentos, no impide aljuez pronunciar sentencia si, sobre la base de
la prueba actuada, los hechos necesitados de prueba quedan acreditados.

En ningún caso, fuera de las oportunidades señaladas, la presentación


extemporánea de medios probatorios acarrea la nulidad de la sentencia
apelada. Estos medios probatorios no pueden servir de fundamento de
la sentencia.

774
Nurv¡, Lrv Pnocsser nnr Tn¡seto

Artículo 22".- Prueba de oficio


Excepcionalmente, eljuez puede ordenar la práctica de alguna prueba
adicional, en cuyo caso dispone lo conveniente para su realización, proce-
diendo a suspender la audiencia en la que se actúan las pruebas por un
lapso adecuado no mayor a treinta (30) días hábiles, y a citar, en el mismo
acto, fecha y hora para su continuación. Esta decisión es inimpugnable.
Esta facultad no puede ser invocada encontrándose el proceso en
casación. La omisión de esta facultad no acarrea la nulidad de la sentencia.

Artículo 23".- Carga de Ia prueba


23.1.La carga de la prueba corresponde a quien afirma hechos que
configuran su pretensión, o a quien los contradice alegando
nuevos hechos, sujetos a las siguientes reglas especiales de dis-
tribución de la carga probatoria, sin perjuicio de que por ley se
dispongan otras adicionales.
232.Acreditada la prestación personal de servicios, se presume la
existencia de vínculo laboral a plazo indeterminado, salvo prueba
en contrario.
23.3.Cuando corresponda, si el demandante invoca la calidad de
trabajador o ex trabajador, tiene la carga de la prueba de:
a. La existencia de la fuente normativa de los derechos alegados
de origen distinto al constitucional o legal.
b. El motivo de nulidad invocado y el acto de hostilidad padecido.
c. La existencia del daño alegado.

234.De modo paralelo, cuando corresponda, incumbe al demandado


que sea señalado como empleador la carga de la prueba de:
a. El pago, el cumplimiento de las normas legales, el cumpli-
miento de sus obligaciones contractuales, su extinción o
inexigibilidad.
b. La existencia de un motivo razonable distinto al hecho lesivo
alegado.
c. El estado del vínculo laboral y la causa del despido.

775
Oxer Vícron Áv¡ros Jen¡

23.5.En aquellos casos en que de la demanda y de la prueba actua-


da aparezcan indicios que permitan presumir la existencia del
hecho lesivo alegado, eljuez debe darlo por cierto, salvo que el
demandado haya aportado elementos suficientes para demos-
trar que existe justificación objetiva y razonable de las medidas
adoptadas y de su proporcionalidad.
Los indicios pueden ser, entre otros, las circunstancias en las que
sucedieron los hechos materia de la controversia y los antecedentes de
la conducta de ambas partes.

Artículo 24o,- Forma de los interrogatorios


El interrogatorio a las partes, testigos, peritos y otros es realizado
por el juez de manera libre, concreta y clara, sin seguir ningún ritua-
lismo o fórmula preconstituida. Para su actuación no se requiere de la
presentación de pliegos de preguntas. No se permite leer las respuestas,
pero sí consultar documentos de apoyo. Los abogados de las partes
también pueden preguntar o solicitar aclaraciones, bajo las mismas
reglas de apertura y libertad. El juez guía la actuación probatoria con
vista a los principios de oralidad, inmediación, concentración, celeridad
y economía procesal. lmpide que esta se desnaturalice sancionando
las conductas temerarias, dilatorias, obstructivas o contrarias al deber
de veracidad.

Artículo 25".- Declaración de parte


La parte debe declarar personalmente. Las personas jurídicas prestan
su declaración a través de cualquiera de sus representantes, quienes tienen
el deber de acudir informados sobre los hechos que motivan el proceso.

Artículo 26".- Declaración de testigos


Los testigos no presencian el desarrollo de la audiencia y solo in-
gresan a ella en el momento que les corresponda.
deljuzgado expide al testigo una constancia de asistencia
El secretario
a fin de acreditar el cumplimiento de su deber ciudadano. Tratándose de
un trabajador, dicha constancia sirve para sustentar ante su empleador
la inasistencia y el pago de la remuneración por el tiempo de ausencia.

776
Nu¡ve Lry Pnoc¡s¡,r. rnr Tneselo

Artículo 27o.- Exhibición de planillas


La exhibición de las planillas manuales se tiene por cumplida con
la presentación de las copias legalizadas correspondientes a los periodos
necesitados de prueba.
La exhibición de las planillas electrónicas es ordenada por eljuez al
funcionario del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo responsable
de brindar tal información. Es improcedente la tacha de la información de
las planillas electrónicas remitida por dicho funcionario, sin perjuicio de
la responsabilidad penal o funcional que las partes puedan hacer valer
en la vía correspondiente.
Las partes pueden presentar copias certificadas expedidas por el
Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo de la información conte-
nida en las planillas electrónicas, en lugar de la exhibición electrónica.

Artículo 28".- Pericia


Los peritos no presencian el desarrollo de la audíencia y solo ingresan
a ella en el momento que corresponda efectuar su exposición.
Los informes contables practicados por los peritos adscritos a los
juzgados de trabajo y juzgados de paz letrados tienen la finalidad de
facilitar al órgano jurisdiccional la información necesaria para calcular, en
la sentencia, los montos de los derechos que ampara, por lo que esta
pericia no se ofrece ni se actúa como medio probatorio.

Artículo 29o.- Presunciones legales derivadas de Ia conducta de


las partes
Eljuez puede extraer conclusiones en contra de los intereses de las
partes atendiendo a su conducta asumida en el proceso. Esto es particu-
larmente relevante cuando la actividad probatoria es obstaculizada por
una de las partes.
Entre otras circunstancias, se entiende que se obstaculiza la actuación
probatoria cuando no se cumple con las exhibiciones ordenadas, se niega
la existenc¡a de documentación propia de su actividad jurídica o econó-
mica, se impide o niega el acceso aljuez, los peritos o los comisionados
judiciales al material probatorio o a los lugares donde se encuentre, se
niega a declarar, o responde evasivamente.

777
Oxar VÍcron Ávnros Jen¿

SugcnplruLo Vll
FORMAS ESPECIALES
DE CONCLUSIÓN DEL PROCESO

Artículo 3Oo.- Formas especiales de conclusión del Proceso


El proceso laboral puede concluir, de forma especial, por conciliación,
allanamiento, reconocimiento de la demanda, transacción, desistimiento o
abandono. También concluye cuando ambas partes inasisten por segunda
vez a cualquiera de las audiencias programadas en primera instancia.
La conciliación y la transacción pueden ocurrir dentro del proceso,
cualquiera sea el estado en que se encuentre, hasta antes de la notificación
de la sentencia con calidad de cosa juzgada. El juez puede en cualquier
momento invitar a las partes a llegar a un acuerdo conciliatorio, sin que
su participación implique prejuzgamiento y sin que lo manifestado por
las partes se considere declaración. Si ambas partes concurren al juzga-
do llevando un acuerdo para poner fin al proceso, el juez le da trámite
preferente en el día.
Para que un acuerdo conciliatorio o transaccional ponga fin al pro-
ceso debe superar el test de disponibilidad de derechos, para lo cual se
toman los siguientes criterios:
a. el acuerdo debe versar sobre derechos nacidos de una norma
dispositiva, debiendo el juez verificar que no afecte derechos
indisponibles;
b. debe ser adoptado por el titular del derecho; y
c. debe haber participado el abogado del prestador de servicios
demandante.
Los acuerdos conciliatorios y transaccionales también pueden darse
independientemente de que exista un proceso en trámite, en cuyo caso
no requieren ser homologados para su cumplimiento o ejecución. La
demanda de nulidad del acuerdo es improcedente si el demandante lo
ejecutó en la vía del proceso ejecutivo habiendo adquirido, de ese modo,
la calidad de cosa juzgada.
El abandono del proceso se produce transcurridos cuatro (4) meses
sin que se realice acto que lo impulse. Eljuez declara el abandono a pe-
dido de parte o de tercero legitimado, en la segunda oportunidad que se

778
NuEv¡, LEv Pnocsser orr Tnn¡¡,lo

solicite, salvo que en la primera vez el demandante no se haya opuesto


al abandono o no haya absuelto el traslado conferido.

Subcapítulo Vlll
Sentencia

Artículo 31o.- Contenido de la sentencia


El juez recoge los fundamentos de hecho y de derecho esenciales
para motivar su decisión. La existencia de hechos admitidos no enerva
la necesidad de fundamentar la sentencia en derecho.
La sentencia se pronuncia sobre todas las articulaciones o medios
de defensa propuestos por las partes y sobre la demanda, en caso de
que la declare fundada total o parcialmente, indicando los derechos
reconocidos, así como las prestaciones que debe cumplir el demanda-
do. Si la prestación ordenada es de dar una suma de dinero, la misma
debe estar indicada en monto líquido. El juez puede disponer el pago
de sumas mayores a las demandadas si apareciere error en el cálculo
de los derechos demandados o error en la invocación de las normas
aplicables.
Tratándose de pretensiones con pluralidad de demandantes o de-
mandados, el juez debe pronunciarse expresamente por los derechos y
obligaciones concretos que corresponda a cada uno de ellos.
El pago de los intereses legales y la condena en costos y costas
no requieren ser demandados. Su cuantía o modo de liquidación es de
expreso pronunciamiento en la sentencia.

Subcapítulo lX
Medios impugnatorios

Artículo 32o.- Apelación de la sentencia en los procesos ordinorio,


abreviado y de impugnación de loudos orbitroles económicos
El plazo de apelación de la sentencia es de cinco (5) días hábiles y
empieza a correr desde el día hábil siguiente de la audiencia o de citadas
las partes para su notificación.

779
Oxlr VÍcron Avelos Jene

Artículo 33a.- Trámite en segunda instancia y audiencia de vista


de la causa en los procesos ordinario, abreviado y de impugnación de
Ia u d os a rbitra Ie s e con óm icos
lnterpuesta la apelación, el juez remite el expediente a segunda
instancia dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.
El órgano jurisdiccional de segunda instancia realiza las siguientes
actividades:
a. Dentro de los cinco (5) días hábiles de recibido el expediente
fija día y hora para la celebración de la audiencia de vista de la
causa. La audiencia de vista de la causa debe fijarse entre los
veinte (20) y treinta (30) días hábiles siguientes de recibido el
expediente.
b. El día de la audiencia de vista, concede el uso de la palabra al
abogado de la parte apelante a fin de que exponga sintéticamente
los extremos apelados y los fundamentos en que se sustentan; a
continuación, cede el uso de la palabra al abogado de la parte
contraria. Puede formular preguntas a las partes y sus abogados
a lo largo de las exposiciones orales.
c. Concluida la exposición oral, dicta sentencia inmediatamente o
luego de sesenta (60) minutos, expresando el fallo y las razones
que lo sustentan, de modo lacónico. Excepcionalmente, puede
diferir su sentencia dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.
En ambos casos, al finalizar la audiencia señala día y hora para
que las partes comparezcan ante el despacho para la notificación
de la sentencia, bajo responsabilidad. La citación debe realizarse
dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes de celebrada la
audiencia de vista.
d. Si las partes no concurren a la audiencia de vista, la sala, sin
necesidad de citación, notifica la sentencia al quinto día hábil
siguiente, en su despacho.

Artículo 34".- Causales del recurso de casación


El recurso de casación se sustenta en la infracción normativa que
incida directamente sobre la decisión contenida en la resolución impug-

780
Nu¡va Lev PnocesnL orr- TRns¡Jo

nada o en el apartamiento de los precedentes vinculantes dictados por


elTribunal Constitucional o la Corte Suprema de Justicia de la República.

Artículo 35".- Requisitos de admisibilidad del recurso de casación


El recurso de casación se interpone:

1. Contra las sentencias y autos expedidos por las salas superiores


que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso. En
el caso de sentencias el monto total reconocido en ella debe
superar las cien (100) Unidades de Referencia Procesal (URP).
No procede el recurso contra las resoluciones que ordenan a la
instancia inferior emitir un nuevo pronunciamiento.
2. Ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución impugnada.
La sala superior debe remitir el expediente a la Sala Suprema,
sin más trámite, dentro del plazo de tres (3) días hábiles.
3. Dentro del plazo de diez (10) días hábiles siguientes de notificada
la resolución que se impugna.
4. Adjuntando el recibo de la tasa respectiva. 5i el recurso no cumple
con este requisito, la Sala Suprema concede al impugnante un
plazo de tres (3) días hábiles para subsanarlo. Vencido el plazo
sin que se produzca la subsanación, se rechaza el recurso.

Artícufo 360.- Requisitos de procedencia del recurso de casación


Son requisitos de procedencia del recurso de casación;
'1. Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolu-
ción adversa de primera instancia, cuando esta fuere confirmada
por la resolución objeto del recurso.
2. Describir con claridad y precisión la infracción normativa o el
apartamiento de los precedentes vinculantes.
3. Demostrar la incidencia directa de la infracción normativa sobre
la decisión impugnada.
4. lndicar si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio. 5i fuese
anulatorio, se precisa si es total o parcial, y si es este último, se
indica hasta dónde debe alcanzar la nulidad. Si fuera revocatorio,

781
Ox¡.r VÍcron Averos fane

se precisa en qué debe consistir la actuación de la sala. Si el re-


curso contuvíera ambos pedidos, debe entenderse el anulatorio
como principal y el revocatorio como subordinado.

Artículo 37o.- Trámite del recurso de casación


Recibido el recurso de casación, la Sala Suprema procede a examinar
el cumplimiento de los requisitos previstos en los artículos 35o y 360 y
resuelve declarando inadmisible, procedente o improcedente el recurso,
según sea el caso.
Declarado procedente el recurso, la Sala Suprema fija fecha para la
vista de la causa.
Las partes pueden solicitar informe oral dentro de los tres (3) días
hábiles siguientes a la notificación de la resolución que fija fecha para
vista de la causa.
Concluida la exposición oral, la Sala Suprema resuelve el recurso
inmediatamente o luego de sesenta (60) minutos, expresando el fallo.
Excepcionalmente, se resuelve dentro de los cinco (5) días hábiles siguien-
tes. En ambos casos, al finalizar la vista de la causa se señala día y hora
para que las partes comparezcan ante el despacho para la notificación
de la resolución, bajo responsabilidad. La citación debe realizarse dentro
de los cinco (5) días hábiles síguientes de celebrada la vista de la causa.
Si no se hubiese solicitado informe oral o habiéndolo hecho no se
concurre a la vista de la causa, la Sala Suprema, sin necesidad de citación,
notifica la sentencia al quinto día hábil siguiente en su despacho.

Artículo 38".- Efecto del recurso de casación


La interposición del recurso de casación no suspende la ejecución
de las sentencias. Excepcionalmente, solo cuando se trate de obligaciones
de dar suma de dinero, a pedido de parte y previo depósito a nombre
del juzgado de origen o carta fianza renovable por el importe total
reconocido, el juez de la demanda suspende la ejecución en resolución
fundamentada e inimpugnable.
El importe total reconocido incluye el capital, los intereses del capi-
tal a la fecha de interposición del recurso, los costos y costas, así como
los intereses estimados que, por dichos conceptos, se devenguen hasta

782
Nu¡vn Lry Pnocesel- pEL TR¡selo

dentro de un (1) año de interpuesto el recurso. La liquidación del importe


total reconocido es efectuada por un perito contable.
En caso de que el demandante tuviese trabada a su favor una me-
dida cautelar, debe notificársele a fin de que, en el plazo de cinco (5)
días hábiles, elija entre conservar la medida cautelar trabada o sustituirla
por el depósito o la carta fianza ofrecidos. 5i el demandante no señala
su elección en el plazo concedido, se entiende que sustituye la medida
cautelar por el depósito o la carta fianza. En cualquiera de estos casos,
el juez de la demanda dispone la suspensión de la ejecución.

Artículo 39o.- Consecuencias del recurso de casación declorado


fundado
Si el recurso de casación es declarado fundado, la Sala Suprema casa
la resolución recurrida y resuelve el conflicto sin devolver el proceso a
la instancia inferior. El pronunciamiento se limita al ámbito del derecho
conculcado y no abarca, si los hubiere, los aspectos de cuantía económica,
los cuales deben ser liquidados por el juzgado de origen.
En caso de que la infracción normativa estuviera referida a algún
elemento de la tutela jurisdiccional o el debido proceso, la Sala Supre-
ma dispone la nulidad de la misma y, en ese caso, ordena que la sala
laboral emita un nuevo fallo, de acuerdo a los criterios previstos en la
resolución casatoria; o declara nulo todo lo actuado hasta la etapa en
que la infracción se cometió.

Artículo 4Oo.- Precedente vinculante de Ia Corte Suprema de Jus-


ticia de Ia República
La Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la
República que conozca del recurso de casación puede convocar al pleno
de los jueces supremos que conformen otras salas en materia constitu-
cional y social, si las hubiere, a efectos de emitir sentencia que constituya
o varíe un precedente judicial,
La decisión que se tome en mayoría absoluta de los asistentes al
pleno casatorio constituye precedente judicial y vincula a los órganos
jurisdiccionales de la República, hasta que sea modificada por otro
precedente.

783
Oxu VÍcron Áv¡.ros )nne

Los abogados pueden informar oralmente en la vista de la causa,


ante el pleno casatorio.

Artículo 41o.- Publicación de sentencias


El texto íntegro de todas las sentencias casatorias y las resoluciones
que declaran improcedente el recurso de casación se publican obligatoria-
mente en el diario oficial ElPeruano, aunque no establezcan precedente.
La publicación se hace dentro de los sesenta (60) días de expedidas, bajo
responsabilidad.

TÍTULO II
PROCESOS LABORALES

CAPÍTULO I
PROCESO ORD¡NAR¡O LABORAL

Artículo 42".- Traslado y citación a audiencia de conciliación


Verificados los requisitos de la demanda, el juez emite resolución
disponiendo:
a. la admisión de la demanda;
b. la citación a las partes a audiencia de conciliación, la cual debe
ser fijada en día y hora entre los veinte (20) y treinta (30) días
hábiles siguientes a la fecha de calificación de la demanda; y
c. el emplazamiento al demandado para que concurra a la audiencia
de conciliación con el escrito de contestación y sus anexos.

Artículo de conciliación
43o.- Audiencia
La audiencia de conciliación se lleva a cabo del siguiente modo:
1. La audiencia, inicia con la acreditación de las partes o apodera-
dos y sus abogados. 5i el demandante no asiste, el demandado
puede contestar la demanda, continuando la audiencia. Si el
demandado no asiste incurre automáticamente en rebeldía, sin
necesidad de declaración expresa, aun cuando la pretensión se
sustente en un derecho indisponible. También incurre en rebeldía

784
Nurve Lsy Pnoc¡ser o¡r Tnlselo

automática si, asistiendo a la audiencia, no contesta la demanda


o el representante o apoderado no tiene poderes suficientes para
conciliar. El rebelde se incorpora al proceso en el estado en que
se encuentre, sin posibilidad de renovar los actos previos.
Si ambas partes inasisten,eljuez declara la conclusión del proceso
si, dentro de los treinta (30) días naturales siguientes, ninguna
de las partes hubiese solicitado fecha para nueva audiencia.
2. Eljuez invita a las partes a conciliar sus posiciones y participa
activamente a fin de que solucionen sus diferencias total o par-
cialmente.
Por decisión de las partes la conciliación puede prolongarse lo
necesario hasta que se dé por agotada, pudiendo incluso con-
tinuar los días hábiles siguientes, cuantas veces sea necesario,
en un lapso no mayor de un (1) mes. 5i las partes acuerdan la
solución parcial o total de su conflicto eljuez, en el acto, aprueba
lo acordado con efecto de cosa juzgada; asimismo, ordena el
cumplimiento de las prestaciones acordadas en el plazo esta-
blecido por las partes o, en su defecto, en el plazo de cinco (5)
días hábiles siguientes. Del mismo modo, si algún extremo no
es controvertido, el juez emite resolución con calidad de cosa
juzgada ordenando su pago en igual plazo.
3. En caso de haberse solucionado parcialmente el conflicto, o no
haberse solucionado, el juez precisa las pretensiones que son
materia de juicio; requiere al demandado para que presente, en
el acto, el escrito de contestación y sus anexos; entrega una copia
al demandante; y fija día y hora para la audiencia de juzgamiento,
la cual debe programarse dentro de los treinta (30) días hábiles
siguientes, quedando las partes notificadas en el acto.
Si eljuez advierte, haya habido o no contestación, que la cuestión
debatida es solo de derecho, o que siendo también de hecho
no hay necesidad de actuar medio probatorio alguno, solicita a
los abogados presentes exponer sus alegatos, a cuyo término, o
en un lapso no mayor de sesenta (60) minutos, dicta el fallo de
su sentencia. La notificación de la sentencia se realiza de igual
modo a lo regulado para el caso de la sentencia dictada en la
audiencia de juzgamiento.

785
Oxel VÍcron Ávnlos Jnn¡,

Artículo 44o.- Aud¡encia de juzgamiento


La audiencia de juzgamiento se realiza en acto único y concentra
las etapas de confrontación de posiciones, actuación probatoria, alegatos
y sentencia.
La audiencia de juzgamiento se inicia con la acreditación de las
partes o apoderados y sus abogados. Si ambas partes inasisten, el juez
declara la conclusión del proceso si, dentro de los treinta (30) días na-
turales siguientes, ninguna de las partes hubiese solicitado fecha para
nueva audiencia.

Artícuto 45".- Etapa de confrontoción de posiciones


La etapa de confrontación de posiciones se inicia con una breve
exposición oral de las pretensiones demandadas y de los fundamentos
de hecho que las sustentan.
Luego, el demandado hace una breve exposición oral de los hechos
que, por razones procesales o de fondo, contradicen la demanda'

Artículo 460.- Etapa de actuación probatoria


La etapa de actuación probatoria se lleva a cabo del siguiente modo:

1. El juez enuncia los hechos que no necesitan de actuación pro-


batoria por tratarse de hechos admitidos, presumidos por ley,
recogidos en resolución judicial con calidad de cosa juzgada
o notorios; así como los medios probatorios dejados de lado
por estar dirigidos a la acreditación de hechos impertinentes o
irrelevantes para la causa.
2. Eljuez enuncia las pruebas admitidas respecto de los hechos
necesitados de actuación probatoria.
3. lnmediatamente después, las partes pueden proponer cuestio-
nes probatorias solo respecto de las pruebas admitidas. El juez
dispone la admisión de las cuestiones probatorias únicamente
si las pruebas que las sustentan pueden ser actuadas en esta
etapa.
4. Eljuez toma juramento conjunto a todos los que vayan a parti-
cipar en esta etapa.

786
Nurvn Lrv PnocEser orr Tn¡.sA,Jo

5. 5e actúan todos los medios probatorios admitidos, incluidos


los vinculados a las cuestiones probatorias, empezando por fos
ofrecidos por el demandante, en el orden siguiente: declaración
de parte, testigos, pericia, reconocimiento y exhibición de do-
cumentos. Si agotada la actuación de estos medios probatorios
fuese imprescindible la inspección judicial, el juez suspende la
audiencia y señala día, hora y lugar para su realización citando,
en el momento, a las partes, testigos o peritos que corresponda.
La inspección judicial puede ser grabada en audio y vídeo o reco-
gida en acta con anotación de las observaciones constatadas; al
concluirse, señala día y hora, dentro de los cinco (5) días hábiles
siguientes para los alegatos y sentencia.
6. La actuación probatoria debe concluir en el día programado; sin
embargo, si la actuación no se hubiese agotado, la audiencia
continúa dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.

Artículo 47".- Alegatos y sentencia


Finalizada la actuación probatoria, los abogados presentan oralmente
sus alegatos. Concluidos los alegatos, el juez, en forma inmediata o en
un lapso no mayor de sesenta (60) minutos, hace conocer a las partes el
fallo de su sentencia, A su vez, señala día y hora, dentro de los cinco (5)
días hábiles siguientes, para la notificación de la sentencia. Excepcional-
mente, por la complejidad del caso, puede diferir el fallo de su sentencia
dentro de los cinco (5) días hábiles posteriores, lo cual informa en el acto
citando a las partes para que comparezcan aljuzgado para la notificación
de la sentencia.
La notificación de la sentencia debe producirse en el día y hora
indicados, bajo responsabilidad.

CAPÍTULO II
PROCESO ABREVIADO LABORAL

Artícufo 48o.- Traslado y citación a audiencia única


Verificados los requisitos de la demanda, el juez emite resolución
disponiendo:

787
Ox¡.r VÍcron Áveros Jen¡

a. la admisión de la demanda;
b. el emplazamiento al demandado para que conteste la demanda
en el plazo de diez (10) días hábiles; y
c. la citación a las partes a audiencia única, la cual debe ser fijada
entre los veinte (20¡ y treinta (30) días hábiles siguientes a la
fecha de calificación de la demanda.

Artículo 49o.- Audiencio única


La audiencia única se estructura a partir de las audiencias de con-
ciliación y juzgamiento del proceso ordinario laboral. Comprende y con-
centra las etapas de conciliación, confrontación de posiciones, actuación
probatoria, alegatos y sentencia, las cuales se realizan, en dicho orden,
una seguida de la otra, con las siguientes precisiones:
1. La etapa de conciliación se desarrolla de igual forma que la
audiencia de conciliación del proceso ordinario laboral, con la
diferencia de que la contestación de la demanda no se realiza en
este acto, sino dentro del plazo concedido, correspondiendo al
juez hacer entrega al demandante de la copia de la contestación
y sus anexos, otorgándole un tiempo prudencial para la revisión
de los medios probatorios ofrecidos.
2. Ante la proposición de cuestiones probatorias del demandante
eljuez puede, excepcionalmente, fijar fecha para la continuación
de la audiencia dentro de los treinta (30) días hábiles siguientes
si, para la actuación de aquella se requiriese de la evacuación
de un informe pericial, siendo carga del demandante la gestión
correspond iente.

CAPÍTULO III
PROCESO IMPUGNATIVO DE
LAUDOs ARBITRALES ECONÓMICOS

Artículo Admisión de la demanda


5O".-
Además de los requisitos de la demanda, la sala laboral verifica si
esta se ha interpuesto dentro de los diez (10) días hábiles siguientes de

788
NuEve LEy PRocpser o¡r TR¡,seIo

haberse notificado el laudo arbitral que haciendo las veces de convenio


colectivo resuelve el conflicto económico o de creación de derechos, o
su aclaración;en caso contrario, declara la improcedencia de la demanda
y la conclusión del proceso.
Esta resolución es apelable en el plazo de cinco (5) días hábiles.

Los únicos medios probatorios admisibles en este proceso son los


documentos, los cuales deben ser acompañados necesariamente con los
escritos de demanda y contestación.

Artículo 51o.- Traslado y contestación


Verificados los requisitos de la demanda, la sala laboral emite reso-
lución disponiendo:
a. la admisión de la demanda;
b. el emplazamiento al demandado para que conteste la demanda
en el plazo de diez (10) días hábiles; y
c, la notificación a los árbitros para que, de estimarlo conveniente
y dentro del mismo plazo, expongan sobre lo que consideren
conveniente.

Artículo 52".- Trámite y sentencia de primera instancia


La sala laboral, dentro de los diez (10) días hábiles siguientes de con-
testada la demanda, dicta sentencia por el solo mérito de los escritos de
demanda, contestación y los documentos acompañados. Para tal efecto
señala día y hora, dentro del plazo indicado, citando a las partes para
alegatos y sentencia, lo cual se lleva a cabo de igual modo a lo regulado
en el proceso ordinario laboral.

Artículo 53o.- Improcedencia del recurso de casación


Contra la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la República
no procede el recurso de casación.

789
Oxel Vícron Avnros JeRe

CAPÍTULO IV
PROCESO CAUTELAR

Artículo 54o.- Aspectos generales


A pedido de parte, todo juez puede dictar medida cautelar, antes de
iniciado un proceso o dentro de este, destinada a garantizar la eficacia
de la pretensión principal. Las medidas cautelares se dictan sin conoci-
miento de la contraparte.
Cumplidos los requisitos, el juez puede dictar cualquier tipo de
medida cautelar, cuidando que sea la más adecuada para garantizar la
eficacia de la pretensión principal.
En consecuencia, son procedentes además de las medidas cautela-
res reguladas en este capÍtulo cualquier otra contemplada en la norma
procesal civil u otro dispositivo legal, sea esta para futura ejecución
forzada, temporal sobre el fondo, de innovar o de no innovar, e incluso
una genérica no prevista en las normas procesales.

Artículo 55".- Medida especiol de reposición provisional


El juez puede dictar, entre otras medidas cautelares, fuera o dentro
del proceso, una medida de reposición provisional, cumplidos los requi-
sitos ordinarios. Sin embargo, también puede dictarla si el demandante
cumple los siguientes requisitos:
a. haber sido al momento del despido dirigente sindical, menor de
edad, madre gestante o persona con discapacidad;
b. estar gestionando la conformación de una organización sindical;
v
c. el fundamento de la demanda es verosímil.
Si la sentencia firme declara fundada la demanda, se conservan los
efectos de la medida de reposición, consíderándose ejecutada la sentencia.

Artículo 56o.- Asignoción provisional


De modo especial, en los procesos en los que se pretende la repo-
sición, el juez puede disponer la entrega de una asignación provisional
mensual cuyo monto es fijado por el juezy el cual no puede exceder de

790
Nurve LEv Pnocesnl pEr Tneselo

la última remuneración ordinaría mensual percibida por el trabajador, con


cargo a la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). Si la sentencia
firme ordena la reposición, el empleador restituye el depósito más sus
intereses y, en caso de ordenarse el pago de remuneraciones devengadas,
se deduce la asignación percibida.

CAPÍTULO V
PROCESO DE EJECUCIÓN

Artículo 57o.- Títulos ejecutivos


Se tramitan en proceso de ejecución los siguientes títulos ejecutivos:
a. las resoluciones judiciales firmes;
b. las actas de conciliación judicial;

c. los laudos arbitrales firmes que, haciendo las veces de sentencia,


resuelven un conflicto jurídico de naturaleza laboral;
d. las resoluciones de la autoridad administrativa de trabajo firmes
que reconocen obligaciones;
e. el documento privado que contenga una transacción extrajudicial;
f. el acta de conciliación extrajudicial, privada o administrativa; y
g. la liquidación para cobranza de aportes previsionales del Sistema
Privado de Pensiones.

Artículo 58o.- Competencia para la ejecución de resoluciones


judiciales firmes y octas de conciliación judicial
Las resoluciones judiciales firmes y actas de conciliación judicial se
ejecutan exclusivamente ante el juez que conoció la demanda y dentro
del mismo expediente. Si la demanda se hubiese iniciado ante una sala
laboral, es competente el juez especializado de trabajo de turno.

Artículo 59".- Ejecución de laudos arbitrales firmes que resuelven


un conflicto jurídico
Los laudos arbitrales firmes que hayan resuelto un conflicto jurídico
de naturaleza laboral se ejecutan conforme a la norma general de arbitraje.

79r
Oxer VÍcron Avaros ]nna

Artícufo 600.- Suspensión extraord¡naria de Ia eiecución


Tratándose de la ejecución de intereses o de monto liquidado en
ejecución de sentencia, a solicitud de parte y previo depósito o carta
fianza por el total ordenado, el juez puede suspender la ejecución en
resolución fundamentada.

Artículo Multa por contradicción temeraria


61o.-
Si la contradicción no se sustenta en alguna de las causales seña-
ladas en la norma procesal civil, se impone al ejecutado una multa no
menor de media (1/2) ni mayor de cincuenta (50) Unidades de Referencia
Procesal (URP).

Esta multa es independiente a otras que se pudiesen haber impuesto


en otros momentos procesales.

Artículo 62".- Incumplimiento iniustificado al mandato de eiecución


Tratándose de las obligaciones de hacer o no hacer si, habiéndose
resuelto seguir adelante con la ejecución, el obligado no cumple, sin
que se haya ordenado la suspensión extraordlnaria de la ejecución, el
juez impone multas sucesivas, acumulativas y crecientes en treinta por
ciento (300/o) hasta que el obligado cumpla el mandato; y, si persistiera
el incumplimiento, procede a denunciarlo penalmente por el delito de
desobediencia o resistencia a la autoridad.

