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EDUCACIÓN Y DIVERSIDAD
Directora Pedagógica
Prof. Maria Celina Casasnovas
Impresión y Encuadernación
Taller Su Grafica
Juan B. Thorne 950 (B1845AHF) José Marmol, Buenos Aires.
(05411)-4214-7663
I.S.B.N. 978-987-1589-09-8
FORMACIÓN DOCENTE
BUENOS AIRES - ARGENTINA
Del Torto, Daniel
Construir la inclusión en la escuela : pedagogía y diversidad . - 1a ed. - Buenos Aires
: Formación Docente, 2010.
63 p. ; 20x27 cm.
ISBN 978-987-1589-09-8
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Presentación del módulo:
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La diversidad y la inclusión como
problemáticas educativas
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Una perturbación que da la oportunidad sujeto social, un sujeto que haciéndose con el
que aquello ubicado en el orden del problema otro se torna parte, luego, de procesos socia-
se transforme en reflexión-acción y permita les y pedagógicos. Un sujeto que se va consti-
pensar lo humano como un sujeto que “es o tuyendo a partir de una dinámica relacional
está siendo” lo posible de ser. entre identidad, diferencia y diversidad;
constructos que se van a tornar perturbadores
El término sujeto para la misma idea de sujeto.
Proviene del latín –subiectus part. pas. de Nuria Pérez de Lara 7 expresa al respecto:
subiicere4– y es definido como lo que está de-
bajo, lo que sirve de soporte. Definición que “Si acudimos al diccionario, herramienta
según el campo que lo trate será encuadrado fundamental cuando se trata de palabras,
en una idea especifica, y así el sujeto será: vemos que las tres palabras se relacionan
sujeto histórico, sujeto epistémico, sujeto me- entre sí produciendo la una el significado
tafísico, sujeto biológico, sujeto gramatical, de la otra, como sucede, por ejemplo, en-
sujeto pedagógico, entre otros. tre “identidad y diferencia” o confundién-
dose entre sí como lo hacen “diferencia y
Partiendo de las primeras ideas en relación diversidad”. Por el diccionario sabremos
al sujeto pensante de Descartes que al decir que la palabra “diferencia” significa la
“Pienso, luego existo” no expresó sólo una cualidad o accidente por el que una cosa
obviedad, sino, una construcción filosófica y se distingue de otra o variedad entre cosas
política que, si bien derivará más tarde en con- de una misma especie y que “diversidad”
cepciones y parámetros significa variedad, desemejanza, diferen-
que instauraron las bases cia o de distinta naturaleza, especie, nú-
de la dupla normalidad- mero o figura. Vemos así que el significa-
anormalidad 5 , pretendió do de “diferencia y diversidad” nos per-
definir a un sujeto que mite distinguir lo otro de lo uno, lo otro de
ante todo existe, porque lo mismo. Es decir que lo diferente o di-
piensa y este pensar cons- verso es lo contrario a lo idéntico. Sabre-
tituye alguna forma de mos también mirando un diccionario que
concebirse a sí mismo, “identidad” significa el hecho de ser una
como diferente y separado del mundo que lo persona o cosa, la misma que se supone o
rodea. Un mundo que de alguna manera lo “su- se busca o bien la circunstancia de ser una
jeta” para ser. O desde la mirada de Foucault, persona la que dice ser.
cuando se asocia a la idea de sujeto la de “resul-
tado de un lugar en una estructura de poder y El planteo de la autora citada insiste en
saber, en una estructura de discursos, (…) es analizar la implicancias de un sujeto que es a
también la asunción de ese lugar y esa produc- la vez diferente y diverso, cómo se pone en
ción que surge y cobra vida propia, que produce juego una alteración al momento de pensar las
deseos, que produce saberes.”6 identidades. El simple hecho de ser diferentes
unos de otros, aspecto reconocido socialmen-
Ahora bien, el “sujeto” del que se preten- te, perturba la idea de un sujeto único e idén-
de decir algo en el presente análisis, es un tico y entonces torna compleja la identidad.
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Aspecto que Pérez de Lara señala al decir: Inés Dussel amplia esta idea al decir que:
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ACTIVIDAD 1
De lo analizado hasta aquí intente enumerar aquellas ideas nuevas que
aportó la lectura, en relación con la concepción de SUJETO, como pun-
to de partida para la reflexión.
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Si está listo… continuemos miento que el Yo hace del “Otro”– dándose la
posibilidad de concebir otro pensamiento,
Si la identidad la dan los otros, si el suje- otra ideología, otra visión o forma de mirar,
to es una construcción que da cuenta de un más allá de la perspectiva del “uno”–único–.
proceso de vida, de un relato o narración que Alteridad que no está suponiendo lo
necesita ser leída con los otros para dar sopor- “mismo”, –ni lo idéntico– sino que da existen-
te a lo propio –según el sentido etimológico cia a la visión del otro, dando cuenta de otra
de sujeto– bien vale la pregunta que titula la realidad, en definitiva, dando sentido al “otro
obra de Carlos Skliar: ¿Y si el otro no estuvie- en tanto otro”. Y así, dando lugar a la alteri-
ra ahí? dad, el otro se vuelve posible en términos de
diferencia y de diversidad.
• Quizá si el otro no estuviera ahí, nada Si el otro está ahí queda habilitada la
se vería perturbado y entonces el suje- propia identidad en la variación que produce
to caería en el vacío de no tener en el uno con el otro, siendo esta la relación que
frente a nadie a quien contarle –o na- sujeta y que permite que uno y otro se narren
rrarle– lo que se es o se esta siendo; o relaten mutuamente su mismidad. El uno
terminaría por ser un no “sujetado” y sujeta la diferencia del otro y viceversa, sien-
entonces, si nadie sujeta, pierde senti- do esa diferencia lo que hace al otro diverso.
do –y hasta existencia– la idea de “su- Que no es lo mismo que decir que “por el
jeto”. otro soy diferente”, argumento que termina
reforzando lo que “uno es” para “no ser el
• Se es sujeto por el otro, y es aquí don- otro”, otro meramente complementario u otro
de la relación deviene en “alteridad”. amenazante, que para Skliar estaría volviendo
al otro una necesidad “trágica”: “Y de ello se
Dicho en palabras de Skliar: trata, justamente, la siguiente cita de Larrosa
y Pérez de Lara (1998:14):
“Porque sin el otro no seriamos nada (y a
no confundir esta frase con aquella otra La alteridad del otro permanece como
que se pronuncia habitualmente en los en- reabsorbida en nuestra identidad y la
tierros); porque la mismidad no seria mas refuerza todavía más; la hace, si esto es
que un egoísmo apenas travestido. Porque posible, más arrogante, más segura y más
si el otro no estuviera ahí sólo quedaría la satisfecha de si misma. A partir de este
oquedad y la opacidad de nosotros, la pura punto de vista, el loco confirma y refuerza
miseria nuestra, el propio salvajismo que nuestra razón; el niño, nuestra madurez; el
ni siquiera es exótico. Porque el otro ya no salvaje, nuestra civilización; el marginal,
esta ahí, sino aquí y en todas partes; inclu- nuestra integración; el extranjero, nuestro
sive donde nuestra pétrea mismidad no al- país; y el deficiente, nuestra normali-
canza a ver.”9 dad.”11
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ACTIVIDAD 2
Desarrolle argumentos que permitan fundamentar la siguiente afir-
mación:
ACTIVIDAD 3
Antes de continuar, y a efectos de poder confrontar ideas, exprese a su
criterio: ¿PARA QUE SIRVE LA ESCUELA?
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2
Escuela e inclusión
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“Pensar en la escuela remite directamente nera, una consecuencia lógica de cómo esa
a una institución que, de un modo u otro, sociedad moderna intento modelar el progre-
cumple con determinadas funciones en la so, la idea de razón, la organización en base a
sociedad.” (…) “Pero ¿cuál es la función un contrato social, el planteo de nuevos dere-
de la escuela?, esta, ¿para qué sirve? Cada chos ciudadanos, etc. Contexto que, política-
uno de nosotros, como alumnos que somos mente, dará bases a la educación pública, don-
–o hemos sido–, como ciudadano, como do- de la igualdad aparece ligada a la diferencia,
centes, etcétera, tenemos algún tipo de res- ya no como promoción sino mas bien como
puesta a esta pregunta. Distribuir conoci- negación:
miento, transmitir valores, formar ciudada-
nos, capacitar para el trabajo, contribuir “La escuela pública escondió, detrás de su
al desarrollo de la sociedad son algunas de pretensión de productora de ciudadanía y
las funciones que surgen cuando pensamos de contribuyente al incremento de la igual-
en la escuela.” (…) “la pregunta sobre la dad social, una acción sistemática de nega-
función social de la escuela ha originado la ción de las diferencias. Esta negación de
coexistencia de distintas corrientes teóri- las diferencias se expresa en la imposibili-
cas en el campo educativo...”13 dad de reconocer a un otro diferente con
iguales derechos”. 15
Función social de una escuela promotora
de un discurso que históricamente giro en torno
a la igualdad y a la equidad, donde lo diverso El pasaje de la teoría a la práctica pone
era concebido como un supuesto “adjunto” o en juego la posibilidad de armar puentes que
“adosado” a ese discurso. Pero en el contexto permitan pasar de la palabra al acto. Simple
de las prácticas sociales y escolares construi- en palabras, pero sumamente complejo hacer
das históricamente, “el discurso de la diversi- de esas palabras una realidad. Tal vez el desa-
dad aparece en ocasiones como opuesto al fio de cada docente se constituya en la fuerza
concepto de igualdad, en otras alternativo y a creativa y en la vision ideologica que funda-
veces como complemento de él”.14 menta el momento de la acción…
Una igualdad educativa que asociada al Para seguir pensando la temática, le pro-
discurso de la modernidad fue de alguna ma- ponemos la siguiente actividad
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ACTIVIDAD 4
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3. Analice las siguientes consideraciones que hace la UNESCO16 respecto
a la educación inclusiva. Luego de su lectura, responda:
• Avanzar hacia la inclusión no es esencialmente un trabajo de re-
estructuración de la Educación Especial, ni tan siquiera de la in-
tegración. Tiene que ver con todos los alumnos y no únicamente
con aquéllos que tienen necesidades especiales. Tampoco es algo
que pueda ser considerado como un objetivo en sí, sino más bien
un intento de mejorar la calidad de todo el sistema educativo para
que pueda atender convenientemente a todos los alumnos.
