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terístico de la serie Washington®, fundamentos concisos y prácticos sobre las mejores estra-
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tegias de diagnóstico y tratamiento para diferentes áreas de conocimiento y ejercicio clínico.
PL
el fin de ayudar a perfeccionar las habilidades diagnósticas del lector, darle a conocer un
mayor número de opciones terapéuticas y ayudarle a mejorar los resultados del tratamiento.
Las secciones centrales tratan temas como la diabetes, la enfermedad tiroidea, y las alte-
raciones hipofisarias y óseas. Los capítulos sobre la obesidad, la vitamina D, los lípidos el
VIH/sida y los síndromes poliglandulares complementan los capítulos principales.
Características destacadas:
• Formato tradicional en viñetas para acceder a la información útil de forma rápida y objetiva.
M
• Contenido revisado y actualizado para reflejar los últimos hallazgos en la fisiopatología
y el tratamiento de los trastornos endocrinos.
• Presentación mejorada a dos colores para una mejor visualización de tablas, gráficos
e ilustraciones.
• Perlas clínicas destacadas en negritas, que transmiten información experta recogida
por clínicos de amplia experiencia.
SA
• Dosificaciones farmacologicas actualizadas, para mantenerse al día con las últimas
indicaciones y estándares.
• Nuevo capítulo sobre el manejo del paciente diabético en el hospital.
ISBN: 978-84-16004-94-2
MANUAL WASHINGTON®
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DE ESPECIALIDADES CLÍNICAS
Nefrología PL
3.ª EDICIÓN
Traducción
Dr. Juan Manuel Igea Aznar
Revisión científica
Mario Alberto Sebastián Díaz
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Médico adscrito al Servicio de Nefrología. Hospital Central Sur de Alta Especialidad PEMEX Picacho.
Ciudad de México, México.
Se han adoptado las medidas oportunas para confirmar la exactitud de la información presentada y describir
la práctica más aceptada. No obstante, los autores, los redactores y el editor no son responsables de los errores
PL
u omisiones del texto ni de las consecuencias que se deriven de la aplicación de la información que incluye,
y no dan ninguna garantía, explícita o implícita, sobre la actualidad, integridad o exactitud del contenido
de la publicación. Esta publicación contiene información general relacionada con tratamientos y asistencia
médica que no debería utilizarse en pacientes individuales sin antes contar con el consejo de un profesional
médico, ya que los tratamientos clínicos que se describen no pueden considerarse recomendaciones absolutas
y universales.
El editor ha hecho todo lo posible para confirmar y respetar la procedencia del material que se reproduce en
este
libro y su copyright. En caso de error u omisión, se enmendará en cuanto sea posible. Algunos fármacos
y productos sanitarios que se presentan en esta publicación sólo tienen la aprobación de la Food and Drug
Administration (FDA) para un uso limitado al ámbito experimental. Compete al profesional sanitario
averiguar la situación de cada fármaco o producto sanitario que pretenda utilizar en su práctica clínica, por lo
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que aconsejamos la consulta con las autoridades sanitarias competentes.
Edición en español de la obra original en lengua inglesa The Washington Manual of Nephrology Subspecialty
Consult, publicada por Wolters Kluwer Health
© 2012 by Department of Medicine, Washington University School of Medicine
Two Commerce Square
2001 Market Street
Philadelphia, PA 19103
ISBN edición original: 978-1-4511-1425-6
Composición: InVivo Proyectos Editoriales
Impresión: R.R. Donnelley-Shenzhen
Impreso en China
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Renal Division Renal Division
Washington University School of Medicine Washington University School of Medicine
St. Louis, Missouri St. Louis, Missouri
Ying Chen, MD
Clinical Fellow
Department of Internal Medicine
Renal Division
Washington University School of Medicine
St. Louis, Missouri
iii
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St. Louis, Missouri St. Louis, Missouri
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velocidad asombrosa, lo que hace que los médicos tengan dificultad para mantenerse actua-
lizados con los descubrimientos biomédicos, la información genética y los nuevos trata-
mientos que pueden afectar positivamente a la evolución de los pacientes. La serie de espe-
cialidades clínicas de los manuales Washington® aborda este reto, al ofrecer de manera
breve y práctica información científica actualizada para ayudar a los médicos en el diagnós-
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tico, las pruebas complementarias y el tratamiento de enfermedades médicas habituales.