Artículo 63".- Cálculo de derechos accesorios


Los derechos accesorios a los que se ejecutan, como las remunera-
ciones devengadas y los intereses, se liquidan por la parte vencedora, la
cual puede solicitar el auxilio del perito contable adscrito al juzgado o
recurrir a los programas informáticos de cálculo de intereses implemen-
tados por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo'
La liquidación presentada es puesta en conocimiento del obligado por
el término de cinco (5) días hábiles siguientes a su notificación. En caso
de que la observación verse sobre aspectos metodológicos de cálculo,
el obligado debe necesariamente presentar una liquidación alternativa'
Vencido el plazo eljuez, con vista a las liquidaciones que se hubiesen
presentado, resuelve acerca del monto fundamentándolo.
eljuez ordena su pago inmediatamente,
Si hubiese acuerdo parcial,
reservando la discusión solo respecto del diferencial.

792
Nu¡ve LEv Pnoc¡snL otl TnesA.lo

CAPíTULO VI
PROCESOS NO CONTENCIOSOS

Artículo 640.- Consignación


La consignación de una obligación exigible no requiere que el deudor
efectúe previamente su ofrecimiento de pago, ni que solicite autorización
deljuez para hacerlo.

Artículo 650.- Contradicción


El acreedor puede contradecir el efecto cancelatorio de la consig-
nación en el plazo de cinco (5) días hábiles de notificado. Conferido
el traslado y absuelto el mismo, el juez resuelve lo que corresponda o
manda reservar el pronunciamiento para que se decida sobre su efecto
cancelatorio en el proceso respectivo.

Artícufo 660.- Retiro de Ia consignación


El retiro de la consignación se hace a la sola petición del acreedor,
sin trámite alguno, incluso si hubiese formulado contradicción.
de la consignación surte los efectos del pago, salvo que el
El retiro
acreedor hubiese formulado contradicción.

Artícufo 670.- Autorización judicial para ingreso a centro laboral


En los casos en que las normas de inspección del trabajo exigen
autorización judicial previa para ingresar a un centro de trabajo, esta es
tramitada por el inspector de trabajo o funcionario que haga sus veces.
Para tal efecto debe presentar, ante el juzgado de paz letrado de su ám-
bito territorial de actuación, la respectiva solicitud. Esta debe resolverse,
bajo responsabilidad, en el término de veinticuatro (24) horas, sin correr
traslado.

Artículo 680,- Entrega de documentos


La mera solicitud de entrega de documentos se sigue como proce-
so no contenc¡oso siempre que esta se tramite como pretensión única.
Cuando se presente acumuladamente, se siguen las reglas establecidas
para las otras pretensiones.

793
Oxar VÍcron Ávuos Jenn

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS

PR¡MERA.- En lo no previsto por esta Ley son de aplicación suple-


toria las normas del Código Procesal Civil.
SEGUNDA.- Cuando la presente Ley hace referencia a los juzgados
especializados de trabajo y a las salas laborales, entiéndese que también
se alude a los juzgados y salas mixtos.

TERCERA.- Los procesos iniciados antes de la vigencia de esta Ley


continúan su trámite según las normas procesales con las cuales se ini-
ciaron.

CUARTA.- Las tercerías de propiedad o de derecho preferente de


pago, así como la pretensión de cobro de honorarios de los abogados,
se interponen ante el juez de la causa principal y se tramitan conforme
a las normas del proceso abreviado laboral,
QUINTA.- La conciliación administrativa es facultativa para el traba-
jador y obligatoria para el empleador. Se encuentra a cargo del Ministe-
rio de Trabajo y Promoción del Empleo, el cual proporciona los medios
técnicos y profesionales para hacerla factible.
El Estado, por intermedio de los Ministerios de Justicia y de Trabajo
y Promoción del Empleo, fomenta el uso de mecanismos alternativos
de solución de conflictos. Para tal fin, implementa lo necesario para la
promoción de la conciliación extrajudicial administrativa y el arbitraje.
5EXTA.- Las controversias jurídicas en materia laboral pueden ser
sometidas a arbitraje, siempre y cuando el convenio arbitral se inserte
a la conclusión de la relación laboral y, adicionalmente, la remuneración
mensual percibida sea, o haya sido, superior a las setenta (70) Unidades
de Referencia Procesal (URP).
SÉTlMA.- En los procesos laborales el Estado puede ser condenado
al pago de costos.
OCTAVA.- Los expedientes que por cualquie r razón reingresen a los
órganos jurisdiccionales tienen preferencia en su tramitación.
NOVENA.- La presente Ley entra en vigencia a los seis (6) meses
de publicada en el diario oficial El Peruano, a excepción de lo dispuesto

794
Nunvn LE,v Pnocr,ser or,r- TResrJo

en las Disposiciones Transitorias, que entran en vigencia al día siguiente


de su publicación.
La aplicación de la presente Ley se hará de forma progresiva en la
oportunidad yen los distritos judiciales que disponga elConsejo Ejecutivo
del Poder Judicial. En los distritos judiciales, en tanto no se disponga la
aplicación de la presente Ley, sigue rigiendo la Ley No 26636, Ley Procesal
del Trabajo, y sus modificatorias.
DECIMA.- Conforme a lo establecido en la cuarta disposición final
y transitoria de la Constitución Política del Perú, los derechos laborales,
individuales o colectivos se interpretan de conformidad con la Decla-
ración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos
internacionales sobre la materia ratificados por el Perú, sin perjuicio de
consu'ltar los pronuncramrentos de los órganos de control de la Organrza-
ción lnternacional delTrabajo (OlT) y los criterios o decisiones adoptados
por los tribunales internacionales constituidos según tratados de los que
el Perú es parte.
UNDÉClMA.- Precísase que hay exoneración del pago de tasas judi-
ciales para el prestador personal de servicios cuando la cuantía deman-
dada no supere las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP),
así como cuando las pretensiones son inapreciables en dinero.

DUODECIMA.- Autorízase al Poder Judicial la creación de un fondo


de formación de magistrados y de fortalecimiento de la justicia laboral.
El fondo tendrá por objeto la implementación de medidas de formación
específicamente dirigidas a los magistrados laborales, así como el otor-
gamiento de incentivos que les permitan desarrollar de manera óptima
la función judicial.

DISPOSICIONEs TRANSITORIAS

PRIMERA.- El Poder Judicial implementa una red electrónica que


permita la notificación de las resoluciones mediante correo electrónico y
publicación simultánea en la página web del Poder Judicial. Los interesa-
dos solicitan al Poder Judicial la asignación de un domicilio electrónico, el
cual opera como un buzón electrónico ubicado en el servidor. El acceso al
buzón es mediante el uso de una contraseña localizada en la página web

79s
Ox¡,r Vícron Áveros l¡.na

del Poder Judicial. De igual modo, implementa un soporte informático


para el manejo de los expedientes electrónicos.
SEGUNDA.- El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, con la
colaboración del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, implementa
una base de datos pública, actualizada permanentemente, que permita
a los jueces y usuarios el acceso a la jurisprudencia y los precedentes
vinculantes y que ofrezca información estadística sobre los procesos
laborales en curso.
TERCERA.- El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, con
la colaboración del Poder Judicial, implementa un sistema informático,
de acceso público, que permita el cálculo de los derechos o beneficios
sociales.

CUARTA.- El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo imple-


menta un sistema de remisión electrónica de información de las planillas
electrónicas. El requerimiento de información es enviado por eljuzgado
al correo electrónico habilitado para tal fin por el Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo. El funcionario responsable da respuesta, también
por correo electrónico, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.
Dicha respuesta debe contener la información solicitada presentada en
cuadros tabulados, agregándose las explicaciones que fuesen necesarias.

QUINTA.- El Poder Judicial dispone la creación e instalación progresiva


de juzgados y salas laborales en los distritos judiciales de la República que
lo requieran, para fortalecer la especialidad laboral a efectos de brindar
un servicio de justicia más eficiente.
SEXTA.- El Poder Judicial dispone el desdoblamiento de las salas
laborales en tribunales unipersonales que resuelvan en segunda y última
instancia las causas cuya cuantía de la sentencia recurrida no supere las
setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP).
SEilMA.- El Poder Judicial aprueba los formatos de demanda para
los casos de obligaciones de dar sumas de dinero cuyo monto no supere
las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP).

OCTAVA.- Las acciones necesarias para la aplicación de la presente


norma se ejecutan con cargo a los presupuestos institucionales aproba-

796
Nunve LEy Pnoc¡snr rer Tnes¡lo

dos a los pliegos presupuestarios involucrados, sin demandar recursos


adicionales al Tesoro Público.

DISPOSICIONES MODI FICATORIAS

PRIMERA.- Modifícanse los artículos 42o,51o y la parte referida a la


competencia de los juzgados de paz letrados en materia laboral del artí-
culo 57o delTexto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
aprobado por Decreto Supremo N.017-93-JUS, en los siguientes términos:
?rtículo 42o.- Competencia de las salas laborales
Las salas laborales de las cortes superiores tienen competencia, en
primera instancia, en las materias siguientes:
a. Proceso de acción popular en materia laboral.

b. Anulación de laudo arbitral que resuelve un conflicto jurídico


de naturaleza laboral.
c. lmpugnación de laudos arbitrales derivados de una negociación
colectiva.
d. Conflictos de competencia promovidos entre juzgados de tra-
bajo y entre estos y otros juzgados de distinta especialidad del
mismo distrito judicial.
e. Conflictos de autoridad entre los juzgados de trabajo y autori-
dades administrativas en los casos previstos por la ley.
f. Las demás que señale la ley.

S. Conocen, en grado de apelación, de lo resuelto por los juzgados


especializados de trabajo".

"Artículo 51".- Competencia de los juzgados especializados de


trabajo
Los juzgados especializados de trabajo conocen de todas las preten-
siones relativas a la protección de derechos individuales, plurales o
colectivas originadas con ocasión de las prestaciones de servicios de
carácter personal, de naturaleza laboral, formativa, cooperativista o
administrativa, sea de derecho público o privado, referidas a aspectos
sustanciales o conexos, incluso previos o posteriores a la prestación
efectiva de los servicios.

797
Oxer VÍcron Averos f.nne

Se consideran incluidas en dicha competencia las pretensiones re-


lacionadas a:

a. El nacimiento, desarrollo y extinción de la prestación personal


de servicios; así como a los correspondientes actos jurídicos.
b. La responsabilidad por daño emergente, lucro cesante o daño
moral incurrida por cualquiera de las partes involucradas en la
prestación personal de servicios, o terceros en cuyo favor se
presta o prestó el servicio.

c. Los actos de discriminación en el acceso, ejecución y extinción


de la relación laboral.
d. El cese de los actos de hostilidad del empleador, incluidos los
actos de acoso moral y hostigamiento sexual, conforme a la ley
de la materia.
e. Las enfermedades profesionales y los accidentes de trabajo.

f. La impugnación de los reglamentos internos de trabajo.

S. Los conflictos vinculados a un sindicato y entre sindicatos, ín-


cluida su disolución.
h. El cumplimiento de obligaciones generadas o contraídas con
ocasión de la prestación personal de servicios exigibles a insti-
tutos, fondos, cajas u otros.
i. El cumplimiento de las prestaciones de salud y pensiones de
invalidez, a favor de los asegurados o los beneficiarios exigi-
bles al empleado¡ a las entidades prestadoras de salud o a las
aseguradoras.
j. El Sistema Privado de Pensiones.

k. La nulidad de cosa juzgada fraudulenta laboral.

l. Las pretensiones originadas en las prestaciones de servicios de


carácter personal, de naturaleza laboral, administrativa o de
seguridad social, de derecho público.
m. Las impugnaciones contra actuaciones de la Autoridad Admi-
nistrativa de Trabajo.
n. Los títulos ejecutivos cuando la cuantía supere las cincuenta
(50) Unidades de Referencia Procesal (URP).

o. Otros asuntos señalados por ley".

798
Nu¡v¡, Lrv PRocrse¡- nrr Tnaselo

?rtículo 57o.- Competencia de los Juzgados de Paz Letrados

Los Juzgados de Paz Letrados conocen:

t. . .1.

En materia laboral:

a. De las pretensiones atribuidas originalmente a los juzgados


especializados de trabajo, siempre que estén referidas al cum-
plimiento de obligaciones de dar no superiores a cincuenta (50)
Unidades de Referencia Procesal (URP).
b. De los títulos ejecutivos cuando la cuantía no supere las cincuenta
(50) Unídades de Referencia Procesal (URP).

c. De las liquidaciones para cobranza de aportes previsionales del


Sistema Privado de Pensiones retenidos por el empleador.
d. De los asuntos no contenciosos, sin importar la cuantía".

SEGUNDA.- Modifícase el artículo 38o delTexto Único Ordenado de


la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondos de Pensiones,
aprobado por el Decreto Supremo No 054-97-EF, en los siguientes términos:
"Artículo 38o.- Proceso de ejecución
La ejecución de los adeudos contenidos en la liquidación para co-
branza se efectúa de acuerdo al Capítulo V del Título ll de la Ley
Procesal del Trabajo. Para efectos de dicha ejecución, se establecen
las siguientes reglas especiales:

t...1'i

DISPOsIC¡ONES DEROGATORIAS

PRIMERA.- Quedan derogadas las siguientes disposiciones;


a. La Ley No 26636, Ley Procesal del Trabajo, y sus modificatorias,
la Ley No 27021, la Ley No 27242 y la Quinta Disposición Final y
Complementaria de la Ley No 27942.
b. La Ley No 8683 y el Decreto Ley No 14404, sobre pago de sa-
larios, reintegro de remuneraciones y beneficios sociales a los
apoderados de los trabajadores.

799
Oxer VÍcron Av¡ros Jene

c. La Ley No 8930 que otorga autoridad de cosa juzgada y mérito


de ejecución a las resoluciones de los tribunales arbitrales.
d. El Decreto Ley No 19334, sobre trámite de las reclamaciones de
los trabajadores que laboran en órganos del Estado que no sean
empresas públicas.
El Título lll del Texto tJnico Ordenado del Decreto Legislativo
No 728, Ley de Formación y Promoción Laboral, aprobado por
el Decreto Supremo No 002-97-TR, sobre competencia en los
conflictos entre cooperativas de trabajo y sus socios-trabajadores.

SEGUNDA.- Déjase sin efecto las siguientes disposiciones:

a. El artículo Bo del Decreto Supremo N" 002-98-TR, sobre compe-


tencia en las acciones indemnizatorias por discríminación.
b. El artículo 52'del Decreto Supremo N" 00'l-96-TR que prohíbe
la acumulación de la acción indemnizatoria con la de nulidad de
despido.
TERCERA.- Deróganse todas las demás normas legales que se opon-
gan a la presente Ley.
Comunícase al señor Presidente de la República para su promulgación.
En Lima, a los treinta días del mes de diciembre de dos mil nueve.
LUIS ALVA CASTRO
Presidente del Congreso de la República
MICHAEL URTECHO MEDINA
Segundo Vicepresidente del Congreso de la República
AL SEÑOR PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA
POR TANTO:
Mando se publique y cumpla.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los trece días del mes de enero
del año dos mil diez.
ALAN GARCÍA PEREZ
Presidente Constitucional de la República
JAVIER VELASQUEZ QUESQUEN
Presidente del Consejo de Ministros

800
PLENOS JURISDICCIONALES LABORALES

PLENO JURISDICCIONAL LABORAL 1997

1. COMPETENCIA

A. Demanda laboral contra legación diplomática u organismo in-


ternacional
CONSIDERANDO:

Que, se discute si el juez de trabajo puede admitir o no una de-


manda interpuesta por un trabajador contra una misión extranjera o
un organismo internacional cuya sede u oficina se encuentre en el Perú
(Estado huésped) por los servicios prestados o contratados en el Perú.

Que, las Convenciones lnternacionales de Viena y la Habana, asícomo


otros tratados especiales, otorgan a las representaciones diplomáticas
de gobiernos extranjeros y de organismos internacionales en un Estado
huésped, inmunidad jurisdiccional de este último, especialmente en
relación a los actos que se denominan de jure imperis, dejando algunas
salvedades en cuanto a los de jure gestiones.
Que, estos privilegios deben ser usufructuados por las entidades
que demuestren haber cumplido los requisitos que exigen en cada caso
las normas de Derecho internacional, por lo que no se puede presumir
oficiosamente la inmunidad, antes de calificar tales circunstancias.
Que, los trabajadores que laboren en el territorio nacional tienen
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, por el solo hecho de estar so-

801
Oxnl Vícron Avelos fene

metido a las Leyes de la República, de acuerdo al principio contemplado


en el inciso 3 del artículo 139o de la Constitución.
Que, los jueces peruanos no pueden rechazar ad limine la demanda
de un trabajador nacional o residente en el país, ya que puede produ-
cirse sometimiento a su jurisdicción, renunciando a la inmunidad de que
goza, una vez que se ponga en conocimiento de la legación diplomática
u organismo internacional la existencia de la demanda.
EL PLENO:
ACUERDA POR UNANIMIDAD:
El Juez de Trabajo peruano podrá admitir la demanda interpuesta
contra una legación diplomática de Estado extranjero u organismo inter-
nacional en tanto que de las pruebas acompañadas a ella no fluya de
manera notoria su lncompetencia.

B. Demanda laboralde beneficios sociales presentada por un obrero


al servicio del Estado
Este punto no fue aprobado por unanimidad, sino por mayoría,
siendo los criterios sustentados los siguientes:

CRITERIO DE LA MAYORÍA:
CONSIDERANDO:
Que, la Ley No 11372 Estatuto y Escalafón del Servício Civil, de fecha
29 de mayo de 1950, en el segundo párrafo del artículo 1o dispuso que
los que realicen labores propias de obreros en las dependencias públicas,
estarán comprendidos solo en las disposiciones que específicamente se
han dictado para estos servidores.
Que, el tercer párrafo de la Prímera Disposición Final del Decreto
Legislativo No 276, Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remu-
neraciones del Sector Público, de fecha 6 de marzo de 1984, establece
que el personal obrero al servicio del Estado se rige por las normas
pertinentes.
Que, la Ley N. 8439, de fecha 20 de agosto de 1936, estableció el
régimen de indemnización por tiempo de servicios, para los trabajadores
sujetos al régimen de la actividad privada.

802
PIENos JunrsorccloNerEs LRsonnrEs

Que, la Ley No 9555, de fecha 14 de enero de 1942, extendió los


beneficios otorgados a los trabajadores obreros por la Ley No 8439 a los
obreros que prestan sus servicios en general al Estado y a las Municipa-
lidades Provinciales y Distritales y Sociedades de Beneficencia de Lima
y Callao.
Que, el Decreto Legislativo No 650, Ley de Compensación por Tiempo
de Servicios, de fecha 23 de julio de 1991, sustituyó el régimen y derogó
la Ley N. 8439 en virtud de la Quinta Disposición Final, régimen que era
de aplicación a los trabajadores obreros al servicio del Estado.
Que, el artículo 52o de la Ley No 23853, Ley Orgánica de Municipa-
lidades, de fecha 9 de junio de 1988, establece que los obreros de las
Municipalidades son servidores públicos sujetos exclusivamente al régimen
laboral de la actividad pública.
Que, el artículo 4o, numeral 2, inciso c de la Ley No 26636, Ley Pro-
cesal delTrabajo, del 21 de junio de 1996, establece que los Juzgados de
Trabajo conocen de las pretensiones individuales o colectivas por conflic-
tos jurídicos sobre incumplimiento de disposiciones y normas laborales
cualquiera fuera su naturaleza.
Que, el artículo 41 numeral 1, inciso c de la Ley No 26636, establece
que las Salas Laborales de la Corte Superior conocen las pretensiones en
materia de acción contencioso administrativa en materia laboral.

ACUERDO DE LA MAYORIA:
El juez de trabajo es competente para conocer la demanda sobre
compensación por tiempo de servicios presentada por un obrero al
servicio del Estado, salvo el caso de los obreros municipales que por
norma expresa están sujetos a un régimen laboral distinto, conociendo la
reclamación, en este último caso, las Salas Laborales de la Corte Superior
a través de la acción contencioso administrativa.

CR¡TERIO DE LA MINORÍA:
CONSIDERANDO:
Que, La Ley No 8439 está referida a la indemnización de 15 días
de salario por año de servicio, en caso de despido del trabajo para los
trabajadores sujetos al régimen de la actividad privada.

803
Oxel Vícron Averos Jer,q

Que, los trabajadores obreros del sector público se rigen por su pro-
pia normativa regulada por la Ley No 11377 precisada y complementada
por el Decreto Legislativo No 276.
Que, la Ley No 8439 ha sido derogada en forma expresa por el De-
creto Legislativo No 650, esta última que regula solo a los trabajadores
de la actividad privada.
Que, en este contexto encontrándose los trabajadores obreros al
servicio del Estado en el ámbito de la actividad pública, le son aplicables
las normas que regulan la misma, en la medida que no existe norma ex-
presa que los haya excluido del marco normativo de la referida actividad
en la que, en forma efectiva, desarrollan sus labores.
Que, en función a lo previamente establecido, la competencia del
Poder Judicial se encuentra limitada al conocimiento de las acciones
contencioso administrativa que los aludidos servidores puedan promover
luego de agotada la vía interna ante su institución.

ACUERDO DE LA MINORfA:
El procedimiento al que se encuentran sometidas las reclamaciones
de los .trabajadores obreros al servicio del Estado es la acción contencioso
administrativa ante la Sala Laboral de las Cortes Superiores.

2. ACTUALIZACIÓN DE DEUDA
CONSIDERANDO:
Que, de acuerdo al artículo lX del Título Pleliminar del Código Civil,
las disposiciones de esta norma se aplican supletoriamente a las relaciones
y situaciones jurídicas reguladas por otras leyes, siempre que no sean
incompatibles con su naturaleza.
Que, el artículo 1236o del Código Civil permite que cuando deba
restituirse el valor de una prestación, este se calcule al que tenga el día
del pago.
Que, el artículo 24o de la Constitución Política reconoce la categoría
prioritaria de la remuneración y los beneficios sociales del trabajador, esta-
bleciendo que su determinación sea suficiente para procurar el bienestar
material y espiritual de él y su familia.
Que, esa concepción convierte estos derechos en una deuda de valor,
ya que su prestación en cualquier tiempo y modalidad deberá lograr que

804
PrrNos JuRtsorcclor.¡¡.rns LesonA,res

se cumpla la finalidad para la que están destinados, cual es el bienestar


del trabajador y su familia.
Que, las fluctuaciones del valor de la moneda nacional por causas de
inflación u otros fenómenos de carácter económico hacen que el salario
pierde capacidad adquisitiva en forma paralela, lo cual con el transcurso
del tiempo promueve que se llegue al extremo de que desaparezca to-
talmente su significación económica.
Que, ante situaciones excepcionales en las que el signo monetario
nacional pierda sustancialmente su capacidad adquisitiva, debe procederse
a actualizar el valor de los créditos laborales, a fin de que recuperen su
carácter alimentario que poseen.
Que, el factor de actualización que debe utilizarse es la Remuneración
Mínima Vital o concepto que la sustituya, vigente en las fechas en que se
origine la obligación y la de su pago, por tratarse de un elemento reajusta-
ble periódicamente según el mandato del artículo 24o de la Carta Magna.

EL PLENO POR MAYORÍA:

ACUERDA:
El juez podrá actualizar los créditos laborales cuando estén expre-
sados en un signo monetario que haya perdido sustancialmente su ca-
pacidad adquisitiva por efecto de una devaluación significativa, en tanto
se encuentren pendientes de pago antes de la conclusión del proceso,
utilizando como factor de actualización la remuneración mínima vital o
concepto que la sustituya.

3. PRESCRIPCIÓN

CONSIDERANDO:
Que, la Constitución de 1979 estableció un plazo de prescripción
para los reclamos de carácter laboral de quince años.

Que, la Constitución de 1993, al sustituir a la Constitución de 1979,


no señaló el plazo de prescripción para los reclamos de carácter laboral.
Que, al no existir norma de la especialidad que regulara dicho plazo,
correspondió la aplicación del numeral 1 del artículo 2001o del Código
Civil, que establece que la acción personal prescribe a los diez años.

805
Oxer Vicron Averos Jene

Que, posteriormente la Primera Disposición Complementaria de la


Ley No 26513, de fecha 27 dejulio de 1995, modificatoria de la Ley de
Fomento del Empleo, dispuso que las acciones por derechos derivados de
la relación laboral prescriben a los tres años desde que resultan exigibles.

Que, el cómputo del término para la prescripción extintiva se debe


regir por las reglas del artículo 2122" del Código Civil, el cual ha sido in-
vocado por la Primera Disposición Complementaria del Decreto Supremo
N" 001-96-TR. Reglamento de la Ley de Fomento del Empleo, la misma
que establece que en caso de sucesión normativa deberá aplicarse el
plazo de ley que se encuentre vigente al momento en que la obligación
resulta exigible y si antes de su vencimiento se modifica por uno nuevo,
deberá iniciarse el cómputo de este último, de manera que la prescripción
opere por el vencimiento del primero de los plazos.
EL PLENO:
ACUERDA POR UNANIMIDAD:
El plazo de prescripción de los beneficios de carácter laboral se
computa conforme a la norma vigente al momento que la obligación sea
exigible, salvo que por norma posterior se estipule un plazo distinto, en
cuyo caso la prescripción operará en el que venza primero.

4. NEGOCIAC|ÓN COLECTTVA PEYORATIVA (lN PEIUSI


CONSIDERANDO:
Que, la Constitución de 1993 reconoce la autonomía colectiva en el
artículo 28o de la Ley, y especialmente en su inciso 2.
Que, es expresión de autonomía colectiva la facultad de las partes
de autorregular sus intereses.
Que, el Decreto Ley No 25593, Ley de Relaciones Colectivas de Tra-
bajo, reconoce la plena vigencia de la autonomía colectiva.
Que, en el artículo 57o de la referida norma, así como en otros artículos
de la misma , y por respeto a la autonomía colectiva, el legislador otorga
a las partes la facultad de negociar colectivamente pudiendo desmejorar
algunos beneficios establecidos en convenio colectivo anterior, siempre
y cuando se, respeten algunos límites.

806
PLsHos JumsuccIoNlt,Es LesonA.rns

Que, para que las partes puedan negociar colectivamente es impres-


cindible que cuenten con la autorización expresa de sus representados,
de conformidad con lo establecido en el Decreto Ley No 25593.

EL PLENO:
ACUERDA POR UNANIMIDAD:
En la aplicación de un convenio colectivo de trabajo en el que se
haya pactado un beneficio menor al vigente establecido por convenio
colectivo anterior, eljuez deberá observar que no se vulnere los mininos
indisponibles por la normativa estatal, y que en tal acuerdo los traba-
jadores hayan sido representados de conformidad con el artículo 49o
del Decreto Ley No 25593, Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, o su
norma sustitutoria.

5. CONVENIO COLECTIVO Y DISCRIMINACIÓN


CONSIDERANDO:
Que,la Constitución de 1993 en el inciso 2 del artículo 2Bo establece
que la convención colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo
concertado.
Que, el mencionado artículo constitucional reconoce la autonomía
colectiva como expresión de la facultad de las partes de autorregular
sus intereses.

Que, el artículo 42" del Decreto Ley No 25593 reconoce también la


fuerza vinculante del convenio colectivo como fuente de derecho.
Que, el artículo 28o del Decreto Supremo N'011-92-TR, Reglamento
de la norma citada en el párrafo anterior, señala que las partes podrán
establecer el alcance, las limitaciones o exclusiones que autónomamente
acuerden con arreglo a ley.
Que, dicha facultad se debe ejercer siempre que no se afecten otros
derechos constitucionales y legales por lo que las partes no pueden
excluir arbitraríamente a trabajadores del ámbito, en la aplicación del
convenio colectivo.
Que, el artículo 2o, inciso 2 de la Constitución Política del Perú de
1993 establece el derecho a la igualdad ante la ley, y el derecho de no
ser discriminado.

807
Oxnr VÍcron Averos len¡,

EL PLENO:

ACUERDA POR UNANIMIDAD:


En el ejercicio de la autonomía colectiva no es procedente se excluya
a trabajadores representados por la organización sindical del ámbito de
aplicación y efectos de la convención colectiva, en su perjuicio.

6. APLICACIÓN SUPLETOR¡A DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL A LOS


PROCEDIMIENTOS REGULADOS EN LA LEY N'26636 - LEY PRO-
CESAL DEL TRABAJO
CONSIDERANDO:
Que, la Ley No 26636, Ley Procesal delTrabajo, establece en diversos
artículos remisiones expresas al Código Procesal Civil, complementando
en su Tercera Disposición Final que en todo lo no previsto por esa ley
son de aplicación supletoria las normas del código adjetivo.
Que, por su parte, la Primera Disposición Final del Código Procesal
Civil señala que las disposiciones de este código se aplican supletoriamente
a los demás ordenamientos procesales, siempre que sean compatibles
con su naturaleza.
Que, si bien el proceso laboral está regulado por las normas comunes
del proceso judicial, tiene como marco de referencia ciertos principios
de carácter especial que lo distinguen del proceso civil, de tal manera
que algunas normas de este último son incompatibles con aquel, por lo
que debe distinguirse cuando se pueden aplicar las normas del Código
Procesal Ovil en forma supletoria.

Que, los diversos institutos procesales que están regulados por la


Ley No 26636, tienen como proyección supletoria las normas del Código
Procesal Civil, lo que significa que las materias que han sido excluidas
de su regulación o no resultan compatibles con ella, no tienen por qué
ser aplicadas en la vía supletoria.
EL PLENO:
ACUERDA POR UNANIMIDAD:
La aplicación supletoria del Código Procesal Civil a los procesos
regulados por la Ley ¡o' 26636, Ley Procesal del Trabajo, se efectuará
cuando exista una remisión expresa o una deficiencia de esta última que

808
PrsNos JuRrsoIccIoNerrs Leson¡.rss

tenga que ser cub¡erta por el primero siempre que se trate de una materia
regulada y exista compatibilidad con la naturaleza del proceso laboral.

7. NULIDAD DE DESPIDO
CONSIDERANDO:

Que, el artículo 29o del Texto Único Ordenado del Decreto Legisla-
tfvo No 72B,Ley de Productividad y Competitividad Laboral establece las
causales de nulidad del despido, las mismas que deben ser invocadas y
acreditadas por el trabajador según el artículo 37o concordante con el
artículo 52o del Decreto Supremo N" 01-96-TR y el inciso 3 del artículo
27o de la Ley Procesal de Trabajo.

Que, de acuerdo a la casuística examinada, las partes invocan mot¡vos


aparentes del despido, ocultando la causa real del mismo, que es la que
debe ser calificada por el juez.
Que, el artículo 41o de la Ley Procesal delTrabajo regula la utilización
de los indicios como sucedáneos de los medios probatorios, refirién-
dose a las circunstancias en las que sucedieron los hechos mater¡a de
la controversia y los antecedentes de la conducta de ambas partes, los
mismos que son adecuados para reforzar los medios probatorios que
se actúen en los procesos de nulidad de despido y permitan llegar al
juez a la convicción de los motivos reales que dieron lugar al despido
del trabajador.

EL PLENO:
ACUERDA POR UNANIMIDAD:
En los procesos en que se ventile la nulidad del despido, si bien eljuez
no puede utilizar las presunciones, deberá apreciar, evaluar y determinar
el mérito de los indicios que se aporten con los medios probatorios, para
poder determinar objetivamente la causa real que motivo el despido.

Lima, 30 de mayo de 1997

Comisión de Magistrados del Pleno Jurisdiccional Laboral


Dr. Jaime Beltrán Quiroga
Dra. lsabel Torres Vega
Dr. Néstor Morales Gonzáles

809
Oxnr VÍcron Av¡los Jnn¡

PLENO JURISDICCIONAL NACIONAL LABORAL 1998

AREQU¡PA

ACUERDO N" 1:
COMPENSACIÓN POR TIEMPO DE SERVICIOS:
RETENCIÓN INDEBIDA. MONTO DE LA INDEMNIZACIÓN

VOTACIÓN : 56 Magistrados
MAYORÍA CALIFICADA: 41 VOTOS
MINORfA : 15 Votos

CONSIDERANDO:

Que, el artículo 49o del Texto Único Ordenado de la Ley de Com-


pensación por Tiempo de Servicios, aprobado por el Decreto Supremo
N" 00i-97-TR, dispone: "Si el empleador retuviera u ordenara retener, o
en su caso cobrara cant¡dades distintas de las taxativamente previstas
en el artículo 47", pagará al trabajador por concepto de indemnización
por el daño sufrido por este, el doble de dichas sumas, sin perjuicio de
los intereses legales moratorios que se devenguen desde la fecha de la
retención o cobros indebidos", no haciendo referencia alguna a la devo-
lución de lo indebidamente retenido.
Que, del texto de la norma indicada en el considerando anterior se
infiere que el carácter indemnizatorio de la misma no excluye la obligación
del empleador de devolver las sumas indebidamente retenidas.
Que, la indemnización por el daño causado y la devolución de lo
indebidamente retenido son conceptos distintos, pues la primera tiene
como finalidad resarcir el perjuicio sufrido por eltrabajador y la segunda,
la de restituir la compensación indebidamente retenida a su titular.

