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Todos somos diferentes, pero iguales en nuestra humanidad, porque no dejamos llevar por lo
exterior y dejamos que esto nos impida ver que en la diferencia esta la riqueza de las personas.
Creo que, en la danza, o en cualquier expresión artística esta la invitación a que todos
participen desde su mismidad, alejándose de los estereotipos que pueblan las miradas entre
nosotros y ese “deber ser” coactivo.
4. Agregar y nombrar otros: sujetos, figuras, personas con las que "hoy bailaremos"
Exclusión
Desigualdad
Deshumanización
Naturalización de lo normal.
Prejuicios.
6. Escribir acerca de lo que les permite pensar el video sobre: sujetos, subjetividad,
identidades, relación con los otros, diversidad, diferencias.
Cuando pienso en estas palabras tan polisémicas y que, si o si necesitan del contexto
para especificar si significación, me surgen muchas dudas y preguntas: ¿Qué es la
subjetividad? Si comprendo por subjetividad, ese modo de ser y estar en el mundo,
que esta en constante construcción en una articulación entre el sujeto y las
formaciones sociales y discursivas, mediante prácticas expresivas que incluyen el
relato de nosotros mismos y de otros, ¿cómo interpretar estos relatos del sujeto ante
esos otros?
La noción de subjetividad se aleja de cualquier esencialismo para comprenderse como
históricamente determinada, siempre encarnada en un cuerpo y embebida en una
cultura intersubjetiva. Estamos, entonces, frente a formas cambiantes de ser y estar en
el mundo, fruto de límites y presiones específicas de una hegemonía cultural concreta,
que tanto da forma a los modos dominantes de ese ser y estar, como interactúa
dinámicamente con las alteraciones, resistencias y desafíos ejercidos por presiones que
no le son propias y, que, en esa dinámica, la modifican (Williams 2009).
- SEMINARIO DE EDUCACIÓN ESPECIAL – UNC 2021 -
PROF. SILVIA ORTÚZAR – ESTUDIANTE: ANA DEL MILAGRO HERRERA
DIARIO DE EXPERIENCIAS
Es por eso que, los conceptos propuestos sólo puedo comenzar a entenderlos
poniéndolos en interacción con otros y con el mundo y con sinnúmero de estereotipos
culturales para tratar de “salvarlos”, donde la experiencia subjetiva se altera “en un
juego por demás complejo, múltiple y abierto” (Sibilia 2008, 20). Es desde un análisis
de la subjetividad centrado en los elementos culturales que se hace posible examinar
los modos de ser y estar en el mundo que se desarrollan junto a las prácticas sociales.
…no hay posibilidad de afirmación de la subjetividad sin intersubjetividad, y, por ende,
toda biografía, todo relato de la experiencia es, en un punto, colectiva/o, expresión de
una época, de un grupo de una generación, de una clase, de una narrativa común de
identidad. (Arfuch 2010, 79)
Desde este enfoque, el proceso de subjetivación implica la identificación como una
construcción, es decir, un proceso nunca completado, una instancia condicional
basada en la contingencia, obedeciendo a una especie de lógica de más-de-uno ( o con
otro). Y dado que como proceso opera a través de la diferencia, conlleva un
reposicionamiento del trabajo discursivo desde donde nos “miramos” y “miramos” a
esos Otros con los que nos construimos…
A esta historización radical de las identidades, en proceso de permanente transformación, hay que comprenderla dentro del discurso: allí es donde las identidades son construidas, producidas dentro de formaciones y prácticas discursivas específicas, dentro del “juego de modalidades específicas de poder”, por lo que “son más el producto de la marcación de la diferencia y la exclusión, que signos de una unidad idéntica…” ( ibíd., 4).
En términos de Foucault, el sujeto es producido como un efecto a través y dentro del discurso, es decir, dentro de formaciones discursivas específicas. Para Hall, sin embargo, también es necesario atender a lo que pudiera de alguna manera obstaculizar o perturbar “la suave inserción de los individuos dentro de las posiciones de sujeto construidas por estos discursos” ( ibíd., 11). En otras palabras, para Hall no alcanza con que la Ley emplace, discipline y produzca, sino que, al mismo tiempo, debe haber una producción correspondiente de respuesta por parte del sujeto: así, es la resistencia lo que también debe ser teorizado.
En la propuesta de cátedra hay una fuerte discusión sobre los discursos y los que de
ellos emerge, como construyen identidades, teniendo a éste concepto como algo en
proceso de permanente transformación, entonces me propongo redefinirla y
comprenderla dentro del discurso: allí donde las identidades son construidas,
producidas dentro de formaciones y prácticas discursivas específicas, y me pregunto
una vez más ¿ qué rol tiene la escuela y las prácticas educativas que dentro de ella se
desarrollan en ese “juego específico de poder”, donde se producen o reproducen
lógicas de demarcación de la diferencia como déficit y la exclusión de aquellos
“distintos”?...para seguir pensando
En términos de Foucault, el sujeto es producido como un efecto a través y dentro del
discurso, es decir, dentro de formaciones discursivas específicas. En otras palabras,
para Skliar no alcanza con que la Ley emplace, discipline y produzca, sino que, al
mismo tiempo, debe haber una producción correspondiente de respuesta por parte de
los sujetos como tales.