Quiero expresar personalmente mi agradecimiento a los autores, entre los que hay
médicos de plantilla, asociados y visitantes en la Facultad de Medicina de la Universidad de
Washington y el Barnes-Jewish Hospital. Su compromiso con la asistencia de los pacientes
y la educación no tiene parangón, y sus esfuerzos y su habilidad en la compilación de este
manual se manifiestan en la calidad del producto final. En particular, quisiera expresar mi
agradecimiento a nuestros editores, los Drs. Steven Cheng y Anitha Vijayan, y a los editores
de la serie, los Drs. Katherine Henderson y Tom De Fer, que han trabajado incansable-
mente para producir otra sobresaliente edición de este manual. También quisiera agradecer
al Dr. Melvin Blanchard, director de la División de Educación Médica del Departamento
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de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, su consejo y sus
orientaciones. Creo que este manual de subespecialidad cumplirá el objetivo deseado de
ofrecer conocimientos prácticos que se pueden aplicar directamente a la cabecera del pa-
ciente y en el medio ambulatorio para mejorar la asistencia de los pacientes.
Victoria J. Fraser, MD
Titular de la cátedra Dr. J. William Campbell
SA
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El campo de la nefrología está cambiando rápidamente, a medida que nuevos avances
modifican el tratamiento de la lesión renal aguda (LRA), la insuficiencia renal crónica y el
trasplante renal. La LRA sigue siendo un problema potencialmente mortal en el paciente
hospitalizado, y en nuevos ensayos clínicos se ha abordado la utilidad del tratamiento de
depuración extrarrenal intensivo en la LRA. Las glomerulonefritis generan dificultades sig-
PL
nificativas al nefrólogo en su intento de tratar de manera eficaz al paciente y, al mismo
tiempo, intentar minimizar los efectos adversos del régimen terapéutico. Se han añadido
nuevos fármacos como terapias de inducción para reducir la incidencia de rechazo después
del trasplante renal. Recientemente se ha demostrado que el inicio temprano de la hemo-
diálisis no es beneficioso en pacientes con insuficiencia renal crónica.
El campo de la nefrología sigue siendo un área fascinante, difícil y estimulante de la
medicina interna. Los problemas electrolíticos y acidobásicos siempre plantearán un dilema
interesante y provocativo a los profesionales en formación y en ejercicio por igual. La emo-
ción que se siente al estudiar a un paciente con hiponatremia, o al estrechar el diagnóstico
diferencial para llegar a la etiología subyacente de la hipopotasemia, nunca cambia con el
M
tiempo, y esperamos trasladar nuestra pasión por la nefrología a estudiantes de medicina y
residentes, e inspirarles para que orienten su carrera hacia la nefrología.
Quisiéramos reconocer y expresar nuestro agradecimiento a los autores por todo el
tiempo y el trabajo que han invertido en esta publicación. También quisiéramos extender
nuestra gratitud a Katherine Henderson, MD, que nos ha dado orientaciones y consejos
sumamente útiles. Esperamos que el lector encuentre que esta publicación es una herra-
mienta relevante, informativa y útil para su práctica clínica cotidiana.
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Por último, aunque no por ello menos importante, quisiéramos expresar nuestro agra-
decimiento a nuestras familias (Vichu, Maya, Dev y nuestros padres) por su amor y su
apoyo.
A.V. y S.C.
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Colaboradores iii
Nota de la directora v
Prefacio vi
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1. El arte y la ciencia del análisis de orina 1
Biju Marath y Steven Cheng
PL
2. Evaluación de la función renal
Imran A. Memon
3. Biopsia renal 1 7
Imran A. Memon
9
4. Abordaje de la proteinuria 24
Peter J. Juran
M
5. Abordaje de la hematuria 31
Peter J. Juran
vii
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14. Nefropatía inducida por el contraste 163
Ethan Hoerschgen
Anitha Vijayan
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15. Terapia de remplazo renal en la lesión renal aguda
23. Nefrolitiasis 2 7 7
Raghavender Boothpur
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24. Tratamiento de la insuficiencia renal crónica 292
Nicholas Taraska y Anitha Vijayan
Apéndices
A. Fármacos que pueden producir insuficiencia renal 3 6 5
SA
PrinciPios GenerALes
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• La pérdida de la capacidad funcional renal en la insuficiencia renal terminal (IRT)
produce uremia y deterioro de la regulación de los líquidos y los electrólitos. Sin nin-
guna intervención, la IRT es inevitablemente mortal.