EL PLENO POR MAYORÍA CALIFTCADA

ACUERDA:
La indemnización que establece el artículo 49o delTexto Único Orde-
nado de la Ley de Compensación por Tiempo de Servicios aprobado por

810
PrE,Nos |urusrtccroNRlEs L¡soRerps

el Decreto Supremo N" 001-97-TR, equivale al doble de la suma retenida


sÍn perjuicio de la devolución de esta última.

ACUERDO N.2
COOPERATIVAS DE TRABAJADORES:
AGOTAMIENTO DE VfA PREVIA

VOTACIÓN :55 Magistrados


MAYORÍA CALIFICADA : 38 VOTOS
MINORfA : 12 Votos
ABSTENCIONES :05

Que de la revisión de las ponencias a las diferentes comisiones de


trabajo se observa que existe coincidencia de lo opinado por el Grupo
No 2 que presidio el Dr. Edmundo Villacorta Ramírez con el acuerdo ma-
yoritario de 34 votos, por lo que resulta aconsejable adherir los 4 votos
de dicha comisión a la posición mayoritaria con el que se cumple con el
objetivo de los Plenos Jurisdiccionales, cual es unificar los criterios de los
mag¡strados de las diferentes Cortes Superiores de la República.
CONSIDERANDO:

Que, el inciso 2 del artículo 2o de la Constitución Política del es-


trado señala que toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley,
no pudiendo ser discrímínado por motivo de origen, raza, sexo, idioma,
opinión, condición económico de cualquier otra índole.
Que, los artículos 23o y 139o de la Constitución establecen que el
trabajo en sus diversas modalídades es objeto de protección prioritario
del estado y que ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción
que le corresponde en función al derecho de tutela jurisdiccional. Asi-
mismo, la Constitución determina que no se puede limitar el ejercicio de
los derechos constitucionales, entre ellos recurrir a la tutela jurisdiccional
efectíva sin necesidad de previo trámite.

Que, el artículo 50o del Decreto Supremo No 002-97-TR; hace exten-


sivo a los socios trabajadores que laboran en las cooperativas de trabajo

Bll
Oxnr VÍcron Averos l¡ne

todos los beneficios y derechos establecidos para los trabajadores del


régimen de la actividad privada.
Las disposiciones legales a que aluden dichos beneficios y derechos
no establecen requisitos ni condición previa para el reclamo judicial de
los mismos por lo que el requisito de agotamiento de la vía previa interna
es un acto de discriminación que la Constitución rechaza.

Que el artículo 4o del decreto Supremo No 034-83-TR está referido


al ámbito cooperativo, mientras que para las reclamaciones individuales
laborales son competentes los juzgados laborales. El agotamiento de la
vía interna podría ser solo exigíble para el caso de conflictos para exclu-
sión de los socios trabajadores de acuerdo a lo dispuesto en el Decreto
Supremo N" 034-83-TR, por tanto no puede exigirse dicho requisito si
además la relación ha quedado resuelta.

Que, la Ley No 26513, ha regulado la materia laboral de los llamados


socio cooperativistas en forma íntegra, declarando que tos mismos tienen
los mismos beneficios, derechos y condiciones de cualquier trabajador
sujeto al régimen laboral de la actividad privada.
Que la Primera y Segunda Disposiciones Transitorias del Decreto
Supremo N" 004-98- TR, Normas Complementarias para la aplicación del
Régímen Laboral a Socios trabajadores de Cooperativas y trabajadores de
Empresas Especiales de Servicios, reconocen a los socios trabajadores el
derecho a acceder a la compensación por tiempo de servicíos regulada
por ley.
EL PLENO POR MAYORÍA CALIF¡CADA

ACUERDA:

Los socios trabajadores de las cooperativas de trabajadores, en sus


diversas modalidades, tienen el derecho de recurrir directamente al ór-
gano jurísdiccional para reclamar sus derechos y beneficíos de naturaleza
laboral, sin necesidad de agotar ninguna vía interna, operando esta última
para los reclamos de derechos societarios.

812
Pr,¡Nos JunlsolccroNarss L¡soRA.rEs

ACUERDO N" 3:
INICIO DEL CÓMPUTO DEL PLAZO DE
CADUCIDAD EN CASO DE HOSTILIZACIÓN

vorAcrÓN : 56 Magistrados
MAYORIA CALIFICADA: 36 VOTOS
MINORIA :08 Votos
ABSTENCIONES z02

CONSIDERANDO:

Que en los casos de hostilidad al trabajador antes de accionar


judicialmente, debe emplazar su empleador imputándole tal conducta,
otorgándole un plazo razonable no menor de seis días naturales para
que efectúe su descargo o enmienden su conducta, según sea el caso,
caducando el plazo para accionar judicialmente a los treinta días natu-
rales de producido el hecho, de conformidad con lo establecido en los
artículos 3go y 36o del Texto unico Ordenado del Decreto Legislativo No
728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el
Decreto Supremo N" 003-97-TR.
Que el plazo de treinta días naturales para accionar judicialmente en
caso de hostilidad se computa desde el día siguiente de vencido el plazo
otorgado al empleador de conformidad con el artículo 57o del reglamento
aprobado por el Decreto Supremo N" 001-96-TR.
Que, resulta necesario unificar el criterio de interpretación de la
normativa citada al existir discrepancia respecto de cuando se configura
el hecho que determina el inicio del cómputo del plazo de caducidad.
Que, el hecho que determina la opción del trabajador de accionar
judicialmente es la negativa expresa o tácita del empleador a cumplir
con el requerimiento formulado por aquel.
Que, en la práctica se ha advertido de casos en que al emplazar
el cese del acto hostil, el trabajador omite otorgar expresamente a su
empleador el plazo dentro del cual debe este efectuar su descargo y
enmendar su conducta según sea el caso por lo que debe entenderse que
rige el mínimo de 6 días naturales previsto en la norma legal antes citada.

813
Oxel Vícron Ávuos Innn

Que el tiempo transcurrido entre la conducta del empleador y el


emplazamiento para el cese de la hostilidad es un elemento relacionado
con la inmediatez y circunstancias del caso, aspectos que corresponden
ser apreciados por el juez en la oportunidad procesal correspondiente
aplicando el principio de razonabilidad.

EL PLENO POR MAYORÍA CALIFICADA

ACUERDA:
El acto de hostilidad que determina el inicio del cómputo del plazo
le caducidad de treinta días para interponer la acción judicial corres-
pondiente se produce al vencer el plazo otorgado por el trabajador a
su empleador. De no haber precisado el trabajador dicho plazo, en su
emplazamiento. la caducidad se computa a partir del vencimiento del
plazo minino establecido en la ley a favor del empleador, efectuándose
el cómputo de los 30 días de caducidad a partir de ese momento.

ACUERDO NO 4:
REPRESENTACIÓN DE LOS TRABAJADORES
EN LOS PROCESOS LABORALES

VOTACIÓN : 56 Magistrados
MAYORÍA CALIFICADA : 53 VOTOS
MINORIA : 03 Votos

CONS¡DERANDO:
Que, el Convenio lnternacional de Trabajo No 87 de la Organizacíón
lnternacional delTrabajo sobre libertad sindical y protección a los derechos
de sindicación, normativa incorporada a nuestro ordenamiento legal por
ratificación, Resolución Legislativa No 13281, consagra el principio de que
las organizaciones sindicales tienen por objeto fomentar y defender los
intereses de sus afílíados.
Que, el Decreto Ley No 25593 denominado Ley de Relaciones Co-
lectívas de Trabajo es la norma sustantiva que regula los alcances de la
representación legal de las organizaciones sindicales en relación a sus
afiliados y dentro del ámbito que le confiere esa normativa.

814
Pr,sNos junrsolccroNnrns LRsoR.Arns

Que, el artículo 8a de la precitada normativa al desarrollar los fines


y funciones de las organizaciones sindicales en armonía con el citado
convenio internacional .señala que estas representan a todos los trabaja-
dores comprendidos dentro de su ámbito en los conflictos, controversias
o reclamaciones de naturaleza colectiva, pudiendo ser representantes de
los trabajares en reclamaciones individuales previo el otorgamiento del
poder correspondiente.
Que, los artículos 9o y 10o de la Ley Procesal del Trabajo Ley No 26636
conceden a las organizaciones sindicales y asociativas constituidas y re-
conocidas de arreglo a ley, legitimación para la defensa de los derechos
colectivos que le son propios.
Que, en el ejercicio de estos derechos los sindicatos deben observar
el principio de legalidad, siendo así en el marco de nuestra legislación,
las organizaciones sindicales se encuentran legitimadas para actuar en
defensa de los derechos colectivos que le son propios, empero en aque-
llas situaciones en que se exige el accionar individual del trabajador, este
podrá otorgarle su representación.
Que, siendo así, debe entenderse que las .organizaciones sindicales
pueden acudir al fuero judicial para formular demandas contra los em-
pleadores en asuntos en los que existe conflicto respecto a los derechos
que afecten colectivamente a los trabajadores, así como también en
representación de un conflicto jurídico individual, siempre que en este
último caso actué con poder otorgado por el trabajador interesado.

EL PLENO: POR MAYORÍA CALIFICADA

ACUERDA:
Las organizaciones sindicales tienen la representación de los trabaja-
dores en conflictos de naturaleza colectiva; pudiendo representar a estos
en conflictos de naturaleza individual siempre que exista otorgamiento
de poder conforme a lo dispuesto en el tercer párrafo del artículo 10o
de la Ley Procesal del Trabajo, N'26636.
Las organizaciones sindicales acreditan su representación con la
copia del acta de designación en los conflictos de naturaleza colectivas
con el poder correspondiente en los conflictos de naturaleza individual.

815
Oxer VÍcron Avelos J¡n¡

ACUERDO N.5:
FORMA DE PAGO DE BENEFICIOS SOCIALES

VOTACION : Unanimidad

CONSIDERANDO:
Que, el artículo 60 del Texto t]nico ordenado del Decreto Legislativo
No 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el
Decreto Supremo N.003-97 -TR, asigna naturaleza remunerativa para todo
efecto legal, al :integro de lo que el trabajador recibe por sus servicios,
en dinero o en especie, cualesquiera sea la forma o denominación que
se le dé, siempre que sea de su libre disposición; criterio considerado
igualmente para el cómputo de la remuneración indemnizable base para
el cálculo de la compensación por tiempo de servicios, de conformidad
con el artículo 9o del Texto Unico Ordenado del Decreto Legislativo No
650, Ley de Compensación por Tiempo de Servicios, aprobado por el
Decreto Supremo N" 001-97-TR.
Que, para los efectos de la remuneración vacacional se aplican ana-
lógicamente los criterios establecidos para la compensación por tiempo
de servicios, de conformidad con el artículo 15o del Decreto Legislativo No
713 y artículo 16o de su Reglamento, aprobado por el Decreto Supremo
N" 012-97-TR; entre otros derechos laborales.

Que, en el caso de los beneficios sociales, el empleador tiene como


obligación original el pago en dinero de los mismos, sin embargo, las
partes de mutuo acuerdo pueden pactar, al amparo del artículo 1265o
del Código Civil, que la obligación quedará satisfecha con la dación en
pago de bienes de propiedad del empleador.
Que, en consecuencia la posibilidad de pago en especie de los be-
neficios del trabajador se encuentra prevista legalmente, y su valor debe
determinarse: de común acuerdo tomándose como referencia el valor
de estos en el mercado de manera de garantizar la irrenunciabilidad de
derechos.

816
PrENos JuRrspIccroNerEs Lason¡lns

EL PLENO POR UNANIMIDAD

ACUERDA:
Es procedente el pago de beneficios sociales en especie de manera
excepcional siempre que exista acuerdo entre las partes, y la valorización
asignada no afecte los derechos del trabajador.

RECOMENDACIONES

RECOMENDACIÓN NO 1:
COMPENSACIÓN POR TIEMPO DE SERVICIOS:
INTERPRETACIÓN DE LA SEXTA

DISPOSICIÓN DEL DECRETO LEGISLATIVO N.650

VOTACIÓN : 58 Magistrados
MAYORÍA SIMPLE : 34 Votos
MINORIA : 24 Votos

CONSIDERANDO:

Que, el Decreto Legislativo No 6500, Ley de Compensación por Tiempo


de Servicios, regula el pago de la compensación por tiempo de servicios
acumulada al 31 de diciembre de 1990 y el pago de la compensación
por tiempo de servicios que se genera a partir de la vigencia del nuevo
sistema, de manera distinta aplicando una normativa diferente para cada
régimen.
Que conforme a ley, la reserva acumulada debe pagarse hasta un
plazo máximo de 10 años a partir de 1991, por lo tanto, las normas que
regulan dicho pago están reguladas en las "Disposiciones Transitorias"
de la ley en comento.
Que la Primera Disposición Transitoria del decreto legislativo citado
establece que la Compensación por Tiempo de Servicios acumulada al
31 de diciembre de 1990, se calculará de acuerdo a las normas vigentes a
esa fecha con las excepciones previstas en el presente decreto legislativo.

B17
Oxnr VÍcron Áve.ros fenn

Que el tercer párrafo de la Sexta Disposición Transitoria de la nor-


ma sustantiva en comento establece claramente que la Compensación
por Tiempo de Servicios será actualizada con remuneración vigente
a la fecha de cada depósito, esto es el día en que efectivamente se
realiza el pago.
Que, criterio esbozado se confirma con lo establecido por la Sétima
Disposición transitoria del Decreto Legislativo No 650, que señala que la
remuneración vigente a la fecha de cada depósito a que refiere el tercer
párrafo de la Disposición Transitoria, comprende el dozavo de las grati-
ficaciones percibidas durante el último año.
Que desde la vigencia del Decreto Legislativo No 650 hasta abril de
1997,fecha en que entra en vigencia el Decreto Supremo No 004-97-TR,
Reglamento de la Ley de Compensación por Tiempo de Servicios, se
aplican las consideraciones expuestas en precedentes considerativas; y, a
partir de la vigencia de esta norma rige la Quinta Disposición Transitoria y
Final del decreto supremo mencionado, en consideración a que ninguna
ley laboral tiene efecto retroactivo, conforme lo establece el segundo
párrafo del artículo 103o de la Constitución Política del Estado.

EL PLENO: POR MAYORfA SIMPLE

RECOMIENDA:
Que, la Sexta Disposición Transitoria del Decreto Legislativo No 650
sea interpretada en el sentido de que la remuneración que debe tener-
se en cuenta para el pago de la compensación por tiempo de servicios
acumulada al 31 de diciembre de 1990 sea la vigente a la fecha que efec-
tivamente se efectúa el depósito, hasta antes de la vigencia del Decreto
Supremo N" 004-97-TR.

POSICIÓN MINORITARIA:
CONSIDERANDO:
Que, el sistema adoptado por el Decreto Legislativo No 650, consiste
en efectuar depósitos periódicos con efecto cancelatorio, estableciendo
una regulación especial en cuanto a la periodicidad de los depósitos de
la compensación por tiempo de servicios acumulada al 31 de diciembre
de 1990.

8r8
PnNos JunrsorccroNRlrs LnnoRlres

Que, el primer párrafo de la Sexta Disposición Transitoria del Decreto


Legislativo No 650 establece la obligación de los empleadores de entregar
al depositario correspondiente, dentro del primer semestre de cada año
a partir de 1991 y con efecto cancelatorio, la compensación por tiempo
de servicios acumulado al 31 de diciembre de 1990. Asimismo, el tercer
párrafo de la misma norma establece que por lo menos el empleador
deberá depositar en cada primer semestre un monto no menor al que
corresponda al pago de un año de compensación por tiempo de servicios,
del más remoto al más próximo, con carácter cancelatorio. Establecien-
do adicionalmente que la totalidad de la compensación por tiempo de
servicios deberá estar depositada en un plazo de diez años.
Que, el tercer párrafo de la Sexta Disposición Transitoria señalada al
mencionar que la compensación por tiempo de servicios será actualizada
con la remuneración vigente a la fecha de cada depósito, e interpretando
de manera sistemática con la normativa señalada en el considerando
anterior, dispone que la remuneración es la vigente al momento de
abonar dicho depósito durante el semestre respect¡vo. En caso que el
empleador incumpliera dicha obligación debe ser tomada en cuenta la
remuneración del mes de junio correspondiente, oportunidad en la que
debió efectuarse el depósito.
Que, el incumplimiento del empleador de efectuar el depósito está
regulado por el artículo 59o del Decreto Legislativo No 650 (actualmente
artículo 56o del Decreto Supremo N.001-97-TR) en el cual se señala que
cuando el empleador no cumpla con realizar los depósitos que le corres-
pondan, quedará automáticamente obligado al pago de intereses que
hubiera generado el depósito de haberse efectuado oportunamente, y en
su caso, a asumir la diferencia de cambio, si aquel hubiera sido solicitado
en moneda extranjera, sin perjuicio de las demás responsabilidades en
que pueda incurrir y de la multa administrativa correspondiente.
Que, el efecto cancelatorio de los depósitos establecido en la norma
como eje central, permite interpretar que la remuneración actualizada
para el cálculo de la compensación por tiempo de servicios es la vigente
a la fecha en la que, de acuerdo a la obligación preestablecida en la ley,
debió realizar el depósito.
Que, la Quinta Disposición Fínal del Decreto Supremo No 004-97-TR,
ratifica el criterio adoptado por la ley.

819
Oxer VÍcron Avelos fena

Que, en caso existiera duda insalvable en el sentido de la norma,


dependerá de la situación concreta cuál de las dos interpretaciones es
la más favorable al trabajador.
CRITERIO POSTCIÓN MINORITARIA:

La remuneración que debe tenerse en cuenta para el pago de la


compensación por tiempo de servicios acumulada al 31 de diciembre
de 1990 es la vigente a la fecha en que debe hacerse el depósito en el
primer semestre del año correspondiente, de acuerdo a la obligación
señalada en la norma.
Elincumplimiento del empleador en efectuar esos depósitos se san-
ciona de acuerdo al artículo 56o del Decreto Supremo No 001-97-TR (que
recoge lo dispuesto en el original Decreto Legislativo No 650), es decir,
con el pago de intereses, tomando en cuenta la remuneración vigente
al mes de junio correspondiente, debe asumir la diferencia de cambio si
fuera el caso, la multa administrativa y sin perjuicio de la responsabilidad
que surja.

RECOMENDACIÓN N" 2:
COMPETENCIA: NULIDAD
DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

VOTACIÓN : 57 Magistrados
MAYORIA SIMPLE : 34 Votos
MINORfA :21 Votos
ABSTENCIONES t04

CONSIDERANDO:
Que, el dolo, fraude, colusión o afectación del derecho al debido
proceso son conductas susceptibles de producirse en cualquier pro-
ceso, estando sujetos a ser corregidos y sancionados por la instancia
revisora, por lo que se entiende que no puede quedar reservada al
conocimiento de una de las especialidades de la función jurisdiccional.
Asimismo, la afectación del derecho al debido proceso está relaciona-

820
PrENos JunIsoIccIoNatEs Leson¡tEs

da evidentemente a la especialidad del proceso en que se originó la


sentencia impugnada por lo que el análisis de las normas pertinentes
corresponde al órgano jurisdiccional de la especialidad donde se originó
la resolución cuestionada.
Que el artículo 178o del Código Procesal Civil, referido a la nulidad
de cosa juzgada fraudulenta, se encuentra dentro del Título Sexto que
regula la nulidad de los actos procesales y dentro del Capítulo 2 que
regula los actos procesales de las partes, normativa que no es exclusiva
de la especialidad civil, por lo que el mencionado artículo no señala que
los procesos de nulidad de cosa juzgada fraudulenta competan exclusi-
vamente a los jueces civiles.
Que no existe norma que prohíba o impida que el juez de trabajo
conozca este tipo de procesos.

Que el juez de trabajo asume competencia en esta materia dentro


de los alcances de los incisos c y e del numeral 2 del artículo 40 de la
Ley Procesal del Trabajo.

Que, si bien el Código Procesal Civil, en el artículo l7Bo, establece


que la nulidad de cosa juzgada fraudulenta se lleva en la vía de conoci-
miento, esta norma no imposibilita aljuez laboral para que pueda asumir
competencia, toda vez que las vías procedimentales son medios para la
declaración de derechos.

Que cuando se evalúa una nulidad de cosa juzgada fraudulenta


en materia laboral se tiene que tener especial conocimiento sobra la
naturaleza jurídica de la relación y la vinculación entre las partes y su
capacidad de manejo ante ello, de lo cual no puede deducirse a otra
cosa que el juez natural sea el laboral, el cual aplicará la vía procesal
pertinente.
Que resulta conveniente por seguridad jurídica que los procesos de
cosa juzgada fraudulenta sean conocidos por los jueces de trabajo, por
ser estos magistrados quienes a la luz de los principios del Derecho del
trabajo y de la doctrina laboral tiene mayores elementos de juicio para
calificar el contenido de la sentencia que es objeto de impugnación y
para determinar la existencia de dolo, fraude, colusión o afectación del
debido proceso.

821
Oxel VÍcron Ávnros Jane

EL PLENO POR MAYORÍA SIMPLE

RECOMIENDA:
Eljuez laboral es competente para conocer de la acción de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta que surge de un proceso laboral por la exis-
tencia de dolo, concusión o fraude de las partes que intervienen dentro
del proceso laboral.

POSICIÓN MINORITARIA:

CONSIDERANDO:
Que, la Constitución Política del Estado en su artículo 139o, inciso 3,
el Código Procesal Civil, en su artículo 1o del Título Preliminar y La Ley
Orgánica del Poder Judicial en su artículo 7o reconocen como garantía
de la administración de.justicia el debido proceso.
Que, el artículo 6" del Cód¡go Procesal Civil establece que la compe-
tencia se rige por el principio de legalidad e irrenunciabilidad, por lo que
la competencia no puede ser asignada por analogía sino que debe ser
establecida por la ley, como expresamente lo estipula la norma precitada.
Que, el artículo 178o del Código Procesal Civil, regula la acción de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta determinando su trámite por el
proceso de conocimiento que la Ley Procesal del Trabajo no contempla.

Que, la Ley Procesal del Trabajo en su artículo 4o no contempla,


como competencia por razón de la materia, la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta.

Que, el literal c del numeral 2 del artículo 4o de la Ley No 26636


referido al incumplimiento de disposiciones laborales de cualquier na-
turaleza hace alusión a la naturaleza estatal o profesional de la norma,
si es legal o convencional, no haciendo referencia a las infracciones del
debido proceso.
Que, no procede la prórroga de competencia por acuerdo de partes
ni por decisión del juzgador ni por aplicación supletoria de la norma
procesal civil, pues no puede trasladarse la competencia de los órganos
jurisdiccionales a los juzgados laborales, en tanto que el segundo párrafo
del artículo 6o del Código Procesal Civil establece que la competencia
civil no puede renunciarse ni modificarse.

822
Prnwos JuRIsoIccIoNRtns L¡¡onelps

Que, el enjuiciamiento o la evaluación de la cosa juzgada frau-


dulenta está reservada a un procedimiento conocimiento que ofrece
a los justiciables las máximas garantías en la acción y en la defensa,
concediendo etapas completas de tramitacíón con máximos plazos,
por lo que no puede admitirse que los juzgados y salas laborales uti-
licen la vía del proceso laboral ordinario para el trámite de este tipo
de pretensiones.
Que, la naturaleza jurídica de la pretensión de nulidad de cosa juz-
gada fraudulenta es excepcional, en donde se establecen la existencia de
errores in procedendum y no in iudicamdum, por lo tanto no es restitutoria
de derechos. Además, la pretensión procesal de la nulidad de cosa iuzga-
da fraudulenta es la declaración de existencia del dolo, fraude, colusión
o afectación del derecho al debido proceso, no estando expedita para
cuestionar el criterio adoptado en la valoración de la prueba.

Que, para declarar válida la relación jurídica procesal deben concurrir


los presupuestos procesales, entre los que se encuentra la competencia'
De lo que se concluye que nuestro actual ordenamiento jurídico pro-
cesal adjetivo no concede al juez laboral competencia para atender el
petitorio de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, más aún si no se da el
presupuesto a que alude la letra h del inciso 2 del artículo 4o de la Ley
No 26636, siendo esto así se requeriría de modificación legislativa para
asumir competencia.

CRITER¡O POSICIÓN MINORITARIA:

Eljuez laboral no t¡ene competencia para conocer de los procesos


de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

PROPOSICIÓIrI Og MOD¡FICACIÓN NORMATIVA:


Sl bien no se planteó la adopción de un acuerdo sobre esta ma-
teria, la mayoría de grupos de trabajo expresaron su opinión sobre la
necesidad de una modificación en la normativa vigente a los efectos de
promover que el juez laboral pueda tener competencia en procesos de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta cuando se solicite la nulidad de una
sentencia o de un acuerdo de las partes homologado en un proceso de
competencia del juez laboral.

823
Oxer VÍcron Áveros |ane

RECOMENDACIÓN N.3:
PROCEDENCIA EN EL CAMPO LABORAL DE LA REFORMA
EN PEOR POR INTEGRACIÓN DE RESOLUCIONES JUDICIALES

VOTACIÓN 57 Magistrados
MAYORÍA SIMPLE 28 Votos
MINORfA 24 Votos
ABSTENCIONES 05

CONSIDERANDO:
Que en el ámbito laboral existen principios universales que tutelan
los derechos de , los trabajadores, donde resalta el inciso 2 del artículo
26o de la Constitución Política del Estado el cual garantiza el carácter
irrenunciable de los derechos laborales reconocidos a los trabajadores
en la Constitución y la ley.
Que el artículo lll del Título Preliminar de la Ley Procesal de Trabajo,
encarga a los jueces el deber de velar por el respeto del carácter irrenun-
ciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley'
Que todo proceso judicial como mecanismo de solución a un conflic-
to de intereses, se desarrolla dentro de un conjunto de normas adjetivas
que en forma sistematizada prevén actuaciones judiciales tendientes a
lograr el reconocimiento por el órgano jurisdiccional de los derechos
sustantivos que invocan las partes; por lo tanto el derecho procesal es
la vía utilizada por los justiciables en procura del reconocimiento de sus
derechos; que si bien las normas adjetivas son de orden público ellas se
encuentran reguladas en leyes, mientras que la irrenunciabilidad de los
derechos indisponibles de los trabajadores están consagrados en la Cons-
titución del Estado; y, en todo caso, de existir incompatibilidad entre una
norma constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera,
conforme lo prevé el artículo 13Bo de la Constitución Política del Estado.
Que si bien el proceso laboral está regulado por las normas comunes
del proceso judicial, tiene como marco de referencia ciertos principios de
carácter especial, que lo distinguen del proceso civil, de tal manera que
cuando algunas normas son incompatibles con aquel, prima la naturaleza

824
PrsNos JuRtsotcctoxalss Lesonetes

eminentemente social del Derecho laboral, situación que debe tomarse


en cuenta necesariamente al momento de aplicar en forma supletoria las
normas del Código Procesal Civil.
Que la Ley No 26636, que regula el procedimiento laboral, no reco-
noce los alcances de la reforma en peor, razón por la cual, ese vacío es
integrado por los principios de la plus petición y de la irrenunciabilidad,
lo que excluye la restricción de la reforma en peor en el campo laboral.
Que, además el acuerdo por unanimidad adoptado en el Pleno Juris-
diccional Laboral del año 1997 ha declarado que la aplicación supletoria
del Código Procesal Civil a los procesos regulados por la Ley No 26636, Ley
Procesal del Trabajo, se efectuará cuando exista una remisión expresa o
una deficiencia de esta última que tenga que ser cubierta por el primero
siempre que se trate de una materia regulada y exista compatibilidad con
la naturaleza del proceso laboral.
Que en materia laboral existen derechos de naturaleza pública que
no pueden ser ignorados a través del mecanismo procesal recogido en
el artículo 370" del Código Procesal Civil.

EL PLENO POR MAYORfA 5IMPLE

RECOMIENDA:
La reforma en peor solamente es procedente cuando la resolución
recurrida o por revisar ha ignorado los derechos mínimos del trabajador
(derechos irrenunciables e indisponibles por el trabajador), procediendo
la integración. En los demás casos en los que no está de por medio los
derechos mínimos del trabajador, la reforma en peor sería improcedente
tal como lo establece el artículo 370o del Código Procesal Civil.

POSICIÓN MINORITARIA:

CONSIDERANDO:
Que, las normas procesales contenidas en el Código Procesal Civil con
carácter imperativo, salvo regulación permisiva en contrario, en aplicación
del principio de vinculación y de formalidad.
Que, la Ley Procesal delTrabajo remite en vía supletoria a las normas
del Código Procesal Civil en lo que ella no prevé, situación que ocurre

82s
Oxnr VÍcron Averos J¡.n¡,

en re¡ación a la reforma empero aludida en el artículo 370o de dicho


cuerpo legal. Entonces, corresponde la aplicación en materia laboral del
mencionado artículo, sin reservas, por cuanto importa la legalidad en el
proceso y el principio de respetar lo consentido por una de las partes,
no pudiendo ser revisado cuando no se ha expresado agravio sobre el
particular.

Que, el extremo no paleado por la parte agraviada queda consentido,


adquiriendo la calidad de cosa juzgada en dicho extremo, en tanto que
modificarlo atentaría contra dicho principio.
Que, eljuez superior no puede modificar la resolución impugnada en
perjuicio del apelante. Las Salas no pueden reformarlas en peor porque
estarían sustituyendo a las partes, atentando contra el debido proceso.
Que, el juzgador no puede sustituirse a la voluntad de las partes
para modificar una resolución judicial con la cual se encuentra conforme,
pues ello implicarÍa un exceso de parte del magistrado.

Que, la voluntad de una de las partes de no impugnar la sentencia


que pudiera reconocerle menores derechos, significa su conformidad con
la decisión judicial expedida, no pudiendo considerarse esta actitud como
renuncia de derechos, pues ha tenido la oportunidad de interponer el
recurso de apelación correspondiente.

Que, si bien es verdad la Constitución Política del Estado consagra


en el numeral 2 del artículo 260 el carácter irrenunciable de los derechos
reconocidos a los trabajadores, también es verdad que dichos derechos
tienen que ser reclamados bajo las formas y en los plazos que prevén
las leyes específicas.

CRITERIO POSICIÓN MINORITARIA:


El artículo 370o del Código Procesal Civil es aplicable al procedimiento
laboral, no pudiendo los jueces superiores establecer reformas en peor
contra la parte apelante.

ADDENDUM:
Constituyendo la finalidad de los plenos jurisdiccionales uniformar
los criterios jurisprudenciales emitidos por las diferentes salas superiores
y juzgados del país, se ha considerado innecesario incluir el resultado del

826
a

Pr,ENos JuRrsorccroNer¡s L¡,soRRt¡s

debate referido al tema sobre la ?plicación de la evaluación semestral


de los trabajadores del Estado, sujetos al Régimen Laboral de la Actividad
Privada", dado que el Tribunal Constitucional ha dictado la Sentencia
recaída en el Expediente No 969-96-M/TC, de fecha 15 de julio de 1998,
publicada en la edición del diario oficial El Peruano del 23 de setiembre
último, donde se afirma: "Que, encontrándose los trabajadores de la
empresa municipal demandada, sujetos al régimen laboral de la activi-
dad privada Ley de Fomento del Empleo, cuyo Texto Único Ordenado
se aprobó por el Decreto Supremo No 05-95- TR, debe entenderse que
las Leyes Nos 26553 y 26093, incorporan una causal adicional de despido
respecto a las comprendidas en la mencionada ley".

