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(Cátedra Sulle)
Trabajo Práctico
(Grupo 8)
CONFERENCIA XX. LA VIDA SEXUAL HUMANA - FREUD
1. ¿Cómo se plantea la sexualidad desde el punto de vista cotidiano? ¿Por qué este sentido
práctico es insuficiente para estudiar científicamente la sexualidad humana?
En lo cotidiano de la época la sexualidad era planteada meramente como la oposición entre los
sexos, la ganancia de placer, la función de la reproducción y el carácter de lo indecoroso que debía
mantenerse en secreto. Freud considera a este sentido práctico insuficiente para la ciencia ya que
dentro de la sexualidad humana existen grupos de individuos cuya vida sexual se aparta de lo
impuesto en la cotidianeidad, tales reconocidos como homosexuales o “invertidos”. El autor hace
referencia a que estos últimos sólo pueden excitar sus deseos sexuales mediante aquellas personas
de su mismo sexo, renunciando así participar en la reproducción.
2. ¿Cómo clasifica a las perversiones? ¿Qué modalidades sexuales incluye en cada categoría?
¿En qué planos puede buscarse la satisfacción sexual?
Freud clasifica a las perversiones en dos categorías. La primera incluye a aquellos sujetos
perversos en los que se ha mudado el objeto sexual, es decir, los que renunciaron a la unión de los
dos genitales. Una de las modalidades son los sujetos que en el acto sexual sustituyen la unión
antes nombrada, con un compañero, por otra parte o región del cuerpo sobreponiéndose, de esta
forma, a la falta del dispositivo orgánico y al impedimento del asco. Otra de estas modalidades
también puede presentarse en aquellos en los que cuentan con los genitales pero no a causa de sus
funciones sexuales, sino de otras en las que participan de manera anatómica y motivo de
proximidad, por ejemplo la excreción. En tercer lugar nombra a aquellos que resignan por
completo como objeto los genitales, reemplazándolo por otra parte del cuerpo que es tomada como
objeto anhelado (un pie, una trenza). En cuarto lugar nombra a los fetichistas, quienes no se
interesan ni siquiera por una parte del cuerpo, sino que una pieza de indumentaria, tal como un
zapato o una ropa interior, logra llenarle todos los deseos. Por último refiere a las personas que
reclaman el objeto total pero haciéndoles determinadas demandas consideradas como raras u
horrendas, como la conversión a un cadáver inerme (indefenso), llevadas por una compulsión
criminal que les permite gozar.
La segunda categoría está constituida por los perversos que han establecido como meta de los
deseos sexuales lo que normalmente es sólo una acción preliminar y preparatoria. La primera
modalidad mencionada por el autor, es aquella en la que los sujetos anhelan mirar y palpar a la
otra persona o contemplarla en sus funciones íntimas. En segundo lugar los que desnudan las partes
pudendas (vergonzosas) de su propio cuerpo con la esperanza “oscura” de ser recompensados con
una acción idéntica del otro. En tercer lugar nombra a los sádicos cuya aspiración tierna no conoce
otra meta que infligir dolores y martirizar a su objeto, incluyendo muestras de humillación hasta
graves daños corporales. En cuarto lugar nombra a los masoquistas, aquellos a los que nombra
como correspondientes a los anteriores ya que su único placer es soportar toda clase de
humillaciones y martirios , tanto en forma simbólica como real, por parte de su objeto amado. Por
último, menciona que existen otros que unen y entrelazan distintas de estas categorías.
La satisfacción sexual puede encontrarse en la realidad, llevando a cabo las acciones, o en la
fantasía dónde no hace falta ningún objeto real, sólo se contentan con imaginarse esa satisfacción.
3. ¿Cómo define a los síntomas neuróticos? ¿Qué relación establece con las perversiones?
¿Dónde se sitúan en la neurosis las mociones sexuales perversas?
Freud define los síntomas neuróticos como aquellas satisfacciones sexuales sustitutivas, aquellas
que no coinciden con la genitalidad. La relación que establece con las perversiones es que la
satisfacción sexual sólo puede certificarse si se incluyen las necesidades sexuales de los perversos.
Los síntomas a interpretar con frecuencia sólo pueden comprender desde las perversiones.
En la neurosis las mociones sexuales perversas actúan en la formación de los síntomas. Estos
síntomas sirven para defenderse contra esos deseos perversos o expresan la lucha entre la
satisfacción y la defensa. Es decir, según Freud, los síntomas nos dirán que en la vida anímica de
los neuróticos existen en forma latente fantasías sexuales de carácter perverso que el neurótico no
tolera, recayendo sobre ellas un proceso represivo, satisfaciéndose de manera disfrazada en el
síntoma.
4. ¿Cómo llega el psicoanálisis a considerar la sexualidad infantil? ¿Cuáles son los riesgos de
homologar sexualidad con genitalidad y/o reproducción? ¿Por qué considera tendenciosa
esta confusión?
El psicoanálisis decide considerar la sexualidad infantil debido a que en el análisis de los síntomas
de los adultos, los recuerdos y ocurrencias por regla general reconducían a los primeros años de
infancia. Todas las inclinaciones perversas arraigan en la infancia, los niños tienen toda la
disposición a ellas y las ponen en práctica en una medida que corresponde a su inmadurez.
Al homologar la sexualidad con la genitalidad y/o reproducción se corre el riesgo de seguir
generando síntomas en los neuróticos debido a no poder llevar a cabo sus mociones sexuales
perversas. Estos seguirán luchando frente a prejuicios y mandatos sociales, teniendo que reprimir
sus perversiones y desarrollando síntomas en órganos que nada tienen que ver, en apariencia, con
la sexualidad.
Freud considera esta confusión tendenciosa ya que la sociedad, desde la influencia de la educación,
se hace cargo de dominar la pulsión sexual cuando aflora, restringirla y someterla a una voluntad
supuestamente individual, con el objetivo de seguir manteniendo el mandato social de
reproducirse. En caso de que esto no ocurriera, correría el riesgo de que la pulsión arrase con la
cultura ya establecida.
7. ¿A qué llama Freud investigación sexual infantil y qué las caracteriza? ¿Qué teorías
sexuales elabora el niño y por qué están determinadas?
Freud llama investigación sexual infantil, a la equiparación que lo aproxima tanto al
entendimiento de la sexualidad infantil como a los síntomas neuróticos.
Para Freud, las pulsiones sexuales se apuntalan en otras funciones que permiten la conservación
de la vida, como por ejemplo la función de alimentarse. Freud observa cómo el lactante succiona
el pecho y experimenta por primera vez una satisfacción beatifica, acontecimiento que querrá
repetir luego, incluso en el momento de haber saciado el hambre. El niño chupetea solo por placer,
sin estar bajo la impulsión del hambre, y a esta satisfacción el psicoanálisis la entiende como una
satisfacción sexual oral, que se realiza a través de la actividad del chupeteo y que luego puede
traducirse, por ejemplo, como un placer en comer, chupar, fumar, beber, no comer, todas ellas
satisfacciones sexuales sustitutivas. Entonces, la sexualidad infantil se apuntala en la satisfacción
de las necesidades orgánicas, encuentra los objetos de satisfacción en el propio cuerpo, por lo tanto
es autoerótica, y tiene una modalidad de satisfacción perversa-polimorfa, siendo estos los tres
rasgos esenciales que caracterizan a la sexualidad infantil.
El psicoanálisis produce una ruptura tanto con las concepciones más prosaicas como con las
biologicistas de la sexualidad, construyendo un concepto que abarca sus diferentes
manifestaciones en el ser humano, con sus relaciones recíprocas y también sus diferencias.