• No es una cuestión puramente de recursos, aunque éstos sean
necesarios.
• La educación inclusiva tiene que ver con la capacidad de “cons-
truir” una escuela que responda a la diversidad de necesidades de
los alumnos.
• La educación inclusiva es vista como un proyecto de la comuni-
dad y de la sociedad.
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c) ¿Qué aspecto/s nuevo/s agregaría a las consideraciones de la
UNESCO?
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ción. Ya no es un molde que le da forma a
Como expresa el texto, de una función que
los individuos. Hoy la escuela, más que una
ameritaba fabricar sujetos, se abre otro espa-
“fábrica de sujetos”, es un espacio dotado cio social en la escuela que abandona las in-
de reglas y recursos donde los sujetos que tenciones de “clonar” meros reproductores de
lo habitan tienen espacios de negociación, normas para dejar que sea el propio sujeto
quien se interrogue, se invente, se entienda y
de articulación, de producción de experien- se relate con el otro…
cias y sentidos diversos. Por otra parte se
esperan de la escuela que desarrolle objeti- Aspecto relacionado en algún punto con
vos que no siempre son necesariamente lo sostenido por Baquero (2001) en su análisis
complementarios, cuando no contradicto- acerca de la educabilidad:
rios (la socialización, la personalización,
la formación para el trabajo, el acceso al “La prescripción comeniana de suma im-
capital cultural heredado, la formación de portancia es la de que es posible y necesario
competencias laborales, la formación de trabajar sobre las condiciones de educabili-
ciudadanos críticos, etc.). Los agentes es- dad de los sujetos. Esto es, la educabilidad
colares (los padres, los alumnos, los direc- no sólo se expresa en la superficie de emer-
tivos y docentes) están obligados a elegir, gencia de las prácticas educativas, sino que
articular y estructurar estrategias en fun- estas pueden tomar como objeto de su traba-
ción de sus condiciones de vida, recursos jo a la generación de condiciones para la
disponibles, valores y tradiciones cultura- educación posibles, incluso aquellas condi-
les. La escuela no produce “productos ciones que parecían ser privativas de la na-
estándar”. Las vivencias escolares son mu- turaleza del sujeto: “si el espejo se encuen-
chas veces impredecibles y diversas. Para tra cubierto de polvo o manchas, límpiese
saber qué produce la escuela es preciso ir antes; si la tabla es áspera y desigual, puede
más allá del estudio del sistema; es preciso ser cepillada; de este modo ya no habrá di-
interrogar los sentidos y reconstruir las ficultad para su uso. Razonamiento igual es
experiencias, valores, expectativas y estra- aplicable para la juventud: si se pule y esti-
tegias de los sujetos. Los alumnos no son mula antes, unos serán pulidos y estimula-
objeto de educación, sino que, en parte son dos por los otros para que todos aprendan
protagonistas de sus propias experiencias, todas las cosas”
las cuales pueden ser más o menos exitosas
o fracasadas y pueden recorrer caminos
(Comenius, citado en Narodowski y Ferreyra,
muy distintos entre sí.”17 op.cit:)” 18
Dos ideas citadas por el autor pueden Pero lo significativo sea tal vez que no
ponerse en cruce para definir cómo la inclu- fue –ni es– la escuela quien advirtió este cam-
sión podría ser la nueva función social de la bio, sino que son los propios sujetos los que la
escuela: desafían, la contradicen, la avistan, de que ya
no quieren ser fabricados y que no desean ser
La idea de FÁBRICA y la idea de INTE- moldes que encajen en las matrices ni en las
RROGACIÓN DE SENTIDOS estructuras. Interrogar sentidos supone la pre-
gunta por el sujeto, por la existencia, por la
incertidumbre de no saber hacia donde ir. Por-
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que si ya el sujeto no quiere –ni puede– una pregunta, o la pregunta por el suje-
adecuarse, se torna urgente que alguien escu- to. Y eso al fin, es educar.
che la pregunta y que ayude a responderla,
con el pensamiento, la reflexión, la critica, el • Inclusión que debe estar ligada a otro
juicio y no la simple intuición de que las cosas término para precisar su inferencia es-
“deben ser porque siempre fueron así”. colar. Otro término que la define y la
diferencia de otras inclusiones posi-
La inclusión como función social bles. Por consiguiente, cuando la in-
clusión sucede en la escuela debe tor-
• Es entonces la posibilidad que tiene la narse educativa, para que quede aso-
escuela de generar el espacio para ciada a una función social, especifica-
aprender, y si aprender es transformar- da y cercada por los procesos de ense-
se bien vale la interrogación como ñanza y de aprendizaje. De lo contra-
punto de partida. rio puede correrse el riesgo –un habi-
tual riesgo– de pensar que la escuela
• Si incluir es dar lugar, alojar, dejar tiene como función primaria: sociali-
habitar a todos y cada uno de los suje- zar; cuando la socialización en tanto
tos, será función de la escuela definir proceso ocurre en el sujeto en otros
los modos en que el aprendizaje deja ámbitos “y” en la escuela, en tanto
de ser una simple transmisión y pro- portadora en si misma de socializa-
ducción de niños y jóvenes, para ser ción, pero no objeto y causa de esta.
ACTIVIDAD 5
21
b) Retomando las ideas solicitadas anteriormente sobre la función so-
cial de la escuela, plantee entonces “nuevas ideas” considerando los
aportes conceptuales analizados al respecto.
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3
De la inclusión como problemática a
la pregunta por la educabilidad de
los sujetos
Planteada la problemática inicial de la vuelve social y educable como parte de un
inclusión como posibilidad de pensarse la proyecto pedagógico.
función social de la escuela, plantear un puen-
te a la idea de educabilidad de los sujetos, Para considerar estas ideas se propone in-
supone dar cuenta de la relación contractual dagar los supuestos que el filosofo Philippe
entre política y educación, donde el sujeto se Meirieu plantea en su modelo de pensamiento.
A fin de profundizar algunas bases del pensamiento del citado filósofo, le proponemos la
lectura de algunos fragmentos del Artículo “La Pedagogía en Philippe Meirieu: Tres momentos
y educabilidad”, de la revista Ideas y personales de la educación Latinoamericana y Universal
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La educabilidad, su actividad, más se compromete, más in-
un principio regulador venta nuevos y originales métodos y es más
Armando Zambrano Leal peligroso. Lo peor de los pedagogos es lo
mejor, y lo mejor es con frecuencia lo peor.
En efecto, como resultado de los debates La educabilidad aparece como el único
sostenidos entre filósofos y pedagogos, principio natural sin ningún arraigo al
Philippe Meirieu da inicio a un trabajo de principio de la razón; no es deducible de
comprensión de la pedagogía apartándose ningún conocimiento previo; es la fuente de
por un instante de la racionalidad sin lle- todo conocimiento pedagógico. En esta
gar a renunciar al dispositivo. Percibe en perspectiva, introduce la noción de ser-
el acto pedagógico una contradicción para-sí y redescubre una energética de la
irresoluble aunque positiva: se trata de la acción pedagógica. El acto de enseñar y el
educación como domesticación y de la edu- acto de aprender fijan las antípodas de la
cación como emancipación. A partir de pedagogía. Un profesor puede organizar
aquí toma conciencia de la contradicción perfectamente el dispositivo didáctico y no
expresada entre instruir y emancipar, libe- lograr que su alumno aprenda o, puede ser
rar y retener, encerrar y desencadenar. modesto con respecto al dispositivo y que
Esta contradicción será fecunda y le permi- este tenga buenos resultados en el aprendi-
tirá abordar de otro modo el principio de zaje.
educabilidad. Esta vez se aparta un poco Según Meirieu, no es el dispositivo la cau-
de la acción instrumental para entrar en la sa del logro o el fracaso escolar; sino más
filosofía. Este hecho es clave en una nueva bien es la disposición hacia el otro, sus
definición menos instrumental de la peda- aprendizajes y sus dificultades. La relación
gogía. Más aún, se aleja por un momento maestro-alumno anuncia ya una aproxima-
de la instrumentalización para penetrar el ción fenomenológica. Se detiene en la dis-
misterio ontológico de la libertad y de la posición del sujeto para esclarecer la rela-
autonomía. Parece también que este esfuer- ción pedagógica. Observa, aquí, el acto de
zo intelectual surge en un momento fecundo resistencia. Esto le impone a los pedagogos
de su reflexión práctica. (…) no abdicar al principio de educabilidad ni
El retorno a la pedagogía por el lado de la renunciar a los desafíos que impone la li-
filosofía, le impondría en su espíritu un bertad del otro, y menos aún, a separarse
trabajo crítico y una reflexión epistemoló- de la difícil libertad para hacer de la resis-
gica. Un elemento positivo se desprende tencia una ocasión de aprendizaje y de li-
entonces de sus escritos, el cual nos infor- bertad. Renunciar a ésta le impediría al
ma de la aporía entre pedagogía y libertad. profesor hacer obra de educación, promo-
Para él, la pedagogía hace libre a las per- ver una libertad posible y una autonomía
sonas, es su función ética; pero ella encie- consciente. Enseñar para Meirieu es siem-
rra al individuo, es su función práctica; pre tener en mente el logro del otro.