Comisión de Magistrados del Pleno Jurisdiccional Laboral:


Dr. JAIME BELTRAN QUIROGA
Presidente
DT. EDMUNDO VILLACORTA RAMÍREZ
Dra. ISABEL TORRES VEGA
DT. NESTOR MORALES GONZALES
DT. JAVIER AREVALO VELA

827
Oxnl VÍcron Áveros J¡.n¡

PLENO JURISDICCIONAL NACIONAL LABORAL 1999

TRUJILLO
ACUERDO NO 01-99 CADUCIDAD

CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que la caducidad en materia laboral tiene regulación
propia en cuanto al plazo y ejercicio de la acción.
SEGUNDO.- Que el artículo 36o del Texto Único Ordenado del De-
creto Legislativo No 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral,
aprobado por el Decreto Supremo N" 003-97- TR establece que el plazo
para accionar judicialmente en los casos de núlidad de despido, despido
arbitrario y hostilidad, caduca a los treinta (30) días naturales de producido
el hecho sin que tal circunstancia perjudique el derecho del trabajador
de demandar, dentro del periodo de prescripción, el pago de otras sumas
líquidas que le adeude el empleador.
TERCERO.- Que el último párrafo del referido artículo 36o estable-
ce como causal de suspensión del plazo de caducidad la imposibilidad
material de accionar ante un tribunal peruano en los siguientes casos:
(i) por encontrarse el trabajador fuera del territorio nacional e impedi-
do de ingresar a él; y, (ii) por la falta de funcíonamiento del Poder Judicial.
CUARTO.- Que el artículo 5Bo del Decreto Supremo No 001-96- TR,
reglamento vigente del TUO del Decreto Legislativo No 728, desarrolla
la causal de suspensión del plazo de caducidad vinculada a la falta de
funcionamiento del Poder Judicial, determinando que esta se produce:
(i) en los días en que se suspende el despacho judicial conforme al
artículo 247o de la Ley Orgánica del Poder Judicial; y,

(ii) en aquellas otras situaciones que por caso fortuito o fuerza mayor
impidan su funcionamiento.
QUINTO.- Que el artículo 247o de la Ley Orgánica del Poder Judicial
señala que no hay despacho judicial los días sábados, domingos y feriados
no laborables y los de duelo nacional y judicial; asimismo, por el inicio
del Año Judicial y por el Día del Juez.

828
Prp¡¡os ]uRtsprccloNetrs LegoRA.rrs

SEXTO.- Que el artículo 36o del TUO de la Ley de Productividad


y Competitividad Laboral admite puntualmente diversas variables de
suspensión del plazo de caducidad, por lo que su norma reglamentaria
desarrolla la norma legal.
SETIMO.- Que es objetivo de los Plenos Jurisdiccionales concordar
los criterios discrepantes existentes para promover la seguridad jurídica
que se expresa en resoluciones judiciales predecibles, por lo que, en tanto
se dicte la norma legal en materia de caducidad laboral que la precise.

EL PLENO ACUERDA:
Para efectos de la suspensión del cómputo del plazo de caducidad
a que se refiere el artículo 360 del Texto Único Ordenado (TUO) del De-
creto Legislativo No 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral,
aprobado por el Decreto Supremo No 0o3-97-TR, se aplican íntegramente
las disposiciones contenidas en el artículo 5Bo del Decreto Supremo No
001-96- TR, en la medida que desarrolla el concepto de falta de funciona-
miento del Poder Judicial previsto en el artículo 36o del mencionado TUO.

ACUERDO NO 02-99
ABANDONO

CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que si bien el Decreto Supremo N" 03-80-TR estableció
en su artículo 53o el abandono en el proceso laboral, la vigente Ley Pro-
cesal delTrabajo, Ley No 26636, no recoge dicho instituto en atención a la
naturaleza de los derechos que se discuten en el proceso laboral, con la
única excepción del archivamiento del proceso previsto en su artículo 64o.
SEGUNDO.- Que la Tercera Disposición Final de la Ley Procesal de
Trabajo que establece que en lo no previsto en ella son de aplicación
supletoria las normas del Código Procesal Civil, debe concordarse con
la Primera Disposición Final del código adjetivo que determina que las
disposiciones de este código se aplican supletoriamente a los demás or-
denamientos procesales, siempre que sean compatibles con su naturaleza.
TERCERO.- Que en el Pleno Jurisdiccional Laboral 1997 se acordó
que el Código Procesal Civil se aplicará supletoriamente a los procesos

829
Oxer VÍcron Áveros Jene

regulados por la Ley Procesal de Trabajo cuando exista una remisión


expresa o una deficiencia de esta última que tenga que ser cubierta por
el código adjetivo, siempre que se trate de una materia regulada y exista
compatibilidad con la naturaleza del proceso laboral.
CUARTO.- Que aplicar las normas del Código Procesal Cívil que
determinan la declaración de abandono contravendría lo dispuesto en
el artículo 50 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que obliga al juez a
impulsar el proceso de oficio salvo reserva procesal expresa que la Ley
Procesal de Trabajo no contempla.

QUINTO.- Que, además, uno de los efectos del abandono previsto


porelCódigo Procesal Civilen sus artículos 351o y354o, es que declarado
este la prescripción s¡gue transcurriendo como si la interrupción no se
hubiese producido, impidiendo al demandante iniciar otro proceso con
la misma pretensión durante un año contado a partir de la notificación
del auto que declare el abandono, poniendo en evidente peligro, tra-
tándose del trabajador, el cobro de sus derechos y beneficios sociales, e
introduciendo una limitación al derecho de ejercer la acción.

EL PLENO ACUERDA:
En el proceso laboral no procede la declaración de abandono, por lo
gue no se aplican supletoriamente las normas del Código Procesal Civil
que regulan este instituto. Los jueces que administran la justicia laboral
tienen la responsabilidad de cumplir eficazmente con la obligación que
le impone el artículo I del Título Preliminar de la Ley Procesal de Trabajo
sobre la dirección e impulso del proceso a fin de obtener la resolución
de las causas en el menor tiempo posible.

ACUERDO NO 03-99
INTERESES POR REMUNERACIÓN
VACACIONAL IMPAGA

CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que el Decreto Ley No 25920 establece en su artículo
3o que el interés legal sobre los montos adeudados por el empleador se
devengan a partir del día siguiente de aquél en que se produjo el incum-
plimiento y hasta el día de su pago efectivo, sin que sea necesario que el

830
PrExos |unrsolccroNerrs Lesonelts

trabajador afectado exija, judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento


de la obligación al empleador o pruebe haber sufrido algún daño;
SEGUNDO.- Que conforme al artículo 23o del Decreto Legislativo No
713, en caso que eltrabajador no disfrute del descanso vacacional dentro
del año siguiente a aquel en el que adquiere el derecho, las remuneracio-
nes correspondientes se calcularán sobre la base de la que se encuentre
percibiendo en la oportunidad que se efectúe el pago.
TERCERO.- Que esta última norma tiene su antecedente en el De-
creto Supremo No 019-89- TR del 21 de junio de 1989 que modificando
lo previsto en el artículo Bo del Decreto Supremo No 017 del 24 de oc-
tubre de 1961, que establecía que la remuneración vacacional debía ser
pagada sobre la base a la remuneración histórica determinó que, en caso
de falta de goce del descanso físico en la oportunidad establecida por
ley, las remuneraciones debían ser abonadas tomando como base para
su cálculo, el monto de la remuneración total que perciba el trabajador
al hacerse efectivo su pago.
CUARTO.- Que tanto el antecedente legal mencionado como la
norma vigente tienen como objeto proteger la capacidad adquisitiva de
la remuneración vacacional impaga del trabajador.
QUINTO.- Que deben concordarse ambas normas para lograr la
protección indicada, de tal modo que cuando opera el incremento de
la remuneración que sirve de base, excluye la aplicación de los intereses
y, viceversa, cuando no se produce incremento, se deben calcular tales
intereses, ya que los dos supuestos persiguen la misma finalidad, siendo
excluyentes entre sí.

EL PLENO ACUERDA:
Los intereses correspondientes a las remuneraciones de las vacaciones:

a) Cuando el vínculo laboral se encuentra vigente, el pago de la


remuneración vacacional adeudada generará intereses, a partir
del día siguiente en que ocurrió el incumplimiento, solo si desde
la indicada fecha y hasta la oportunidad en que se hace efectivo
el pago, no se produjo incremento de remuneración. De haber
ocurrido incremento de remuneración, entonces no procede el
pago de intereses.

831
Oxer VÍcron Averos Jene

b) Si se haproducido el cese, el pago de la remuneración vacacional


adeudada se efectúa con la remuneración vigente a la fecha de
este más los intereses legales que se generen a partir del día si-
guiente del mismo, y hasta el día de su pago efectivo. De no haber
ocurrido incremento de remuneraciones desde el vencimiento de
la oportunidad del goce del descanso vacacional hasta la del cese
del trabajador, entonces procederá el pago de intereses desde el
día siguiente en que ocurrió dicho incumplimiento.

ACUERDO N" 04-99


INTERESES RESPECTO DEL PAGO DEL ¡NCREMENTO DE
REMUNERACIONES ACORDADO POR PACTO COLECTIVO O
ESTABLECIDO POR LAUDO ARBITRAL

CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que conforme al artículo 1324o del Código Civil, aplicable
supletoriamente en lo que corresponda, según lo dispuesto por su artículo
lX del Título Preliminar, concordante con el artículo 30 del Decreto Ley
No 25920, las obligaciones de dar suma de dinero devengan el interés
legal desde el día siguiente en que el deudor, en este caso el empleador,
incumple con dicha obligación.
SEGUNDO.- Que el interés moratorio tiene por finalidad indemni-
zar la mora en el pago, sancionándose de esta manera el retraso en el
cumplimiento de la obligación que corresponda al deudor.
TERCERO.- Que en el caso de los convenios colectivos la obligación
de pago de remuneraciones nace a partir de la fecha en que se celebra
o se lauda la convención colectiva o desde la fecha que se señale en ella
para su cumplimiento, por lo cual los intereses solo se devengan a partir
del día siguiente en que ocurra el incumplimiento de dicho acuerdo.

EL PLENO ACUERDA:
Los intereses sobre incremento de remuneraciones o beneficios
económicos acordados en convención colectiva o dispuestos por laudo
arbitral que deban abonarse retroactiva mente, se devengan a partir del
día siguiente del que se celebra o se lauda la convención colectiva o de
la fecha que se señale en ella para su cumplimiento.

832
Prrxos Junlsolcclo¡¡¡rrs L¡.sonern's

ACUERDO N" 05-99


INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN
DE LAS ACCIONES LABORALES

CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que la prescripción en materia laboral tiene regulación
propia en cuanto al plazo y ejercicio de la acción.
SEGUNDO.- Que el plazo está fijado en dos años para las accio-
nes por derechos derivados de la relación laboral de conformidad con
el artículo único de la Ley N" 27022, que se computa a partir del día
siguiente del cese del trabajador, excepto los casos de la prescripción
iniciada conforme a la legislación anterior a que se refiere su Segunda
Disposición Transitoria.
TERCERO.- Que el plazo de prescripción se cumple el último día de
su vencimiento, por lo que hasta esa oportunidad es posible el ejercicio
de la acción.
CUARTO.- Que la acción se promueva a través de la demanda y
esta debe presentarse dentro del periodo de prescripción tal como lo
establece la regla contenida en el artículo 360 de la Ley de Productividad
y Competitividad Laboral, Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo
No 728, aprobado por el Decreto Supremo No 003-97-TR, interrumpiendo
el curso del plazo salvo que posteriormente quede sin efecto por las
causas previstas en la norma procesal aplicable.

EL PLENO ACUERDA:

El plazo de prescripción de las acciones por derechos derivados de


la relación laboral se interrumpe con la presentación de la demanda ante
el órgano jurisdiccional.

833
Ox¡r VÍcron Av¡ros Jenn

ACUERDO N.06.99
COMPENSACIÓN DE DEUDAS RECÍPROCAS ENTRE
LA CTS Y EL MONTO DE LA REPARACIÓN CIVIL

CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que el artículo 37o delTexto Unico Ordenado del Decreto
Legislativo No 650 establece que los depósitos de la compensación por
tiempo de servicios, incluidos sus intereses son intangibles e inembargables
salvo por alimentos y hasta el 500/0, determinándose como excepciones
a la intangibilidad los supuestos .previstos en los artículos 4Oo,41o y 43o
del mismo dispositivo, por lo cual no puede extenderse a supuestos
distintos a los taxativamente señalados, en aplicación del artículo lV del
Título Preliminar del Código Civil, según el cual la ley que establece ex-
cepciones o restringe derechos no se aplica por analogía.
SEGUNDO.- Que el artículo 5lo de la referida ley establece que si el
trabajador es despedido por comisión de falta grave que haya originado
perjuicio económico al empleador, este deberá notificar al depositario
para que la compensación por tiempo de servicios y sus intereses quede
retenida por el monto que corresponda en custodia por el depositario
a las resultas del juicio que promueva el empleador; y que cuando el
empleador tenga la calidad de depositarío, este efectúe directamente
la retención.
TERCERO.- Que el mismo artículo establece que la acción de daños
y perjuicios que desee ejercitar el empleador debe interponerse dentro
de los treinta días naturales de producido el cese ante el juzgado de
trabajo respectivo, debiendo acreditar el empleador ante el depositario
el inicio de la citada acción judicial; y que esta no perjudica el ejercicio
de la acción penal que pudiera corresponder.
CUARTO.- Que en consecuencia la norma ha previsto de manera taxa-
tiva que se trata de la acción legal de daños y perjuicios que se interpone
ante el juzgado de trabajo respectivo, lo cual descarta la posibilidad de
que los daños y perjuicios sean cobrados con cargo a la compensación
por tiempo de servicios retenida, a través de la reparación civil que se
mande pagar en un proceso penal.

834
PrrNos JuRrsolccroNnl¡s LesoRnrEs

QUINTO.- Que al no existir norma expresa que permita efectuar la


compensación a que se refiere el considerando anterior, el juez de tra-
bajo no puede, en vía de interpretación, crear una obligación que afecte
a dicho beneficio, pues este solo puede ser sujeto de embargo en los
casos expresamente previstos en la misma.

EL PLENO ACUERDA:

No procede la compensación de deudas entre la compensación por


tiempo de servicios y el monto mandado pagar en un proceso penal por
concepto de reparación civil.

ACUERDO NO 07-99
COMPENSACIÓN DE DEUDAS RECIPROCAS ENTRE
LA INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO ARBITRARIO Y
LA INDEMNIZACIÓN POR DAÑOs Y PERJUICIOS
MANDADAS PAGAR AL TRABAJADOR

CONSIDERANDO:
Primero.- Que de conformidad con el artículo 34o de la Ley de Pro-
ductividad y Competitividad laboral aprobada por el Decreto Supremo No
003-97- TR la indemnización por despido arbitrario tiene como finalidad
reparar el daño sufrido por el trabajador como consecuencia de dicho acto.

Segundo.- Que la lndemnización ordenada pagar al trabajador por


los daños y perjuicios originados a su empleador durante la vigencia del
vínculo laboral o con ocasión de esta, tiene la misma naturaleza que la
indemnización a que refiere el considerando anterior.
Tercero.- Que en consecuencia resulta de aplicación supletoria el
artículo 1288" del Código Civil según el cual por la compensación se ex-
tinguen las obligaciones recíprocas, lÍquidas, exigibles y de prestaciones
fungibles y homogéneas, hasta donde respectivamente alcancen, desde
que hayan sido opuestas la una a la otra.
EL PLENO ACUERDA:

Procede la compensación de deudas recíprocas entre la indemni-


zación por despido arbitrario y la indemnización por daños y perjuicios
mandadas pagar al trabajador.

83s
Oxer VÍcron Averos fane

ACUERDO NO 08-99
INCOMPETENCIA DE LOS JUZGADOS DE TRABAJO
PARA DETERM¡NAR MONTO DE LAS RETENCIONES
DE TRIBUTOS A CARGO DEL EMPLEADOR

CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que la competencia por razón de la materia de los Juz-
gados de trabajo está determinada por el artículo 4o de la Ley Procesal
de Trabajo.
SEGUNDO.- Que la referida ley no otorga competencia tributaria
alguna a los jueces de trabajo.
TERCERO.- Que el artículo 54o del Código Tributario referido a la ex-
clusividad de las facultades de los órganos de administración establece que
ninguna otra autoridad, organismo, ni institución distinta a los señalados en
los artículos 50o y siguientes del mismo código, podrá ejercer las facultades
conferidas a los órganos administradores de tributos, bajo responsabilidad lo
que significa que la determinación de la obligación tributaria corresponde,
en primer lugar, al deudor tributario y en el caso de los trabajadores en
relación de dependencia, a los empleadores, correspondiendo a la admi-
nistración tributaria, verificar la realización del hecho generador de la obli-
gación tributaria, identificar al deudor tributario, señalar la base imponible
y la cuantía del tributo, así como efectuar la fiscalización correspondiente,
tal como lo establecen los artículos 59o y 61o del mismo código.
CUARTO.- Que la competencia de los jueces se determina por ley
y no por interpretación jurisprudencial.
EL PLENO ACUERDA:
Los Juzgados de Trabajo no son competentes para determinar las
retenciones a cargo del empleador del lmpuesto a la Renta y de cual-
quier otro tributo o aportación sobre los reintegros de remuneraciones
ordenados pagar a favor del trabajador. La responsabilidad de establecer
el monto de la retención corresponde al empleador.
Trujillo, 14 de agosto de 1999.

COMISIÓN DE MAGISTRADOS
DT. EDMUNDO VILLACORTA RAMÍREZ
Dra. ISABEL TORRES VEGA
DT. NESTOR MORALES GONZALEZ
Dra. LEONOR AYALA FLORES

836
PIENos JuRrsorccroNelEs Leson¡rrs

PLENO JURISDICCIONAL LABORAL 2OOO


TARAPOTO

Celebrado en la ciudad de Tarapoto, del 5 al 8 de julio del año 2000


TEMA No 01: locación de servicios y contrato de trabajo
TEMA No 02: horas extras
TEMA No 03: monto máximo de indemnización por despido arbitrario
TEMA No 04: docentes de universidades privadas, agotamiento de
la vía administrativa
TEMA No 05: competencia. Demanda por daños y perjuicios
TEMA No 06: efectos de las acciones contencioso administrativas
laborales

TEMA N" 01:


LOCACIÓN DE SERVIC¡OS Y
CONTRATO DE TRABAJO

CONSIDERANDO:
Que, la judicatura laboral ha advertido a través del conocimiento de
múltiples causas, la indebida utilización que se viene hacíendo de diver-
sos contratos de servicios de naturaleza civil o mercantil con el objeto
de ocultar la existencia de un contrato de trabajo, bajo el supuesto de
que se celebran con el consentimiento pleno de las partes y que en su
ejecución debe respetarse el principio de la buena fe contractual.
Que, la diferencia sustancial entre tales contratos y el de trabajo se
encuentra en la subordinación, la misma que solo se halla presente en
el último de los nombrados.
Que, de conformidad con el artículo 4o del Texto Único Ordenado del
Decreto Legislativg No 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral,
en toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados se
presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado.

Que, la Constitución en su artículo 26o, inciso 2, establece como


uno de los principios de la relación laboral la irrenunciabilidad de los
derechos reconocidos por esta y por la ley, por lo que la suscripción de
un contrato de servicios civil o mercantil, que en su ejecución implique

837
Ox¡r VÍcron Avelos hn¡

uno de trabajo, supone de parte del trabajador un acto de renuncia de


sus derechos y beneficios laborales que por imperio del mismo principio
resulta nulo.
Que, por ello, conforme al artícu lo 27o, inciso 1 de la Ley Procesal del
Trabajo, corresponde al trabajador acreditar la existencia y en consecuencia
la naturaleza laboral del vínculo contractual, sin perjuicio de la actividad
que debe desarrollar el juez de acuerdo a las propias facultades que le
otorga la norma adjetiva para llegar a determinar la verdad material y
poderse pronunciar sobre la base de ella.
Que, si como consecuencia de la prueba actuada el juez llega a
la convicción de que en los hechos la prestación de servicios ha sido
o es prestada en forma subordinada y no de manera independiente
como lo expresa el contrato impugnado, en aplicación del principio
de primacía de la realidad deberá declarar la existencia del contrato
de trabajo y el reconocimiento de los derechos y beneficios que del
mismo se deriven.
Que, además,la simulación de un contrato de servicios civilo mercan-
til, cuando la verdadera naturaleza contractual es de trabajo dependiente,
afecta al trabajador en otras áreas como las vinculadas al Seguro Social
de Salud y al Sistema Pensionario, a cuyo efecto debe tenerse presente
lo establecido por el artículo 96o del Código Tributario.

EL PLENO ACUERDA:
PRIMERO.- Si el juez constata la existencia de una relación laboral
a pesar de la celebración de un contrato de servicios civil o mercantil,
deberá preferir la aplicación de los principios de la primacía de la realidad
y de irrenunciabilidad sobre el de buena fe contractual que preconiza el
Código Civil, para reconocer los derechos laborales que correspondan.
SEGUNDO.- De darse el supuesto anterior, consentida o ejecutoriada
que sea la sentencia, el Juzgado deberá poner en conocimiento de las
instituciones que correspondan o entidades del Estado que tengan a su
cargo la administración y o fiscalización de las contribuciones y aporta-
ciones sociales, para los efectos pertinentes'

838
PrrNos |unlsorcctollltEs Leson,{tE,s

TEMA N" O2:


HORAS EXTRAS

CONSIDERANDO:
Que, el artículo 23o de la Constitución Política, establece con absoluta
claridad que nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución.
Que, el Decreto Legislativo No 854 establece que el trabajo en sobre-
tiempo es voluntario, tanto en su otorgamiento como en su prestación y
que nadie puede ser obligado a trabajar horas extras salvo en los casos
justificados previstos en dicha norma.

Que, la precitada norma significa, en primer lugar, que el trabajo


en sobretiempo debe ser prestado solo de manera excepcional o ex-
traordinaria, ya que de lo contrario implicaría una desnaturalización de
la jornada máxima de trabajo; y que por ello, su prestación supone un
previo acuerdo entre empleador y trabajador.
Que, sobre la base del principio de la buena fe laboral, el empleador
que requiera que su trabajador trabaje horas extras, debe instrumentar
los medios que acrediten dicho trabajo en sobretiempo, no solo con el
objeto de cautelar el derecho del trabajador sino también de garantizar
en su propio beneficio la efectividad del trabajo en sobretiempo.
Que, el trabajo en sobretiempo debe significar la prestación de una
labor efectiva en beneficio del empleador, por lo que, debe descartarse
aquellos tiempos dedicados por el trabajador que impliquen un ingreso
anticipado o una demora en la salida del centro de trabajo.
Que, conforme al artículo 27o de la Ley Procesal de Trabajo, corres-
ponde a las partes probar sus afirmaciones, por lo que tratándose de
trabajo en sobretiempo, en principio, dicha carga procesal corresponde
al trabajador, dada la naturaleza extraordinaria de dicha prestación.

Que, sin embargo, de acreditarse una prestación de servicios en


sobretiempo sin que medie la aceptación expresa del empleador, debe
entenderse que esta ha sido otorgada tácitamente por lo cual debe or-
denarse el pago de la remuneración correspondiente por horas extras.

Que, dada la especial dificultad por parte deltrabajador de acreditar


eltrabajo en sobretiempo cuando el empleador no provee de los medios

839
Ox¡r VÍcron Averos fene

necesar¡os para ello, como pueden ser el control de ingreso y salida y la


orden escrita para ello, eljuez, conforme a lo previsto en el artículo 28o
de la Ley Procesal de Trabajo, con el objeto de hacer efectivo el principio
jurisdiccional de lograr una pronta y eficaz solución de la controversia
puesta en su conocimiento, podrá ordenar la actuación de los medios
probatorios que considere convenientes cuando los ofrecidos por las
partes resulten insuficientes para producirle certeza y convicción.

EL PLENO ACUERDA:
PRIMERO.- La autorización del empleador para el trabajo y pago
de horas extras puede ser expresa o tácita.
SEGUNDO.- Corresponde al empleador instrumentar la autorización
y control del trabajo efectívo en sobretíempo.

TEMA NO 03:
MONTO MAXIMO DE INDEMNIZACIÓN
POR DEsPIDO ARBITRARIO

CONSIDERANDO:
Que, el artículo 27o de la Constitución Política establece que la ley
otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario, la
misma que se encuentra desarrollada por el Texto Único Ordenado de la
Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el Decreto
Supremo N'003-97-TR.
Que, los artículos 34o y 3Bo de la citada norma legal, determinan
que si el despido es arbitrario el trabajador tiene derecho al pago de una
indemnización como única reparación por el daño sufrido y que esta es
equívalente a una remuneración y media ordinaria mensual por cada año
completo de servicios con un máximo de doce remuneraciones.
Que, si bien la ley no ha precisado la naturaleza de estas doce
remuneraciones, se debe entender que están referidas a las percibidas
ordinariamente en forma mensual, ya que ese es el sentido que se le
da en el artículo 55o del Decreto Supremo No 001-96-TR, por lo que
no se puede entender un concepto distinto formado por una y media
remuneraciones.

840
PrENos |unrsntcctoNerBs LesoR¡LEs

Que, en consecuencia el tope de doce remuneraciones ocurre a


partir que e\ traba)ador acred\ta ocho años de serv\óos.

Que la mayor parte de los antecedentes legislativos sobre la materia,


siempre han establecido como tope doce remuneraciones mensuales,
advirtiéndose que lo que ha variado ha sido la base de cálculo o remu
neración indemnizable, no así dícho máximo indemnizatorio.

EL PLENO ACUERDA:
La indemnización máxima por despido arbitrario es de doce remu-
neraciones ordinarias mensuales.

TEMA NO 04:
DOCENTES DE UNIVERSIDADES PRIVADAS,
AGOTAMIENTO DE LA VfA ADMINISTRATIVA

CONSIDERANDO:
Que, por delegación del último párrafo delartículo 1o del Decreto Su-
premo N" 002-94-JUS y su modificatoria la Ley No 26654,|as universidades
públicas y privadas asumen la potestad de resolver administrativamente,
Jas reclamaciones que formulen sus docentes universitarios.

Que, en caso de desconocimiento de los derechos legalmente reco-


nocidos a los profesores uníversitarios, se debe agotar la vía administra-
tiva a través del recurso de revisión, que conoce el Consejo de Asuntos
Contenciosos Administrativos Uníversitarios (CODACUN) contra lo resuelto
por los Consejos Universitarios, conforme lo establece el artículo 95o de
la Ley No 23733.

Que, el reclamo sobre los derechos de los profesores universitarios


señalados expresamente en el artículo 520 de la Ley Universitaria, así
como los de carácter laboral denegados mediante resolución expresa,
obliga a agotar la vía administrativa conforme lo dispone el inciso 3
del artículo 139o de la Constitución Política del Estado, según la cual
ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada
por la ley ni sometida a procedimiento distinto de los previamente
establecidos.

841
Oxnr VÍcron Averos fena

Que, no existe obligación de recurrir a la vía administrativa cuando


las universidades proceden de hecho, conculcando los derechos y be-
neficios laborales contemplados en la última parte del artículo 54o de la
Ley Universitaria, en cuyo caso los docentes pueden acudir directamente
al órgano jurisdiccional para hacerlos valer, por no existir resolución ad-
ministrativa a impugnarse.

EL PLENO ACUERDA:
El profesor universitario debe agotar la vía administrativa cuando
se le ha conculcado los derechos previstos en el artículo 52o de la Ley
Universitaria y cuando exista resolución denegatoria de los beneficios
comprendidos en el artículo 54o de la misma ley. No necesitará agotar
la vía administrativa cuando se conculquen de hecho, los beneficios
laborales contemplados en este último numeral.

TEMA NO 05:
COMPETENCIA. DEMANDA
POR DAÑOS Y PERJUICIOS

CONSIDERANDO:
Que, de conformidad con el artículo 40 de la Ley Procesal de Trabajo,
la competencia de los jueces de trabajo, por razón de la materia, se regula
por la naturaleza de la pretensión, esto es por el objeto del litigio, que
es el bien jurídico tutelado, por lo que esta competencia determina la
intervención de jueces especialízados para resolver los derechos sustan-
ciales derivados de la relación laboral.

Que, siendo el contrato de trabajo un acto jurídico bilateral, en el


que ambas partes asumen obligaciones, si en su ejecución se generan
daños por dolo, culpa inexcusable o culpa leve que afecten a una de las
partes, la acción indemnizatoria por responsabilidad contractual derivada
del incumplimiento del contrato de trabajo, corresponde ser conocida
por el juez especializado en esta materia.
Que, la Ley Procesal de Trabajo en su artículo 40, inciso 2, literal j,
ha previsto expresamente la competencia de los jueces de trabajo para
resolver las demandas de indemnización por daños y perjuicios que sean
causados por el trabajador en agravio del empleador.

842
PLENos JuRlsorccror.¡¡r-Es LenoRerrs

Que, igualmente en su l¡teral c asigna a estos mismos jueces el cono-


cimiento de los conflictos jurídicos por incumplimiento de disposiciones
y normas laborales, lo que significa que al estar integradas estas al con-
trato de trabajo, su violación supone incumplimiento de las obligaciones
generadas por dicho contrato.

Que, la norma antes citada pone en evidencia que eljuez laboral es


competente para conocer de las demandas de indemnización por daños
y perjuicios provenientes del incumplimiento del contrato de trabajo, por
cualquiera de las partes, ya que el bien tutelado está constituido por los
derechos y obligaciones constituidos por las normas legales y conven-
cionales de carácter laboral.

EL PLENO ACUERDA:
Es competencia de los jueces de trabajo conocer y resolver las
demandas de indemnización por daños y perjuicios orrginadas por el
incumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato de trabajo.

TEMA NO 06:
EFECTOS DE LAS ACCIONES CONTENCIOSO
ADMI NISTRATIVAS LABORALES

CONSIDERANDO:
Que, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 148. de la Consti-
tución Política del Estado, las resoluciones administrativas que causan
estado son susceptíbles de impugnación mediante la acción contencioso
administrativa.
Que, conforme a lo previsto por el artÍculo 79o de la Ley Procesal
de Trabajo el proceso contencioso administrativo en materia laboral tiene
por objeto la declaración de nulidad del acto o resolución administrativa
que se incumpla.
Que, sin embargo, el artículo 87o de la misma norma adjetiva amplía
dicha facultad al establecer que si la sentencia recaída en una acción
contencioso administrativa revoca el contenido del acto o resolución
administrativa impugnada, debe establecer los términos en los que se
reforma dicho acto o resolución.

843
Ox¡r VÍcron Áveros J^a.nl

Que, siendo la acción contencioso administrativa un mecanismo


de control de la administración pública por parte del Poder Judicial, lo
resuelto en dicha clase de proceso puede ser un acto de plena juris-
dicción, cuando se refiere al fondo del asunto, o de nulidad, cuando se
trata de vicios procesales que atentan contra las garantías del debido
proceso.

EL PLENO ACUERDA:
Las sentencias expedidas en las acciones contencioso administrativas
en materia laboral pueden tener cualquiera de los siguientes efectos.
a) De nulidad, si de lo actuado por la autoridad administrativa se
establece la existencia de vicios formales que atentan contra
las garantías del debido proceso, en cuyo caso se ordena que
la autoridad administrativa emplazada expida nueva resolución
subsanando los defectos que contiene; o,
b) Revocatorio, para pronunciarse sobre el fondo del asunto, en el
supuesto que el petitorio comprenda un derecho que haya sido
preterido o incumplido, determinando los términos en que se
reforma el acto o resolución administrativa.