• Las opciones terapéuticas incluyen hemodiálisis (HD), diálisis peritoneal, trasplante y
tratamiento sintomático/paliativo. La HD es la forma más utilizada de tratamiento de
PL
sustitución de la función renal.
epidemiología
• De los 490 000 pacientes con IRT en Estados Unidos, . 300 000 están tratados actual-
mente con HD1.
○ Igual que la población general con IRT, la población tratada con HD es predo-
minantemente blanca (55 % blancos; 38 % negros; 4 % asiáticos; 3 % nativos
estadounidenses/otros), con una proporción ligeramente mayor de hombres
(54 %).
○ La diabetes es el diagnóstico de base más frecuente, seguida por hipertensión, glo-
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merulonefritis, y nefropatías congénitas y quísticas.
○ El mayor grupo etario de pacientes en HD está entre los 70 y los 79 años. Esto difiere
de la población general con IRT, cuya media de edad es de 58 años, lo cual refleja
una cohorte más joven y, en general, más sana a la que se realiza trasplante y diálisis
peritoneal.
• A pesar de los avances en la asistencia, la tasa de mortalidad en pacientes en HD es
elevada.
SA
■ Los pacientes en diálisis mayores de 65 años tienen una tasa de mortalidad siete
diAGnósTico
310
○○ Incluso con tratamiento médico temprano e intensivo, la diálisis puede llegar a ser
necesaria para aliviar los síntomas urémicos, los trastornos electrolíticos y la acumu-
lación de líquido debidos al deterioro del funcionamiento renal.
• La inmensa mayoría de los pacientes que precisan HD tiene nefropatías crónicas
con pérdida gradual, pero progresiva, del funcionamiento renal a lo largo del
tiempo.
○○ Los pacientes normalmente presentan síntomas urémicos, y necesitan iniciar la diá-
lisis, cuando el filtrado glomerular estimado disminuye por debajo de 10 ml/
min/1,73 m².3
○○ Los pacientes con comorbilidades significativas, en particular diabetes, pueden
requerir el inicio de diálisis en una fase más temprana, normalmente cerca de un
filtrado glomerular estimado de 15 ml/min/1,73 m2.
○○ Los síntomas urémicos se producen por la acumulación de metabolitos tóxicos,
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que ya no se eliminan de forma adecuada por el riñón, que se está haciendo insu-
ficiente.
■■ Esto se puede manifestar de diversas formas, como náuseas, vómitos, escaso
□□ Elevada hidrosolubilidad.
gena.
□□ Las siguientes sustancias se pueden eliminar con diálisis: barbituratos, bromuros,
T r ATA m i e n T o
modalidades de diálisis
• La elección de la modalidad de HD adecuada es una decisión importante que se debe
tomar teniendo en consideración tanto la preferencia del paciente como una evaluación
práctica de sus recursos y capacidades.
○ Las principales variables que diferencian las distintas modalidades son: localización,
independencia, duración y dosis acumulada de diálisis.
• La HD institucional intermitente es la forma más frecuente de HD.
○ Esta forma de HD habitualmente supone tratamientos tres veces a la semana, y cada
sesión dura en promedio 3-4 h.
○ Los pacientes reciben HD en una localización institucional, en la que personal bien
formado puede preparar y supervisar cada uno de los tratamientos. En los pacientes
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que inician la HD, ésta es, a menudo, la modalidad de elección para aclimatar a los
pacientes a una sesión de HD supervisada y controlada.
• La HD domiciliaria intermitente es similar a la HD institucional intermitente en
cuanto a la frecuencia y la duración de los tratamientos.
○ La diferencia fundamental es el lugar en el que se aplica, lo que da a los pacientes
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mayor libertad para poder realizar los tratamientos en su propio domicilio.
○ Se debe evaluar cuidadosamente el entorno domiciliario, y se debe poder adaptar el
suministro de agua y la electricidad al sistema de diálisis. Además, los pacientes de-
ben demostrar que tienen responsabilidad suficiente sobre sus tratamientos y capaci-
dad de canular sus propios accesos vasculares arteriovenosos con una técnica segura
y estéril.
• La HD diaria breve expone a los pacientes a tratamientos más frecuentes (por lo gene-
ral, seis veces a la semana), aunque cada sesión tiene una duración menor.