ella aparta el espíritu de las personas de la “No hay, en consecuencia, “ser-para-mí”
superstición, es su función axiológica. que no sea también “ser-para-el otro”:
La pedagogía pretende liberar pero no querer enseñar, es creer en la educabilidad
hace más que esclavizar; entre más el pe- del otro; querer aprender es creer en la
dagogo se convence de la importancia de confianza del otro hacia mí” Pero, ¿de
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dónde viene esta necesidad de comprender impone la elaboración de un nuevo discur-
lo pedagógico en relación con la libertad so a partir de la confianza. Él se aparta,
del otro? Según nosotros, de la obra escrita ciertamente, de la razón pura, para volver
de Emmanuel Levinas. En efecto, este filó- sobre la responsabilidad negativa. Esta
sofo postula que la libertad es una respon- negatividad marca de entrada una nueva
sabilidad compartida, que se funda sobre mirada ética al mismo tiempo que práctica.
la confianza y sobre la no reciprocidad. La Negatividad que se expresa por medio de la
responsabilidad respecto al otro teje una confianza ontológica entre sujetos; por el
relación ontológica sin que ella sea anula- conector discursivo del “sujeto-para-el-
da por Dios. La confianza aparece como el otro” y del “sujeto-para-sí”.
mecanismo de la heteronomía, el vínculo Somos capaces, en efecto, sin mucho peli-
entre la individualidad y la subjetividad. gro para nuestro oficio, de aceptar que
Compartir con el otro no se deduce de una aquel con el cual hemos tenido buenos re-
objetivación sino de una convicción pura- sultados nos olvide o reniegue de nosotros,
mente ética. Sobre todo cuando esta res- pero nos es difícil aceptar que resista y nos
ponsabilidad engendra en el profesor un rechace […] es en esta aceptación que se
esfuerzo hacia la libertad del otro, explica encuentra, si no la sabiduría, por lo menos
por qué Philippe Meirieu se aferra a una la supervivencia del proyecto de educar. La
noción moral al mismo tiempo que recono- confianza en el acto educativo y ante todo
ce el calor de la confianza. Dice una vez en el acto de aprender, le impone al educa-
más Emmanuel Levinas que “hablar, es al dor una voluntad positiva respecto de las
mismo tiempo que conocer al otro, ser reco- capacidades del otro. El alumno, aquí, en-
nocido por él. El Otro no es solamente co- cuentra su condición de ser; se convierte
nocido y saludado. No es solamente nom- en un sujeto capaz de reconocimiento. El
brado sino también invocado. Para decirlo fracaso de este acto paradójicamente es
en términos gramaticales, el otro no apare- posible. Del lado del educador, este debe
ce como nominativo sino como vocativo”. hacer como si, comprometerse en la acción
Parece ser que la entrada ética obliga a pedagógica, analizar el acto para visuali-
Philippe Meirieu a establecer una lectura zar una confianza que engrandece. La li-
fenomenológica de la relación alumno-pro- bertad es un asunto de coraje, de confianza
fesor. El alumno aparece muchas veces y de certeza en la historia del otro. Ella
bajo la forma de una mirada; él ocupa un exige, de parte del educador, el coraje de
lugar y es objeto de una consideración. El recomenzar, la separación de la incapaci-
encuentro del alumno con el profesor es la dad y la certeza de la potencia del encuen-
fuente de un vocativo, de un reconocimien- tro. Contribuir en la educación del alumno,
to en tanto que otro. El Otro es la expresión ayudarle a encontrar su condición de Otro,
de una libertad potente; acogerlo es expre- es un desafío pedagógico supremo. El cora-
sarle una hospitalidad sin límite. Todos los je, de acuerdo con los principios de nuestro
textos escritos por Philippe Meirieu en este pedagogo, resume la exigencia ética hacia
período registran este aspecto ontológico el otro buscando producir en el otro una
del encuentro entre el maestro y el alumno. libertad sólida.
Esta lectura moral y ética de la libertad Cierto, la confianza en el educador es un
por medio del reconocimiento del otro le descubrimiento día tras día así como la li-
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bertad lo es respecto de la autonomía; ella oponerse a la manipulación o al desespero.
es su existencia. Esta confianza se presenta Este registro fenomenológico se expresa
a los ojos del pedagogo como el único refe- también en la apuesta de la educabilidad
rente válido; es un mecanismo ético capaz donde el otro es reconocido en su radical
de salvarlo de toda aplicación técnica. Es diferencia. La no reciprocidad hace del
en este sentido que la apuesta de la educador un sujeto ético y la libertad un
educabilidad penetra el misterio de la li- sujeto emancipador. Curiosamente, este úl-
bertad a través de la confianza expresada y timo concepto, propio del pensamiento
la acción sensata. Este principio muestra, ilustrado, se mezcla con el concepto de
una vez más, el retorno hacia la filosofía Otro y a través de éste con la heteronomía.
del rostro. Este rostro es el ingreso a la Es a partir de aquí que surge en él el es-
confianza y el retorno a sí mismo. El dice fuerzo ontológico para comprender el lu-
así que: “La apuesta de la educabilidad gar de la ética, el concepto de otro y su
puede volverse manipulación demiúrgica y emancipación.
la no reciprocidad convertirse en suficien-
cia. Estos dos principios parecen necesa-
rios y peligrosos el uno sin el otro”. El planteo, es entonces, partir de la pro-
En definitiva, la cuestión de la libertad blemática del otro en la relación pedagógica,
aparece en el discurso pedagógico de aspecto que implica la consideración de la di-
Philippe Meirieu como un registro fenome- versidad y las diferencias como marcos de
nológico. La noción de otro es objetivada acción de la práctica docente. La compleja
por la pedagogía. La confianza instala el pero enriquecida propuesta de Meirieu aporta
momento esencial del acto pedagógico e una trama conceptual relevante, mereciendo
impone un registro ético necesario para ésta un momento de análisis y reflexión.
ACTIVIDAD 6
1. ¿Qué reflexión inicial le sugirió la lectura del pensamiento de
Philippe Meirieu?
26
2. ¿Qué situaciones de su práctica docente se presentaron a medida que
avanzaba en la lectura?
27
c) No hay, en consecuencia, “ser-para-mí” que no sea también “ser-
para-el otro”: querer enseñar, es creer en la educabilidad del otro;
querer aprender es creer en la confianza del otro hacia mí.
28
4
La construcción de otras formas
escolares
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cuela”? Del orden y la disciplina, de las filas fueron formados en ese programa escolar in-
y formaciones, de las campanas y timbres... y tenten avanzar en la pérdida como instancia de
que tantos añoran diciendo “escuelas eran las una nueva lógico educativa.
de antes”… Cada sujeto docente se habrá encontrado
Y sí, de acuerdo a lo que pareciera ser la en la divergencia entre su propia histórica es-
realidad, alguien se llevó esa escuela. Una colar y la nueva historia que debe propiciar y
escuela que “era la de antes”, porque para ese producir como gestor de otra escuela y de
tiempo y espacio histórico, seguramente haya nuevas aulas; desajuste necesario que abre la
sido la escuela necesaria. búsqueda de lo posible y de lo que viene o
Reconocer esta pérdida para los que se está “por-venir”. Una situación de vacío que
educaron en otros tiempos escolares, constitu- alienta la aceptación de la pérdida de una es-
ye una piedra fundamental para indagar el cuela que ya no es, no por despecho, ni capri-
acto educativo. Si el modelo continúa siendo cho sino por necesidad y hasta por urgencia.