844
Pr¡Nos IuRIsoIccIoNens L¡,sonatss

PLENO JURISDICCIONAL DISTRITAL LABORAL 2OO5

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE MOQUEGUA

ACUERDO LABORAL N. 1:
MEDIDAS CAUTELARES EN EL PROCESO LABORAL

I. ASUNTO
El artículo 100o de la Ley Procesal de Trabajo, Ley No 26636, indica
que cuando la pretensión principal es apreciable en dinero, se puede
solicitar embargo bajo la modalidad de inscripción o administración.
A raíz de este dispositivo, se han venido generando diversas corrien-
tes jurisprudenciales, por las que se indica en un caso que siendo que el
referido artículo es una norma expresa en materia laboral, debe aplicarse
estrictamente y, por lo tanto, no corresponde aplicar supletor¡amente el
código Procesal civil, que establece la posibilidad de dictar otro tipo de
medidas cautelares.
Sin embargo, otra corriente expresa, que no se puede limitar la
posibilidad de conceder medidas cautelares distintas a las figuras esta-
blecidas en la Ley Procesal de Trabajo, por entender que ello colisiona
con la garantía del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y el principio
de igualdad ante la ley.
5e plantea también que si la medida cautelar se soricita antes de
expedirse sentencia, únicamente proceden las medidas a que se refiere
el artículo 100o de la Ley Procesal de Trabajo, pero si en cambio dicha
medida cautelar se solicita cuando el proceso se encuentra en ejecución
de sentencia o resolución final, serán de aplicación supletoria las normas
del código Procesal civil, por interpretación de lo dispuesto en el artículo
77o de la Ley Procesal de Trabajo, en tanto indica que el juez inicia la
ejecución requiriendo al ejecutado a cumplir con la obligación estable-
cida, bajo apercibimiento de afectar los bienes en la forma que señale
el demandante si es una obligación de dar suma ríquida o de aplicar
lo dispuesto en el artículo 75o de la referida Ley procesal de Trabajo, si
es una obligación de hacer o de no hacer, por tanto se arguye que en

845
Oxer VÍcron Ávnlos J¡.n¿,

esta etapa es procedente disponerse la ejecución de todas las medidas


cautelares que permite el Código Procesal Civil.

lt. coNsrDERAcroNEs
El artículo 10Oo de la Ley Procesal de Trabajo establece las medidas
cautelares que son procedentes en el proceso laboral, es decir, las medidas
de inscripción y administración.
Las medidas cautelares previstas en el Código Procesal Civil son
aplicables en el proceso cuando la pretensión principal no es apreciable
en dinero.
En cuanto a medidas cautelares, no puede darse el mismo trata-
miento a un proceso laboral en trámite, que a uno que se encuentra en
ejecución de resolución final, y siendo el artículo 100o de la Ley Procesal
de Trabajo, limitativo en cuanto a las medidas que pueden aplicarse, es
posible aplicar la norma supletoria cuando se trate de procesos en eje-
cución, donde el derecho está ya establecido, porque de esa manera se
garantiza la efectividad del fallo.
Es posible hacer distinción entre medidas cautelares que se pueden
conceder en el proceso laboral y en el proceso civil, sin que por ello
se afecte el principio de igualdad, porque debemos tener en cuenta la
autonomía de cada vía, que tiene connotaciones propias igualmente
diferenciadas.

EL PLENO ACUERDA:
PRIMERO.- Que en el proceso laboral son procedentes las medidas
cautelares de inscripción y administración.
SEGUNDO.- Que es posible la aplícación supletoría del Código
Procesal Civil tratándose de medidas cautelares en los casos en que la
pretensión principal no es apreciable en dinero.
TERCERO.- Es posible hacer dístinción entre procesos laborales en
trámite antes de resolución final y procesos en ejecución de sentencia,
con la finalidad de garantizar los derechos del trabajador, ya que el
artículo 100o de la Ley Procesal de Trabajo es limitativo, por lo que la
norma supletoria se aplicará en tanto se trate de procesos sentenciados,
y que asimismo se debe considerar las demandas ejecutivas que emanan

846
PrExos JuRrsnrccroN¡r¡s L¡sonA.rEs

de acta de conciliación celebrada ante el Ministerio de Trabajo, donde


se ha establecido la pretensión y esta ha sido debidamente reconocida.
CUARTO.- Que no se afecta el principio de igualdad ante la ley, si
se hace distinción entre medidas cautelares que se pueden conceder en
el proceso laboral y en el proceso civil, dada la autonomía de cada vía,
que tiene connotaciones propias, igualmente diferenciadas.

MOT¡VOS NO ACOGIDOS POR EL PLENO:


Que asimismo debe considerarse que en las demandas de ejecución
de acta de conciliación, al haber acudido las partes ante el Ministerio de
Trabajo y haber establecido la obligación, porque esta ha sido debidamente
reconocida, procedería la aplicación de todas las medidas permitidas por
el Código Procesal Civil.

ACUERDO LABORAL N" 2:


NORMAS QUE SE APLICAN PARA EL PAGO DE
REMUNERACIONES A TRABAJADORES DE CONSTRUCCIÓN
CIVIL EN ENTIDADES PUBLICAS NO HABITUALES EN CONSTRUCCIÓN

Tratándose de las Municipalidades, como lo dispone el artículo 37o


de la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley No 27972, los obreros que
prestan sus servicios a las municipalidades son servidores públicos sujetos
al régimen laboralde la actividad privada, reconociéndoseles los derechos
y beneficios inherentes a dicho régimen.
Y tratándose de los Gobiernos Regionales, estando a lo dispuesto
por el artículo 44o de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, Ley No
27867,los funcionarios y servidores a cargo de los Gobiernos Regionales
se sujetan al régimen laboral general aplicable a la administración pública,
conforme a ley.
En algunos casos, estas entidades públicas, para el mejor cumplimien-
to de sus fines, deben realizar obras de construcción civil, labor no habitual
de estas entidades del Estado, por lo que se presenta la disyuntiva de si
son aplicables a los trabajadores de dichas obras, las normas que rigen
al común de sus trabajadores, o las normas especiales dictadas para los
trabajadores de construcción civil, especialmente en cuanto se refiere a
la remuneración y compensación por tiempo de servicios

847
Ox¡.r VÍcron Áveros J¡.n¡,

il. coNStDERACIONES
Que'entre las obras que ejecutan los gobiernos regionales y locales
para la realización de sus fines se encuentran obras de construcción civil,
y para la realización de las mismas, dichas entidades toman personal
especializado dentro de los rubros de peones, albañiles y oficiales.
Que en tanto cualquier obra de construcción civil supera las 50 UlT,
debe pagarse a los trabajadores que las ejecutan los jornales y beneficios
que las leyes establecen para el trabajo de construcción civil, por lo que
aun cuando dichas obras se realicen para entidades con normativa de-
finida como son las Municipalidades y los Gobiernos Regionales, no hay
razón para hacer una discriminación respecto de los beneficios que esos
trabajadores deben percibir, pues eso atenta contra el principio consti-
tucionalmente protegido de igualdad ante la ley, y contra el principio
laboral de "a igual trabajo, igual remuneración".

EL PLENO ACUERDA:

POR UNANIMIDAD:
PRIMERO.- No corresponde aplicar a los trabajadores que laboran
para las entidades públicas como Municipalidad y Gobiernos Regionales
y otros en obras de construcción civil, el régimen general que disponen
las respectivas leyes orgánicas para todos sus trabajadores, pues estos
deben ser pagados por el régimen especial de construcción civil por
aplicación del principio "in dubio pro operario" y el principio de "a igual
trabajo igual remuneración".
SEGUNDO.- Debe hacerse en dichas instituciones la distinción entre
trabajadores obreros y trabajadores de construcción civil, teniendo en
cuenta el valor de la obra que debe ser de más de cincuenta UlT.

848
Pr.¡Nos furtsucctoNRLEs LasoRens

PLENO JURI5DICCIONAL DISTRITAL LABORAL 2006

CORTE SUPERIOR DE
JUSTICIA DE AREQUIPA

TEMA 1:
REGIMEN LABORAL DE CONSTRUCCIÓN CIVIL
Y SU APLICACIÓN A LOS OBREROS MUNICIPALE5

TESIS
Están comprendidos bajo el régimen de construcción civil, solo los
obreros que trabajan en obras cuyo valor supere las 50 Unidades lmpo-
sitivas Tributarias (UlT); debiendo acreditar, en su caso, el empleador que
la obra no supera dicho monto, a efecto de que los obreros de dichas
obras sean considerados trabajadores del régimen laboral de actividad
común, pudiendo, en tal supuesto, regir sus contratos y remuneraciones
mediante acuerdo individual o colectivo; como así lo establece el artículo
114o del Decreto Legislativo No 727. Y en atención al principio de igualdad,
deberá darse el mismo trato a los trabajadores municipales que realicen
trabajos de construcción civil.

ANTÍTESIS
No solo se debe considerar bajo el régimen de construcción civil a
los obreros que laboren en obras cuyos montos superen las 50 Unidades
lmpositivas Tributarias (UlT), ya que atendiendo al principio de primacía
de la realidad, las labores realizadas tanto en un caso (obra mayor a 50
UIT) como en el otro (obra menor de 50 UIT), la actividad realizada por el
trabajador demanda del mismo despliegue en su desempeño, situación
que ocurre frecuentemente con los trabajadores municipales que reali-
zan labores de construcción civil, a quienes se les considera únicamente
como trabajadores bajo el régimen común, independientemente del
valor de la obra.

FUNDAMENTOS DE LA TESIS
Que, conforme lo establecen los artículos 12o y 14o del Decreto
Legislativo No 727,los obreros contratados en obras que no superen las

849
Ox¡.r VÍcron Averos hn¡

cincuenta (50) Unidades lmpositivas Tributarias (UlT), teniendo presente


el costo individual de cada obra, regirán sus contratos y remuneraciones
mediante acuerdo individual o colectivo con sus empleadores conforme
a la legislación laboral común; en consecuencia para que los obreros se
encuentren sujetos al régimen laboral de construcción civil, tlenen que
prestar sus servicios en obras cuyos costos individuales sean iguales o
mayores a cincuenta (50) Unidades lmpositivas Tributarias (UlT).
Que, la aplicación del régimen laboral especial de construcción civil
a las entidades públicas, se sustenta en que la legislación laboral pública
no limita ni impide que las entidades referidas contraten trabajadores
sujetos al régimen laboral especial de construcción civil, puesto que dicho
régimen se caracteriza por la labor especializada y temporal.
Que, además la aplicación del Decreto Legislativo No 727 a las enti-
dades públicas, se sustenta en:
- 5i bien el artÍculo lo del acotado, señala que establece normas
orientadas a crear condiciones necesarias para el desarrollo de
la inversión privada en la actividad de la construcción; si inter-
pretamos que únicamente y exclusivamente debe ser inversión
privada para la aplicación de la referida ley, violaría el principio
de igualdad, contenido en el inciso 2 del artículo 2o de la Cons-
titución Política del Estado, puesto que en la realidad el Estado
constituye uno de los principales inversores en el ramo de la
construcción y de interpretarse en dicho sentido podría arribarse
a la conclusión que en una obra financiada por una entidad del
Estado, los trabajadores de la empresa constructora contratísta
no se encontrarían dentro del Decreto Legislativo No 727 por
constituir una inversión pública; y, desde la perspectiva remu-
nerativa se ocasionarían pagos diferentes cuando en la realidad
efectúan el mismo trabajo.
- Por otro lado la aplicación extensiva se sustenta en la aplicación
del inciso a del artículo 7o del Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Eco-
nómicos, Sociales y Culturales "Pacto de 5an Salvador", ratificado
por nuestro país, cuya parte pertinente establece "[...] para lo
cual dichos Estados garantizarán en sus legislaciones nacionales,

850
PrENos JuRrsptcctoNnrrs LeeonA,rps

de manera particular t...l a) t...J y un salario equitativo e igual por


trabajo igual, sin ninguna distinción", lo contrario sería incurrir
en violación de la norma supranacional referida.
- Además, lo prioritario es establecer que las obras estén com-
prendidas en la Gran División cinco de la clasificación lndustrial
lnternacional Uniforme de las Naciones Unidas, y de ser así en
aplicación del artículo 3o del Decreto Legislativo No 727, correspon-
de aplicarles dicha norma a las entidades públicas por constituir
personas jurídicas que se dedican o promueven las actividades
de la construcción comprendidas en la gran división referida'
- Por otro lado, afirmar la inaplicación del Decreto Legislativo No
727 alas entidades públicas, conllevaría un tratamiento privile-
giado a favor de la entidades públicas, puesto que mientras que
las empresas constructoras tendrían la obligación de respetar
a sus trabajadores el régimen especial de construcción civil,
aquellas podrían reconocer a sus trabajadores en el ré9imen
laboral de la actividad privada, régimen este último que otorga
menores derecho que el primero, así como ocasionaría que los
trabajadores que realizan la misma actividad perciban diferentes
remuneraciones; hechos que a todas luces violarían el principio
de igualdad; por lo que corresponde aplicar el Decreto Legislativo
N" 727 a las entidades del Estado, a efectos de equipararlas a las
obligaciones y responsabilidades de las empresas constructoras
que efectúan inversión privada en el ramo de la construcción.
- Asimismo, la aplicación de la normativa del régimen especial de
construcción civil a las entidades públicas, debe efectuarse en
igualdad de condiciones que a los constructores privados, puesto
que no resultaría permisible que, por ejemplo, no sea aplicable el
monto de ejecución de cincuenta unidades impositivas tributarias
a las primeras, bajo el sustento que el Decreto Legislativo N"727
es para inversión privada, puesto que ello también constituiría
una violación del principio de igualdad.
Que, además como antecedente jurisprudencial, se tiene a la sen-
tencia casatoria expedida en el Expediente No 1616-98, expedida por la
Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia

851
Oxel VÍcron Áv¡.ros Jene

de la República, sobre pago de beneficios sociales interpuesta por Ansel-


mo Alarcón Olivos en contra de la Municipalidad Provincial de Chiclayo
(publicada en el libro "Jurisprudencia laboral peruana", de PanEoEs lurRruzó¡1,
Jelio, Jurista Editores. Lima, 2000, páginas 176 y siguientes); por lo tanto,
corresponde aplicar a las entidades públicas las normas del régimen es-
pecial de construccíón civil, en las mismas condiciones que las Empresas
constructoras.

CONCLUSIÓN:

ACUERDO POR UNANIMIDAD:


En todos los casos se aplica el régimen previsto por el Decreto Le-
gislativo No 727, es decir que quedan comprendidos bajo el régimen de
construcc¡ón civil los obreros que trabajen en obras cuyo valor supere las
50 Unidades lmpositivas Tributarias (UlT). Tratándose de obras de valor
inferior, será de cargo del empleador demostrar dicho valor, asícomo las
remuneraciones libremente convenidas con sus trabajadores.
Este mismo trato será dado a los trabajadores obreros de las muni-
cipales, así como a las demás entidades del estado que ejecuten obras
de construcción civil, por administración directa.

cRrrERros t^liTl irr,.ocro* oe


LA CONVENCIÓN COLECTIVA DE TRABAJO

TESIS
En el caso en que la empresa cuente con una sola organización
sindical, los convenios colectivos, por la fuerza vinculante, surten sus
efectos con carácter general a la totalidad de trabajadores de la empresa.

ANTfTESIS
En caso que la empresa cuente con una sola organización sindical,
los convenios colectivos, únicamente surten efectos, a los trabajadores
afiliados a la organización sindical celebrante, puesto que se celebra en
su representación, de conformidad con lo establecido en el artículo 9o
del Texto Único Ordenado de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo,
aprobado por el Decreto Supremo N'010-2003.

852
Plri.¡os JunrsuccroNelrs Lasonetrs

FUNDAMENTOS DE LA TESIS
Que, el artículo 9o del Texto Único Ordenado de la Ley de Relaciones
Colectivas de Trabajo, aprobado por el Decreto Supremo No 010-2003,
establece: "En materia de negociación colectiva, el sindicato que afilie
a la mayoría absoluta de los trabajadores comprendidos dentro de su
ámbito asume la representación de la totalidad de los mismos, aun-
que no se encuentren afiliados", norma que resulta aplicable cuando
en una misma empresa, existan dos o más organizaciones sindicales,
no siendo aplicable en caso que la empresa solo cuente con una sola
organización sindical.
Que, además debe tenerse presente que, conforme el artículo
42o del texto único ordenado referido, los únicos exceptuados de la
aplicación del convenio colectivo son los trabajadores de dirección o
confianza.
Que, esta interpretación que es concordante con el principio de
igualdad, reconocido en el ínciso 2 del artículo 2o de la Constitución
Política del Estado, conforme al cual, deben otorgarse los incrementos
por negociación colectiva, con carácter general, a los trabajadores de la
empresa, puesto que tanto los trabajadores afiliados a la organización
sindical, como los no afiliados, desempeñan sus labores con las mismas
características y situación, por lo que no cabe discriminarse a estos últi-
mos, por su situación respecto de la organización sindical.

CONCLUSIÓN:

ACUERDO POR MAYORIA:


Los convenios de negociación colectiva benefician a los trabajadores
que tengan vínculo laboral en el periodo de vigencia de aquel, incluyen-
do a los que ingresan con posterioridad a su celebración, pero siempre
dentro de su vigencia.
Los acuerdos de negociación colectiva se aplican a todos los traba-
jadores sin distinguir su condición de sindicalizados, en caso de existir
una sola organización sindical en la empresa.

853
Ox¡r VÍcron Avalos fane

TEMA 3:
EL PLAZO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE NULIDAD DE
DESPIDO Y CAUSA5 PARA LA REPOSICIÓN EN VfA ORDINARIA
POR RECONDUCCIÓN DE PROCESO CONSTITUCIONAL

TESIS
En caso de reconducción de un proceso constitucional de amparo,
por impugnación de despido, a la vía ordinaria laboral, no corresponde
efectuar una calificación de la caducidad de las pretensiones de nulidad
de despido o indemnÍzación por despido arbitrario, puesto que se trata
de una situación especial no imputable al actor, además que dicha califi-
cación ya ha sido efectuada en el proceso de amparo. En esta vía el actor
si pretende la reposición deberá peticionar la nulidad de despido, por una
de las causales establecidas en el artículo 29o del Texto Único Ordenado
del Decreto Legislativo No 728, Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, aprobado por Decreto Supremo N" 003-97-TR,

ANTITESIS
En caso de reconducción de un proceso constitucional de amparo,
por impugnación de despido, a la vía ordinaria laboral, corresponde efec-
tuar una calificación de la caducidad de las pretensiones de nulidad de
despido o indemnización por despido arbitrario, puesto que al adecuarse
la impugnación del despido a la Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, necesariamente corresponde evaluar la caducidad de las preten-
siones últimas referidas.

FUNDAMENTO5 DE LA TESIS
Que la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente
N" 206-2005-PA/TC, en el Fundamento No 38, determinó que para los casos
de procesos de amparo en materia laboral individual privada, los jueces
laborales deberán adaptar las demandas conforme al proceso laboral
que corresponda según la Ley No 26636, es el caso de reconducción de
procesos de amparo al ámbito laboral.

Que, los problemas se suscitan con la sentencia referida, no solo en


cuanto a la aplicación del Fundamento No 38 de la sentencia sino tam-
bién respecto de la competencia de los juzgados laborales ordinarios, el

854
Pr-ENos JunlsnIcclo¡l¡.tss LesoRA.r¡s

trámite a adoptar, la adecuación de la demanda, el fin perseguido por


el demandante y el fin obtenido mediante el proceso laboral, la impo-
sibilidad del juez laboral de convertirse en un juez constitucional para
disponer la reposición deltrabajador despedido fraudulentamente o por
un motivo no contemplado en el artículo 29o del Texto Único Ordenado
del Decreto Legislativo No 728, Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, aprobado por el Decreto Supremo N. 003-97-TR, e inclusive el
tema referido a la caducidad de las acciones de nulidad de despido o
despido arbitrario que es de treinta días distinto al plazo de caducidad
del proceso de amparo de sesenta días.
Que, respecto al plazo de caducidad, si bien el actor escogió la vía
del proceso de amparo para impugnar el despido por violación de de-
rechos constitucionales; sin embargo, atendiendo a que la reconducción
constituye una figura jurídica que ha sido ocasionada por una sentencia
del Tribunal Constitucional, no imputable a los justiciables, lo que ame-
rita una solución razonable al caso propuesto, por lo que no cabe una
recalificación de la caducidad de la acción.

Que, además la adecuación del petitorio de la demanda a las figuras


jurídicas propias de la forma de protección ordinaria contra del despido
arbitrario (nulidad de despido o indemnización por despido arbitrario),
regulados en el último texto único ordenado referido, no podrían conllevar
a efectuar un análisis de la caducidad de dichas dos pretensiones, puesto
que las mismas derivan de un proceso de reconducción, que conlleva a
una adecuamiento de la pretensión a la vía ordinaria laboral.

Que, la adecuación del petitorio, conlleva a determinar que para que


el actor pretenda su reposición necesariamente debe invocar cuando me-
nos uno de los motivos del artículo 29o del texto único ordenado último
referido, que convierte el despido efectuado en contra de un trabajador,
en un despido nulo, artículo que contiene causas numerus clausus, eslo
es, salvo una ley que modifique tal artículo, no es posible en el ámbito
laboral disponer la reposición de un trabajador por despido nulo que no
se base en una de las causales establecidas en la norma referida. Esta
posición es aceptada en forma unánime.
Que, lo fundamentado se encuentra corroborado con el criterio
del Tribunal Constitucional contenido en el Fundamento No 1 de su

855
Ox¡r VÍcron Averos jlRe

sentencia expedida en el Expediente No 52422005-PA/TC, que establece


que "[...] conforme a nuestro precedente vinculante recaído en el Ex-
pediente No 206-2005-PA/TC, Fundamento No Z el proceso de amparo
sigue siendo la vía idónea cuando se trate de despidos arbitrario sin
invocación de causa, toda vez que la vía laboral ordinaría no posibilita
la reposicíón; de modo que esta últíma no puede ser considerada como
una vía igualmente satisfactoria. En el presente caso, nos encontramos
frente a un despido arbítrario sin imputación de causas; consecuente-
mente, corresponde ingresar al fondo [...]", con lo cual queda claro la
vinculación de este despacho con la forma de protección del despido
arbitrario, que contiene elTexto Único Ordenado del Decreto Legislativo
No 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por
el Decreto Supremo N" 003-97-TR.
Que, a nivel de la Corte Suprema de Justicia, podemos mencionar
la reciente sentencia casatoria del 27 de abril del 2005 (publicada en
el diario oficial El Peruano con fecha 31 de octubre de 2005) de la Sala
Transitoria de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de
Justicia de la República, expedida en el Expediente No 2457-2003, cuyo
Considerando Undécimo señala: "Que, también se debe resaltar que la
acción de nulidad de despido solo puede sustentarse en los supuestos
que en numerus clausus tipifica el artículo 29o del Texto tJnico Ordenado
del Decreto Legislativo No 728, aprobado por el Decreto Supremo No
003-97-TR, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, de allí que el
artículo 52o de su reglamento precisa que esta acción requiere cuando
menos que uno de los motivos contenidos en la norma citada deba ser
expresamente invocado y acreditado por el trabajador como razón del
mismo, [...]", incidiendo en la característica de numerus clausus de las
causales de despido nulo.

CONCLUSIÓN:

ACUERDO POR UNANIMIDAD:


En el proceso laboral, originado por reconducción de un proceso
constitucional de amparo, sobre impugnación de despido, no cabe
efectuar una recalificación respecto de la caducidad de la acción; y, el
actor para conseguir su reposición en la vía ordinaria laboral, deberá
invocar una de las causales de nulidad de despido, establecidas en el

856
PrsNos )unrsorccroNetrs LesonerEs

artículo 29o del Texto Unico Ordenado del Decreto Legislativo No 728,
Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el Decreto
Supremo N" 003-97-TR.

TEMA 4:
LA ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES DE NULIDAD
DE DESPIDO E TNDEMNIZACIÓN POR DESPIDO ARBITRARIO

TESIS
Procede en el proceso laboral, la acumulación de las pretensiones de
nulidad de despido y subordinadamente la pretensión de indemnización
por despido arbitrario, por aplicación supletoria del Código Procesal Civil.

ANTfTESIS
No procede en el proceso laboral, la acumulación de las pretensiones
de nulidad de despido y subordinadamente la pretensión de indemniza-
ción por despido arbitrario, por ser excluyentes, conforme artículo 52o del
Decreto Supremo N" 001-97-TR, Reglamento del Texto Único Ordenado
de la Ley de Fomento del Empleo.

FUNDAMENTOS DE LA TES¡S
Que, el Código Procesal Civil es de aplicación supletoria al proceso
laboral, por así disponerlo expresamente la Tercera Disposición Deroga-
toria, Sustitutoria y Final de la Ley No 26636, Ley Procesal del Trabajo;
por lo tanto, no estando regulada la figura jurídica de la acumulación
subordinada en esta última ley, es de aplicación el artículo 87o del Código
Procesal Civil, que precisa que la acumulación es subordinada cuando
la pretensión queda sujeta a la eventualidad de que la propuesta como
principal sea desestimada.
La Casación N" 1757-2005-Lima, expedida por la Primera Sala Transi-
toria de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia
de la República con carácter de precedente de observancia obligatoria,
publicada el 31 de octubre de 2006, permite la acumulación de las pre-
tensiones de nulidad de despido e indemnización por despido arbitrario,
de manera acumulada y subordinada, estableciendo que el juez que
desestimara la primera pretensión indicada -despido nulo- debe pro-

857
Ox¡.r Vícron Áveros Jrne

nunciarse sobre la segunda -despido arbitrario-, por lo que sí procede


admitir dichas pretensiones acumuladas.
Que, además, el artículo 52o del Decreto Supremo No 001-96-TR,
Reglamento del Texto Único Ordenado de la Ley de Fomento del Empleo,
ha quedado tácitamente derogada por la Ley No 26636, Ley Procesal del
Trabajo, puesto que esta última regula el proceso laboral, que incluye
los tipos de acumulación permisibles en el mismo, no prohibiendo la
acumulación de las dos pretensiones referidas.

CONCLUSIONES:

ACUERDO POR UNANIMIDAD:


La acumulación subordinada de las pretensiones de nulidad de
despido, y subordinadamente la indemnización por despido arbitrario, es
procedente, por aplicación supletoria del artículo 87o del Código Procesal
Civil, al no estar regulada en la Ley No 26636, Ley Procesal del Trabajo.

TEMA 5:
CONTRATAC¡ÓN DE SERV¡CIOS EN LAS EMPRESAS
EN E5TADO DE DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN

TESIS
La contratación de servicios de personal, por parte de empresas, que
se encuentren en estado de disolución y liquidación, no se encuentra
regidas por el Derecho laboral, por inexistencia de actividad productiva
del empleador.

ANTfTES¡S
La contratación de servicios de personal, por parte de empresas que
se encuentren en estado de disolución y liquidación, se encuentra regida
por el Derecho laboral, puesto que lo primordial es verificar la existencia
de los elementos esenciales del contrato de trabajo, en aplicación del
principio de primacía de la realidad,

FUNDAMENTOS DE LA TESIS
Que, en caso de encontrarse una empresa, en estado de disolución
y liquidación, esta situación factual es relevante en el Derecho laboral,

858
PrrNos |unlsotcctoN¡.rrs LesoReL¡s

puesto que su ámbito de protección es el trabajo productivo. Al respec-


to, Javier Neves Mujica señala: "El trabajo es un esfuerzo dirigido a un
fin. El sujeto al desplegar su actividad se propone lograr un objetivo. La
finalidad perseguida puede ser una sola o varias, en este último caso
combinadas entre sí de diversas maneras [...]. Pues bien, de todo ese
conjunto, la única actividad excluida del ámbito del Derecho del trabajo,
es la que se lleva a cabo con fines puramente no económicos [...]" (Nrves
MuJrcR,Javier, lntroducción al Derecho deltrabajo, ARA Editores, Lima, 1997,
página 22),vale decir, que en caso que una persona contrate los servicios
de otra, pero con fines no económicos, dicha prestación de servicios no
es sujeto de protección por el Derecho del trabajo.

Que, además, estando en proceso de disolución y liquidación una


empresa, esta ya no tiene finalidad económica, sino meramente de liqui-
dación de sus bienes, por lo tanto los servicios que se prestan a favor de
la misma, no pueden ser amparados por el Derecho laboral, por estar
excluidos de su ámbito de protección.

Que, además, lo expuesto se encuentra concordado con el criterio de


la Primera Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte
Suprema de Justicia de la República, en su sentencia casatoria de fecha
29 de noviembre del 2005, expedida en el Expediente No 060-2005-Are-
quipa, en cuyo Considerando Quinto se argumenta: "[...] en tanto que,
quien contrata sus servicios por locación a partir de octubre de 1999 es
Enafer en Liquidación Sociedad Anónima; en ese sentido, existe diferencia
en cuanto a la estructura organizacional de la empresa que no ha sido
analizado por el juez, pese a existir documentos t...1".

Que, además debe tenerse presente que la contratación de servicios,


atendiendo a la situación de liquidación y disolución de la demandada,
no tiene la característica de permanencia, puesto que es obvio que el
proceso de liquidación determina un carácter eventual.

Que, por lo tanto no resulta procedente la aplicación del principio


de primacía de la realidad, en caso la empresa se encuentre en estado
de disolución y liquidación; salvo que se encuentre realizando actividades
productivas, inherentes al objeto social, en cuyo caso, dicha prestación
de servicios sí se encuentra protegida por el Derecho laboral.

859
Oxnl VÍcron Ávalos Jnne

coNclustÓN:
ACUERDO POR UNANIMIDAD:
Las empresas en estado de disolución o liquidación, pueden con-
tratar personal por locación de servicios, puesto que no realiza actividad
productiva, siendo los servicios referidos únicamente para finiquitar la
empresa; salvo que esta continúe efectuando actividades propias de su
objeto social.

TEMA 6:
LA PRUEBA DE OFIC¡O EN LOS PROCESOS EJECUTIVOS,
POR ACTAS DE CONCILIACIÓN ADMINISTRATIVA

TESIS
En los procesos ejecutivos laborales, de ejecución de acta de
conciliación celebrada ante la Autoridad Administrativa de Trabajo, de
conformidad con lo establecido en el inciso 1 del artículo72o de La Ley
Procesal del Trabajo, el juez laboral debe evaluar la verosimilitud de la
obligación contenida en el título ejecutivo, con especial incidencia del
elemento certeza, cuando se presuma fraude o colusión, tal es el caso
cuando los derechos reconocidos en el mismo resultan irrazonables, debe
procederse a disponer prueba de oficio, a efectos de verificar la relación
causal (relación laboral).

ANTfTESIS
En los procesos ejecutivos laborales, de ejecución de acta de conci-
liación celebrada ante la Autoridad Administrativa de Trabajo, de confor-
midad con lo establecido en el inciso 1 del artículo720 de la Ley Procesal
del Trabajo, el juez laboral únicamente debe verificar que la obligación
contenida en el título ejecutivo, contenga los requisitos establecidos en
el artículo 689o del Código Procesal Civil, teniendo presente el principio
de autonomía cartular, por lo tanto, no cabe disponer prueba de oficio,
para verificar la relación causal (relación laboral).

FUNDAMENTOS DE LA TESIS
Que, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 689o del Código
Procesal Civil aplicable supletoriamente al proceso laboral en concordancia

860
Pr,ENos JuRrspIccroxetns LRnoRelEs

con el artículo 320.2 de la Ley General de lnspección de Trabajo y De-


fensa del Trabajador, Decreto Legislativo No 910; para la procedencia de
la acción de obligación de dar suma de dinero en vía ejecutiva laboral,
el demandante no solamente debe contar con un título ejecutivo; sino
que la obligación que contenga el mismo debe reunir ciertos requisitos
copulativos que lo hagan verosímil, esto es, que la obligación sea: cierta,
expresa y exigible en vía laboral; además de ser líquida o liquidable, en
caso de ser una obligación de dar suma de dinero.

Que, al respecto la sentencia casatoria del 25 de junio de 1999, en


el Expediente No 251-98-Lima, expedida por la Sala Civil Transitoria de la
Corte Suprema de Justicia de la República, (publicada en el diario oficial
El Peruano el 28 de septiembre de 1999, página 3618) establece que una
obligación se considera cierta, cuando la obligación es conocida como
verdadera e ineludible; es expresa cuando manifiesta claramente una in-
tención o voluntad; y, es exigible cuando se refiere a una obligación pura y
simple, y si tiene plazo, que este haya vencido o no esté sujeta a condición,

Que, por tanto, el elemento certeza en los adeudos laborales en vía


ejecutiva laboral, se hace verosímil con la correspondencia real que debe
existir entre la relación causal (preexistencia de una relación laboral) y el
título ejecutivo (acuerdos expresados de la relación laboral en el acta de
conciliación llevado ante la Autoridad Administrativa de Trabajo).
Que, en consecuencia, teniendo presente además, que se ha vuelto
una práctica de sectores de deudores, quienes con el objeto de evitar el
pago de acreencias civiles, simulan la existencia de acreencias laborales,
a través de acuerdos dinerarios contenidos en actas de conciliaciones
celebradas ante la Autoridad Administrativa de Trabajo, con las que ini-
cian acciones laborales en evidente fraude a la ley, para evadir acreencias
de naturaleza civil (primordialmente acreencia con garantía hipotecaria,
aprovechando la preferencia de los adeudos laborales reconocidos en el
artículo 24o de la Constitución), ante tal realidad y teniendo presente la
facultad otorgada por el artículo 28 de la Ley Procesal del Trabajo, en los
supuestos que, a juicio del juez, exista un presunto fraude o colusión (tal
es el caso de contener derechos reconocidos en montos irrazonables), debe
disponer la actuación de prueba de oficio, para verificar la relación causal
(relación laboral), a efecto de verificar el elemento de certeza referido,
que debe contener la obligación reconocida en el título ejecutivo laboral.