3. Elaborar un glosario disparatado, con alguna clave que a cada unx les permita recordar con
intensidad algún sentido de esa noción.
❖ Lo pueden ir enriqueciendo en la medida que avancen con las lecturas de los textos
propuestos.
Identificaciones: Yo como construcción social, con una posición detentada con otros, y otros
conmigo y con lo social, en un tiempo y contexto determinado.
https://www.youtube.com/watch?v=-5jXIkjG0Tk&t=306s
Pistas de análisis:
¿Qué diferencia hay entre la tolerancia y la hospitalidad? ¿No somos todos otros?
Luego de la lectura del capítulo 3 del texto “Pedagogías de las Diferencias”, agregarle al
glosario disparatado nuevas nociones términos y conceptos
DIVERSIDAD: cómo una opción que consiste en sostener una idea poco atractiva y
decepcionante, la de generar una lista descriptiva, que ejemplifique y tipifique las
particularidades en todas sus versiones y variantes.
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PROF. SILVIA ORTÚZAR – ESTUDIANTE: ANA DEL MILAGRO HERRERA
DIARIO DE EXPERIENCIAS
Inclusión: ¿cómo algo que viene de lo externo a lo educativo?, tres cuestiones:
Llega para acabar con la normalidad, ya nadie podría ser excluido – porque todos somos
sujetos de derechos a la educación – y la enseñanza y aprendizaje se pondrían a disposición de
cada uno y de una.
Diferencias éticas:
no ser impunes cuando hablamos del otro y no ser inmunes cuando el otro nos habla
(83, Skliar)
la cuestión es indagar el en si mismo, el problema es el nosotros mismos, cada vez
que lo igual, lo común, lo normal son pronunciados como origen y centro del
universo (84, Skliar)
Personas sordas:
Una promesa que se sostiene en una esperanza de HOMEGENEIDAD, una UTOPÍA de una
igualdad final, pero que parte de un sinnúmero de desigualdades iniciales.
Normalidad como un artificio que solo puede verse alterado por la experiencia de la fragilidad.
Pensar la experiencia de la fragilidad supone invertir el entramado discursivo de la buena
normalidad y la mala anormalidad.
La normalidad como el centro de lo educativo y todo se debe acercar a eso como finalidad. La
normalidad como la clama de lo idéntico.
La normalidad como LA CUESTIÓN A PLANTEAR Y PENSAR, si bien se observa más flexible, pero
sujetadora de modos y tiempos de aprendizaje, modos y tiempos de enseñanza, modos y
tiempos de evaluación.
¿Que les sugiere el título del libro? Formulen algunos supuestos sobre cuáles serán los
principales sentidos que el autor quiere transmitir.
Lo normal como lo habitual y común, seleccionado como válido y lo anormal con ese desvío
descalificado del “deber ser”.
Las diferencias – que son entendidas aquí en términos de diferencias políticas y culturales –
ocupan un lugar central, considerándolas no sólo como atributos rígidos y esenciales, sino
productos históricos, culturales, que resultan siempre de (una consciencia de) relaciones de
poder.
Como sugiere Gabilondo (2001, p. 193): “la diferencia no se reduce a la diferencia de uno
consigo mismo, ni simplemente a la de uno con otro, sino que es la experiencia viva de una
irrupción – de la palabra y de la mirada – que es la que hace posible esas otras formas de la
alteridad (...)”.
Pluralizar al otro determina un espacio donde no hay más escapatoria que seguir siendo unos
otros cuya experiencia debe ser idéntica a sí misma, y así poder ser organizada, legitimada,
oficializada, nominada y comprendida por la mismidad.
El otro ya no es dato sino una perturbación de la mismidad, un “rostro” que nos sacude
éticamente. La irrupción del otro es lo que posibilita su vuelta; pero no irrumpe para ser
bienvenido o desquiciado, ni para ser honrado o denostado. Irrumpe en cada uno de los
sentidos en que la normalidad fue construida. No vuelve para ser incluido, ni para narrarnos
sus historias alternativas de exclusión. Irrumpe, simplemente, y en esa irrupción sucede lo
plural, lo múltiple, la diseminación, la pérdida de fronteras, la desorientación temporal, el
desvanecimiento de la propia identidad.
Somos, como dice Derrida, rehenes del otro, y no podemos tener relación con nosotros
mismos más que en la medida en que la irrupción del otro haya precedido a nuestra propia
ipsidad (Derrida, 2001, p. 51).
El otro fue alterizado y su alteridad fue puesta bajo la lupa de un proceso estadístico y
eugenésico, matemático y moral, físico y social. El otro fue alterizado y con ello gran parte
de su cuerpo quedó pulverizado, anatomizado, deshumanizado. El otro fue el otro de una
norma de la mismidad. Norma, que, por ser colonial, estableció discursos y prácticas,
espacialidades y temporalidades, que determinaron la producción de un otro deficiente, de
un otro anormal. (Skliar, 2002:23)
4. Cuáles fueron los discursos de poder que configuraron a “otro” al “diferente” como
deficiente.