esa antigua figura, se corre el riesgo de quedar Urgencia de dejar ir a esa escuela para
encerrado en un laberinto sin despertar la ne- habitar –sin tirar sus cimientos– una nueva
cesidad de búsqueda de otras modalidades es- forma de escolarizar y otras maneras de dar
colares que al final inviten a algún cambio cuenta de las competencias y saberes que tan-
posible. to docentes como alumnos necesitan para ac-
¿Por qué se tuvieron que llevar esa es- tuar frente a esta realidad escolar que vino,
cuela? En primer lugar hay que hacer referen- que viene o está “por-venir”. Situación que
cia a una idea radical: el contrato que funda la porta lo característico de la actualidad en tan-
escuela en su dimensión política. to producción constante de novedad; contra-
La instauración de la escuela pública yéndose el riesgo de la extremidad –que las
hacia mediados del siglo XIX tuvo como co- nuevas generaciones comienzan a desarro-
rolario la promoción del nacionalismo y la llar– en cuanto a la trivialidad de lo viejo, del
igualdad frente a una diversidad poblacional, pasado, de lo que ya fue…
cuyo desarrollo demandaba la superación de Gilda Lamarque de Romero Brest (1911-
las diferencias como garantías de una educa- 2003), presagiaba a principio de los ’80 esta
ción para todos. idea de producir novedad como instancia de
La escuela que se llevaron –y que nece- participación frente a un mundo que avanzaba
sariamente debían llevarse– era una escuela hacia otras realidades y a otros modos de pen-
que imponía orden y disciplinamiento como sar el conocimiento; y que la autora –al fin– lo
respuesta a una sociedad que optó por la ho- asocia al avance de la ignorancia como para-
mogeneidad como estrategia de transmisión doja frente a los cambios científicos y tecno-
del saber. lógicos que acarrean la posibilidad de dejar
La escuela de la letra cursiva, de las cuen- afuera a quienes no logren subirse. Por eso, la
tas en la pizarra, de los alumnos enfilados ca- pérdida de la escuela de la normalidad y de lo
beza tras cabeza, no fue azar ni casualidad sino homogéneo, no aparece como obligación sino
un modo propio de entender el conocimiento y como necesidad y posibilidad de gestionar
la educación –en tanto socialización, cultura- nuevas condiciones de producción de lo nove-
ción, modelación– de niños y jóvenes en un doso, como garantías de acceso a la informa-
determinado momento histórico y educativo. ción y al conocimiento y como garantías de
Aspectos que torna necesario que aquellos que una igualdad educativa, diferente a la igual-
30
dad de la escuela que se llevaron. No alcanza Por esto es necesario y urgente asumir la
–como antes– el guardapolvo blanco como pérdida de la escuela del disciplinamiento y
principio de la igualdad, ya que habría que modelación de sujetos, porque tal vez la es-
pensar si no es el propio guardapolvo el que cuela actual deba ser un lugar para que cada
porta una diferencia, muchas veces educativa. alumno pueda transitar un proceso, donde
aprender implique: pensarse, narrarse históri-
Este es un punto de divergencia con la camente, re-informarse (en términos de crítica
escuela que alguien se llevó: la aparición de y reflexión de lo que acontece), con otros que
la diferencia como propiedad de los sujetos, también se piensan, se narran y se re-infor-
en tanto libertad de ser, de elegir, de parecer, man; donde esta construcción con el otro ya
de existir; por eso, si el mandato social cam- no sea una simple consecuencia de “estar
bia, esa vieja escuela ya no aloja a nadie –ni con”, –ya que esos supuestos corresponden a
alumnos, ni docentes– porque son otros los la escuela anterior–, sino un “estar con” pen-
sujetos que la habitan y son otras las intencio- sado, gestionado, causado, también como ins-
nes que direccionan el contrato escolar. tancia promotora del saber ser…
ACTIVIDAD 7
¡Cuántos recuerdos seguramente habrán aparecido en su cabeza! A eso
se llama biografía escolar. Y es sumamente importante recuperar esas
experiencias como alumno para poder revisar, comprender y reflexio-
nar acerca del acto educativo, antes y ahora…
31
b) Luego, después de haberse encontrado con ese alumno que fue, pro-
cure argumentar las razones por las que se sostiene la necesidad de
dar lugar a esta primera pérdida.
32
no de bondadosa paciencia y de maternal “Todo tiempo educativo es tiempo de pre-
afecto. gunta y de respuesta, tiempo de disciplinar,
de reglamentar la propia pregunta, la pro-
(Del poema “La Maestra” de Publio A. Cordero)
pia respuesta.”
Asumir la pérdida de esas ideas de Maes- (Freire, P. El Grito manso. Siglo veintiuno Editores
tra como símbolo de pureza, de novia vestida Argentina S.A. Buenos Aires, 2008)
de blanco, para alojar en el cambio a aquellos
que hoy se dedican a la docencia, requiere de Lo nuevo del tiempo es lo nuevo de la
un proceso de renovación de las representa- pregunta, un momento de interrogación del
ciones que permita pensar lo nuevo en la con- propio docente y su práctica; de su historia
formación del profesorado. como alumno y como maestro; de su lugar en
Ser docente hoy implica asumirse en una tanto sujeto – dedicado a la docencia– en con-
compleja función cuya tarea, más que impar- temporaneidad con la educación de “otros su-
tir conocimiento –como antes–, debería que- jetos”. Cuestión más que compleja toda vez
dar ligada a la resignificación del saber, a la que el tiempo actual se arriesga a lo liviano, a
organización de la información, a la instaura- lo ligero, a lo líquido; donde todo se escurre y
ción del pensamiento… Toda vez que el suje- lo “antiguo” se obvia.
to-alumno ya hace tiempo dejo de ser una Un tiempo donde paradójicamente lo
“tabula rasa” que hay que llenar e inscribir “nuevo” rápidamente se torna “viejo”, dando
con letras, números o historias de cabildos y lugar a una hiperactividad temporal donde las
casas coloniales que solo servían para matriz personas terminan –solamente– esperando lo
de collage. que vendrá mañana, casi como “alborada del
“Maestro” y “Tiempo”, constituyen dos consumo”. Donde adultos y jóvenes conver-
términos que necesariamente debieran conju- gen contemporáneamente, con la diferencia
garse en una acción común. Y si cada momen- que afuera de la escuela son muchos los adul-
to histórico define un tiempo educativo, la tos que se instauran en la jovialidad y seduc-
lógica permite suponer que habrá que refor- ción de este mundo nuevo, escurriéndose fina-
mular determinadas características de la do- mente ciertos ideales que insistirían en hacer
cencia. Por eso, si es que “alguien se llevó la de la escuela un lugar eternizado por la tradi-
escuela”, (lamentable para algunos…) pare- ción y el deber ser.
ciera ser que también se llevaron a los maes- Asumir la pérdida es dejar ir a esa Maes-
tros. Aspecto que no quiere arrojar al pasado tra que fue, para alojar la pregunta por el do-
lo que fue, sino en un ejercicio –si se quiere– cente que podrá ser. Actitud de apertura y op-
dialéctico con la historia, esos maestros de timismo frente a estos nuevos tiempos de
antes son los que conforman las raíces y las cambios, incluido el educativo. Optimismo
razones para pensar una nueva docencia que que se vuelve principio y valor de esta nueva
responda a estos nuevos tiempos. historia y que Savater alude al decir:
Y ¿Qué es –entonces– responder a los
nuevos tiempos? Sin caer en argumentos “Como individuos y como ciudadanos tene-
taxativos, tal vez sea el momento de una nue- mos perfecto derecho a verlo todo muy ne-
va lógica del rol y de la función del profesora- gro. Pero en cuanto educadores no nos que-
do. En palabras de Freire: da más remedio que ser optimistas ¡ay! y es
33
que la enseñanza presupone el optimismo creer en la perfectibilidad humana, (…) en
tal como la natación exige un medio líquido que los hombres podemos mejorarnos unos
para ejercitarse. Quien no quiera mojarse, a otros por medio del conocimiento.”
debe abandonar la natación; quién sienta
repugnancia ante el optimismo, que deje la (Savater, Fernando. El valor de Educar. Bs. As.,
enseñanza y que no pretenda pensar en qué Editorial Ariel, 1997)
consiste la educación. Porque educar es
ACTIVIDAD 8
a) ¿Qué aspectos de los perfiles docentes cree que habría que recuperar
de su historia educativa?
34
c) ¿Está de acuerdo con el planteo de esta segunda pérdida?
35
de la práctica docente y por ende del alumno. do un vacio necesario, un espacio por recom-
Pizarrón que se vuelve sinónimo de otras poner, una puerta didáctica que al abrirla su-
prácticas instauradas –y para nada producti- pone encontrar nuevos y otros sujetos, dis-
vas– como las fotocopias, los ejercicios puestos o no en filas, delante o no del piza-
pautados de los libros de textos, las matrices rrón, soliviantados por un mundo perturbado
para pintar escarapelas y que solo sirven para pero seguramente portadores de las necesida-
decorar la escuela con miles de dibujos igua- des de cualquier humano, de conocer, de en-
les, como si la igualdad apaciguara la subver- tender, de comprenderse y de proyectarse,
sión de la diferencia. más allá de lo efímera que parezca la realidad.
Y la cuestión central no pasa por conti-
¡Pero en definitiva el pizarrón no tiene la nuar preguntándose ¿Quién se llevó el piza-
culpa! Sólo es aquí un chivo expiatorio, un rrón?, sino por interrogarse didáctica y re-
objeto que sirve para cargarle lo complejo y flexivamente para comprobar si la práctica en
lento del cambio. Cambio que no es más que el aula da cuenta de esas necesidades que por-
la redirección de la intencionalidad pedagógi- tan los alumnos, evitando seguir encadenado a
ca. Entonces eso que alguien se llevó con el un pizarrón y arriesgándose a terminar
pizarrón, fue en realidad una intencionalidad adosado a la madera negra cual retrato de un
particular para un momento educativo, dejan- anticuario de San Telmo…
ACTIVIDAD 9
Amplíe los aspectos subyacentes en las siguientes ideas del texto:
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2. Pizarrón que se vuelve sinónimo de otras prácticas instauradas –y
para nada productivas– como las fotocopias, los ejercicios pautados
de los libros de textos, las matrices para pintar escarapelas y que
sólo sirven para decorar la escuela con miles de dibujos iguales,
como si la igualdad apaciguara la subversión de la diferencia.