861
Oxer VÍcron Áveros Jena

Que, además debe tener presente el juez, la facultad contenida en


el artículo 106o del Código Procesal Civil, de aplicación supletoria al pro-
ceso laboral, conforme al cual en caso que se presuma fraude o colusión
entre las partes, debe de oficio, ordenar citar a las personas que puedan
resultar perjudicadas, a fin de que hagan valer sus derechos.

CONCLUSIÓN:

ACUERDO POR MAYORIA:


Eljuez en caso que presuma fraude o colusión en los proceso eje-
cutivos de ejecución de acta de conciliación celebradas ante la Autoridad
Administrativa de Trabajo, tal es el caso de contener sumas irrazonables,
debe disponer la actuación de prueba de oficio, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 28o de la Ley Procesal del Trabajo, para verificar
la relación causal (relación laboral); y/u, ordenar el emplazamiento de las
personas que pueden resultar perjudicadas con la ejecución, de confor-
midad con lo establecido en el artículo 106o del Código Procesal Civil,
aplicable supletoriamente al proceso laboral.

TEMA 7:
COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS ESPECIALIZADOS
LABORALES RESPECTO DE LA EJECUCIÓN DE
RESOLUCIONES ADMINISTRATIVAS FIRMES

TESIS
Los Juzgados Especializados en lo Laboral son competentes para
conocer únicamente de la ejecución de resoluciones administrativas
referidas a derechos de naturaleza laboral, y no de las de naturaleza
previsional, cuya competencia corresponde a los juzgados contenciosos
administrativos y en los lugares donde no hayan estos, a los juzgados
civiles.

ANTfTESIS
Los Juzgados Especializados en lo Laboral son competentes para
conocer de la ejecución de resoluciones administrativas referidas tanto
a derechos de carácter laboral como a las de carácter previsional.

862
PrsNos |untsolcctoNeLss LesoneL¡s

FUNDAMENTOS DE LA TE5I5
Que, el artículo 4o, numeral 2, inciso e de la Ley Procesal delTrabajo,
Ley No 26636, establece la competencia por razón de la materia de los
juzgados especializados en lo laboral, para conocer de la ejecución de
resoluciones ad ministrativas.

Que, si bien no se precisa en forma expresa la materia de las resolu-


ciones administrativas a ejecutarse, estas deben referirse a derechos cuya
naturaleza sea compatible con la competencia de los juzgados laborales.
Es decir, que los derechos contenidos en las resoluciones administrativas
materia de ejecución deben ser de carácter laboral, mas no referentes a
otras materias, entre ellas las de carácter previsional.
Que, además debe tener presente que los derechos de carácter
pensionario o previsional tienen una naturaleza distinta a los derechos y
beneficios sociales de carácter laboral, por lo que no se puede confundir
su naturaleza.
Que, con anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley del Proceso
Contencioso Administrativo, Ley No 27584, eran las salas laborales las que
tenían competencia para las acciones contencioso administrativas tanto
en materia laboral, como en seguridad social (materia provisional); ello
en mérito de lo expresamente establecido en el artículo 4o, numeral l,
inciso c de la Ley Procesal del Trabajo. Sin embargo, con la dación de la
Ley del Proceso Contencioso Administrativo, Ley N'27584 (diciembre de
2001), la competencia para conocer de tales procesos paso a ser exclusiva
de los Juzgados Contencioso-Administrativos, y en los lugares donde no
hubieren, de los juzgados civiles. En el caso específico de resoluciones
administrativas en materia previsional, cuya competencia por razón de
la materia no correspondería a los juzgados especializados en lo laboral
(en tanto no exista una norma que así lo disponga), correspondería su
conocimiento a los juzgados contencioso administrativos, o en ausencia
de ellos, a los juzgados civiles. Así, el artículo 5o.4 de la Ley del Proceso
Contencioso-Administrativo, Ley N" 27584 establece que: "En el proceso
contencioso-administrativo pod rán plantearse pretens¡ones con el objeto
de obtener lo siguiente: 5e ordene a la administración pública la reali-
zación de una determinada actuación a la que se encuentra obligada
por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo firme". Una

863
Oxnl VÍcron Ávaros fane

resolución administrativa reconociendo derechos de carácter previsional


es un acto administrativo firme, consecuentemente se encuentra dentro
del ámbito de competencia de los referidos juzgados.
Que, es necesario anotar que la dación de la Ley del proceso Con-
tencioso Administrativo obedece a la finalidad de unificar y someter a las
actuaciones de la administración pública al control de órganos especiali-
zados y unificados que administren justicia especializada en los asuntos
referentes a la administración pública (jueces contencioso administrativos),
estableciendo el artículo 11o que la acción contenciosa administrativa
prevista en el artículo '1480 de la constitución Política, tiene por finalidad
el controljurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la Adminis-
tración Pública sujetas al Derecho administrativo y la efectiva tutela de
los derechos e intereses de los administrados; en este último extremo, la
efectiva tutela de los derechos a intereses de los administrados, también
incluye la ejecución.
Que, es claro por tanto, que los juzgados contencioso administrativos
o los juzgados civiles, donde no hayan aquellos, tienen competencia para
conocer lo referente a actuaciones de la administración pública, conforme
al proceso contencioso administrativo, y en el caso de resoluciones que
contengan actos administrativos en aplicación del artículo 5o.4 de la ley
última referida, a través del proceso de cumplimiento en lo contencioso
administrativo. Ella incluye, obviamente, el proceso de cumplimiento de
las resoluciones administrativas que contengan reconocidos derechos
de naturaleza previsional, que por razón de la materia, no pueden ser
conocidas vía ejecución de resolución administrativa por los juzgados
especializados en lo laboral.

CONCLUSIÓN:

ACUERDO POR UNANIMIDAD:


A los juzgados especializados en lo laboral les compete conocer la
ejecución de resoluciones administrativas referidas únicamente a derechos
de naturaleza laboral, mas no así de las resoluciones referidas a derechos
de naturaleza previsional, cuya competencia corresponde a los juzgados
contenciosos administrativos, y en los lugares donde no hayan estos, a
los juzgados civiles.

864
Pr¡Nos JunrsrrccroN¡.r-rs LRsoRA.res

PLENO JURISDICCIONAL DISTRITAL LABORAL 2OO7


AREQUIPA

ACUERDOS:

El Centro de lnvestigaciones Judiciales - ClJ, dentro de sus políticas


de reestructuración, elaboró el plan operativo de Plenos Jurisdiccionales
Superiores 2007 motivando la realización de este Pleno Jurisdiccional
Distrital Laboral con el ánimo de lograr el objetivo de eliminar los már-
genes de inseguridad jurídica, uniformizando criterios en esta rama del
Derecho y procurando certeza y predictibilidad en la administración de
justicia, los magistrados integrantes de la Sala Laboral de Arequipa, los
tres Juzgados Especializados en lo Laboral y el Cuarto Juzgado de Paz
Letrado, a cargo de los asuntos laborales.
Los temas abordados en este Pleno han tenido el consenso de to-
dos los participantes, por constituir materias controvertidas cuyo análisis
individual ha sido necesario para arribar a cada una de las conclusiones
finales, a efecto de constituir un aporte a la administración de justicia
laboral que ha de permitir uniformizar criterios, esperando con ello, contri-
buir a la paz social, seguridad jurídica y expectat¡vas de la sociedad civil.
Los temas tratados son los siguientes:

1. 'CONSTRUCCIÓN CIVIL Y RESPONSABILIDAD SOLIDARIA EN


OBRAS DE ENTIDADES PÚBLICAS"
Antecedentes: el conflicto se centra en relación a si las entidades
públicas tienen responsabilidad solidaria en el pago de las obligaciones
salariales y económicas del personal de los contratistas, en aplicación de la
Resolución Suprema No 27 o si, por el contrario, no existe tal solidaridad,
en aplicación del artículo 212o del Decreto Supremo t{" 084-2004-PCM,
Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado.

CRITERIO DE LA MAYORIA

CONSIDERANDO:
Acogiendo los fundamentos del ponente de este tema señor Juez
Especializado Laboral Rodolfo Nájar Pineda y los aportes de los asisten-
tes, se tiene:

865
Oxer VÍcron Ávelos Jen¡

establecer la responsabilidad solidaría de los propietarios


Es necesario
de las obras de construcción civil en el cumplimiento de las obligaciones
salariales y económicas del personal de los contrat¡stas en obras públicas
y privadas.
La Resolución suprema N.2Z del 15 de marzo de 1958, que regula la
responsabilidad solidaria de los propietarios de las obras de construcción
civil en el cumplimiento de las obligaciones salariales y económicas del
personal de los contratista!, debe ser aplicada, con carácter general, a
todos los propietarios de las obras, sea que pertenezcan al sector privado
o público, por tratarse de una norma laboral de carácter especial y en
aplicación del principio de igualdad, además de no oponerse al Decreto
Supremo N" 083-2004-PCM,
Texto Único ordenado de la Ley de contrataciones y Adquisiciones
del Estado, y no haber sido derogada.
Reiterada jurisprudencia del Tribunal Constitucional, como la conteni-
da en la sentencia defecha 7 de marzo de1997, recaída en el Expediente
N.006-97-A|/TC, señala que: "...los tratadistas de Derecho constitucional
consideran que el Estado tiene una doble personalidad jurídica: cuando
ejerce el actúa como persona de Derecho público y cuan-
ius imperium
do contrata o administra sus bienes patrimoniales privados, actúa como
persona de Derecho privado"'
No resulta tolerable que los obreros que realizan labor de construcción
civil reciban una protección adicional, con la figura de la responsabilidad
solidaria, cuando el propietario de la obra es un privado, privándoseles de
dicha protección cuando el propietario de la obra es una entidad pública.
que puede concluirse que la Resolución Suprema No 27 se
Es así
enmarca dentro del derecho del trabajo, especialidad que se rige por
principios y normas propias, las cuales son de orden público y de obli-
gatorio cumplimiento.
Por otro lado, el artículo 212' del Decreto Supremo N' 084-2004-
PCM, Reglamento de la Ley de contrataciones y Adquisiciones del Estado,
señala que no son transferibles aquellas obligaciones sociales a la entidad
contratante; sin embargo, aquí la controversia se centra en relación a la
solidaridad y no a la transferencia de obligaciones ya que, en el primer
caso, la entidad puede repetir el pago en contra de la empresa contratista

866
Pr-ENos juRrsorccroNups LesoRar-es

más aún cuando, de conformidad con el artículo 40o del Decreto Supremo
N. 083-2004-PCM, Texto Único Ordenado de la Ley de Contrataciones y
Adquisiciones del Estado, tiene la obligación de recabar una fianza para
garantizar el fiel cumplimiento del contrato y que, ciertamente, debe
incluir el pago de las obligaciones laborales.

ACUERDO POR MAYORIA:


Con seis votos a favor y un voto en contra.
La responsabilidad solidaria se aplica con carácter general a todos
los propietarios de las obras de construccíón civil, respecto del cumpli-
miento de las obligaciones salariales y económicas del personal de los
contratistas, sean aquellos privados o públicos.

CRITERIO DE LA MINORIA:
Las entidades públicas no son responsables solidarias en el pago
de las obligaciones laborales que correspondan a los trabajadores que
laboren en la ejecución de obras de construcción civil de su propiedad, en
aplicación del Texto Único Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adqui-
siciones del Estado, aprobado por el Decreto Supremo N.083-2004-PCM
y su Reglamento (artículo 212" del Decreto Supremo No 084-2004-PCM).
En virtud del artículo 212o del Decreto Supremo Na 084-2004-PCM,
Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado al
que se encuentran sujetas las entidades públicas, los contratistas son
responsables exclusivos de sus obligaciones laborales y pago de aporta-
ciones de su personal, disposición que excluye a las entidades públicas de
responsabilidad en relación al cumplimiento de tales obligaciones, sin que
ello constituya un privilegio, más aún cuando el dispositivo mencionado
es una norma jerárquicamente superior a la Resolución Suprema N" 2Z del
15 de marzo de 1958, por lo que no procede la responsabilidad solidaria
de las entidades públicas propietarias de obras de construcción civil.

2 'APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 42O DEL PROCESO CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO AL PROCESO LABORAL'
Antecedentes: el artículo 42o de la Ley No 27584, Ley del Proceso
Contencioso Administrativo, y su modificatoria contenida en la Ley No
27684, referido a la ejecución de obligaciones de dar suma de dinero

867
Oxnr VícroR Ávelos Jan,c

por parte def Estado, ha sido considerado inaplicable, en algunos casos,


tratándose de obligaciones de carácter laboral, atendiendo a la necesi-
dad de procurar la mayor eficacia de las decisiones judiciales recaídas
en procesos de esta naturaleza, por lo que se hace necesario determinar
una posición al respecto.

CRITERIO DE LA MAYORÍA:

CONSIDERANDO:
Con los fundamentos expuestos por los magistrados de este críterÍo,
se tiene:
El artículo 42o de la Ley No 27584, Ley del Proceso Contencioso Ad-
ministrativo, y su modificatoria conten¡da en la Ley No 27684, concede
ciertas prerrogativas al Estado para dar cumplimiento a las resoluciones
judiciales dictadas en su contra, a efecto de no alterar el crédito pre-
supuestario destinado a otros propósitos y permitir que la deuda sea
cancelada conforme a un plan presupuestado con tal fin, en aplicación
del principio de legalidad presupuestaria del gasto público.
El Tribunal Constitucional no ha declarado la inconstitucionalidad
del mencionado artículo 42o, por el contrario, ha emitido pronuncia-
miento respecto a su aplicación en órganos estatales, sin hacer ninguna
excepción, ya sea en materia laboral, penal o civil puesto que, como se
advierte del propio Fundamento No 17 de la sentencia delTribunal Cons-
titucional recaída en los Expedientes Nos acumulados 015-2001-AI/TC y
O04-2OO2-AI/TC,"...los montos que el Estado debe pagar en ejecucíón de
resoluciones judiciales se originan en su mayoría en deudas previsionales
o laborales..J',y la única mención a estas deudas es cuando el Tribunal
Constitucional establece que tienen una solución autónoma y propia, sin
que ello implique taxativamente que se esté exceptuando de la aplicación
del artículo 42o a los procesos de tal naturaleza.
Consecuentemente, existiendo un pronunciamiento del Tribunal
Constitucional desde el contexto de deudas provenientes de indemniza-
ciones por daños y perjuicios comerciales y los referidos a los bonos de
la Reforma Agraria -que es el contenido en los expedientes acumulados
citados-, mas no respecto a las de carácter previsional y laboral, debe
considerarse que para el cobro de estas últimas es aplicable el artículo
42o de la Ley No 27584, modifícado por la Ley No 27684.

868
Pr¡Nos |unrsorccloNer¡s Le¡oner¡s

ACUERDO POR MAYORfA:


Con seis votos a favor y uno en contra.
Tratándose de! cobro de deudas del Estado es constitucional con-
siderar la aplicación del procedimiento previsto en el artículo 42o de la
Ley No 27564, modificado por Ley No 27654, Ley del Proceso Contencioso
Administrativo, en el sentido de permitir a la entidad estatal correspon-
diente someterse a alguno de los procedimientos previstos en la norma
mencionada, procediéndose a dar inicio a la ejecución forzada única-
mente si incumple con proponer alguno de dichos procedimientos o, en
su caso, con el pago del cronograma de pagos asumido, como lo prevé
el dispositivo mencionado, debiendo tenerse en cuenta que el Tribunal
constitucional no ha declarado su inconstitucionalidad correspondiendo
su aplicación al proceso laboral.

CRITERIO DE LA MINORIA:
No es aplicable el artículo 42o de la Ley del Proceso Contencioso
Administrativo al proceso laboral puesto que la Ley Procesal Laboral solo
se remite supletoriamente al Código Procesal Civil y, además, porque el
adeudo laboral se rige por los principios de carácter alimentario y pre-
ferencia de pago, reconocidos en el artículo 24o de la Constitución, sin
que deba permitirse dilación alguna en su pago.
El artículo 24" de la Constitución señala que las remuneraciones y
los beneficios sociales del trabajador contribuyen a su bienestar y al de
su familia, otorgando prioridad en su pago.
El Tribunal Constitucional, al ana lizar la pretendida inconstitucionali-
dad de la Ley No 27684, modificatoria de la Ley No 27584, en la sentencia
expedida en los procesos acumu lados Nos 01 5-2001 -Al/Tc, 01 6-2001 -Al/Tc
y 004-2002-N/fC, no ha hecho una ponderación en el tema del pago de
las deudas laborales por lo que tendríamos que hacerla nosotros, como
juzgadores, sin inaplicar normas constitucionales. ElTribunal Constitucional
no analizó la aplicación del artículo 42" de la Ley No 27584, modificado
por Ley No 27684, al proceso laboral, porque no era materia del petito-
rio, debiendo crearse una fórmula intermedia que permita su aplicación
de manera que las resoluciones judiciales firmes tengan efectividad y
se proteja adecuadamente el derecho a la tutela judicial efectiva del
trabajador ejecutante.

869
Oxel VÍcron Ávuos Jnn.q

3. 'PRESUPUESTOS PARA EL PAGO DE REINTEGRO DE REMUNERA-


CIONES POR HOMOLOGACIÓN'
Antecedentes: la existencia de numerosos procesos referidos al pago
de reintegro de remuneraciones por homologación motiva la necesidad
de establecer criterios uniformes sobre la base de los cuales debe ana-
lizarse dicho petitorio.

CONSIDERANDO:
Acogiendo los fundamentos expuestos por la ponente señora Vocal
Superior Provisional Lourdes Paredes Lozada y de los magistrados asis-
tentes, se tiene:
Existen procesos judiciales en los que se pretende el reintegro de
remuneraciones por homologación, asícomo el pago de beneficios socia-
les adicionales derivados de dicho reintegro, sustentados en el derecho
de igualdad.
El artículo 2o.2 de nuestra Constitución Política establece que: "Toda
persona tiene derecho: [...].2. A Ia igualdad ante la ley. Nadie debe ser
discriminado por motivo de origen , raza, sexo, idioma, religión, opinión,
condición económica o de cualquiera otra índole". Por su parte, el artículo
70 del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales, "Pro-
tocolo de San Salvador", se refiere a las condícíones justas, equitativas y
satísfactorias deltrabajo, en el sentído de que los estados partes reconocen
que el derecho al trabajo supone que toda persona goce del mismo en
condiciones justas, equitativas y satisfactorias, para lo cual dichos esta-
dos garantizarán en sus legislaciones nacionales, de manera particular,
una remuneración que asegure a todos los trabajadores, como mínimo,
condiciones de subsistencia digna y decorosa, para ellos y sus familias,
y un salario equitativo e igual por trabajo igual sin ninguna distinción.
El Tribunal Constitucional, en la sentencia de fecha 26 de abril de
2004, recaída en el Expediente No 018-2003-A|/TC, ha establecido que "...
la igualdad es un principio-derecho que instala a las personas situadas
en idéntica condición, en un plano de equivalencia, ello involucra una
conformidad o identidad por coincidencia de naturaleza, circunstancias,
calidad, cantidad o forma, que no se establezcan excepciones o privilegios
que excluyan a una persona de los derechos que se conceden a otra,

870
PrE,rvos JuRrsorccroNeLss LR¡onerss

en paridad sincrónica o por concurrencia de razones. Por consiguiente,


supone la afirmación a priori y apodíctica de la homologación entre
todos los seres humanos, por la identidad de naturaleza que el derecho
estatal se limita a reconocer y garantizar" (Fundamento No 2, subtítulo:
"La conceptualización de la igualdad").

5E ACUERDA:

POR UNANIMIDAD:
Con siete votos a favor.
Los criterios a tener en cuenta para el análisis y determinación de
una homologación de remuneraciones son los contenidos, de manera
general, en la Sentencia del Tribunal Constitucional, recaída en el Expe-
diente N.018-2003-A|/TC, en la medida que han de permitir cubrir todo
supuesto de homologación al sustentarse en considerar a la igualdad
como "...un principio-derecho que instala a las personas, situadas en
idéntica situación, en un plano de equivalencia que supone una con-
formidad o identidad por coincidencia de naturaleza, circunstancia,
calidad, cantidad o forma...".

4. "TERCERÍA Y SU TRAMITE'
Antecedentes: teniendo en cuenta que la Ley Procesal delTrabajo,
Ley No 26636, regula únicamente el proceso ordinario laboral y, dentro
de los procesos especiales, el sumarísimo, el proceso de ejecución, el de
impugnación de laudos arbitrales, los procesos no contenciosos y la me-
dida cautelar, sin incluir en ninguno de ellos al de tercería, a este último
ha venido dándosele, en algunos casos, el trámite del proceso ordinario
laboral, sin considerar que, de conformidad con la propia Ley Procesal
del Trabajo, es de supletoria aplicación el Código Procesal Civil y, conse-
cuentemente, sus normas que regulan la tercería de manera específica.

CONSIDERANDO:
Acogiendo los fundamentos expuestos por la señora Vocal Superior
Provisional Janeth Fernández Gutiérrez y de los magistrados asistentes,
se tiene:

Es necesario establecer la procedencia y trámite de la tercería en


materia laboral.

871
Ox¡r VÍcron Ávelos Jene

Dicha tercería procede cuando se deriva de una garantía constituida


para asegurar el pago de un derecho laboral, es decir una medida caute-
lar trabada por orden de un juez laboral; y en aplicación del artículo 9o
del Código Procesal Civil, que establece que la competencia por razón
de la materia se determina por la naturaleza de la pretensión y por las
disposiciones legales que la regulan, la tercería en materia laboral es
competencia del juez laboral.
El artículo 486o, inciso 5 del Código Procesal Civil, señala que se trami-
tan como proceso abreviado las tercerías, siéndoles aplicables los artículos
siguientes al indicado y los artículo 533o al 539o del referido código.
La Ley Procesal de Trabajo, Ley No 26636, en su artículo 4o referido
a la competencia por materia, no contempla esta pretensión, establecien-
do dos tipos de proceso laboral, como consta en sus Secciones Sexta y
Séptima: el proceso ordinario y proceso sumarísimo'
El trámite que corresponde a las tercerías es el que se encuentra
normado por el Código Procesal Civil, en aplicación de la Tercera Dispo-
sición Transitoria de la Ley N" 26636.

ACUERDO POR UNANIMIDAD:


Con siete votos a favor.
5e tramitan en el área laboral las tercerías que deriven de una ga-
rantía constituida para asegurar el pago de un derecho laboral, es decir
una medida cautelar trabada por orden de un juez laboral.
En dichos supuestos corresponde el trámite normado por el Código
Procesal Civil, en aplicación de la Tercera Disposición Transitoria de la Ley
No 26636, esto es el contenido en el artículo 533o y siguientes del Código
Procesal Civil, referidos al proceso abreviado.

5. "COBRO DE REMUNERACIONES DEVENGADAS COMO CONSE-


CUENCIA DE LA REPOSIC¡ÓN LABORAL ORDENADA EN PROCESO
CONSTITUCIONAT'
Antecedentes: en relación al pago de remuneraciones devengadas,
derivadas de la reposición ordenada en un proceso constitucional, existen
dos posiciones; la primera de ellas referida a que sí corresponde recono-
cer dicho pago, en aplicación de criterios jurisprudenciales establecidos
por la Corte lnteramericana de Derechos Humanos y por serle aplicables,

872
PrnNos JuRtsorccroNerss LesoRelss

extensivamente, los derechos derivados de un despido nulo. La segunda


posición considera que el pago de las remuneraciones mencionadas tiene
carácter indemnizatorio y, por tanto, debe ser demandado en un proceso
de responsabilidad civil.

CRITERIO DE LA MAYORÍA:
CONSIDERANDO:
Acogiendo los fundamentos expuestos por el ponente del tema, señor
Vocal Superior lsaac Rubio Zevallos y de los magistrados asistentes, se tiene:
Si bienelTribunal Constitucional en reiteradas sentencias como la recaí-
da en el Expediente N" 04877-2005-PA/TC, ha señalado que el pago de las
remuneraciones dejadas de percibir tienen naturaleza indemnizatoria y no
restitutoria, sin embargo, también se tiene lo que a continuación se analiza.
En el caso del Perú, debe tenerse presente además de lo señalado
por el Tribunal Constitucional, lo que en casos concretos resuelve otros
órganos supranacionales y a los que estamos obligados tener presente,
como es el caso de la Corte lnteramericana de Derechos Humanos, ya
que nuestro país ha ratificado mediante el Decreto Legislativo No 22231 a
la Convención Americana sobre Derechos Humanos suscrita en San José
de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, la misma que en su artículo
33o.b crea la Corte lnteramericana de Derechos Humanos. Es preciso se-
ñalar que el fallo de la Corte es definitivo e inapelable, además que los
Estados partes se comprometen a cumplir la decisión en todo caso que
sean parte, tal como lo precisa el artículo $-/o y 680 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanost-].
Nos encontramos sometidos a las decisiones de la justicia supranacio-
nal, como es el caso de la Corte lnteramericana de Derechos Humanos, por
lo que también estamos obligados a cumplir con el sentido y contenido
que importa la sentencia de fecha 31 de enero del 2001, recaída en el
CASO MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONALFT, luego de llegar
a la conclusión que el Estado violó el derecho a las garantías judiciales y
otros, analiza el tema de las reparaciones y precisa lo siguiente:

H Constitución Política del Perú y Tratados sobre Derechos Humanos, Editora Perú, Lima,
2001, pp.509 y ss.
t**l L¡¡ro¡ ARRoyo, Cesar, Jurisprudencia de la Corte lnteramericana de Derechos Humanos, Pales-
tra Editores, Lima, 2005, pp.545 a 560.

873
Oxer Vícron Ávaros ).r.na

a) En el Fundamento No 120 hace alusión a que ya se produjo la


reinstalación de los magistrados en sus respectivos cargos y
agrega: "No obstante, esta Corte considera que, adicionalmente,
el Estado debe resarcir a dichos magistrados por los salarios y
prestaciones dejados de percibir (supra 56.31).
b) En el Fundamento No 121 referido al daño material, señala: "La
Corte considera que dicho criterio es aplicable en el presente
caso, y para tal efecto dispone que el Estado debe pagar los
montos correspondientes a los salarios caídos y demás derechos
laborales que correspondan a los magistrados destituidos, de
acuerdo con su legislación".
c) De lo referido, se advierte que la Corte, ordena pagar los salarios
caídos y demás derechos laborales, además de la reinstalación
lo que para nosotros en el derecho laboral individual, es la re-
posición en el centro de trabajo.
siendo así, es pertinente concluir que es procedente recurrir al juez
laboral demandando el cobro de las remuneraciones dejadas de percibir
en eltiempo no laborado, como consecuencia de una decisión unilateral
del empleador y en la que además se violó derechos fundamentales de
la persona y que ya han sido determinados en la sentencia del proceso
de amparo que ordenó la reposición en el centro de trabajo.
Por otro lado, se advierte que el Tribunal Constitucional en las sen-
tencias recaídas en los Expedientes Nos 2980-2004-AA/TC y 0378-2A04-AA/
TC, de fecha 26 de marzo del 2004 y 18 de enero del 2005 respectiva-
mente, señala que corresponde reconocer atributos pensionables y para
antigüedad en el cargo, el tiempo de servicios transcurrido entre el cese
y la reincorporación, esto es, reconoce los referidos derechos laborales, lo
que guarda también concordancia con todos los casos de magistrados del
país que han sido reincorporados al Poder Judicial y Ministerio Público, a
los que se les ha reconocido, el tiempo que no laboraron para los efectos
pensionarios, tiempo de servicios, antigüedad, todo lo que significa que
aquel periodo no es insubsistente en términos laborales.
Además, debe tenerse presente el principio de igualdad que recoge
nuestra carta magna, en el sentido de tener una misma respuesta jurídica
a casos esencialmente similares, esto es, el del trabajador repuesto por
un juez laboral ante el despido nulo, con el reincorporado por el juez

874
Pr,ENos JunrsorccroNeLEs L¡.soReI-Es

constituc¡onal ante un supuesto catalogado como despido nulo por


haber afectado derechos fundamentales, ello, producido por un cambio
radical en el mundo del derecho laboral peruano a consecuencia de la
Sentencia del Tribunal Constitucional en el caso Telefónica visto en la sen-
tencia recaída en el Expediente No 1124-2O01-AA/TC y que precisamente
supone la reposición en el trabajo para el trabajador despedido, en los
supuestos en ella previstos.
Finalmente, es pertinente también precisar el criterio expresado por
la Sala Transitoria de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema
de Justicia de la República, en el sentido de pagarse las remuneraciones en
el caso materia de análisis, entre otros, en la Casación No 004-2005-Lima,
mediante la Resolución del 29 de noviembre del 2005; y en la Casación
N" 1052.2005-Lima, mediante la Resolución del 14 de marzo del 2006.
Por ende, es procedente recurrir al juez laboral, demandando el
cobro de remuneraciones dejadas de percibir en el tiempo no laborado
como consecuencia de una decisión unilateral del empleador en la que,
además, se violaron derechos fundamentales de la persona, como debe
determinarse en la sentencia del proceso de amparo que ordene la re-
posición en el centro de trabajo.

ACUERDO POR MAYORfA:


Con seis votos y uno en contra.
Es procedente recurrir al juez laboral demandando el cobro de
remuneraciones dejadas de percibir en el tiempo no laborado como
consecuencia de una decisión unilateral del empleador que motivó, en
un proceso constitucional de amparo, la declaración de la existencia de
un despido nulo por violación de derechos fundamentales, con la con-
secuente reposición del trabajador.

CRITERIO DE LA MINORÍA:
No es posible reconocer el pago de remuneraciones devengadas,
u otros beneficios sociales que se pretendan, como consecuencia de un
despido nulo declarado en un proceso constitucional de amparo, pues
tales pretensiones deben ser reclamadas con carácter indemnizatorio,
como consecuencia de la responsabilidad civil del empleador derivada
de su decisión de despido.

875
Ox¡r VÍcron Áv¡.ros Jen¡

Debe considerarse que la legislación laboral no contempla el pago


de remuneraciones devengadas en el caso planteado, que se confunde
con los efectos del despido nulo, esto es el pago de las remuneraciones
dejadas de percibir previsto en el artículo 40o del Decreto Supremo No
OO3-97-TR, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, y que proce-
de en los supuestos taxativamente enumerados en el artículo 29o de la
norma citada.
en reiteradas sentencias como la recaída
El Tribunal Constitucional,
en el Expediente No O4877-2005-PA/TC, ha señalado que el pago de las
remuneraciones dejadas de percibir tiene naturaleza indemnizatoria y
no restitutoria.
También debe tenerse en cuenta que solo procede el pago de re-
muneraciones por trabajo efectivamente realizado.

Arequipa, diciembre del 2007.


Dr. lsaac Rubio Zevallos
Vocal Superior Titular
Presidente Sala Laboral
Dra. Janeth Fernández G.
Vocal Superior Provisional Vocal Superior
Provisional de la Sala Laboral de la Sala Laboral
Dra. Lourdes Paredes Lozada
Vocal Superior Provisional Vocal Superior
Provisional de la Sala Laboral de la Sala Laboral
Dr. Sócrates Nájar Pineda
Juez Especializado Laboral
Titular
Dr. Jaime Coaguila Valdivia
Juez Especializado Laboral
Provisional
Dr. Roberto Vargas Gonzáles
Juez Especializado Laboral
Provisional
Dra. Sandra Rosado Málaga
Juez de Paz Letrado
(de asuntos laborales)

876
PrnNos funrsnrccroNeres Le¡onelrs

PLENO JURISDICCIONAL DISTRITAL


EN MATERIAS FAMILIA, CIVIL Y LABORAL

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE MOQUEGUA


(16 y 17 de julio de 2007)

1. PRESCRIPCIÓN DE LAS PENSIONES DEVENGAS EN ALIMENTOS

CONCLUSIÓN: POR UNANIMIDAD


Primero: las pensiones alimenticias devengadas prescriben a los dos
años desde que la pensión es exigible. La prescripción puede deducirse
al momento de hacer la observación a la liquidación de pensiones ali-
menticias devengadas, sin perjuicio de que pueda plantearse antes de la
liquidación de pensiones alimenticias.
Segundo: procede la interrupción del plazo prescriptorio, en lo refe-
rente a las pensiones alimenticias devengadas, en los casos establecidos
en el artículo 19960 del Código Procesal Civil.