○ La dosis semanal acumulada de diálisis es similar a la que se obtiene con la HD in-
termitente. Sin embargo, dividir los tratamientos en ciclos frecuentes y más cortos
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puede prevenir las complicaciones intradialíticas, particularmente la hipotensión y
los calambres.
○ Esta modalidad se realiza predominantemente en el domicilio, aunque algunos cen-
tros institucionales pueden administrar tratamientos diarios.
• La HD nocturna es diferente, porque ofrece una mayor dosis acumulada de diálisis
cada semana.
○ Los pacientes que realizan HD nocturna en su hogar habitualmente tienen períodos
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• Hay tres tipos de acceso vascular para la diálisis: fístulas arteriovenosas (FAV), injer-
tos arteriovenosos (IAV) y catéteres de diálisis.
○ Las fístulas y los injertos son conductos vasculares que permiten el paso de un flujo
elevado de sangre. Se canulan en cada tratamiento de diálisis con dos agujas, una a
través de la cual se bombea sangre arterial hacia el dializador y otra a través de la cual
la sangre vuelve hacia el sistema venoso.
○ Los catéteres se colocan en una posición venosa central, normalmente en la vena
yugular interna, y la sangre fluye a través de conexiones luminales separadas para si-
mular la salida arterial y el retorno venoso. A continuación se describen las caracte-
rísticas especiales de cada uno de los tipos de acceso vascular.
• La FAV es la forma más deseable de acceso vascular. Se crea mediante la manipulación
quirúrgica de la vasculatura original del paciente.
○ Un cirujano vascular con experiencia la realiza con anestesia regional, y puede estar
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formada por una anastomosis laterolateral entre una arteria y una vena, o una
anastomosis de la zona lateral de la arteria a la parte terminal de la vena.
○ El objetivo es disponer de un punto de acceso vascular que permita la canulación
repetida con agujas de gran calibre y el paso de sangre a un flujo elevado necesario
para la diálisis. El flujo a través de una FAV es, en promedio, de 600-800 ml/min, y
con el IAV.
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debe poder mantenerse la permeabilidad a flujos de 200 ml/min.
○ Las complicaciones, como trombosis, infección y robo vascular, son menores que
○ La colocación de una FAV precisa visión de futuro, porque puede tardar 3-4 meses
en madurar. Además, puede no ser posible realizar una FAV adecuada si el paciente
no tiene una vasculatura sana. En particular, los pacientes con diabetes avanzada o
vasculopatía periférica pueden no tener vasos adecuados para la creación de una fís-
tula.
• El IAV se puede implantar en pacientes en los que no se puede crear una FAV.
○ En lugar de la vasculatura original del paciente, se coloca un injerto sintético
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(que muchas veces se realiza con politetrafluoroetileno) para la conexión arterio-
venosa.
○ Las tasas de permeabilidad a largo plazo son menores que las que se obtienen con
las FAV. Sin embargo, el IAV tiene algunas ventajas, como gran área superficial
para la canulación y menor tiempo de maduración, en el intervalo de 3-4 sema-
nas.
○ El caudal a través de un IAV es de habitualmente 1 000-1 500 ml/min, y se produce
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• El objetivo de la HD es remplazar las funciones básicas del riñón que se está ha-
ciendo insuficiente. Para acercarse al funcionamiento normal del riñón, la HD debe
eliminar los solutos urémicos, ajustar los electrólitos séricos y eliminar el líquido
acumulado.
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son responsables de la eliminación de potasio y la corrección de la acidosis meta-
bólica de la sangre.
○○ La ultrafiltración utiliza un gradiente de presión hidrostática para mover líquido
desde la sangre hasta el dializado que se va a desechar.
■■ La magnitud de la ultrafiltración se puede controlar con la máquina de diálisis.
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○○ La convección se basa en el principio de arrastre de solutos.
■■ Cuando el líquido se mueve desde la sangre hasta el dializado, el flujo de líquido
de la membrana de diálisis.
Prescripción de la diálisis
• La prescripción de la diálisis se debe adaptar a los objetivos específicos de conseguir una
eliminación adecuada de toxinas, mantener el equilibrio electrolítico y eliminar los
aumentos excesivos de líquido (tabla 25-1).
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Consecución de la adecuación de la diálisis: tiempo, flujo y elección del dializador
• En la HD crónica, la adecuación de la dosis de la diálisis se modela con dos fór-
mulas, Kt/V y tasa de reducción de urea. Ambas se pueden medir durante los trata-
mientos de diálisis y reflejan la depuración de la urea.