Última y (aparente) gran pérdida: hablar y por supuesto no encajan en las matri-
ces escolares que aún lamentan esa escuela
¿Quién se llevó a mis alumnos? que se llevaron. Si la sociedad entendiera –de
una vez– que la función de la educación es
Alumnos prolijos, respetuosos, callados, prospectiva, que lo que ésta produce o repro-
disciplinados; alumnos en verdad sin luz, para duce vuelve en sujetos sociales, probablemen-
cumplir con la religiosa misión de atiborrarlos te se arriesgaría a considerar el cambio. Tal
con el saber… vez se abandonarían esos discursos que recla-
Alumnos que la historia se los llevó –a man la vuelta de la escuela de antes que para
medias– porque los dejó transformados en algunos recompondría el orden perdido.
“adultos del presente”; alumnos de antes Asumir esta compleja pérdida sí que es
convertidos en los hombres y mujeres que hoy una oportunidad. Oportunidad de encontrar
constituyen el borde etario activo, portadores otras formas de escolarizar, no meramente
de lo político, lo productivo, lo paternal, ga- formadoras o instructoras, sino constructoras
rantes de la convivencia social; lideres de los de otro orden, necesariamente de un orden
más jóvenes, y por ende responsables de la que sirva para comprender lo que acontece en
socialización de los niños. ¡Difícil y complejo el mundo, haciendo frente a los modos violen-
analizar esta pérdida! tos, atroces, que desgarran lo posible de la
Los alumnos de hoy son sujetos cuestio- convivencia, de la paz, de lo social como ca-
nadores de las estructuras, insurrectos del or- racterística recuperable de lo humano y que
den establecido, subversivos frente a los alientan la construcción histórica con los
fundamentalismos, revolucionarios del buen otros. Oportunidad que encuentra su realidad,
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no gestionando el control, sino dejando pasar Hospitalidad de la escuela, que en térmi-
por la puerta grande de la escuela ese “afuera” nos de Derrida, estaría suponiendo dejarse
complejo, desordenado y controvertido, para habitar por los alumnos, alojándolos…
comprenderlo, reordenarlo y debatirlo. Y no
es resignación, porque “otra no queda”, al “Contra esa radical hostilidad, Derrida
contrario, es precisamente esa la función de la reclamó una nueva y vieja fórmula: la de la
Educación, la que propicia el aprendizaje, no hospitalidad (…). En ella tener en cuenta la
por lo que el alumno no tiene o no trae, sino relación entre el hostis (enemigo, extraño)
en tanto respuesta a la incompletud de lo hu- y el hospes, el “huésped”, aquel que recibe
mano, como justificación y valor de la acción o da acogida al otro. La hospitalidad per-
de educar. mite comprender cómo aquel que se cree
¿Quién sabe lo que viene? Quizá –como dueño de su propia casa está siempre habi-
otros tantos finales profetizados– acontezca el tado por los otros. Frente a una “lógica de
fin de las letras y de los algoritmos, de las la invitación” (yo invito al otro, y le prepa-
lapiceras de pluma y la escritura cursiva, o el ro mi casa) la “lógica de visitación” supo-
relevo de la palabra directa por la palabra vir- ne que el huésped aparece sin que uno lo
tual, que más da! Si en definitiva la escuela invite, (…)”
nunca podrá –porque no es su función– encar-
celar tradiciones, aprisionar costumbres o de- Constante, A. En Martínez de la Escalera, A. Adiós a
tener el desarrollo y el avance del hombre, del Derrida. Publicado por la Universidad Nacional
mundo, de la ciencia, de la tecnología… Autónoma de México, 2005, pág. 40.
Dejar ir a esos alumnos de antes, es una
pérdida diferente a las descriptas, porque de Cada alumno, reclama a la escuela la
esos alumnos de antes algo queda en la bio- posibilidad de pensar otra lógica de la invita-
grafía de quienes se educaron en otros mo- ción, toda vez que por la lógica de la
mentos, y entonces, volviendo a jugar visitación ese huésped tiene el derecho a apa-
dialécticamente con la historia, tal vez cada recer sin que uno lo invite, dado que a su vez
docente –maestro, profesor, directivo, super- este sujeto tiene el derecho a estar, concep-
visor– pueda buscar y rescatar aquello que el ción que supera las intenciones escolares o
pasado aporta, desechando lo que devino en pedagogizantes para elevarse a la función éti-
frustración y fracaso por la ignorancia propia ca que la educación entraña como acto huma-
de lo humano. Dejando, también, entrar por la no. Cuestión que Carlos Skliar sostiene al de-
puerta grande de la escuela al optimismo en cir:
términos de oportunidad y cambio, para evitar
que solo entre lo perverso de lo social que la “(…) la educación no es una cuestión acer-
agobian alojando el silencio y la impotencia ca del otro, ni sobre el otro, ni alrededor de
de no poder hacer nada. Entonces aparece una su presencia, ni en el nombre del otro. La
oportunidad, la de pasar de la hostilidad res- educación es, siempre, del otro. (…)”
pecto del otro, a la hospitalidad de cada otro;
hospitalidad que configura otra representa- Skliar, C. La crisis de la conversación de alteridad.
ción de lo escolar, otra concepción del sujeto- FLACSO, Argentina”
alumno, otras identidades respecto de las nue-
vas infancias y juventudes. Contrariar, sí; enfrentar al otro con su alte-
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ridad, de acuerdo; llegar a comprenderse sible valor social– debieran confrontarse con
mejor a sí mismo, también. Habría que de- los contextos políticos que produjeron perio-
cir, entonces: contrariar, enfrentar, hacer dos históricos opresores y no democráticos.
comprender sí, si es que el otro quiere. Y Asumir la pérdida de esos alumnos que
“que el otro quiera” supone pensar al otro existieron, los que alguna vez habitaron las
no sólo como presencia sino también como escuelas, facilitaría –quizá– que los sujetos
existencia.”19 Y entonces la hospitalidad se que hoy están ubicados, por la sociedad, en el
enviste en una función mayor, dada –no estatus de alumnos, encuentren un espacio
sólo por una relación que aloja al otro– donde pensarse y construirse; evitando que
sino por una relación frente a frente con el ese tránsito escolar, más que una oportunidad
Otro, aspecto que supone ofrecer al otro un termine por convertirse en una huida.
compromiso con su aprendizaje y por con-
siguiente con su vida. Una huida que no es otra cosa que escapar
“(…) la relación con el Otro no puede ser de lo que no se quiere ser, o no se puede; y
una relación en la que nos ponemos lado a entonces conlleve a que estos nuevos sujetos
lado sino que esta relación con el Otro es terminen por ubicarse en la riesgosa tensión de
una relación frente a frente. (…) La hospi- “estar-pero no estar”, de “ser-pero no ser”,
talidad no consiste en interrogar a quien frente a la imposibilidad de adecuarse a las es-
recién llega, por su nombre. Comienza por tructuras impuestas y a esos formatos escolares
la acogida sin preguntas; la hospitalidad sin sentido. Adoptando diferentes formas de
se ofrece, se da al Otro antes que se identi- escapar, perdiéndose en su nopodermiento –tal
fique, antes de saber su nombre, antes de vez– por no encontrarse en el deseo de ningún
que sea sujeto, sujeto de derechos. adulto, entonces ¿para qué ser?
(Derrida y Dufourmantelle, 2000).”
Alumnos que se esfuman mezclados en el
vapor social que reproduce –o produce– la es-
Morales García, A. Problematizando el concepto de
integración social: Un debate sobre la alteridad en la cuela, en un mundo donde los adultos fueron
Educación Especial. Publicado en www.culturasor los primeros (parafraseando a Nietzsche) en
da.eu, Agosto, 2007
“matar a dios”, destruyendo la ley a cambio
de un único principio: Todo vale. Un todo vale
¿Quién se llevó a los alumnos? Se vuelve que no aloja, no contiene, no sostiene, produ-
sólo una pérdida aparente para quienes quisie- ciendo que los sujetos escolarizados no en-
ran que todo se envista de la pasividad, de la cuentren consistencia para armarse y no que-
tranquilidad y de la obediencia de antes; pre- de otra que evaporarse frente al vacio… Al
tensiones por demás imposibles, porque no vacío de una “Ley” que tal vez hoy debería
son más que particularidades de esos alumnos elevarse a comprender lo humano, a rescatar
de antes, de esos hombres y mujeres de antes, la idea de “otro”, a recuperar la conquista de
de esa sociedad de antes. Pasividad, tranqui- un mundo libre de estructuras, a descubrir el
lidad y obediencia que –sin desmerecer su po- valor y la complejidad de la diferencia…
39
¿Entonces qué…?
Entonces… la educación sea quizá una invitación al otro como instancia de construcción de su propio
relato, en el cual cada sujeto pueda buscar los mecanismos necesarios para narrarse a si mismo y
co-narrándose con los otros. Evitando que la escuela no siga auto-provocándose su propia sordera
frente a lo que acontece a cada niño o joven. Porque si al final la educación es del otro , si ese otro
no queda implicado –de alguna forma– en lo que aprende, difícil será alcanzar los supuestos que
predican la significatividad del saber.
