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REPARTIDO N°10.

PLATÓN y LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA: DOXA y EPISTEME


Palabras previas: Con este texto intentaremos comprender la
Alegoría1 de la caverna, un relato hecho por Platón que se
encuentra en el comienzo del Libro VII de su obra La República,
en este relato encontramos a Sócrates dialogando con Glaucón.
En una alegoría se intenta dar a entender algo que está por
debajo o por detrás de lo que se nos presenta en forma de
narración o de imagen. Se nos quiere dar a entender algo que no
se nos muestra literalmente pero que tenemos que desentrañar
para descubrir. El objetivo de Platón es que veamos la diferencia
entre un individuo que ha llevado adelante un proceso de
investigación y descubrimiento y uno que no lo ha hecho, para así
comprender cómo el primero puede acceder a la episteme
mientras que el segundo se mantiene en la doxa.
• PLATÓN. BIOGRAFÍA Y PENSAMIENTO.
Platón nació en Atenas en el año 427 a.C. y falleció en el 347 a. C. Fue testigo de la guerra del
Peloponeso entre Atenas y Esparta en la que llegó a combatir, y también presenció la decadencia
ateniense. Platón, como discípulo de Sócrates, había heredado de su maestro la búsqueda
conceptual y la exigencia ética. Pero Sócrates fue víctima de acusaciones absurdas y finalmente
resultó condenado a suicidarse mediante envenenamiento en el 399 a.C.
Platón, escandalizado por el proceso a su maestro y preocupado por lo que consideraba una crisis
moral y política ateniense, puso toda su energía en tratar de establecer entre sus conciudadanos un
ideal de justicia y de respeto por la verdad. Para ello, fundó su célebre Academia, destinada a
ofrecer educación filosófica a los futuros políticos y gobernantes, y escribió un gran número de
bellísimos diálogos, donde abordaba diferentes problemas filosóficos.
Platón no fue un filósofo alejado de la realidad, de la vida social, de la
convivencia humana, sino más bien todo lo contrario. La filosofía nace
con un propósito político desde sus inicios, y Platón fue un filósofo
con conciencia y exigencia política. No buscaba una mera reflexión
sobre el mundo, sino que esa reflexión sobre el mundo permitiera
mejorar la convivencia y la organización de los seres humanos.
Eso es lo que subyace en la fábula metafórica del mito de la caverna.
Lo que sale a buscar ese huido de entre los hombres son las ideas,
para mirarlas frente a frente. El resto de sus congéneres, en el fondo
de la caverna, están sometidos a ver puras sombras, o incluso,
sombras de sombras. Sólo pueden romper esa cadena mediante el
pensamiento. La forma que tiene un ser humano de liberarse es
entregarse al pensamiento y salir a mirar las ideas. Esa experiencia
de liberación es lo que Platón muestra en su Apología cuando
Sócrates, a punto de ser condenado a muerte, dice: «Una vida sin examen no merece la pena ser
vivida». Se refiere a una vida sin romper la rutina con las sombras y sin salir a buscar las ideas. Ese
es el criterio filosófico a partir del cual nace el pensamiento occidental.
Hablar de la gran influencia de Platón en todo el pensamiento, la vida intelectual y colectiva de
Occidente no es exagerado. De hecho, la mayor parte de nuestro vocabulario filosófico, el de las
ideas, de las definiciones y de los conceptos proviene de los métodos de Platón. Suyo es el método
del diálogo y la discusión que permiten el análisis para poco a poco conocer algo y luego ir más
allá. Esto constituye el nervio mismo de la filosofía. Y todo proviene de la obra de Platón. De modo
que, insisto, no es exagerado hablar de su gran influencia. Su existencia ha sido decisiva. Hoy el
mundo que conocemos sería radicalmente distinto si Platón no hubiera existido. Además, su gran
obra sigue estando ahí, continúa siendo leída, comentada, teniendo una extraña frescura y
espontaneidad.
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Texto extraído de: Savater, F. (2008). La aventura del pensamiento. Ed. Debolsillo. Pp. 13-33.
1 Alegoría: Representación en la que las cosas tienen un significado simbólico.
• ALEGORÍA DE LA CAVERNA: RELATO
Imagina una caverna en la que viven desde su nacimiento unos hombres encadenados por el
cuello y las piernas contra un muro. En eso postura, sólo han podido mirar hacia el fondo de la
caverna. Tras la pared en la que están anclados hay un pasillo y una fogata. Por el pasillo camina y
conversa gente que lleva todo tipo de figuras que sobrepasan la pared. Los prisioneros, no ven ni
han podido ver más que las sombras de esos objetos proyectadas por el fuego. Como es lo único
que conocen, creen que aquello que ven y escuchan son cosas reales.
Un día, uno de estos cautivos se libera y sale al mundo exterior. Habituado a la oscuridad, tiene
serias dificultades para adaptarse a la luz del sol. De forma gradual se acostumbra a mirar hasta
descubrir toda la belleza del día. Asombrado, se da cuenta de que puede contemplar con nitidez y
apreciar los colores de las figuras.
Lleno de entusiasmo decide volver a la caverna para comunicar el descubrimiento a sus
compañeros. Intenta explicarles que ha visto la realidad y que ellos viven en un mundo falso de