○○ Kt/V es un cociente que relaciona el volumen de plasma depurado (Kt) con el volu-
men de distribución de la urea (V).
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■■ Las directrices propuestas por la iniciativa Kidney Disease Outcomes Quality Initia-
Prescripción
Objetivo Variable habitual Comentarios
Adecuación Tiempo 3-4 h Se puede ajustar en
de la incrementos de 15 min
diálisis Frecuencia 3 veces/semana Se pueden añadir
(Kt/V . 1,2 tratamientos semanales
o TRU cuando hay grandes
. 65 %) volúmenes de
distribución
Dializador Variable según el Los dializadores de alta
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centro eficiencia tienen
mayores áreas
superficiales
Flujo 350-400 ml/min Injertos y fístulas AV:
sanguíneo 400-500 ml/min
PL Catéteres:
350-400 ml/min
Flujo del 500-800 ml/min Pocas ventajas de
dializado caudales del dializado
. 800 ml/min
hipocalcemia
[HCO3] en el 35-38 mEq/l Se puede reducir hasta
dializado 28 mEq/l en pacientes
alcalóticos
Sin embargo, muchas veces depende de la voluntad del paciente de quedarse para un
tiempo de tratamiento adicional.
○○ El flujo sanguíneo depende, en gran medida, del acceso vascular utilizado. La mayoría
de los injertos y fístulas permiten un flujo de sangre de 400-500 ml/min. Los catéteres
son menos predecibles y, en promedio, permiten flujos de 350-400 ml/min.
■■ Maximizar los flujos de sangre puede ser muy útil para conseguir los objetivos.
■■ Se debe evaluar a los pacientes con una dosis de la diálisis inadecuada y flujos
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flujo del dializado prescrito menor de 800 ml/min, aunque es poco probable que
el aumento del caudal más allá de 800 ml/min contribuya, significativamente, a
una mayor depuración.
○○ El tamaño del dializador se refiere a la cantidad de área expuesta entre la sangre y el
dializado.
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■■ También se puede usar una mayor área expuesta para mejorar la adecuación.
evitar la hipopotasemia.
■■ Una concentración de potasio en el dializado de 4 mEq/l es adecuada en pacientes
forma persistente.
■■ En los que tienen un potasio . 6,5-7,0 mEq/l o cambios en el ECG indicativos de
hiperpotasemia, puede ser necesario un baño con 0-1 mEq/l de potasio para una
corrección rápida. Sin embargo, esto puede producir una disminución rápida de
las concentraciones de potasio, por lo que las concentraciones séricas de potasio se
deben monitorizar cada 30-60 min.
■■ Es importante reconocer también que hay un rebote de las concentraciones de pota-
indican un consumo excesivo de agua libre en un paciente con una capacidad escasa
o nula de manejo renal del agua.
■■ Se puede tratar a la mayoría de estos pacientes mediante restricción de líquidos.
dializado debe estar entre 3 y 5 mEq/l por debajo de las concentraciones séricas.
○○ La mayoría de los preparados de dializado están disponibles con concentraciones de
Ca de 2,5, 3 o 3,5 mEq/l.
■■ Una concentración de calcio de 2,5 mEq/l es equivalente a una concentración de
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de Ca de 2,5 mEq/l.
■■ En pacientes con hipocalcemia persistente, como aquellos en los que se ha realizado
○ En los pacientes que tienen aumentos pequeños de líquido entre sesiones de diálisis
sin edema, y que presentan hipotensión, mareo o calambres intensos, se debe plan-
tear un aumento del PSE.
○ En los pacientes que alcanzan su PSE habitual, pero que tienen edema o dificultad
respiratoria progresivos, se debe eliminar líquido hasta un PSE menor para evitar la
retención de volumen manifiesta.
Anticoagulación
• La heparinización durante la HD minimiza la coagulación del circuito de diálisis du-
rante el tratamiento.
○ La coagulación es particularmente problemática en pacientes con una hemoglobina
y hematocrito elevados, una tasa elevada de ultrafiltración y un flujo sanguíneo bajo
en la diálisis.
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○ En Estados Unidos, el fármaco más utilizado para prevenir la coagulación es la heparina
no fraccionada, aunque también se pueden utilizar heparinas de bajo peso molecular.
○ La heparina se puede administrar en forma de embolada de 1 000-2 000 U, seguida
por una infusión constante de 1 000-1 200 U/h.