No hay dudas ya, que el mundo ofrece a los adultos una situación de goce frente al placer de la
libertad, de la agilidad y rapidez de un universo diferente y transformado, muy complejo pero
sumamente seductor, más aún, siguen escurriéndose ciertas pretensiones de que estos nuevos
sujetos, al momento de devenirse en alumnos, entiendan que hay que permanecer quietos, no
hablar, mirar al pizarrón, ser responsables y desarrollar el sentimiento de “ser alguien en la vida”…
Habría que detenerse –solo un momento– para pensar si estos niños y jóvenes encuentran sentido
a lo que sucede en la escuela o solo es un tiempo de encierro, de límite de sus impulsos, un tiempo
de control y espera, para que luego, una vez terminado el aprisionamiento venga el tiempo de la
plena libertad y el eterno adolecer. Pero para poder escuchar ese grito, hay que hacer silencio, en
primer lugar y hay que querer escucharlo, en segundo. Un silencio que permita la fuga de las
representaciones de esa escuela que se llevaron…
Entonces, probablemente, más que los alumnos, tengan que ser los adultos y los docentes, los que
debieran invitarse a la fuga de sí mismos, para encontrarse, para rehabitarse, para reinventar lo que
cada uno es y para no generar que los niños y jóvenes deseen la fuga como escape, sino la fuga
como transformación de uno mismo, dándose permiso de buscar, en otros laberintos escolares, el
queso nuevo que aún espera ser encontrado…
ACTIVIDAD 10
Y aquí se nos ocurre no proponer una consigna de análisis que pueda
limitar su reflexión. Por el contrario, creemos que es importante dejar
surgir los pensamientos deliberadamente. Sólo le solicitamos que regis-
tre aquellas cuestiones o preguntas que generó la lectura; aquello que
considera necesario para indagar desde su lugar de docente…
40
Tómese el tiempo necesario para pensar y ordenar nuevas ideas…
Aprender necesita de un tiempo de orden, de reconocer resistencias, de
otorgar significados nuevos…
41
cación actual proponiendo –por un lado– un Skliar sostiene que “…para hablar de cam-
discurso en el cual la diversidad debe ser bios en la educación es necesario, primero un
(a)tendida, y de allí la repetida frase de profundo silencio, una larga espera, una esté-
“Atención a la Diversidad”. Mas del otro tica no tan pulcra, una ética mas desalineada,
lado de la tensión –y aquí la cuestión– aparece dejarse vibrar por el otro mas que pretender
otra idea/fuerza que, jugando con las pala- multiculturalizarlo, abandonar la homo-di-
bras, estaría implicando construir mecanis- dáctica para hetero-relacionarse” 21
mos y nuevas representaciones que den cuenta En esta tensión que intenta desarrollarse,
que tal vez lo relevante e importante sea ten- aparece de un lado, un tipo de fuerza de pres-
der (a) la diversidad como forma de respuesta cripciones y escritos que insisten en determi-
a las nuevas configuraciones de los procesos nar la importancia de (a)tender la diversidad.
de enseñar y aprender, pretendiendo vencer Desde esta perspectiva, Norberto Boggino
las estructuras de la educación tradicional y expresa esta idea al decir que “…durante la
las ideas homogeneizadoras del aprendizaje. últimas décadas del siglo XX, los docentes
Profundizando la idea, (a)tender la di- fueron abrumados por un conjunto de térmi-
versidad vs tender (a), implica posiciones nos e ideas que no siempre pudieron procesar.
distintas de un mismo proceso que en definiti- Ideas remozadas e ideas nuevas.”22
va (pre)tenden valorizar el respeto por el otro, Dar respuesta a la diversidad pudo haber
por lo propio, lo particular, lo diferente, lo sido la meta del sistema educativo del siglo
distinto. Por ello habría que pensar si la XIX para construir la Nación y la ciudadanía
(a)tención a la diversidad no pierde fuerza si frente a una conflictiva social y política frag-
no existe primero, antes, la intención, la incli- mentada. Diversidad que se relacionó con una
nación o el propósito respecto a la importan- escuela abierta para todos, dando cuenta de la
cia de que la educación tienda (a) responder y necesidad de homogeneizar para evitar dife-
construir lo diverso. rencias. Guardapolvos blancos que uniforma-
Cuando la escuela sigue manteniendo es- ban, pupitres alineados, pulpitos al frente del
tructuras de los siglos XIX o XX; cuando en- aula, que enseñaban quiénes eran las luces del
señar y aprender siguen siendo procesos inse- saber y quiénes eran los que no tenían luz.
parables y consecutivos; cuando muchas ve- Ahora, frente a un contexto diferente y
ces educar continua suponiendo adecuarse, complejo como es el del siglo XXI, cuando
adaptarse, alcanzar y rendir, difícil será pen- aun es común ver en las aulas (de la escuela
sar una diversidad (a)tendida, cuando en reali- que se llevaron…) la misma estructura de uni-
dad aún no termina de existir una plena “con- formidad y alineación, y en muchos casos la
ciencia educadora” que fundamente los valo- presencias de luces –algunas mas prendidas y
res y las razones para tender (a) lo diverso. otras mas apagadas– la pretensión de
La (a)tención a la diversidad, tal vez sea (a)tender la diversidad cae al vacio cuando
comprendida como una posible respuesta a la todavía “el respeto por lo diverso y lo diferen-
necesidad de revertir procesos que obstaculi- te no constituye el punto de partida de la
zan el aprendizaje o que llevan al fracaso, en practica pedagógica”23
tiempos donde la circulación del conocimien- La idea de tender (a) la diversidad para
to ya no encuentra su único agente en la es- luego poder pensar en (a)tenderla estaría
cuela. Respuestas que quizá no encuentren casi suplicando una subversión de lo dado
aún los esperados efectos. Al respecto Carlos para comprender lo diverso y lo diferente
42
como marco de la práctica, desde el momen- ran desde enfrente, invitándolo a ser parte de
to en que cualquier sujeto traspasa la puerta lo “mismo”. El “otro” siempre es otro diferen-
de cualquier escuela. “Hacia una subversión te, y el riesgo de no tener en claro ¿qué impli-
de lo dado” pretende dar cuenta de la necesi- ca la diversidad?, ¿cuál es el lugar del
dad de generar un proceso de cambio que “otro”?, son preguntas que podrían acarrear
modifique y cuestione lo que se hace por que, al no encontrarse el verdadero sentido de
costumbre, por herencia, por reproducción. lo diverso, se torne en una insistencia sobre la
Resultan significativas las definiciones y los diferencia y la obstinación /obligación de
adjetivos ligados al término subversión 24 ; (a)tenderlo; sin tener en claro el por qué del
además de sumar y atribuir a esa casi “temi- reconocimiento de la diversidad, y así, dar
ble” palabra, percepciones y apreciaciones lugar a la posibilidad de tender (a).
con cierta carga histórica asociadas al desor- Entonces, si históricamente, las percep-
den o a la insubordinación. El planteo, en ciones y valoraciones que orientaron los proce-
este caso, es dar y darse la posibilidad de sos escolares en un determinado contexto
subvertirse, de cambiar, de dejarse revolu- sociopolítico generó posicionamientos funda-
cionar por lo distinto. dos casi paralelamente a la construcción –lite-
Ahora, pretender generar cambios en la ral– de la escuela, resulta importante, para po-
educación, en un mundo revolucionado por der subvertir lo dado, tomar como punto de
nuevas tecnologías, por una economía global, partida el conocimiento del origen de lo esco-
por nuevos y diferentes modos de circulación lar, de modo tal que permita instalar un nuevo
de la información, no puede llevar a otra op- paradigma político y social de la educación, y
ción que la de subvertir lo dado. Cuando los así, sin tirar los ladrillos fundantes, sino refor-
procesos sociales y culturales se alteraron, se zando los cimientos que por el tiempo se debi-
perturbaron, cambiaron, y sobre todo la “nor- litaron, comprender la urgente necesidad de
malidad” de aquello que históricamente venía fortalecer y recrear una nueva escuela, evitan-
siendo, ya dejo de ser “tan normal”, y enton- do que al final todo caiga demolido y no que-
ces las prácticas se alejan de los nuevos den más que ruinas de aquella oportunidad que
paradigmas, se torna preciso pensar “otras está brindando el presente.
formas de educar”, “otras formas de pensar lo Se pretende, pues, desde los nuevos en-
escolar”, o en otras palabras, se torna preciso foques de la educación, (a)tender la diversi-
un proceso de subversión de lo dado. dad, pero nuevamente aparece la tensión. Ya
Diversidad y subversión que ponen en que alcanzar estos fines cuando son débiles
juego la redefinición y la concepción del los supuestos, hace caer los discursos ante la
Otro, como espacio de lo diferente. Carlos ausencia de legitimidad y valoración de ten-
Skliar, citando a E. Lévinas 25 advierte: “El der (a) lo diverso en las prácticas reales socia-
otro en cuanto otro no es aquí un objeto que les y pedagógicas. Tal vez el camino que lleve
se torna nuestro, o se convierte en nosotros; a la salida de este laberinto resida ya no en
(…) la relación con otro no es una relación esperar que alguien enuncie “grandes discur-
idílica y armoniosa de comunión, ni empatía sos”, sino hacer uso de la responsabilidad ciu-
mediante la cual podemos ponernos en su lu- dadana de ser sujetos productores de nuevos
gar, le reconocemos como semejante a noso- discursos” como decisión política y democrá-
tros y al mismo tiempo exterior”. El “otro”, tica particular que pueda, después, favorecer
así, es algo más que aquello que “todos” mi- lo colectivo.
43
Legitimar la posibilidad de tender (a) la tructora de subjetividad en pos a la formación
diversidad implica, por supuesto, un cambio. de un ser social y político.