Bauman (1996) señala que en las dicotomías cruciales para la práctica y la visión del orden
social el poder diferenciador se oculta como norma tras uno de los miembros de la
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oposición. El segundo miembro es el otro del primero, la cara opuesta – degradada,
suprimida, exiliada – del primero y su creación. Por eso, la anormalidad es lo otro de la
norma, la desviación es el otro de la ley a cumplir, la enfermedad el otro de la salud, la
barbarie el otro de la civilización, y así sucesivamente. En apariencia ambas caras dependen
una de la otra, pero la dependencia no es simétrica: “la segunda depende del primero para
su aislamiento forzoso. El primero depende del segundo para su autoafirmación” (ibid., p.
12).
6.Elaborar un nuevo epígrafe de sus autorías que refleje una reflexión sobre la
anormalidad y la normalidad
6.-Realicen una reflexión propia -provisoria, incompleta en borrador- pero que refleje lo que a
y si el otro estuviera en mi? Y si creáramos espacios para estar CON ese Otro desde una igualdad
creativa e innovadora donde el cuerpo no sea frontera y la mente no
repita siempre las mismas voces, las mismas cosas…
CLASE N°3
¿Qué tratamiento -histórico y actual- se hizo en la escuela sobre las diferencias? ¿Cómo
Construir lo común y la igualdad a partir de conjugar las diferencias? ¿Qué relaciones,
tensiones y conflictos se fueron dando entre los procesos de inclusión /exclusión, lo común y
lo diferente lo normal y lo anormal?
Una escuela para TODOS, pero un todo segregacionista: donde sólo los “aceptados” eran los
varones católicos, blancos, que podían ocupar un cargo político...
A partir de la sanción de la ley 1420, se establece la escuela, con la inclusión de las mujeres en
clases mixtas y a cargos de maestras. Lo común como lo
¿Qué ocurría con las diferencias de nacionalidades, clase social, género, religión, físicas, de
lenguaje?
Porque trataban las diferencias como marginalidades que debían ser excluidas o apartadas. En
constante discusión ¿qué es lo común en la escuela?
Están prácticamente desde el origen del sistema educativo argentino y a partir de los modelos
médicos, clasifican a la infancia. El uso del guardapolvo acentúa esa homogeneización de los
que habitan las escuelas de principio del s XIX, todo blanco, todo impecable. La “limpieza
moral e sanitaria de la población” (Dussel,op.cit)
Foucault, que especifican a cada uno un lugar, una forma de conducirse, una función a
desempeñar, para establecer el adentro y el afuera, es decir para marcar o demarcar los
límites de la inclusión y la exclusión. El componente negativo de esta relación binaria
adentro/afuera (el loco, el marginal, el extranjero, el homosexual) indica lo que debe ser
expulsado, lo no deseable para el nosotros
❑ Los otros como sujetos plenos de una marca cultural: alude a aquel discurso políticamente
correcto de hablar de la diversidad para referirnos sin culpa a todo aquello que no somos
nosotros. La explicación de la diferencia se reduce a entenderla como marca de una cultura de
los otros, que se inscribe en ellos y los determina en su ser. La idea de que cada cultura se
funda en un patrón que otorga sentido pleno a la vida de todos sus miembros es central y
permea toda esta forma de construir al otro. “Este mito de la consistencia cultural supone que
todos los negros viven la negritud del mismo modo, que los musulmanes experimentan una
única forma cultural, que las mujeres viven el género de manera idéntica”. (DUSCHAZTKY Y
SKLIAR. 2001: 196)
❑ El otro como alguien a tolerar: El otro como alguien a tolerar ha dado lugar al principio de
reconocimiento del otro como ciudadano, con derechos, con posibilidades de que sus prácticas
religiosas, culturales sean legitimadas. Pero este reconocimiento es unidireccional, siempre
somos nosotros los que debemos tolerar, los que debemos hacer el esfuerzo de fundar una
forma de interacción que contemple la presencia de ese otro. Esta es una de las formas más
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DIARIO DE EXPERIENCIAS
ambiguas de pensar la relación con el otro, porque encubre que lo uno mismo toma partido,
nuevamente, “a favor” de un otro que está ausente en la definición de la necesidad de la
tolerancia.
Este "proceso de diferencialismo" inscribe a sujetos específicos en una alteridad que los
nombra y los construye como los depositarios de unas marcas que los hacen ser "diferentes"
(Skliar, 2005). Este proceso implica la definición de dispositivos clasificatorios que, lejos de ser
arbitrarios, responden a una selección y jerarquización de determinadas cualidades y
características sobre otras, constituyéndose en una operación de exclusión respecto a la
norma o lo normalizado (Almeida et al., 2010).
Es preciso que alguien señale quiénes son los diferentes y en qué sentido lo son. Estas
operaciones de señalamiento y delimitación de la alteridad tienen lugar dentro de relaciones
asimétricas y de poder, donde determinados agentes -situados en un polo dominante- tienen y
ejercen su poder para identificar, designar y describir a otros sujetos, ubicados habitualmente
en el polo dominado
CLASE N° 4