POR MAYORÍA:
Tercero: no procede hacer control difuso respecto del artículo 2001",
inciso 4 del Código Civil por tratarse de un derecho legal, compatible con
la Constitución y el artículo 2000o del Código Civil, que establece que
solo la ley puede fijar los plazos de prescripción.

2. PAGO POR CONCEPTO DE MOVILIDAD EN CONSTRUCCIÓN CIVIL


CONCLUSIÓN: POR MAYORÍA
Primero.- para establecer el monto del pago de bonificación por
concepto de movilidad en construcción civil, es aplicable el principio de
razonabilidad.
Segundo.- para calcular el monto de bonificación por movilidad en
construcción civil, debe considerarse el pasaje de la localidad donde el
trabajador desempeñó sus labores.

3. PROCEDENCIA DE LAS MEDIDAS CAUTELARES EN PROCESOS


CONTE NCIOSO ADMI NISTRATIVOS

877
Ox¡r VÍcron Ávaros Jlne

CONCLUSIÓN: POR UNANIMIDAD


Primero: procede el otorgamiento de medidas cautelares en los pro-
cesos contencioso administrativo en todos aquellos casos que se cumple
con los requisitos genéricos de toda medida cautelar, especialmente en
los requisitos específicos del artículo 36o de la Ley No 27584 (Ley del
Procesos Contencioso Administrativo), debiendo cumplirse con los test
de fundabilidad de la pretensión y el peligro en fa demora además de
la no irreversibilidad de fa medida cautelar.

POR MAYORÍA:
Segundo: puede otorgarse una medida cautelar si la petición de la
medida cautelar es la misma que la de la demanda, siempre y cuando
se supere los test antes descritos y teniendo en cuenta la naturaleza y
finalidad del proceso contencioso administrativo, bajo el principio de
oportunidad que se impone en esta materia.

POR UNANIMIDAD:
Tercero: no procede el otorgamiento de las medidas cautelares en
los procesos contencioso administrativos cuando no se cumpla los test
de fundabilidad y necesidad.

4. ¿CÓrUO APLTCAR EL PRECEDENTE VTNCULANTE RESPECTO DE LA


LEY N' 23908, SOBRE PENSIONES?
CONCLUSIÓN: POR MAYORÍA
Primero: al aplicar el precedente vinculante establecido por elTribunal
Constitucional en la sentencia del 6 de diciembre del 2005, publicada el
13 de septiembre del 2006, recaída en el Expediente N. 5198-2005-PA/
TC, respecto de la Ley No 23908, deberá hacerse por eljuzgado el cálculo
de la pensión que con aplicación de la referida ley pudo corresponder en
su momento al pensionista y solo si ese monto resultare mayor al monto
otorgado, deberá declararse fundada la demanda, y ordenarse el nuevo
cálculo y pago de los reintegros correspondientes.
Segundo: no procede ordenar el pago del reajuste automático tri-
mestral de la pensión inicial, pues a juicio del Tribunal este reajuste fue
condícioriado a factores económicos externos y al equilibrio financiero
del Sistema Nacional de Pensiones.

878
PrrNos |uRtsrrccroNeus Lenonar¡s

PLENO JUR¡SDICCIONAL
NACIONAL LABORAL 2OO8
LIMA

La Comisión de Actos Preparatorios del Pleno Jurisdiccional Nacio-


nal Laboral con sede en Lima, conformada por los señores Magistrados:
Doctor Omar Toledo Toribio, Vocal de la Corte Superior de Justicia de
Lima, Doctor Oswaldo Anchante Andrade, Vocal de la Corte Superior
de Justicia del Callao, Doctora Leonor Ayala Flores, Vocal de la Corte
Superior de Justicia de Lima Norte, Diana Lily Rodríguez Chávez, Vocal
de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, Doctor lsaac Rubio
Zevallos, Vocal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, y, Doctor
Avisto Wilbert Mercado Arbieto, Vocal de la Corte Superior de Loreto
dejan constancia que luego de llevado a cabo el debate de cada uno
de los temas sometidos al Pleno, los señores Magistrados Participantes
provenientes de las Cortes Superiores de Justicia de Amazonas, Ancash,
Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Callao, Cañete, Cusco, Del
Santa, Huancavelica, Huánuco, Huaura, Junín, Lambayeque, La Libertad,
Lima, Lima Norte, Loreto, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Piura, Puno,
San Martín, Tacna, Tumbes y Ucayali, han arribado a las conclusiones
que se exponen a continuación:

TEMA NO 01:
LA INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS
Y PERJUICIOS EN MATERIA LABORAL

1. ¿Es competente el juez especializado en lo laboral para el conoci-


miento de las acciones de indemnización por daños y perjuicios
derivados del contrato de trabajo?
Primera ponencia: Si es competente el juez especializado en lo
laboral para el conocimiento de las acciones de indemnización por
daños y perjuicios derivados del contrato de trabajo.
Segunda ponencia: El juez especializado en lo laboral no es com-
petente para el conocimiento de las acciones de indemnización por
daños y perjuicios derivados del contrato de trabajo.

879
Oxer Vícron Áveros J¡ne

Tercera ponenc¡a: Es competente el juez especializado en lo la-


boral para el conocimiento de las acciones de indemnización por
daños y perjuicios derivados del contrato de trabajo, excepto el
daño moral.

1. VOTACIÓN: Acto seguido, el señor Presidente de la Comisión


invitó a los señores Vocales Superiores participantes a emitir su
voto respecto a la posición antes descrita, siendo el resultado el
siguiente:
Por la primera posición :Total de 66 votos
Por la segunda posición :Total de 02 votos
Por la tercera posición :Total de 00 votos
Abstenciones :Total de 00 votos
2. CONCLUSIÓt'l pl-¡ruRRlA: El Pleno adoptó por MAYoRÍA la
postura número uno que enuncia lo siguiente: "El juez laboral
es competente para el conocimiento de las acciones de in-
demnización por daños y perjuicios derivados del contrato de
trabajo".

2. ¿Las remuneraciones dejadas de percibir con ocasión del despido de


un trabajador repuesto mediante un proceso de amparo pueden ser
reclamadas en sede laboral en un proceso de pago de indemniza-
ción por daños y perjuicios o en un proceso de pago de beneficios
sociales y demás derechos remunerativos?

Primera Ponencia: Las remuneraciones dejadas de percibir con oca-


sión del despido de un trabajador repuesto mediante un proceso de
amparo solo pueden ser reclamadas en sede laboral en un proceso
de pago de indemnización por daños y perjuicios.
Segunda ponencia: Las remuneraciones dejadas de percibir con
ocasión del despido de un trabajador repuesto mediante, un pro-
ceso de amparo pueden ser reclamadas en un proceso de pago de
beneficios sociales y otros derechos remunerativos.
Tercera ponencia: Las remuneraciones dejadas de percibir con oca-
sión del despido de un trabajador repuesto mediante un proceso
de amparo, pueden ser reclamadas en uno de pago de beneficios

BBO
PreNos f unrsorcctoNetrs LnsoRer¡s

sociales y/o en un proceso de indemnización por daños y perjuicios.


Aquellas pretensiones pueden demandarse en forma acumurativa o
en procesos independientes.

l. VOTACIÓN: Acto seguido, el señor presidente de la Comisión


invitó a los señores Vocales superiores participantes a emitir su
voto respecto a la posición antes descrita, siendo el resultado el
siguiente:
Por la primera posición :Total 11 votos
Por la segunda posición :Total 02 votos
Por la tercera posición :Total 55 votos
Abstenciones :Total 0O votos
2. CONCLUSTÓru plenRRtA: El pleno adoptó por MAyoRfA la
postura número tres que enuncia lo siguiente: "Las remune-
raciones dejadas de percibir con ocasión del despido de un
trabajador repuesto mediante un proceso de amparo, pueden
ser reclamadas en uno de pago de beneficios sociales y/o en
un proceso de indemnización por daños y perjuicios. Estas
pretensiones pueden demandarse en forrna acumulativa o en
procesos independientes".

3. ¿cuál es la fecha a partir de la cual deben calcularse los intereses


legales en los procesos de indemnización por daños y perjuicios, en
el ámbito laboral?
Primera ponencia: Los intereses legales en los procesos por indem-
nización por daños y perjuicios en el ámbito laboral deben calcularse
a partir del daño.
Segunda ponencia: Los intereses legales en los procesos por in-
demnización por daños y perjuicios, en el ámbito laboral deben
calcularse a partir del emplazamiento del demandado.

1. POSTURAS: Habiéndose producido el debate correspondiente,


se pudieron extraer las siguientes posturas:
Postura número uno: Los intereses legales en los procesos por
indemnización por daños y perjuicios en el, ámbito laboral deben
calcularse a partir del daño.

88r
Oxel VÍcron Avaros fan,t

Postura número dos: Los intereses legales en los, procesos por


índemnización por daños y perjuicios, en el ámbito laboral deben
calcularse a partir del emplazamiento del demandado.
Postura número tres: Los intereses legales en los procesos por
indemnización de daños y perjuicios deben calcularse a partir
del emplazamiento del demandado salvo cuando se trate de
enfermedades profesionales, en cuyo caso será calculado a partir
del daño.
2. VOTACIÓN: Acto seguido, el señor Presidente de la Comisión
invitó a los señores Vocales Superiores participantes a emitir
su voto respecto a cada una de las posiciones antes descritas,
siendo el resultado el siguiente:

Por la primera posición :Total 15 votos


Por la segunda posición :Total 47 votos
Por la tercera posición :Total 08 votos
Abstenciones :Total de 00 votos

3. coNcluslÓN PLENARIA: El Pleno adoptó por MAYoRÍA la pos-


tura número dos que enuncia lo siguiente: "Los intereses legales
en los procesos de indemnización, por daños y perjuicios, en
mater¡a laboral, deben calcularse a partir del emplazamiento del
demandado".

882
PrpNos )unrsorccroN¡trs Le¡oRetEs

TEMA N" 02:


RESPONSABILIDAD SOLIDARIA EN
LAS OBLIGACIONES LABORALES

1. ¿En materia laboral resulta procedente disponer la solidaridad en


el pago de las obligaciones laborales en supuestos distintos a los
previstos en el artículo 1183o del Código Civil o en forma exclusiva
y excluyente en los casos regulados por esta norma?
Primera ponencia: Existe solidaridad en las obligaciones laborales
no solamente cuando se configuran los supuestos previstos en el
artículo 1183o del Código Civil sino además en los casos en los que
existe vinculación económica o grupo de empresas.
Segunda ponencia: Existe solidaridad en las obligaciones laborales
únicamente cuando se configuran los supuestos previstos en el ar-
tículo 1183o del Código Civil, siendo esta la única norma legal que
establece los criterios de solidaridad para el cumplimiento de las
obligaciones.
1. POSTURAS: Habiéndose producido el debate correspondiente,
se pudieron extraer las siguientes posturas:
Postura número uno: Existe solidaridad en las obligaciones
laborales no solamente cuando se configuran los supuestos
previstos en el artículo 11830 del Código Civil sino además en
los casos en los que existe vinculación económica o grupo de
empresas.

Postura número dos: Existe solidaridad en las obligaciones


laborales únicamente cuando se configuran los supuestos pre-
vistos en el artículo 1183'del Código Civil, siendo esta la única
norma legal que establece los criterios de solidaridad para el
cumplimiento de las obligaciones.
Propuesta legislativa.- Se considera necesario solicitar a la Sala
Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República para que
en ejercicio de sus facultades presente una iniciativa legislativa
respecto a la regulación de la solidaridad en materia laboral.

883
Oxnr VÍcron Ávalos |ena

2. VOTACIÓN: Acto seguido, el señor Presidente de la Comisión


ínvitó a los señores Vocales Superiores participantes a emitir
su voto respecto a cada una de las posiciones antes descritas,
siendo el resultado el siguiente:
Por la primera postura :Total 66 votos
Por la segunda postura :Total 00 votos
Abstenciones :Total 00 votos
3. CONCLUSIÓN PLENARIA: El Pleno adoptó por UNANIMIDAD la
postura número uno que enuncía lo síguiente: "Existe solidaridad
en las obligaciones laborales no solamente cuando se configuran
los supuestos previstos en el artículo 1183o del Código Civil sino,
además, en los casos en los que exista vinculación económica,
grupo de empresas o se evidencie la existencia de fraude con
el objeto de burlar los derechos laborales de los trabajadores".
Asimismo, acordaron que se presente una propuesta legislativa en
el siguiente sentido: "solicitar a la Sala Plena de la Corte Suprema
de Justicia de la República para que en ejercicio de sus facultades
presente una iniciativa legislativa respecto a la regulación de la
solidaridad en materia laboral".

TEMA N" 3
PROCESO DE EJECUCIÓN DE
RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA

1. ¿Es procedente la apelación contra la resolución que admite a trámite


la demanda de ejecución de resolución administrativa y requiere el
pago al ejecutado?
Primera ponencia: Las resoluciones que admiten a trámite la de-
manda y a su vez requieren a la demandada para que cumpla con
pagar a la ejecutada sí son factibles de apelación por parte de la
demandada.
Esta por tratarse de un auto resulta apelable, de conformidad con
el artículo 365o, inciso 2 del Códiqo Procesal Civil.

884
PrENos Junrsolccroru¡rss Le¡oRRr¡s

Segunda ponencia: El auto que califica positivamente la demanda


tiene por característica promover o iniciar el procedimiento fijando
el canal procesal respectivo, resolución que tiene la calidad de inim-
pugnable.

1. POSTURAS: Habiéndose producido el debate correspondiente,


se pudieron extraer las siguientes, posturas:
Postura número uno: Las resoluciones que admiten a trámite la
demanda y a su vez requieren a la demandada para que cumpla
con pagar a la ejecutada sí son factibles de apelación por parte
de la demandada.
Esta por tratarse de un auto resulta apelable, de conformidad
con el artículo 3650, inciso 2 del Código Procesal Civil.
Postura número dos: El auto que califica positivamente la
demanda tiene por característica promover o iniciar el procedi-
miento fijando el canal procesal respectivo, resolución que tiene
la calidad de inimpugnable.
2. VOTACIÓN: Acto seguido, el señor Presidente de la Comisión
invitó a los señores Vocales Superiores participantes a emitir
su voto respecto a cada una de las posiciones antes descritas,
siendo el resultado el siguiente:
Por la primera postura :Total 41 votos
Por la segunda postura :Total 16 votos
Abstenc¡ones :Total 03 votos
CoNCLUSIÓN PLENARIA: El Pleno adoptó por MAYORIA la pos-
tura número uno que enuncia lo siguiente: "En los procesos de
ejecución de resolución administrativa es procedente la apelación
que interponga la emplazada contra la resolución que contiene
el mandato de ejecución".

2. ¿Esprocedente deducir excepciones en un proceso de ejecución de


resolución ad ministrativa?
Primera ponencia: Resulta procedente deducir excepciones en el
proceso de ejecución de resolución admin¡strativa en sede laboral.

BB5
Oxar Vícron Ávnlos Jan¡,

Segunda ponencia: La Ley Procesal del Trabajo no prevé la posibi-


lidad de admitir excepciones en esta clase de procesos reservando
al demandado la única posibilidad de oponerse a la ejecución si
acredita instrumentalmente el cumplimiento de la obligación o su
extinción.
1. POSTURAS: Habiéndose producido el debate correspondiente,
se pudieron extraer las siguientes posturas:

Postura número uno: Resulta procedente deducir excepciones


en el proceso de ejecución de resolución administrativa en sede
laboral.
Postura número dos: La Ley Procesal de Trabajo no prevé la
posibilidad de admitir excepciones en esta clase de procesos
reservando al demandado la única posibilidad de oponerse a la
ejecución si acredita instrumentalmente el cumplimiento de la
obligación o su extinción.
2. VOTACIÓN: Acto seguido, el señor Presidente de la Comisión
invitó a los señores Vocales Superiores participantes a emítír
su voto respecto a cada una de las posiciones antes descritas.
siendo el resultado el siguiente:
Por la primera postura :Total 39 votos
Por la segunda postura :Total 25 votos
Abstenciones :Total 03 votos
3. CONCLUSIÓN PLENARIA: El Pleno adoptó por MAYORIA la pos-
tura número uno que enuncia lo siguiente: "Resulta procedente la
formulación de excepciones en un proceso laboral de ejecución
de resolución administrativa".

886
PrE¡¡os |uRrsolccroNerns Lasonerrs

TEMA NO 4
MEDIDAS CAUTELARES EN
EL PROCESO LABORAL

1. ¿Son procedentes en el proceso laboral, en aplicación supletoria


del Código Procesal Civil, todas las medidas cautelares previstas en
esta última norma o solo corresponde en este proceso las medidas
cautelares de inscripción y administración que contempla expresa-
mente el artículo 100o de la Ley Procesal de Trabajo, en función al
principio de legalidad?
Primera ponencia: Las medidas cautelares en materia laboral
se encuentran previstas en el artículo 100o de la Ley Procesal de
Trabajo, sin embargo no existe prohibición de aplicar las medidas
cautelares que, establece el Código Procesal Civil, aplicable suple-
toriamente.
Segunda ponencia: En función al principio de legalidad solo proce-
den en el proceso laboral las medidas cautelares de embargo bajo
la modalidad de inscripción o administración previstas en forma
expresa en el artículo 100o de la Ley Procesal del Trabajo.

1. POSTURA: Habiéndose producido el debate correspondiente, se


pudieron extraer las siguientes posturas:
Postura número uno: Las medidas cautelares en materia laboral
se encuentran previstas en el artículo 100o de la Ley Procesal de
Trabajo, sin embargo no existe prohibición de aplicar las medi-
das cautelares que establece el Código Procesal Civil, aplicable
su pletoriamente.

Postura número dos: En función al principio de legalidad solo


proceden en el proceso laboral las medidas cautelares de embargo
bajo la modalidad de inscripción o administración previstas en
forma expresa en el artículo 10Oo de la Ley Procesal deTrabajo.
2. VOTACIÓN: Acto seguido, la señora Presidenta de la Comisión
invitó a los señores Vocales Superiores participantes a emitir su
voto respecto a cada una de las posiciones antes descritas, siendo
el resultado el siguiente:

887
Ox¡.r Vícron Ávuos Jene

Por la primera postura :Total 66 votos


Por la segunda postura :Total 00 votos
Abstenciones :Total 0l votos

coNcLUslÓN PLENARIA: El Pleno adoptó por MAYORIA la postu-


ra número uno que enuncia lo siguiente: "Las medidas cautelares
en materia laboral se encuentran previstas en el artículo 100o de
la Ley Procesal de Trabajo. Asimismo, en el proceso laboral son
procedentes todas la medidas cautelares previstas en el Código
Procesal Civil, aplicable supletoriamente".
lgualmente acordaron solicitar, respetuosamente al Consejo
Ejecutivo del Poder Judicial comunicar este acuerdo al Órgano
de Control de la Magistratura del Poder Judicial, a la fiscalía 5u-
prema de Control del Ministerio Público y al Consejo Nacional
de la Magistratura.

Lima, 28 de junio de 2008.


s.s.
TOLEDO TORIBIO
Presidente
ANCHANTE ANDRADE
Miembro
AYALA FLORES
Miembro
RODRÍGUEZ CHAVEZ
Miembro
RUBIO ZEVALLOS
Miembro
MERCADO ARBIETO
Miembro

888
PLaNos |unrsorcctoNRrEs LesoR.,{rEs

CONCLUS¡ONES DEL PLENO


JURISDICCIONAL REGIONAL LABORAL 2OO9

La Comisión de Actos Preparatorios del Pleno Jurisdiccional Regional


Laboral con sede en Chiclayo, conformada por los señores Magistrados:
Dr. Marco Antonio Pérez Ramírez, Vocal de la Corte Superior de Justicia de
Lambayeque (Presidente), Eduardo Alonso Pacheco Yépez de La Libertad,
Francisco Cunya Celi de Piura, Juan Manuel Alván Rivas de Cajamarca,
Percy Elmer León Dios de Tumbes, dejan constancia de que luego de
llevado a cabo el debate de cada uno de los temas sometidos al Pleno,
los señores Magistrados Participantes, han arribado a las conclusiones
que se exponen a continuación:

TEMA NO 1
CRITERIOS DE CUENTIFICACIÓN DE LOS DAÑOS Y
PERJUICIOS DERIVADOS DE ENFERMEDAD
PROFESIONAL O ACCIDENTES DE TRABAJO

¿cuALEs soN Los cRtTERtoS PARA CUANTTFTCAR LOS DAñOs y


PERJUICIOS DERIVADOS DE UNA ENFERMEDAD PROFESIONAL?

Primera ponencia:
Deben establecer estándares o patrones cuantitatlvos uniformes
que sirvan como base para el establecimiento de una indemnización
por daños y perjuicios derivados de un accidente de trabajo o de una
enfermedad profesional, en la generalidad de los casos.
Segunda ponencia
No es posible establecer patrones o unidades de referencia para
establecer el quantum de la indemnización por daños y perjuicios deri-
vados de un accidente de trabajo o de una enfermedad profesional, sino
que queda al criterio del juez el monto de esta.
1. GRUPOS DE TRABAJO: en este estado, el doctor Marco Antonio
Pérez Ramírez, Presidente de la Comisión de Actos Preparatorios,
concede el uso de la palabra a los señores magistrados relato-
res de cada grupo de trabajo a fin de que den lectura de las

BB9
Oxnl VícroR Ávaros jena

conclusiones arribadas preliminarmente, conforme se detalla a


continuación:
A. Grupo No 01: por mayoría: "no es posible establecer patro-
nes o unidades de referencia para establecer el quantum
de la indemnización por daños y perjuicios derivados de un
accidente de trabajo o de una enfermedad profesional, sino
que queda al criterio deljuez el monto de esta, quien deberá
justificar su decísión en cada caso concreto.
Teniendo como marco referencialel artículo 13320 delCódigo
Civil en cuanto establece: "Si el resarcimiento del daño no
pudiera ser probado en su monto preciso, deberá fijarlo el
juez con valoración equitativa". Sin que ello signifique que
el monto indemnizatorio quede librado al arbitrio indiscrimi-
nado del juez por el contrario requiere, con mayor razón la
adecuada motivación exigible a toda resolución judicial.
Eljuez al fijar un monto indemnizatorio basado en su discrecio-
nalidad, debe tener en cuenta lo siguiente: a) la gravedad del
daño causado (naturaleza, intensidad, bien jurídico afectado,
función, gastos, etc.); b) la edad, las circunstancias relevantes
sociales u ocupacionales y demás características personales
de la víctima; c) las circunstancias familíares especiales de la
víctima del daño; y d) los factores susceptibles para reducir
el monto indemnizatorio, como la contribución de la propia
víctima a la producción del daño o en la agravación de sus
consecuencias; así como la capacidad económica del causante
del daño.
B. Grupo N" 02: por mayoría: "no es posible establecer patro-
nes o unidades de referencia para establecer el quantum de
la indemnización por daños y perjuicios derivados de un
accidente de trabajo o de una enfermedad profesional, síno
que queda a criterio del juez el monto de esta".
c. Grupo N" 03: por unanimidad: "que se adopte la primera
posición remarcando la necesidad de establecer patrones
referenciales, sin dejar de lado que eljuez tendrá que aplicar
el criterio prudencial analizando las círcunstancias particulares

890
Pr-sNos fuRtsolccroN¡rns L¡.roRetrs

a cada caso, de otro lado recomendar o invocar a los jueces


para que utilicen su facultad de oficio a fin de incorporar al
proceso los medios probatorios tendientes a reunir la infor-
mación necesaria para poder cuantificar debidamente los
daños".

D. Grupo 04: por unanimidad: "se debe establecer están-


No
dares o patrones cuantitativos uniformes básicos para el
establecimiento de una indemnización por daños y perjuicios
de un accidente de trabajo o de una enfermedad profe-
sional respetando las facultades discrecionales del órgano
jurisdiccional para caso concreto conforme a los factores
de atribución".
E. Grupo N" 05: por unanimidad: "se encuentran conformes
con la primera postura pero precisando que debe tratarse
de criterios evaluativos que el juez debe tener en cuenta
para efectos de reparación del daño. Esto en razón que en
el caso del daño emergente y lucro cesante no hay mayor
problemática para su cuantificación, pero si hay para el caso
del daño moral y el daño a la persona. En estos dos últimos
casos se considera que debe deslindarse el daño biológico o
a la integridad física del daño moral y al proyecto de vida".
2. DEBATE: luego de leídas las conclusiones arribadas por los se-
ñores magistrados relatores de los cinco grupos de trabajo, el
Presidente de la Comisión de Actos Preparatorios doctor Marco
Antonio Pérez Ramírez, concede el uso de la palabra a los ma-
gistrados asistentes que deseen efectuar algún aporte adicional
a los argumentos ya vertidos.
En este estado, el doctor Pablo Díaz Piscoya sostiene que en la
segunda ponencia se alude al criterio del juez la cuantificación
del daño, pero se debe tener criterios de evaluación como son
la situación económica muy distinta al criterio de cuantificación.

El Dr. Víctor Castillo León señala que "no es un tema que preocu-
pa solo a la materia laboral sino que también a otras materias,
estoy de acuerdo con la cuantificación del daño, hay aspectos
subjetivos y objetivos que deben ser evaluados. Cuando se ha-

891
Oxer VÍcron Ávelos )ena

bla criterios de cuantificación se debería señalar en relación al


daño biológico, se debe cuantificar los daños a la salud. Sería un
avance si se establecen daños a la íntegridad física, se debería
tener una tendencia unificadora para que eljuez establezca los
daños".

El Dr. Samuel Sánchez Melgarejo señala que "una primera postura


es que se debe establecer una tabla mínima resarcitoria, monto
determinado para cada caso, la cuantificación del quantum im-
plica un cambio de aptitud porque no hay una norma especial,
no es necesaria tener tablas resarcitorias".
La Dra. Diana Rodríguez Chávez, "nos parece necesario que se
fijen estándares, hasta que punto se ha causado incapacidad y
sobre eso aplicar el criterio discrecional, siempre se va a tomar
en cuenta el criterio discrecional".
La Dra. Lucía Deza Sánchez, señala que "merece resaltar el tema
a tratar como un compromiso a la defensa de la vida humana y
con la responsabilidad que nos corresponde. Ello no nos exime
a avocarnos de ninguna manera a estándares mínimos, pues no
están suficientemente protegidos, no hay norma específica. Es
necesario contemplar patrones mínimos por los daños causados
por accidente trabajo y enfermedades profesionales".
El Dr. Juan Luis Alegría Hidalgo, sostiene que "las empresas
aseguradoras aplican tablas referenciales no obligatorias y se
pueden adecuar monto conforme al daño ocasionado".
El Dr. Raúl Rodríguez Soto de la Corte Suprema del Santa, sostiene
que "de acuerdo a las ponencías es para establecer el quantum
económico, cual es ese estándar.El quantum se debe establecer
en cada cado en concreto".
VOTACIÓN: Concluido el debate plenario, el Presidente de la Comi-
sión de Actos Preparatorios, el Dr. Marco Antonio Pérez Ramírez, invitó a
los señores Vocales Superiores Particípantes a emitir su voto respecto a
las dos posiciones propuestas, siendo el resultado el siguiente:
Por la posición número 01: total de 19 votos.
Por la posición número 02: total de 0B votos.
Abstencíones: 03 votos.

892
PrENos fuRrsorccloNeres Lesonetns

¿cuALES SoN tos cRlTERlos PARA $ANT|FICAR tOS DAÑ05


y PERJUtq0s DER|VAD0S DE UNA
ENTERMEDAD PROFESIONAT?

Primera ponencia Deben establecer estándares 0 patr0nes cuantitativos uniformes que sirvan
como base para el e(ablecimiento de una indemnización por daños y per-
juicios derivados de un accidente de trabajo o de una enfermedad profesio-
nal, en la generalidad de los casos.

Segunda ponencia No es posible establecer patrones o unidades de referencia para efablecer


el quantum de la indemnización por daños y perjuicios derivados de un acci-
dente de trabajo o de una enfermedad profesional, sino que queda al criterio
del juez el monto de efa.

(onclusión plenaria Deben establecerse efándares o patrones cuantitativos uniformes que sir-
van como base para el establecimiento de una indemnización por daños y
perjuicios derivados de un accidente de trabajo o de una enfermedad profe-
sional, en la generalidad de los casos.

Se agrega, además, que siempre se deben respetar las facultades discrecio-


nales del órgano jurisdiccional para caso con(reto conforme a los factores
de atribución.

5e precisa además que debe tratarse de criterios evaluativos que el juez ten-
drá en cuenta para efectos de reparación del daño

3. CONCLUSIÓN PLENARIA: El Pleno adoptó por MAyORIA La


ponencia número uno que enuncia lo siguiente:
"Deben establecerse estándares o patrones cuantitativos uni-
formes que sirvan como base para el establecimiento de una
indemnización por daños y perjuicios derivados de un accidente
de trabajo o de una enfermedad profesional, en la generalidad
de los casos.
Se agrega, además, que siempre se deben respetar las faculta-
des discrecionales del órgano jurisdiccional para caso concreto
conforme a los factores de atribución.
Se precisa además que debe tratarse de criterios evaluativos
que el juez tendrá en cuenta para efectos de reparación del
daño".

893
Oxer Vicron Ávelos J,+nn

TEMA NO 2
JORNADA ESTRAORDINARIA
DE TRABAJO DE CHOFERES

¿5E ENCUENTRAN LOS CHOFERES EXCLUIDOS DE LA JORNADA


MAXIMA LEGAL, sEGÚN LoS SUPUESToS CoNTENIDoS EN EL ARTÍCULO
50 DEL DECRETO SUPREMO N'OO7-2002-TR, TEXTO ÚruICO ORDENDADO
DEL DECRETO LEGISLATIVO NO 854, LEY DE JORNADA TRABAJO, HORARIO
Y TRABAJO EN SOBRETIEMPq MODIFICADO POR LA LEY NO 27671?

Primera ponencia
Los choferes están excluidos de la jornada máxima legal por encon-
trarse en los supuestos de falta de fiscalización inmediata y por intermi-
tencia de los servicios.