○ De manera alternativa, tras la embolada inicial se pueden administrar emboladas de
de coagulación.
comPLicAciones
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manera intermitente según sea necesario para mantener los objetivos de los tiempos
■ Si hace falta una angioplastia más de dos veces en un período de 3 meses, se debe
nosis.
■ Se puede realizar una trombectomía para tratar la trombosis de un IAV, aunque
tiene poco éxito en las FAV. La trombosis de una fístula puede precisar la derivación
al cirujano que realizó el acceso vascular para una revaluación. Si es necesaria una
revisión quirúrgica extensa o la realización de una nueva fístula, el paciente puede
necesitar un catéter tunelizado como acceso vascular transitorio hasta que el nuevo
acceso vascular esté listo.
○ El flujo inadecuado en un catéter se puede deber a colocación inadecuada, torsión,
trombosis y estenosis venosa central.
para detectar una vaina de fibrina, que se puede extraer o romper mediante de-
nudación o angioplastia con balón.
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■■ La implantación de catéteres rígidos de un material distinto a la silicona, particular-
Máquina
de diálisis
■■ También puede producirse recirculación si la zona del retorno venoso está muy
cerca de la salida arterial.
■■ La corrección de la estenosis, la colocación correcta de la aguja y la recolocación de
los catéteres de diálisis son técnicas útiles para reducir la probabilidad de recircu-
lación en el acceso vascular.
• Infección:
○○ La infección es la segunda causa más frecuente de mortalidad en pacientes con IRT,
y su terapia es una parte importante del tratamiento de los pacientes en diálisis.
○○ Las infecciones en el punto de salida se identifican mediante los cultivos de la he-
rida en el sitio de salida de un catéter que presenta eritema y dolor a la presión.
■■ Los puntos de acceso vascular infectados se deben limpiar cuidadosamente, y se
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iniciar antibióticos intravenosos (i.v.).
■■ Si la secreción procede del propio túnel, se debe extraer el catéter.
gentamicina.
■■ El crecimiento en un hemocultivo, la determinación de la especie y la sensibilidad
var los catéteres únicamente con antibióticos. Sin embargo, como los pacientes
en diálisis precisan un acceso vascular frecuente para las sesiones de tratamiento,
algunos autores consideran que no es práctico extraer todos los catéteres8.
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□□ En un paciente estable que tenga una mejoría clínica rápida y que no tenga in-
tectar abscesos.
■■ Las infecciones extensas de los injertos pueden precisar la escisión parcial o com-
○○ Se puede seguir de forma conservadora a los pacientes que tengan síntomas leves,
como frialdad y parestesias.
○○ El dolor y la mala cicatrización de la herida precisan una evaluación quirúrgica,
y se considera que la pérdida motora o sensitiva es una urgencia quirúrgica.
○○ Los flujos elevados a través del acceso vascular también pueden ser problemáticos en
pacientes con enfermedad cardiovascular. Una insuficiencia cardíaca de gasto ele-
vado puede empeorar por la implantación de un IAV, y puede ser necesaria su liga-
dura para restaurar la estabilidad hemodinámica.
• Aneurismas y seudoaneurismas:
○○ Pueden producirse aneurismas y seudoaneurismas en fístulas e injertos, estimulados
por el traumatismo de la canulación repetitiva. En general, se pueden tratar me-
diante observación y evitando la canulación en la zona de la dilatación aneurismá-
tica.
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○○ Sin embargo, en pacientes que tengan aneurismas de crecimiento rápido, formación
inadecuada de una escara o hemorragia espontánea, se debe realizar con urgencia una
evaluación quirúrgica. La rotura de un aneurisma o un seudoaneurisma puede llevar
a la exanguinación rápida y a la muerte inminente.
PL
Complicaciones de la eliminación de la urea
• El síndrome de desequilibrio durante la diálisis se produce en respuesta a una reduc-
ción aguda de los solutos urémicos en pacientes con insuficiencia renal crónica.
○○ Habitualmente se ve después del inicio de la diálisis, cuando las prescripciones tera-
péuticas intensivas llevan a una reducción rápida de los solutos urémicos. Las células
que se han adaptado al entorno urémico pueden no ser capaces de responder rápida-
mente al gran cambio osmolal, lo que produce los síntomas del desequilibrio durante
la diálisis10.