Mas pareciera ser que “todos” esperan que (A)tender la diversidad sin la convicción
“alguien” tome la iniciativa de modificar mo- y conciencia de tender (a) ella, puede acarrear
delos, estructuras y formatos, cuando quizá, el el riesgo de seguir formando sujetos, o conti-
cambio deba ser una decisión individual basa- nuar respondiendo a procesos que no hacen
da en la convicción personal para que pueda, mas que ver la forma de que niños y jóvenes
en definitiva, alcanzarse nuevas bases de un se adapten a las estructuras escolares, donde
contrato donde la construcción de lo diverso también el saber termina por ser escolarizado,
sea, al final, el discurso de TODOS. y la intencionalidad no es otra que las de
La diversidad encuentra en la escuela el adecuarse a una lógica estructural y/o una ra-
escenario de la práctica y, en el aula, la con- cionalidad escolar cuya pretensión primaria
creción efectiva de una nueva lógica. El aula no es la construcción de la subjetividad sino
como encuentro de lo diverso pone en juego al la adaptación a la legalidad de la escuela.
docente y al alumno, el aprender y el enseñar, (A)tender la diversidad es entonces una
permitiendo la reformulación de nuevos roles consecuencia o una acción que deviene –o
y procesos que puedan dar cuenta de una rea- viene de–, luego, a continuación, de haberse
lidad diferente, de una nueva pedagogía, de producido un proceso de reflexión –o de sub-
una nueva historia de la educación. Se men- versión de lo dado– que abre otro proceso
cionaba anteriormente la necesidad de legiti- completamente diferente. Y entonces como
mar nuevos procesos de construcción social y descubrir lo otro –o al otro– es descubrir lo
nuevas formas de pensar al otro –otro alumno, nuevo, lo diferente, tender (a) la diversidad es
otro docente– y surge ahora otra necesidad, la encontrar también nuevos modos de acción de
de racionalizar los procesos educativos desde la escuela; no alcanzando con la mera
otra lógica de interacción, otra lógica del reacomodación de los procesos tradicionales
aula, que estaría suponiendo otorgar nuevos ya que esto no es una cuestión que imponga
significados a lo didáctico y a lo pedagógico “orden” –en términos de desorden– sino pen-
frente a las nuevas formas de entender el sar otra forma diferente de organizar los espa-
aprendizaje. cios, los tiempos, la gestión, los roles, las con-
Cecilia Bixio enmarca el contexto actual diciones de aprendizaje y las prácticas en el
al decir: “La escuela no ha modificado sus ámbito de la institución escolar.
modos de organización ni su cultura y, por “El aprendizaje es problemático por defi-
tanto, persisten en ella los graves males que nición…” enuncia Boggino 27 y podría
atentan contra la salud intelectual y pasional agregarse a lo sostenido por el autor, que el
de nuestros educandos.” 26 De esta forma aprendizaje se vuelve diverso, también, por
contextualizar el aula como encuentro de lo definición. O en otras palabras habrá que re-
diverso, obliga a revisar la escuela como esce- plantear la necesidad de redefinir qué signifi-
nario de otras configuraciones que tiendan a ca aprender. Claro está que aprender es trans-
pensar un nuevo sujeto que aprende y ya no formarse, cambiar, modificar, etcétera, y hasta
pensarlo como un mero sujeto pedagógico aquí nada seria novedoso. Lo que habría que
que, en términos de Bixio, oculta y sofoca en repensar son las implicancias de esas transfor-
definitiva la posibilidad que la escuela tiene maciones al momento de definir el aprendiza-
de pedagogizar sujetos sociales como cons- je. Transformaciones que den cuenta de un
44
proceso que se produce hacia el interior del formular el contrato pedagógico y reducir
sujeto, que ya sea por interacción, adaptación el poder como adulto y como docente, posi-
o mediación, refieren a una experiencia pro- bilitar que los alumnos se diferencien entre
pia, particular, diferente en cada persona. sí, favorecer que escojan y tomen sus pro-
El hecho de que los alumnos aprendan en pias decisiones y que construyan sus pro-
un grupo-clase, terminó por implicar que pios valores, normas sociales y conoci-
aprendían en el mismo momento, a igual tiem- mientos en el marco de las instituciones
po, en igual cantidad, y esto, de alguna mane- sociales.”31
ra constituyo una cierta falacia 28 de la prácti-
ca pedagógica en los últimos tiempos, cuando Habrá entonces que fundar la práctica
en realidad, sí representó –históricamente– pedagógica en la diversidad, que es otra for-
una metodología didáctica tradicional plan- ma de decir que ha de ser preciso tender (a)
teada por pedagogos 29 de la modernidad, en lo diverso para que luego de su fundación –y
paralelo al surgimiento de la escuela como casi como una conquista– pueda pensarse la
institución. Falacia que terminó por transfor- acción y la estrategia para (a)tenderla. Y si el
marse en –o disfrazarse de– tautología . Pero, aula es, por tanto, donde se produce el en-
dejando la lógica de lado –y en todo caso cuentro de lo diverso será la práctica pedagó-
mejor racionalizar lo que sucede en la escue- gica la encargada de promover que estos pro-
la– la tensión entre (a)tender o tender (a) la cesos trasciendan las paredes de ese aula, para
diversidad tiene una puerta que cerrar y otra formar sujetos éticos, sociales y políticos que
que abrir, enunciado por Boggino al decir: comprendan la interacción en la sociedad
“El respeto por lo diverso y lo diferente cons- como el lugar donde lo diferente construye y
tituye el punto de partida de la práctica peda- edifica otras –y nuevas– relaciones, a pesar –
gógica”.30 Un respeto que supera lo moral y o con pesar– del mundo circundante.
que se eleva a lo ético de entender que cada Una práctica pedagógica en la diversidad
sujeto aprende de una manera diferente y con –o que tienda (a)– es aquella:
un estilo que le es propio, como lo es su histo-
ria y sus matrices, como el encuentro personal - Que el docente/educador se relaciona
con el crecimiento, como forma particular de con el conocimiento en tanto huellas,
ver el mundo, de entenderlo, de transformar- espejos y señales, que en términos de
32
se, de sentir, de sufrir… Carlos Cullen supone el análisis del
terreno que se pisa, el camino que se
“Respetar al otro conlleva a la diversidad anda, la marca que se deja (huellas).
para no discriminar. No discriminar al que Lo que se refleja –o no–, lo que se
más sabe ni al que menos sabe. Los alum- muestra –o no–, lo que se quiere ver –o
nos no eligen el lugar de nacimiento ni su no–, y la falsa certeza de creer que el
grupo social ni su propio nombre. Los propio criterio define lo bueno o lo
alumnos llegan a la escuela con lo propio, malo, lo legal o lo prohibido (espejos).
con lo único posible y este constituye el Lo que se designa como verdadero pre-
único punto de partida para aprender sig- tendiendo que el alumno otorgue igua-
nificativamente.(…) Por lo tanto, la ética les significados o significaciones para
debe constituir el pilar que sostenga la ser repetidas (señales).
práctica pedagógica y ello conlleva a re-
45
- Que educar se entienda como otra for- - Que abandone discursos sin sentido
ma de socializar mediante el conoci- que “dicen” que se (a)tiende la diversi-
33
miento , produciendo espacios socia- dad pero se sigue estigmatizando, anu-
les a partir de saberes legitimados, con lando, desestimando, desatendiendo,
sentido para el alumno más que para el apartando, excluyendo…
docente, dando lugar a lo público.
Y así, una vez que la diversidad haya
- Que concibe y entiende la inteligencia sido despojada, desnuda de todo aquello que
como acción, que permite resolver es una ilusión vacía y casi tramposa, permita
problemas que se van complejizando que, el Educador, dando lugar a lo que implica
con el crecimiento, promoviendo un “enseñar” en tanto arte y creación, pueda
equilibrio adaptativo con el medio. animarse a reinventar nuevos procesos escola-
res como un encuentro de cada alumno consi-
- Que da lugar al deseo de aprender a go mismo y con el otro, donde el conocimien-
partir del deseo de enseñar; que aloje to sea mediación y posibilidad de sentido y
la posibilidad de ser alguien que se entendimiento.
reconoce en sus competencias y limi-
taciones como puerta a la aceptación Y entonces poder (a)tender la diversi-
de las diferencias y por ende a lo di- dad luego de haberla comprendido, ya no
verso. como algo que se so-porta (de portar sobre,
que pesa) sino, como aquello que im-porta
- Que deja de llevar a cabo una “peda- (que se porta dentro, que interesa), que sería
gogía del otro que debe ser borrado, lo mismo que decir “deseo”, “quiero”, “estoy
34
reformado” , una pedagogía de la convencido”, “vale la pena” o ”la pena vale”,
mismidad que niega al otro, porque no para poder luego promover nuevas situaciones
es posible ser otro, donde “está mal de aprendizajes basados en principios que or-
ser aquello que se es y/o se está sien- ganicen el aula y la institución educativa des-
do, y está bien ser aquello que no se de una nueva racionalidad, desde otros proce-
es, que no se está siendo y que nunca sos que den la posibilidad de subvertir lo
35
se podrá –o querrá– ser”. dado…
46
En esta sociedad-mundo en permanente transformación, pareciera que aún queda pendiente este
cambio en la Escuela. Trans formar en términos de transferir nuevas formas, de dejarse atravesar por
lo nuevo de la subjetividad, por lo diferente de las estructuras sociales, políticas, culturales y
educativas; estructuras que evolucionan y cambian tal cual se trans-forma el mundo. Una escuela
transformada que se anime a romper –subvertir– “lo dado” para dejarse atravesar por los procesos
de cambio y crecimiento de los alumnos, por la construcción del aprendizaje, precisamente como
una trans-formación, elevándose hacia un escalón superior, hacia algo más alto que un pizarrón al
frente de pupitres alineados; alineación que en ocasiones aliena.