sombras, pero lo tratan de loco y amenazan matarlo a él y a cualquiera que intente liberarlos.
• Alegoría: doxa y episteme
Este es un resumen de la famosa Alegoría de la caverna, escrita por Platón. Casi un guión de
película mediante el cual este filósofo expuso su teoría sobre la realidad. Casi todos los
interrogantes sobre el ser humano, la sociedad y el cosmos encuentran respuesta en esta teoría
que divide la realidad en dos mundos: uno el de los sentidos, y otro el de las ideas.
En el mundo de los sentidos permanecen los ignorantes, los que se conforman con el conocimiento
sensible y aparente de las cosas (representados en la alegoría por los prisioneros que no desean
ser liberados).
Hacia el mundo de las ideas se eleva el filósofo mediante el conocimiento racional. No se conforma
hasta no conocer las ideas (la esencia de las cosas) y además intenta enseñar a los ignorantes.
(representados en la alegoría por el prisionero que se libera y sale al exterior de la caverna).
Para dos mundos distintos, dos tipos de conocimiento declara Platón: el sensible que produce doxa
(opinión/creencia) en el mundo de los sentidos y el racional que produce episteme (conocimiento
verdadero justificado) en el mundo de las ideas. Esta división se ha mantenido hasta el día de hoy,
porque seguimos distinguiendo el conocimiento vulgar (doxa) del conocimiento científico
(episteme).
• CONOC. VULGAR (Doxa) • CONOC. CIENTÍFICO (Episteme)
• Es opinable: es incierto, superficial, • Es cierto: profundo, seguro, exacto (al
impreciso, inseguro. menos conoce el grado de inexactitud).
• Es subjetivo: depende de estados de • Es objetivo (o intenta serlo): es
ánimo, de prejuicios, de intereses independiente del sujeto que conoce, es
personales del sujeto que conoce. válido para cualquiera, se impone la
realidad.
• Es acrítico: se conforma con • Es crítico: se somete a la comprobación
testimonios más o menos confiables, con mediante experimentos, verifica
encuestas de opinión, con creencias mediante demostraciones lógicas o
populares, con argumentos de autoridad. matemáticas.
• Es sensitivo: se basa en vivencias y • Es racional: se basa en la razón
emociones de la vida diaria. aplicada a la realidad inteligible.
• Es asistemático: sin método, • Es sistemático: organizado, metódico,
desorganizado, no busca leyes estables. acumulativo, busca causas, formula
leyes, elabora teorías.
• Es particular y concreto. • Es general y abstracto2.
Espinosa, A, Faral, J. y Medina, G. (2014). Atrévete a pensar. Ed. Contexto. Pp.: 40-42. Pág. 2
2 Abstracto: teórico, genérico (que abarca todos los casos particulares posibles), lo opuesto a concreto.
• INTRODUCCIÓN A LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA. DISTINCIÓN ENTRE
DOXA Y EPISTEME.
La alegoría de la caverna pretende poner de manifiesto el estado en que, con respecto a la
educación o falta de ella, se halla nuestra naturaleza, es decir, el estado en que se halla la mayoría
de los hombres con relación al conocimiento de la verdad o a la ignorancia.
Así, los prisioneros representan a la mayoría de la humanidad, esclava y prisionera de su
ignorancia e inconsciente de ella, aferrada a las costumbres, opiniones, prejuicios y falsas
creencias de siempre. Estos prisioneros, al igual que la mayoría de los hombres, creen que saben y
se sienten felices en su ignorancia, pero viven en el error, y toman por real y verdadero lo que no
son sino simples sombras de objetos fabricados y ecos de voces.
Este aspecto del mito sirve a Platón para ejemplificar, mediante un lenguaje plagado de metáforas,
la distinción entre entre opinión (doxa) y saber (episteme). La función principal del mito es, no
obstante, exponer el proceso que debe seguir la educación.
Este proceso está representado por el recorrido del prisionero liberado desde el interior de la
caverna hasta el mundo exterior, y culmina con la visión del sol. El mito da a entender que la
educación es un proceso largo y costoso, plagado de obstáculos y, por tanto, no accesible a
cualquiera.
El prisionero liberado debe abandonar poco a poco sus viejas y falsas creencias, los prejuicios
ligados a la costumbre; debe romper con su anterior vida, cómoda y confortable, pero basada en el
engaño; ha de superar miedos y dificultades para ser capaz de comprender la nueva realidad que
tiene ante sus ojos, más verdadera y auténtica que la anterior.
De ahí que el prisionero deba ser “obligado”, “forzado”, “arrastrado”, por una “áspera y escarpada
subida”, y acostumbrarse poco a poco a la luz de fuera, hasta alcanzar el conocimiento de lo
auténticamente real, lo eterno, inmaterial e inmutable: las Ideas.
Pero no acaba aquí la tarea del filósofo: una vez formado en el conocimiento de la verdad, deberá
“descender nuevamente a la caverna” y, aunque al principio se muestre torpe y necesite también un
período de adaptación, deberá ocuparse de los asuntos humanos, los propios del mundo sensible
(la política, la organización del Estado, los tribunales de justicia, etc.)
Texto extraído de: Platón. (1986). Diálogos IV. La República. Ed. Gredos. Trad. Eggers-Lan, C. Pp. 20-47.

Prof. Agustín de los Santos. Pág. 3

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