○○ El síndrome se puede manifestar con náuseas, inquietud, confusión y, en los casos
más graves, convulsiones y coma.
M
○○ La prevención supone limitar el primer tratamiento de diálisis a una reducción de la
urea de no más del 30 % a fin de evitar un cambio importante de la concentración
de solutos.
• La uremia también contribuye a las náuseas, la desnutrición y el prurito.
○○ El diagnóstico diferencial de estos síntomas es amplio, aunque se debe prestar mucha
atención a la adecuación de la diálisis.
○○ También se puede producir prurito por trastornos asociados del metabolismo mine-
SA
Lesiones cutáneas
• La arteriolopatía calcificante urémica, previamente conocida como calcifilaxia, está
producida por la mineralización arteriolar y la consiguiente isquemia hística.
○○ Se han descrito varios factores que se piensa que favorecen el proceso subyacente de
mineralización ectópica, como elevación de las concentraciones de fósforo y paratirina,
y administración de fármacos que contienen calcio y del anticoagulante warfarina.
○○ Las lesiones muchas veces comienzan como lesiones eritematosas o lesiones nodula-
res subcutáneas que pueden ser muy dolorosas. La progresión a lesiones ulceradas
que no cicatrizan se asocia a una elevada tasa de mortalidad, especialmente cuando
tienen localización central.
calcio12.
■■ En pacientes con hiperparatiroidismo refractario o hipercalcemia e hiperfosfatemia
E
en dirección proximal, lo que lleva a contracturas articulares e inmovilidad progresiva.
○○ Las lesiones, generalmente, tienen una textura «leñosa». Todavía no se dispone de
opciones curativas.
○○ La exposición acumulada a medios de contraste con gadolinio se ha asociado a la
aparición de fibrosis sistémica nefrógena, por lo que se debe evitar, cuando sea posi-
PL
ble, en pacientes con IRT13. Si este estudio con contraste es necesario, la mayoría de
los autores están de acuerdo en que está justificada una sesión de HD inmediata-
mente después de la exposición al contraste14.
Reacciones al dializador
• Reacciones de tipo A:
○○ Se caracterizan por disnea intensa, prurito, dolor abdominal cólico y angioedema, y
se producen en los primeros 30 min de tratamiento.
○○ Previamente se habían atribuido al óxido de etileno utilizado para la esterilización de
los dispositivos, un dializado contaminado, alergia al látex, y bradicininas, particu-
M
larmente en pacientes que toman inhibidores de la enzima conversora de la angio-
tensina, además de la exposición a la membrana de diálisis AN69 15.
○○ El tratamiento de los cuadros sospechosos de ser una reacción de tipo A incluye finali-
zación de la diálisis, difenhidramina (25 mg i.v. para el prurito), oxígeno a demanda y
200 ml de suero salino normal en caso de hipotensión. No se debe devolver la sangre.
○○ Para prevenir las reacciones posteriores, se puede utilizar un esterilizador alternativo,
y los dializadores se deben lavar meticulosamente antes de su uso.
SA
• Reacciones de tipo B:
○○ Se caracterizan por dolor leve de espalda y tórax, y se producen en la primera hora de
la diálisis.
○○ Se puede intentar tratar los síntomas con oxígeno suplementario y antihistamínicos
a demanda. Los síntomas deben disminuir durante el resto del tratamiento.
○○ Como se desconoce la etiología de las reacciones de tipo B, también se desconocen
los métodos preventivos, aunque puede ser útil ensayar una membrana alternativa.
Complicaciones cardiovasculares
• La enfermedad cardiovascular es, con mucho, la principal causa de mortalidad en pa-
cientes con IRT. Como los pacientes tienen mayor riesgo cardiovascular, el dolor torá-
cico no se debe tomar a la ligera en las unidades de diálisis.
○○ Aunque debe mantenerse un elevado grado de sospecha de enfermedad coronaria, se
debe plantear un diagnóstico diferencial amplio en el que se incluyan causas osteo-
musculares, reacciones al dializador, enfermedad por reflujo y edema pulmonar.
○○ Cuando se sospeche angina, los pacientes deben recibir oxígeno nasal, se debe sus-
pender la ultrafiltración y se debe realizar un ECG, y se debe plantear la administra-
E
BiBLioGrAFÍA
1. National Institutes of Health, National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney
Diseases. U.S. Renal Data System, USRDS 2006 Annual Data Report, Bethesda, MD:
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