Transformar la enseñanza para producir el pasaje de la palabra al acto, de lo ideal a lo real y
posible, de la rutina al arte y a la creación, dando cuenta de la máxima y placentera experiencia que
supone enseñar. Enseñar a “otro” para que aprenda a ser y/o seguir siendo, fortaleciendo la toma
de decisiones, la critica, el deseo de conocer y saber, el interés por la mejora, en base a un único
principio: el respeto por lo diverso y lo diferente. Y definitivamente ya no una diversidad que
termine siendo una vidriera en la que “todos” miran al “otro” (otro discapacitado, otro pobre, otro
extranjero, otro deficiente…) desde afuera y luego, como un acto de bondad, dicen: “aceptemos al
otro diferente”, cuando en realidad no es otra cosa que una exclusión disfrazada, una discriminación
encubierta con algo de culpa o la ilusión ingenua de una diversidad (a)tendida.
La Diversidad es otra cosa, es aquello que hace sentir al otro –todo otro, cualquier otro– la seguridad
y la aceptación de lo que se es –o se puede ser–, donde esa particularidad constituye el propio modo
de pensar, sentir y actuar que se ponen en juego y en acto al momento de la interacción; al
momento en que aparece lo grupal como lugar de construcción con el otro, con los otros, donde lo
personal o particular se funde en cierta manera con el todo colectivo, pero no se pierde ni se borra,
sino que (a)porta, se comparte, complementa, se completa, y en definitiva instituye el momento
donde se emprende la construcción de lo social.
Un emprendimiento que tiene que ver con un nuevo aprendizaje respecto a lo nuevo de lo humano,
a lo novedoso de un mundo diferente, a la necesidad de dar cuenta de un “nuevo tiempo” que, para
Hoffer –según la cita inicial– refiere a un tiempo de cambio y a la posibilidad, entonces, de heredar
nuevas –y otras– tierras.
ACTIVIDAD 11
1. ¿A qué TENSIÓN se refiere el texto?
47
2. ¿Qué supuestos pedagógicos en torno a la diversidad podría especi-
ficar?
48
4. ¿Qué transformaciones podría explorar en Ud. mismo como camino
para vencer esos obstaculizadores?
49
50
2
Notas y Referencias bibliográficas
1 7
Larrosa, J.; Pérez de Lara, N. (Comps.) Imáge- Pérez de Lara, N. “Identidad, diferencia y di-
nes del Otro. Virus. Barcelona, 1997, pág. 14. versidad: Mantener viva la pregunta” en Larrosa,
2
La expresión diversidad - inclusión no está ex- J. – Skliar, C. (Comp.) Habitantes de Babel. Polí-
puesta como un par que representa términos seme- tica y poética de la diferencia. Laertes, Barcelona,
jantes, sino la tensión que ambos procesos supo- 2001.
8
nen cuando se presentan interrelacionados. De Dussel, I. Identidad y subjetividades en la
manera introductoria el concepto de diversidad, pedagogía, FLACSO, Bs. As, 2008.
9
refiere a un supuesto ideológico por el cual cada Skliar, C. ¿Y si el otro no estuviera ahí? No-
sujeto se torna único y particular, cuya riqueza tas para una pedagogía (improbable) de la dife-
conceptual reside en el reconocimiento de la dife- rencia. Miño y Dávila, Bs. As., 2004, pág. 23.
10
rencia y la variación como modos de concebir al Alteridad: Del latín alter: “otro” de entre dos
otro –a todo otro–, y entonces la diversidad queda términos, considerado desde la posición del “uno”,
enmarcada a contextos donde la cultura, la historia es decir del yo. (Wikipedia.org) Condición de ser
y los modos de relatarse de cada sujeto, se vuelven otro (Diccionario de la Lengua española 22° Edi-
el punto de partida de la reflexión. El de Inclusión ción).
11
–educativa en este caso– (Blanco Guijarro: 1999) Skliar, C. ¿Y si el otro no estuviera ahí? No-
supone un concepto más amplio, toda vez que se tas para una pedagogía (improbable) de la dife-
relaciona con la educación en general, implicando rencia. Miño y Dávila, Bs. As., 2004 pág. 95.
12
que todos los sujetos de una determinada comuni- Braslavsky, Cecilia. “Una función para la es-
dad puedan aprender juntos, independientemente cuela: formar sujetos activos en la construcción de
de sus condiciones personales, sociales o cultura- su identidad y de la identidad nacional”. Pág. 33.
les, sin mecanismo alguno de discriminación, pro- En Para qué sirve la Escuela – Filmus, D. Tesis
moviendo la modificación de las estructuras y del grupo editorial, Bs. As, 1993
13
funcionamiento escolar y por consiguiente de la Gvirtz, S. La educación ayer, hoy y mañana:
propuesta pedagógica. El ABC de la Pedagogía. Aique. Bs. As., 2007,
3
Peskin, L. “El sujeto desde la perspectiva Cap. 3
14
lacaniana”. En revista Psicoanálisis: ayer y hoy N° Rosato, A. La construcción social de la nor-
4
Revista en internet editada por la Asociación malidad. Novedades educativas, Bs. As., 2005,
Escuela Argentina de Psicoterapia para graduados. pág. 54.
15
Bs. As. Op. Cit. Pág. 56.
5 16
Cúpich, Z. Al encuentro con la diferencia-alte- UNESCO - Open File on Inclusive Education.
ridad en Revista Novedades Educativas N° 210 – París.
17
Junio 2008, Bs. As. Pág. 16. Tenti Fanfani, E. Dimensiones de la exclusión
6
Dussel, I. Identidad y subjetividades en la pe- educativa y las políticas de inclusión (Borrador
dagógica, FLACSO, Bs. As, 2008. para la discusión, agosto de 2007). Este texto
51
retoma y sintetiza argumentos presentados en el miento, motín, revolución, entre otros. (Real Aca-
libro de Emilio Tenti Fanfani “La escuela y la demia Española)
25
cuestión social. Ensayos de sociología de la educa- Levinas, E. (1993) El tiempo y el otro, Paidós,
ción” (Siglo XXI, Buenos Aires 2007). Coordina- Barcelona.
26
dor Área de Investigación del IIPE/UNESCO, Bixio, Cecilia, “Érase una vez…la problemáti-
Sede Regional Buenos Aires. ca del aprendizaje escolar”, en Boggino, N. y
18
Baquero, R. “La educabilidad bajo sospecha”. Avendano, F. La Escuela por dentro y el aprendiza-
Publicado en: Cuaderno de Pedagogía Rosario je escolar. Ed. Homo Sapiens. Buenos Aires, 2000.
27
Año IV Nº 9, 71-85; Universidad Nacional de Boggino, N. y Avendano, F. La Escuela por
Quilmes, 2001. dentro y el aprendizaje escolar. Ed. Homo
19
(Revista EDUCERE - Ideas y personajes de la Sapiens. Buenos Aires, 2000.
28
educación Latinoamericana y Universal. ISSN: Falacia: del latín “fallacia” que quiere decir
1316 - 4910 Año 13, Nº 44 ?? Enero - Febrero - “artificio, ilusión, engaño”. Un razonamiento es
Marzo, 2009 Págs. 215-226). falaz cuando genera la ilusión de consecuencia ló-
20
Tensión: Estado producido en un cuerpo por gica por medio de ciertos recursos, que según se
fuerzas exteriores o interiores. Fís. Sinónimo de los interprete, pueden resultar lógicamente inco-
fuerza y de presión y de diferencia potencial. Esta- rrectos. – Cabanchik, S. “Lógica y Teoría del co-
do de oposición u hostilidad latente entre personas nocimiento”, Ed. Longseller, Bs. As., 2002.
29
o grupos humanos, como naciones, clases, Por citar algunos ejemplos: “Didáctica Mag-
etc.(Diccionario enciclopédico Océano Uno. Edi- na” de Juan A. Comenius (1592-1670) ; el modelo
torial Océano, 1994). de Juan B. de La Salle (1651-1719); o método de
21
Skliar, Carlos, (2004) ¿Y si el otro no estuvie- Joseph Lancaster (1718-1838).
30
ra ahí? Miño y Dávila, Bs. As. Pág. 17. Op. Cit. Pág. 31.
22 31
Boggino, Norberto y Avendano, Fernando. La Op. Cit. Pág. 32.
32
Escuela por dentro y el aprendizaje escolar. Homo Cullen, C. (1997): Critica de las razones de
Sapiens, Bs. As. Pág. 25. 2002. educar. Editorial Paidós. Bs. As., pág. 136.
23 33
Op. Cit. Pág. 31. Op. Cit. Pág. 141.
24 34
Subvertir, es definido como: trastornar, per- Skliar, Carlos, (2004) ¿Y si el otro no estuvie-
turbar, hacer que algo deje de marchar con norma- ra ahí? Miño y Dávila, Bs. As. Pág. 150.
35
lidad, o también revolver o destruir, especialmente Op. Cit. Pág. 150.
36
en lo moral. Al término subversión se le asocian Blanco Guijarro, R. Hacia una escuela para
sinónimos como: insurrección, alteración, levanta- todos y con todos. Boletín N° 48 del Proyecto
Principal de Educación, Chile, 1999.
52
2
Índice
53