Segunda ponencia
Existen algunas situaciones de hecho que determinan que en casos
particulares los choferes no se encuentran excluidos de la jornada máxima
legal; ello por cuanto los adelantos tecnológicos (sistema de posiciona-
miento global - GPS, entre otros) permiten una fiscalización dírecta y
constante de su empleador, y su tiempo de descanso en la prestación de
la jornada debe consíderarse como efectivamente trabajado en aplicación
del Convenio OIT No 67.
1. GRUPOS DE TRABAJO: en este estado, el Dr. Eduardo Pache-
co Yépez, Miembro de la Comisión de Actos Preparatorios,
concede el uso de la palabra a los señores magistrados rela-
tores de cada grupo de trabajo a fin de que den lectura a las
conclusiones arribadas preliminarmente, conforme se detalla
a continuación:
A. Grupo No 01: por unanimidad:"voto por la segunda ponen-
cia en el extremo que ex¡sten algunas situaciones de hecho
que determinan que en casos particulares los choferes no
se encuentran excluidos de la jornada máxima legal; pero
hacemos una acotación que no nos parece que se incluya
el resto de la ponencia, porque los adelantos tecnológicos
a que se hacen mención no son la única razón que justifica

894
PrExos |unrsorccroNer-¡s L¡soneLEs

esta ponencia existiendo otros como por ejemplo: la forma


de prestación de labores, la extensión de las rutas o destinos,
el grado de especialización de los choferes, entre otros, lo
que se tendría que evaluar en el caso concreto".
B. Grupo N" 02: por unanimidad: "se adopta la segunda
postura teniendo en cuenta que si bien es verdad, en
general, las labores cumplidas por los choferes no suelen
estar sujetas a una fiscalización inmediáta, en la actualidad
y teniendo en cuenta las innovaciones tecnológicas en la
actividad del transporte es posible que el empleador pu-
diera introducirla".
C. Grupo N" 03: por unanimidad el grupo se encuentra de
acuerdo con la segunda ponencia, respecto a que de los
Convenios Nos 67 y 153 de la OIT se desprende que, en prin-
cipio, los choferes tienen una jornada máxima, pero dado los
múltiples casos, puede darse la situación de excepción de
la jornada por no darse la fiscalización directa y constante.
Se hace presente, además, que puede darse el caso de la
jornada acumulativa, esto es cuando los choferes transitan
largas distancias [sic.] puede cumplirse la jornada semanal en
dos o tres días, correspondiendo jornada extraordinaria por
el exceso.
D. Grupo N" 04: por unanimidad acordaron: "los choferes no se
encuentran excluidos de la jornada máxima legal y el tiempo
de descanso en la prestación de la jornada debe considerarse
como efectivamente trabajado en aplicación del Convenio de
la OIT No 67, que es parte de nuestro ordenamiento jurídico
interno en virtud del artÍculo lll y fla Cuartal Disposición
Transitoria y Final de la Constitución".
E. Grupo N" 05: por unanimidad se adhieren a la segunda
postura.
2. DEBATE: luego de leídas las conclusiones arribadas por los
señores magistrados relatores de los grupos de trabajo, el Dr.
Eduardo Pacheco Yépez concede el uso de la palabra a los se-

B9s
Ox.qr Vícron Áveros hu

ñores magistrados relatores a fin de que expongan al pleno las


conclusiones arribadas.
Concluida dicha etapa por unanimidad se adhieren a la segunda
postura.
3. VOTACIÓN: el doctor Marco Antonio Pérez Ramírez invitó a los
señores Vocales Superiores participantes a emitir su voto con
relación a las posiciones antes descritas, siendo el resultado el
siguiente:
Por la primera postura: total de 00 votos.
Por la segunda postura: total de 30 votos.
4. CONCLUSIÓN PLENARIA: el pleno adoptó por UNANIMIDAD
la segunda postura que enuncia lo siguiente:
Existen algunas situaciones de hecho que determinan que en
casos particulares los choferes no se encuentran excluidos de la
jornada máxima legal; ello por cuanto los adelantos tecnológicos
(sistema de posicionamiento global - GPs, entre otros) permiten
una fiscalización directa y constante de su empleador;y su t¡empo
de descanso en la prestación de la jornada debe considerarse
como efectivamente trabajado en aplicación del Convenio OIT
No 67.

¿sE ENCUENTRAN tOS CHOFERTS EXCLUIDOS DE tA JoRNADA MAXIMA IEGAL, sEGÚN Los SUPUES-

TO5 CoNTENIDOS EN Et ARTfCU[O 5" DEL DE(RETO SUPRTMO N. OO7.2tltl2-TR, TEXTO U}'IICO OR.

DENDADO DEL DECRETO TEGISTAT¡VO N" 854, IEY DE JORNADA TRABAJO, HORARIO Y TRABAJO EN
SOBRETIEMPO, MODIFICADO POR IEY N" 2767I?

Primera ponencia Los choferes están excluidos de la jornada máxima legal por encontrane en los

supuef os de falta de fiscalización inmediata y por intermitencia de los servicios.

Segunda ponencia Existen algunas situaciones de hecho que determinan que en casos particulares

los choferes no se encuentran excluidos de la jornada máxima legal; ello por


cuanto los adelantos tecnolóqicos (sistema de posicionamiento global - GPS,

entre otrot permiten una fiscalización directa y constante de su empleador, y


su tiempo de descanso en la prestación de la jornada debe considerarse como

efectivamente trabajado en aplicación del Convenio 0lT No 67.

896
PraNos )unrsotccloxetEs L¡,soReLss

(onclusión plenaria Existen algunas situaciones de hecho que determinan que en casos particulares

los choferes n0 se encuentran excluidos de la jornada máxima legal; ello por


cuanto los adelantos tecnológicos (sistema de posicionamiento global - GPS,
entre otros) permiten una fiscalización directa y (onstante de su empleado¡ y
su tiempo de descanso en la prestación de la jornada debe considerarse como

efectivamente trabajado en aplicación del [onvenio 0lT N' 67.

TEMA N" 3
TRANSACCIÓN JUDICIAL

¿PROCEDE LA TRANSACCIÓN JUDICIAL, COMO FORMA DE CONCLU-


SIÓN ANTICIPADA DEL PROCESO LABORAL, EN AQUELLOS CASOS DONDE
5E DISCUTEN DERECHO DISPONIBLES?
Primera ponenc¡a
La transacción en sede laboral solo es posible a través de la excep-
ción respectiva, la cual será apreciada por el juez, atendiendo al principio
de irrenunciabilidad de derechos y las circunstancias que rodean dicha
transacción.
Segunda ponencia
Es un proceso laboral es procedente la transacción judicial, por
aplicación supletoria del Código Procesal Civil.

¿LOS DERECHOS IRRENUNCIABLES SON solo AQUELLOS REco-


NOCIDOS A NIVEL CONSTITUCIONAL Y LEGAL O TAMBIEN ALCANZA
A LOS PROVENIENTES DE LA CONVENCIÓN COLECTIVA DE TRABAJO?

Primera ponencia
La irrenunciabilidad de los derechos reconocidos al trabajador alcanza
únicamente a los dispuestos en la Constitución y la ley según lo dispuesto
por el artículo 26o, inciso 2 de la Constitución Política.

Segunda ponencia
La irrenunciabilidad de los derechos, además de los reconocidos
en la Constitución y la ley, también alcanza a aquellos expresamente

897
Ox¡.r VÍcron Averos hne

reconocidos por la convenc¡ón colectiva de trabajo, siempre que tenga


naturaleza indisponible, al no existir disposición constitucional ni legal
que lo impida.
1. GRUPO DE TRABAJO: en este estado, el Dr. Eduardo Pacheco
Yépez, miembro de la Comisión de Actos Preparatorios, asume
la dirección de la mesa de honot concede el uso de la palabra
a los señores magistrados relatores de cada grupo de trabajo a
fin de que den lectura de las conclusiones arribadas preliminar-
mente, conforme se detalla a continuación:
A. Grupo N" 01: a la primera pregunta: se arribó a la siguiente
conclusión por MAYORIA: "nos inclinamos por la primera
ponencia, esto es, que la transacción en sede laboral solo
es posible a través de la excepción respectiva, la cual será
apreciada por eljuez, atendiendo al principio de irrenuncia-
bilidad de derechos y las circunstancias que rodean dicha
transacción. A la segunda pregunta: se arribó a la siguiente
conclusión por MAYORIA: "nos inclinamos por la segunda
ponencia, esto es, la irrenunciabilidad de los derechos, ade-
más de los reconocidos en la Constitución y la ley también
alcanza a aquellos expresamente reconocidos por la con-
vención colectiva de trabajo, siempre que tenga naturaleza
indisponible, al no existir disposición constitucional ni legal
que lo impida".
B. Grupo No 02: a la primera pregunta: se arribó a la siguiente
conclusión por UNANIMIDAD: se adopta la segunda postura:
"en un proceso laboral es procedente la transacción judicial,
por aplicación supletoria del Código Procesal Civil, atendiendo
que si el artículo 23o de la Ley Procesal de Trabajo ha estable-
cido la posibilidad que la transacción pueda ser deducida en
vía de excepción, por iguales o mayores razones la transacción
puede ser propuesta en el curso del proceso (transacción
judicial) teniendo en cuenta que es en este donde la tran-
sacción tendría -incluso- mayores garantías, ya que eljuez al
calificarla debe consíderar la irrenunciabilidad, disponibilidad
o indisponibilidad de los derecho laborales controvertidos. A
la segunda pregunta se arribó a la siguiente conclusión por

898
PrENos fumsorccroNerns LRsoRA.L¡s

UNANIMIDAD: que se debe adoptar la segunda ponencia que


expone: "la irrenunciabilidad de los derechos, además de los
reconocidos en la Constitución y la ley, también alcanza a
aquellos expresamente reconocidos por la convención colec-
tiva de trabajo, siempre que tengan naturaleza indisponible,
al no existir disposición de la Constitución Política, si bien es
c¡erto no señala expresamente la protección de los beneficios
y derechos laborales provenientes de los convenios colectivos,
sin embargo, esta norma constitucíonal tampoco prohíbe la
irrenunciabilidad de estos derechos reconocidos por la norma
convencional; pues estas contienen cláusulas normativas y de
acuerdo con la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo deben
interpretarse como leyes, incluso la doctrina ha establecido
que el convenio colectivo (cláusula normativa) es fuente por
antonomasía del Derecho.
C. Grupo No 03: a la primera pregunta: por unanimidad se
arribó a la siguiente conclusión: "nos adherimos a la primera
ponencia en el sentido que la transacción en sede laboral
como forma anticipada de conclusión del proceso debe ser
alegada vía excepción conforme lo regula la Ley Procesal de
Trabajo.
Ahora bien, si la pregunta se orienta al caso que se peticione
la conclusión del proceso por transacción extrajudicial, el juez
igualmente deberá revisar que los términos de la transacción
no afecten derechos indisponibles". A la segunda pregunta se
arribó a la siguiente conclusión por unanimidad, respecto a
que "los derechos provenientes de cláusulas normativas del
convenio colectivo también están protegidas por el principio
de irrenunciabilidad de los derechos laborales de los traba-
jadores".

D. Grupo N" 04: a la primera pregunta: por unanimidad: "la


transacción en sede laboral solo es posible a través de la
excepción respectiva, la cual será apreciada por el juez
atendiendo al principio de irrenunciabilidad de derechos
y las circunstancias que rodean dicha transacción respe-
tando los principio que inspiran al derecho laboral como

899
Ox¡.1 VícroR Áveros Inne

el principio tuitivo, el principio de primacía de la realidad


entre otros". A la segunda pregunta: se arribó a la siguiente
conclusión por UNANIMIDAD: "La irrenunciabilidad de los
derechos, además de los reconocidos en la Constitución y la
ley, también alcanza a aquellos expresamente reconocidos
por la convención colectiva de trabajo, siempre que tenga
naturaleza indisponible, al no existir disposición constitu-
cional ni legal que lo impida".
E. Grupo N" 05: a la primera pregunta: por unanimidad a la
primera ponencia: "solo es posible la conclusión anticipada
del proceso laboral por vía de excepción de transacción
en la que el juez verifique que no se afecte el principio de
irrenunciabilidad de derecho del trabajador". A la segunda
pregunta: por unanimidad a la segunda ponencia: "la con-
vención colectiva de trabajo y referidos a los derechos con
naturaleza indisponible se encuentra establecido en el inciso
2 del artículo 26" de la Constitución".
2. DEBATE: El Dr. Marco Antonio Pérez Ramírez, Presidente de la
Comisión de Actos Preparatorios, previa lectura de las conclusio-
nes arribas, por parte de los señores magistrados relatores de
los grupos de trabajo, concede el uso de la palabra a aquellos
magistrados participantes que deseen formular algún aporte
adicional a las ya expuestas. Respecto a la primera pregunta se
abre el debate.
El Dr. Juan de la Cruz Ríos, quien señala que es una trans-
cripción a excepción de la palabra "solo". ¿Qué garantías se
rompen si admitimos que en el curso del proceso las partes
pueden llegar a una conclusión? La transacción genera mayores
garantías. La segunda posición se desarrolla sin descartar la
primera, es el juez quien va a medir la transacción respecto
a la irrenunciabilidad, teniendo en cuenta la transacción al
interior del proceso.
El Dr. Víctor Castillo León, señala que realmente hay una gran
importancia en el tema de la transacción judicial y extrajudicial,
detrás de todo esto hay un tema de fondo que es la aceptación

900
Prnuos ]unrsorccloNetEs LenoRnLps

que t¡ene la conciliación y el desprestigio de la transacción tanto


en el derecho laboral y el proceso laboral. La Ley Procesal del
Trabajo excluyó a la transacción de las formas de conclusión
del proceso. En el año 2007, el Pleno Casatorio resolvió que la
transacción extrajudicial tiene la calidad de cosa juzgada. Los
trabajadores que arriban a una transacción extrajudicial ya no
tendrían derecho a una tutela jurisdiccional.
Acto seguido, ninguno de los magistrados solicita la palabra
respecto a la segunda pregunta por lo que se da por aprobado
por unanimidad
3. VOTACIÓN: Se invita a los señores vocales superiores participantes
a emitir su voto respecto a cada una de las posturas propuestas,
siendo el resultado el siguiente:
Primera pregunta:
Por la primera posición: total de 20 votos.
Por la segunda posición: total de 09 votos.
Segunda pregunta:
Por la primera posición: total de 00 votos.
Por la segunda posición: total de 29 votos.
4. CONCLUSIÓN PLENARIA: respecto a la primera pregunta, el
Pleno adoptó por MAYORIA la primera ponencia que enuncia
lo siguiente: "la transacción en sede laboral solo es posible a
través de la excepción respectiva, la cual será apreciada por el
juez, atendiendo al principio de irrenunciabilidad de derecho y
las circunstancias que rodean dicha transacción".

Respecto a la segunda pregunta, el Pleno por unanimidad


adoptó la segunda ponencia: "la irrenunciabilidad de los de-
rechos, además de los reconocidos en la Constitución y la ley
también alcanza a aquellos expresamente reconocidos por la
Convención colectiva de trabajo, siempre que tenga naturaleza
indisponible, al no existir disposición constitucional ni legal que
lo impida".

901
Ox¡.1 VÍcron Áveros J¡ne

¿pR0(EDE tA TRANSACCIÓN JUDICIAL, C0M0 t0RMA DE C0NCLUSIÓN ANTICIPADA DEt


PR0CE50
LABORAL, TN AQUETTOS CASOS DONDE SE DIs(UTEN DERECHO D¡SPONIBLES?

Primera ponencia La transacción en sede laboral solo es posible a través de la excepción respectiva,

la cual será apreciada por el juez, atendiendo al principio de inenunciabilidad de


derechos y las circunstancias que rodean dicha transacción.

Segunda ponencia Es un proceso laboral es procedente la transacción judicial, por aplicación


supletoria del (ódigo Procesal Civil.

Conclusión plenaria La transacción en sede laboral solo es posible a través de la excepción respectiva,

la cual será apreciada por el juez, atendiendo al principio de inenunciabilidad de


derecho y las circunstancias que rodean dicha transacción.

A NIVEL (0NSTITU(l0l¡At
¿105 DERE(H05 IRRENUNCIABtES 50N s0t0 AQUELLOS RE(0N0(lDOS
i trCnr o rnMatÉit AtmNZA A tos PRovENIENTES DE [A C0NvEN(lÓN (0tEfilvA DE TRABAJo?

Primera ponencia La irrenunciabilidad de los derechos reconocidos al trabajador alcanza


únicamente a los dispuestos en la Constitución y la ley según lo
dispuefo por el artículo 260, inciso 2 de la Constltución Política.

Segunda ponencia La inenunciabilidad de los derechos, además de los reconocidos en


la Constltución y la ley, también alcanza a aquellos expresamente
reconocidos por la convención colectiva de trabajo, siempre que tenga
naturaleza indisponible, al no existirdisposición constitucional ni legal
que lo impida.

(onclusión plenaria La inenunciabilidad de los derechos, además de los reconocidos en


la (onstitución y la ley, también alcanza a aquellos expresamente
reconocidos por la Convención colectiva de trabajo, siempre que tenga
naturaleza indisponible, al no existir disposición constitucional ni leqal
que lo impida.

902
PrENos JunIsuccIoN.qrns LRsonetns

TEMA N" 4
PAGO DE BENEFICIOS SOCIALES FRENTE A LA LEY N" 29299,
LEY DE AMPLIACIÓN DE LA PROTECCIÓN PATRIMONIAL Y
TRANSFERENCIA DE PARTICIPACIÓN ACCIONARIA DEL
ESTADO A LAS EMPRESAS AGRARIAS Y AZUCARERAS

¿LA LEY N" 29299 AL IMPEDIR EL COBRO INMEDIATO DE LAS ACREENCIAS


LABORALE5 BAJO LA PREMISA DE LA PROTECCIÓN PATRIMONIAL A LA QUE
SE ENCUENTRAN ESTAS SOMETIDAS AFECTA LA DISPOSICIÓN CONTENIDA EN
EL ARTÍCULO 24O DE LA CONSTITUCIÓN?

Primera ponencia
La Constitución, en su artículo 24o, establece como derecho del
trabajador que el pago de la remuneración y beneficios sociales tiene
prioridad sobre cualquier otra obligación del empleador; por ende, no
puede impedirse el cobro inmediato de las acreencias laborales a partir
de la dación de una ley.

Segunda ponencia
El reconocimiento como prioritario del pago de la remuneración y
beneficios sociales, no impide que la Ley No 29299 establezca un marco
de protección patrimonial para las empresas -agrarias azucareras que
cumplan con sus disposiciones, la misma que en su artículo 30 -tercer
párrafo-, dispone que en el cronograma de pagos a que estas empresas
se hayan somet¡das se prioriza el pago de las remuneraciones y beneficios
sociales de conformidad con el artículo 24o de la Constitución.
1. GRUPO DE TRABAJO: en este estado, el Dr. Eduardo Pacheco
Yépez, miembro de la Comisión de Actos Preparativos, con-
cede el uso de la palabra a los señores magistrados relatores
de cada grupo de trabajo a fin de que den lectura de las
conclusiones arribadas preliminarmente, conforme se detalla
a continuación:
A. Grupo No 01: por mayoría nos inclinamos por la segunda
ponencia esto es, "el reconocimiento como prioritario del
pago de la remuneración y beneficios sociales, no impide
que la Ley No 29299 establezca un marco de protección pa-

903
Oxet. VÍcron Ávelos |ene

trimonial para las empresas agrarias azucareras que cumplan


con sus disposiciones, la misma que en su artículo 30 -tercer
párrafo-, dispone que en el cronograma de pagos a que es-
tas empresas se hayan sometidas se prioriza el pago de las
remuneraciones y beneficios sociales de conformidad con el
artículo 24" de la Constitución".
B. Grupo N" 02: por unanimidad se arribó a la siguiente
conclusión expuesta en la primera ponencia que refiere:
"la Constitución en su artículo 24o establece como derecho
del trabajador que el pago de la remuneración y beneficios
sociales tiene prioridad sobre cualquier otra obligación del
empleador; por ende, no puede impedirse el cobro inme-
diato de las acreencias laborales a partir de la dación de
una ley".
c. Grupo N" 03: que concluyen en adherirse a la primera posi-
ción referida a que "la Constitución en su artículo 24o establece
como derecho deltrabajador que el pago de la remuneración
y beneficios sociales tiene prioridad sobre cualquier otra
obligacíón del empleador; por ende, no puede permitirse
el cobro inmediato de las acreencias laborales a partir de la
dación de una ley que contraria a los Fundamentos Nos 28,
29, 38 de la STC No 579-200-PA/TC, por referirse a criterios
interpretativos de aplicación inclusive a las causas en trámite.
El TC ha considerado justificando la medida de suspensión
de ejecuciones que ha tenido sucesivas prórrogas, pero in-
dicando este régimen de protección patrimonial vence el 31
de diciembre de 2008 y que cualquier prórroga significaría
una intolerable postergación de los efectos de una sentencia,
medida que ya no tendría justificación alguna".
D. Grupo No 04: se arribó a la siguiente conclusión por UNA-
NIMIDAD: a la primera ponencia: "la Ley N" 29299 vulnera el
artículo 24" de la Constitución que prescribe el derecho del
trabajador al pago de la remuneración y beneficios sociales
con prioridad sobre cualquier otra obligación del emplea-
dor. Además vacía de contenido el artículo i39o, incisos 2
y 3 de la Carta Fundamental que consagra el derecho a la

904
PrE¡¡os JunrsorccronRrEs LesoRnrps

tutela jurisdiccional efectiva, la santidad de la cosa juzgada


y el debido proceso, toda vez que vulnera el principio de
legalidad cuando desvía el procedim¡ento previamente es-
tablecido, e infringe el artículo 138o del mismo cuerpo de
leyes, que consagra la prevalencia de la Norma Constitucional
sobre cualquier otra norma de menor jerarquía. Debiendo
tenerse en cuenta el Fundamento No 28 de la Sentencia del
Tribunal Constitucional en el proceso No 579-2008-PA/TC de
fecha 5 de junio del 2008, que establece que una nueva
prórroga al plazo de protección patrimonial que vence el
31 de diciembre del 2008 por mandato de la Ley N" 28885
resulta nula ob ínitio por innecesaria, inútil e intolerable la
postergación de los efectos de una sentencia que no t¡ene
justificación".
E. Grupo N" 05: por unanimidad: "por cuanto la Ley N" 29299
que prorroga el beneficio de suspensión de las ejecuciones
judiciales a favor de las empresas agrarias azucareras atenta
contra el derecho deltrabajador respecto al pago de sus re-
muneraciones y beneficios sociales, de ahí que su ampliación
transgrede el derecho anteriormente mencionado permitien-
do una situación de incobrabilidad de manera permanente
generando una justificación injustificable y discriminadora a
las empresas beneficiadas".

2. DEBATE: el Dr. Marco Antonio Pérez Ramírez, Presidente de la


Comisión de Actos Preparatorios, luego de leídas las conclusiones
arribas por los grupos de trabajo, concede el uso de la palabra a
los magistrados participantes que deseen efectuar algún aporte
adicional a los ya vertidos por los señores magistrados relatores,
no habiendo ningún aporte adicional.
3. VOTACIÓN: el Dr. Eduardo Pacheco Yépez, miembro de la Co-
misión de Actos Preparatorios asume la dirección de la mesa
de honor y previa lectura de las posiciones propuestas al Pleno,
invita a los señores vocales superiores part¡cipantes a emitir su
voto, siendo el resultado el siguiente:
Por la primera postura: 24 votos.

905
Oxer VÍcron Áveros Jar.e

Por la primera postura: 24 votos.


Abstenciones: 01 votos
4. coNcluslÓn pleft¡RRIA: el Pleno adoptó por MAYoRIA la
primera postura que enuncia lo siguiente: "la Constitución, en
artículo 24o, establece como derecho deltrabajador que el pago
de la remuneración y beneficios sociales tiene prioridad sobre
cualquier otra obligación de empleador; por ende, no puede
impedirse el cobro inmediato de las acreencias laborales a partir
de la dación de una ley".

At IMPEDIR Et (08R0 |I¡MEDIATo DE tAs ACREENCIAS IAB0RAIES BAJo


¿tA tEY llo 29299,
I.A PREMISA DE tA PROTECCIÓN PATRIMONIAT A tA QUE SE ENCUENTRAN ESTAS SOMETIDAS,
AFEfiA LA DISPOSICIÓN CONTENIDA EN Et ARTÍOLO 24'DE [A CONSTITU(IÓII?

Primera ponencia La confitución en su artículo 240 establece como derecho del


trabajador que el pago de la remunención y beneficios sociales tiene
prioridad sobre cualquier otra obligación del empleador; por ende,
no puede impedirse el cobro inmediato de las acreencias laborales a
partir de la dación de una ley.

Segunda ponencia El reconocimiento como prioritario del pago de la remuneraciÓn


y beneficiossociales, no impide que la Ley No 29299 establezca
un marco de protección patrimonial para las empresas agrarias
azucareras que cumplan con sus disposiciones, la misma que en su
artículo 3o -tercer pánafo-, dispone que en el cronograma de pagos

a que estas empresas se hayan sometidas se prioriza el pago de las


remuneraciones y beneficios sociales de conformidad con el artículo
240 de la (onstitución.

(onclusión plenaria La Constitudón en artículo 240 establece como derecho del trabajador
que el pago de la remuneración y beneficios sociales tiene prioridad
sobre cualquier otra obligación de empleador; por ende, no puede
impedirse el cobro inmediato de las acreencias laborales a partir de
la dación de una ley.

906
PrENos JunrsntcctoNalrs Lnnoutrs

TEMA N.5
EL DESPIDO FRAUDULENTO
QUE REQUIERE PRUEBA

¿PROCEDE TRAMTTAR EN LA VfA ORDINARIA LABORAL, CON LA


FINALIDAD DE LOGRAR EFECTOS RESTITUTORIOS, UNA PRETENSIÓN DE
DESPIDO FRAUDULENTO QUE REQUIERE PRUEBA?

Primera ponenc¡a
El despido fraudulento, que requiere prueba, no procede ser tramitado
en la vía del proceso laboral ordinario cuando tenga por finalidad obtener
un efecto restitutorio al ser esta vía únicamente para la consecución de
efectos resarcitorios.

Segunda ponencia
Es procedente tramitar en la vía del proceso ordinario laboral el des-
pido fraudulento que requiere prueba, con fines restitutorios, conforme
lo dispone la sentencia normativa emitida por el Tribunal Constitucional
correspondiente al Expediente N. 0206-2005-PA/TC.
1. GRUPO DE TRABAJO: En este estado, el doctor Marco Pérez Ra-
mírez, Presidente de la Comisión de Actos Preparatorios asume
la dirección de la mesa de honor y concede el uso de la palabra
a los señores magistrados relatores de cada grupo de trabajo a
fin de que den lectura de las conclusiones arribadas preliminar-
mente, conforme se detalla a continuación:
A. Grupo N" O1: por Mayoría se optó por la primera posición
que señala: "el despido fraudulento, que requiere prueba, no
procede ser tramitado en la vía del proceso laboral ordinario
cuando tenga por finalidad obtener un efecto restitutorio
al ser esta vía únicamente para la consecución de efectos
resarcitorios".

B. Grupo N" 02: por Mayoría la segunda posición: "por cuanto


eljuez ordinario laboral está facultado para conocer y resolver
las pretensiones del despido fraudulento con efecto restitu-
torio, por cuanto el tema probatorio no puede restringir la

907
Oxer VÍcron Áveros |ena

reposición del trabajador; más aún si se tiene en cuenta que


el primer nivel de los derechos fundamentales corresponde a
los jueces del Poder Judicial conforme al artículo 13Bo de la
Constitución. Por cuanto de no ser así se estaría vulnerando
el principio de igualdad constitucional, al darse el supuesto
que el trabajador despedido en forma fraudulenta sea re-
puesto por el Tribunal Constitucional y que otro trabajador
solo merezca la indemnización. Además que la ley otorga
adecuada protecc¡ón contra el despido, lo cuál sería materia
de verificación por eljuzgador al emitir pronunciamiento en
la vía ordinaria".
c. Grupo N" 03: por Mayoría la segunda ponencia: "es pro-
cedente tramitar en la vía del proceso ordinario laboral el
despido fraudulento que requiere prueba, con fines restitu-
torios, conforme lo dispone la sentencia normativa emitida
por el Tribunal Constitucional correspondiente al Expediente
No 0206-2005-PA/rC".

D. Grupo N" 04: por Unanimidad por la ponencia numero dos,


por que "es procedente tramitar en la vía del proceso ordi-
nario laboral el despido fraudulento, con fines restitutorios,
porque entendemos que la sentencia normativa emitida por
el Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No 0206-
2005-PA/TC, adiciona el despido fraudulento como causal
de nulidad de despido al artículo 29o del Decreto Supremo
003-97-TR".

E. Grupo N" 05: por Unanimidad la segunda ponencia por


el siguiente fundamento: "porque conforme lo establece
el Tribunal Constitucional, el primer nivel de protección de
los derechos fundamentales le corresponde a los jueces del
Poder Judicial a través de los procesos judiciales ordinarios,
siendo que en cuanto a la protección constitucional contra
el despido arbitrario, en el caso de lo prevista por el artículo
29o y 34o del Decreto Supremo N" 003-97-TR como figuras
sustantivas de protección del trabajador frente al despido, con
consecuencia restitutoria en el primer caso e indemnizatoria
en el segundo caso. Además, se han generado a través de la

908
PrrNos JuRlso¡ccroxar¡s L¡,¡oRnrrs

doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional el despido


incausado y el despido fraudulento con la consecuencia de
reposición; y respecto a la protección procesal se identifica en
el artículo 4o, inciso 2, literal a de la Ley Procesal de Trabajo
la competencia en la vía ordinaria laboral para conocer de
las pretensiones previstas en el artículo 29o y 34o del Decreto
Supremo N.003-97-TR, así como la correspondiente al despido
fraudulento".
2. DEBATE: el Dr. Eduardo Pacheco Yépez, miembro de la Comisión
de Actos Preparatorios, promueve el debate: teniendo en cuenta
las posiciones tomadas por los grupos de trabajo se procede a
la votación correspondiente, exonerándose del debate corres-
pondiente.
3. VOTACIÓN: el Dr. Eduardo Pacheco Yépez, miembro de la Comi-
sión de Actos Preparatorios, invita a los señores vocales superiores
participantes a emitir su voto, siendo el resultado el siguiente:
Por la primera postura: B votos.
Por la segunda postura: 24 votos.
Abstenciones: 0 votos.
4. CONCLUSIONES DEL PLENO: el pleno adoptó por MAYORIA la
segunda Posición que señala lo siguiente: "es procedente tramitar
en la vida del proceso ordinario laboral el despido fraudulento
que requiere prueba, con fines restitutorios, conforme lo dispone
la sentencia normativa emitida por el Tribunal Constitucional
correspondiente al Expediente N" 0206-2005-PA/TC".

Chiclayo. 6 de junio de 2009.

s.5.
MARCO ANIONIO PÉREZ RAMÍREZ
EDUARDO ATONsO PACHECO YÉPEZ
IRANCISCO CUNYA (ELI
JUAN MANUET ATVAN RtVAs
PERCY ETMER tEÓN DÍOS

909
Oxar VÍcron Averos J¡.na

¿PR0(EDE TRAM¡TAR EN t-A VfA 0RDINAR|A LA80RA[, CoN LA F¡NAL¡DAD DE I0GRAR EFECT0S
RESTITUTORIOS, UNA PRTTENSIÓH OT OTSPIOO TRAUDUI.TNTO QUE REQUIERE PRUEBA?

Primera ponencia El despido fraudulento, que requiere prueba, no procede ser tramitado
en la vía del proceso laboral ordinario cuando tenga por finalidad
obtener un efecto restltutorio al ser esta vÍa únicamente para la
consecución de efectos resarcitorios.

Segunda ponencia Es procedente tramitar en la vía del proceso ordinario laboral el despido
fraudulento que requiere prueba, con fines restitutorios, conforme lo
dispone la sentencia normativa emitida por el Tribunal (onstitucional
conespondiente al Expediente N0 0206-2005-PA/ÍC.

ftnclusión plenaria Es procedente tram¡tar en la vida del proceso ordinario laboral el

despido fraudulento que requiere prueba, con fines restitutor¡os,


conforme lo dispone la sentencia normativa emitida por el Tribunal
Constitucional conespondiente al Expediente No 0206-2005-PAnC.

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9rB
Cor,nsoneRoN DE MANERA
IMPORTANTE CON ESTA OBRA:

Junri Penlo Aculmn Leonón on Gunvml


Abogado por la Pontiñcia Universidad Católica del Peni
Con estudios de Meestría con mención en Derecho Constitucional
y Derechos Humanos en la Unid¡d de Postgrado de la
Unive¡sidad Nacional Mayor de San Marcos'

JosÉ LuIs G¡,venru V¡¡wtl


Abogado por la Universidad de San I{anín de Porres.
Ex Catedrático de Derecho P¡ocesal Civil en
la Universidad Inca Garcilaso de la !'ega.

R¡úl Eoumno MUcHA Gmcfl


Bachiller en Dere cho por la Unive¡sid¿d Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM)'
Miembro del Taller de Estudios Laboreles y de la Seguridad Socid Jean-ClaudeJavillier"
de la mencionada casa de estudios. Adjunto de docencia en el curso Derecho lndividual del Trabajo
en la Facultad de Derecho de la UNMSM. Adjunto de docencia en el curso De¡echo Laborel del
Diplomado en Gestión de Recu¡sos Humanos en la Facultad de lngeniería Industrial de le UNMSM.

Josú LuIs Or.{nor¡ VÁsqunz


Abogado por la Pontificia Universided Católica del Peru.
Magister en AsesoríaJurídica de Empresas por la
Universided Carlos III de Madrid - España.
Este libro se ternúnó de
imprintir en la ciudad de Lima,
en el mes de mayo de 2012.

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